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TESIS DE MAESTRÍA
CIUDAD DE LA HABANA
2007
1
Agradecimientos
Muchas Gracias.
2
A mi familia
3
INDICE
INTRODUCCIÓN…………………………….………………………………….. I
CAPÍTULO I. EVOLUCIÓN ECONÓMICA, POLÍTICA Y SOCIAL DE
REPÚBLICA DOMINICANA (1966-1986)………………..…... 1
1.1 El legado histórico de la crisis del 61…………………………………… 1
1.2 El proyecto de dominación balaguerista (1966-1978) ……………..…. 12
1.3 Apertura democrática del Partido Revolucionario Dominicano (1978- 22
1986)…….……………………………………...........
1.4 Transformaciones generales del modelo de Estado dominicano
entre 1966 y 1986 35
………………………………………………………..………
CAPÍTULO II. CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO NEOLIBERAL
DOMINICANO (1987-1996) …………………………………... 68
2.1 El retorno al autoritarismo ……………………………………………….
68
2.2 Consolidación del Estado neoliberal dominicano ………. 88
2.3 Crisis del sistema político tradicional (1990-1994) …………………….. 95
CAPÍTULO III: SOCIEDAD CIVIL Y CAMBIOS POLÍTICOS EN
REPÚBLICA DOMINICANA (1982-1996). ……………………………………. 105
3.1 La organización obrera y movilización de los sectores populares:
primeras experiencias (1982-1986) ……………………………………… 105
3.2 Respuesta popular a la fragmentación sindical y las pugnas
interpartidarias (1987-1993) ……………………………………………… 119
3.3 Labor de la sociedad civil ante los cambios políticos (1994-1996).
Principales resultados. ……………………………………………………. 129
CONCLUSIONES……………………………………………………………….. 142
BIBLIOGRAFÍA GENERAL...…………………………………………………... 146
ANEXOS………………………………………………………………………….. 158
4
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
República Dominicana, país que durante siglo y medio conoció regímenes autoritarios,
logró, a partir de 1978, comenzar a construir el largo y complejo proceso democrático. El
estudio de este fenómeno despierta un interés particular por la naturaleza de los cambios
políticos, las relaciones comerciales y la articulación de la sociedad en el nuevo orden
mundial transnacionalizado. En este contexto se configuraron nuevos actores sociales que
complejizaron el escenario político dominicano. La década de los ochenta del pasado siglo
significó una dura batalla entre el autoritarismo y el orden democrático y resultó una etapa
muy difícil para todos los dominicanos.
Desde el año 1986 no se realizan en nuestro país estudios históricos sobre República
Dominicana. Con el fin de actualizar dichos estudios y contribuir al fortalecimiento del
vínculo cultural de nuestros pueblos, se presenta una investigación de la realidad
económica, política y social de Quisqueya. Para realizar esta investigación histórica nos
auxiliamos de una bibliografía, que en su gran mayoría persigue objetivos políticos, en la
que encontramos diversas valoraciones de la sociedad dominicana contemporánea con
escaso argumento factual. Esto nos obliga a alertar al lector respecto a que en el cuerpo
de la tesis pudieran no estar precisados todos los hechos históricos que argumenten
ciertas afirmaciones en determinados períodos históricos. Particularmente, en lo relativo a
la evolución política y social de República Dominicana entre 1990 y 1996 no ha sido
sistematizada en una investigación histórica en nuestro país. No obstante, recurrimos a
I
INTRODUCCIÓN
La tesis estudia la experiencia de lucha y transición política dominicana entre 1978 y 1996,
que nos convence de la capacidad de nuestros pueblos para readaptarse a la dinámica
mundial y regional con sus influencias positivas y negativas. La importancia de este
estudio no reside, exclusivamente, en analizar las consecuencias negativas del proceso de
globalización neoliberal, sino que también se propone identificar y valorar aquellos
mecanismos establecidos por el Estado y la sociedad civil para adaptarse a la nueva
realidad.
Base para esta tesis lo constituyen las problemáticas que se mencionan a continuación:
¿La política económica del PRD significó estabilidad general para el país?
¿De qué manera reaccionó el pueblo dominicano ante la nueva función del Estado?
1
En República Dominicana se difundieron las obras de Ernesto Laclau que cuestionaron no solo los supuestos del
marxismo, sino también de las ciencias sociedades occidentales. Para él, el sujeto en lo adelante será el producto de
proyectos de hegemonía y contrahegemonía, de conflictividad y consenso, en suma de tensión y lucha nunca terminadas
y no por leyes necesarias que eran fórmulas de comprensión acerca de la realidad social. Igualmente se difundieron las
ideas de Norbert Lechner quien también se interesó en la formación de los sujetos sobre la marcada relación con la
política. Para más información: Pérez, César y Leopoldo Artiles. Movimientos sociales dominicanos: identidad y
dilemas. Santo Domingo: Instituto Tecnológico de Santo Domingo, 1992.
II
INTRODUCCIÓN
¿Existió una labor conjunta entre el Estado y la Sociedad civil para desarrollar políticas
de beneficio general a nivel nacional?
Precisar las características del tipo de Estado que emerge como consecuencia de las
transformaciones económicas y sociales a partir de la década de los ochenta.
Identificar los actores tradicionales y/o emergentes dentro del nuevo marco nacional.
Examinar y valorar las consecuencias del modelo estatal sobre la sociedad civil.
Ciudadano:
III
INTRODUCCIÓN
Las discusiones actuales sobre la ciudadanía parten del concepto de T. H. Marshall, quien
amplió su definición convencional como parte de una comunidad política para abarcar sus
dimensiones sociales y civiles. Cada una de estas dimensiones se sustenta en un contexto
institucional: el sistema jurídico respecto a los derechos civiles, la educación respecto a lo
social y el sistema electoral y de los partidos respecto a lo político. La relación entre estas
tres esferas ha sido muy conflictiva. Para Marshall esta ciudadanía menguaría las
desigualdades causadas por la economía y, en consecuencia, interviene en las relaciones
de clase2. Podríamos afirmar que esta relación se mantendría para el Estado benefactor
keynesiano, donde los derechos sociales son institucionalizados por el Estado, que a su
vez, subordina algunas leyes del mercado a la justicia social. Pero la transición a la
hegemonía de las empresas multinacionales y globales exacerbó las tensiones
subyacentes y condujo a reorganizar los contextos institucionales que sustentaban los
derechos de la ciudadanía en sus tres dimensiones. Ello se hizo más evidente con las
políticas neoliberales para reducir y privatizar los servicios del Estado benefactor.
2
Yúdice, George. El recurso de la Cultura. Usos de la cultura en la era global. La Habana: Editorial Ciencias Sociales,
2006, pp. 192-195.
3
Para profundizar en este tema ver: Dotel, Olaya. “Modelos de ciudadanía: un acercamiento teórico”. En: Revista de
Estudios Sociales, volumen XXXVI, número 134. Santo Domingo: Centro Bonó, octubre-diciembre de 2003. pp. 11-30.
4
Martínez Bulté, Fernando. “¿Cómo se forma un ciudadano?”. En: Revista Temas, Cultura Ideología y Sociedad,
número 35. La Habana, octubre-diciembre de 2005, pp. 61-82.
IV
INTRODUCCIÓN
Democracia:
La teoría sobre la democracia tiene relación directa con las ideas y prácticas de la justicia
social y de la soberanía nacional. La presencia de estos dos aspectos es crucial a la hora
de evaluar el verdadero contenido democrático de los regímenes político de la región. “La
democracia es el resultado de mayores niveles de modernización y riqueza, de bienestar
generalizado, de valores culturales tolerantes y, finalmente, de la consecución de la
independencia económica respecto a los actores externos”5. Según el argumento
funcionalista de la democracia, se debe producir una correlación genérica entre
capitalismo, democracia y modernización. Sin embargo, la adopción de medidas
neoliberales han dejado el término de democracia en su aspecto formal: los procesos
electorales y las estructuras del Estado, pero este ha abandonado su función
asistencialista y las élites políticas emprenden procesos económicos devastadores para
los sectores excluidos y para la nación misma.
Estado:
Estado neoliberal:
5
Marini, Ruy M. América Latina: democracia e integración. Caracas: Editorial Nueva Sociedad, 1993. p. 78.
6
González Casanova, Pablo (coordinador). “El Estado y la Política”. En: América Latina, hoy. México: Editorial Siglo
XXI, 1990. p. 64.
V
INTRODUCCIÓN
Sociedad Civil:
Como plantea el Dr. Jorge Luis Acanda: “La sociedad no es un conjunto yuxtapuesto de
cosas, sino un sistema de relaciones. Al Estado como el conjunto de estructuras e
instituciones que consolidan al poder. Al poder como principio estructurador del todo
social, y por ende no únicamente en su esencia represiva, sino también y principalmente
en su esencia productiva. Concibe al poder no solo ni esencialmente como dominación,
sino como hegemonía, como capacidad de una clase de conformar el ambiente cultural-
espiritual de la sociedad. Y a la sociedad civil no en contraposición mecánica con la
sociedad política y el Estado, sino en su relación de interpenetración con ambas,
entendiéndola como el conjunto de estructuras e instituciones que condicionan la
socialización del individuo y la producción social de sentido, esfera de existencia de la
cultura. Por lo tanto, como punto de anclaje fundamental del poder y arena por excelencia
de la lucha política”8.
7
Saxe-Fernández, John. Globalización: crítica a un paradigma. México: Plaza Janes, 1999. p. 330.
8
Acanda, Jorge Luís. Sociedad Civil y Hegemonía. La Habana: Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura
Cubana “Juan Marinello”, 2003.
VI
INTRODUCCIÓN
artículos que tienen como objeto central el análisis de la sociedad dentro del proceso de
integración regional desde diferentes perspectivas. Coordinado por Francis Jácome y
Andrés Serbín, el material brinda una serie de conceptos generales conformados a partir
de situaciones que han tenido lugar en países caribeños. Cada artículo aporta la
experiencia nacional mezclada con las similitudes que se pueden presentar en la región.
Es así como el ejemplo de República Dominicana se manifiesta como uno de los más
problemáticos en cuanto al análisis de temáticas sociales.
Por otra parte, para identificar diferentes tipos de actores sociales y sus posibles modos
de organización, el trabajo de Álvaro de la Ossa, “Gran Caribe: mecanismos para
profundizar la participación de los actores sociales“ es excelente por el grado de
precisión. Expone causas, avances y limitaciones dentro de un marco nacional.
Como resultado de una investigación que se dirigió a identificar las divergencias entre
Estado y Sociedad Civil desde la política pública, en el año 2001 la Universidad
Metropolitana Azcapotzalco, México, publicó el libro “Políticas Sociales y Nuevos Actores”.
La importancia de este trabajo reside en identificar a la sociedad civil como agente
económico dentro de las relaciones socio-políticas.
9
En el ámbito latinoamericano se encuentra a Paulo Freire desde su punto de vista educativo y antropológico y a Pedro
Jacobi en el ámbito político. Asimismo, como fundadores en esta corriente pionera de los años ochenta y principios de
los noventa, se encuentran los estudios de Eugenio Tirón, Elizabeth Jelin, Fernando Calderón.
VII
INTRODUCCIÓN
Herederos de estos estudios en una realidad más contemporánea son César Pérez y
Leopoldo Artiles, quienes analizaron críticamente la labor de los movimientos sociales y
sus dilemas, destacando la nueva rearticulación con los partidos políticos y los sindicatos.
En 1990 identifican la existencia de una sociedad civil no consolidada. Muestran las
conexiones entre los supuestos actores exclusivamente sociales con los tradicionales del
sistema político, lo que nos ayudó a comprender que en la realidad dominicana la
sociedad civil no es otra cosa que la ciudadanía interesada no sólo en sus necesidades
particulares, sino dispuesta a la búsqueda de un sistema político más democrático.
El estudio “La cultura de la pobreza” por Jorge Cela s.j. nos alertó del nacimiento de otra
parte de la sociedad dominicana. Me refiero a los marginados que desarrollaron una
cultura de la pobreza configurada por ellos mismos en un mundo paralelo al de la ciudad.
Su mundo era el barrio popular y muchas veces no comprendieron que no existían dos
mundos, sino que el orden establecido los excluía y marginaba.
VIII
INTRODUCCIÓN
transición democrática con una perspectiva más amplia y que incluya la evolución del
Estado y sus incidencias hacia la sociedad civil.
Los análisis de coyuntura fueron los trabajos más difundidos que abordaron la realidad
dominicana. El Centro Bonó y la Fundación Juan Montalvo surgen en los años ochenta a
partir del esfuerzo de un grupo de intelectuales por realizar trabajos críticos sobre dicha
realidad. Fundaron la Revista de Estudios Sociales, que resultó nuestra principal fuente de
información y en la que confluyen trabajos de diversa índole y valoraciones diferentes
acerca de la situación social, económica y política. De igual manera, la Universidad
Autónoma de Santo Domingo y la Universidad Pontificia Católica y Madre de Santo
Domingo difunden resultados de investigación de campo acerca de la realidad rural y
citadina de Santiago de los Caballeros y otras provincias del país, que nos mostraron que
los cambios sociales no eran asuntos exclusivos de la capital. En este sentido se destacan
los trabajos de Pavel Isa Conde y Mercedes Contreras, que realizaron un estudio
actualizado sobre el estado de equidad en República Dominicana.
IX
INTRODUCCIÓN
En Cuba contamos con escasas fuentes. En este sentido solo pudimos auxiliarnos de los
estudios del historiador Haroldo Dilla y los ensayos económicos del investigador Félix
Calvo, quienes estudiaron la coyuntura política dominicana en la etapa 1982-1986.
Haroldo Dilla nos permitió realizar una primera mirada al fenómeno. Son de destacar las
numerosas fuentes periodísticas utilizadas y la acertada mirada al futuro, cuando
planteaba que en República Dominicana se empezaba el camino hacia el establecimiento
del Estado de corte neoliberal y observó las modificaciones que tuvieron los principales
partidos políticos en su seno.
Por último, debido a la actualidad del tema y la escasa bibliografía existente en el país,
realizamos una exhaustiva búsqueda en páginas de Internet, que nos brindaron
información al respecto, y consultamos, asimismo, los diarios Listín Diario, Hoy y El Caribe
en su versión electrónica.
Los dos primeros capítulos están dedicados al estudio de la evolución económica, social y
política de República Dominicana entre 1966 y 1986. El primer capítulo comienza en 1966,
cuando República Dominicana estabiliza su vida republicana. El gobierno de Joaquín
Balaguer estableció como política económica el desarrollo de la industria nacional para
eliminar la dependencia del país a las importaciones foráneas y propició jugosas
ganancias a sectores emergentes de la burguesía que se vincularon a la actividad
financiera. Paralelamente, Balaguer crea las condiciones para la entrada al país, a gran
escala, de las inversiones extranjeras. Todo este proceso estuvo dirigido y supervisado
por el Estado y contó con la estabilidad política del país, lograda por el pacto de
dominación entre Balaguer y las clases dominantes, que cedieron su protagonismo político
a cambio de lograr una tranquilidad social que permitiera construir lucrativos contratos de
interés para su clase. Ello fue posible también por el apoyo que el campesinado le brindo a
Balaguer, quien controló a las fuerzas armadas y reprimió cualquier acción contraria a su
política. Sin embargo, la crisis económica de finales de los setenta propició las condiciones
necesarias para que el Partido Revolucionario Dominicano, líder histórico de la oposición
política a Balaguer, ganara las elecciones en 1978.
X
INTRODUCCIÓN
Todo este proceso fue asimilado y rápidamente utilizado por Balaguer para ganar las
elecciones de 1986. Con este giro político comienza el segundo capítulo. El presidente
criticó la gestión gubernamental del PRD y se auxilió de la Iglesia Católica y la moral de la
nación para recordar a la población sus doce años de gobierno, donde República
Dominicana tuvo indiscutibles avances. El escenario social era diferente. Balaguer, a
cambio de mantener el poder político, permitió total libertad al CNHE para consolidar el
proyecto económico. En 1991 y 1993 se firman nuevos acuerdos con el FMI, que
renegociaron el pago de la deuda externa. El presidente no abandonó ciertas acciones de
beneficio social (construcción de viviendas y carreteras, disminución de la inflación,
austeridad en los precios de los consumos y salarios), pero privatizó aquellas empresas
XI
INTRODUCCIÓN
que ofrecían servicios públicos esenciales. Balaguer manejó a su favor las elecciones de
1990 y 1994. Esto trajo como consecuencia una crisis de gobernabilidad, donde la
población exigió reformas al Estado.
La segunda etapa brindó mejores frutos a la lucha social. En este período las huelgas
nacionales fueron impresionantes. Como elemento novedoso se observa la participación
de la clase media y el surgimiento de otras organizaciones más consolidadas, por ejemplo,
Participación Ciudadana y Confederación Nacional de Organizaciones Populares. En esta
etapa es importante señalar dos características fundamentales:
la vinculación del Partido de Liberación Dominicana con las masas populares, el cual
dirigió dos huelgas nacionales en 1990 que exigieron la renuncia del presidente, y
XII
INTRODUCCIÓN
Hacia 1992 el pueblo depositó sus esperanzas en el relevo generacional de 1994, que no
se hizo realidad hasta 1996. En esta última etapa se conquistan las primeras reformas
políticas y sociales como fruto de la labor de la sociedad civil. Las más significativas fueron
la reforma constitucional, la reforma al sistema legislativo, la elección de una nueva Junta
Central Electoral, la reforma al Código Laboral, el Plan Decenal de Educación y el
proyecto de Salud Nacional.
XIII
INTRODUCCIÓN
XIV
INTRODUCCIÓN
XV
INTRODUCCIÓN
XVI
CAPÍTULO II
CAPÍTULO I.
10
La Unión Cívica Nacional: fundada el 11 de julio de 1961, formada por miembros de la alta clase anti-trujillista y por
jóvenes de tendencias radicales, propugnaba la vía de la destrujillización del país como tarea central del momento. A
mediados de 1962 se convirtió en partido político presentando un programa de democracia restringida, lo que provocó
la salida de muchos miembros de la Agrupación Política 14 de julio que tenían la doble militancia. Muy cercana a la
interpretación de Estados Unidos sobre el rumbo que debía seguir República Dominicana, la Unión Cívica Nacional se
definió como opositor al PRD (portador de un discurso populista), pero sus propuestas conservadoras pronto la situaron
en desventaja con el PRD, con el cual contendió electoralmente en 1962. Derrotada, motorizó la conspiración que
culminó con el golpe de Estado en septiembre de 1963. Aunque muchos de sus miembros siguieron activos en la
política, su convivencia con el gobierno de facto anuló definitivamente la relevancia de este partido. En las elecciones de
1966 su candidatura apenas obtuvo 16,152 votos. Cordero, Margarita. “Notas sobre la historia de los partidos
modernos”. En: Estudios Sociales, año XX, número 89/90. Santo Domingo, julio-diciembre de 1982, pp. 38-39.
11
Fundado en La Habana en 1941 por un grupo de exiliados políticos de la dictadura de Trujillo. La organización
defendía un proyecto de reformas democráticas. La primera convención del PRD, que reunió delegados de todo el país,
designó a Juan Bosch y Buenaventura Sánchez Félix para la presidencia y vicepresidencia del país respectivamente en
octubre de 1962. La convención fue siempre el método que utilizó este partido para escoger sus representantes. José A.
Aquino. Ob. cit, p. 405-425.
12
Gleijeses, Piero. La crisis dominicana. México: Fondo de Cultura Económica, 1984. p. 65.
17
CAPÍTULO II
ámbito sindical, dicha agrupación izquierdista sólo logró ser aceptada por sindicatos de
segundo orden, llamados viejos, que parecían inadaptados a la realidad dominicana13.
La Unión Cívica Nacional, que –en todo momento- negó ser un partido político, era en
realidad una herramienta de los miembros de la clase alta dominicana, y el instrumento
que habrían de utilizar para hacerse del poder. Desde la oposición, fue refugio de
extrujillistas que se autoproclamaban anticomunistas y “respetables líderes maduros”14.
Por su parte, el Partido Dominicano de la Era de Trujillo, sólo había existido, desde sus
comienzos, para servir al amo. A la muerte del Jefe, la desorganización partidaria debilitó
su poder. Después de la derrota de los hermanos del tirano ofrecieron su apoyo a
Balaguer, pero sostener este partido era para Balaguer mantener viva la presencia
ideológica del dictador en tiempos antitrujillistas.
La labor del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) merece especial atención por su
vinculación con las masas populares, posición que defenderá por considerar que la
democracia no debía limitarse a la representatividad a nivel político-electoral, sino que
debía transformar la situación social y económica en Quisqueya. Juan Bosch15, como
presidente, tenía la perspectiva de ir más allá que desmantelar el imperio de Trujillo16.
Según el destacado intelectual, debido a la intensa presión internacional ningún gobierno
provisional podía impedir elecciones libres en 1962, mientras tanto, “nuestro objetivo
político no podía ser la conquista del poder, sino más bien la movilización del pueblo, y
nos dábamos cuenta de que esto tomaría un largo tiempo”17. La interpretación del
presidente Bosch sobre el modelo democrático para el país se manifiesta cuando el 16 de
julio de 1963 expresó:
13
Ibidem, p. 67.
14
Ibidem, p. 68.
15
Juan Bosch (1909-2001). Sin duda alguna unas de las grandes personalidades dominicanas del siglo XX. Comparado
muchas veces con Juan Pablo Duarte al vivir varios exilios políticos que no le impidieron construir su carrera política y
ser reconocido como el presidente que verdaderamente ha instaurado un gobierno democrático en República
Dominicana, frenado constantemente por el gobierno norteamericano en complicidad con los sectores conservadores del
país se postula para presidente en 1966, 1970, 1982, 1986 y 1990, momento en el cual resulta elegido por el pueblo pero
el fraude electoral permitió que Balaguer gobernara por cuatro años más. No obstante, su labor política a través del
Partido de la Liberación Dominicana es reconocida como referencia obligada para todo cuadro político de la nación.
Muere en el año 2001. Prieto Rozos, Alberto. Ideología, Economía y Política en América Latina: siglos XIX y XX. La
Habana: Editorial Ciencias Sociales, 2005, p. 163.
16
Bosch, J. Crisis de la democracia, p. 17. Citado por Gleijeses, Piero. 61
17
Bosch, J. Crisis de la democracia, p. 17. Citado por Gleijeses, Piero. 66.
18
CAPÍTULO II
18
Raful, Tony. Movimiento 14 de junio. Historia y documentos. Santo Domingo, República Dominicana, 2007. p. 332.
19
Raful, Tony. Ibidem, p. 333.
20
Gleijeses, Piero. Ob cit, p. 66.
19
CAPÍTULO II
21
El programa incluía la derogación de todas las instituciones políticas y militares de la dictadura y establecer un
Gobierno Provisional que convocara a una constituyente con la participación del pueblo. Establecer la Reforma Agraria,
garantizar la libre organización de la clase obrera, iniciar una campaña de alfabetización, establecer un amplio sistema
de seguridad social, desarrollar y proteger la industria nacional, expropiar a favor del Estado todas las propiedades del
tirano y de personas que hayan estada bajo el amparo de este. Revisar todas las concesiones hechas al capital extranjero
que sean lesivas para la soberanía popular, reformar el sistema tributario y desarrollar una política económica tendente a
asegurar las posibilidades de empleo. En cuanto a la política exterior, apoyaba la democracia representativa y la
convivencia pacífica y ayuda mutua entre los pueblos del Caribe y Centroamérica. Raful, Tony. Ob. cit, pp. 77-81.
22
Raful, Tony. Ob. cit, p. 153.
23
Ver Carta al presidente Balaguer, fechada el 9 de octubre de 1961, citado por Raful, p. 159-161.
24
Discurso de Manolo Tavárez Justo el 16 de noviembre de 1961. La línea inquebrantable del 14 de Junio se definió en
noviembre de 1961 cuando al denunciar la labor de Balaguer -que hasta ese momento no había hecho nada por el pueblo
dominicano- realizó un llamado nacional a formar un Gobierno de Unidad Nacional que tenga como programa la
elección de un presidente por las agrupaciones opositoras que sustituyera al presidente Dr. Joaquín Balaguer y la
creación de una Junta de 6 miembros donde estuvieran representadas las Fuerzas Armadas a través de un alto oficial
previamente seleccionado24. Fue así que la Asamblea Nacional del Movimiento 14 de Junio repudió el proceso electoral
20
CAPÍTULO II
que se celabró el 20 de diciembre de 1962 y llamaba al pueblo a no dejarse engañar y convertirse en cómplices de unas
elecciones espurias y apoyar la solución patriótica de crear un gobierno de unidad nacional.
25
Raful, T. Ob. cit, p. 98.
26
Este documento, redactado por varios sacerdotes fue firmado el 25 de enero de 1960 por varios Arzobispos y leído el
1 de febrero en cientos de iglesias atestadas de feligreses. Entre los Arzobispos más importantes se encontraba Ricardo
Pittini, Octavio Beras, Tómas Relly, Juan Pepén, Hugo Polanco Brito y Leopoldo Panal. Ibidem, p. 99.
27
Meses atrás, cuando la Iglesia denunció la dictadura Trujillo, este presionó al padre Zenón para que el Vaticano lo
nombrara como benefactor de la Iglesia. Dicha acción como era de esperarse cayó en el vacío. A partir de entonces el
conflicto Iglesia-Trujillo se manifestó cuando en carta a Balaguer fechada 2 de febrero de 1961, la Iglesia expresó que
“el título de Benefactor descansa en tanta sinceridad, y cimiento conceptos bañados de espontaneidad que nadie
sensible a los halagos de su carta pidiendo que se le otorgue el título al Generalísimo puede olvidar que también la
Iglesia ha sentido las acciones de este desconcertante varón”. Ibidem, p. 97.
28
Discurso de Manolo Tavárez después de resultado electoral. Raful, Tony. Ob. cit, p. 294.
21
CAPÍTULO II
agrícola, con una población eminentemente rural (60.9%), los campesinos no poseían
siquiera la pequeña parcela que labraban. La presencia del latifundio y del minifundio,
como formas básicas de tenencia de la tierra, no permitían el aprovechamiento de las
capacidades productivas de la tierra, por lo que las explotaciones agrícolas eran de baja
rentabilidad. Esta situación provocaba que los campesinos, en busca de mejoría
económica, se traladaran a la ciudad, en condiciones aún más deplorables. Bajo Trujillo
había comenzado la industrialización, pero ésta no benefició al mercado nacional, las
materias primas eran importadas y la tecnología era ociosa que, además, utilizaba
fertilizantes sumamente costosos. Al mismo tiempo, el gobierno siguió una “deliberada
política de mantener al pueblo en la ignorancia y de cerrar el camino a los jóvenes que
querían ir a un instituto de enseñanza superior o escuelas técnicas”29. Con el fin de la Era
de Trujillo, todas las propiedades de la familia pasaron al Estado pero, quienes las dirigían
ya no estaban y gradualmente la rentabilidad económica fue nula por una dirección
ineficiente30.
Otro grave problema era la corrupción sin freno. En República Dominicana el poder había
sido un medio para procurarse ventajas. Aunque sin llegar al extremo de Trujillo, después
de 1960 hasta el momento en que Bosch llega a la presidencia el autoenriquecimiento era
orden del día31.
Por eso, la batalla de Bosch era en todos los frentes. Fue acusado de comunista cuando
no lo era y de demagogo por los llamados cívicos. Los titulares de los periódicos decían
“Comunistas y Trujillistas se unen en el partido de los Demagogos”32. La UCN no se
contentó con acusar a Bosch de marxista-leninista, sino que describió al PRD como “el
último recurso de los comunistas en su puja por apoderarse del país”33. En palabras del
propio Bosch cuando fue acusado de traer a República Dominicana la lucha de clases,
replicó: “La lucha de clases, y el odio de clases, han existido siempre en Santo Domingo,
pero fueron utilizados únicamente en beneficio de la gente de primera, mientras el pueblo,
29
Gleijeses, Piero. Ob. cit, p. 79.
30
Ibidem, p. 81.
31
Ibidem, p. 81.
32
Ibidem, p. 97.
33
Ibidem, p. 96.
22
CAPÍTULO II
que era la víctima, era inconsciente de la injusticia o no veía otra elección que la de
aguantar”34.
El nacimiento de un gobierno democrático parecía coronar para siempre la fórmula
democrática de una libertad política con plena participación popular. La presidencia de
Bosch era la victoria de los campesinos, los desempleados urbanos, los trabajadores
empobrecidos y la abrumadora mayoría de la clase media baja. Contra él, la minoría
oligárquica, los extremistas de izquierda y los socialcristianos. El apoyo histórico del
gobierno al Movimiento 14 de Junio enriqueció el proyecto constitucional del Partido
Revolucionario Dominicano. La unidad política de Bosch y Manolo en este momento selló
para siempre este momento considerado por muchos como el inicio de la verdadera
democracia.
La constitución del 29 de abril de 1962 contenía los sueños democráticos de la gran
mayoría. Al reconocer la necesidad de la reforma de la tenencia de la tierra condenaba
uno de los males históricos de para América Latina, el latifundio. A la vez admitía y
respetaba el derecho a la propiedad privada y se afirmaba el derecho del Estado a la
expropiación con una indemnización adecuada, teniendo en cuneta el interés colectivo de
modo preponderante al interés particular. Al reconocer los ideales democráticos se afirmó
en la Carta Magna que “ningún dominicano podrá ser expulsado del país”, se determinó
que la cohabitación entre personas aptas para el matrimonio podrá ser considerada, por
razones de equidad y bienestar social, como equivalente a la unión matrimonial. En el
mismo espíritu, la Constitución prohibió a los funcionarios emitir certificados de nacimiento
en los que se indicaran la legitimidad o ilegitimidad del nacimiento o se mencionara
cualquier manera la naturaleza y el carácter de la filiación. Además, se garantizó que
todos los niños sin distinción de sexo, gozarán de las mismas oportunidades de desarrollo
social, físico y espiritual. Sin embargo, tales disposiciones no complacían al clero, que
atacó desde un inicio al gobierno por considerarlo una amenaza a la estabilidad de la
familia dominicana. La causa de esta acusación fue lo estipulado por la propia constitución
que no reconocía el Concordato de Trujillo con la Iglesia Católica en 1954 ni otorgaba
privilegio a la educación religiosa. Para la Iglesia Católica la Constitución carecía de todo
sentido espiritual y de universalidad.
34
Ibidem, p. 95.
23
CAPÍTULO II
Otra era la interpretación que realizaba la mayoría del pueblo. Para éste el documento era
la esperanza para construir la verdadera democracia. Bosch se volcó también a luchar
contra la corrupción y las libertades públicas. Rebajó su salario y el de sus ministros por
considerar que “un país con el tamaño del nuestro y la grave situación económica no se
puede permitir los dispendiosos salarios que he encontrado en la nómina pública”. Dejó
así al pueblo dominicano un recuerdo que atesorar. El embajador Edwin Martin, que no
era amigo de Bosch, tuvo que admitir “el hecho indiscutible es que su breve administración
haya sido tal vez una de las más honestas en la historia dominicana, si no en la historia de
América Latina”35. Los puntos de vista políticos de Bosch coincidieron con su filosofía
moral, pero se encontró en medio de dos fuerzas: la extrema izquierda y la oligarquía, bajo
el peligro constante de un golpe y la escasa ayuda económica de Estados Unidos36.
Asimismo, tuvo que luchar contra prácticas nepotistas dentro de su propio partido y los
antiguos propietarios de tierras inundaron los juzgados para dilatar la reforma agraria37.
No obstante todos los tropiezos y errores, en septiembre de 1963 el gobierno ya había
encontrado su camino. En menos de dos meses se habían entregado tierras a mil
cuatrocientas familias. Al mismo tiempo, el gobierno trajo a técnicos de América Latina y
se estableció un instituto de formación técnica y profesional en la organización y manejo
de cooperativas. Por último se creó el Centro Interamericano de Estudios Sociales
(CIDES) para la educación intensiva y masiva en sectores clave de la población
dominicana. El 25 de septiembre de 1963 el Listín Diario con una nota de optimismo
publicó “la situación financiera del país no puede ser todavía considerada óptima, ni
siquiera normal, pero está claro que el arduo proceso de recuperación está siendo
conducido con éxito”.
El ascenso popular de Bosch y el hecho de que poco a poco cumpliera sus promesas
provocó que los partidos derrotados se convirtieran en una oposición letal y amenazante.
Aunque Bosch invitó a la oposición a formar gobierno ofreciéndoles ministerios o carteras,
ésta se unió bajo la consigna de derrotar a Bosch, no sólo por el interés económico, sino
porque operaba un interés moral. Sumado a esto, Bosch estaba decido a supeditar las
Fuerzas Armadas al poder civil, proyecto mal visto por la alta oficialidad, que había
35
Gleijeses, P. p. 101.
36
Gleijeses, P. p. 102
37
Gleijeses, P. p. 102.
24
CAPÍTULO II
38
Gleijeses, P. p. 104.
39
40
Comunicado del Movimiento 14 de Junio en vísperas del Golpe de Estado. Raful, Tony. Ob. cit, p. 333.
25
CAPÍTULO II
41
Proclama de Manolo Tavárez Justo el 29 de noviembre de 1963 en la creación de frentes guerrilleros sobre diversos
lugares del territorio nacional.
42
Prieto, A. Ob. cit, p. 54.
26
CAPÍTULO II
43
Francisco Caamaño Deñó, miembro de un grupo de la joven oficialidad progresista dentro de las fuerzas armadas
tomó la trascendental decisión de armar a las masas populares, conducidas con frecuencia por los antiguos guerrilleros.
Ante el peligro que representó este hecho para el sector más reaccionario de la cúpula militar y el gobierno de Estados
Unidos por la amenaza de “otra Cuba”, se produjo la invasión bajo el auspicio de la Organización de Estados
Americanos. Ante la superioridad numérica se firmó el Acta de Reconciliación que entregó la presidencia a Héctor
García Godoy.
44
Gleijeses, P. p. 87
45
Gleijeses, P. p 271.
27
CAPÍTULO II
el GRN46. La salida política fue nombrar presidente del Gobierno provisional al moderado
Héctor García Godoy, que había desempañado diferentes cargos, desde embajador de
Trujillo hasta ministro de Asuntos Exteriores en las últimas semanas del gobierno de
Bosch. La candidatura en un principio no fue aprobada por los constitucionalistas, pero el
Comité creado para buscar una solución aceptó por mayoría, los constitucionalistas
temieron una negativa opinión internacional y de las Naciones Unidas, pero lo que más
pesó fue la amenaza de no aceptar esta solución, Ciudad Nueva sería invadida por las
tropas norteamericanas.
Mientras tanto, las tropas interventoras se aseguraron de que sólo quedaran como
oficiales de las Fuerzas Armadas dominicanas aquellos que habían luchado contra los
rebeldes en Las Manaclas y Ciudad Nueva. Hacia 1966, la situación era muy tensa, la
opresiva presencia de las patrullas del ejército y la policía tenía como respuesta la
agitación del pueblo y la actividad de los guerrilleros desde una posición radicalizada. La
extrema izquierda también tenía sus mártires, jóvenes como Otto Morales, Amín Abel y
Maximiliano Gómez.
En medio de esta agitada situación se celebraron las elecciones de 1966, donde resultó
presidente Joaquín Balaguer. La experiencia de los años sesenta radicalizó las posiciones
revolucionarias, que tuvieron que enfrentarse, a partir de ese momento, a un largo período
de 12 años de Balaguerismo, preámbulo de la transición a la democracia.
La herencia histórica y el legado político del Movimiento 14 de Junio, el gobierno de Juan
Bosch y el movimiento cívico-militar dirigido por el Coronel Francisco Caamaño Deñó
quedaron en la memoria de las tradiciones de lucha del pueblo dominicano para construir
la anhelada democracia.
46
Gleijeses, P. p. 278.
28
CAPÍTULO II
contexto regional que se produce a raíz del triunfo de la Revolución Cubana, a partir de la
cual se radicalizaron las fuerzas políticas en el área y se intensifica el intervencionismo de
Estados Unidos47.
47
Mariñez, Pablo A. Democracia y procesos electorales en República Dominicana. Santo Domingo: Editora Alfa y
Omega, 1994. pp. 19-21. Latorre, Eduardo. Sobre Desarrollo y Democracia. Instituto Tecnológico de Santo Domingo,
Santo Domingo, República Dominicana, 1992. pp. 33-45.
48
Fundado por Joaquín Balaguer tras su retorno del exilio en 1965. A fines de 1983 se fusionó con el Partido
Revolucionario Social Cristiano, adoptando parte de un discurso popular para destacar la comunidad popular. Es por ello
que a veces aparece el nombre de Partido Reformista Social Cristiano. Consecutivamente Balaguer ha sido elegido en
las convenciones realizadas: 1970, 1974, 1978, 1982, 1986, 1990, 1994, 2000, aunque en 1995 realizó por primera vez
elecciones primarias, donde podía participar cualquier persona que presentara un documento oficial emitido por el
Estado dominicano. No obstante, el objetivo esencial fue ampliar las bases de apoyo del partido. Aquino, José A. Ob. cit,
p. 410-424.
49
Joaquín Balaguer (1906- 2002). Durante la dictadura de Trujillo ocupó cargos en la administración pública y se dedicó
a las cuestiones diplomáticas, lo que le permitió estudiar en las mejores universidades europeas. Dentro de los cargos
más relevantes que ocupa se destacan Secretario de Estado de la Presidencia, Secretario de Estado en Educación,
Secretario de Relaciones Exteriores, en fin, brazo derecho de Trujillo en asunto políticos y económicos. Además es
quien logra sacar a toda la familia de Trujillo cuando este es ajusticiado y ocupó la Presidencia Provisional al instante de
caer la dictadura. Ante los sucesos políticos que vive el país sale al exilio, funda el Partido Reformista y su labor en
estos años (1961-1965) le permitieron convertirse en el hombre más “aconsejable” a los intereses de las clases más
conservadoras y al gobierno de los Estados Unidos para ocupar la presidencia en 1966. Estuvo activo en la vida política
hasta el 2000. Su obra literaria es amplia, abarca desde temas de la identidad dominicana, gramática, política, etc., entre
los que se pueden citar Tebaida Lírica (1924), La Isla al revés (1984), Yo y mis condiscípulos (1996) y su última obra
La Raza Inglesa (2000). Balcarcer, Juan Daniel. “Balaguer, un monarca cautivo”. En: Revista Rumbo, No 321. Santo
Domingo, 2000.
50
Hacia 1966, en el continente, este modelo económico comenzaba a eclipsar ante la caída de los precios de los
productos latinoamericanos en el exterior. Entonces muchos pequeños y medianos propietarios quebraron, ya que la
demanda solvente en el mercado nacional estaba satisfecha, mientras que los grandes se hacían más poderosos al
centralizar las riquezas y concentrar la producción. Eso los impulsó a fundar compañías anónimas y a vincularse
estrechamente con los bancos, debido a lo cual comenzaron a controlar parte del mercado interno y a eliminar la libre
competencia. Prieto, Alberto. Ideología, economía y política en América Latina…. p, 186-187.
29
CAPÍTULO II
Se impulsó una reforma agraria, tendente a ampliar y consolidar una extensa base de
sustentación social campesina con la que se buscaba legitimar el régimen. En el ámbito
político, el Partido Reformista logró la hegemonía dentro de los partidos conservadores;
mientras que, desde el Estado se reprimieron los partidos de oposición, muchos de los
cuales tuvieron que pasar a la clandestinidad y sus dirigentes salir al exilio. Fue así como
la liberalización del régimen y la proliferación de organizaciones políticas y laborales, que
se había iniciado en años anteriores, quedó totalmente sepultada. A nivel militar se
produjo una amplia politización de los institutos castrenses, base fundamental del régimen
balaguerista.
La segunda condición fue la ley 299 de 1968, Ley de Protección e Incentivo Industrial, que
clasificaba en tres las inversiones industriales. El primer grupo estuvo integrado por
plantas fabriles dedicadas a la exportación y ubicadas preferentemente en zonas francas,
que gozaban de exoneraciones de impuestos sobre la renta, exportación o importación,
controles cambiarios, etc., y se les permitía mayores niveles de empleados. Estas plantas
fabriles se distinguían según fuesen nacionales o extranjeras y se penalizaba a las
primeras con menores exoneraciones fiscales. Las más destacadas en este grupo fueron
las zonas francas La Romana y San Pedro de Macorís, que consumían muy poca materia
51
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 97.
30
CAPÍTULO II
Sobre esta base jurídica se experimentó un auge industrial iniciado en 1969, que contó
con un mercado en proceso expansivo, centrado fundamentalmente en el fortalecimiento
económico de la pequeña burguesía, resultante en gran medida de las políticas
económicas del Estado53. La dinámica del mercado facilitó la emergencia de una nueva
burguesía y ni siquiera la burguesía tradicional cuestionó esta faceta universalista del
Estado, ya que ella se insertaba también en la alternativa modernizante.
52
Dilla, Haroldo. Crisis del desarrollo y tendencias neoliberales…. p. 7
53
Cassá, Roberto. Los doce años: contrarrevolución y desarrollismo. p. 333-335.
54
Un ejemplo de ello fue el Consejo Nacional de Desarrollo (CND) creado en 1966 y donde se daban cita empresarios,
tecnócratas, representantes del capital trasnacional y ocasionalmente el propio embajador de Estados Unidos. El objetivo
de este consejo era asesorar al gobierno en la toma de decisiones económicas. Pero al paso del tiempo, el CND degeneró
en una instancia decorativa, relegada por Balaguer a un “debate abierto” sin afectación al derecho presidencial a “decidir
soberanamente sin ninguna clase de coacción ni de interferencias ajenas”. Báez C. J. y O Fernández. Estado y partidos
políticos en República Dominicana. Citado por: Dilla, Haroldo. Ob cit, p. 28
55
Con esto no quiero decir que el campesino era un cuerpo monolítico, en el agro dominicano persistían relaciones de
servidumbre y tanto las políticas de Trujillo como de Balaguer favorecían -condicionalmente- a campesinos
acomodados, y estos obligaban a sus peones a votar por Balaguer.
31
CAPÍTULO II
Por medio de la Ley 299 se incentivó la inversión privada y, al mismo tiempo, se dictaron
otras trece leyes que estimulaban la inversión en el turismo, la minería y las finanzas. Su
efecto inmediato fue la entrada al país de capitales extranjeros hacia áreas económicas
vitales. Se realizaron concesiones mineras a empresas como ALCOA (bauxita),
FALCONBRIDGE (ferro-níquel) y ROSARIO MINING (oro).
En 1967 entra al país la Gulf and Western, que adquirió el 2.3% del territorio nacional
(1118 km2), dentro del cual se encontraba la Central La Romana, que no había caído en
manos de la familia de Trujillo. Gracias a las generosas concesiones del Estado, ya en
1973 esta transnacional controlaba 62 empresas, una agencia crediticia propia (COFINSA)
y había comprado acciones en el Banco Popular Dominicano56. Entre 1973 y 1976, la
inversión industrial ascendió a 1100 millones de dólares, de ellos 900 millones eran
norteamericanos y 100 millones de empresas nacionales. Estas inversiones estuvieron
dirigidas básicamente al sector financiero, que permitieron que en 1980 existieran en el
país 7 bancos extranjeros y 4 nacionales o mixtos57. Balaguer creó mecanismos que
hicieron posible la creación y/o consolidación de la burguesía financiera. Generalmente los
recursos recibidos, ya fuera del exterior o del propio Banco Central, se canalizaban
56
Dilla, Haroldo. Crisis del desarrollo y tendencias neoliberales…, p. 11
57
En 1971 operaban cinco bancos extranjeros con 26 filiares, el 37% de los préstamos y el 52% de los ahorros y
depósitos. En 1975 estos porcentajes eran el 64% y el 52% respectivamente. El sistema financiero desde inicios del
gobierno de Balaguer estuvo controlado por los extranjeros, dirigido principalmente al sector privado y no al público. La
concentración del sistema financiero en unas pocas instituciones privadas se hizo palpable en la banca comercial. Luis
Gómez. Relaciones de producción dominantes en la sociedad dominicana. Citado por: Haroldo Dilla, Crisis del
desarrollo y tendencias neoliberales…, p. 12.
32
CAPÍTULO II
El auge del sector bancario se vinculó al de las construcciones. A partir de 1972 surgieron
7 bancos hipotecarios controlados por la gran burguesía dominicana y extranjera. Para
1982 casi 200 millones de dólares estaban dirigidos al sector de la construcción. El Estado
concibió un plan de obras públicas suntuarias que proporcionó empleos ocasionales a
miles de personas y propició jugosos contratos a sectores burgueses emergentes. Fue
sobre esta base que el sector de la construcción tuvo un crecimiento en los años setenta
con beneficios para el sector popular58.
En todo momento el Estado realizó el manejo de los recursos financieros. Entre 1966 y
1978 se percibió, en opinión del historiador Haroldo Dilla, una concentración de los
poderes en el ejecutivo, lo que se demostraba cada año al designar el presupuesto estatal.
La rigurosa centralización de los gastos del presupuesto gubernamental chocaba con la
liberalidad con que eran manejados los recursos de las empresas públicas. Más allá de las
formas, se trataba de asegurar los perfiles lucrativos múltiples de los sectores burocráticos
militares y burgueses emergentes y en ello incidía el interés caudillista de Balaguer y de su
camarilla más cercana. Apoyados en la Ley de Austeridad y otras medidas draconianas,
los presupuestos del gobierno central constreñían los gastos corrientes en provecho para
el capital privado. El Estado actuó como canalizador del sistema crediticio a través del
Fondo de Inversiones para el Desarrollo Económico (FIDE) y de la Corporación de
Fomento Industrial (CFI), encargados de tramitar los préstamos al sector privado59. Esto
constituyó “un pacto de caballeros” entre el sector privado y público. Sin embargo, poco a
poco, la balanza se inclinó a favor del sector privado bajo el viejo supuesto de la ineficacia
del Estado como administrador. Las corporaciones industriales nativas fueron sometidas a
un riguroso proceso de descapitalización que condujo a la quiebra financiera estatal60.
58
Cassá, Roberto. Los doce años: contrarrevolución y desarrollismo. p. 317. En esta página aparece un esquema en el
que se aprecia cómo van aumentado las inversiones durante la década de los setenta en el sector público y privado,
siendo siempre mayores las privadas, 2 816.5 millones con respecto a las públicas 1948.7 millones de dólares.
59
Ibidem, p. 22.
60
El gobierno agrupó en tres grupos a estas empresas: la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE), el Consejo
Estatal del Azúcar (CEA) y la corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE). Existían otros 27 organismos
incluyendo a la Universidad Autónoma de Santo Domingo y el Instituto Nacional de Estabilizadores de Precios.
33
CAPÍTULO II
El Estado cambió tierra por acciones, sobre todo en regiones donde la presión
demográfica era mayor y evidentemente generaría empleos a partir de la diversificación de
la propiedad. En este punto es necesario señalar que la concepción de Balaguer era que
debía repartirse las tierras al campesinado, mientras que, para la gran burguesía y los
norteamericanos, el problema agrario debía ser resuelto por medio del reparto de tierras
que no afectaran la gran propiedad territorial. Como mencionamos anteriormente,
Balaguer necesitó la retroalimentación de su liderazgo sobre la mayoría campesina,
requería afianzar la hegemonía estatal sobre el campesinado y en ello influyó la
cosmovisión balagueriana sobre la sociedad dominicana. Se trataba del supuesto de que,
por circunstancias históricas diversas, la pequeña y mediana parcela campesina era más
productiva que el latifundio62. Poco a poco, la Reforma Agraria se convirtió no sólo en un
interés económico sino político, la estabilidad social dependía de que el mayor
conglomerado de la población –el campesinado- gozase de un mínimo de justicia.
61
Cassá Roberto. Ob cit, p. 486.
62
Cassá, Roberto. Ob. cit, p. 491.
63
Cassá Roberto. Ob. cit, p. 491.
34
CAPÍTULO II
Hacia 1973, según Cassá, se percibe un giro político del Estado con respecto al agro. La
reforma agraria se convirtió en el desarrollismo agrícola, que se tradujo en el abandono del
esfuerzo reformista del Estado y el establecimiento de lineamientos tecnocráticos de la
Secretaría de Agricultura. En un principio Balaguer hizo resistencia a ello, pero en la
práctica, debido al juego de fuerzas contradictorias que operaban en el seno del Estado, la
ambigüedad de la burocracia y las propias limitaciones ideológicas del presidente, la
reforma agraria se había estancado, como se advirtió en la distribución de los
asentamientos agrícolas de 197565.
Un último factor esencial, que permitió la relativa estabilidad del régimen hasta un
momento dado, fue el equilibrio en torno al poder militar. Para la sociedad, el cuerpo
militar, escindido de lo civil, eran facciones en pugna por intereses netamente personales,
cuya unidad solo podía ser asegurada mediante la intervención de un líder fuerte y
autoritario, Joaquín Balaguer. Durante muchos años Balaguer demostró una extrema
habilidad para manejar los conflictos entre los militares. Esto le resultó de utilidad desde el
punto de vista político por varias razones: la primera era que mantenía subordinada a la
élite económica, ya que si esta tomaba partido por algunos militares fracturaba al Estado y
si criticaba la gestión de Balaguer le daba la espalda al máximo líder; la segunda cuestión
es más sencilla: plantear la estabilidad del Estado en torno al equilibrio de fracciones
militares, impuso una lógica de exclusión política sobre todo para la oposición. Ya sea
64
Dore y Cabral, Carlos. Reforma Agraria y luchas sociales en la República Dominicana 1966-1978. Santo Domingo:
Editora Taller, 1981, p 84.
65
Cassá Roberto. Ob. cit, p. 509.
35
CAPÍTULO II
Existe un consenso general al afirmar que durante los últimos años del período de
Balaguer existió una aguda crisis económica que afectó el apoyo social con que había
comenzado en 196666. El primer elemento que sustenta dicha afirmación es la crisis
agropecuaria que acentuó los índices de desempleo y subempleo en el campo, al tiempo
que engrosaba el número de emigrantes rurales a la ciudad. La productividad en el campo
declinó, en 1970 el PIB agropecuario era del 23,2% y descendió notablemente a 16,7% en
1980 con mediocres crecimientos anuales.
El proyecto del viejo caudillo, aún cuando pudo mantener la preeminencia civil, desató una
represión a cargo de bandas paramilitares conocidos como “los intocables”. Estas lograron
66
Dilla, Haroldo. Crisis del desarrollo y tendencias neoliberales…, p. 45.
67
Vicens Lucas. Crisis económica 1978-1982. Santo Domingo: Editora Alfa y Omega, 1982, p. 18.
36
CAPÍTULO II
La crisis del régimen reformista también estuvo condicionada por la política del gobierno
de J. Carter hacia la región. La nueva política de Derechos Humanos de J. Carter, con
objetivos estratégicos, tendía a restringir los mecanismos autoritarios de Balaguer y a
contribuir a la modernización política de aquellos sectores burgueses de la oposición.
Adicionalmente, Estados Unidos redirige sus capitales hacia Brasil, México y Europa, lo
que afecta el monto de las inversiones extranjeras en el país. Al respecto Haroldo Dilla
comenta: “Como sucedió en el resto del continente la sustitución de importaciones se
convirtió en desplazamiento de importaciones, a la par que disminuía la proporción de los
valores de los importaciones de materias primas, productos intermedios, combustibles y
bienes de capitales”70.
El llamado grupo C o tercer grupo fue sensiblemente dañado por la limitación del mercado
nacional para absorber todas las producciones elaboradas. Con el tiempo muchas
industrias se convirtieron en instalaciones ociosas ante la saturación del mercado interno.
En la medida que la tasa de ganancia decrecía, muchas industrias se fueron repartiendo
68
Dilla Haroldo. Ob. cit, p. 28.
69
Vincens Lucas. Ob cit, p. 19.
70
Dilla Haroldo. Crisis del desarrollo y tendencias neoliberales…., p. 49.
37
CAPÍTULO II
entre los monopolios de capital extranjero y nacional con la consecuente exclusión de las
empresas pequeñas. Este fenómeno se hizo mucho más tangible en la década de los
ochenta71. A partir de 1975 comenzó a imperar la fuga de capitales y las inversiones
directas de capital extranjero aumentaron considerablemente.
Entre los años 1960-1970 el país experimentó un rápido proceso de urbanización que
modificó la distribución de los grupos sociales. En este periodo, más de un millón de
dominicanos se trasladaron del campo a la ciudad, o de ciudades pequeñas a grandes
agregados urbanos, lo que estimuló el crecimiento de barriadas habitadas por campesinos
recién inmigrados, trabajadores informales y todo tipo de población marginada. A partir de
1965 otro macro proceso se desató: la masiva emigración hacia Estados Unidos72.
Por todo esto, el Ejecutivo tuvo que reelaborar su proyecto económico. Tras haberse
dedicado a establecer una política desarrollista, justificó al régimen por medio de la
apertura democrática y su papel representativo en el capital global. En ese contexto y
dentro de un espíritu marcadamente conservador, Joaquín Balaguer advirtió a los sectores
dominantes del peligro que significaba el posible triunfo electoral del PRD. La
“advertencia” tendría sus efectos catastróficos, pero más que nada “evidenció el fracaso
rotundo del plan reformista que ideológicamente encaró la figura del gobernante Joaquín
Balaguer”73.
71
Dilla Haroldo. Crisis del desarrollo y tendencias neoliberales, p. 52. La tasa de crecimiento promedio del PIB en el
período 1969-1973, superior al 10%, disminuyó a menos de la mitad en el período 1974-1980. La industria que había
rendido en un 13% de crecimiento antes de 1973 mermó a un 5,2% en el período 1974-1978. La construcción, que había
sido el sector más dinámico a nivel interno, se redujo de un 22,1% a sólo un 6,4%. A este cuadro se sumaron los efectos
negativos del incremento de los precios del petróleo, que precipitaron aceleradamente las contradicciones del esquema
de acumulación.
72
Lozano Wilfredo. “Tradición caudillista y cambio política en República Dominicana (1986-1996)”. En: Perfiles
Latinoamericanos, enero-junio, año/vol. 05, número 008. México D. F.: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales,
1996. p 35.
73
Cassá Roberto. Ob.cit., p. 510.
38
CAPÍTULO II
Fue en este escenario que se fortalecieron organizaciones políticas como el PRD, que
lograron un movimiento de masas, y fue también en este mundo donde la izquierda
revolucionaria movilizó a una gran parte de la intelectualidad de clase media y grupos
estudiantiles urbanos74. El conjunto de empresarios emergentes vinculados a la
industrialización se cohesionó como grupo social, con intereses distintos a sus “colegas”
importadores o terratenientes. Los propios actores del pacto oligárquico-reformista
sufrieron con el tiempo importantes transformaciones. Por ejemplo, los grupos
terratenientes, a consecuencia de las leyes agrarias de 1972-1974, pasaron a tener
importancia en el negocio inmobiliario urbano y en la banca nacional; los grupos
exportadores se vincularon también a la banca y los propios importadores invirtieron en
negocios locales agrarios o industriales. Este proceso creó una nueva realidad social en
estos agrupamientos económicos, lo que condicionó, a su vez, sus relaciones con el
régimen, pero sobre todo, abrió en muchos de sus sectores una posibilidad de diálogo y
relación con otras fuerzas políticas no vinculadas al pacto de dominación de 1966.
Este nuevo escenario social y político era ya un hecho a mediados de la década de los
setenta, por lo que el gobierno se vio obligado a ejercer una mayor tolerancia en la acción
74
Lozano Wilfredo. Ob. cit, p. 36.
39
CAPÍTULO II
El capital para aplicar el MDI debía provenir de las divisas del sector externo, del aumento
de la demanda interna en el mercado nacional y de una efectiva política fiscal, pero no
existieron ninguna de estas tres condiciones. El programa económico fue rápidamente
sepultado por el deterioro económico y sustituido por un plan de austeridad, puesto en
vigor desde mediados de 1980. Así, si el PIB nacional logró un cierto repunte en 1979 y
75
A partir de 1974 desapareció la coyuntura favorable, se redujeron los precios de los productos básicos de exportación,
se incrementaron los gastos de importación de combustible, bienes de capital, se constriñeron los flujos inversionistas y
de asistencia económica y se propiciaron las condiciones para el endeudamiento. En 1978 el déficit de la balanza
comercial ascendía a 326 millones de dólares, seis veces superior a la de 1973. La deuda externa del país absorbía el
21,4% de las exportaciones. Ver: Ceara Miguel. Tendencias estructurales y coyuntura económica de la economía
dominicana. Santo Domingo: Editora Nuevas Rutas, 1984. p. 224.
76
Según analistas de la época, el MDI debía ser un éxito a causa de la coyuntura favorable de la entrada de divisas a
partir del sector externo, un sistema de ingresos fiscales para los gastos corrientes y un sector privado dinámico
estimulado por la demanda y donde las trasnacionales tendrían un rol fundamental.
77
Ceara, Miguel. Ob. cit, p. 224
78
Dilla, Haroldo. Ob. cit, p. 48.
40
CAPÍTULO II
1980 –con un 4,85 y 5,6% respectivamente-, debido al alza de las actividades de servicios
apoyada en una coyuntura externa relativamente favorable, en 1981 la tasa de crecimiento
se redujo al 3,4% y al 1,6% en 1982.
El gobierno perdió paulatinamente la amplia base de apoyo electoral que obtuvo en 1978.
Para las masas populares el cambio se redujo a la instauración de ciertas libertades
públicas que no bastaban para alimentarse, conseguir un empleo o asegurar los servicios
sociales básicos. Tras el derrumbe de las expectativas creadas por el MDI, la situación
popular empeoró al descargarse sobre ellas el peso de la crisis y de los programas de
austeridad. Sin embargo, dado el bajo nivel de organización popular y la carencia de una
estrategia orgánica, la impopularidad del gobierno sólo se expresó en protestas aisladas y
en una reorientación de las preferencias políticas dentro del sistema, más aún por la
cercanía de los comicios electorales de 1982.
79
En 1980 las exportaciones crecieron un 10,7% favorecidas por el aumento del precio del azúcar y por mayores ventas
de oro, pero las importaciones lo hicieron en un 33,6% para un déficit comercial record de 647 millones de dólares en un
país donde las exportaciones se redondeaban en 1000 millones de dólares. Dilla, Haroldo. Ob. cit, p. 49.
80
Ceara, Miguel. Ob. cit, p. 227.
41
CAPÍTULO II
El propio Partido Revolucionario Dominicano –como maniobra política- volvió las espaldas
a su gobierno, bajo el pretexto de una política exterior ultrareaccionaria. Parecía que el
tiempo no había transcurrido. En el área caribeña ocurría un proceso acelerado de
descolonización y en algunos países como Nicaragua, Granada y Surinam se iniciaba un
proceso de recuperación de la soberanía nacional, que apuntaba a profundizar el
debilitamiento del dominio hegemónico norteamericano en la región. Era el momento, a su
vez, que Cuba ganaba mayor liderazgo en los países del área, particularmente en los del
Caribe de habla inglesa, los que establecieron relaciones diplomáticas con Cuba tan
pronto lograron su independencia.
Sin embargo, la lógica interna que había tenido el proceso político y social dominicano en
lo que hemos denominado como acentuación del orden neocolonial, condujo al PRD a
mantener un distanciamiento con Cuba, como la mayoría de los países latinoamericanos a
principios de la década de los sesenta. Esta desfasada política exterior, que no estaba en
consonancia con lo que ocurría en la región, fue la piedra angular de la crítica ejercida por
el PRD al final de la gestión gubernamental del presidente Guzmán. El interés del PRD era
buscar un distanciamiento de una gestión muy desprestigiada a las puertas de un nuevo
ciclo electoral, donde el triunfo fue asegurado con la consigna de que “a la democracia
política asegurada por Guzmán se agregaría la democracia económica”81.
El rechazo del PRD a la política exterior del gobierno, efectivamente, no fue totalmente
desacertado. Estuvo relacionado con el ascenso de Ronald Reagan a la presidencia en
Estados Unidos, quien puso en ejecución un proyecto para recuperar su dominio
hegemónico en la región del Caribe, que incluía la aplicación del modelo económico
neoliberal en los países del área, el cual varió sustancialmente el contexto regional en la
década de los ochenta. Estos cambios motivaron al PRD a insertarse aún más dentro de
los lineamientos neoconservadores82. Guzmán apoyó los esfuerzos norteamericanos por
impedir el triunfo revolucionario en Nicaragua, cooperó activamente con los regímenes de
81
Dilla, Haroldo. Ob. cit, p. 50
82
Aunque la presente investigación no tiene como objetivo delinear la política exterior de Guzmán Blanco, otro ejemplo
de dependencia al gobierno de los Estados Unidos lo demuestra la participación de las Fuerzas Armadas y de Seguridad
nacional dominicanas en la política belicista de Estados Unidos en la Cuenca del Caribe, la “profesionalización de las
FAS” consistió en una ayuda norteamericana para el equipamiento militar y condicionadores políticos que desbordaron
las necesidades del país, es así como se produjo la militarización de la sociedad. Haroldo Dilla, Crisis del desarrollo y
tendencias neoliberales…, p. 68
42
CAPÍTULO II
Duvalier en Haití, Edward Seaga en Jamaica y Augusto Pinochet en Chile. Pero, al mismo
tiempo, “es justo reconocer que en cuanto a libertades públicas y políticas económicas,
este gobierno debe considerarse lo más avanzado que se ha producido, aún cuando ello
nunca fue suficiente para dar solución o al menos paliar los graves problemas
nacionales”83.
Sin embargo, el rico ganadero del Cibao y sus asesores económicos no captaron la nueva
dinámica del capital imperialista, que imponía un nuevo estilo de política económica, muy
distante del MDI y mucho menos coherente que los programas de austeridad impuestos
desde 1980. En el marco de la crisis se imponían severos ajustes de matrices neoliberales
y una reorientación de la producción hacia la exportación, en lugar del modelo desarrollista
sustitutivo de importaciones. La incapacidad de comprender esta nueva dinámica no se
reduce a una mera torpeza técnica de los burócratas, en el fondo yacía la incapacidad del
gran capital local para organizar sus intereses, producir una elaboración intelectual básica
y articular un nuevo consenso en torno a la alternativa neoliberal.
El presidente Guzmán no sólo perdió el apoyo popular del PRD, sino también de la
burguesía dominicana. Esta había percibido una corrupción desmedida de funcionarios
públicos y un exceso populista en el manejo de los gastos corrientes. Según la oligarquía
dominicana aliada al capital imperialista, este era el origen del déficit comercial. La
oligarquía, en fiestas y cenas de confraternidad empresarial, acusó al gobierno de
malgastar el dinero. El distanciamiento de la burguesía tuvo su mayor expresión a partir de
1980 con las posiciones adoptadas por el Consejo Nacional de Hombres de Empresa
(CNHE).
83
Dilla, Harold. Ob. cit, p. 50
84
Dilla, Haroldo. Ob. cit, p. 51
43
CAPÍTULO II
Al adoptar el recetario neoliberal, la realidad mostró cómo los círculos dominantes trataron
de ajustar la política nacional a sus estrechos intereses fraccionales, sujetar las
burocracias gubernamentales y crear condiciones óptimas para la acumulación mediante
una drástica restricción del consumo popular y el sacrificio de las capas medias y del
sector empresarial mediano dirigido al mercado nacional.
85
Un papel importante en esta elaboración lo tuvo un grupo de “intelectuales patentados” vinculados al CNHE y
llamados posteriormente a ocupar cargos claves en la conducción económica del país. Se destacaron por la elaboración
de una serie de libros, ponencias y charlas como ejemplo podemos citar: Eduardo Tejera Diagnóstico de la economía
dominicana (1980-1981) y recomendaciones preliminares y Bernardo Vega con Comentarios sabatinos (1981-1982),
para más información ver Haroldo Dilla. Ob. cit, p. 51
86
Desde 1902 hasta la fecha, la influencia de Estados Unidos en las políticas económicas dominicanas ha sido decisiva y
el nuevo viraje del CNHE no escapa de esta singularidad. En esta nueva circunstancia, Estados Unidos se encargó de
proveer dos mecanismos claves para la economía dominicana: el Fondo Monetario Internacional y la Iniciativa para la
Cuenca del Caribe.
87
El 27 de noviembre de 1981 el embajador de EUA condicionó la ayuda gubernamental a la necesidad de “poner la
casa en orden”, lo que ante todo se traducía en un clima favorable con la inversión extranjera. Se clamaba por la
liberalización económica a pesar de los recelos de algunos grupos políticos y de algunos segmentos de la comunidad
empresarial. Ver: Investiment Climate Report on the Dominican Republic, 27 de noviembre de 1981. (documento)
44
CAPÍTULO II
abiertamente perturbadoras” para resultar ganadores en los comicios de mayo del propio
año. El propio PRD constituyó la vía a través de la cual presentaron sus líneas
programáticas que le garantizarían la preservación del sistema. Este presentó a
elecciones un programa económico y un plan de acción sumamente atractivo. El candidato
con más posibilidades de éxito, el Dr. Salvador Jorge Blanco, captó rápidamente el
mensaje del gran empresariado y absorbió a varias figuras ligadas a este medio.
88
Dilla, Haroldo. Ob. cit, p. 54
89
El FMI desembolsó a República Dominicana 465 millones de dólares durante tres años utilizables para el servicio de
la deuda y atrasos comerciales. El gobierno se comprometió a aplicar una serie de medidas dirigidas, por ejemplo, en el
área monetaria el gobierno fue eliminando los subsidios a los industriales e importadores, se tomaron medidas de
restricciones crediticias y aumento de la tasas de interés que redujeron la masa de moneda circulante.
45
CAPÍTULO II
Durante los años ochenta, Estados Unidos logró la recuperación del dominio hegemónico
en la región92 y el gobierno se acogió a los lineamientos trazados por los centros de poder
(CNHE), particularmente el Fondo Monetario Internacional y la Iniciativa para la Cuenca
del Caribe93. Dentro de este contexto internacional la transición democrática, en su
vertiente económica, era más difícil de alcanzar que la liberalización política,
supuestamente alcanzada por el período de gobierno 1978-1982.
La Junta Monetaria94, órgano superior del Banco Central creado en 1947, fue lugar de
concertación de empresarios y funcionarios políticos dedicados a trazar la política
90
Bernardo Vega. Charla en la Cámara de Comercio, 9 de marzo de 1983, citado por Haroldo Dilla. Crisis del
desarrollo y tendencias neoliberales. p. 54.
91
Juan Bosch rompe en 1973 con el PRD para fundar el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que se presentó a
elecciones en 1978 con Juan Bosch como candidato a la presidencia. Bosch fue candidato en 1982, 1986, 1990 y 1994.
Para 1996 con el retiro de Juan Bosch, el Congreso Elector escogió como candidato a Leonel Fernández, que obtuvo el
93,2 de los votos emitidos en el país. Aquino, José A. Ob. cit, p. 410-424.
92
El gobierno nacionalista de Manley en Jamaica había sucumbido ante presiones del FMI; en tanto que la política de
reversión y contención diseñada por los estrategas norteamericanos daba frutos en Surinam y Granada, cuyos procesos
sociales fueron revertidos, mientras que Nicaragua era sometida a la política de contención, mediante la guerra de baja
intensidad. Simultáneamente, la crisis económica en el Caribe se profundizaba en la medida en que asistía a un cambio
en el modelo de acumulación , donde el sector primario (producción agropecuaria y mineral ) era desplazado por el
secundario (maquiladoras) y el terciario (fundamentalmente servicios turísticos y financieros)
93
La Iniciativa para la Cuenca del Caribe (Caribbean Basin Iniciative) lanzada en 1984 por el presidente Reagan para
“contener las amenazas cubana y sandinista” en la región, fue uno de los factores decisivos para el desarrollo de la
industria de ensamblaje destinada al mercado norteamericano. La República Dominicana fue la principal beneficiaria del
ICC. Caroit, Jean Michel. “Relaciones Internacionales”. En: Estudios Sociales, año XX, número 89/90. Santo Domingo,
julio-diciembre de 1992, p 52.
94
La Junta Monetaria la componían el gobernador del Banco Central, los secretarios de finanzas y de
Industria/Comercio, los empresarios Hugo Gilliami y José A. Nejri y otros 6 miembros, todos dirigentes de poderosas
asociaciones burguesas y tecnócratas.
46
CAPÍTULO II
económica del país después de 1960. Sin rebasar los límites constitucionales, estipulaba
que las dos terceras partes de los miembros de la Junta fuesen elegidos en el Congreso95.
Durante el período de Balaguer la Junta desempeñó un papel discreto en la vida
económica nacional. Sin embargo, bajo el gobierno de Guzmán las tendencias
monetaristas que controlaban el Banco Central llegaron a provocar tensiones entre el
Presidente y el gobernador del Banco, Carlos Depradel96.
95
Constitución de 1966, artículo 112.
96
Dilla, Haroldo. Crisis del desarrollo y tendencias neoliberales…., p. 64.
47
CAPÍTULO II
En el área del sector externo se dictaron algunas medidas temporales que limitaba las
importaciones, pero los cambios fundamentales se dirigieron a crear posibilidades a las
inversiones extranjeras. Se modificó la ley 861, reguladora de las inversiones extranjeras
para ampliar aún más los incentivos de inversión en la minería, el turismo, la agroindustria
y las zonas francas industriales, tal y como lo exigieran la Cámara de Comercio y la
embajada de los Estados Unidos. Se otorgaron incentivos a los exportadores, sobre todo a
los no tradicionales99.
97
Dilla, Haroldo. Ob. cit, p. 55
98
Militarización de la Fábrica de Cemento Dominicana, El Nacional, 22 de marzo de 1983.
99
Dilla, Harold. Crisis del desarrollo y tendencias neoliberales….., p. 56
100
El déficit comercial ascendió a 529 millones de dólares debido al crecimiento de las importaciones sobre las
exportaciones. El déficit fiscal no fue más alentador, alcanzó cerca de 293 millones de pesos, 7,5 más que en 1982.
101
Listín Diario, 28 de Febrero de 1984.
48
CAPÍTULO II
Este año resultó mucho más desalentador, el PIB sólo creció un 1,5% y los resultados
obtenidos para 1985 fueron catastróficos. Las exportaciones de los productos tradicionales
disminuyeron un 14,2% y aumentaron otras sólo en un 3,2%. Al convertir la deuda “en el
objetivo central de la política económica”, según Miguel Ceara, “el gobierno sustituyó
cualquier estrategia a largo plazo por una visión cortoplacista y aniquiló cualquier opción
de desarrollo futuro”102. Las negociaciones con el FMI fueron desalentadoras para el
interés dominicano. El gobierno tuvo la oportunidad de renegociar un total de 586,6
millones de dólares, pero en un quinquenio debía pagar 600 millones de dólares, que
constituían los dos tercios de las exportaciones del país103. Hacia 1984, la deuda externa
constituía el 40% del PIB104.
Al margen de algunos sectores agrícolas medios, que pudieron ser beneficiados con el
crecimiento de los cultivos de exportación al mercado norteamericano, la inmensa mayoría
de la población rural –minifundistas con menos de cinco hectáreas, peones, etc.- fueron
afectados por el constreñimiento de los créditos, el aumento de los precios de los insumos
agrícolas, la detención de la escuálida Reforma Agraria y el brusco deterioro de los
generalmente inaccesibles servicios públicos.
102
Ceara Miguel, Ob. cit, p. 185.
103
Granma, 2 de Agosto de 1985.
104
Peña, Jorge de. “El costo de la vida, la situación del empleo y sus repercusiones en los trabajadores y sus
organizaciones”. En Forum 8, Santo Domingo, 1983.
105
Dilla, Haroldo. Ob. cit, p. 11. Explica el historiador que según el FMI, el 70% de la población urbana en República
Dominicana está por debajo de la línea de la pobreza, basado en los siguientes datos: los productos de la canasta básica
habían duplicado y triplicado sus precios, el precio de las medicinas también se había triplicado y en los productos
agrícolas de mayor consumo el aumento del precio giraba en un 70 %. Debe tenerse en cuenta que desde 1966 en el país
se ha producido una política de congelación salarial sólo interrumpida en 1974, 1979, 1984 y 1989.
106
Dilla, Haroldo. Ob. cit, p. 12.
49
CAPÍTULO II
1) La década de los ochenta fue de transición hacia una economía de servicios (turismo y
zonas francas, fundamentalmente). Se agotó el sistema sustitutivo de importaciones
implementado por el gobierno de Joaquín Balaguer, pero paralelamente se estimuló la
consolidación de la burguesía financiera vinculada a los intereses del capital
transnacional y se incentivó la entrada de capital foráneo con leyes que estimulaban la
inversión extranjera. Este proceso se consolidó a partir de 1984 con la firma del primer
acuerdo económico con el Fondo Monetario Internacional y la inserción en la Iniciativa
para la Cuenca del Caribe.
50
CAPÍTULO II
para superar la etapa recesiva del gobierno de Balaguer. En un contexto de crisis del
aparato exportador tradicional e imposición de los intereses del capital transnacional, el
Estado reorientó su política a la restricción de los gastos públicos del Estado y apeló al
endeudamiento con organismos internacionales.
En esta situación la naturaleza del Estado se transformó ante la nueva realidad nacional e
internacional que vivía la nación.
107
Por ejemplo Haití, Estados Unidos, Cádiz y Francia. Sabemos que República Dominicana no constituye un caso
excepcional, al igual que otros países latinoamericanos, se inspiraron en constituciones que consideraban en este
momento como paradigmas. Puede consultarse: Jorge García. La constitución de Cádiz y su influencia en América
Latina, Cuadernos de CAPEL, Costa Rica, 1987 y Thomas Buergenthal “La Constitución norteamericana y si influencia
en América Latina, Cuadernos CAPEL, Costa Rica, 1987.
108
El propio Joaquín Balaguer manifestó al llegar a la presidencia en 1966 que la Constitución no era más que un pedazo
de papel. Véase: Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 112.
51
CAPÍTULO II
Dentro de estas condiciones, una de las características fundamentales del sistema político
dominicano reside en depositar mucha confianza en el presidente, que es la máxima
autoridad que define la sociedad política en detrimento de otros poderes e instituciones.
Así mismo, a lo largo de la historia ha sido escasa la delimitación de competencias de los
distintos poderes en que formalmente se ha dividido el Estado y la subordinación de las
demás instancias al poder ejecutivo. La independencia de los poderes fue históricamente
una ficción en la República Dominicana. Tanto el Poder Legislativo como el Judicial, por
situaciones históricas muy difíciles para el país, han perdido la credibilidad que requiere
toda institución para lograr cierta estabilidad nacional. La inoperancia de los tribunales
dominicanos para castigar a los culpables de los crímenes políticos, e incluso los delitos
comunes, ha provocado que en ocasiones la población se haya visto en la necesidad de
hacer justicia con sus propias manos110.
109
Rojas, Onefre. El proceso de reforma y constitucionalización….p. 2. (ver anexo 1)
110
En un encuentro sobre la justicia dominicana a finales de 1986, el procurador general de la República confesó: “todo
lo que aquí se ha dicho en contra de la justicia es verdad. ( …) Nuestros jueces lamentablemente en gran parte se han
corrompido, venden sentencias, son haraganes, son cobardes, son indolentes y no tienen el más ligero ápice de
conciencia de la gran responsabilidad que la sociedad a impuesto sobre sus hombros” Forum: La justicia en República
Dominicana, Santo Domingo, 1987. Citado por Mariñez, Pablo. Ob cit, p. 113.
52
CAPÍTULO II
reestructurarla (1978), Estados Unidos se encargó de impedir que las fuerzas armadas
dominicanas velaran por los intereses nacionales, tal y como señala la Constitución.
En ausencia de esta legitimidad institucional, en el país se forjó una cultura política que
relega a un segundo plano al consenso y la hegemonía. Los mecanismos coercitivos
facilitaron la implantación de regímenes autoritarios. Quizás buena parte de la explicación
del fenómeno que venimos señalando radique en que la mayoría de las instituciones del
sistema político dominicano se han originado y desarrollado precisamente bajo regímenes
de este corte. Durante la dictadura de Trujillo se crearon no menos de 22 instituciones
estatales en el país, por lo que se puede afirmar que la mayoría de las existentes no se
han desarrollado bajo gobiernos proclamados democráticamente. Paradójicamente, la
dictadura de Trujillo recurrió en mayor grado a los aparatos del Estado que los gobiernos
democráticos que le sucedieron111.
Para explicar el triunfo electoral de la derecha hay que destacar que todavía la mayor
parte de la población dominicana estaba compuesta por campesinos, en quienes se
mantenían reflejos ideológicos tradicionalistas moldeados durante el periodo trujillista. El
campesino seguía adscrito al poder estatal a través del respeto a la autoridad como forma
111
Mariñez, Pablo. Ob cit, p 120-121.
112
La aceptación del nuevo régimen era adicionalmente facilitada debido a que el gobierno norteamericano necesitaba
legalizar la intervención militar. Como acto a posteriori, esto debía traducirse en la celebración de “elecciones libres” y
en la ulterior instalación de un “gobierno democrático”. Cassá Roberto, p. 245.
53
CAPÍTULO II
De tal forma, la nueva opción de derecha, por inspiración de Balaguer y por racionalidad
implícita de los planes norteamericanos, no reprodujo el exclusivismo de la burguesía
tradicional. Por el contrario, Balaguer recurrió a la defensa explícita y práctica de
determinadas medidas democráticas para incorporar a gran parte de la pequeña
burguesía. Mantener ciertos moldes democráticos resultó una garantía para la estabilidad
del sistema.
113
Cassá, Roberto, p. 250.
54
CAPÍTULO II
Cassá explica en su análisis cómo, después de la lectura de los textos más importantes de
Marx y Engels sobre el bonapartismo, se permite conceptualizarlo como un esquema en el
cual, la clase burguesa dominante queda excluida de la participación directa del Estado y
sustituida por una burocrática que asume interés general de clase. El Estado tiene que
asumir líneas que entran en contradicción con ciertos intereses inmediatos de la clase
dominante con el fin de garantizar la estabilidad del sistema y necesita, a su vez, la
subordinación política de la burguesía. La eficacia del sistema político responde a
condiciones históricas particulares: peligro de insurgencia popular, inestabilidad en la
correlación de fuerzas de las clases, persistencia de relaciones precapitalistas que
requerían determinadas mediaciones desde el Estado y debilidad relativa del
industrialismo.
El sociólogo dominicano Antonio Sánchez explica cómo desde Heureaux a Balaguer hay
un continuum autoritarismo, que con todas las aclaraciones de rigor, puede trazarse en el
último siglo115. Sin embargo, según Cassá, ello no implicó que Balaguer fuese el resultado
directo del trujillismo. Después de una revolución como la de 1965, el “pacto de caballeros”
exigía una disminución del despotismo y del intervencionismo estatal. No obstante, el
Estado quedó como instancia crucial para la reorganización del proceso de acumulación
de capitales116.
114
Cassá, Roberto. Modo de producción, clases sociales y luchas políticas. Santo Domingo: Punto y Aparte Editores C,
1983.
115
Sánchez, Antonio. “Ensayo sobre las ideas típicas de la pequeña burguesía en la República Dominicana”. En:
Realidad Contemporánea, año I, No 3-4. Santo Domingo: julio-diciembre de 1976. pp. 140-154.
116
Cassá Roberto, Ob. cit, p. 269.
55
CAPÍTULO II
El contenido social del Estado en sus elementos esenciales no cambiaba, pero sí las
modalidades de su funcionamiento y la articulación de sectores, resultado de las
contradicciones de clase que tienen lugar en la coyuntura117. El eje esencial de esta nueva
forma de Estado radicaba en lograr la “estabilidad y consenso” de clases. Para ello se
requería de un monto financiero bastante grande que pudiera sustentar su proyecto
económico, social y político. Las donaciones norteamericanas al gobierno, directas o por
vía de la Organización de Estados Americanos, ascendieron a no menos de 60 millones
de dólares y por la vía de préstamos alcanzaron los 253 millones de dólares118.
El Estado sirvió como mediador en la distribución de esos recursos que solamente podían
traer ocasionales empleos para los sectores más desposeídos y comprendió que la fuerza
amortiguadora entre el capital y el trabajo era la pequeña burguesía que, por sus niveles
culturales, comprendía sus intereses clasistas y en base a la cual se abrían posibilidades
de articulación de esquemas fáciles de acumulación de capital. Sobrevino entonces una
dispersión y desorganización gradual de las fuerzas populares, ya que esta pequeña
burguesía119 integró, en su gran mayoría, el bloque de poder y abandonó un proyecto
alternativo.
117
Dilla Haroldo. Ob. cit, p. 48.
118
Para ampliar información se puede consultar la obra citada de Roberto Cassá, páginas 273-282.
119
Antes de 1961 la pequeña burguesía podía llegar a ser un peligro, ya que no entraba dentro de los beneficios del
sistema económico estatal trujillista. El sector más radical dentro de esta clase se destacó en la Revolución de Abril,
asumiendo dos posiciones principales: la del populismo (en mayoría) y la de la izquierda revolucionaria. El populismo
no reconocía todos los derechos de las masas populares, pero al no existir una independencia clasista del movimiento
popular, fue aceptado por la gran mayoría. Entonces la pequeña burguesía se esforzó por jugar un papel que a la larga
sería beneficioso para el bloque de poder, tratando en todo momento de disolver las manifestaciones revolucionarias, en
lo que se incluían prácticas divisionistas contra el movimiento sindical. Es importante resaltar los errores de la izquierda
revolucionaria, que por concepciones no adecuadas a la realidad dominicana, veían a la clase campesina como la fuerza
revolucionaria más importante, resaltando obsesivamente al movimiento 14 de Junio y no trataron de vincularse a la
pequeña burguesía.
56
CAPÍTULO II
A mediados de la década del setenta, con la crisis económica, se debilitó la alianza de los
sectores oligárquicos y burgueses que habían cerrado filas junto a Balaguer en 1966. Con
el fin de contrarrestar los efectos negativos no deseados, el gobierno redujo su política
represiva, concedió mayores libertades de expresión, revitalizó la reforma agraria,
120
Vilas, Carlos. “Clases sociales, Estado y acumulación periférica en la República Dominicana 1966-1978”. En:
Realidad Contemporánea, No 10-11. Santo Domingo, 1979.Citado por Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 58.
57
CAPÍTULO II
construyó viviendas en los barrios de capas medias y bajas e incluso legalizó el Partido
Comunista Dominicano, en un intento por modificar la correlación de fuerzas
desfavorables que estaba generando. Sin embargo, ello no dio los resultados esperados,
la acción política del PRD y de los grupos de la izquierda revolucionaria, junto a la
oposición del empresariado, enseñaron cómo el sistema daba muestras de ser
inadecuado para el desarrollo de los intereses de cada grupo. Se realizó el combate contra
el régimen, empleando la libertad de prensa radial y escrita. Finalmente se logró “el
cambio”. Con esta palabra el PRD realizó su campaña, y con ella ganó las elecciones121.
La llegada del PRD al poder parecía coronar finalmente el ferviente deseo de la población
de tener en el país una dirección capaz de hacer del Estado una institución que pudiera
trazar una vía para cambiar su situación económica y su exclusión política y social. A partir
de 1978 se integraron frentes de masas populares, sectores de la pujante clase media
urbana y determinados miembros de la burguesía financiera-industrial, quienes
propugnaban un ordenamiento económico más inmerso en la ética burguesa liberal. Era
un supuesto consenso de conflicto social entre la clase media y la oligarquía financiera-
industrial, pero sobre todo entre esta última con los sectores populares y particularmente
con las organizaciones obreras.
Sin embargo, ya desde el principio el PRD había hipotecado su futuro. A nivel interno, el
PRD se acercó a la oligarquía y a la burguesía que se había distanciado de Balaguer,
justamente por la derechización que había experimentado dicho partido, sobre todo
después de 1973, año en que Bosch abandona sus filas para fundar el PLD. Al mismo
tiempo, el PRD continuó su retórica discursiva hacia los sectores populares,
fundamentalmente los centros urbanos, donde contaba con mayor base de sustentación
social. Paralelamente, a nivel externo, el PRD intensificó su acercamiento a los sectores
liberales norteamericanos, así como a la Internacional Socialista, de la que se hizo
miembro. Consciente de la dominación neocolonialista a la que estaba sometido el país, el
PRD impulsó toda una política que le permitió pedir apoyo a los Estados Unidos para que
Balaguer respetara el resultado electoral. Cuando los escrutinios comenzaron a arrojar un
resultado desfavorable al PR, los militares irrumpieron el salón de la Junta Central
121
Mu-Kien, Adriana. “Entre el autoritarismo y la aspiración de libertad”. En: Estudios Sociales, año XXVII, No 95.
Santo Domingo: Fundación Juan Montalvo, 1994, p. 16.
58
CAPÍTULO II
Electoral con el fin de interrumpir el conteo de los votos y dar un golpe de Estado que
pudiera retener el poder. Sin embargo, esto último no fue posible, en parte por las pugnas
surgidas entre los miembros de la alta oficialidad y en parte por las presiones externas,
particularmente por el gobierno norteamericano, que tomó cartas en el conflicto. El
resultado fue una componenda entre el PRD, el PR y el gobierno norteamericano, que se
denominó fallo histórico y en el que al PRD se le reconocía el triunfo electoral, a cambio de
que aceptara la alteración de los cómputos en cuatro provincias del país, con lo cual el PR
lograba mayoría en el Senado. De esa manera, el PRD asumía el poder a medias, pues la
Cámara de Senadores pasaba a ser controlada por la oposición balaguerista122.
El nuevo equipo gobernante estuvo rodeado de una alta inseguridad. Era una estructura
estatal conformada de acuerdo a intereses militares y empresariales habituados a
122
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 179.
59
CAPÍTULO II
concesiones y, por otro lado, apuntalada por los lazos tradicionales de dependencia
política respecto a Estados Unidos123. Además, esta inseguridad era estimulada por el
amplio movimiento social que el propio PRD había articulado, encerrando así muchas
expectativas por reivindicaciones sociales124. Se aplicó un criterio de equidistancia, no sólo
frente a los sectores empresariales y de clase media y popular, sino frente a su propio
partido.
Sin embargo esta estrategia de equidistancia respecto a los diversos grupos de presión
provocó continuos roces, tanto frente al sector empresarial como al propio partido, lo que,
de hecho, es interpretado por muchos investigadores como una lucha de clases, ya que
tanto en el gobierno como en el seno del partido gobernante existían sectores ideológicos
perfectamente diferenciados en política económica y social, de acuerdo a la toma de
decisiones del gobierno125. El resultado tácito de este fenómeno fue la aparición de tres
tendencias ideológicas en el gobierno y el grupo dominante en general. Estaban los
tecnócratas, que planteaban que el principal problema del Estado era la falta de recursos
financieros producida por la crisis externa de la economía, las deficiencias tributarias y las
elevadas presiones sociales, cuya posible solución era fortalecer el Estado mediante la
carga impositiva. En segundo lugar, se identificaban los liberales clasistas, que abogaban
123
En diciembre de 1981, seis meses antes de las elecciones generales de 1982, la Agencia de Comunicación
Internacional de Estados Unidos (USICA), a través de la embajada norteamericana en el país, dio a conocer un informe
especial emitido por el Departamento de Estado, donde señalaba, entre otras cosas, que el Partido Comunista
Dominicano y el PLD percibían fondos de Cuba y de la URSS y que además enviaban un número de miembros a recibir
enseñanza política y académica, así como entrenamiento militar. Este gobierno se mantuvo alineado a los intereses
norteamericanos, bien fuese apoyando el boicot de Estados Unidos a los Juegos Olímpicos de Moscú, o a la oposición a
que el caso de Puerto Rico fuese reconocido en la ONU, etc. Mariñez, Pablo. Ob. cit, pp.102.103.
124
El PRD se enfrentó a elevadas y contradictorias demandas sociales: las demandas de los sectores populares en
procura de una mejoría del nivel de ingreso y de empleo, detenido uno y desmejorado el otro por efecto de la Ley de
Austeridad, pieza importante del modelo industrializado aplicado por el Partido Reformista; las demandas de los
sectores de ingresos intermedios por un amplio abanico de motivaciones: mayor poder político frente a los sectores
tradicionales de poder, afán de lograr una mejor colocación dentro de la burocracia estatal, mayores oportunidades
económicas y ampliar su seguridad para mantener la pauta moderna a favor del conservadurismo importado; demandas
de los sectores empresariales: unos por mantener se tradicional influencia en la conducción del gobierno y otros
orientados por una mayor democratización económica y descentralización geográfica de la administración pública; el
sector militar con su campaña anticolonialista obedeciendo a la meta política de Estados Unidos de la seguridad
continental. Castillo, Manuel del. Modelo de democracia…. pp. 179-183.
125
En este sentido hay que tomar en cuenta que el grupo gobernante provenía de un sector agrícola (burguesía)
vinculado a los sectores de la clase media urbana, a través de los liberales del PRD y ciertas vinculaciones con el sector
liberal de la alta burguesía agro-industrial. Esto lo colocaba en contradicción secundaria respecto a los altos sectores de
la burguesía urbana de base industrial y comercial (importadores), que habían sido favorecidos por el modelo industrial
sustitutivo de importaciones aplicado por el Partido Reformista. También existieron diferencias con ciertos sectores de la
clase media urbana dentro del partido y cuyo liberalismo se planteaba en términos más radicales y amplios (liberales
moderados u oficialistas y liberales verticales o partidistas).
60
CAPÍTULO II
por un fortalecimiento del Estado para garantizar el libre juego de la empresa y la iniciativa
a gran escala de la empresa privada. Esta tendencia estaba en perfecta conjunción con la
administración de Ronald Reagan basada en la necesidad de liberar la economía, a fin de
estimular la inversión y la producción. Por último, se encontraba la tendencia neoliberal,
que abogaba también por el fortalecimiento del Estado para que lograra dirigir la gestión
económica, pero vinculada con la inversión extranjera como única vía para solucionar la
falta de recursos financieros. Esta tendencia surgió dentro de los propios liberales y
constituyó un grupo muy fuerte dentro del PRD. En nuestra opinión estas tendencias no
tenían en cuenta que este modelo de empresa estimulaba el desempleo y la fuga de
capital y originaría, a partir de la ineficiencia estatal, un abandono de la iniciativa
empresarial del gobierno y, por tanto, desaparecería el papel asistencial del Estado126.
A los pocos meses de asumir el poder, el PRD se encontró sometido, por un lado, a
fuertes críticas y presiones por parte de ciertos sectores de la burguesía, particularmente
la CNHE. Por otro lado, tuvo que enfrentar rápidamente a diversas movilizaciones sociales
que protestaban por las medidas consideradas antipopulares y tampoco llegaron a
comprender los cambios que se habían producido en el interior del partido.
La táctica diseñada para superar esta situación fue la de proyectar el distanciamiento que
se había producido entre la tendencia del partido que estaba en el gobierno y el propio
partido. Esto le concedía credibilidad, en tanto era de conocimiento que existían dos
tendencias políticas, los oficialistas (conservadores) y los ilustrados, que se alineaban a
los postulados de la socialdemocracia. Era este último grupo el que había sido marginado
del gobierno de Antonio Guzmán.
126
Castillo, Manuel del. Bases y perspectivas de la democracia…. pp. 185-200.
127
Tendencia Guzmán-Majluta: conocida como Unidad de Acero, era la más fuerte en cuanto a recursos económicos y
de mayor influencia en la maquinaria del partido, pero careció de apoyo popular. La tendencia Jorgeblanquista, conocida
como Alianza Electoral, gozaba de mayor respaldo popular y del apoyo del presidente del PRD Peña Gómez. Captó el
apoyo de figuras reconocidas que se habían apartado del PRD o nunca habían militado en él. Se vincularon figuras del
mundo empresarial para obtener fuerte financiamiento y al mismo tiempo congeniar los propósitos del CNHE. Lo que
pudo asegurar el apoyo popular fue la conocida fórmula 13 que aseguró una amplia participación de base en la selección
del candidato, lo que estableció el voto de más de 100 000 perreidistas. Se sirvió del populismo latinoamericano,
estableció contactos con los grupos empresariales que formaron parte del equipo asesor propuestos previamente por el
CNHE. Dilla, Haroldo. Crisis y evolución…pp. 60-62.
61
CAPÍTULO II
128
En la medida en que Guzmán fue desmantelando la política económica del Partido Reformista, la intranquilidad del
CHNE se convirtió en expresiones de conflicto, por lo que CNHE, aunque tuvo la intención de hacerle frente al gobierno
como unidad monolítica, no logró hacerlo efectivo por su carácter heterogéneo. Mientras algunos invitaban a enfrentar el
gobierno, otros manipulaban la situación para evitar que otros sectores empresariales alcanzaran mejor posición en el
reglamento económico oficial de las empresas. La lucha en el plano político era débil por la fortaleza del PRD y el PR.
De esta manera el CNHE quedó cooperando especialmente en apoyo a la política del gobierno a favor de la niñez
dominicana y más efectivamente como un grupo de presión que opera en el Congreso Nacional. Castillo, Enmanuel del.
Ob. cit, pp. 226-227.
129
Entre ellos se encuadran el grupo liberal modernista, los medianos empresarios y la Asociación para el Desarrollo de
Santiago. La clase media sólo pudo ser satisfecha mediante la incorporación parcial al tren burocrático y bajo el criterio
de selección, no sólo de la capacidad técnica sino de moderación política. En este sentido se puso de manifiesto el
criterio de “liberalismo moderado” del grupo gobernante. Castillo, Enmanuel del. Ob. cit, pp. 226-227.
62
CAPÍTULO II
130
Dilla, Haroldo. Crisis y evolución…..pp. 24-25.
131
Listín Diario, 17 de abril de 1985.
63
CAPÍTULO II
La acción de relegar ciertas áreas de poder del Estado a un mero poder formal o
simplemente para el entretenimiento de la opinión pública se percibió cuando se construyó
el programa denominado “lineamientos de política económica y programa de inversiones
públicas” (enero de 1983), donde se propuso un modelo desarrollista de corte keynesiano
muy distante de la estrategia neoliberal en curso. En mayo de 1983, la Secretaría declaró
que el proyecto sería presentado en el ejecutivo. Luego este se esfumó y ahora sólo existe
en algunas bibliotecas y archivos para el interés académico132. Contrario a esto, la
Comisión Promotora de Nuevas Inversiones Extranjeras, creada en 1982, entró
plenamente en funcionamiento en 1984. Su misión declarada sería la formación de un
ambiente propicio para las inversiones, la orientación de programas de desarrollo
priorizados, la identificación de nuevas oportunidades de promoción en el país y a nivel
tradicional133.
132
Listín Diario, trabajo editorial. www.listíndiario.do. (fecha de consulta: abril de 2005).
133
Listín Diario, trabajo editorial. www.listíndiario.do. (fecha de consulta: abril de 2005).
64
CAPÍTULO II
Blanco. Solamente cuando el citado presidente vio en peligro su sustentación social, puso
miras a su política asistencialista (seguro médico, planes de vivienda, programa de venta
de precios populares de medicinas y alimentos, etc.)
Son tres los factores que mayor incidencia tuvieron en el fracaso de la gestión
administrativa del PRD y que abriría las puertas al retorno balaguerista, con todas sus
implicaciones de tránsito e inestabilidad política en el país.
El primero de estos factores fue la pugna hacia el interior del PRD, lo que se expresaría en
las diferentes instancias de las instituciones del Estado, que eran controladas por
miembros de dicho partido. De estas pugnas, la que mayor repercusión tuvo fue la que se
produjo en el Congreso en 1985, donde el PRD perdió la mayoría y el control del mismo,
debido a las dos facciones que emergieron dentro del partido, ninguna de las cuales
tenían mayoría. Como resultado, el mismo PRD se bloqueó institucionalmente en cuanto a
las posibilidades de aprobar y desarrollar proyectos que respondieran a los intereses de la
nación e incluso del mismo partido134.
El segundo factor es el sometimiento a los postulados del FMI sin previo consenso
nacional. En el primer epígrafe abordamos las consecuencias económicas y sociales de
este pacto. Pero es necesario señalar que, cuando afirmamos que desde un inicio el PRD
134
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 68.
65
CAPÍTULO II
Un elemento que afectó al carácter soberano del Estado fue la libertad con que las
transnacionales decidían en los asuntos económicos de la nación y la ausencia de
decisión estatal para controlar los términos de intercambio comercial y las consecuencias
sociales que esto podría tener. Durante el gobierno de Antonio Guzmán se tuvo
conocimiento –porque un periódico norteamericano así lo informó- de que la transnacional
Gulf and Western adeudaba 38 millones de dólares al Estado dominicano. Sólo después
de gran presión popular y de investigaciones a alto nivel, la compañía accedió a reconocer
la deuda y a realizar el pago correspondiente, pero se atribuyó la libertad de poner
condición al uso que se debía dar a dicha suma, condición que fue aceptada por el
gobierno136. Más tarde, en 1983, cuando esa misma empresa transnacional iba a ser
vendida, el gobierno dominicano tuvo conocimiento de ello porque la prensa
norteamericana así lo informó. A principios de 1983, cuando la transnacional de teléfonos
CODETEL despidió al total de sus empleados (600 trabajadores), por reclamar unos
pagos atrasados, las protestas sindicales y las movilizaciones populares hicieron la
presión necesaria para que el Estado intercediera; los tribunales dominicanos condenaron
a la empresa a reintegrar a los trabajadores a sus puestos, pero la transnacional desafió y
burló la disposición legal y sólo reintegró a los que consideró adecuados, un número
reducido de empleados. El caso de CODETEL fue archivado137.
135
Citado por Dilla. H, Crisis y evolución…p. 66. El Nuevo Diario, 22 de febrero de 1985.
136
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 98
137
Ibidem, p. 99.
66
CAPÍTULO II
nacionales e incluso reconocido por el Secretario de Agricultura y por otras autoridades del
gobierno, pero la embajada norteamericana emitió una declaración donde informaba que
la plaga no era nociva y por lo tanto no ponía en riesgo la agricultura dominicana, por lo
cual ningún funcionario dominicano se decidió a tomar la medida que procedía: devolver la
mercancía. Todavía en la primera semana de febrero de 1986, el cargamento de arroz
permanecía en un puerto del país, pues el Estado dominicano no hizo respetar los
derechos de la nación. Según declaraciones de las autoridades nacionales, las leyes
norteamericanas prohíben que los productos adquiridos a través de la Ley Pública 480
sean devueltos138.
138
Ibidem, p. 99.
139
Semanario “Vanguardia del Pueblo” (Órgano del Partido de la Liberación Dominicana), noviembre de 1981.
67
CAPÍTULO II
En esta coyuntura de acentuada fragilidad del Estado y partidos políticos, pero a su vez de
existencia de ciertas libertades públicas, se desarrolló un importante movimiento laboral
que abarcó las principales ciudades y centros productivos del país. En total, en los ocho
años de gobierno perredeísta el número de sindicatos registrados se triplicó en relación
con los que existían durante el régimen de Balaguer. Pero esta explosión no significó
apoyo total del gobierno, al contrario, el PRD evitó su unión y más bien propició el
divisionismo, con el objetivo de evitar el fortalecimiento del sindicalismo.
Por último, uno de los pocos logros que tuvo el gobierno del PRD fue la profesionalización
de las Fuerzas Armadas. No hay dudas de que las Fuerzas Armadas han constituido uno
de los enclaves más autoritarios en la estructura de las instituciones estatales
dominicanas, y que a partir de 1978 no se pudo emprender al margen del apoyo
norteamericano la profesionalización de las Fuerzas Armadas por el estatus neocolonial
del país. Fueron retirados los miembros de la oficialidad balaguerista sumamente
politizada y corrupta. La profesionalización implicó la institucionalización y despolitización
partidaria, que tuvo sus tropiezos, ya que Balaguer, en sus últimos meses de gobierno,
había reformulado una Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, donde se atribuía el
derecho a ordenar escalafones y retiro de los oficiales, asegurando y controlando de ese
modo a los comandos principales para garantizar el control de los militares. Por este
motivo el PRD le dio prioridad a la despolitización para resquebrajar a los dos grupos de
140
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 94 y 258.
68
CAPÍTULO II
control más importantes, el Grupo Pérez y Pérez y el Grupo Nivar Seijas, que habían sido
manejados hábilmente por Balaguer durante sus doce años de mandato. Es importante
destacar cómo algunos cuadros militares ocuparon cargos públicos de la administración
del Estado que tradicionalmente habían estado ocupados por la población civil, así el
gobierno obtenía una cierta estabilidad con la oposición en el poder141. No obstante, las
Fuerzas Armadas siguieron asesoradas por Estados Unidos. Solamente de 1978 a 1985
por lo menos once altos oficiales norteamericanos visitaron el país. Si se tiene en cuenta
que la mayoría de ellos eran almirantes o generales, y a su vez contaban con cargos como
el presidente de la Junta Interamericana de Defensa, jefe de la Fuerza Naval de Estados
Unidos en el Caribe, jefe de la Flota Atlántica y del Comando Naval de Estados Unidos o
jefe del Comando Sur, con sede en Panamá, se comprenderá mejor la importancia del
papel que le asignó el Pentágono a las fuerzas armadas dominicanas, dentro de la
estrategia de favorecer a los intereses norteamericanos en la región del Caribe. La falta de
soberanía en el campo militar quizás se pueda ilustrar mejor con el hecho ocurrido en
1981, cuando el jefe de las fuerzas armadas dominicanas se tomó el derecho de discrepar
de las opiniones sobre la política interna expresadas por un oficial norteamericano que
visitaba el país. El jefe militar dominicano fue destituido de su cargo y pasado a retiro142.
En esencia se trató de una apertura política que postergó los derechos de la ciudadanía,
se garantizaron los derechos políticos formales de la población, algo negado
anteriormente, pero su pacto de dominación con los otros sectores impidió que el proceso
de democratización desbordase los estrechos márgenes de la institucionalidad. Bajo estas
circunstancias, adicionadas a la ineptitud en el manejo de los asuntos económicos de los
dos gobiernos perreidistas, se aceleró el deterioro de la situación económica que pareció
acompañar a los procesos democratizadores143.
141
Más información en Mariñez, Pablo. “Democracia y descolonización en el Caribe”. En: Revista de Estudios Sociales,
año XXVII, número 91-94. Santo Domingo: Fundación Juan Montalvo, 1993, pp. 71-74.
142
Ibidem, p. 105.
143
Otros factores se conjugaron para que se produjera esta última situación: el PRD no pudo satisfacer las expectativas
creadas al inicio y se enajenaron las fuerzas sociales básicas de poder, lo cual se manifestó en las protestas de 1984 y
más tarde en la pérdida de su caudal electoral y el PRD estuvo ocupado en problemas internos, por lo cual abandonó
toda la idea de convertirse en mediador entre la sociedad civil y el Estado. Pérez, César. “Una transición bloqueada por
el Estado y los partidos políticos”. En: Revista de Estudios Sociales, año XXVII, número 97. Santo Domingo: Centro
Bonó, julio-septiembre de 1997, p. 21.
69
CAPÍTULO II
Sumado a esto existió la paradoja, quizás inédita en otras sociedades, de que el líder
carismático y principal de ese Partido tuvo que ceder el lugar que naturalmente le
correspondía, y dejárselo a liderazgos ostensibles. De esta manera se cerró el “ciclo
democrático” del PRD, donde no se cumplieron los objetivos básicos para una
democracia, no por falta de participación ciudadana, sino por los fracasos en que incurrió
este partido en el gobierno144. Es en este momento que Balaguer retoma su autoritarismo,
con el que esperaba alcanzar la modernización que se había manifestado durante sus
primeros doce años de poder.
Para República Dominicana la década de los 80 se abrió en medio de una profunda crisis
económica, que tuvo su base en el agotamiento del modelo desarrollista sustitutivo de
importaciones y las incidencias negativas de la crisis económica mundial. Al mismo
tiempo, ello coincidió con la apertura democrática representativa que impulsó el PRD
desde el poder en 1978. Este partido desarrolló una política neoliberal reclamada por el
gran capital local y el imperialismo. Este proyecto político comenzó a partir de 1981 con la
gestión del CNHE y la mediación del FMI dentro del marco regional de la Iniciativa para la
Cuenca del Caribe. Este período puede considerarse una etapa de transición, donde se
comenzó a implantar todo el cuerpo legal y económico de reajuste del patrón de
acumulación desarrollista y la suplantación del esquema sustitutivo de importaciones por
otro que tiene sus ramas económicas más dinámicas en la exportación de bienes y
servicios y en la esfera financiera; es decir, en aquellos sectores monopolizados por el
gran capital transnacional, que como peculiaridad del esquema se insertaron en el área
monetaria, devaluando el peso dominicano y generando o controlando los dólares. La
neoliberalización de la economía dominicana fue un proceso paulatino, que poco a poco
fue transformando la función del Estado y este, a su vez, redefinió su sistema político, para
que dentro de una situación aparentemente democrática, se crearan las condiciones
materiales para consolidar el modelo neoliberal en la nación.
144
La pugna de poder ha sido práctica constante dentro del gobierno. Durante Balaguer, éste logro dominar las Fuerzas
Armadas por manejar dos grupos totalmente antagónicos. Sin embargo, durante los gobiernos perreidistas han ocurrido
básicamente contradicciones entre el Ejecutivo y el Congreso o entre el Ejecutivo y el Ayuntamiento o entre el Ejecutivo
y la Junta Electoral. Fueron estas pugnas la causa de que en el período 1982-1986 el PRD perdiera 17 miembros en la
Cámara de Senadores y la mayoría ante el Partido Reformista que sólo tenía diez. Debido a estas pugnas la Cámara de
Senadores en 1984 suspendió sus sesiones durante varios meses, lo que obligó al gobierno a trabajar sin recurrir al
Senado.
70
CAPÍTULO II
CAPÍTULO II.
El PRD fue incapaz de evitar el deterioro de su base de sustentación social para mantener
el poder para un próximo período de gobierno. La población decidió abandonar el frustrado
intento de transición y consolidación democrática del PRD para buscar una salida. En este
escenario, Joaquín Balaguer resaltó durante su campaña electoral los niveles económicos
y de modernización alcanzados durante sus doce años de mandato y criticó las acciones
realizadas por el gobierno con el FMI. Así, apelando a la moral y al rescate del sentido
nacional, ganó las elecciones de 1986.
Para una mejor comprensión y organización del tema, hemos decidido analizar los tres
períodos de gobierno de Joaquín Balaguer (1986-1990, 1990-1994, 1994-1996), ya que
muchos proyectos económicos y procesos sociopolíticos comenzados en 1986 concluyen
durante el segundo mandato o tienen su desenlace después de 1991. Asimismo, el
71
CAPÍTULO II
El programa económico consistió en mantener una alta inversión pública (expansión del
gasto público), la cual generó un fuerte proceso inflacionario entre 1987 y 1990. Al mismo
tiempo, definió una estrategia de crecimiento con inflación. Esto incentivó la actividad
económica aumentado el PIB en un 7,9% en 1987 y a un 4,1% en 1989. Para reducir la
inflación, el gobierno modificó los aranceles y aumentó los precios de los bienes públicos
(combustible, tarifa eléctrica, harina). Esta política de estabilización generó un ambiente
recesivo que provocó la caída del PIB a un 0.5% en 1991146.
145
Lozano, Wilfredo. Ob. cit, p. 39.
146
Mariñez, Pablo. A. Ob. cit, p. 75-77.
147
Espinal, Rosario. “La sociedad civil movilizada y las reformas democráticas en República Dominicana”. En: Estudios
sobre Estado y Sociedad, volumen VII, número 21, mayo- agosto de 2001. Santo Domingo, República Dominicana,
2001.
148
La Democracia en República Dominicana. (Documento). Centro para la Democracia, Santo Domingo, enero de
1993. Según la Fundación Economía y Desarrollo, de orientación neoliberal el valor de los salarios reales pagados por el
Gobierno Dominicano a sus empleados se redujo en un 40% en tan sólo 4 años (1986-1900).
72
CAPÍTULO II
Este deterioro continuó hasta 1991, momento en que se realizan huelgas generales de
todos los sectores que demandaban el aumento salarial en un 200%, pero sólo obtuvieron
escasas concesiones del gobierno. El presidente Balaguer anunció el aumento del salario
mínimo en un 20% para los trabajadores públicos y para los privados en un 60%,
curiosamente, cuando dio a conocer la concertación del acuerdo con el FMI150.
Una vez controladas las altas tasas de inflación de la década de los ’80, a finales de 1991,
la Comisión Nacional de Salarios aumentó el salario mínimo en un 30%, pasando de 1120
pesos mensuales a 1456 pesos151. La estabilidad de los precios evitó que la distribución
de la renta continuara deteriorándose al mismo ritmo de la década de 1980152. Los
reajustes salariales no fueron uniformes y sólo permitieron recuperar, en su mayor parte,
las remuneraciones reales de las empresas del sector privado formal153.
149
Ruiz Burgos, Víctor. E. Análisis de Coyuntura: lucha social y movimiento sindical en la República Dominicana
(agosto de 1990- julio de 1991). Santo Domingo: Ediciones CEDEE. BÚHO, 1992, pp. 20-21.
150
“Para aliviar más la situación del país después de la firma con el FMI, el Gobierno contempla buscar soluciones a
la situación de los servidores públicos. Con ese fin, el Gobierno decretará un aumento de salario de todos los
servidores públicos, civiles y militares, a partir del 1ro. de julio, de 20% (…) esta alza podía ser mejorada en lo
sucesivo según la evolución de la economía después de la firma con el Fondo, es decir, si la situación mejora, el
Gobierno puede cumplir exactamente con los organismos internacionales y dieran recursos suficientes, después de
cumplidos los compromisos, discurso del Presidente Joaquín Balaguer de anuncio de la Firma con el FMI. El Nuevo
Diario, 1 de julio de 1991. p. 5.
151
Informe de Desarrollo Humano. Cooperación para el desarrollo en República Dominicana, 1991 hasta abril de 1993.
152
Informe de Desarrollo Humano. Cooperación para el desarrollo en República Dominicana, 1991 hasta abril de 1993.
153
Para los trabajadores del sector privado, después que el nivel de precios se estabilizó, se realizaron tres incrementos
de salarios. Uno de ellos rige a partir del 1 de enero de 1992, cuando el salario mínimo nacional fue aumentado en 30%
respecto al nivel anterior. Dos años después se aumentó en otro 15% y en mayo de 1995 se hizo una nueva modificación
del salario mínimo legal, ajustándose en un 20% para los trabajadores privados del sector empresarial formal, frente a un
14.7% de inflación acumulada desde el reajuste anterior. Representación de la FAO en la República Dominicana.
Informe Anual, 31 de Octubre de 2004.
73
CAPÍTULO II
Sin embargo, a medida que se profundizó la política neoliberal del gobierno, se redujeron
las contradicciones con la cúpula empresarial y el poder imperial, que a partir de 1990 se
movió sobre una línea de respaldo a Balaguer y de una moderada presión a favor de sus
intereses y de su estrategia neoliberal. Esa mayor aproximación provocó, a su vez, un
distanciamiento entre el gobierno y los sectores de la clase capitalista, desfavorecida por
la política neoliberal fondomonetarista (industriales y productores agropecuarios
vinculados al mercado interno). También existieron contradicciones dentro de la cúpula
empresarial, entre los sectores industriales monopólicos y oligopólicos protegidos por la
política fiscal del pasado y las fuerzas dominantes (exportadores e importadores,
consorcios, etc.), partidarios de una acentuación de la apertura hacia fuera y del “libre
comercio”, destinado a copar los mercados nacionales con la participación del capital
transnacional estadounidense154.
A partir de 1986, en el marco de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe y el estímulo del
mercado libre de divisas, se establecieron 20 nuevas zonas francas, 4 de las cuales
operan en el distrito nacional155. La política de promoción de la industria de exportación en
Zonas Francas (ZFI)156 tuvo éxito en términos de creación de empleos, según el Consejo
Promotor de Inversiones Extranjeras. En 1990 fue promulgada la ley 8-90 que estableció
154
Conferencia de Narciso Isa Conde. “La República Dominicana: democracia y situación actual”. Documento de
Unidad Revolucionaria Caamañista.
155
La primera zona franca dominicana fue creada en 1969, y entre este año y 1983 se crearon tres más. No fue hasta
1983 que se comenzó el proceso a gran escala. Aristy, Jaime y Andrés Duahajre. Efectos de la política
macroeconómicas y sociales sobre la pobreza en República Dominicana. Madrid: PNUD/CEPAL/BID.Mundi-Prensa
Libros, 1998.
156
El estado dominicano la definió como “un área geográfica del país, sometida a los controles aduaneros y fiscales
especiales, en el cual se permite la instalación de empresas que destinen su producción o servicios hacia el mercado
internacional mediante el otorgamiento de los incentivos necesarios para fomentar su desarrollo”. Santana, Julio.
Estrategia, Neoliberal, Urbanización y Zonas Francas. El caso de Santiago, República Dominicana. Santo Domingo:
Editora Taller, FLACSO- INTEC/CEP, 1994.
74
CAPÍTULO II
nuevas zonas francas y la ampliación de las existentes. Esta ley derogó la Ley 299 en lo
referente a la clasificación A y el decreto 895/1983, que integra el Consejo Nacional de
Zonas Francas.
Las Zonas Francas, en un inicio, eran “paraísos” para la inversión, según los informes de
la Organización de Naciones Unidas, en menos de 10 años se crearon alrededor de 100
000 empleos y generaron 12000 millones de dólares de sus exportaciones netas, por
tanto, favorecían el crecimiento económico, la generación de divisas, la creación de
empleos, la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, la descentralización
regional del crecimiento y la reestructuración del poder económico y político157. Sin
embargo, algunos elementos que explicaremos a continuación nos permiten argumentar
que nunca pudieron reinsertarse dentro de la dinámica de desarrollo económico y social.
La mayoría de las empresas en las zonas francas tenían una nómina que fluctuaba entre
los 100 y 600 empleados en 1988. Generalmente se trataba de edificaciones espaciosas,
con poca ventilación y condiciones de trabajo difíciles. El 53, 5% de las empresas eran de
manufactura textil, 3,5% de electrónica, 3,5% de calzado y el resto de farmacéutica,
cigarros, tabaco, etc. Todas ellas aportaron al PIB el 15,41% en 1988. Ello no significa que
existía una relación positiva con los ejes económicos -turismo y agroindustrias de
exportación-, por el contrario, las actividades en la zona franca se caracterizaron por la
desvinculación total con el resto del aparato productivo y del mercado interno. Si durante
la década de los años setenta las exportaciones garantizaron una tasa de crecimiento del
157
Informe Nacional de Desarrollo Humano, 1991.
158
Santana, Julio. Estrategia neoliberal, Urbanización y Zonas Francas. El caso de Santiago, Republica Dominicana.
Santo Domingo: FLACSO, Programa República dominicana. INTEC/CEP, 1994. p 25.
75
CAPÍTULO II
orden de un 18,6%, en 1986 se observa la reducción hasta sólo el 0,7%159. Las zonas
francas en República Dominicana no llegaron a insertarse en la economía nacional debido
a que el capital que se empleaba para construirlas era extranjero, la tecnología era
importada, así como la materia prima para todas las industrias establecidas. Sólo
reportaron como beneficio el empleo y una remuneración al estado dominicano por el uso
del terreno. La generalidad de las industrias de re-exportación no contribuyó al desarrollo
regional
159
Santana, Julio. Ob. cit, p. 31.
160
En Santo Domingo en 1992 estaban ubicadas 60 empresas, sólo superada por San Pedro de Macorís que tenía 86
empresas. Santana, Julio. Ob. cit, p. 45.
161
Santana, Julio. Ob. cit, p. 45.
162
Ceara-Hatton, Miguel. Desarrollo económico, política comercial y reformas estructurales en República Dominicana.
Santo Domingo: Centro de Investigación económica para el Caribe, 14 de noviembre de 2003. pp. 10-15.
76
CAPÍTULO II
El turismo presentó mayor dinamismo. En los años ochenta, el país desarrolló la actividad
turística, principalmente con la infraestructura hotelera. La banca nacional e internacional
comienza a interesarse en el negocio turístico, destacándose los negocios hoteleros
españoles. El desarrollo del turismo estuvo vinculado directamente desde el inicio con el
fomento de la inversión extranjera. En 1994 los españoles tenían 28 hoteles, con una
inversión estimada en los 400 442 millones de dólares, mientras que los inversionistas
nacionales disponían de 157 hoteles, con 13 338 habitaciones, para una inversión
estimada de 419 145 millones de dólares163.
El déficit en el suministro de energía eléctrica fue uno de los mayores problemas que
afrontó la sociedad dominicana durante los diez años de gobierno de Joaquín Balaguer.
Entre 1988 y 1990 promedió un -7,6% de abastecimiento164, pero la situación se tornó
precaria a partir de la segunda mitad de 1990, al punto de que la producción se mantuvo
entre un 25% y un 40% de la capacidad instalada en el país165. La causa de esta aguda
crisis energética, según la prensa escrita, fue el desabastecimiento general de combustible
que sufrió el país, por lo menos hasta diciembre de 1990. Además de este factor
determinante, otro de igual importancia fue la salida continua de servicio de las plantas
generadoras de energía producto de los desperfectos técnicos de las mismas166.
Esta situación creó serios problemas a la producción nacional, de ahí que muchos
empresarios se vieran obligados a recurrir a plantas eléctricas propias para cubrir el déficit
energético. Pero fue en los barrios citadinos donde los apagones se sintieron
profundamente debido a la ausencia de medios alternativos. Esta crisis energética
163
Martínez, Leonardo Félix. El turismo en República Dominicana. En: www.acmoti.org/EL%
20TURISMO%20EN%20REPUBLICA%20DOMINICANA.%20LEONARDO%20FELIX.htm
164
Informe Nacional de Desarrollo Humano, 1991.
165
Ruiz Burgos, Víctor. E. Análisis de Coyuntura: lucha social y movimiento sindical en la República Dominicana
(agosto de 1990- julio de 1991). Santo Domingo: Ediciones CEDEE. BÚHO, agosto-julio de 1992. pp. 18-20.
166
Periódico Hoy, 28 de Septiembre de 1992, página 9-A.
77
CAPÍTULO II
Mientras tanto, la Iglesia Católica y los empresarios, por temor al estallido de la violencia
social, llamaban o se aferraban al diálogo tripartito.
167
Ruiz Burgos, Víctor. E. Ob. cit, p. 19.
168
Ruiz Burgos, Víctor. E. Ob. cit, p. 19-20.
169
Los industriales querían mayor protección y los importadores-exportadores mayor liberalización económica. Los
grandes empresarios buscaban beneficios en medio de la crisis económica, los medianos y pequeños querían ampliar las
medidas proteccionistas.
78
CAPÍTULO II
Todas las encuestas realizadas previas a las elecciones generales indicaban el triunfo de
Juan Bosch, pero existieron alianzas estratégicas que iban en contra de la claridad de las
elecciones. Al respecto, el secretario de las Fuerzas Armadas en aquel entonces, general
Elías Wessin y Wessin, que presidía, a través de su hijo, el Partido Quisqueyano
Demócrata, se alió a Balaguer en las elecciones en contra de Bosch. Recordemos que
este general fue el que dirigió el golpe de Estado que derrocó a Bosch en 1963 y quien
170
El documento consta de 21 puntos que iban a ser supervisados por 6 meses para su cumplimiento. Las últimas
medidas de ajuste aprobadas con la firma del Pacto de Solidaridad Económica incluyeron la eliminación de los subsidios
a una serie de productos como los combustibles, la harina de trigo y los azúcares, que habían sobrevivido a medidas
similares en un pasado inmediato. La tasa de cambio del dólar fue elevada bruscamente, de RD$ 7.60 por 1 USD a RD$
10.50 por 1 USD; también las tasas de interés bancario se elevaron de forma impresionante. Para más información
consultar anexos de Ruiz Burgos, Eddy. Ob. cit, pp. 123-128.
171
Juan Bosch había participado, con 80 años de edad, en las elecciones de 1986 con el 18.4% que permitió al PLD
colocar dos senadores y 16 diputados en el Congreso. Durante esta campaña de 1990, Bosch contaba con el apoyo de los
sectores más progresistas del país, fundamentalmente la clase obrera, la juventud, las capas medias y sectores
profesionales y populares urbanos, así como el proletariado agrícola, en menor cuantía, el campesinado, la población
femenina, la población urbana y la oligarquía. Todas las encuestas indicaban el absoluto triunfo electoral de Bosch.
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 246.
172
Mariñez, Pablo. Ob. cit, pp. 245-246.
79
CAPÍTULO II
más tarde, en 1965, apoyó a las tropas norteamericanas para impedir que Bosch asumiera
el poder. Una vez más se realizaba la misma acción política, ahora por medio de alianzas
electorales.
Cuando la Junta Central Electoral proclamó que el Partido Reformista de Balaguer tomaba
la delantera con más de dos mil votos, el desconcierto en la población fue total. Bosch se
había declarado horas antes como ganador por los cómputos que desde un inicio referían
su incuestionable victoria. El PLD hizo la denuncia de “colosal fraude” del Partido
Reformista. Se explicaron muchos argumentos de “irregularidades” en el sistema de
conteo, finalmente el último mensaje de la Junta fue que el PR le ganaba al PLD con
21000 votos de diferencia173.
El reelecto presidente Joaquín Balaguer tuvo que enfrentar en los tres primeros meses de
su gobierno varios paros cívicos y laborales de 48 y 72 horas, que mostraron el
descontento popular hacia su gobierno. República Dominicana era una “bomba de
tiempo”. Los orígenes históricos de esta crisis de legitimidad institucional están
relacionados con la interrelación de tres fenómenos: la importación de modelos foráneos,
la injerencia extranjera y las pugnas institucionales presentes en el desarrollo del Estado
dominicano durante la etapa estudiada. En este sentido resulta particularmente importante
señalar la tradición autoritaria de Joaquín Balaguer, heredada de dictadores como Trujillo
y de su misma experiencia presidencial (1966-1978), que obstruyó las relaciones del
Estado con la sociedad civil y sus posibilidades de lograr las principales demandas de las
grandes mayorías. Estos elementos van a estar presentes con más nitidez a partir de
agosto de 1990.
173
Mariñez, Pablo. Ob. cit, pp. 251-255.
80
CAPÍTULO II
azúcar, la crisis energética, crisis del agua, etc. (…) de sectores industriales, sectores
comerciales, sectores empresariales -arriba de esa situación- han estado aumentando,
especulando de manera desmesurada. Arriba de eso citamos el caso también del llamado
a huelga que se hizo ayer (26 de septiembre de 1990) del colectivo de organizaciones
populares llamando a la población, reclamando una serie de reivindicaciones. Nosotros
quisiéramos un comentario suyo en torno a si no le parece que esto podría desembocar en
una gran crisis social”174.
La inquietud del periodista esclarece la situación que vivía el país al inicio del segundo
mandato. En septiembre de 1990, después de una crisis política provocada por la
acusación de fraude electoral, el gobierno reelecto inició un nuevo programa que modificó
sustancialmente la política económica ejecutada en el cuatrienio anterior. Además de un
programa de “estabilización”, se ejecutó un conjunto de reformas estructurales175, el cual
contó con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y,
posteriormente, del Fondo Monetario Internacional. La política de estabilización se centró
en la eliminación del déficit fiscal, en la restricción monetaria, la eliminación de los
subsidios y controles de precios públicos.
Para Balaguer la solución a todos estos conflictos a partir de entonces fue recurrir a
préstamos de organismos internacionales y a la privatización a gran escala. Esta política
se materializó con la firma de un acuerdo con el FMI en 1991.
174
Periódico Hoy, 28 de septiembre de 1992, p 9-A.
175
En septiembre de 1990 el Gobierno introdujo mediante el Decreto 339-90 una importante reforma del régimen de
comercio exterior consistente en la reducción de los niveles arancelarios y la dispersión entre ellos. También se
sustituyeron los impuestos específicos por gravámenes ad-valorem y se comenzó a utilizar el tipo de cambio del
mercado, en lugar de las diferentes tasas que se aplicaban para valorar los diversos tipos de bienes. Además, se redujeron
las exoneraciones y se eliminaron varias de las restricciones cuantitativas a las importaciones. A mediados de 1992 se
aprobó un nuevo Código Tributario que incluía profundas modificaciones a las leyes de Impuesto sobre la renta, de
Impuestos selectivos al consumo y del Impuesto a las Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS).
Entre los objetivos de la reforma tributaria se encontraba la creación de un marco de igualdad fiscal para todos los
sectores de la economía, que fuese neutral, equitativo y generador de los recursos suficientes para que el Estado no
necesitase solicitar financiamiento inflacionario del Banco Central para ejecutar su gasto. La Junta Monetaria dictó un
conjunto de resoluciones que liberalizaron las tasas de interés, eliminaron los requerimientos de canalización de créditos
a sectores específicos, mejoró la normativa de regulación y supervisión bancaria y creó el sistema de bancos de servicios
múltiples, entre otras medidas. También se aprobó una reforma del Código de Trabajo, la cual, además de ofrecer
beneficios adicionales a los trabajadores, aseguraba la flexibilidad laboral necesaria para promover un aumento del
empleo. En 1996 se aprobó una Ley de Reforma de las Empresas Públicas que tenía como objetivo promover la entrada
de capitales privados a las empresas públicas. PNUD. Evolución macroeconómica y desarrollo humano. Naciones
Unidas, 1998.
81
CAPÍTULO II
La firma del acuerdo de Stand-By176 con el FMI implicaba la eliminación de los atrasos del
país con los organismos internacionales, particularmente con el Club de París. Se
renegoció el atraso de la deuda que había sido contraída en junio de 1984 en un 100%. En
el momento de los acuerdos la deuda externa dominicana ascendía a 1, 665,9 millones de
dólares. Todo ello se lograba a cambio de cumplir ciertas “medidas técnicas” como la
unificación de la tasa cambiaria determinada por “la fuerza del mercado”. Asimismo, dentro
de las “medidas técnicas” se incluyó que la Junta Monetaria extendiera y aumentara su
Recargo Cambiario a todas las importaciones, excluyendo los alimentos, medicinas y
materias primas para la elaboración de fármacos. Paralelamente a las medidas
anunciadas, el gobierno, de acuerdo con el FMI, “intensificaría” programas sociales,
canastas populares, etc. Para estas medidas, que incluirían el poder elevar los salarios en
un 20%, como señalamos anteriormente y otros acuerdos anunciados177, la administración
recibiría del FMI una ayuda de 112.9 millones de dólares.
176
Ver Discurso del Presidente Joaquín Balaguer para anunciar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, El
Nuevo Diario, 1 de julio de1991, p. 5
177
Discurso del Presidente Joaquín Balaguer para anunciar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Periódico
El Nuevo Diario, 1 de julio de1991, p. 5.
178
Banco Interamericano de Desarrollo, Ob. cit, Abril, 2005.
82
CAPÍTULO II
Pero el contexto de la firma de este tratado era muy diferente y difícil. Anteriormente
señalamos que dentro del nuevo esquema de relaciones económicas fue determinante la
reproducción del capital monopolista en beneficio de su fracción financiera179. Esto influyó
en que se priorizara el pago de la deuda externa y la disminución de la inflación a través
de las frecuentes devaluaciones del peso dominicano.
Este conjunto de políticas se materializó en los acuerdos firmados con el FMI por parte de
varios países de América Latina, entre ellos, República Dominicana. El proceso que se
inició en 1982 en Quisqueya se consolidó en 1991. Ahora el país se endeudó más para
pagar la deuda, comenzó con un primer préstamo y hasta hoy en día no concluyen los
acuerdos; lo que si está claro para los dominicanos es que esta política se basó en la
contracción de los gastos para los programas sociales.
Algunas cifras pueden enriquecer este análisis. Entre 1992-1996 el sector agrícola creció
en un 4%, pero la capacidad de empleo se redujo en un 5%, es decir, se dejaron de
emplear 90 mil trabajadores en cinco años. Según la Encuesta de ENDESA’96, el 37% de
la población estaba desempleada en 1995, cifra considerablemente más alta que la de
1991, con un 26,2%180. El gasto público en educación bajó de 9,2% en 1991 a un 8,5% en
1992; el gasto de la salud disminuyó de un 7,8% a 7,0% en 1992. El gasto público en el
sector agro-pecuario de un 7,7% en 1991 se redujo a un 6,2%. Todo ello contrastó con la
179
Prieto Rozos, Alberto. Ob. cit, pp. 199-205.
180
Lizardo, Jefrey. “Análisis de coyuntura IV. Algunas consideraciones sobre la nueva política económica”. En: Ciencia
y Sociedad, volumen XXII, número 4. Santo Domingo, octubre-diciembre de 1997. pp. 433-439.
83
CAPÍTULO II
concentración del gasto público por parte del presidente en un 52%, aumentando el
desbalance de poder que existía en el Estado y que afectó a los sectores autónomos, los
ayuntamientos, al Poder Judicial y al Poder Legislativo.
En 1991, Balaguer recibió del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) 148.8 millones de
dólares para la reparación de redes y el reestablecimiento de sus plantas energéticas. Ese
mismo año se declaró que la producción de las empresas industriales del país se redujo
en un 40% como consecuencia de la recesión económica y las deficiencias en el
suministro de energía eléctrica182. También existieron proyectos con el BID de parte de la
Secretaría de Estado de Agricultura y otro para la Educación183, dos proyectos de
educación básica (1991 y 1995), cofinanciados con el Banco Mundial; uno de desarrollo
agrícola (1993), con FIDA, y el de reestructuración del sector de la salud (1997), con el
Fondo Nórdico para el Desarrollo y la OPEP184.
Sin embargo, si bien el sector agropecuario creció en 1991 en un 2,4%, este aumento se
debió a la política de liberalización de los precios agropecuarios, implementada desde
agosto de 1990 y que propuso el BID para dinamizar al agro dominicano. El sector
agropecuario siguió teniendo significativa importancia en la economía desde el punto de
vista de la producción y el empleo. En esta época, el 53% del territorio nacional estaba
181
Discurso del Presidente Joaquín Balaguer, 27 de septiembre de 1990
182
Ruiz Burgos, Eddy. Ob cit, p. 18.
183
Discurso del Presidente Joaquín Balaguer, 27 de septiembre de 1990.
184
Banco Interamericano de Desarrollo. Evaluación del Programa País: República Dominicana 1991- 2003.
Washington, D. C, Abril, 2003.
84
CAPÍTULO II
185
Dircia Paulino Viloria. “Retos de los industriales dominicanos ante las negociaciones internacionales. Principales
inquietudes”. Conferencia Regional “El sector empresarial y el Desarrollo”. Rio de Janeiro, Brasil, 8 y 9 de junio del
2004. (Documento).
186
US International Trade Commission, Impact of the Caribbean Basin Economic Recovery Act on US Industries and
Consumers, 1992 y Caribbean Basin Iniciative, 1991. Citado por Vaitsos, Constantino. Opciones dominicanas en
tiempos de Globalización e Integración. Santo Domingo: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
1994.
187
Vaitsos, Constantino. Opciones dominicanas en tiempos de Globalización e Integración. Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), Santo Domingo, 1994, pp. 8-9.
85
CAPÍTULO II
188
Ibidem, p. 10.
189
Aristy, Jaime y Andrés Dauhajre. “Efectos de las políticas macroeconómicas y sociales sobre la pobreza en la
República Dominicana”. En: Política Macroeconómica y Pobreza en América Latina y El Caribe. PNUD/CEPAL/BID.
Mundi-Prensa Libros. Madrid, España, 1998.
190
Desde el punto de vista de la integración regional, en 1992 las relaciones comerciales con CARICOM alcanzaban
escasamente los 5 millones de dólares, esto representó el 1% de las exportaciones dominicanas, excluidas las zonas
francas, y sus importaciones no petroleras. Las relaciones de República Dominicana con la Comunidad del Caribe
estuvieron confrontadas por la política económica del Gobierno de Balaguer. En esta etapa CARICOM, por varios
factores, rechazó la entrada de República Dominicana. CARICOM se dedicó, después de que sus miembros obtuvieron
la independencia, a superar las graves limitaciones económicas y políticas inherentes a su tamaño y a enfrentar su fuerte
dependencia extra-regional. La esencia de estos objetivos concebía la integración no como la simple unión de mercados
y la reducción de barreras arancelarias, sino que le atribuía un sentido mucho más orgánico. La misma aceptaba como
objetivos fundamentales: servicios comunes, coordinación de posiciones respecto a política económica exterior y
fomento de un conjunto de áreas de cooperación económica. Si estos objetivos son explicitados y entendidos, entonces
resulta perfectamente comprensible por qué CARICOM rechazó la solicitud de República Dominicana para ingresar
como miembro con pleno derecho en el mercado común. No obstante, este proceso va a influir en que poco tiempo
después los gobiernos de CARICOM promuevan la creación de la Asociación de Estados del Caribe.
86
CAPÍTULO II
junto a Haití, estableció contacto con alrededor de setenta países de África, el Caribe y el
Pacífico y formó parte del escenario comercial caribeño a través de CARIFORO.
El Informe sobre Desarrollo Humano de 1998 destacó que, en el orden interno, el proceso
de desarrollo económico y social del país que siguió a los programas de estabilización fue
muy importante en varios aspectos: alta tasa de crecimiento económico, baja inflación y
una amortización estable de la deuda externa. El Producto Interno Bruto promedió cada
año un 2,5% de crecimiento con respecto al año anterior, mostrando un 7,3% en 1996,
considerado uno de los más altos de América Latina. El comportamiento sectorial reafirmó
la posición dinámica de algunos sectores productores de servicios como las
telecomunicaciones (20.4%) y el turismo (6.7%). Los sectores electricidad y agua potable
mostraron un crecimiento de 16.6%, básicamente impulsados por un incremento del 35%
en las compras de energía de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) al sector
privado, mientras que la producción, el comercio y el transporte decrecieron en un 2,4%,
10,3% y 8,5%, respectivamente. El nivel de vida del dominicano promedio experimentó
una mejora significativa en la última década, principalmente por un sólido crecimiento per
cápita del PIB de 2.5% por año y del impacto positivo de las remesas del exterior.
191
Las disposiciones de Lomé IV se basan en un tratamiento no recíproco, centrado en intereses fundamentales: acceso
preferencial al mercado de la Unión Europea sujeto a ciertas condiciones, cooperación financiera y técnica, basada en la
definición de áreas prioritarias, ayuda de emergencia no programada (por ejemplo, alimentos). Vaitsos, Constantino. Ob.
cit, p. 24.
192
Vaitsos, Constantino. Ob. cit, p. 26
87
CAPÍTULO II
Es necesario aclarar que la economía dominicana también fue estimulada por la entrada
libre de remesas. Aunque la literatura no aborde el tema, se tiene estimado que República
Dominicana recibía alrededor de 2000 millones anuales de dólares por este concepto,
además el Estado creó las condiciones estipulando que entre diciembre y febrero tanto las
remesas como los paquetes de avituallamiento estuvieran libres de impuestos aduaneros.
Asimismo, el tráfico ilegal de drogas en el país permitió la entrada de inmensos capitales y
la práctica del lavado de dinero que beneficiaba a un sector de la sociedad dominicana.
Sin embargo, otros indicadores sociales revelaron que la pobreza193 continuó siendo un
problema crítico. Aunque existen datos muy diferenciados del nivel de pobreza que van del
20%, según la Fundación Economía y Desarrollo, hasta un 56% para la ENDESA ’96 y
para CAS’99 del Banco Mundial, se estima que afectaba al 25% de la población
dominicana y la pobreza extrema se estimó en un 19%194. Un estudio del Índice de
Desarrollo Humano del 2003 declaró que entre 1975 y el 2001 la posición de República
Dominicana empeoró, aunque con un papel ascendente a partir de 1995195.
El proceso de urbanización que se venía gestando desde mediados del siglo XX, ligado a
las nuevas relaciones económicas, sociales y políticas, trajo como consecuencia nuevas
categorías sociales, como fue el caso de los marginados. El sector informal de la
economía y la llamada “cultura de la pobreza” forjaron una nueva forma de ser pobres,
pues hasta ese entonces llegar a la ciudad era una vía para la ascensión social. El
193
La pobreza está determinada por varios factores entre los que se pueden destacar, bajos niveles educativos, altas tasas
de analfabetismo, desempleo, ausencia de servicios, impacto por deterioro ambiental que reducen la base productiva. El
nivel de analfabetismo era alto (18%); un 30% de la población no tenía acceso al agua potable y la mortalidad infantil
era de un 49 por cada mil niños nacidos vivos, los cuales mueren antes del primer año. El 5.9% de las muertes infantiles
se debió a la desnutrición. De acuerdo con las estimaciones elaboradas, en 1996 aproximadamente el 56% de los hogares
dominicanos (es decir, más de un millón de hogares), estaban viviendo en condiciones de “pobreza”. Cerca de 19% (casi
350 mil) estaban sumergidos en la “pobreza extrema”. De acuerdo con estas cifras, el número de personas en
condiciones de pobreza y pobreza extrema ascendería a 4,6 y 1,6 millones de personas respectivamente. Cooperación
para el desarrollo. República Dominicana. Informe de 1991 a abril de 1998. Sede de Naciones Unidas- Cuba
(Biblioteca).
194
Cooperación para el desarrollo. República Dominicana. Informe de 1991 a abril de 1998. Sede de Naciones Unidas-
Cuba (Biblioteca).
195
Cearra-Hatton, Miguel. Ob. Cit. P. 20.
88
CAPÍTULO II
En las elecciones de 1990 Balaguer logró mantener el poder gracias a un acuerdo con el
empresariado, que de hecho reestructuró el esquema económico al reorientar la política
fiscal y monetaria sobre bases ortodoxas. Balaguer cedió así ante la elite económica y
restringió su poder de intervención en la economía a cambio de mantener su poder en la
política. El empresariado logró un mayor nivel de autonomía y capacidad de negociación
con el Ejecutivo, aún cuando este conservase un poder de decisión real, sobre todo en el
área fiscal y monetaria197. El presidente accedió a pactar con los partidos de oposición
para que en 1992 se realizara una reforma que ampliaba el número de jueces de la Junta
Central Electoral (JCE). Así, la confluencia de un ambiente de reformas políticas con el
proceso electoral y constitucional, el desarrollo de organizaciones de la sociedad civil y el
financiamiento internacional para la reforma y modernización institucional gubernamental y
no-gubernamental, contribuyeron a crear expectativas de que en 1994 se realizarían en la
República Dominicana elecciones competitivas y transparentes.
El fin de la guerra fría dio paso al cambio de la agenda estadounidense, que se dirigió a
lograr estabilidad en los regímenes “democráticos” en el área. La administración de W.
Clinton, tras el golpe militar que depuso al presidente haitiano Jean Bertrand Aristide, en
septiembre de 1991, estaba muy interesada en la estabilidad democrática de Haití y para
ello necesitaba que en la parte oriental de la Isla de Santo Domingo los procesos
“democráticos” fueran respetados. En el escenario político interno el PRD estaba mucho
mejor organizado y con un mayor poder de convocatoria que el PLD, además, importantes
grupos de la sociedad se habían convencido de que Joaquín Balaguer tenía que ser
desplazado del poder.
196
Silié, Rubén. “Los jóvenes trabajadores en el medio urbano”. En: Estudios Sociales, año XVII, número 97. Santo
Domingo: Centro de Investigación y Acción Social de la Compañía de Jesús, julio-septiembre de 1994. pp. 7-23.
197
Lozano Wilfredo. “Tradición caudillista y cambio de política en República Dominicana (1986-1996)”. En: Perfiles
Latinoamericanos, año/vol. 05, número 008. México: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, enero-junio de
1996. pp. 29-50.
89
CAPÍTULO II
elecciones fueron muy cerradas. En ese entonces Peña Gómez ganó las elecciones, pero
al igual que a Bosch en 1990, le fue arrebatada la victoria, con una pequeña diferencia de
votos entre Balaguer (42.3%) y Peña Gómez (41.6%). El PLD quedó en un lejano tercer
lugar198. Esto dio paso a una crisis política que amenazó con la guerra civil y se convirtió
en un conflicto de alcance internacional.
La presión del PRD para que se hiciera un reconteo de votos, las demandas de la
sociedad civil por la transparencia electoral y la presión internacional, sobre todo de
Estados Unidos, a favor del presidente, llevó a un proceso de negociación entre los
principales líderes de los tres partidos mayoritarios. Estas negociaciones, mediadas por un
representante de la Organización de Estados Americanos (OEA), culminaron con la firma
de otro “Pacto por la Democracia,” pocos días antes de la toma de posesión de Balaguer
el 16 de agosto de 1994.
1) la prohibición de la reelección,
3) la doble vuelta si ningún candidato obtenía más del 50% de los votos,
5) la doble ciudadanía.
En este pacto Balaguer también aceptó reducir su período de gobierno de cuatro a dos
años y convocar elecciones presidenciales en 1996. Tanto la adopción e implementación
de estas reformas, como la discusión y aprobación de otras reformas políticas en años
subsiguientes, crearon un ambiente de discusión en la búsqueda por mejorar la
“democracia dominicana”, propiciándose un nuevo marco favorable para solucionar los
problemas nacionales.
198
Espinal, Rosario. Ob. cit, p. 36.
90
CAPÍTULO II
El año 1994 representó para los dominicanos una clara coyuntura positiva para exigir
todas las demandas. Unidad, esa era la palabra de orden. En este año se produce la unión
de los dos líderes históricos, Joaquín Balaguer y Juan Bosch, en el Frente Patriótico
Nacional para impulsar la figura de Leonel Fernández a la vida política del país en las
elecciones de 1996. Este proceso se interpretó como la fraternidad necesaria de la nación
para impulsar una verdadera democracia y solucionar todos los perjuicios que había
creado el sistema en los años ochenta. El Pacto de la Democracia sirvió de experiencia
para celebrar con transparencia y legitimidad las elecciones presidenciales de 1996 y 2000
y las congresionales-municipales de 1998 y 2002, además del establecimiento en 1997 de
una nueva Corte Suprema de Justicia, tal cual lo estableció la nueva Constitución de 1994.
En el tiempo restante de su mandato, Balaguer adoptó gran parte del programa neoliberal
de apertura de la economía y reformas del Poder Judicial y Legislativo. Pese al equilibrio
fiscal y la economía monetaria después de 1994, la administración no logró resolver tres
cuestiones centrales al esquema de apertura económica y modernización:
1) solucionar la crisis energética que afectaba el país por casi diez años;
2) impulsar una conciencia política de inversiones sociales que amortiguara los efectos
del proceso de apertura y
Balaguer se benefició en gran manera de la división del PRD cuando surgió el Partido de
la Liberación Dominicana en 1973. No dudó en sacrificar a su propio partido, en 1986, en
aras de su gloria personal. El “Frente Patriótico” fue la máxima maniobra política de
Balaguer y uno de sus mayores éxitos, pues a partir de entonces sería reivindicado
absolutamente por sus opositores de los otros dos partidos, incluyendo al profesor Juan
Bosch y al doctor José Francisco Peña Gómez, pero sobre todo a Leonel Fernández y a
Hipólito Mejía y sus colaboradores, que se disputarían su gracia hasta el día de su
muerte199.
Balaguer era considerado por los círculos políticos como el reformador, el estadista capaz
de llegar a compromisos realistas que aseguraban la continuidad y estabilidad del Estado.
Por otro lado, era identificado como el caudillo autoritario, que se resiste a la modernidad y
a quien le resulta difícil asumir la incertidumbre del juego democrático200. Los intelectuales
más destacados dedicados al tema consideran que la práctica política de Balaguer es un
acto colectivo, ya que está relacionado con la capacidad de él para comprender -a su
manera- la sociedad dominicana.
199
El Partido Revolucionario Social Cristiano se fusionó con el Partido Reformista en 1984 y firmaron un documento
público junto al presidente del PLD que le recobró a Balaguer buena parte de su autoridad política en calidad de
expresidente y de líder de un gran partido. Mejoró su presencia pública gracias a la unidad interna y al contenido del
discurso reformista, el cual –ahora- contenía ciertos rasgos socialdemócratas. Dilla, Haroldo. Crisis y evolución…p. 68.
200
Lozano, Wilfredo. Ob. cit, p. 29.
92
CAPÍTULO II
poder ejecutivo y el Congreso heredado de los gobiernos perreidistas; la crisis general del
sistema de los años ochenta con problemas de gobernabilidad y la rearticulación del poder
estatal en la nueva gestión económica, donde el Estado tenía un menor control regulador y
de intervención frente al emergente empresariado vinculado al turismo y las zonas francas.
En los primeros cuatro años de gobierno (1986-1990), Balaguer apeló a la unidad moral de
la nación como razón de Estado. Escudado en esa moral planeó la división del PRD,
acusándolo de corrupción en su gestión administrativa. Para lograr la estabilidad
institucional basada en la moral recurrió a la Iglesia Católica como institución que se define
en el ámbito moral, conociendo la participación de la misma sobre todo en periodos de
crisis. Podemos afirmar que esta institución vino a sustituir a la autoridad moral de la élite
política, que enfrentaba serios problemas de legitimación. Ante la necesidad de lograr una
comunicación entre el Estado y la sociedad civil, la Iglesia Católica actuó de mediadora en
el difícil logro del diálogo nacional.
La figura del presidente quedó por encima de los problemas políticos, esto le confirió una
amplia legitimación política y un holgado margen de autonomía ante el Congreso hasta
1994. Balaguer volvió a funcionar su lógica cesarista ante el Congreso y siempre había
que contar con él. En esta alternativa era necesario el discurso moral del líder para
subordinar la función partidista de PRSC en el gobierno. Adicionalmente, estaba
amparado por el artículo 55 de la Constitución, que otorgaba poderes ilimitados al
presidente, complementado por el artículo 41, que prácticamente anulaba el Poder
Legislativo, al exigir al Congreso una mayoría calificada de las dos terceras partes de cada
cámara para contrarrestar la observación de una ley por parte del Ejecutivo201.
Las soluciones a las crisis electorales de 1990 y 1994 tuvieron un carácter coyuntural. Las
consecuencias fundamentales de este proceso fueron la reforma electoral de 1992, que
201
Varios. “Una estrategia para la viabilidad de la reforma política”. En: Revista Ciencia y Sociedad, volumen XXII,
número 1, enero-marzo. República Dominicana: Instituto Tecnológico de Santo Domingo, 1997. p. 22
93
CAPÍTULO II
Dicha reforma modificó y liberalizó la Constitución de 1966, que tenía un modelo que
había predominado durante los últimos cien años. Entre otras reformas importantes
llevadas a cabo, se creó un estatuto constitucional para favorecer la independencia de la
carrera judicial, incluyendo la modificación de los procedimientos de selección y
nombramiento de los jueces, una de de las más grandes aspiraciones de la ciudadanía en
los últimos lustros.
202
Salcedo C., Carlos R. La transparencia en la elección de los jueces de la Suprema Corte de Justicia en la República
Dominicana. Due Process of Law Fundation- ISBN 0-9674696-3-5, 2003. p.1
203
Estos miembros eran: el Presidente de la República, el Presidente del Senado, un senador de un partido distinto al
presidente del Senado, el Presidente de la Cámara de Diputados, un diputado de un partido distinto al anterior, el
Presidente de la Suprema Corte y un Magistrado de la Suprema Corte, quien actuó como Secretario. Salcedo C., Carlos
R. Ob. cit, p. 2.
94
CAPÍTULO II
Por su parte, el Poder Legislativo, afectado por el comportamiento que se corresponde con
las prácticas tradicionales, se caracterizaba por una marcada asimetría en la distribución
de facultades entre ambas cámaras, que concede mayores facultades al Senado que a la
Cámara de Diputados. Entre los factores que limitaban la labor del Congreso se observan
la vigencia de reglamentos obsoletos y tecnología no actualizada, la falta de recursos de
apoyo al trabajo administrativo y la falta de autonomía presupuestaria. En esta coyuntura
de 1994, organizaciones como Fundación Siglo XXI presentaron reformas al poder
legislativo e inclusive existió un convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo para
la modernización del Congreso. La realidad era que en el Congreso no había una relación
proporcionada entre las 29 provincias y el distrito nacional. Solamente en el Distrito
Nacional de Santo Domingo residía el 30% de los electores y en Santiago el 10%,
mientras que en las demás provincias solo el 3% y 2%204.
Además, las reformas crearon varios problemas nuevos. Los tres partidos mayoritarios
quedaron debilitados, fragmentados, y, a nivel congresional, indisciplinados, tanto por la
desaparición de los tres líderes, como por la democratización interna de los partidos, por
ende, la gobernabilidad sufrió y creó más incentivos institucionales para el clientelismo
político. El sistema de ballotage y la separación de las elecciones congresales y
presidenciales crearon un sistema de gobiernos de minoría extrema, como en el caso del
actual Presidente Leonel Fernández, que gobernó durante el período 1996-2000 y que
gobierna desde el 2004 teniendo menos del 33% de apoyo en el Senado y la Cámara
Baja.
En resumen el saldo de diez años de mandato, con las dos crisis de gobernabilidad
producidas en 1990 y 1994, mostraron los serios problemas por los cuales atravesaba el
Estado dominicano, por ejemplo:
204
Varios. “Una estrategia para la viabilidad de la reforma política”, p. 30.
95
CAPÍTULO II
205
Ibidem, p. 32.
206
“Una estrategia para la viabilidad de la reforma política”, pp. 22-23.
96
CAPÍTULO II
207
Las relaciones económicas internacionales se caracterizaron por la firma de acuerdos comerciales y deuda externa
con el FMI o el Club de París. En el plano de las relaciones bilaterales, los Estados Unidos siguieron siendo el principal
protagonista desde 1984, cuando República Dominicana devino en la principal beneficiaria de la Iniciativa para la
Cuenca del Caribe y fue autorizada a exportar hacia Estados Unidos con franquicia de derechos de aduana a la mayor
parte de los productos ensamblados de los países miembros: las exportaciones dominicanas hacia el mercado
norteamericano se duplicaron de 1983 a 1991, pasando de 806 millones a 1,846 millones de dólares. Caroit, Jean
Michel. “Relaciones Internacionales”. En: Estudios Sociales, número 89… pp. 49-52.
97
CAPÍTULO II
el embargo de todos los bienes, es decir, aviones de líneas aéreas, buques nacionales,
productos de exportación, etc.208.
Por su parte la clase dominante, a la vez que fortaleció sus propias organizaciones, tales
como el CNHE, orientadas a defender sus propios intereses, como es lógico, fundó o
financió centros de enseñanza superior y de capacitación profesional, con el objetivo de
preparar los cuadros especializados de demanden sus actividades y sobre las que el
Estado no había sido capaz ni siquiera de crear la infraestructura para tales fines. Parte de
las universidades privadas existentes en el país, o por lo menos algunas de sus
facultades, escuelas y departamentos respondieron a dichas necesidades209.
A todo esto se adiciona la incapacidad del Estado para responder a las demandas
populares.
En cuanto a la desigualdad social que creó este sistema económico y político, basta
mencionar que en la primera mitad de la década de los noventa, el 20% más rico tenía
13.3 veces más ingresos que el 20% más pobre. En el hemisferio, República Dominicana
resultó tener en 1991 la tasa más alta de crecimiento económico, pero el desempleo
aumentó a un 13%210.
Durante muchos años, los actores tradicionales en el quehacer político y público fueron los
partidos políticos y el Estado, éste último a través de sus diferentes órganos. Los partidos
políticos, que representaban, cada uno, una cosmovisión particular y un proyecto de
208
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 100.
209
Ibidem, pp. 130-131.
210
Ibidem, p. 97.
211
Citado por Yúdice, George. Ob. Cit, p. 192.
98
CAPÍTULO II
El Estado, por su parte, tenía asignada la conducción del país y la realización de las
funciones, tareas y actividades que aseguraban la estabilidad del sistema y el bienestar
material y espiritual de los ciudadanos y ciudadanas. Además de sus responsabilidades de
dirección y control llevaba también el compromiso de ser el motor de la economía y del
desarrollo social. Todo lo que se exigía para un funcionamiento adecuado del sistema
político y de bienestar de los ciudadanos quedaba en el ámbito de las acciones del
Estado-Gobierno y de los partidos políticos.
El proyecto democrático concebido por los partidos políticos dominicanos tenía como
premisa fundamental la tecnificación y modernización de las instituciones públicas213. Este
212
Varios. “Una estrategia para la viabilidad de la reforma política”, pp. 26.
213
Con respecto a la tecnificación, el defecto de la democracia no es poseer técnicas. La democracia, como cada
instrumento de gobierno es también un sistema de técnicas: la elección de representantes, la división de los poderes, la
votación secreta. Sin embargo no se trata solamente de esto, también se trata de la técnica que se desarrolla
históricamente para garantizar la soberanía popular, pero no como se ha entendido hasta ahora: que importante en la
democracia no es lo que el pueblo quiere, importante es cómo determinar aquella autoridad de gobierno que tiene que
elegir y querer. La voluntad del pueblo no puede pasar a un segundo plano respecto a la voluntad de gobierno, tampoco
al punto de hacer todo lo que el pueblo quiere, pero se logra poner en orden la voluntad popular mediante la
autoformación del hombre, la autoorganización cultural y de la responsabilidad de los hombres. Hay que dejar de pensar
que los hombres son máquinas para votar, en nuestra opinión la crisis social y política deviene de la poca
99
CAPÍTULO II
modelo de democracia se enfrentó a elevadas contradicciones sociales: por una parte, las
demandas de los sectores populares214, que exigían mejoría del nivel de ingreso y de
empleo y, por la otra, las demandas de los sectores de ingresos intermedios215, orientados
por un amplio abanico de motivaciones: mayor poder político frente a los sectores
tradicionales de poder, afán de colocarse dentro de la burocracia, mayores oportunidades
económicas y ampliar su seguridad para mantener el consumo de todo producto
importado. Por su parte, el sector empresarial se encontraba dividido a la hora de exigir
sus necesidades, pero generalmente pedían una mayor democratización económica y
descentralización geográfica de la administración pública. Por último, el sector militar con
su campaña anticomunista, que exigía, demandaba y añoraba la meta política de Estados
Unidos, “la seguridad continental”.
Según el sociólogo Emmanuel Castillo esta democracia liberal se basó en la alianza de los
sectores medios con los altos sacando de circulación a los sectores más bajos de la
escala social. La participación del pueblo se hacía realidad al momento de elegir las
autoridades públicas”. Para los defensores de la democracia dominicana la realización
pacífica de las elecciones cada cuatro años era un elemento fundamental para valorar la
legitimidad democrática.
Los oficiales retirados formaron el Partido Nacional de Veteranos Civiles. La izquierda, por
su parte, logró formar dos grandes bloques: la Unidad Socialista (integrada por el Partido
responsabilidad que se le da al pueblo y no sólo en el decidir de las cosas ventajosas sino también de las desfavorables.
Pero el orden de la voluntad popular no debe venir desde arriba, por élites sustancialmente irresponsables sino que debe
apoyarse en la recuperación del horizonte cultural donde el centro de discusión sea el sujeto humano. Entrevista
realizada a Umberto Cerroni por Vanna Ianni en agosto de 1983. Ianni, Vanna. Ob. Cit, p. 96-98.
214
Las clases populares tuvieron poca significación: el empleo logrado a través de la política de gobierno fue mínimo y
contenido a veces violentamente en sus reclamos de mejoras sociales. Pero el proceso de lucha ha tenido mayor
dinamismo. Ver: Castillo, Emmanuel. Ob. cit, pp. 187-192.
215
Con el ascenso al nuevo gobierno las demandas solo han podido ser satisfechas mediante la incorporación parcial al
tren burocrático y bajo el criterio de selección no sólo de la capacidad técnica sino de la moderación política. En este
sentido se puso en práctica el criterio de liberalismo moderado del grupo gobernante. Ver: Castillo, Emmanuel. Ob. cit,
p. 187-192.
100
CAPÍTULO II
Los hechos posteriores a 1990 mostraron que el fin de la polarización política por si sólo
no constituía la solución. Como analizamos, el fraude electoral desencadenó la crisis
social ya latente desde el punto de vista económico. Como expresara el Dr. Rubén Silié en
1992 “la consolidación definitiva del proceso de democratización por la incompetencia de
los partidos políticos y por su falta de habilidad para lograr una concertación social no
logró un programa de desarrollo que ofrezca mayor seguridad material. La debilidad de
esas organizaciones (se refiere a partidos políticos) ha posibilitado el monopolio del
Estado sobre las actuales iniciativas de reforma, bloqueando y despreciando iniciativas de
mayores alcances propuestas por diversos sectores de la sociedad civil”217.
216
Campillo, Julio. Elecciones dominicanas. Santo Domingo: Academia de Historia, 1996. p. 186.
217
Citado por Pérez, Cesar. Ob. cit. P. 11.
101
CAPÍTULO II
Los partidos, sobre todo los más importantes desde el punto de vista electoral, no
pudieron trascender el marco de los aspectos técnicos de la democracia y descuidaron su
función de formadores de la conciencia ciudadana como garantía para la independencia
de la sociedad civil frente al Estado. En este contexto, la población se vio en la necesidad
de expresar su descontento y sus reivindicaciones a través de la prensa escrita o radial,
única forma de poder acceder a las altas esferas del poder. La indiferencia del gobierno
desencadenó una serie de movilizaciones sociales y organizaciones barriales, de
comunidades, de vecinos, entre otros, que vendrían a constituir los nuevos canales de
expresión218.
El legado histórico de lucha política del pueblo dominicano se puede comprobar cuando en
1961 se recuperó la libertad de expresión y en 1966 se aprobó la Constitución que más ha
durado en la historia nacional. En 1973 quedó establecido que el único método de
selección de las autoridades serían las elecciones, al impedirse la materialización de un
golpe de Estado desde adentro, y también una rebelión encabezada por una invasión
guerrillera desde afuera.
En 1978 ocurrieron tres grandes logros: por primera vez la oposición llegó al gobierno por
la vía electoral, se puso fin a la represión, quedando libres los presos políticos y
retornando al país los exiliados y se estableció el control civil sobre el poder militar. En
1994 se reforma la Constitución con los objetivos de impedir la reelección inmediata y
evitar el continuismo, separar las elecciones Presidenciales de las Congresionales y
Municipales y evitar el fenómeno del arrastre y reforzar la independencia del Poder
Judicial. Pero a diferencia de 1978, los sucesos de 1994 fueron producto de un pueblo
más preparado para presionar lo suficiente y vigilar de cerca los comicios de 1996. En
estos comicios se supera la falta de credibilidad en las elecciones por fraude o
administración deficiente219. Solo por citar un ejemplo, en 1993 se constituyeron más de
1000 instituciones sin fines de lucros y de interés social. Se celebró el Tercer Congreso
Nacional de ONG´s y se crearon nuevos medios de comunicación, como los periódicos
218
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 200-201
219
Latorre, Eduardo. “Democracia en el Caribe”. En: Nueva Sociedad, volumen XXVII, número 3. Santo Domingo, julio-
septiembre de 2002.
102
CAPÍTULO II
220
Adscrito a la socialdemocracia, el perredeísmo acentuará durante la década de los setenta sus vínculos con los
sectores liberales internacionales y con los grupos de poder criollos más modernizantes. Su regreso al poder en 1978 con
la candidatura de Antonio Guzmán, determinará la desrradicalización definitiva de su discurso político. Acusado de
corrupción, el mandatario se suicidó a cuarenta y tres días del traspaso de mando a su correligionario Salvador Jorge
Blanco, ganador de las elecciones en 1982. El PRD no pudo subsanar los efectos de sus prácticas gubernamentales.
Dividido perderá el poder en 1986 en beneficio del Partido Reformista Social Cristiano y del doctor Joaquín Balaguer.
Escindido definitivamente en 1990 entre una fracción dirigida por José Francisco Peña Gómez y otra por Jacobo Majluta
(división que da surgimiento al Partido Revolucionario Independiente por este último), pasará a ser la tercera fuerza
electoral. Cordero, Margarita. Ob. cit, pp. 42-43.
221
Vinculado a la dictadura trujillista con las palabras del Dr. Joaquín Balaguer “las puertas del PR quedan abiertas
para todo el que haya pasado por la Era de Trujillo con la conciencia limpia y las manos inmaculadas, pero quedan
cerradas para los que hoy piensan y actúan como actuaron y pensaron quienes cometieron actos condenables ante la
moral y la ley, bajo aquel estado de cosas”. Siempre actuó sobre métodos desarticuladores de la sociedad civil,
afectando la capacidad de interlocución de los actores sociales. Su adhesión formal a la democracia cristiana, producto
de la integración formal de sus estructuras nunca se tradujo en prácticas político-ideológicas. Cordero, Margarita. Ob.
cit, pp. 43-44.
103
CAPÍTULO II
recicló viejos métodos centralistas de administración del Estado, lo cual motivó el aumento
de las protestas populares en 1987. Tanto el mandato del PRD como del PR fueron
duramente criticados por la población en general, lo que implicaba que, en República
Dominicana, independientemente del partido que asumiera el poder, se debían acometer
amplias reformas estructurales del sistema, que en circunstancias electorales se
popularizaban en discursos pre-presidenciales, pero nunca se materializaron.
Las izquierdas revolucionarias, por su parte, reconocieron como único sujeto social al
proletariado, pero en ocasiones se nutrieron de estudiantes y de personas muy pobres. A
pesar del mimetismo ideológico, que provocó incontable número de divisiones, algunas
organizaciones llegaron a jugar un papel importante en su lucha, sobre todo contra
Balaguer. Tal es el caso del Movimiento Popular Dominicano, pero sin ninguna
consecuencia de envergadura en la población222. No se logró articular una estrategia
discursiva que expresara las demandas más apremiantes formuladas por el movimiento de
masas, algunos partidos de izquierda consideraron que en el país se abrían coyunturas
políticas donde la “revolución popular era inminente” y por lo tanto tenían que prepararse
para conducirla. Esta polémica distanció aún más a estas organizaciones populares y
agudizó su fragmentación.
En 1991 el PLD sufre una escisión luego del fracaso de Bosch frente a Balaguer en las
disputadas elecciones. El precario estado de salud de Bosch y la situación interna del PLD
condujeron a que este partido comenzara aproximarse a la derecha oficialmente en 1990
con la oposición pasiva al gobierno de Balaguer, en momentos en que el PLD contaba con
222
Cordero, Margarita. Ob. Cit, pp. 45-46.
104
CAPÍTULO II
una oposición mayoritaria en la Cámara de Diputados (44 escaños del PLD frente a 41 del
PRSC, 33 del PRD y 2 del PRI) y una mayoría competitiva en el Senado (12 escaños del
PLD frente a 16 del PRSC y 2 del PRD). El paso definitivo de aproximación de Bosch y el
PLD a la derecha se produjo en 1994, mediante la alianza electoral con el ultranacionalista
Frente Nacional Progresista (FNP), pieza clave en la política antihaitiana de la nación223.
Durante la campaña electoral de 1996, en un acto público para celebrar la alianza entre
este partido y Balaguer, Bosch termina su vida política tomado de la mano de Balaguer,
acto que sellaba una alianza para mantener fuera del poder a Francisco Peña Gómez y el
PRD224.
La corriente desarrollista sostuvo que la participación política del ser humano debía tener
un rol esencial: asegurar su capacidad de incorporarse en las decisiones que logren la
perfectibilidad y cambio del sistema para asegurar los contenidos éticos de la democracia.
Se criticó el divorcio del individuo con la sociedad o a su sometimiento como simple
espectador pasivo. Recordemos que la labor política moderna se sostiene en el contrato
social: voluntad individual y voluntad general, entre el interés particular y el bien común.
223
Jiménez Polanco, Jacqueline. “El nuevo liderazgo político en la República Dominicana: del liderazgo carismático al
liderazgo contingente”. En: Revista de Ciencias Sociales, Nueva Época, número 7. San Juan: Centro de Investigaciones
Sociales, Universidad de Puerto Rico, Recinto Río Piedras, junio de 1999. p. 157.
224
César Pérez. “República Dominicana: la gobernabilidad obstruida por la exclusión política”. En: Haroldo Dilla
(compilador). Los recursos de la gobernabilidad en la cuenca del Caribe. FLACSO- República Dominicana: Editorial
Nueva Sociedad, Venezuela, 2002. p. 224. La alianza es explicable si tomamos en cuenta los cambios operados en el
pensamiento político de Bosch después de visitar China, Corea y Viet Nam, a finales de los años 60. Para esa época él
se inició en el estudio del marxismo, lo cual lo condujo a una nueva visión de la composición social del país. Según
Bosch, en República Dominicana, ante la inexistencia de la clase obrera le tocaba a la clase media asumir ese rol. De
acuerdo a su nueva doctrina, ese grupo social, y con su partido, el PLD, se constituían para lograr el cambio. Según él el
PRD era una masa amorfa, sin racionalidad. Su particular interpretación de esta doctrina aún hoy persiste en líderes del
PLD como Euclides Gutiérrez, que mantienen un discurso reaccionario hacia el PRD.
105
CAPÍTULO II
Este es incluyente y a la vez excluyente por el carácter territorial del individuo, donde
mujeres, extranjeros, inmigrantes y minorías o etnias quedaron fuera y porque solamente
eran discutidos los intereses de los ciudadanos dentro de la sociedad civil. Pero desde los
años ochenta, a partir de la turbulencia económica y política, entró en crisis este contrato
social y se transformó la concepción del ciudadano y la naturaleza de las organizaciones
en las sociedades modernas.
225
En las discusiones de algunos dirigentes barriales de cierta formación y vocación de reflexión intelectual, cuando se
hacía referencia a la composición social dominicana, y se expresaba la idea de la inexistencia de una clase obrera, a
través de la cual se podía construir “el sujeto liberador”, y por lo tanto, se pensaba que dicho sujeto se podía lograr
articulando los diferentes componentes del movimiento popular. Esta idea fue muy difundida a principios de los años
noventa por algunos intelectuales latinoamericanos, tales como Frei Betto, que entendió que los nuevos movimientos
territoriales y barriales constituyeron la base para la construcción del sujeto social que lograra la alternativa al sistema
226
En el periodo histórico se registra un proceso de concentración y multiplicación acelerada de la riqueza y poder, al
extremo de que el Grupo Pellerano, el Grupo Popular, el Grupo Bancomercio, el Grupo Bonetti, Armenteros, los
consorcios extranjeros CODETEL, FALCONBRIDGE, Latinoamérica de seguros tienen el control de los resortes
económicos fundamentales del país. En sentido general, tal compactación se identificó con el nuevo modelo de
acumulación y las nuevas formas de dependencia basada en la expresión del turismo, las zonas francas, la
agroexportación y la especulación financiera. La profundización de la política neoliberal desde el gobierno redujo las
contradicciones entre éste, la cúpula empresarial y el poder imperial, que se han movido sobre la línea del respaldo
mutuo y esencialmente a la figura de Balaguer y de una moderada presión a favor de sus intereses y de su estrategia
neoliberal. Esta mayor aproximación provocó a su vez un distanciamiento entre el gobierno y la cúpula empresarial
capitalista desfavorecida por la política neoliberal fondomonetarista (industriales y productores agropecuarios
vinculados al mercado interno). En la cúpula empresarial, por demás, existieron contradicciones entre los sectores
industriales monopólicos y oligopólicos sobreprotegidos por la política fiscal del pasado y las fuerzas sociales
dominantes (exportadores-importadores, consorcios, etc.) partidarios de una acentuación de la apertura hacia fuera y del
libre comercio destinado a captar los mercados nacionales desde el capital trasnacional estadounidense. “La República
106
CAPÍTULO II
Dominicana: democracia y situación actual”. Conferencia por Narciso Isa Conde, presidente de Unidad Revolucionaria
Caamañista.
227
Pérez, César y Leopoldo Artiles. Ob. Cit, p. 76.
228
Vanna Ianni. “Escenarios y actor popular, un estudio de coyuntura en República Dominicana (1984-1987)”. En:
Estudios sociales, año XX, número 69. República Dominicana: Fundación Juan Montalvo, julio-septiembre de 1987, pp.
21-35.
229
Para los partidarios del neoliberalismo, la sociedad civil debe vincularse al mercado, pues este impulsa el
mantenimiento del capitalismo, que según ellos, es terreno fértil para asegurar el desarrollo de la democracia. En
consecuencia. Aún en el caso en que la sociedad civil se oponga al neoliberalismo producirá en definitiva beneficios
para la sociedad de mercado, por cuanto “corrige” sus excesos y de ese modo estabiliza y legitima el sistema. Yúdice,
George. Ob. Cit., pp. 110-112.
107
CAPÍTULO III
CAPÍTULO III.
108
CAPÍTULO III
230
El Movimiento Constitucionalista que había sido organizado por el Coronel Rafael Fernández Domínguez propiciaba
el retorno de Bosch a la presidencia del país a través de un golpe militar. Caamaño fue incorporado al movimiento en
enero de 1965. Ante la negativa de los diplomáticos norteamericanos que se oponían al retorno de Bosch quien estaba en
Puerto Rico, el Coronel Caamaño y un grupo de oficiales se encaminaron hacia la parte baja de la ciudad conocida con
el nombre de Ciudad Nueva y el 27 de abril acompañado por el coronel Montes Arahce y Juan Lora se enfrentaron a las
tropas de la Cuarta División en la cabecera del puente Duarte. Enfrentados a tropas extranjeras en las calles de Santo
Domingo fueron reconocidos como soldados de la patria. El 4 de mayo frente a los restos de los fundadores de la
República se juramentó como Presidente de la República en Armas apoyado por Bosch desde Puerto Rico. Cuando los
rebeldes dirigidos por Caamaño llegaron de dominar Santo Domingo, los Estados Unidos dieron a conocer mediante el
embajador W. Tapley que iba a apoyar las fuerzas de Wessin. Fue así que mediante la intervención de la OEA el
proceso concluyo con la firma del Acta Constitucional y el establecimiento de un gobierno provisional encabezado por
Héctor Godoy, antiguo Ministro de Relaciones de Bosch, y más tarde Vicepresidente del partido reformista de Balaguer.
Varios. América Latina: documentos e información para el estudio de problemas latinoamericanos .Ciudad de La
Habana: ICAIC, 1975.
231
Prieto, Alberto. Ob. cit, p. 163.
109
CAPÍTULO III
Los gobiernos del PRD captaron a una serie de agentes sociales durante los primeros
años, sobre todo de sectores sociales populares radicados en los barrios pobres. A través
de estos agentes, el partido amplió su base popular incorporando al sistema una serie de
cuadros, que habían adquirido experiencia organizativa en las luchas antibalagueristas,
vinculados a las diferentes formas de agrupación social como clubes culturales, que
pasaron de ese modo a efectuar labores progubernamentales, abandonando su antiguo
compromiso social. Aproximadamente, 30 escuelas barriales -fundadas y dirigidas por la
dirección de los clubes al margen de la educación oficial- fueron oficializadas por el
Estado. Algunos dirigentes clubistas que estuvieron ligados a dichas escuelas pasaron a
ser directores de éstas232. Por esa razón y por el hecho de que el sistema político se hizo
mucho más complejo, se rompió el modo casi uniforme de las protestas contra el poder y
todas las formas organizativas se plantearon nuevos métodos de lucha. Así
desaparecieron las posibilidades de unificación en cuanto a objetivos y tácticas basadas
en el antibalaguerismo puro y simple practicado por casi toda la población.
232
Pérez, César y Leopoldo Artiles. Ob. cit, p. 39.
110
CAPÍTULO III
233
Pérez, César y Leopoldo Antiles. Las organizaciones populares dominicanos en la búsqueda de su identidad.
(documento).
234
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 91.
111
CAPÍTULO III
Ello provocó que entre 1978 y 1980 no hubiera un movimiento popular reivindicativo
considerable, dadas las expectativas creadas por la apertura democrática y el llamado
Modelo de Demanda Inducida. Comprobados los límites de la primera y desplomado el
segundo, desde 1980 se produjo un paulatino ascenso de las protestas populares, tales
como, huelgas laborales, ocupaciones de tierras, paros barriales, manifestaciones, etc. De
acuerdo con las estadísticas compiladas por Pablo Mariñez, entre 1980 y 1982 ocurrieron
en el país 129 huelgas y 40 ocupaciones de tierras, además de otros actos de apoyo como
ocupaciones de locales, bloqueos de caminos, etc.238
Este ascenso del movimiento popular sufrió un reflujo apreciable por las promesas y
expectativas de las campañas electorales y el período postelectoral, sin embargo, desde
1983 (julio-agosto) nuevamente cunden la insatisfacción y las protestas masivas.
235
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 93.
236
Castillo, José. “El proceso electoral en República Dominicana”. En: Forum, Santo Domingo, 1982. p. 84.
237
Vanna Ianni. El territorio de las masas. Espacios y movimientos sociales en República Dominicana. Publicaciones de
la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Santo Domingo. p. 19.
238
Mariñez, Pablo. República Dominicana 1978-1982: ¿un proyecto socialdemócrata? UNAM. s/f.
112
CAPÍTULO III
En este nuevo flujo tuvieron un papel relevante los numerosos ajustes monetarios de la
economía dominicana, que tenían como premisa fundamental la restricción del consumo
popular en función de la acumulación y como resultado, la acentuación de la tradicional
depauperación social existente en el país. Los meses de julio y agosto de 1983 marcaron
un primer momento climático en el alza del movimiento popular, con una cadena de
protestas, ocupaciones de tierras y levantamientos comunales en dos poblaciones, Cotuí y
Bayaguana. En octubre de 1983 fue reprimida una manifestación estudiantil de condena a
la invasión norteamericana a Granada, al costo de 27 personas heridas, aunque los
planteamientos estudiantiles coincidían con la diplomacia dominicana239.
Según el historiador Haroldo Dilla, “Abril fue espontáneo en cuanto a sus dimensiones y a
la carencia de un programa estratégico y un nivel mínimo de organización241. Sin embargo,
ello debe matizarse, si lo fue se debió a que previamente no se organizó su magnitud en
términos de espacio y tiempo, pero esta espontaneidad no es contradictoria con el hecho
239
Ruiz, Víctor. Lucha social… p. 22.
240
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p.203.
241
Dilla, Haroldo. Crisis y evolución….p. 13.
113
CAPÍTULO III
de que el contenido de las protestas no estuvieran sesgadas por una cultura política. Por
ejemplo, el movimiento sindical, que estuvo inmerso en las jornadas precedentes a Abril y
durante el estallido popular y que adoptó un posición oportunista al tratar de representar a
todo el movimiento sobre el que no era capaz de ejercer el menor control, porque las
centrales no dirigían a todos los sindicatos, logró una mínima articulación, que tuvo como
resultado que las principales exigencias del movimiento de masas fueran: aumento
salarial, rebaja de precios de los productos alimenticios, arreglo de calles y lugares
públicos, suministro de agua y energía eléctrica242. La falta de madurez provocó que
salieran a flote toda la heterogeneidad, sectarismo y contradicciones de las centrales
sindicales243. Se produjeron divisiones en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la
Unión General de Trabajadores Dominicanos (UGTD) y la Central Nacional de
Trabajadores Dominicanos (CTD). La espontaneidad de este movimiento radicó en que no
fue convocado por ninguna organización política o sindical alguna, pero el malestar que
creó el anuncio de estas medidas en semana santa provocó que el lunes siguiente, 23 de
abril, en horas de la mañana, se produjera un estallido social, que se prolongaría hasta el
25 de abril244.
El gobierno, por su parte, tuvo que improvisar algunas medidas, ya que los hechos se le
escaparon de las manos. Los cuerpos antimotines de la Policía Nacional fueron lanzados
242
Pérez, César y Leopoldo Artiles. Ob. Cit, p. 60.
243
Pero la atomización de muchos sindicatos que no lograron responder a la clase obrera y al pueblo en general, propició
que el movimiento de masas, con reivindicaciones diversas, fuera llamado a jugar un papel destacado desde este
momento a la actualidad. La gran mayoría surgió en barrios urbanos populares, e incluso en los poblados rurales,
organizados en comités de lucha o de huelgas para disímiles exigencias. La mayoría no tenía una relación directa con
los partidos políticos, más bien fue la Iglesia Católica la que desde un inicio jugó un papel destacado, a través de
sectores vinculados a la Teología de la Liberación. De esta manera la represión hacia estos movimientos fue cruenta en
1984 e influyó para que el PRD perdiera apoyo social hacia los comicios de 1986 y 1990.
244
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 202.
245
En 1984 se produjeron cerca de 94 movilizaciones diversas en todo el país. Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 205.
114
CAPÍTULO III
Dentro de esta coyuntura, en los finales de 1985, en las barriadas populares punteadas
por la pluralidad difusa de las protestas sociales, volvió a emerger el fenómeno, ya
endémico, que mostró a una gran parte de los excluidos, me refiero a los enfrentamientos
entre pandillas juveniles. La causa fue la degradación de las instituciones y el
resquebrajamiento de los valores que articulaban el orden presente. La segmentación y
las restricciones estatales propiciaron la lucha de las bandas por el territorio, en cuya
materialidad se operaba algún tipo de identidad. Cuando el mañana es inimaginable, la
existencia se degrada y se empequeñece. Las pandillas que actúan en los barrios
populares no aparecen como portadores de valores opuestos a los dominantes, sino que
se reconstruyen tomando como núcleo de cohesión a los valores del dinero, agresividad,
sexo y autoridad que se distinguen a los ejes dominantes del sentido de orden existente.
Siguiendo esta lógica, debemos señalar que en los sucesos de abril de 1984 y finales de
1985 ocurrieron acciones directas de tipo destructivo: quema de autos, asaltos a
supermercados, bancos, puestos de expendio del Instituto de Estabilización Precios,
asalto y destrucción de una funeraria en Los Alacarrizos. Todo ello expresó el
desbordamiento de sentimientos ocultos y necesidades soterradas, el deseo popular de
246
Mariñez, Pablo. Ob. cit, p. 204.
115
CAPÍTULO III
traspasar el marcaje entre “los de arriba” y “los de abajo” en una sociedad que pregona el
consumo y exhibe la desigualdad, las masas excluidas y marginalizadas247.
Desde otra perspectiva, 1984 representó a nivel organizativo el surgimiento y/o desarrollo
de los Comités de Lucha Popular (CLP), donde influyeron diversas fuerzas políticas
incluyendo a la izquierda y a los Comités de Unidad Popular (CUP). En efecto, Víctor
Morales, dirigente de uno de los primeros Comités de Lucha Popular surgidos y del Partido
Bloque Socialista, en una entrevista que le hizo Laura Faxas, explicó que en la búsqueda
de una articulación de las luchas sociales recién iniciadas, se fundó el primer Comité
Coordinador de Lucha Popular, integrado por representantes del sector clubístico (uno del
cultural), del público, sindical y, por último, un delegado estudiantil248.
Otro movimiento social significativo en el país fueron las comunidades territoriales de base
conocidas como Comunidades Eclesiales de Base (CEBS)249 integradas por el pueblo,
especialmente los activistas de diferentes fuerzas de izquierda250 y antiguos miembros de
clubes culturales.
247
Ver anexo II
248
Pérez, César y Leopoldo Artiles. Ob. cit, p. 44.
249
Surgen a principios de la década de los años setenta, como resultado de la aparición de una corriente renovadora del
cristianismo católico a raíz del Concilio Vaticano II, en 1962-1963 y el Concilio de Medellín (1968), éste último daría
impulso definitivo en América Latina a la corriente renovadora que propuso una lectura del evangelio según las claves
aportadas del análisis de la realidad social latinoamericana. En Medellín se encontró la fuente de un nuevo enfoque
teológico (Teología de la Liberación) y en el espacio social un modelo de colectividad de creyentes, la Comunidad
Eclesial de Base. Con respecto a su origen y motivación, Cela nos comenta “nacen de la búsqueda del sentido de la
historia colectiva y personal de las clases que quedan atrapadas por el giro de una modernidad que no las llega a
alcanzar… su criticidad y combatividad social denotan una postura crítica ante el progreso mismo, que no es
considerado como un valor absoluto. La dimensión de la igualdad social se convierte en criterio de juicio sobre el
avance tecnológico y el cambio social”. No se pudo apreciar vinculación entre esta organización y organizaciones
partidarias, pero sí muchos miembros de partidos desde la derecha hasta la izquierda simpatizaron con estas
comunidades. En República Dominicana se dedicaron a señalar las injusticias y otro rol protagónico es desarrollar las
capacidades de las mujeres. Estas organizaciones tienen como signo distintivo la presencia de la mujer como agente
social dinamizante y representativo de la polarización de lo doméstico. Se debe reconocer su propia heterogeneidad
derivada de los múltiples rasgos sociales y culturales que componen el cuadro de las masas pobres, más la
heterogeneidad del clero mismo. Pérez, César y Leopoldo Antiles. Las organizaciones populares…. (documento).
250
La izquierda dominicana no había superado su dispersión y confusión al encontrarse en el nuevo sistema político, y
su pérdida de influencia se acentuaba; sin embargo ocurrió al mismo tiempo un proceso de afanosa búsqueda de
alternativas. Esto conllevó por primera vez en veinte años a que dejaran los epítetos y se sentaran en la mesa de
discusión buscando la unidad. En 1982 se formaron dos bloques de organizaciones de izquierda: la Unidad Socialista y
la Izquierda Unidad, las cuales participaron por separado en las elecciones. Posteriormente en 1983 se formó el Frente
de Izquierda Dominicana (FID), integrado por las dos vertientes anteriores y de otros sectores. Pérez, César y Leopoldo
Antiles. Las organizaciones populares…. (documento).
116
CAPÍTULO III
empresarios sino de la mayoría del pueblo; que dé participación al pueblo, que escuche
sus declaraciones y que no los resuelva comprando conciencias con regalos individuales
ni con represión. Para asegurar esto hace falta un pueblo alerta, organizado y uniformado,
que sepa que pasa y sepa exigir sus demandas con la fuerza que da la organización
popular”251. Así proyectaron una labor educativa en los años ochenta, más que una
dimensión propiamente política. Los propios límites de no querer transgredir los márgenes
educativos manifestaron un distanciamiento y un bloqueo bastante marcado, que debilitó
la incidencia de las comunidades eclesiales dentro de la sociedad y los procesos de
constitución del pueblo como sujeto.
Sin embargo, se confirmó, en gran medida, la debilidad de las mediaciones entre masas y
Estado. El divorcio se produjo no solo con el PRD, sino también con el Partido Reformista
Social Cristiano, que presentó conflictos y descontentos hacia dentro en la organización y
hacia fuera en el apoyo social.
251
Encuentro, año XI, número 121, p. 7. Citado por Vanna, Ianni. El territorio…p. 26.
252
Ibidem, p. 60.
253
Entre ellas figuran el Consejo de Unidad Popular: organización de matriz izquierdista que surgen a raíz de una
polémica lucha acerca del carácter de los Comité de Lucha Popular, las relaciones de estas con sindicatos y posiciones
no exentas de la influencia de sus referencias políticos-ideológicos. Siempre vivieron a remolque de las organizaciones
sindicales. En un momento se consideró que estas coordinaban las acciones de los CLP a nivel barrial (1984) y luego a
nivel zonal, pero posteriormente estos se unificaron en una sola instancia. El Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO)
fundado en 1985 y el Colectivo de Organizaciones Populares (1989) fueron organizaciones que surgieron en medio de
huelgas nacionales, la última como coordinadora de todas las organizaciones. Al principio tuvieron gran importancia,
pero luego atravesaron un periodo de discusión a su interior por las posiciones asumidas por algunos de sus dirigentes y
de los partidos de izquierda que en estos inciden. Junta o Asociación de Vecinos surge a partir de 1978 con el apoyo
económico del Partido Revolucionario Dominicano y vinculada al Ayuntamiento del Distrito. No pasaron de ser vecinos
117
CAPÍTULO III
Barriales (COPADEBA)254, que fue fundado en 1978. Es necesario destacar que este
proceso estuvo detenido desde fines de 1984 a principios de 1985, sin embargo, en
febrero de 1985 se reanimó, cuando tuvo lugar una huelga nacional que paralizó a todo el
país y en la cual participaron sectores comerciales e industriales medios, y se demostró
mayor nivel de organización255.
Dicha pasividad más los estrechos márgenes de autonomía de los movimientos sindicales,
campesinos y estudiantiles, unido a la crisis, atentaron contra el logro de todas las
demandas elaboradas en esta coyuntura. Sin embargo, la mayor parte de las protestas
efectuadas en el período 1984-1986 resultaron producto de las intervenciones de
organizaciones locales, barriales, municipales, las cuales tuvieron acciones limitadas. Los
vínculos entre los movimientos urbanos y el movimiento sindical fueron reducidos. Esta
limitación reconocida por la bibliografía dominicana, si bien restringió, en su momento, el
alcance de las acciones, paralelamente, mostró –aún dispersa- independencia de acción,
por parte de ciertas organizaciones, de las tradicionales estructuras en el escenario
político (Estado, partidos, sindicatos). Asimismo, emergieron la Asociación Médica
Dominicana (AMD), la Asociación Nacional de Profesionales Agrícolas (ANPA) y el
Colegio Dominicano de Abogados. Estos movimientos mostraron la validez de nuevas
miembros del PRD, por eso cuando este partido deja el gobierno en 1986 las juntas caen en el inmovilismo. Luego
continuaron existiendo, pero en barrios de clase media, donde su actividad principal es la recogida de la basura, por la
dotación de agua potable, contra la delincuencia y la protección de las áreas verdes. Pérez, César y Leopoldo Antiles.
Las organizaciones populares dominicanos en la búsqueda de su identidad. (documento).
254
Organización con mayor membresía. Comenzó sus actividades en clubes culturales, juntas de vecinos y comunidades
eclesiales de base, de algunos barrios de la zona norte de la capital; a estos se unieron los barrios Las Cañitas, 24 de
Abril, 27 de Febrero, Simón Bolívar y zonas aledañas ante la amenaza de desalojo por parte de una familia que se decía
dueña de todos estos terrenos. El hecho de que algunas organizaciones no pertenecieran a ésta sobre todo por ser
orientadas por el PRD sumió a COPADEBA en un inmovilismo. El desarrollo y alcance de esta organización puede
valorarse en palabras del propio coordinador general cuando expresó “carecemos todavía de una identidad muy clara
que nos permita jugar un papel en el escenario político, a pesar de que vamos haciendo esfuerzos como organización de
ir asumiendo una identidad como sector, pero carecemos todavía de una serie de pensamientos en este sentido”. Pérez,
César y Leopoldo Antiles. Las organizaciones populares dominicanos en la búsqueda de su identidad. (documento).
255
Dilla, Haroldo. Crisis y evolución….pp. 15-16. ver anexo III.
256
Cela, Jorge. “La cultura de la pobreza”. En: C:/documents and setttings/ipérez/consumariofolleton7.
118
CAPÍTULO III
formas de agrupación que podían influir en las acciones políticas del país257. Los sectores
populares que se destacaron durante estos dos años fueron: obreros (23%),
profesionales/técnicos (16%), campesinos (14%), estudiantes (7%) y otros (3% y un
37%)258 que no se especifica su actividad económica pero que -lógicamente- podemos
inferir que son los marginados.
Esta situación de inquietud social llegó al campo con niveles alarmantes. Se creó el
Movimiento Campesino Independiente, que en 1981 organizó invasiones en las cuales
participaron alrededor de 2000 campesinos y lograron establecerse en 4000 hectáreas de
tierras. Según Pablo Mariñez, en 1982 se produjeron seis ocupaciones con 1156
campesinos y 2296 hectáreas de terreno259.
257
Vanna, Ianni. El territorio…p. 26.
258
Periódico Hoy, 25 de noviembre de 1992.
259
Mariñez, Pablo. República Dominicana 1978-1982….
119
CAPÍTULO III
120
CAPÍTULO III
En resumen, los gobiernos del PRD no lograron sintonizarse con una multiplicidad de
actores sociales, que los espacios democráticos innegablemente abrieron. Tal como
anunciamos en el segundo capítulo, se produjo un alto nivel de organización laboral y de
constitución de movimientos comunitarios y sociales, tanto en las zonas urbanas como
rurales. Estos nuevos actores jugaron un importante papel, fueron el único canal a través
del cual la población pudo expresar sus demandas de inclusión. Los grupos de izquierda
organizada estaban muy debilitados, por lo que no se constituyeron en referencia política
significativa. Esta ausencia política influyó en el hecho de que esos movimientos tendiesen
a darle un contenido político a sus demandas, y a descuidar la articulación de luchas a
través de demandas de carácter local, lo que limitó sus posibilidades reales de constituirse
en un movimiento con relativa fortaleza organizativa para erigirse como interlocutor y
lograr sus demandas.
121
CAPÍTULO III
El sistema no logró crear mecanismos para procesar las demandas de los movimientos
comunitarios, pues estos carecían de la fuerza suficiente para obligar al gobierno a darles
una respuesta en el sentido demandado, por lo cual sus luchas, la mayoría de las veces,
terminaban sin conquistas significativas, creándose una situación política que más que un
equilibrio inestable, era una situación de alerta, tanto para el Estado como para la
sociedad.
Durante este año se realizó el Diálogo Tripartito entre el gobierno, empresarios y centrales
sindicales, al cual no fue invitado el CLP y en el que participó la Iglesia Católica como
mediadora. El éxito de este diálogo fue muy cuestionado, ya que varias centrales
sindicales retiraron su apoyo ante el alza de precios de productos básicos que afectaba a
la población y favorecía a los propios empresarios. Mientras tanto, la CLP y las
asociaciones de profesionales realizaron huelgas por sus propias reivindicaciones. En el
Distrito Nacional y Santiago de los Caballeros, entre enero y septiembre de 1988, se
264
Periódico Hoy, junio de 1997. Citado por Ruiz, Víctor. Lucha social…p. 61.
122
CAPÍTULO III
realizaron 217 huelgas; otras cinco provincias se destacaron en las luchas populares:
Barahona, Cotuí, Baní, Moca y Azua265.
265
Pérez, César y Leopoldo Artiles. Ob. cit, p. 56.
266
Espinal, Rosario. La sociedad civil movilizada…., pp. 17-18.
123
CAPÍTULO III
La gestión del Estado en esta etapa fue conflictiva. Existía por parte de la población un
alto índice de desconfianza en las políticas estatales y reclamaban reformas públicas
dirigidas a una institucionalización democrática del régimen político. Se planteó
incrementar el poder y los recursos económicos de Ayuntamientos para democratizar el
ejercicio político municipal. La CNOP se convirtió en el Colectivo de Organizaciones
Populares que junto a COPABEBA y el Consejo de la Unidad Popular formaron el
Movimiento Independencia Unidad y Cambio (MIUCA). En este sentido, también se
destacaron la Unión de Vecinos Activos y la Unión de Organizaciones Vecinales, etc.269.
Estas organizaciones realizaron huelgas durante todo el año de 1990. Las más
significativas ocurrieron los días 13 y 14 de agosto, 26, 27 y 28 de septiembre y el durante
todo el mes de noviembre. Otro grupo de organizaciones enfocaron su labor a exigir
cambios en el aparato judicial y el sistema político global, destacándose la Fundación
267
Ruiz, Víctor. Ob. cit, p. 138.
268
Pacto de Solidaridad Económica: pacto de 22 acuerdos entre el gobierno y los empresarios con la mediación de la
Iglesia Católica. Este documento consta de acuerdos monetarios en cuento de precios, gravámenes e inversión fiscal en
la industria y producción agropecuaria. Se compromete a renegociar la deuda pública y otras pequeñas medidas de
asistencia social. Este representó el compromiso por parte del empresariado a asimilar los aumentos salariales y a
respaldar además las reformas fiscales que se necesitarían para la firma con el FMI. Para ver el texto puede consultar a
Ruiz, Víctor. Lucha social…pp. 123-128. Listín Diario, 7 de agosto de 1990, p. 5.
269
Existieron alrededor de otras trece organizaciones: Instituto Dominicano de Desarrollo Integral, Ciudad Alternativa,
Foro Urbano, Centro por la Democracia, Centro de Investigación y Promoción Social, Fundación Solidaridad, Centro
Juan Montalvo, Fundación Siglo XXI y Centro de Estudios Urbanos y Regionales de la Pontificia Universidad Católica
Madre y Maestra . Pimentel, Juan Luis. Mapeo de Organizaciones de la Sociedad Civil en República Dominicana.
Análisis situacional. 31 de diciembre de 1997, pp. 13-14.
124
CAPÍTULO III
270
Pérez, César y Leopoldo Antiles. Movimientos sociales: identidad y dilemas. INTEC, Santo Domingo, 1992, p.31.
ver anexo IV.
271
El 29 de mayo de 1992 fue promulgada el Código Laboral como iniciativa del Estado. Según declaraciones hechas
por el presidente de la Secretaría de Estado del Trabajo, Rafael Albuquerque “… apenas 90 artículos son diferentes al
viejo código de 1951”. Su modelo se basó en el esquema neocorporativo. Pimentel, Juan Luis. Mapeo de
Organizaciones de la Sociedad…, p. 16
272
Ruiz, Víctor. “Crisis, alternativas y desmovilización popular (octubre-noviembre)”. En: Análisis de Coyuntura. Año
II. Boletín No 5. Ediciones CEDEE. República Dominicana, 1991.
125
CAPÍTULO III
La COP organizó tres huelgas en 1990. La primera se realizó los días 13 y 14 de junio y
paralizó a todo el país. A esta huelga le siguió un paro cívico convocado por el PLD los
días 19 y 20 de junio en protesta al resultado electoral. El semanario “Vanguardia del
Pueblo”, órgano del PLD, en su número del cinco de junio de 1990, manifestó que “….el
actual gobierno ilegítimo del Dr. Balaguer, que es una continuación del trujillismo, se
caracteriza por ser un violador constante de la propia Constitución y las leyes que él
mismo juró respetar cuando en forma ilegal se juramentó como Presidente de la
República”273, a lo cual el presidente respondió: “ese movimiento huelguístico, el cual
cuenta con el respaldo de los partidos democráticos mayoritarios, el Partido de la
Liberación Dominicana y el Partido Revolucionario Dominicano es a todas luces
improcedentes, por los motivos que le sirven de sustentación y por la forma en que se ha
hecho, tienen todas las características de una acción encaminada a promover el
derrocamiento del gobierno. No voy a ocupar tiempo de las personas que me hacen en
honor de escucharme insistiendo en la legitimidad de las autoridades actuales. El gobierno
que dirige los destinos del país fue elegido en unos comicios democráticos, abiertos, sólo
tres meses en el ejercicio de su nuevo mandato constitucional, pero lo que está por
encima de toda discusión es la legitimidad de la paz que disfrutamos desde hace largos
años”274.
Las huelgas nacionales en este período fueron impresionantes. Nunca antes se habían
producido en un lapso de tiempo tan corto tantos movimientos huelguísticos de alcance
nacional. La COP convocó a huelgas nacionales en septiembre y noviembre. Estas
huelgas, sin embargo, no fueron atendidas por el gobierno y contra ellas atentaron tres
factores: tensiones entre el movimiento popular y obrero, la duración de las huelgas y la
imprecisión de sus propósitos.
El movimiento sindical suscitó diferencias con la COP. Para el movimiento sindical los
reclamos debían girar en torno al reajuste salarial, mientras que para la COP el reclamo
del momento era la modificación de los ajustes económicos y la renuncia del gobierno,
273
Ruiz, Víctor. Lucha social…., p. 29.
274
Ibidem, p. 139.
126
CAPÍTULO III
condicionada solo a la eventual posibilidad de que se corrigieran todos los males que
aquejaban la nación, ante la actitud intransigente del gobierno de no variar su política
económica y la brutal represión contra SITRACODE (Sindicato de Trabajadores de la
Compañía de Electricidad) en agosto de 1990275.
275
Este sindicato era uno de los mayores del país hasta 1990. Cuando el Ingeniero. Ramón Pérez Martínez sumió la
presidencia de la Compañía Dominicana de Electricidad, dio inicio a una campaña masiva de cancelaciones, que en
marzo de 1991 ascendía a 3000 trabajadores. Las actividades hechas a favor de los cancelados fueron reprimidas por la
Policía Nacional que ocupó las oficinas centrales en la capital. Se arrestaron a 18 dirigentes sindicales de SITRACODE.
Otros trabajadores refugiados en la Iglesia de Las Mercedes fueron agredidos. El padre Ramón Abreu, testigo de los
hechos, narró: “que vio a policías con bates de aluminio golpeando a personas que estaban escondidas debajo del altar
y en la sacristía. Algunas personas desesperadas corrieron al patio de la iglesia y fueron perseguidas hasta ser
detenidas y golpeadas”. Ruiz, Victor.Ob. cit, p. 27.
276
Ibidem, p. 28.
277
Ver anexo V.
278
La firma de este acuerdo le costó al movimiento sindical fuertes críticas por parte de toda la población. Justo al mes
de la firma la Central de Trabajadores Mayoritaria anunció que se desvinculaba del mismo, el presidente de la misma
afirmó: “sucedió nuevamente que el Gobierno y la Patronal no han honrado los compromisos contraídos con el
movimiento sindical, popular y profesional”. Discurso del 10 de octubre de 1990, citado por Ruiz, Víctor. Lucha
social…., p. 76.
279
Ruiz, Víctor. Lucha social…., p. 66-69.
127
CAPÍTULO III
Tras esta amarga experiencia, el movimiento sindical estaba definitivamente dividido entre
la Coordinadora Sindical y otras tres centrales (CTC, CTM, CGT). Pero la sociedad
dominicana atravesaba entonces por una crisis singular, depresión que ya había
desbordado las expresiones puramente materiales y se manifestaba marcadamente en la
esfera política. A pesar de los desencuentros entre los diversos sectores de la sociedad
civil y los sindicatos, la huelga del mes de noviembre tuvo como consigna fundamental la
renuncia del presidente. El profesor Juan Bosch y el Dr. Francisco Peña Gómez
presidentes del PLD y el PRD, respectivamente, exigieron la renuncia de Balaguer, bajo la
consigna “que se vaya ya”, mientras que Jacobo Majluta, presidente del PRI, sostuvo su
posición de que Balaguer desde el poder debía resolver todos los males de la nación. A
pesar de los diferentes enfoques, por primera vez, todos se unieron en contra de Balaguer.
Ante esto, el propio presidente prometió acortar su período presidencial hasta 1992,
momento en que se realizarían nuevas elecciones. Así, el 16 de noviembre anunció:
“propongo formalmente, que en la próxima reforma de nuestra constitución se incluya la
disposición transitoria de hacer elecciones generales para el 16 de agosto de ese mismo
año. De esta propuesta repito, tendrá la ventaja de ofrecer al país, de calmar la
impaciencia de los políticos y de ofrecer al país la oportunidad de elegir nuevas personas.
Estas elecciones serían preparadas convenientemente precedida por una reforma a la ley
electoral para eliminar de esa ley todas las fallas que han sido puestas de manifiesto en
las experiencias mas recientes”280
La política del gobierno con respecto a las otras demandas no varió. El mismo 22 de
noviembre, día en que el país regresaba a la normalidad, Balaguer anunció la ineludible
obligación de negociar con el FMI. Esto representó un gran reto para la nación y
particularmente para la sociedad civil.
280
Ruiz, Víctor. Ob. cit, p. 141
128
CAPÍTULO III
sectores medios no partidistas estaban integrados por profesionales al servicio del Estado,
que habían sufrido las políticas autoritarias de Balaguer. En 1990 el Poder Ejecutivo vetó
las medidas congresistas de aumentos salariales para médicos, profesores, agrónomos y
profesionales de la construcción, bajo la excusa de que todo estaba paralizado por la
realización de negociaciones con el FMI. Ante esta actitud intransigente, los profesionales
se lanzaron a huelgas indefinidas. La lucha se caracterizó por la coordinación y solidaridad
entre diferentes gremios de profesionales. Surgió la Unión Nacional de Técnicos y
Profesionales, que organizó huelgas en 1991 y respetó la autonomía de cada gremio a la
hora de exigir sus demandas281. Durante todo el año, tanto la UNATEP como la COP se
unieron en diferentes huelgas, mientras que, los sindicatos, partidos tradicionales y de
izquierda, si bien apoyaban las huelgas, también estaban inmersos en sus divergencias
históricas y contraproducentes respecto a la época histórica que se vivía282. Por su parte,
la Iglesia Católica manifestó siempre su firme oposición a todo lo que significara
desavenencia con el Estado.
281
Ibidem, pp. 86-95.
282
El PRD y el PLD apoyaron las huelgas. Varios grupos de izquierda favorecieron las huelgas, mientras que el Partido
Comunista Dominicano dijo a través de su secretario general Narciso Isa Conde, que la huelga “necesitaba otra
conducción, una conducción donde la dirección del PRD no determine en función de su proyecto electoral”. Discurso
del 31 de julio de 1991. Ruíz, Víctor. Lucha social…., p 113.
283
Se organizó para una duración de diez años de 1992 a 2002. Es financiado por la USAID y administrado por la
Universidad Pontificia Católica Madre y Maestra. Su objetivo fue promover la cultura democrática en el país, motivar la
participación ciudadana en los procesos democráticos y mejorar el funcionamiento democrático del Estado. Este
proyecto fue diseñado por intelectuales y especialistas radicados en el país. A este proyecto se le han sumado grupos de
periodistas, intelectuales y empresarios que se han vinculado a grupos sociales. Espinal, Rosario. La sociedad civil
movilizada…. p 121.
284
Surgió como movimiento cívico no partidista, su tarea fundamental fue formar una red de observadores electorales
que no se materializó hasta 1996. Fue la primera institución genuinamente integrada por observadores nacionales, tuvo
un resultado muy positivo, pues las elecciones de 1996 fueron las primeras no cuestionadas en el orden democrático. La
sociedad civil movilizada…. p 122.
285
En los últimos años, tanto la literatura especializada como los medios de prensa han puesto en evidencia el rol de una
serie de nuevos actores internacionales, de carácter no-estatal, genéricamente agrupados en el ambiguo rubro de
129
CAPÍTULO III
centralización de la acción en Santo Domingo, a pesar de los esfuerzos por parte del PIC,
PC y GAD de incorporar a otras personas de diferentes partes del país.
“sociedad civil global”. En el marco del llamado “multilateralismo complejo” actualmente emergente, en una visión del
sistema internacional eminentemente multi-céntrica, estos actores han llamado la atención no sólo a los analistas, sino
también a los gobiernos, tradicionales actores del sistema internacional, y a los organismos internacionales, al punto de
generar políticas específicas por parte de organizaciones como el Banco Mundial, el FMI, el BID y las agencias de las
Naciones Unidas hacia y con la participación de estos nuevos actores. Serbín, Andrés. Globalización, Regionalismo y
Sociedad civil. En: http://www.cries.org/4.5_doccries.php
130
CAPÍTULO III
externo, legal o ilegal, fundamentalmente hacia los EE.UU. Las políticas neoliberales, que
estimularon la creación de zonas francas y polos turísticos contribuyeron a la subversión
de los valores y las tradiciones. De tal forma, la ciudadanía y los motivos del electorado
eran muy diferentes a los de cualquier época anterior y los liderazgos tradicionales no
fueron capaces de percibir estos cambios en toda su intensidad. A pesar de todas las
limitaciones que tuvieron en esta etapa, los movimientos comunitarios y populares
constituyeron una suerte de espacio donde se cristalizaba el vasto sentimiento de protesta
y de deseos de inclusión de la población, por lo cual, en una sociedad hiperpolitizada
como la dominicana, algunos dirigentes políticos podían, en determinadas coyunturas,
tener una influencia y/o un papel que sobrepasaba o sustituía el de las instituciones. Es
por eso que muchos dirigentes, independientemente de la debilidad de sus
organizaciones, tuvieron poder de convocatoria en detrimento del liderazgo tradicional.
Esto fue posible en gran medida por el vasto desarrollo de los medios de comunicación en
República Dominicana y por la variedad de estos medios –sobre todo la radio-. Ello
cambió el contexto social y político y apoyó la difusión del sentimiento democrático y, por
momentos, obligó a Balaguer a negociar, pero arrancándole conquistas muy limitadas. A
partir de 1992 se exigieron demandas relativas al sistema de salud, que tuvieron como
resultado la elaboración de un anteproyecto del Código de Salud hacia 1996. En este
sentido, se concibió el Plan Decenal de Educación a partir de un esfuerzo de la sociedad
civil en 1990 y no fue hasta 1997 que el Congreso aprobó una Ley de Educación, que
planteó la creación de Juntas Administrativas Distritales. En este período, el programa
dirigido a mejorar la educación en el país fue un avance indiscutible, registrando
crecimientos de la tasa de escolaridad de la población estudiantil entre 1 y 5 años, que
pasó de 13, 1% en 1989-1990 a 58,6% en 1997-1998 y a 67,7% en 1998-1999, con una
tasa de promedio anual de crecimiento del 19%. Sin embargo, la cobertura de la
educación pública fue sólo del 12,72%, mientras que en la educación privada fue de un
11.57%286.
286
Este proyecto se llevó a cabo después de la Conferencia “Educación para todos” celebrada en Jontien, Tailandia por
la UNESCO, el UNICEF, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Mundial. El PNUD de
República Dominicana reunió a muchos intelectuales, universidades, organizaciones no gubernamentales, representantes
del empresariado dominicano, el gremio de docentes y el Ministerio de Educación Dominicano (SEEBAC). Se
realizaron talleres, encuentros, reuniones, que con sus altas y bajas realizaron el Plan Decenal”. Los objetivos explícitos
fueron: aumentar la equidad, cobertura y retención del sistema; aumentar la calidad, a través de la transformación del
131
CAPÍTULO III
En esta indiferencia para la solución de los servicios públicos por parte del Estado
intervinieron dos elementos más. En primer lugar, las autoridades estaban investidas de
poderes discrecionales para invitar o no a las organizaciones populares. En la práctica el
“conceder o no” la participación aparece como una prerrogativa de la autoridad y no como
un derecho o mérito. En segundo lugar, al no existir mecanismos sometidos al escrutinio
público sobre la facultad que debe tener la sociedad para controlar la calidad de la gestión,
los mecanismos son centralizados, soslayando la cuestión municipal.
currículo; mejorar la capacitación y las condiciones de vida de los docentes; eficientizar la Secretaria de Estado de
Educación y sus dependencias; aumentar la participación efectiva de la sociedad en general y de la comunidad
organizada en la gestión educativa; aumentar el financiamiento de la educación. Para tener más información sobre la
calidad del proceso, fortalecimiento y consolidación se puede consultar: Espinosa, Yudarkis y Olaya Dotel. “La reforma
educativa de los 90 como resultado de la disputa entre diferentes racionalidades”. En: Estudios Sociales, volumen
XXXVI, número 132, abril-junio. Centro Bonó. República Dominicana, 2003, pp. 53-122.
287
En octubre de 1996, con el apoyo del PNUD, el Instituto Nacional de la Vivienda reunió 160 representantes de
entidades públicas, municipales, empresariales, ONG´S y organizaciones de base para formular lineamientos de políticas
para el sector de vivienda y asentamientos humanos. Informe Nacional de Desarrollo Humano. Hacia una inserción
mundial incluyente y renovada. PNUD, Naciones Unidas, 2005, p. 15.
288
Pimentel, Juan Luis. Mapeo de Organizaciones de la Sociedad…, pp. 16-17.
132
CAPÍTULO III
Las conquistas obtenidas constituyeron los únicos espacios donde se realizó verdadera
oposición al gobierno, pues los partidos políticos no lograron salir de sus apremios y
pugnas entre ellos, mantenidas en los estrechos marcos del Parlamento o medios de
comunicación.
Hacia 1994 crecen las esperanzas de las masas populares para una transformación
profunda, cuando se esperaba el cierre de un ciclo político y la eventual llegada al poder
de una nueva generación con la sustitución del régimen personalista y autoritario por uno
más abierto y participativo.
Ello nos propone establecer una nueva etapa política para el pueblo dominicano en un
medio más complejo y afrontando nuevas adversidades. La transición de 1994-1996 fue el
resultado de tensiones acumuladas en el sistema político dominicano desde 1978, año de
inicio de la apertura política con la salida, momentánea, de Joaquín Balaguer. Por estas
razones, la participación popular en las elecciones de 1994 fue masiva (87%)290. Sin
embargo, luego de que imprevistamente se extendiera el horario de votación de las 6:00
p.m. a las 9:00 p.m., el PRD denunció que existían alrededor de 200 000 personas que no
habían podido votar, al no aparecer en las listas. El estrecho margen de 22 000 votos
289
César Pérez. “República Dominicana: la gobernabilidad obstruida por la exclusión política”. En: Haroldo Dilla
(compilador). Los recursos de la gobernabilidad en la cuenca del Caribe. FLACSO- República Dominicana. Editorial
Nueva Sociedad, Venezuela, 2002. pp. 224-225.
290
Jiménez Polanco, Jacqueline. “Las elecciones dominicanas de 1994: último clivaje de una cuasipoliarquía
gorontocrítica y delegativa”. Citado por: Sagás, Ernesto. “Las elecciones de 1994 y 1996… p. 188.
133
CAPÍTULO III
entre el PRSC y el PRD, más las irregularidades señaladas por observadores extranjeros,
propició que la Junta Electoral Central estuviera durante casi tres meses analizando el
caso. Finalmente, el 2 de agosto de 1994, se certificó que J. Balaguer había ganado las
elecciones con un 42, 2% de votos. Esta certificación de la Junta Electoral tuvo un fuerte
impacto entre la oposición. A nivel regional, el PRD había ganado en Santo Domingo, la
línea noroeste, gran parte del suroeste y el este azucarero central e industrial, mientras
que el PRSC controló el Cibao central, el este ganadero y el Valle San Juan. En el
Congreso, los cambios fueron drásticos. La representación del PLD fue prácticamente
sustituida por el PRD. El PLD sólo obtuvo un senador y trece diputados, mientras que el
PRD tuvo quince senadores y cincuenta y siete diputados. A pesar de estos resultados, el
ganador fue el PRSC. Esto, sumado al acuerdo tripartita (Pacto de la Democracia), donde
el PRSC obtuvo en unión al PLD la mayoría en la Asamblea Nacional, confirmó el
clientelismo político dentro del sistema político dominicano291.
291
Ibidem, p. 188.
292
Sagás, Ernesto. “Las elecciones de 1994 y 1996 en República Dominicana: coyuntura política y crisis en ocaso de las
caudillos”. En: Revista Mexicana del Caribe, año 6, número 11. Universidad Autónoma de Quintana Roo, Chetumal,
México, pp. 151-191.
134
CAPÍTULO III
consenso de la unidad nacional entre las dos figuras históricas (Frente Patriótico
Nacional).
293
Carlos R. Salcedo.: Director Ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS) en República
Dominicana. Discurso ofrecido al Colegio de Abogados dominicanos en 2003. ISBN 09674696-3-5.
294
Carlos R. Salcedo.: Director Ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS) en República
Dominicana. Discurso ofrecido al Colegio de Abogados dominicanos en 2003. ISBN 09674696-3-5.
135
CAPÍTULO III
Este criterio de clasificación de dicha ley, desde la mirada popular, no tuvo mucha
relevancia, ya que los actores que intervienen en el proceso son los mismos en roles
diferentes y agrupados en distintas organizaciones, fuesen legales o no. Pero desde el
Estado, este proceso contribuyó a diferenciar las organizaciones de la clase media-alta y
los sectores populares a la hora de ser invitadas por éste para cualquier discusión de
temas nacionales.
En esta coyuntura el destacado sociólogo Jorge Cela expresó “Todo el caudal de recursos
humanos y materiales, de experiencia y metodología acumulada por las organizaciones no
gubernamentales, las organizaciones comunitarias, las iglesias, las universidades y el
sector privado siguen sin ser aprovechados. La apertura de estas instituciones a participar
en las convocatorias a reuniones, seminarios, charlas no ha sido correspondida con una
intención de escuchar, con propuestas de acciones conjuntas. Siguen siendo percibidas
por la mayoría de los funcionarios como competidoras y como recursos a utilizar y no
como colaboradoras en la tarea de construir un país mejor para todos y todas”295.
295
Cela, Jorge. La otra cara de la pobreza. Centro de Estudios Juan Montalvo, S. J., República Dominicana, 1997.
136
CAPÍTULO III
El interés por lograr una vida digna posibilitó una nueva oportunidad en 1994. La transición
democrática resultó muy difícil. El proceso era joven y aún en 1996 no se había podido
completar el relevo de los caudillos. Todavía el respeto a la libertad individual de cada
ciudadano es valorado desde el Estado en dependencia de la clase social que represente
el gobierno o las instituciones como la Policía Nacional o las Fuerzas Armadas, que son
realmente intocables. La justicia siguió siendo un poder que, aunque mejorado, era
irrespetado en su gran mayoría y la corrupción administrativa parece ser el gran reto para
la gobernabilidad dominicana.
137
CAPÍTULO III
Otra nebulosa es que en la cultura popular “la obediencia no se da como expresión del
respeto a la autoridad, sino como sometimiento al poder impuesto por la violencia. No
existe disciplina ante un orden establecido, sino sumisión a la represión. Esto nos lleva a
que nuestra cultura no se caracterice por el respeto, sino por el agache, por la espera
estratégica de su “hora” con actitud de “cuchillo no guardado”298. Esto nos lleva entonces a
entender las actitudes de resentimiento del pueblo dominicano, que lo ha llevado a
expresiones de violencia colectiva para que no se obstaculice su participación. La
intención de una parte de la sociedad civil es protagonizar la lucha, de expresar su
palabra, de tomar parte, aunque fuese parcialmente, en un proyecto que resuelva sus
exigencias. Pero este sector informal, en muchas ocasiones, tuvo que “agacharla” en
espera de su oportunidad. Mientras tanto, el letrero, los graffiti, representan la afirmación
de su existencia y su continuidad en la historia. Por ejemplo, “la iglesia Guachapita tiene
un inmenso campanario exterior. La comunidad lo exigió así, porque la campana de la
298
Cela, Jorge. La otra cara de la pobreza. , p. 11.
138
CAPÍTULO III
iglesia es el símbolo de la lucha contra el desalojo. Cuando una familia era desalojada, los
vecinos tocaban la campana y el barrio entero se reunía a defenderla”299. Es por esto, que
el espacio urbano segregado, sucio, ajeno y escaso se convierte en un espacio económico
y de lucha contra las prácticas excluyentes del Estado, pero a la vez, reafirma un valor
simbólico de construcción de la identidad.
Por ultimo, debemos señalar ciertas debilidades de este grupo, que fueron aprovechadas
por el propio Estado para no dar solución práctica a las difíciles condiciones de los
excluidos. La primera es la débil memoria histórica. Los hechos-hitos aparecen sin
conexión causal, ni herencia histórica, por el contrario, lo que predomina es la causalidad
299
Cela, Jorge. La otra cara de la pobreza. P. 12. .
300
Cela, Jorge. La otra cara de la pobreza. P. 16.
139
CAPÍTULO III
Este sujeto queda atrapado en la duda de levantarse cada día para ver si aparecen los
recursos económicos con que hacer frente a la situación desesperada en que se
encuentra y no le interesa o le queda ajena toda la estructura moderna que
supuestamente ha sido creada, entre otras cosas, para solucionar todos sus problemas.
Para superar la cultura de la pobreza, y por tanto, la reproducción de la extrema pobreza,
debe pasarse necesariamente por la constitución de sus portadores en sujetos a través de
un proceso de participación.
301
Cela, Jorge. La otra cara de la pobreza. P. 20.
302
Cela, Jorge. La otra cara de la pobreza. P. 23.
140
CAPÍTULO III
Los cambios del modelo económico desde una economía de bienes hacia una economía
de servicios, vulneraron el sentido de lo dominicano. Antes de la década de los noventa,
los dominicanos y dominicanas eran instruidos en las escuelas con la noción de que eran
un país productor, exportador de bienes agrícolas y con una industria emergente de
magnitud significativa, lo cual contribuía a la formación de una identidad nacional-cultural
autónoma304. La transición a un modelo de servicios, representado como altamente
dependiente de variables que la sociedad controla menos, como son la demanda turística,
de bienes industrializados en las zonas francas y las remesas, reforzó en la sociedad
dominicana una autopercepción marcada por la incertidumbre, la inestabilidad y la
externabilidad (la percepción de que la conducta y las cosas que le ocurren a la gente
están determinadas por elementos externos). Esto se explica por la percepción en el
imaginario colectivo de que el turismo y las zonas francas son sectores frágiles y
riesgosos. Mientras que las remesas, al ser una ayuda, no se sabe cuanto más puedan
durar. Adicionalmente, la transformación del aparato productivo produjo grupos y sectores
303
Aproximadamente el 6% de los ingresos totales de los hogares provienen de remesas, y en los hogares receptores de
remesas, las mismas representan el 30% de los ingresos. No obstante, de estos aportes a la isla hay que considerar el
costo humano pagado por los emigrantes y sus familias en materia de ruptura, separaciones y difíciles condiciones de
vida del país de destino. Por ejemplo, en Estados Unidos las familias dominicanas registran la mayor incidencia de la
pobreza que cualquier otro grupo emigrante. Pimentel, Juan Luis. Mapeo de Organizaciones de la Sociedad…, p. 16
304
Liriano, Alejandra. Identidad Nacional: algunos elementos para su comprensión, Santo Domingo: Centro de
Estudios, 1989.
141
CAPÍTULO III
excluidos que ya no forman parte del antiguo modelo ni del modelo de servicios,
reforzando el sentido de la vulnerabilidad.
Por otra parte, la identidad nacional se ha construido sobre la base de una hibridación,
mezcla de etnias, que genera grandes tensiones sociales, pugnas y aceptación de la
diversidad por el impacto de la inmigración haitiana, el dominicano de la diáspora, el
turismo extranjero, donde el dominicano se ve empujado a adoptar componentes
cosmopolitas en su identidad cultural305. Varios artículos editoriales del Periódico Listín
Diario y Hoy reclaman la necesidad de introducir el tema cultural en la enseñanza básica,
adecuada al respeto a la diversidad y la convivencia en el marco de los derechos
humanos, para ajustar la herencia a las nuevas circunstancias306.
305
Zaglul, Jesús M. “Para seguir releyendo haciendo y recortando la identidad cultural y nacional dominicana: pistas e
interrogantes”. En: Revista de Estudios Sociales, año XXV, número 89-90. Santo Domingo: Fundación Juan Montalvo,
julio-diciembre de 1992.
306
Cela, Jorge. La otra cara de la pobreza. Centro de Estudios Juan Montalvo, S. J., República Dominicana, 1997.
142
CAPÍTULO III
públicas son del pueblo y si se privatizan, ello supone usurpar los bienes del pueblo.
Asimismo, este proceso, en opinión del pueblo, genera pobreza, tema que todo el tiempo
salió a relucir en las entrevistas y por tanto, que las reformas son un “negocio para un
grupito” o los “come-solos”, “el gobierno no tendrá el control” y “los norteamericanos son
los dueños de todo”307.
Pero lo más importante no es lo negativo del proceso, sino la respuesta que se adopta
ante tal situación. Una de ellas fue la constante búsqueda de legitimación del sistema
político del país. Aún cuando fueron criticadas la mayoría de las instituciones del país, la
ciudadanía confió en el proceso eleccionario. El resultado fueron las presidenciales de
1996, donde Participación Ciudadana pudo observar el proceso en la primera y segunda
vueltas con más de 6000 observadores309. En la lucha contra la corrupción, Participación
Ciudadana y Fundación Institucionalidad y Justicia crearon, a partir de 1993, la Comisión
Nacional de Ética y Combate para responder a demandas sociales y de organismos
internacionales. Esta iniciativa fue apoyada en acto público con delegaciones de Santiago,
San Pedro de Macorís, San Cristóbal, Azua. Desde Juntas de Vecinos, fundaciones,
307
Vargas, Tahira. “Percepciones de la población sobre el proceso de reformas de las empresas públicas”. En: Estudios
Sociales, volumen XXXIII, número 121, julio-septiembre. Centro de Estudios Sociales Juan Montalvo. República
Dominicana, 2000, pp. 65-66. ver anexo VI con fuentes estadísticas.
308
Vargas, Tahira. “Percepciones de la población sobre el proceso de reformas de las empresas públicas”, p. 90.
309
Díaz, Miriam. Sociedad civil expresa inquietudes sobre estabilidad democrática en República Dominicana.
(documento).
143
CAPÍTULO III
centros hasta personas sin filiación política protestaron, no sólo contra la corrupción
pública sino también contra la privada y en defensa del gasto social310.
En esta etapa la acción de la sociedad civil no tuvo como objetivo romper con el modelo
de Estado. La exigencia fue más bien de participación, mediante el ejercicio a los
derechos a la ciudadanía, y el logro de ciertas reformas políticas. Se pedía derecho al
techo, a un barrio o a una ciudad con luz, agua, electricidad, con libertad y sin represión.
Se pidió apoyo al Estado contra la criminalidad, las pandillas y el narcotráfico en los
barrios populares. Buscaron crear un nuevo ordenamiento de las cosas, una nueva forma
de agregación social, expresaron una nueva búsqueda de integración nacional, y por lo
tanto, quizás otra nación. Entre las oportunidades y los obstáculos se comenzaron a
difundir Principios/Guías para la reforma del sistema político dominicano y se crearon
cientos de organizaciones312. Esta reforma propugnaba la participación política con la
creación de espacios de concentración y difusión del proceso. Tuvo tres prioridades
esenciales que en su conjunto lograrían materializar los derechos ciudadanos:
310
www.hoy.com.do. Fecha de consulta, diciembre de 2005.
311
USAID: Estrategias (2002-2007). www.USAID/Repúblicadominicana. fecha de consulta: diciembre de 2005.
312
Ver anexo VII.
144
CAPÍTULO III
Las estrategias fueron múltiples, resultó trascendente que estas organizaciones estaban
conscientes de que era necesario su fortalecimiento y superar la dispersión para lograr un
espacio en el debate de la agenda nacional mediante la celebración de congresos, foros y
jornadas que sirvieran de encuentro a organizaciones de base, las instituciones y
organizaciones nacionales y regionales.
145
CONCLUSIONES
CONCLUSIONES
El balance de la gestión del PRD en el poder tuvo un saldo negativo, porque fueron más
las expectativas creadas por el cambio que la realidad política. Aún antes de tomar el
poder ya el PRD había hipotecado su futuro y terminó siendo criticado por todos. Excepto
los dos primeros años de gobierno, donde existió relativa libertad pública, el dominicano
sintió insatisfacción por la gestión gubernamental, ya fuese económica o social. La
122
CONCLUSIONES
realidad es que esta época de transición resultó incierta. Si bien existieron problemas
nacionales, en gran medida influyó un contexto regional e internacional adverso a
cualquier política progresista por la constante observancia e injerencia del gobierno
estadounidense en la nación. Las presiones políticas motivadas por el establecimiento de
la política de Ronald Reagan (Iniciativa para la Cuenca del Caribe) y los acuerdos del FMI
para pagar la deuda, no permitieron que este partido tuviera un control soberano sobre los
recursos económicos. Todo se desarrollaba en función del pago de la deuda, los fondos
para los servicios sociales no eran objetivo primario del gobierno. Así se fue implantando
un Estado dependiente del financiamiento externo y vulnerable de cualquier cambio
comercial mundial.
El modelo de Estado de Balaguer de los primeros doce años de gobierno fue diferente en
su segundo mandato. De un Estado autoritario, reformador y asistencialista transita -en un
nuevo contexto nacional e internacional- hacia el Estado neoliberal con un nuevo pacto de
dominación con el CNHE, pero sin abandonar sus características autoritarias. Balaguer
poseía el poder político, pero la política económica de la nación era ejecutada por el
CNHE. Para comprender este proceso es necesario tomar en cuenta que a partir de 1986,
Balaguer era reconocido como el reformador, el estadista capaz de llegar a compromisos
realistas que aseguraron su continuidad y la estabilidad del Estado. Pero, por otra parte,
era el caudillo autoritario que se resiste a la modernización y a quien le resulta difícil
asumir la incertidumbre del juego democrático. Su alianza económica y política con el alto
empresariado se conjugó con el uso político del concepto de moral para la nación.
apoyándose en la Iglesia Católica para eliminar –según él- todos los males que dejó el
PRD en su gestión gubernamental.
Las reglas del mercado capitalista y el carácter del sistema político minaron las
posibilidades reales de negociación de sindicatos, gremios, asociaciones y comunidades
de base populares. Por ello, la demanda obrera fue corta (1984 y 1991) y no mejoró los
mecanismos de participación, por el contrario, surgieron muchas tensiones con las nuevas
formas de agrupación social y/o políticas existentes en la sociedad dominicana. Mientras
el sector empresarial aseguraba su unidad, el sector obrero se fragmentaba más y las dos
organizaciones obreras más grandes del país (Central General de Trabajadores y Unión
General de Trabajadores) se debilitaron. Asimismo, la marginalidad y exclusión creada por
123
CONCLUSIONES
el nuevo sistema económico afectó el desarrollo a gran escala de este movimiento, ya que
el sector informal quedó fuera de las filas del sindicalismo, construyendo un mundo
divorciado y distanciado de los roles políticos. Los marginales y excluidos desarrollaron su
propia cultura, la cultura de la pobreza y, muchas veces no comprendieron que la esencia
de su condición estaba dada porque esa “democracia” los excluía y los marginaba de su
proyecto.
124
CONCLUSIONES
• las huelgas de 1990 y 1991, que marcaron un hito en la historia de las huelgas
debido al carácter nacional asumido por éstas y a la magnitud de sus demandas
que rebasaban el plano económico
125
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ANEXO I.
HITOS CONSTITUCIONALES EN LA REPÚBLICA DOMINICANA.
146
23. Santo Domingo, 20 de junio de 1929.
24. Santo Domingo, 9 de junio de 1934.
25. Santo Domingo, 10 de enero de 1942.
26. Santo Domingo, 10 de enero de 1947.
27. San Cristóbal, 1ro. de diciembre de 1955.
28. San Cristóbal, 7 de noviembre de 1959.
29. Santo Domingo, 28 de junio de 1960.
30. Santo Domingo, 2 de diciembre de 1960.
31. Santo Domingo, 29 de diciembre de 1961.
32. Santo Domingo, 16 de septiembre de 1962.
33. Santo Domingo, 29 de abril de 1963.
34. Santo Domingo, 3 de septiembre de 1965 (Acta institucional)313(*)
35. Santo Domingo, 28 de noviembre de 1966.
36. Santo Domingo, 14 de agosto de 1994.
37. Santo Domingo, 25 de julio de 2002
313
Algunos autores consideran que este texto no tiene categoría constitucional.
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ANEXO VII. ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL
Baní, RD
Fundación para el Desarrollo Integral de la Sociedad.
Grupo Hermandad.
Sociedad el Llano hacia delante.
Barahona
Centro de Asistencia y educación jurídica.
Colectivo de Trabajo Abriendo Caminos.
Hogar Cristiano de niños huérfanos.
Promoción de la Mujer del Sur.
Sociedad ecológica de Barahona.
Bayaguana
Centro Zonal de Pastoral Social.
Bonao
Fundación Económica para el desarrollo social.
El Seybo
Equipo de educación con Mujeres Raíces.
Fundación para el desarrollo del Seybo (FUNDESEY).
Organización Cristiana de Desarrollo.
Espaillant
Asociación para el desarrollo de la Provincia Espaillant.
Centro de Madres Salomé ureña de Henríquez.
Federación de Grupos Campesinos(FEGRUCA).
Fundación Alrededor de Todo.
Esperanza
Junta Campesina Rafael Fernández Domínguez.
Fantino
Grupo de Educación y Desarrollo.
Haina
Equipo de Educación Popular y Comunicación Alternativa.
Hato Mayor del Rey
Cooperativa de Servicios Múltiples El Progreso.
Jarabacoa
Asociación de Guías de Montaña.
La Descubierta
Centro de Promoción y Acción Juvenil.
La Romana
Asociación pro desarrollo La Romana.
Constanza
Asociación Cultura Popular (ACUPO).
160
La Vega
Asociación para el desarrollo de la Vega.
Fundación Empresarial para el Desarrollo de La Vega.
Fundación empresarial para el Desarrollo y Servicios.
Instituto Agrónomo Salesiano.
Mao, Valverde
Asociación para el desarrollo de la Provincia Valverde.
Club Rotario de Mao.
Programa Amigo de los Niños.
Instituto para el Desarrollo del Nordeste (INDENOR).
Miches
Asociación de Ganaderos de Miches.
Baní
Asociación Comunitaria por la Salud.
Asociación de Comunidades Organizadas.
Federación de Mujeres Campesinas.
Luperón
Fundación Pro Desarrollo del municipio Luperón.
Salcedo
Asociación para el desarrollo de Salcedo.
Campesinos Federados de Salcedo.
Oficina Técnica de Salcedo.
Samaná
Fundación para el desarrollo de Samaná.
Fundación para el desarrollo de San Cristóbal.
San José de las Matas
Ganaderos de la Sierra.
San José de la Maguana
Centro Comunitario de Desarrollo Integral.
Comité Pro-Bienestar de la Comunidad.
Coordinadora de Salud.
Grupo Sofonias.
Sociedad Ecológica.
San Pedro de Macorís
Actividad pro Enseñanza Dominicana.
Asociación de la pequeña y mediana empresa del Este (APRODIRE).
Centro Alternativo Experimental del Sordo.
Centro Pastoral Social.
Comité para los Derechos Humanos.
Programa para el Desarrollo de la Región (PRODIRE).
Sánchez Ramírez
Asociación para el Desarrollo de la Provincia Sánchez Ramírez.
Asociación para el desarrollo de la Provincia Santiago Rodríguez.
Acción Callejera.
Equipo de Mujeres.
Asociación de Caficultores Juncalito.
Asociación de graduados del ISA.
Cámara de Comercio y Producción de Santiago.
Educadores Uníos del Cibao.
Escuela de Formación para trabajadores campesinos.
Fundación Mujer e Iglesia.
161
Fundación Solidaridad.
Patronato Cibaeño contra el cáncer.
Patronato Cibaeño para la rehabilitación
Programa de Asistencia a la Pequeña Empresa.
Sociedad Ecológica del Cibao.
Santo Domingo
Asociación Dominicana de Zonas Francas.
Caritas Arquidiocesana.
Equipo Nosotras.
Federación de Mujeres Campesinas.
Federación de Mujeres Empresarias.
Foro Urbano.
Proyecto Integral Comunitario.
Acción Evangélica de Desarrollo.
Aldeas Infantiles.
Asociación Aguas Vivientes.
Asociación de comités Amas de Casa.
Acacdisna.
Asociación de Impedidos Físicos Motores.
Asociación de lucha contra los problemas psico-sociales.
Asociación de mujeres votantes.
Asociación dominicana de Alzheimer.
Asociación Dominicana de Rehabilitación.
Asociación dominicana de voluntarios de hospitales y salud.
Asociación pro-educación de sordomudos.
Canillitas de Juan Bosco
Canillitas con laura Vicuña.
Centro de Integración Familiar.
Círculo Juvenil de prevención del Uso de las Drogas.
Ciudad Alternativa.
Club Leones de Santo Domingo.
Confederación de Trabajadores Unitaria.
Comité para la Defensa de los Derechos Barriales (COPADEBA).
Comité para la Unidad de los Derechos de la Mujer
Confederación Nacional de Cacaocultores.
Consejo de Fundaciones Américas de Desarrollo.
Consejo de ONG´S del área azucarera y haitiana.
Consejo Iberoamericano de Juventudes Rurales.
Consejo Institucional para la coordinación de Viviendas.
Consejo Nac. Para la Higiene y la Conservación Ambiental.
Consejo Nacional de la Empresa Privada.
Consorcio Nac. De Organizaciones para la supervivencia materno-infantil-CONASUMI.
Coordinadora de animación socio-cultural.-CASCO.
Coordinadora ONG´S del área de la mujer.
EDUCA
ENDA-CARIBE.
Equipo de formación Integral.
Escuela de Formación Obrera
Floresta.
Fondo Ecuménico de Prestamos de la República Dominicana.
Fundación 4-40.
Fundación Activo 20-30.
Fundación Francisco Caamaño Deñó.
Fundación Amantes del Campo dominicano.
Fundación APEC de Crédito educativo.
Fundación Bancomercio.
162
Fundación Barcelo- PRO Foresta.
Fundación Brugal.
Fundación Ciencia y Arte.
Fundación contra el Hambre Dominicana.
Fundación Corripio.
Fundación de Desarrollo Agropecuario.
Fundación de Estudios Económicos y sociales.
Fundación Delia Suárez.
Fundación Dominicana de Ciegos.
Fundación para los niños con necesidades especiales.
Fundación Máximo Gómez Pina.
Fundación Mejoramiento Humano.
Fundación Moscoso Puello.
Fundación Mujeres por la Educación.
Fundación para el Desarrollo comunitario.
La Esperilla
Fundación para el desarrollo del suroeste.
Fundación servicios nutricionales.
Grupo Ambiental Habitat.
Grupo Ecológico Tinglar.
Iniciativa Caribeña de Género.
Movimiento por la Identidad de la Mujer negra.
Mujeres en Desarrollo.
Participación Ciudadana.
Patronato contra la diabetes,
Patronato de Endoscopía digestiva y servicios médicos afines.
Patronato de Lucha contra el SIDA.
Patronato de lucha contra la Lepra.
Patronato Nacional de Ciegos.
Pronatura.
Red de Solidaridad.
Servicio Social de Iglesias Dominicanas.
Sociedad Dominicana contra la Epilepsia.
Sociedad Dominicana de bibliófilos.
Unión de Juventudes Ecuménicas Dominicanas.
Unión de Organizaciones Barriales y Vecinales.
Unión de Vecinos activos.
Unión Dominicana de Voluntarios.
Fundación dominicana para la investigación y conservación de los recursos marinos (MAMMA).
Asociación Cristiana de Jóvenes.
Colectivo de Salud Popular.
Voluntario Hospital Robert Reid Cabral.
Asociación para el desarrollo de Sosua.
Asociación pro-cultura dominicana (Radio Herniquillo).
Fundación para el Desarrollo de Villa Altagracia
Centro de Agricultura Sostenible con Tecnología apropiada.
Fuente: Pimentel, Juan Luis. “Mapeo de Organizaciones de la sociedad civil en la República Dominicana:
análisis situacional”. En: Revista de Estudios Sociales, año XXXVI, número 134. Santo Domingo: Centro
Bonó, octubre-diciembre de 2003.
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