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Non possono esistere i solamente uomini, gli estranei alla

città. Chi vive veramente non può non essere cittadino, e


parteggiare. Indifferenza è abulia, è parassitismo, è
vigliaccheria, non è vita. Perciò odio gli indifferenti.1
ANTONIO GRAMSCI

¡JUAN MARI BRAS!


En su tránsito a la inmortalidad

Corpulento en lo físico pero muchísimo más en lo moral.


Te asías a la tarima buscando asirte a tu pueblo triste.
Y en tribuna, estrado, celda, camino, escritorio fuiste
El patriota firme, el as de la manga boricua, el hombre cabal.

De familia patricia, hacendera, de un campo rosareño


Trascendiste tu clase para defender al trabajador.
Con tu verbo, tu músculo, tus neuronas y tu ardor
Demostraste lo que es hacerse vero puertorriqueño.

Te hiciste abogado no para affidávits llenar,


Ni para persuadir jueces, ni para hacerte famoso;
En cambio, te hiciste justo y en un abrazo de oso
Le juraste al noble Agüeybaná sus pasos continuar.

Por ser estudiante de veras, de la historia - la misma vida,


Te expulsaron de una universidad a destiempo.
Pero la verdad, los tropiezos, y desde luego el tiempo
Te citaron con una patria firme y bella, aunque herida.

Sanar sus males, sin ser médico, has ido haciendo


Por décadas, jurando a la Borinquen dar la cura.
Y esa no es sino la redención total y pura
Que el ser pueblo libre, al oprimido va ofreciendo.

Si bien mudaste de partido, domicilio y consorte,


Tu sangre y tu sudor mancharon la brea del camino.
Son las marcas dejadas para que el colonizado supino
2

Llegue a la fuente de la valentía y obtenga guerrero porte.

Juan, pararrayos de la furia de los lacayos cobardes,


Receptáculo de la lluvia de denuestos y agresiones,
Siempre atestigüé que a tu verdugo diste perdones,
Siempre supe que de sentido de justicia ardes.

En cada día y a toda hora, de tu patria oíste el ruego.


En urbano desierto - y manigua viequense - te fajaste.
Piqueteando y resistiendo intenso, te percataste
Que los yanquis y capitalistas solo ceden cuando hay fuego.

El estudiante y el obrero, más que amigo hallo en ti un


“pana”;
Un oído escuchante cual radar del alma pueblerina.
Tu masa encefálica ha sido de ideas inagotable mina
Para enrumbar nuestra isla-nave a los muelles del mejor
mañana.

La latinoamericanicidad de Puerto Rico propalaste,


De nuestra cultura hiciste que su canto perforante suba.
Como nunca antes nos maridamos a la gloriosa CUBA
Cuando a su pueblo, junto a Martí y Fidel, enarbolaste.

Fuiste sanmartiniano, duartiano, hidalguino, y ¡sí!


bolivariano:
A la Venezuela brava y emergente supiste reconocer
Porque allí el Huracán social Hugo vino a soplar y a barrer
Para sacar, como dijo la vatisa Julia, “lo injusto y lo
inhumano”.

Tu momento cumbre de definición te llego en el día mismo


Que la filosofía de Carlos, el genio de Tréveris, hiciste tuya;
Juraste que el proletario, eje del mundo, es la social puya
Aplicada al corcel de la historia para que no baje al abismo.

Fuiste parte del paisaje lareño septembrino,


En este mes huracanado liaste tus maletas carnales;
Libertador, a contrapelo te liberaste de fisiológicos males,
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Y volaste raudo y ligero hacia un etéreo destino.

Vas a asociarte con el Titán de la patria, el heroico Filiberto.


Con don Pedro Albizu montarás el Nacionalismo en el cielo,
Y al conversar con tu compueblano Geño, solo te apelo
Que le cuentes que la patria mutua, grande y chica, no ha
muerto.

Competirás en oratoria con tu tocayo de Ciales,


Con una Lolita sostendrás apasionada tertulia.
Al viejo San Pedro sacarás de su milenaria abulia
Con tu gesto libre, aéreo, bello, de empujes totales.

Y al imaginar ver al doctor que soñó a su patria desde


Francia -
El que desató la furia justa y un grito en la alta montaña -
Junto a ti, lloro de emoción y mi vista se empaña
Pues será momento trascendente y de celestial importancia.

Juan Mari Bras, no sé cómo es vivir en el Más Allá tras la


muerte.
Pero llegaste a él para agitarlo, subvertirlo, hacerlo más
justo.
Ahora te reclamo, lucha y dame desde ahora el gusto
De hacerlo verdadero paraíso antes que me toque la suerte

De que ordenen mi mudanza a tu nuevo vecindario,


Y que cuando me registre, encuentre a mi llegada
Una sociedad de espíritus ¡socialista!, feliz, de justicia
nivelada
Donde las almas convivirán für ewig2 en trajín pacífico y
solidario.

Jorge Ortiz Colom

jo
1
“No pueden existir los solamente hombres, los extraños a la ciudad. Quien vive de verdad
no puede no ser ciudadano, y compartir. Indiferencia es abulia, es parasitismo, es la cobardía,
no es vida. Por eso odio a los indiferentes.” Antonio Gramsci (1891-1937) fue un líder socialista
y pensador político italiano.
2
“Por siempre”, en alemán. Expresión usada por Gramsci para señalar la intención de que
sus ideas duraran.

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