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1. HEME AQUI PLANCHANDO Heme aqui planchando y lo que me pides va y viene, dolorosamente, con 1a plancha. A ver si tienes un momento y vienes a hablar conmigo de tu hija. Estoy seguro de que puedes ayudarme a comprenderla. Es una jovencita que ne- cesita ayuda y yo tengo mucho interés en ayudarla, —Que necesita ayuda... —Aunque fuera, ¢qué se iba a sacar en claro? ¢Te erees que porque soy su madre tengo alguna clave © que podrias utilizarme como clave, no sé cémo? Tiene ya diecinueve afios. Hay toda esta vida que ha vivido fuera de mi, lejos de mi. e¥ cudndo hay tempo para recordar, analizar, sopesar, calcular y echar la cuenta? Me pondré a hacerlo, habr una interrupcién y habré que jun tarlo todo otra vez. O me quedaré empantanada con todo lo que hice y no hice, con lo que deberia haber sido y lo que ya no puede remediarse. Era preciosa de pequena. La primera y dnica de Jos cinco que tenemos que era hermosa cuando na id, Ni siquiera te Imaginas lo distinto e inguletan- te que le resulta hoy conservar Ia belleza. No la co nociste en aquellos afios en que se creia fea, ni la 2 visteabsorta con las fotos de cuando era pequet Obligandome a que le ijera una y otra velo bon. ta que habia sido —y lo que seria, segun le decia yom, y lo que era para quien tuviese buen oo. Pero los buenos ojos eran eseasos 0 inexistontes, Tacha. dos for aos, Yo la amamanté. Hoy en dia se piensa que exo es importante. DI de mainar a todos los ion peso on ella, a pesar de la feror resistencia dl pric Parto, me comporté como decian ios manuales de entonees. Y aunque sus gritos me tastornabun. y tos pechos me dolian de la hinchazon, yo eopersba hasta el momento exact. Por qué digo esto en primer lugar? sé 5 importa o si explica nada De pequefia era preciosa, Le saan de la boca ra antes burbujar sonoras. Le encantaba el movk miento, le encantaba la lu, le encantaben fos colo. Fes, lu misica el dibujo de las teas. Se quedaba en 1 Suelo con el babero azul y To golpeabe com tanta fuerza, en tal éxtasis, que las mango ¥ los ples ni se le velan. Para mt era un milagre, pero cuando umpllé fos ocho meses tuve que dcjatia el ds cs tero\con Ia sefora de abajo, para quien desde Iuegs no era ning milagro, ya que yo trabajaba o Bes faba trabajo yal padre de Emily, que sya no agsane {aba “sept excribis en su carta de despedida compartir la mlseria con nosotrase Yo tenfa diecinueve aos, Era la época de Is gran crisis, antes dela descongestion y de la WPA* Yo sath tpt Ahn, sem an tain 10 echaba a correr en cuanto bajaba del tranvia, subia corriendo las escaleras, Ia casa llena de un olor agrio, y me despertaba 0 me dormia para desper- tar coa un sobresalto; cuando ella me vefa rompia fa llorar con un llanto entrecortado que nada podia calmar, un lanto que atin oigo. ‘Al cabo de un tiempo encontré un empleo que me ocupaba por la noche, asi que podia estar con ‘lla durante el dia y todo fue mejor. Pero al final tave que Hlevarla con la familia de él y abandonarla. Llevé tiempo reunir el dinero para su billete de vuelta, Entonces cogié la varicela y tuve que espe- rar. Cuando por fin volvi6, apenas Ia conocia con aquellos andares rapidos y nerviosos, como su pa dre, tan parecida a su padre, delgada, con un ves tido rojo de lana barata que le amarilleaba la piel 1y se le reflejaba en los hoyuelos de Ia varicela. Le hhabia desaparecido todo el encanto infantil. Tenia dos afios. Edad suficiente para la guard ria, segtin decian, y yo no sabia entonces lo que sé ahora: el cansancio de todo un largo dia y los roces de Ja vida en comtin de esa clase de guarderias que no son més que lugares para estacionar nifios. Claro que no habria importado mucho que lo hubiera sabido. No habia otro sitio. Era la dnica manera de estar juntas, la Ginica manera de conser- var yo un empleo. Y aun sin saberlo, lo sabfa. Yo sabia que la maes- tra era una vibora porque se me ha quedado graba- do todos estos afios en la memoria, el nifio encogi do en un rincén, ella diciendo con voz aspera: «@Por ‘qué no sales? ¢Porque Alvin te pega? Ese no es mo- tivo, sal, cagona.» Yo sabia que Emily detestaba n quello aunque no se me aferrase y me supli me suplicara mami, no te vayas» como los demas nifor yor la Siempre tenia pretextos para que nos quedérs: sos en casa, Mama, tienes mala cara, Mami me em cutentro mal. Mami, Roy no van las sefritas,cotan cofermas, Mami, no puede ey anece hbo tn incendio. Mami, me han dicho que hey es fiesta que no hay escuela. id 7 " er0 nunca una queja directa, jams Ia rebel. Pienso en los otros custro a sus tres y canto aloe, los estalides, el mal genio, las protestas, las exigen cias, y me pongo enferma en el acto. Dejo la tan cha. 2Qué habia en mi que despertaba en ll tata bondad? ¢¥ cual era el precio el precio que fase, bavella por tal bondad? El viejo que viva al fondo dio una ver con aque lla dulzura suya: 7 —Deberia sonreis mis a Emily cuando ta mira Qué habia en ai cara cuando la miraba? Yo la adoraba, Solo amicr habia en ela Solamente con los demas me acordé de Io que el viejo habia dicho, y era una cara alegre a Preocupada o nerviosa 0 triste lo que les mostrabe, demasiado tarde para Emily. No sonrie mucho, por no decir que nada, mientras que sus hermanos hermanas sito hacen. Tne la cars hermeica 3 sombria, pro, exando quiere, qué expresiva Tienes que haberla visto cuando hace pantomienas, ta fo blas de eta raracapacidad soya para hacer reir on el escenario y que provoca la isa de un publice ton garitoso que aplaue sin parar y'n0 quiere que se R {De dénde ha salido esa capacidad para lo cé- mico? No habia en ella nada parecido cuando volvié ‘a mi lado por segunda vez, después de que nueva- mente la alejase. Ya tenia un nuevo padre a quien querer y pienso que acaso fue una época mejor. ‘Salvo cuando la dejébamos sola por la noche, y nos deciamos que ya era lo bastante mayor. {Por qué no te vas en otro momento, memé, por ejemplo mafiana? —me decia—, ;Verdad que vyolverés enseguida? Me lo prometes? Cuando volviamos, la puerta de la calle abierta, 1 reloj en el suelo del recibidor. Ella, despierta y tirante. ~ No volviste enseguida. No he Horado. Te lamé tres veces, sélo tres veces y entonces bajé corrien- do a abrir Ja puerta para que pudieras entrar més aprisa. El reloj hablaba muy alto. Lo tiré, me asus taba lo que decia Volvié a decir que el reloj volvié a hablar muy ‘alto la noche en que fui al hospital para tener a ‘Susan, Deliraba a causa de la fiebre que viene antes del sarampién, pero estuvo totalmente hicida du rante Ia semana que yo pasé fuera y la semana des pués del regreso a casa, cuando no se nos podia acerear ni a la nueva pequefia ni a mi No crecia bien. Estaba en los huesos. no que: ria comer y tenia pesadillas todas las moches. Me lamaba y yo me despertaba exhausta para decirle con vor sofiolienta: —No te pasa nada, cariiio, duérmete, no es mas que un suefio. —¥ si con vor mis seve- ra—: Vamos, duérmete, Emily, nadie va a hacerte das. 3 Dos veces, sélo dos veces, cuando de todos mo- dos tenfa que levantarme por Susan, ful a sentar ‘me con ella Ahora, cuando ya es demasiado tarde (como si ella me dejara tenerla abrazada y tranquilizarla igual que hago con los otros), me levanto y acudo a su lado nada mas oir que se queja 0 se remueve intranquila. —eEstds despierta, Emily? Quieres que te pre pare algo? La respuesta siempre es la misma: No, madre, estoy bien. Vuelve a la cama, En la clinica me convencieron de que la enviase una casa de reposo en el campo, donde «tendra Ia comida y las atenciones que usted no puede dar. le, y podra usted dedicarse a la nueva criaturar. Adin siguen mandando nifios a aquel sitio. En las paginas de sociedad veo fotos de jovenes muy arre- @ladas que preparan fiestas para reunir dinero, 0 que bailan en las fiestas, 0 que decoran huevos de Pascua, 0 que hacen regalo: navideiios a los nifios. Nunca hay fotos de los nifios, de modo que no sé si las chicas siguen levando aquellos enormes lazos rojos y aquella cara desolada de los domin 0s, en que los padres podian ir de visita «salvo que se disponga lo contrarlo»... tal como se dispuso dus ante las seis primeras semanas. ‘Oh, es un lugar hermoso, hierba verde, arboles altos y ondulados macizos de flores. Alla, en la te- raza de cada casa, estén los nifios en pie, las chicas con su lazo rojo y su vestido blanco, los nifios con traje blanco y enorme corbata roja. Los padres se quedan abajo, desgafitindose para que les oigan 4 entre 4 los nios se desgafitan para que les oigsa. ¥ ailos el muro invisible «No Contaminar con Micro- bios Paternos ni con Afecto Corporal Habia una nita pequetita que siempre iba de 1a mano con Emily, Nunea iban sus padres. En cle Visita ya no estaba. —La han camblado a Rose Cotiage —arité Emi ly para explicarlo—. No les gusta que se quiera equi a nadie, : ierta semana me exeribid, con a trabajo cae ligrafia de los siete alos. «Estoy bien, Cémo es 1s pita Si ecruo bien ls crta me gard aC trella, Besos», No gand ninguna estrella, Nos seri- Simos todos Tos dias, carta que ella no habria po dido ni entender ni retener, sélo hacer que se las leyeran... una sola ver ay “to que pasa es que no hay sito para que Tos nifios guarden objetos personales —n0s oe con paciencia cuando unimos los gritos de un do- Tningo para rogar por lo mucho que ilicaria pea Emily, que adoraba tener cosas, que #¢ Ie perm ticra conservar las cartas y postales. Cada visita parecia mas débil. No come ~n0s decian i @ara desayunar les daban huevos bates 0 cr ta lena de grumos. Emily dia desputs: I dele ba en la boca sin tragarlo, Nada sabia ben, slo cuando daban pollo.) Nos costs ocho meses que nos fa deveveran y Sélo ol hecho de que Iubera reeueredo tan poco de fos tres kilos y medio perdidos comencé 8 ls asistenta social : Yo solia tomarla en mis brazos y mimarla cuando 5 estuvo de vuelta, pero su cuerpo seguia igual de rigido y al cabo de un rato me rechazaba. Comia poco, La comida le daba néuseas, y sobre todo la vida, pensaba yo. Oh, tenia un cuerpo ligero y gil, corria como una exhalacién con los patines, rebo. taba como una pelota, arriba, abajo, arriba, abajo, cuando saltaba a la comba, pasaba rasando el ce- 110; pero esto duré muy poco. Se atormentaba por su apariencia, delgaducha, ‘morena y de aire extranjero en una época en que todas las nifias, al parecer, tenfan que ser o creian ser una versién rubia y mofletuda de Shirley Tem- ple. El timbre de la puerta sonaba a veces para ella, pero nadie parecia querer venir a casa a jugar oa ser su amiga. Tal vez porque nos trasladabamos tanto. Hubo un chico al que quiso mucho durante dos ‘semestres escolares. Meses después me contaria ella misma que me habia cogide unas monedas del bol so para comprarle golosinas. —Lo que més Ie gustaba era el regaliz y yo le evaba un poco todos los dias, pero sin embargo preferia a Jennifer. Por qué, mami? —Ah, esas Preguntas para las que no hay respuesta La escuela le resulté un problema. No era lo- uaz ni despierta en un mundo en que Ia locuaci- dad y la viveza se suelen confundir con la capacidad de aprender. Para sus irritados y cansados profe- sores era ella una nifia «dura de molleras, muy te naz, que se esforzaba por entender las cosas y se ausentaba demasiado a menudo, Yo Ia dejaba que faltase a clase, aunque a ve. es Ia enfermedad era imaginaria. Cuanta diferen 16 cia seapecto de mi infeed respect @ la ae tencia ae Jos otros. Yo no trabajaba. Tenfamos una cvs na 9 como furs me goede en cm. A aes ana S22 To Eastnte mayor. hae cembion gat ao feta la esucla pore estar oie ry nasi fecuentss acesos de asma ys respraciin sper 7 srabajes,leaba Ta casa de nvontdo curlonmente sosegado. Le Hevaba « Ta Same dos copcon eu conods Wey lascaen saa ne ae Sectonce Reamin cuentas Pe Sent suskos chap’ ce’ boca 9 concas, fo Mea aM ates ees 9 resorts, co osldades tel tory fuga con Susana King cone ee eee elaro,pblandles de sucesos. Estas eran las tinicas ocasiones de camaraderia pacifica entra ella y Susan. Me he ido apartando poco a poco de aquello, de Ia emponzofiada volubi- lidad que habia entre ellas, de aquel horrible equi Iibrio entre heridas y necesidades mutuas que tenia que poner entre ambas, y tan mal, en aquellos pri- ‘eros atios. Bueno, también hay conflictos entre los otros, son humanos y hay cosas que necestan, cosas que exigen, dafios Eau infligen, cosas que a = ero sélo entre Emily y Susan, no: en Emily hacia Susan habia aque resentment leno de saa. Se dirfa evidente visto por encima, Pero no es tan ex dente. Susan, la sepundogenita, Susan, rola, de pelo rizado y rubio, vivaz, organizads, tranquil fodo lo que en aspecto y modales no era Emily; Sx san, incapaz de resistirse a los valiosos objetos de 7 Emily, perdiéndolos © rompiéndolos a veces con torpeza; Susan, contando chistes y adivinanzas e cuantos la rodeaban, en busca de aplauso, mientras Emily permanecia en silencio (para decirme a ml pis tarde: era una adivinanza mia, madre, yo se Ja dije a Susan); Susan, que a pesar de los vince aftos de diferencia en edad no iba sino un allo de. trés de Emily en cuanto a desarrollo fisico, ‘Me alegro de aquel desarrollo lento que acorta: be la diferencia entre ella y los de su edad aan, ‘Si yo tuviera ese pelo Tojo», «Si yo tuviera ese cutis...» Ya se martivon, ba de sobra por no parecerse a los demas, tenfa in: feeuridades de sobra, tener que pensar las pala. pras antes de hablar, la preocupaciin constante por To que pensaban los demas de ella, sin necesiiad de que viniera a aumentarlo todo los despiadades Pufietazos del cuerpo. Ronnie me llama, Se ha mojado y lo cambio de ropa. Es raro que haya ahora tales gritos. Cast ha Pasado ya para m{ ese periodo de la maternidad en gue el ofdo propio no es propio, sino que he de estar siempre en continuo suftimiento ya la ce Gucha del Manto del nifio, de la Hamada del nino, Nos sentamos un rato, lo cojo y contemplo @ lo lejos la planicie de la ciudad de carbon, con sus actiles pasillos de luz. «Shoogilys, dice en voz baja ¥ $e acurruca contra mi. Lo llevo otra vez a la oe ma, dormido ya. Shoogily. Una palabra divertids, 18 palabra familiar, aprendida de Emily, inven. una palabra familiar! estoy a pusto. tds por ella pare de cosas Le icjado ea hue. a este cr alta. ¥ me sobresalto por decitlo, Us, digo en vero? 2Oué es lo que me he puesto g cA qué me refiero? rensible? A'mi, en loz tonkies Junta, hacer comes anos dela pose erie ati del crecimifetrabajabe, habia ya cuatro mas jen, Yo trabajaba, habia ya recuerdo bier hia tiempo para ella. Tenia que ay, Bequetios, no Peyama de cass, la que hacia la com. dar a ser madre 7 hutlia, Mafanas de con ae memes aig histera, peleando por hacer loe bo Leen renee Pe

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