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Paradoja de Φ
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1. Definición de conjunto
Se suele definir el conjunto como una colección de objetos. Así decimos que el
En primer lugar, así como un ‘conjunto’ puede definirse como una ‘colección’,
segundo lugar, el término ‘colección’ resulta tan oscuro como el término ‘conjunto’:
lo único que puede decirse es que en el primer caso se alude a una actividad y en
específicas de los conjuntos tienen que darse para que podamos manejar una
elementos) y, además, mientras que los elementos del primer conjunto son
conjuntos pares, los del segundo son conjuntos unitarios. El conjunto tiene la
cantidad de elementos la que hace la diferencia entre uno y otro conjunto pero si
Las discusiones en torno a las paradojas de conjuntos han concluido en que los
elementos propios de cualquier conjunto no pueden ser otros conjuntos; de ser así
podría estar dado por una sucesión). Si definimos por extensión (=E) al conjunto A,
dentro de esas llaves y en lugar de esa X escribiremos todos y cada uno de sus
característica que se cumpla para todos y cada uno de sus elementos. Por
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Este axioma establece que dos conjuntos que tienen exactamente los mismos miembros
son el mismo conjunto. En símbolos, se escribe:
∀x (x∈A↔x∈B) → A=B, que se lee “Si para todo elemento x, x es un miembro del
conjunto A si y sólo si es un miembro del conjunto B, entonces A es idéntico a B”. Este
axioma se extrae del principio de extensionalidad que fija condiciones suficientes para
afirmar si dos conjuntos son idénticos o no. Este principio tiene la consecuencia de que
hay sólo un conjunto vacío (suponiendo que hay al menos uno que sea el referente de
aquéllas expresiones cuyos objetos aludidos no existen por ignorancia nuestra. Por
ejemplo, “los ganadores del concurso de ensayo “Augusto Salazar Bondy” del año 2007”
referirá a un conjunto que puede ser vacío si resultase que dicho concurso fuese
declarado desierto (como de hecho sucedió en la Escuela Académico Profesional de
Filosofía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. (Dicho sea de paso la
acostumbrada realización anual de este concurso ha sido suspendida hasta esta fecha:
miércoles 21 de mayo del 2008)). Esta es una razón de que tenga sentido postular en una
teoría de conjuntos la existencia de un conjunto vacío). Pues si V 1 y V2 son ambos
conjuntos vacíos, como sus elementos son los mismos (ninguno), por el principio de
extensionalidad, deben ser el mismo conjunto. Más precisamente si hubiera dos conjuntos
vacíos V1 y V2 , tendríamos por un lado que para todo x, x∉ V1 (x no pertenece a V1) y, por
otro lado, que para todo x, x∉ V2. Pero entonces, consideremos estos dos enunciados:
(∀x) (x∈V1 → x∈V2)
(∀x) (x∈V2 → x∈V1)
Como para cualquier x tanto ‘x∈V1’ como ‘x∈V2’ son falsos, los antecedentes de ambos
condicionales resultarían falsos para cualquier valor de x. Pero en la lógica clásica un
condicional sólo es considerado falso cuando el antecedente es verdadero y el
consecuente falso. Luego, ambos enunciados son verdaderos. De la unión de estos
enunciados se obtiene:
(∀x) (x∈V1↔x∈V2)
Y entonces por el principio de extensionalidad se infiere que V 1=V2. (Sartorio, 2000, p.
20s)
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Dado un conjunto cuya existencia ya está garantizada, este axioma permite agrupar en
un nuevo conjunto todos los miembros de ese conjunto dado que satisfacen cierta
propiedad. El conjunto que resulta es un subconjunto del conjunto dado y resulta de
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atendemos por comprensión a los elementos de Φ, notaremos que es un conjunto
cuyos elementos tienen ciertas propiedades. Por un lado, está muy difundida la
creencia de que una propiedad quimérica (o imposible de cumplir) podría dar lugar
al conjunto vacío. Podemos dar una propiedad, una función proposicional que se
convierte en una proposición falsa cualquiera que sea el valor de la variable que
ser un vigilante ciego. Aquí tanto la falta de sentido como la falsedad del
Noviembre, Diciembre}
“separar” los elementos que tienen la propiedad en cuestión de los que no la tienen. De
este axioma se infiere la existencia de un conjunto vacío. Pues, dado un conjunto
cualquiera A, tomando la propiedad de no pertenecer a A, se obtiene el subconjunto de A
formado por los elementos que no pertenecen a A (o sea, el conjunto vacío, Φ) (Sartorio,
2000, p. 111)
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Podrían haber mundos posibles en los cuales se estipule la existencia de los unicornios
tal y como Kripke propone. Pero para ello algunas otras condiciones tendrían que darse y
desde luego se tendría que dar algún criterio para identificar los unicornios que no existen
y que son relativos a éste mundo con los unicornios que existen y que son relativos a ese
mundo. Sin embargo, tomando en cuenta el dicto kripkeano (que toma a los nombres
como designadores rígidos) recordemos que el que un nombre sea un designador rígido y
que designe la misma cosa en todo mundo posible significa que está en lugar de esa cosa
cuando nosotros hablamos de situaciones contrafácticas. (Kripke, 2005, p. 51) Por ello, en
vez de hablar de unicornios existentes y no existentes optaremos por elegir otro nombre
para estos unicornios que existen, a saber, E-uniconios.
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B =C {x / (x · 0 = 1)} y U2 = R = Q ∪ I. 4
Con esto logramos reivindicar lo que nos dice Heidegger acerca de la nada, a
saber, que “(…) es la negación pura y simple de la omnitud del ente.” (1967, p.
86). La negación pura y simple de la omnitud del ente estará representada por la
negación explícita de los tres principios lógicos. La nada como la negación del ser
mediante una fórmula lógicamente falsa sino que también se puede definir por
es obvio para unos resulta borroso para otros. Por ello nos vemos en la necesidad
entre todos los elementos de todos los conjuntos y los elementos del conjunto
Surreales) el diálogo entre Alicia y Ben, dos amantes matemáticos aficionados que
p
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Donde R = Números Reales; Q= Números Racionales=C { / p, q ∈ Z, q ≠ 0} y
q
Z=Z-∪0∪N, Z=Números Enteros=E{-∞ …, -2, -1, 0, 1, 2, …+∞},
N=Números Naturales=E{1, 2, 3, 4, …∞},
I=Números Irracionales=C {x / x tiene representación decimal infinita no periódica}
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discuten sobre el significado de las inscripciones de una piedra muy antigua que
cuyos elementos están en la relación de “ser menor que”, es decir, x=(XI,XD) donde
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XI XD. Los elementos del conjunto vacío son menores que ellos mismos pues el
conjunto vacío no tiene elementos. Esto generará al número “0” el cual se define
como 0=(Φ,Φ), donde Φ<Φ (bajo la notación de Conway). Los elementos del
conjunto vacío son menores que los elementos del conjunto cuyo único elemento
es el número cero y los elementos del conjunto cuyo único elemento es el número
cero son menores que cualquier elemento del conjunto vacío. Esto generará la
acaba. Si XI o XD es vacío, XI<XD (v. g. Φ<XD ∨ XI<Φ) se cumple sea cual sea el
conjuntos tienen la propiedad de ser menores que cualquier elemento del conjunto
existieron; y también en un mundo posible donde los caballos existan pues los
elementos del conjunto vacío no son caballos ni no-caballos, ellos no existen. Esto
cosa. Esto podría explicarse diciendo que el conjunto vacío tiene elementos que
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Siguiendo a Saúl Kripke en “ El Nombrar y la Necesidad ” (2005, p. 47) señalamos que
el mundo posible no es un país lejano con el que nos topamos o un universo alterno al
que vemos a través de un telescopio. Definiremos referencialmente al mundo posible
como una situación contrafáctica y diremos que un mundo posible es un estado de cosas
y condiciones asociadas. “Los “mundos posibles” se estipulan, no se descubren mediante
poderosos telescopios”.
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Por ejemplo, si estuviera solitario sumergido debajo del agua donde solo hay
peces y coral, podría afirmar que en estos momentos hay: 0 vacas, 0 agricultores,
0 computadoras, 0 manzanas, etc. Podríamos decir que hay cero cosas que no
suele haber borradores (una cartuchera, por ejemplo) diríamos que hay cero
por cualquier propiedad porque el cero como una cantidad aplicada a una
magnitud, es verdadero de todo. Por ejemplo, decir que existan cero televisores no
implica decir que no existan televisores sino que más bien implica decir que
aunque nuestra reserva de televisores está agotada podría ser reabastecida tarde
o temprano.
3. Definición de número
cero, es decir, Card (Φ) = 0. Esto nos llevará a utilizar otros conceptos tales como
“(…) Un conjunto se llama “[equivalente]” con otro cuando hay una relación de
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“uno a uno” (…)” (Russell, 1945, p. 31) o, lo que es lo mismo, cuando hay una
relación biunívoca entre los 2 conjuntos. Ahora bien: “(…) Formemos una clase
con la clase que no tiene elementos: esta será la del número cero. (…)” (Russell,
1945, p. 33) La clase de las clases que tienen un solo elemento, es la clase del
número uno. La clase de las clases que tienen dos elementos, es la clase del
número dos, y así sucesivamente. Con esto ya podemos decir que un número es
“(…) todo aquello que es el número [o cardinal] de una clase” (Russell, 1945, p.
36). Analicemos el cero: si un conjunto tiene cero elementos, la clase de todos los
elementos que son equivalentes con este conjunto que no tiene elementos (o que
Con esto aseguramos que “(…) [c]ero es la clase cuyo único elemento es la clase-
naturaleza del número cero. Sin embargo, la postura ordinalista que considera
sido desarrollada (Sartorio, 2000, p. 96). Según esta postura, el número ordinal es
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un segundo, etc, y cada número ordinal sucesivo contiene a todos los números
ordinales anteriores:
“Como consecuencia de esto, se volvió una práctica común identificar los ordinales
con el conjunto de sus predecesores. (…) [E]l número 7 es el conjunto
{0,1,2,3,4,5,6}, el 1 es el conjunto {0} y el 0, dado que no tiene ningún predecesor,
es Φ (…) Dado que el 0 es Φ, el 1 (el conjunto cuyo único miembro es el número
0) es el conjunto {Φ}, el 2 (el conjunto cuyos miembros son el 0 y el 1) es el
conjunto {Φ,{Φ}}, el 3 (cuyos miembros son el 0, el 1 y el 2) es el conjunto { Φ,{Φ},
{Φ,{Φ}} }, ω (el conjunto de los números naturales, incluyendo al cero) es el
conjunto {Φ, {Φ}, {Φ,{Φ}}, { Φ,{Φ},{Φ,{Φ}} }, ...}, etc. Los conjuntos que resultan de
la identificación mencionada son conjuntos puros (…), y forman parte de la
jerarquía de conjuntos conocida que surge de la noción “iterativa” de los conjuntos.
El 0 se obtiene en el paso inicial de la construcción de la jerarquía, el 1 en el paso
siguiente, el 2 en el siguiente, etc.” (Sartorio, 2000, p. 101s)
que contiene al conjunto vacío; el segundo, el conjunto que incluye a los dos
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Φ=0
{Φ}=1
{Φ,{Φ}}=2
{0, 1, 2, 3, …}= ω
ordinales finitos. Pero, ¿cómo podría explicar esto un filósofo metafísico esta
situación sin hacer uso de la matemática? Según Heidegger: “La esencia de esta
nada, originariamente anonadante, es: que lleva, al existir, por primera vez, ante el
ente en cuanto tal” (1967, p. 96). La nada como el conjunto vacío o el número cero
(Φ=0) son claves para determinar todos los otros elementos propios de la
matemática como los números y las funciones: la nada hace posible que podamos
ocurre con el conjunto vacío y el número cero, ellos por definición no podrían ser
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iterativa de conjuntos y a la sucesión infinita de números y por ello pertenecen
Ahora bien, si quisiéramos saber en serio qué no podrían ser los números
número cero con la promesa de criticarla tanto como se pueda, no tanto para tener
“El cero no es un número (…). Todos los números del 1 al 9, se hallan presentes
en el cero, y cuando el cero se combina con estos números, se desarrolla toda una
serie de números. (…) La introducción del cero ayudó al desarrollo de las
matemáticas, la ciencia y la tecnología modernas, que llevaron a la humanidad a la
era de las computadoras, pero él no “existe”. ” (Johari, 1995, p. 12s)
como que el número cero no es un número, que dicho número no existe y que
contiene a todos los números naturales del 1 al 9. Decir que el conejo blanco no
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usos lingüísticos cotidianos puede explicar la necesidad de utilizar el número cero:
no pero creo que es sensato pensar que asume que existen), sino algo así como
could not be”: “Ser el número tres no es más ni menos que estar predecedido por
(Benacerraf, 1965, p. 291). Los números son roles desempeñados con el fin de
una cadena ni una argolla pero puede ser el extremo izquierdo de dicha argolla), el
uno es el punto de encuentro entre la argolla y la otra cadena más grande, el dos
es el punto de encuentro entre una cadena de dos argollas y otra cadena más
grande, el tres es el punto de encuentro entre una cadena de tres argollas y otra
cadena más larga, y así sucesivamente. Pero que los números del 1 al 9 se hallen
presentes en el número cero sí que es algo falso, pues el cero bien podría ser la
ninguna de las dos presentaciones del cero se detectan presentes los números del
el cero resultan todos y cada uno de nuestros números, pero esto es gracias a que
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5. Paradoja de Φ
Por una parte, el conjunto vacío reunirá elementos cuya propiedad sea la de
ir en contra de algún principio lógico. Por otra parte, sus elementos cumplirán
PARTE 1: “Los elementos del conjunto vacío no tienen todas las propiedades.
Pero, no hay elementos dentro del conjunto vacío, es decir, el número cardinal de
Φ es igual a cero. Por ello, los elementos del conjunto vacío tienen todas las
propiedades.”
PARTE 2: “Los elementos del conjunto vacío tienen todas las propiedades. Sin
embargo, hay una propiedad que también deben tener, la propiedad de no tener
todas las propiedades. Luego, los elementos del conjunto vacío no tienen todas
las propiedades.”
PARTE 1 de la paradoja del conjunto vacío: este conjunto tiene todas las
infinitas propiedades del conjunto vacío representa otro apoyo en favor de esta
parte de la paradoja. 6
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Veáse p. 7 de este artículo.
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La PARTE 2 de la paradoja en cambio parece ser ingenua. Pero en sentido
que algunas contradicciones son verdaderas sin que esto signifique que nuestro
entonces, siguiendo a Graham Priest (2008, pp. 2-5), afirmaremos que si a la frase
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La propiedad de tener todas las propiedades, es también una propiedad. Pero no es del
mismo tipo que el “ser blanco”, “ser pequeño” o “ser sólido”. Estas últimas son
propiedades descriptivas pues dan cuenta de las características perceptibles de cierto
objeto. En cambio, la propiedad de tener todas las propiedades, no es una propiedad tan
simple como las anteriores, se trata de una meta-propiedad del objeto en cuestión.
También podemos admitir la existencia de meta-meta-propiedades y postular toda una
jerarquía de propiedades de la misma manera en la que Tarski (1997, pp. 63-108) y
Russell (1983, pp.594-600) propusieron: a las propiedades descriptivas podemos
llamarlas de primer nivel, a las propiedades sobre propiedades podemos llamarlas de
segundo nivel, a las propiedades sobre propiedades sobre propiedades podemos
llamarlas de tercer nivel. Por ello, la propiedad de no tener todas las propiedades no
puede ser una propiedad del conjunto vacío, sino una metapropiedad de nivel 2º pues
está aludiendo a otras propiedades. Sin embargo, esta forma de solución resulta ser muy
artificial por introducir distinciones contraintuitivas para descifrar “la propiedad de no tener
propiedades”. Además, la aparente solución puede ser refutada mediante un
contraejemplo: ∀x “la metapropiedad de nivel x de no tener metapropiedades de nivel x”
es una metapropiedad. Igual suerte correría la pretendida solución de Kripke presentada
en su Outline (1997, pp. 109-143) respecto a su teoría de puntos fijos: “la metapropiedad
de punto fijo x de no tener metapropiedades de punto fijo x” es una propiedad y no lo es.
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conjuntos vacíos. Las axiomáticas de las teorías de conjuntos incluyen entre sus
filosófica respecto a la clase vacía”? (1983, p. 106), ya que “[c]on la clase vacía se
señalada. Pienso que si la verdad en este caso está relacionada con el origen
debemos ver si alguna paradoja necesita o requiere del conjunto vacío como
mínimo ingrediente para ser formulada. Y esto ocurre con la paradoja de Russell.
La paradoja de Russell puede ser reformulada con la ayuda del conjunto vacío
gracias a que éste no se contiene a sí mismo. Sin embargo, hemos se señalar que
esto no significa que no sea posible utilizar otro conjunto; podemos utilizar
debido a que no contiene a ningún elemento, es más específico que cualquier otro
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que no existen otros conjuntos que no se contengan a sí mismos aunque pueden
tenemos que R=E{Φ}. A simple vista la definición por extensión del conjunto R
sola existencia del conjunto vacío. La verdad filosófica del conjunto vacío es que
ayuda. Por ello, dado que la paradoja de Russell está basada en las de Cantor y
de las paradojas del máximo cardinal (U) y máximo ordinal (Ω), respectivamente.
En este sentido, no solo el todo genera inconsistencias sino que también la nada
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número ordinal, como Φ, el conjunto vacío son extremos absolutos que generan
contradicciones que nos sugiere la idea de utilizar otro tipo de lógica diferente de
BIBLIOGRAFÍA
http://www.inei.gob.pe/perucifrasHTM/inf-dem/cua1.htm
KRIPKE, S. (1997) “Esbozo de una teoría de la verdad”. En: Juan Antonio Nicolás
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……………. (2005) El Nombrar y la Necesidad. 2a. ed., México: UNAM.
Calpe
Losada.
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