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Hijo de Ladrón”es una novela escrita por Manuel Rojas en 1951.

La principal peculiaridad de esta obra es


su estructura no lineal en el orden de los acontecimientos.
La novela es prácticamente una revisión de vida hecha por el personaje principal llamado Aniceto Hevia,
quien desde su adultez nos relata los principales hechos que marcaron su infancia y adolescencia.

La historia comienza con la salida de Aniceto Hevia desde la cárcel de Valparaíso, tras ser procesado por
un supuesto robo a una joyería junto con otros asaltantes, posteriormente a ser liberado, Aniceto
comienza a narrar como y por qué llegó hasta ahí, insistiendo en que no es mucho lo que recuerda.
Aniceto nos describe su niñez como una buena etapa de su vida junto a sus padres y hermanos. Sin un
orden cronológico, va narrando su vida desde pequeño, Sin embargo descubre que su padre oficiaba
como ladrón, y era conocido en el mundo delictual con el apodo de “El Gallego”, el impacto de la primera
vez que lo arrestaron junto a su madre, esto produjo un quiebre en su situación y fue la causal de una
serie de problemas posteriores que culminaron con la muerte de su madre. Tras un breve tiempo su padre
es sentenciado a una gran condena de años en la cárcel, a raíz de esto se ve en la obligación de tomar su
propio rumbo y abandonar su hogar, independiente de lo hiciesen sus hermanos. Luego, de sufrir el mal
trato de un antiguo amigo de su padre que lo acogió inicialmente para ayudarlo decide partir y entre sus
peripecias logra partir en un tren hacia la cordillera en donde se efectuaban faenas, es ahí precisamente
en donde conoce a su amigo que menciona en más de una oportunidad, y se dirige hacia el oeste sin
propósitos ni objetivos, pero después de una serie de trabajos decide ir a Chile.

Logra atravesar la frontera en difíciles condiciones dentro de un tren con animales, Aniceto conoce a un
hombre en las proximidades del río Aconcagua, quien luego se transforma en su compañero de viaje y
amigo, ya en Valparaíso, desgraciadamente, Aniceto se encuentra con el alboroto en las calles de
Valparaíso, en ese momento de la historia Aniceto siente uno de sus momentos de mayor soledad y
confusión previos al período que pasa en la cárcel, el personaje principal no logra captar lo que se vive en
el caos de la ciudad y sólo atina a tratar de escapar de ser herido o ser detenido por la policía, más tarde
al ver como la gente que lo rodeaba se trenzaba en riñas y golpes decide participar lanzando un proyectil
a un par de policías que transportaban a un detenido herido. Inmediatamente, ante su sorpresa es
detenido, ya en la cárcel como hemos mencionado reiteradamente, vive una de sus mayores experiencias
que lo encaminan a formar su identidad, ahí conoce a algunas personas detenidas en el motín y
posteriormente ante el juez es injustamente acusado de robar una joyería, siendo que él no había
cometido ese delito precisamente. por culpa de estos altercados en el puerto Aniceto sufre la partida de
su amigo, ya que él no pudo acompañarlo debido a sus problemas de documentación y nacionalidad, y se
vuelve a encontrar sin horizonte por lo que empieza a vagar por Valparaíso donde se ve involucrado en un
motín de obreros y es tomado preso. Ahí, en un violento y sangriento motín, acompañado de saqueos,
Aniceto es detenido además de otro gran número de hombres acusados de daños a la propiedad y
agresión a Carabineros, entre otros cargos. Con la esperanza de salir prontamente, se ve sorprendido
ante la acusación falsa de haber robado una joyería, ante esto el juez decide procesarlo. Producto de su
estadía en la cárcel sufre una herida en uno de sus pulmones, pero para Aniceto era más que una herida
física, era una herida psicológica que el sufría por todo lo que había tenido que vivir.

Una vez libre Aniceto se mantiene en su oficio de vago y emprende rumbo por la costa en una caleta de
Valparaíso donde conoce a dos hombres, Alfonso Echeverría “El Filósofo” y su acompañante llamado
Cristián, dos recolectores de metales. Aniceto es invitado por Alfonso a trabajar recogiendo metales con
ellos vive crudamente la realidad de la pobreza y el de no tener mucha comodidades y después a vivir con
él en el conventillo. Producto de esta experiencia Aniceto crea nuevas concepciones existenciales y, en
conjunto con sus nuevos amigos, consigue trabajo como pintor.
Ante el ofrecimiento de Alfonso, “El Filósofo” como era llamado, de ir a trabajar como contratista a otro
lugar, decide partir dejando atrás su larga y amarga historia.
PRESENTACIÓN DEL MARCO TEÓRICO
El proceso de la pérdida de su hogar, desencadena en Aniceto Hevia la construcción de su identidad, en
la cuál la lucha por sobrevivir y el comer pasan a ser su objetivo primordial. El protagonista de la obra
encarna en sí las características propias de la identidad marginal del chileno tradicional, que las
demuestra especialmente en su modo de actuar posterior al abandono de su hogar en la historia, es
precisamente ahí donde profundizaremos más adelante, analizando las principales peripecias por las que
debe pasar Aniceto Hevia y su impacto en el proceso de construcción de la identidad. El joven
protagonista de la obra da a entender a través de sus experiencias y crisis que no sólo está en el proceso
de la construcción de su identidad, sino que también está en el camino de madurar como persona y
adolescente, son esenciales las etapas que lo hacen emerger como persona desde el difícil momento de
asumir que su padre era ladrón, el fallecimiento de su madre y finalmente la lucha por sobrevivir
diariamente a través de un trabajo miserable, como lo era la recolección de metales. Junto con lo anterior,
no deja de ser necesario analizar los diferentes hechos por los que debe pasar el protagonista y
relacionarlos con el tema general que abarca el presente trabajo, el proceso de la construcción de su
identidad marginal. Para analizar este aspecto utilizaremos el concepto de la identidad, que explicaremos
más adelante y lo relacionaremos con el mundo marginal y desposeído que vive el protagonista.

CONCLUSIÓN
La obra en sí, como novela de aprendizaje, presenta el testimonio de vida de Aniceto Hevia hijo, a través
de su proceso de formación de su identidad, es una novela conmovedora de con características
autobiográficas, de contenido profundo, que inquieta incluso al más ingenuo lector. Da a conocer la vida
de Aniceto Hevia, como llegó a ser lo que es, una revisión de su vida. Esto último queda muy claro desde
un primer momento en que Aniceto Hevia insiste en que no recuerda mucho y que sólo contará de lo que
se acuerda. Pese al desorden cronológico, la obra es interesante de leer, ya que engancha al lector a
seguir los pasos del protagonista desde un primer momento.

La novela nos presenta el frecuente problema de la injusticia social y de la constante discriminación que
viven los marginados. Pero lo más destacable, es la visión humana que se hace de los ladrones y de los
indigentes, que según el estereotipo actual son seres perversos sin conciencia por el resto.
El autor rompe la visión típica y asigna a todas las relaciones sociales que tiene Aniceto con sus pares
una riquísima cantidad de valores como la austeridad, la solidaridad y camaradería, que demuestran que
por culpa de complejos de superioridad y egocentrismo se les niega la posibilidad de surgir a los
desposeídos. Se puede extraer , además, que la caridad banal de los más privilegiados somete a los
marginados, ampliando más la brecha entre las clases. Se plantea con el ejemplo de Cristian que lo que
necesitan los marginados no es caridad despectiva sin sentimiento de fondo sino que oportunidad,
comprensión y preocupación real. Aniceto encarna eso en última instancia y de esta forma encuentra un
propósito que lo anima seguir viviendo. La estructura de libro como tal es de gran riqueza descriptiva y
facilita tanto el desarrollo del pensamiento imaginativo como la digestión de la novela. El hecho de que el
texto no esté escrito linealmente presenta una innovación y da la posibilidad al lector de pensar
analíticamente en relación a los hechos que ocurren representa la realidad similar de muchos chilenos
que viven luchando por el pan de cada día, además como señalamos anteriormente representa la típica
novela de aprendizaje.

También la novela nos revela concepciones que actúan como herramientas para la vida y nos indican
como ser mas humanos dejando fuera actitudes o pensamientos que prejuzgan respecto del prójimo en
general de aquellos más humildes y que pueden ser o son ser humanos con ricas vivencias que pueden
servirnos de ejemplo y lección.

Personajes (características físicas y psicológicas)

Protagonista:
Aniceto Hevia (hijo).
Es el narrador de la historia, es el último hijo del matrimonio de tres formado por Aniceto Hevia (padre) y
Rosalía. Es quien, ya pasados los años, narra su infancia y juventud (hasta los 17 años), lo que le
permitiría, al tener una visión más lejana, valorar e interpretar su existencia juvenil, razón por la que, a la
vez, se puede considerar como un personaje evolutivo pues va variando su forma de ser a lo largo de sus
relatos, siendo más tolerante luego de los malos ratos, y teniendo una visión más sabia de la vida,
siempre desde su punto de vista marginal.
Físicamente: tiene ojos oscuros, orejas de regular tamaño, pelo negro, flaco y de frente estrecha.

Sicológicamente: Era una persona esforzada y sufrida. Nació en Buenos Aires.


Es algo solitario, quizás por su timidez, pero a la vez un personaje fuerte y profundo. Fuerte porque de
alguna forma se va acomodando al desamparo en el que fue dejado desde la muerte de su madre y la
larga condena de su padre, y profundo por el punto de vista que presenta, siempre calmado a pesar de la
abrumadora realidad, y comparable al pescador silencioso que teje a sí mismo con sus palabras no
dichas, sus sentimientos ocultos, sus pensamientos no expresados.
Desde el punto de vista social, es un personaje que va cambiando de una vida normal, sin dificultades (a
pesar de la actividad del padre) a una vida marginal, viviendo y satisfaciendo las necesidades básicas a
duras penas. Tuvo una educación normal cuando pequeño, hasta que los sucesos ocurridos (muerte de la
madre, condena del padre) le cambian el destino obligándolo a valerse de su trabajo ya a muy temprana
edad, abandonado a lo que viniera.

Secundarios:
Aniceto Hevia (Padre) apodado \"El Gallego\".
Era padre de Aniceto Hevia (hijo). Español, se le apodaba \"El Gallego\", famoso ladrón.
Físicamente: Era alto delgado, blanco, de grandes cejas, rostro un poco cuadrado, bigotazo de color
castaño y canoso, manos blancas, grandes de vello rojizo seguras y hábiles.

Sicológicamente: Era sobrio, tranquilo, económico y muy serio en sus asuntos.


Socialmente no tiene un nivel socioeconómico bajo, vive bien, pero siempre bajo el alero de su actividad
moralmente “antisocial” e incorrecta, la misma actividad que lo lleva a una larga sentencia que cumplir en
la cárcel, obligándolo a abandonar a sus hijos y en consecuencia, aunque no se mencione, se deduce que
deja todas sus pertenencias bajando el nivel socioeconómico.

Rosalía.
Era la esposa de Aniceto Hevia (padre) y madre de Aniceto Hevia (hijo), de nacionalidad chilena. Mujer de
baja estatura y muy abnegada a los quehaceres hogareños. Era atenta y cordial con los conocidos de la
familia.

Joao.
Primogénito (primer hijo) Aniceto Hevia (padre) con Rosalía, nació en Brasil. Era de tez blanca y pelo
castaño.

Ezequiel Hevia.
Segundo hijo del matrimonio.

Daniel Hevia.
Era el tercer hijo del matrimonio, era el compañero de juego de Aniceto.

Aurelio.
Policía de voz tajante, que tomo detenidos a Rosalía y Aniceto (hijo), a raíz de la ausencia de Aniceto
(padre).

Victoriano Ruiz.
Era el inspector de policía a cargo de una estación de trenes, poseedor de buena memoria, tenia muchos
hijos. Fue despedido de su cargo por aceptar sobornos de los ladrones.

Antonio:
Gendarme que le ofreció ayuda a Aniceto (hijo) Era pequeño, delgado, de largas cejas y bigotes canosos,
ojos azules rientes.

Hombre que le tomo las huellas a Aniceto


Era gordo, rosado, rubio y vestía un delantal blanco

Víctor Rey
Gran rata, alto, moreno, de bigotes, pelo rizado, un poco gordo y de frente muy alta. Era de nacionalidad
cubana y fumaba buenos tabacos.

El Camisero
Ladrón español muy gracioso, de bigotes muy atusados y muy limpio. Hizo cambiar la mentalidad de
Victoriano, sobornándolo.

Manco Arturo
Rata de la estación custodiada por Victoriano, hombre sencillo, que hablaba despacio y sonriendo. Tenia
un brazo falso y predio una pierna al ser atropellado por un tren de pasajeros mientras era seguido por
Victoriano. Este hombre hizo reaccionar a Victoriano, cambiando así su forma de ver a los ladrones.
Amigo de Aniceto (hijo) (tortugas)
Era un hombre proveniente de una familia culta que decide aburrido de esto vagabundear por el mundo.
Usaba lentes, tenía una ropa casi nueva, ojos con poco brillo, aunque no azulinos, oscuros y pequeños,
con tiesas y cortas pestañas. Andaba con dos tortugas, era hijo de un profesor de álgebra.

Loco Italiano que quemo su almacén


Hombre bajo y fuerte, de cabeza un poco cuadrada, de piel blanca y pelo negro; llevaba bigotes, callado.

Chileno Contreras:
Santiaguino de baja estatura y un poco gordo, con suave mirada, pelo largo en forma de melena y aire de
poeta provinciano.

Bartola:
Conocida de Aniceto (hijo) que lo ayuda cuando éste queda sólo. Era una mujer delgada, baja, vieja de
aspecto y humildemente vestida. Sus especiales y hermosos ojos, color miel, daban a ella un aire de
bondad, Hablaba con gran dulzura y una curiosa distinción. Era pobre.

Isaías: Esposo de Bartola. Hombre bajo, robusto, con barba crecida, sucio, de cara hosca y
penetrantes ojillos. Era cojo, llevaba una pierna de palo. Sicológicamente mezquino, cruel, bárbaro y
cínico. Socialmente pobre: robaba pero siempre era descubierto así es que se dedicaba a comprar
cualquier baratija (cliente de Aniceto (padre)) para venderla a un precio más elevado.

Hombre-Cuchillo-Mellado-Pero-Peligroso
Era un rata, que lo único que quería del motín era obtener riquezas de las tiendas
Tenia una sucia y corta barba, cara filosa y grasosa

Hombre-Cuadrado-Bueno-Para-Empujar-Y-Derribar
Era cuadrado de cuerpo, de manos, de cara, un hombretón formidable

Pedro el mulato
Brasileño, moreno, alto y flaco, cabellos ondeados, redonda y alegre expresión de la cara, ojos oscuros,
labios gruesos, dientes blancos, esbelto.

El Azarcón. (Florentino Hernández.)


Era un amigo de Aniceto que conoció en la cárcel, le ofreció pagarle la multa. Tenía los ojos de color
oscuro y de apacible mirada lleno de espinillas, labios grandes y siempre mojados, tenían la lengua
latijosa. Era una persona muy amable. Era pintor

Don Jacinto.
Vivía a lado del conventillo, casado con una joven morena, acostumbrado a llegar borracho a su casa.

Esperanza.
Esposa de Jacinto, era una mujer muy cariñosa y generosa, morena delgada y tenían una mirada sutil,
que a Aniceto le recordaba la esposa del turco (Mendoza).

Cristian.
Amigo de Alfonso a quién también Aniceto encuentra en la playa. Tenía la barba bastante crecida, el pelo
le cubría casi por completo la cabeza. Era un hombre bien tosco, tímido y huraño, muy poco sociable.
Pobre también.

Alfonso Echeverría. \"El filósofo\"


Hombre que se encuentra Aniceto (hijo) en la playa recogiendo metales pequeños. Era un hombre muy
sociable, simpático, agradable. Tenia el bigote negro, alta frente. Era delgado y más bien alto, un poco
agachado de espalda. Él invito a Aniceto(hijo), a trabajar, recogiendo metales en la playa y vendiéndolos a
Don Pepe. Después lo invita a vivir con él, en el conventillo.
Estaba enamorado de Esperanza, la vecina. También era muy pobre.

Alfredo:
Un hombre enfermo que llego a la casa casi moribundo, y fue tratado por Rosalía por mucho tiempo. Era
delgado, tenia los ojos hundidos, de grandes orejas transparentes, con bigotes largos negros y finos. Sus
manos delgados.

La mujer de Alfredo.
Era una mujer molestosa y cargante, que era \"el verdugo\" de Alfredo, le reprochaba que el fuera un
ladrón y que la haya engañado por tanto tiempo, a ella y a su familia.

Don Pepe.
El Era alto y flaco, de pelo ondulado, blanco, pálido, bigote negro, el compraba los metales encontrados
en la playa y lo hacia por que según el un día alguien podría interesarse en el. Era ambicioso.

El lobo.
Alcalde de la caleta, que le ofreció trabajo a Aniceto, como pescador.
Era solidario y alegre, invito a comer a los tres atún a su casa. Tenía los brazos regordetes y cortos,
tenían el cuerpo apretado.

Dueño de El Porvenir.
Era un hombre bajo y rechoncho, de cara abotagada y llena de manchas rojizas, que aprecian próximas a
manar vino tinto y ojillos negros.

La Sra. Italiana.
Mujer anciana y generosa que vivía sola en la parte de atrás de un galpón de una casa que arrendó la
familia de Aniceto, en al patio habían un gran jardín con árboles frutales, Aniceto iba a comer los
duraznos. Fue quien enseñó los folletines a Aniceto de novelas europeas, que culturizaron a Aniceto con
los cuales empezó a disfrutar de la lectura. Ella era una mujer generosa, avanzada de edad (anciana).

Ambientes y tiempos en el cual se desarrolla.

La narración se inicia en Argentina y luego se traslada a Chile, pasando por Mendoza y la cordillera. Esta
se desarrolla en un ambiente de esfuerzos y pobreza en la que Aniceto, al principio vivía cómodamente,
pero que luego, a la muerte de su madre y condena de su padre, tuvo que comenzar a valerse por si
mismo, pasando por mucho sufrimiento, soportando hambre, dolor y frío en barrios marginales

Aspectos con respecto al punto de vista del narrador:

Perspectiva o Punto de Vista:


En esta obra, el grado de conocimiento que predomina en el narrador con respecto a lo que narra, es
protagonista, ya que desarrolla la obra siempre como una vivencia propia, donde el personaje
protagonista (Aniceto) ya viejo, va recordando su infancia, su juventud, y los hechos que lo lleven a ser
quien es en el momento que narra.

Relación Narrador - Historia:


El narrador se relaciona directamente con la historia narrada, pues realiza a lo largo de la obra un paseo
por sus propios recuerdos, los cuales relata con un grado de incertidumbre, pues son sólo recuerdos. Esto
lo lleva a la abundancia de: “Tal vez”, “quizás”, etc. como muestra de la inseguridad en relación con los
datos que maneja.

Posición del narrador:


En ésta obra se presentan dos narradores:
El primero (Aniceto maduro) se sitúa en el presente, narrando acontecimientos ocurridos en el pasado (su
infancia y su adolescencia). Por lo tanto son sucesos ocurridos varios años atrás.
El segundo narrador aparece cuando el relato se sitúa en el presente juvenil de Aniceto (segunda parte),
quien narra los sucesos en el mismo momento en el que los sufre, por lo cual se estaría usando la técnica
de contemporaneidad.

Elaboración del tiempo:


Es esta obra, el tiempo no es distribuido ni como condensación ni como distensión temporal. Aniceto
(personaje principal pero en su etapa madura), relata su infancia y juventud a lo largo de todo el libro, es
decir, un amplio período ampliamente desarrollado.

Actitud Narrativa
Según mi percepción, el narrador se dirige a un grupo específico, pues pareciera que contara los
acontecimientos a un amigo, a alguien parecido a él o a quien se interese por conocer su mundo, el de los
marginados, nos da a conocer que por más que más feo sea todo, sigue habiendo algo de belleza. Se
podría decir que el relato va dirigido a los marginales como él, a quienes cuenta las anécdotas de su
particular existencia: “Imagínate que tienes una herida...”, etc.

Modo Narrativo:
En esta obra se usa el estilo indirecto libre, pues el narrador, Aniceto maduro, está presente en la obra,
pues es su pasado el que narra, pero habla desde el interior de él mismo en las épocas que recuerda, en
su infancia, y en juventud.
También hay una variación en los tiempos verbales:
“No podía quedarme en el puerto, tenía que buscar alojamiento...”, “Hacia el sur termina de pronto la
ciudad, y aparecen unas barracas...” “Fue primero como un latigazo dado con un trozo de lienzo pesado,
un latigazo que envolvió a todo y a todos.” “Los tranvías van y vienen, llenos de gente, pero la calle se ve
desierta...”

Tipo de Narración:
A lo largo de la obra se presentan los relatos de la recapitulación que realiza Aniceto de su infancia y
adolescencia, donde narra la vida con sus padres y lo que implicaba ser hijo de un ladrón, sus
experiencias en la cárcel, y su camino fuera de ésta, donde se intercalan historias que amigos le
contaban, etc. Por lo tanto se está constantemente recurriendo al pasado, varios años atrás, razón por la
que se estaría frente a una narración de tipo retrospectiva, específicamente un racconto.

Espacio - Tiempo:
Espacio Físico:
La mayoría de la obra se desarrolla entre Chile y Argentina. Aniceto nace en Argentina, Buenos Aires,
donde se desarrolla su infancia, luego joven, se va a Chile, donde se mantendrá hasta el fin de la obra,
conoce en el río Aconcagua a su amigo. Luego en Valparaíso es tomado preso por verse involucrado en
un motín y una vez libre, de dedica a vagar por la costa hasta llegar a una playa donde se encuentra con
dos hombres, Alfonso Echeverría “El Filósofo” y su acompañante llamado Cristián.

Espacio Psicológico:
El narrador, mediante sus recuerdos, va acercando al lector, luego de rodear la felicidad de su infancia y
manifestar las abrumadoras realidades en prisión, a una confrontación entre la libertad y el sometimiento
a la cárcel. La cárcel es un espacio dominado por un sistema de orden, disciplinas y trabajos regulados,
donde a la vez los sucesos cambian cada día. Sin embargo, el narrador al mostrar su realidad frente a la
libertad, no sabe qué hacer con ella y se ve entregado a la abrumadora incerteza del vagabundeo y la
marginalidad.

Espacio Social:
En la obra se muestra fuertemente el lado “b” de la sociedad. Se sitúa casi en su totalidad en un contexto
social marginal. mal que mal, se está narrando la vida del hijo de un ladrón. Cabe decir que no por serlo
llevará esa misma actividad para mantenerse vivo, sino que elige el camino de la pobreza. Se pasea por
un

Argumento:
La historia trata prácticamente de la recapitulación que hace el personaje principal, Aniceto Hevia, quien
relata, pasados varios años, los principales hechos que marcaron su infancia y adolescencia.
Aniceto describe su niñez como una buena etapa de su vida junto a sus padres y hermanos. Sin embargo
al descubrir el oficio de su padre, ladrón, comienza una serie de problemas internos acentuándose con la
muerte de su madre. Debido a esto, el protagonista decide dejar su hogar y se dirige hacia el oeste sin
destino alguno, pero tiempo después termina viniéndose a Chile, donde irá dirigiendo su destino hasta
llegar a la etapa donde verá su pasado desde otro punto de vista, que es desde donde narrará la historia.

Disposición de los acontecimientos:


Esta obra por su orden cronológico no lineal, producto de ser una mezcla de recuerdos desordenados, es
de difícil clasificación, pero dado que comienza cuando Aniceto sale de la cárcel cuando comienza la
obra, se determina que la disposición de los acontecimientos es In Medias Res, pues éste suceso se
encuentra en el medio de la vida de Aniceto.

Descripción de principales acontecimientos.

El enterarse de que su papá era ladrón.

La primera vez que lo arrestaron junto a su madre

La muerte de su madre.

La gran condena a la que su padre fue sentenciado.

Experimenta la soledad absoluta y se va de la casa.

Es alojado en la casa de Isaías con su esposa y maltratado por él.

Se escapa y se va a trabajar en las cosechas de maíz por un par de meses.

Se va a trabajar a la cordillera como ayudante de carpintero en una cuadrilla de trabajadores del

Ferrocarril Transandino.

Conoce a su amigo en el río Aconcagua.

La ida de su amigo aunado a la prohibición de embarcarse por no portar documentación.

El ser arrestado producto del motín.

Conocer a Alfonso Echeverría y a Cristián, trabajando y viviendo con ellos.

Se va con Cristián y con Alfredo a trabajar de pintor con un contratista conocido de Alfonso.

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