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La medicina intensiva
fuera de la UCI
(outreach services)
P. Galdós Anuncibay
Servicio de Medicina Intensiva. Hospital General de Móstoles. Madrid
INTRODUCCIÓN
La traducción y definición explicativa del tér- nueva visión de la atención del paciente crí-
mino inglés outreach services sería: «La ex- tico, que se produce de forma progresiva tras
tensión de los servicios más allá de los límites un periodo prolongado de desarrollo de la
actuales o más allá de los usuales» (1). En me- especialidad, y se asienta en conceptos cono-
dicina intensiva, la descripción podría concre- cidos, previamente desarrollados, y en la co-
tarse en «la aplicación de la práctica fuera de rrección de errores de actitud, que probable-
la unidad de cuidados intensivos: la atención mente estaban justificados hace años.
al paciente crítico fuera de las unidades espe-
cíficas». Y, con mayor detalle, «la vigilancia Desde finales de la década de 1960, el cui-
fuera de la UCI, para detectar enfermos que dado intensivo del paciente grave se ha de-
tienen alta probabilidad de precisar tratamiento sarrollado de forma progresiva, acompasado
intensivo, para prevenir su empeoramiento o a la aparición de nuevos tratamientos médi-
iniciar el tratamiento precozmente, adelantando cos y técnicas quirúrgicas cada vez más reso-
su admisión o evitando su reingreso en UCI». lutivos pero más agresivos. El esfuerzo reali-
La denominación habitual en el ámbito anglo- zado en la primera mitad de nuestra historia
sajón es Outreach Services o Medical Emer- se basó en el aprovechamiento de la concen-
gency Team (MET). En castellano, podría de- tración de recursos personales y de equipa-
nominarse equipo de emergencias médicas miento, y en el aprendizaje de la fisiopatolo-
intrahospitalario (EEM o EMI), equipo de UCI gía del paciente crítico y su tratamiento efectivo.
fuera de UCI o equipo de UCI en planta (2). Con rapidez se buscaron métodos para defi-
nir la gravedad y el pronóstico de los enfer-
Sin ánimo de hacer una descripción histórica, mos, optimizando en la medida de lo posible
este capítulo pretende poner de relieve una el consumo de recursos, dirigiéndolos a quie-
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222 GESTIÓN ESTRATÉGICA EN MEDICINA INTENSIVA
nes más podrían beneficiarse. La evidente efec- Es evidente que existe un conflicto no bien
tividad del tratamiento intensivo aumentó rá- estudiado en la interfase UCI-planta: bajo ni-
pidamente la demanda y se incrementaron vel de cuidados en planta, mayor demanda
los recursos para atender a cada vez más pa- de ingreso, escasa disponibilidad de camas
cientes. La conversión progresiva de los hos- de UCI, desconfianza entre profesionales, etc.
pitales de antaño en los hospitales de agudos Hoy somos muy conscientes de lo que sig-
de hoy día supone también que ha aumen- nifica el retraso en el tratamiento intensivo
tado la gravedad de los pacientes atendidos, y, salvo por un elevado índice, se procura
que junto con la mayor agresividad de los ingresar en la UCI a aquellos enfermos con
tratamientos incrementa el número de enfer- gran potencial de convertirse en críticos,
mos tratados en las UCI (3-5). con el convencimiento de que prevenir o
tratar precozmente mejora el resultado con
Por otra parte, la demanda social de una po- un menor coste.
blación envejecida, pero con buena calidad de
vida, ha hecho que se apliquen tratamientos La aplicación de la medicina intensiva (MI)
a pacientes que en las décadas de 1970 y 1980 fuera de la UCI es, desde luego, una activi-
hubieran sido rechazados. Este importante au- dad conocida. El esbozo de lo que hoy son
mento de la demanda, sin un incremento servicios de cuidados intensivos fuera de la
proporcional de la disponibilidad de recursos UCI fue la organización de la reanimación car-
(número de camas de UCI), ha obligado al in- diopulmonar (Plan Nacional de RCP de la
tensivista a ser restrictivo en la admisión a UCI. SEMICYUC, 1983) en su doble vertiente: la
Dada su clara posición de ventaja, frecuente- atención de las paradas producidas en la planta
mente el intensivista encontraba que la pro- del hospital y la enseñanza y entrenamiento
puesta de ingreso de un paciente era dema- a médicos y enfermeras de planta. Pero no
siado precoz o muy tardía. Tras esta actitud se limita a lo anterior, sino que el intensivista
se escondía la desconfianza hacia los médi- sale de la UCI de forma habitual en respuesta
cos de planta, no siempre atentos al paciente a la demanda de los médicos responsables del
ingresado, frecuentemente por otras ocupa- enfermo que se vuelve inestable en planta o
ciones, o por falta de entrenamiento en de- en urgencias, para valorarlo antes de admi-
tectar signos de empeoramiento. También era tirlo en la UCI. El transporte intrahospitala-
necesario soportar la presión de los médicos rio del enfermo crítico es otra actividad ha-
responsables de planta del hospital, con una bitual del intensivista fuera de la UCI (5). De
vehemente demanda de ingreso de sus en- forma esporádica, se realizan actividades ex-
fermos en UCI, o de lo contrario, conseguir tra-UCI, como la nutrición parenteral o la
del intensivista la decisión firmada de no rea- implantación de vías venosas centrales y se-
lizar maniobras terapéuticas extraordinarias. Y doanalgesia para intervenciones diagnósticas
una vez ingresado el enfermo, los médicos o terapéuticas.
de planta siempre han considerado demasiado
corto el tiempo de estancia en UCI cuando se Todo ello pone de relieve que en nuestro
recupera. entorno se practica la actividad propia de la
UCI fuera de ésta (outreach o outdoor) desde
Otro rápido aprendizaje fue que las altas re- el comienzo de la especialidad. Pero hasta
lativamente precoces, o aquellas que se pro- ahora otras actuaciones fuera de la UCI son
ducían antes del fin de semana, incrementa- disciplinas a las que no se está habituado y
ban la mortalidad en planta o, en el mejor de no se han considerado responsabilidad pro-
los casos, la readmisión del enfermo. En hos- pia. Por algunas razones de las aquí men-
pitales de ámbito nacional, con reducido nú- cionadas, se levantaron los muros de las UCI.
mero de camas, los reingresos podían alcan- Esta idea de enclaustramiento es tan actual
zar el 10 % de las altas. que ha motivado el tema del último congreso
de la ESICM (Amsterdam, septiembre 2005):
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2
3
ENFERMO
Tiempo
tado. Esto se ha demostrado en pacientes gra- En pacientes sépticos, el empleo de una es-
ves, sin considerar la causa; y en otros casos, cala similar al SOFA para avisar al equipo de
con patologías específicas. Por este motivo, UCI fuera de ésta cuando la puntuación su-
se analizan algunas circunstancias que con- peraba un determinado nivel permitía tratar
ducen al tratamiento inferior al requerido, in- precozmente en planta, sin necesidad, en mu-
correcto o insuficiente en planta, ejemplo de chos casos, de ingreso en UCI (17). Dada la
otras muchas que no se mencionan. frecuencia progresivamente creciente de la sep-
sis y la imposibilidad de admitir a todos ellos
en la UCI, este procedimiento supone una apre-
Sepsis y shock ciable ventaja.
de un equipo de emergencia las 24 horas, sos se estimó que el ingreso en UCI fue tar-
todos los días (27). En el 44 % de 14.720 dío. Además, una parte de estos ingresos se
paradas cardiacas intrahospitalarias contabili- hubieran evitado con un adecuado tratamiento
zadas se recuperó la circulación espontánea, desde el ingreso. La vigilancia y monitoriza-
pero la supervivencia al alta hospitalaria fue ción de la permeabilidad de la vía aérea, de
de 17 %, lo que significa una escasa mejora la respiración y circulación, y del aporte de oxí-
a lo largo de 40 años. Tal vez la solución sea geno es, con frecuencia, insuficiente («su-
ampliar el ámbito de actuación de los equi- bóptima») en la planta de hospitalización ge-
pos de emergencia para prevenir, en lugar de neral. Y las principales causas que lo motivan
tratar, la parada cardiaca, y asegurar una rá- son el fallo de organización, la falta de cono-
pida actuación (20). La supervivencia depende cimiento, de apreciación de la urgencia clínica,
de la presencia de un equipo de emergencia de experiencia o de supervisión, y el fracaso
y de que la actuación se inicie en menos de para solicitar ayuda o consejo.
3 minutos.
gular, este factor también es responsable del En un total de 168 hospitales, la mayor parte
tratamiento inadecuado en planta. de ellos con alto nivel de cualificación, se es-
tudió el resultado de más de 230.000 pacientes
y el grado de satisfacción de más de 10.000
Duración de la estancia enfermeras (36). La proporción enfermo/en-
en planta fermera variaba entre 5/1 y 7/1. El incremento
de un enfermo por enfermera significaba un
Para establecer la relación entre la mortalidad aumento de la probabilidad de insatisfacción,
y la duración de la estancia en planta se es- desmotivación y agotamiento (burnout) en la
tudiaron 7.190 pacientes ingresados en UCI enfermería y un incremento del riesgo de
procedentes de planta (33). Una mediana de muerte del 7 %. Si la proporción entre en-
estancia previa en planta antes del ingreso en fermo/enfermera se duplicaba (4/1 a 8/1), se
UCI superior a 3 días se asoció con una mor- producían cinco muertes más por cada 1.000
talidad significativamente más elevada que enfermos.
en estancias inferiores El aumento de la mor-
talidad fue progresivo en relación al incremento En otro estudio, cuando el porcentaje de en-
de la estancia previa, desde menos de 3 días fermeras entrenadas y con formación teórica
a más de 15, variando del 47 al 67 % (mor- aumentaba sobre el total de enfermería, se re-
talidad estandarizada de 1,09 a 1,39). La es- dujeron la estancia media y la incidencia de
tancia previa se comporta como una variable infección urinaria, hemorragia gastrointestinal,
independiente predictora de mortalidad. neumonía, shock y parada cardiaca (37).
Cardiopatía isquémica
Dotación de enfermería en
planta y nivel de formación Es innecesario mencionar que la fibrinólisis en
el infarto agudo de miocardio con elevación
En relación con lo anterior, la elevada pro- del segmento ST mejora la supervivencia en
porción de enfermos que debe atender una relación directa al tiempo transcurrido (40).
enfermera, y la falta de cualificación teórica y El diagnóstico precoz en pacientes ingresados
práctica de cada una, se relaciona significati- o admitidos en el servicio de urgencias es cru-
vamente con un peor resultado. cial. En España, el tiempo puerta-aguja (desde
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El desarrollo de los modelos de UCI no es re- y en esta línea se han desarrollado sistemas
ciente, ya se ha mencionado la antigua cons- con el mismo propósito en los últimos años.
titución de los equipos de RCP, con sus de- El primero de ellos, con el apoyo, recomen-
fectos y virtudes. Y mucho antes, en 1972, dación y recursos del Instituto Británico de la
Peter Safar, promotor de estas nuevas con- Salud (47, 48). Las directrices de la Sociedad
ductas en cuidados intensivos, señalaba que Británica de Cuidados Intensivos, publicadas en
«el más complejo cuidado intensivo a menudo 2002, desarrollan cuidadosamente este mo-
llega a ser innecesariamente costoso cuando delo (49), que asienta sobre dos sistemas, el
el enfermo se encuentra en estado terminal y Medical Emergency Team (MET) (50) y el Pa-
han fallado los sistemas pre-UCI» (45). tient at Risk Team (PART) (51). El propósito es
reemplazar los equipos de parada cardiaca
Más recientemente, en 1996, se proponía em- por otros que identifiquen en estadios preco-
plear los recursos de la UCI más allá de ésta (46), ces a los enfermos que están desarrollando una
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enfermedad crítica y atenderlos con rapidez y y, también, del tiempo de cobertura: las 24 ho-
experiencia (49). Estos sistemas también están ras del día o tan sólo 12 o 16 horas durante
introducidos en Australia y Nueva Zelanda. el día.
ducta del equipo debe ser de apoyo a los mé- las órdenes de «no reanimación» en pacien-
dicos y enfermeras responsables del enfermo. tes sin posibilidades de sobrevivir (32).
Por otra parte, la vigilancia del enfermo que En resumen, el cometido del equipo de UCI
puede desarrollar enfermedad crítica en planta fuera de UCI, incluye:
es una oferta de los especialistas de CI a los
responsables del paciente. No puede sustituirse 1. Detección precoz del deterioro catastrófico
la responsabilidad del médico de planta por de los pacientes de planta.
la del intensivista, y previamente es necesario 2. Tratamiento precoz y control analítico de
alcanzar un acuerdo de colaboración entre am- los pacientes, incluyendo el tratamiento
bos equipos, de lo contrario puede produ- de la parada cardiaca, de donde procede
cirse el rechazo. este equipo.
3. Decisión del traslado a UCI de la forma más
Por lo tanto, es necesario convencer a los rápida y eficaz, o control periódico de los
médicos de otras especialidades de que este enfermos que se han estabilizado.
sistema es efectivo y bueno para sus enfermos 4. Control periódico de los enfermos dados
y para ellos mismos y las enfermeras, y que el de alta de la UCI y que tengan particular
equipo sirve como apoyo a los sanitarios de riesgo de deterioro.
planta, pero el enfermo nunca es una res- 5. Decisión conjunta de no aplicar medidas
ponsabilidad exclusiva de la UCI. de reanimación cuando el tratamiento se
considere inútil.
La atención inicial del enfermo en riesgo co- 6. Establecimiento de un programa educacio-
rresponde a los médicos y enfermeras de planta. nal en el cuidado fundamental del enfermo
Cuando necesiten apoyo, bajo condiciones es- crítico en la planta general dirigido a médi-
tablecidas, recurrirán prontamente al «equipo cos y enfermeras. El programa se dirige a la
de UCI fuera de la UCI», que asegurará una detección precoz del deterioro del enfermo,
adecuada resucitación y el traslado a UCI si producido fundamentalmente por hipoxia
fuera necesario. No es posible conseguir un o isquemia (respiratorio y cardiovascular).
correcto tratamiento del enfermo crítico si el 7. Utilización de protocolos y sistemas de pun-
equipo de planta no vigila, actúa y avisa pre- tuación que permitan cuantificar y de-
cozmente (34). mostrar la efectividad del sistema, así como
mejorar los criterios de llamada.
El tratamiento «subóptimo» ya mencionado
no podrá mejorarse, ni siquiera con la pre- El cumplimiento de estos apartados conse-
sencia de un equipo de UCI fuera de la UCI, guiría que el equipo de UCI fuera de ésta ac-
sin una adecuada formación y entrenamiento tuara como unión o puente en el tratamiento
en la detección y tratamiento inicial del en- de los enfermos en planta y la UCI, haciendo
fermo crítico. Las principales causas del cui- desaparecer el critical care gap (31).
dado inferior al requerido, como se ha seña-
lado, son, con mayor frecuencia, el fallo en la
organización, la falta de conocimiento, de apre- Activación del equipo
ciación de la urgencia clínica, de experiencia de UCI fuera de UCI
y de supervisión, y el fallo en la solicitud de
consejos u opiniones (23). La formación en La llamada de alarma para la actuación del
MI de médicos y enfermeras de otras espe- equipo se produce de acuerdo con unas con-
cialidades recae directamente sobre nuestra diciones previas concertadas, como las rese-
especialidad y la promoción por parte de las ñadas en las tablas 2 a 4 (50, 51, 53). Los cam-
autoridades sanitarias (47, 48). bios significativos que se señalan en las variables
fisiológicas deberían desencadenar la llamada.
La atención del equipo de UCI fuera de UCI
se extiende también a la decisión conjunta con La respuesta del equipo será la atención in-
los médicos de planta, del tratamiento fútil y mediata, practicando las intervenciones tanto
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TABLA 2. Criterios para iniciar la llamada el Assessment Score for Sick Patient Identifi-
al equipo médico de emergencia (MET) cation and Set up in Treatment, ASSIST (56).
Estos sistemas de puntuación permiten anali-
— Miembro del equipo de plantilla (médico o zar las variables fisiológicas que más precoz y
enfermera) intranquilo por el paciente significativamente definen el deterioro del
— Cambio agudo en la frecuencia cardiaca paciente. Como se ha mencionado, la altera-
< 40 o > 130 l/min ción de determinados signos vitales básicos
— Cambio agudo en tensión arterial sistólica precede con mucha frecuencia al colapso fi-
< 90 mmHg siológico del paciente (21). Si los signos vita-
— Cambio agudo en la frecuencia respiratoria les son normales, el riesgo de muerte es prác-
< 8 o > 30 respiraciones/min ticamente nulo. Si los pacientes presentan dos
— Cambio agudo en la pulsioximetría < 90 % anormalidades, el riesgo es del 9 %; y de un
a pesar de aporte de O2 21 % si son tres los signos vitales alterados
— Cambio agudo en el estado de consciencia (33). La definición de los más frecuentes y más
— Cambio agudo en la diuresis < 50 ml en graves, así como la profundidad de deterioro,
4 horas pueden perfilar mejor el sistema precoz de
Modificada de Bellomo y cols. (53). llamada.
Todas las condiciones listadas a continuación 4. Neurología: descenso brusco en el nivel de cons-
ciencia (> 2 puntos en la escala de coma de
Cambios agudos en los signos vitales:
Glasgow)
1. Vía aérea: amenazada o comprometida Convulsiones repetidas o prolongadas
2. Respiración: todas las paradas respiratorias 5. Otras: cualquier paciente que no se ajuste a
Frecuencia respiratoria < 5 o > 36/min los criterios mencionados anteriormente, pero
3. Circulación: todas las paradas cardiacas que su estado preocupa seriamente a su res-
Frecuencia cardiaca < 40 o > 140/min ponsable
Modificada de Lee y cols. (50).
estar extremadamente graves (59). Esto pone rigido a la formación de médicos y enferme-
de relieve que conforme el equipo gana re- ras a través de las rotaciones en la UCI y, com-
conocimiento y los médicos y enfermeras se plementariamente, los cursos de reanima-
convencen de su utilidad, el número de lla- ción cardiopulmonar, Fundamental Critical Care
madas aumenta, y con éste, las cargas de tra- Support (FCCS) o semejantes. El aprendizaje
bajo. debe incluir, al menos, la permeabilización
de la vía aérea y el control de la respiración
y la circulación. La disfunción de estos tres
Docencia factores es el común denominador de la
muerte (29).
Como ya se ha señalado, no es suficiente la
identificación del paciente y la llamada, sino Sin embargo, existen graves deficiencias en
que es preciso que el equipo médico y de en- enfermería en cuanto a los cuidados y la iden-
fermería tenga algunos conocimientos y des- tificación del agravamiento de los enfermos,
trezas propios de MI. Sin embargo, desde hace lo que supone un riesgo para su seguridad
muchos años, la existencia de las UCI ha fa- (60). Si médicos y enfermeras alcanzan ade-
cilitado que la plantilla de planta carezca de cuados niveles de formación en la detección
los conocimientos mencionados. de signos precoces de empeoramiento del
paciente y en la prevención y tratamiento ini-
El proceso de la UCI fuera de la UCI no puede cial inmediato de las complicaciones, la lla-
verse como un mecanismo más de pérdida mada al equipo de UCI será adecuada y se
de las destrezas frente al enfermo crítico, sino habrá iniciado ya el tratamiento (p. ej., la per-
que, al contrario, debe servir para desarro- meabilización de la vía aérea), lo que sin duda
llarlas (1). Una parte del esfuerzo debe ir di- mejorará la atención de los enfermos.
3 2 1 0 1 2 3
Intervenciones realizadas por el equipo médico Procedimientos realizados por el equipo médico
de emergencias (MET) de emergencias (MET)
4. Es poco probable que se pueda desman- crítico o con riesgo de serlo es cometido
telar el equipo de UCI en planta una vez específico de los intensivistas, los cuales de-
introducido porque el cuidado mejora, y si ben concienciar a la administración sani-
la muerte no es evitable, al menos se dig- taria de la conveniencia de introducir el
nifica (órdenes de no resucitación). Pero sistema de la UCI fuera de ésta en nues-
también será difícil demostrar su efectivi- tros hospitales.
dad, que precisaría del concurso de más de
100 hospitales. Apenas existe información «Intervenir precozmente para corregir la hipo-
sobre la efectividad de las UCI, pero nadie xia y la isquemia no debería interrumpirse por-
la discute hoy día. que el estudio MERIT haya sido negativo. Na-
5. El cuidado intensivo de los pacientes críti- die puede sugerir que la corrección tardía de
cos empieza antes y finaliza después de la las situaciones que comprometen la vida es me-
estancia en la UCI. La atención del enfermo jor que la intervención precoz», Hillman (2003).
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