Professional Documents
Culture Documents
La división urbana.
Ractificadas por el estatuto provisorio de José de San Martín (1821), las municipa-
lidades regirán las primeras décadas republicanas. Disueltas en 1836, serán reemplazadas
por las intendencias de policia a nivel departamental y por las subprefecturas en las provin-
cias. (Basadre 1983,II: 192).Durante el período trarado de Lima se mantuvo bajla autoridad
del intendente de policía.La ley promulgada el 9 de diciembre de 1853 restablecía y organi-
zaba las municipalidades, cuya dependencia del estado resulraba moderada' (lbid,IY:217)
La guerra civil iniciada en 1854 impidióel cumplimiento de la ley de 1854, siendo recién
hacia 1857 que se rehabilite la Municipalidad de Lima.
Respecto a la división de la ciudad. es sabido que durante el siglo dieciocho, el
cercado de Limar, contaba con tres cuarteles. En 1785 el visitador general e intendente de
Lima, Jorge de Escobedo y Alarcón, llevará a cabo una nueva división Peruano 1791 n.l0
fol,94:) Esta modificación estuvo acompañada de una serie de cambios, impulsados por
laadministración borbónica, que intentaban mejorar la organización de la ciudad.
Desde 1 828 la ciudad será dividida en cinco cuarteles de acuerdo al desonocido plano artifi-
cial del año de 1828. (Reglamento de policia 1 839, De la demarcación territorial y del depar-
tamento).
Para entender algo de la división urbana de la época, podemos hacer un breve
seguimento de lo que fue el primer cuartel de la ciudad en el plano de Dupard (1859). El
mencionado cuartel estaba dividido en once barrios. El primero se ubicaba al oeste de la
Plaza Mayor (hoy Plaza de Armas), incluyendo las calles del Correo y el local por barrio era
de seis y se agrupaban de modo que formaban una ..E>>2.
Según el Reglamento de Policia de 1839 los cuarteles se dividirían en diez distritos
con cuarentiseis barrios en total. Sin embargo, la división en cuarteles :ontinúo en vigencia
hasta fines de los cincuenta, como la atestogua el plano de Manuel Atanasio Fuentes' (Regla-
mento de policia de Lima 1839: Titulo II, Capítulo I, Artículo 60).
El intendente de polícia era la autoridad principal de la ciudad, cada cuartel estaba
a cargo de un gobernador y los inspectores se encargaban de los barrios. La alta polícia se
ocupaba de la vigilancia por medio de los serenos y la baja polícia de la limpieza, delagua y
delalumbrado
Como una primera entrada al problema presentamos algunas cifras que nos revelan
l. Este trabajo está referido a la zona que hoy denominamos cerc¿do de Lima, y que para el
tiempo tratado coincide con el espacio intramuros y Ia zotn de baioel puente ( Rirutc )
2. Tres catles formando una sóla línea y las otras tres transversales, generalmente ubicadas al sur.
NuDV StNilisls l?1
algo de lo acaecido en Lima entre 1 840 y 18603.
Respecto a las puertas (a la calle) tenemos que desde 11866 a 1840 su número pasó
de 8222 a 1 0605, lo cual indica un aumento anual de 44. Diez años después las cifras de 1 840
permanecían vigesntes. Para 1857 se contabilizaban 12,244 puertas, lo que nos indica que
en menos de dos décadas su número (de nuevas o rahabilitadas) había aumentado tanto como
en el medio siglo anterior. (Mercurio Peruano 3 febrero 77911,Carrasco 1840; Carrasco 1852).
El incremento continúo y hacia 1860 Manuel Atanasio Fuentes seialaba.....el pro-
dig,ioso aumento de 909 <puertas> ocurrido del año 1857 a lafecha... Es decir, más de 300
nuevas puertas anualmente (Fuente 1866:476).
Este inremento puede vinvularse a las modificaciones demográficas de aquel en-
fonces : en 1791 el cercado de Lima contaba con cerca 63,000 habitantes y para inicios del
siglo XIX ei número se mantenía. De acuerdo al empadronamiento de 1820 referido por
Córdova y Urrutiala población de Limaera de descenso: había tan sólo 58,326.(Mercurio
Peruant-r 1791 n.l0 f .97198; Bromley y Barbagelata 1945:19;, Córdova y Umrtia 1839:57;
Cli. Gootenberg l99l).
Entre 1840-1860 la población aumentar vertiginosamente: para 1850 se registran
85,116 habitantes y 94,195 siete años después. (Cabello 1859:55; Fuentes 1858:619).Para
1860 Ia población ascendía a 100,341, y e\ censo de 1862 notificaba 105,567. (Paz Soldán
1871 :522; Tizón 1916:43; Gootenberg I 991 ).
POBLACION DE LIMA
3. Ils conocida la deficiencia de los ,:cnsos republicanos. Rxiste bastante confusión, tanto por su mula calidad
co¡lo l)or la rcpetición de las cifias. I-uego de una detenida recopilaciírn y contrastación de datos, Paul
(itxrtcnherg ( i99 I ) a senalado la vatidez del desconocido censo cle I 827, en contraposición al del I 836. En
cstc uciqritc nos :¡trcndcmcs a su propuesta.
4. Faltriquera. Bolsillo. cubillo, palco de prosecenio en los teatros antiguos ( Lanousse 1986 )
5. Ubicado en la calle de la Salud 12, donde sesucitaban constantes escándalos .
( Comercio 3l de Octubre 1859 ) Nusva Sr¡rr¡sls 127
callejón contituía un Ghetto limeña, aunque se aseguraba que la situación había mejorado.
Estaba habitado por gente honrada e incluso se encontró un lienzo de Cristo milagroso en su
interior. (Ibid).
En las quejas a la Intendencia de Polícia (1 840- I 856) encontramos que los callejo-
nes y zonas aledañas fueron desatendidos en lo referido al ornato y polícia. Por ejemplo en
un callejón de San Lázaro los subastadores de limpiezapública habían dejado de empedrar
las calles y barrerlas. (Comercio 5 de julio 1844) En el callejón del Gigante, que práctical
mente cortaba unade las manzanas aledañas al fuerte de Santa Catalina, el cascajo saturaba
las acequias innundando las edificaciones sin que la Municipalidad se preocupara (El Co-
mercio 17 de Agosto 1859). En el Callejón alegría, ubicado en '7;alle Monserrate (Cuartel
primero) los serenos pasaban la noche durmiendo sin cumplir c()r) su deber (El Comercio 18
Mayo 1859).
Cuan mala sería la reputación de los Callejones para gente como los redactores del
Comercio, que se llegará a considerar a Pedro Dinegro como Benefactor de vecindario a la
vez cerrado el Callejón de Remedio6. (El Comercio 28 diciembre 1 851 ). En un comunicado
del Rector del Colegio San Carlos, se halabará la propuesta urbanizadora deAlvarez, Sayán
y Paz Soldán7 dado que permitia que el Colegio dejara de estar en un rincón rodeado de una
huerta Callejones que lo hacen malsano.(El Comercio 11 enero 1860)
Como otros espacios urbanos, el callejón volverá un lugar de acceso restringido y
acerca del que existirán al menos dos versiones: La del vecino del que lo habita al que lo
servirá demorada y la del foráneo que lo verá como un lugar peligroso, del que convenía
alejarse. Aunque los nuevos proyectos intentaban acabar con los espacios tugurizados, como
los callejones, el aumento demográfico lo impedirá. De 1 836 a 1859 la población práctica-
mente de había duplicado y la ciudad no había crecido (ni horizontal ni verticalmente). Las
nuevas edificaciones fueron básicamente de carácter administrativo o productivo (Mercado
deAbastos, Panóptico, Fábrica de Gas).la población se siguió alojando en los mismos recin-
tos, lo cual necesariamente obligó a una tugurización de la ciudad.
¿Albergarón los callejones buena parte de esta nueva población?.
Número
Para 1839 Córdova y Umrtia registra 247 callejones para Lima. Lamentablemente
las guías de viajeros no consignan el número e callejones, por lo cuál desconocemos el
detalle de su incremento. Manuel A. Fuentes registra 466para 1857 y 471 para 1860. (
Córdova y Umrtia 1839 : 33; Fuentes 1858, 1860; Córdova Urrutia 1839 : 43 ).
En poco más de una década, el número de callejones se había duplicado. Sin embar-
go, la urbanización de chacras al interior de las murallas habría sido nula.
¿Qué sucedió entonces?. Considerando que los callejones más pequeños tenían más de 24
habitaciones -como el de la Calle Rufas-., y que la gente vivía hacinada en estos recientes,
fácilmente la mitad de la población de Lima pudo haberse albergado en estos recintos. Ya
para tiempo coloniales el Callejón de Monopinta disponía de 40 cuartos , el de Jáuregui 35 y
el de los Apóstoles 7. (Archivo Arzobispal Estadística, leg. 4, 1779-1800). Creemos que las
viviendas colectivas, en las que reinaba el hacinamiento, fueron en gran medida en laque
6. Ubicado en la calle de San lsidro ( Barrio priemero , cuartel cuarto ).
7. Ver pirte referida a la empresa urbanizadora de la Huerta Perdida.
Ubicación
Para 1859 existían más de 450 callejones en Lima pero carecemos de datos acerca
de su ubicación exacta.
La mayor cantidad, según Córdova y Urrutia, se ubicaría en los cuarteles tercero y
quinto. Los planos realizados (Manuel A. Fuentes, Jorge de Ecobedo, etc) no contradicen
está afirmación aunque el de F.M. Dupard muestra un detalle particular: Los callejones se
ubican en la periféria de los cuarteles. El Callejón Santo Domingo (banio primero cuartel
primero) los de Pericote y los de Monserral (Barrio décimo primero cuartel primero), el de
San Francisco (Barrio décimo tercero cuartel segundo) y al menos dos de Bajo el Puente
(del Guarapo y Contradicción) estan a la orilla del Rimac. Callejón de Recoletay de Ventu-
rosa (barrio octavo cuartel cuarto) se ubican junto a las chacras meridionales. El Callejón del
Gigante tiene una situación semejante. Otros callejones, no mencionados por el Ingeniero
J.M. Dupard, como el de Remedios, en la calle de San Isidro o el de la calle de Rufas se
ubican en zonas similares, entre chácaras y junto al Rimac, respectivamente.
Considerando que los callejones alojaron a la plebe, observamos una tendencia ha-
cia la denominada segregación ecológica de los estretos sociales. (Yujnoveki 1972:67) Si
bien los indigentes circulaban por toda la ciudad - especialmente en la Plaza mayor y las
calles aleganas - sus moradas tendian agruparse en las afueras de los cuarteles, donde el
alquiler era más barato y los servicios deficientesl y donde el control por parte de la Munici-
palidad la Intendensia de Policía (El Estado en última instancia) era menor.
El problema de los callejones no se limita a la segregación, en hacinamiento cons-
tituye un serio peligro para la salud. Como señalara Richard Morse - en base a las investiga-
ciones de Baltazar Carvedo- los estudios que revela altas tasas de enfermedades mentales y
desorganización social entre los índigentes limeños, se refiere mayormente a lugares cerra-
dos como los coralones y callejones. (Morse 1911:40).
Así como existieron zonas marginales como los antedichos callejones, también hu-
bieron barrios, ¿incluso cuarteles? en los que la gente pudiente ya no quería vivir. Aunque no
es muy claro la distribución puede darnos algunos indicios
habilitar la estatua de Cristóbal Colón a ubicarse en Acho. A cada ángulo del monumento se
levantaría un pilón para surtir de agua al vecindario ( El Comercio 7 de Julio de 1859 ).
El asunto no quedó allí: los vecinos ( posiblemente del cuartel cuarto ) criticaban
que la estatua de Cristóbal Colón se colocara en la alameda de Acho, que se había convertido
en una especie de mulaldar . ( El Comercio 9 de Julio 1859 ).
9. Es notable el caso de esta calle, pues se mantuvo cerca de un año en reparaciones.
10. Hacia esta zona se orientará la empresa urbanizadora de Sayiín, Alvarez y Paz Soldán. Durante cl segundo
gobiernodeRamónCastillaseconstruiraelPalaciodelaExposición. NuEvASrNtrists l3l
' I-os anteriores testimonios nos itdican que para aquel entonces Acho se constituía
en una zona marginal para los habitantes de los otros cuarteles . ¿ Qué hizo que la zona de
Acho - tan importante a fines del siglo XVII - llegara a tal situación ?
A no dudarlo la desatención de las autoridades fué un motivo importante.
Si bien hubo zonas marginales - como Acho -, todos los cuarteles contaban con
espacios - como los callejones - en los que la población estaba hacinada y las condiciones de
vida eran, por decir lo menos insalubres.
Recuperar la Ciudad.
Al tratar sobre el barrio de San Lázaro, del siglo XVI, Alvaro Barnechea ha eviden-
ciado el proceso por el que la ciudad ollcial intentó recuperar su control sobre zonas margi-
nales, a las que no pudo excluir especialmente y debió incorporar segregadamente, en base
a las leyes. ( Barnechea 1988 ).
Para el período tratado ( 1840 - 1860 ) la ciudad oficial trataba de recuperar sus
fueros dado que la plebe, a pesar de su marginación, había impuestos sus usos, (por ejemplo
los nombres de las calles, los barrios peligrosos, etc ). Habiéndose intentado una segrega-
ción residencial, puede decirse que la plebe inundó la ciudad. EnlaPlazaMayor - ideada
como centro principal de Lima -, pululaban mercachifles, ambulantes y vagos .
Seguidamente nos referimos a algunos asuntos que evidencian los intentos de la
ciudad oficial por recuperar la estructura urbana.
La nueva nomenclatura
La proliferación de planos de la ciudad - como los de Dupard, Manuel Atanacio
Fuentes o Mariano Bolognesi -, lps nuevos proyectos - como los del regidor Fuentes - y los
intentos por cambiar los nombres de las calles, racionalitindolos, nos indican la presencia
de un nuevo grupo social que intenta reordenar la ciudad, para recuperarla.
En 1858 Mariano Bolognesi - hermano del héroe de Arica - autor de un plano de la
ciudad , propondrá se concluya con el ...ridiculo catálogo de nombres de las calles, igual-
mente que el pésimo sistema usado en Ia numeración de las casas. ( AHML Sección Obras
6 de Julio 1858 ).
En 1860 Bernardo Viellefón se comprometerá con la Municipalidad, a reemplazar
la fea y confusa numeración cobrando seis pesos por placa. ( AHML sección obras Fe- I
brero 1860 ) Refiriéndose a una de las ofertas presentadas a la municipalidad para modificar
la nomenclatura de las calles hacia 1859 - se señalaba:
"sin cobrar nada por este trabajo histórico y mental ha ofrecido sustituir nombres estrafala-
rios como siete jeringas, faltriquera del diablo, ya parió, los borricos con nombres que
recuerden hechos gloriosos como nombres de batallas ganadas. Se permite así que el
pueblo conserve su patriotismo."( El Comercio 4 de Junio 1859 ) . ( subrayado mio ).
El beneficio no radicaba sólo en la sistematización de los nombres estrafalarios
sino en su reemplazo por aquellos que recordaran acontecimientos notables como batallas
ganadas ¿ por quienes ? cabe preguntarse.
Hacia 1860 Manuel Atanasio Fuentes proponía que los 355 nombres correspon-
dientes a las cuadras fuesen reemplazados por ochenta o noventa denominaciones referidas a
Nusv¡ Srrrcsrs | 32
hechos históricos . ( El Comercio 5 de Enero 1859 ).
Se intentaba Ordenar una ciudad, cuya nomenclatura suscitaba barahunda y confu-
sión (El Comercio 5 de Enero 1859 ). La mayoría de los nombres criticados ( ya parió, siete
jeringas, etc. ) se ubican en las zonas extremas - por no decir marginales - de la ciudad. La
recuperación, implicaba una nueva nomenclatura que acabase con las denominaciones po-
pulares e impusiera una organización más racional y a su vez más útil para imponer a sus
héroes.
En 1862 se reorganizará la ciudad limitando el número de calles a 96. Para entonces
el nombre sería por cada calle y no por cuadra. De las nuevas denominaciones poco sabe-
mos.
El avance meridional :
La empresa Urbanizadora Sayán , Alvarez y Paz Soldán.
Fue en lazona de Acho donde - durante el siglo XVIII - se dieron las nuevas
ediflcaciones. Además de las del virrey Manuel de Amat y Junyent, tenemos información
respecto a obras practicadaspor el regidor perpetuo del Cabildo don Manuel Lorenzo de
León y Encalada. Este funcionario había construido dos ma¡zanas enteras de casas en la
zona de la huerta Piti y los solares inmediatos de Acho . En aquel momento también se
hacian nuevas construcciones la Pampa de Lara, el Cirón de los naranjos, el que va a la
Alameda de los Descalzos y parte de Venturosa. ( Mercurio Peruano 3 de Febrero 1791 ).
La zona de Acho habría caido en franca decadencia a mediados del siglo XIX. ¿
a la
Qué zona pasó a constituirse en el lugar más importante ? Como veremos al referirnos
distribución de agua , parece que tal privilegio correspondió al cuartel cuarto, es decir, a la
zona meridional de la ciudad.
La importancia de la zona sur de la ciudad se revelaba tanto por la ubicación de las
nuevas edificaciones públicas - como el Panóptico o la fábrica de gas - como por el interés
que los particulares mostraban por ocupar los terrenos baldíos de este sector. Los ingresos
obtenidos con el guano permitirán a sus beneficiarios escapar de una Lima hacinada. No es
extraño que sea Pedro Sayán, un consolidado, el principal inversionista de lo que Tizón y
Bueno denominó la primera empresa urbanizadora de Lima. ( 1906 ).
La zona a urbanizar se ubicaba entre la portada de Santa Catalina y Guadalupe,
estaba conformada por huertas y se hallaba apenas edificada en su contorno. De acuerdo al
contrato de la compañía, Pedro Sayán - que hacia 1855 había sido indemnizado con 34'425
pesos por la manumisión de sus I 14 esclavos y que para I 857 contaba con 59, 250 pesos en
vales de manumisión - aportaba el capital principal . Mariano Alvarez los terrenos aledaños
y Mariano Felipe Paz Soldán - el edificador el Panóptico - su ingenio y experiencia . (
I 5 ).
Quiroz 1987 cuadros 16 - 17 , AHML Sección obras Públicas 1 860, documento
Trazado el plan de urbanización, presentaron el proyecto al gobierno. Aceptada la
propuesta, se les impuso como condición la reedificación de las fábricas del colegio Guadalupe
y San Carlos por lo cual ellos recibirían los terrenos sobrantes de los mencionados estableci-
mientos, anulandose el censo de ?000 pesos que a favor de la Inquisición gravaba la huerta
del noviciado.
Consumada la obra se diluyó la sociedad, conespondiéndole 7191 5 pesos a Pedro
Sayán , 2i630 aMariano Alvarez y 10380 a Mariano Paz Soldán. ( AHML Sección Obras
Nuevt Sr¡¡rasts 133
lúblicas 1860, documento 15 )' ,
Tizón señala que aunque F. Vt. OuparA ( 1859 ) da como esteramente concluido el
)royecto , su mapa esta errado puesrlas construcciones quedaron a medias' Tizón
( 1906 ).
Esta empresa fue muy reconocida pues fomentaba la urbanización de la ciudad'
:ontribuyendo a aliviar el problema del alquiler de vivienda. Al respecto se señalaba:
'La aglomeración de habitaciones hacía del todo urgente ensanchar la ciudad por alguna
larte y ningún sitio es más a proposito que los barrios de San Carlos y Guadalupe, los
más
;anos de Lima por recibir las aguas del mar ". ( El comercio 20 de Agosto 1859 ).
Las nuevas manzanas acabaron con algunos callejones de la zona y continuaron
:on la tendencia de utilizar terrenos eclesiásticos.
-a muralla de Lima
A mediados del siglo pasado la muralla colonial - construida en 1687 y reemodificada
:n 1807 por el virrey Abascal - circundaba T ima y lo continuaría haciendo durante algunas
lécadas más.¿ Cuál fue la función de esta modificación en tiempos en los que aparentemen-
e no se le necesitaba ? A continuación nos referiremos a la forma función
y de esta edificacíon
:n el período tratado.
La parte amurallada de Lima contaba con once portadas : la del Callao, Martinete,
iuan Simón, San Jacinto y Monserrat.
Hasta mediados del s. XIX los principalesservicios de la ciudad se habían ubicado
ú interior de las murallas, a partir de los cincuenta la situación cambiará. El aumento de
)ortadas evidencia un secreto a voces: La muralla se hallaba prácticamente agujereada.
El
)aso es que para recurrir a servicios básicos como el camal o para la utilización del ferroca-
ril al Callao rr se debieron acondicionar nuevas portadas ( la nueva de Monserrate y San
facinto respectivamente ). Además de estos ascesos oficiales, existieron múltiples vías para
rortear la colosal obra.
Acerca del estado de la muralla a inicios de los cincuenta, tenemos el testimonio del
:xiliado chileno Victorino Lastarria, quien afirmará que :
'Lima está circunvalada en la parte alta de una muralla de adobes que costó más de un millón
le pesos y que hoy se halla destruida en muchos puntos o por destruirse. (... ) el virrey
\bascal refaccionó esta muralla y creyó ponerla en pie de guena, pero creo que ni entonces
li ahora ha podido servir a tal objeto, pues que su debilidad, su mucha extensión y su poca
:levación hacen imposible una defensa sostenida, aún contra un pequeño ejército este es un
recho tan conocido que el gobierno hace muy poco caso de tal fortificación y la deja desmo-
'onarse, sin atribuirle el mérito que tuvo paraAbascal" . (El Comercio 22 de Febrero de
rssr).
Lastarria concluye su artículo planteando que la muralla podía servir siquiera de
)aseo que presentaba hermosos puntos de vista hacia el campo y huertas de la vecindad
runque su soledad la hacía peligrosa.
'(...) no es raro que algunos paseantes hayan sido sacados de sus abstracciones por los ban-
lidos que allí pueden hacer su presa sin temor a la policía. " (Ibidem')'
Tal como sucedía en muchos espacios, como los callejones o laAlameda de Acho,
a zonaextramuros era tieffa de nadie o mejor dicho de los asaltantes, notificándose cons-
l. En el cai;t.r dcl lerrocanil de Chorrillos se aprovechó la portada de Guadalupe.
EPILOGO
La riqueza fiscal producida por el descubrimiento del guano, unida a unos
cuantos años de paz civil, vinieron a redimir a la capital de su largo período
de estancamiento (Porras 196-5 : 39).
En un trabajo de generalización respecto a la ciudad americana en el período trata-
do, Rolando Mellafe (1986) ha planteado algunas observaciones que nos parece necesario
contrastar con la información obtenida.
Según el historiador chileno, hay consenso en admitir que fue a inicios del siglo
pasado que se dio un proceso de acelerada modernización en las ciudades americanas. Este
período había estado precedido en muchos casos por una etapa de desórdenes políticos y
guerras civiles, lo que en el Perú se denominarála anarquía (1842-1844).
Se ha sostenido que las modificaciones de los servicios públicos urbanos permitie-
ron clisminuir los índices de mortalidad y -consecuentemente- el incremento foblacional.
Tal atribución no ha podido verificarse. En el caso del servicio del agua, este inicialmente se
realizaba por cañerías de barro o aguadores siendo reemplazado por cañerías de fiero, pero
¿aqué porcentaje de nuestra población pudo afectar está medida? Hemos observado que la
instalación de las cañerías se limitó a determinados barrios, en ciertos sectores de la ciudad
14. Enfiteusis. Cesión de un predio nistico o urbano mediante una renta que se paga al cedente, quien concerva
el dominio directo' (Larrouse 1986)'
NuEvA srNrEsrs r37
del agua no llegaría hasta mucho después.
Respecto a la mentalidad urbana se dice que desaparecen las relaciones cara a c¿¡ra,
surgiendo la marginalidad. En el caso de nuestra capital, durante todo el siglo XIX existirán
ciertos lugares marginales. Tal fue el caso de los callejones, de raigambre colonial, que
proliferarán en los extremos de los cuarteles de la ciudad, donde el control policial era me-
nor. No surge la marginalidad, pues ya estaba presente; en todo caso se incrementa.
Entre 1840 y 1860, diversa será la suerte de los distintos cua¡teles de Lima. Al
parecer, fue el sur (cuartel cuarto el más beneficiado por las innovaciones urbanas del men-
cionado período. La edificación del panóptico y la urbanización de las chacarifas, ambas
bajo la dirección de Mateo F. Paz Soldán, se ubicarán en el referido cuartel, consolidando su
porvenir. Todo lo contrario sucederá con el quinto cuartel (San Lázaro), en el que a fines del
siglo XVIII se habían realizado las más modernas edificaciones. ¿Qué pasó con el cuartel
quinto (San L6zaro)? La causa de está decadencia nos es desconocida, lo cierto es que en
1860 la alameda de Acho estaba abandonada y desierta; contando con el mayor número de
callejones.
Estamos ante un período de hacinamiento y tugurización de la ciudad, que a pesar
del incremento poblacional no crece dado que los servicios no se generalizan. Podemos
deci¡ que la plebe no podía abandonar los beneficios que la subordinación les otorgaba. Un
callejón densamente poblado junto a las chácaras -como la Venturosa, la Recoleta o el Gi-
gante será preferible a ubicarse extramuros.
Lariqueza fiscal conseguida por el guano permitirá el enriquecimiento de algunos,
que intentarán reordenar la ciudad oficial. A pesar de sus esfuerzos, las medidas dispuestas
no fueron suficientes. Fracasado el intento, comenzarán a abandonar la ciudad, desplazán-
dose hacia el sur. Tendencia que se inicia en este período, continua con las construcciones
dirigidas por Manuel Atanasio Fuentes (Parque de la Exposición) y se ratifica con el avance
meridional durante la república aristocrática.
Este esfuerzo por reorganizar la ciudad, no fue aislado, sino que formó parte de un
conjunto de cambios -reformas, podríamos decir- que intentaba la incipiente oligarquía. A
partir de mediados del siglo pasado, se intentará una modiflcación del sistema penitenciario,
del sistema educativo, y de todos aquellos aspectos necesarios para controlar a los
desadaptados, a sus preceptos, claro está. De modo que no extraña que muchos personajes
intentarán reemplazar las denominaciones tradicionales de las calles (con cierto tufillo popu-
lar) por otras que recuerden hech.c¡s gloriosos como nombres de batallas ganadas. Si de
controlar se trataba nada mejor que reorganizar el escenario y las reglas de juego.
Se dice que nos encontraríamos ante un proceso de modernización tradicionalista,
en el aspecto urbano el calificativo de frustrada sería más justo.
Hemos tratado de evitar toda comparación con el presente dado que nos parece que
para hacerlo se deben considerar numerosas variables, no siempre accesibles. Sin embargo,
nos interesaría mencionar que durante todo el período tratado, las fuentes brindan una sensa-
ción de constante crisis. Abundan las quejas por la ineficiencia de los organismos oficiales
que no atienden a las demandas de los vecinos. Todo el tiempo nuestra capital presentará
aniegos por acequias derramadas, pestilencia debida a grandes acumulaciones de basura,
calles rotas y cañerías malogradas. Según las informaciones Lima habría contado con dos
murallas. Una, la de barro construida durante el mandato del Duque de la Palata y la otra, la
Nu¡v¡. Sr¡¡rssts 138
de mayor magnitud : De basura, contigua a la anterior y generada por la desidia de las
autoridades y los vecinos.
BIBLIOGRAFIA
l.
El Comercio
El Peruano
Archivo Municipal de Lima Sección Obras Públicas'
2.
BASADRE, Jorge.
1983 Historia de la República del Perú'
Editorial Universitaria, Lima. Sétima edición.
BROMLEY, Juan y José BARBAGELATA.
1945 Evolución Urbana de la Ciudad de Lima.
Lima : Concejo Provincial de Lima'
CABELLO, Pedro M. .
lg57 Guía Político Eclesiástica y Militar del Perú L958. Lima : Imprenta Masías.
1g59 Guía Potítico Eclesiástica y Militar del Perú 1860. Lima : Imprenta Masías.
1g60 Guía Potítico Eclesiástica y Militar del Penú 1861. Lima : Imprenta Masías.
CARRASCO, Eduardo. 1840.
1840 Calendario y Guía de Forasteros de la República Peruana para el año de 1641.
Lima : Imprenta de Instrucción Primaria'
1841 Calendario y Guía de Forasteros de la República Peruana para el año de
l8/;2. Lima: Imprenta de Instrucción Primaria
lg43 Calendario y Guía de Forasteros de la República Peruana para el año de
1844. Lima : Imprenta de Instrucción Primaria
1845 Calendario y Guía de Forasteros de la República Peruana para el año de
L846. Lima Imprenta de Instrucción Primaria
l g46 calendario y Guía de Forasteros de la República Peruana
para el año de
1847 . Lima : Imprenta de Instrucción Primaria
1852 Calendario y Guía de Forasteros de la República Peruana para el año de
1.853. Lima Imprenta de Instrucción Primaria
CISNEROS, Carlos Y Rómulo GARCIA.
1898 Guía Ilustrada de Lima, el Callao y sus alrededores. Lima : Imprenta del
Estado
CORDOVAy URRUTIA, José Ma¡ía.
lggg Estadística Histórica, Geográfica y comercial de los Pueblos que compo-
nen las Proüncias del Departamento de Lima. Imprenta Moreno, Lima.
FLORES GALINDO, Alberto.
lg84 Aristocracia y Plebe. Lima 1760-1830. Lima : Mosca Azul Editores.
FUENTES, Manuel.
1858 Estadística General de Lima. Lima : Tip. Nacional de M.N. Corpancho por
Nuev¡ Sr¡¡rasls 139
J.H. del Campo.
1860 Guía Histórico Descriptiva Administrativa, Judicial y de Domicilio de
Lima. Publicada por Felipe Bailly, Lima.
GARCIA BRYCE, JOSé,
1972Arquitectura en Lima. 1800-1900. Amaru 2. LIma: U.N.I.
GOOTENBERG, Paul
1991 Population and Ethnicity in the Early Republican Perú : Some Revisions.
Latin American Research Review.
GUNTHER, Juan
1983 Planos de Lima 1613-1983. Lima : Municipalidad de Lima y Petroperú.
MELLAFE, Rolando
1986 La Desruralización de la Ciudad Hispanoamericana en el Siglo XIX. Francis-
co Solano (Coord.) Historia y Futuro de la Ciudad lberoamericana. Con-
sejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid.
MILLONES, Luis.
1978 Tirgurio. La Cultura de los Marginados. Lima : Instituto Nacional de
Cultura.
MORSE, Richard.
1911 La Investigación Urbana Latinoame-ricana : Tendencia y Planteos. Edi-
ciones SIAP. Bs. As.
ORTIZ DE ZEVALLOS, Augusto.
1918 Lima, su Evolución Creadora. Lima: W. Miranda.
OYAGUE, Víctor..
A¡ea. Densidad y Población de la Ciudad de Lima. Boletín de la Sociedad
1936 Geográfica de Lima (175-185), tomo 53, Lima.
PACHECO YELEZ,César
1985 Memoria y Utopía de la Vieja Lima. Lima : Universidad del Pacífico.
PEÑA PRADO, Mariano.
1934 Lima y sus Murallas. Lima : Minerva.
POKIAL,Ismael.
1932 DeI Pasado Limeño. Lima : Librería e Imprenta Gil.
PORRAS, RaúI.
1965 Pequeña Antología de Lima. Universidad del Pacífico. Lima.
RADIGUET, Maximilian.
1911 Lima y la Sociedad Peruana. Lima : Biblioteca Nacional del Perú.
RAMON, Gabriel
l9g3 Evolución Urbana de Lima. Lima Siglo XIX : Historia, Economía y Socie'
dad. Varios. Lima : La Muralla Editores.
REGAL, Alberto.
1961 Castilla Constructor. Lima : Instituto Libertador Ramón Castilla.
TIZON Y BUENO, Ricardo.
1916 El Plano de Lima. Apuntaciones Históricas y Estadísticas. Imprenta del Cen-
q
FI
p¡ q
7.
dr bq[ NI
Q o¡r @l
-,al
d'^. o
ot
F
Nurve Srvrssrs