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Ediciones y Producciones Arders—Rabbitt Film’

Presenta La Conferencia:

CRITERIOS PARA EVALUAR

EL LLAMAMIENTO DE DIOS

AL MINISTRO CRISTIANO

Y, SUS IMPLICANCIAS.

P O R

Pr. Edwin De Pascale.


2

CRITERIOS PARA EVALUAR EL LLAMAMIENTO AL MINISTRO


CRISTIANO Y SUS IMPLICANCIAS.

I. Introducción.
II. Del Llamamiento.
a) El Llamamiento de Dios al Sacerdote—Ministro Cristiano.

1) El Señor nos Constituyó para ser Sacerdotes—Ministros


Cristianos.
2) El Señor nos Capacitó para ser Sacerdotes—Ministros Cristianos.
3) Del Señor Proviene toda nuestra suficiencia para ser
Sacerdotes—Ministros Cristianos.
b) La Marca Distintiva del Sacerdote—Ministro Cristiano.

1) La Satisfacción en el Sufrimiento por Causa de Cristo.


2) El Sacerdote—Ministro Cristiano, se halla plenamente realizado
cuando sufre continuamente por Causa de Cristo.
3) La Tarjeta de Presentación del Sacerdote—Ministro Cristiano.

III. De los Criterios.


a) Criterios de Evaluación de una Iglesia Local, para Constatar
el Llamamiento de Dios al Pastorado de un hermano que,
pertenece a dicha Congregación.
1) El Don Espiritual de Pastor.
2) La Identidad Ministerial y la Actitud Ministerial.
3) Las Variantes del Don Espiritual de Pastor.
4) Las Características de un Pastor a la Luz del Salmo 23.
5) La Forma Correcta de Cuidar del Rebaño de Dios.
6) La Forma Incorrecta de Cuidar del Rebaño de Dios.
7) Los Requisitos Bíblicos para ser Pastor.
8) La Certificación de la Iglesia Local.
8.1) ¿Clero y Laicos?
8.2) ¿Qué es un Siervo de Dios?
8.3) La Ordenación al Pastorado.

b) Criterios de Evaluación de una Iglesia Local, para Constatar


el Llamamiento de Dios al Pastorado, de un Pastor a una
Congregación sin Pastor.
1) Una Comisión de tipo Ministerial que, tratará de suplir el
Ministerio Pastoral hasta que tengan nuevo Pastor.
2) Una Comisión ‘Pastoral’ que busca Candidatos, al Pastorado de
dicha Iglesia local.
2.1) El Pastor sin Ministerio Pastoral activo, sigue siendo Pastor.
2.2) El Pastor Titular o Pastor Principal.
2.3) El Co—Pastor.
2.4) El Pastor Asociado.
2.5) El Pastor Asistente.
2.6) El Pastor Interino.
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c) Criterios de Evaluación de una Iglesia Local hacia su Pastor,


cuando éste ya tiene varios años Ministrando en ella.
1) Causales de Decrecimiento Numérico en una Iglesia local.
1.1) El Tiempo de Prueba.
1.2) El Juicio de Dios.
1.3) El Pastor no Obedece el Llamado de Dios.

d) Causales por los cuales un Pastor que está Ministrando, debe


dejar el Ministerio Pastoral en su Iglesia Local.
1) Cuando es la Voluntad de Dios.
2) Cuando no es la Voluntad de Dios pero, su Iglesia local lo ha
Destituido o, lo ha Presionado a Renunciar.
3) Cuando el Pastor Cometió un Acto de Inmoralidad.
4) Cuando el Pastor Dejó la Sana Doctrina.
5) Cuando un Integrante de la Familia Pastoral Cometió un Acto de
Inmoralidad.
6) Cuando es su Tiempo de Jubilación Ministerial.

e) ¿Cuándo un Pastor Debe Dejar de Ejercer el Ministerio


Pastoral?

III. De la Relación Inter—Pastoral.


a) El Respeto Mutuo.

b) El Uso de la Correspondencia.
1) Constancia de Membresía.
2) Carta de Transferencia de Membresía.
3) Carta de Referencia.
4) Carta de Expulsión.

c) ¿Qué Hacer cuando un Consiervo Cae…?

d) ¿Derecho Canónico Evangélico?

IV. BIBLIOGRAFIA.
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I. INTRODUCCION.

Como ustedes saben, no todos los Idiomas son iguales y no en todos


hay equivalentes semánticos. Eso es lo que les ocurrió a los Escritores
Neo—Testamentarios, cuando quisieron citar o transcribir el Antiguo
Testamento (puesto que, como ustedes ya saben, por aquél entonces,
ésta era la única Biblia que existía). Su mayor problema fue que, como
Judíos que eran, a la hora de escribir pensaban en Hebreo (que era su
Lengua materna) pero, debían escribirlo en Griego Koiné. Y,
lamentablemente, no siempre había equivalencias entre ambos Idiomas.
Así que, debían (con la Guía del Espíritu Santo) ingeniárselas para
buscar términos que, siquiera se aproximen a lo que querían transmitir.

Uno de ésos términos, fue el de: ‘nehok ’ (KHOHEN) que, se


traduce como: Sacerdote. La idea que los Judíos tenían de un
‘Khohen’, era la de un hombre que convenientemente purificado, ofrecía
Sacrificios Expiatorios por sus pecados y los ajenos; presentaba las
Ofrendas de su Pueblo; intercedía por las necesidades de su Nación;
enseñaba la Palabra de Dios e, intervenía en determinados asuntos del
Pueblo (asuntos que, tenían que ver con la Toráh)

En el Griego, no existe parangón para el término ‘Khohen’, debido a que


ellos no tenían el tipo del Sacerdote Judío. El término Griego que, más
se le podía acercar al significado que tenía para ellos ‘Khohen’, era:
“s” (LEITOURGOS) que, significaba literalmente:
Servidor, Ministro. Este término, era usado para designar a los
Funcionarios Públicos; a los Estadistas.

Así, de ésta manera, los Escritores Neo—Testamentarios le acuñaron a


“s”, una acepción ajena al concepto Griego. Pero,
equivalente al ‘Khohen’ Judío. Desde entonces, se usó éste término
“s”—Ministro para designar a los Sacerdotes (ver al
respecto: La Epístola de San Pablo a los Romanos 15:16).

De ese modo, es que ya Neo—Testamentariamente, hablando:

Ministro, equivale a Sacerdote.


Ministerio, equivale a Sacerdocio.
Ministrar, equivale a ‘Sacerdotear’ (pero, como en
Español no existe éste verbo, entonces equivale a
ejercer el Oficio Sacerdotal).
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Entonces, el Ministerio Cristiano es un Sacerdocio Santo y solemne. Al


cual, el creyente es Convocado por Dios. Veamos, pues,

II. DEL LLAMAMIENTO.

a) El Llamamiento de Dios al Sacerdote—Ministro Cristiano.

El término ‘Llamamiento’, viene de la palabra Griega: “s”


(KLESIS) que, se traduce como: Vocación. La cual deriva del término
“” (KLEROO) que, significa: Elección. Que, a su vez
proviene de la palabra “s” (KLERONOMOS) que, se
traduce como: Herencia, legado. Que proviene del término
“” (KLERONOMIA), cuyo significado es: Propiedad,
derecho.

Siendo pues, el Llamamiento de Dios: El Derecho Divino de


legarnos Su Elección; llamándonos a una Vocación Santa (ver al
respecto: La Segunda Epístola de San Pablo a Timoteo 1:9).

Ahora bien, ¿en qué consiste el aceptar o recibir el Llamamiento de Dios


para el Ministerio—Sacerdocio Cristiano? Consiste en tres cosas:

1) El Señor nos Constituyó para ser Sacerdotes—Ministros


Cristianos. (La Epístola a los Efesios 4:11)

“Y EL mismo constituyó a unos Apóstoles;


a otros Profetas; a otros Evangelistas; a otros
Pastores y Maestros”.

El término ‘Constituír’, es en el original Griego del Nuevo Testamento,


el verbo “” (EDOKEN) que, se traduce como: Establecer,
colocar, poner. Está conjugado en modo indicativo, tiempo aoristo,
por lo que la acción que desarrolla es completa, total. La idea que se
transmite aquí, es que el Señor Jesucristo, por iniciativa propia, ya
nos estableció de manera específica, como Sacerdotes—Ministros.
Ya nos colocó—constituyó plenamente en su Obra; nos
asimiló y nos estableció totalmente para Servirle.

2) El Señor nos capacitó para ser Sacerdotes—Ministros


Cristianos.
(La 2ª Epístola de San Pablo a los Corintios 3:6)

“El cual asimismo nos hizo Ministros competentes de un


Nuevo Pacto, no de la letra, sino del Espíritu; por que la
letra mata, mas el Espíritu vivifica”.
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El término “Capacitar” (que la versión Reyna—Valera de 1960, traduce


como “Competentes”), es el verbo “” (IKANOSEN), que
significa: Hacer apto. Está conjugado en modo indicativo, tiempo
aoristo. La acción que desarrolla es puntual, sumaria. La idea que se
transmite aquí, es que el Señor Jesucristo, Ya nos dio Toda la
Capacidad necesaria, desde el inicio de nuestros respectivos
Ministerios. No que nos va a ir capacitando (o haciéndonos
competentes poco a poco) progresivamente. Sino que, nos dio ya total,
completa, sumaria Capacidad y Competencia para Ministrar.

3) Del Señor proviene toda nuestra suficiencia para ser


Sacerdotes—Ministros Cristianos. (La 2ª Epístola de San Pablo
a los Corintios 3:5)

“No que seamos competentes por nosotros mismos


para pensar algo como de nosotros mismos, sino que
nuestra competencia proviene de Dios”.

El término “Suficiencia” (que en la versión Reyna—Valera de 1960,


aparece como “Competencia”), es el sustantivo “s” (IKANOS),
que se traduce como: Digno, merecedor, adecuado, idóneo. La idea
de éste versículo es que, la Aptitud, el Suministro de Poder, la
Autoridad Ministerial, no proviene de nosotros mismos. No es
nuestra experiencia Ministerial; no son nuestros Estudios Teológicos;
no es el Cartón de la Institución Teológica ‘X’; no es nuestra labia o
elocuencia; no es nuestro carisma lo que nos hace aptos para Ministrar.

Es el Señor quien nos da la idoneidad necesaria para Ministrar. De


EL proviene Todo.

1ª Conclusión: Así como San Pablo, fue Constituido (Llamado por


Dios) y Capacitado (hecho Competente) por Dios para Servirle,
haciéndole digno. Así también, nosotros cuando aceptamos el
Llamamiento de Dios, recibimos ya todo el Paquete completo para
poder Ministrar, el cual contiene: Llamado—Constitución; Capacidad y
Suficiencia. Eso quiere decir que, desde el momento que recibimos y
aceptamos Su Llamamiento, Ya somos capaces de Ministrar. Ya eres
capaz de asumir una Tarea Ministerial específica y, si no tienes ésa
capacidad que viene de lo Alto, quizás debieras cuestionar tu Llamado...

Por lo tanto, El Señor por medio de San Pablo, nos exhorta a llevar una
vida digna del Llamamiento (La Epístola a los Efesios 4:1).

“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que


andéis como es digno de la vocación con
que fuisteis llamados”.
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El término ‘Digno’, es el sustantivo “s” (AZIOS) que, significa:


Congruente, consecuente, merecedor de. Si Dios te ha Llamado y
además, te ha dotado con el Equipo necesario y completo para
Ministrar, vive consecuentemente al Llamamiento de Dios y, no te
desautorices.

Si bien es cierto que, al aceptar el Llamamiento de Dios, ya hemos


recibido el Paquete completo con todo el Equipo necesario (es decir, los
componentes ya mencionados), aún nos falta reflexionar en el último
componente, y quizás el que identifica a un Llamado:

b) LA MARCA DISTINTIVA DEL SACERDOTE—MINISTRO


CRISTIANO.

La Marca Distintiva del Sacerdote—Ministro; las evidencias que


respaldan el Ministerio Cristiano, no son el ‘Éxito Empresarial’, ni el
Prestigio, ni el ‘Liderazgo Perdurable’ ni el Crecimiento numérico
desorbitante de nuestras Iglesias locales.

San Pablo, describe la Marca Distintiva Ministerial, en sentido


diametralmente opuesto: La Evidencia que respalda el Ministerio
Cristiano, es:

1) La Satisfacción en el Sufrimiento por la Causa de Cristo.


(La Epístola de San Pablo a los Filipenses 1:29)

“Por que a vosotros os es concedido a causa de


Cristo, no sólo que creáis en EL, sino también que
Padezcáis por EL”.

Cosa curiosa es que, en éste pasaje, en el original Griego no dice “Se os


ha concedido...” Literalmente, no. Pero, en relación con la Epístola de
San Pablo a los Efesios 4:11, sí. En el original Griego, el versículo
comienza con el verbo “” (EJARISTHE) que, significa:
Regocijarse, gozarse, sentirse satisfecho, sentirse realizado. Al
estar conjugado en tiempo aoristo, expresa la idea de alguien que está
completamente realizado; alguien que está sumamente satisfecho.
Los otros términos que, encontramos en éste versículo son: “”
(MENO) que, se traduce como: Permanecer, morar en relación
íntima y constante con.

También está “” (PISTEUEIN) que, significa: Creer,


confiar. El cual está conjugado en modo infinitivo, tiempo presente.
Por lo que la acción que desarrolla es lineal, continuada. La idea que se
transmite es de alguien que siempre está confiando, cree
permanentemente.
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Finalmente, el término “” (PASJEIN) que, se traduce como:


Sufrir, padecer. También conjugado en modo infinitivo, tiempo
presente, expresa la idea de un sufrimiento continuo, un
padecimiento constante. Por lo tanto, la interpretación de éste
versículo, diría así:

“No sólo deben sentirse gozosos, plenamente satisfechos;


completamente realizados por que moran en Comunión
íntima y constante con Cristo. O, por que creen y confían
siempre y constantemente en EL. Sino que, deben sentirse
gozosos, plenamente satisfechos, completamente realizados
al sufrir continuamente; al padecer permanentemente por
causa de Cristo”. (La Epístola de San Pablo a los Filipenses
1:29)

Al respecto, podemos notar que:

2) El Sacerdote—Ministro Cristiano, se halla plenamente


realizado cuando sufre continuamente por Causa de Cristo.
(La 2ª Epístola de San Pablo a los Corintios 6:4—5;
La 1ª Epístola de San Pablo a los Corintios 4:11--13)

“Antes bien, nos recomendamos en todo como


Ministros de Dios, en mucha paciencia,
en tribulaciones, en necesidades, en angustias;
en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos,
en desvelos, en ayunos...”

“Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed,


estamos desnudos, somos abofeteados, y no
tenemos morada fija. Nos fatigamos trabajando
con nuestras propias manos; nos maldicen, y
bendecimos, padecemos persecución, y la
soportamos, nos difaman, y rogamos; hemos venido
a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el
desecho de todos”.

Veamos a continuación, en qué consisten éstos padecimientos:

1) Paciencia: “” (UPOMONE POLLE), se traduce


como: Situación de extrema dureza. Expresa la idea de alguien
que, ante una circunstancia sumamente difícil, persiste, persevera,
resiste, no se deja vencer, se mantiene inconmovible, mas no
significa en modo alguno que se mantiene invulnerable. Está en
su sitio a pesar del dolor.
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2) Tribulación: “” (THLIPSESIN), se traduce como:


Aflicción. Expresa la idea de algo que nos aplasta, nos oprime.

3) Necesidad: “s” (ANARKAIS) que, significa:


Obligaciones, urgencias, deudas apremiantes.

4) Angustia: “s” (STENOKORIAIS), se traduce como:


Abatimiento, desgano, opresión, calamidad.

5) Azotes: “s” (PLEGAIS) que, significa: Plagas,


enfermedades, desgracias, torturas.

6) Cárcel: “s” (FULAKAIS), que se traduce como: Prisión,


confinamiento, privación de libertad.

7) Tumulto: “s” (AKASTATASIAIS), que significa:


Desórdenes, confusión, revolución, insurrección, maltratos en
motines.

8) Trabajos: “s” (KOPOIS), que se traduce como: Labor


pesada, molestia, penalidad, incomodidad.

9) Desvelos: “s” (AGRUPNIAIS), que se traduce como:


Insomnio forzado; que no se le permite descansar.

10) Ayunos: “s” (NESTEIAIS), que significa: Obligar a


otro a pasar hambre, inanición.

11) Sed: “” (DIPSOMEN), significa: Tener


continuamente sed.

12) Desnudez: “” (GUMNITEUOMEN), que se


traduce como: Vestido siempre con harapos; continuamente
andrajoso o, en paños menores.

13) Sin morada fija: “” (ASTATOUMEN), que


significa: Siempre errantes, sin poder decir esto es mío; sin
poder decir ésta es mi casa.

14) Perseguidos: “” (DIOKOMENOI), que se traduce


como: Constantemente perseguidos, fugitivos.
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15) Difamados: “” (DUSFEMOUMENOI), que se


traduce como: Permanentemente desprestigiados; siempre
‘enlodados’; constantemente los ‘embarran’.

16) Maldecidos: “” (LOIDOROUMENOI), que


significa: Constantemente insultados; siempre injuriados.

17) Clasificados como desecho: “”


(PERIKATHARMATA), que se traduce como: Desperdicio, basura.

18) Clasificados como escoria: “” (PERIPSEMA), que


significa: Porquería, excremento, de lo peor, lumpem.

2ª Conclusión: Cuando el Señor nos Llamó y, nosotros aceptamos su


Llamamiento, fuimos (desde ése momento) establecidos por EL como
Sacerdotes—Ministros. Y, ya en aquél momento, fuimos dotados con
todo el Equipo necesario para Ministrar.

Junto con el Llamamiento Divino, recibimos ya todo el Paquete


completo: Llamamiento—Constitución, Capacidad y Suficiencia.

Y, en ése mismo Paquete, vino también el Padecer o Sufrir por la


causa de Cristo, en forma constante. Es decir que, no hay, no existe
tal cosa como un Ministerio sin Sufrimientos. Todo lo contrario, es
parte del Llamamiento del Señor...viene con el Paquete. Y, el
Sacerdote—Ministro que pretenda la plena realización de su vida y
Ministerio, debe asumir la satisfacción, la dicha, la felicidad y el gozo de
sufrir, de padecer siempre por la causa de Cristo.

3) La Tarjeta de Presentación del Sacerdote—Ministro


Cristiano.
(La 2ª Epístola de San Pablo a los Corintios 6:4)

San Pablo, lo expresa mejor en la Segunda Epístola a los Corintios 6:4,


cuando dice:

“...Nos recomendamos en todo como Ministros de


Dios...”

El original Griego del Nuevo Testamento, utiliza para referirse al


‘recomendamos’, el término “s” (SUNISTANTES) que,
significa: Tarjeta de presentación, documento.

Para San Pablo, creer y confiar siempre en el Señor; tener Llamamiento,


haber sido Constituido por EL; ser Capacitado por el Señor; haber sido
hecho apto e idóneo por Dios, es importante, es causa de gozo.
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Pero, también el Sufrir, el Padecer por causa de Cristo es importante y,


lo que es más, es su Tarjeta de Presentación; es la Evidencia que
Certifica que Dios lo Llamó; ES LA MARCA DEL
SACERDOCIO—MINISTERIO CRISTIANO.

Te pregunto: ¿Estás seguro que Dios te ha Llamado? Si es así, ¿eres


consciente que Dios ya te Capacitó para Servirle? ¿Sufres por la causa
de Cristo (repasa la lista)? O ¿es tu Ministerio ‘color de rosa’, cómodo,
fácil? ¿Cuánto estás dispuesto a sufrir por causa del Señor?

III. DE LOS CRITERIOS.

a) Criterios de Evaluación de una Iglesia Local, para Constatar el


Llamamiento de Dios al Pastorado de un hermano que,
pertenece a dicha Congregación.

La primera cosa que una Iglesia local debe verificar en un hermano que,
manifiesta tener Llamado de Dios para el Pastorado, es la certeza que el
tal cuente con el Don Espiritual de Pastor. Para lo cual es menester
explorar y definir en qué consiste éste Carisma.

Permítanme extraer dicha información de mi Nivel Discipular Dos,


Lección Cinco: “Estudio detallado de cada Don Espiritual o Carisma”.

1) EL DON ESPIRITUAL DE PASTOR.

En el Idioma Griego, encontramos muchos términos para referirse a


Pastor:“” (POIMENA); “” (EPISKOTE);
“s” (PRESBUTEROS) y, en todos, la función es la misma:
Cuidar de un rebaño.

Es pues, el Don Espiritual de Pastor: La Capacidad sobrenatural


otorgada por el Espíritu Santo, a determinados varones (y a las que
han de ser sus compañeras idóneas, en plena sujeción a éstos), para
que puedan cuidar, proteger, proveer alimento espiritual,
aconsejar, enseñar, guiar y corregir a un grupo o varios grupos de
gente, los cuales conforman una o varias Iglesias locales.

Cuando hablamos de un Pastor, usamos dicho término como si


estuviera en sentido colectivo. Es decir, que el Pastorado es ejercido por
dos personas que el Señor ha unido, ha fusionado en una sola persona,
a la que nosotros denominamos ‘Pastor’. Estas dos personas que se
unen para Ministrar, son el Pastor y su esposa. Pero, cuidado... Esto
no significa de ninguna manera que la esposa del Pastor es la
‘Pastora’. Ella, en unión a su esposo ejercen el Ministerio Pastoral y,
Dios les ha llamado a ambos y capacitado a ambos para que esto sea
así. Los dos son el Pastor (es decir, hacen Labor Pastoral).
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Cuando el Pastor es soltero, el Pastor de la Iglesia Local es él. Cuando


se casa, el Pastor de la Iglesia Local es él y su esposa. Pero, la esposa
por sí sola no es el Pastor de la Iglesia Local. Tampoco cuando dicha
hermana es soltera es ‘el Pastor de la Iglesia Local’ (aún cuando contase
con el Llamado y Dones Espirituales para ser Esposa de Pastor).

Puesto que, su Llamado es para ser Esposa de Pastor y complementarle


a él en su Ministerio (ojo que aquí no estamos hablando de la Pastoral
Genérica que tanto varones como damas deben ejercer dentro de la
Iglesia Local. Un tema que trato más ampliamente en mi libro “La
Disciplina Eclesiástica”. Sino que, aquí de lo que se habla es de la
Pastoral Específica. Es decir, del Ministerio Pastoral propiamente
dicho). Y, esto se debe a que en la Biblia no encontramos
‘Pastoras’. En las páginas del Nuevo Testamento no se encuentra
ningún registro en cuanto a mujeres que hayan ejercido el
Ministerio Pastoral. Lo cual nos lleva a reflexionar en los siguientes
puntos:

2) La Identidad Ministerial y la Actitud Ministerial.

Dice la Primera Epístola de San Pedro, el capítulo cinco, el versículo


uno, lo siguiente:

“Ruego a los Ancianos que están entre vosotros, yo Anciano


también con ellos, y Testigo de los padecimientos de Cristo,
que soy también participante de la Gloria que será
revelada…”

De este primer versículo, encontramos dos términos sumamente


importantes. Uno de ellos denota Identidad Ministerial, el otro denota
Actitud Ministerial. Veámoslos en detalle:

Identidad Ministerial. San Pedro escribe este capítulo cinco para


determinados hermanos en Cristo. Específicamente, para los Ancianos
de la Iglesia. He aquí la Identidad Ministerial. El capítulo cinco de I de
San Pedro, va dirigido a los que son como San Pedro. A aquéllos que
comparten con él la Carga y la Responsabilidad de Pastorear la Iglesia.

Actitud Ministerial. Pero, notemos la Actitud Ministerial correcta del


Pastor, del Anciano Ministerial cuyo nombre era Pedro. Al comenzar el
versículo uno, este Pastor que había tenido el privilegio de ser uno de
los doce Apóstoles, de ver a Cristo cara a cara, no ordena ni exige a los
Pastores que vienen después de él. San Pedro se humilla y ruega.

Cuando uno lee éste Pasaje Bíblico, no llega a comprender la


envergadura de lo que San Pedro está diciendo aquí.
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Porque el que escribe esto, no es el joven e impulsivo pescador que


andaba con Jesús, no es el prepotente hombrón que corta orejas o el
petulante y orgulloso discípulo que no se deja lavar los pies por su
Maestro. No, ya es un hombre mayor, más maduro y reposado, más
experimentado, golpeado por la vida y por el Servicio a nuestro Señor.
Con el historial, con el Currículum Vitae Ministerial que se manejaba
San Pedro, era como para que grite, gesticule, dé órdenes y mande que
se le obedezca. Pero, no es así.
San Pedro utiliza el término Griego ‘parakalw’ (PARAKALO) que se
interpreta como: Yo llamo, yo invito, yo pido, yo ruego, yo hablo
cortésmente, yo consuelo, yo animo. Este verbo está conjugado en
tiempo presente y, como se ha dicho varias veces, en el Idioma Griego,
el tiempo presente es de acción contínua. Por tanto, el ruego, la súplica
de San Pedro no es tan sólo del momento. Sino que la reitera y repite
constantemente…’Consiervos, les ruego y sigo rogando, no me canso de
rogarles…’

San Pedro aprendió de su Maestro Jesús, y aún cuando fue joven se


portó terco y tozudo. Ahora ya viejo, se humilla y suplica y ruega
permanentemente a sus Consiervos, no manda ni impone. ¿Y, qué les
pide?

El versículo dos se inicia con la expresión: “Apacentad la Grey de


Dios…” Aparentemente, se podría mal entender que estos hermanos,
objetos directos de este capítulo, son hermanos de mucha edad
cronológica, hermanos que peinan canas, hermanos de sesenta años
para arriba.

Sin embargo, el término que Reyna—Valera del 60 traduce como


‘Anciano’, en el Original Griego del Nuevo Testamento, es la palabra
‘presbuteros’ (PRESBUTEROS) que se interpreta como: Presbítero,
Obispo, Pastor, Anciano, Ministro.

Vale decir que, cuando San Pedro escribe este capítulo, no está
pensando en ninguna manera en los viejitos. Porque el término que
hace referencia a los de avanzada edad, es la palabra Griega
‘presbuth’ (PRESBUTE). En cambio, para el Anciano Ministerial,
para el Pastor usa el término ‘presbuteros’ (PRESBUTEROS).

También es importante señalar que el término ‘presbuteros’


(PRESBUTEROS) no se aplica a las mujeres, no se aplica a las damas,
no se aplica a las hermanas en Cristo. Pues, es un sustantivo de
género masculino. De hecho, la palabra Griega para damas de
avanzada edad, para viejitas, para ancianitas, es ‘presbuti’
(PRESBUTI) que, como podemos es notar es diferente que
‘presbuteros’ (PRESBUTEROS).
14

En otras palabras, cuando en nuestras Biblias encontramos en I de San


Pedro, capítulo cinco, el término ‘Anciano’, no entendamos, no creamos
de ninguna manera, que una persona de edad avanzada
necesariamente es un Anciano Ministerial en la Iglesia Local.

O, que los ‘Ancianos’ de la Iglesia Local tienen que ser de sesenta años
para arriba. Pues, aquí de lo que se habla es de Pastores, de Obispos,
de Ministros (que pueden ser jovencitos, adultos o adultos mayores).
Pero, con una característica primordial: QUE HAN SIDO LLAMADOS
POR DIOS PARA EJERCER EL PASTORADO EN LA IGLESIA DEL
SEÑOR.

A Más de eso, entendamos, creamos y comprendamos todos, de una vez


por todas, que en la Biblia, en la Palabra de Dios, no existe
referencia de ninguna clase para la existencia de ‘pastoras’,
‘ministras’ o ‘ancianas ministeriales’ en nuestras Congregaciones.

Tener ‘pastoras’ en las Iglesias locales es una herejía gigantesca,


puesto que la Palabra de Dios no habla nada de ello y distingue
perfectamente en su Idioma Original, a los Ancianos Ministeriales o
Pastores, a los viejitos y a las viejitas.

Claro que, hay hermanos que aducen que, si bien es cierto en el Nuevo
Testamento no hay base Escritural para la existencia de las ‘pastoras’,
ésta si se halla en el Antiguo Testamento. Específicamente, en el libro
de Jueces 4:1—24.

Al respecto, debemos aclarar que, no es del todo cierto que las mujeres
hayan quedado relegadas en la Obra de nuestro Señor. Si es cierto que,
mayormente Dios en la Biblia, en su Infinita Sabiduría, Soberanía y
Misericordia, ha usado más a los varones que a las mujeres. Sin
embargo, sería negar el contenido de las Sagradas Escrituras, el creer o
afirmar que nuestro Señor no haya usado a mujeres en su Santa Obra.

De hecho, las páginas de la Biblia mencionan a mujeres de Valor y Fe,


de Consagración y Fidelidad, como: Sara, María la hermana de Moisés
y Aarón, como Rahab, Noemí, Rut, Ana, Esther, María la madre de
Jesús, Priscila, Febe, Trifena y Trifosa. Y, de entre todas ellas, no la
más notable pero, sí quizás la más dependiente del Señor, la más
temerosa de Dios, fue Débora (cuyo nombre significa Abeja). Hay tres
aspectos que giran alrededor del Ministerio Profético de Débora.

Primer Aspecto: Antecedentes al Ministerio de Débora.

El Ministerio de Débora no surgió de la noche a la mañana o de un día


para otro. Sino que se gestó en medio de la contínua y creciente
rebelión de la Congregación de Israel.
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Eso lo notamos en Jueces 4:1, porque la Iglesia de Israel seguía


torciéndose aún más: “Después de la muerte de Aod, los hijos de
Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová”. Vale
decir que, muerto el Pastor, el rebaño se dispersa y cada quien hace lo
que se le viene en gana.

Esto originó que Canaán los oprimiera veinte años. Jueces 4:2, dice:
“Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el cual
reinó en Azor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el
cual habitaba en Haroset—Goim”. Así que, el Pueblo de Israel volvió
a cosechar ataduras y oposición, porque cuando no había quien los
pastorease, sólo sembraban infidelidad y abominación contra Dios. Por
tanto, tuvieron veinte años más de pobreza y adoración a los demonios
de Canaán.

Hasta que se dejó oír la súplica de Israel. Jueces 4:3, dice: “Entonces
los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía
novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los
hijos de Israel por veinte años”. La desesperación, la impotencia y el
dolor le llevaron a la Iglesia del Antiguo Testamento a un profundo
clamor en oración… ¡Señor Libéranos!

El Ministerio de Débora es el fruto de ésta situación. Débora aparece en


el Plan de Dios y es requerida, porque: 1) La Infidelidad de su Iglesia
crecía cada vez más. 2) Su Iglesia estaba Atada y Oprimida desde
hacía veinte años. 3) Su Iglesia Clamaba en Profunda Oración,
suplicando Liberación.

A diferencia de otros Ministerios (como los Ministerios de Otoniel, Aod,


Samgar) en que la infidelidad al Señor y las ataduras a los demonios
Cananeos ya existían. El Ministerio de Débora es la Respuesta de Dios
a un pueblo que clamaba día y noche al Señor, pidiendo Liberación
desde hacía veinte años. En otras palabras, Débora es el producto de
muchas oraciones. Su Ministerio va precedido y cubierto por miles de
oraciones durante veinte años.

Segundo Aspecto: El Ministerio Profético de Débora Marcaba el


Rumbo.

Dice la Palabra del Señor en Proverbios 29:18: “Sin Profecía el


pueblo se desenfrena; mas el que guarda la Ley es
bienaventurado”.

Se entiende como desenfrenar: La entrega voluntaria a los vicios y


maldades. La Palabra de Dios nos dice que, cuando una Iglesia Local
no tiene Profecía, no tiene Mensaje de la Palabra de Dios escrita, no
tiene Revelación de la Voluntad de Dios, ésa Iglesia Local se desenfrena.
Es decir, se entrega voluntariamente a toda clase de vicios y maldades.
16

Y, aquí en Jueces 4, encontramos que hacía mucho tiempo que la


Iglesia del Antiguo Testamento se hallaba desenfrenada. Pero, tras
veinte años de clamor en oración, Dios responde y levanta un Freno.

Alguien que detenga la práctica de toda clase de vicio y maldad en


Israel; alguien que revele la Voluntad de Dios, la Visión o Punto de Vista
Divino; alguien que Predique la Palabra de Dios, alguien que
Comunique los Mensajes que venían de Dios. Porque una Iglesia
Local sin Palabra de Dios, va con rumbo al deterioro moral y
espiritual y, va derecho a la muerte.

Entonces, siendo que ningún varón se hallaba Consagrado para ser


Profeta, porque todos los varones de la Congregación de Israel se
hallaban desenfrenados y lo único que predicaban y alentaban, era el
desenfreno.

Dios levanta no un Predicador, sino una Predicadora y, ésta fue Débora.


Dice Jueces 4:4 en la Versión Popular: “En aquél tiempo juzgaba a
Israel una profetisa llamada Débora, esposa de Lapidot”. Y,
Débora NO Pastoreaba su pueblo… Ella bien sabía que si Dios le había
levantado como Profetisa, como Predicadora de la Palabra del Señor, era
por la negligencia, ineptitud y desenfreno de los varones de su
Congregación. Como lo veremos más adelante.

Jueces 4:5, nos habla del lugar donde Ministraba Débora. La primera
parte del versículo cinco, dice: “Y acostumbraba sentarse bajo la
palmera de Débora, entre Ramá y Bet—El, en el Monte de Efraín”.

Débora no tenía una tienda de campaña, ni tampoco una casa


construída como la tuvieron los Pastores Aod, Otoniel y Samgar. Y, es
que Débora no fue ‘Pastora’, sino que tan sólo fue Predicadora de Israel.
Asumió funciones Pastorales porque en su aquí y en su ahora, faltaba
un varón calificado para ése puesto.

La segunda parte del versículo cinco, habla de la Función Ministerial de


Débora. Dicho versículo dice lo siguiente: “Y los hijos de Israel
subían a ella a juicio”. Siendo que, ni Sacerdotes ni Maestros de la
Ley, ni Ancianos de la Congregación de Israel enseñaban la Palabra de
Dios. Era responsabilidad de Débora orientar y enseñar la Palabra de
Dios al Pueblo y, comunicar la Voluntad de Dios para ellos. Ese fue el
Freno de Dios para el desenfreno de Israel. E Israel lo sabía, sabía
que no había otra persona Fiel y Consagrada en todo el Pueblo de Dios
que no fuera Débora y, subían a ella para aprender la Palabra de Dios,
para ser aconsejados, reprendidos o amonestados, para ser
Ministrados. Y también sabían que de no estar Débora entre ellos,
estaban perdidos y rumbo a la muerte.
17

Entonces, Dios completa su respuesta para Israel y da la Revelación en


el Ministerio de Débora. Jueces 4:6 y 7, dice: “Y ella mandó llamar
a Barac, hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te
ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta tu gente
en el Monte de Tabor, y toma de Neftalí y de la Tribu de Zabulón;
y yo atraeré hacia ti; al arroyo de Cisón, a Sísara, capitán del
ejército de Jabín, con sus carros y su ejército. Y lo entregaré en
tus manos?” Dios Reveló a Débora la otra parte de su Plan… Israel, la
Congregación del Antiguo Testamento, necesitaba Profecía a tiempo
completo y Pastoral a tiempo completo. Y Dios sabía que Débora no
podía ejercer el Ministerio Profético y el Ministerio Pastoral a tiempo
completo. Dios sabía que si lo había hecho, era por necesidad y falta de
un varón apto para la Tarea Pastoral. Por eso, Dios Reveló a Débora la
otra parte de su Plan. Débora seguiría en el Ministerio Profético.

Mas ahora, Dios le Revelaba a Débora el nombre del varón que


necesitaba para ser el Pastor de Israel, su nombre era Barac.

Tercer Aspecto: El Llamamiento del Pastor Barac.

Barac (cuyo nombre significa Bendecir) fue el varón escogido por Dios
para Libertar a su pueblo Israel; fue el varón escogido para Pastorear a
Israel; fue el varón escogido por Dios para complementar el Ministerio
Profético de Débora en Israel. Pero, Barac no estaba totalmente de
acuerdo con su Llamamiento. Es decir que, en lugar de ser de
Bendición. Este varón fue ‘Lo Barac’ (que, en Hebreo significa No de
Bendición).

De hecho, Barac sabía del Llamamiento pero no lo aceptaba. Cuando


Débora le dice a Barac “¿No te ha mandado Jehová Dios de
Israel…?’ Es porque tanto a Débora como a Barac, Dios les había
Revelado su Voluntad. Y, Débora sabía que Barac conocía de su
Llamamiento. Pero, como Barac no hacía nada al respecto y se pasaba
el tiempo, lo manda a llamar y le saca en cara lo que ambos sabían pero
que, Barac no quería aceptar. Y, es que Barac era rebelde al Llamado
de Dios.

Barac era un varón inseguro. Jueces 4:8, dice: “Barac le respondió:


Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré”. Y,
con estas palabras, Barac demuestra ser cobarde y tener poca Fe. Dios
lo escoge para que solito y sin ayuda, conduzca los ejércitos de Israel
hacia una victoria segura. Pero, Barac no quería ir solo… Barac quería
que la Profetisa lo acompañe al campo de batalla, porque creía que el
triunfo consistía en la ‘presencia mágica’ de Débora que haría huir al
enemigo. Barac no tuvo Fe en que bastaba que Dios lo use para hacer
escapar al enemigo. En otras palabras, a Barac ‘se le caían los
pantalones o la túnica, si así lo prefieren’.
18

Y Débora lo reprende y amonesta por su falta de valor y Fe, y le dice en


Jueces 4:9: “…Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la
jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová
a Sísara…” Y esta Profecía de Débora se cumple, pues Jueces 4:17—
22, nos dice que ni siquiera fue Barac quien eliminó a Sísara. Sino
que Dios levantó a otra mujer. Una mujer valiente y que tenía Fe en
que Dios la protegería. Esta fue Jael, concuñada de Moisés, la que Dios
usó para eliminar a Sísara.

Conclusiones con respecto al Ministerio de Débora.

*) Ante la duda, la falta de Fe y la cobardía de los varones, Dios levanta


para Ministrar a las mujeres. Las mujeres no son meros objetos de
adorno o simples amas de casa. Sino que, donde los varones no llegan
(sea porque no quieren o porque no pueden) en el cumplimiento de la
Voluntad de Dios, llegan las mujeres que son Guiadas por Dios para
hacer lo que los varones no hicieron o dejaron de hacer.

*) Existe un Ministerio Profético de las mujeres. Dios Llamó en el


pasado y Llama en el presente a mujeres para el Ministerio de la
Predicación de la Palabra Escrita de Dios.

*) No Existe un Ministerio Pastoral de las mujeres. Dios no Llama


mujeres para ser Pastoras. Débora jamás pensó en ser la Pastora de
Israel. Por eso cuando Dios elige a Barac, Débora no cuestiona la
Voluntad de Dios. Débora no dice ‘Pero, si yo soy la Pastora, para que
lo Llamas a Barac?’. Débora no dice ‘Pero, si todos saben que Barac es
cobarde y sin Fe, ¿para que lo Llamas a él? ¡Llámame a mí!’ No, Débora
sabía que al Ministerio Pastoral, Dios en su Infinita Sabiduría,
Soberanía y Misericordia, sólo constituye a varones. Y Débora, la gran
Profetisa de Israel, se sujeta y amonesta a Barac ‘Tú sabes que Dios te
ha elegido para Pastorear Israel, qué esperas para cumplir su Voluntad’.
Débora sabía que como mujer podía cumplir y desarrollar muchos
Ministerios, excepto el del Pastorado. Si lo hizo fue de manera
provisional. Mas cuando Barac lo asumió, ella sólo se dedicó a su
propio Ministerio.

Pueden haber mujeres Maestras de la Palabra de Dios; mujeres


Misioneras; mujeres Evangelistas por contacto personal; mujeres
Evangelistas de púlpito; mujeres Directoras de Culto; mujeres
Predicadoras; mujeres Diaconisas; mujeres Cantoras; mujeres
Intercesoras; mujeres Consejeras; mujeres que Ministran Liberación;
mujeres Profesoras de Seminario Teológico o Instituto Bíblico. Pero, no
existe, Bíblicamente hablando, mujeres ‘pastoras’. Simplemente no las
hay.
19

Lo que hay, son mujeres con Llamado de Dios para ser Esposas de
Pastor pero, eso es harina de otro costal. A más de eso, después de
Débora no hubo más mujeres en el Antiguo Testamento que actuaron
como Jueces en Israel. Puesto que, quien reemplaza a Débora es Barac
y luego le sigue Gedeón. De hecho, el caso de Débora es un caso único,
aislado, y no se puede hacer de ello una doctrina o un dogma. Vale
decir que, no se puede tomar el Pasaje Bíblico de Jueces 4, para
pretender refrendar un supuesto ‘Ministerio Pastoral Femenino’. Pues,
es hacerle decir a la Biblia lo que no dice.

No existen pues, Bíblicamente hablando, mujeres ‘Pastoras’. Y, si de


veras creemos que las Sagradas Escrituras son nuestra Regla de Fe y
Práctica, entonces no debiéramos ser tan contemplativos cuando
‘ciertas’ hermanas, se auto—proclaman ‘Pastoras’ y, forman parte de
ciertas Fraternidades de Pastores Denominacionales o Inter—
Denominacionales, fomentando lo que es contrario a la Palabra de
Dios.

Pero, lo cierto es que en nuestro aquí y ahora, en algunas


Congregaciones, hay damas que ejercen el ‘Pastorado’. Un servidor a
título personal piensa al respecto que, en primera instancia, deberían
pedir perdón a nuestro Señor por usurpar una posición que no les
corresponde (sin importar qué tan bien hayan podido ejercer la Función
Pastoral). En segunda instancia, deben definir en oración si el
Llamado que tienen es para ser Misioneras o Predicadoras. En tercera
instancia, deben orar para que nuestro Señor levante varones Pastores
que les reemplacen en sus respectivas Congregaciones.

En cuarta instancia, si son Misioneras, pues deben salir de su Iglesia


local, ir donde no se haya Predicado el Evangelio, a los Campos
Blancos, y hacer Misiones. Es decir, levantar una Iglesia de cero. Y si
son Predicadoras, pues deben continuar su Ministerio de la Predicación
de la Palabra Escrita de Dios.

Entonces, hasta aquí hemos visto lo referente al Don Espiritual de


Pastor, la Actitud y la Identidad Ministerial. Veamos a continuación,

3) Las Variantes del Don Espiritual de Pastor.

Primera Variante: El Don Espiritual de Pastor—Misionero.

El creyente en Cristo que, tiene el Don Espiritual de Pastor, en la


variante de Apóstol, Enviado o Misionero, posee ambos Dones
Espirituales.
20

Pero, su Pastorado quedará sujeto a la necesidad impuesta por el


Espíritu Santo, de tener un Ministerio en constante movimiento y,
promover la Obra Misionera en la Iglesia local donde se halle,
descuidando su Rebaño. Es decir que, dicho Pastor tiene más carga
Misionera que carga Pastoral.

El Señor le insta a ir a los campos blancos y comenzar Nuevas Obras


pero, el temor de perder la Casa y el sueldo Pastoral con que cuenta, le
detienen en la aventura de salir por Fe a Misionar. Sin embargo, la
carga Misionera sigue ahí en su corazón. Por lo tanto, para aplacar su
consciencia, empujará a su Iglesia Local a hacer Misiones
continuamente, a hacer actividades Pro—Misiones, a abrir Anexos,
descuidando fuertemente, la Consejería, la Visitación, la Edificación de
su Congregación. Por ello, es mejor en éstos casos que, dicho Pastor se
sincere consigo mismo y con el Señor, que reconozca que es más
Misionero que Pastor y, que se dedique al Ministerio de las Misiones a
tiempo completo.

Segunda Variante: El Don Espiritual de Pastor—Evangelista.

El Don Espiritual de Pastor—Evangelista. El creyente en Cristo que,


tiene el Don Espiritual de Pastor, en la variante de Evangelista, posee
ambos Dones Espirituales. Pero, su Pastorado quedará sujeto a la
necesidad impuesta por el Espíritu Santo, de dedicarle mayor tiempo al
Evangelismo en su Ministerio (corriendo el peligro de descuidar su
Rebaño, por la preocupación que tiene de ganar almas para Cristo). Es
decir que, dicho Pastor tiene más carga Evangelista que carga Pastoral.
El Señor le insta a ir continuamente a Eventos Evangelísticos
(Campañas, Cruzadas Nacionales o Inter—Nacionales, Congresos, etc.)
y, llevar las Buenas Nuevas por todo el País o el Mundo conocido,
siendo sostenido por Fe. Pero, el temor de perder la Casa y el sueldo
Pastoral con que cuenta, le detienen en la aventura de acudir por Fe,
dependiendo del Señor a otras Congregaciones (dentro o fuera de su
País) que lo invitan constantemente porque reconocen su Don
Espiritual de Evangelista y, su efectividad en ése Ministerio.

Sin embargo, la carga Evangelista sigue ahí, en su corazón. Por lo


tanto, para aplacar su consciencia, empujará a su Iglesia Local a hacer
y emplear mayor tiempo en el Evangelismo (por contacto personal, aires
libres, visitación—operación Andrés, Cultos Evangelísticos de fin de
mes, Campañas mensuales o bi—mensuales y, a participar
permanentemente en las Cruzadas que se organicen). Lo cual y de
hecho, no es malo. Lo malo, es que dicho Pastor descuida las otras
áreas de su Pastorado (Consejería, Visitación, Edificación, etc.) y, sus
Predicaciones sólo son para motivar a su Iglesia local a ser más
efectivos en el Evangelismo. Lo malo, es que dicho Pastor pasa más
tiempo fuera de su Congregación que, dentro de ella.
21

Pues, aprovecha cualquier oportunidad para acudir como Evangelista a


cualquier Campaña, donde se solicite su Ministerio. Cuando sus
Ovejas (con cargas personales, con problemas) acuden a su Pastor para
ser aconsejados, enseñados, consolados, se encuentran con que su
Pastor...otra vez, está de viaje...salió invitado por otra Iglesia Local para
una Campaña.

Qué podrá pensar una Congregación de un Pastor de éste tipo, no creo


que dé gracias al Señor por su Ministerio Evangelístico. Pienso más
bien, que tendrá palabras de reproche para su Pastor, palabras como:
“Nunca tiene tiempo para nosotros, para más ayudando a otras
Iglesias que a nosotros, nunca se le encuentra y, cuando sí está
con nosotros, nos comparte de lo bien que le fue en tal Campaña,
de las Campañas que debiéramos hacer nosotros. Pero, siempre
nos dice que está cansado, especialmente cuando le pedimos que
asuma sus funciones Pastorales y, le hacemos referencia a
nuestra problemática interna”.

Por ello es que, lo mejor en estos casos es que dicho Pastor se sincere
consigo mismo y con el Señor y, se dedique al Ministerio de Evangelista
a tiempo completo.

Tercera Variante: El Don Espiritual de Pastor—Profeta.

El Don Espiritual de Pastor—Profeta. El creyente en Cristo que, tiene


el Don Espiritual de Pastor, en la variante de Profeta o Predicador,
posee ambos Dones Espirituales. Por ende, siendo que el Don
Espiritual de Profecía o Predicación de la Palabra de Dios es escrita, es
para Edificación, Exhortación y Consolación (ver al respecto la 1ª
Epístola de San Pablo a los Corintios, 14:3), su Ministerio Pastoral se
verá enriquecido y su efectividad Ministerial, llevará mayor bendición a
su Iglesia Local.

Cuarta Variante: El Don Espiritual de Pastor—Maestro.

El Don Espiritual de Pastor—Maestro. El creyente en Cristo que,


tiene el Don Espiritual de Pastor, en la variante de la Enseñanza, posee
ambos Dones Espirituales. E, igual que con el Don Espiritual anterior,
su Ministerio Pastoral se verá fortalecido y, de hecho, la beneficiada
será su Iglesia Local.

Quinta Variante: El Don Espiritual de Pastor—Pastor.

El Don Espiritual de Pastor—Pastor o Pastor—Consejero. El


creyente en Cristo que, tiene el Don Espiritual de Pastor, en la variante
de la Pastoral neta o, de la Consejería, posee mayor incidencia en su
Ministerio Pastoral.
22

Es decir que, el Señor le ha capacitado para ser un Consejero


especializado en todos los niveles. Pero, esto no significa de ninguna
manera, que necesariamente éste Pastor sea Maestro o Predicador (y,
por cierto, ¿de dónde hemos sacado que todos los Pastores,
necesariamente Enseñan, Predican o Evangelizan?). Los Pastores que
poseen ésta variante del Don Espiritual de Pastor, y no cuentan con las
otras variantes, son nulos en el púlpito o en el salón de clase.

Pero, eso no merma de ninguna manera su efectividad como Guía del


Rebaño. Así que, con el fin de satisfacer y atacar las necesidades de su
Congregación, dicho Pastor se verá obligado continuamente, a invitar
Predicadores, Evangelistas y Maestros, para lograr que su Iglesia Local
se Edifique.

4) Las Características de un Pastor a la Luz del Salmo 23.

Mas no basta que el hermano que manifiesta tener un Llamado de Dios


para ser Pastor, cuente con el Don Espiritual respectivo, tenga la
Identidad Ministerial y la Actitud Ministerial. También debe contar con
las características de un Pastor.

Estas características, se hallan en el Salmo 23. Y son las siguientes:

1) Un Pastor, provee espiritualmente lo que su Iglesia local necesita,


para que a ésta no le falte nada (Salmo 23:1). Es decir que, el Pastor
busca de atacar la necesidad. Y, si fuere el caso que se sabe no
capacitado para impartir un determinado alimento espiritual,
buscará de traer a alguien que sí lo esté para llenar ésa necesidad.
De aquí se desprende que, no necesariamente un Pastor sabe todo o
tiene conocimiento de todo. Por lo tanto, si de veras está interesado
en que su Rebaño satisfaga sus necesidades espirituales, no debería
tener ningún inconveniente en invitar a aquéllos Consiervos suyos
que, sí puedan proveer determinado alimento espiritual.

Y, si tiene inconvenientes, quizás se debe a que tiene celos


Ministeriales y está cuidando su Puesto, temiendo que quien le
ayude a dar pastos verdes a su Congregación, le va a quitar su
Ministerio (o, como se dice criollamente, ‘le va a serruchar el piso’), lo
cual demostraría la poca confianza que le tiene a su Señor que, fue
quien lo trajo por algo (con un propósito determinado) a dicha
Congregación y, con éste miope punto de vista le está negando a su
Iglesia local, el poder decir: “El hermano fulano, es nuestro Pastor.
Y, con él no tenemos necesidad de nada, pues busca de darnos el
alimento espiritual necesario”.
23

2) Un Pastor, permite que su Iglesia local, aún en medio de la


tribulación, aún en medio de las pruebas y la lucha espiritual, halle
descanso y consuelo (Salmo 23:2).

3) Un Pastor, vela, cuida y vigila atentamente a su Congregación local


(Salmo 23:3).

4) Un Pastor, protege a su Iglesia local de cualquier peligro, sea éste


físico o espiritual (sobre todo en éstos tiempos con tantas corrientes
doctrinales heréticas que se vienen filtrando en nuestras
Congregaciones) y, a más de esto, también está dispuesto a dar su
vida, su tiempo, sus energías y a gastarse (como diría San Pablo) por
sus Ovejas (Salmo 23:4ª).

5) Un Pastor, anima y alienta a su Iglesia local. Pero, también la


Reprende y la Disciplina cuando es necesario (Salmo 23:4b). El
‘cayado’ es una vara que remata en gancho y, que sirve para jalar o
atraer a la oveja que se sale, que se aleja del rebaño. La ‘vara’ es un
palo delgado y a la vez fuerte con el que se golpea a las ovejas que, se
ponen tercas y no quieren seguir al rebaño.

6) Un Pastor, que cumple bien sus funciones, permite que su Iglesia


Local gane reconocimiento (Salmo 23:5).

7) Un Pastor, conduce a su Congregación hacia la Eternidad, haciendo


bien la Obra del Señor aquí en la Tierra, para que allá en el Cielo el
Señor sepa recompensar los esfuerzos realizados en lograr la
extensión de su Reino (Salmo 23:6).

Veamos a continuación:

5) La Forma Correcta de Cuidar del Rebaño de Dios.

En su Primera Carta, capítulo cinco, versículo dos, San Pedro dice “…


Apacentad la Grey de Dios…” Este término ‘apacentad’, en el Griego
Neo—testamentario, es la palabra ‘poimanate’ (POIMANATE) que se
interpreta como: Apacentad, Pastoread, sed Pastores, sed
pacientes, soportad, aguantad. Siendo el término que Reyna—Valera
del 60 traduce como ‘Grey’, la palabra Griega ‘poimnion’ (POIMNION)
que se traduce como: Rebaño.

Este verbo ‘poimanate’ (POIMANATE) está conjugado en modo


imperativo, lo cual no expresa una sugerencia, precisamente. Sino que
es un Mandato.

El tiempo del verbo es aoristo. Lo que significa que la acción que


desarrolla es tajante, puntual, enérgica, enfática, rotunda y completa.
24

Es decir que, San Pedro le dice a sus Consiervos de todos los tiempos
que, se debe Apacentar completamente el Rebaño de Dios; se debe
Pastorear con todas las fuerzas el Rebaño de Dios; se debe gastar todas
las energías en ser Pacientes con el Rebaño de Dios; se debe Soportar
enfáticamente el Rebaño de Dios; se debe Aguantar estoica y
rotundamente el Rebaño de Dios.

No pide poco San Pedro, pues es una tarea ardua y difícil la de


Apacentar el Rebaño del Señor. San Pedro manda que los que estamos
en esta labor tan sacrificada e incomprendida, seamos súper pacientes
con los que conforman el Rebaño de Dios. Que Aguantemos a las
ovejas que, casualmente, no siempre nos tienen paciencia, y casi
siempre no nos comprenden. Pocas veces los Pastores somos
aplaudidos. Mayormente, somos criticados, difamados, calumniados
‘casualmente’ por nuestras mismas ovejas. Humanamente hablando, lo
que San Pedro está pidiendo no es fácil ni dan ganas de hacerlo. Y, sin
embargo, sólo los verdaderos y auténticos Llamados por Dios para éste
Ministerio, pueden lograr realizar esta Tarea de Apacentar el Rebaño de
Dios.

San Pedro continúa el versículo dos, utilizando el término Griego


‘episkopountes’ (EPISKOPOUNTES) que se interpreta como: Los
que vigilan, los que cuidan, los que guardan. Este término deriva de
la palabra Griega ‘episkopos’ (EPISKOPOS) que, castellanizado es la
palabra ‘Obispo’ pero, que también se traduce como: Cuidador,
Vigilante, Guardián. Este término es un Participio conjugado en
tiempo presente. Por lo tanto, la acción que desarrolla es durativa,
constante. De ahí que, la labor básica de un Obispo, es la de ser un
constante Guardián del Rebaño de Dios, alguien que Vigila sin
descansar el Rebaño del Señor.

De ahí que San Pedro, bajo la Unción del Espíritu Santo, nos muestra
la Forma Correcta de Cuidar el Rebaño de Dios. Esta es, ejerciendo tres
actitudes que todo Pastor, Obispo, Anciano Ministerial o Ministro debe
realizar. Estas tres cosas que sí se deben hacer son, de acuerdo a los
versículos dos y tres, las siguientes:

Primera Actitud: Se debe cuidar siempre del Rebaño del Señor,


voluntariamente.

El término Griego que San Pedro usa aquí es ‘ekousiws’ (EKOUSIOS),


el cual se traduce como: De buena gana. Dándonos a entender con
claridad meridiana que, un Pastor debe Pastorear, Ministrar, Apacentar,
Cuidar del Rebaño del Señor, de buena gana, queriendo hacerlo.
25

Más aún, disfrutando al hacerlo. En otras palabras, le debe gustar la


Tarea Pastoral, y realizar su Labor, su Ministerio, con gracia. Si no le
gusta, si se para quejando, es porque Dios no le Llamó para esto. Y,
como Dios no se equivoca, significa que tal hermano se equivocó al
elegir el Pastorado.

Segunda Actitud: Se debe cuidar siempre del Rebaño del Señor,


con ánimo pronto.

El término Griego que San Pedro usa aquí es ‘proqumws’


(PROTHUMOS), el cual se traduce como: Bien dispuesto, pronto.
Dándonos a entender con claridad meridiana que, un Pastor debe
Pastorear, Ministrar, Apacentar, Cuidar del Rebaño del Señor, con
ánimo, con entusiasmo y porque no decirlo, apasionadamente. Pasión
no sólo por las almas perdidas, sino también por las almas ya ganadas
para Cristo.

Tercera Actitud: Se debe cuidar siempre del Rebaño del Señor,


siendo ejemplo para él.

El término Griego que San Pedro usa aquí es ‘tupoi’ (TUPOI), el cual
se traduce como: Las marcas, las imágenes, los tipos, las formas,
los modelos, los ejemplos, las figuras. Dándonos a entender con
claridad meridiana que, un Pastor debe Pastorear, Ministrar, Apacentar,
Cuidar del Rebaño del Señor, tratando en todo momento de ser modelo
y ejemplo para su Congregación y por tanto, como Guía del Rebaño
debe mostrar el camino a seguir. Debe ir adelante guiando y dirigiendo
el Rebaño. Debe ir al medio, entre las ovejas, alentando y animándolas
a seguir adelante. Debe ir atrás, arriando a las que se quedan
rezagadas.

6) La Forma Incorrecta de Cuidar del Rebaño de Dios.

San Pedro menciona que la Forma Incorrecta de Cuidar el Rebaño de


Dios, es ejerciendo tres actitudes que ningún Pastor, Obispo, Anciano
Ministerial o Ministro debería realizar. Estas tres cosas que no se
deben hacer son, de acuerdo a los versículos dos y tres, las siguientes:

Primera Actitud: No se debe cuidar siempre del Rebaño del Señor,


por fuerza.

El término Griego que San Pedro usa aquí es ‘anagkastws’


(ANAGKASTOS), el cual se traduce como: Obligación, a la fuerza, por
necesidad.
26

Dándonos a entender con claridad meridiana que, jamás un Pastor


debe Pastorear, Ministrar, Apacentar, Cuidar del Rebaño del Señor,
porque lo presionan, porque lo obligan, porque no le queda otra, porque
tiene necesidad, porque lo tienen entre la espada y la pared, porque si
no lo hace así, no tiene cómo parar su olla, porque si no lo hace así, no
comen ni él ni los suyos. De tal manera que, quienes le pagan su
Sueldo Pastoral lo tienen pisado, comprado y es el títere de unos
cuantos hermanitos carnales que se creen con derechos sobre el Pastor,
porque le pagan unos reales.

En tales casos, es mejor renunciar a ese Pastorado que tener que


Pastorear cada día, presionado, con una fuerte opresión en el pecho,
una úlcera en el hígado, un temblor en las rodillas y dientes, y las
miradas inquisidoras de una Congregación carnal que, no te deja
Predicar lo que realmente dice la Palabra de Dios, porque de lo
contrario, al día siguiente estarás de patitas en la calle.

Segunda Actitud: No se debe cuidar siempre del Rebaño del Señor,


por ganancia deshonesta.

El término Griego que San Pedro usa aquí es ‘aiscrokerdws’


(AISJROKERDOS), el cual se traduce como: Amor al dinero,
interesado. Dándonos a entender con claridad meridiana que, jamás
un Pastor debe Pastorear, Ministrar, Apacentar, Cuidar del Rebaño del
Señor, porque le han de pagar un ‘sueldazo’. Sino que, la motivación
sea el sincero deseo de hacer la Voluntad de Dios, ya sea que le paguen
un ‘sueldazo’, le paguen una miseria o tenga que Ministrar ad honorem.
De hecho, cuando un Pastor no está Pastoreando y lo invitan a ser
Candidato a Pastor de una o varias Iglesias Locales que están sin
Pastor, deberá ponerlo en oración, estar seguro que es la Voluntad de
Dios y aceptar la invitación de aquélla Iglesia Local que tenga más
necesidad. Si le pueden pagar, bien. Si no le pueden pagar, bien.

Pero, convencidos de que si es la Voluntad de Dios que se Ministre en


una Congregación con tanta necesidad material y espiritual, sabrá Dios
que lo Llamó suplir sus necesidades hasta que su Congregación le
pueda pagar. Nunca un Pastor debe barajar posibilidades de
Pastorado, pensando que en tal Iglesia Local pagan más que en esta
otra. Eso es carnalidad de primera clase.

Tercera Actitud: No se debe cuidar siempre del Rebaño del Señor,


teniendo señorío sobre él.

El término Griego que San Pedro usa aquí es ‘katakurieuontes’


(KATAKURIEUONTES), el cual se traduce como: Los que dominan, los
que tratan despóticamente. Este es un Participio en tiempo presente
y, como ya se dijo antes, su acción es permanente.
27

Dándonos a entender con claridad meridiana que, jamás un Pastor


debe Pastorear, Ministrar, Apacentar, Cuidar del Rebaño del Señor,
tratando a las ovejas con la punta del pie, humillándoles, gritándoles,
ofendiéndoles, ridiculizándoles, denigrándoles o basureándoles.
Tampoco debe creerse un rey, un ‘Saddam Hussein’ o un ‘Hitler’ o un
‘Stalin’ que, esperan ser obedecidos sin rechistar y que están dispuestos
a sancionar o botar de la Iglesia Local, a la menor falta. Esto es lo que
llamamos el ‘Gobierno Episcopal’, donde el Pastor pretende tener el
control total de la Iglesia Local, el cual siendo ya por Derecho Bíblico, la
Máxima Autoridad Espiritual Ministerial. Usurpa también las
funciones de la Iglesia Local y se erige arbitrariamente, en la Máxima
Autoridad Espiritual Administrativa. Despojando a la Iglesia Local de
su condición y Autoridad como Esposa del Cordero.

De esa forma no se cuida el Rebaño del Señor. Y, obviamente, si San


Pedro lo menciona en su Carta, es porque estos problemas existían
entre los Consiervos de su época. De ahí ésta llamada de atención
amistosa, para los Pastores de todos los tiempos.

Seguidamente, veamos:

7) Los Requisitos Bíblicos para ser Pastor.

Los cuales se hallan en la 1ª Epístola de San Pablo a Timoteo 3:1—7.


Y, que son los siguientes:

*) Ser irreprensible. Es decir, que no hay nada que reprocharle. No


es Nuevo Creyente (por cierto, considero que un creyente en Cristo deja
de ser Nuevo Creyente, después de cumplidos sus primeros cinco años
en la Fe). Por lo tanto, cuando decimos que no es Nuevo Creyente,
estamos diciendo que tal hermano ya tiene tiempo en las Cosas del
Señor y, en todo ése tiempo, siempre se ha sabido sujetar a su Pastor y
a su Iglesia Local, siempre se ha dejado Discipular y Pastorear, ha
aprendido de sus hermanos mayores y de su Pastor, el interés por
mantener la armonía, la unidad, el Celo Doctrinal, el cuidado por su
Congregación, su fidelidad a su Iglesia Local en todas las áreas,
llevando bendición en todos los Ministerios y Cargos de responsabilidad
que se le confirió y desempeñó.

*) Fiel a su Esposa.

*) Sobrio, prudente, decoroso. Es decir, estable emocionalmente,


centrado, decente.

*) Hospedador. Presto para servir en lo que sea y, para dar


alojamiento.

*) Maestro. Presto para Enseñar.


28

*) Humilde. Lleno de mansedumbre.

*) Sin vicios. Sano mental y espiritualmente.

*) Dependiente del Señor. Sabe que sus necesidades las sustenta el


Señor que, en todo caso, es quien lo está llamando.

*) Buen Esposo y buen Padre de Familia. Ejemplo para su hogar en


todo (Esposa e hijos). O, si fuera el caso, Buen hijo (si es soltero),
ejemplo en todo para sus Padres y hermanos.

*) Preparado en las Cosas del Señor. Las cuales evidentemente, se


aprenden en la Iglesia Local.

*) De buen Testimonio. Ante creyentes en Cristo y, ante no creyentes


(es decir, dentro y fuera de su Iglesia Local).

8) La Certificación de la Iglesia Local.

La octava cosa que, la Iglesia local tiene que hacer una vez verificados
éstos siete puntos, es tomarse un tiempo de oración, pidiendo que el
Señor confirme su Voluntad en cuanto a éste hermano. Cuando la
Congregación es consciente de la respuesta del Señor, entonces procede
a ratificar y certificar que, efectivamente, dicho hermano en Cristo tiene
de veras el Llamado de Dios para el Pastorado. Y, desde ése
momento, tal hermano en Cristo debe ser reconocido y considerado
por su Congregación, como lo que es para el Señor. Es decir que,
desde ésos momentos tal hermano en Cristo, es Pastor.

No que va a ser Pastor, sino que ya es Pastor. Porque tiene Llamado de


Dios (con todo lo que eso implica).

Es decir que, tiene el Don Espiritual respectivo (con su variante


respectiva identificada plenamente), tiene la Identidad y la Actitud
Ministerial correspondiente, cumple con las características del Salmo
23, se le ha instruido de las formas correcta e incorrecta de cuidar del
Rebaño de Dios, cumple con los Requisitos Bíblicos, su Congregación
ha intercedido por él ante el Señor y, ha confirmado que es Voluntad de
Dios, y además ha ratificado y certificado su Llamamiento Divino.

Por lo tanto, ante los ojos de Dios, desde el momento que aceptó el
Llamado, fue Constituido ‘’ (EDOKEN) Pastor.

8.1) ¿Clero y Laicos?

Lamentablemente, hay Pastores e Iglesias locales que desdeñan ésta


realidad. En la que, quien cuenta con todo lo descrito, para Dios
Todopoderoso y Soberano, ya es Pastor.
29

Y, esto se debe a que muchos Consiervos e Iglesias locales, piensan que


un Llamado por Dios que no estudió o, no terminó de estudiar en una
Institución Teológica, no es Pastor...o, en su defecto, es ‘Pastor—laico’.

Esta Corriente de pensamiento, está fuertemente arraigada en nuestras


Congregaciones y en nuestros Pastores que, todavía dividen
extra—Bíblicamente a la Iglesia local, en dos Estamentos: El Clero y
los laicos.

Esta Postura, no tiene asidero de ninguna clase en las páginas del


Nuevo Testamento pero, sí tienen su origen en ‘la Iglesia’. Mas no en la
Esposa del Cordero, no en el Cuerpo de Cristo, sino que éste tipo de
pensamiento es el rezago evolutivo que hemos heredado y, que
seguimos arrastrando de la Eclesiología de la Iglesia Católica
Apostólica y Romana.

Rezago que, Lutero, Calvino y Zwinglio (que eran parte del Clero
Católico, antes de su conversión al Señor) no desecharon, sino que
mantuvieron. Pero, que lamentablemente, no se observa en la Iglesia
Primitiva Cristiana.

Con ése criterio, se puede pensar (y así lo hacen) que, los Egresados de
tal o cual Institución Teológica (cuenten o no cuenten con el respectivo
Llamado de Dios; cuenten o no cuenten con el respectivo Don
Espiritual; cumplan o no con los Requisitos Bíblicos; hayan sido o no
ratificados por sus Iglesias locales) ‘son parte del Clero’, porque el
Título Académico que ostentan así lo certifica. Y, sólo ellos tienen
derecho a Ministrar y a decidir quiénes pueden Ministrar y, quiénes no.

Y, por consiguiente, quienes no sean Egresados de tal o cual Institución


Teológica (así cuenten con el Llamado de Dios, con el Don Espiritual
respectivo, cumplan con los Requisitos Bíblicos y, hayan sido
ratificados por sus respectivas Iglesias locales), son, como el resto de
creyentes en Cristo (que no ha pisado ningún Seminario Teológico o
Instituto Bíblico), ‘laicos’. Este tipo de pensamiento que, eleva a
unos pocos por encima de los muchos, PROVOCA DIVISION EN LA
IGLESIA LOCAL. Lo peor de todo, es que ni siquiera es Bíblico.

Acorde a ése criterio, en las páginas del Nuevo Testamento, podríamos


encontrar que sólo San Pablo ‘formaría parte del Clero’. Porque sólo él
entre todos los Apóstoles y Discípulos, tenía formación Académica y
Teológica. Y, el resto de ‘Apóstoles’ eran unos comechados que se
estaban aprovechando de un Cargo y Ministerio que no les
correspondía, pues la mayoría de ellos ni siquiera sabían leer y escribir.
Y, por lo tanto, San Pedro, San Juan, San Mateo, San Judas, San
Jacobo o Santiago, San Marcos, San Lucas (sólo citando a los Escritores
Neo—Testamentarios), eran laicos.
30

Con ése criterio, Gayo (que fue Pastor de la Iglesia en Efeso); Apolos
(que fue Pastor de la Iglesia en Corinto), Bernabé, Epafras, Timoteo y
Tito, fueron ‘Pastores—laicos’. Y el resto de Discípulos y Apóstoles que,
Predicaron la Palabra de Dios, Evangelizaron, fundaron Iglesias,
Pastorearon, etc. Todos ellos, pobrecitos que no pudieron prepararse a
los pies de Gamaliel (como San Pablo) estaban condenados a no pasar
de ser ‘buenos y eficientes laicos’.

¿Verdad que es absurda ésta manera de pensar? ¿Quién se podría


atrever a poner en tela de juicio el Llamado, Ministerio e
identificación como Ministros de Dios, de San Pedro o San Jacobo
(el hermano de San Juan) porque ambos eran analfabetos? ¿Dejó
Dios de usarlos por que tenían esa limitación? ¿Enseñó San Pablo
algo acerca de quiénes podían Ministrar y quiénes no, tomando en
cuenta que sólo él cumplía con el ‘requisito’ de ser parte del Clero?
La respuesta para todas esas preguntas, es simplemente ¡NO! Más
aún, lo curioso es que quienes sostienen éste tipo de pensamiento,
alegan que ‘ellos’ (el Clero) son Siervos de Dios. Por ende, el resto de
creyentes en Cristo, no son Siervos de Dios, sino que son laicos.

Más aún, fíjense lo que dice al respecto, Rembert Truluck:

“...Parece algo sensacional decirlo, ¡pero Jesús fue laico!


Su falta de entrenamiento formal y de autorización oficial
para un ministerio religioso era argumento usado más de
una vez en los ataques de sus enemigos...” (1)

Lo gracioso es que, el término ‘laico’ (que es una palabra del Idioma


latín) en su más ínfima connotación, significa: Siervo. Lo que quiere
decir, que aquéllos pobrecitos laicos son los verdaderos Siervos de Dios
(etimológicamente hablando) en igualdad de condiciones, como lo son
aquéllos que creen que existe el Clero.

El problema se origina cuando perdemos de vista, el punto de vista de


Dios en cuanto al término ‘Siervo de Dios’. Permítanme dar más
claridad sobre este asunto, extrayendo la información respectiva de mi
Nivel Discipular Uno. De la segunda lección “¿Quién soy y a quién
pertenezco?”. Que a continuación, paso a compartir:

8.2) ¿Qué es un Siervo de Dios?

Para lo cual, primeramente respondamos a la siguiente interrogante,


¿Qué significa Pertenecer a Cristo?

--------------------------------------
1) R. Truluck. El Ministerio de Jesús: Nuestro ejemplo, (Casa Bautista de
Publicaciones), pp. 57—58.
31

El Texto Bíblico de la 1ª Epístola de San Pablo a los Corintios 6:20, nos


dice que cada hijo de Dios ha sido comprado. Siendo el precio
cancelado, la Sangre de Cristo. Por tanto, si hemos sido comprados,
entonces nosotros pertenecemos a aquél que nos compró. Esto
quiere decir que, pertenecemos a Cristo. Lo que significa que
Cristo, en relación a nosotros es nuestro Dueño (EL nos compró), es
nuestro Amo, es nuestro Señor. Y, por lo tanto, EL es quien decide
por nosotros. Por que, nosotros en relación a Cristo, somos sus
Siervos.
La palabra ‘Siervo’ es, en el Idioma Hebreo “dbeae“ (EBED) y, en el
Idioma Griego es “s” (DOULOS), en ambos Idiomas, el
significado es el mismo: ESCLAVO. Y, los esclavos no tienen
derechos. En la antigüedad, la esclavitud era una imposición arbitraria
que hacían los Ejércitos Conquistadores, sobre los habitantes de los
Pueblos conquistados. Las personas libres perdían sus derechos y eran
tratados como cosas y, su destino estaba en las manos de sus dueños.

En cambio, nosotros somos Siervos, somos Esclavos de Jesucristo


por decisión personal y voluntaria. Y, es EL quien determina y
decide en nuestras vidas.

El problema estriba en que, en la actualidad HEMOS DEIFICADO EL


TERMINO ‘SIERVO DE DIOS’. Y, contradiciendo las Escrituras,
pensamos que ser ‘Siervo de Dios’ es tener ciertos privilegios y,
ocupar un lugar prominente dentro de la Iglesia Local.

De modo tal que, ‘Siervos de Dios’ sólo son los que conforman ‘el Clero’
que, como ya se dijo son aquéllos Pastores, Misioneros o Evangelistas
que han Egresado de una Institución Teológica. Esta forma de pensar
ajena a la Palabra de Dios, tiene su origen en el hecho de haber
perdido la semántica original (el significado) del término ‘Siervo de
Dios’.

La razón es simple, se desconoce la esclavitud en nuestro aquí y en


nuestro ahora. En los tiempos de Cristo, decirle ‘Siervo’
dbeae—
( EBED o s—DOULOS) a una persona que, había
nacido libre, era ofenderlo e insultarlo de la peor manera. Era
decirle: Eres una cosa, no una persona. El ‘Siervo’ no tenía
derechos de ninguna clase, no tenía iniciativa propia, no tomaba
decisiones, sólo oía y obedecía.

Jesucristo, se humilló hasta lo sumo haciéndose Siervo—Esclavo—


Cosa (para más referencia, ver la Epístola de San Pablo a los
Filipenses 2:5—8) y, mandó a sus Discípulos que se hiciesen así
mismos, Siervos—Esclavos—Cosas (ver al respecto, el Evangelio de
San Marcos 9:33—35).
32

Pero, como ahora no tenemos esclavos, entonces pensamos que ‘Siervos


de Dios o de Jesucristo’, equivale a Príncipe, Cardenal u Obispo. O,
persona que debe ser reconocida y venerada dentro de la Congregación.

Mas para entender lo que el término ‘Siervo de Dios’ significa


realmente, tendríamos que usar una palabra que, equivalga a lo que
para los Escritores del Nuevo Testamento, significaba dicho
término. Puesto que, ‘s’—DOULOS, era una palabra
hiriente, ofensiva, insultante y despreciativa. Y, la palabra
equivalente, la extraemos de nuestro argot Peruano: El término
‘CHULILLO’ o Doméstico. Un ‘Chulillo o Doméstico (Chulilla o
Doméstica)’ es aquél o aquélla que, hace los mandados, limpia, barre,
lava y plancha la ropa, cocina, cuida a los niños, etc. Es decir, un
sirviente o sirvienta (o, como se decía antiguamente, un criado o una
criada).

Nuestro Señor Jesucristo, en el Evangelio de San Marcos 9:33—35, dice


que de sus Discípulos, el o los que quieran recibir honores de los
demás, sentirse más importantes que los demás, tener un Puesto
preponderante entre los demás, formar parte de ‘un Clero’, ser parte de
una élite sacro—santa...

Primero, tiene que ser el ‘s’—DOULOS de los demás; tiene que


ser el Esclavo de los demás; tiene que ser el sirviente de los demás;
tiene que ser el criado de los demás; tiene que ser el Siervo de los
demás; tiene que ser el Chulillo de los demás; tiene que ser el
doméstico de los demás; tiene que ser el laico de los demás. O, como
dice otro Texto Bíblico, el que quiera ser enaltecido, exaltado...primero,
debe humillarse (Evangelios de San Mateo 23:12; San Lucas 14:11;
18:14).

El término ‘Siervo de Dios’, no es un término de supremacía de


algunos creyentes en Cristo (Pastores, Misioneros, etc. Egresados
de una Institución Teológica ‘X’) sobre el resto de la Congregación.
Porque a la luz de la Palabra de Dios, no existe ni Clero ni Laicos.
Sino que, en el Cuerpo de Cristo TODOS SOMOS SIERVOS DE DIOS,
puesto que, todos hemos sido comprados con la mismas Sangre de
Cristo y, nuestro Señor no derramó más sangre por algunos y,
menos Sangre por el resto, como para que ahora se esté haciendo
diferencias entre unos y otros. Todos (sin excepciones de ninguna
clase o índole) en la Iglesia de Cristo, somos Siervos de Dios; todos
somos Esclavos de Jesucristo; todos somos Chulillos del Señor; todos
somos Domésticos del Señor; todos somos Sirvientes del Señor y, todos
estamos Llamados por Dios para Servirle a EL y, Servirnos los unos a
los otros en Amor y en el Temor del Señor (ver al respecto, la
Epístola de San Pablo a los Gálatas 5:13).
33

DE AHÍ QUE, EN LA IGLESIA DEL SEÑOR NADIE ES MAS QUE


NADIE. NADIE ES MAS IMPORTANTE QUE NADIE, NADIE TIENE
MAS AUTORIDAD QUE EL RESTO. Sólo hay un Rey y Señor... El
resto somos Siervos, Esclavos, Chulillos, Domésticos, Sirvientes de EL y
de los unos a los otros. Con diferentes Llamados, con diferentes
Ministerios, con diferentes Dones Espirituales, con diferentes
responsabilidades pero, convocados para ser Uno en Cristo.

Por lo tanto, no hay ‘Pastores—Laicos’, ni ‘Pastores del Clero’, ni


‘Pastorzazos o Pastorcitos’. A todos los Pastores, Dios los Llamó y dotó
por igual, ¿por qué tenemos que estar haciendo diferencias entre
Consiervos? ¿Nos creemos mejores que el Señor para determinar
quiénes son Pastores y quiénes no? ¿O, no nos damos cuenta que
cuando hacemos éstas distinciones, estamos pecando contra EL, no
sólo por que nos estamos juzgando entre nosotros (la Epístola de
Santiago 4:11—12), sino también porque estamos haciendo acepción de
personas (la Epístola de Santiago 2:9)?

Esto no significa que, los Llamados de Dios al Pastorado no se puedan


preparar en una Institución Teológica.

Lo que tenemos que entender es que, las Instituciones Teológicas no


deberían preparar a los que van a ser, en el futuro, Pastores. Sino que
deberían preparar a los Pastores que ya están Pastoreando; que ya
están ejerciendo su Ministerio Pastoral. Porque quien tiene que
preparar a aquéllos que, en el futuro, van a ser Pastores, no son las
Instituciones Teológicas, sino que es la Iglesia Local.

De la Iglesia local, Egresan Misioneros, Evangelistas, Predicadores,


Pastores, Ministros, Maestros, Diáconos.

De las Instituciones Teológicas, Egresan Bachilleres, Licenciados,


Magíster’s, Doctores en Teología y, no necesariamente todos estos
acartonados tienen Llamado de Dios para ser Pastor. No
confundamos las cosas, ni tratemos de secularizar la Iglesia Local
que, se rigió, se rige y seguirá rigiendo no por elementos humanos
y naturales, sino por elementos Divinos y Sobrenaturales.

8.3) La Ordenación al Pastorado.

Veamos algunos considerandos con relación a la Ordenación al


Pastorado:

Al respecto, D.A Carson, R.T France, J.A Motyer, G.J Wenham,


comentan lo siguiente:
34

“La Ordenación es el acto solemne mediante el cual se separa a


un hombre para el Ministerio Cristiano. Con la excepción de pocos
grupos tales como los Cuáqueros, los Hermanos Libres, y los
Discípulos de Cristo, la Ordenación como rito eclesiástico hoy se
practica comúnmente en todas las ramas del Cristianismo. Su
significado, no obstante, es diferente para cada grupo. Para las
Iglesias Católica Romana y Griega, la Ordenación es el sacramento
por el que el candidato es investido con el carácter sacerdotal para
siempre. Los Anglicanos no consideran la Ordenación como
sacramento, es decir, como medio de gracia. Pero tanto para ellos
como para los Católicos Romanos y los Ortodoxos Griegos,
solamente el Obispo puede Ordenar. Las Iglesias Luteranas,
Reformadas y Bautistas practican la Ordenación de sus Ministros,
pero históricamente, ponen como requisito el Llamamiento Divino
del Ministro. La Ordenación se considera como el reconocimiento
eclesiástico de este Llamamiento y de los dones necesarios para
ser Pastor. En algunas Denominaciones, inclusive se Ordenan a los
Ancianos y Diáconos”. (2)

También, Wilton M. Nelson, observa lo siguiente:

“En la Biblia, la palabra Ordenación aparece solamente dos veces


(Sal 119:91; Jer 5:22), pero no con el sentido de un rito, sino como
mandar o disponer; tal es el caso del verbo «Ordenar» que a
menudo encontramos en la Biblia.

En el Nuevo Testamento no se nos da información en cuanto al


principio del rito eclesiástico. Sin embargo, hay varias ocasiones
donde podría suponerse tal descripción; por ejemplo, en la
selección de los doce Apóstoles (Mc 3:14), o de los siete Diáconos
(Hch 6:1–7), o en el nombramiento de los Ancianos para las
Iglesias (Hch 14:23; Tit 1:5). Ni la palabra Ordenación aparece en
este sentido, ni encontramos nada semejante a un rito eclesiástico.
A Pablo nunca se le ocurrió la idea de que la Iglesia lo pudiera
constituir como Apóstol (Gal.1:1).

La IMPOSICIÓN DE MANOS en el caso de Timoteo (I a Ti 4:14; II a Ti


1:6) quizás sea evidencia de una Ceremonia de Ordenación, pero
es dudoso que fuera algo más que una bendición y símbolo de
identificación con Cristo, realizado por la Asamblea de Ancianos
según la antigua práctica Judía, continuada por los Cristianos. Lo
dicho en Heb 6:2 no puede referirse al rito de Ordenación, sino a
todas las ocasiones en que se impusieron las manos. Lo anterior no
quiere decir que una Congregación Cristiana no deba reconocer
públicamente, mediante la imposición de manos y la oración
pública, a los que tienen la responsabilidad del Liderazgo.
2) Carson, D.A.; France, R.T.; Motyer, J.A.; Wenham, G.J., Nuevo Comentario Biblico: Siglo
Veintiuno, (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones) 2000, c1999.
35

Sin embargo, la práctica que limita el reconocimiento a unos pocos


tales como los Pastores y Diáconos tiene poca base Bíblica, y la
creencia de que este rito es indispensable antes de ejercer Dones
Pastorales, Evangelizadores o Misioneros no tiene ninguna base
Neo—testamentaria”. (3)

De lo expuesto hasta aquí, podemos notar que, mientras para los


Católicos y los Ortodoxos, la Ordenación es un sacramento y sin él, sus
Sacerdotes no pueden ejercer Ministerio. En cambio para nosotros los
hijos de Dios, la Ordenación no es un sacramento ni es un requisito
indispensable para poder Ministrar. Entonces, ¿qué es la Ordenación?

Primero, la Ordenación al Ministerio Pastoral o a cualquier otro


Ministerio, es el reconocimiento público que hace una Iglesia local de su
Pastor o de sus Líderes. Es como su Bautismo Ministerial y como tal,
de carácter simbólico.

No se Ordena a alguien que recién va a comenzar a Pastorear, sino a


uno que ya tiene bastante tiempo Ministrando. De hecho, y como todos
sabemos, cada vez que un Pastor (por muy experimentado que sea) va a
comenzar un Pastorado, se le hace la Ceremonia de la Instalación.
Pero, la Ceremonia de la Ordenación sólo se hace una vez y vale para
todo su tiempo de Ministerio, hasta que nuestro Señor le llame a su
Presencia.

Segundo, la Ordenación de un Pastor, la solicita la Iglesia local donde


éste se encuentra Ministrando. Porque es su propia Congregación que
lo conoce, le ha visto trabajar y ha evaluado su Ministerio, la que le ha
dado el espaldarazo (el aval, la garantía, las arras) para ser Ordenado al
Ministerio Pastoral. Y, por ende, dado que es decisión de su Iglesia
local y la Iglesia local es soberana y autónoma, nadie más tiene porque
objetar o cuestionar la Ordenación de su Pastor.

Tercero, la Ordenación de un Pastor la realiza su propia Iglesia local.


Sus Oficiales (llámense Ministros, llámense Ancianos, llámense
Diáconos, llámense Líderes, etc.), son los que, finalmente han de
imponerle las manos a dicho Pastor. Ya que no existe la base Bíblica
para conformar un ‘presbiterio extra—Iglesia Local’ que va a evaluar al
candidato a la Ordenación Pastoral. Este concepto se arrastra del
Catolicismo, donde se hace distinción entre ‘el Clero y los Laicos’.

3) Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000,
c1998).
36

Fíjense en la acotación que hace al respecto el Diccionario Expositivo de


Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento de Vine:

“El Presbiterio. Esta palabra viene del Griego ‘presbuterion’


(PRESBUTERION) cuya traducción es: Ancianos o Supervisores
(Obispos) de una Iglesia Local” (4)

Vale decir que, quienes integran el Presbiterio que va a celebrar la


Ceremonia de Ordenación de un Pastor (o cualquier otro Líder) son
miembros de la misma Iglesia Local del que va a ser Ordenado. Es
decir, los propios Pastores, Ancianos, Diáconos de dicha Congregación.

Pero, si la Iglesia local quiere invitar a otros Pastores o Misioneros para


Oficiar la Ordenación, puede hacerlo. Pero, los Pastores o Misioneros
invitados no pueden pasar por encima de la autonomía de dicha Iglesia
local, vetando a su Pastor para que no sea Ordenado, sobre la base de
criterios que al final son subjetivos.

Puesto que, si el Pastor en cuestión es de bendición y edificación en su


propia Congregación y ésta lo sabe. Por demás es que un grupo de
Consiervos que no pertenecen a dicha Grey, que no congregan ahí y que
en realidad no saben cómo se desenvuelve dicho Pastor y dicha Iglesia
local, manifiesten su negativa o se arroguen una atribución que no les
corresponde, para decidir si a dicho Pastor se le debe o no se le debe
Ordenar.

Por lo tanto, si no estuvieren de acuerdo con que fulano de tal sea


Ordenado, entonces simplemente, no acepten la invitación que su
Iglesia local les hace para asistir o participar de la Ceremonia de
Ordenación de su Pastor. De todos modos, su negativa se respeta pero,
no determina si tal Pastor se debe o no Ordenar. Porque eso le
concierne a su propia Iglesia local y no a otros Pastores o Iglesia locales.
Y, si un Pastor ha sido Ordenado en su propia Iglesia local y por su
propia Iglesia local, esto es válido aunque sus Consiervos no lo
consideren así, sea porque no estuvieron presentes o no estuvieron de
acuerdo. Pues, para dicho Pastor basta con que nuestro Señor y su
propia Iglesia local estén de acuerdo.

Cuarto, ya sea que la Ceremonia de Ordenación la realice su Propia


Iglesia local (a través de sus Oficiales o Líderes) o por medio de Pastores
o Misioneros invitados.
4) Vine W. E. Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento,
CLIE, 1984.
37

La única pregunta que se le debe hacer al Pastor que se le va a


Ordenar, es la siguiente: “¿Estás dispuesto a ratificar tu decisión de
aceptar el Llamamiento Santo que nuestro Señor te hace al Ministerio
Pastoral, aún cuando éste es difícil y no es un lecho de rosas, y hasta
que nuestro Señor te llame a su Presencia?”

Dicha pregunta, se le debe hacer en público y en el momento de la


Ceremonia de la Ordenación.

Quinto, tanto la decisión de la Iglesia local de que su Pastor sea


Ordenado, como la Ceremonia de Ordenación en sí debe constar en su
respectivo Libro de Actas, con formato de Sesión Extraordinaria.

Sexto, la única Base Bíblica existente, sobre una Ceremonia de


Ordenación Neo—testamentaria, se encuentra en Hechos 13:1—3.
Donde se le impusieron las manos (se Ordenó al Ministerio
Misionológico) tanto a Pablo como a Bernabé. Es notable encontrar en
este Pasaje Bíblico que, los susodichos ya estaban Ministrando,
juntamente con Simón Níger, Lucio y Manaén. Es decir que, en la
Iglesia de Antioquia no iban a Ordenar a unos hermanos que recién se
iban a iniciar en el Ministerio. Sino por el contrario, a unos que ya
estaban Ministrando. Y, a los cuales la Iglesia local de Antioquia ya
conocía y avalaba.

Ahora, bien, quién determina si se va a Ordenar o no a éstos hermanos,


es el Espíritu Santo (v.2). Y, la Congregación, lo que hace es ratificar
ese Llamado, esa Escogencia y, ellos mismos les Ordenan.

Ahí no hay ‘presbiterio extra—Iglesia Local’, ni cuestionario de


preguntas para los candidatos a la Ordenación. Porque, ¿qué
necesitaría su propia Iglesia local preguntarles en cuanto a su
Ministerio, si hace tiempo que les conocen y los ven Ministrar?

O, ¿con qué autoridad vienen otros Pastores a juzgar si se pueden


Ordenar o no, pasando por encima de la autoridad de la Iglesia Local
que, al final de cuentas, es la representación de la Esposa del Cordero
en ese lugar determinado?

Vale decir que, si el supuesto ‘presbiterio extra Iglesia Local’ ‘juzga’ que
fulano no debe Ordenarse, aunque su propia Congregación así lo
quiere, ¿no se le va a Ordenar? Todo lo contrario, aún si el supuesto
‘presbiterio extra—Iglesia Local’ decide que no se le debe Ordenar, aún
así la Iglesia Local puede y debe Ordenar a su Pastor. Porque, no hay
base Bíblica para la existencia del ‘presbiterio extra Iglesia Local’ y, éste
es, en buenas cuentas un Ente Para—eclesiástico. No tiene más
injerencia en la Iglesia Local, que la que la misma Iglesia Local le quiera
dar.
38

Séptimo, donde sí tiene injerencia un ‘presbiterio extra—Iglesia Local’


o, mejor expresado una Fraternidad de Pastores Denominacional
(aunque lamentablemente, en una Fraternidad de Pastores, no todos
serían considerados como parte de un ‘presbiterio’), es con relación a la
Ceremonia de Instalación de un Pastor en una determinada Iglesia
local. Es decir que, si existen objeciones (sea por cuestiones
doctrinales, o de conducta) para que fulano de tal Pastoree una
Congregación. Ahí sí, dicha Entidad Denominacional debe intervenir,
exhortando a la Iglesia Local para que tenga mayor cuidado en escoger
a sus Pastores. Pero, en cuanto a la Ordenación, eso no le compete.
Eso es atribución de la Iglesia Local.

Octavo, finalmente, si la Iglesia local decide invitar a otro u otros


Pastores o Misioneros para que participen de la Ceremonia de
Ordenación de su Pastor. Esta tiene toda la libertad de escoger a qué
Pastores o Misioneros invita para llevarlo a cabo. Si estos están
Ordenados, mejor.

Si no están Ordenados, la Iglesia local es soberana y autónoma, y si


quiere invitarlos, puede hacerlo. No desmerece para nada la
Ceremonia, puesto que quien se está Ordenando tiene el reconocimiento
de nuestro Señor y de su propia Iglesia local. Y, al final, eso es lo que
cuenta y lo que realmente importa.

Otro tipo de pensamiento al respecto, no es Bíblico, violenta la


Autonomía de la Iglesia Local, y es mandamiento de hombre e invento
humano.

Concluyendo esta primera parte:

El Ministerio Pastoral no es un lecho de rosas, al contrario, es harto


difícil. No recibe siempre el reconocimiento de los hombres. Está
plagado de detractores, de enemigos voluntarios e involuntarios. Y
Satanás ataca incesantemente.

Sin embargo, para aquéllos que están seguros de su Vocación Pastoral;


para aquéllos que están seguros de haber sido Llamados por Dios para
realizar éste Ministerio; para aquéllos que están dispuestos a hacer la
Voluntad de Dios aún cuando se queden solos, aún cuando se queden
sin familia, aún cuando se queden sin amigos. Para aquéllos que
pongan todo su esfuerzo en Apacentar el Rebaño del Señor, soportando
y aguantando las variadas y particulares maneras de ser que, tengan
cada una de sus ovejas.
39

Para aquéllos que vigilen, cuiden, protejan sin descanso su


Congregación; para aquéllos que Pastorean de la forma correcta,
haciéndolo de buena gana, con entusiasmo, disfrutando de su
Ministerio y siendo ejemplo de su Grey. Para aquéllos que no Ministran
por presión ni obligación ni necesidad. Para aquéllos que no Ministran
tratando tiránica y despóticamente a su propia Congregación. Dice la
Palabra de Dios que hay recompensa.

Dice San Pedro, en su Primera Carta, capítulo cinco, versículo cuatro:


“Y cuando aparezca el Príncipe de los Pastores, vosotros recibiréis
la corona incorruptible de Gloria”. En otras palabras, nuestro Señor
sabrá sostener, bendecir, proteger, proveer y hacer justicia aquí en la
Tierra a sus Siervos que Ministran para EL. Y allá arriba, habrá gran
premio para aquéllos Pastores que no se apacentaron a sí mismos, sino
que dieron su vida entera por sus ovejas.

Si Dios te ha Llamado con Llamamiento Santo para Servirle como


Pastor, como Obispo, como Anciano Ministerial, como Ministro. ¿Cómo
estás Sirviendo a nuestro Señor, de la forma correcta o de la incorrecta?
Si estás agobiado por las Cargas Ministeriales, por los malos tratos de
tus propias ovejas, si estás deprimido y han cruzado ideas por tu mente
de abandonar tu puesto, pídele perdón a nuestro Señor y pídele que te
dé de su Poder para seguir adelante. Y, renueva tus votos y
compromiso Ministerial con el Príncipe de los Pastores, que es nuestro
Señor Jesucristo.

b) CRITERIOS DE EVALUACION DE UNA IGLESIA LOCAL, PARA


CONSTATAR EL LLAMAMIENTO DE DIOS AL PASTORADO, DE
UN PASTOR A UNA IGLESIA LOCAL SIN PASTOR.

Una vez que, la Iglesia local se ha quedado sin Pastor, ésta se reúne en
Asamblea y nombra dos Comisiones:

1) Una Comisión de tipo Ministerial que, tratará de suplir el


Ministerio Pastoral hasta que tengan nuevo Pastor.

En algunos casos, ésta Comisión la integran los hermanos que


conforman la Junta Directiva (aunque no siempre de manera efectiva),
en otros casos, la Asamblea de la Iglesia local nombra a dicha
Comisión. Lo importante aquí, es que los hermanos que integren dicha
Comisión puedan realmente suplir provisionalmente las cualidades
del Ministerio Pastoral.

Para lo cual es necesario, definir bien las áreas de dicho Ministerio:


a) Consejería. b) Visitación. c) Enseñanza. d) Predicación. e)
Liberación.
40

Entonces, la Comisión de tipo Ministerial debe estar integrada por:

Hermanos mayores en la Fe (esto no quiere decir, necesariamente


mayores cronológicamente); de buen Testimonio dentro y fuera de la
Iglesia Local; no Nuevos Creyentes; con sólida y Sana Doctrina y,
que cuenten con los siguientes Dones Espirituales, según el área de
Ministerio Pastoral que vayan a asumir:

*) Un hermano mayor en la Fe que, cuente con el Don Espiritual de


Presidir. Con el fin que pueda dirigir a dicha Comisión y, sepan
guiar por el buen Camino al Rebaño.

*) Un hermano y una hermana mayores en la Fe que, cuenten con el


Don Espiritual de Exhortación. Para que asuman el área de la
Consejería Pastoral (el hermano con los varones y la hermana con
las damas).

*) Un hermano mayor en la Fe que, sea hombre de Oración


Intercesora.

*) Un hermano o hermana mayor en la Fe que, cuente con el Don


Espiritual de Sanidad. La idea es que tanto los hermanos que
tienen el Don Espiritual de Exhortación, como el hermano que es
hombre de Oración, como los que tienen el Don Espiritual de
Sanidad, asuman el área de la Visitación Pastoral.

Entonces, estos cuatro hermanos visitarán los hogares que


conforman la Iglesia local y, Ministrarán de acuerdo a las
necesidades que se presenten, sea de Consejería, sea de Intercesión,
sea de Enfermedad, respectivamente.

*) Uno o dos hermanos mayores en la Fe que, cuenten con el Don


Espiritual de Maestro. Con el fin que asuman el área de la
Enseñanza Pastoral y, Enseñen la Palabra de Dios a la Congregación
(mayormente a los Jóvenes y a los Adultos).

*) Uno o dos hermanos mayores en la Fe que, cuenten con el Don


Espiritual de Profecía o Predicación. Con el fin que asuman el
área de la Predicación Pastoral y, Prediquen Mensajes basados en
la Palabra escrita de Dios, los cuales hayan sido consultados
previamente en Oración al Señor y, que Edifiquen, Consuelen y
Exhorten a la Congregación.

*) Uno o dos hermanos mayores en la Fe que, cuenten con el Don


Espiritual de Discernimiento de espíritus, Preparación y
Experiencia en lucha espiritual, para que asuman el área Pastoral
del Ministerio de Liberación
41

Evidentemente, no en toda Iglesia local los hermanos que la conforman,


conocen o saben con qué Dones Espirituales cuentan. Por lo tanto, si a
la hora de nombrar a los integrantes de la Comisión de tipo Ministerial,
en la Congregación no hubiera un hermano o hermana con el Don
Espiritual de Sanidad, bastaría con nombrar un hermano cuyo
Ministerio sea el de la Oración Intercesora.

Si en la Congregación no hubiera hermanos con el Don Espiritual de


Profecía o Predicación, entonces el hermano que tiene el Don Espiritual
de Presidir (el Guía) y el que tiene el Don Espiritual de Discernimiento
de espíritus (los Ojos), deberán seleccionar e invitar Predicadores
(Pastores o no, pero que cuenten con el Don Espiritual de Profecía o
Predicación) y, programarlos por turno para que Prediquen en dicha
Iglesia local. Sin embargo, lo más resaltante aquí, es que para suplir el
Ministerio de un solo hombre (el Pastor), se necesitan a diez
hermanos que, dicho sea de paso, harán dicha labor a medio
tiempo. Por eso es que es necesaria y urgente la presencia y
Ministerio de un Pastor, a tiempo completo, en una Congregación.
No le es conveniente a una Iglesia local, permanecer mucho tiempo
sin Pastor. La Comisión de tipo Ministerial, puede sustituir
provisionalmente las áreas del Ministerio Pastoral. Pero, jamás lo
podrá igualar.

2. Una Comisión ‘Pastoral’ que busca Candidatos, al Pastorado


de dicha Iglesia local.

Esta Comisión (también llamada en otras Congregaciones ‘Comisión


Pro—Pastor o Comité de Púlpito), debe estar conformada por tres o
cuatro hermanos mayores en la Fe, de buen Testimonio dentro y fuera
de la Congregación, con sólida y Sana Doctrina.

Los cuales deberán consultar al Señor en Oración y, también consultar


a su Entidad Denominacional correspondiente, en cuanto a los Pastores
que se hallan sin Pastorado. Cabe resaltar aquí que, lo peor que
puede hacer una Congregación, es llamar o proponer como
Candidato al Pastorado de la misma, a un Pastor que está
Pastoreando otra Iglesia local. Puesto que, a no ser que sea el Tiempo
del Señor para que dicho Pastor, salga de su Congregación, lo único que
se conseguirá será sembrar en su corazón falsas expectativas y, lejos de
Bendecir su vida y la de su familia, será estorbo para el Ministerio que
viene desarrollando.

Hará unos veintitantos años atrás, un Consiervo que se hallaba


Pastoreando una Iglesia Local, con una membresía de unas ochenta
personas más o menos. Se encontró con un hermano que pertenecía a
otra Congregación mucho más grande.
42

Este hermano le preguntó que cómo estaba, cómo lo trataba su Iglesia y


si le pagaban lo suficiente. El Consiervo, le manifestó que no ganaba de
acuerdo a sus expectativas. Así que, el hermano le dijo lo siguiente:
‘Mira, nosotros tenemos un Anexo que está sin Pastor y lo que nosotros le
pagamos a un Pastor de Anexo, es mucho más de lo que tú ganas en tu
Iglesia. Así que, si te parece, aprovechando que éste domingo tenemos
Asamblea, yo te propongo para que Pastorees ese Anexo. No te
preocupes, yo me encargo de que se apruebe’. De esa manera, el
Consiervo sin consultar la Voluntad de Dios, asumió que el encuentro
con dicho hermano era una puerta que Dios le estaba abriendo. Así
que, ni corto ni perezoso, presentó su carta de renuncia irrevocable a su
Pastorado. Y, esperó el resultado de la Asamblea en la Iglesia Local más
grande. Llegada la Asamblea en dicha Congregación, el hermano en
cuestión presentó su pedido para que el Consiervo sea tomado como
Pastor de su Anexo. Pero, la respuesta de dicha Congregación fue la
siguiente: ‘Nosotros no estamos buscando por el momento Pastor para
ese Anexo. Pues, en ese Anexo siempre hemos tenido problemas con los
que han estado a cargo. Y, para este año, está fuera de nuestro Plan de
Trabajo tomar Pastor para dicha Obra’. Así que, al final el citado
Consiervo se quedó sin Pastorado (porque renunció al mismo) y lo del
Pastorado en el Anexo era algo incierto. Como dice el refrán, perdió
soga y cabra.

También doce años atrás, otro Pastor que había levantado una Iglesia
Local de cero. Fue tomado en cuenta por una Congregación grande
para integrar su Equipo Pastoral, con la idea de que uno o dos años
después, éste Consiervo se convirtiera en su Pastor Titular. Así que, el
citado Pastor pudo conversar, poco tiempo después, con el Presidente
de su Fraternidad Denominacional de Pastores. Y, ahí le manifestó que
iba a dejar la Iglesia Local que estaba Pastoreando e iba a aceptar la
invitación de esta Congregación grande. El Presidente de su
Fraternidad Denominacional de Pastores, le dijo que no le parecía
correcto que dejara la Iglesia Local que estaba Ministrando, porque
apenas eran tres años que se habían constituido como Iglesia Local y
todavía tenían necesidad de sus cuidados Pastorales. Sin embargo, el
Pastor en cuestión manifestó que, ellos ya estaban en condiciones de
caminar solos. Y, que él tenía derecho a ganar lo que realmente se
merecía y que sería una locura no aceptar la propuesta de esa
Congregación grande. Sobre todo, sabiendo que dicha Congregación
grande, gozaba de reconocimiento Internacional y Pastorearla, era el
sueño de muchos Pastores y un trampolín a la fama.

Pues, bien, el citado Pastor dejó la Iglesita Local que con tanto esfuerzo
había levantado y aceptó la invitación que la otra Congregación le
hiciera. Pasada una década más o menos, la pequeña Iglesia Local que
dicho Pastor abandonara, nunca se pudo levantar. Por turno, sus
jóvenes Líderes fueron tomando el ‘Pastorado’ de dicho Rebaño.
43

Pero, como entraban al Ministerio, prontamente también salían. Y,


finalmente, esta pequeña Iglesia Local terminó cerrando. Hoy, ya no
existe. Mientras tanto, el referido Pastor, poco a poco fue haciendo
decrecer exitosamente la Congregación grande. Luego, abrazó la
‘teología de la prosperidad’, y otras ideas raras. Finalmente, metió a
dicha Congregación grande en muchos problemas, y antes de su salida,
terminó dividiéndola. Por ello es que, pasado el tiempo, podemos
Discernir Espiritualmente estos casos reales. Y, podemos notar que no
son exitosos aquéllos Pastorados que se hacen sin consultar la
Voluntad de Dios, por un lado. Por otro lado, también pecan y hacen
pecar aquéllas Iglesias Locales que se quedan sin Pastor y, ponderan la
posibilidad de tomar Pastor de entre los que se encuentran Ministrando
otra Iglesia Local.

En otras palabras, ‘no se puede desvestir a una Santa para vestir a


otra’. Tomar a un Pastor que está Pastoreando, es dejar a su Iglesia
local sin Ministerio Pastoral.

Por ello es que, se recomienda que el o los Candidatos al Pastorado de


una Iglesia local sin Pastor, sean aquellos que están en la Obra del
Señor pero, sin Pastorado activo (puesto que, también los hay de
aquellos que ni tienen Pastorado activo ni están en la Obra del Señor).

Entonces, tomando en cuenta lo hasta aquí expuesto. La Iglesia Local


sin Pastor, por medio de su respectiva Comisión Pastoral (o Comité de
Púlpito), luego de haber hecho contacto con su Entidad Denominacional
para conocer quiénes son los Pastores que están sin Pastorado. En
oración selecciona a los posibles Candidatos a Pastorear su Iglesia
Local. Estos, pueden ser dos, tres o cuatro. Pero, cuidado. No debe
contactar con todos al mismo tiempo, ni tampoco permitir que los
Pastores en cuestión sepan quiénes son los otros Candidatos. Pues,
toda esta información es de carácter ultra confidencial.

En otra ocasión, cierta Iglesia Local que se quedó sin Pastor. Hizo
contacto con tres Pastores a los cuales propuso para ser Candidatos a
Pastorear dicha Congregación. Uno de ellos, se descalificó solo, pues
los resultados negativos de sus Pastorados anteriores, le precedían.
Otro, de más edad que los otros dos Candidatos, gozaba por ello de
mayor experiencia. El tercero, recién había egresado del Seminario.

Dado que, el primero se descalificó solo. El de mayor edad, muy


ansioso de ser Instalado Pastor de dicha Congregación, logró averiguar
quién era el otro Candidato. Y, encontrándolo en un evento, se le
acercó y le dijo: ‘Mira, sé que estás de Candidato a Pastorear la Iglesia
tal. Yo también he sido propuesto como Candidato de la misma. Así que,
seamos francos. Tú ahí no tienes oportunidad de ninguna clase. Y si
compites conmigo, vas a salir perdiendo.
44

Tú sabes que yo te llevo más años y mucha más experiencia. Así que, yo
te recomiendo que des un paso al costado y me dejes vía libre…’

Lo malo para éste Pastor ansioso, es que no sabía que había un cuarto
Candidato. Y, finalmente, el cuarto Candidato fue el que logró ser
Instalado Pastor en dicha Iglesia Local.

Por ello es que, la Comisión Pastoral debe tener sumo cuidado al


seleccionar a los posibles Candidatos a Pastorear su Iglesia Local y
trabajar con ellos, uno por uno. Como ya se dijo, los Candidatos son
Pastores que no están en activo. Pero, cabe la pregunta: Un Pastor
que no está Ministrando, ¿sigue siendo Pastor?

2.1) El Pastor sin Ministerio Pastoral activo, sigue siendo Pastor.


Por que su Llamamiento al Ministerio Pastoral
(EDOKEN) y sus Dones Espirituales, son irrevocables
y no están sujetos a criterios humanos y seculares (ver al
respecto la Epístola de San Pablo a los Romanos 11:29).

Por lo tanto, su Autoridad Pastoral viene de lo Alto. Vale decir que, su


Autoridad Pastoral es Ontológica porque tiene el Llamamiento de Dios.
Pero, al no ser Pastor de la Iglesia Local en la cual tiene su membresía
activa, no cuenta con la Potestad de ejercer Ministerio Pastoral en la
misma. Sigue siendo Pastor pero, no es el Pastor de su Iglesia
Local. Su autoridad Pastoral es Ontológica no Epistemológica.

En cambio, el Pastor que se halla Pastoreando una Iglesia Local, tiene


Autoridad Pastoral Ontológica (por que tiene el Llamamiento de Dios) y
Epistemológica (por que se la han dado los hombres, en éste caso su
Congregación).

De ahí que, los Pastores que Ministran una Iglesia Local, no deberían
menospreciar, restar Autoridad o quitar el ‘Título’ de Pastor, a aquél que
no está Pastoreando. Porque para el Señor que, después de todo, fue
quien lo Llamó y con Llamamiento Santo, sigue siendo Pastor. Y, si el
Señor (que es el Dueño de la Obra y el Príncipe de los Pastores) lo
considera su Siervo—Pastor, ¿quiénes somos nosotros, para no
considerarlo así también?

El hecho de contar con Autoridad Pastoral Ontológica y


Epistemológica, ¿nos da también el derecho de decidir por encima
de nuestro Señor, quiénes son Llamados y quiénes no; a quiénes se
le denomina Pastores y a quiénes no; quiénes pueden y deben
Ministrar y quiénes no?
45

Es peligroso desde todo punto de vista que, nos creamos mejores


que los demás y que nos constituyamos en ‘El Tribunal del Santo
Oficio de la Inquisición’, atribuyéndonos ‘la responsabilidad’ de
juzgar a los aptos e ineptos para ejercer el Ministerio Pastoral y,
usurpemos Funciones que sólo le corresponden al Señor (no
estamos hablando aquí de Pastores que han cometido falta grave,
porque la Biblia explica el cómo se debe proceder en ésos casos).

Al mismo tiempo, los Pastores que no Ministran un Pastorado en una


Iglesia Local, no deben sentirse menos que los que sí están
Pastoreando. Pero, como miembros de una Congregación, están
obligados a sujetarse a sus respectivos Pastores y, dejarse Pastorear.

Pero, retomando el Tema inicial: ¿Cuáles son los Criterios de


Evaluación para el Candidato a Pastorear una Iglesia local, sin Pastor?
Son los siguientes:

A) Debe contar con todo lo expuesto en el Primer Punto: Criterios de


Evaluación de una Iglesia Local, para Constatar el Llamamiento de
Dios al Pastorado de un hermano que, pertenece a dicha
Congregación.

B) Debe contar con una Preparación adecuada. Aunque hay que tomar
en cuenta que, los muchos Títulos Académicos, no son garantía de
un ‘éxito Ministerial’.

C) De preferencia que tenga experiencia Ministerial como Pastor de una


Iglesia local o, en su defecto, que haya tenido mucho años como
Co—Pastor, Pastor Asociado o Pastor Asistente. Dicho sea de paso,
vale la pena distinguir estas categorías, pues en algunas ocasiones
se presta para confusiones:

C.1) El Pastor Titular o Pastor Principal. Es aquél Pastor que por


Voluntad de Dios y a solicitud de una Iglesia Local, está a cargo de la
conducción de la misma. Siempre insistiendo en esto: Que, el Pastor
es la Máxima Autoridad Espiritual Ministerial en la Iglesia Local. Y, la
Iglesia Local es la Máxima Autoridad Espiritual Administrativa. Por
ende, en asuntos Administrativos, la palabra final la tiene la Iglesia
Local y el Pastor debe sujetarse a ella. Pero, en asuntos Ministeriales,
la palabra final la tiene el Pastor y la Iglesia Local debe sujetarse a él.

C.2) El Co—Pastor. Es aquél Pastor que ha sido tomado por una


Iglesia Local, para ejercer Pastorado junto a otro Pastor. Vale decir que,
ambos Pastores en igualdad de condiciones son el Pastor de la Iglesia
Local. Esto no es recomendable (aunque algunas Congregaciones lo
permiten), pues éste tipo de Pastorado termina dividiendo la Iglesia
Local. Ambos Pastores no siempre coinciden y las órdenes y contra—
órdenes desorientan a la Congregación.
46

C.3) El Pastor Asociado. Es aquél Pastor que, por Voluntad de Dios y


a solicitud del Pastor Titular de una Iglesia Local, ha sido tomado por
ésta para encargarse de una determinada área Ministerial. Pero que,
siempre está bajo la guía y supervisión del Pastor Titular.

Ahora, bien, ¿cuántos Pastores Asociados puede tener una Iglesia


Local? Pues, todos los que requiera, dependiendo de las necesidades
que dicha Congregación tenga y siempre a solicitud del Pastor Titular.
Tomando en cuenta que, en el área Ministerial que se le encargue, dicho
Pastor Asociado es la Autoridad. Pero, no por encima del Pastor Titular
y, finalmente, tampoco por encima de la Iglesia Local. A más de eso, la
labor principal del Pastor Asociado, es hacerle más fácil su trabajo al
Pastor Titular. En ese sentido, un Pastor Asociado debe anticiparse a
las necesidades de su Pastor Titular, a fin de que éste disponga de más
tiempo para supervisar el Plan de Trabajo de la Iglesia Local,
administrar los Recursos Espirituales de la misma, preparar sus
Sermones o, tome los casos de Consejería más difíciles. El resto del
trabajo es tarea de los Pastores Asociados.

Los Pastores Asociados no han sido Tomados para señalarle


continuamente sus errores al Pastor Titular ni tampoco para competir
con él (‘serrucharle el piso’).

C.4) El Pastor Asistente. Es aquél Pastor que recién se inicia en su


Ministerio Pastoral y que por Voluntad de Dios está bajo la dirección y
supervisión de un Pastor más experimentado. Como una suerte de
Timoteo bajo la guía de San Pablo. O, como solía decirme en mis
inicios, mi Pastor Carlos García García, un ‘Pichón de Pastor’.

C.5) El Pastor Interino. También denominado en algunas


Congregaciones como ‘El Encargado’. Es aquél Pastor que se hace cargo
de manera provisional de una Iglesia Local que se ha quedado sin
Pastor. En ocasiones, se nombra como Pastor Interino a uno de los
Pastores Asociados (dependiendo de su antigüedad en el escalafón).
Pero, dado que no todas las Congregaciones cuentan con un Equipo
Pastoral, generalmente se comete el error de nombrar como
‘Encargado’, a un Diácono o a un Líder ‘X’ (en muchos casos, al que
tiene más disponibilidad de tiempo y peina más canas) pero que,
definitivamente, no cuenta con el Llamado de Dios para ser Pastor.
Mas, se debe tomar en cuenta que, un Pastor Interino no puede tomar
las decisiones que un Pastor Titular toma en una Iglesia Local. Puesto
que, su Pastorado es provisional y limitado por un tiempo. Cuando la
Iglesia Local toma un Pastor, el Pastor Interino cesa en sus funciones.

Entonces, lo primero que tiene que hacer con el primer Candidato con
el que van a trabajar, es escribirle una Carta de Invitación para ser
Candidato a Pastor.
47

Si dicho Pastor, acepta por escrito la nominación, entonces se continúa


con el proceso. Una vez que se tiene la respuesta por escrita del citado
Pastor.

D) Se deben solicitar en forma ultra—confidencial, referencias


Personales y Ministeriales de dicho Candidato al Pastorado, a las
Iglesias locales en las cuales fue Pastor y, a otros Consiervos que lo
conocen (lo cual no es argumento definitivo para aceptarle o
rechazarle pero, ayuda en la evaluación).

E) Debe contar necesariamente, con membresía activa en una Iglesia


local de su Denominación.

F) De preferencia Casado. Si es soltero, que cuente con el Don


Espiritual de Continencia o Celibato.

G) Pero, de todos, el criterio definitivo de Evaluación es que, tenga


seguridad y convicción que Dios lo esté Llamando a Pastorear a
la Iglesia local que, lo está invitando a Ministrar. Si no tiene
convicción de esto, sería mejor truncar todo el Proceso. Porque
la Voluntad de Dios, no se va a manifestar después de tomada la
decisión de aceptar dicho Pastorado, sino mucho antes. Tomar
la decisión sin estar convencido que es la Voluntad de Dios,
IMPLICA CARNALIDAD, CONVENIENCIAS PERSONALES E
INTERESES CREADOS, por un lado. Y, por otro lado, IMPLICA
FRACASO MINISTERIAL A CORTO O MEDIANO PLAZO.

De hecho que, toda decisión de ésta índole debe ir acompañada de un


largo tiempo de Oración fijado por ambas partes (Candidato al
Pastorado e Iglesia local sin Pastor), consultando la Voluntad del Señor.

Se estila que, mientras se está Orando por el asunto, la Comisión


Pastoral en cuestión, comunica de los avances de su gestión a su Iglesia
Local e, invita al Candidato al Pastorado a compartir Estudios Bíblicos y
Predicar en dicha Congregación, con el fin que ambas partes comiencen
a conocerse (lo que llamamos el tiempo del ‘Romance Pastoral’).

Pasado el tiempo fijado de Oración, pueden suceder tres cosas:

*) Que el Candidato a Pastor, no tiene convicción que Dios lo esté


Llamando para Ministrar dicha Iglesia Local. En éste caso, dicho Pastor
debe hacer saber de su decisión por escrito, a la Comisión Pastoral.
Esta a su vez, debe informar a la Asamblea de su Iglesia local.
Entonces, la Comisión Pastoral inicia los contactos con el segundo
Candidato al Pastorado que, tenían en Lista. Por cierto, no es ético ni
dable que la Comisión Pastoral trate con todos los Candidatos a
Pastorear que tiene en Lista, en simultáneo. Sino uno por turno.
48

*) Que el Candidato al Pastorado, no tiene convicción que Dios lo esté


Llamando para Ministrar dicha Iglesia local. Pero, por intereses
personales, solicita ser considerado en la votación de dicha
Congregación. Es evidente que, dicho Pastor no va a manifestar sus
dudas a la Comisión Pastoral respectiva pero, sí insistirá en que la
votación se lleve a cabo lo más pronto posible.

Entonces, la Comisión Pastoral (de acuerdo a los Estatutos de su Iglesia


Local) convoca a una Asamblea para decidir, si se acepta o se rechaza a
dicho Candidato al Pastorado. Algo que debe tomar en cuenta dicho
Pastor es que, si él no tiene convicción que Dios le Llama,
específicamente a dicha Iglesia Local, tampoco dicha Iglesia Local
(que también estuvo Orando por el asunto) tendrá convicción.

Por lo tanto, no debe esperar dicho Pastor, que la votación le resulte


favorable. Si no sale elegido como Pastor de dicha Congregación, al
recibir la carta de notificación de la Comisión Pastoral, debe por ética
Ministerial, aceptar la decisión. Por ningún motivo, dicho Pastor
debe solicitar a la Congregación en cuestión que, reconsideren la
votación.

Pero, si se diere el caso que dicha Iglesia local, aprobó por unanimidad
o por mayoría tener al Pastor en cuestión, sin estar seguros que era la
Voluntad de Dios. Significa que, tanto el Candidato al Pastorado como
la Iglesia local sin Pastor, cometieron un error (pecado) y cosecharán lo
que han sembrado. Ese Pastorado, no durará mucho. Pero, traerá
muchos problemas y complicaciones a la Congregación.

*) Que el Candidato al Pastorado, sí tiene convicción que Dios lo está


Llamando para Ministrar en dicha Iglesia Local. En éste caso, dicho
Pastor debe hacer saber de su decisión por escrito, a la Comisión
Pastoral de la Congregación que lo está invitando a Pastorear.
Entonces, dicha Comisión Pastoral (de acuerdo a los Estatutos de su
Iglesia Local) convoca a una Asamblea para decidir, si acepta o rechaza
a dicho Candidato al Pastorado. De lo cual, pueden suceder tres cosas:

*) Puede ser que, la problemática interna de dicha Iglesia local, ha


dividido los criterios. Por lo tanto, la Oración (la petición) no ha
sido la misma, no son de un mismo sentir y, como una casa dividida
contra sí misma, no permanece (El Evangelio de San Mateo 12:25),
entonces la votación reflejará un 50% a favor y un 50% en contra.

Esto me sucedió hace unos doce años atrás. Estuve de Candidato a


Pastor de una Iglesia Local y por espacio de casi seis meses, estuvimos
ambas partes en el ‘Romance Pastoral’. Pasado ese tiempo, tuvieron su
Asamblea para decidir si me tomaban o no para ser su Pastor. Al día
siguiente de su Asamblea, su Comisión Pastoral en pleno vino a mi casa
por la mañana.
49

Y, me dijeron: ‘Pastor, venimos a comunicarle que en la Asamblea que


tuvimos el día de ayer, usted salió favorecido por la votación y le hemos
elegido como Pastor de nuestra Congregación’. Entonces, pregunté que
cómo había sido la votación. La respuesta fue: ‘Usted fue elegido por
diferencia de un voto’. Al saber que la votación había sido, como se dice
criollamente, ‘mita y mita’. Les dije que por ética no podía aceptar el
Pastorado de su Congregación. Pero que, en lo que necesitaran mis
servicios como Predicador, quedaba a su disposición.

Por eso es que, aunque el conteo numérico de votos, favorezca a un


Candidato al Pastorado, por ética Pastoral le sería mejor no aceptar
dicho Ministerio. Pues, siempre tendría a la mitad de la
Congregación en contra de su Pastorado.

*) Puede ser que, aún siendo la Voluntad de Dios, dicha Iglesia Local
rechaza la convicción de lo Alto y, decide votar en contra de tal
Candidato al Pastorado. En ése caso, el Señor colocará a su Siervo
en otro lugar (lo tendrá a buen recaudo) pero, la Congregación en
cuestión, cosechará el Juicio del Señor.

*) Puede ser que, como dicha Iglesia local también estuvo Orando y, la
Voluntad de Dios es agradable y perfecta (la Epístola de San Pablo a
los Romanos 12:2). Entonces, también dicha Congregación tiene la
convicción que, es la Voluntad de Dios la venida de dicho Candidato
al Pastorado. Por lo tanto, la votación de aprobación de dicha
Iglesia local, será unánime.

Entonces, el siguiente paso es: Que la Comisión Pastoral comunique


por escrito al Candidato a Pastor en cuestión, la decisión de la
Asamblea de la Iglesia local, de aceptarle como Pastor de la misma. E,
inmediatamente, se debe citar a una reunión de la Comisión Pastoral
con el flamante Pastor, para ultimar ciertos detalles muy importantes.
Los cuales son los siguientes:

Primero: Monto del Sueldo Pastoral. Existen dos criterios que se


deben tomar en cuenta. El criterio del Pastor, debe ser: No lo que yo
creo que debo ganar o, lo que yo desearía ganar, sino de acuerdo a
la realidad económica de ésta Iglesia local.

Y, el criterio de la Iglesia local, a través de su Comisión Pastoral, el cual


debe ser: El monto debe ir en proporción directa a nuestra realidad
económica y, a lo que el Pastor y su familia, necesitan para vivir
dignamente (a fin que el Pastor concentre todos sus esfuerzos en la
Tarea que le estamos encomendando y, no distraiga su tiempo en
trabajos seculares, porque lo que le pagamos no le alcanza para
vivir dignamente), pues como dice la Palabra de Dios: “El Obrero
es digno de su salario” (la 1ª Epístola de San Pablo a Timoteo 5:18).
50

Segundo: Casa Pastoral. Existen dos criterios que, se deben tomar


en cuenta. Si el Templo tiene Casa Pastoral. Se estila en éstos casos
que, la Congregación asuma los gastos de luz, agua y teléfono (esto
último es opcional) de la Familia Pastoral, pues dichos gastos fijos van
con los de las instalaciones del Templo. Sin embargo, el hecho que el
Pastor y su familia, vivan en las instalaciones del Templo, no significa
de ninguna manera que el Pastor y su familia deben o pueden ser
tratados como los Conserjes, Guardianes, Guachimanes o ‘Yungays’
del Templo.

Por lo tanto, no se debe esperar que la familia Pastoral, también


asuma la limpieza del Templo como parte de su Ministerio, en
dicha Iglesia local. Se sobre—entiende que, el Pastor y su familia
deben gozar de intimidad.

Si el Templo no tiene Casa Pastoral. La Congregación debe optar por


dos alternativas: O, bien habilita provisionalmente unas habitaciones
en las instalaciones del Templo (Cuarto Pastoral). De ser así, significa
que la Congregación ha de construir Casa Pastoral en el menor tiempo
posible. O, bien se alquila un chalet o un departamento, para que viva
su Pastor y su familia. De ser así, significa que la Congregación asume
los gastos de la vivienda del Pastor (arbitrios, agua, luz, alquiler, etc.).
Tomando en cuenta además que, si se le ha de alquilar vivienda, debe
ser necesariamente en la zona donde se Ministra (por no decir que, debe
ser lo más cercano posible a las inmediaciones del Templo). Pues, si le
alquilan vivienda en un sector lejano a la Congregación que va a
Pastorear, le restarán efectividad. Ya que perderá mucho tiempo y
dinero, movilizándose de un lugar a otro. Y, el tiempo en el Ministerio
Pastoral, es valioso y no se puede desperdiciar.

Tercero: Seguro Social y Vacaciones Pastorales. Aquí también hay


que observar dos cosas: Si la Iglesia local tiene Personería Jurídica,
está en la obligación de poner a su Pastor en su respectiva Planilla de
Sueldo, por ser él Personal Rentado. Y, de ser así, mensualmente se le
debe descontar de su Sueldo Pastoral lo que corresponde al Pago del
Seguro Social (hoy Essalud), a fin que tanto el Pastor como su familia
tengan acceso a la Atención Médica del Seguro.

Si la Iglesia local no tiene Personería Jurídica, tiene que tomar ciertas


medidas inmediatamente: a) Nombrar una Comisión que se encargue
de elaborar el Estatuto de la misma, a fin de elevarlo a Escritura
Pública en el menor tiempo posible. b) Tramitar el Seguro facultativo
de su Pastor, hasta que teniendo Personería Jurídica, puedan ponerlo
en su Planilla. De lo contrario, si la Iglesia local cree que no es
necesario nada de esto, lo justo sería que aparte de su Sueldo
Pastoral, la Congregación asuma los Gastos Médicos del Pastor y su
Familia, cuando la ocasión lo requiera, en forma puntual y sin
descontarle nada al Pastor.
51

En cuanto a las Vacaciones Pastorales, se estila darle al Pastor un mes


de Vacaciones, una vez al año. El cómo utilice ése mes el Pastor, queda
a su criterio. Lo que sí debe tomar en cuenta la Congregación, es
que ésas Vacaciones Pastorales son pagadas. Es decir, no se le
descuenta nada al Pastor por estar de Vacaciones.

Cuarto: Un día de Descanso Pastoral semanal. Se estila que, dicho


día es el día lunes. Se sobre—entiende que, el Ministerio Pastoral es
una Tarea de veinticuatro horas, los siete días de la semana. Y, que el
Pastor, si la ocasión lo requiere (una emergencia), Ministrará aún en su
día de descanso.

Pero, no todos los días lunes hay verdaderas emergencias, por lo tanto
la Congregación debe hacer todo lo posible, por dejar que su Pastor
verdaderamente descanse ése día y, pueda pasarlo con su familia.

Logrado el consenso de ambas partes (Pastor y Comisión Pastoral), la


Comisión convocará a la Asamblea de su Iglesia local y, comunicará los
acuerdos tomados con el Pastor. Una vez que la Congregación, ratifica
o mejora las condiciones de vida para el Pastor y su familia, la Comisión
procede a fijar fecha para su Instalación y, comienzo del Ministerio
Pastoral de su nuevo Pastor.

Luego de lo cual, presenta a la Asamblea de su Iglesia local un Informe


total por escrito, de toda su gestión. E, inmediatamente, tanto la
Comisión Pastoral como la Comisión de tipo Ministerial, cesan en sus
funciones y se disuelven. Pues, cumplido el encargo de la Asamblea y,
ya teniendo Pastor, ninguna de las dos Comisiones: Ministerial y
Pastoral, tienen ya razón de ser. Cesan en sus respectivas funciones y
se disuelven.

C) CRITERIOS DE EVALUACION DE UNA IGLESIA LOCAL, HACIA SU


PASTOR, CUANDO ESTE YA TIENE VARIOS AÑOS MINISTRANDO
EN ELLA.

1) Causales de Decrecimiento Numérico en una Iglesia Local.

Mal hace una Iglesia local, cuando cree que el escaso Crecimiento
Numérico que tiene, amerita una Evaluación del Ministerio de su
Pastor, como sindicándolo de responsabilidad o culpabilidad por el
decrecimiento de su membresía.

Es necesario aclarar siempre (aún cuando hay quienes no opinan así)


que, el Pastor no hace Crecer Numéricamente a la Iglesia local. El
Pastor, capacita a la Congregación (provee de buenos pastos, verdes y
frescos) para que ésta pueda y deba reproducirse. Pero, entendiendo
siempre que el Crecimiento lo da el Señor (la 1ª Epístola de San
Pablo a los Corintios 3:6—7).
52

En todo caso, sabiendo que es el Señor quien hace Crecer a la Iglesia


Local. Ante la situación de una Congregación local que se estanca y no
Crece, se debería plantear la interrogante: ¿Por qué el Señor no nos da
el Crecimiento?

En consecuencia, no se le puede hacer carga montón al Pastor y,


arrimarle toda la culpabilidad. Más bien, en lugar de Evaluar sólo el
Ministerio del Pastor, se debe Evaluar el Ministerio de la Iglesia Local.
No es que hay que sentar al Pastor en el Banquillo de los acusados,
para que su Rebaño le Juzgue y Evalúe por su desempeño Ministerial
en su Iglesia Local. Lo que hay que hacer en éstos casos, es sentar a
toda la Congregación en el Banquillo de los acusados, para que el
Señor Jesucristo (El Esposo) Juzgue y Evalúe el desempeño
Ministerial de su Iglesia Local (La Esposa).

Y, al Evaluar el desempeño Ministerial de su Iglesia Local, el Ministerio


Pastoral también es Evaluado. Pero, como parte de un todo, no como
un Ministerio individual. En otras palabras, si el Señor no le da el
Crecimiento Numérico a una Iglesia Local, no es culpa del Pastor. Es
culpa de toda la Congregación (lo cual evidentemente, incluye al
Pastor como un miembro más de la misma).

Entonces, cuando la Iglesia Local toma consciencia de esto, debe tomar


los siguientes pasos:

a) La Congregación en pleno, se humilla delante del Señor en Oración,


pidiéndole que muestre o saque a la luz todos los pecados ocultos y,
aquéllas áreas en las que adolecen y hacen flaquear a su Iglesia
local. Para esto, la Intercesión en Oración de cada miembro, en un
mismo sentir, es básica. Pero, también los Ayunos y las Vigilias
Congregacionales, son vitales, ya no porque el Calendario de
Actividades de la Congregación lo estipula, sino con un propósito
específico. Es decir, no por la rutina, sino por la necesidad.

b) La Congregación en pleno, debe entender la Respuesta del Señor y


saber Discernirla Espiritualmente. Aquí proveemos de algunos
puntos, por los que el Señor se niega a dar Crecimiento Numérico:

La Respuesta del Señor.

1.1) No les permito Crecer Numéricamente: Porque les he


Decretado tiempo de Prueba.

Nuestro Señor desea saber en éste caso, si en su Iglesia local, cuando


no tienen numerosa membresía y, el descontento y el desánimo los
invaden, perseveran en sus Caminos y se mantienen Fieles a EL y,
Fieles a la misma Congregación.
53

En éste caso, la Iglesia Local debería gozarse en su escasez integral y,


depender más del Señor (a pesar de) todo el tiempo que dure la
Prueba (ver al respecto la Epístola de Santiago 1:2—4), aunque ésta
durase muchos años.

En éste caso, la Iglesia Local no debería pedir en Oración al Señor:


‘¡Danos Crecimiento Numérico, Señor!’. Sino más bien, debería decir en
sus Oraciones al Señor: ‘Gracias Señor por éste tiempo de Prueba,
fortalécenos para no desanimarnos y, seguir perseverando’. Y, a la
par que Oran, trabajar (aunque cada vez sean menos miembros) con
más ahínco y tesón.

Aprender a Discernir Espiritualmente, el Propósito de la Prueba del


Señor. Es decir que, el Decrecimiento Numérico hará que los que no
deben permanecer en la Iglesia local, se marchen de ella. Su presencia
era un lastre que les impedía avanzar. Por ello, el Señor mediante la
Prueba Purifica a su Congregación, eliminando a todo y a todos
aquellos que, estorban el Cumplimiento de su Voluntad en ésa Iglesia
local (ver al respecto: La 1ª Epístola de San Juan 2:19).

La Respuesta del Señor.

1.2) No les permito Crecer Numéricamente: Porque les he


Decretado Juicio.

Nuestro Señor, piensa en éste caso, que si se tolera el Pecado en el Seno


de su Congregación y, no ejercen Disciplina Eclesiástica a los que mal
andan, entonces, Dios mismo decide Disciplinar a toda su Iglesia Local
(ver al respecto: El Libro de Josué 7:6—13; la 1ª Epístola de San Pablo
a los Corintios 11:29—32; la Epístola de San Pablo a los Romanos
6:23ª).

En éste caso, la Iglesia local debe rogar al Señor que lo oculto salga a la
luz y, una vez detectado el o los pecados (y, a los hermanos implicados
en ellos), proceder a Disciplinarlos para que también, la Disciplina del
Señor, su Juicio, cese de sobre su Congregación.

Claro que, también hay Consiervos que dicen que sus Congregaciones
no Crecen Numéricamente, porque les han echado una Maldición, les
han hecho Brujería o les han hecho ‘daño’. Es necesario aclarar que,
una Maldición Ocultista lanzada contra una Iglesia local, no puede
detener el Crecimiento que da el Señor, por que justamente, lo da
el Señor. La única manera por la que una Maldición Ocultista, podría
afectar a una Congregación, es porque por el Pecado de ésta, se han
bajado sus Defensas Espirituales y, tras el Juicio del Señor, la
Maldición cala y produce su daño.
54

Sin embargo, si la Congregación se encuentra Llena del Espíritu Santo,


las Maldiciones de cualquier procedencia o índole, no le afectan en lo
más mínimo (El Evangelio de San Mateo 16:18) y, sucede todo lo
contrario. Es decir que, la Maldición se revierte sobre los que la
lanzaron (El Libro de Génesis 12:3).

La Respuesta del Señor.

1.3) No les permito Crecer Numéricamente: Porque su Pastor no


Obedece a mi Llamado.

Nuestro Señor piensa en éste caso que, el impedimento para Crecer


Numéricamente en dicha Congregación, estriba en el hecho que el
tiempo de permanencia del Pastor de dicha Iglesia Local, ha terminado.
Las metas que el Señor le trazó ya se han concretado, se cumplieron ya
los Propósitos que Dios tenía para con él, en dicha Congregación.

Y, aunque sus metas personales, no se hayan alcanzado. En el Tiempo


del Señor es hora que deje su Rebaño y, se encamine hacia donde el
Señor le manda, a cumplir nuevos Propósitos en otro lugar. Pero,
como su Pastor se resiste a salir, entonces la Congregación paga las
consecuencias (ver al respecto, el Libro del Profeta Jonás 1:2—3; 4;
8—15).

En éste caso, luego que toda la Iglesia local se cerciora que es Voluntad
de Dios que, su Pastor les deje y, dicho Pastor comprende que es la
Voluntad de Dios, dejar a su Congregación. Debe presentar
inmediatamente y por escrito, su Renuncia irrevocable a dicho
Pastorado y, Sujetarse a la Voluntad del Señor.

Pero, si aún comprendiendo el Propósito de Dios, dicho Pastor se


resistiera a salir, dos cosas deben suceder en ésa Iglesia local: Una
cosa es Terrenal, la otra es Divina.

1) La Terrenal: La Congregación, debe proceder a Orar al Señor, para


aclararle que no es el deseo de dicha Iglesia Local que, su Pastor
continúe Ministrándoles. Como en el caso que presenta el Libro del
Profeta Jonás, capítulo uno, versículo catorce, donde la tripulación y
pasajeros claman a Jehováh Dios y, le dicen que no es justo que
perezcan ellos, por causa de la desobediencia del Profeta. Así también,
análogamente, tampoco es justo que toda la
Congregación pague las consecuencias, por que su Pastor se niega
Rotundamente a acatar el Llamado del Señor, para ir a otro lugar.

Luego, la Iglesia local debe proceder a Despedir a su Pastor. Como en el


caso que se presenta en el Libro del Profeta Jonás, capítulo uno,
versículo quince.
55

Donde la tripulación y los pasajeros del barco, en el que iba el Profeta,


lo tomaron a él y lo arrojaron al mar, entonces éste se aquietó. Así
también, cuando la Congregación comprende que el Decrecimiento
Numérico, se debe a la presencia en Rebeldía al Llamado del Señor, de
su Pastor. Entonces, análogamente, también comprenden que el
Decrecimiento cesa inmediatamente, cuando su Pastor ya no esté. Por
lo tanto, proceden a Despedirlo o, a ‘arrojarlo al mar’ como a Jonás.

2) La Divina: Sea que dicho Pastor en Rebeldía, acate o no la


Despedida formal de sus Funciones Pastorales, en dicha Congregación.
De todos modos, Dios le enviará un Juicio personal para él y para su
familia, por Desobediente. Como en el caso que se presenta en el Libro
del Profeta Jonás, capítulo uno, versículo diecisiete, donde luego que el
Profeta es arrojado al mar, las penalidades no terminan. Pues,
inmediatamente es tragado por un enorme pez.

Así también, análogamente, dicho Pastor en Rebeldía, ya sea que se


vaya voluntariamente o, que lo Despidan, todavía tendrá que enfrentar
la Disciplina del Señor para su vida y, la de su familia.

D) CAUSALES POR LOS QUE UN PASTOR QUE, ESTA MINISTRANDO


DEBE DEJAR EL MINISTERIO PASTORAL EN SU IGLESIA
LOCAL.

Existen seis Causales por los que un Pastor, debe dejar de Pastorear su
Congregación:

Primer Causal:

1) Cuando es la Voluntad de Dios. En éste caso (como se vio ya), para


dicho Pastor, el Tiempo de Dios para permanecer en su
Congregación, ya terminó. Por lo tanto, el Pastor en cuestión debe
presentar en forma voluntaria su Renuncia irrevocable a ése
Pastorado. Y, dejar que el Señor lo Guíe (conforme a sus Designios)
hacia un nuevo Ministerio.

Segundo Causal:

2) Cuando no es la Voluntad de Dios pero, su Iglesia local lo ha


despedido o, lo ha presionado a Renunciar. Los problemas
internos de una Congregación, han llevado (en muchas ocasiones) a
la membresía a dejarse guiar por la carne y, hacerle problemas al
Pastor o, en su defecto a la Familia del Pastor.

En éstos casos, casi siempre el Pastor puede soportar los embates de su


Rebaño y, Ministrar a pesar de. Lamentablemente, no es el caso de
la familia Pastoral. La esposa del Pastor y sus hijos, no siempre
tienen la misma fortaleza emocional—espiritual que tiene el Pastor.
56

Por ello, las tensiones y conflictos Ministeriales sobrecargan y


afectan en gran manera a la familia Pastoral, deteriorando su salud
mental y espiritual, lo cual produce que su ánimo de Ministrar
decaiga.

Cuando casos así se producen, aún cuando sea la Voluntad de Dios que
dicho Pastor permanezca en su Iglesia local. Pero, tomando en cuenta
que (tras muchos o pocos años de Ministerio) la Congregación ya no
desea seguir contando con sus Servicios Pastorales. Entonces, ya sea
porque le Despiden o le presionan para que Renuncie a su Pastorado, el
Pastor debe pensar en la unidad y salud integral de su familia y,
dejar ésa Iglesia Local.

Pero, advirtiendo a la misma que, al no ser la Voluntad de Dios que deje


su Pastorado y, no dejándolo de buena gana. El Señor pondrá a buen
recaudo a dicho Pastor y a su familia. Pero, Juicio severo de Dios
caerá sobre la Congregación que, se niega a hacer la Voluntad de
Dios y desecha a su Pastor.

Entonces, dicho Pastor deja ése Pastorado. Pero, el Señor no lo coloca


inmediatamente en otro Ministerio Pastoral. Puesto que, tanto el Pastor
como su familia, están afectados emocionalmente (tensión nerviosa,
fueron ofendidos, les han calumniado, etc.). Por ello es que el
Señor se toma Su tiempo (uno o dos años) para Restaurarlos y
Prepararlos para un nuevo Pastorado.

Mientras tanto, dicho Pastor y su familia deben hacerse miembros de


otra Congregación, dejarse Pastorear por su Pastor y, Ministrar en las
áreas que su Pastor les indique. No asumiendo mucha Carga
Ministerial y, tratando de darle más tiempo a su familia (que, en
todo caso, fue la que más afectada salió). Durante ese lapso, Dios
que les Llamó, les sostendrá.

Tercer Causal:

3) Cuando se cometió acto de inmoralidad. Si es sabido y


comprobado por la Iglesia Local que, su Pastor ha caído en Pecado
de fornicación, adulterio, adicción al licor, droga, tabaco o, robo,
estafa, malversación de fondos, etc. Entonces, se le debe pedir su
Renuncia al Pastorado. Si se resiste y aduce que es falso (habiendo
pruebas contundentes de su falta) se le debe Despedir.

Ya sea que dicho Pastor, acepta Renunciar o si se resiste y se le


Despide. La Congregación debe ponerlo inmediatamente en Disciplina
Eclesiástica (un tema que trato más ampliamente en mi Libro ‘La
Disciplina Eclesiástica’). Debe darle un mes para abandonar la Casa
Pastoral; abonarle su Sueldo mensual hasta el día en que Renunció o,
le Despidieron y retirarle todos sus privilegios.
57

Así mismo, su Iglesia local debe comunicar a las otras Congregaciones


hermanas que, por falta grave el Pastor en cuestión está impedido de
Pastorear o, recibir invitaciones para Predicar en otras Iglesias Locales.

Y, lo más importante, dicho Pastor debe permanecer en la


membresía de su Iglesia Local. Pues, si allí cayó, allí se tendrá que
levantar y sujetarse a la Disciplina Eclesiástica que se le imponga.

Cabe la pregunta: ¿Puede un Pastor, después de haber sido


Disciplinado y Restaurado, volver a Pastorear?

Al respecto, existen dos Posturas:

*) La Postura que dice: Sí, puede volver a Pastorear. Esta


Postura, se basa en la apreciación que, dicho Pastor durante su
tiempo de Disciplina Eclesiástica y Restauración Congregacional,
dio muestras de genuino arrepentimiento. En tal caso, su
Congregación debe comunicar a las otras Iglesias hermanas que,
dicho Pastor ya está apto para volver a Ministrar y ser tomado en
cuenta.

*) La Postura que dice: No puede Pastorear, nunca más. Esta


postura, asume que así dicho Pastor diese o no diese muestras de
arrepentimiento, durante su tiempo de Disciplina Eclesiástica y
Restauración Congregacional. No puede volver al Pastorado, pues
ha perdido su Autoridad Moral cuando cayó en trasgresión,
mientras que su Autoridad Epistemológica, la perdió cuando lo
cesaron Ministerialmente y, entró en la Voluntad de Dios
permisiva.

Por tanto, más allá de la Disciplina Eclesiástica, tendrá que cosechar lo


que sembró y soportar las dudas de otros hermanos y Consiervos, en
cuanto a su arrepentimiento. Más aún, no tendrá Autoridad para
Enseñar y/o Predicar de Temas que tengan que ver con la falta que él
mismo cometió.

En todo caso, queda a criterio y Discernimiento Espiritual de su


Iglesia local, el avalar su retorno al Ministerio Pastoral o, su cese
definitivo. Por otra parte, queda a criterio de su Denominación si
cuenta con el aval para ser recomendado para Pastorear alguna otra
Iglesia Local.

Al respecto, un servidor piensa, a título personal, que si dicho Pastor


que cae, es primerizo. Luego de su Disciplina Eclesiástica y su
consiguiente Restauración Congregacional, se le debe permitir volver al
Ministerio Pastoral. Pero, sólo como Pastor Asistente de un Pastor más
experimentado y sin la posibilidad de poder ascender a Pastor Asociado.
Pero, si el caso es que dicho ‘hermano’ es reincidente.
58

Entonces, no se le debe permitir volver a Pastorear nunca más, puesto


que con sus acciones demuestra no saber nada de la Palabra de Dios y
deshonra el Ministerio Pastoral. Si éste es el caso, que reincide una y
otra vez en la misma falta, no cabe estar Disciplinándolo a cada rato.
El único camino que queda es la Expulsión Congregacional. Pues, no
sólo evidencia negar la Fe, sino que además demuestra que es un Lobo
disfrazado de Oveja.

Al respecto, en el libro que nuestro Señor me permitió escribir, ‘La


Disciplina Eclesiástica’, cito al respecto lo siguiente:

“Solamente se Expulsa de la Iglesia local a los no—convertidos


que, haciéndose pasar por hermanos en Cristo, viven una vida
disoluta de pecado contínuo y sin arrepentimiento de ninguna
clase. O, a los que fomentan y/o provocan la división de la Iglesia
local. O, a los que enseñan, practican e instan a la membresía de
una Congregación a adoptar doctrinas extra—Bíblicas. O, a los
que se rebelan permanentemente contra la Autoridad de la Iglesia
local que, como ya se dijo, ES LA ESPOSA DEL CORDERO.
Para tales personas, el Señor Jesucristo ha provisto La Expulsión
Congregacional definitiva, de una sola vía y sin retorno. Siendo
ésta Acción Disciplinaria, NETAMENTE, TAREA PASTORAL”
(5).

Cuarto Causal:

4) Cuando dejó la Sana Doctrina. Si es sabido y comprobado por la


Iglesia Local que, su Pastor dejó de Enseñar y Predicar la Palabra de
Dios, en torno a la Sana Doctrina. Y, ha comenzado a enseñar sobre
la ‘Globalización’; ‘Los Vientos del Canadá’ (la nueva unción); ‘La
Teología de la Prosperidad’; ‘El Bautismo del Espíritu Santo Post—
Conversión’; Doctrinas de Sectas (Testigos de Jehováh, Mormones,
Adventistas del séptimo día, Israelitas del Nuevo Pacto, Dios es
amor, Sólo Jesús, Carismatismo); La Nueva Era; Espiritismo—
Ocultismo, etc. E, insta a su membresía a abrazar éstas doctrinas
de demonios.

Entonces, su Congregación debe Amonestarle hasta en dos


oportunidades, para que se retracte de sus ideas. Mas, si persiste
en el error, debe proceder a Expulsarlo de la Iglesia Local,
definitivamente, por Herejía.

5) E. De Pascale, La Disciplina Eclesiástica, (Ediciones y Producciones Arders-


Rabbitt Film), pp. 153.
59

Con la pérdida total de beneficios y privilegios. Debe darle no más


de quince días (por no decir una semana) para abandonar la Casa
Pastoral y, comunicar al resto de Iglesias Locales hermanas, la
Expulsión Congregacional de dicho caballero (quien demostró no
ser ni creyente en Cristo ni Pastor (ver al respecto la Epístola de
San Pablo a Tito 3:10—11).

Quinto Causal:

5) Cuando un miembro de la familia Pastoral, incurrió en falta


grave. En éste caso, no es el Pastor el que peca, sino los integrantes
de la familia Pastoral. Por lo tanto, ya sea que:

*) Su esposa, hace abandono de hogar (sea por el motivo que fuera


o, por adulterio, o por vicios o, por mal Testimonio).
*) Sus hijos, abrazan el vicio de la droga o el alcoholismo o dan mal
Testimonio, asistiendo a fiestas, bailes en Centros nocturno o
Discotecas.
*) Su hijo, cae en fornicación.
*) Su hija, queda embarazada (por fornicación).

Entonces, la Congregación, una vez comprobada la falta, le pide a su


Pastor que Renuncie al Pastorado. Es cierto que, quizás el Pastor no
cometió la falta. Pero, lo cierto es que no supo Gobernar bien su
hogar (ver al respecto: La 1ª Epístola de San Pablo a Timoteo 3:4—
5; la Epístola de San Pablo a Tito 1:6). Por lo tanto, ha perdido
Autoridad para Pastorear.

La Iglesia Local, debe poner en Disciplina Eclesiástica al miembro de la


familia Pastoral que, cometió la falta grave y en su momento, también
debe Restaurarlo Congregacionalmente.

Pero, a su Pastor debe Consolarle y Restaurarle (vendar sus heridas


emocionales y Espirituales). Y, pasado el tiempo, queda a criterio
de la Congregación restituir el aval al Pastorado, de su Pastor.

Sexto Causal:

6) Cuando es tiempo de su Jubilación. Esto lo ampliaremos en el


siguiente punto.

E) ¿CUÁNDO UN PASTOR DEBE DEJAR DE EJERCER EL


MINISTERIO PASTORAL?

Es decir, cuándo un Pastor debe considerar oportuno el retiro.


Sabemos que, no hay Jubilación Espiritual y, sin embargo, en algún
momento de la vida de un Pastor, éste debe considerar su retiro.
¿Cuándo es el momento indicado para hacerlo?
60

El Libro de Levítico, nos dice que los Levitas eran contados para
Ministrar hasta la edad de cincuenta años, luego de los cuales ya no
podían ejercer su Ministerio. Pero, podían realizar tareas menores. Si
nos ceñimos a éste límite de edad, podríamos barruntar que el tiempo
del retiro de un Pastor, es cuando llega a la edad de cincuenta años.

Sin embargo, en nuestro aquí y ahora, es justamente a ésa edad cuando


el hombre se asienta completamente en todo lo que involucra su ser.
Mal haría en retirarse, justo cuando está en su mejor momento (más
maduro; más sereno; menos emocional). La pregunta sigue en pie,
¿cuándo es el momento indicado para hacerlo?

La respuesta estriba en el conocimiento que cada Pastor, tiene de su


propio ser. El mejor momento para dejar de ejercer un Ministerio
Pastoral activo, es cuando uno se analiza así mismo, en todas las áreas
(física—emocional—Espiritual) y, analiza el camino Ministerial ya
recorrido y, lo que falta por recorrer.

Y, luego de evaluarse concienzudamente, concluye que sí puede lograr


las metas que le faltan alcanzar o, que no va a poder lograr las metas
que aún faltan alcanzar.

En otras palabras, el mejor momento para retirarse del Pastorado


activo, es cuando uno comienza a notar en sí mismo, que la lucidez
mental poco a poco nos va avisando que la vejez, se acerca a nuestra
vida. La falta de memoria, es otro indicador, así como el agotamiento
físico y las fuerzas mermantes por el trajín de los muchos años de
Ministerio Pastoral.

Por lo tanto, cuando las energías comiencen a faltar y, el rendimiento ya


no sea igual que, cuando se comenzó a hacer los pininos en el
Pastorado. Entonces, es tiempo de considerar la posibilidad del
Retiro del Pastorado activo.

Lógicamente, la edad de Retiro varía de Pastor a Pastor. Para algunos,


quizás es el mejor momento cuando cumplen sesenta años de edad;
para otros cuando cumplen más de sesenta o menos de sesenta años.

En todo caso, lo que regula el Retiro estriba en el pleno uso de las


facultades mentales y, el vigor necesario para continuar afrontando los
desafíos del Pastorado.

Por otra parte, un Pastor debe saber cuándo Retirarse con honor. Es
decir, cuando su vigor y sus facultades mentales, a pesar de los muchos
años, están intactos. Y, no cuando ya da pena y la Congregación
misma, sugiere (por no decir, exige) que su Pastor, se Jubile.
61

III. DE LA RELACION INTER—PASTORAL.

a) El Respeto Mutuo.

De un tiempo a esta parte, lo que conocemos como la Ética Pastoral


está por los suelos. El respeto inter—Pastoral se desconoce y las
relaciones entre Consiervos y entre Consiervos e Iglesias Locales, dejan
mucho que desear. Permítanme ilustrar un poco lo que aquí se expone:

*) Primer Caso: Cierta Iglesia Local, hace algunos años atrás se había
quedado sin Pastor. De modo que, poco tiempo después, nombró su
Comisión Pastoral y, como ya se explicó, hizo contacto con un Pastor
que no estaba Ministrando. Habiendo éste aceptado por escrito la
nominación a Candidato a Pastor de dicha Congregación. Se inició el
proceso del ‘Romance Pastoral’.

Durante ese ínterín, sucedió que un domingo por la mañana, dicho


Candidato a Pastor, cuando llegó a la Iglesia Local en cuestión para
Predicar. Se encontró que tres de sus Consiervos se hallaban
presentes.

Los tres Pastores, habían obviado el hecho de que cuando una Iglesia
Local se queda sin Pastor, rápidamente se organiza y nombra un
Comisión Ministerial o designa un ‘Encargado’ y nombra una Comisión
Pastoral o Comité de Púlpito. De modo tal que, dichos Pastores se
presentaron en la citada Congregación para ofrecer sus servicios
Pastorales.

A ellos no les interesó si la Congregación tenía o no tenía Comisión


Pastoral o si ya tenían un Candidato a Pastor. Ni siquiera llamaron
para preguntar. De frente se presentaron ese domingo, cada uno con
su Sermón preparado y metido en sus respectivas Biblias. Y, listos
para subir al púlpito o, quizás para tomarlo por asalto, y ‘predicar’.

Estaban en eso, mirándose los tres con recelo. Cuando llegó el Pastor
que sí era Candidato a Pastor en esa Iglesia Local, acompañado de su
esposa. Y, al ver a sus tres Consiervos, le pregunta a su esposa si no se
había equivocado con la fecha de invitación para Predicar. Después de
haber verificado la fecha y constatado que sí le tocaba la Predicación de
ese domingo, entró a la nave del Templo.

Los otros tres Pastores, al verlo entrar, pensaron: ‘Y, él qué hace
aquí… Otro más… La competencia está fuerte…’ Minutos después se
dio inicio al Culto. Y, dichos Pastores repasaban sus Mensajes, cada
uno listo para ‘predicar’ pero, sin saber exactamente a cuál de los
cuatro Pastores presentes, llamarían al púlpito. Llegado el momento de
la Predicación, sucedió lo que tenía que suceder y, el Candidato a
Pastor fue llamado adelante para Predicar.
62

Mientras que los otros tres, miraban atónitos y se preguntaban por qué
de los tres Pastores presentes, que llegaron más temprano, no los
escogieron a ellos y fue elegido el último en llegar.

Terminada la Predicación y habiendo Cena del Señor, se le pidió al


Candidato a Pastor que Oficie la Cena. Luego de lo cual, se anunció
desde el púlpito, que al terminar el Culto, la Comisión Pastoral, el
Candidato a Pastor y los Oficiales, se reunirían en la Oficina Pastoral.

El Caso compartido, no es inventado. Sucedió realmente. Y, la falta de


Ética Pastoral o el total desconocimiento de ésta, es evidente.

Nunca un Pastor, puede o debe ofrecer sus servicios a una Iglesia Local
sin Pastor. Tampoco puede auto—invitarse a ‘predicar’.

El conducto regular como ya se vio, es que la Comisión Pastoral


contacta con la Entidad Denominacional y ésta es la que informa de
aquéllos Pastores sin Pastorado activo y que están disponibles. Luego,
la Comisión Pastoral invitará a Predicar a los Pastores que crea
convenientes.

Pero, jamás se debe volver a repetir una situación como la descrita en


este Caso.

*) Segundo Caso: Otra Iglesia Local había presionado a su Pastor


para que éste renuncie a su Pastorado. Y, una vez logrado su renuncia
irrevocable, exigió su salida pronta de la Casa Pastoral. Por lo tanto,
dicho Pastor necesitaba con urgencia un lugar donde vivir. Enterado de
que otra Iglesia Local se había quedado sin Pastor, se presentó al
siguiente domingo auto—invitándose a ‘predicar’.

A éste Pastor no le interesó si la Congregación tenía o no tenía Comisión


Pastoral o si ya tenían un Candidato a Pastor. Ni siquiera llamó para
preguntar.

Simplemente, se presentó en dicha Iglesia Local. Cuando llegó, se dio


con la sorpresa que un Consiervo suyo se hallaba presente (y que dicho
sea de paso, era el Candidato a Pastor de esa Iglesia Local). Y, de frente
le preguntó: ‘¿Y tú qué haces aquí?’ La respuesta de su Consiervo, fue
que había sido invitado a Predicar. Entonces, le dijo: ‘Pues, si tú vas a
Predicar, entonces yo voy a dar la Clase de Escuela Dominical’. Y,
seguidamente, le preguntó a su Consiervo cuál era el Tema que estaba
exponiendo el Maestro de la Clase de Adultos. Su Consiervo le
respondió que, estaba tratando el Tema del Discipulado. Entonces, el
citado Pastor pidió el uso de la palabra y se ‘comió’ toda la Clase de
Escuela Dominical, dando su definición en cuanto al Tema del
Discipulado.
63

Vale decir que, como no iba a Predicar, de todos modos tenía que
‘figuretear’. Y, se auto—invitó a dar una Clase para la cual no lo habían
llamado. A más de eso, lo descuadró al Maestro de esa Clase, que se
había preparado durante toda la semana para enseñar.

Pero, su desconocimiento de la Ética Pastoral no quedó ahí. Sino que,


cuando su Consiervo terminó de Predicar, pidió el uso de la palabra.
Pasó adelante y del púlpito, dijo lo siguiente: ‘Hermanos, quiero
pedirles sus oraciones. Como ustedes ya sabrán, hace un par de
semanas que he renunciado al Pastorado de la Iglesia ‘X’ y, me están
presionando para que desaloje la Casa Pastoral. Por eso les pido que
oren por mí y por mi familia, para que Dios nos provea un lugar donde
vivir.

Y, como ustedes están sin Pastor y su Casa Pastoral está desocupada,


entonces les propongo lo siguiente: Que me permitan vivir en su Casa
Pastoral y de paso los pastoreo hasta que ustedes tengan Pastor’.

El Caso compartido, no es inventado. Sucedió realmente. Y, es tan


patético que no merece más comentarios.

*) Tercer Caso: Un Pastor sin Pastorado activo, había llegado de


provincia, buscando de colocarse en una Iglesia Local de la Capital. Así
que, se enteró de que cierta Congregación estaba sin Pastor y, también
como en los dos casos anteriores, se auto—invitó a dicha Iglesia Local.

A éste Pastor no le interesó si la Congregación tenía o no tenía Comisión


Pastoral o si ya tenían un Candidato a Pastor. Ni siquiera llamó para
preguntar. Y, en esta Iglesia Local, ya tenían un Candidato a Pastor.

Sin embargo, el citado Pastor de provincia, obvió todos los Principios


Éticos y pidió hablar con el hermano ‘Encargado’. Una vez que dicho
hermano se presentó, el Pastor de provincia pidió ver la Casa Pastoral.

Luego de que el hermano ‘Encargado’ le mostrase la Casa Pastoral, el


Pastor de Provincia le preguntó: ‘Bueno, yo quiero saber de una vez por
todas, si me van a tomar como Pastor de esta Iglesia o no’.

El Caso compartido, no es inventado. Sucedió realmente. Vale decir


que, a éste Pastor de Provincia, no lo conocían, ni siquiera era
Candidato a Pastor en esa Iglesia Local, pero pasando por encima de
todos los Principios Éticos, exigía que se lo tome como Pastor o cuando
menos que le digan si sí o si no. Totalmente, absurdo.

*) Cuarto Caso: Otro Pastor invitó a un Consiervo a Predicar en su


Congregación. Cuando el Consiervo invitado terminó de Predicar, el
Pastor que lo invitó subió al púlpito y comenzó ‘machetear’ el Sermón
de su Consiervo, refutando todo lo que había Predicado.
64

En otra Iglesia Local, sucedió un caso parecido. Y, al terminar de


Predicar el Consiervo invitado, el Pastor que lo invitó subió al púlpito y
Predicó otro Sermón sobre el mismo Tema, alegando que: ‘Lo que no
dijo el Predicador, fue…’ Y, de esta manera, se mandó un Mensaje de
hora y media más.

El caso compartido, no es inventado. Ha sucedido muchas veces en


distintas Congregaciones. Y, si bien es cierto que un Pastor debe ser
celoso con su púlpito. Pues, si tiene dudas en cuanto a la Doctrina de
alguno de sus Consiervos, pues simplemente no lo invite a Predicar y
punto.

Para qué invitarlo, si después que termina de Predicar, el Pastor que lo


invitó va a ‘remachar’ su Predicación o, en el peor de los casos, la va a
refutar. Es una falta total de Ética Pastoral, ‘predicar’ negativamente
sobre la Predicación de un Consiervo invitado. Si no le gustó el
Mensaje, espere que termine el Culto, que se vaya la gente, llame al
Consiervo a la Oficina Pastoral y con mucho Amor Cristiano, llámele la
atención si así lo cree conveniente. Pero, jamás lo avergüence en
público. Porque de hacerlo así (y así sucede) el avergonzado finalmente,
será el mismo Pastor que lo invitó. Pues, la Congregación opinará al
respecto: ‘Si le pareció que estaba errado doctrinalmente, para qué lo
invitó entonces…’

En otra ocasión, un Pastor me invitó a Predicar en su Iglesia Local. Me


dijo: ‘Mira, quiero que Prediques sobre las Moradas Eternas. El Texto
Bíblico es San Juan 14:1—14 y el Bosquejo es éste…’ Y me dio un
Bosquejo ya armado con Introducción, 3 Puntos a tratar, Ilustración y
Conclusión. Y, añadió: ‘Mira, ya te doy todo armado. Lo único que
tienes que hacer es rellenar el Bosquejo’. Mi respuesta con sorna fue,
que porqué no me daba también el Bosquejo ya rellenado, para que del
púlpito lea su Mensaje. Y, ya puestos, para qué me invita a Predicar si
él ya tenía el Sermón hecho. Mejor lo Predicaba él mismo y se ahorraba
la invitación.

*) Quinto Caso: En una reunión de una Fraternidad de Pastores, se


estaba tratando el tema de quiénes podían participar de la Cena
Navideña Pastoral. Se sobreentiende que, todos los presentes eran
Pastores y por ende, todos debían ser considerados para participar de
dicho Evento. Pero, en esta Fraternidad específicamente, la
característica principal es que de ‘Fraternidad’ sólo llevan el nombre. Y,
tanto su trato como sus actitudes son in—fraternas. Así que, se
pusieron a debatir quiénes de entre todos los integrantes de dicha
‘Fraternidad’ sí calificaban en su concepto y perfil Pastoral. Así que,
cuando tocó ‘evaluar’ al Pastor que era el Tesorero de dicha
‘Fraternidad’ y, que dicho sea de paso, se hallaba ese día ausente. El
Pastor que ejercía la Presidencia, dijo: ‘Seamos sinceros, nuestro
hermano X, no es Pastor.
65

Es cierto que su Congregación es la más numerosa de nuestra


Denominación en Lima y, que él hace mucho más de lo que hacemos
nosotros y hace cosas que nosotros no hacemos. Pero, no es Pastor. El
no ha estudiado en ninguna Institución Teológica, no tiene título. No es
Pastor’.

El Caso compartido, no es inventado. Sucedió realmente. Lo cual nos


hace reflexionar… Si no era Pastor, ¿por qué integraba dicha
‘Fraternidad’ y ellos mismos lo eligieron para ocupar Cargo de
Responsabilidad? No hay respuesta. Simplemente, un profundo
desconocimiento de los Principios Éticos Pastorales.

Para empezar, el Pastor ‘cuestionado’ no se hallaba presente. Y, cuando


estaba presente, ¿quiénes de sus Consiervos se atrevieron a expresarle
sus dudas en cuanto a su Llamado y Ministerio Pastoral? Ninguno,
nunca nadie le dijo ‘tú no eres Pastor’. ¿Por qué? Porque siempre es
más fácil hablar de alguien a sus espaldas. Por otra parte, el
cuestionamiento que se le hacía era porque no era un Pastor
acartonado. Es decir, no era Bachiller en Teología. Pero, como ya se
explicó, a la Luz de las Escrituras, con o sin cartón Teológico, si cuenta
con el Llamado de Dios, el Don Espiritual de Pastor y cumple con las
características y requisitos Bíblicos, y además su Congregación de
origen ratificó su Llamamiento Santo al Pastorado, ya es Pastor. Y, lo
demás son requerimientos de hombres.

Por otra parte, no todos los Egresados de una Institución Teológica o los
Bachilleres (u otros Grados Académicos) en Teología, son Pastores.
Muchos de ellos son Misioneros, Evangelistas o tienen otros Ministerios,
o simplemente sólo les gusta estudiar por estudiar pero, no ejercen
Ministerio alguno. Y, cuando una Iglesia Local, creyendo que por tener
Grado Académico Teológico, les ha tomado como su Pastor. Los
resultados, pasada la ‘Luna de Miel Pastoral’, han sido desastrosos.

Más aún, en este caso específico, se cuestionó a éste Pastor por no


tener cartón. Sin embargo, el Presidente de esta ‘Fraternidad’ manifestó
que dicho Pastor tenía frutos y resultados que ni él mismo tenía. Qué
curioso, pues, la Palabra de Dios dice que a los árboles se les conoce
por sus frutos (San Mateo 7:16—18). Si vamos sólo a lo que dice la
Palabra de Dios, cuáles de ellos serían realmente Pastores y cuáles no.

Todos estos casos reales, demuestran que la Ética Pastoral está desde
hace mucho tiempo por los suelos. La falta de respeto entre Pastores es
escandalosa. En lugar de respeto, lo que hay es resentimientos,
recelos, hipocresía, rivalidades y envidias. Cosas que denigran nuestro
Ministerio Pastoral y nuestro Llamamiento Santo a un Sacerdocio—
Ministerio Santo.
66

Esta falta de respeto mutuo entre Pastores, también se ve reflejada en:

b) El Uso de la Correspondencia.

La Correspondencia (Cartas Expedidas y Cartas Recibidas) en las


Iglesias Locales, debe ser tenida como Documentación Oficial. Porque
lleva el membrete, logotipo y sellos de la Iglesia Local como Institución.
Más aún, si se toma en cuenta que su uso es restringido y limitado a
determinadas personas dentro de la Congregación (esto es, Pastores,
Secretario y determinados Oficiales o Líderes).

Y, si bien es cierto, algunos contenidos son de carácter público y se han


de leer a la Congregación en una Sesión Ordinaria. También
encontramos que, mayormente, la Correspondencia Eclesial y sobre
todo la Correspondencia Pastoral es Confidencial. Y, por ende, no debe
salir a terceros (menos si no son convertidos a Cristo).

Por ello, y aunque todos ‘sabemos’ los usos de las Cartas que se usan
en la Iglesia Local. No está demás volver a revisar conceptos y usos ya
establecidos.

Primeramente, debemos recordar un Principio Administrativo. Las


Cartas dirigidas a una Iglesia Local o Institución ‘X’, no salen ni se
tratan en Asamblea, si primero no se ha tratado en Junta Directiva,
Consejo Directivo, Junta Ministerial, Consistorio, Directorio, etc. Y, si
no se respeta este Principio, se sienta un precedente. Lo malo de los
precedentes, es que una vez que se pasa por encima de un Principio,
con el tiempo se comienza a violentar otros Principios. Y, a la larga, se
han hecho tantas concesiones que cuando se quiere hacer prevalecer
las Normas, ya no se puede.

Veamos, a continuación los Tipos de Carta que se estila usar en las


Iglesias Locales:

1) Constancia de Membresía.

Es un documento interno de cada Congregación que se otorgan a los


miembros activos de una Iglesia Local, a solicitud de ellos mismos y
para los fines que más crean convenientes. Generalmente, la solicitan
para presentarse a un empleo, tramitar una visa, estudiar en una
Institución Teológica, viajar a provincia o fuera del País, etc. En ella se
hace constar el nombre completo del miembro en cuestión, el número
de su DNI, los Cargos y Ministerios que desempeña, su Asistencia
Regular a la Escuela Bíblica Dominical y a los Cultos y su buen
Testimonio dentro y fuera de la Iglesia Local. Son firmadas por el
Pastor Titular y la Secretaria(o). Todo miembro activo tiene derecho a
solicitar cuando lo requiera su Constancia de membresía.
67

Excepto, cuando por inasistencia a su Iglesia Local perdió la membresía


de la misma.

2) Carta de Exoneración del Curso de Religión.

Es un documento interno de cada Congregación que se otorgan a los


hijos de los miembros activos de una Iglesia Local y que están en edad
escolar, a solicitud de sus padres y para que se le Exonere en su Centro
Educativo, del Curso de Religión.

En ella se hace constar el nombre completo del menor de edad en


cuestión, su Asistencia Regular a la Escuela Bíblica Dominical y a los
Cultos y su buen Testimonio dentro y fuera de la Iglesia Local. Son
firmadas por el Pastor Titular y la Secretaria(o).

3) Carta de Transferencia de Membresía.

Es un trámite netamente administrativo de Iglesia Local a Iglesia Local,


en la cual sólo se hace constar el tiempo que un determinado hermano
fue miembro en una Congregación. Es decir, que se hace constar la
fecha en la que se le Bautizó o se le aceptó como miembro y la fecha en
que renunció voluntariamente a la membresía. Este tipo de
Correspondencia sólo se practica entre Iglesias Locales de una
misma Denominación.

Cuándo y cómo es que se solicita éste tipo de Correspondencia. En


primer lugar, cuando un miembro de una Iglesia Local ‘X’ ha
renunciado voluntariamente y por escrito a su membresía. Y, comienza
a Congregar en otra Iglesia Local. La cual (y de acuerdo a sus propias
normas internas) después evaluar su Testimonio, su asistencia regular
a sus Cultos, decide aceptarlo como miembro. Entonces, una vez
aceptado como miembro de esa Congregación, es la misma
Congregación la que solicita la Carta de Transferencia de
Membresía a la Iglesia Local a la que ese miembro dejó de
pertenecer. Son firmadas por el Pastor Titular y la Secretaria(o).

No es un trámite personal. Es decir que, el miembro aceptado no


tiene que venir a su ex Congregación a solicitar que le den su Carta de
Transferencia. Porque las Iglesias Locales no son Clubes de Fútbol que
expiden las Cartas—Pases de sus ex jugadores.

Lamentablemente, en la ‘Cultura Chicha’ que vivimos en nuestro País.


Y, que ha trascendido a las Iglesias Evangélicas. Es decir que, también
vivenciamos una ‘Cultura Chicha Evangélica’, sumada a la falta de Ética
Pastoral, da como resultado que los ‘Pastores—Chicha’ en lugar de
enviar una Carta solicitando la Carta de Transferencia de Membresía, le
dicen al miembro en cuestión: ‘Anda a tu Iglesia y trae tu Carta de
Membresía’.
68

Particularmente, cuando un ex miembro me ha solicitado la Carta de


Membresía, un servidor simplemente no se la da. Mi respuesta siempre
ha sido que dicho trámite es administrativo, de Iglesia Local a Iglesia
Local. Así lo aprendí de mis Pastores y así lo hago también. Sino se
contribuye al desorden y a que continúe la ‘Cultura Chicha Evangélica’.
Y la Palabra de Dios nos enseña que hagamos todo decentemente y con
orden (I a Corintios 14:40).

Pero, ojo, cuidado con la excepción. Cuando un hermano por


inasistencia a su Iglesia Local perdió la membresía de la misma y, lo
aceptan como miembro en otra Iglesia Local. Su nueva Congregación
no puede solicitar su Carta de Transferencia de Membresía, porque
dicho hermano dejó de pertenecer a su Iglesia Local de origen, a la
mala. Lo que cabe en esos casos es lo que se conoce como:

4) Carta de Referencia.

Es un trámite de Pastor a Pastor, y son de carácter Confidencial.


En ella se da el record de cosas positivas y negativas de un hermano,
mientras estuvo como miembro en su Iglesia Local de origen. Esta
Correspondencia sólo es firmada por el Pastor Titular. Y, a diferencia
de las Constancias de Membresía, Cartas de Exoneración o
Transferencia de Membresía, que se leen en una Asamblea. La Carta de
Referencia es Confidencial, no es de dominio público. Este tipo de
Correspondencia cabe, no sólo cuando un hermano en Cristo ha sido
aceptado como miembro en una Iglesia Local de otra Denominación,
sino también cuando un hermano en Cristo que proviene de una Iglesia
Local ‘X’ comienza a Congregar en otra Iglesia Local. Máxime si salió de
su Congregación con problemas y/o resentimientos. Dado que, cada
Pastor debe velar por la Unidad y la Salud Espiritual de su propio
Rebaño, no se puede recibir así nomás a gente que sale huyendo de sus
Iglesias Locales, porque no se sujeta a una Disciplina Eclesiástica, o
porque no quiere enfrentar las consecuencias de sus pecados. Se
necesita primero, tener Referencias de su antiguo Pastor para saber
cómo tratar su caso, qué tipo de Pastoral se le va a dar o si no se le va a
dejar Congregar.

También caben las Cartas de Referencia, cuando una pareja de


hermanos en Cristo no quieren casarse en su propia Congregación, sino
que quieren casarse en otra Iglesia Local. El Pastor de la otra Iglesia
Local, sea que le hayan pedido que Oficie la Ceremonia Nupcial o que
no la Oficie, sino que sólo quieren usar las instalaciones de su Templo,
debe pedir a su Iglesia Local de origen, Cartas de Referencia de los
novios. Pues, no por recibir una buena ofrenda, se va a hacer pasar
gato por liebre. Quizás la novia está encinta y el pecado de fornicación
de los novios está latente o, quizás uno de los novios no es convertido a
Cristo. Permitir un casamiento de éste tipo sin pedir Referencias, es
hacerse cómplices del pecado de otros.
69

Y, como Dios no puede ser burlado (Gálatas 6:7), a la hora de la


cosecha los novios, su Iglesia Local de origen y la Iglesia Local donde se
casan, pagarán las consecuencias.

Hace veinte años, más o menos, a una Congregación ‘X’ llegó una
solicitud de una Iglesia Local hermana, para que se preste las
Instalaciones de su Templo para una Ceremonia Nupcial.

Como corresponde, el asunto fue tratado por su Junta Ministerial. Allí,


se supo que el novio no era Creyente en Cristo, sino tan sólo
simpatizante. Pero, la novia sí era miembro de su Iglesia Local. El
Pastor manifestó conocer de mucho tiempo a la familia de la novia y
aseveró que eran muy buenos hermanos. Pero, el hecho real era que el
Matrimonio en cuestión iba a ser un Matrimonio Mixto, contrario a lo
que dice la Palabra de Dios en II a Corintios 6:14. La respuesta
unánime de los Oficiales (Líderes) en esa reunión, fue no damos pase a
ése ‘matrimonio’. E, inclusive, uno de los presentes manifestó que si
dicha pareja querían casarse, que se casen en su propio Templo. Pero,
viendo que el debate se acaloraba y el Pastor estaba enojado, otro de los
presentes dijo: ‘Mire Pastor, la Biblia es clara. Pero, para que no piense
que el asunto es personal o que tenemos algo contra usted. Que el
asunto pase a la Asamblea y que la Asamblea decida si se permite ese
‘matrimonio’, o no’.

Y, de este modo, dicho asunto se trató en Asamblea. En la Asamblea se


dijo muchas cosas. Una hermana manifestó que, ‘cada vez que en otra
Congregación una pareja peca, traen su pecado para que nosotros
carguemos con el muerto. Nos conocen porque permitimos este tipo de
situaciones y no decimos nada’. El Pastor dijo ‘no sé porque se hacen
tanto problema, si nosotros no los vamos a casar. Sólo les vamos a
prestar el Templo’. Otro hermano expresó ‘Pero, sabiendo lo que dice la
Palabra de Dios, permitirles que se casen en nuestro Templo es hacernos
cómplices de su pecado’. Otro hermano dijo ‘Estamos debatiendo por
gusto, pues es Acuerdo de Iglesia que no se ceden las Instalaciones de
nuestro Templo para Matrimonio que no son de nuestra Congregación o
de nuestros Anexos’.

Pero, ni corto ni perezoso, el Pastor presentó una moción para que ese
Acuerdo sea revocado. Y, por mayoría simple, dicho Acuerdo se revocó.
Entonces, ahora sí se podía casar a parejas de otras Iglesias Locales o,
cuando menos, cederles las Instalaciones del Templo para sus
Ceremonias Nupciales. Pero, el problema de fondo seguía ahí. ¿Se
habría de permitir ese Matrimonio Mixto?
70

El Pastor Asociado, que recién se había integrado a dicha Iglesia Local,


manifestó lo siguiente ‘Hermanos, tengamos cuidado. Pues, sin saberlo
ahora podemos estar siendo piedra de tropiezo para la Voluntad de Dios.
Pues, sé de un caso similar, donde también el novio no era Creyente en
Cristo, sólo era simpatizante. Pero, se casó por la Iglesia y por el
testimonio de su esposa, se llegó a convertir a Cristo. Y, con el tiempo fue
un buen Líder no sólo de su Iglesia Local, sino también de nuestra
Denominación. Y, quien los casó fue nuestro Pastor’.

Flaco favor le hizo al Pastor con la parte final de su comentario.


¿Quería decir acaso que, el Pastor en cuestión ya tenía precedentes en
casar Matrimonios Mixtos o, cuando menos, en permitirlos? Otro
hermano dijo al respecto del comentario del Pastor Asociado ‘Ese caso
es uno en un millón, es como buscar una aguja en un pajar. Y, por un
caso aislado no se va a hacer una doctrina. Además, no se puede estar
relativizando la Voluntad de Dios. La Palabra de Dios dice al respecto
que no se puede hacer, no se puede ni se debe permitir el yugo desigual
y punto. Eso no es relativo, eso es un absoluto’.

Ya habían transcurrido tres horas de duro debate. Y, aproximándose a


la hora del Culto de la noche, llegó un hermano de la Iglesia que no
había estado presente desde el comienzo de la Sesión. Así que, se sentó
y prestó atención a las intervenciones tanto del Pastor como de sus
hermanos. Y, una vez que ya estuvo bien enterado de lo que se estaba
tratando, pidió el uso de la palabra y dijo ‘Pero, Pastor ¿no dijo usted el
domingo pasado, en su Predicación del Culto de la mañana, que usted no
casa Matrimonios Mixtos? Y lo repitió tres veces. Total en qué
quedamos, ¿casa o no casa Matrimonios Mixtos?’ Los comentarios
huelgan. Ese fue el argumento final. Se fue a la votación y se aprobó
por amplísima mayoría no permitir ese casamiento en las Instalaciones
de su Templo.

El Caso compartido, no es inventado. Sucedió realmente. Tantas cosas


se dijeron, tantas heridas se abrieron. Todo se pudo haber evitado
haciendo respetar el Escrito está y, solicitando las Referencias
correspondientes. Obviamente, y como ya se dijo, este tipo de
Correspondencia no puede ni debe salir a terceros (y, menos si no son
convertidos a Cristo).

Pero, seamos sinceros, en esta ‘Cultura Chicha Evangélica’ que


vivenciamos, pedir Cartas de Transferencia de Membresía o Cartas de
Referencia, no se da. Y, los ‘Pastores—Chicha’ con su desidia y su
flojera contribuyen para que siga reinando entre nosotros la
informalidad. Pero, la ‘Cultura Chicha’ no conviene ni corresponde a
un hijo de Dios. Y, nosotros no nos guiamos por sentires y
procedimientos del Mundo sin Cristo. Nos guiamos por la Palabra de
Dios. Por lo tanto, hagamos respetar lo que dice la Palabra de Dios, no
sólo cuando la Predicamos.
71

Sino también en nuestras relaciones Inter—Pastorales e Inter—


Eclesiales. No vaya a ser como lo del Padre Gatica, que Predica y no
practica…

5) Carta de Expulsión.

Es un trámite de Pastor a Pastor, y es de carácter Confidencial. En


ella se explica las faltas cometidas por la persona que ha sido
Expulsada Congregacionalmente, advirtiéndole en cuanto a las
mismas. Esta Correspondencia sólo es firmada por el Pastor Titular.

Y, a diferencia de las Constancias de Membresía, Cartas de Exoneración


o Transferencia de Membresía, que se leen en una Asamblea. La Carta
de Expulsión es Confidencial, no es de dominio público. Sólo tienen
acceso a ella, el Pastor Titular y sus Líderes y Oficiales más cercanos.
Obviamente, y como ya se dijo, este tipo de Correspondencia no puede
ni debe salir a terceros (y, mucho menos si no son convertidos a Cristo
o, es la persona Expulsada).

c) ¿Qué Hacer cuando un Consiervo Cae…?

Se dice que las malas noticias son las primeras en llegar. Y, sucede que
cuando un miembro de una Iglesia Local ‘X’ disiente de su Pastor,
acude donde otro para quejarse.

Si los Principios Éticos Pastorales todavía tienen vigencia, no se debe ni


siquiera oír las quejas sobre dicho Consiervo (como dice I a Timoteo
5:19). Y, menos si el quejoso no tiene cómo probar lo que dice. Y, por
tanto, su criterio es subjetivo. Así que, ni comentar el asunto con
nadie.

Al respecto, en el libro que nuestro Señor me permitió escribir, ‘La


Disciplina Eclesiástica’, expreso lo siguiente:

“La interpretación de la 1ª Epístola a Timoteo 5:19, diría:


“No aceptes, no recibas, no acojas, no reconozcas la
acusación referente a un Pastor, a no ser que exista la
condición, a no ser que existan las pruebas
presentadas y refrendadas por dos o tres testigos”.
(La 1ª Epístola a Timoteo 5:19)
Este texto nos habla de una necesidad muy grande: La
necesidad de proteger la Imagen, la Reputación, el
Testimonio de un Pastor.
72

El Misionero San Pablo, le escribe al Pastor Timoteo para que no se


deje sorprender por comentarios, difamaciones, chismes o
calumnias que, hermanos carnales o gente mundana, puedan
hacer de otros Pastores, otros Consiervos.
La opinión de San Pablo al respecto, es tajante. No admitas, no
acojas, no recibas, no escuches, no creas, no permitas alusiones
negativas de otro Pastor o, referentes a otro Pastor. Se deja
entrever también que, la intencionalidad de San Pablo es para que
el Pastor Timoteo, aprenda a proteger su propia Imagen, su
Reputación, su Testimonio y, para que evite la denigración del
Ministerio Pastoral.
Sin embargo, San Pablo no está diciendo que los Pastores no
pecan. Se sobreentiende que, como cualquier ser humano redimido
por Cristo, sí lo hacen. Pero, se amparan en la promesa de la 1ª
Epístola de San Juan 1:9.
Se entiende que, de admitir una acusación contra un Pastor,
es por que se presume que existe un pecado o falta grave y,
se cuenta con las evidencias. San Pablo no dice que Timoteo
debe cerrar sus oídos a toda acusación contra un Pastor. Lo que
está diciendo aquí, es que Timoteo debe cerrar sus oídos a toda
acusación que, procediendo de rumores, carezca de pruebas
fehacientes de la falta cometida por un Pastor”. (6)

Además, es inevitable que un Pastor no les caiga bien a todas sus


Ovejas. Siempre van a haber detractores. Por ende, es mejor
despachar a aquéllos hermanos que vienen a contarnos cosas negativas
de otros Consiervos y sin tener cómo probarlas.

Pero, cuando la falta es real y hay pruebas, la figura cambia. Entonces,


cuando recién nos enteramos del asunto y prestamos atención a las
pruebas que nos presentan. Cabe una Visita Pastoral previa, de
carácter amistoso, al Consiervo en falta. No para ‘chancarlo’, sino para
oír su versión de los hechos. Para Discernirlo Espiritualmente, para
hacerle una Pastoral de Pastor a Pastor, para orar por él y con él, para
aconsejarle y regresarle al camino correcto (ver al respecto Santiago
5:19—20).
Lamentablemente, en nuestra ‘Cultura Chicha Evangélica’ los
‘Pastores—Chicha’, condenan al Consiervo caído sin haberle visitado, ni
oído, ni nada. Le cierran las puertas, le quitan el habla. Pero, los
comentarios negativos sobre su persona son la comidilla de sus
‘Reuniones Pastorales’.

6) E. De Pascale, Op. Cit., pp. 102—103.


73

Claro que, si el Pastor en falta se cierra y no reconoce su pecado.


Entonces, el procedimiento es diferente. Al respecto, en el libro que
nuestro Señor me permitió escribir, ‘La Disciplina Eclesiástica’, expreso
lo siguiente:

“Pero, también alude a aquéllas acusaciones que sí deben tomarse


en cuenta. Son aquéllas que vienen refrendadas por dos o tres
testigos que, no tienen temor ni vergüenza de enfrentar el riesgo de
acusar a un Pastor. La interpretación de la 1ª Epístola a Timoteo
5:20, diría:
“A los Pastores que siempre se separan del Señor; a los
Pastores que siempre están pecando, repréndeles
fuertemente delante de todos; pon de manifiesto
completamente su falta en presencia de todos; hazles
ver todo su error a la vista de todos; condénales
totalmente en público, para que los otros tengan
mucho temor”. (La 1ª Epístola a Timoteo 5:20)
Vemos, pues, que de ser verificada la falta grave de un Pastor
(versículo anterior) y, ante el cinismo de no arrepentirse de su falta,
ni reconocer su error. Es decir, persiste en su pecado y pretende
Ministrar ante el Señor y a su propia Iglesia local, como si no
pasara nada. Otro Pastor (en primera instancia, de su misma
Congregación. Si no lo hubiera, de otra Iglesia local
hermana), deberá proceder con el Consiervo en falta en la Iglesia
local donde éste Ministra, a aplicarle la Acción
Disciplinaria de la Amonestación Congregacional,
reprendiéndole duramente, denunciando sus pecados delante
de su Congregación, en oídos de su propia Iglesia local.
Es interesante notar que, las Epístolas del Apóstol San Pablo a
Timoteo y Tito, son denominadas como ‘Epístolas Pastorales’. Es
decir, que no son consejos para las Iglesias locales
propiamente dichas, sino más bien para los Pastores de las
Iglesias locales.
De ahí que, quien reprende públicamente a un Pastor que persiste
en pecar, sea otro Pastor. Y, si el Pastor que reprende fuese de
otra Iglesia local hermana, no está violentando ningún
‘Principio de Autonomía’, sino cumpliendo simplemente con lo
establecido por la Palabra de Dios”. (7)
Como dice la cita en cuestión, éste procedimiento sólo cabe cuando el
Consiervo en falta persiste en su mal. Resumiendo esta parte, cuando
un Consiervo Cae en falta, se debe hacer lo siguiente:

10) Ibid., pp. 105—106.


74

1) Verificar la noticia.
2) Visitar al Consiervo en falta.
3) Si no reconoce su falta. Entonces, se procede a llamarle la atención
públicamente en su Congregación.

Ahora bien, si la Iglesia Local del Pastor en falta, solicita la intervención


del Ente Denominacional. El Ente Denominacional debe nombrar una
Comisión integrada por Pastores probos, de amplia Trayectoria
Ministerial y que no hayan caído en la misma falta que la del Consiervo
en cuestión. Los cuales serán los encargados de visitar a dicho Pastor y
hacerle la Pastoral o, en su defecto, llamarle la atención en público.
Pero, si fuere el caso que la Iglesia Local del Pastor en falta, informa por
carta al Ente Denominacional que han destituido a dicho Consiervo y lo
han puesto en Disciplina Eclesiástica. De todos modos, el Ente
Denominacional debe nombrar a ésta Comisión de Pastores para que
ayuden en la Restauración Congregacional tanto de la Iglesia Local
como del Pastor en falta.

El problema es que en nuestra ‘Cultura Chicha Evangélica’, se está


comenzando a dar algo sin parangón. En que aquéllos ‘hermanos en
Cristo’ y ‘Pastores—Chicha’ que sí cometen pecados que afectan la
Salud Espiritual y el Testimonio de sus Iglesias Locales. Y, a los cuales,
se les pone en justa Disciplina Eclesiástica o, en otros casos se les
Expulsa Congregacionalmente (para mayor referencia de cuándo y por
qué se Expulsa, ver el libro ‘La Disciplina Eclesiástica’). Se declaran en
rebeldía, en plena desobediencia a la Palabra de Dios (ver al respecto:
Hebreos 12:8), y pasando por encima de las Escrituras (ver al respecto:
I a Corintios 6:1—7), quieren apelar los fallos de las Iglesias Locales
ante el Poder Judicial secular o, en su defecto, Denuncian Penalmente
tanto a Iglesias Locales como a sus Pastores por difamación.

Lo cual nos lleva al siguiente punto:

d) ¿Derecho Canónico Evangélico?

Sé de un caso real, donde un ‘pastor’ cometió adulterio y desfalco con


los fondos de su Iglesia Local. Verificados los hechos, su Denominación
lo puso en Disciplina Eclesiástica y lo separó del Ministerio Pastoral. El
susodicho, Demandó Penalmente a su Institución Denominacional.
Ganó el Juicio, se hizo reponer en su ‘pastorado’ y encima tuvieron que
pagarle su reparación civil. ¿Y su pecado cómo queda? Es decir,
comete falta grave que afecta la Salud Espiritual de su Iglesia Local y el
Testimonio de la misma y el de su Denominación. Pero, como las Leyes
de nuestro País le asisten, entonces ¿no se puede aplicar para estos
delincuentes la Palabra de Dios? ¿No se les puede Disciplinar o, en el
75

peor de los casos, Expulsarles, por temor a que nos Demanden


Judicialmente?

Dentro de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, existe lo que se


conoce como el Derecho Canónico. El cual rige para todo su Clero y
goza de la autonomía correspondiente y el reconocimiento de las Leyes
de nuestro País, para juzgar y sancionar los casos de inmoralidad de
sus componentes. Mucho criticamos de la Iglesia Católica pero, en este
caso, nosotros necesitamos también un Derecho Canónico Evangélico,
con carácter autónomo y que tenga el reconocimiento de las Leyes
Judiciales de nuestro País.

En lugar de perder el tiempo, tratando de reunir firmas de Consiervos,


para pelear en el Congreso de la República, Leyes que favorezcan a los
Pastores para que tengan las mismas gollerías que los Sacerdotes
Católicos. Debiéramos los Pastores sentarnos a conversar sobre la
necesidad de tener un Derecho Canónico Evangélico que Juzgue estos
casos de inmoralidad y pecado que, trascienden las paredes de nuestros
Templos. Y, luego con la asistencia de Abogados Creyentes en Cristo,
darle forma para que tenga la misma aceptación que tiene el Derecho
Canónico Católico dentro de las Leyes de nuestro País.

Afín de que podamos gozar de autonomía en estos casos en que


Disciplinamos, Expulsamos y los hermanos en falta apelan estas
decisiones. Que podamos tratarlo en un marco netamente Espiritual,
Bíblico, Legal. Pero, básicamente, que lo podamos tratar en casa. Es
decir, lavar nuestros trapitos nosotros mismos sin tener que acudir, sea
porque Demandamos o nos Demandan, ante las Autoridades Civiles y
seculares. Sino a Autoridades Religiosas competentes que entienden la
Palabra de Dios, los asuntos de cuño Espiritual y los usos y manejos
de las Iglesias Locales (ver al respecto: I a Corintios 6:4—5).

En fin, quizás sea un sueño. Pero, espero que algún día lo podamos
lograr. De todos modos, dejo la idea. Quizá otros Consiervos recogen la
idea y la hacen madurar.
76

IV. BIBLIOGRAFIA.

1. Carson, D.A.; France, R.T.; Motyer, J.A.; Wenham, G.J., NUEVO


COMENTARIO BIBLICO: SIGLO VEINTIUNO, Casa Bautista de
Publicaciones, 2000, El Paso—Texas, USA.

2. De Pascale, Edwin P. “NIVEL DISCIPULAR UNO”, Material aún


sin publicar, 1992, Lima—Perú.

3. De Pascale, Edwin P. “NIVEL DISCIPULAR DOS”, Material aún


sin publicar, 1993, Lima—Perú.

4. De Pascale, Edwin P. “LA DISCIPLINA ECLESIASTICA”,


Ediciones y Producciones Arders—Rabbitt Film, 2008,
Lima—Perú.

5. Nelson, Wilton M., NUEVO DICCIONARIO ILUSTRADO DE LA


BIBLIA, Editorial Caribe, 2000, Nashville, Teenesee—USA.

6. Reyna, Casiodoro de y Valera, Cipriano. “SANTA BIBLIA


(VERSION DE 1960), Sociedades Bíblicas Unidas, 1986, Corea.

7. Támez, Elsa y Foulkes, Irene de. “DICCIONARIO CONCISO


GRIEGO—ESPAÑOL DEL NUEVO TESTAMENTO”, Editorial
Caribe, 1978, West Germany.

8. “THE NEW TESTAMENT: THE GREEK TEXT UNDERLYING


THE ENGLISH AUTHORISED VERSION OF 1611”, The
Trinitarian Bible Society, 1980, London—England.

9. Truluck, Rembert. “EL MINISTERIO DE JESUS: NUESTRO


EJEMPLO”, Casa Bautista de Publicaciones, 1974,
El Paso—Texas, USA.

10. Vine W. E. DICCIONARIO EXPOSITIVO DE PALABRAS DEL


ANTIGUO Y DEL NUEVO TESTAMENTO, CLIE, 1984,
Terrassa—Barcelona, España.

11. Yates, Kyle M. “NOCIONES ESENCIALES DEL HEBREO


BIBLICO”, Casa Bautista de Publicaciones, 1984,
El Paso—Texas, USA.
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NOTA ESPECIAL: La presente Separata, fue presentada como Tema de Exposición


en la Iglesia Evangélica Bautista ‘La Nueva Jerusalén’ de El Agustino, Lima, en los
meses de setiembre a noviembre de 1998, en la Escuela Bíblica Dominical, en la Clase
de Adultos y Jóvenes, a solicitud de su Pastor, Celio Cruzado T. Y, como Tema de
Capacitación para Líderes en Iglesia Evangélica Peruana ‘Maranatha’, en el mes de
julio del 2000, a solicitud de sus Pastores Luis Herbozo y Pedro Elorreaga y en la
Primera Iglesia Evangélica Bautista de El Milagro, Trujillo, en el marco de la Cruzada
Internacional que, se llevó a cabo del 19 al 26 de junio de 1999, a solicitud de su
Pastor, Felipe Briceño. Y, Dios mediante, se publique como libro próximamente.

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