You are on page 1of 2

LA HISTORIA TERGIVERSADA Y LOS HÉROES OLVIDADOS

Marcelino Carreño, Ignacio Quispe Ninavilca, Alejandro Huavique, Cayetano


Quirós… ¿conoce usted alguno de estos nombres? Posiblemente no. Se trata de
héroes de la independencia, cuyas vidas y ejemplo permanecen en el ostracismo,
quizá por el “delito” de ser indígenas o mestizos. La historia oficial que aun se
difunde en muchas escuelas, colegios y universidades, tergiversa
tendenciosamente los hechos y cubre con el manto del olvido a tan valerosos
personajes.

En el acta que registra la famosa declaración de independencia, un entusiasta


realista, Las Heras, el arzobispo de Lima, cede la primera firma al Conde de San
Isidro. A continuación desfilan la nobleza y burguesía limeña, Francisco de Zárate
Pedro de la Puente, Francisco Xavier de Echagüe, Manuel de Arias – el Conde de la
Vega del Ren y otros, que se apuran y disputan para dejar constancia ante la
historia de su tardío y oportunista patriotismo. Una sarta de comodines que, días
antes, estuvieron de lado de la monarquía y, no bien se produce el repliegue del
ejército patriota ante la ofensiva española, nuevamente acuden a rendir pleitesía,
besar las manos y, en cola injuriar a la patria efectuando las venias al Virrey.

Si hasta el propio y polémico himno nacional escrito por José de la Torre Ugarte es
una afrenta: “largo tiempo en silencio gimió”, ¿acaso no contradicen tan falsos
gemidos en silencio las valerosas rebeliones de Manco Inca, Túpac Amaru I, Juan
Santos Atahuallpa, Túpac Amaru II, Pumacahua, los hermanos Angulo y otros?

Ningún monumento conmemorativo recuerda al coronel de montoneros Marcelino


Carreño, apenas algunos historiadores, llámese Juan José Vega y Virgilio Roel, han
reivindicado su ilustre memoria; los diccionarios de personajes peruanos ni lo
nombran y hasta hoy no ha recibido el homenaje que exige la brillante trayectoria
de quien fue el oficial peruano de mayor graduación que murió en la campaña de
Ayacucho. Los jefes patriotas lo silenciaron, sólo el británico Guillermo Miller lo citó
entre los héroes. Se “olvidaron” de quien fue uno de los libertadores de Chile,
triunfante guerrillero, organizador de un escuadrón de caballería que sería base
del regimiento “Húsares de Junín” y Jefe de los “Guerrilleros de Vanguardia” en la
decisiva batalla de Ayacucho. Con esa envidia y mezquindad que persiste en
nuestro subconsciente, en su parte de guerra, Sucre deliberadamente omitió
mencionar que dicho triunfo se debió a Marcelino Carreño, algo que demostrando
justicia si reconoció el experimentado general realista Jerónimo Valdés.

Ignacio Quispe Ninavilca, el célebre guerrillero que, al iniciarse las guerras


independentistas, era cacique gobernador de la provincia de Huarochirí y
Cayetano Quirós quienes junto con sus partidas de indios y mestizos llevaron a
cabo notables acciones bélicas contra los realistas de la sierra central y sur. En
Santa Eulalia, en Laraos, en San Jerónimo, derrotando un destacamento español.
En Quillapata, donde Quiroz derrota a la división de Ricafort, en Huampani, donde
deshicieron las fuerzas de Rodil; en Santiago de Tuna o en San Mateo y Matucana.

Las guerrillas y montoneras surgieron como espontáneo fruto del entusiasmo


cívico, de la efervescencia patriótica, en especial de las clases desposeídas, a
quienes, paradójicamente, luego la injusta república, despojó de la calidad de
ciudadanos.
La historia que no revela es el simple coletazo de un perro faldero. La construcción
de una identidad nacional implica conocer y reconocer los auténticos sucesos y
protagonistas y, a su vez desenmascarar a los falsos héroes, una purificante purga
que permanece en interminable compás de espera. Por algo Pablo Macera afirmó
que, después de la batalla de Ayacucho el Perú fue más feudal que nunca.

You might also like