Por fin, los que todava no recibieron el Evangelio, estn ordenados al
Pueblo de Dios por varias razones. En primer lugar, por cierto, aquel pueblo a quien se confiaron las alianzas y las promesas y del que naci Cristo segn la carne (cf. Rom., 9,4-5); pueblo, segn la eleccin, amadsimo a causa de los padres; porque los dones y la vocacin de Dios son irrevocables (cf. Rom., 11,28-29). Avances 16