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SEMINARIO TEOLOGICO CENTROAMERICANO

Reporte del libro “El Jesús que Nunca Conocí”

Presentado para el cumplimiento de la materia


Cristología

Daniel Martinez. Apdo. 245

2010
Creo que todos de alguna manera tenemos un preconcepto vigente en cuanto a Jesús. De

alguna manera, para bien o para mal, la iglesia, nuestra cultura e incluso los medios

conforman nuestro paradigma de lo que es o debe ser Dios para nosotros. Leyendo “El

Jesús que nunca conocí” me di cuenta que había adoptado de manera inconsciente un

modelo de Jesús que no necesariamente se acerca a lo que debe ser bíblico, sólo es el

Jesús en el que quería creer. Creo que al crecer en una cultura que fundamentalmente se

basa en valores de la iglesia romana y que de manera independiente ha creado una

cosmovisión propia basada en tradiciones y no necesariamente en la realidad nuestro

concepto tiende a deformarse. Claro está que como pueblo cristiano también tenemos

nuestra propia cosmovisión de Cristo y muchas veces tampoco es afín con la realidad.

Una de las cosas que me impresionó es la humanización de Cristo; es decir Jesús es

100% hombre y 100 % Dios pero creo que naturalmente tiendo a verlo como alguien

netamente sobrenatural. Al leer ese libro puedo ver mas claramente que Jesús se río, se

molestó, si sintió tristeza y soledad, que los apóstoles no fueron hombres especialmente

sobresalientes, sino que fueron tan solo hombres corrientes, amigos de Jesús. Al

entender esto yo puedo ver que también puedo ser amigo de Jesús, que el entiende lo

que yo siento. Particularmente creo que la manera en que uno cree que es Dios

determina la manera en la que uno se acerca a Él y esto a su vez determina lo que uno

esté dispuesto a hacer por Él y de que manera lo hará. Cuando entiendo que Jesús,

hombre y Dios, vivió lo que vivo, sintió lo que siento, puedo creer sus palabras que

desafiaban toda lógica y entender y vivir que es lo que el quería que yo viva ahora.

Entender lo que Cristo quiere para mi ahora y vivirlo, son cosas distintas. Sólo procesar

intelectualmente sus palabras no es suficiente, al final terminaría como los apóstoles,

conociéndole mucho y al mismo tiempo desconociéndole. Al final de cuentas Jesús es

alguien a quién debemos descubrir de manera personal.

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