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EL ORIGEN DEL HOMBRE

Linneo (1707 - 1778), al inventariar los productos o bienes de la


naturaleza, estableció lo que denominó “systema naturae” o sistema de la
naturaleza, en el que establecía una clasificación de los animales y de las
plantas, de sus especies, en principio, según el grado de similitud que aparecía
entre ellas. Sin embargo, acabó estableciendo la existencia de parentesco o de
comunidad de origen entre las especies. Así, por ejemplo, colocó al hombre
entre los animales vertebrados en general, entre los mamíferos en particular y
entre los primates en específico, junto con los monos.

El hombre es una animal más, producto de la evolución biológica. El


hombre no ha existido siempre sobre la Tierra, sino que apareció en un tiempo
relativamente reciente. Como cualquier otra especie viviente, la especie
humana representa el término de una larga serie de transformaciones, de un
proceso evolutivo.

El hecho de la aparición del hombre es el caso más notable de la


evolución biológica porque, una vez conseguidos los caracteres que lo hicieron
posible, se produjo una inflexión o cambio cualitativo de tendencia, es decir, se
produjo la emancipación de lo biológico para dar paso a la evolución cultural
exclusiva del hombre. Éste ya no evoluciona en términos de individuo sino de
sociedad e influye en todo el proceso anteriormente explicado.

“La aparición del hombre nada menos que culmina y cierra la evolución de los
animales. El hombre es un animal más (un animal genuino, un individuo
directamente supracelular), pero podemos afirmar que ya no constituye una
especie animal. En efecto:

Por una parte, a diferencia de las especies animales, que se caracterizan


precisamente por el hecho de que cada una evoluciona por la selección de sus
individuos ejercida por un determinado conjunto de otras, el hombre deja de
evolucionar en término de otros animales y pasa a hacerlo en términos de la
sociedad humana. Y, en segundo lugar, el hombre mismo, lejos de tender a
diferenciarse en especies, (por ley de la evolución cultural), tiende a una
progresiva integración: a que cada hombre viva (sea) en función de grupos
sociales cada vez más amplios, que en aspectos cada vez más numerosos,
alcanzan ya a la humanidad entera.

Por otra parte, el hombre, desde su surgimiento, interfiere con amplitud


e intensidad creciente sobre la evolución natural de los animales, a la que
desorganiza cada vez más, de modo que el paulatino aumento de número de
especies propio de la evolución de los animales, va siendo sustituido por una
acelerada desaparición de especies. En resumen, el cambio esencialísimo que
ha supuesto la parición del hombre puede enunciarse diciendo que ha cerrado
la evolución animal (que ha pasado a producirse bajo su conducción o, al
menos, sufriendo su influencia) y ha iniciado una evolución primitiva suya: la
de los individuos humanos en función de la sociedad y viceversa. El hecho
diferencia, evidentemente, al hombre, por su naturaleza, de la de todos y cada
uno de los demás animales y obliga a entender el surgimiento del hombre
contratándolo con el proceso de la evolución conjunta de todos los animales,
de la que el hombre es el resultado decisivo, final.

Sobre el vasto telón de fondo de toda la evolución animal habremos,


pues, de interpretar el proceso concreto de especiación que a partir de grupos
de un mono antropoide dio origen al hombre (a la nueva especie que al surgir
dejaba de ser especie animal), esto es, al proceso de hominización”.
LA RUEDA

Su referencia más antigua se data en el 1200 a. C. Las primeras ruedas


eran simples discos de madera con un agujero central para insertarlas en un
eje. La posterior invención de la rueda con radios permitió la construcción de
vehículos más rápidos y ligeros; surge durante la cultura de Andronovo (2000 -
1200 a. C.), al norte de Asia Central.

He aquí un invento simple y antiquísimo. Sin embargo fue algo esencial


para la evolución de maquinarias de todo tipo. La rueda es un elemento
necesario en infinidad de inventos, tanto antiguos como actuales, desde los
primitivos molinos, hasta la bicicleta, motocicleta, automóvil, avión,
cosechadora, tractor, silla de ruedas, etc.

Para llegar a ciertos inventos, hubo que basarse en anteriores, que no


por simples y primitivos son menos importantes. No se conocen nombres de
inventores de la antigüedad, pero se lograron en esa época mecanismos e
instrumentos que todavía se utilizan en ciertas actividades, como las máquinas
agrícolas, las de la construcción, las comunes domésticas, etc.

Y es así como desde milenios se utilizaron aparejos, poleas, el


engranaje, ruedas, que posibilitaron la aparición de otras herramientas y cuyo
principio de la física fue resumido por Arquímedes en el siglo III antes de
Cristo:" Cuanto más largo es el brazo de la palanca, tanto menor será la fuerza
necesaria para mover un objeto".

El concepto de palanca, unido a la rueda dan estas posibilidades de


ahorrar esfuerzos.

Las ruedas más antiguas que se conocen fueron construidas en la


Civilización Mesopotámica, alrededor de 3000 años antes de Cristo. Un milenio
después aparecieron las ruedas con radios.

Al principio se la utilizó movida por animales o por hombres, como en el


caso de la noria, y posteriormente se aplicaron mecanismos para suplantar
estas fuerzas de tracción a sangre.

La rueda logró un uso más eficiente de la fuerza animal aplicado a la


agricultura, fue la base para controlar la dirección de la fuerza; y fue empleada
por las civilizaciones antiguas para los usos más diversos: rueda de carros,
rueda con manivela para ascender baldes con agua de pozo, rueda de torno de
alfarero, rueda de rueca, y la que comienza a utilizar la energía de la
naturaleza: la rueda hidráulica, que consigue energía extraída de una corriente
de agua, río o cascada. Esta última se utilizó para moler harina. También se
reemplazaron las palas por baldes para extraer agua para riego.

Los griegos y romanos aplicaron la rueda hidráulica ampliamente. Y un


ejemplo lo da la construcción por parte de los romanos, dos siglos antes de la
era cristiana, de una usina hidráulica en el sur de Francia combinando 16
ruedas entre sí, las que hacían trabajar a 32 molinos, que producían casi una
tonelada de harina cada uno.

Los árabes también emplearon la ruedan hidráulica en tareas agrícolas.


Se transformó en la gran máquina de la Edad Media, utilizándose en
molinos harineros, en aserraderos, martillos y bombas, para accionar fuelles,
para la batanadura de la lana. Las grandes ruedas hidráulicas medievales de
madera desarrollaban una potencia máxima de cincuenta caballos de fuerza. Y
tanto se las empleó en posición vertical, como también en posición horizontal,
para mover directamente una estructura vertical.

La energía hidroeléctrica posterior debe su mayor desarrollo al ingeniero


civil británico John Smeaton, que construyó por vez primera grandes ruedas
hidráulicas de hierro colado.L a rueda da lugar a la invención del molino.

EL FUEGO

El fuego puede servir como un ejemplo del desarrollo y el polimorfismo


de la Cultura. La Naturaleza se ofrece al hombre como una realidad
fundamental de tierra, aire y agua, cuyas variantes son expresiones de un
poder superior a cualquier otro.

El hombre primitivo se sintió, seguramente, aterrado ante este monstruo


desconocido y sólo atinó a huir de él y ponerse a buen recaudo. La repetición
del fenómeno lo condujo a la observación a prudente distancia y, en el mundo
mágico de entonces, lo vio como la manifestación de un dios o dios mismo.

El fuego suscita así un sentimiento religioso y encuentra en la


mentalidad primitiva, proclive al mito y al animismo, un campo propicio. Sin
embargo, los incendios no son frecuentes y a veces surge una llama que
serpea sin elevarse demasiado, disminuye y muere. El hombre termina por
dominar su terror y, poco a poco, va familiarizándose con ella, aunque el mito
siga dominando su mundo y el temor y la reverencia continúen dentro de él.

El asombro culmina cuando ocurre un hecho extraordinario. Alguien


frota rápidamente dos maderos y esa fricción, como si fuese un hechizo,
produce una llama. El fuego, ese prodigio, ese don divino, se ha hecho
presente allí como el Genio de Aladino cuando frotó la lámpara maravillosa.

Es un nuevo poder para el hombre, un poder increíble. La operación se


repite y el efecto es el mismo, hasta convertirse en un acto habitual y un
recurso al que se acude con frecuencia. Así, el fuego, aunque es mirado
todavía como un don divino, está ya en manos del hombre que puede
encenderlo, mantenerlo en cierta medida y apagarlo a voluntad. Aún más:
puede utilizarlo para disfrutar de la luz y el calor, para ahuyentar a las fieras y,
más adelante, para cocer los alimentos y procurarse vasijas.

Desde épocas lejanas y aun cuando surgen las altas culturas, el fuego es
mirado como una revelación de la divinidad, como una fuerza de purificación o
como un símbolo de integración humana. Se rinde culto al fuego sagrado,
hasta el punto que los sacerdotes persas debían evitar que su aliento
contaminase la llama.

En la India, el brahmán cuida del hogar y alimenta la llama con la leña


de árboles escogidos especialmente para este servicio. El fuego (Agni) es una
divinidad. Se le rinde culto y se invoca su protección y su ayuda. En Grecia y
en Roma, el fuego se identifica con el hogar. «En las casas de los griegos y
romanos –dice Fustel de Coulange– había un altar en el cual tenían siempre un
poco de ceniza y unos carbones encendidos. Era obligación sagrada para el
jefe de la casa conservar el fuego día y noche.
Sin embargo, el fuego del hogar no es el que se utiliza en la tarea
común, es puro y casto. Es, dice Coulange, «una especie de ser moral». Y
agrega: «Se le diría hombre, pues posee del hombre la doble naturaleza:
Físicamente resplandece, se mueve, vive procura la abundancia, prepara la
comida, sustenta el cuerpo; moralmente, tiene sentimientos y afectos, concede
al hombre la pureza, prescribe lo bello y lo bueno y nutre el alma».

La difusión del Cristianismo, a la caída del Imperio Romano, promovió


una revolución cultural que es, sin duda, la más profunda de las revoluciones.
El fuego perdió gran parte de su poder misterioso, de su identidad con el hogar
y de su capacidad de seducción reverencial, pero se recurrió a él en numerosas
oportunidades y por diversos motivos. Aquello que empezó como un
descubrimiento, que se erigió luego como una divinidad y mantuvo su
jerarquía, aun cuando fue utilizado ya en diversos menesteres, se extendió por
el mundo y allí donde hubo un hombre hubo también el fuego. De la cocción
primitiva de la carne, producto de la caza, se fue pasando lentamente a la
utilización, cada vez más amplia, de diversos ingredientes, con los cuales fue
surgiendo en cada pueblo de la Tierra, una increíble variedad de viandas, de
formas, de costumbres y hasta de una suerte de ceremonias en algunos casos
que no habrían sido posibles sin el desarrollo de un arte que alcanzó, en más
de un país, un grado alto de perfección, hasta el punto de que el refinamiento
de su cocina fue la expresión del refinamiento de su cultura.

LA ESCRITURA

Los primeros signos escritos surgieron en Mesopotamia, en la zona


comprendida entre los ríos Tigris y Éufrates, de la mano de la civilización
sumeria. Esto sucedía hace ahora unos tres milenios. Los antropólogos fechan
la aparición del Horno sapiens sapiens, el hombre moderno, hace unos 40.000
años, aunque algunos estudios indican que su antigüedad se remonta a 92.000
años (ver CONOCER núm. 69). Con él nace el arte rupestre. Las
manifestaciones artísticas más lejanas en el tiempo s~ encuentran en África y
se extienden posteriormente al Viejo Continente, Australia y América.

La escritura, según Anati, no habría surgido en Sumeria hace 3.000 años,


como postula el punto de vista tradicional, sino que se remontaría al
continente africano, hace cuarenta mil años. Anati ha reconstruido la historia
de unpueblo europeo, los antiguos camunianos, que ocupaban el valle de
Camonica, al norte del pueblo italiano de Breccia. Tradicionalmente, la historia
comienza con la llegada de los colonizadores romanos, hace unos dos mil años.
Pero mucho antes, hace 10.000 años, las poblaciones autóctonas habían
desarrollado una intensa actividad social y religiosa. Los miles de grabados en
las rocas encontrados a 1.500 metros de altitud en los Alpes Lombardos, son el
testimonio de los rituales, batallas, cacerías y actividades cotidianas de estos
habitantes ya desaparecidos. La humanidad se caracteriza por la necesidad de
crear obras de arte. Es decir, lo intrínsecamente humano está ligado a la
creatividad artística. Los criterios aplicados a los homínidos, el grupo formado
por los seres humanos y sus antecesores, han sido la postura erecta o la
facultad de andar de pie, el desarrollo del cerebro y la capacidad para fabricar
herramientas. El surgimiento del Horno sapiens sapiens fue paralelo al del arte,
que ha constituido un lenguaje coherente durante milenios. Anati coincide
también con el lingüista norteamericano Noam Chomsky, en el sentido de que
todos los seres humanos tenemos impresa una gramática y sintaxis universal.
Esta gramática está programada de antemano en nuestro cerebro por un
órgano del lenguaje, que justifica el hecho de que los niños aprendan a hablar
tan pronto.

El origen de estas estructuras neuronales diseñadas para asimilar la


gramática se remontaría, según el paleontólogo italiano, a miles de años,
cuando el hombre, que vivía de lo que cazaba y recolectaba, empezó a
expresarse mediante el arte, en efecto se tratase de una forma de lenguaje
escrito, el calendario de la Historia debería retrasarse, puesto que desde el
punto de vista convencional arranca con la invención de la escritura, hace unos
5.000 a 6.000 años. Pero descifrar este lenguaje no es fácil. Nuestras
facultades de percepción han sido alteradas y modificadas por la civilización
urbana, y nuestro racionalismo tiene poco en común con la lógica y los
sistemas de asociación primarios que guiaban las sociedades de los pueblos
primitivos. «Nos cuesta aceptar como ordenado y lógico, desde nuestra propia
perspectiva, algo que no pertenece a nuestra cultura», ha dicho Anati.

Un ejemplo de esta dificultad lo constituye la filosofía de los aborígenes


australianos cuando salen de caza. Esta comunidad ha conservado, en cierta
medida, el modo de vida de los antiguos cazadores prehistóricos. Anati cita el
ejemplo del etnólogo Lewis Mountford, que preguntaba a un aborigen antes de
salir de caza por qué pintaba al animal que iba a cazar. «
¿Cómo es posible cazar sin pintar primero?», fue la respuesta del australiano.

Una explicación podría ser el hecho de que, a lo largo de numerosas


cacerías, los aborígenes pintaban después los animales muertos. Estas
representaciones de la naturaleza muerta simbolizan el éxito de las
expediciones. Si el éxito favorece el dibujo, ¿por qué no habría de suceder lo
contrario? La pintura del animal vivo favorecería su caza, por lo que se
dibujaba al animal antes de capturarlo.

El estudio del arte, para el paleontólogo italiano, podría revelar como


estaba estructurado el conocimiento en los primeros Horno Sapiens sapiens,
cuál fue su lógica y su psicología. Posibilita una ventana a la mente de aquellos
hombres. Un ejemplo evidente se encuentra en las cuevas de Altamira. Los
grandes signos rojos de la galería, llamados «tectiformes», son un misterio. No
suscitan ninguna asociación en particular, y según Anati representan la
quintaesencia de algo que no podemos definir, que nos impresiona vivamente
e incluso llega a embotar nuestros sentidos. «Es algo que está profundamente
arraigado en nosotros», dice este paleontólogo.

BABILONIA EN LA HISTORIA

Babilonia data de los principios de la civilización en la antigua


Mesopotamia. Fue fundada por Nimrod como centro de su gobierno, y fue el
lugar donde se construyó la torre de Babel. De acuerdo con Génesis 11:9, el
nombre Babel significa confusión, y probablemente se deriva del hebreo Balal.
La ciudad fue el centro de gobierno de varias dinastías, incluyendo a los
amontas o amorreos, a la que perteneció Hamurabi, autor de un famoso código
legal. Continuó siendo un importante centro religioso y cultural durante el
tiempo del imperio de Asiria y luego volvió a ser una monarquía independiente
y la cabeza de un poderoso imperio durante el tiempo de Nabopolasar y
Nabucodonosor. Durante el reinado de este último, quien construyó los
famosos jardines colgantes, Babilonia llegó a tener un perímetro de unos 16
km, convirtiéndose posiblemente en la ciudad más grande de la antiguedad En
el 597 a. C., Nabucodonosor y sus ejércitos invadieron Palestina y capturaron la
ciudad de Jerusalén. Tomaron a gran parte de la población como prisioneros y
los sometieron al exilio en Babilonia. En el 586, once años más tarde, los
babilonios regresaron a Jerusalén para poner fin a las rebeliones de los judíos y
de su monarca y destruyeron el templo, el palacio real y asesinaron o
deportaron a la mayoría de los habitantes que quedaban en la ciudad.

EL IMPERIO ROMANO

El Imperio romano fue una etapa de la civilización romana en la


Antigüedad clásica caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El
nacimiento del imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma,
que extendió su control en torno al Mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial
los dominios de Roma siguieron aumentando, llegando a su máxima extensión
durante el reinado de Trajano, abarcando desde el Océano Atlántico al oeste
hasta las orillas del Mar Negro, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico al este, y desde el
desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y
Danubio y la frontera con Caledonia al norte.

Durante casi tres siglos antes de César Augusto, Roma había adquirido
numerosos dominios en forma de provincias directamente bajo administración
senatorial o bajo gestión consular, y también mediante pactos de adhesión
como protectorados de estados aliados. Los dominios de Roma se hicieron tan
extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de
moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército
creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas,
de cara a obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes
ambiciosos cuyo objetivo principal fue el poder. Este fue el caso de Julio César,
quien no sólo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que
desafió la autoridad del Senado romano.

El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles
que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la
República romana. Se alzó como mandatario absoluto en Roma, haciéndose
nombrar Dictator (dictador). El precedente no pasó desapercibido para el joven
hijo adoptivo de César, Octavio Augusto, quien sería enviado años más tarde a
combatir contra la ambiciosa alianza de Marco Antonio y Cleopatra.

A su regreso victorioso, la implantación del sistema político imperial


sobre un imperio territorial que de hecho ya existía, resulta inevitable, aun
manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con
importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización
grecorromana) centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su
vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un imperio que
caía hacia el abismo. Fue éste último quien, por primera vez, dividió el imperio
para facilitar su gestión. El imperio se volvió a unir y a separar en diversas
ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadores y repartos entre
herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande, quedó
definitivamente dividido. El legado de Roma fue inmenso, tanto es así que
varios fueron los intentos de restauración del imperio, al menos en su
denominación. Destaca el intento de Justiniano I, por medio de sus generales
Narsés y Belisario, el de Carlomagno así como el del propio Sacro Imperio
Romano Germánico, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios
del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos. Con el
colapso del Imperio de Occidente finaliza oficialmente la Edad Antigua dando
inicio la Edad Media.

SODOMA Y GOMORRA

Sodoma y Gomorra. En la Biblia se menciona que Dios destruyó las


ciudades de Sodoma y Gomorra por su maldad. ¿Se trata de una parábola
bíblica o existen pruebas de que fuera un hecho histórico? Un grupo de
investigadores viaja al Próximo Oriente para seguir las pistas mencionadas en
la Biblia. Su búsqueda le lleva hasta las riberas del Mar Muerto, donde dos
ciudades hermanas revelan pruebas arqueológicas de haber sufrido una gran
destrucción. ¿Qué ocurrió aquí? ¿Podrían ser éstas las legendarias ciudades de
Sodoma y Gomorra? Si así fuera, ¿podrían las herramientas de la moderna
arqueología reconstruir lo que pasó en aquellos fatídicos días antes de que las
ciudades se convirtieran en ruinas?

El libro del Génesis menciona Sodoma a partir del capítulo 10 y la sitúa


dentro del territorio poblado por los cananeos. Sodoma y Gomorra estaban
situadas cerca una de la otra, en una llanura. Cerca de estas locaciones había
un valle llamado, Valle de Sidim, en que abundaban los pozos de asfalto,
cercano al Mar Salado (Mar Muerto). Cercana a estas ciudades estaban Adma,
Zoar y Zeboim.

El rey de Sodoma era Bera (Gen. 14:2-3) y el de Gomorra era Birsa, en


aquellos tiempos en que Lot se había establecido, habían sostenido una guerra
con los reinos de Elam, Sinar, Elazar y Goim siendo estos los vencedores. Lot y
su gente fueron hechos prisioneros por los vencedores y llevados a Dan, en
este lugar Abraham y sus aliados rescataron a Lot, sus bienes y su gente (Gen.
14: 15-16). Lot regresó a Sodoma. Para aquel tiempo, Sodoma ya tenía fama
de ciudad de gente perversa.

Según el relato de la Biblia en el capítulo 18 del Génesis, Yahvé reveló a


Abraham que destruiría Sodoma por medio de fuego y azufre porque su pecado
era muy grave e irreversible, sólo Lot (sacerdote de Melquisedec) y su familia
podían ser salvos. Abraham intercedió por los justos de la ciudad, y Dios le
repuso que no la destruiría si encontraba cincuenta justos en la ciudad, pero
Abraham insistió hasta que le dio oportunidad de encontrar diez justos.

Sodoma y Gomorra

“Lot salió de la casa y se dirigió hacia ellos, cerrando la puerta detrás de


sí, y les dijo: “Les ruego, hermanos míos, que no cometan semejante maldad.
Miren, tengo dos hijas que todavía son vírgenes. Se las voy a traer para que
ustedes hagan con ellas lo que quieran, pero dejen tranquilos a estos hombres
que han confiado en mi hospitalidad.” Pero ellos le respondieron: “¡Quítate del
medio! ¡Eres un forastero y ya quieres actuar como juez! Ahora te trataremos a
ti peor que a ellos.” Lo empujaron violentamente y se disponían a romper la
puerta.” (Gn 19, 6-9)

Después dijeron a Lot que sacara a su familia de la ciudad. Lot avisó a


sus yernos, pero éstos creyeron que bromeaba, así que Lot marchó sólo con su
esposa y sus hijas. Los ángeles antes de retirarse instruyeron a Lot que pasara
lo que pasara no se volteasen a mirar puesto que quien lo hiciese se
convertiría en sal. Después que los ángeles sacaran de Sodoma a la familia,
Dios envió una lluvia de fuego y azufre que incineró completamente la ciudad
con sus habitantes, y otras ciudades de la llanura ( al menos 4 de cinco). Uno
de los que acompañaba a Lot en la empinada, su mujer, dio vuelta para mirar y
se convirtió en una estatua de sal.

El tío de Lot, Abraham, desde una montaña a lo lejos vio la columna de


humo que se levantó sobre la destruida Sodoma.

En Deuteronomio 29:23 se señala que conjuntamente con estas


ciudades, también se destruyeron Adma, Zeboim. Lot se refugió en Zoar, pero
teniendo temor de Jehová por la suerte de esta ciudad, prefirió refugiarse en
una cueva con toda su descendencia.

LA POLVORA

La pólvora, el primer explosivo conocido, fue descubierta por casualidad


en China en torno al siglo IX. Su hallazgo parece ser fruto de las
investigaciones de algún alquimista que, en su búsqueda del elixir de la eterna
juventud, dio por accidente con la fórmula del explosivo. De hecho las primeras
referencias a la pólvora las encontramos en textos herméticos advirtiendo de
los peligros de mezclar determinadas sustancias.
En el siglo X ya se utilizaba con propósitos militares en forma de cohetes
y bombas explosivas lanzadas desde catapultas. Se sabe que ya en el año
1126 se utilizaban cañones hechos de tubos de bambú para lanzar proyectiles
al enemigo. Más tarde esos tubos serían sustituidos por otros de metal más
resistente; el más antiguo del que se tiene noticia data de1290.

Desde China el uso militar de la pólvora pasó a Japón y a Europa. Se


sabe que fue usado por los mongoles contra los húngaros en 1241 y que Roger
Bacon hace una mención en 1248. Hasta ese momento Europa sólo había
contado con un producto inflamable llamado "fuego griego" que sin embargo
no podría competir con la efectividad del recién llegado invento.

Durante el siglo XIV el uso de cañones se generalizó tanto en China


como en Europa, pero el problema seguía residiendo en crear tubos de metal
capaces de contener las tremendas explosiones que se producían en su
interior. Este problema pudo haber conducido a la falsa afirmación de que los
chinos sólo utilizaron la pólvora para hacer fuegos artificiales, lo que no es en
absoluto cierto ya que está documentado que hicieron uso de ella con
propósitos bélicos en numerosas ocasiones. Así por ejemplo el grosor y la
solidez de las murallas de Beijing deja bien a las claras que se diseñaron para
resistir el ataque de la artillería enemiga y la dinastía Ming cambió la ubicación
de la antigua capital Nanjing por el hecho de que las colinas de alrededor eran
una localización demasiado tentadora para que el adversario ubicara sus
cañones.

Cuenta la leyenda que la fórmula pudo llegar a Europa en 1324 de la


mano de un monje peregrino. La receta consistía en la mezcla de carbón,
azufre y salitre que el religioso comunicó al abad de un monasterio donde
pernoctó. A la mañana siguiente el monje que se encontraba en la puerta al
ver salir al huésped, pudo comprobar con horror que debajo de los ropajes
monacales le asomaba un rabo peludo: era el mismísimo diablo que el terrible
invento venía a perturbar para siempre y a sembrar el caos la sociedad de la
época.

En 1886 Paul Vielle inventó un tipo de pólvora sin humo hecho con
nitrocelulosa gelatinizada mezclada con éter y alcohol. Esta mezcla se pasaba
por unos rodillos para formar finas hojas que después se cortaban con una
guillotina al tamaño deseado. El ejército francés fue el primero en usar este
nuevo tipo de explosivo, que no formaba humo y era mucho más potente que
el anterior, y otros países europeos no tardaron es seguir su ejemplo. Muchas
otras innovaciones se sucedieron en el campo de los materiales explosivos
hasta llegar a la actualidad, pero sin duda la aparición de la pólvora en
occidente en la Edad Media fue el acontecimiento más significativo.

LOS FARAONES
Faraón es la denominación bíblica de los reyes del Antiguo Egipto. Para
los egipcios, el primero fue Narmer, denominado Menes por Manetón, quien
gobernó hacia el año 3050 a. C., y la última fue Cleopatra VII, de ascendencia
helénica, reinando del año 51 al 30 a. C.

Los faraones fueron considerados seres casi divinos durante las primeras
dinastías, y eran identificados con el dios Horus, aunque a partir de la dinastía
V sólo fueron hijos del dios Ra. Normalmente no fueron deificados en vida; era
a su muerte cuando el faraón se fusionaba con la deidad Osiris y adquiría la
inmortalidad y una categoría divina, siendo entonces venerados como un dios
más en los templos.

La sucesión de faraones y la historia del propio Egipto vienen


indisolublemente unidas y son tan complementarias entre sí que es imposible
desconocer una de ellas y ser experto en la otra. Tanto es así que incluso en
los periodos más críticos, cuando la anarquía reinaba en muchas zonas del
país, siempre había, al menos, un faraón que afirmaba ser el legítimo
gobernante de la caótica nación en toda su extensa totalidad.

Desde Menes, 3100 a. C., hasta el año 2600 a. C., la monarquía pasó por
momentos de debilidad y seguía siendo cuestionada por la nobleza local. Así,
no es de extrañar que en la dinastía II los reyes perdieran notablemente el
poder y tuvieran que hacer frente a peligrosas revueltas que pusieron en
peligro la estabilidad del país.

Sería sólo de 2600 a 2200 a. C. cuando se consolida la institución y los


reyes pasan a ser monarcas absolutos con derecho divino. Es la época dorada
de la monarquía egipcia, conocida como Imperio Antiguo (aunque en realidad
la denominación de imperio solo le quepa al imperio nuevo o a lo sumo al
Imperio Medio), que acabaría de forma trágica ante la debilidad de los últimos
reyes de la dinastía VI, momento en el que una vez más la nobleza y los
gobernadores de los nomos tomaron el poder surgiendo principados
independientes. Heródoto comenta: «después de la muerte de Nitocris, el país
se hunde en un estado de inestabilidad, confusión y caos», iniciándose el
denominado primer periodo intermedio de Egipto.

La situación tardaría más de un siglo y medio en restablecerse, y pese a


que nuevamente una dinastía de reyes fuertes asumiría el control absoluto del
país, la dinastía XII, siguió existiendo el peligro constante de un golpe de
Estado. Tanto es así que se sabe de, al menos, un monarca asesinado,
Amenemhat I, por unos ambiciosos nobles. La ligera estabilidad del llamado
Imperio Medio estallaría de forma similar a la del Imperio Antiguo, por la
debilidad de los monarcas y el creciente poder de las clases dirigentes locales,
a las que se añadiría la llegada a Egipto de pueblos cananeos, algunos de ellos
violentos.

La siguiente etapa de calma y prosperidad no llegaría hasta el 1500 a.


C., con el Imperio Nuevo, momento en el cual llegaron al poder los faraones
mejor conocidos, que impulsaron la creación de un enorme imperio colonial en
la Siria-Palestina (Canaán) y Kush (Nubia), entrando en contacto con los otros
pueblos del Oriente Próximo. El traslado de la capitalidad al Delta acabaría por
convertir al Sumo sacerdote de Amón en rey independiente y daría al traste
con la monarquía egipcia. Tras esta situación, Egipto no volvería a convertirse
en un gran imperio. Desde la toma del poder de los sacerdotes de Amón hasta
la llegada de una dinastía fuerte, la XXVI, pasaron más de cuatrocientos
críticos años en los que convivieron dos, tres e incluso más faraones a un
mismo tiempo, y el país fue invadido por libios, nubios y asirios. La dinastía
XXVI trató de recuperar el esplendor del Imperio Antiguo, pero la inmediata
conquista persa desbarataría todo. Tras ello, los invasores aqueménidas,
macedonios y lágidas (estos últimos pertenecen a la llamada dinastía
Ptolemaica) trataron de adaptarse a las costumbres del país y aceptaron ser
deificados en vida.

El último faraón egipcio reconocido como tal fue la legendaria reina


Cleopatra. El último rey nativo, Nectanebo II había gobernado trescientos años
antes, y los faraones ptolemaícos, de origen extranjero, se aislaron en
Alejandría y, aunque respetaron las tradiciones ancestrales del pueblo, no
tardaron en convertirlos en semi-esclavos. Por ello, no es de extrañar que
cuando Egipto pasó a formar parte del Imperio romano, los egipcios no dieran
importancia al cambio: los verdaderos faraones habían abandonado a su país
mucho tiempo atrás.

LAS PIRAMIDES DE EGIPTO

Las pirámides de Egipto son, de todos los vestigios que nos legaron los
egipcios de la Antigüedad, los más portentosos y emblemáticos monumentos
de esta civilización, y en particular, las tres grandes pirámides de Giza, las
tumbas o cenotafios de los faraones Keops, Kefrén y Micerino, cuya
construcción se remonta, para la gran mayoría de estudiosos, al periodo
denominado Imperio Antiguo de Egipto. La Gran Pirámide de Giza, construida
por Keops (Jufu), es una de las siete Maravillas del Mundo.

A principios de la Dinastía III (c. de 2700 a. C.) las mastabas se


transformaron en pirámides escalonadas, constituidas con varias gradas, a
modo de una "escalera gigantesca" que se elevaba hacia el cielo.

La primera y más famosa de estas es la pirámide escalonada de Saqqara


del faraón Dyeser (Zoser), cuyo arquitecto era Imhotep, que posiblemente
quiso crear un monumento que se eleva hacia el cielo, como una gigantesca
escalera, con el fin de simbolizar la ascensión del difunto del "mundo terrenal"
hacia los "Cielos".

La siguiente etapa, en la evolución de las pirámides, fue la construcción


ordenada erigir por el rey Seneferu, la llamada "pirámide romboidal", o
"pirámide acodada", en la región de Dahshur, que se considera una etapa
intermedia entre la "pirámide escalonada" y la "pirámide clásica", o de caras
lisas. En la pirámide romboidal las caras están conformadas con dos
pendientes, de inclinación decreciente en dirección a la cumbre. La ausencia
de uniformidad de esta pendiente podría ser un efecto geométrico voluntario.
O, como sostienen algunos expertos, debido a dificultades arquitectónicas, por
la estabilidad de la pirámide (pendiente original demasiado fuerte), o su
método de construcción (transporte de bloques a gran altura), o por
dificultades de suministro (situación geopolítica), etc

Otros faraones de la dinastía IV iniciaron la construcción de sus


pirámides, como Dyedefra (Abu-Roash) y Nebkara (Zawyet el-Aryam), pero
quedaron sin concluir. El último faraón, Shepseskaf, erigió un monumento a
modo de gran sarcófago pétreo, en Saqqara.

Durante la dinastía V la mayoría de sus reyes levantaron complejos de


pirámides, en Saqqara y Abusir, pero de menores dimensiones y técnicamente
muy inferiores. Prosiguieron erigiéndolas en Saqqara Teti, Pepy I, Merenra I y
Pepy II, durante la dinastía VI.

Es en el Imperio Medio (dinastía XII, c. 1990 a. C.) cuando se levantan las


últimas grandes pirámides, pero con núcleos de adobe y revestimiento pétreo,
actualmente desmoronado.

Los faraones del Imperio Nuevo prefirieron construir grandes templos e


hipogeos en la zona de Tebas.
Las pirámides muestran, para su época, el gran conocimiento de los
técnicos egipcios y la capacidad organizativa necesaria para erigir tales
monumentos con medios muy simples; pero nada parece indicar que hiciera
falta una tecnología superior a la que disponían los egipcios representada por
"ingenios" de madera, trineos e, hipotéticamente, usando la rueda, en forma
de rodillos de madera, y rampas.

No se sabe con certeza cómo se construyeron las pirámides, pues no han


perdurado documentos de su época que lo describan. Además, se utilizaron
diversos materiales (piedra escuadrada, piedra sin tallar, adobe) y variadas
técnicas en la construcción de sus núcleos (apilamiento de bloques, muros
resistentes conformando espacios rellenos de cascotes, etc.).

La hipótesis más aceptada es la siguiente: previamente se procedía a


aplanar el terreno rocoso, y excavar canales para inundarlos de agua y así
poder marcar líneas de nivel con las que preparar una superficie horizontal.
Después se rellenaban los surcos. A continuación se excavaba la cámara
subterránea y se comenzaba la edificación. La mayoría de los bloques de
piedra eran cortados en canteras próximas al lugar de construcción. Se
transportaban otros de las canteras del sur del país con ayuda de gigantescas
barcazas. Los bloques se colocaban a continuación sobre trineos y se
arrastraban hasta su emplazamiento definitivo.

ÉPOCA DE CRISTO

Herodes fue nombrado rey de Judea por Roma en 37 a. C. Su reinado,


durante el cual, según opinión mayoritaria, tuvo lugar el nacimiento de Jesús
de Nazaret, fue un período relativamente próspero.

En el período en que Jesús desarrolló su actividad, su territorio de origen,


Galilea, formaba parte del reino de Antipas, responsable de la ejecución de
Juan el Bautista, y al que una tradición tardía, que solo se encuentra en el
Evangelio según San Lucas, hace jugar un papel secundario en el juicio de
Jesús. Judea, en cambio, era administrada directamente por un funcionario
romano, perteneciente al orden ecuestre, que llevó primero el título de
prefecto (hasta el año 41) y luego (desde 44) el de procurador. En el período de
la actividad de Jesús, el prefecto romano era Poncio Pilatos.

El prefecto no residía en Jerusalén, sino en Cesarea Marítima, ciudad de


la costa mediterránea que había sido fundada por Herodes el Grande, aunque
se desplazaba a Jerusalén en algunas ocasiones (por ejemplo, con motivo de la
fiesta de Pésaj o Pascua, como se relata en los evangelios, ya que era en estas
fiestas, que congregaban a miles de judíos, cuando solían producirse tumultos).
Contaba con unos efectivos militares relativamente reducidos (unos 3.000
hombres), y su autoridad estaba supeditada a la del legado de Siria. En
tiempos de Jesús, el prefecto tenía el derecho exclusivo de dictar sentencias de
muerte (ius gladii).

Sin embargo, Judea gozaba de un cierto nivel de autogobierno. En


especial, Jerusalén estaba gobernada por la autoridad del sumo sacerdote, y su
consejo o Sanedrín. Las competencias exactas del Sanedrín son objeto de
controversia, aunque en general se admite que, salvo en casos muy
excepcionales, no tenían la potestad de juzgar delitos capitales.

En tiempos de Jesús, al igual que en la actualidad, el judaísmo era una


religión monoteísta, basada en la creencia de un único Dios. Los judíos creían
que Dios había elegido a su pueblo, Israel, y había establecido con él una
alianza a través de Abraham y Moisés, principalmente. Los actos
fundamentales de dicha alianza eran, para los judíos, la vocación de Abraham,
el éxodo, y la promulgación de la ley en el Sinaí. La fidelidad de los judíos a
esta alianza se manifestaba, además de en su adoración a su único Dios, en la
rigurosidad con que seguían los mandamientos y preceptos de la Torá, o la
llamada Ley mosaica; ésta regulaba todos los aspectos de la vida de los judíos,
como la obligación de circuncidar a los hijos varones, la prohibición de trabajar
en sábado, y otras ciertas reglas alimentarias (por ejemplo, la de no comer
carne de cerdo) y de purificación.

No se conoce con certeza cuánto tiempo duró la vida pública de Jesús.


Los evangelios sinópticos mencionan una sola fiesta de Pascua celebrada por él
con sus discípulos en Jerusalén, durante la cual fue detenido y crucificado. Eso
parece sugerir que su vida pública duró solamente un año. En el Evangelio
según San Juan, por el contrario, se mencionan tres fiestas de Pascua, las tres
celebradas por Jesús en Jerusalén, lo que hace suponer que el ministerio de
Jesús se prolongó durante dos o tres años. En todos los evangelios sólo hay una
indicación precisa de fecha, la que se ofrece en Lucas, indicando que la
actividad de Juan el Bautista se inició el año 15 del mandato de Tiberio, lo que
puede coincidir, según diferentes cálculos, con los años 27, 28 ó incluso 29 de
nuestra era, aunque la mayoría de los autores se inclina por el año 28.

La vida pública de Jesús se inicia, según todos los evangelios, con su


bautismo por Juan el Bautista en el río Jordán. Es probable que Jesús iniciase su
actividad como seguidor del Bautista. Seguido de un grupo de fieles, de entre
los cuales escogió a sus más allegados, los doce apóstoles o enviados, recorrió
en su actividad toda Galilea (especialmente el área en torno a Cafarnaún) y las
regiones aledañas de Fenicia, la Decápolis y el territorio de la tetrarquía de
Herodes Filipo.

Según las fuentes cristianas, su predicación transmitía un mensaje de


esperanza especialmente dirigido a los marginados y pecadores (Lc 15).
Posiblemente llegó a congregar a grandes multitudes (se habla, por ejemplo,
de cinco mil personas en referencia a la multiplicación de los panes y los
peces).[116] Se trasladó a Jerusalén para celebrar allí la Pascua con sus
discípulos, y entró triunfalmente en la ciudad.

LA INQUISICIÓN

Fue una Institución Judicial creada por la Iglesia Católica, en la Edad


Media alrededor del Siglo XIII, con el objetivo de localizar, procesar y ejecutar a
las personas acusadas de herejía, sus víctimas eran las brujas, judíos, herejes,
alquimistas, disidentes, homosexuales y “non grato” al clero, en la época
medieval. La inicio el Papa Lucio III (1184), años después nació el Tribunal de la
Santa Inquisición y del Santo Oficio.

El origen de la Inquisición española se remonta a 1242 y su abolición


definitiva data de 1834. Sin embargo, el Santo Oficio adquirió mayor auge
desde su refundación por los Reyes Católicos en 1478 previa autorización del
Papa Sixto IV, y hasta el advenimiento de la dinastía borbónica a inicios del
XVIII.

Proceso inquisitorial

Acusación: Cuando la Inquisición llegaba a una ciudad, el primer paso era el


«edicto de gracia». Tras la misa del domingo, el inquisidor procedía a leer el
edicto: se explicaban las posibles herejías y se animaba a todos los feligreses a
acudir a los tribunales de la Inquisición para descargar sus conciencias. En la
práctica, eran frecuentes las denuncias falsas para satisfacer envidias o
rencores personales. Muchas denuncias eran por motivos absolutamente
nimios. La Inquisición estimulaba el miedo y la desconfianza entre vecinos, e
incluso no eran raras las denuncias entre familiares.

Detención: Tras la denuncia, el caso era examinado por los «calificadores»,


quienes debían determinar si había herejía, y a continuación se procedía a
detener al reo. Todo el procedimiento era llevado en el secreto más absoluto,
tanto para el público como para el propio reo, que no era informado de cuáles
eran las acusaciones que pesaban sobre él. Podían pasar meses, o incluso
años, sin que se le informase acerca de por qué estaba encerrado. El preso
permanecía aislado, y durante el tiempo que duraba su prisión no se le
permitía acceder a la misa ni a los sacramentos. Los calabozos de la Inquisición
no eran peores que los de la justicia ordinaria, e incluso hay ciertos testimonios
de que en ocasiones eran bastante mejores. Algunos detenidos morían en
prisión, como era frecuente en la época.

Proceso: El proceso inquisitorial se componía de una serie de audiencias, en


las cuales declaraban tanto los denunciantes como el acusado. Se asignaba al
acusado un abogado defensor —miembro del tribunal—, cuya función era
únicamente asesorar al acusado y animarle a decir la verdad. La acusación era
dirigida por el procurador fiscal. Los interrogatorios al acusado se realizaban en
presencia del notario del secreto, que anotaba minuciosamente las palabras
del reo (los archivos de la Inquisición, en relación con los de otros sistemas
judiciales de la época, llaman la atención por lo completo de su
documentación). Para defenderse, el acusado tenía dos posibilidades:
«abonos» (encontrar testigos favorables) o «tachas» (demostrar que los
testigos de la acusación no eran fiables).

Sentencia: Los resultados del proceso podían ser los siguientes:

1. El acusado podía ser absuelto. Las absoluciones fueron en la práctica muy


escasas.

2. La suspensión era una forma de absolver en la práctica sin admitir


expresamente que la acusación había sido errónea.

3. El acusado podía ser «reconciliado». Además de la ceremonia pública en la


que el condenado se reconciliaba con la Iglesia Católica, existían penas más
severas, entre ellas largas condenas de cárcel o galeras, y la confiscación de
todos sus bienes. También existían castigos físicos, como los azotes.

5. El castigo más grave era la «relajación» al brazo secular, que implicaba la


muerte en la hoguera. Recibían este castigo los herejes impenitentes y los
«relapsos» (reincidentes). La ejecución era pública. Si el condenado se
arrepentía, se le estrangulaba mediante el Garrote vil antes de entregar su
cuerpo a las llamas. Si no, era quemado vivo. Eran frecuentes los casos de los
que, bien por haber sido juzgados in absentia, bien por haber fallecido antes de
que terminase el proceso, eran quemados en efigie.

LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

La revolución industrial fue un proceso de evolución que condujo a la


sociedad desde una economía agrícola tradicional hasta otra caracterizada por
procesos de producción mecanizados para fabricar bienes a gran escala. Este
proceso se produce en distintas épocas dependiendo de cada país. Para los
historiadores, el término Revolución Industrial es utilizado exclusivamente para
comentar los cambios producidos en Inglaterra desde finales del siglo XVIII;
para referirse a su expansión hacia otros países se refieren a la
industrialización o desarrollo industrial de los mismos.

Es el resultado de un crecimiento y de unos cambios que se han venido


produciendo durante los últimos cien años; no es una revolución repentina,
sino lenta e imparable. Se pasa del viejo mundo rural al de las ciudades, del
trabajo manual al de la máquina. Los campesinos abandonan los campos y se
trasladan a las ciudades; surge una nueva clase de profesionales.

La revolución nos muestra dos aspectos muy importantes: El primero la


riqueza, la tecnología y la expansión. Un mundo progresista, nuevo, la
aparición de nuevas formas de producir, nuevos elementos, sustancias,
metales que lo revolucionaron y que nos acerca aun más a la historia de la
ciencia que estudiamos.

El segundo la pobreza, las enfermedades y el desempleo, ciudades negras


por el humo de las fabricas. Un mundo enfermizo, con gente que muere por
pestes desconocidas para ese tiempo y que se multiplican a cada día. Un
mundo en el que muchas familias mueren de hambre gracias a las industrias.
Un mundo desocupado, gente sin trabajo por que las maquinas pueden hacer
su trabajo mucho mejor.

Es necesario cuestionarse sobre lo conveniente y lo perjudicial de la revolución


industrial y personalmente somos partidarios de aquellos que piensan que la
revolución industrial tenía que llegar en algún momento de la historia porque
no imagino un mundo en la oscuridad de la edad media y tampoco nos vemos
siendo esclavos de un rey gordo, trivial e inhumano.

Somos consientes que el mundo occidental dio un giro de 360° pero sin ánimo
de entrar en la discusión de lo que hubiera sido mejor para la humanidad, si la
revolución o la estancación, creo que fue mejor la revolución aunque aclarando
que no en las condiciones en las que se dio, favoreciendo a unos pocos con las
riquezas y marginando a la mayoría. La revolución industrial perfecta hubiera
sido la implementación de nuevas tecnologías, teniendo en cuenta la economía
agrícola, el bienestar de los campesinos y obreros brindando seguridad social y
condiciones laborales mínimas; Pero el ser humano a veces es tan ambicioso y
codicioso que atropella la integridad de las personas con el objetivo de
posicionarse mejor.

Cabe preguntarnos ¿Somos proletarios? Creo que en cierto sentido lo somos,


no somos “esclavos” de una fábrica y tampoco vivimos en las condiciones
infrahumanas en las que se encontraba esta clase social durante la revolución,
pero somos pobres, nuestros recursos estas sujetos a la fuerza laboral, a lo
que con el trabajo podamos lograr y cavilando sobre lo que una vez se dijo:-La
clase social en la que uno nació no se puede cambiar, lo único que se puede
cambiar es el estrato social- me resignare a pertenecer a un estrato más alto
porque es evidente que jamás llegare a alcanzar la clase dominante, aquella
que es dueña “prácticamente” del aire que respiramos.

LA REVOLUCIÓN FRANCESA

La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos


periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus
implicaciones, a otras numerosas naciones de Europa que enfrentaban a
partidarios y opositores del sistema denominado del Antiguo Régimen. Se inició
con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y
finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799. Esta
revolución se encuadra dentro del ciclo de transformaciones políticas y
económicas que marcaron el fin de la Edad Moderna y el comienzo de la Edad
Contemporánea. La independencia de EEUU y el desarrollo de la Revolución
Industrial, iniciada en la Gran Bretaña, son los otros dos grandes procesos que
señalan esta transición histórica.

El proceso revolucionarios francés es, sin duda, el más importante


dentro del agitado panorama político del siglo XVIII. Es, además, uno de los
más polémicos. La historiografía se ha preocupado constantemente de él y son
muchos los escritos y los libros que presentan la revolución francesa como una
gran gesta o, por el contrario, un acontecimiento perjudicial y hasta
innecesario para Francia y la cultura occidental.

Hubo dos causas las cuales estas fueron:

• Las causas substanciales de la revolución francesa fueron en primer término


las arbitrariedades y abusos del antiguo régimen, ya mencionadas, y en
segundo lugar la acción de los filósofos y enciclopedistas.

• Las causas ocasionales de la revolución francesa fueron la debilidad de


carácter del nuevo rey Luis XVI y la grave crisis financiera.

Los factores que influyeron en la Revolución fueron los siguientes:

• Un régimen monárquico que sucumbiría ante su propia rigidez en el contexto


de un mundo cambiante; el surgimiento de una clase burguesa que nació siglos
atrás y que había alcanzado un gran poder en el terreno económico y que
ahora empezaba a propugnar el político; el descontento de las clases
populares; la expansión de las nuevas ideas liberales; la crisis económica que
imperó en Francia tras las malas cosechas y los graves problemas
hacendísticos causados por el apoyo militar a la independencia de Estados
Unidos.

• Aspectos políticos fueron fundamentales ideas tales como las expuestas por
Voltaire, Rousseau o Montesquieu (como por ejemplo, los conceptos de libertad
política, de fraternidad y de igualdad, o de rechazo a una sociedad dividida, o
las nuevas teorías políticas sobre la separación de poderes del Estado).

• Aspectos económicos fue la deuda del estado fue exacerbada por un sistema
de extrema desigualdad social y de altos impuestos que los estamentos
privilegiados, nobleza y clero, no tenían obligación de pagar, pero que sí
oprimía al resto de la sociedad.

• En su aspecto a la sociedad los franceses se distinguían tres estados o


clases:

1) El clero: era la primera de las clases sociales privilegiadas. Conservaba un


gran prestigio e influencia. Además recibía los diezmos de los fieles, poseían
extensas propiedades, que abarcaban la cuarta parte de la superficie de
Francia, y como si fuera poco, no pagaban impuestos.

2) La nobleza: esta era la segunda clase privilegiada formada por un número


de personas análogo al del clero, que poseían tierras de parecida importancia y
extensión. Percibían de los campesinos, que vivían en sus tierras, los antiguos
derechos feudales, y sólo pagaban impuestos en casos especiales.

3) En El Tercer Estado se distinguían distintas categorías, alguna de las


cuales había logrado privilegios. La capa superior del estado llano era la
burguesía; la inferior, los obreros y campesinos.

LA MÁQUINA A VAPOR

La idea de aplicar la máquina de vapor al transporte se llevó por primera


vez a la práctica ya en 1769 bajo la forma de un complicado artefacto,
destinado a correr sobre rieles, construido por un francés, Nicolás Cugrot.
Posteriormente, el inglés Richard Trevithick fabricó locomotoras (1801-1808), si
bien estas últimas habían sido pensadas sólo para el servicio de las minas de
hulla y tenían una aplicación limitada. El nacimiento del ferrocarril, el primer
vehículo terrestre movido por una fuerza no procedente de un animal, se
encuentra estrechamente ligado a la invención de la máquina de vapor, ideada
en el siglo XVII por James Watt.

La invención del ferrocarril tuvo lugar a comienzos del siglo XIX. Esta
nueva forma de transporte, que habría de alcanzar pronto una enorme difusión
precisaba, además de la fuerza impulsora de la máquina de vapor, de otro
elemento: un tipo específico de superficie por la que deslizarse, pues las
carreteras de la época eran incapaces de soportar un vehículo de tanto peso.
Los carriles de madera se conocían en Europa desde finales de la Edad Media;
en este momento serían sustituidos por los de hierro, aplicados ya en el campo
de la minería, donde estaban provistos de una sección de forma especial que
aumentaba la adherencia de las ruedas de las vagonetas. De hecho, podría
considerarse que éstas fueron los primeros trenes en miniatura.

A partir de la observación del trabajo en las minas, el ingeniero británico


Richard Trevithick ideó la primera locomotora de vapor que se desplazaba por
raíles, en 1804. Cuatro años después realizó la presentación del nuevo
vehículo, formado por una locomotora que arrastraba una vagoneta a lo largo
de un breve recorrido. Aunque el sistema acabó descarrilando, la experiencia
alentó nuevos intentos, que culminaron en la puesta en marcha de las
primeras locomotoras destinadas no ya a la simple demostración, sino a la
comunicación entre núcleos a distancia.

La construcción de una locomotora aplicada al transporte de carbón


constituyó un importante paso adelante. Fue obra del ingeniero británico
George Stephenson (1814), que por su trabajo en la mina estaba familiarizado
con el funcionamiento del motor de vapor. Su potencia era de 40 caballos

Finalmente, en 1825 fue abierto al público el primer ferrocarril a vapor:


un conjunto de vagones arrastrados por una locomotora que utilizaba esta
energía, que cubrió la distancia entre las poblaciones inglesas de Stockton y
Darlington Cinco años más tarde quedó inaugurado el tramo Liverpool-
Manchester, que aseguró el tráfico regular de mercancías y pasajeros entre
ambas localidades; la locomotora, la célebre Rocket, había sido construida por
el mencionado Stephenson. Con las mejoras apropiadas, el prototipo sería
utilizado en las máquinas futuras.

A mediados del siglo XIX se construyeron muchos kilómetros de vía


férrea, en torno a 1850 el ferrocarril de vapor había llegado ya a todos los
continentes.
FRANCISCO DE MIRANDA

El 28 de marzo de 1750, hace 256 años, nació en Caracas Francisco de


Miranda, héroe insigne de la revolución francesa, de Estados Unidos y
suramericana; autor de la bandera tricolor que hoy identifica a Venezuela y
luchador incansable por la libertad y la dignidad de los pueblos oprimidos del
mundo.

Calificado por Bolívar como «el más ilustre colombino», Miranda fue uno
de los primeros venezolanos en concebir la idea de la independencia.

Napoleón Bonaparte dijo: «Es un Quijote que no está loco, tiene fuego
sagrado en el alma».

Su nombre está grabado en el Arco de Triunfo de París; su retrato,


colocado en la Galería de los Personajes en el Palacio de Versalles y su estatua,
erigida frente a la del General Kellerman en el propio campo de Valmy, todo en
Francia.

Llegó a ser considerado por los británicos como el campeón de la


libertad de las Colonias Hispánicas de América; y el historiador venezolano
Mariano Picón Salas, lo llamó «el primer criollo de dimensión histórica
mundial».

Miranda pretendía formar un único Estado hispanoamericano


independiente desde el Missisipi hasta la Tierra del Fuego, para el cual había
proyectado una constitución, ideado un nombre -Colombia- e incluso diseñado
una bandera (la actual de Colombia, Venezuela y Ecuador). Pero su primer
intento de desembarcar en Ocumare fue rechazado por el capitán general de
Venezuela; y un segundo desembarco en Coro no despertó la adhesión que
esperaba por parte de los criollos, por lo que regresó a Europa en busca de
refuerzos (1807).

El 25 de enero de 1771, sin haber cumplido todavía los 21 años se


embarca para España, con el propósito de servir en el ejército real, dando con
esto inicio a un largo periplo que lo llevará a combatir en tres continentes:
África, Europa y América; y, a participar en tres de los eventos más
importantes de la historia universal contemporánea: la Independencia de los
Estados Unidos, la Revolución Francesa y la Revolución de Independencia
Hispanoamericana.

El futuro Mariscal de Francia no ha olvidado a su patria y mantiene


contacto con los "mantuanos" de Caracas, entre otros con el padre del
Libertador, Don Juan Vicente Bolívar, con Martín de Tovar y con el Marqués de
Mixares, por quienes se entera de la situación económica de Venezuela en
manos de los vascos de la Guipuzcoana (que controlará el monopolio de las
exportaciones de Venezuela hasta 1784). Mientras, los espías españoles tratan
de capturarlo en La Habana, lo que le obliga a fugarse a Filadelfia (Estados
Unidos), con la idea para pedir desde allí un salvo conducto al Rey de España
para hacerse presente en Madrid, "aclarar" su situación y demostrar su
honestidad. Mientras tanto viaja y estudia y hace contactos con la flor y nata
de los liberales de las trece colonias.

En 1810 regresó a Venezuela, a instancias de Bolívar y de la junta


revolucionaria formada en Caracas.

1811: Un Congreso proclamó la independencia de Venezuela, adoptando


una Constitución inspirada en la de los Estados Unidos.
1812: Miranda fue puesto al frente del ejército rebelde y se proclamó
dictador para detener el contraataque español. Pero fue derrotado y capituló
sin consultar a sus propios compañeros en aquel mismo año; desacreditado por
sus errores políticos y militares, y enfrentado tanto a los republicanos radicales
como a los terratenientes conservadores, fue arrestado por Bolívar y entregado
a los realistas, que le enviaron preso a España, donde murió.

SIMÓN BOLÍVAR

1.783 El 24 de Julio, nace en Caracas el Libertador de América. El 30 de Julio,


es bautizado con el nombre de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad
Bolívar y Palacios.

1.788 Recibe lecciones particulares de Literatura y Geografía que le da Andrés


Bello y en ese mismo año estudia Matemática y Física, en una academia
establecida en su propia casa por Fray Francisco de Andujar, con Bolívar
estudian otros jóvenes y luego el 4 de Julio ingresa al ejército como Sub -
Teniente de infantería, nombrado por el Rey de España Carlos IV.

1.802 Hace su primer viaje a Francia París entusiasmal (Enero -Marzo) A


mediodia del 26 de Mayo contrae matrimonio en Madrid, con María Teresa del
Toro y Alayza. Regresa a Caracas el 12 de Julio y se establecen en la Hacienda
de San Mateo.

1.803 El 22 de Enero muere su esposa en Caracas, Bolívar regresa a finales de


este mismo año a Europa (Octubre)

1.804 El 18 de Mayo en Paris presencia la coronación de Napoleón.

1.805 En la primavera de este año parte para Italia con su maestro Don Simón
Rodríguez, y jura en Roma, en el Monte Sacro, no dar descanso a su brazo ni
reposo a su espíritu hasta liberar a su patria y consagra su vida a la
independencia de la América Española (15 de Agosto)

1.810 El 19 de Abril se da el primer paso para la independencia de Venezuela.


El 10 de Junio parte para Londres en una misión diplomática. Encuentro de
Bolívar, Miranda y Bello, en Londres. 5 de Diciembre regresa a Caracas.

1.811 El 4 de Julio pronuncia un acalorado discurso ante tal sociedad


patriótica, en el que manifiesta abiertamente su ansiedad y angustia por influir
en la mente del Congreso, para que tome decisión de la libertad absoluta. El 5
de julio, una vez proclamada la Independencia, Bolívar se incorpora al ejército
y con el grado de Coronel contribuye, bajo las órdenes de Miranda, al
sentimiento de Valencia, recibe allí un bautismo de fuego (23 de Julio)

1.812 Asume el mando de Puerto Cabello. 30 de Julio. En la Guaira, participa


en la detención de Miranda. Logra salir de Caracas. 15 de Diciembre pública el
Manifiesto de Cartagena.

1.813 Comienza su extraordinaria campaña militar en la cual alterna victorias,


hasta 1.818. En Mayo emprende la liberación de Venezuela con una campaña
admirable desde la frontera del Táchira hasta Caracas, donde entra triunfante
el 6 de Agosto. El 15 de Junio, en Trujillo dicta el decreto de Guerra a Muerte. El
14 de Octubre, la municipalidad de Caracas le confiere el título de Libertador y
obtiene una gran Batalla de Sucre.
1.815 6 de Septiembre escribe la famosa carta de Jamaica. Intento de
asesinato.

1.815 24 de Julio: Aclamado Jefe Supremo

1.819 17 de Febrero: Instalación del Congreso de Angostura. Discurso.

17 de Diciembre: el Congreso decreta la creación de la Gran Colombia y


Bolívar es nombrado presidente.

24 de Junio resulta vencedor en las Sabanas de Carabobo, liberando así a


Venezuela.

El 24 de Junio de 1830 sale para Cartagena, allí recibe el 1 de Julio la noticia


del asesinato de Sucre.

El 17 de Diciembre a la 1:00 de la tarde, fallece en Santa Marta Colombia el


libertador Simón Bolívar.

COLONIZACIÓN DE AMÉRICA

En el siglo XV ya se sabía que la Tierra era redonda. Pero aún había


enormes regiones que no tenían ninguna relación entre sí. En los poros de la
sociedad feudal europea comenzaba su desarrollo un nuevo sistema: el
capitalismo. La producción artesanal en ciudades que iban adquiriendo un peso
creciente, el comercio entre ellas y con el Lejano Oriente (China y la India),
iban a revolucionar la vida de toda la humanidad. La llegada de Colón a lo que
se llamó América provocó un salto inmenso en ese proceso.

Grabado publicado en la primera historiografía sobre la conquista


española del nuevo continente (Décadas 1601/1615).

En 1453, la expansión del Imperio Otomano (Turquía hoy) cortó la ruta


del mar Mediterráneo para llegar desde Europa a las Indias Orientales y la
China. Un navegante genovés, llamado Cristóbal Colón, estaba convencido de
que se podía llegar a la India navegando en línea recta hacia el occidente.
Logró el apoyo de los reyes de España y en 1492 puso en marcha tres
pequeñas carabelas. Luego de 33 días desembarcaron en el Caribe, en las
Bahamas, en la isla Guanahaní, a la que bautizaron San Salvador. Festejaron la
llegada a las “indias occidentales”. Aunque no lo sabían, se habían tropezado
con un continente inmenso y desconocido hasta entonces para Europa y Asia.
En menos de un siglo se produjo la total globalización geográfica del mundo.
Se instalaba por primera vez un sistema económico mundial, basado en la
búsqueda permanente de ganancias y una tremenda explotación de unos
hombres por otros nunca antes vista.

Piedra y bronce contra la “civilización” europea

Los pueblos americanos vivían entre la Edad de Piedra y la Edad de


Bronce. No existían ni la rueda ni la utilización del hierro. Toda la actual
Norteamérica y gran parte del sur del continente, en Chile, Argentina, Uruguay
y Brasil, eran tribus de recolectores, cazadores y agricultores. Américo
Vespucio describió a los caribeños diciendo que vivían en armonía con la
naturaleza, no tenían propiedad privada de nada, ni rey, ni a quién obedecer.
Como marxistas, los llamaríamos comunistas primitivos.

El genocidio

Según el sociólogo e historiador brasileño Darcy Ribeyro, “Los indios de


las Américas sumaban no menos de setenta millones, y quizás más, cuando los
conquistadores extranjeros aparecieron en el horizonte. Un siglo y medio
después, se habían reducido a sólo tres millones y medio.” (Las Américas y la
civilización).

En la América hispana, gran parte de la población originaria murió


contaminada por las bacterias y virus traídos por los europeos. Por ejemplo,
viruela, tétanos, venéreas, tifus y lepra. La otra parte murió por las terribles
condiciones de trabajo en las minas. La escasez de mano de obra se
“solucionó” trayendo negros africanos obligados a trabajar como esclavos.

La resistencia

Durante cuatro siglos hubo oleadas de luchas contra los conquistadores.


Tupac Amaru es el símbolo de la resistencia de los pueblos andinos. Encabezó
una insurrección en 1780. Lo descuartizaron atándolo a cuatro caballos. En
Norteamérica la última gran batalla de las tribus sioux se dio en 1876, cuando
lograron exterminar al Séptimo Cuerpo de Caballería dirigido por el general
Custer en la batalla de Little Big Horn. Pero ya estaban diezmados y en
retroceso, luego de que habían sido expulsados de la mayor parte de sus
tierras originarias en todo el país.

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