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Introducción.
Fruticultura: cultivo de las plantas que producen fruta.
Fruta: fruto comestible de plantas cultivadas, que para su consumo no necesitan ser
transformados.
Arboricultura frutal: cultivo de árboles que producen frutos.
Fruticultura: es la ciencia que se ocupa del estudio de los frutales y de los cuidados necesarios,
considerando a los frutales como especies perennes. La perennidad va casi siempre unida a
portes arbóreos.
El árbol frutal.
Está constituido por dos individuos asociados mediante la técnica conocida como injerto y son
PATRÓN o PORTAINJERTO y VARIEDAD o INJERTO.
El patrón constituye el sistema radical y una pequeña porción de la parte aérea.
Estos dos individuos se unen generalmente por una zona por encima del suelo llamada cuello.
El injerto forma la parte aérea. En ocasiones se produce franqueamiento debido a que el injerto
se planta demasiado bajo, haciendo que el injerto emita sus propias raíces.
La unión de patrón e injerto no significa fusión de genotipos, no es un híbrido. Son dos
individuos que unen sus tejidos, pero jamás ponen en unión su genotipo.
A veces se constituye un frutal con tres maderas, haciendo un puente entre el patrón y variedad,
llamado intermediario. Su función es la de unir al patrón y a la variedad debido a que entre
ambos existe un rechazo. Su uso es cada vez menor, ya que cada vez es mayor la viabilidad
entre patrón y variedad.
En otros frutales no es necesario el uso de patrón.
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Fruticultura
un gran porte arbóreo, gran tamaño. A la hora de establecer la plantación es muy importante
tener en cuenta esta característica, ya que en los primeros años dará la impresión de un
desaprovechamiento del terreno, puesto que habrá una baja densidad de plantación, una
utilización del espacio y de la luz muy baja, que se compensará cuando los árboles alcancen su
tamaño definitivo; de esta forma también nos evitaremos competencias. El mayor tamaño de los
frutales dificulta las técnicas de cultivo, lo que resta rentabilidad. La tendencia es a cultivar
frutales más pequeños, buscando patrones enanizantes y variedades poco vigorosas,
compaginándolo con técnicas de cultivo enanizantes.
Juvenilidad: se extiende durante largos años. Es el período por el que atraviesan las especies
frutales procedentes de semilla y durante el cual no produce flores, y por tanto no producen
frutos, es decir, es la época infértil del frutal. El período juvenil se elimina utilizando tejido
adulto y propagándolo vegetativamente (acodo, injerto, estaquillado).
Los ejemplares de semilla no conservan las características de la variedad. Los que se producen
vegetativamente, es decir, clonalmente, mantienen las características de la variedad, ya que se
trata de material uniforme de un único individuo, y por tanto, será igual.
Alternancia: alternan sus producciones, es decir, una año producen poco y otro mucho, por lo
tanto esto no compensa porque hace que la rentabilidad sea mayor unos años y menor otros. Las
causas suelen ser hormonales y nutricionales.
Periodicidad cíclica: el ciclo anual se repite un año tras otro, presentando una clara estabilidad.
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Fruticultura
Investigación: las técnicas son menos sofisticadas que en otros cultivos. La investigación es
mucho más lenta ya que se trata de especies que su vida no es anual y se necesita de muchos
años para poder completar el estudio de cualquier árbol frutal. También existe otro
inconveniente, que es el espacio; se necesita de mucho espacio para poder investigar, ya que
son plantas de gran tamaño.
1. Improductiva: tiempo que transcurre desde que se planta hasta que transcurre la primera
cosecha. Dura entre 2-7 años. Crece intensamente, pero no florece. Es un término distinto a
la juvenilidad ya que se trata de plantas reproducidas vegetativamente.
2. Entrada en producción: crece de modo intenso, produciendo floración y fructificación de
forma progresiva y en aumento. Tiene una duración aproximada de 10-12 años.
3. Plena producción: es la edad adulta del árbol y se obtiene el equilibrio entre el crecimiento
y la producción, que se hace estable y continuado. Es el período más largo, y también
interesa alargarlo lo máximo posible.
4. Envejecimiento: la planta tiene una renovación vegetativa limitada y la floración es masiva
pero con cosechas de poca calidad.
5. Muerte: se produce la muerte del árbol. En la mayoría de las plantaciones esta fase no se
produce, ya que se arrancan los árboles antes de que se produzca su muerte.
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Fruticultura
CONCLUSIONES:
1. El período improductivo debe ser lo más breve posible, para ello se utilizan patrones y
variedades de rápida evolución.
2. Alcanzar lo antes posible la plena producción y asegurarnos de que ésta sea estable y de
larga duración.
3. El concepto de que la vida productiva sea muy larga hay que sustituirla por la que hay que
amortizarlo lo antes posible.
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Fruticultura
5. Otras funciones.
Se utiliza para la propagación vegetativa del frutal mediante sierpes (brotes de la raíz).
Tipos de raíces.
A- Según su origen.
B- Según su distribución.
C- Según su longitud.
A- Según su origen:
- Raíces principales: son las raíces primarias, ramificaciones naturales con origen en la
radícula del embrión (semilla).
- Raíces adventicias: son las raíces que tienen su origen en cualquier tejido adulto, hojas,
tallo,... luego no proceden de la radícula del embrión. Esto da lugar al estaquillado,
acodo, etc.
B- Según su distribución:
- Raíces horizontales: son raíces poco profundas, se distribuyen radialmente, paralelas a
la superficie del terreno, colonizando los horizontes más fértiles. Tienen función de
absorción y conducción.
- Raíces verticales: exploran suelos más profundos (2-10 m). Acceden a zonas más áridas.
Extraen agua de horizontes más profundos. Permiten mejor anclaje al árbol.
C- Según su longitud y grosor:
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- Raíces de esqueleto: son largas y gruesas. Son de 1,2,3 orden y de vida muy larga.
Conducen agua y nutrientes.
- Raíces fibrosas: delgadas, cortas. Son a partir del 4º orden. Tienen pelos radicales. Se
pueden dividir en:
- Raíces axiales de crecimiento activo.
- Raíces absorbentes.
- Raíces conductoras.
Aireación: las raíces respiran y por lo tanto no se desarrollan en medios que no tengan la
suficiente aireación, de modo que su crecimiento se ve afectado por la asfixia radicular. En
condiciones desfavorables, en frutal de hueso(almendro) es sensible a la asfixia radicular,
mientras que el melocotonero es más tolerante.
Temperatura del suelo: existe una temperatura máxima y mínima por encima o por debajo de
la cual no ocurre crecimiento de la raíz. Estas temperaturas dependen de la especie, edad del
árbol. Por debajo de 5-6 ºC y por encima de 30-40 ºC el crecimiento de detiene.
Humedad: un exceso de humedad provoca asfixia radicular.
Contenido en nutrientes: con un mayor contenido en nutrientes, el crecimiento será mayor. El
N estimula el crecimiento en longitud, y el P y K el crecimiento en ramificaciones:
Textura y estructura: en suelos arcillosos y pesados el crecimiento es más limitado que en
suelos ligeros.
B- Distribución de la raíz.
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Fruticultura
Sistema aéreo.
- sistema radical
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Fruticultura
Partes de la copa:
Ramo: formaciones vegetativas o fructíferas de un año de edad. Pueden portar yemas, hojas,
flores, frutos y brotes.
Brote: crecimiento vegetativo del año. Se produce a partir de una yema vegetativa. Es el
vástago. Cuando se lignifica se convierte en ramo. Crece en longitud y a medida que crece
aparecen nudos y entrenudos.
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Fruticultura
Tipos:
1. Según su posición en el ramo/brote:
- Y. Terminales o apicales: la que ocupa el extremo.
- Y. Laterales: ocupan los laterales del ramo.
- Y. Estipulares o de reemplazo: son una especie de seguridad ya que si muere la yema
lateral éstas las reemplaza. Se encuentran a la derecha e izquierda de cada uno de los
laterales.
2. Por su evolución en el tiempo:
- Y. Anticipadas: son las que por algún accidente brotan durante el mismo año en que se
crean, ya que han perdido su yema terminal.
- Y. Normales o invernantes: son las que crecen al año siguiente de crearse.
- Y. Latentes: son las que no crecen al año siguiente e incluso en ocasiones puede quedar
por debajo de la corteza.
- Y. Adventicias: aparecen súbitamente y eventualmente. Pueden brotar aunque no crean
buenos brotes debido a su mala circulación.
3. Por la naturaleza de su brotación:
- Y. De flor: la yema da lugar sólo a flores, o a una inflorescencia.
- Y. De madera: la yema da lugar a vegetación.
- Y. Mixta: la yema es de flor y también vegetativa.
Las yemas de flor suelen ser globosos y redondeados y las de madera más puntiagudas y
estrechas. Normalmente se encuentran dos de flor y una de madera en medio, aunque puede
haber otras asociaciones.
En los frutales de pepita la yema terminal suele ser mixta.
En los frutales de hueso la yema terminal suele ser vegetativa y los frutos se encuentran a lo
largo de la rama.
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Fruticultura
Tipos de ramos.
- ramo mixto
Frutales de hueso - chifona
- ramillete de mayo
- chupón
- Ramos vegetativos - brindilla
- dardo
- dardo rugoso
Frutales de pepita
- brindilla coronada
- Ramos fructíferos - lamburda
- bolsas
- bolsa de bolsas o patas de gallo
Frutales de hueso:
En los frutales de hueso, los tres órganos son fructíferos, prácticamente iguales, varían en la
longitud.
- Ramo mixto: es un ramo de longitud variable, pudiendo llegar a los 70 cm, se considera
como tal a partir de los 15 cm. Las yemas terminales son vegetativas y todas las de flor
son siempre laterales. El porcentaje de flor y vegetativo es prácticamente iguales.
- Chifona: son órganos de longitud escasa (máximo de 12 cm), es igual al ramo mixto
pero de menor vigor. Hay menor proporción de yemas laterales de flor.
- Ramillete de mayo: la yema terminal es vegetativa, aunque se encuentra rodeada y casi
cubierta de yemas de flor. Son muy fructíferas, aunque en ocasiones no son los más
adecuados según la especie. Al ser tan pequeños pueden no dar fruto de calidad y
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Fruticultura
Frutales de pepita:
Los ramos vegetativos son el chupón muy típico de manzano y peral. Todos tiene capacidad
para brotar. Surgen a partir de una yema latente que tiene un golpe de savia, con crecimiento
vigoroso y con yemas vegetativas y no de flor.
Las yemas anticipadas dan lugar a ramos adelantados de poco vigor e interés.
Si la yema se desarrolla normalmente:
La brindilla (15-40 cm) es un órgano vegetativo muy flexible, de poco vigor. Si el crecimiento
es menor se obtienen dardos (3-10 cm) distinguibles porque crecen perpendicularmente a la
madera que los forma y tienen una madera terminal. Son órganos de un año.
En el segundo año el dardo puede evolucionar a dardo rugoso (si sigue vegetativo y crece un
poco) o bien a lamburda (si en la yema terminal se crea una flor).
La brindilla en el segundo año si crece una yema de flor en el extremo se llama brindilla
coronada.
Dardo lamburda
En algunas ocasiones se originan bolsas, se crean donde hubo una gran cantidad de savia, hay
dos yemas que darán lugar a dos ramos fructíferos. También pueden originarse agrupaciones de
bolsas llamadas patas de gallo o bolsa de bolsas y son zonas importantes de fructificación.
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TEMA 3. FENOLOGÍA.
Introducción.
En todas las especies, como consecuencia del ritmo estacional termométrico, se presentan en
forma más o menos marcada e intensa, dos períodos anuales claramente definidos: el reposo
invernal y el período de actividad vegetativa. La yema con su desarrollo lleva a la formación
del fruto, pero paralelamente se da un crecimiento vegetativo.
A – reposo invernal.
Para mantener una fisiología normal a lo largo de su vida, las especies de zona templada o
templado-cálida parecen precisar un período anual de reposo. Este período coincide
normalmente con el final del otoño y con la época invernal, alargándose, en ocasiones, parte de
la primavera; por lo que su denominación más corriente es la de reposo invernal. En este
período el árbol frutal no muestra actividad vegetativa aparente y no hay crecimiento ni
floración, sean las que sean las condiciones ambientales momentáneas. Algunos procesos
fisiológicos, tales como la absorción radicular, la translocación vascular, la respiración, la
fotosíntesis y la transpiración, pueden tener lugar en forma lenta y poco intensa, al principio y
al final del período de reposo, o aún durante todo él, en zonas templado-cálidas. Pero esta
actividad es prácticamente inapreciable y el árbol, si es caducifolio, se desprende de sus hojas
durante este período, y si es de hoja perenne, se muestra vestido, pero sin ningún tipo de
crecimiento.
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B – Actividad.
Es el período comprendido entre los primeros síntomas apreciables de actividad, a fines de
invierno o principios de primavera, y el final de esa actividad, que tiene lugar en el otoño
avanzado. Durante este período el árbol realiza intensamente todos sus procesos fisiológicos, y
ello se traduce exteriormente en el desarrollo vegetativo de brotes y ramas, así como en el
engrosamiento de ramas y tronco, por una parte, y por otra, en la aparición de flores y frutos y
en el desarrollo de éstos últimos.
A lo largo de este período los elementos presentes en cada momento en la parte aérea del
árbol(yemas, brotes, flores, frutos, etc.), muestran un aspecto exterior diferente. Este aspecto se
denomina estado fenológico y el estudio del ritmo de sucesión en el tiempo de estos estados se
llama fenología de la especie considerada.
El primer síntoma externo y apreciable de que la actividad vegetativa ha comenzado es la
hinchazón de las yemas. En la inmensa mayoría de las especies las yemas florales o, en su caso,
las mixtas empiezan a hinchar antes que las yemas puramente vegetativas. Las escamas y
brácteas protectoras de la yema se separan paulatinamente, y entre ellos aparece la borra y
zonas más claramente coloradas. Este cambio en la morfología externa de las yemas se llama
desborre.
A partir del desborre, la evolución de las yemas de madera y de las florales es diferente. La de
las primeras origina la vegetación del árbol; la de las segundas, el proceso de floración y
fructificación.
B1 – Ciclo vegetativo.
A medida que avanza la primavera, el desborre se acelera; en ocho o diez días las escamas y
brácteas se separan completamente y se produce la aparición de las primeras hojas en
crecimiento y del tallo inicial, consecuencia de la elongación del meristemo gemular. Este
estado fenológico se denomina brotación.
Durante el período subsiguiente el crecimiento se intensifica. Las temperaturas en ascenso, la
mayor insolación y, en general, las condiciones ambientales son idóneas, y, en consecuencia, el
crecimiento en longitud de los brotes, la aparición y desarrollo de hojas y la formación de
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yemas axilares se acelera, en un proceso que dura toda la primavera y aún parte del verano, y en
el que los brotes alcanzan del 60 al 70% de su longitud característica. Este proceso se llama
crecimiento de primavera, y normalmente termina cuando las temperaturas alcanzan, en pleno
verano, valores muy altos (35-40º), superiores al umbral máximo de crecimiento; en este
momento la elongación se detiene y el meristemo terminal aparece defendido por escamas y
brácteas, en forma de yema terminal. Se dice entonces que el brote se ha parado o que el árbol
está en la parada vegetativa de verano o parada estival.
En zonas de pluviometría escasa y en cultivos de secano esta parada de verano puede
producirse no sólo por el régimen de altas temperaturas, sino también por la falta de agua
durante el período de sequía y, en su caso, por ambos efectos combinados.
La parada de verano puede, en determinadas zonas y para algunas especies, ser prácticamente
inapreciable; en otros casos puede durar varias semanas, cuando las temperaturas son muy altas,
o las condiciones de sequía extremas. En cualquier caso, al finalizar el verano las condiciones
ambientales suelen volver a ser adecuadas para el crecimiento y produce la brotación de otoño o
rebrote. Esta nueva brotación se alarga hasta los primeros fríos otoñales y da origen al
crecimiento de otoño o segundo crecimiento; la intensidad de éste suele ser menor que la del de
primavera y terminan con la parada otoñal.
A partir de ese momento, la intensidad de los procesos fotosintéticos desciende, la traslocación
de reservas y la lignificación de la madera se incrementa y progresivamente el árbol inicia su
reposo invernal de nuevo. Este reposo, en las especies caducifolias, se considera comienza en el
estado fenológico de caída de hoja. En las de hoja perenne el comienzo es más difícil de
precisar, pero se puede considerar la misma fecha que para las especies caducifolias próximas.
Con ello el período de actividad vegetativa termina y el ciclo anual se reinicia.
B2 – Ciclo reproductivo.
En forma simultánea con la evolución descrita de las yemas vegetativas se produce durante este
período la evolución de las yemas de flor. Esta evolución empieza igualmente con él desborre;
que puede ser, según las especies, anterior, simultáneo o posterior al desborre de las yemas de
madera.
A partir de este momento las yemas de flor, en su evolución van pasando por una serie de
sucesivos estados fenológicos. Estos estados son tan importantes a efectos prácticos, que han
sido profusamente estudiados como monográfico, para las distintas especies.
Estos estados son fases del proceso de floración; durante éste se produce la polinización,
germinación del polen, crecimiento del tubo polínico, fecundación y cuajado del fruto. El
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proceso completo dura entre los diez y veinticinco días y al final del mismo la flor se ha
transformado en fruto.
A partir, pues, del cuajado, el proceso de floración termina, y comienzan otros nuevos procesos:
el de desarrollo del fruto y el de maduración posterior. Los frutos crecen, aumentando de
tamaño, hasta alcanzar el típico de la especie, y en ellos se producen las transformaciones
físico-químicas que definen su sabor, color, olor y restantes características. Esto es lo que se
llama maduración, y su final es el estado fenológico de madurez, estado en el que el fruto o se
recoge y consume, o se desprende del árbol, o se pudre.
Los procesos de desarrollo y maduración de los frutos pueden tener una duración absolutamente
variable en función de la especie, de la variedad y de las condiciones ambientales.
El ciclo reproductivo no comienza con el desborre de la yema de flor sino que se inicia con:
1- Inducción floral.
2- Iniciación floral.
3- Desarrollo floral.
Que tiene lugar dentro de la yema, por eso dura dos años.
Inducción floral.
El cambio fisiológico que se produce en un determinado momento en una yema, y que
condiciona su evolución a yema de flor, se denomina inducción floral.
Se produce al final del período de crecimiento primaveral, en el período junio, julio y agosto en
nuestros climas.
Las bases fisiológicas que condicionan la evolución a yema de flor de unas determinadas yemas
son varias. Las primeras teorías planteaban la hipótesis de que la formación de flores dependía
de la presencia en la planta de determinadas sustancias elaboradas en las hojas. Posteriormente
otros relacionan la inducción floral no con la presencia de sustancias, sino con un cierto
equilibrio hidratos de carbono-sales nutritivas, o compuestos orgánicos-elementos minerales,
anulando la teoría anterior del antagonismo vegetación-fructificación, y preconizando la
búsqueda de ese equilibrio, pero sin definir qué sustancias elaboradas ni qué minerales
resultaban más influyentes.
Otra teoría es que la inducción floral está claramente condicionada por el valor de la relación
C/N en el árbol; según esta teoría, si esta relación es moderadamente alta se promueve la
inducción floral, mientras que si es baja, se favorece el crecimiento vegetativo.
Trabajos posteriores demuestran paulatinamente las contradicciones de la teoría anterior, y van
dando paso a las teorías basadas en la influencia de hormonas endógenas sobre la inducción
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Iniciación floral.
Es el primer cambio morfológico que es el ensanchamiento en el ápice de la yema debido al
crecimiento de los primordios florales que son los sépalos, pétalos,...
Diferenciación floral.
Tras el cambio fisiológico que se produce en la inducción floral, se produce una diferenciación
morfológica que conduce a la aparición de primordios seminales.
Reposo de la yema.
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En la mayoría de las especies empieza en verano y se detiene con la llegada del invierno, donde
pasan en reposo profundo, causado por un factor endógeno. Finaliza cuando las yemas han
tomado un número de horas a temperaturas frías. Para salir del reposo hace falta un número de
horas frías, es variable con la especie y con la variedad. La duración media del invierno en el
ciclo da origen de la especie frutal = horas frío.
Las horas frío se miden como el número de horas invernales, entendiendo como horas
invernales las que tengan temperaturas menores de 7ºC.
Las yemas no crecen inmediatamente sino que requieren temperaturas favorables para brotar.
En este momento las yemas están quiescentes pues son factores exógenos los que condicionan
la brotación.
La yema se hincha y se abre y pasa por los numerosos estados fenológicos hasta que llega la
floración, este es el más sensible del ciclo reproductivo frutal. La época de floración determina
la elección de una especie y variedad en plantaciones de zonas templadas pues es una fase
crítica en cuanto a plagas, enfermedades, heladas,... Además es imprescindible para la
elección de una correcta polinización. La floración finaliza con la antesis de la flor igual
apertura de los pétalos (corola).
Alternancia o vecería.
Es la tendencia de los árboles frutales a la producción de una cosecha adecuada en un año
seguida por una cosecha nula al año siguiente. Esto tiene lugar a nivel del árbol, sin embargo
debido al clima y a los patógenos se alinean en cuanto a producción.
El año de cosecha año de carga
El año sin cosecha año de descarga.
La alternancia tiene implicaciones negativas para el agricultor:
1. Dimensionamiento de la estructura productiva: se realiza para años de carga, para los años
de descarga se infrautiliza.
2. Aumentan los precios en los años de cosecha escasa que no compensan con los bajos
precios en años de cosecha buena.
3. Manejo de la plantación, pues se producen desequilibrios.
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Hipótesis hormonal.
La ausencia o no de flor es la que causa la alternancia.
En variedades de manzano con semilla son veceras y en variedades sin semillas no son veceras,
luego la presencia de semilla es la que hace que exista fruto. El crecimiento de fruta y la
inducción floral tiene lugar en el mismo momento luego no existe una competencia entre ambos
procesos.
En la semilla del fruto hay una fuente generadora que son las giberelinas que provocan que las
yemas que se desarrollan en el mismo momento no se induzcan a flor.
Hay mecanismos de control:
- limitar el número de frutos los años de carga: poda y aclareo de frutos.
Hipótesis nutricional.
El árbol después de una cosecha excesiva agota sus reservas y no puede tener otro año seguido
de gran producción.
El año de carga hay poco crecimiento vegetativo y la energía va unida al crecimiento del fruto,
por eso hay mayor producción.
Se ha demostrado que la nutrición de un árbol que florece poco es mejor que el de una año de
carga.
La alternancia en la producción de frutos es debido a la presencia o no de flor.
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Tema 4. Fructificación.
Polinización y fecundación.
A partir de la diferenciación, las yemas florales sufren durante el resto del período vegetativo
un proceso de evolución y maduración, que influido por las características genéticas y
fisiológicas del árbol, así como por las condiciones ambientales, las lleva normalmente en la
primavera siguiente a su desarrollo completo y a la aparición de flores. Este desarrollo floral,
que comienza con el desborre, pasa por los sucesivos estados fenológicos y termina con el
cuajado del fruto, momento en el que se inicia el proceso de desarrollo del fruto.
El proceso dominante es la formación de frutos por fecundación. Esta a su vez exige los pasos
previos típicos:
- formación del polen
- polinización propiamente dicha
- germinación del polen
- crecimiento del tubo polínico
- fecundación.
La polinización.
Desde el punto de vista estrictamente botánico, la polinización es el traslado del grano de polen,
desde las anteras de los estambres, hasta el estigma del pistilo. Si los estambres y el pistilo
pertenecen a la misma flor, la polinización es autógama; si pertenecen a flores distintas de un
árbol o de distintos árboles, es alógama.
En las distintas especies frutales lo más frecuente es la dicogamia; y aunque se den casos de
polinización anemófila (por el viento), lo normal es que la polinización sea entomófila (por los
insectos)
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Las especies con polinización anemófila se caracterizan por una producción de flores y una
capacidad productora de polen muy elevadas.
En especies de polinización entomófila el polen es más pesado y viscoso que el de especies
anemófilas; esta polinización se puede controlar a través de la instalación de colmenas.
Las fases de la polinización son:
- transferencia del polen de las anteras al pistilo
- adhesión polen-estigma
- germinación del polen
- emisión del tubo polínico.
La fecundación.
Aunque fisiológicamente la fecundación es la fusión de las células reproductoras, los dos pasos
anteriores, germinación del polen y crecimiento del tubo polínico, son fases tan próximas a la
propia fecundación, que en muchos casos se pueden englobar en ella.
La germinación de polen se produce una vez que éste se ha fijado sobre el estigma. La
germinación de los granos de polen es inviable por bajo de 5ºC o por encima de 35ºC.
El crecimiento del tubo polínico, se produce a través del estilo, después de la germinación.
Los granos de polen transportados por el viento o los insectos a los estigmas germinan
emitiendo un tubo polínico; éste se desarrolla en el interior de los tejidos del estilo hasta llegar a
un óvulo y después al saco embrionario, en el interior del cual se produce la fecundación.
Período efectivo de polinización (PEP): se define como el tiempo en días en que el óvulo
permanece viable, menos el tiempo en días en que tarda el tubo polínico en alcanzarlos.
Longevidad del óvulo (LO): es el tiempo en el que el óvulo puede ser polinizado.
Receptibilidad del estigma (RE): es la característica que se hace necesarias para que el polen
sea compatible con el estigma.
La longevidad del óvulo, el crecimiento del tubo polínico y la receptibilidad del estigma están
controlados genéticamente y pueden ser manejados mediante técnicas del cultivo.
- estigma receptivo
Factores de los que depende el PEP - velocidad de crecimiento del tubo polínico
- longevidad del óvulo
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días
2. Causas nutricionales: la influencia no sólo del estado nutricional, sino también del
equilibrio de la nutrición, es palpable en el proceso de la fecundación. La esterilidad
morfológica y fisiológica está originada por causas genéticas, y en muchos otros casos se
debe a un desequilibrio o carencia nutricional. La resistencia a causas climáticas puede
estar vinculada en muchas ocasiones al estado nutricional. Casi cualquier carencia muestra
algún efecto sobre floración y fecundación; los más marcados pueden considerarse los
producidos por carencia, aún momentáneos, de nitrógeno, de boro y de magnesio. Por otra
parte, dado que la evolución floral se produce a expensas de las reservas hidrocarbonadas,
cualquier disminución de éstas origina problemas en el proceso de la floración.
3. Causas climáticas: constituyen el grupo de causas cuyos efectos se ponen de manifiesto
con más frecuencia a nivel práctico en las plantaciones frutales. En efecto, siendo la
floración, y todos los procesos parciales que durante ella se producen (maduración del
polen, germinación del mismo, crecimiento del tubo polínico, evolución de los óvulos,
fecundación, etc.), procesos tremendamente complejos, son particularmente sensibles a las
condiciones ambientales. De todos los factores climáticos, la temperatura es probablemente
el de incidencia más apreciable. Valores bajos de temperaturas pueden disminuir
sensiblemente el porcentaje de germinación de polen y hacer muy lento el crecimiento de
los tubos polínicos, con lo que las posibilidades de una buena fecundación disminuyen. De
la misma manera temperaturas altas, pueden acelerar el crecimiento y provocar la ruptura de
los tubos polínicos, inhibir la germinación del polen, acelerar la degeneración de los óvulos
y en definitiva malograr igualmente la fecundación. La lluvia es otro factor climático de
gran influencia en los procesos de polinización y fecundación:
- limitan el vuelo de los insectos y abejas, que no vuelan bajo lluvia
- arrastran los granos de polen al suelo, bien desde las anteras, o bien en la polinización
anemófila
- lavan estos mismos granos de polen de los estigmas, antes de la germinación.
El grado higrométrico ambiental también puede condicionar en forma importante el
resultado de la floración. una baja humedad relativa, unida a temperaturas altas, durante el
corto período de tiempo que dura la receptividad de los estigmas, puede provocar la
desecación de estos y evitar la adherencia de los granos de polen.
El viento puede igualmente incidir sobre el proceso de la fecundación. Vientos secos unidos
a altas temperaturas deshidratan los estigmas; y vientos no muy fuertes, pero de cierta
intensidad, pueden ocasionar daños mecánicos en las flores y, a veces, hasta su caída.
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Esterilidad floral.
Es la incapacidad de la flor de producir fruto, es una anomalía en el proceso de fecundación y
polinización. Puede ser:
- factorial
- citológica
- morfológica
Esterilidad citológica.
Es un tipo de esterilidad que depende de anomalías en la meiosis durante los procesos de
esporogénesis: las flores son morfológicamente normales y sus anteras emiten polen pero éste
tiene poca capacidad germinativa y además la mayoría de las veces es bastante escaso.
Esterilidad morfológica:
Se manifiesta por la falta o deficiente desarrollo de los estambres o del pistilo:
- En el caso del pistilo: flores incapaces de dar fruto.
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- En el caso de las anteras: las flores pueden dar fruto, pero necesitan polen de otra
variedad. No se puede cultivar en solitario.
Partenocarpia.
Bien en forma natural o bien en algunos casos por razones accidentales, es relativamente en
fruticultura la obtención de frutos sin semillas, por falta de fecundación, o bien en los que aún
habiéndose producido la fecundación, los embriones han muerto por cualquier circunstancia
anormal.
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Temperaturas invernales:
El daño producido por las temperaturas bajas durante el invierno determina un límite de cultivo
de las especies frutales. No existe un valor concreto de temperatura a partir del cual las plantas
sufran daños de consideración, sino que los árboles pueden soportar o ser dañados por
determinadas temperaturas dependiendo de diversos factores:
- Estado nutritivo.
- Intensidad de acción de temperaturas bajas.
- Duración de esas temperaturas bajas.
- Época en la que se presentan esas temperaturas.
- Estado de reposo.
- Especie de árbol.
- Edad del árbol.
- Estado hídrico.
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Una práctica que se suele recomendar para paliar el efecto de las heladas producidas por
evaporación, es aplicar un riego abundante si el suelo está seco y la temperatura ha descendido
a valores que pueden causar daño en los árboles.
La resistencia al frío varía con las especies. Las especies de hoja caduca son las más resistentes
al frío invernal.
Asociado a la resistencia al frío aparece otro parámetro, los requerimientos de horas de frío. Los
frutales necesitan frío porque a lo largo de la evolución se han adaptado a que después del calor
del verano viene el frío y adoptan un mecanismo de protección que es tirar la hoja y producir
yema y después la dormición. Las yemas se protegen con las brácteas.
Después la planta tiene que saber cuando brotar de nuevo y para ello usa un reloj biológico
consistente en que las plantas tiene que pasar un número determinado de horas por debajo de
una temperatura (horas frío).
El número de horas frío en cada especie o variedad depende de su constitución genética, estado
fisiológico y nutricional y condiciones climáticas locales. En consecuencia, las necesidades de
frío son muy variables.
Las horas de frío se suelen determinar cuando la temperatura es inferior a 7ºC. Hasta que no
pasan unas determinadas horas de frío el árbol considera que el invierno no ha pasado y no
brota. Si el frutal no pasa esas horas de frío la floración es irregular, la brotación es escasa y el
cultivo se hace imposible.
Temperaturas primaverales:
La primavera es una época crítica en el ciclo anual de los árboles, pues en ella acontece la
floración de la mayoría de las especies frutales. El final del invierno y los comienzos de
primavera coinciden normalmente con el principio de la actividad vegetativa, una vez concluido
el reposo invernal.
En esta época, el proceso de la floración y el desarrollo inicial de los frutos con fases tan
delicadas como la polinización y la fecundación, de exigencias termométricas muy concretas,
hacen al árbol frutal particularmente sensible a las condiciones climáticas, condiciones que, por
otra parte, son marcadamente variables en este período.
Las yemas de flor son las más frecuentemente afectadas por las bajas temperaturas, resultando
con daños mayores o menores, según la intensidad de la helada y según el estado fenológico en
el que la yema se encuentra.
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Las parte de la flor más sensibles al frío son el ovario, los óvulos y la base del estilo, que se
congelan, mueren y necrosan ante temperaturas bajas. Las cubiertas florales son bastante más
resistentes. Conforme aumenta el estado fenológico de la flor se vuelve más sensible al frío.
Métodos de defensa ante las heladas:
- especies y variedades resistentes
- emplazamientos adecuados
- técnicas de cultivo apropiadas
uso de ventiladores
pantallas protectoras
- instalar sistemas antiheladas calentamiento
riego por aspersión
tratamientos químicos
Las temperaturas primaverales tienen un efecto sobre la floración, que son las necesidades de
calor para la floración. Cuando las yemas salen del reposo, una vez satisfecho las horas de frío,
tienen que acumular el suficiente calor para que llegue la floración. También influye sobre
vectores polinizantes, crecimiento del tubo polínico y germinación del polen.
Las temperaturas excesivamente altas durante este período hacen que la floración sea mala ya
que el estigma se seca y se corta la polinización (se acorta la vida del óvulo, pues envejece).
Temperaturas estivales.
No tienen tanta importancia, necesitamos temperaturas suficientes para conseguir la
maduración del fruto, porque sino el fruto no acumula el azúcar necesario. Las temperaturas
muy altas provocan asurado, bronceado, golpe de sol. Para evitarlo se puede hacer una poda que
cubra los frutos.
Temperaturas otoñales.
La fruta está recogida. Aquellos frutos que están aún sin recoger pueden sufrir heladas otoñales
y se pierde calidad.
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Precipitaciones.
Las especies frutales tienen unas necesidades hídricas diferentes. En caso de déficit es necesario
cubrirlo con sistemas de riego. Esto es importante a la hora de planificar la plantación.
Las lluvias ocasionales producidas en momentos críticos pueden causar serios problemas en
plantaciones frutales. Por ejemplo durante la polinización causando:
- falta de actividad por insectos
- arrastre de polen al suelo por el agua
- lavado de los granos de polen de los estigmas antes de que germinen
- destrucción mecánica de flores por lluvias intensas.
El agrietado de los frutos es otro problema.
También las lluvias intensas pueden causar asfixia radicular y caída de frutos.
Viento.
Tiene un efecto muy importante y debemos tener en cuenta:
- dirección
- intensidad
- frecuencia
Los daños que produce son:
- Rotura de ramas, brotes.
- Caída de frutos
- Daños en el anclaje
- Daños en los frutos
- Arañazos en los frutos
- Afecta a las abejas durante la polinización.
Luz.
Necesaria para la fotosíntesis. En Almería es un factor limitante, aunque se puede dar el caso de
sombreamiento entre árboles, o entre ramos del mismo árbol. Se puede evitar con:
- poda de fructificación
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Factores físicos.
Profundidad.
La profundidad viene definida morfológicamente por la aparición de la roca madre. En términos
agrícolas ha de considerarse la profundidad útil para el desarrollo de un árbol, determinada por
la característica que impide o dificulta la penetración de raíces. Una labor profunda o un
sistema de drenaje puede en muchos casos aumentar la profundidad útil del suelo.
Textura.
El crecimiento y desarrollo de las raíces varía considerablemente en función de la textura del
suelo. En general, las raíces crecen más vigorosamente en suelos francos, de textura media, y
no estratificados, que en suelos de textura fina o gruesa. En este tipo de suelos la permeabilidad
es buena, el agua disponible alta, y la aireación adecuada para el desarrollo óptimo de las raíces
y el crecimiento del árbol. En los suelos arcillosos, de textura fina, la permeabilidad es baja y
por consiguiente la aireación es limitada. Por el contrario, en suelos arenosos, de textura gruesa,
el agua drena rápidamente y están bien aireados, pero la cantidad de agua disponible es baja lo
que limita también la disponibilidad de nutrientes.
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Las capas freáticas temporales afectan estacionalmente a los horizontes subsuperficiales menos
permeables de suelos localizados en zonas de escasa pendiente y poca escorrentía. Si estas
capas aparecen en invierno, cuando los árboles están en reposo, los daños que pueden causar
son mínimos, pero si aparecen durante el período vegetativo, los daños pueden ser irreparables.
Factores químicos.
Salinidad.
Las sales solubles se encuentran en todos los suelos y aportan muchos de los elementos
esenciales para el crecimiento normal del árbol. Sin embargo cuando se encuentran en exceso
pueden causar daños de consideración.
La recuperación de los suelos salinos para el cultivo frutal puede realizarse estableciendo un
buen drenaje y procediendo al lavado de las sales por el aumento del volumen.
Los suelos sódicos pueden corregirse, además por la aplicación de yeso al suelo en dosis que
están en función de los resultados los análisis del suelo.
Caliza.
Muchas especies frutales cultivados en suelos calizos desarrollan unos síntomas en hoja
conocidos como clorosis férrica inducida, y producidos como consecuencia de una deficiencia
en hierro que dificulta el crecimiento normal del árbol. En los casos más extremos, la reducción
del crecimiento y de la producción es tan acusada que se tiene que proceder al arranque de los
árboles de la plantación.
La solución es el abonado foliar con quelatos, pero es muy caro. Lo más barato es hacer
enmiendas de suelo para modificar el pH y usar abonos que acidifiquen el suelo
Fertilidad.
Los frutales prefieren suelos fértiles en proporciones adecuadas, si el suelo no las tiene se puede
mejorar mediante abonados.
Factores biológicos.
La presencia de patógenos (plagas, enfermedades) puede afectar la rentabilidad de un cultivo,
hasta plantearse la sustitución por otra especie.
Ejemplo, la filoxera, es una plaga que terminó con la vid a principios de siglo y tuvo que ser
sustituido por almendros y olivo.
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Aunque es posible tratar una plaga, por ejemplo, eliminar los hongos y nematodos del suelo
antes de la plantación, ocasiona costes que pueden hacer replantearse el plantar o no una
especie.
Cuando la presencia de hongos y nematodos es persistente en el suelo es mejor poner un patrón
tolerante.
Factores de mercado.
Son muy importantes. Un caso muy frecuente es la falta de planificación de los canales de
comercialización de un producto.
A – Destino de la producción.
La selección se hace basándose en el destino. No es lo mismo un destino de industria y uno de
mesa, ya que tienen características distintas.
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- Vigor, etc.
C – Características comerciales.
Son más importantes que las agronómicas ya que de éstas depende la venta del producto,
destacamos:
- Calibre
- Propiedades organolépticas (color, sabor)
- Resistencia al transporte y manipulación.
- Capacidad de conservación
- Ausencia de semilla
- Ausencia de residuos fitosanitarios.
Patrón.
Debe ser compatible con la variedad.
Está determinado por las características del suelo.
Tolerantes o resistentes a plagas y enfermedades del suelo, sobre todo a hongos y nematodos.
Homogeneidad del patrón.
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Sistemas de cultivo.
El concepto moderno de plantación mantiene el objetivo de conseguir la máxima superficie
productiva en un mínimo período de tiempo. Este objetivo debe alcanzarse sin interferir el
desarrollo normal de los árboles, que además se deben disponer de forma que se facilita la
realización de las técnicas de cultivo cuando alcancen el tamaño definitivo.
Si la plantación es demasiado densa, la producción disminuirá conforme la interferencia entre
árboles próximos alcance niveles competitivos por la iluminación, y además también se
establecería competencia por nutrientes y agua.
Tipos de plantaciones:
- definitivas
- temporales
- intercalares
- intensivas
Plantaciones definitivas.
En este tipo de plantaciones todos los árboles permanecen en la plantación durante la vida de la
misma, de manera que durante los primeros años que siguen a la plantación, los árboles
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dispondrán de un espacio mayor del necesario para su desarrollo normal y, una vez alcanzada la
madurez, no deben existir interferencias entre ellos que hagan descender la producción.
Es la planificación más usual.
Entre los factores que determinan la densidad de la plantación destaca: en primer lugar, el vigor
de los árboles, que determina el tamaño final del mismo. El vigor está influido por las
características del patrón y de la variedad y por las condiciones ambientales del medio de
cultivo. En el caso de árboles muy vigorosos, la densidad de plantación deberá ser menor para
evitar problemas de competencia entre árboles muy próximos.
El sistema de formación de los árboles es otro de los factores que influyen en la densidad de
plantación.
Por último, la facilidad de mecanización de la plantación debe ser prevista en la planificación.
Plantaciones temporales.
En este tipo de plantaciones se combinan árboles permanentes durante toda la vida de las
mismas, con árboles temporales que deben arrancarse una vez que la interferencia con los
permanentes alcanza niveles competitivos.
La densidad de los árboles permanentes se determina como si constituyeran una plantación
definitiva, y en el espacio disponible hasta que éstos alcancen el tamaño adulto se plantan los
árboles temporales. Esto permite una mejor utilización del espacio en los primeros años de la
plantación.
Los árboles temporales deben eliminarse antes de que se entrecrucen con la copa de los árboles
permanentes y provoquen un sombreamiento que afecte a la producción y calidad del fruto.
Esto representa el mayor inconveniente de este tipo de plantaciones, pues el agricultor trata de
retrasar lo posible la eliminación de estos árboles jóvenes en pleno rendimiento ya que le
supone un coste arranque y una disminución momentánea de la producción. Cuando estos
agricultores deciden arrancarlos, es posible que los permanentes ya hayan sufrido graves daños.
Un tipo de plantación temporal de uso frecuente, consiste en la plantación de árboles jóvenes en
las calles de una antigua plantación, con objeto de renovar los árboles viejos paulatinamente.
Esta práctica, en general, presenta inconvenientes, ya que los árboles adultos establecen una
fuerte competencia con los jóvenes.
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Cultivos intercalares.
Una alternativa de uso frecuente a las plantaciones temporales consiste en el cultivo de plantas
anuales en las calles de la plantación durante el período improductivo.
En la mayoría de los casos, estos cultivos causan una reducción del crecimiento de los árboles
por competencia en agua y nutrientes y prolongan el período improductivo de la plantación.
Ello se debe fundamentalmente a que los cuidados culturales de una planta perenne y una anual
son diferentes, y el agricultor tiende a prestar más cuidados a aquella que le va a dar beneficios
a más corto plazo.
Durante el reposo de los frutales se pueden poner leguminosas, porque mejoran el terreno y
producen abono verde.
Plantaciones intensivas.
Como plantaciones intensivas se entienden aquellas donde se ha aumentado el número de
árboles por hectárea de forma permanente, esto es, sin recurrir a la eliminación posterior de
árboles, mediante la reducción del tamaño del árbol por selección de patrones enanizantes o
mediante modificaciones del sistema de formación. Esto no ha pasado de nivel experimental.
Diseño de la plantación.
Un buen diseño de la plantación permitirá una óptima utilización del espacio, facilitará las
operaciones de cultivo durante toda la vida.
- estudio del terreno
- disposición de los árboles
- diseño de polinización
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Las parcelas de plantación quedan delimitadas por el trazado de la red de caminos y calles de
servicio. En cada una de ellas, se han de distribuir y colocar los árboles. Para ello, es preciso
determina el marco de plantación.
El marco de plantación es la distancia que deben guardar los árboles entre sí una vez plantados.
El marco está determinado por la densidad de plantación.
Marco rectangular: permite un mayor aprovechamiento del terreno. Permiten un uso más
racional de la maquinaria y favorecen las operaciones de cultivo.
El laboreo sólo puede realizarse en un solo sentido, lo que en ocasiones representa una ventaja,
pero es necesario controlar las malas hierbas en las líneas por otros métodos.
El límite del rectángulo lo determina la utilización de la luz y la anchura necesaria para el peso
de la maquinaria. Es más usada la 5 x 4 que la 8 x 2’5.
En la actualidad, la tendencia es a la utilización, cada vez mayor, de este marco de plantación
por las ventajas apuntadas y resulta, por otra parte, imprescindible en plantaciones intensivas.
Marco hexagonal: es una disposición en triángulo equilátero que admite una mayor densidad
de plantación sin provocar un sombreamiento. En la práctica, es un sistema que dificulta las
operaciones de cultivo, por lo que cada vez es menos utilizado.
Marco en cinco de oros: es un marco real con un árbol en el centro del cuadrado. Se usa para
plantaciones temporales. Dificulta las labores de cultivo.
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Las filas deben orientarse en la dirección Norte-Sur, pues con ello se consigue una iluminación
uniforme en ambas caras de la fila de árboles, que repercute en un mayor equilibrio de la
vegetación.
Con respecto al viento pueden instalarse cortavientos. Los árboles deben instalarse
perpendiculares a los vientos dominantes.
Diseño de polinización.
1. Polinización masculina y femenina.
2. Número de polinizadores.
3. Proporción. – vector polinizador
4. Distribución: regular - método de recolección.
- interés.
2. Número de polinizadores.
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3. Distribución.
Debe ser siempre regular, nos permite favorecer el transporte desde los árboles polinizadores
hasta los árboles de la variedad principal y viceversa, y al mismo tiempo nos facilita las
operaciones de cultivo sobre toda la recolección.
La distribución depende de varios factores:
A – Vectores de polinización: la mayoría de la polinización es entomófila. El estudio de las
abejas ha permitido un adecuado diseño de polinización. Las abejas suelen visitar hasta dos
árboles por viaje. Con frecuencia éstos son adyacentes, luego no debe colocarse un polinizador
a más de dos filas de distancia, pues la abeja no llega.
En plantaciones intensivas con setos las abejas van en el sentido de las setas, este es un
inconveniente.
En casos de polinización anemófila el diseño de polinización es menos complicado. Las filas de
polinizadores se ponen perpendiculares a los vientos dominantes y espaciado las filas. La
proporción puede ser menos del 20%, entre 10-20%.
B – Método de recolección: la recolección si la ponemos en filas completas y si están
mecanizado las variedades se distribuye en líneas completas.
C – Interés comercial: la proporción depende del interés comercial del fruto; si la variedad
polinizadora es del mismo interés comercial, la proporción es del 50%. Conforme disminuye el
interés comercial, desciende la proporción de polinizador.
Frutal
Polinizador
50% 33%
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Plantación.
La plantación trata de reproducir sobre el terreno el diseño realizado.
Replanteo: consiste, básicamente, en señalar la posición de cada árbol en el terreno.
Ahoyado: puede ser manual en plantaciones pequeñas. Los hoyos deberán ser lo
suficientemente grandes como para alojar en ellos el sistema radical del árbol.
Si los hoyos se abren mecánicamente, las paredes del hoyo quedan apelmazadas, por lo que
habrá que romper esa capa apelmazada con una pala o una azada, antes de la colocación del
árbol.
Colocación de los árboles: hay que mantener la profundidad del vivero, porque la planta hecha
raíces y usa las suyas en vez de las del patrón, es decir, se produce franqueamiento. Después de
colocar la planta se pone un tutor, para evitar que se tuerza o que el viento pueda partirla.
Una vez plantado el frutal es frecuente realizar un riego abundante para que se apisone al
terreno y se eliminen las bolsas de aire.
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La poda es el conjunto de operaciones que se le practican a los árboles jóvenes para conferirles
la forma deseada con el fin de permitir una más fácil y económica realización de las
intervenciones culturales.
Los objetivos son:
- Obtener una estructura lo suficientemente robusta para soportar la cosecha sin roturas.
- Distribución de la fruta regularmente.
- Maximizar la iluminación.
- Facilitar el acceso al árbol para las labores de cultivo y recolección.
La poda de formación presenta como gran inconveniente que hace que se retrase la entrada en
fructificación del árbol frutal, lo que se compensa con una vida comercial más larga, y de más
calidad.
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Formas en volumen.
Ocupan mucho espacio. Son propias de plantaciones extensivas. Destacan:
- vaso y variaciones
- pirámide
- otras formas de eje centrado.
Pirámide: estructura constituida por un tronco derecho y vertical cuya guía supera la copa y en
el que están insertas, dispuestos en pisos superpuestos o en espiral, las ramas primarias
inclinadas con un ángulo de 45º.
La entrada en producción es muy lenta. Se usa en peral y cerezo.
Spindelbush: es una pirámide, aunque las ramas se guían preferentemente horizontales para
favorecer la penetración de las radiaciones solares en el interior de la copa.
Fusseto: es una forma derivada de Spindelbush constituida por un tronco de 2-3 m de altura, q
lleva cada 40-90 cm algunas ramas poco inclinadas; sobre estas ramas y sobre la parte superior
del tronco están insertas libremente cortadas ramillas fructíferas. Los costes de poda son
mínimos pero es costoso el mantenimiento de una alta densidad e plantación.
Formas planas.
Ocupan poco espacio y son ideales para plantaciones intensivas. Destacan:
- palmeta
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- ypsilon
- sistema Marchand o en bandera
Palmeta: en este modelo el tronco recto y vertical, sobrepasa con la guía el conjunto de la copa.
Del tronco parten, en dirección opuesta a lo largo del eje de la fila, ramas primarias oblicuas,
insertas irregularmente, intentando distribuir de forma equilibrada la vegetación a lo largo de un
plano vertical.
Ypsilon: pretende explorar las ventajas de los vasos combinándolos con un sistema plano.
Según la altura del tronco sale como Y. Es especialmente apto para melocotonero. Permite un
aumento de densidad respecto al vaso. No necesita estructuras de apoyo, a veces se utilizan
alambres, si el tronco es muy corto.
Sistema Marchand o en bandera: muy similar a las palmetas, pero el tronco está inclinado 45º
con respecto al suelo y se toman las ramificaciones. Tienen las mismas ventajas que las
palmetas y algún inconveniente más. Requiere una determinada longitud.
Sistema de espaldadera: estos sistemas se usaron para frutales de pepita, hoy en día se usan
modificaciones de éstos para uva de mesa, pero para pepita ya han desaparecido.
Formas especiales.
Parral: tiene como objetivo una óptima utilización de la luz. Existen numerosas variaciones,
básicamente es un tronco muy alto que se ramifica en cuatro brazos, éstos se distribuyen en una
estructura de alambre.
La recolección y las técnicas de cultivo no presentan dificultad, pero los tratamientos
fitosanitarios se complican bastante.
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1. Edad de la planta: todos los sistemas van para un año de edad, si son más viejas se
comportan peor y pueden tener ramificaciones que no interesan.
2. Patrones que están injertados a cierta altura: los viveristas suelen injertar a nivel del
suelo muy bajo. Para evitar problemas de franqueamiento se hace el injerto alto, así se evita
podredumbre del suelo, los patógenos del suelo, y también se permiten adaptarlos a los
sistemas de floración.
3. La tendencia general es a producir plantas con tronco bajo: así tienen una rápida
entrada en producción, pero si la plantación va a ser mecanizada, el tronco tiene que ser
alto.
4. Una vez tomada la decisión: con respecto a las ramas que van a constituir la estructura,
hay que mantenerla.
5. Las tendencias van a plantaciones intensivas y rápidas en producción: lo que pide poca
intervención sobre el árbol. También hay una tendencia a eliminar ramas para hacer que
pierda rigor.
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