y no asciende por l la savia que lo invade hasta brotar en hojas. Ya no habita
en l la conexin entre el cielo y la tierra,
la lluvia de los pjaros, la estrella verdeante
del fruto que atesora la pulpa de los hombres. Ya no brotan palabras de este tronco sin vida. Y sin embargo, en su vaco escucho un silencio anterior a la tierra y el cielo, una palabra sola, anterior al lenguaje,