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serie Breves: dirigida por ENRIQUE TANDETER T Hugo Francisco Bauza . Qué Una aproximacion a la mitologia clésica es un Mir ‘0 ¢ FONDO DE CULTURA ECONOMICA ‘Mésico - Argentina - Brasil- Chile - Colombia - Espana Estados Unidos de América - Guatemala» Peri - Venenuel IX. Apolo y Dioniso oxigen de Apoll-cuyo culo se temonta al silo Xi religiGn griega. Hay quienes le atribuyen un origen aa Otto Kem, entre otras- y quienes, en cambio, le asignan un antecedente oriental -asi, por ejemplo, ‘Wilamowitz y Nilsson: otros i oe concilian ambas teorias teniéndolo por un dios grie- go que sufte la impronta de modelos orientaes. Independientemente de su origen, Ia clave es que se trata de una deidad que actia en teritorio helénico ¥y que su presencia <5 relevante en el desarrollo cul= tural, mitico y religicso de la cultura griega, vos Finnos que por tradicionllamamos home ricos", aunque no pertenecen al viejo poeta jonio, el M, deicado a Apolo, uno de los més acaios(prest riblemente de los siglos Vit/vi, si bien alude a la rultiplicidad de funciones de esta deidad, destaca por sobre todas fa musical, Merced a ella vemos af dios como conductor del coro de Musas término que tiene laratz de nuestra voz masica, segin recuerda W. Orto-, también como arquero divino y como seiior de Jas profecias: "Sean para mi la citara y el curvo arco! AY revelaré-a los hombres la infalible determinacion de Zeus!” -vv. 131-132- (version de A, Bemabé Pajares, con leve modificacién mia, 1978: 112), Dios de los vaticinios, dios sanador, dios purifica- dor, funciones que revela su canto taumatirgico la 130 epode-; es también dios de los rebafios y, por tanto, dios pastoril, 2 . “No ebstante [a diversidad de funciones de esta compleja deidad, su rasgo distintivo es la sophrosyne la mene sabia el ental de os lo que pasa por sera dios del equilibrio. Su presencia alude también a la instauracion del Tegalismo en la religion gricga_ {lo recuerda las Euméntides de Esquilo) por lo que, quienes sbordan un estudio histdrico-social de esta deidad, consideran que es el dios solar de los invaso~ res que se impusieron sobre Ta poblacion pre-heléni- ca de base matriarcal. ‘Apolo persenece a fa segunda gene: Olimpicos; es hijo de Zeus y de Leto y hermano de Ir diosa Artemis, Hera, la esposa de Zeus, celosa de Leto, persiguié 4 la joven cuando estaba por dar a luz. Ante el terror que provocaban los celos de Hera, ninguna comarca 03d brindarle aslo, s6lo la isla de Ortigia se avino a hacerlo, Alli, pues, nacié el dios quien, tras cambiar el nombre de Ortigia por el de Delos“ Brillante” debido a su nacimiento, fij6 esta tierra como axis mundi y Apolo pas6 a ser entonces el dios delio, Como prueba de su poder y naturaleza maté a Pitén, un dragon que asolaba la comarca ({sustitacién de un culto por otro?) y como recuer- do de esa gesta inaugurd los Juegos Piticos ~de los que Pindaro da excelsos testimonios-. Poste- Fiormente, en el siglo 1X, Delfos comienza a cobrat prestigio como morada del dios y si bien cuatro cen- turias més tarde la isla de Delos habia perdido fuer: za en materia religiosa, conserv6 con todo poder “moral y fue punto neurilgico en las actividades poli- ticas del Atica. i3t En Delfos se rendia culto ala Tierra y a Posiden, cultos sustituidos luego por el de Apolo. Mis tarde s€ apoder6 del oriculo de Temis y consagté un ti, Bode en su santuario (Grimal, Diccionario, 2" ed 35). El tripode es tno de los emblemas de esta dé dad y sobre l la Ptonisa pronuncia sus oriculos En Delfos se le erigid tun santuario que fue famoso por. que en el las pitonisas revelaban sus oriculos Sobre el emplazamiento de este templo el arqui- tecto Martienssen, en un trabajo célebre -La idea del espacio en la arquitectara grega-, pone énlasis en aspectos urbanisticos que acentdan su sacralidad!, asi, por ejemplo, hace hincapié en la larga via de acceso que no tiene otro efecto eee di mel pec seins Daf se advene un panei con ore 6ién de la trgedn gee, En la gute a ‘gual que en el drama, el fin esti a la vista, el tspectadr no igor ninguno de loe dees cua sua consuitaye esa unidad paral de Ib ave els partcpan {1961 125) Se representaba a belleza, ato, recon Apolo como a un dios de grap ido por sus largos bucles negros |amores con ninfas “asi Dafne y : 0 usas y también con mortal tal, Po siemplo Hecuba, ‘madre de Casandra y esposa del rey Priamo, a quien le dio un hijo, Troile, se sus predicciones. tuchas historias se tejen en torno de su bi a ” su biogra- fia; de entre las mas conocidas su disputa con Marsias respecto de lo musical, con el desastrado Girene-, con algun 132 final para el satiro. En tanto dios de la miisica y de la poesia se lo representaba en el monte Pamaso donde presidia los concursos de las Musas, Sus oriculos se expresaban en verso e inspiraba tanto a adivinos especialmente a la sacerdotisa délfica~, cuanto a potas; comparte con Dioniso le inspiracién pero Ja suya es mesurada, en tanto que la de la otra deidad se daa través del arebato,_ Paralelamente, Apolo e una deidad guerrer cuyo arco y flechas pueden provocar devastacion y muerte, como ocurrié durante el sitio de Troya en el que obligé a Agamenén a restituir a Criseida a su padre, el sacerdote Crises. Entre otros combates, intervino en Ja lucha contra ios Gigantes poniéndo- se del lado de fos Olimpicos. Por su frustrac Ja ninfa Dafne “lau- rel” esta planta se asocio a su culto an exe- getas que entiendan que pitonisas -e incluso la Si- bila Cumana, en el mundo romano- inhalaran la combustién de esta substancia entedgena que pro- voca la posesién merced a la cual pueden profetizar. Las funciones y simbolos de Apolo son muchos y variados, Pocos afios ha, Marcel Detienne, en un tra- bajo singular ~Apollon le coureaw d la main- ha mos- twado la pluralidad de caracteres de esta deidad poniendo de relieve especialmente su cardcter san- guinario (lo que explica el titulo de su obra) ya que Apolo exige sangre en sus altares. Es a la vez undios impuro, exiliado del cielo, pleno de pasiones dudo- sas, lo que no obsta para que al mismo tiempo sea Seiior del or ‘musical. Por su carécter ambivalente M. 1¢ lo considera “Varchitecte du pur et de limpur” (1998: 175). 133 La tradicién mitica refiere que en invierno el dios délfico marcha al pais de los hiperbsreos —una comarca del norte, distante e inaccesible a los mor~ tales-, pero en verdad no debe de haberse ido ple- rnamente, ya que en Delfos junto ala Pita, en el tea- tro, en los altares, en los bosques de olivo e, incluso, por doquier se siente su presencia ya que jsu ausen- «ia es su modo de estar! Sobre su ubjeua y singular figura, Ej Barbiesi | apunta ‘sagazmente: Conscete a u mismo. Comprende dande se spo- Yan tus pies. Mirate las manos, el rast y sabris ‘que I ausencia de Apolo es precisamente su modo de estar. Desvia tus ojos emtretenidos con el espec. ticulo del mundo y dirgelos a tu alma. Apolo te tmastrari el lugar que ocupes. Por us sevelacén onic noe un esl, per cuumplessinceramente con el preceptoj es favors Mela fori, seri en el pcho el ney por tentoso peso de una distancia, una factura que si bien es una dolorosa separacion, asimsmo es la feliz seguridad de ocupar un sitio en Ia inabarcable estructura del cosmos. En Delfos en el santuario el viejo Apolo profugo, se imparte una ensefanzs negativa, Alli se patentiza lo que no es Apolo, maestro de pardbola,cerce un magstrio parade jico: se manifesta en la distancia, se muestra Jhuyendo, su alejamiento es su aparecer (1979: 2) Gnoti se auton “condcete a ti mismo", es decir, Conoce que eres mortal y atiende a los limites que te impone tu naturaleza, no pretendas ser un dios, pues fio lo eres. Tal el sentido de la maxima que ornaba el santuario de este dios mousagetes "conductor de 134 las Musas", de donde, también, su sentido deLequi: librio, la mesuza y la armonia (no en vano Tos pita- 6ricos, amantes de la misica y de la armonia, fo reverenciaron). La circunstancia fortuita ~fortuita?- de que Julio César Octaviano, el futuro Augusto, venciera a s rival Marco Antonio -unido éste a Cleopatra en la batalla naval de Actium (2 de septiembre del 31 CC), frente al promontorio de la costa occidental de Grecia donde habia un templo consagrado, sirvid para que este nuevo Princeps adoptara. su alto, tendia que este deidad habia incli- nado la victoria en su favor. A partir de entonces ~merced 2 una astuta maniabra politico-ideol6gica-, el culto de Dioniso el det dios del desorden y los arrebatas-, cantrario sensu, quedaba asociado a Antonio, enlazado entonces por vinculos maritales con una feina que traicionaba la causa romana, 1a ptolomeica Cleopatra La lucha Octavio vs. Antonio fue explicada -y utilizada~ con fines arteros por el primero como si se tratara de la lucha de Apolo contra Dioniso, con Ja supuesta victoria del dios délfico. Era ef triunfo del orden y la mesura de Roma, frente a la soberbia y.desmest -sura_del Oriente; Marco Antonio resultaba asi una suerte de Dioniso redivivo, Por esa circuns- tancia, sagazmente aprovechada por el Princeps, el culto de Apolo goz6.en Roma del apoyo oficial: se reconstruyeron viejos templos a él consagrados, se le erigieron otros nuevos y en un momento clave de la historia del Principado, se encomend6 al poeta Horacio que compusiera un himno célebre en su hhonor (el Carmen saccular), 135 Asi come Apa dina be Det 223) sil dels see bio, es a deidad del desarden (W. Sem ; chase (Det ORD: 75), de osu (ieanmaire, 1970: 269) y_sus_acélitos siempre-son mujeres, (Kerényi, 1998: 109). A Dioniso, por lo demis, se to asi al arquetipo de la Gran Diosa mediterranea preindoeuropea. El breve Himno hhomérico a 61 consagrado (XXV1) lo evoca en su etapa infantil com la cabeza coronada de hiedras Junto a ls nit rodrizas, en los barrancos de Nisa, pro- gido por Zeus, su padre 0 oie Para cl imaginario griego, amén de la hierofania propiamente dicha, toda deidad permitia revelar lo que hoy entendemos por una psicologia -y en oca- siones una psicopatologia— del alma; en ese aspecto ‘Wunenburger (2002: 187) secuerda que Dioniso no gs silo un eto del desorden, "sino un mesaero del Ciclo po tanto de siveles de er superiors dius pscmos ans exetars fig pa tecoper & un dios semejante?”. La respuesta cot ibrada al grado de apertura y credibilidad de cada -cual, Me limito a repetir los dos primeros versos del Laat Patmos” de Friedrich Hélderlin: “Nah ist / und scwer 2ufassen der Gott” (Proxim ests el Dios y dificil de asie, que he puesto como epigrafe d uno de los capitulos de este trabajo. : De eta deidad el mundo seculiado en que vivimos solo percibe el aspecto destructor a rasgo epifinico que personas camo Licurgo, Penteo ‘9 las hermanas de su propia madre no supi¢ron -0- ho pudieron~ percibir (Las bacantes de Euripides ros lustran sobre el trgico fin de todos ellos) ‘A Dioniso se lo consideré siempre una de scnigh salvo la opinion de W. Otto para quien se “frataba de un_dios griego cuva a. ‘Ta nutal, en diversas hierofanias hace patente su dyna iis divina. El hallazgo de unas tablillas micénicas, Tacontradas en Pilo, en fas que esta grabado en dos ccasiones su nombre, Dionusos -una de ellas en un breve texto que To asacia con el vino (Chadwick, 1077. 134)-, corrobora la hipdtesis de su origen triego defendida por W. Otto ‘Dionigo llamado Baco. por Ios latinos, al igual que Apolo, es hija dé Zeus, su madre, en cambio es tna mortal, Sémele, y como su medio hermano dlebis padecer los celos de Hera, como dije Ia espo~ sa de Zeus. Su vida es una sucesion de exilios y sacsificios para hiuir del tormento aque lo hostigan los clos de In deidad. herida, trinsitos, metamorfosis, locura, hasta que en Frigia, Cibelesy su abuela Rea lo curan dela mania y Io inician en los misterios, con lo que recuipera plenamente su categoria de dios. El resto ¢s El vetorno a su Tebas natal para lograr el reconoci- miento de su condicion divina y para que @su madre fe le tributen honores ya que habia concebido un hijo de Zeus. El no reconocimiento del caricter divi- no de Dioniso por parte de Licurgo, en Tracia, y de Penteo, en Tebas, determinan ‘mas tarde acciones ‘crudelisimas por parte del ios, las que dan cuenta de sa caracter vindicativo, pero, sin que, al mismo a7 tiempo, deje de advertirse el éxtasis sublime que rovoca a sus acdlitos, siempre mujeres. Respecto de Dioniso y su extrafio culto, para ilus- tracion del lector, transcribo el parecer de Louis Geret: La religidn de Dioniso ~o, para ser exactos, algunos de sus aspectos 0 momentos significa une exalta- cin de las alas que Ye escapan de “este munde” por medio del értais y penetran en otto mundo an Ja certeza del entusiaso, El extasis e¢ una Salida" el entusiasmo, una “posesion” se llega a da, 0 obstante a comunign? Dioniso es tn ioe ampalpable para sus propios fees y, em sv misma religibn, o en los derivados de ell, es posible reco nocer el sentimiento de una fusién momentines on la divinidad, inseparable, por otra parte de la pero no la idea de una vinculacion pro- re personal con el dios. A decir verdad, el dionisismo huuby ¢ ser integrada en el sistema de Ja religion de la cw, al que se just. La ciudad Je puso también sus limites. Es altamente sible 0 que su dios haya sido acogido, mis o menos pronto, en el mismo santuario del Apolo deélico (1980: 17) Ha sido mérita de\Nie-zsche hacernos comprender 2Apole ya Dione no como deidades opuestas, sino complementarias. Dioniso, el dias de la energia vital, del desorden y de Ja absoluta libertad —no en vano uno de sus epitetos es lyaios “el que libera"= se com- plementa con Apolo, el dios al que el filésofo lama 2 principium individual rrincipio de indivi- luacign 138 Respecto de esta deidad A. Lesky advierte que 2 Dioniso no le bastan solamente a oracion y el sacrifeiel hombre no se encuentra para con él en Ja relacin, a menudo friamente calculada, del toma y dace, sino que él quiere al ser_humang enter lo acapara para su servicio y lo deva por ‘medio del éxtass por encima de tas las misgtas ‘del mundg, El que sea el dios del vino indica solo und Bare de su naturaeza La vida de la naturale- 2a que todo lo penetrs, toda su fuerza creadors, cst personificada en este dios, En si servicio corgistic, lo naturaleza misma saca al hombre de Ia incertidumbre de su existencis, lo arasta hacls el interior del mis profundo reino de su mavil, dela vida, y hace que experimente de una forma rueva lo qu st significa (2001: 99), Ese hecho se advierte en Ja medida en auch cine de la religion dignisiaca reside en la trans 5 ba) — lime de la tragedia, coro se Tee en el ocaso de El nacimiento de la tragedia, s< advier- te cuando ambos dioses se reconocen complementa- rios: nada es la fuerza de Dioniso sin la de Apolo, como tampoco nada es la de Apolo sin la de Dioniso. La mesura se reconoce ante la desmesura, 1a conten- cidn ante el libersinaje, lara como lo apolineo se reconace 3 139

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