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NOCIONES JURIDICAS

EN LA FORMACION DEL CIUDADANO

APUNTES SOBRE LA CONSTITUCION NACIONAL

Autores
Ricardo Alberto Muñoz (h)
Ignacio Ramón Fernández

Colaboradores
Javier Unamuno
Gustavo Segre

Universidad Nacional de Río Cuarto

Río Cuarto - Argentina


Nociones Jurídicas en la formación del ciudadano. Apuntes sobre la Constitución
Nacional

2a ed. - Río Cuarto: Universidad Nacional de Río Cuarto, 2013.

208 p.; 23 x17 cm.

Nociones Jurídicas en la formación del ciudadano.

Apuntes sobre la Constitución Nacional

Muñoz (h), Fernández (autores)

Unamuno, Segre (colaboradores)

Primera Edición: Mayo de 2012

Segunda Edición: febrero de 2013

Tirada: 400 ejemplares

Diseño y compaginación: Mgter. Lilian Vera.

Dpto. Cs. Jurídicas, Políticas y Sociales.

FCH. UNRC.
Universidad Nacional de Río Cuarto
Rector: Dr. Marcelo Ruiz

Vicerrector: Prof. Javier Salminis

Secretario de Ciencia y Técnica: Prof. Alejandro Larriestra

Facultad de Ciencias Humanas


Decana: Mgter. Gisela Vélez

Vicedecano: Dr. Pablo Wehbe

Secretaria Académica: Mgter. Ana Vogliotti

Secretario Técnico: Prof. Gustavo Kunzevich

Comité Editor

CEPRI
Centro de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales

CIEJ
Centro de Investigación y Estudios Jurídicos

Contenido evaluado por el Comité Editor del CEPRI y CIEJ


Índice

La importancia del módulo para el estudiante 11

Constitución nacional: fuentes y antecedentes históricos 13

La Constitución de 1853 19

La separación de Buenos Aires 21

Buenos Aires y la confederación 22

La Constitución de 1860 22

La reforma de 1866 23

La reforma de 1898 24

La reforma de 1949 25

La reforma de 1957 25

La pretensión de la reforma de 1972 26

La reforma de 1994 27

Conformación del estado 28


Estado y Nación 31

Nación 32

La Constitución Nacional: concepto. Partes 34

Partes de la Constitución 36

Disposiciones transitorias 36

El Preámbulo: significado y contenido 37

Constitución Nacional: primera parte 39

Declaraciones 39

Caracteres del Gobierno argentino 40

Derechos 47

Proclama de la Asamblea General de las Naciones Unidas 51

El sistema internacional de derechos humanos. 51

Garantías 56

Deberes y derechos de los ciudadanos 58

Poder constituyente 60
El estado de sitio y la suspensión de las garantías 61
constitucionales

La intervención federal 62

Constitución nacional: segunda parte 63

Autoridades de la Nación 64

El poder legislativo 64

Gobierno 66

Sistemas de gobierno 68

El sistema parlamentario 68

El sistema presidencialista 73

El Congreso de la Nación: estructura bicameral e 77


integración.

Incompatibilidades, quórum y mayorías, sesiones. 81


Asamblea legislativa.

Privilegios parlamentarios 84

Atribuciones del Congreso 86


Procedimiento de formación y sanción de las leyes 92

La Auditoría General de la Nación y el Defensor del Pueblo 95


de la Nación

Poder Ejecutivo 97

Régimen constitucional 99

Atribuciones del Poder Ejecutivo 101

El Jefe de Gabinete. Sus atribuciones. Los ministros 104

Poder Judicial 105

Garantía para la independencia del Poder Judicial. 107


Incompatibilidades

Mecanismos de designación y remoción de los jueces 108

Competencia federal 109

Los gobiernos de Provincia 110

La autonomía municipal y la Ciudad autónoma de Buenos 112


Aires

CONSTITUCION NACIONAL 115


NOCIONES JURIDICAS

EN LA FORMACION DEL CIUDADANO

APUNTES SOBRE LA CONSTITUCION NACIONAL

Texto actualizado: Muñoz, Ricardo Alberto (h)

Fernández, Ignacio Ramón

1.- LIMINAR.- LA IMPORTANCIA DEL MODULO PARA EL ESTUDIANTE

El modulo que hemos denominado “Nociones Jurídicas en la


formación del ciudadano”, y que forma parte de las Actividades de
Ingreso a la Vida Universitaria (AIVU), como un eje mayor e integral,
constituye una aproximación inicial de los estudiantes de las carreras
del Departamento de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales de la
Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Río
Cuarto, con el fenómeno de la organización nacional, los órganos de
gobierno y los derechos más esenciales de los ciudadanos, todo ello
desde una perspectiva teórica, pero al mismo tiempo práctica, pues
el docente brindará al educando un panorama de la realidad en la
cual aquello está inserto.

El estudio de la Constitución Nacional a esta altura de la


carrera se hace indispensable por lo que ésta significa como norma
fundante y principal que otorga validez formal y material a todo el

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sistema normativo de nuestro país. Por ello, los contenidos a indagar
son instrumentales adquiriendo un especial sentido pedagógico, no
sólo porque reafirman aspectos ya analizados en la nivel medio de la
educación formal, sino también porque colocan al alumno en una
perspectiva basal, en el marco de la estructura curricular de las
carreras que necesitan una visión amplia y general de los
acontecimientos dados.

Así las cosas, y con el mencionado objetivo, en el presente


texto puede diferenciarse tres ejes principales, cada uno de ellos con
sustancias que le son propias y que enmarcan al alumno en la vida
institucional argentina.

En primer lugar, y poco después de haber sentado la


importancia del análisis de la Constitución Nacional en la formación
profesional del alumno, a través del presente destacaremos cuales
son las principales fuentes y antecedentes históricos de los
principales textos constitucionales que finalmente dieron cimiento al
actualmente vigente, pasando posteriormente a exponer sobre el
Estado, su fundamentación y elementos constitutivos.

En segundo lugar, daremos cuenta sobre aspectos ineludibles


de la Constitución Nacional (C.N.): su significado, sus partes, y su
carácter fundamental. Ya introducidos en la Primera Parte del texto
constitucional, corresponde que estudiemos, por una parte, la
importancia y contenido del Preámbulo de la Constitución, el que -sin

12
dudas- expresa los objetivos fundamentales queridos por el
constituyente para nuestro país, y las declaraciones, derechos y
garantías plasmadas en el texto fundamental, lo que sin dudas
denota una herramienta de irrenunciable conocimiento y ejercicio
por parte del ciudadano responsable.

Y finalmente, en tercer lugar, a los fines de reafirmar el


principio republicano de separación de funciones, tomaremos nota
sobre la Parte Dogmática de la Constitución Nacional, esto es, los
órganos de gobiernos por ella instituidos, sus componentes, sus
competencias, su integración, la elección de sus miembros, la
duración de los mismos en sus funciones, los requisitos para formar
parte de los referidos órganos, entre otros no menos importantes
aspectos.

2.- CONSTITUCIÓN NACIONAL:

FUENTES Y ANTECEDENTES HISTORICOS

La necesidad de comprender el origen y contexto en que se


diera el proceso de formación constitucional de nuestro país, nos
lleva a mencionar algunos sucesos e instrumentos que allí tuvieron
vital importancia. Si bien la extensión del presente no nos permite un
profundo análisis de los mismos, si es necesario recordarlos y
sistematizarlos a los fines de la contextualización a la que ya
aludiéramos.

13
Cabe recordar que no trataremos todos y cada uno de los
sucesos e instrumentos, sino tan solo aquellos que consideramos
claves para una simple comprensión de nuestro proceso
constitucional.

Como punto de partida del presente, empezaremos el análisis


por los debates que precedieran el Cabildo abierto del 25 de Mayo
del año 1810.

Así, sabemos que al finalizar el reinado de Fernando VII en


España en manos del Napoleón, en el Virreinato del Río de la Plata
había temor de que esta colonia “cayera” en manos de los franceses;
a causa de ello Juan José Castelli y Martín Rodríguez solicitaron al
entonces Virrey Cisneros autorización a fin de llamar a un Cabildo
Abierto; al ser permitido por éste, la asamblea fue fijada para el día
22 de Mayo del año 1810.

En el seno de dicha reunión surgieron diversas posturas en


torno al destino político que debía tomar el Virreinato; así, podemos
mencionar a los diversos actores e identificar a los mismos con una
“posición” o “teoría”; en efecto, el obispo Lué y Riga, fundado en la
“teoría de la delegación”, sostenía que la soberanía residía en
España, bastando la presencia de un solo español en nuestras tierras
para que asuma la soberanía en nombre del rey, hasta que éste
regrese y asuma el mando. Juan José Castelli llevó la bandera de la
“teoría de la reversión de la soberanía”, expresando que al caer

14
preso Fernando VII (en manos de Napoleón) la soberanía había
regresado al pueblo, pudiendo éste delegarlo nuevamente a fin de
constituir un poder político estable. El escribano mayor de Gobierno,
Villota cuestionó la legitimidad de Buenos Aires para representar al
resto de las Provincias del Virreinato y decidir por ellas. Frente a esta
postura fue el bonaerense Juan José Paso, quien con sustento en la
“teoría de la gestión de negocios ajenos” respondió que Buenos
Aires, frente a la emergencia en la que se encontraba el Virreinato,
ocupaba la representación de sus provincias hermanas, lo que se
ratificaría en un futuro congreso en donde si se encontrarían
representadas las provincias.

De la combinación de los argumentos de la “teoría de la


reversión de la soberanía” de Castelli y de la “teoría de la gestión de
negocios ajenos” de Paso, el 25 de Mayo del año 1810 surgió la
conformación del primer gobierno patrio, denominado “Primera
Junta de Gobierno Patrio”, que sería presidida por Saavedra, siendo
Moreno y Paso los Secretarios y Belgrano, Azcuénaga, Castelli,
Alberti, Matheu y Larrea los vocales.

El día 25 de Mayo del año 1810, además de conformarse la


Primera Junta se sancionó el reglamento que regiría el
funcionamiento de la misma y el que es considerado como un valioso
antecedente del constitucionalismo Argentino; dicho Reglamento en

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su art. 10 disponía que los cabildos de las provincias debían elegir sus
representantes para conformar la Junta.

Si bien posteriormente hubo una innumerable cantidad de


sucesos y documentos que tuvieron incidencia en nuestra formación
constitucional que serán debidamente profundizados a lo largo de la
Carrera, lo cierto es que por su importancia veremos sintéticamente
las “Asamblea del año 1813”; allí, las tres cuestiones más
importantes (aunque no las únicas) que se establecieron fueron:
Primero, el establecimiento de la denominada “libertad de vientres”;
segundo, la creación de un Poder Ejecutivo unipersonal llamado
“Director Supremo de las Provincias Unidas”; y tercero, el
establecimiento de la igualdad civil, aboliendo los títulos de nobleza y
fueros personales.

El día 9 de Julio del año 1816 en el Congreso de Tucumán,


convocado por el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón
(quien había sido designado el 3 de Mayo del mismo año), como
primer punto se trató la libertad e independencia. Cabe traer a cita
un pequeño extracto del Acta de la Declaración de la Independencia:
“En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel del Tucumán, a
nueve días del mes de julio de 1816 (...) Era universal, constante y
decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne
del poder despótico de los reyes de España; los representantes, sin
embargo consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus

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talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la
sanción de la suerte suya, pueblos representados y posteridad. A su
término fueron preguntados: ¨si querían que las Provincias de la
Unión fuesen una nación libre e independiente de los reyes de España
y su metrópoli¨. Aclamaron primero, llenos del santo ardor de la
justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su unánime,
espontáneo y decidido voto por la independencia del país (...)”.

El 22 de Abril del año 1819 se sancionó una Constitución que


fue elaborada por una comisión nombrada por el Congreso de
Tucumán. Dicha Constitución, de tinte netamente unitario,
establecía, entre otras cosas, un Poder Ejecutivo a cargo de un
director (cuya duración era de 6 años), un Poder Legislativo
compuesto por dos Cámaras, una de Diputados y otra de Senadores
(estando representadas en esta última no sólo las provincias como
entidades autónomas, sino también diversos sectores sociales como
los militares, las universidades, los eclesiásticos, entre otros) y
finalmente el Poder Judicial a cargo de una Alta Corte de Justicia.

Luego de la batalla de Cepeda del 1° de Febrero del año


1820, en donde se enfrentara por una lado el pobre ejercito de
Rondeau (Director Supremo de la Confederación) y por el otro las
fuerzas de Estanislao López, José Miguel Carreras y Francisco Ramírez
(caudillos que perseguían un ideal federal), comenzó lo que se ha
denominado como el período de la anarquía, momento en el cual las

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provincias se aíslan, aunque no obstante ello celebran pactos entre
ellas, reasumiendo su autonomía.

El 24 de Diciembre del año 1826 se sancionó una


Constitución de tinte también unitario, que tuvo origen en el
Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas instalado a
partir del 6 de Diciembre del año 1824. Allí se establecía un Poder
Ejecutivo Unipersonal, con cinco años de duración, elegido en forma
indirecta por los colegios electorales; asimismo los gobernadores de
las provincias son nombrados por el presidente de la República. No
obstante lo establecido, este Congreso estipuló que la vigencia del
texto constitucional dictado quedaría supeditada a una consulta que
se efectuaría a las provincias, las que debían pronunciarse sobre su
aceptación o rechazo. Este Congreso sancionó también la
denominada “Ley de Presidencia”, creando así el Poder Ejecutivo
Nacional el 6 de Febrero del año 1826, designando en dicho cargo a
Bernardino Rivadavia. A pesar del tipo unitario de esta Constitución,
lo cierto es que la misma no era totalitaria, ya que permitía a las
provincias el no acatamiento de la misma si manifestaban su rechazo,
rigiendo tan solo en aquellas provincias que la hubieran aceptado.

Otro antecedente constitucional muy importante se


encuentra constituido por el Pacto Federal de 1831, sancionado el 4
de Enero de dicho año por las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y
Entre Ríos y al que posteriormente adhirieran otras provincias; allí se

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estableció (en el art. 16 atribución quinta) esencialmente la
necesidad de reunir a un “Congreso General Federativo” para que se
dicte una Constitución bajo el sistema federal.

La Constitución de 1853.

Una vez vencido Juan Manuel de Rosas por el “Ejercito


Grande” de Urquiza en la batalla de Caseros el 3 de Febrero del año
1852, los gobernadores de las provincias celebraron el Acuerdo de
San Nicolás de los Arroyos el 31 de Mayo del año 1852, antecedente
inmediato de la Constitución del año 1853. Allí, además de ratificarse
el Pacto Federal de 1831 (Resolución 1ra), se convocó a un Congreso
General Constituyente a reunirse en Santa Fe (Resolución 4ta y 11ra),
se estableció el régimen federal (Resolución 2da), se estipuló la
igualdad de las provincias y que las mismas llevarán al Congreso
General Constituyente dos diputados cada una (Resolución 9na), se
designó a Urquiza Director Provisorio de la Confederación, entre
otras cuestiones.

Así, el 20 de Noviembre del año 1852 el Congreso General


Constituyente se instaló en Santa Fe, encontrándose allí
representadas todas las provincias a excepción de Buenos Aires. El
proyecto de Constitución fue presentado al Congreso el 18 de Abril
del año 1853, siendo suscripto por los integrantes del Congreso el 1°
de Mayo del año 1853.

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La Constitución promulgada estableció:

 Un gobierno representativo, republicano y federal. El


federalismo que adoptó fue moderado ya que reconoció la
autonomía de las provincias pero también organizó un poder
central.

 El poder legislativo se determinó como bicameral, el poder


ejecutivo, como unipersonal, elegido por un colegio electoral y
sin posibilidad de reelección y, el poder judicial, como
independiente.

 El catolicismo se reconoció como religión oficial pero se


garantizó la libertad de culto.

 Las constituciones provinciales debieron tener aprobación del


gobierno nacional y, los gobiernos provinciales, pudieron ser
juzgados por el Congreso Nacional.

 El gobierno nacional tuvo poder para suspender las garantías


constitucionales por medio del estado de sitio e intervenir las
provincias.

 Se declaró la ciudad de Buenos Aires como sede de las


autoridades nacionales.

 Se aseguró el ejercicio de las libertades individuales y se llamó a


habitar nuestro suelo a todos los hombres de distintas
nacionalidades, concediéndoles derechos civiles.

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Como Buenos Aires no había enviado representantes, la
comisión constituyente trabajó en nombre de trece provincias.

El grupo que se ocupó de su redacción se basó en las


Constituciones de 1819 y de 1826, en la constitución de Estados
Unidos y en el libro de Juan Bautista Alberdi «Bases y puntos de
partida para la organización política de la República Argentina».-

En la Constitución se volcaron temas ya propuestos en 1819,


como la libertad de trabajo, de opinión, de defensa de la propiedad
privada e igualdad ante la ley, a través de los cuales se buscaba
garantizar la seguridad de las personas.-

Otras cuestiones subrayaron el problema político-económico


entre Buenos Aires y el resto del país al establecerse en el artículo 3º
que la ciudad de Buenos Aires fuera capital de la Nación.

Pero se tuvo claro que, a pesar de la difícil tarea, había que


fijar las bases del sistema político, la estructura de gobierno, el modo
de crear y sancionar leyes, como así también los procedimientos para
aplicarlas.

La separación de Buenos Aires.

El Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos que había sido


pensado como un gran paso para la organización definitiva del país,
provocó su separación en dos.

21
Por un lado la Confederación Argentina, integrada por las
trece provincias del interior y por otro lado el Estado de Buenos
Aires.

Buenos Aires y la Confederación.

Buenos Aires inició una época de desarrollo y progreso. Su


actividad más importante era la exportación de cueros y lanas.

La hostilidad entre Buenos Aires y la Confederación creció


hasta llegar enfrentamientos armados. La Confederación ganó la
mayoría de esos enfrentamientos, entre ellos, el fundamental fue la
batalla de Pavón, que si bien fue posterior a la formal incorporación
de Buenos Aires a la Confederación Argentina, sellaría para siempre
la unión nacional.

La hostilidad comenzó a cesar el 11 de Noviembre del año


1859, cuando se firmó el Pacto de San José de Flores, a través del cual
se acordó que Buenos Aires se reintegrara al resto del país, teniendo
el derecho de revisar la Constitución de 1853 para plantear reformas
sobre los temas en que no estuviera de acuerdo.

La Constitución de 1860.

Las reformas a la Constitución propuestas por Buenos Aires


fueron aceptadas en setiembre de 1860 por una Convención

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Constituyente reunida nuevamente en Santa Fe. Uno de los temas
más importantes para modificar fue el que trataba la cuestión de la
capital del país. Buenos Aires no aceptaba que su ciudad fuera la
capital de la nación ya que de ninguna manera estaba dispuesta a
entregarla al patrimonio nacional, así como tampoco aceptaba
compartir con las demás provincias las ganancias de aduana del
puerto de su ciudad.

Por esta razón, como no hubo acuerdo en ese momento sobre


este tema, se retiró del texto constitucional el artículo que fijaba a la
ciudad de Buenos Aires como capital del país y se dejó para que una
ley del congreso lo estableciera en otra oportunidad. Esta cuestión se
definió en 1880 con la declaración de Buenos Aires como capital de la
Nación. Con la aprobación de las reformas la Constitución adquirió
carácter nacional.

La reforma de 1866.

Entre las reformas introducidas en 1860 había algunas de


carácter rentístico, como transición para la entrada de Buenos Aires a
la Nación. Estos artículos contenían frases como "hasta 1866,
cuando...". Por ello, se modificaron los arts. 4 y 67 inc. 1°, que -tal
como lo indicado- habían establecido el plazo de seis años para el
mantenimiento de los derechos de exportación e importación a favor
del Estado Nacional; luego de esta reforma quedan los mismos en

23
forma definitiva para la Confederación sin la estipulación de un plazo
de duración; esta medida fue tomada a causa de los altos costos que
pagaba la Nación en la guerra contra el Paraguay.

La reforma de 1898.

Hacia fines del siglo XIX, se hizo evidente que el crecimiento


de las actividades del gobierno desbordaba las instituciones previstas
en la Constitución. Por ello, en 1898 se reunió una Convención en
Buenos Aires que aprobó, entre otras menores, estas reformas:

a) Cambio de la base de elección de Diputados. La constitución de


1853 indicaba que se elegiría un diputado cada 33.000 habitantes. El
crecimiento poblacional demostró la necesidad de un cambio. El
artículo se reformó para que el Congreso pudiera elevar la base de
elección de diputados para poder mantener su número en una
cantidad razonable (de no haber sido así, hoy la Cámara contaría con
1.121 miembros).

b) Aumento de los ministerios. La Constitución fijaba en cinco el


número de ministerios y deslindaba sus ramos (Relaciones Exteriores,
Interior, Justicia e Instrucción Pública, Hacienda, Guerra y Marina)
Con la reforma su número aumentó a ocho y su deslinde se dejó a la
legislación.

24
La reforma de 1949.

La necesidad de incorporar nuevos derechos sociales y las


nuevas funciones del Estado fueron los argumentos básicos que
motivaron la reforma constitucional de 1949.

Fueron incorporadas numerosas cláusulas sociales, como los


derechos de la ancianidad, los derechos de la mujer, del niño y de los
trabajadores, al tiempo que se reforzaron las facultades del Poder
Ejecutivo. Esta reforma constitucional fue promovida por el gobierno
de Juan Domingo Perón. Mediante la modificación del artículo 77 fue
posible que el presidente fuera reelecto indefinidamente. En 1956, el
gobierno militar que había derrocado a Perón, abolió esta reforma
mediante una proclama.

La reforma de 1957.

En 1957 el gobierno militar de la Revolución Libertadora


promovió una Convención Constituyente para convalidar la
derogación de la Constitución de 1949 y el reestablecimiento de la
Constitución de 1853. La Convención no contó con representantes de
la población peronista, que demostraron ser mayoría al votar
masivamente en blanco. Por su parte la Unión Cívica Radical se
fragmentó en dos partidos. La Asamblea Constituyente se limitó a
convalidar la decisión del gobierno militar y cuando se propuso
avanzar en la incorporación de los derechos sociales y laborales, se

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produjo el retiro de la mayor parte de las delegaciones, alcanzándose
a agregar el artículo 14 bis, antes de quedar sin quórum.

La pretensión de reforma de 1972.

En 1972 la Junta de Comandantes que gobernaba de facto el


país durante la llamada Revolución Argentina dictó un Estatuto
manifestando explícitamente que se hacía en "ejercicio del poder
constituyente" que incluía una serie de considerandos y reformó
quince artículos de la Constitución (texto de acuerdo a la reforma de
1957), al mismo tiempo que declaró inaplicables otros cuatro
artículos.

Entre otras reformas constitucionales se estableció:

 Reducción del mandato del presidente, vicepresidente,


diputados y senadores a cuatro años.
 Reelección del presidente por una vez.
 Reelección indefinida de diputados y senadores.
 Elección directa de presidente, vicepresidente, diputados y
senadores.
 La creación del cargo de tercer senador por la minoría.
 La simultaneidad de las elecciones para cargos nacionales.
 La reducción del quórum para sesionar.
 Un mecanismo de aprobación automática de proyectos de ley
presentados por el Poder Ejecutivo si no era tratado en un plazo
determinado.

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 Un mecanismo de aprobación de leyes directamente por las
comisiones internas de las Cámaras.
 Un organismo especial para realizar el juicio político a los jueces
integrado por miembros del Poder Judicial, del Poder Legislativo y
de los abogados.
Las elecciones de 1973 y las autoridades democráticas
surgidas de ellas se regularon por esta reforma. El Estatuto establecía
que el mismo regiría hasta el 24 de mayo de 1981, fecha en que
automáticamente quedó sin vigencia.

La reforma de 1994.

El 13 de diciembre de 1993, el presidente justicialista Carlos


Saúl Menem y el ex-presidente radical Raúl Alfonsín suscribieron el
Pacto de Olivos, posteriormente convertido en la Ley 24.309, por el
cual las dos fuerzas políticas mayoritarias acordaron convocar a una
Convención Constituyente para reformar la Constitución Nacional,
incluyendo un "núcleo de coincidencias básicas" en el que se
acordaba previamente el contenido de una serie de puntos de
reforma, dejando otros para la discusión abierta en la Asamblea
Constituyente. La Convención Constituyente sesionó en las ciudades
de Santa Fe y Paraná. El 22 de agosto de 1994, se aprobó una amplia
reforma constitucional que abarca cuarenta y cuatro artículos,
estableciendo entre otras normas: el reconocimiento de los derechos
ambientales, del consumidor, a la información, la acción colectiva, el

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derecho de amparo constitucional, los delitos contra la constitución y
la democracia, la preeminencia de los tratados internacionales, la
autonomía universitaria, el voto directo, la reelección presidencial
por una vez y el acortamiento del mandato de seis a cuatro años, la
reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia, el tercer
senador por la minoría, la necesidad del cuerdo del Senado por
mayoría absoluta para la designación de los jueces de la Corte
Suprema, el Consejo de la Magistratura, la autonomía a la Ciudad de
Buenos Aires, etc. También estableció el sistema de ballotage: una
segunda vuelta electoral en la elección presidencial en caso de que
ningún candidato obtuviese más del 45% de los votos válidos
emitidos.

En definitiva, en su conjunto, la reforma no cambió los


principales contenidos de la Constitución de 1853, aunque sí modificó
parte de la estructura institucional e incorporó nuevos derechos, a
partir del reconocimiento de jerarquía constitucional a los tratados
internacionales sobre derechos humanos.

3.- CONFORMACION DEL ESTADO

Previo a ingresar al tratamiento del texto de la Constitución


Nacional, explicaremos sintéticamente los elementos que
necesariamente deben darse para la existencia de un Estado.

28
A fin de esbozar un concepto de Estado, siguiendo a los
autores Ildarraz, Zarza Mensaque y Viale en su obra titulada Derecho
Constitucional y Administrativo, diremos que “El Estado es aquella
organización social de base territorial, dotada prácticamente del
poder soberano, que, mediante la creación e imposición de un orden
jurídico, determina las condiciones tendientes a satisfacer las
exigencias del bien común.”1

Así, logramos extraer de este concepto y de la teoría del


Estado, los tres elementos básicos que lo integran, los cuales son: el
territorio, la población y el poder o gobierno.

Respecto del “Territorio”, podemos decir que el mismo se


encuentra dado por el espacio físico en el cual se asienta la
población, siendo además el ámbito donde el Estado tiene su
competencia, cuyos límites coinciden en principio con los del
territorio; tan importante es este elemento del Estado que algunos
autores hablan de que “La Geopolítica como la trascendencia política
del territorio ha llevado a formular una ciencia de contenido
fuertemente ideológico que estudia al Estado como organismo
geográfico (...)”2. Dicha disciplina estudia la influencia de este

1
ILDARRAZ, Benigno, ZARZA MENSAQUE Alberto R. Y VIALE Claudio, Derecho
Constitucional y Administrativo, EDICIONES EUDECOR, Córdoba, 1999, pág. 40.
2
ILDARRAZ, Benigno, ZARZA MENSAQUE Alberto R. Y VIALE Claudio, Derecho
Constitucional y Administrativo, ob. cit., pág.42.

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elemento en el curso de los acontecimientos históricos, sociales,
políticos, culturales, entre otros.

En relación a la “Población”, se ha dicho que a fin de


constituirlo no basta una simple acumulación de personas viviendo
en un ámbito territorial, sino que es necesaria una “(...) determinada
base de cohesión, que permita su identificación y su vida en común.”3.
Así, deberá existir un compromiso asumido por los integrantes de la
población, entre sí y para sí; dicho compromiso, se encontrará
abonado por diversos factores, tales como la religión, las tradiciones
de un pueblo, o también el mismo idioma; dichos sub elementos
incluso preexistirán a la propia existencia del Estado, ya que servirán
de base fundacional para el mismo.

Del “Poder” se ha dicho que “(...) implica la fuerza capaz de


establecer la cohesión del grupo social estabilizando e imponiendo un
determinado orden”. Dicho concepto resulta tal vez bastante
abstracto para lograr su comprensión en este estadio, no obstante lo
cual, en una aproximación al mismo diremos que “(...) esta energía
tiende, en su relación de la autoridad que anda y de los hombres que
prestan su asentimiento en la obediencia y sujeción, a un orden
establecido, que es fruto de la interacción humana, bien entendido
que sea que, como todo fenómeno de naturaleza espiritual y cultural,
responde a una finalidad, tal es, realizar las condiciones para alcanzar

3
ILDARRAZ, Benigno, ZARZA MENSAQUE Alberto R. Y VIALE Claudio, Derecho
Constitucional y Administrativo, ob. cit., pág. 40.

30
el bien común, pero debe diferenciarse de otras modalidades, por
cuanto el fenómeno político encierra características de universalidad
y supone el ejercicio de la función jurídica primordial y excluyente,
para la creación de un orden global, que comprende a todo el grupo
en su expresión colectiva.”4

3.1 ESTADO Y NACION5

Término que deviene de “status” o situación, existen diversas


formas de conceptualizar al Estado, una de ellas de uso corriente lo
denomina: “Organización jurídica y política de un Territorio” sin
embargo un concepto más amplio y abarcativo de lo que es un
Estado lo define bien Rossetti6 al decir: “Es la unidad de decisión,
acción y sanción, de base territorial y soberana que mediante un
ordenamiento jurídico aspira al bien común”; es decir, la existencia
de un Estado presupone que existe: un territorio que le sirve de
sustentación física; la población que está compuesta por los
Ciudadanos de ese Estado pero también por los extranjeros que lo
habitan transitoriamente; por la existencia de un Gobierno como
conjunto de funcionarios que dirige y administra al Estado y
finalmente por un orden jurídico que identificamos como

4
ILDARRAZ, Benigno, ZARZA MENSAQUE Alberto R. Y VIALE Claudio, Derecho
Constitucional y Administrativo, ob. cit., pág.43.
5
Los bloques temáticos ESTADO Y NACION, y NACION, fueron elaborados por Gustavo
Segre, docente del Dpto. de Cs. Jurídicas, Políticas y Sociales.
6
ROSETTI, Alfredo. La República.

31
Constitución Nacional; a lo anterior debemos sumar todo aquello que
distingue la nacionalidad de la ciudadanía, es decir el derrotero
histórico, la lengua, las tradiciones, la religión, los usos y costumbres
que diferencian a un pueblo de otro independientemente de los
derechos políticos que aluden a la ciudadanía.

El Estado suele confundirse con Nación, sin embargo, las


diferencias entre ambos conceptos son fundamentales: Mientras que
el término Nación refiere a una comunidad humana que comparte el
lugar de nacimiento, linaje, tradición histórica y cultural, el Estado
alude a un modelo de estructura jurídico política.

3.2 NACION

El concepto de nación tiene su origen en el vocablo del


latín nātio, que a su vez deriva de nāscor (noción que, en español,
significa “nacer”). Dicha palabra latina se emplea como sinónimo
de “nacimiento” y “pueblo”, pero también se utiliza para hacer
referencia a “especie” y “clase”. Por lo cual cuando hablamos de
Nacionalidad nos estamos refiriendo al espacio territorial en dónde
una persona nace o ha nacido; en el derecho romano a esta
condición se la denominaba “ius solis” para identificar el lugar de
nacimiento de las personas en consecuencia su lugar de pertenencia;
pero ocurre que en el derecho también existen otras formas jurídicas
de adquisición de la nacionalidad, una es por opción, este es el caso

32
de una persona que como el término lo indica opta por una
determinada nacionalidad como por ejemplo el origen de sus padres;
a modo de ejemplo: nuestro país tuvo una importante migración
española y los hijos de esos españoles adoptaron la nacionalidad
Argentina, es decir el denominado “ius solis” pero podría ocurrir que
optaran por la de sus padres en ese caso españoles y así
obtendríamos otra forma de adquisición de la nacionalidad
denominada “ius sanguinis” es decir de la sangre de sus
descendientes.

Para explicitar un concepto de lo expresado decimos que “ius


sanguinis” es: del latín, "derecho de sangre" es el criterio jurídico que
puede adoptar un ordenamiento para la concesión de
la nacionalidad. Según el ius sanguinis, una persona adquiere la
nacionalidad de sus ascendientes por el simple hecho de
su filiación (biológica o incluso adoptiva), aunque el lugar de
nacimiento sea otro país.

Mientras que el “ius solis”: es una expresión jurídica en latín,


utilizada actualmente en lenguas contemporáneas, cuya traducción
literal es 'derecho del suelo' (significando 'derecho del lugar'), y que
es un criterio jurídico para determinar la nacionalidad de una persona
física.

Nuestro País adopta la forma del “ius soli” pero por principio
constitucional nuestro país posee lo que se denomina “libre

33
circulación” de personas en el país sin necesidad de visa o permiso
especial – Artículo 14º: …” a entrar, permanecer, transitar y salir del
territorio del territorio argentino…..” es más en el preámbulo de
nuestra constitución se fija como principio: ….” y para todos los
hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino…..” Con
ello se abren nuestras fronteras para que cualquier extranjero pueda
ingresar y transitar en territorio nacional.

En el caso de extranjeros que se han radicado en nuestro país


sin haber adquirido la nacionalidad Argentina hoy tienen reconocido
inclusive ciertos derechos políticos como el poder votar en las
elecciones municipales, además pueden contraer matrimonio civil,
adquirir propiedades y ejercer todos los derechos civiles.

4.- LA CONSTITUCIÓN NACIONAL: CONCEPTO. PARTES.-

En capítulos anteriores hemos aludido a la Constitución como


ley fundamental o ley suprema.

Desde comienzos del siglo XIX, por influencia de las


revoluciones norteamericana (1776) y francesa (1789), los países
políticamente libres comenzaron su organización política sobre la
base de normas escritas que, por su carácter de fundamentales, son
el cimiento del Estado.

Por eso, desde que nuestro País consiguió su independencia,


fue preocupación dominante de los gobernantes de ese tiempo la

34
reunión de un congreso constituyente que, como el calificativo lo
indica, tendría a su cargo el dictado o sanción de la Constitución.

Luego de diversas vicisitudes que fueran brevemente


reseñadas y que el alumno estudiará y profundizará en otras
asignaturas, el 20 de noviembre de 1852, en la ciudad de Santa Fe,
con los Diputados elegidos por las Provincias, comenzaron las
sesiones del Congreso General Constituyente.

Tras largos debates y tal como ya fuera señalado, el 1º de


mayo de 1853 se sancionó la Constitución; es la misma que
actualmente, con las reformas posteriores, rige las instituciones de la
República Argentina.

El carácter de “fundamental” se explica porque la


Constitución:

- define la forma política del Estado (república federal);


- determina la actuación de los Poderes del Gobierno;
- establece el procedimiento para crear la legislación;
- enumera los derechos de habitantes y ciudadanos
(libertades de las personas)
A nuestra Constitución se la suele calificar de “rígida” porque
su reforma no puede ser realizada por el Poder Legislativo, sino por
una asamblea especialmente reunida para dicho fin (Convención
Reformadora).

35
Partes de la Constitución.

Los 129 artículos de la Constitución Argentina se distribuyen


de acuerdo al siguiente esquema:

PREÁMBULO

PRIMERA PARTE

Capítulo Primero: Declaraciones, derechos y garantías

Capítulo Segundo: Nuevos derechos y garantías

SEGUNDA PARTE: Autoridades de la Nación

Título Primero: Gobierno Federal

Sección Primera: Del Poder Legislativo

Sección Segunda: Del Poder Ejecutivo

Sección Tercera: Del Poder Judicial

Sección Cuarta: Del Ministerio Público

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Los contenidos de la Primera Parte encierran el pensamiento


político y el sistema de vida que acepta el Estado Argentino. Esta
parte es llamada dogmática o preceptiva, ya que establece

36
principios, derechos y garantías para los ciudadanos entre sí y en
relación al Estado.

A la Segunda Parte se la denomina orgánica porque en ella se


organiza tanto el funcionamiento del Gobierno Nacional como, en
líneas generales, el de los Gobiernos Provinciales. En definitiva, en
esta parte se señala cómo debe funcionar el gobierno.

5.- EL PREAMBULO: SIGNIFICADO Y CONTENIDO

En el texto original de la Constitución de 1853, no figura la


palabra “preámbulo”; sin embargo, se generalizó la costumbre de
designar así a los párrafos iniciales.

En una especie de introducción y, al mismo tiempo, un


resumen de sus disposiciones.

Sobre el sentido del mismo, escribió Juan B. Alberdi:

“Los estatutos constitucionales, lo mismo que las leyes y las


decisiones de la justicia, deben ser motivados. La mención de los
motivos es una garantía de verdad y de imparcialidad..., y un medio
de resolver las dudas ocurridas en la aplicación… Conviene, pues, que
el Preámbulo de la Constitución Argentina, exprese sumariamente los
grandes fines de su instituto. ... vendrá a ser la antorcha que disipe la
oscuridad de las cuestiones prácticas, que alumbre el sendero de la

37
legislación, y señale el rumbo de la política del gobierno” (en “Bases”,
nota al párr. 37).

El Preámbulo es, en definitiva, un texto de presentación para


la Constitución Nacional, que en líneas generales muestra los
objetivos más importantes a cumplir por los habitantes de nuestro
país y que se verán ampliados dentro de la Ley Fundamental.

Humberto Quiroga Lavié sostiene que “El preámbulo es el acta


de establecimiento de la Constitución nacional, ratificatoria del pacto
federal entre las provincias, que da cumplimiento a los pactos
preexistentes, y un conjunto de fines que sirven de esquema de
interpretación jurídica y de gobierno. Él no puede ser invocado para
ampliar los poderes del Estado, ni es fuente de poderes implícitos,
pero sirve para interpretar el alcance de los establecidos (caso
“Transporte Chaco”, “F”, 242-496)”7.

Será, como ya se ha dicho, un orientador clave a la hora de


interpretar las cláusulas constitucionales y asignarles algún alcance,
ya que en el caso de encontrarnos entre dos o más interpretaciones
posibles, deberemos, en principio estar a aquella que mejor cumpla
los cometidos fijados por el preámbulo.

7
QUIROGA LAVIÉ, Humberto, Lecciones de Derecho Constitucional, Ediciones Depalma,
Bs. As., 1995, pág.21.

38
6.- CONSTITUCION NACIONAL: PRIMERA PARTE

A.- DECLARACIONES.

Son manifestaciones de fe política, establecen las principales


instituciones para la organización política argentina.

En el artículo 1° de la Constitución Argentina se establece que


“La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma
representativa, republicana federal, según la establece la presente
Constitución.”

Al respecto, si bien nuestra Constitución no es técnicamente


impecable al no distinguir entre forma de gobierno y forma de
Estado, a efectos de una mejor comprensión de las normas
constitucionales si debemos distinguir dichos conceptos.

Así, la forma de gobierno es representativa y republicana; y la


forma de estado, es federal.

Ambos aluden a cuestiones diversas. La primera refiere a los


órganos o mal llamados “Poderes” que integran el Estado y su
organización (Poder Ejecutivo, Ministros, Jefe de Gabinete de
Ministros, Poder Legislativo, Cámara de Diputados, Cámara de
Senadores, etc.); en cambio la segunda alude a la organización de
todo el Estado en el territorio.

39
Caracteres del Gobierno Argentino: representativo, republicano y
federal

a) Gobierno representativo:

En la antigua Atenas, por su situación de pequeña ciudad-


estado, era posible que los ciudadanos se reunieran periódicamente
en la plaza pública para discutir y decidir por sí mismos los asuntos
públicos; era una forma de democracia directa.

En la actualidad, este modo de gobernar se puede dar en


pequeños municipios y para determinados temas de la vida local; por
ejemplo, los ciudadanos reunidos en circunstancias especiales
deliberan y deciden sobre cuestiones vecinales.

A diferencia de ello, la Constitución establece la democracia


representativa. El pueblo, formado por millones de personas y
extendido en un vasto territorio, gobierna únicamente por
intermedio de las autoridades que ha votado (integrantes de los
Poderes Legislativo y Ejecutivo)

Así, en el artículo 22 se establece el Gobierno representativo


al establecerse que “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio
de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución.
Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los
derechos del pueblo y peticione a nombre de éste, comete delito de
sedición.”

40
Los así elegidos tienen autoridad propia, pero la ejercen en
nombre del pueblo. En consecuencia, los ciudadanos no pueden
deliberar ni decidir sobre asuntos públicos; para ello están sus
representantes votados en elecciones libres.

b) Gobierno republicano:

Las repúblicas democráticas tienen características que las


diferencian de otros sistemas políticos.

La república, sus características:

La palabra "república" proviene de las palabras latinas res:


cosa, y pública: del interés de todos. Por lo tanto significa: la cosa o
asunto del interés de todos.

Es una de las formas políticas que puede tener un estado. A lo


largo de la currícula de la carrera el alumno estudiará otras, tanto de
la antigüedad como de la época moderna; por ejemplo, la monarquía
y la aristocracia.

Actualmente, cuando hablamos de país republicano, nos


queremos referir al que está organizado sobre bases democráticas.

En toda república democrática es posible apreciar estas


características:

 reconocimiento de los derechos y libertades del hombre;

41
 intervención de los ciudadanos en la vida política (derecho de
voto);

 igualdad de los habitantes;

 respeto por las ideas y formas de comportamiento de las


personas mientras actúen dentro de lo que establece la ley
(tolerancia), etc.

Pero, además de las características nombradas, hay otras que


se refieren especialmente a los gobernantes, las que explicamos en
forma de cuadro.

Los que desempeñan las funciones


PERIODICIDAD políticas más importantes las cumplen por
cierto tiempo. Se trata de un gobierno
DE
temporal; el pueblo, al elegir a un candidato,
FUNCIONES lo limita a un cierto número de años.
En el caso de los miembros del poder
judicial no es el tiempo lo que se tiene en
cuenta para la permanencia en la función, sino
el buen desempeño.

El gobierno se divide en tres poderes:


DIVISIÓN ejecutivo, legislativo y judicial; es lo mismo que
decir que la tarea política se reparte en tres
DE
departamentos.
PODERES
La división busca evitar que se
acumulen en una sola mano las funciones de

42
gobierno, lo que haría peligrar las libertades o
favorecería el establecimiento de una tiranía.
Además, facilita una acción de gobierno
más eficaz; cada poder tiene su función propia
pero actúa en coordinación con los otros.

Aquellos hombres que en ejercicio de la


RESPONSABILI- forma de gobierno representativa se alejen de
lo dispuesto en nuestra Constitución y las leyes
DAD DE LOS
que en su consecuencia se dicten, son
FUNCIONARIOS plenamente responsables por sus actos; así
tendremos diversos tipos de responsabilidad,
ya sea administrativa, política, penal, entre
otras.

La necesidad del debido conocimiento


PUBLICIDAD DE (para su posterior obediencia) y control por
parte de los ciudadanos de los actos realizados
LOS ACTOS DE
por sus gobernantes conlleva a una necesaria
GOBIERNO “publicación” de los mismos a través de
diversos sistemas, tal como se verá más
adelante.

Cabe aclarar que funcionario público (en sentido amplio) es la


persona que por desempeñar una tarea pública es pagada con dinero
del Estado.

Ciertos delitos sólo pueden ser cometidos por quienes


desempeñan funciones públicas (por ejemplo, malversación de
caudales públicos). En caso de grave falta en sus funciones, el

43
presidente, vicepresidente, ministros y jueces nacionales, pueden ser
sometidos a juicio político. Todas las leyes y medidas de gobierno
deben publicarse en el Boletín Oficial. Las sesiones del Congreso son
públicas y además se edita una versión taquigráfica de ellas.

Es esencial a la República que los integrantes del gobierno


informen a la ciudadanía de su actuación; por ejemplo, mediante una
amplia libertad de expresión.

c) Forma de Estado federal:

Si bien la forma de Estado federal puede caracterizarse con


algunas notas distintivas, lo cierto es que cada federalismo posee sus
particularidades que lo distinguen de otros. No existe hoy por hoy un
sistema federal puro, sino que hay tantos sistemas federales como
Estados adopten dicha forma de organización.

En la historia de la Argentina hubo largas luchas entre


unitarios y federales; su oposición surgía que eran partidarios de
organizar el gobierno republicano con modalidades distintas.

En términos generales, el unitarismo significa la existencia de


un único centro de poder de modo que los gobiernos provinciales
dependan de él. Por el contrario, en el sistema federal, junto al
gobierno nacional, coexisten gobiernos provinciales autónomos, de
modo que cada Provincia posee su propia Constitución, Gobierno,
leyes, sistema educativo, impuestos, etc.

44
La Constitución de 1853 al consagrar el sistema federal se
decidió por la descentralización política de base territorial. Sin
embargo, debe señalarse que nuestro sistema federal ha sido muchas
veces una fórmula escrita bastante alejada de realidades económicas,
sociales, culturales, laborales, etc. Además, a lo largo de la historia ha
sido frecuente la intervención política del Gobierno Nacional. Las
informaciones periodísticas sobre problemas, carencias y
descontentos provinciales son pruebas suficientes de lo endeble del
federalismo argentino.

En América encontramos algunas repúblicas con régimen


unitario (Bolivia, Colombia, Chile, etc.) y otras con régimen federal
(Argentina, Brasil, Estados Unidos y México) Adoptar un sistema u
otro en las constituciones de los respectivos países obedece a causas
históricas, geográficas, sociales y políticas.

Sistema unitario:

- Hay centralización administrativa: las provincias son


gobernadas por agentes del gobierno central.

- El poder judicial tiene jurisdicción en todo el país.

- Las autoridades provinciales son nombradas por el gobierno


central.

45
Sistema federal:

- Hay descentralización administrativa: las provincias son


autónomas y gobernadas por autoridades propias.

- Hay un poder judicial de la nación y además cada provincia


tiene su propia administración de justicia.

- El poder ejecutivo y el legislativo provincial son elegidos por


la ciudadanía de la respectiva provincia.

De lo escrito surge con claridad la diferencia entre ambos


sistemas políticos. Lo esencial es:

- Que el gobierno federal tiene poderes supremos en todo el


territorio de la República, salvo los poderes autónomos de cada
provincia, establecidos en la Constitución Nacional.

- Y que el gobierno unitario no admite autonomías


provinciales. Concentra el poder político en un solo gobierno; el
gobierno central es el único gobierno y de allí su denominación de
unitario.

Nuestra Constitución establece en su artículo 1º la república


federal: "La Nación Argentina adopta para su Gobierno la forma
Representativa Republicana Federal... ".

Y en el 3º: "Las autoridades que ejercen el Gobierno Federal


residen en la ciudad que se declare Capital de la República... ".

46
El artículo 5º enumera varias condiciones que debe cumplir la
provincia para ser considerada autónoma: "Cada provincia dictará
para sí una Constitución bajo el sistema representativo republicano,
de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la
Constitución Nacional, y que asegure su administración de justicia, su
régimen municipal y la educación primaria... "

B.- DERECHOS.

Son facultades, atribuciones que en la Constitución se


reconocen a los habitantes de hacer o no hacer. Si bien luego se
verán ejemplos de cada uno de ellos, a continuación daremos una
breve explicación del concepto de los mismos.

Los derechos se clasifican en tres grandes tipologías. Así


tenemos los de primera generación, también denominados civiles y
políticos o individuales, que son aquellos que se reconocen como
consecuencia del liberalismo clásico. Si bien no puede hablarse de un
momento a partir del cual se reconocen dichos derechos, lo cierto es
que ello es el resultado de un proceso que comienza en el año 1688
con “La Revolución Gloriosa” en Inglaterra, continuando con la
Revolución Francesa en 1789 y su pensamiento denominado el
iluminismo francés, continuando su desarrollo hasta nuestros días;
estos derechos hacen referencia al individuo considerado
particularmente; estos en principio no pueden ser restringidos por

47
los gobernantes; algunos ejemplos son: el derecho a la vida, a la
igualdad, a la libertad de locomoción, a la libertad de expresión, a la
propiedad, entre muchos otros. Se ha dicho asimismo que son
derechos negativos, en tanto importan una prohibición para el resto
de los sujetos.

Los derechos denominados de segunda generación, son


también llamados sociales; estos derechos, son reconocidos luego de
la primera guerra mundial; estos consideran al individuo en relación
con los demás. Estos derechos, por el contrario, son llamados
positivos, en tanto los mismos imponen una carga u obligación en la
sociedad, cual es la de proporcionar lo establecido por el derecho.
Algunos ejemplos son el derecho a la salud, al trabajo, a la educación,
entre otros.

Finalmente tenemos los derechos de tercera generación,


también denominados derechos colectivos o intereses difusos.
Estos refieren al medio ambiente y al consumidor. Fueron
incorporados a nuestra Constitución Nacional en los artículos 41 y 42
en la reforma llevada a cabo en el año 1994.

Derechos civiles.

Son los comunes a todos, los que las personas ejercitan a


diario en las diversas situaciones de la vida de acuerdo a sus
inclinaciones.

48
Se conocen como derechos civiles expresos a los que las
personas ejercitan a diario en las diversas situaciones de la vida de
acuerdo a sus inclinaciones (artículos 14, 20, 41 y 42)

Se conocen como derechos civiles expresos a los consagrados


en el texto de la Constitución. También, hay derechos civiles no
expresos; aunque no escritos, su existencia es reconocida por la
Constitución, ya que nacen “... de la forma republicana de gobierno”
(artículo 33); por ejemplo: derecho a la vida, a la salud, al honor, de
los padres a la educación de los hijos.

La Constitución -a raíz de la Reforma de 1994- denomina


"Nuevos derechos" a los que se relacionan con el ambiente sano y los
consumidores (artículos 41 y 42)

Derechos sociales.

El denominado artículo 14 bis, introducido en la Constitución


en 1957, busca la vigencia de la justicia social y económica como
forma de práctica de realización de la igualdad democrática.
Comprende los siguientes aspectos:

Derechos del trabajador considerado individualmente:


condiciones dignas y equitativas de labor, jornada limitada, descanso
y vacaciones pagas, etc.

49
Derechos de los gremios: celebrar convenios colectivos de
trabajo, recurrir a la conciliación y al arbitraje, derecho de huelga,
etc.

Derechos de la seguridad social: seguridad social integral,


seguro social obligatorio, jubilaciones y pensiones móviles, etc.

Derechos políticos.

El ciudadano -sea nativo o naturalizado- es titular de derechos


políticos.

En tiempos remotos, como integrante de las civitas o ciudad,


estaba sometido a sus leyes; por gozar del favor de los dioses que la
protegían, intervenía en los actos de culto. Sus derechos y privilegios
lo diferenciaban de la mayor parte de los habitantes y, sobre todo, de
los extranjeros.

Actualmente, el ciudadano goza de los derechos ya


mencionados y, además, tiene derechos políticos.

Periódicamente, participa mediante el voto en la elección de


los gobernantes y puede ser candidato para cargos electivos
nacionales, provinciales y municipales. También, goza del derecho de
afiliarse a los partidos políticos y de desempeñar funciones directivas
dentro de los mismos.

50
La Constitución garantiza "...el pleno ejercicio de los derechos
políticos..." (Artículo 37) y reconoce "...el derecho de iniciativa para
presentar proyectos de ley..." (Artículo 39)

Ambos son novedades de la Reforma Constitucional de 1994.

EL SISTEMA INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS.

Declaración Universal de los Derechos Humanos:

“Derechos Humanos como ideal común por el que todos los


pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos
como las instituciones, inspirándose constantemente en él,
promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos
derechos y libertades y aseguren, por medidas progresivas de
carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación
universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados
Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su
jurisdicción”

Proclama de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Los derechos humanos, como centro de construcción de la


organización social, constituyen el horizonte que nos delinea la base
de las relaciones. De esta forma, surge la necesidad de pensar a estos

51
derechos fundamentales superando la estrategia de la denuncia, lo
que implicará trascender la defensa de la agresión, para concebirlos
como constitutivos de la política.

El listado de normas en el que aparecen estos derechos nunca


será completo, dado que el cumplimiento de alguno necesitará
inevitablemente de la concreción de otro. La doctrina ha elaborado
una suerte de jerarquía en la que los derechos resultan ordenados
por prioridades y ha realizado una división entre Derechos Civiles y
Políticos, Derechos Económicos, Sociales y Culturales y Derechos de
Tercera Generación.

Derechos Civiles y Políticos o de Primera Generación:

 A la vida.
 A la integridad personal –física, psíquica y moral.
 A la libertad personal.
 A peticionar ante las autoridades.
 A la libertad de expresión.
 A la protección de la libertad de conciencia y religión.
 A reunirse libremente y a asociarse.
 A la identidad y la nacionalidad.
 A la propiedad privada.
 A circular y a residir en el territorio de un Estado.
 A un juicio justo en plazo razonable ante un tribunal objetivo,
independiente e imparcial.

52
 A la presunción de inocencia.
 A la defensa.
 A no ser discriminado.

Derechos Económicos, Sociales y Culturales o de Segunda


Generación:

 A trabajar.
 A la salud.
 A la cultura.
 A la protección y asistencia familiar.
 A la asistencia de niños y adolescentes.
 A recibir protección y asistencia durante el embarazo y parto.
 A una alimentación, vestido y vivienda adecuadas.
 A la educación pública y gratuita en todos los niveles de
enseñanza.
Derechos de Incidencia Colectiva o de Tercera Generación:

 A un medio ambiente sano y equilibrado.


 A la autodeterminación de los pueblos.
 De los consumidores y usuarios de bienes y servicios.
 A vivir en paz.
 Al desarrollo humano económico, social y sustentable.

Esta clasificación de los derechos humanos en tres grupos o


generaciones va en contra de la idea de que son indivisibles,

53
interdependientes y se encuentran íntimamente relacionados, es
decir, del fundamento teórico de que todos ellos gozan de igual valor.

Fuentes Jurídicas Básicas en materia de derechos humanos

La Constitución Nacional

 La Primera Parte compuesta por dos capítulos: Capítulo Primero:


Declaraciones, derechos y garantías y Capítulo Segundo: Nuevos
derechos y garantías. En particular, se destacan los siguientes
artículos: 1, 14, 14 bis, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 28, 31 33, 36, 37,
38, 39, 40, 41, 42 y 43.

 El artículo 75 inciso 22 (Atribuciones del Congreso -Segunda


Parte de la Constitución Nacional-) otorga jerarquía
constitucional a ciertos instrumentos internacionales de
derechos humanos y prevé un mecanismo para hacerlo (13 hasta
el momento)

Instrumentos Internacionales: Se destacan, entre otros, los


siguientes:

Con jerarquía constitucional:

 Declaración Universal de Derechos Humanos


 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales

54
 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo
Facultativo
 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
 Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San
José de Costa Rica)
 Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación Racial
 Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer
 Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de
Genocidio
 Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes
 Convención sobre los Derechos del Niño
 Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas
 Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de
Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad

Otros instrumentos relevantes:

 Convención Interamericana para la Eliminación de todas las


Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad
 Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura
 Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer

55
 “Protocolo de San Salvador”: Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales
 Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales en
Países Independientes
 Convenciones de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y Protocolos
Adicionales
 Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y su Protocolo
 Estatuto de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados

C.- GARANTÍAS.

En varios artículos, la Constitución menciona garantías o


seguridades, cuya finalidad es la vigencia real de los derechos que la
misma enumera. Son herramientas que en la Constitución se
reconocen a los habitantes para hacer efectivo el cumplimiento de
los derechos. Expresado de otro modo: las garantías crean el
ambiente necesario para el ejercicio de los derechos. Además,
posibilitan el reclamo ante los Poderes del Estado cuando existen
violaciones concretas y aún, cuando hay temores justificados de que
los derechos no serán respetados.

El artículo 18 enumera garantías comunes a todos los


habitantes; abarcan distintos aspectos de la vida cotidiana, tales
como la seguridad física y la de los bienes.

56
Para hacerlas efectivas existen leyes, policías, tribunales,
sistema carcelario, etc. Lo importante es que estas instituciones
funcionen adecuadamente; de lo contrario, los habitantes se
convencerán de que el artículo es puramente declarativo porque la
realidad lo convierte en “letra muerta”.

En la última reforma constitucional se han incorporado tres


importantísimas garantías, a más de las ya existentes en el texto
anterior; ellas son la acción de amparo, la de habeas data y la de
habeas corpus, que tutelan diversas situaciones específicas cada una
de ellas.

Principales derechos y garantías.

Nuestra Constitución Nacional consagra una serie de derechos


y garantías para todos los habitantes de la Nación.

Los derechos y garantías están establecidos en la Constitución


Nacional porque lo que ella establece es la ley máxima de la Nación.

Quienes introdujeron los derechos y garantías en la


Constitución Nacional pensaron que es necesario resguardar a las
personas de la acción abusiva del Estado (y del gobierno) así como de
otras personas o instituciones más poderosas. Nadie puede violar lo
que la Constitución Nacional establece.

57
D.- DEBERES Y DERECHOS DE LOS CIUDADANOS.

Se comenta con una cierta frecuencia que en nuestro tiempo,


sobre todo en las grandes concentraciones urbanas, es notoria la
baja de los valores morales. Es decir, que en el comportamiento de
las personas -inclusive, adolescentes y jóvenes-, puede advertirse
una natural facilidad para violar las leyes y despreciar elementales
normas de convivencia.

Ello equivale a afirmar que, aunque más no sea en parte, se


ha perdido la idea del deber, regla obligatoria de las conductas
humanas. Algunas se originan en decisiones personales, pero otras
son impuestas necesariamente por la autoridad para hacer posible la
paz y el progreso social.

El cumplimiento del deber supone un mínimo de virtud; se


trata de una forma de obrar, más allá de nuestros gustos y caprichos.
Además, es prueba de las convicciones de cada persona en cuanto a
solidaridad social, patriotismo y sano nacionalismo.

Por otra parte, no es lógico reclamar por nuestros derechos


frente a los demás y al Estado, si no estamos dispuestos a pagar la
cuota ética del cumplimiento del deber.

Corresponde a todos los habitantes acatar las normas


dictadas por la autoridad legítima: Constitución, leyes, decretos,
resoluciones, ordenanzas municipales, etc. Es el derecho positivo que
debemos conocer y cumplir.

58
Si bien nuestra Constitución Nacional no ha puesto un título
“Deberes”, lo cierto es que los mismos están diseminados por toda su
letra. Así, el deber de votar (aunque también es un derecho), el de
respetar las leyes que reglamentan el ejercicio de los derechos, el de
preservar el medio ambiente, entre otros (arts. 14, 37, 41, s.s. y c.c.
de la C.N.). Algunas constituciones provinciales, como es el caso de la
de Córdoba en su artículo 38, se han encargado de enumerar una
serie de deberes a cargo de los ciudadanos.

Los ciudadanos, a su vez, tienen deberes especiales que se


superponen a los del simple habitante, en razón del derecho de
intervenir periódicamente en la formación del gobierno.

Dijo el filósofo italiano Michele F. Sciacca (publicado en un


diario porteño, en febrero de 1975): “... A cada derecho corresponde
un deber: al derecho a trabar, el deber de prepararse para aquello
que se desea hacer, para poder después hacerlo bien, con empeño y
amor; al derecho al estudio, el deber de estudiar con aplicación y
método, utilizando, con buena voluntad, la inteligencia de que cada
uno dispone; al derecho de poseer esto o aquello, el deber de ganarlo
y de merecerlo. Si, la razón y también la conciencia deben aprobar y
reconocer al deber, sin el cual el ascenso es sólo violencia; pero tal
aprobación y tal reconocimiento son dados por la correspondencia
derecho-deber: reconozco mi deber porque es éste y no otro y lo hago
porque lo reconozco como uno de mis miembros. Igualmente, el

59
derecho del superior al mando se funda sobre el deber de que su
voluntad sea justa; ésta su justa voluntad, es un derecho mío, pero él,
a su vez, me obliga a obedecerle y a cumplir con mi deber. Un hombre
sin deberes hacia Dios y hacia sus semejantes se coloca en la
situación de no ser más sujeto de derecho y de no poder reclamar
derechos: son los deberes los que ligan a un hombre a los otros
hombres, los que sostienen a una sociedad, comenzando por la
familia. Sin deberes y sólo con derechos, el hombre está “liberado”
respecto de todo y de todos. Hoy vivimos en un contexto social en el
que se reclaman todos los derechos, hasta los más absurdos, y en el
que no se puede pronunciar en cambio la palabra deber, como si ésta
fuese una blasfemia y un intolerante atropello a la libertad personal.
Así se minimiza y se pisotea no solamente cualquier obligación moral
y cualquier principio de justicia, sino también la legalidad e incluso los
más tolerables usos sociales...”

PODER CONSTITUYENTE.

Se denomina Poder Constituyente al encargado de dictar o


diseñar la constitución que regirá en un determinado estado.

Este Poder Constituyente puede ser originario, cuando se


reúne la primera vez para fundar un Estado o se cambia la
Constitución de un Estado sin sujetarse a ella; o derivado, esto es,

60
cuando ya existe una constitución y se pretende reformarla,
adaptándose a los procedimientos por ella establecidos.

Algunos autores sostienen que el poder constituyente


originario es por esencia absoluto e ilimitado, y por contraposición el
poder constituyente derivado es relativo y limitado.

En nuestra Constitución Nacional está previsto un


procedimiento específico para la reforma de la misma en el todo o en
cualquiera de sus partes. Para ello, es necesario que se declare por el
Congreso de la Nación la necesidad de la reforma, con el voto de las
dos terceras partes (art. 30)

Luego se reunirá la Asamblea Constituyente que es soberana


para darse su propio reglamento de funcionamiento.

EL ESTADO DE SITIO Y LA SUSPENSION DE LAS GARANTIAS


CONSTITUCIONALES.

La Constitución ha creado en uno de sus artículos un remedio


extraordinario para -en algunas situaciones peligrosas- proteger al
Estado de derecho.

El artículo 23 permite, a causa de conmoción interior (grave


perturbación del orden legal) o ataque que provenga del exterior
(guerra internacional), declarar el estado de sitio en todo el territorio
o en una parte del mismo.

61
La medida se ordena por ley del Congreso o decreto del Poder
Ejecutivo, según los casos.

Este remedio no habitual fue pensado para defender a las


autoridades legítimas y al orden constitucional, pero ha sido utilizado
abusivamente por varios Gobiernos desde el año 1930.

Consecuencias de la declaración del estado de sitio.

Dictada la medida, el Presidente tiene poderes especiales de


los que carece en tiempos normales. Así, puede ordenar el arresto de
personas por motivos políticos y su traslado a distintos
establecimientos de detención; sin embargo, no está facultado para
juzgar ni aplicar penas. Si el detenido prefiere su salida del País, debe
solicitarlo al Poder Ejecutivo.

No se suprimen las libertades constitucionales (artículos 14,


14 bis, 41, 42 y 20) ni las garantías personales (artículo 18), aunque el
ejercicio de algunas de ellas se suspende momentáneamente.

Por ejemplo: son posibles las restricciones a los derechos de


expresión y reunión.

LA INTERVENCION FEDERAL

De acuerdo a lo previsto en el art. 6 de la Constitución


Nacional, es un instituto de excepción que permite al Estado Nacional

62
intervenir en el territorio de las provincias a fin de garantizar la forma
republicana de gobierno o repeler invasiones exteriores; asimismo las
provincias pueden solicitar la intervención del Gobierno Federal en
caso de ser necesario el sostenimiento de las autoridades
provinciales (si estuvieran en riesgo de ser derrocadas) o su
restablecimiento (en caso de que ya hubieran sido derrocadas) como
así también por la invasión de una provincia a otra. Más adelante
veremos quienes tienen facultades para decidir la intervención
federal y en qué caso.

7.- CONSTITUCION NACIONAL: SEGUNDA PARTE

Luego de haber examinado los aspectos fundamentales de la


parte dogmática de la Constitución Nacional, queda ahora el análisis
de su parte orgánica, la que se encarga del estudio de la estructura
de los principales órganos de gobierno del Estado nacional, sus
competencias, su composición y de las relaciones entre ellos, en fin,
de la distribución del poder político entre diversos entes y su control
reciproco, lo que ha sido denominado por la más calificada doctrina
como el Derecho Constitucional del Poder8.

Como se ha dicho, nuestra Carta Magna al haber adoptado


una forma de Estado Federal, reconoce -basada en antecedentes

8
BIDART CAMPOS, Germán J., Manual de la Constitución Reformada, T. 3, EDIAR, Bs.
As., 1997, pág.9 y ss.

63
históricos y motivadas por causas geográficas, étnicas, políticas e
ideológicas- la existencia de dos órdenes de gobierno: El Estado
Federal, la Nación Argentina, y los Estados Federados, las provincias.
El primero, es caracterizado como soberano pues se constituye como
un poder supremo que no reconoce autoridad superior, y junto a
éste las provincias, erigidas como autónomas, que si bien deben
adaptarse a la Nación, tienen facultades de darse sus instituciones y
regirse por ellas sin intervención del gobierno central. Cada uno de
estos órdenes de gobierno coincide con los dos grandes Títulos que
componen la Segunda Parte de la Constitución Nacional, denominado
Autoridades de la Nación: Titulo Primero Gobierno Federal, y Título
Segundo Gobiernos de Provincia.

Y por último, dentro de los niveles institucionales, cabe


destacar a los municipios y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a
los que oportunamente haremos referencia.

A.- AUTORIDADES DE LA NACION

EL PODER LEGISLATIVO

Regímenes de gobierno.

En sus orígenes, los parlamentos nacen como órganos de


control los que debían ratificar y aprobar algunos actos dictados por
el rey, ya que los usos y costumbres, junto a diversas normas

64
generales sancionadas por el rey asesorado por los dictámenes de su
consejo consultor, constituían las leyes del reino.

Hoy, en nuestros Estados Constitucionales contemporáneos,


si bien los parlamentos se centran en la tarea de legislar, mediante la
sanción de actos normativos de carácter general y abstracto (las leyes
son los instrumentos más importantes) no han abandonado su tarea
de contralor de los restantes principales órganos de gobierno, lo que
acentúa y ratifica el sistema republicano de división de funciones
entre distintos órganos independientes y su control mutuo.

Además, por su conformación, en él confluyen todas las


fuerzas políticas de un país (partidos políticos, alianzas y
confederaciones tanto nacionales como de origen provincial), lo que
lo convierte en un órgano receptor de la mayor pluralidad política
posible, y con ello, el órgano democrático por excelencia en nuestro
Estado de Derecho, en donde las decisiones políticas son (o deberían
ser) tomadas por el mayor consenso factible, fruto del amplio debate
y dialogo que aspiran sus integrantes.

En la actualidad, se debe distinguir los cometidos


parlamentarios según los distintos regímenes de gobierno que el
Derecho Comparado nos brinda. Cada uno de ellos importa la
particular forma en que cada sistema interpreta el postulado
fundamental de la división del poder. Por su importancia se destacan
el denominado parlamentarismo, por un lado, y el presidencialismo,

65
por el otro, sin perjuicio de la existencia de algunos diferentes (como
el designado Gobierno Directorial) u otros que –en rigor de verdad-
configuran una mixtura de los dos primeros. A continuación
explicaremos cada uno de estos sistemas, para después comentar
cual ha sido el receptado por nuestra Constitución Nacional.

Gobierno9

El término Gobierno (del latín gubernatio-onis, de gubernare,


gobernar) tiene un gran diversidad de acepciones, sin embargo, la
que más se apega a la realidad del Estado moderno es aquella que lo
define como el conjunto de órganos a los que institucionalmente les
está asignado el ejercicio del poder. El Gobierno cumple con la
necesaria función de imponer las reglas de conducta y tomar las
decisiones necesarias para mantener la cohesión de una comunidad
política, así como cumplir con la función específica de llevar a cabo la
integración de la sociedad y defenderla de los grupos externos.

El Gobierno es quien lleva a cabo la organización política de la


sociedad y quien expresa la orientación política del Estado. Se define
como Gobierno a los órganos en que se manifiesta el poder y al
conjunto de instituciones que conforman el Gobierno se lo define
como régimen político. El Gobierno cumple con la necesaria función

9
El bloque temático Gobierno y los subsiguientes (pagina 66 hasta página 76) , fueron
elaborados por Javier Unamuno, docente del Dpto de Cs. Jurídicas, Políticas y Sociales

66
de imponer las reglas de conducta y tomar las decisiones necesarias
para mantener la cohesión de una comunidad política. En los Estados
modernos y democráticos, el ejercicio del Gobierno y del poder
estatal se encuentra dividido en la parte Ejecutiva, Legislativa y
Judicial. En términos generales, el poder Ejecutivo es el encargado de
administrar, aplicar y hacer que se cumplan las normas del
ordenamiento jurídico nacional e impulsar y llevar adelante la política
exterior de un estado.

El poder Legislativo es el encargado de formular el orden


jurídico general del Estado es decir legislar y de controlar. Formula y
establece las normas generales y obligatorias de la convivencia social.
Es la rama del poder estatal encargada de iniciar los proyectos de ley
que, una vez aprobados, pasan al ejecutivo para que éste los
convierta en ley, o los vete, según lo considere.

Finalmente, está el poder Judicial encargado de la


administración de justicia dentro de la sociedad. Este Poder no
elabora leyes, sino que las aplica la ley a casos particulares o
específicos. Está integrado por los jueces y tribunales que conocen y
deciden las controversias.

67
SISTEMAS DE GOBIERNOS

PARLAMENTARISMO Y PRESIDENCIALISMO

El Sistema Parlamentario. Antecedentes.

Para analizar el origen y desarrollo del sistema parlamentario,


tenemos que remontarnos a estudiar la evolución del parlamento
inglés, al que se le ha llamado la madre de los parlamentos. El
régimen parlamentario se formó paulatinamente en Inglaterra
alrededor del siglo XVII y es el resultado de una larga evolución
histórica desarrollada a través de varios siglos en el seno del sistema
aristocrático y monárquico en donde, a través de una serie de
graduales transformaciones, se ha transitado de la monarquía
absoluta a la monarquía limitada, y de ésta a la monarquía
parlamentaria.

Evolución

La separación del ejecutivo en dos elementos –jefe de Estado,


jefe de gobierno tiene como objeto principal confinar al rey un papel
puramente honorífico y transferir el poder real a un hombre
emanado del parlamento y apoyándose en él.

La posibilidad de los diputados de forzar al primer ministro y a


los ministros a dimitir es para impedir que el rey pueda escoger su
gobierno sin el acuerdo del

68
Parlamento. El sistema parlamentario es la forma de gobierno
característica de Europa, práctica que se establece originalmente en
Inglaterra, y luego en el continente. Las necesidades de cada país
determinaron la aparición de diferentes variantes, su desarrollo tiene
matices propios, influenciados por las prácticas de la vida política de
cada país.

Características

El régimen parlamentario o parlamentarismo, es aquel en el


cual el Parlamento es el centro de gravedad político y administrativo
debido, principalmente, a la forma de ordenación de las
magistraturas públicas, la distribución de poderes entre ellas y el tipo
de relaciones que mantienen entre sí. Este sistema de gobierno
puede darse tanto en la forma republicana como en la monarquía
constitucional, se habla entonces de una república parlamentaria o
de una monarquía parlamentaria. La principal diferencia entre éstas
es que en la república parlamentaria el jefe del Estado es un
presidente electo, representativo, y en la monarquía parlamentaria
es un rey vitalicio y hereditario que debe gobernar junto con un
primer ministro y un gabinete que responden ante el Parlamento-
órgano legislativo. Un rasgo importante del parlamentarismo es que
el gobierno emerge de la aprobación del Parlamento, y es dirigido

69
por un miembro de dicha institución al que se denomina Primer
Ministro, Canciller, Premier, Presiente de Gobierno.

Dentro del sistema parlamentario el carácter democrático del


Ejecutivo procede del Legislativo, el cual a su vez fundamenta su
carácter democrático en el voto popular. Es decir, el gobierno
depende de la confianza del Parlamento y éste sustenta su poder en
la legitimidad que le da el pueblo.

El sistema parlamentario, de acuerdo con Carl Schmitt es la


forma de Gobierno propia de una Constitución moderna del Estado
de Derecho. Descansa, según el mismo autor, en elementos políticos
que se contraponen, mientras fortalece al Ejecutivo (Gobierno), lo
contrapesa con el Parlamento (Legislativo). En este tipo de sistema,
el gobierno participa ya sea con la iniciativa de presentar los
proyectos de ley, o mediante la prerrogativa de decretos-leyes; sin
embargo, es el parlamento el que legisla las principales leyes.

La función ejecutiva del sistema parlamentario es dual, el


ejecutivo está fraccionado en dos órganos: Jefatura del Estado y
Jefatura del Gobierno. El jefe de Estado es el monarca o presidente,
quien está encargado de nombrar al primer ministro o premier, que
es el jefe de gobierno junto al gabinete, obedeciendo para ello a la
composición de fuerzas políticas del Parlamento. Resumiendo hay
que aclarar que en estos regímenes el Jefe de gobierno surge de las
fuerzas mayoritarias del Parlamento y su elección es indirecta ya que

70
el pueblo elige directamente a los parlamentarios en primer lugar.
Este régimen mediatiza y restringe considerablemente la
participación del Jefe de Estado o monarca en la administración
pública, resumiendo su papel a una función meramente protocolar y
como representante del Estado ante otros estados. La función
ejecutiva es confiada al primer ministro o premier o canciller según
los países, asistido por un cuerpo colegiado, ministros (gabinete) que
responden políticamente ante el Parlamento. Las decisiones que se
toman en el gabinete son las más importantes en la vida política del
Estado, por lo tanto el Parlamento debe confiar plenamente en la
capacidad de sus miembros, ya que bastaría un voto de censura de la
mayoría parlamentaria para que se produjera la dimisión del
gabinete y la necesaria integración de un nuevo gobierno merecedor
de la confianza parlamentaria.

El parlamentarismo debe de ubicarse entre los regímenes de


colaboración de poderes.

Sistema de colaboración de poderes. (Control mutuo entre


parlamento y gobierno)

a) Órgano ejecutivo dualista. Existen formalmente dos


ejecutivos: el jefe del Estado (presidente o rey) y Jefe de Gobierno
(Premier, Primer Ministro, Canciller, Presidente del Gobierno)
acompañado por el gabinete. El jefe del Estado no es políticamente

71
responsable ante el parlamento; el Jefe de Gobierno y gabinete son
responsables ante el Parlamento.

b) La administración pública está encomendada al gabinete


(los miembros del gabinete o Ministros son miembros del parlamento
y son elegidos entre los integrantes del órgano legislativo).

El Gabinete o gobierno se encuentra sometido a la constante


supervisión del parlamento, por eso, éste puede obligar al gabinete a
renunciar dando un voto de desconfianza (moción de censura). Sin
embargo el gobierno no se encuentra indefenso ante el parlamento,
pues tiene la atribución de pedirle al Jefe de Estado, quien
generalmente accederá, que disuelva el parlamento y convoque a
elecciones generales para integrarlo nuevamente, a través del voto
popular.

De esta manera se compensa la facultad del voto de censura


con el derecho de disolución. Así se logra entre ambos órganos una
relación de equilibrio denominada de colaboración.

En el Parlamentarismo la duración del mandato del Primer


Ministro y la asamblea es indeterminada y sujeta siempre a terminar
en cualquier momento.

En síntesis el sistema funcionaría del siguiente modo:

72
1-El pueblo a través del voto elige a los miembros del
parlamento.

2-El parlamento, teniendo en cuenta las fuerzas políticas


representadas, elige al Primer Ministro. Canciller, Premier, o como
se lo denomine en los diferentes estados que es el JEFE DEL
GOBIERNO. De manera que la elección del Jefe del Gobierno es
indirecta

3- El Primer Ministro organiza el gobierno y para ello designa


a su Gabinete integrado por miembros del Parlamento. Ambos son
responsables ante el parlamento.

4-El Parlamento a través del voto de censura puede hacer


caer al gobierno.

5-El Jefe del Estado (Rey-Presidente) a su vez puede disolver


al Parlamento y convocar a nuevas elecciones para designar nuevo
gobierno.

EL SISTEMA PRESIDENCIALISTA

Antecedentes.

En Filadelfia, el 25 de mayo de 1787, comenzó la Convención


Constituyente de los Estados Unidos de América, que dio origen a la
Constitución Norteamericana. La separación de los poderes
concebida en abstracto por Montesquieu fue institucionalizada por la

73
Constitución de los Estados Unidos de América, a través de la
creación del sistema presidencialista de gobierno, estableciendo un
nuevo tipo de relaciones entre los poderes ejecutivo y legislativo que
provocó la implantación del régimen presidencialista puro.

Al establecerse como naciones independientes, la mayoría de


las democracias latinoamericanas (a principios del siglo XIX)
adoptaron en sus textos constitucionales el sistema presidencialista
del modelo norteamericano que, sin embargo, al adaptarlo a la
realidad política, económica y social, propias de cada estado,
presenta múltiples características.

Caracteres

Es el sistema de gobierno donde la figura presidencial se


encuentra evidentemente fortalecida en sus facultades o
atribuciones, ya que el presidente es a la vez el jefe del Estado y el
jefe del gobierno, reuniendo en su persona los poderes. Se espera
que el presidente sea líder de su pueblo, ya que es éste quien lo
elige. De allí que el sistema presidencialista procura un ejecutivo
fuerte.

Para Maurice Duverger, el presidencialismo como sistema de


gobierno se caracteriza principalmente por el principio de la división
de poderes en donde el presidente es designado por sufragio

74
universal, nombra y remueve a sus ministros y éstos no son
responsables ante el parlamento.

En general, los sistemas presidenciales se caracterizan por los


siguientes aspectos: El presidente es electo periódicamente por el
voto popular y no por el poder legislativo, por un periodo limitado de
tiempo.

El Presidente no solo es depositario del Poder Ejecutivo (Jefe


de Gobierno) sino también es el Jefe de Estado. Es independiente del
poder legislativo y por tanto no requiere de este para existir como
ocurre en el sistema parlamentario. Sin embargo en casos
extraordinarios puede ser destituido por el Poder Legislativo a través
del Juicio Político. El presidencialista no es un sistema de
colaboración sino de control.

Al ser un sistema de separación de poderes o de órganos


como se lo debe denominar, el legislativo no está obligado a aprobar
los proyectos de ley que vienen del ejecutivo, de igual manera el
presidente puede vetar las leyes del legislativo, es decir que si bien
son independientes los poderes entre sí, existe un componente de
control entre ellos. Así como el presidente tiene la facultad de
efectuar nombramientos, el legislativo tiene la facultad de autorizar o
no recursos económicos. El Poder Ejecutivo elaborar el presupuesto y
el Legislativo aprobarlo o no.

75
El régimen de partidos, ya sea éste bipartidista o
pluripartidista; influyen en el sistema de gobierno presidencialista de
manera más notoria que en el sistema parlamentario donde las
alianzas transitorias debilitan a los partido políticos como
herramientas fundamentales de la democracia tal como ocurre en
los regímenes presidencialistas de América Latina, especialmente
Argentina.

El Presidente y el Parlamento son independiente uno de otro,


existiendo una clara separación de atribuciones entre ambos, lo que
no obsta al reciproco contralor y limites que existen entre ambos. Así,
mientras el primero puede vetar las leyes emitidas por el segundo, el
Parlamente puede destituir al Presidente mediante el juicio político.
Otro ejemplo: mientras al Poder Ejecutivo le esta reservado la
iniciativa de importantes leyes (verbigracia la ley de presupuesto), el
Congreso puede hacer comparecer a los principales funcionarios de
confianza del Presidente (los Ministros del Poder Ejecutivo)

Si bien la Constitución ha adoptado para nuestro país un


régimen de gobierno presidencialista motivado por sus fuentes
documentales y doctrinarias, cuenta con un sistema aún menos
personalista que el de los Estados Unidos, pues en nuestro caso los
ministros y el Jefe de Gabinete son responsables políticamente ante
el Congreso, pudiendo este último pedir informes, hacer
interpelaciones, investigaciones, remoción del gobierno, etc.

76
El Congreso de la Nación: estructura bicameral e integración.

En nuestro sistema institucional, el Congreso de la Nación está


compuesto por dos Cámaras, una de Diputados de la Nación, y otra
de Senadores de las Provincias y de la Ciudad de Buenos Aires.

En abstracto, la adopción de la bicameralidad puede


responder a dos causas: la necesidad de asegurar la revisión o la
necesidad de asegurar la representación. En el primer caso se pone
énfasis en la competencia legisferante del órgano y en la
consecuente conveniencia de que los proyectos queden sujetos a un
doble análisis (cámara de origen y cámara revisora) antes de
convertirse en leyes. En el segundo caso, se subraya la naturaleza
deliberante de órgano y en la consecuente conveniencia de que su
composición refleje la pluralidad de los intereses sociales, ya sea de
base territorial, étnico, religioso o corporativo10.

La adopción de tal bicameralismo en la Argentina responde a


fundamentos principalmente de tipo histórico, a una exigencia
representativa de las provincias, preexistentes y creadoras de la
federación. El modelo de estado federal descentralizado impone la
estructura bicameral que sigue el sistema de la Constitución de los
Estados Unidos basado en el principio que la Cámara de los

10
ROSATTI, Horacio, Tratado de Derecho Constitucional, T. II, Rubinzal- Culzoni Editores,
Santa Fe, 2011, pág. 243.

77
Representantes (Cámara de Diputados) precisamente deben
representar a la totalidad del pueblo de la nación y la de Senadores a
los Estados miembros o las provincias, constituyéndose como el
modo más idóneo de permitir la mayor representación plural del país
y al mismo tiempo el pleno respeto a las autonomías provinciales.

Concretamente en alusión a la Cámara de Diputados, el texto


constitucional señala que se compondrá de representantes elegidos
directamente por el pueblo de las provincias, de la ciudad de Buenos
Aires y de la Capital Federal (en caso de traslado), los que se
considerarán como distritos electorales.

Para ser diputado, la Carta Magna exige haber cumplido


veinticinco años, tener cuatro años de ciudadanía en ejercicio, y ser
natural de la provincia que lo elija, o con dos años de residencia
inmediata en ella. Duran cuatro años en sus funciones, pudiendo ser
reelegibles indefinidamente, pero la sala -cabe aclarar- se renovará
por mitades cada dos años.

La renovación parcial de las Cámaras (cada dos años) tiene


como fin establecer transiciones con continuidad, por la experiencia
de que los antiguos representantes aportan a los recién ingresados
en el funcionamiento interno de la Cámara. Por otro lado, las
elecciones cada dos años implican un severo examen para el
oficialismo que puede convalidar o no el apoyo popular y abre las

78
compuertas a la crítica reglada y dentro del sistema, para los
disconformes con las políticas públicas instrumentadas11.

Por su lado, la Cámara de Senadores está integrada por tres


senadores por cada provincia y tres por la Ciudad de Buenos Aires,
elegidos en forma directa y conjunta por el pueblo de su provincia,
correspondiente dos bancas al partido político que obtenga el mayor
número de votos, y la restante al partido político que haya logrado el
segundo lugar en la votación.

Para ser elegido senador en cambio, nuestra Constitución


Nacional lo condiciona a tener la edad de treinta años, haber sido seis
años ciudadano de la Nación, ser natural de la provincia que lo elija o
con dos años de residencia inmediata en ella, y disfrutar de una renta
anual de dos mil pesos fuertes o de una entrada equivalente. Los
senadores duran seis años en ejercicios de sus funciones, siendo
reelegibles también en forma indefinida, pero la Cámara de
Senadores se renovará a razón de un tercio de sus distritos
electorales cada dos años.

Adviértase la diferencia de regulación en cuanto al


requerimiento de los requisitos exigidos para los legisladores, pues
además de la distinción vinculada a la edad y los años de ciudadanía,
en el caso de los diputados la Constitución reclama el cumplimiento
de tales condiciones al momento en que la Cámara examine el titulo
11
GELLI, María Angélica, Constitución de la Nación Argentina. Comentada y Concordada,
La Ley, Bs. As., 2001, pág. 394.

79
del electo (dice “para ser diputado”), por lo tanto podría presentarse
como candidato una persona sin haberlo cumplimentado, siempre
que pueda reunirlos cuando se incorpora a aquella Cámara. Distinto
es el caso de los senadores, los que deberán cumplir con dichos
recaudos -aún antes- en el acto eleccionario (el texto constitucionales
dice “para ser elegido”).

Mención aparte merece el análisis de la exigencia de gozar de


una entrada económica mínima, cuya cláusula tiene un sentido
oligárquico, muy resistido en su momento (se aprobó en el Congreso
Constituyente original de una manera muy ajustada), y se la puede
considerar derogada por el derecho consuetudinario (desuetudo),
además de resultar ilegítima según una versión actualizada del
sistema democrático12. A pesar de que es un requisito no aplicable -
incluso anacrónico- que se evalúa como un componente contrario a
los principios de la reforma, paradójicamente no fue modificado ni
derogado por el convencional del año 1994.

Por otro costado, cabe destacar también que cada una de las
Cámaras decide cuáles son sus autoridades, según lo estipule su
reglamento interno. No obstante, nuestra Constitución advierte que
el Vicepresidente de la Nación será el presidente natural del Senado,
el que sólo tendrá voto en caso de exista empate en la votación. En
caso de ausencia de éste último, o cuando ejerza funciones de

12
SAGÜÉS, Néstor Pedro, Elementos de derecho constitucional, T. 1, Astrea, Bs. As., 1993,
pág. 245.

80
Presidente de la Nación, el Senado deberá nombrar un presidente
“provisional” que lo suplantará en sus funciones.

La mayoría de la doctrina coincide en que el Vicepresidente de


la Nación es el presidente “nato” del Senado, justificándolo en que la
intención de los constituyentes era la de no quitar representatividad
a las provincias designando un presidente de su seno que hiciera que
aquella perdiera votos; estrechar las relaciones entre el Senado y el
Ejecutivo, y por último la de conferir tareas al Vicepresidente, ya que
no desempeña otro cargo13.

Incompatibilidades, quórum y mayorías, sesiones. Asamblea


legislativa.

A los fines de no comprometer la independencia propia del


Congreso de la Nación y acentuar el principio de división de
funciones, la Constitución establece una serie de incompatibilidades
de los legisladores prohibiéndolos recibir empleo o comisión del
Poder Ejecutivo, sin previo consentimiento de la Cámara respectiva, o
asumir como Ministros sin renunciar a su banca. Por su lado, los
eclesiásticos ni los gobernadores de provincia tampoco podrán ser
miembros del Congreso. A lo que cabe sumar -aunque la norma no lo

13
GENTILE, Jorge Horacio, Derecho Parlamentario Argentino, Ediciones Ciudad Argentina,
Bs. As., 1997, pág.71.

81
diga expresamente- que los jueces en ejercicio tampoco podrán ser
legisladores.

Por último en este tema debemos agregar las


incompatibilidades éticas que son impuestas por las normas morales
y por el concepto de buenas costumbres que pueda estar
determinado, en orden a su contenido, por la idea política dominante
en la sociedad. Carecen de sustento expreso, y su marco varía según
las épocas, las costumbres y las personas. De tal manera,
entendemos -junto a prestigiosa doctrina- que los legisladores tienen
el deber ético de no intervenir en aquellos estudios, debates o
votaciones en los cuales se consideran temas que están directa o
estrechamente relacionados con sus intereses individuales de tipo
patrimonial, o con los intereses económicos de personas, empresas o
entidades a las cuales estuvieron o están ligados y aunque no
obtengan un beneficio personal14.

Cada una de las Cámaras regulan su funcionamiento


parlamentario por intermedio de las denominadas sesiones, las que
pueden ser clasificadas en cuatro tipos: a) las ordinarias, que
transcurren temporalmente todos los años desde el primero de
marzo hasta el treinta de noviembre, en donde se tratarán todos los
temas de competencia del Congreso; b) las extraordinarias, que son
convocadas por el Poder Ejecutivo, en donde se tratarán

14
BADENI, Gregorio, Tratado de Derecho Constitucional, T. II, La Ley, Bs. As., 2004,
pág.1018.

82
exclusivamente los temas específicos motivo de su convocatoria; c)
las prórrogas de sesiones ordinarias, dispuesta tanto por el mismo
Congreso o por el Presidente, teniendo las Cámaras en este caso la
plenitud del tratamiento de los temas propios que su competencia al
igual que las ordinarias; d) las sesiones preparatorias, que tienen por
objeto incorporar a los legisladores electos, elegir a sus autoridades y
fijar los días y horas de sesiones, tal como lo indican los reglamentos
internos.

Normalmente las dos Cámaras que integran el Congreso de la


Nación deben sesionar simultáneamente pero en forma
independiente una de la otra. Sin embargo, hay ciertas situaciones
excepcionales previstas por la Constitución, por las cuales ambas
Cámaras funcionan conjuntamente como un solo cuerpo, cuales son:
para admitir o desechar los motivos de dimisión (renuncia) del
presidente y vicepresidente, y declarar -en caso de corresponder- el
llamado a una nueva elección; para que el presidente y el
vicepresidente tomen posición de su cargo prestando juramento; la
apertura de las sesiones ordinarias del Congreso; designación del
funcionario público que se hará cargo de la presidencia en caso de
acefalía; y la proclamación del Presidente y Vicepresidente. Fuera de
estos supuestos, cada una de las Cámaras que componen el Congreso
de la Nación trabaja en forma separada.

83
Además, el texto constitucional condiciona el inicio de cada
sesión a la presencia de la mayoría absoluta de los miembros en sus
bancas, denominada técnicamente como quórum. A tal fin, los
Parlamentos instauran incluso un sistema de contabilización digital a
través de censores ubicados en cada curul (puesto o silla) de los
congresales.

El quórum debe ser distinguido de la mayoría requerida para


la aprobación del proyecto en discusión. Con respecto a esta última,
como regla general se exige que la decisiones se tomen a través de la
mayoría absoluta de los miembros presentes de cada Cámara al
momento de la votación, aunque no obstante la Constitución
Nacional requiere en ciertos casos mayorías agravadas o especiales
(mayoría absoluta de los miembros, dos terceras partes de los
miembros presentes, dos terceras partes de la totalidad de los
miembros de cada Cámara, según los casos) pues la importancia del
tema a decidir precisa de un mayor consenso parlamentario.

Privilegios parlamentarios.

A los efectos de posibilitar el adecuado funcionamiento de los


cometidos del Congreso de la Nación, se han previsto una serie de
privilegios o prerrogativas (también denominados fueros)
parlamentarias de las Cámaras y sus integrantes, otorgadas en
relación a sus funciones desempeñadas (no por la persona de los

84
legisladores) y a los intereses del pueblo, con la finalidad de asegurar
la independencia y el buen funcionamiento del Cuerpo legislativo.
Por ello adecuadamente se ha expresado que los privilegios que
gozan los legisladores son de tipo funcional (relacionados a su
actividad) y no de naturaleza personal, pues de no ser así se estaría
violando el art. 16 de nuestra Constitución Nacional que garantiza el
derecho a la igualdad y prohíbe en nuestra Nación Argentina
prerrogativas de sangre, de nacimiento, fueros personales o títulos
de nobleza.

Dos son, entonces, las razones que sostienen la vigencia de las


inmunidades parlamentarias: la conservación, independencia y
seguridad del Congreso, por un lado, y la eficacia de la labor
legislativa y de control, por el otro. Esa fundamentación sostiene el
alcance de cada una de las prerrogativas y sus límites, en la relación
con los otros poderes y en la eventual afectación de derechos
subjetivos15.

Los privilegios pueden ser clasificados en colectivos o


individuales, según correspondan a las Cámaras, o a sus miembros
mientras ejerzan sus funciones. Entre los primeros se destacan: el
juzgamiento de la validez de las elecciones, derechos y títulos de sus
miembros; el dictado de su reglamento interno; la corrección,
remoción, exclusión y remoción de sus miembros; el poder

15
GELLI, María Angélica, Constitución de la Nación Argentina. Comentada y Concordada,
ob. cit., pág.430.

85
disciplinario con terceros al momento de la sesión; la posibilidad de
solicitar informes a los ministros del Poder Ejecutivo, y en su caso, la
convocatoria de interpelación; la promoción de investigaciones
parlamentarias.

Y con respecto a los segundos, cabe analizar: a) la inmunidad


de opinión, por la cual ninguno de los miembros del congreso puede
ser acusado, interrogado judicialmente, ni molestado por las
opiniones o discursos que emita desempeñando su mandato de
legislador, b) inmunidad de arresto: ningún legislador desde el día de
su elección hasta el de su cese, puede ser arrestado, excepto en el
caso de ser sorprendido in fraganti (cometiendo el ilícito penal); c) la
inmunidad de proceso (el desafuero): en el caso de que un legislador
esté siendo investigado judicialmente, para su juzgamiento se
necesita previamente que sea suspendido en sus funciones mediante
la decisión de dos tercios de los votos de cada cámara.

Atribuciones del Congreso.

En cuanto a las atribuciones del Congreso de la Nación, es de


resaltar que su principal competencia consiste en legislar mediante el
dictado de leyes en sentido material y formal, a través de normas con
carácter general y abstracto aplicables a todo ciudadano cuya
conducta encuadre en el supuesto previsto. Sin perjuicio, no es la
única función, pues el citado órgano de gobierno también realiza

86
actos políticos, de gobierno e incluso administrativos, algunos de
ellos, materializados formalmente mediante leyes. Con respecto a
estos últimos, especial importancia se aprecia en la declaración de
intervención federal, el estado de sitio, la designación de un
magistrado, entre otros.

En una primera aproximación elemental, las principales


atribuciones del Congreso de la Nación pueden ser clasificas en: a)
facultades explícitas, las que se encuentran consignadas
expresamente en el art. 75 de la Constitución Nacional (desde su
inciso 1° al 31°), y b) las implícitas, que si bien no surgen
manifiestamente de la letra normativa, implican el ejercicio de toda
competencia conveniente a los fines de poner en funcionamiento las
anteriores, y toda otra concedida por la Constricción al Gobierno
Federal (art. 75, inc. 32°).

Así las cosas, con respecto a las primeras, siguiendo en este


punto a Ildarraz, Zarza Mensaque y Viale16, podemos clasificar las
principales competencias del Congreso de la Nación en:

1.- Institucionales: estas las vemos materializadas en la ley


que declara la Capital de la República, las leyes reglamentarias de los
derechos individuales, la ley de ética pública, la ley reglamentaria de
los denominados institutos de democracia semi-directa, la ley de
presupuestos mínimos ambientales, la ley de defensa de la
16
ILDARRAZ, Benigno, ZARZA MENSAQUE Alberto R. Y VIALE Claudio, Derecho
Constitucional y Administrativo, ob. cit., pág.242 y ss.

87
competencia y protección de los consumidores, las leyes orgánicas de
la Auditoria General de la Nación, del Defensor del Pueblo, del
Consejo de la Magistratura, del Jurado de Enjuiciamiento, del
Ministerio Público, etc.

2.- De legislación: es atribución del Congreso legislar en


materia aduanera, reglamentar la libre navegación de los ríos
interiores, dictar los códigos de fondo (civil, comercial, penal,
minería, trabajo y seguridad social), arreglar y establecer correos
generales, proveer lo conducente a la prosperidad del país, desarrollo
humano, etc.

3.- Financieras: es competencia del Congreso establecer


derechos de importación y exportación, tributos internos,
coparticipación, contraer empréstitos, establecer el banco federal
con facultad de emitir moneda y otros bancos nacionales, arreglar el
pago de la deuda externa, fijar anualmente el presupuesto y aprobar
la cuenta de inversión, etc.

4.- Económicas: reglamentar la libre navegación de los ríos


interiores, habilitar puertos, reglamentar el comercio con las
naciones extranjeras y de las provincias entre sí, sancionar leyes
protectoras y concesiones temporales de privilegios, recompensas al
estímulo, etc.

5.- Militares: autorizar al Poder Ejecutivo a que declare la


guerra o haga la paz u ordene represalias, fijar las fuerzas armadas y

88
dictar las normas de su funcionamiento, permitir la introducción de
tropas extranjeras en el territorio nacional y la salida de las
nacionales fuera de él, etc.

6.- De Justicia: establecer tribunales inferiores a la Corte


Suprema de Justicia de la Nación, conceder amnistías generales, etc.

7.- De los límites: arreglar definitivamente los límites del


territorio de la Nación, fijar los de las provincias, crear otras nuevas y
determinar la organización, administración y gobierno que deben
tener los territorios nacionales, proveer a la seguridad de las
fronteras, etc.

8.- De las relaciones exteriores: aprobar o desechar tratados


internaciones concluidos con las demás naciones y con las
organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede,
aprobar tratados de integración que deleguen competencias y
jurisdicción a organizaciones supraestatales, entre otras.

9.- De los indígenas: reconocer la preexistencia étnica y


cultural de los pueblos originarios, garantizar el respeto a su
identidad, el derecho a una educación bilingüe e intercultural,
reconocer la personaría jurídica de sus comunidades y la posesión y
propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan,
etc.

10.- De emergencia: declarar en estado de sitio en uno o


varios puntos de la Nación, disponer la intervención federal, delegar

89
en el Poder Ejecutivo materia determinada de administración y de
emergencia, aprobar el dictado de los decretos de necesidad y
urgencia, etc.

En otro orden de ideas, en virtud de nuestro sistema de


Gobierno Federal, el Congreso de la Nación dicta tres tipos de leyes17,
a saber: leyes federales, leyes de derecho común y leyes locales. Las
primeras tienen vigencia en todo el territorio de la Nación, y su
aplicación compete únicamente a los jueces federales (por ejemplo:
leyes de ciudadanía, de impuestos internos, de elecciones
presidenciales, de organización de aduanas, de puertos, de
inmigración, de narcotráfico, etc.) Por su lado, las leyes comunes,
tratan de preceptos que, al igual que las leyes federales rigen en todo
el ámbito de la nación, aunque son aplicadas indistintamente por los
tribunales federales o los provinciales, según que las cosas o las
personas cayeren bajo sus respectivas jurisdicciones. Son el Código
Civil, Comercial, Penal, de Minería, del Trabajo y la Seguridad Social, a
que se refiere el art. 75, inc. 12 de la Constitución Nacional. Y por
último, las leyes locales son aquellas que el Congreso dicta para regir
en la Capital Federal, y los territorios nacionales y de utilidad
nacional, a tenor de lo dispuesto por el art. 75, inc. 15 y 30 de la
Constitución Nacional.

17
MIDON, Mario, Manual de Derecho Constitucional Argentino, Ediciones Plus Ultra, Bs.
As., 1997, pág.457.

90
Además, como principio general, todas las mencionadas
atribuciones corresponden al Congreso, pudiendo los proyectos a
ellas referidas ser ingresados por cualquiera de ambas Cámaras. No
obstante nuestra principal norma jurídica se encarga de acentuar que
determinadas competencias corresponde exclusivamente a una de
las Cámaras, en relación a los especiales principios representados en
cada una de ellas.

Así, es facultad privativa de la Cámara de Diputados, la


iniciativa de las leyes de contribuciones y reclutamiento de tropas,
además de los proyectos surgidos de la iniciativa popular. Por su lado,
corresponde exclusivamente a la Cámara de Senadores la atribución
de prestar acuerdo en la designación de los magistrados y de
determinados funcionarios que hace el Poder Ejecutivo, ser Cámara
de origen en el tratamiento y modificación de la ley de
coparticipación impositiva, además de autorizar al Presidente de la
Nación para que declare el estado de sitio en caso de ataque exterior.

En este sentido, mención aparte merece el análisis del juicio


político definido como un procedimiento de destitución de
importantes funcionarios antes que finalicen sus mandatos para el
cual fueran designados, basado en causales pre-establecidas. En este
proceso de deposición deben intervenir las dos Cámaras de
Congreso, pero cada una de ellas ejerciendo funciones privativas y
con alcances distintos. La Cámara de Senadores ejerce el derecho de

91
acusar ante el Senado al Presidente, Vicepresidente, al Jefe de
Gabinete de Ministros, a los Ministros y a los miembros de la Corte
Suprema en las causas de responsabilidad política que se intente
contra ellos, fundadas en las causales de mal desempeño, delito en el
ejercicio de sus funciones o por crímenes comunes. Por su lado, al
Senado le corresponde juzgar a los acusados por la Cámara de
Diputados, pudiendo declararlos culpables mediante la mayoría
agravada de los dos tercios de sus miembros presentes, teniendo su
fallo el solo efecto de la destitución del acusado, y en su caso, la
inhabilitación para ejercer cargos públicos, quedando el funcionario
removido sometido a la acusación, juicio y castigo conforme a las
leyes vigentes ante los tribunales ordinarios.

Procedimiento de formación y sanción de las leyes.

Como hemos señalado, el producto del Congreso por


antonomasia es la ley. Pero como la actividad legislativa no solo se
realiza por el Congreso, sino a través del quehacer de otros órganos
(según lo veremos más adelante) fue preciso formular una distinción
entre la ley en sentido formal y la ley en sentido material. La primera
denominación es reservada a las normas dictadas por el Congreso de
la Nación, que surgen como consecuencia del respeto al proceso de
formación y sanción de las leyes, establecido detalladamente por
nuestra Carta Magna. En cambio, reciben el nombre de leyes

92
materiales, aquellas, que si bien denotan actos de carácter general y
abstracto aplicable a un grupo indeterminados de destinatarios, al
igual que las anteriores, en este caso, emanan de la exclusiva
voluntad de otros órganos (Poder Ejecutivo, Ministros) y respecto de
las que no se observa el trámite que se sigue para el dictado de las
leyes formales (decretos, resoluciones, reglamentos, etc.)

Por ello, después de esta importante aclaración, pasemos


revista ahora al procedimiento de sanción de las leyes, el que se
divide en cuatro principales etapas. Veamos:

1.- La iniciativa legislativa: podrán presentar proyecto de ley


cualquier legislador perteneciente a algunas de las dos Cámaras
(según las salvedades más arriba aclaradas), el Poder Ejecutivo y la
ciudadanía a través de la iniciativa popular, y de acuerdo a los
requisitos y limites establecidos en la norma reglamentaria.

2.- La discusión y sanción por las Cámaras: el proyecto, que


podrá (en principio) ingresar por cualquiera de las Cámaras -
denominada a los efectos del trámite legislativo como “cámara de
origen”- será remitido a la Comisión pertinente para su estudio. Si
hay voluntad política, la Comisión emitirá un despacho por la
afirmativa aconsejando a la Cámara en su pleno la aprobación del
proyecto. Reunido el plenario, la Cámara resuelve su tratamiento, y
en su caso, la aprobación del dispositivo de acuerdo a las mayorías
exigidas para cada caso, según lo establece la Constitución Nacional.

93
A partir de allí, el proyecto que cuenta con media sanción, será girado
a la otra Cámara –llamada “cámara revisora” para su tratamiento
respetando el mismo circuito legislativo que su antecesora, y en caso
de su aprobación, será convertido en ley.

No obstante puede suceder que ésta última rechazara el


proyecto, en cuya hipótesis el mismo no podrá ser tratado en el
mismo año calendario, o en su defecto, le introdujera modificaciones.
En este último supuesto, el expediente legislativo deberá retomar a
la cámara de origen para que ésta ratifique las modificaciones, o por
el contrario, insista con el proyecto primigenio.

3.- Promulgación por el Poder Ejecutivo: el texto sancionado


por ambas Cámaras, es enviado al Poder Ejecutivo para su análisis.
Este puede promulgarlo expresamente a través del dictado de un
decreto promulgatorio, o tácitamente, cuando transcurre el término
de diez días hábiles, sin que el Presidente se expidiera. En una tercera
alternativa, el Poder Ejecutivo podrá ejercer la potestad de veto,
oponiéndose al proyecto de ley sancionada por el Congreso, ya sea
en su totalidad, o solo en una parte. En ambos casos (veto total o
parcial), el proyecto volverá con sus objeciones a las Cámaras quienes
podrán ratificar el proyecto original con una mayoría calificada, en
cuyo caso pasará al Poder Ejecutivo para su promulgación no
pudiente éste ahora vetarlo nuevamente. Sin perjuicio, en el segundo
supuesto (veto parcial) la Constitución permite que las partes no

94
observadas puedan ser promulgadas si tienen autonomía normativa y
su aprobación parcial no altera el espíritu ni la unidad del proyecto
sancionado.

4.- La publicación: después de esa instancia (promulgación


tácita o en su caso expresa -total o parcial) el Poder Ejecutivo es
responsable de la publicación del texto de la ley a través del Boletín
Oficial de la Nación, aunque se aconseja que su conocimiento llegue a
la ciudadanía por otros medios, como lo es la radio y la televisión.
Aquel postulado que señala que el derecho se presume conocido por
todos y que la ignorancia de la ley no sirve de excusa (art. 20 del
Código Civil) para su incumplimiento, exige precisamente que la
norma sea previamente publicada.

Después de su publicación, y en el día que ella determine, la


ley entrara en vigencia, es decir que a partir de dicho momento es
obligatoria. En cambio, si no designara un tiempo preciso de entrada
en vigencia, la norma será obligatoria después de los ocho días
siguientes (continuos, art. 28 Código Civil) al de su publicación oficial
(art. 3, Código Civil).

La Auditoria General de la Nación y el Defensor del Pueblo de la


Nación.

El control externo del sector público nacional en su aspecto


patrimonial, económico, financiero, y operativo, es una atribución

95
propia del Poder Legislativo, la que se realizará por intermedio de los
dictámenes emanados de la Auditoria General de la Nación, cuyo
presidente será designado a propuesta del partido político de la
oposición con mayor número de legisladores en el Congreso.

Dicho órgano tendrá a su cargo el control de la legalidad,


gestión y auditoria de toda la actividad de la administración pública
central y descentralizada, cualquiera fuese su modalidad de
organización, interviniendo necesariamente en el trámite de
aprobación o rechazo de las cuentas de percepción e inversión de los
fondos públicos.

Por su orden, nuestra Constitución Nacional ha cimentado al


Defensor del Pueblo como un órgano independiente instituido en el
ámbito del Congreso de la Nación, que actuará con plena autonomía
funcional, sin recibir instrucciones de ninguna otra autoridad. Su
misión es la defensa y protección de los derechos humanos y demás
derechos, garantías e intereses tutelados en la Constitución y las
leyes, ante hechos, actos u omisiones de la Administración Pública.
Tiene legitimación procesal. Es designado y removido por el
Congreso, dura cinco años en sus funciones, pudiendo ser reelecto
por única vez, y goza de las inmunidades y privilegios propios de los
legisladores.

96
EL PODER EJECUTIVO.

Introducción.

En nuestro entramado constitucional, el Poder Ejecutivo es


desempeñado por un ciudadano con el título de “Presidente de la
Nación Argentina”. Con ello además de resaltar el carácter
unipersonal del cargo, la Constitución Nacional impone el modelo
presidencialista, por el cual el Poder Ejecutivo es dotado de un
cúmulo de funciones sumamente amplias al ser definido por la norma
fundamental como el jefe supremo de la Nación, Jefe de Gobierno y
responsable político de la administración general de país.

El Poder Ejecutivo trasunta la máxima concentración de poder


que prevé la estructura constitucional federal, la que sin embargo, se
procura compensar a través de los principios de control y
cooperación con los otros dos poderes. Este perfil parece darlo la
famosa frase cuya autoría se le adjudica a Alberdi (quien fuera el
principal inspirador de nuestra Constitución Nacional): “Dad al Poder
Ejecutivo todo el poder que sea necesario, pare dádselo mediante
una Constitución”.

Ante una sociedad en permanente desarrollo, acuciada por el


proceso de cambio y por la complejidad de los factores incorporados
por la tecnología generó un crecimiento de los poderes
presidenciales en detrimento de los del Congreso. La permanente
situación de emergencia constitucional, el advenimiento del Estado

97
Social de Derecho, la crisis del Congreso y la convalidación por parte
de la Corte Suprema de los excesos de poder cometidos por los
Ejecutivos a lo largo de su historia, produjo el fortalecimiento
exuberante de la figura del Presidente de la Nación. Este crecimiento
ha permitido calificar a nuestro sistema de gobierno como
hiperpresidencialista, factor decisivo de la metamorfosis que ha
experimentado la Republica18.

No obstante -como se dijo- la última reforma Constitucional


del año 1994 apuntó al objetivo de atenuar el presidencialismo dado
la comprobación realizada en el transcurso de nuestra vida
constitucional del amplio poder y potestades de que gozaba el
presidente. Entre las principales reformas cabe destacar: la creación
de la figura del jefe de gabinete, la reducción a cuatro años del
mandato del presidente, la elección directa del presidente y vice en
doble vuelta, la elección directa de los senadores y la reducción de su
mandato, la elección popular del intendente y la reforma de la
Ciudad de Buenos Aires, la reglamentación de decretos delegados y
decretos de necesidad y urgencia, la creación del Consejo de la
Magistratura y con ello la selección de los jueces inferiores, la
creación de los organismos de control: Defensor del Pueblo y
Auditoria General de la Nación, entre otras cuestiones.

18
QUIROGA LAVIE, Humberto, BENEDETTI, Miguel Ángel y CENICACELAYA, María
de los Ángeles, Derecho Constitucional Argentino, T. II, Rubinzal- Culzoni Editores, Santa
Fe, 2001, pág.1087.

98
Régimen constitucional.

Desde los artículos 89 al 98 de nuestra Carga Magna se


regulan las condiciones de elegibilidad, forma de elección, la
duración y expiración del mandato, la retribución del cargo y las
obligaciones de prestar juramento al tomar posesión del mismo, por
parte del Presidente de la Nación. Analicemos cada una de ellas.

Para ser elegido Presidente y Vicepresidente de la Nación, se


requiere haber nacido en el territorio argentino, o ser hijo de
ciudadano nativo, habiendo nacido en el país extranjero; y las demás
condiciones exigidas para ser elegido senador. Ellos duran cuatro
años en sus funciones y podrán ser reelegidos o sucederse
recíprocamente por un solo período consecutivo. A partir de allí, si
pretenden acceder a un tercer mandado para ambos cargos, deberán
esperar el intervalo de un período. El Presidente y Vicepresidente
cesan en el poder el día que expire su período de cuatros años, sin
que evento alguno que lo haya interrumpido, pueda ser motivo de
prórroga o justificar la finalización posterior de su cargo.

Por otro lado, el Presidente y el Vicepresidente de la Nación


son elegidos directamente por el pueblo de la nación en doble vuelta
(denominado también balotaje) según lo establece la Constitución. La
primera elección se efectuará dentro de los dos meses anteriores a la
conclusión del mandato del presidente en ejercicio. Si de ésta

99
surgiera una fórmula que hubiere obtenido más del cuarenta y cinco
por ciento de los votos válidamente afirmativos emitidos o, en su
caso, más del cuarenta por ciento, y además existiera una diferencia
de mayor de diez puntos porcentuales respecto del total de los votos
afirmativos válidamente emitidos, sobre la formula que le sigue en el
número de votos, sus integrantes (en cualquiera de ambos
supuestos) serán proclamados presidente y vicepresidente de la
Nación. Si no se dieran ninguna de las dos alternativas, debe
realizarse una segunda elección dentro de los treinta días de
realizada la anterior. En esta ocasión, y para el segundo acto
electoral, el ciudadano deberá elegir entre alguna de las dos fórmulas
más votadas de la primera vuelta.

Antes de la Reforma Constitucional del año 1994, la elección


del Presidente y Vicepresidente se hacía en forma indirecta, a través
del llamado Colegio Electoral. Así, la Capital y cada una de las
provincias nombraban por votación directa una junta de electores,
igual al duplo de diputados y senadores que enviaban al Congreso.
Posteriormente, este cuerpo intermedio, procedía a elegir a la
fórmula que correspondía al partido político de los electores.

A partir de dicho año, el presidente y vice son elegidos


directamente por el pueblo, en un sistema de doble vuelta,
considerándose al territorio nacional como distrito único. El aludido
balotaje no solo pretende que la fórmula acceda al poder fruto de

100
importantes consensos y con gran legitimación popular, sino también
el sistema permite que se formen amplias coaliciones, ya que la
segunda vuelta opera como un incentivo corporativo entre las
diversas fuerzas políticas, que deben asumir compromisos con las
minorías políticas afines. Significa que la llegada al poder implicará
negociar el programa de gobierno con grupos políticos más
reducidos19.

Atribuciones del Poder Ejecutivo.

El art. 99 de la Constitución Nacional se encarga de especificar


un catálogo de competencias que recaen por sobre el Presidente de
la Nación, las que pueden ser clasificadas de la siguiente manera:

1.- Administrativas: es jefe supremo de la Nación y


responsable político de la administración general de país; expide
instrucciones y reglamentos bajo la forma de decretos que pueden
diferenciarse en: reglamentos de ejecución, delegados de
integración, de necesidad y urgencia y reglamentos autónomos.

2.- Nombra a los ministros de la Corte Suprema de Justicia de


la Nación y propone a los jueces inferiores sobre la base de una terna
remitida por el Consejo de la Magistratura, en ambos casos con
acuerdo del Senado.

19
EKMEKDJIAN, Miguel Ángel, Tratado de Derecho Constitucional, T. V, Depalma, Bs.
As., 1999, pág.52.

101
3.- Otros nombramientos: nombra y remueve a los
embajadores, a los ministros plenipotenciarios y encargados de
negocios con acuerdo del Senado, y por si solo, nombra y remueve al
jefe de gabinete y demás ministros del despacho, a los oficiales de su
secretaria, a los agentes consulares y demás empleados.

4.- Concede jubilaciones, retiros, licencias y pensiones


conforme las leyes de la Nación.

5.- Hace anualmente la apertura de las sesiones ordinarias


reunidas ambas Cámaras en Asamblea Legislativa, dando cuenta en
esta ocasión de un “mensaje” referido al estado de la Nación, de las
reformas prometidas por la Constitución y recomendando a su
consideración las medidas que juzgue necesarias y convenientes.

5.- Prorroga las sesiones ordinarias y convoca a las


extraordinarias, en este último caso cuando un grave interés de
orden o progreso lo requiera.

6.- Puede pedir al Jefe de Gabinete de ministros y a los jefes


de todos los ramos de los departamentos de toda la administración, y
por su intermedio, a los demás empleados, los informes que crea
conveniente, estando ellos obligados a darlos.

7.- Facultades colegislativas: participa en la formación de las


leyes, presenta proyectos, las promulga (en su caso, dispone su veto),
y las hace publicar.

102
8.- Atribuciones económico-financieras: el Presidente de la
Nación supervisa el ejercicio de la facultad del jefe de gabinete de
ministros respecto de la recaudación de las rentas de la Nación y de
su inversión, con arreglo a la ley o presupuesto de gastos nacionales.

9.- Atribuciones militares: el Poder Ejecutivo es comandante


en jefe de todas las fuerzas armadas de la Nación, y por ello, provee
los empleos militares de la Nación, dispone de las fuerzas armadas, y
corre con su organización y distribución según las necesidades de la
Nación, declara la guerra y ordena represalias con autorización y
aprobación del Congreso.

10.- Relaciones Internacionales: concluye y firma tratados,


concordatos y otras negociaciones requeridas para el mantenimiento
de buenas relaciones con las organizaciones internacionales y las
naciones extranjeras.

11.- Potestades de emergencia: entre ellas podemos


diferenciar: a) la declaración del estado de sitio; b) la potestad de
decretar la intervención federal, solo en caso del receso del Congreso
de la Nación; c) la potestad de indultar (perdón de la pena) y
conmutar penas (modificación por una menor) por delitos sujetos a
jurisdicción federal, previo informe del tribunal correspondiente.

103
El Jefe de Gabinete. Sus atribuciones. Los ministros.

Tal como lo indicáramos, uno de los principales objetivos de la


reforma constitucional consistía en la atenuación del poder
presidencial a través de la adopción de mecanismos propios de
sistema semiparlamentaristas o parlamentaristas, que permiten la
actuación de un Primer Ministro, Ministro Coordinador o Jefe de
Gabinete de Ministros con funciones propias de gobierno dentro de
la arquitectura institucional argentina. A esto ha obedecido la
creación de la figura del Jefe de Gabinete de Ministros, con
responsabilidad política ante el Congreso de la Nación, mediante la
interpelación, y en su caso, la remoción del citado funcionario, lo que
convierte en una válvula de escape con el fin de destrabar los
conflictos institucionales-políticos que pudieran emerger. Ante esta
hipótesis, el Departamento Ejecutivo procederá a designar un nuevo
funcionario, pero ahora surgido del acuerdo de todas las fuerzas
políticas.

Las no menos importantes funciones atribuidas por la Norma


Suprema al Jefe de Gabinete, como lo es la de ejercer la
administración general del país, refrendar y legalizar los actos del
presidente sin cuyo requisito carecen de eficacia, efectuar el
nombramientos de los agentes públicos, enviar al Congreso el
proyecto de ley de Ministerios y de Presupuesto Nacional, hacer
recaudar las rentas de la nación y ejecutar el presupuesto, entre

104
otras, denotan competencias que lo ubican en un plano de
superioridad jerárquica con respecto a los demás ministros del
ejecutivo.

Y con respecto a estos últimos, cabe destacar que cada


ministro es responsable de los actos que legaliza en su área de
competencia, y en forma solidaria, los que acuerden con sus colegas.
Sólo podrán tomar resoluciones en lo concerniente al régimen
económico y administrativo de sus respectivos departamentos,
debiendo presentar anualmente ante el Congreso una memoria
detallada del estado de la Nación en lo relativo a los negocios de sus
respectivas carteras.

EL PODER JUDICIAL.

Liminar. Integración.

A diferencia del Congreso que es colegiado y bicameral y del


Ejecutivo que es unipersonal, el Poder Judicial se manifiesta con
órganos a veces colegiados, otras veces unipersonales, pero siempre
dispersos y plurales, situados en una relación jerárquica.

En el sistema de división de funciones definidos por la Ley


Fundamental argentina, al Poder Judicial no sólo le compete la
resolución de las controversias (función jurisdiccional) que se
suscitan entre los particulares con fuerza de verdad legal (cosa
juzgada), sino que también evalúa el grado de validez jurídica de los

105
actos emitidos por los otros dos poderes. La declaración de nulidad, o
en su caso, la declaración de inconstitucionalidad de los actos
emanados del Poder Ejecutivo o Legislativo, respectivamente,
importa el ejercicio de control y limite que el Poder Judicial ejerce
por sobre los restantes poderes, lo que denota una vez más la mutua
restricción que la técnica de separación de funciones supone.

La aludida estructura vertical del Poder Judicial, se materializa


a partir de que él está integrado por una Corte Suprema de Justicia
de la Nación y por los demás tribunales inferiores que el Congreso
estableciere en el territorio de la Nación.

La denominación de “suprema” dada a nuestro máximo


Tribunal de Justicia responde al hecho que sus pronunciamientos
serán últimos e inapelables, lo que ha quedado -por otro lado-
relativizado a través de la incorporación por parte de nuestro país de
los Tratados Internacionales de Derechos Humanos con jerarquía
constitucional y sus tribunales de justicia con competencia para todos
los países ratificantes, creados por aquellos.

La composición del número de miembros de la Corte Suprema


se dejó librada a la voluntad del legislador (actualmente con siete
miembros), la que ha sido modificada a lo largo de la historia
motivada por fines políticos más que por fundamentos de
organización judicial o eficiencia en la administración de justicia de la
Corte Federal. En cambio, la constitución sí se encarga de aclarar

106
cuáles son los requisitos que deberán acreditar quines pretendan
integrarla, a saber: a) ser abogado de la Nación, con ocho años de
ejercicio y b) tener las calidades para ser elegido senador.

Con respecto a los tribunales inferiores, su número,


condiciones, integración y competencia son definidas por el Congreso
mediante el dictado de su legislación, el que haciendo uso de su
mandato constitucional ha creado, básicamente, dos instancias: los
jueces de primera instancia y las cámaras federales de apelación.

Garantía para la independencia del Poder Judicial.


Incompatibilidades.

Teniendo en cuenta las importantísimas funciones del Poder


Judicial como guardián de los principales órganos de gobierno y
protector de los principales derechos y garantías individuales, era
imprescindible dotar a los jueces de garantías que preserven el
sentido institucional de su rol, celoso de las libertades públicas.

Respondiente a este propósito, el convencional constituyente


diseñó dos garantías rectoras:

a) la garantía de inamovilidad de sus funciones: por la cual los jueces


de la Corte Suprema y los tribunales inferiores permanecerán en sus
cargos mientras dure su buena conducta, esto es, hasta tanto sean
removidos por los órganos competentes a través del juicio político o
el jurado de enjuiciamiento, según corresponda, y

107
b) la intangibilidad de las remuneraciones: las compensaciones que
perciban los jueces como contraprestación por sus servicios no
podrán ser disminuidas en manera alguna, mientras permanezcan en
sus funciones.

En otro sentido, la Constitución impide a los jueces del Poder


Judicial Federal ser al mismo tiempo de los tribunales de provincia, a
la vez que se deriva del principio de división de poderes -aunque la
Carta Magna no lo advierte explícitamente- la imposibilidad de que
un juez sea legislador, Presidente, Ministro del Ejecutivo o que reciba
comisión de éste. Además, las leyes orgánicas del Poder Judicial
prohíben a los magistrados la actividad política, la práctica del
comercio y todo quehacer profesional derivado de su calidad de
abogado (excepto por interés propio o descendiente directo), con la
salvedad de la docencia y cualquier otra actividad académica.

Mecanismos de designación y remoción de los jueces.

Como respuesta a la profusa discrecionalidad de los poderes


públicos en la elección de los jueces, y con ello, la politización
partidaria de la magistratura, en la Reforma Constitucional de 1994
se escindió el mecanismo de designación de los ministros de la Corte
Suprema, con respecto al de los jueces inferiores.

En relación a los primeros, se mantuvo el procedimiento de


designación de tipo político por el cual los altos jueces acceden a su

108
investidura por intermedio de la propuesta que formule el Poder
Ejecutivo al Senado, debiendo éste último prestar el acuerdo
solicitado en una sesión pública y convocada al efecto.

En cambio, con respecto a los segundos, los jueces inferiores


(primera instancia y cámaras) son designados a través de un
procedimiento de tipo profesionalista que se inicia con la selección
de los aspirantes y la ulterior propuesta que en terna vinculante
eleve el Consejo de la Magistratura al Ejecutivo. Éste designa a uno
de ellos con el posterior acuerdo del Senado.

Cabe la misma distinción con respecto al proceso de


destitución, pues ahora igualmente nuestra Carta Magna distingue
entre los miembros del más Alto Tribunal y los jueces de los
tribunales inferiores, estando los primeros sujetos al juicio político, y
los segundos a un jurado de enjuiciamiento quien podrá removerlos
por las misma causales que aquél.

Competencia federal.

Desde que nuestro Estado responde a la estructura federal,


existen dos órdenes de gobierno, competiéndole a cada uno el
ejercicio de facultades ejecutivas, legislativas y judiciales. La regla de
deslinde entre las atribuciones jurisdiccionales de los poderes
judiciales federal y provincial surge de los arts. 116 y 117 de nuestra
Constitución Nacional.

109
De esta manera es competencia de la Corte Suprema y los
jueces inferiores el conocimientos de todas las causas que versen
sobre la Constitución, las leyes de la Nación (a excepción de los
códigos de fondo), los tratados internacionales, las causas
concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules, al
almirantazgo y jurisdicción marítima, de los asuntos en que la Nación
sea parte, de las causas que se susciten entre dos o más provincias,
entre una provincia y vecinos de otra, entre vecinos de diferentes
provincias, o entre una provincia o sus vecinos contra un Estado o
ciudadano extranjero.

En todos estos casos -en principio- ejercerá su jurisdicción los


tribunales inferiores y la Corte Suprema por apelación, con la
salvedad de los asuntos concernientes a embajadores, ministros y
cónsules extranjeros, y en los que alguna provincia sea parte, en
donde el más Alto Tribunal entenderá en forma originaria y exclusiva.

Fuera de los casos previstos en los citados dispositivos


(competencia originaria o por apelación), todo conflicto en principio
deberá ser ventilado en la justicia ordinaria que cada provincia
deberá instituir.

B.- LOS GOBIERNO DE PROVINCIA.

La forma de Estado Federal ha sido descripta como una


descentralización territorial del poder, lo que significa que dentro del

110
Estado coexisten dos órdenes de gobierno: el central que es
soberano, y los gobiernos estatales o provinciales que son
autónomos, ejerciendo cada uno de ellos una porción de poderes
estatales cuya distribución se encuentra consignada en las
constituciones nacionales.

En el Derecho Comparado se encuentra distintas maneras de


deslindar las competencias entre los diferentes niveles
institucionales. Así, para algunos se deja expresamente previsto en la
Constitución cuáles son las atribuciones de los estados locales,
quedando reservado todo lo demás al estado central. En el caso
inverso, se consignan expresamente las competencias del estado
federal, correspondiendo las residuales a las provincias. Y en un
tercer tipo, se establece expresamente que le corresponde a uno y
otro orden de gobierno.

Nuestra Carta Magna ha adoptado claramente el segundo


sistema al señalar en su art. 121 que las provincias conservan todo el
poder no delegado por esta Constitución al Gobierno Federal,
pudiendo aquellas darse -entre otras cuestiones- sus instituciones
locales, elegir sus gobernadores, sus legisladores y demás
funcionarios de provincia, sin la intervención del Gobierno federal,
celebrar tratados parciales con otras naciones, promover su
industria, la inmigración, la construcción de ferrocarriles y canales

111
navegables, la introducción y establecimiento de nuevas industrias, la
explotación de sus recursos naturales existentes en su territorio, etc.

Todo ello, siempre y cuando las provincias por un lado,


respeten el principio de supremacía constitucional que determina
que ninguna legislación provincial (ya sea de tipo legal o
constitucional) puede contradecir normas federales, e inclusive, la
Constitución Nacional misma y los Tratados Internacionales, y por el
otro, garanticen en su normativa el sistema representativo
republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías
de la Constitución Nacional asegurando además su administración de
justicia, su régimen municipal y la educación primaria, pues de lo
contrario el Gobierno federal estará facultado a intervenir dicha
provincia.

C.- LA AUTONOMIA MUNICIPAL Y LA CIUDAD AUTONOMA DE


BUENOS AIRES.

La última Reforma Constitucional ha venido a cancelar aquella


vieja discusión referente a si los municipios argentinos gozaban de
autonomía o por el contrario constituían meras descentralizaciones
administrativas de funciones y recursos en entidades locales, pues
claramente se ha inclinado por lo primero.

La Carta Magna ha reconocido en su art. 123 la autonomía


municipal en el orden institucional (dictado de su Cartas Orgánicas),

112
político (elegir sus propias autoridades), administrativo (organización
de la estructura de gobierno), económico y financiero (recaudar
fondos imponiendo tributos), debiendo ser las propias provincias las
que al momento de dictar sus constituciones establecieran el alcance
y contenido de la citada autonomía municipal.

De esta manera, a la par de las denominadas autonomías


provinciales, se ratificó constitucionalmente un tercer nivel de
gobierno, que si bien también es autónomo, su independencia
política es menor a las primeras, pues son precisamente éstas las que
descifrarán el grado de autonomía que gozarán los municipios. Pero
esto no es todo. También se incorporó a la Ciudad de Buenos Aires
con un régimen jurídico especial, el que puede ser ubicado
institucionalmente en un “escalón intermedio” entre las provincias y
los municipios, pues cuenta con mayores competencias y funciones
que estas últimas pero no llegando a alcanzar a las autonomías
provinciales. En demostración de su naturaleza sui generis, calificada
como Ciudad-Estado por alguna doctrina20, cabe considerar que la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires participa en los órganos de
gobierno nacional a través de la elección de senadores y diputados,
interviene en la ley de coparticipación federal de impuestos, y goza
de facultades propias en materia de legislación y jurisdicción.

20
HERNANDEZ (h), Antonio María, Federalismo, autonomía municipal y ciudad de Buenos
Aires en la reforma constitucional de 1994, Depalma, Bs. As., 1997, pág.195.

113
114
ANEXO

CONSTITUCIÓN NACIONAL

115
116
CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN ARGENTINA

PREÁMBULO

Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos


en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las
provincias que la componen, en cumplimiento de pactos
preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar
la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común,
promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la
libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los
hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino:
invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia:
ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución, para la
Nación Argentina.

PRIMERA PARTE

Capítulo Primero

Declaraciones, derechos y garantías

Artículo 1º.- La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma


representativa republicana federal, según la establece la presente
Constitución.

Artículo 2º.- El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico


romano.

117
Artículo 3º.- Las autoridades que ejercen el Gobierno federal, residen
en la ciudad que se declare Capital de la República por una ley
especial del Congreso, previa cesión hecha por una o más legislaturas
provinciales, del territorio que haya de federalizarse.

Artículo 4º.- El Gobierno federal provee a los gastos de la Nación con


los fondos del Tesoro nacional formado del producto de derechos de
importación y exportación, del de la venta o locación de tierras de
propiedad nacional, de la renta de Correos, de las demás
contribuciones que equitativa y proporcionalmente a la población
imponga el Congreso General, y de los empréstitos y operaciones de
crédito que decrete el mismo Congreso para urgencias de la Nación,
o para empresas de utilidad nacional.

Artículo 5º.- Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el


sistema representativo republicano, de acuerdo con los principios,
declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que asegure
su administración de justicia, su régimen municipal, y la educación
primaria. Bajo de estas condiciones el Gobierno federal, garante a
cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones.

Artículo 6º.- El Gobierno federal interviene en el territorio de las


provincias para garantir la forma republicana de gobierno, o repeler
invasiones exteriores, y a requisición de sus autoridades constituidas
para sostenerlas o restablecerlas, si hubiesen sido depuestas por la
sedición, o por invasión de otra provincia.

118
Artículo 7º.- Los actos públicos y procedimientos judiciales de una
provincia gozan de entera fe en las demás; y el Congreso puede por
leyes generales determinar cuál será la forma probatoria de estos
actos y procedimientos, y los efectos legales que producirán.

Artículo 8º.- Los ciudadanos de cada provincia gozan de todos los


derechos, privilegios e inmunidades inherentes al título de ciudadano
en las demás. La extradición de los criminales es de obligación
recíproca entre todas las provincias.

Artículo 9º.- En todo el territorio de la Nación no habrá más aduanas


que las nacionales, en las cuales regirán las tarifas que sancione el
Congreso.

Artículo 10.- En el interior de la República es libre de derechos la


circulación de los efectos de producción o fabricación nacional, así
como la de los géneros y mercancías de todas clases, despachadas en
las aduanas exteriores.

Artículo 11.- Los artículos de producción o fabricación nacional o


extranjera, así como los ganados de toda especie, que pasen por
territorio de una provincia a otra, serán libres de los derechos
llamados de tránsito, siéndolo también los carruajes, buques o
bestias en que se transporten; y ningún otro derecho podrá
imponérseles en adelante, cualquiera que sea su denominación, por
el hecho de transitar el territorio.

119
Artículo 12.- Los buques destinados de una provincia a otra, no serán
obligados a entrar, anclar y pagar derechos por causa de tránsito, sin
que en ningún caso puedan concederse preferencias a un puerto
respecto de otro, por medio de leyes o reglamentos de comercio.

Artículo 13.- Podrán admitirse nuevas provincias en la Nación; pero


no podrá erigirse una provincia en el territorio de otra u otras, ni de
varias formarse una sola, sin el consentimiento de la Legislatura de
las provincias interesadas y del Congreso.

Artículo 14.- Todos los habitantes de la Nación gozan de los


siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su
ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de
navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar,
permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus
ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su
propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su
culto; de enseñar y aprender.

Artículo 14 bis.- El trabajo en sus diversas formas gozará de la


protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones
dignas y equitativas de labor, jornada limitada; descanso y vacaciones
pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual
remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las
empresas, con control de la producción y colaboración en la
dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del

120
empleado público; organización sindical libre y democrática,
reconocida por la simple inscripción en un registro especial.

Queda garantizado a los gremios: concertar convenios colectivos de


trabajo; recurrir a la conciliación y al arbitraje; el derecho de huelga.
Los representantes gremiales gozarán de las garantías necesarias
para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la
estabilidad de su empleo.

El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá


carácter de integral e irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el
seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales
o provinciales con autonomía financiera y económica, administradas
por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir
superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la
protección integral de la familia; la defensa del bien de familia; la
compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna.

Artículo 15.- En la Nación Argentina no hay esclavos: los pocos que


hoy existen quedan libres desde la jura de esta Constitución; y una
ley especial reglará las indemnizaciones a que dé lugar esta
declaración. Todo contrato de compra y venta de personas es un
crimen de que serán responsables los que lo celebrasen, y el
escribano o funcionario que lo autorice. Y los esclavos que de
cualquier modo se introduzcan quedan libres por el solo hecho de
pisar el territorio de la República.

121
Artículo 16.- La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre,
ni de nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de
nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en
los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la
base del impuesto y de las cargas públicas.

Artículo 17.- La propiedad es inviolable, y ningún habitante de la


Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada
en ley. La expropiación por causa de utilidad pública, debe ser
calificada por ley y previamente indemnizada. Sólo el Congreso
impone las contribuciones que se expresan en el Artículo 4º. Ningún
servicio personal es exigible, sino en virtud de ley o de sentencia
fundada en ley. Todo autor o inventor es propietario exclusivo de su
obra, invento o descubrimiento, por el término que le acuerde la ley.
La confiscación de bienes queda borrada para siempre del Código
Penal argentino. Ningún cuerpo armado puede hacer requisiciones,
ni exigir auxilios de ninguna especie.

Artículo 18.- Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin


juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado
por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la
ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar
contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de
autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio de la
persona y de los derechos. El domicilio es inviolable, como también la

122
correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley
determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a
su allanamiento y ocupación. Quedan abolidos para siempre la pena
de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los
azotes. Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para
seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda
medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más
allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la autorice.

Artículo 19.- Las acciones privadas de los hombres que de ningún


modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un
tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los
magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo
que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.

Artículo 20.- Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de


todos los derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria,
comercio y profesión; poseer bienes raíces, comprarlos y enajenarlos;
navegar los ríos y costas; ejercer libremente su culto; testar y casarse
conforme a las leyes. No están obligados a admitir la ciudadanía, ni a
pagar contribuciones forzosas extraordinarias. Obtienen
nacionalización residiendo dos años continuos en la Nación; pero la
autoridad puede acortar este término a favor del que lo solicite,
alegando y probando servicios a la República.

123
Artículo 21.- Todo ciudadano argentino está obligado a armarse en
defensa de la patria y de esta Constitución, conforme a las leyes que
al efecto dicte el Congreso y a los decretos del Ejecutivo nacional. Los
ciudadanos por naturalización son libres de prestar o no este servicio
por el término de diez años contados desde el día en que obtengan
su carta de ciudadanía.

Artículo 22.- El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus


representantes y autoridades creadas por esta Constitución. Toda
fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los derechos
del pueblo y peticione a nombre de éste, comete delito de sedición.

Artículo 23.- En caso de conmoción interior o de ataque exterior que


pongan en peligro el ejercicio de esta Constitución y de las
autoridades creadas por ella, se declarará en estado de sitio la
provincia o territorio en donde exista la perturbación del orden,
quedando suspensas allí las garantías constitucionales. Pero durante
esta suspensión no podrá el presidente de la República condenar por
sí ni aplicar penas. Su poder se limitará en tal caso respecto de las
personas, a arrestarlas o trasladarlas de un punto a otro de la Nación,
si ellas no prefiriesen salir fuera del territorio argentino.

Artículo 24.- El Congreso promoverá la reforma de la actual


legislación en todos sus ramos, y el establecimiento del juicio por
jurados.

124
Artículo 25.- El Gobierno federal fomentará la inmigración europea; y
no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada
en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto
labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las
ciencias y las artes.

Artículo 26.- La navegación de los ríos interiores de la Nación es libre


para todas las banderas, con sujeción únicamente a los reglamentos
que dicte la autoridad nacional.

Artículo 27.- El Gobierno federal está obligado a afianzar sus


relaciones de paz y comercio con las potencias extranjeras por medio
de tratados que estén en conformidad con los principios de derecho
público establecidos en esta Constitución.

Artículo 28.- Los principios, garantías y derechos reconocidos en los


anteriores artículos, no podrán ser alterados por las leyes que
reglamenten su ejercicio.

Artículo 29.- El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni


las Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia,
facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles
sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas
de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna.
Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y
sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la
responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria.

125
Artículo 30.- La Constitución puede reformarse en el todo o en
cualquiera de sus partes. La necesidad de reforma debe ser declarada
por el Congreso con el voto de dos terceras partes, al menos, de sus
miembros; pero no se efectuará sino por una Convención convocada
al efecto.

Artículo 31.- Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su


consecuencia se dicten por el Congreso y los tratados con las
potencias extranjeras son la ley suprema de la Nación; y las
autoridades de cada provincia están obligadas a conformarse a ella,
no obstante cualquiera disposición en contrario que contengan las
leyes o constituciones provinciales, salvo para la provincia de Buenos
Aires, los tratados ratificados después del Pacto de 11 de noviembre
de 1859.

Artículo 32.- El Congreso federal no dictará leyes que restrinjan la


libertad de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal.

Artículo 33.- Las declaraciones, derechos y garantías que enumera la


Constitución no serán entendidos como negación de otros derechos y
garantías no enumerados; pero que nacen del principio de la
soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno.

Artículo 34.- Los jueces de las cortes federales no podrán serlo al


mismo tiempo de los tribunales de provincia, ni el servicio federal,
tanto en lo civil como en lo militar da residencia en la provincia en
que se ejerza, y que no sea la del domicilio habitual del empleado,

126
entendiéndose esto para los efectos de optar a empleos en la
provincia en que accidentalmente se encuentren.

Artículo 35.- Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde


1810 hasta el presente, a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata,
República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante
nombres oficiales indistintamente para la designación del Gobierno y
territorio de las provincias, empleándose las palabras "Nación
Argentina" en la formación y sanción de las leyes.

CAPÍTULO SEGUNDO

Nuevos derechos y garantías

Artículo 36.- Esta Constitución mantendrá su imperio aun cuando se


interrumpiere su observancia por actos de fuerza contra el orden
institucional y el sistema democrático. Estos actos serán
insanablemente nulos.

Sus autores serán pasibles de la sanción prevista en el Artículo 29,


inhabilitados a perpetuidad para ocupar cargos públicos y excluidos
de los beneficios del indulto y la conmutación de penas.

Tendrán las mismas sanciones quienes, como consecuencia de estos


actos, usurparen funciones previstas para las autoridades de esta
Constitución o las de las provincias, los que responderán civil y

127
penalmente de sus actos. Las acciones respectivas serán
imprescriptibles.

Todos los ciudadanos tienen el derecho de resistencia contra quienes


ejecutaren los actos de fuerza enunciados en este artículo.

Atentará asimismo contra el sistema democrático quien incurriere en


grave delito doloso contra el Estado que conlleve enriquecimiento,
quedando inhabilitado por el tiempo que las leyes determinen para
ocupar cargos o empleos públicos.

El Congreso sancionará una ley sobre ética pública para el ejercicio de


la función.

Artículo 37.- Esta Constitución garantiza el pleno ejercicio de los


derechos políticos, con arreglo al principio de la soberanía popular y
de las leyes que se dicten en consecuencia. El sufragio es universal,
igual, secreto y obligatorio.

La igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el


acceso a cargos electivos y partidarios se garantizará por acciones
positivas en la regulación de los partidos políticos y en el régimen
electoral.

Artículo 38.- Los partidos políticos son instituciones fundamentales


del sistema democrático.

Su creación y el ejercicio de sus actividades son libres dentro del


respeto a esta Constitución, la que garantiza su organización y

128
funcionamiento democráticos, la representación de las minorías, la
competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos
electivos, el acceso a la información pública y la difusión de sus ideas.

El Estado contribuye al sostenimiento económico de sus actividades y


de la capacitación de sus dirigentes.

Los partidos políticos deberán dar publicidad del origen y destino de


sus fondos y patrimonio.

Artículo 39.- Los ciudadanos tienen el derecho de iniciativa para


presentar proyectos de ley en la Cámara de Diputados. El Congreso
deberá darles expreso tratamiento dentro del término de doce meses.

El Congreso, con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los


miembros de cada Cámara, sancionará una ley reglamentaria que no
podrá exigir más del tres por ciento del padrón electoral nacional,
dentro del cual deberá contemplar una adecuada distribución
territorial para suscribir la iniciativa.

No serán objeto de iniciativa popular los proyectos referidos a


reforma constitucional, tratados internacionales, tributos,
presupuesto y materia penal.

Artículo 40.- El Congreso, a iniciativa de la Cámara de Diputados,


podrá someter a consulta popular un proyecto de ley. La ley de
convocatoria no podrá ser vetada. El voto afirmativo del proyecto por
el pueblo de la Nación lo convertirá en ley y su promulgación será
automática.

129
El Congreso o el presidente de la Nación, dentro de sus respectivas
competencias, podrán convocar a consulta popular no vinculante. En
este caso el voto no será obligatorio.

El Congreso, con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los


miembros de cada Cámara, reglamentará las materias,
procedimientos y oportunidad de la consulta popular.

Artículo 41.- Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente


sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las
actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin
comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de
preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la
obligación de recomponer, según lo establezca la ley.

Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la


utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del
patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la
información y educación ambientales.

Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los


presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias
para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones
locales.

Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o


potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.

130
Artículo 42.- Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen
derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud,
seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y
veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y
digno.

Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la


educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra
toda forma de distorsión de los mercados, al control de los
monopolios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los
servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de
consumidores y de usuarios.

La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención


y solución de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios
públicos de competencia nacional, previendo la necesaria
participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las
provincias interesadas, en los organismos de control.

Artículo 43.- Toda persona puede interponer acción expedita y rápida


de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo,
contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares,
que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace,
con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías
reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el

131
juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se
funde el acto u omisión lesiva.

Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de


discriminación y en lo relativo a los derechos que protegen al
ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a
los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el
defensor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines,
registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y
formas de su organización.

Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento


de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten en registros
o bancos de datos públicos, o los privados destinados a proveer
informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir la
supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquéllos.
No podrá afectarse el secreto de las fuentes de información
periodística.

Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o amenazado


fuera la libertad física, o en caso de agravamiento ilegítimo en la
forma o condiciones de detención, o en el de desaparición forzada de
personas, la acción de hábeas corpus podrá ser interpuesta por el
afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá de inmediato,
aun durante la vigencia del estado de sitio.

132
SEGUNDA PARTE

AUTORIDADES DE LA NACIÓN

TÍTULO PRIMERO

GOBIERNO FEDERAL

SECCIÓN PRIMERA

DEL PODER LEGISLATIVO

Artículo 44.- Un Congreso compuesto de dos Cámaras, una de


Diputados de la Nación y otra de Senadores de las provincias y de la
ciudad de Buenos Aires, será investido del Poder Legislativo de la
Nación.

CAPÍTULO PRIMERO

De la Cámara de Diputados

Artículo 45.- La Cámara de Diputados se compondrá de


representantes elegidos directamente por el pueblo de las provincias,
de la ciudad de Buenos Aires, y de la Capital en caso de traslado, que
se consideran a este fin como distritos electorales de un solo Estado y
a simple pluralidad de sufragios. El número de representantes será de
uno por cada treinta y tres mil habitantes o fracción que no baje de
dieciséis mil quinientos. Después de la realización de cada censo, el
Congreso fijará la representación con arreglo al mismo, pudiendo
aumentar pero no disminuir la base expresada para cada diputado.

133
Artículo 46.- Los diputados para la primera Legislatura se nombrarán
en la proporción siguiente: por la provincia de Buenos Aires doce: por
la de Córdoba seis: por la de Catamarca tres: por la de Corrientes
cuatro: por la de Entre Ríos dos: por la de Jujuy dos: por la de
Mendoza tres: por la de La Rioja dos: por la de Salta tres: por la de
Santiago cuatro: por la de San Juan dos: por la de Santa Fe dos: por la
de San Luis dos: y por la de Tucumán tres.

Artículo 47.- Para la segunda Legislatura deberá realizarse el censo


general, y arreglarse a él el número de diputados; pero este censo
sólo podrá renovarse cada diez años.

Artículo 48.- Para ser diputado se requiere haber cumplido la edad


de veinticinco años, tener cuatro años de ciudadanía en ejercicio, y
ser natural de la provincia que lo elija, o con dos años de residencia
inmediata en ella.

Artículo 49.- Por esta vez las Legislaturas de las provincias reglarán
los medios de hacer efectiva la elección directa de los diputados de la
Nación: para lo sucesivo el Congreso expedirá una ley general.

Artículo 50.- Los diputados durarán en su representación por cuatro


años, y son reelegibles; pero la Sala se renovará por mitad cada
bienio; a cuyo efecto los nombrados para la primera Legislatura,
luego que se reúnan, sortearán los que deban salir en el primer
período.

134
Artículo 51.- En caso de vacante, el Gobierno de provincia, o de la
Capital, hace proceder a elección legal de un nuevo miembro.

Artículo 52.- A la Cámara de Diputados corresponde exclusivamente


la iniciativa de las leyes sobre contribuciones y reclutamiento de
tropas.

Artículo 53.- Sólo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado al


presidente, vicepresidente, al jefe de gabinete de ministros, a los
ministros y a los miembros de la Corte Suprema, en las causas de
responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal desempeño o
por delito en el ejercicio de sus funciones; o por crímenes comunes,
después de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la
formación de causa por la mayoría de dos terceras partes de sus
miembros presentes.

CAPÍTULO SEGUNDO

Del Senado

Artículo 54.- El Senado se compondrá de tres senadores por cada


provincia y tres por la ciudad de Buenos Aires, elegidos en forma
directa y conjunta, correspondiendo dos bancas al partido político

135
que obtenga el mayor número de votos, y la restante al partido
político que le siga en número de votos. Cada senador tendrá un voto.

Artículo 55.- Son requisitos para ser elegido senador: tener la edad
de treinta años, haber sido seis años ciudadano de la Nación,
disfrutar de una renta anual de dos mil pesos fuertes o de una
entrada equivalente, y ser natural de la provincia que lo elija, o con
dos años de residencia inmediata en ella.

Artículo 56.- Los senadores duran seis años en el ejercicio de su


mandato, y son reelegibles indefinidamente; pero el Senado se
renovará a razón de una tercera parte de los distritos electorales cada
dos años.

Artículo 57.- El vicepresidente de la Nación será presidente del


Senado; pero no tendrá voto sino en el caso que haya empate en la
votación.

Artículo 58.- El Senado nombrará un presidente provisorio que lo


presida en caso de ausencia del vicepresidente, o cuando éste ejerce
las funciones de presidente de la Nación.

Artículo 59.- Al Senado corresponde juzgar en juicio público a los


acusados por la Cámara de Diputados, debiendo sus miembros
prestar juramento para este acto. Cuando el acusado sea el
presidente de la Nación, el Senado será presidido por el presidente
de la Corte Suprema. Ninguno será declarado culpable sino a mayoría
de los dos tercios de los miembros presentes.

136
Artículo 60.- Su fallo no tendrá más efecto que destituir al acusado, y
aun declararle incapaz de ocupar ningún empleo de honor, de
confianza o a sueldo en la Nación. Pero la parte condenada quedará,
no obstante, sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a las leyes
ante los tribunales ordinarios.

Artículo 61.- Corresponde también al Senado autorizar al presidente


de la Nación para que declare en estado de sitio, uno o varios puntos
de la República en caso de ataque exterior.

Artículo 62.- Cuando vacase alguna plaza de senador por muerte,


renuncia u otra causa, el Gobierno a que corresponda la vacante hace
proceder inmediatamente a la elección de un nuevo miembro.

CAPÍTULO TERCERO

Disposiciones comunes a ambas Cámaras

Artículo 63.- Ambas Cámaras se reunirán por sí mismas en sesiones


ordinarias todos los años desde el primero de marzo hasta el treinta
de noviembre. Pueden también ser convocadas extraordinariamente
por el Presidente de la Nación o prorrogadas sus sesiones.

Artículo 64.- Cada Cámara es juez de las elecciones, derechos y


títulos de sus miembros en cuanto a su validez. Ninguna de ellas
entrará en sesión sin la mayoría absoluta de sus miembros; pero un
número menor podrá compeler a los miembros ausentes a que

137
concurran a las sesiones, en los términos y bajo las penas que cada
Cámara establecerá.

Artículo 65.- Ambas Cámaras empiezan y concluyen sus sesiones


simultáneamente. Ninguna de ellas, mientras se hallen reunidas,
podrá suspender sus sesiones más de tres días, sin el consentimiento
de la otra.

Artículo 66.- Cada Cámara hará su reglamento y podrá con dos


tercios de votos, corregir a cualquiera de sus miembros por desorden
de conducta en el ejercicio de sus funciones, o removerlo por
inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación, y hasta
excluirle de su seno; pero bastará la mayoría de uno sobre la mitad
de los presentes para decidir en las renuncias que voluntariamente
hicieren de sus cargos.

Artículo 67.- Los senadores y diputados prestarán, en el acto de su


incorporación, juramento de desempeñar debidamente el cargo, y de
obrar en todo en conformidad a lo que prescribe esta Constitución.

Artículo 68.- Ninguno de los miembros del Congreso puede ser


acusado, interrogado judicialmente, ni molestado por las opiniones o
discursos que emita desempeñando su mandato de legislador.

Artículo 69.- Ningún senador o diputado, desde el día de su elección


hasta el de su cese, puede ser arrestado; excepto el caso de ser
sorprendido in fraganti en la ejecución de algún crimen que merezca

138
pena de muerte, infamante, u otra aflictiva; de lo que se dará cuenta
a la Cámara respectiva con la información sumaria del hecho.

Artículo 70.- Cuando se forme querella por escrito ante las justicias
ordinarias contra cualquier senador o diputado, examinado el mérito
del sumario en juicio público, podrá cada Cámara, con dos tercios de
votos, suspender en sus funciones al acusado, y ponerlo a disposición
del juez competente para su juzgamiento.

Artículo 71.- Cada una de las Cámaras puede hacer venir a su sala a
los ministros del Poder Ejecutivo para recibir las explicaciones e
informes que estime convenientes.

Artículo 72.- Ningún miembro del Congreso podrá recibir empleo o


comisión del Poder Ejecutivo, sin previo consentimiento de la Cámara
respectiva, excepto los empleos de escala.

Artículo 73.- Los eclesiásticos regulares no pueden ser miembros del


Congreso, ni los gobernadores de provincia por la de su mando.

Artículo 74.- Los servicios de los senadores y diputados son


remunerados por el Tesoro de la Nación, con una dotación que
señalará la ley.

CAPÍTULO CUARTO

Atribuciones del Congreso

Artículo 75.- Corresponde al Congreso:

139
1. Legislar en materia aduanera. Establecer los derechos de
importación y exportación, los cuales, así como las avaluaciones
sobre las que recaigan, serán uniformes en toda la Nación.

2. Imponer contribuciones indirectas como facultad concurrente con


las provincias. Imponer contribuciones directas, por tiempo
determinado, proporcionalmente iguales en todo el territorio de la
Nación, siempre que la defensa, seguridad común y bien general del
Estado lo exijan. Las contribuciones previstas en este inciso, con
excepción de la parte o el total de las que tengan asignación
específica, son coparticipables.

Una ley convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las


provincias, instituirá regímenes de coparticipación de estas
contribuciones, garantizando la automaticidad en la remisión de los
fondos.

La distribución entre la Nación, las provincias y la ciudad de Buenos


Aires y entre éstas, se efectuará en relación directa a las
competencias, servicios y funciones de cada una de ellas
contemplando criterios objetivos de reparto; será equitativa, solidaria
y dará prioridad al logro de un grado equivalente de desarrollo,
calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio
nacional.

La ley convenio tendrá como Cámara de origen el Senado y deberá ser


sancionada con la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros

140
de cada Cámara, no podrá ser modificada unilateralmente ni
reglamentada y será aprobada por las provincias.

No habrá transferencia de competencias, servicios o funciones sin la


respectiva reasignación de recursos, aprobada por ley del Congreso
cuando correspondiere y por la provincia interesada o la ciudad de
Buenos Aires en su caso.

Un organismo fiscal federal tendrá a su cargo el control y fiscalización


de la ejecución de lo establecido en este inciso, según lo determina la
ley, la que deberá asegurar la representación de todas las provincias y
la ciudad de Buenos Aires en su composición.

3. Establecer y modificar asignaciones específicas de recursos


coparticipables, por tiempo determinado, por ley especial aprobada
por la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada
Cámara.

4. Contraer empréstitos sobre el crédito de la Nación.

5. Disponer del uso y de la enajenación de las tierras de propiedad


nacional.

6. Establecer y reglamentar un banco federal con facultad de emitir


moneda, así como otros bancos nacionales.

7. Arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación.

8. Fijar anualmente, conforme a las pautas establecidas en el tercer


párrafo del inc. 2 de este artículo, el presupuesto general de gastos y

141
cálculo de recursos de la administración nacional, en base al
programa general de gobierno y al plan de inversiones públicas y
aprobar o desechar la cuenta de inversión.

9. Acordar subsidios del Tesoro nacional a las provincias, cuyas rentas


no alcancen, según sus presupuestos, a cubrir sus gastos ordinarios.

10. Reglamentar la libre navegación de los ríos interiores, habilitar los


puertos que considere convenientes, y crear o suprimir aduanas.

11. Hacer sellar moneda, fijar su valor y el de las extranjeras; y


adoptar un sistema uniforme de pesos y medidas para toda la
Nación.

12. Dictar los Códigos Civil, Comercial, Penal, de Minería, y del


Trabajo y Seguridad Social, en cuerpos unificados o separados, sin
que tales códigos alteren las jurisdicciones locales, correspondiendo
su aplicación a los tribunales federales o provinciales, según que las
cosas o las personas cayeren bajo sus respectivas jurisdicciones; y
especialmente leyes generales para toda la Nación sobre
naturalización y nacionalidad, con sujeción al principio de
nacionalidad natural y por opción en beneficio de la argentina: así
como sobre bancarrotas, sobre falsificación de la moneda corriente y
documentos públicos del Estado, y las que requiera el
establecimiento del juicio por jurados.

13. Reglar el comercio con las naciones extranjeras, y de las


provincias entre sí.

142
14. Arreglar y establecer los correos generales de la Nación.

15. Arreglar definitivamente los límites del territorio de la Nación,


fijar los de las provincias, crear otras nuevas, y determinar por una
legislación especial la organización, administración y gobierno que
deben tener los territorios nacionales, que queden fuera de los
límites que se asignen a las provincias.

16. Proveer a la seguridad de las fronteras.

17. Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos


indígenas argentinos.

Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación


bilingüe e intercultural; reconocer la personería Jurídica de sus
comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras
que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y
suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será
enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos.
Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos
naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias
pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones.

18. Proveer lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y


bienestar de todas las provincias, y al progreso de la ilustración,
dictando planes de instrucción general y universitaria, y promoviendo
la industria, la inmigración, la construcción de ferrocarriles y canales
navegables, la colonización de tierras de propiedad nacional, la

143
introducción y establecimiento de nuevas industrias, la importación
de capitales extranjeros y la exploración de los ríos interiores, por
leyes protectoras de estos fines y por concesiones temporales de
privilegios y recompensas de estímulo.

19. Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso


económico con justicia social, a la productividad de la economía
nacional, a la generación de empleo, a la formación profesional de los
trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la investigación y
al desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento.

Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su


territorio; promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el
desigual desarrollo relativo de provincias y regiones. Para estas
iniciativas, el Senado será Cámara de origen.

Sancionar leyes de organización y de base de la educación que


consoliden la unidad nacional respetando las particularidades
provinciales y locales; que aseguren la responsabilidad indelegable
del Estado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción
de los valores democráticos y la igualdad de oportunidades y
posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen los
principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la
autonomía y autarquía de las universidades nacionales.

144
Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre
creación y circulación de las obras del autor; el patrimonio artístico y
los espacios culturales y audiovisuales.

20. Establecer tribunales inferiores a la Corte Suprema de Justicia;


crear y suprimir empleos, fijar sus atribuciones, dar pensiones,
decretar honores, y conceder amnistías generales.

21. Admitir o desechar los motivos de dimisión del presidente o


vicepresidente de la República; y declarar el caso de proceder a
nueva elección.

22. Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y


con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa
Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la


Declaración Universal de Derechos Humanos; la Convención
Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo; la Convención
sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio; la
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial; la Convención sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer; la Convención contra la
Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la
Convención sobre los Derechos del Niño; en las condiciones de su

145
vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno
de la primera parte de esta Constitución y deben entenderse
complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos.
Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo
Nacional, previa aprobación de las dos terceras partes de la totalidad
de los miembros de cada Cámara.

Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego


de ser aprobados por el Congreso, requerirán del voto de las dos
terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara para
gozar de la jerarquía constitucional.

23. Legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la


igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio
de los derechos reconocidos por esta Constitución y por los tratados
internacionales vigentes sobre derechos humanos, en particular
respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con
discapacidad.

Dictar un régimen de seguridad social especial e integral en


protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo
hasta la finalización del período de enseñanza elemental, y de la
madre durante el embarazo y el tiempo de lactancia.

24. Aprobar tratados de integración que deleguen competencias y


jurisdicción a organizaciones supraestatales en condiciones de
reciprocidad e igualdad, y que respeten el orden democrático y los

146
derechos humanos. Las normas dictadas en su consecuencia tienen
jerarquía superior a las leyes.

La aprobación de estos tratados con Estados de Latinoamérica


requerirá la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de
cada Cámara. En el caso de tratados con otros Estados, el Congreso
de la Nación, con la mayoría absoluta de los miembros presentes de
cada Cámara, declarará la conveniencia de la aprobación del tratado
y sólo podrá ser aprobado con el voto de la mayoría absoluta de la
totalidad de los miembros de cada Cámara, después de ciento veinte
días del acto declarativo.

La denuncia de los tratados referidos a este inciso, exigirá la previa


aprobación de la mayoría absoluta de la totalidad da los miembros de
cada Cámara.

25. Autorizar al Poder Ejecutivo para declarar la guerra o hacer la paz.

26. Facultar al Poder Ejecutivo para ordenar represalias, y establecer


reglamentos para las presas.

27. Fijar las fuerzas armadas en tiempo de paz y guerra, y dictar las
normas para su organización y gobierno.

28. Permitir la introducción de tropas extranjeras en el territorio de la


Nación, y la salida de las fuerzas nacionales fuera de él.

147
29. Declarar en estado de sitio uno o varios puntos de la Nación en
caso de conmoción interior, y aprobar o suspender el estado de sitio
declarado, durante su receso, por el Poder Ejecutivo.

30. Ejercer una legislación exclusiva en el territorio de la capital de la


Nación y dictar la legislación necesaria para el cumplimiento de los
fines específicos de los establecimientos de utilidad nacional en el
territorio de la República. Las autoridades provinciales y municipales
conservarán los poderes de policía e imposición sobre estos
establecimientos, en tanto no interfieran en el cumplimiento de
aquellos fines.

31. Disponer la intervención federal a una provincia o a la ciudad de


Buenos Aires.

Aprobar o revocar la intervención decretada, durante su receso, por el


Poder Ejecutivo.

32. Hacer todas las leyes y reglamentos que sean convenientes para
poner en ejercicio los poderes antecedentes, y todos los otros
concedidos por la presente Constitución al Gobierno de la Nación
Argentina.

Artículo 76.- Se prohíbe la delegación legislativa en el Poder


Ejecutivo, salvo en materias determinadas de administración o de
emergencia pública, con plazo fijado para su ejercicio y dentro de las
bases de la delegación que el Congreso establezca.

148
La caducidad resultante del transcurso del plazo previsto en el párrafo
anterior no importará revisión de las relaciones jurídicas nacidas al
amparo de las normas dictadas en consecuencia de la delegación
legislativa.

CAPÍTULO QUINTO

De la formación y sanción de las leyes

Artículo 77.- Las leyes pueden tener principio en cualquiera de las


Cámaras del Congreso, por proyectos presentados por sus miembros
o por el Poder Ejecutivo, salvo las excepciones que establece esta
Constitución.

Los proyectos de ley que modifiquen el régimen electoral y de


partidos políticos deberán ser aprobados por mayoría absoluta del
total de los miembros de las Cámaras.

Artículo 78.- Aprobado un proyecto de ley por la Cámara de su


origen, pasa para su discusión a la otra Cámara. Aprobado por ambas,
pasa al Poder Ejecutivo de la Nación para su examen; y si también
obtiene su aprobación, lo promulga como ley.

Artículo 79.- Cada Cámara, luego de aprobar un proyecto de ley en


general, puede delegar en sus comisiones la aprobación en particular
del proyecto, con el voto de la mayoría absoluta del total de sus
miembros. La Cámara podrá, con igual número de votos, dejar sin

149
efecto la delegación y retomar el trámite ordinario. La aprobación en
comisión requerirá el voto de la mayoría absoluta del total de sus
miembros. Una vez aprobado el proyecto en comisión, se seguirá el
trámite ordinario.

Artículo 80.- Se reputa aprobado por el Poder Ejecutivo todo proyecto


no devuelto en el término de diez días útiles. Los proyectos
desechados parcialmente no podrán ser aprobados en la parte
restante. Sin embargo, las partes no observadas solamente podrán
ser promulgadas si tienen autonomía normativa y su aprobación
parcial no altera el espíritu ni la unidad del proyecto sancionado por
el Congreso. En este caso será de aplicación el procedimiento previsto
para los decretos de necesidad y urgencia.

Artículo 81.- Ningún proyecto de ley desechado totalmente por una


de las Cámaras podrá repetirse en las sesiones de aquel año. Ninguna
de las Cámaras puede desechar totalmente un proyecto que hubiera
tenido origen en ella y luego hubiese sido adicionado o enmendado
por la Cámara revisora. Si el proyecto fuere objeto de adiciones o
correcciones por la Cámara revisora, deberá indicarse el resultado de
la votación a fin de establecer si tales adiciones o correcciones fueron
realizadas por mayoría absoluta de los presentes o por las dos
terceras partes de los presentes. La Cámara de origen podrá por
mayoría absoluta de los presentes aprobar el proyecto con las
adiciones o correcciones introducidas o insistir en la redacción

150
originaria, a menos que las adiciones o correcciones las haya
realizado la revisora por dos terceras partes de los presentes. En este
último caso, el proyecto pasará al Poder Ejecutivo con las adiciones o
correcciones de la Cámara revisora, salvo que la Cámara de origen
insista en su redacción originaria con el voto de las dos terceras
partes de los presentes. La Cámara de origen no podrá introducir
nuevas adiciones o correcciones a las realizadas por la Cámara
revisora.

Artículo 82.- La voluntad de cada Cámara debe manifestarse


expresamente; se excluye, en todos los casos, la sanción tácita o ficta.

Artículo 83.- Desechado en el todo o en parte un proyecto por el


Poder Ejecutivo, vuelve con sus objeciones a la Cámara de su origen:
ésta lo discute de nuevo, y si lo confirma por mayoría de dos tercios
de votos, pasa otra vez a la Cámara de revisión. Si ambas Cámaras lo
sancionan por igual mayoría, el proyecto es ley y pasa al Poder
Ejecutivo para su promulgación. Las votaciones de ambas Cámaras
serán en este caso nominales, por si o por no; y tanto los nombres y
fundamentos de los sufragantes, como las objeciones del Poder
Ejecutivo, se publicarán inmediatamente por la prensa. Si las
Cámaras difieren sobre las objeciones, el proyecto no podrá repetirse
en las sesiones de aquel año.

151
Artículo 84.- En la sanción de las leyes se usará de esta fórmula: El
Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina, reunidos en
Congreso,... decretan o sancionan con fuerza de ley.

152
CAPÍTULO SEXTO

De la Auditoría General de la Nación

Artículo 85.- El control externo del sector público nacional en sus


aspectos patrimoniales, económicos, financieros y operativos, será
una atribución propia del Poder Legislativo.

El examen y la opinión del Poder Legislativo sobre el desempeño y


situación general de la administración pública estarán sustentados en
los dictámenes de la Auditoría General de la Nación.

Este organismo de asistencia técnica del Congreso, con autonomía


funcional, se integrará del modo que establezca la ley que reglamenta
su creación y funcionamiento, que deberá ser aprobada por mayoría
absoluta de los miembros de cada Cámara. El presidente del
organismo será designado a propuesta del partido político de
oposición con mayor número de legisladores en el Congreso.

Tendrá a su cargo el control de legalidad, gestión y auditoría de toda


la actividad de la administración pública centralizada y
descentralizada, cualquiera fuera su modalidad de organización, y las
demás funciones que la ley le otorgue. Intervendrá necesariamente
en el trámite de aprobación o rechazo de las cuentas de percepción e
inversión de los fondos públicos.

153
CAPÍTULO SÉPTIMO

Del Defensor del Pueblo

Artículo 86.- El Defensor del Pueblo es un órgano independiente


instituido en el ámbito del Congreso de la Nación, que actuará con
plena autonomía funcional, sin recibir instrucciones de ninguna
autoridad. Su misión es la defensa y protección de los derechos
humanos y demás derechos, garantías e intereses tutelados en esta
Constitución y las leyes, ante hechos, actos u omisiones de la
Administración; y el control del ejercicio de las funciones
administrativas públicas.

El Defensor del Pueblo tiene legitimación procesal. Es designado y


removido por el Congreso con el voto de las dos terceras partes de los
miembros presentes de cada una de las Cámaras. Goza de las
inmunidades y privilegios de los legisladores. Durará en su cargo cinco
años, pudiendo ser nuevamente designado por una sola vez.

La organización y el funcionamiento de esta institución serán


regulados por una ley especial.

154
SECCIÓN SEGUNDA

DEL PODER EJECUTIVO

CAPÍTULO PRIMERO

De su naturaleza y duración

Artículo 87.- El Poder Ejecutivo de la Nación será desempeñado por


un ciudadano con el título de "Presidente de la Nación Argentina".

Artículo 88.- En caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte,


renuncia o destitución del Presidente, el Poder Ejecutivo será
ejercido por el vicepresidente de la Nación. En caso de destitución,
muerte, dimisión o inhabilidad del Presidente y vicepresidente de la
Nación, el Congreso determinará qué funcionario público ha de
desempeñar la Presidencia, hasta que haya cesado la causa de la
inhabilidad o un nuevo presidente sea electo.

Artículo 89.- Para ser elegido Presidente o vicepresidente de la


Nación, se requiere haber nacido en el territorio argentino, o ser hijo
de ciudadano nativo, habiendo nacido en país extranjero; y las demás
calidades exigidas para ser elegido senador.

Artículo 90.- El Presidente y vicepresidente duran en sus funciones el


término de cuatro años y podrán ser reelegidos o sucederse
recíprocamente por un solo período consecutivo. Si han sido reelectos

155
o se han sucedido recíprocamente no pueden ser elegidos para
ninguno de ambos cargos, sino con el intervalo de un período.

Artículo 91.- El Presidente de la Nación cesa en el poder el mismo día


en que expira su período de cuatro años; sin que evento alguno que lo
haya interrumpido, pueda ser motivo de que se le complete más
tarde.

Artículo 92.- El Presidente y vicepresidente disfrutan de un sueldo


pagado por el Tesoro de la Nación, que no podrá ser alterado en el
período de sus nombramientos. Durante el mismo período no podrán
ejercer otro empleo, ni recibir ningún otro emolumento de la Nación,
ni de provincia alguna.

Artículo 93.- Al tomar posesión de su cargo el presidente y


vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del
Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus
creencias religiosas, de "desempeñar con lealtad y patriotismo el
cargo de Presidente (o vicepresidente) de la Nación y observar y hacer
observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina".

CAPÍTULO SEGUNDO

De la forma y tiempo de la elección del Presidente y vicepresidente de


la Nación

156
Artículo 94.- El Presidente y el vicepresidente de la Nación serán
elegidos directamente por el Pueblo, en doble vuelta, según lo
establece esta Constitución. A este fin el territorio nacional
conformará un distrito único.

Artículo 95.- La lección se efectuará dentro de los dos meses


anteriores a la conclusión del mandato del Presidente en ejercicio.

Artículo 96.- La segunda vuelta electoral, si correspondiere, se


realizará entre las dos fórmulas de candidatos más votadas, dentro
de los treinta días de celebrada la anterior.

Artículo 97.- Cuando la fórmula que resultare más votada en la


primera vuelta, hubiere obtenido más del cuarenta y cinco por ciento
de los votos afirmativos válidamente emitidos, sus integrantes serán
proclamados como Presidente y vicepresidente de la Nación.

Artículo 98.- Cuando la fórmula que resultare más votada en la


primera vuelta hubiere obtenido el cuarenta por ciento por lo menos
de los votos afirmativos válidamente emitidos y, además, existiere
una diferencia mayor de diez puntos porcentuales respecto del total
de los votos afirmativos válidamente emitidos sobre la fórmula que le
sigue en número de votos, sus integrantes serán proclamados como
Presidente y vicepresidente de la Nación.

157
CAPÍTULO TERCERO

Atribuciones del Poder Ejecutivo

Artículo 99.- El Presidente de la Nación tiene las siguientes


atribuciones:

1. Es el jefe supremo de la Nación, jefe del gobierno y responsable


político de la administración general del país.

2. Expide las instrucciones y reglamentos que sean necesarios para la


ejecución de las leyes de la Nación, cuidando de no alterar su espíritu
con excepciones reglamentarias.

3. Participa de la formación de las leyes con arreglo a la Constitución,


las promulga y hace publicar.

El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad


absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo.

Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible


seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la
sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen materia
penal, tributaria, electoral o de régimen de los partidos políticos,
podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia, los que
serán decididos en acuerdo general de ministros que deberán
refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete de ministros.

El jefe de gabinete de ministros personalmente y dentro de los diez


días someterá la medida a consideración de la Comisión Bicameral

158
Permanente, cuya composición deberá respetar la proporción de las
representaciones políticas de cada Cámara. Esta comisión elevará su
despacho en un plazo de diez días al plenario de cada Cámara para su
expreso tratamiento, el que de inmediato considerarán las Cámaras.
Una ley especial sancionada con la mayoría absoluta de la totalidad
de los miembros de cada Cámara regulará el trámite y los alcances de
la intervención del Congreso.

4. Nombra los magistrados de la Corte Suprema con acuerdo del


Senado por dos tercios de sus miembros presentes, en sesión pública,
convocada al efecto.

Nombra los demás jueces de los tribunales federales inferiores en


base a una propuesta vinculante en terna del Consejo de la
Magistratura, con acuerdo del Senado, en sesión pública, en la que se
tendrá en cuenta la idoneidad de los candidatos.

Un nuevo nombramiento, precedido de igual acuerdo, será necesario


para mantener en el cargo a cualquiera de esos magistrados, una vez
que cumplan la edad de setenta y cinco años. Todos los
nombramientos de magistrados cuya edad sea la indicada o mayor se
harán por cinco años, y podrán ser repetidos indefinidamente, por el
mismo trámite.

5. Puede indultar o conmutar las penas por delitos sujetos a la


jurisdicción federal, previo informe del tribunal correspondiente,
excepto en los casos de acusación por la Cámara de Diputados.

159
6. Concede jubilaciones, retiros, licencias y pensiones conforme a las
leyes de la Nación.

7. Nombra y remueve a los embajadores, ministros plenipotenciarios


y encargados de negocios con acuerdo del Senado; por sí solo nombra
y remueve al jefe de gabinete de ministros y a los demás ministros del
despacho, los oficiales de su secretaría, los agentes consulares y los
empleados cuyo nombramiento no está reglado de otra forma por
esta Constitución.

8. Hace anualmente la apertura de las sesiones del Congreso,


reunidas al efecto ambas Cámaras, dando cuenta en esta ocasión del
estado de la Nación, de las reformas prometidas por la Constitución, y
recomendando a su consideración las medidas que juzgue necesarias
y convenientes.

9. Prorroga las sesiones ordinarias del Congreso, o lo convoca a


sesiones extraordinarias, cuando un grave interés de orden o de
progreso lo requiera.

10. Supervisa el ejercicio de la facultad del jefe de gabinete de


ministros respecto de la recaudación de las rentas da la Nación y de
su inversión, con arreglo a la ley o presupuesto de gastos nacionales.

11. Concluye y firma tratados, concordatos y otras negociaciones


requeridas para el mantenimiento de buenas relaciones con las
organizaciones internacionales y las naciones extranjeras, recibe sus
ministros y admite sus cónsules.

160
12. Es comandante en jefe de todas las Fuerzas Armadas de la
Nación.

13. Provee los empleos militares de la Nación: con acuerdo del


Senado, en la concesión de los empleos o grados de oficiales
superiores de las Fuerzas Armadas; y por sí solo en el campo de
batalla.

14. Dispone de las Fuerzas Armadas, y corre con su organización y


distribución según las necesidades de la Nación.

15. Declara la guerra y ordena represalias con autorización y


aprobación del Congreso.

16. Declara en estado de sitio uno o varios puntos de la Nación, en


caso de ataque exterior y por un término limitado, con acuerdo del
Senado. En caso de conmoción interior sólo tiene esta facultad
cuando el Congreso está en receso, porque es atribución que
corresponde a este cuerpo. El Presidente la ejerce con las
limitaciones prescriptas en el Artículo 23.

17. Puede pedir al jefe de gabinete de ministros y a los jefes de todos


los ramos y departamentos de la administración, y por su conducto a
los demás empleados, los informes que crea convenientes, y ellos
están obligados a darlos.

18. Puede ausentarse del territorio de la Nación, con permiso del


Congreso. En el receso de éste, sólo podrá hacerlo sin licencia por
razones justificadas de servicio público.

161
19. Puede llenar las vacantes de los empleos, que requieran el
acuerdo del Senado, y que ocurran durante su receso, por medio de
nombramientos en comisión que expirarán al fin de la próxima
Legislatura.

20. Decreta la intervención federal a una provincia o a la ciudad de


Buenos Aires en caso de receso del Congreso, y debe convocarlo
simultáneamente para su tratamiento.

CAPÍTULO CUARTO

Del jefe de gabinete y demás ministros del Poder Ejecutivo

Artículo 100.- El jefe de gabinete de ministros y los demás ministros


secretarios cuyo número y competencia será establecida por una ley
especial, tendrán a su cargo el despacho de los negocios de la Nación,
y refrendarán y legalizarán los actos del presidente por medio de su
firma, sin cuyo requisito carecen de eficacia.

Al jefe de gabinete de ministros, con responsabilidad política ante el


Congreso de la Nación, le corresponde:

1. Ejercer la administración general del país.

2. Expedir los actos y reglamentos que sean necesarios para ejercer


las facultades que le atribuye este artículo y aquellas que le delegue
el presidente de la Nación, con el refrendo del ministro secretario del
ramo al cual el acto o reglamento se refiera.

162
3. Efectuar los nombramientos de los empleados de la administración,
excepto los que correspondan al presidente.

4. Ejercer las funciones y atribuciones que le delegue el presidente de


la Nación y, en acuerdo de gabinete resolver sobre las materias que le
indique el Poder Ejecutivo, o por su propia decisión, en aquellas que
por su importancia estime necesario, en el ámbito de su competencia.

5. Coordinar, preparar y convocar las reuniones de gabinete de


ministros, presidiéndolas en caso de ausencia del presidente.

6. Enviar al Congreso los proyectos de ley de ministerios y de


presupuesto nacional, previo tratamiento en acuerdo de gabinete y
aprobación del Poder Ejecutivo.

7. Hacer recaudar las rentas de la Nación y ejecutar la ley de


presupuesto nacional.

8. Refrendar los decretos reglamentarios de las leyes, los decretos que


dispongan la prórroga de las sesiones ordinarias del Congreso o la
convocatoria de sesiones extraordinarias y los mensajes del
presidente que promuevan la iniciativa legislativa.

9. Concurrir a las sesiones del Congreso y participar en sus debates,


pero no votar.

10. Una vez que se inicien las sesiones ordinarias del Congreso,
presentar junto a los restantes ministros una memoria detallada del

163
estado de la Nación en lo relativo a los negocios de los respectivos
departamentos.

11. Producir los informes y explicaciones verbales o escritos que


cualquiera de las Cámaras solicite al Poder Ejecutivo.

12. Refrendar los decretos que ejercen facultades delegadas por el


Congreso, los que estarán sujetos al control de la Comisión Bicameral
Permanente.

13. Refrendar conjuntamente con los demás ministros los decretos de


necesidad y urgencia y los decretos que promulgan parcialmente
leyes. Someterá personalmente y dentro de los diez días de su sanción
estos decretos a consideración de la Comisión Bicameral Permanente.

El jefe de gabinete de ministros no podrá desempeñar


simultáneamente otro ministerio.

Artículo 101.- El jefe de gabinete de ministros debe concurrir al


Congreso al menos una vez por mes, alternativamente a cada una de
sus Cámaras, para informar de la marcha del gobierno, sin perjuicio
de lo dispuesto en el Artículo 71. Puede ser interpelado a los efectos
del tratamiento de una moción de censura, por el voto de la mayoría
absoluta de la totalidad de los miembros de cualquiera de las
Cámaras, y ser removido por el voto de la mayoría absoluta de los
miembros de cada una de las Cámaras.

Artículo 102.- Cada ministro es responsable de los actos que legaliza;


y solidariamente de los que acuerda con sus colegas.

164
Artículo 103.- Los ministros no pueden por sí solos, en ningún caso,
tomar resoluciones, a excepción de lo concerniente al régimen
económico y administrativo de sus respectivos departamentos.

Artículo 104.- Luego que el Congreso abra sus sesiones, deberán los
ministros del despacho presentarle una memoria detallada del
estado de la Nación en lo relativo a los negocios de sus respectivos
departamentos.

Artículo 105.- No pueden ser senadores ni diputados, sin hacer


dimisión de sus empleos de ministros.

Artículo 106.- Pueden los ministros concurrir a las sesiones del


Congreso y tomar parte en sus debates, pero no votar.

Artículo 107.- Gozarán por sus servicios de un sueldo establecido por


la ley, que no podrá ser aumentado ni disminuido en favor o perjuicio
de los que se hallen en ejercicio.

SECCIÓN TERCERA

DEL PODER JUDICIAL

CAPÍTULO PRIMERO

De su naturaleza y duración

Artículo 108.- El Poder Judicial de la Nación será ejercido por una


Corte Suprema de Justicia, y por los demás tribunales inferiores que
el Congreso estableciere en el territorio de la Nación.

165
Artículo 109.- En ningún caso el presidente de la Nación puede
ejercer funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas
pendientes o restablecer las fenecidas.

Artículo 110.- Los jueces de la Corte Suprema y de los tribunales


inferiores de la Nación conservarán sus empleos mientras dure su
buena conducta, y recibirán por sus servicios una compensación que
determinará la ley, y que no podrá ser disminuida en manera alguna,
mientras permaneciesen en sus funciones.

Artículo 111.- Ninguno podrá ser miembro de la Corte Suprema de


Justicia, sin ser abogado de la Nación con ocho años de ejercicio, y
tener las calidades requeridas para ser senador.

Artículo 112.- En la primera instalación de la Corte Suprema, los


individuos nombrados prestarán juramento en manos del Presidente
de la Nación, de desempeñar sus obligaciones, administrando justicia
bien y legalmente, y en conformidad a lo que prescribe la
Constitución. En lo sucesivo lo prestarán ante el presidente de la
misma Corte.

Artículo 113.- La Corte Suprema dictará su reglamento interior y


nombrará a sus empleados.

Artículo 114.- El Consejo de la Magistratura, regulado por una ley


especial sancionada por la mayoría absoluta de la totalidad de los
miembros de cada Cámara, tendrá a su cargo la selección de los
magistrados y la administración del Poder Judicial.

166
El Consejo será integrado periódicamente de modo que se procure el
equilibrio entre la representación de los órganos políticos resultantes
de la elección popular, de los jueces de todas las instancias y de los
abogados de la matrícula federal. Será integrado, asimismo, por otras
personas del ámbito académico y científico, en el número y la forma
que indique la ley.

Serán sus atribuciones:

1. Seleccionar mediante concursos públicos los postulantes a las


magistraturas inferiores.

2. Emitir propuestas en ternas vinculantes, para el nombramiento de


los magistrados de los tribunales inferiores.

3. Administrar los recursos y ejecutar el presupuesto que la ley asigne


a la administración de justicia.

4. Ejercer facultades disciplinarias sobre magistrados.

5. Decidir la apertura del procedimiento de remoción de magistrados,


en su caso ordenar la suspensión, y formular la acusación
correspondiente.

6. Dictar los reglamentos relacionados con la organización judicial y


todos aquellos que sean necesarios para asegurar la independencia
de los jueces y la eficaz prestación de los servicios de justicia.

Artículo 115.- Los jueces de los tribunales inferiores de la Nación


serán removidos por las causales expresadas en el Artículo 53, por un

167
jurado de enjuiciamiento integrado por legisladores, magistrados y
abogados de la matrícula federal.

Su fallo, que será irrecurrible, no tendrá más efecto que destituir al


acusado. Pero la parte condenada quedará no obstante sujeta a
acusación, juicio y castigo conforme a las leyes ante los tribunales
ordinarios.

Corresponderá archivar las actuaciones y, en su caso, reponer al juez


suspendido, si transcurrieren ciento ochenta días contados desde la
decisión de abrir el procedimiento de remoción, sin que haya sido
dictado el fallo.

En la ley especial a que se refiere el Artículo 114, se determinará la


integración y procedimiento de este jurado.

CAPÍTULO SEGUNDO

Atribuciones del Poder Judicial

Artículo 116.- Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales


inferiores de la Nación, el conocimiento y decisión de todas las
causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, y por las
leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inc. 12 del Artículo 75: y
por los tratados con las naciones extranjeras: de las causas
concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules
extranjeros: de las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima: de

168
los asuntos en que la Nación sea parte: de las causas que se susciten
entre dos o más provincias; entre una provincia y los vecinos de otra;
entre los vecinos de diferentes provincias; y entre una provincia o sus
vecinos, contra un Estado o ciudadano extranjero.

Artículo 117.- En estos casos la Corte Suprema ejercerá su


jurisdicción por apelación según las reglas y excepciones que
prescriba el Congreso; pero en todos los asuntos concernientes a
embajadores, ministros y cónsules extranjeros, y en los que alguna
provincia fuese parte, la ejercerá originaria y exclusivamente.

Artículo 118.- Todos los juicios criminales ordinarios, que no se


deriven del derecho de acusación concedido a la Cámara de
Diputados se terminarán por jurados, luego que se establezca en la
República esta institución. La actuación de estos juicios se hará en la
misma provincia donde se hubiere cometido el delito; pero cuando
éste se cometa fuera de los límites de la Nación, contra el derecho de
gentes, el Congreso determinará por una ley especial el lugar en que
haya de seguirse el juicio.

Artículo 119.- La traición contra la Nación consistirá únicamente en


tomar las armas contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles
ayuda y socorro. El Congreso fijará por una ley especial la pena de
este delito; pero ella no pasará de la persona del delincuente, ni la
infamia del reo se transmitirá a sus parientes de cualquier grado.

169
SECCIÓN CUARTA

Del ministerio público

Artículo 120.- El Ministerio Público es un órgano independiente con


autonomía funcional y autarquía financiera que tiene por función
promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad de los
intereses generales de la sociedad en coordinación con las demás
autoridades de la República.

Está integrado por un procurador general de la Nación y un defensor


general de la Nación y los demás miembros que la ley establezca.

Sus miembros gozan de inmunidades funcionales e intangibilidad de


remuneraciones.

TÍTULO SEGUNDO

GOBIERNOS DE PROVINCIA

Artículo 121.- Las provincias conservan todo el poder no delegado


por esta Constitución al Gobierno federal, y el que expresamente se
hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporación.

Artículo 122.- Se dan sus propias instituciones locales y se rigen por


ellas. Eligen sus gobernadores, sus legisladores y demás funcionarios
de provincia, sin intervención del Gobierno federal.

Artículo 123.- Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a


lo dispuesto por el Artículo 5° asegurando la autonomía municipal y

170
reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político,
administrativo, económico y financiero.

Artículo 124.- Las provincias podrán crear regiones para el desarrollo


económico y social y establecer órganos con facultades para el
cumplimiento de sus fines y podrán también celebrar convenios
internacionales en tanto no sean incompatibles con la política
exterior de la Nación y no afecten las facultades delegadas al
Gobierno federal o el crédito público de la Nación; con conocimiento
del Congreso Nacional. La ciudad de Buenos Aires tendrá el régimen
que se establezca a tal efecto.

Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos


naturales existentes en su territorio.

Artículo 125.- Las provincias pueden celebrar tratados parciales para


fines de administración de justicia, de intereses económicos y
trabajos de utilidad común, con conocimiento del Congreso Federal;
y promover su industria, la inmigración, la construcción de
ferrocarriles y canales navegables, la colonización de tierras de
propiedad provincial, la introducción y establecimiento de nuevas
industrias, la importación de capitales extranjeros y la exploración de
sus ríos, por leyes protectoras de estos fines, y con sus recursos
propios.

Las provincias y la ciudad de Buenos Aires pueden conservar


organismos de seguridad social para los empleados públicos y los

171
profesionales; y promover el progreso económico, el desarrollo
humano, la generación de empleo, la educación, la ciencia, el
conocimiento y la cultura.

Artículo 126.- Las provincias no ejercen el poder delegado a la


Nación. No pueden celebrar tratados parciales de carácter político; ni
expedir leyes sobre comercio, o navegación interior o exterior; ni
establecer aduanas provinciales; ni acuñar moneda; ni establecer
bancos con facultad de emitir billetes, sin autorización del Congreso
Federal; ni dictar los Códigos Civil, Comercial, Penal y de Minería,
después que el Congreso los haya sancionado; ni dictar
especialmente leyes sobre ciudadanía y naturalización, bancarrotas,
falsificación de moneda o documentos del Estado; ni establecer
derechos de tonelaje; ni armar buques de guerra o levantar ejércitos,
salvo el caso de invasión exterior o de un peligro tan inminente que
no admita dilación dando luego cuenta al Gobierno federal; ni
nombrar o recibir agentes extranjeros.

Artículo 127.- Ninguna provincia puede declarar, ni hacer la guerra a


otra provincia. Sus quejas deben ser sometidas a la Corte Suprema de
Justicia y dirimidas por ella. Sus hostilidades de hecho son actos de
guerra civil, calificados de sedición o asonada, que el Gobierno
federal debe sofocar y reprimir conforme a la ley.

172
Artículo 128.- Los gobernadores de provincia son agentes naturales
del Gobierno federal para hacer cumplir la Constitución y las leyes de
la Nación.

Artículo 129.- La ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de


Gobierno autónomo con facultades propias de legislación y
jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el
pueblo de la ciudad.

Una ley garantizará los intereses del Estado nacional mientras la


ciudad de Buenos Aires sea capital de la Nación.

En el marco de lo dispuesto en este artículo, el Congreso de la Nación


convocará a los habitantes de la ciudad de Buenos Aires para que,
mediante los representantes que elijan a ese efecto, dicten el estatuto
organizativo de sus instituciones.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Primera. La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible


soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del
Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser
parte integrante del territorio nacional.

La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la


soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme

173
a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo
permanente e irrenunciable del pueblo argentino.

Segunda. Las acciones positivas a que alude el Artículo 37 en su


último párrafo no podrán ser inferiores a las vigentes al tiempo de
sancionarse esta Constitución y durarán lo que la ley determine.

(Corresponde al Artículo 37)

Tercera. La ley que reglamente el ejercicio de la iniciativa popular


deberá ser aprobada dentro de los dieciocho meses de esta sanción.

(Corresponde al Artículo 39)

Cuarta. Los actuales integrantes del Senado de la Nación


desempeñarán su cargo hasta la extinción del mandato
correspondiente a cada uno.

En ocasión de renovarse un tercio del Senado en mil novecientos


noventa y cinco, por finalización de los mandatos de todos los
senadores elegidos en mil novecientos ochenta y seis, será designado
además un tercer senador por distrito por cada Legislatura. El
conjunto de los senadores por cada distrito se integrará, en lo posible,
de modo que correspondan dos bancas al partido político o alianza
electoral que tenga el mayor número de miembros en la legislatura, y
la restante al partido político o alianza electoral que le siga en
número de miembros de ella. En caso de empate, se hará prevalecer
al partido político o alianza electoral que hubiera obtenido mayor

174
cantidad de sufragios en la elección legislativa provincial inmediata
anterior.

La elección de los senadores que reemplacen a aquellos cuyos


mandatos vencen en mil novecientos noventa y ocho, así como la
elección de quien reemplace a cualquiera de los actuales senadores
en caso de aplicación del Artículo 62, se hará por estas mismas reglas
de designación. Empero, el partido político o alianza electoral que
tenga el mayor número de miembros en la Legislatura al tiempo de la
elección del senador, tendrá derecho a que sea elegido su candidato,
con la sola limitación de que no resulten los tres senadores de un
mismo partido político o alianza electoral.

Estas reglas serán también aplicables a la elección de los senadores


por la ciudad de Buenos Aires, en mil novecientos noventa y cinco por
el cuerpo electoral, y en mil novecientos noventa y ocho, por el
órgano legislativo de la ciudad.

La elección de todos los senadores a que se refiere esta cláusula se


llevará a cabo con una anticipación no menor de sesenta ni mayor de
noventa días al momento en que el senador deba asumir su función.

En todos los casos, los candidatos a senadores serán propuestos por


los partidos políticos o alianzas electorales. El cumplimiento de las
exigencias legales y estatutarias para ser proclamado candidato será
certificado por la Justicia Electoral Nacional y comunicado a la
Legislatura.

175
Toda vez que se elija un senador nacional se designará un suplente,
quien asumirá en los casos del Artículo 62.

Los mandatos de los senadores elegidos por aplicación de esta


cláusula transitoria durarán hasta el nueve de diciembre del dos mil
uno.

(Corresponde al Artículo 54)

Quinta. Todos los integrantes del Senado serán elegidos en la forma


indicada en el Artículo 54 dentro de los dos meses anteriores al diez
de diciembre del dos mil uno, decidiéndose por la suerte, luego que
todos se reúnan, quienes deban salir en el primero y segundo bienio.

(Corresponde al Artículo 56)

Sexta. Un régimen de coparticipación conforme lo dispuesto en el inc.


2 del Artículo 75 y la reglamentación del organismo fiscal federal,
serán establecidos antes de la finalización del año 1996; la
distribución de competencias, servicios y funciones vigentes a la
sanción de esta reforma, no podrá modificarse sin la aprobación de la
provincia interesada; tampoco podrá modificarse en desmedro de las
provincias la distribución de recursos vigente a la sanción de esta
reforma y en ambos casos hasta el dictado del mencionado régimen
de coparticipación.

La presente cláusula no afecta los reclamos administrativos o


judiciales en trámite originados por diferencias por distribución de

176
competencias, servicios, funciones o recursos entre la Nación y las
provincias.

(Corresponde al Artículo 75 inc. 2).

Séptima. El Congreso ejercerá en la ciudad de Buenos Aires mientras


sea capital de la Nación las atribuciones legislativas que conserve con
arreglo al Artículo 129.

(Corresponde al Artículo 75 inc. 30).

Octava. La legislación delegada preexistente que no contenga plazo


establecido para su ejercicio caducará a los cinco años de la vigencia
de esta disposición excepto aquella que el Congreso de la Nación
ratifique expresamente por una nueva ley.

(Corresponde al Artículo 76).

Novena. El mandato del presidente en ejercicio al momento de


sancionarse esta reforma deberá ser considerado como primer
período.

(Corresponde al Artículo 90)

Décima. El mandato del Presidente de la Nación que asuma su cargo


el 8 de julio de 1995 se extinguirá el 10 de diciembre de 1999.

(Corresponde al Artículo 90)

Undécimo. La caducidad de los nombramientos y la duración limitada


previstas en el Artículo 99 inc. 4 entrarán en vigencia a los cinco años
de la sanción de esta reforma constitucional.

177
(Corresponde al Artículo 99 inc. 4)

Duodécima. Las prescripciones establecidas en los arts. 100 y 101 del


capítulo cuarto de la sección segunda de la segunda parte de esta
Constitución referidas al jefe de gabinete de ministros, entrarán en
vigencia el 8 de julio de 1995.

El jefe de gabinete de ministros será designado por primera vez el 8


de julio de 1995 hasta esa fecha sus facultades serán ejercitadas por
el Presidente de la República.

(Corresponde a los arts. 99 inc. 7, 100 y 101.)

Decimotercera. A partir de los trescientos sesenta días de la vigencia


de esta reforma los magistrados inferiores solamente podrán ser
designados por el procedimiento previsto en la presente Constitución.
Hasta tanto se aplicará el sistema vigente con anterioridad.

(Corresponde al Artículo 114)

Decimocuarta. Las causas en trámite ante la Cámara de Diputados al


momento de instalarse el Consejo de la Magistratura, les serán
remitidas a efectos del inc. 5 del Artículo 114. Las ingresadas en el
Senado continuarán allí hasta su terminación.

(Corresponde al Artículo 115)

Decimoquinta. Hasta tanto se constituyan los poderes que surjan del


nuevo régimen de autonomía de la ciudad de Buenos Aires, el

178
Congreso ejercerá una legislación exclusiva sobre su territorio, en los
mismos términos que hasta la sanción de la presente.

El jefe de Gobierno será elegido durante el año mil novecientos


noventa y cinco.

La ley prevista en los párrafos segundo y tercero del Artículo 129,


deberá ser sancionada dentro del plazo de doscientos setenta días a
partir de la vigencia de esta Constitución

Hasta tanto se haya dictado el estatuto organizativo la designación y


remoción de los jueces de la ciudad de Buenos Aires se regirá por las
disposiciones de los arts. 114 y 115 de esta Constitución.

(Corresponde al Artículo 129)

Decimosexta. Esta reforma entra en vigencia al día siguiente de su


publicación. Los miembros de la Convención Constituyente, el
presidente de la Nación Argentina, los presidentes de las Cámaras
Legislativas y el presidente de la Corte Suprema de Justicia prestan
juramento en un mismo acto el día 24 de agosto de 1994, en el
Palacio San José, Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos.

Cada poder del Estado y las autoridades provinciales y municipales


disponen lo necesario para que sus miembros y funcionarios juren
esta Constitución

Decimoséptima. El texto constitucional ordenado, sancionado por


esta Convención Constituyente, reemplaza al hasta ahora vigente.

179
DADA EN LA SALA DE SESIONES DE LA CONVENCIÓN NACIONAL
CONSTITUYENTE, EN LA CIUDAD DE SANTA FE, A LOS VEINTIDÓS DÍAS
DEL MES DE AGOSTO DEL AÑO MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y
CUATRO.

180
181
La presente edición se terminó de imprimir en febrero de 2013, con una
tirada de 400 ejemplares, en el Departamento de Imprenta y Publicaciones
de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Ruta Nacional 36, Km. 601,
X5804BYA, Río Cuarto, Córdoba, República Argentina.

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