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Pero, además, abrieron las capillas-hornacinas laterales para formar en la plantu
tres naves comunicadas entre sí al libre tránsito y separadas por pilares; lo que suponfa la
adaptación de una planta barroca basílical . Se completó integralmente la remodelación en la
iglesia de La Merced; mientras que en la de San Francisco tólo ll"guron arealizar la nueva
capilla mayor con el amplísimo crucero; y en Santo Domingo se logró abrir al libre tnínsito
el sector central de las capillas-hornacinas, sin proseguir hasta el crucero por la oposición de
la poderosísima cofradía de Nuestra Señora del Rosario, y sin afectar a las capillas en el
sector de los pies. Los Jesuitas derribaron por completo su Iglesia y construyeron otra nueva
con planta basilical. Pero está reforma afeció a las grandes iglesias solamente en la planta,
sin que llegara a introducirse el barroco en las cubiert¿s; pues sobre la planta cerraron bóve-
das vaídas de crucería de diseño gótico - isabelino arcaico, incluso en la iglesia jesuítica de
San Pablo tan influenciada por los demás por el banoco romano.
El tercer factor que contribuyó a introducir el barroco en Lima fue la interrelación
de la arquitectura en madera ( silleúas corales, cajonerías y retablos con la arquitectura de
)
obra firme. La silleía del coro de La Catedral de Lima constituye la obra de escultura más
importante de todo el siglo XVII americano y acaso también del europeo; además de los
cual, el diseño que para ella esbozó el ensamblador Martín Alonso de Mesa introdujo proto-
tipos de motivos ornamentales y de recuadros moldurados que fueron también aceptados por
la ortadas. Se promovió de esta suerte un barroco decorativo que,junto con la adopción del
diseño de los retablos por las portadas, condujo a la formación del género de las portadas-
retablo tan característico de la arquitectura virreinal peruana. En ellas comenzo a diferen-
ciarse el barroco limeño y el peruano en general respecto de la arquitectura española, tanto
en la disposición de la traza como en la expansión volumétriqa de los diseños.
Comenzó el género de las portadas-retablo, tan abundantes y fastuosas en todo el
Perú, con la modificación del proyecto inicial de la portada catedralicia principal de Lima.
La había diseñado Juan Martínez de Arrona distribuída en dos cuerpos, eñl primero con tres
calles adornadas con la ornamentación barroca que había aparecido poco tiempo antes en la
sillería coral de la misma Catedral; y el segundo con una sola calle más estrecha que la
inferior. Al final resultó una portada con dos cuerpos iguales en la que el segundo reitera la
nisma disposición de las tres calles que el primero. Otras portadas peruanas siguieron el
ejemplo de la Catedral de Lima, especialmente las del barroco cuzqueño y la grandes porta-
das de Cajamarca; de tal modo que se propagó una manifestación barroca ornamental en las
portadas-retablo anterior en algunos casos al barroco estructural de las plantas y de las
cubiertas, e independiente de estas dos muestras barrocas.
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lasprincipales edificaciones, obligó a reconstruirlas o a aconstruir otras nueva, en cuyos
procesos se incorporaron modos diferentes de hacer arquitectura.
La primera etapa del barroco limeño comprende desde comienzos del siglo XVII
hasta 1687; aunque no faltan intérpretes que prefieren acortar su duración hasta solamente
1672, año en que terminó la iglesia de San Francisco. El problema radica en valorar la in-
lluencia efectiva que esta iglesia franciscana ejerció para la consolidación del barroco lime-
ño, pleno o gran barroco como a veces se denomina la segunda etapa. La primera etapa a
recibido las denominaciones de proto-barroco y de barroco moderado; las que, sin embargo,
no expresan a cabalidad las múltiples modalidades estilísticas que convergieron en este
período inicial; por eso prescindimos de ellas.
Creo que la denomonación más apropiada para esta etapa es la de barroco fragmen-
tario, ya que durante ese período no se introdujo el barroco en ningún edificio completo; sino
en partes fragmentadas de los edificios. Coexistieron, en realidad, durante la primera parte
del siglo XVII estilos arquitectónicos diversos en las mismas edificaciones bajo distintas
modalidades.
Por lo que atañe al barroco, las grandes iglesias en las que se introdujo la planta
basilical de tres naves abiertas fueron cerradas con bóvedas de crucería según el viejo góti-
co-isabelino: asi la Merced, San Pedro; de tal modo que se originó una original heterogeneidad
estilística entre la disposición barroca de la planta y los lineaminetos góticos-isabelinos de
las cubiertas. En las restantes iglesias conventuales: San Francisco y San Agustín, perdura-
ron las antiguas armaduras mudéjares de madera a cinco paños; además de las existentes en
las pequeñas iglesiasde los monasterios de monjas. Excepto en las iglesias remodeladas,
prevaleció en las restantes durante esta etapa del siglo XVII la planta gótico-isabelina en sus
dos versiones de grandes iglesias con capillas-hornacinas laterales cerradas, y pequeñas
iglesias sólo con capilla mayor y cuerpo de la nave separadas por el gran arco toral.
Se emplearon también durante la primera parte del siglo XVII algunos elementos
estructurales que posteriormente pasaron a ser característicos del barroco, tales como las
medias naranjas y las bóvedas de medio cañón; pero no estuvieron ellos involucrados en un
conjunto integralmente barroco, sino en edificios donde prevalecían estilos heterogéneos no
barrocos. Es importante señalar que existieron en Lima medias naranjas en algunas iglesias
durante todo el siglo XVII, antes y después de las que aparecieron en la iglesia de San Pedro
sobre las capillas de las naves laterales (1633); de tal suerte que ni fueron introducidas ellas
en la arquitectura virreinal por los jesuítas, ni tampoco fue necesario esperar a que se termi-
nara la iglesia de San Francisco( I 672) para que se propagaran las medias naranjas por otras
iglesias como afirman algunos historiadores del arte virreinal peruano(Wethey y Bernales
Ballesteros). No representaron esas medias naranjas inicialmente un elemento barroco, e
El proceso hasta alcanzar al barroco pleno se cumplió en lo que atañe a las plantas
dc las iglesias primeramente como superación evolutiva de la planta gótico-isabelina; y
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