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Tras hablar con estos pacientes, Freud planteó la teoría de que sus problemas
tenían como causa los deseos y fantasías reprimidas e inconscientes de naturaleza
sexual, socialmente inaceptables.
Freud se refirió más de una vez, con considerable nostalgia, a los diez años de
"espléndido aislamiento" en el que el psicoanálisis se desarrolló por él.
En 1902, probablemente por iniciativa de Stekel, que había sido su paciente,
Freud invitó a cuatro hombres (Stekel, Adler, Kahane y Reitler) a reunirse con él a
fin de examinar su trabajo, y formaron lo que llamaron el Miércoles Psychological
Society, Ya que todas las semanas se reunió ese día. En 1908 había 14 miembros y
se cambió el nombre a la Sociedad Psicoanalítica de Viena; Fue en este año que se
suman a Ferenczi. Además de los miembros, hay algunos pacientes que luego se
convirtieron en importantes figuras para el psicoanálisis; Estos incluyen Eitingon,
Jung, Abraham y Jones, cada uno de los cuales más tarde se convirtió en
presidente de la IPA
Fue Jones quien sugirió a Jung que una reunión internacional debería organizarse
para reunir a los colegas de diversos países con el fin de examinar su interés
común en el psicoanálisis. En vista de ello, se puede afirma que Jones fue el
hombre que presentó por primera vez la idea que con el tiempo dio lugar a la IPA.
Freud acogió con agrado la propuesta, y fue él quien eligió Salzburgo como el mejor
sitio de la proyectada reunión. Jones deseaba que su título sea "Congreso
Internacional Psicoanalítico", pero Jung decidió llamarlo "Primer Congreso de
Psicología freudiana". Fue durante esta reunión en Salzburgo, el 27 de abril de
1908, que la idea de una Asociación Internacional fue discutida y acordada. El
próximo Congreso se celebró en Nuremberg en Marzo 1910, y es en este Congreso
que la Asociación Psicoanalítica Internacional se fundó. Freud se había reunido con
Ferenczi por primera vez sólo muy poco tiempo antes del Congreso de Salzburgo,
pero su amistad evidentemente maduró rápidamente. Ferenczi en Nuremberg;
insistió en que debe ser Jung el nuevo Presidente de la Asociación, y que su centro
oficial debe Zürich.
Durante los próximos años, los asuntos de la IPA fueron gestionados por Jung,
con Riklin como su Secretario.
El tercer Congreso tuvo lugar en Weimar, en septiembre de 1911. En ese momento,
se informó de que había 106 miembros de la IPA.
La revista Imago se había iniciado en 1912 como una revista dedicada al
psicoanálisis aplicado. En Weimar Jung fue reelegido como Presidente, y fue
dispuesto a celebrar el próximo Congreso en Munich, en 1913.
Freud sugirió que Abraham debía ser Presidente provisional en espera del
próximo Congreso, que estaba previsto para septiembre de 1914; pero el estallido
de la guerra en agosto llevaron a su abandono, y no hubo más Congresos hasta el
que se celebró en Budapest en septiembre de 1918. Casi todos los asistentes
procedían de Austria o Hungría, tres de Alemania, dos de Holanda y uno de Polonia,
de modo que no era internacional. Ferenczi fue elegido Presidente, pero debido a la
caótica situación de Hungría y Austria después de su derrota, consideró imposible
llevar a cabo sus funciones; por consiguiente, pidió que Jones se hiciera cargo
provisionalmente, y él aceptó.
América Latina
Así quedó definido un primer límite y se alzó una barrera ideológica, política y
hasta social tanto hacia la izquierda como a la derecha, de profundas consecuencias
y cuyos alcances reverberan hasta nuestros días. Más adelante veremos qué
nuevos elementos influyeron en la postura del psicoanálisis "oficial" versus las
políticas, teorías científicas y definiciones de los psicoanálisis emergentes. Por
"oficial" me refiero a las sociedades componentes de la IPA, Es de destacar que
mucho giró en torno a la formación y sus estándares sumamente exigentes,
garantes necesarios para la época en que se fueron instaurando.
Este consejo, útil en su momento, sobre todo para un país sujeto a golpes
militares y a inestabilidad universitaria, constituyó la raíz ideológica para justificar
el aislamiento de las primeras épocas. A su vez este aislacionismo inicial que facultó
la consolidación interna, obligó a sus miembros fundadores y a las nuevas camadas
a juramentarse y abrazar totalmente "la causa psicoanalítica". Así es que durante
los primeros treinta años el Instituto mantuvo una reglamentación única y
prácticamente inmutable del curriculum de formación.
Habría mucho para decir acerca de la renovación y avance que estos cambios
produjeron y producirán. Sólo agregaré que de esta gran variedad de la que
disponemos hay un beneficio que nos abarca a todos: ya no hay un "saber
psicoanalítico hegemónico" como fue necesario en un comienzo, ni el psicoanálisis
argentino es un criptoconocimiento exclusivo de las Instituciones de la IPA. Hoy hay
decenas de centros psicoanalíticos autónomos y esto también nos enriquece y
estimula científicamente.