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Medita sobre esto y saca tus

propias conclusiones.

Reunión del
Mal
La Reunión de Satanás
Satanás convocó una Convención mundial
de demonios. En su discurso de apertura, dijo:
No podemos impedir que los cristianos vayan a
sus templos.
No podemos impedirles que lean sus Biblias u
otros libros que les ayuden a conocer la
verdad. Ni tampoco podemos impedirles que
formen una relación íntima con su Salvador.
Cuando consiguen esa conexión con
Jesucristo, nuestro poder sobre ellos cesa.
Entonces vamos a dejarlos ir hacia sus
templos, vamos a dejarlos con los
festejos que en ellos organizan, PERO,
vamos a robarles el TIEMPO que tienen,
de manera que no les sobre tiempo
alguno para desarrollar una relación con
Jesucristo. Lo que quiero que hagan es lo
siguiente, dijo el Diablo:
Distraerlos al punto de que no consigan
aproximarse a su Salvador.

¿Cómo haremos esto?


Gritaron sus demonios.
Les respondió:
Manténganlos ocupados en las cosas
menos esenciales de la vida, e inventen
innumerables asuntos y situaciones que
ocupen sus mentes.
¡¡Llévenlos a gastar, gastar y gastar,
a pedir prestado, a pedir créditos y que
vivan endeudados!!
Que la tecnología sea lo esencial en sus
vidas. Que no puedan vivir sin su teléfono
celular, sin su computadora de última
generación, sin su coche, hay que
entretenerlos... ¡¡para que no piensen en
Dios!!
Persuadan a las esposas para que trabajen
durante largas horas, y a los maridos para
trabajar 6 a 7 días por semana, durante 10 a
12 horas o más por día, con el fin de que
ellos tengan capacidad financiera para
mantener sus estilos de vida fútiles y vacíos
en los países adelantados, y para sobrevivir
miserablemente en los demás países.
Generen situaciones que les impidan pasar
tiempo con sus hijos.
A medida que sus familias se vayan
fragmentando, enseguida sus hogares ya
no ofrecerán más un lugar de paz para
refugiarse de las presiones del trabajo.
Estimulen sus mentes con tanta
intensidad, que ya no puedan escuchar
más aquella voz suave y tranquila del
Creador que orienta sus espíritus.
Llenen las mesas de todos los lugares
con revistas y periódicos. Coloquen
televisores en todas partes.
Bombardeen sus mentes con
noticias, noticias, 24 horas al día.
Invadan sus mentes en los momentos
en los que están conduciendo,
haciéndolos prestar atención a
publicidades diversas y llamativas.
Inunden sus buzones de correo con
papeles totalmente inútiles, catálogos
de ventas por correo, loterías, ofertas
de productos gratuitos, servicios, y
falsas esperanzas.
Mantengan lindas y delgadas modelos en las
revistas y la TV, para que los hombres crean
que la belleza externa es lo único importante,
y queden cada vez más insatisfechos con sus
propias esposas.
Hagan que lo único que quieran las esposas
sean las telenovelas, los perfumes y la
cosmética. Que estén demasiado cansadas
para amar a sus maridos por la noche. Si ellas
no dan a sus maridos el amor que necesitan,
ellos empezarán a buscarlo en otro lugar, y
esto, sin duda, fragmentará sus familias
rápidamente.
Dénles a Papá Noel, para que se olviden de
la necesidad de enseñar a sus hijos el
significado real de la Navidad.
Que se venda el huevo de Pascua, y el conejo
también, para que no hablen sobre la
resurrección de Jesús, y su poder sobre el
pecado y la muerte.
Hasta incluso cuando se divirtan, distraídos,
que sea todo hecho con excesos, con mucho
ruido, para que sigan incomunicados y para
que al regresar de allí a sus casas, estén
exhaustos y no piensen.
Manténganlos de tal modo ocupados que ni
se les ocurra pasear o estar en la naturaleza,
para reflexionar en la creación de Dios. Al
revés de eso, mandénlos hacia los centros
comerciales, acontecimientos deportivos,
after-office, obras de teatro vulgares,
recitales y conciertos y al cine, cuanto más
degradante, mejor.
¡Que estén siempre ocupados, ocupados!
Y cuando se reúnan para un encuentro, o una
reunión espiritual, envuélvanlos en críticas y
conversaciones sin importancia, para que al
salir lo hagan con la conciencia pesada y las
mentes apagadas.
Llenen sus vidas con tantas causas nobles e
importantes para defender que no tengan
tiempo alguno para hacer un bien real fuera
de la rebeldía. En poco tiempo estarán
buscando en estas causas las soluciones para
sus problemas personales.
Que vivan dominados por sus más bajos
instintos. A quienes insinúen que todo es una
vil manipulación, háganlos pasar por locos,
por dementes, por insanos. Y,
fundamentalmente háganles creer que todo es
natural, que no surge de nosotros, porque...
¡El Diablo no existe! ¡Já já já já já já!
¡Todo esto va a funcionar!
  

¡Va a funcionar! –gritó Satanás.

Los demonios lanzaron alaridos


escalofriantes de felicidad y partieron
ansiosos para cumplir las determinaciones
de su astuto jefe.
En pocos años, hicieron que los cristianos,
y el resto de la humanidad, quedasen
ocupados, atareados, agobiados, yendo
apresurados de aquí para allí y viceversa,
teniendo poco tiempo para contar a otros
el poder de Dios y para reunirse
con sus familias.
En tu vida
¿Tuvo éxito el Diablo en
sus maquinaciones?

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