You are on page 1of 1

LA ABSTINENCIA COMO RESULTADO DE TRABAJAR EL PROGRAMA

DE RECUPERACIÓN DE 12 PASOS

Mi espíritu estaba prácticamente muerto, pero yo continué regresando

Hoy celebro otro día de abstinencia. Esto significa para mí, casi cinco
años de libertad de comer en exceso. Sin embargo, yo no llegué a CCA
hace cinco años; comencé hace nueve. ¿Qué estuve haciendo durante
esos primeros cuatro años? Cuando llegué a CCA, estaba completamente
derrotado por esta enfermedad y mi espíritu estaba prácticamente
muerto. Yo sentía que no había un final a la vista y probablemente no lo
hubiera habido, excepto que continúe regresando.
Mis compañeros me alentaban a trabajar con el programa, a asistir a las
juntas, a utilizar los Instrumentos de Recuperación y a estudiar los tres
primeros pasos de nuestro programa.

La abstinencia en CCA no fue una de las primeras experiencias que


tuve en el grupo. Lo primero que experimenté fue que mi enfermedad es
progresiva, y ésta inmediatamente se detuvo. Una vez que empecé a hacer
las cosas que se me alentaban a hacer, esta enfermedad no empeoró.
Esto en sí mismo era ya un milagro.

Estoy agradecido con mis compañeros que siempre me alentaron a


seguir adelante con lo que hacía. Nunca me sentí avergonzado porque no
podía mantenerme alejado de las grandes cantidades todo el tiempo.
Tampoco me sentí descalificado para trabajar los pasos. Siempre estuve
consciente de que lo que estaba haciendo en CCA (usar los instrumentos,
trabajar los pasos) era mejor de lo que hacía antes de llegar a CCA,
cuando en realidad no hacía nada. Si hubiera esperado a estar
abstinente para trabajar los pasos, seguramente no estaría escribiendo
este artículo.

El tiempo llegó en que pude y me abstuve de comer en exceso. Esto


fue resultado de los primeros tres pasos del programa, especialmente el
tercero. No es coincidencia que yo estuviera en disposición de romper
totalmente con la comida al mismo tiempo que trabajaba el tercer paso;
pues pasaba más tiempo enfocándome en Dios y dedicaba menos tiempo
a la comida. Al mismo tiempo que aprendía cuanto necesitaba a Dios en
mi vida, aprendí que el exceso de comida ya no era necesario.

Actualmente, cuando me reúno con compañeros que se sienten


desalentados porque sienten que están cumpliendo con todo menos con la
-Abstinencia, comparto mi experiencia y les recuerdo que para algunos de
nosotros, la Abstinencia llega como resultado del trabajo de los tres
primeros pasos de nuestro programa.

NOVIEMBRE, 1996
_________________________________________________________________

You might also like