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EDUCACION PARA LA VIDA

Es un proyecto educativo que promueve un desarrollo sustentable y sostenible, aplicado a la


formación de un ser humano íntegro, capaz de reconocerse como parte del mundo natural y de
relacionarse armónicamente con él. Significa formar personas con conciencia cívica, críticas,
reflexivas, sensibles, capaces de relacionarse de manera distinta con la naturaleza, con los
demás y consigo misma; con capacidad de sorprenderse, admirarse, amarse; de comprender,
explicar y amar su realidad. Seres que buscan y aman la armonía, que se integran con la
naturaleza, y la reconocen como parte de si mismos. La respetan, escuchan y sienten.
Personas que trabajan para mejorar su entorno, su espíritu, su universo.

Medio Ambiente

Conocer, amar, respetar y cuidar el medio en donde crecemos, debe ser parte integral de toda
enseñanza escolar para que, desde los primeros años de la infancia, vayamos formando seres
humanos conscientes y sanadores, capaces de revertir el gran daño que hemos creado con
nuestra ignorancia. Creando, reinventando, evolucionando, meditando, espiritualizándonos,
formando parte de la red divina, y comprendiendo que el daño que vemos afuera, es nuestra
limitada percepción de amar, de dar, de servir, de compartir.

Reconociendo que, el silencio es la melodía del alma, y la palabra nace con su sello sagrado,
meditativo, profundo como el canto del espíritu. La música, la danza, la pintura, la escritura y
todas las artes, son la expresión pura del alma. Vibraciones de color y sonido que se integran
con el canto cósmico. La música, es la sinfonía del mar, la pintura, el reflejo del corazón, la
palabra, la expresión del amor, y todo lo demás, son velos que se extienden en nuestro olvido
y razón. La tierra, es nuestra madre eterna, divina, y perfecta. Su sabiduría nos despierta la
mente y el corazón, nos regresa a la fuente, entrelazandonos con el amor supremo del aliento
infinito. Desde aquí, visualizamos la vida, como un espacio para el aprendizaje continuo, para
el conocimiento de nosotros mismos y para integrarnos armónicamente con nuestra naturaleza
divina. Tomaremos tres fuentes básicas para el desarrollo del aprendizaje:

 Educación sobre el medio ambiente. Es decir, el medio ambiente como contenido


interdisciplinario, destinado al estudio y observación. Ubicándonos a nosotros en el centro
mismo de la observación.
 Educación a través del medio ambiente, donde el ambiente incide de manera fundamental
en la metodología o en el cómo enseñar.
 Educación a favor del medio ambiente, lo que lleva implícito un sentido de la
responsabilidad y la justicia, es decir, aquello que incide en la formación, en la identidad, y en
su búsqueda de la verdad.
Lo más importante es la propia experiencia, nuestra reflexión y comprensión de nuestros
pensamientos, palabras y acciones. No dejamos que la educación sea un elemento aislado del
mundo que la rodea. Todos, padres, madres, educadores, niños y naturaleza, son la fuente de
transformación y proyección del presente educativo. La vida es el proceso y el proceso la vida.
No existe información que requiera memoria mecánica, de ningún tipo, solo se requiere la
experiencia, observación, visión y proyección de la realidad que vive dentro y fuera de
nosotros. Unificando los significados, del espíritu y la materia, para comprenderlos tanto como
a nosotros mismos. Nuestra educación para la vida se fundamenta en los siguientes principios:

* Comprender que el dualismo, es la percepción de la mente separada. De nuestra falta de


integración con la naturaleza externa e interna.
* Contemplar nuestro espíritu infinito y elevarlo fuera de su aspecto físico, para que la libertad
de su amor nos guie y nos perfeccione.
* Alimentar la bondad y la compasión hacia todos los seres que habitan el universo, para curar
el miedo y la ignorancia de sentirnos separados.
* Alabar, cantar, meditar, ayunar, orar, aprender a sentir nuestro aliento superior. Son prácticas
para sembrar amor en nuestro corazón.
* Concientizarnos en la unidad de la materia y el espíritu, en nuestra falta de amor, en la
búsqueda del bien común, de la paz, de la verdad.
* Maravillarnos de la vida, de nuestra belleza suprema, y nuestro divino ser.
* Cuidar de los pequeños, de los que no saben defenderse, y protegerlos con actirud.
* Amar, desde lo profundo de nuestro ser, el aire que respiramos, la tierra que pisamos, el sol
que nos alumbra, el agua que nos alimenta y el corazón que nos contempla.
* Saber, comprender y sentir, que todos somos uno, parte y todo a la vez. Cielo y tierra, rio y
mar, unidos por la fuerza suprema del infinito amor.

Aquí dejo estas premisas, esperando que encuentren la voluntad y las manos que las hagan
realidad. Una verdad que surque los mares y la tierra, para que todos juntos logremos vivir en
paz y armonía. Para que la creatividad y la inteligencia humana unifiquen sus esfuerzos en
construir un mundo justo para todos.

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