Professional Documents
Culture Documents
www.mirad.cl ʹ contacto@mirad.cl
c c 22:39 Y saliendo, se f e, como solía, al monte de los Olivos; y s s discíp los también le sig ieron.
Algo q e todo creyente debe hacer, es ver los movimientos q e hacia Cristo. No son acciones al azar, no es act ar sin n
motivo, sino q e en s s pasos hay sabid ría, en s vida hay na g ía, en s caminar hay n ejemplo para nosotros.
N estro Señor tenía la cost mbre de ir al Monte de los Olivos, pero ¿q é tiene de especial n monte?
Un monte es n l gar apartado, en donde no hay gente por lo general, en donde hay nat raleza, en donde hay
tranq ilidad, en donde p edes meditar sin distracciones.
El monte tiene na vista privilegiada por donde se podía ver toda Jer salén y como s nombre lo dice tenía m chos
olivos en la antigüedad, es n monte mencionado tanto en el antig o testamento como en el n evo, y tenía n
significado grande para Cristo.
En este monte también es tilizado por cementerio por m chos j díos.
cos discíp los no f eron obligados a seg irle, no se les dio na orden pero tampoco se les prohibió, acá vemos dos
actit des q e deben tener n creyente, por n lado seg ir los pasos de Cristo pero teniendo la determinación para
hacerlo, no esperando na orden para act ar sino de mi propio interés yo voy a seg ir a Cristo. Como n niño q e
q iere aprender del m ndo, anda detrás de s padre, nosotros debemos seg ir las pisadas del Maestro.
c c 22:41 Y él se apartó de ellos a distancia como de n tiro de piedra; y p esto de rodillas oró,
Entonces el Señor se apartó, se alejó, se separó de ellos, de s s discíp los, de las personas, para estar en privado con s
Padre. Y como vemos q e Cristo no se contradice, todo lo q e dice lo hace, y todo lo q e hace lo dice, el se aparta para
q e no le vean, para q e no le molesten, para estar solo en esa conversación privada. De rodillas Él oró, el estar de
rodillas nos m estra n estado de h millación pero también n estado de dolor, de necesidad, de s plica. Es como en la
antigüedad c ando alg ien cometía n error m y grave se postraba de rodillas para s plicar por s vida.
c c 22:42 diciendo: Padre, si q ieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi vol ntad, sino la t ya.
En este texto se m estra claramente la h manidad de n estro Salvador, q e a pesar de ser Dios, tener s gran poder, de
tener s gran a toridad, como c alq ier h mano no le g sta sentir dolor, pasar ang stias, pasar por sit aciones difíciles.
Si q ieres le dice cariñosamente a s padre, si q ieres pasa de mi esta copa. No era na copa de felicidad, sino na copa
de amarg ra, na copa de pecados y maldades q e tendría q e beber en n estro l gar, na copa de m erte, na copa
asq erosa q e no le g staba ver, pero q e tendría q e beber para hacer la vol ntad del padre. No se haga mi vol ntad
sino la t ya, mostrando q e para Él era algo q e no le g sta, q e era algo m y difícil de afrontar pero q e de ig al
manera lo haría por ti y por mí.
c c 22:44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era s s dor como grandes gotas de sangre q e caían hasta
la tierra.
ca agonía de n estro Señor era m y grande porq e Él sabía todo c anto le iba a acontecer, sabia de s s padecimientos,
sabia de s s castigos, sabia de s s aflicciones en la cr z, sabia de lo agonizante q e sería todo y es por eso s
s frimiento. El tener ese peso tan grande sobre Él, pero a n más el pensar q e s Padre le abandonaría, y le castigaría
con tan cr el castigo q e le costaría la vida.
Y por este dolor s s frimiento se materializó con grandes gotas de s dor como grandes gotas de sangre.
c c 22:45 C ando se levantó de la oración, y vino a s s discíp los, los halló d rmiendo a ca sa de la tristeza;
cos discíp los se sentían triste al contemplar el s frimiento de s Señor, pero cayeron rendidos por el s eño, el Señor
q iere q e n estro act ar como creyentes no sea solo algo emocional, o de palabras, sino de Hechos, porq e por s s
fr tos los conoceréis. N estros fr tos son los q e nos delatan delante de las demás personas, si no q eremos andar
según los caminos de Dios nadie nos impide, pero se ve. C ando despreciamos a Dios eso se ve, c ando hacemos n
pecado grande Dios lo ve y los demás también se dan c enta, c ando realizamos n mal acto es algo q e nos afecta a
nosotros pero también a n estro alrededor, porq e no vivimos en n m ndo m erto sino en n m ndo vivo q e mira
todo lo q e hacemos, no dejemos q e n estro act ar sea solo de sentimientos o de conceptos en n estra cabeza, q e
no se q ede en frases bonitas para complacer a los demás, q e sea algo sincero para Dios, o somos fríos o somos
calientes pero no andemos a medias delante de Dios, porq e por n estras obras nos j zgará Dios, dad al Cesar lo q e es
del Cesar y a Dios lo q e es de Dios.
c c 22:46 y les dijo: ¿Por q é dormís? cevantaos, y orad para q e no entréis en tentación.
Debemos levantarnos, de n estra pereza, de n estra flojera, debemos reaccionar, debemos ser personas q e realmente
demostremos q e le q eremos y q e le seg imos, orar es lo q e mas necesitamos, el contacto con n estro Padre q e
esta en lo secreto y n estro Padre q e ve en lo secreto nos recompensará en P blico. Dios le llama, y le invita a orar,
orar para primero ser transformado de s mala forma de vida, transformado de los vicios y el mal, transformado de los
ídolos y distracciones de este m ndo, transformado de n estra mala forma de vivir. Dios le q iere cambiar pero sted
q e debe aceptar y seg ir a Cristo, sted es q ien debe reaccionar, Dios no le obliga ni se lo prohíbe sino q e le deja la
invitación, n llamado tierno y de amor para q e s vida descanse en aq el Salvador y Señor n estro Jes cristo.