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La medicina intensiva
fuera de la UCI
(outreach services)
P. Galdós Anuncibay
Servicio de Medicina Intensiva. Hospital General de Móstoles. Madrid

INTRODUCCIÓN
La traducción y definición explicativa del tér- nueva visión de la atención del paciente crí-
mino inglés outreach services sería: «La ex- tico, que se produce de forma progresiva tras
tensión de los servicios más allá de los límites un periodo prolongado de desarrollo de la
actuales o más allá de los usuales» (1). En me- especialidad, y se asienta en conceptos cono-
dicina intensiva, la descripción podría concre- cidos, previamente desarrollados, y en la co-
tarse en «la aplicación de la práctica fuera de rrección de errores de actitud, que probable-
la unidad de cuidados intensivos: la atención mente estaban justificados hace años.
al paciente crítico fuera de las unidades espe-
cíficas». Y, con mayor detalle, «la vigilancia Desde finales de la década de 1960, el cui-
fuera de la UCI, para detectar enfermos que dado intensivo del paciente grave se ha de-
tienen alta probabilidad de precisar tratamiento sarrollado de forma progresiva, acompasado
intensivo, para prevenir su empeoramiento o a la aparición de nuevos tratamientos médi-
iniciar el tratamiento precozmente, adelantando cos y técnicas quirúrgicas cada vez más reso-
su admisión o evitando su reingreso en UCI». lutivos pero más agresivos. El esfuerzo reali-
La denominación habitual en el ámbito anglo- zado en la primera mitad de nuestra historia
sajón es Outreach Services o Medical Emer- se basó en el aprovechamiento de la concen-
gency Team (MET). En castellano, podría de- tración de recursos personales y de equipa-
nominarse equipo de emergencias médicas miento, y en el aprendizaje de la fisiopatolo-
intrahospitalario (EEM o EMI), equipo de UCI gía del paciente crítico y su tratamiento efectivo.
fuera de UCI o equipo de UCI en planta (2). Con rapidez se buscaron métodos para defi-
nir la gravedad y el pronóstico de los enfer-
Sin ánimo de hacer una descripción histórica, mos, optimizando en la medida de lo posible
este capítulo pretende poner de relieve una el consumo de recursos, dirigiéndolos a quie-
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nes más podrían beneficiarse. La evidente efec- Es evidente que existe un conflicto no bien
tividad del tratamiento intensivo aumentó rá- estudiado en la interfase UCI-planta: bajo ni-
pidamente la demanda y se incrementaron vel de cuidados en planta, mayor demanda
los recursos para atender a cada vez más pa- de ingreso, escasa disponibilidad de camas
cientes. La conversión progresiva de los hos- de UCI, desconfianza entre profesionales, etc.
pitales de antaño en los hospitales de agudos Hoy somos muy conscientes de lo que sig-
de hoy día supone también que ha aumen- nifica el retraso en el tratamiento intensivo
tado la gravedad de los pacientes atendidos, y, salvo por un elevado índice, se procura
que junto con la mayor agresividad de los ingresar en la UCI a aquellos enfermos con
tratamientos incrementa el número de enfer- gran potencial de convertirse en críticos,
mos tratados en las UCI (3-5). con el convencimiento de que prevenir o
tratar precozmente mejora el resultado con
Por otra parte, la demanda social de una po- un menor coste.
blación envejecida, pero con buena calidad de
vida, ha hecho que se apliquen tratamientos La aplicación de la medicina intensiva (MI)
a pacientes que en las décadas de 1970 y 1980 fuera de la UCI es, desde luego, una activi-
hubieran sido rechazados. Este importante au- dad conocida. El esbozo de lo que hoy son
mento de la demanda, sin un incremento servicios de cuidados intensivos fuera de la
proporcional de la disponibilidad de recursos UCI fue la organización de la reanimación car-
(número de camas de UCI), ha obligado al in- diopulmonar (Plan Nacional de RCP de la
tensivista a ser restrictivo en la admisión a UCI. SEMICYUC, 1983) en su doble vertiente: la
Dada su clara posición de ventaja, frecuente- atención de las paradas producidas en la planta
mente el intensivista encontraba que la pro- del hospital y la enseñanza y entrenamiento
puesta de ingreso de un paciente era dema- a médicos y enfermeras de planta. Pero no
siado precoz o muy tardía. Tras esta actitud se limita a lo anterior, sino que el intensivista
se escondía la desconfianza hacia los médi- sale de la UCI de forma habitual en respuesta
cos de planta, no siempre atentos al paciente a la demanda de los médicos responsables del
ingresado, frecuentemente por otras ocupa- enfermo que se vuelve inestable en planta o
ciones, o por falta de entrenamiento en de- en urgencias, para valorarlo antes de admi-
tectar signos de empeoramiento. También era tirlo en la UCI. El transporte intrahospitala-
necesario soportar la presión de los médicos rio del enfermo crítico es otra actividad ha-
responsables de planta del hospital, con una bitual del intensivista fuera de la UCI (5). De
vehemente demanda de ingreso de sus en- forma esporádica, se realizan actividades ex-
fermos en UCI, o de lo contrario, conseguir tra-UCI, como la nutrición parenteral o la
del intensivista la decisión firmada de no rea- implantación de vías venosas centrales y se-
lizar maniobras terapéuticas extraordinarias. Y doanalgesia para intervenciones diagnósticas
una vez ingresado el enfermo, los médicos o terapéuticas.
de planta siempre han considerado demasiado
corto el tiempo de estancia en UCI cuando se Todo ello pone de relieve que en nuestro
recupera. entorno se practica la actividad propia de la
UCI fuera de ésta (outreach o outdoor) desde
Otro rápido aprendizaje fue que las altas re- el comienzo de la especialidad. Pero hasta
lativamente precoces, o aquellas que se pro- ahora otras actuaciones fuera de la UCI son
ducían antes del fin de semana, incrementa- disciplinas a las que no se está habituado y
ban la mortalidad en planta o, en el mejor de no se han considerado responsabilidad pro-
los casos, la readmisión del enfermo. En hos- pia. Por algunas razones de las aquí men-
pitales de ámbito nacional, con reducido nú- cionadas, se levantaron los muros de las UCI.
mero de camas, los reingresos podían alcan- Esta idea de enclaustramiento es tan actual
zar el 10 % de las altas. que ha motivado el tema del último congreso
de la ESICM (Amsterdam, septiembre 2005):
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LA MEDICINA INTENSIVA FUERA DE LA UCI (OUTREACH SERVICES) 223

BIEN Deterioro Nivel 0: enfermos de planta


Nivel 1: riesgo de deterioro
Nivel 2: fallo de un órgano
Nivel 3: fallo respiratorio o
Desarrollo de la de más órganos
enfermedad crítica 0

2
3
ENFERMO

Tiempo

Fig. 1. Niveles de dependencia (30).

«Enfrentando el desafío: cuidados intensivos La atención de los pacientes críticos fuera de


sin muros». la UCI es más frecuente en admisión de ur-
gencias, donde los médicos allí asignados apli-
La conclusión de lo que antecede es que de- can los primeros cuidados de mantenimiento
bemos convertir en realidad el mensaje de que del paciente de forma coordinada con los in-
el «intensivista debe acudir allí donde el en- tensivistas. Incluso en alguna comunidad au-
fermo crítico se encuentre», según consta en tónoma, los servicios de medicina intensiva y
el Plan Estratégico de SEMICYUC (6, 7). de urgencias están unidos administrativamente
para facilitar la atención del paciente urgente.
No es necesario derruir muros, sino abrir puer- El cometido de los equipos de cuidados in-
tas para circular. El camino está hecho. Se trata tensivos en urgencias es el tema de un capí-
de asegurar la interfase entre la actividad den- tulo específico en esta monografía, por lo
tro de la UCI y fuera de ésta, optimizándola por que no se mencionará aquí de forma expresa.
la presencia sistemática del intensivista, la en-
señanza y entrenamiento del personal de planta El doctor Baigorri, en el capítulo correspon-
para que detecte precozmente la gravedad del diente a cuidados intermedios, ha descrito grá-
enfermo y lo comunique, y documentando esta ficamente el puesto que ocupa la atención
actividad para darla a conocer y demostrar su de cuidados intensivos fuera de la UCI (Criti-
efectividad. Esto es, normalizar, ampliar, insti- cal Care Outreach o Medical Emergency Team),
tucionalizar y contabilizar la actividad que los para evitar tratamientos «subóptimos», como
intensivistas desarrollan fuera de la UCI. mencionaremos a continuación (fig. 1).

RAZONES PARA APOYAR LA CREACIÓN DE UN EQUIPO


DE CI QUE ACTÚE FUERA DE LA UCI
(CRITICAL CARE OUTREACH O MEDICAL EMERGENCY TEAM, MET)
El retraso en el diagnóstico y el tratamiento proporción entre gravedad y cuidados, son
correctos en pacientes graves, así como la des- causa de un claro empeoramiento del resul-
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tado. Esto se ha demostrado en pacientes gra- En pacientes sépticos, el empleo de una es-
ves, sin considerar la causa; y en otros casos, cala similar al SOFA para avisar al equipo de
con patologías específicas. Por este motivo, UCI fuera de ésta cuando la puntuación su-
se analizan algunas circunstancias que con- peraba un determinado nivel permitía tratar
ducen al tratamiento inferior al requerido, in- precozmente en planta, sin necesidad, en mu-
correcto o insuficiente en planta, ejemplo de chos casos, de ingreso en UCI (17). Dada la
otras muchas que no se mencionan. frecuencia progresivamente creciente de la sep-
sis y la imposibilidad de admitir a todos ellos
en la UCI, este procedimiento supone una apre-
Sepsis y shock ciable ventaja.

En el año 2002 se inició una campaña para la


reducción de la mortalidad causada por la sep- Parada cardiorrespiratoria
sis en un 25 % (Surviving Sepsis Campaign:
www.survivingsepsis.org). Las recomendacio- La situación extrema del retraso en el diag-
nes, con diferentes rangos de evidencia cien- nóstico es la parada cardiaca. En la UCI, la mo-
tífica, insisten en que las actuaciones de re- nitorización permite atender situaciones de
sucitación deben realizarse tan pronto como máxima gravedad, evitándolas; no es muy
sea posible, dentro de las primeras 6 horas frecuente que los enfermos mueran súbita-
(8, 9). En particular, algunas directrices de esta mente (18, 19), y si la parada ocurre, el re-
campaña aconsejan iniciarlas aún en menos sultado es siempre mejor que en la planta (20).
tiempo, como la administración intravenosa Pero con frecuencia el deterioro catastrófico
de antibióticos durante la primera hora des- está precedido por alteraciones fisiológicas
pués del diagnóstico de sepsis. El retraso en que, en las áreas de hospitalización general,
la administración o una terapia empírica ina- no se reconocen, pasan desapercibidas o se
decuada, que requiere posterior modificación tratan de forma incorrecta o ineficaz, gene-
del tratamiento y que, por lo tanto, comienza rándose la parada cardiaca (21-23). Entre un
su eficacia tardíamente, se asocian a una ma- 50 y un 84 % de los pacientes que sufren
yor mortalidad (10-13). parada cardiaca han presentado previamente
alguna inestabilidad fisiológica (24).
Se ha confirmado que existe un continuo in-
cremento de la gravedad desde el síndrome Para la RCP, el médico intensivista es asistido
de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) a la por las enfermeras de la planta, que aunque
sepsis, a la sepsis grave y al shock séptico, hayan realizado cursos homologados de RCP
que se acompaña de peor resultado con pro- no mantienen el adecuado entrenamiento por
gresivo aumento de la mortalidad (14, 15). El la frecuente renovación del personal de en-
tiempo transcurrido sin iniciar el tratamiento fermería, porque no se repiten los cursos de
es determinante del resultado, y la perma- aprendizaje o porque la frecuencia de pre-
nencia en planta puede retrasarlo. sentación de la parada es escasa. Reciente-
mente, se ha comprobado que el resultado
Como una actividad fuera de la UCI, se ha de la RCP en el hospital no es bueno. Las guías
propuesto el Código shock, con la forma- recomendadas son demasiado complejas, por
ción necesaria del personal de planta y el em- lo que no se siguen (25, 26). Por lo tanto, es
pleo de un adecuado protocolo de atención necesario disponer de un equipo de enfermería
precoz de cualquier tipo de shock (9, 16). Los de UCI bien entrenado que atienda la RCP en
datos publicados hasta ahora en este sen- planta. Sería, sin duda, una extraordinaria ven-
tido pueden considerarse preliminares, pero taja para asegurar que la reanimación es co-
muy esperanzadores; la precocidad y los pro- rrecta, independientemente del resultado que,
tocolos de actuación parecen reducir la mor- en términos generales, no es bueno. El 86 %
talidad. de 207 hospitales de Estados Unidos disponen
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de un equipo de emergencia las 24 horas, sos se estimó que el ingreso en UCI fue tar-
todos los días (27). En el 44 % de 14.720 dío. Además, una parte de estos ingresos se
paradas cardiacas intrahospitalarias contabili- hubieran evitado con un adecuado tratamiento
zadas se recuperó la circulación espontánea, desde el ingreso. La vigilancia y monitoriza-
pero la supervivencia al alta hospitalaria fue ción de la permeabilidad de la vía aérea, de
de 17 %, lo que significa una escasa mejora la respiración y circulación, y del aporte de oxí-
a lo largo de 40 años. Tal vez la solución sea geno es, con frecuencia, insuficiente («su-
ampliar el ámbito de actuación de los equi- bóptima») en la planta de hospitalización ge-
pos de emergencia para prevenir, en lugar de neral. Y las principales causas que lo motivan
tratar, la parada cardiaca, y asegurar una rá- son el fallo de organización, la falta de cono-
pida actuación (20). La supervivencia depende cimiento, de apreciación de la urgencia clínica,
de la presencia de un equipo de emergencia de experiencia o de supervisión, y el fracaso
y de que la actuación se inicie en menos de para solicitar ayuda o consejo.
3 minutos.

La magnitud del problema puede describirse Disponibilidad de camas


con otros datos elocuentes, obtenidos en 1999 de cuidados críticos
en un hospital general del Reino Unido (28).
La tasa de paro cardiaco fue de 3,8 por cada En España, en 1999, las camas de UCI eran
1.000 admisiones; la supervivencia al alta, del el 3 % del total de camas hospitalarias. Prác-
14 %; el 62 % de las paradas se considera- ticamente todos los países de nuestro entorno,
ron potencialmente previsibles. Los paros fue- excepto el Reino Unido, con un 2,6 % (30),
ron más habituales durante el fin de semana, tenían un porcentaje más elevado. Aunque en
cinco veces más frecuentes en planta que en el Reino Unido se ha experimentado un in-
UCI, y la probabilidad de sobrevivir fue signi- cremento posterior, tanto en UCI como en uni-
ficativamente mayor cuando el paro se pro- dades de alta dependencia (unidades de in-
dujo en UCI. Cabe destacar que los signos pre- termedios), sólo existen 0,6 camas de críticos
vios de deterioro no fueron atendidos en la por cada 10.000 habitantes, mientras que en
mitad de los casos de parada cardiaca. Estados Unidos alcanzan cifras de 4,4. Gold-
hill describe esta carencia como el «critical care
En resumen, la reanimación de las paradas car- gap» de los hospitales británicos (31). Esto sig-
diacas en planta no ofrece resultados acepta- nifica que los pacientes atendidos en planta
bles. Si el tratamiento no es eficaz, será pre- requieren un elevado nivel de cuidados por-
ciso prevenir. Y buena parte de las paradas que no pueden ser admitidos en UCI por falta
presentan signos previos de alerta. de camas.

En una UCI inglesa, cerca del 30 % de los


Tratamiento inferior enfermos fueron dados de alta con una pun-
al requerido («subóptimo») tuación TISS mayor de 20, lo que supone una
necesidad de cuidados de enfermería y trata-
Es seguro que los profesionales de cuidados miento médico muy elevados. Estos pacien-
intensivos conocen numerosos casos de aten- tes tuvieron una mortalidad significativamente
ción «subóptima» en planta. Para valorar la superior que los dados de alta con una pun-
frecuencia del tratamiento «subóptimo», dos tuación TISS menor (32). Se demuestra así una
evaluadores externos juzgaron el cuidado ad- de las causas de tratamiento inferior al re-
ministrado a 100 pacientes consecutivos (29) querido.
y ambos estuvieron de acuerdo en que 54 re-
cibieron una calidad de tratamiento inferior a En España las necesidades de camas son muy
lo requerido. La mortalidad en este grupo fue variables, dependiendo de cada hospital, pero
mucho más elevada y en el 39 % de los ca- puede afirmarse que, aunque de forma irre-
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gular, este factor también es responsable del En un total de 168 hospitales, la mayor parte
tratamiento inadecuado en planta. de ellos con alto nivel de cualificación, se es-
tudió el resultado de más de 230.000 pacientes
y el grado de satisfacción de más de 10.000
Duración de la estancia enfermeras (36). La proporción enfermo/en-
en planta fermera variaba entre 5/1 y 7/1. El incremento
de un enfermo por enfermera significaba un
Para establecer la relación entre la mortalidad aumento de la probabilidad de insatisfacción,
y la duración de la estancia en planta se es- desmotivación y agotamiento (burnout) en la
tudiaron 7.190 pacientes ingresados en UCI enfermería y un incremento del riesgo de
procedentes de planta (33). Una mediana de muerte del 7 %. Si la proporción entre en-
estancia previa en planta antes del ingreso en fermo/enfermera se duplicaba (4/1 a 8/1), se
UCI superior a 3 días se asoció con una mor- producían cinco muertes más por cada 1.000
talidad significativamente más elevada que enfermos.
en estancias inferiores El aumento de la mor-
talidad fue progresivo en relación al incremento En otro estudio, cuando el porcentaje de en-
de la estancia previa, desde menos de 3 días fermeras entrenadas y con formación teórica
a más de 15, variando del 47 al 67 % (mor- aumentaba sobre el total de enfermería, se re-
talidad estandarizada de 1,09 a 1,39). La es- dujeron la estancia media y la incidencia de
tancia previa se comporta como una variable infección urinaria, hemorragia gastrointestinal,
independiente predictora de mortalidad. neumonía, shock y parada cardiaca (37).

Este estudio sugiere también el frecuente tra-


tamiento «subóptimo» administrado en planta, Atención inmediata
y que las decisiones de la admisión en UCI al politraumatizado
deberían haberse tomado con mayor antela-
ción. Efectivamente, el 20 % de los pacientes La valoración del paciente traumatizado y la
sufrió parada cardiaca en planta, lo que su- reevaluación durante al menos 24 horas se
pone la tercera parte de la mortalidad total. ajusta a un protocolo en el que no siempre está
En la medida en que el diagnóstico es difícil incluido el ingreso en UCI y es, desde luego,
de alcanzar, y el tratamiento más complejo, una función del intensivista evitar que el tra-
las decisiones se retrasan. tamiento se retrase (38). Seguramente, la ins-
tauración de un sistema de «UCI fuera de la
Los pacientes de planta, en el momento del UCI», podría mejorar el resultado de estos
ingreso en UCI, tienen habitualmente anor- enfermos en la fase aguda del traumatismo,
malidades en sus constantes fisiológicas, y un particularmente en la primera hora. Los equi-
11 % de ellos tienen tres o más alteraciones. pos de atención al paciente politraumatizado
No es usual que éstas sean detectadas pre- están descritos desde antes de la década de
cozmente, lo que origina un incremento de 1990 (39).
la mortalidad (34, 35).

Cardiopatía isquémica
Dotación de enfermería en
planta y nivel de formación Es innecesario mencionar que la fibrinólisis en
el infarto agudo de miocardio con elevación
En relación con lo anterior, la elevada pro- del segmento ST mejora la supervivencia en
porción de enfermos que debe atender una relación directa al tiempo transcurrido (40).
enfermera, y la falta de cualificación teórica y El diagnóstico precoz en pacientes ingresados
práctica de cada una, se relaciona significati- o admitidos en el servicio de urgencias es cru-
vamente con un peor resultado. cial. En España, el tiempo puerta-aguja (desde
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que ingresa el paciente en urgencias hasta incluyen el procedimiento quirúrgico, la reserva


que se inicia la trombólisis), se acortó hasta fisiológica del paciente y los problemas de sa-
niveles óptimos por medio del registro ARIAM. lud crónicos, así como la edad en sus extre-
Esta mejora responde al correcto acuerdo mos (muy joven o muy anciano).
entre el equipo de urgencias y el de UCI que
sale a tratar al paciente. En un estudio, hasta el 5 % de pacientes qui-
rúrgicos de un total de más de 2.000 conse-
La comunicación directa con las UCI desde cutivos tuvieron complicaciones que podían
las unidades móviles a través de cualquier comprometer su vida (43). Los autores del es-
mecanismo de telecomunicación es, sin duda, tudio consideran que el resultado podría me-
una forma más de actuación de la UCI fuera jorarse si el deterioro inicial se pudiera preve-
de ésta; desde el apoyo en el diagnóstico al nir o manejar de forma precoz y agresiva.
médico que se encuentra en el domicilio del
paciente, a la aceptación del enfermo en la Sin embargo, en el Reino Unido, algunos re-
UCI del hospital, que así ingresa directamente gistros muestran que las muertes posoperato-
sin la habitual, y a veces larga e innecesaria, rias ocurren después de transcurridos más de
parada en el servicio de urgencias. 5 días desde la cirugía. Sólo el 5 % de 1.606
fallecimientos se produjo en quirófano o en re-
Esta actividad posible de telemedicina no sólo animación; del resto, el 16 % de los pacientes
se limita a lo mencionado, sino que abarca fueron enviados a planta aunque se conside-
también el apoyo de unas UCI a otras y al- rara que debían permanecer en UCI o semiin-
gunas mejoras docentes (41). tensivos, y el 40 % falleció en la UCI (44).

Ante estos datos, parece justificada la intro-


Atención al paciente ducción de un equipo de UCI fuera de UCI
quirúrgico para detectar el empeoramiento de aque-
llos enfermos que van a morir en planta a
La mortalidad posoperatoria está condicionada, los 5 días o más de la intervención. No tiene
en parte, por el estado preoperatorio y pero- sentido que los resultados empeoren de-
peratorio del paciente (42). La evidencia su- bido a la falta de una cadena de atención
giere que los factores asociados al resultado adecuada para el paciente posoperatorio.

DESARROLLO DE LOS MODELOS DE CUIDADOS INTENSIVOS


FUERA DE LA UCI

El desarrollo de los modelos de UCI no es re- y en esta línea se han desarrollado sistemas
ciente, ya se ha mencionado la antigua cons- con el mismo propósito en los últimos años.
titución de los equipos de RCP, con sus de- El primero de ellos, con el apoyo, recomen-
fectos y virtudes. Y mucho antes, en 1972, dación y recursos del Instituto Británico de la
Peter Safar, promotor de estas nuevas con- Salud (47, 48). Las directrices de la Sociedad
ductas en cuidados intensivos, señalaba que Británica de Cuidados Intensivos, publicadas en
«el más complejo cuidado intensivo a menudo 2002, desarrollan cuidadosamente este mo-
llega a ser innecesariamente costoso cuando delo (49), que asienta sobre dos sistemas, el
el enfermo se encuentra en estado terminal y Medical Emergency Team (MET) (50) y el Pa-
han fallado los sistemas pre-UCI» (45). tient at Risk Team (PART) (51). El propósito es
reemplazar los equipos de parada cardiaca
Más recientemente, en 1996, se proponía em- por otros que identifiquen en estadios preco-
plear los recursos de la UCI más allá de ésta (46), ces a los enfermos que están desarrollando una
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enfermedad crítica y atenderlos con rapidez y y, también, del tiempo de cobertura: las 24 ho-
experiencia (49). Estos sistemas también están ras del día o tan sólo 12 o 16 horas durante
introducidos en Australia y Nueva Zelanda. el día.

Simultáneamente, el Institute for HealthCare Como ejemplo, en un hospital australiano for-


Improvement, de Estados Unidos, ha desarro- man el equipo de emergencia médica un mé-
llado un programa con el que espera evitar dico y una enfermera especializados en me-
100.000 muertes en 18 meses, poniendo en dicina intensiva desde las 8:00 hasta las 20:00
práctica medidas demostradas eficaces inclui- horas (53). El resto del tiempo no hay un equipo
das en seis apartados específicos (52) (tabla 1). de emergencia médica, sólo la actividad ha-
Todas afectan a la conducta de los intensivis- bitual del intensivista de guardia. En este caso,
tas, y particularmente la creación de «Equi- el hospital recibe 60.000 pacientes por año,
pos de respuesta rápida ante emergencias hos- y tiene 21 camas de UCI y 1.700 enfermos
pitalarias». Las recomendaciones son semejan- críticos anuales.
tes a las británicas y conformes a la bibliografía
que se cita en este capítulo. En otro hospital, del Reino Unido, el equipo
está integrado por seis enfermeras entrena-
Es imprescindible señalar que el equipo de UCI das en MI, para la atención fuera de UCI du-
fuera de UCI, o de respuesta rápida o de emer- rante 12 horas al día. El hospital dispone de
gencia médica, no es el responsable directo 1.200 camas, incluidas 20 de cuidados in-
del enfermo ingresado en planta. Y, por otro tensivos (54).
lado, tampoco sustituye o palía la falta de ca-
mas de UCI, o de un adecuado número de en- El equipo médico debe ser especialista en MI
fermeras correctamente formadas, en relación o estar en el tramo final de formación en la
a los pacientes que se deben tratar en planta. especialidad; y el personal de enfermería debe
El equipo de UCI fuera de UCI sólo pretende disponer de un periodo adecuado de entre-
apoyar al médico y enfermera de planta para namiento y pertenecer al SMI. Parece más ade-
alcanzar el tratamiento óptimo del paciente, cuado el equipo mixto, aunque la organiza-
nunca atenuar deficiencias estructurales y fun- ción obligue a una dedicación inicial mayor a
cionales, ni modificar responsabilidades. la enfermera que al médico. Cuando no hay
médico en el equipo, las enfermeras contac-
tan con el intensivista cuando es necesario.
Integrantes del equipo
El fisioterapeuta respiratorio, el rehabilitador
El número de personas integrantes variará en y el dietista pueden ser importantes apoyos
función de las características de cada hospital al equipo, aunque no formen parte de él.

TABLA 1. «Salvar 100.000 vidas en 18 meses».


Institute for HealthCare Improvement
Cometido y actitud
(Estados Unidos)
Aunque en los últimos años algunos médicos
1. Creación de equipos de respuesta rápida ante en formación rotan por la UCI, todos tienen
emergencias hospitalarias escasos conocimientos en la detección precoz
2. Mejorar el tratamiento del infarto agudo de del deterioro de los enfermos y la aplicación
miocardio de las medidas inmediatas. Exceptuando anes-
3. Evitar efectos adversos de los medicamentos tesiología, no hay ninguna especialidad que
4. Evitar infecciones por catéter venoso tenga en su programa un apartado específico
5. Evitar infecciones de la herida quirúrgica para el conocimiento de la enfermedad crí-
6. Evitar la neumonía asociada a ventilación tica, su diagnóstico y tratamiento precoz, y su
mecánica prevención; y tampoco en enfermería. Por ello,
en lugar de adoptar una actitud crítica, la con-
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ducta del equipo debe ser de apoyo a los mé- las órdenes de «no reanimación» en pacien-
dicos y enfermeras responsables del enfermo. tes sin posibilidades de sobrevivir (32).
Por otra parte, la vigilancia del enfermo que En resumen, el cometido del equipo de UCI
puede desarrollar enfermedad crítica en planta fuera de UCI, incluye:
es una oferta de los especialistas de CI a los
responsables del paciente. No puede sustituirse 1. Detección precoz del deterioro catastrófico
la responsabilidad del médico de planta por de los pacientes de planta.
la del intensivista, y previamente es necesario 2. Tratamiento precoz y control analítico de
alcanzar un acuerdo de colaboración entre am- los pacientes, incluyendo el tratamiento
bos equipos, de lo contrario puede produ- de la parada cardiaca, de donde procede
cirse el rechazo. este equipo.
3. Decisión del traslado a UCI de la forma más
Por lo tanto, es necesario convencer a los rápida y eficaz, o control periódico de los
médicos de otras especialidades de que este enfermos que se han estabilizado.
sistema es efectivo y bueno para sus enfermos 4. Control periódico de los enfermos dados
y para ellos mismos y las enfermeras, y que el de alta de la UCI y que tengan particular
equipo sirve como apoyo a los sanitarios de riesgo de deterioro.
planta, pero el enfermo nunca es una res- 5. Decisión conjunta de no aplicar medidas
ponsabilidad exclusiva de la UCI. de reanimación cuando el tratamiento se
considere inútil.
La atención inicial del enfermo en riesgo co- 6. Establecimiento de un programa educacio-
rresponde a los médicos y enfermeras de planta. nal en el cuidado fundamental del enfermo
Cuando necesiten apoyo, bajo condiciones es- crítico en la planta general dirigido a médi-
tablecidas, recurrirán prontamente al «equipo cos y enfermeras. El programa se dirige a la
de UCI fuera de la UCI», que asegurará una detección precoz del deterioro del enfermo,
adecuada resucitación y el traslado a UCI si producido fundamentalmente por hipoxia
fuera necesario. No es posible conseguir un o isquemia (respiratorio y cardiovascular).
correcto tratamiento del enfermo crítico si el 7. Utilización de protocolos y sistemas de pun-
equipo de planta no vigila, actúa y avisa pre- tuación que permitan cuantificar y de-
cozmente (34). mostrar la efectividad del sistema, así como
mejorar los criterios de llamada.
El tratamiento «subóptimo» ya mencionado
no podrá mejorarse, ni siquiera con la pre- El cumplimiento de estos apartados conse-
sencia de un equipo de UCI fuera de la UCI, guiría que el equipo de UCI fuera de ésta ac-
sin una adecuada formación y entrenamiento tuara como unión o puente en el tratamiento
en la detección y tratamiento inicial del en- de los enfermos en planta y la UCI, haciendo
fermo crítico. Las principales causas del cui- desaparecer el critical care gap (31).
dado inferior al requerido, como se ha seña-
lado, son, con mayor frecuencia, el fallo en la
organización, la falta de conocimiento, de apre- Activación del equipo
ciación de la urgencia clínica, de experiencia de UCI fuera de UCI
y de supervisión, y el fallo en la solicitud de
consejos u opiniones (23). La formación en La llamada de alarma para la actuación del
MI de médicos y enfermeras de otras espe- equipo se produce de acuerdo con unas con-
cialidades recae directamente sobre nuestra diciones previas concertadas, como las rese-
especialidad y la promoción por parte de las ñadas en las tablas 2 a 4 (50, 51, 53). Los cam-
autoridades sanitarias (47, 48). bios significativos que se señalan en las variables
fisiológicas deberían desencadenar la llamada.
La atención del equipo de UCI fuera de UCI
se extiende también a la decisión conjunta con La respuesta del equipo será la atención in-
los médicos de planta, del tratamiento fútil y mediata, practicando las intervenciones tanto
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230 GESTIÓN ESTRATÉGICA EN MEDICINA INTENSIVA

TABLA 2. Criterios para iniciar la llamada el Assessment Score for Sick Patient Identifi-
al equipo médico de emergencia (MET) cation and Set up in Treatment, ASSIST (56).
Estos sistemas de puntuación permiten anali-
— Miembro del equipo de plantilla (médico o zar las variables fisiológicas que más precoz y
enfermera) intranquilo por el paciente significativamente definen el deterioro del
— Cambio agudo en la frecuencia cardiaca paciente. Como se ha mencionado, la altera-
< 40 o > 130 l/min ción de determinados signos vitales básicos
— Cambio agudo en tensión arterial sistólica precede con mucha frecuencia al colapso fi-
< 90 mmHg siológico del paciente (21). Si los signos vita-
— Cambio agudo en la frecuencia respiratoria les son normales, el riesgo de muerte es prác-
< 8 o > 30 respiraciones/min ticamente nulo. Si los pacientes presentan dos
— Cambio agudo en la pulsioximetría < 90 % anormalidades, el riesgo es del 9 %; y de un
a pesar de aporte de O2 21 % si son tres los signos vitales alterados
— Cambio agudo en el estado de consciencia (33). La definición de los más frecuentes y más
— Cambio agudo en la diuresis < 50 ml en graves, así como la profundidad de deterioro,
4 horas pueden perfilar mejor el sistema precoz de
Modificada de Bellomo y cols. (53). llamada.

La frecuencia respiratoria parece ser la varia-


diagnósticas como terapéuticas y tomando la ble que mejor discrimina a los enfermos de
decisión de traslado a la UCI si es preciso. Cada alto riesgo. Y por otra parte, una puntuación
equipo MET, outreach o de UCI fuera de ésta, de 4 en el sistema de puntuación MEWS cons-
se adapta en estructura, personal, horario y tituye el valor necesario para la llamada al
en condiciones de llamada a los recursos dis- equipo (57) resultando un sistema eficaz (58).
ponibles y las necesidades detectadas en cada En la tabla 6 se describe el tipo y número de
hospital. intervenciones que suelen practicarse en planta
por el equipo de UCI (53).
Esta flexibilidad es útil, pero dificulta la ob-
tención de datos suficientemente sólidos que La carga global de trabajo dependerá fun-
demuestren lo que en la práctica parece evi- damentalmente de las características del hos-
dente: la efectividad del sistema. pital. Como orientación, en un hospital de
200 camas el número de llamadas fue de 300
La tabla 5 muestra el sistema de puntuación en 3 años (1-2 por semana). Sin embargo,
para el aviso precoz al MET (Modified Early en el segundo y tercer años el número fue
Warning Score, MEWS) (55), probablemente doble que en el primero y el equipo se ac-
el más utilizado, aunque existen otros como tivó en enfermos que no habían llegado a

TABLA 3. Protocolo del equipo para el enfermo de riesgo (PART)

La enfermera sénior debe informar al médico res- O bien


ponsable sobre un paciente con: — No completamente orientado o alerta y
Tres o más de los siguientes datos — Frecuencia respiratoria > 35/min o
— Frecuencia cardiaca > 140/min
— Frecuencia respiratoria < 10 o > 25/min
— Presión arterial sistólica < 90 mmHg A menos que el tratamiento inmediato mejore al
— Frecuencia cardiaca < 55 o > 110/min paciente, el médico debe avisar al MET. Excep-
— No completamente orientado o alerta cionalmente, en ausencia del médico, la enfer-
— Saturación de O2 < 90 % mera podrá efectuar la llamada (en caso de emer-
— Diuresis < 100 ml en 4 horas gencia).

Modificada de Goldhill y cols. (51).


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TABLA 4. Criterios de llamada al equipo médico de emergencia (MET)

Todas las condiciones listadas a continuación 4. Neurología: descenso brusco en el nivel de cons-
ciencia (> 2 puntos en la escala de coma de
Cambios agudos en los signos vitales:
Glasgow)
1. Vía aérea: amenazada o comprometida Convulsiones repetidas o prolongadas
2. Respiración: todas las paradas respiratorias 5. Otras: cualquier paciente que no se ajuste a
Frecuencia respiratoria < 5 o > 36/min los criterios mencionados anteriormente, pero
3. Circulación: todas las paradas cardiacas que su estado preocupa seriamente a su res-
Frecuencia cardiaca < 40 o > 140/min ponsable
Modificada de Lee y cols. (50).

estar extremadamente graves (59). Esto pone rigido a la formación de médicos y enferme-
de relieve que conforme el equipo gana re- ras a través de las rotaciones en la UCI y, com-
conocimiento y los médicos y enfermeras se plementariamente, los cursos de reanima-
convencen de su utilidad, el número de lla- ción cardiopulmonar, Fundamental Critical Care
madas aumenta, y con éste, las cargas de tra- Support (FCCS) o semejantes. El aprendizaje
bajo. debe incluir, al menos, la permeabilización
de la vía aérea y el control de la respiración
y la circulación. La disfunción de estos tres
Docencia factores es el común denominador de la
muerte (29).
Como ya se ha señalado, no es suficiente la
identificación del paciente y la llamada, sino Sin embargo, existen graves deficiencias en
que es preciso que el equipo médico y de en- enfermería en cuanto a los cuidados y la iden-
fermería tenga algunos conocimientos y des- tificación del agravamiento de los enfermos,
trezas propios de MI. Sin embargo, desde hace lo que supone un riesgo para su seguridad
muchos años, la existencia de las UCI ha fa- (60). Si médicos y enfermeras alcanzan ade-
cilitado que la plantilla de planta carezca de cuados niveles de formación en la detección
los conocimientos mencionados. de signos precoces de empeoramiento del
paciente y en la prevención y tratamiento ini-
El proceso de la UCI fuera de la UCI no puede cial inmediato de las complicaciones, la lla-
verse como un mecanismo más de pérdida mada al equipo de UCI será adecuada y se
de las destrezas frente al enfermo crítico, sino habrá iniciado ya el tratamiento (p. ej., la per-
que, al contrario, debe servir para desarro- meabilización de la vía aérea), lo que sin duda
llarlas (1). Una parte del esfuerzo debe ir di- mejorará la atención de los enfermos.

TABLA 5. Sistema de puntuación para el aviso precoz al MET (modificado)

3 2 1 0 1 2 3

Frecuencia cardiaca < 40 40-50 51-100 101-110 111-129 > 130


Presión arterial sistólica ↓ < 45 % ↓ < 30 % ↓ < 15 % Normal ↑15% ↑30 % ↑45 %
Frecuencia respiratoria <8 9-14 15-20 21-29 > 30
Temperatura < 35 35-38,4 > 38,5
Sistema nervioso central A V D I
Orina 0 < 1 ml/kg/2 h < 1 ml/kg/h > 3 ml/kg/3 h
A: alerta. V: responde a la voz. D: responde al dolor. I: inconsciente.
Tomada de Stenhouse y cols. (55).
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232 GESTIÓN ESTRATÉGICA EN MEDICINA INTENSIVA

TABLA 6. Intervenciones y procedimientos realizados por el MET

Intervenciones realizadas por el equipo médico Procedimientos realizados por el equipo médico
de emergencias (MET) de emergencias (MET)

Aspiración nasofaríngea/O2 adicional 21 Radiografía de tórax 14


Administración de volumen i.v. 18 Electrocardiograma 16
Administración de furosemida i.v. 11 Tomografía computarizada 4
Inicio de ventilación no invasiva 9 Gasometría arterial 36
Salbutamol en nebulizador 8 Urea, creatinina, iones, analítica hepática
Ventilación temporal con mascarilla-balón 6 (en plasma) 40
Aspiración traqueostomía 6 Inserción de vía venosa 18
Inicio de nitratos i.v. 6 Inserción de cánula arterial 5
Administración anticonvulsivos 5 Intubación endotraqueal 3
Administración i.v. de vasopresores 5 Inserción catéter venoso central 3
Administración i.v. de vasopresores 35
Tomada de Bellomo y cols. (53).

Conviene recordar que aunque se hayan ad- Demostración


quirido las destrezas adecuadas mediante una
formación reglada, no es fácil mantenerlas.
de la efectividad
Esto obliga a un reciclaje periódico, que no
El primer equipo de emergencia médica (Me-
se produce en nuestro medio ni en progra-
dical Emergency Team, MET), comenzó a fun-
mas tan sistematizados como son los de rea-
cionar en 1989 en Liverpool, Reino unido (50).
nimación cardiopulmonar (61).
Este sistema se introdujo para intentar redu-
cir la incidencia y mejorar el resultado de las
Equipo de UCI fuera de paradas cardiacas. Era, por lo tanto, un equipo
de reemplazo del tradicional de parada car-
UCI, fuera del hospital diaca, que pretendía evitarla.

Probablemente la interconexión de las UCI de En el año 2000 se publicó el primer estudio


los grandes hospitales con las de pequeños que demostró una reducción del número de
hospitales de áreas rurales y las UCI móviles ingresos en UCI (62). Después se encontró que
(VISICU: e-solutions for Critical Care (http:// el sistema MET reducía la incidencia y morta-
www.visicu.com) puede mejorar la atención lidad hospitalarias en la parada cardiaca (63).
del enfermo crítico en varios aspectos: orga-
nización, optimización del tratamiento, ac- Sin embargo, se trataba de un estudio preli-
tualización terapéutica, monitorización y ayuda minar, de un único hospital y con un posible
a la enfermería (41). sesgo de intervención 64).

TABLA 7. Resultados tras la introducción del equipo de emergencia médica (MET)

Antes Después Diferencia


Parada cardiaca RRR (95 % IC)
de MET de MET (95 % IC)

Número de PC 63 22 41 (23-59) 0,35 (0,22-0,57)


Muerte por PC 37 16 21 (7-35) 0,43 (0,26-0,70)
Días de UCI tras PC 163 33 130 (110-150) 0,20 (0,13-0,33)
Días de hospital tras PC 1.353 159 1.194 (1.119-1.269) 0,11 (0,09-0,13)
Muerte por todas las causas 302 222 80 (37-123) 0,74 (0,70-0,79)
Tomada de Bellomo y cols. (53).
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No obstante, varios estudios publicados en lidad. Desde un punto de vista metodológico,


los últimos tres años demuestran la eficacia de este estudio es el más fiable, pero hay razo-
esta especialidad sobre la mortalidad, morbi- nes que pueden explicar por qué no se han
lidad y la estancia hospitalaria. Bellomo, en obtenido diferencias en la mortalidad: todos
Australia, encontró diferencias significativas en los hospitales tenían un nivel elevado de aten-
el número de paradas cardiacas (tabla 7) y en ción a los enfermos en planta, el tiempo de
la mortalidad hospitalaria (OR: 0,74; IC 95 %: rodaje fue escaso (lo que hace suponer que
0,70-0,79) (53). También se ha observado una los EEM no eran óptimos) y, finalmente, hubo
reducción significativa en pacientes posope- sesgo de intervención pero en sentido con-
rados (65, 66). En el Reino Unido, los resul- trario a lo ya mencionado, porque fue impo-
tados han sido semejantes (54, 63, 67). sible mantener en secreto el estudio: los hos-
pitales control pudieron mejorar sus niveles de
Otras publicaciones no llegan a demostrar di- atención.
ferencias estadísticas en la mortalidad (57, 59,
68, 69), aunque todas ellas incorporan algún Todavía hay más: analizando las tendencias so-
dato favorable, como disminución de efectos bre la mortalidad en el trauma, sólo pudo de-
adversos serios (69) o identificación de enfer- mostrarse que era significativamente menor
mos que no deben ser reanimados (68). después de 10 años. Y no fue diferente en
los primeros años, a pesar de las mejoras que
En conjunto, las evidencias son favorables, a se incorporaban de forma progresiva en la
pesar de que algunos estudios no consiguen atención al traumatizado (72). Por otro lado,
demostrar efectividad. El diseño es semejante: el incremento de llamadas al equipo de UCI
una primera fase de control, un periodo de fuera de UCI es lento, y si no hay suficiente
formación y otro de intervención. Todos los es- frecuentación, no es posible hallar diferencias
tudios se han realizado en un único hospital favorables (59).
o en un número reducido de ellos y, frecuen-
temente, el equipo de emergencia médica A modo de resumen:
(EEM) no cubre el día completo o los fines de
semana. Todos ellos son, sin duda, elementos 1. No hay duda de que existe un apreciable
débiles para obtener resultados sólidos te- número de muertes, de paradas cardiacas
niendo en cuenta las numerosas variables de y otras complicaciones graves en las plan-
confusión que pueden concurrir (57). tas de hospitalización de los hospitales de
agudos que son prevenibles.
Tal vez por las razones expuestas, en el año 2. Las enfermeras frecuentemente contabili-
2001, sólo el 50 % de 166 hospitales britá- zan el deterioro sin poder o saber actuar
nicos encuestados tenían este servicio. Y en directamente; tanto ellas como los médi-
la mitad de los casos estaba formado sólo cos en formación no están entrenados para
por enfermeras y el equipo no actuaba des- el cuidado crítico y los ya veteranos, pro-
pués de las 5 de la tarde (64,70). Sin embargo, bablemente no mantienen sus destrezas, si
desde 2002 han aumentado progresivamente alguna vez las tuvieron, y no suelen estar
los hospitales y el propósito es conseguir una disponibles para una consulta a pie de cama
cobertura de 24 horas en cada hospital. con un enfermo crítico (61).
3. La enfermería en planta se siente frecuen-
Recientemente, se ha publicado en Lancet el temente desatendida, y no dispone de mé-
estudio MERIT, que distribuyó de forma alea- dicos y enfermeras que acudan con rapi-
toria a equipos de EEM en 23 hospitales aus- dez y conocimiento. Si este sistema de
tralianos o a mantenerse sin cambios (71). Se UCI fuera de UCI se introduce, serán las
incrementó el número de llamadas en los hos- enfermeras las que lo defiendan y se em-
pitales con EEM, y los ingresos en UCI, pero peñarán en que se mantenga. Serán las
no hubo variaciones apreciables en la morta- aliadas de los intensivistas (73).
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234 GESTIÓN ESTRATÉGICA EN MEDICINA INTENSIVA

4. Es poco probable que se pueda desman- crítico o con riesgo de serlo es cometido
telar el equipo de UCI en planta una vez específico de los intensivistas, los cuales de-
introducido porque el cuidado mejora, y si ben concienciar a la administración sani-
la muerte no es evitable, al menos se dig- taria de la conveniencia de introducir el
nifica (órdenes de no resucitación). Pero sistema de la UCI fuera de ésta en nues-
también será difícil demostrar su efectivi- tros hospitales.
dad, que precisaría del concurso de más de
100 hospitales. Apenas existe información «Intervenir precozmente para corregir la hipo-
sobre la efectividad de las UCI, pero nadie xia y la isquemia no debería interrumpirse por-
la discute hoy día. que el estudio MERIT haya sido negativo. Na-
5. El cuidado intensivo de los pacientes críti- die puede sugerir que la corrección tardía de
cos empieza antes y finaliza después de la las situaciones que comprometen la vida es me-
estancia en la UCI. La atención del enfermo jor que la intervención precoz», Hillman (2003).

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