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MATERIAL

DE LECTO-ESCRITURA PARA ADULTOS

Nivel 3

LICENCIA DE ESTUDIOS CURSO 2002-2003

Elaborado por Ezequiela Albarrán García


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

COSAS DE SIEMPRE

Ezequiela Albarrán García. 117


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

ABSTEMIOS
Yo pertenezco a una minoría.
A la de las personas que son abstemias.
Y como tal minoría siento que se me discrimina.

No es que ahora me haya dado por la abstemia porque sea la última moda,
lo he sido toda mi vida, jamás he probado más alcohol que el que pueda
haber en un bombón relleno de licor o en un pastel borracho, y esto por
error.

Pues bien, llevo toda la vida, que ya son muchos años, sintiendo que no se
me tiene en cuenta.

- Si participo en una comida familiar, o de amigos, o de compañeros de


trabajo, veo que todo el mundo valora el buen vino, siempre hay alguien
que se preocupa de comprarlo, a veces sin preocuparse de lo carísimo que
sea.
A mí, si tengo suerte, me ponen agua del grifo.
Si no tengo suerte he de comer “a secas”, porque siempre hay quien no
entiende que ni siquiera pueda beber un mosto, siempre hay alguien que
dice ¡pues vaya, ni un mosto, ni sidra, qué raro!

- Si salimos en grupo y ponemos fondo para pagar, yo pongo como todo el


mundo aunque sólo beba agua o té y en muchas rondas no beba nada.
A pesar de eso, si ocurre que el agua del grifo es muy mala y pido que me
hagan el té con agua de botella, he de sufrir que alguien me diga que me va
a salir el té a precio de güisqui, y eso lo dirá alguien que lleva tomadas
muchas copas a mi costa.

- Si en un restaurante estamos tres personas comiendo y pedimos, para


beber, agua para dos y vino para uno, tienes que aguantar que la cantidad
de agua que traen sea menor que la de vino.
Si pides más agua te la han de cobrar aunque estés comiendo el menú del
día y la bebida esté incluida, igual no hacen lo propio si lo que pides es un
poco más de pan o de vino.
Eso si no te preguntan si quieres el agua del grifo.

- A veces te sientes en la obligación de pedir perdón por ser una persona


abstemia, porque hay gente que te invita a tomar una copa y no puede
entender que tú no bebas nada, nunca.

Ezequiela Albarrán García. 118


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

- Otras veces te encuentras a ti mismo dando estúpidas explicaciones a


alguna estúpida mente que no entiende que una persona que no bebe pueda
ser divertida, o te propone el reto de demostrárselo invitándole a una cena,
para luego tener que reconocer que, al menos tú, no necesitas una copa para
ambientarte y pasarlo bien, pero dejando muy claro que tú eres una
excepción, claro, un bicho raro.

- Hay otras ocasiones en las que sientes que te utilizan descaradamente,


por ejemplo cuando tras una cena todo el mundo quiere volver a casa en tu
coche, puede que al ir fuerais solos el coche y tú, pero a la vuelta eres la
persona más solicitada.

NO SÉ…

Ezequiela Albarrán García. 119


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CADA MAESTRILLO TIENE SU LIBRILLO


Eso es lo que dice un refrán y es verdad.
Es verdad que cada maestro tiene su forma particular de enseñar, su
método.
Ninguno es mejor que otro, cualquiera puede ser bueno, porque lo que vale
para uno puede ser totalmente inútil para otro.

Pero el refrán no sólo es cierto para los maestros sino que puede aplicarse a
cualquier persona y a cualquier situación de la vida.
Vamos a verlo con unos ejemplos cotidianos.

Hablemos de la tortilla de patatas.


¿Conoces a dos personas que hagan igual la tortilla de patatas?
¿A que no?
¿A que tú no la haces ni como tu madre, ni como tu suegra, ni como has
visto hacerla en un programa de televisión?
¿A que opinas que tu forma de hacerla es la mejor?
¿A que crees que tu tortilla sabe mejor?

¿Y qué me dices de la forma de hacer el café?


¿A que como el tuyo ninguno?

Podríamos decir lo mismo de cualquier receta de cocina, pero también


sobre cualquier otra cosa, veamos.

¿Qué opinas de la forma de educar a los hijos?


¿A que crees que en tu casa se hace mejor que en la de los vecinos?

¿Qué opinas de la forma de gastar el dinero?


¿A que en tu casa lo administráis mejor?

¿Qué te parece la forma de vestir de algunas personas?


¿A que si tú pudieras les cambiarías el aspecto?

¿Y qué decir del modo de oficiar la misa de este cura?


¿A que el de tu pueblo lo hace mejor?

¿Y qué me dices sobre la forma de divertirse los jóvenes de hoy?


¿A que no saben?
¿A que en tu época sí que sabíais?

Ezequiela Albarrán García. 120


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Si sabes hacer punto seguramente piensas que tu forma de echar los


puntos para empezar es la mejor, porque así luego se estirará menos.
O crees que la manera que tiene tu amiga de hacerlo a la hora de mermar, o
de aumentar, es un lío, que tu forma es más fácil y queda mejor.

Así podíamos repasar todo lo que hacemos cada día y siempre


encontraríamos cosas en las que cada uno de nosotros tiene su librillo,
igual que cada maestrillo.

Ezequiela Albarrán García. 121


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COMIDAS FAMILIARES
Hay unos días al año en los que parece que es obligatorio reunirse
en familia, reunirse a comer, o a cenar, o para ambas cosas.
Hablamos de días como Navidades, cumpleaños, u otro tipo de
celebraciones.

En estos casos los niños lo pasan muy bien porque como hay mucha
gente junta, hay mucho ruido, muchas cosas que hacer, mucha gente para
ocuparse de ellos, o por el contrario no hay tiempo para ocuparse de ellos,
por lo que se sienten más libres.

Los niños disfrutan pero los adultos no tanto.

Los adultos pueden llegar a sentir como un castigo este tipo de reuniones
familiares, pero no pueden librarse de ellas.
Y casi siempre hay algún motivo para sentirse incómodos, motivos como
tener que coincidir con ese cuñado del que no entiendes cómo puede
formar parte de tu familia, semejante espécimen.
O esa cuñada que siempre sabe más que nadie y le dice a todo el mundo lo
que tiene que hacer, lo que debe comprar o cómo educar a los hijos, aunque
no tenga ni idea de lo que dice, aunque los suyos no sean unos hijos como
para dar envidia o para poner como modelos a imitar.

Menos mal que siempre hay cuñados y cuñadas con quienes da gusto estar.

¿Y qué decir de las suegras?


Pues aquí también hay de todo como en botica, desde la que no abre la
boca hasta la que no la cierra, desde la que no da un consejo ni su opinión,
si no es que se la piden, hasta la que no deja de hacerlo ni un momento.

¡Y claro, mi suegra es tu madre y mi madre es tu suegra!


Los suegros suelen ser más llevaderos, casi siempre.

Y aún hay otros detalles a tener en cuenta como son: el lugar de reunión, el
menú, la compra, etc.
Hay familias que lo resuelven celebrándolo en un restaurante y pagando a
partes iguales, o proporcionales, o si se trata de un cumpleaños pagando
quien los cumple.

Ezequiela Albarrán García. 122


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Esto resulta más caro pero es más descansado para todos porque ¡hay que
ver lo que le toca trabajar a la familia que recibe en su casa a los
demás!

Para empezar hay que sacar la vajilla y la cristalería buenas, las que sólo se
usan en estas ocasiones, además de manteles, cubiertos, infinidad de
detalles que luego debe recoger.
Y aún estará contenta si tras la reunión familiar no hay algún desperfecto
de esos que no tienen arreglo, como una mancha de grasa en la madera del
suelo, una copa de la cristalería rota, o un plato de esa vajilla buena, piezas
que no es posible reponer porque tienen muchos años y ya no se hacen
iguales.
Por no hablar de esas manchas que caen en algunos manteles y que ya son
para siempre.

Todo esto, aunque molesto, se puede entender como algo normal puesto
que al juntarse mucha gente es lógico que se produzcan accidentes.

Pero hay más temas:


- en la mayoría de las familias los encargados de “poner la casa” suelen
ser los padres.
- pero cuando los padres no están o no pueden, si se hace de forma rotativa,
vale, sólo es cuestión de aguantar todos una vez, pero es que hay familias
en las que no hay rotación, con excusas como “tu casa es más grande”, “tú
cocinas mejor”, u otras parecidas, hay quien siempre va de invitado y
quien siempre está de “cenicienta”.

Más cosas:
- hay personas educadas que entienden que lo importante es estar juntos y
¡qué más da la comida!, otros por el contrario se comportan como si
estuvieran en un restaurante de cinco tenedores y pensaran pagar, porque
exigen, critican, a todo le ponen pegas, etc., casi siempre suelen ser los que
“nunca ponen la casa”.

- hay quienes antes de ir preguntan qué deben llevar, o dan una parte de lo
que ha podido costar la comida, o llevan cosas útiles y que no se estropean
por lo que si no se usan en esa ocasión, los de la casa las pueden llegar a
aprovechar en otro momento.

Ezequiela Albarrán García. 123


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

- hay quienes siempre aparecen con algo “ostentoso”, algo que igual sólo le
gusta a quien lo lleva y que, generalmente, supone un trabajo extra para
quien pone la casa porque no llega preparado para ir directamente a la
mesa.

- hay quien se sienta a la mesa y no se levanta hasta el final, pero hay quien
lo hace veinticinco veces yendo y viniendo, tocándolo todo, dejando sus
huellas por toda la casa, por lo que tras la reunión familiar, además, hay
que hacer limpieza general.

Se puede hablar largo y tendido del tema, pero por hoy lo vamos a dejar
así.

¡Y a pesar de todo seguimos reuniéndonos!

Ezequiela Albarrán García. 124


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EL ABORTO
Sólo una vez he pasado por la experiencia de sufrir un aborto, un aborto
natural, y con una es suficiente para poder hacerse una idea de lo que
supone.
Físicamente puedes recuperarte en unos pocos días, basta con que hagas
reposo o por lo menos descanses más que otros días, comas bien e intentes
olvidar
Pero aquí está el problema, olvidar no es fácil, nada fácil. Comienzas a
darle vueltas en la cabeza a ideas que sólo sirven para seguir sufriendo.
Te preguntas si sería niño o niña, cómo sería su carita, cómo su voz, cómo
lloraría, cuándo andaría,… ¡un suplicio!

A pesar de ello yo no estoy en contra de que las mujeres aborten


voluntariamente, o quizá porque sé lo mal que se pasa es por lo que no
estoy en contra, es decir que si sabiendo todas que se pasa mal hay quienes
deciden abortar, tiene que ser por razones de peso.

Un día leí en una revista una entrevista que le hacían a una señora muy
famosa, señora que hoy es muy mayor pero que evidentemente también fue
joven. Tiene hijos pero son adoptivos y explicaba que había sufrido 11
abortos. Tiene que ser durísimo hacerse ilusiones tantas veces y sufrir
desilusiones tantas otras.
Tiene que ser desesperante creer que vas a ser madre y de repente enterarte
de que no, una, dos, tres, cuatro,… once veces ¡qué terrible!

Sobre el mismo tema otra versión: hace años, muchos años, una famosa
locutora de radio ya desaparecida, decía en una entrevista que como ella no
podía tener hijos estaba en contra de la legalización del aborto.

¡Tampoco es eso! No hay que caer en los extremos.

Es como si yo, por haber tenido la mala suerte de sufrir un aborto natural
estuviera en contra de las inseminaciones artificiales.

Hay que tener en cuenta a todas las mujeres y considerar todas las
posibilidades, porque parece más conveniente que una mujer aborte que
obligarla a tener un hijo no deseado, hijo que puede acabar siendo
maltratado, infeliz, marginado,…

Ezequiela Albarrán García. 125


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EN LA CONSULTA DEL MÉDICO


Esta mañana he ido a la consulta del médico, del médico de cabecera, el
de medicina general.

Menos mal que sólo iba porque me molesta la garganta, desde hace unos
días no paro de toser y me estoy quedando sin voz.

Menos mal que no iba con fiebre, ni malestar general, ni dolor fuerte en
ninguna parte, porque de lo contrario me podía haber dado algo.
Se armó un buen guirigay en la sala de espera.

Me explicaré:
La señora que estaba dentro de la consulta cuando yo llegué, salió y se fue,
pero a los 15 minutos estaba de vuelta y pretendió que la dejaran volver a
entrar y ese fue el inicio del “ruido”.
Además de mí había otras tres personas esperando, las tres estaban delante
de mí y las tres se opusieron a dejarla pasar.
Yo como no tenía mucha prisa y no tenía la garganta para dar
explicaciones, la habría dejado pasar si me hubieran dejado opinar, pero
visto lo visto y oído lo oído, opté por callarme.

Parece ser que ya antes se había “colado” de todos con el argumento de


que se encontraba mal, el médico le había tomado la tensión y le había
dicho que no estaba tan mal.
Al salir de la consulta había ido a la farmacia para que de nuevo le tomaran
la tensión y como allí le dijeron que la tenía un poco alta, volvía a la
consulta para que viera el médico lo que le habían anotado en un papel en
la farmacia.

Cada una de las tres personas utilizaba argumentos distintos para no


dejarla pasar:
- La chica joven tenía prisa porque tenía que ir al trabajo y tenía un margen
de tiempo breve para estar en el médico y ya la había dejado colarse antes.

- La señora mayor le aconsejaba que se tranquilizara y se ofrecía a darle


ella al médico el papel con la anotación de la farmacia cuando entrara ya
que era ella la siguiente que entraría.
Además se brindaba a acompañarla a urgencias si hacía falta, o a su casa
para que se tomara una tila y se tranquilizara.
En un momento en que miró lo anotado en la farmacia dijo “tampoco tiene
usted la tensión tan alta, además la tiene compensada”.

Ezequiela Albarrán García. 126


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

¡Hay que ver lo que sabe la gente mayor sobre la tensión!

- Y el hombre, un señor mayor pero con mucho genio, y que seguramente


conocía a la pretendida “colona”, no hizo más que gritar, acusándola de
ponerse mala porque quería, diciéndole que había vuelto para insultar al
médico, que si no se fiaba de su medición y había ido a la farmacia para
qué volvía, que las máquinas de las farmacias no suelen funcionar bien,
que si patatín, que si patatán.

La mujer, la que recibía los gritos, es mayor, muy mayor, elegantísima,


vestida impecablemente y también impecablemente maquillada y peinada,
no contestaba más que frases como “no me encuentro bien” o “estoy muy
nerviosa” o “que no se sienta usted nunca como yo”, etc.
En un momento de la discusión decidió darle el papel con la anotación a la
otra señora, sacó un abanico del bolso, comenzó a abanicarse y dejó de
hablar.

Yo no sabía qué hacer ni a dónde mirar.


Entró otra persona nueva en la sala de espera y preguntó quién era la
última, como la mujer no respondía que era ella, tuve que hacerlo yo.

Cuando salió de la consulta la señora que había entrado con su papel, se fue
con ella, supuse que era para que le dijera lo que había comentado el
médico, pero no volvió.

Cuando llegó mi turno y entré en la consulta, el médico, es decir la


médico, porque es mujer y conocida mía desde hace años, me explicó que
se trata de una persona muy especial, que verdaderamente no tenía la
tensión para preocuparse y que ya volvería, porque seguramente pocos
médicos la tratarán con la paciencia con que la trata ella.

Después de oírla me tranquilicé, porque hasta entonces tenía un poco de


mala conciencia, me parecía que debía haber alzado la poca voz que me
quedaba para defender a una anciana a la que no estaban tratando
adecuadamente.
Y tras oírla sospeché que el hombre conocía a la anciana y aunque no
utilizó la palabra hipocondríaca en realidad era eso lo que la estaba
llamando, y aunque el tono de voz que usaba no era respetuoso lo cierto es
que tenía razón y consiguió que la mujer se fuera.

Aunque lo que no sabemos es si de allí se fue a su casa o a la


consulta de otro médico.

Ezequiela Albarrán García. 127


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EN LA MESA Y EN EL JUEGO
Hay un refrán que dice: “en la mesa y en el juego se conoce al caballero”
y estoy de acuerdo con él porque viendo cómo come una persona, te puedes
hacer una idea clara de su educación.
No digamos nada de lo que puedes conocer de cualquiera si lo ves jugar y
ves si hace trampas, si sabe perder sin enfadarse, si sabe ganar sin humillar
al otro, etc.

Como el refrán es antiguo no contempla situaciones de la vida moderna.


Por ejemplo no dice nada respecto al comportamiento de la gente de hoy en
la carretera, en el cine, en la biblioteca o en la piscina.

Hay gente que se comporta en la piscina como si los demás no existieran, o


como si se tratara de un sitio privado, sólo suyo. Por eso no mira ni repara
en si el vecino tiene miedo o no, en si le da un golpe al pasar, en si nadando
de espaldas puede chocar con el que viene de frente y que además empezó
antes que él a nadar hacia atrás, etc.
A la hora de ducharse actúan igual de mal, tiran el agua como si fuese suya,
como si no la pagáramos entre todos y como si no se tratase de un bien
escaso en estos momentos. Se pasan largos ratos bajo el grifo o se van
dejándolo abierto.

En la carretera además de jugarnos la vida cada día, podemos también ver


cómo es la gente, parece que al volante la mayoría de la gente se vuelve
agresiva, desagradable, grosera, egoísta y machista.
Cuando yo empecé a conducir se decía que los camioneros eran los
caballeros de la carretera, yo compartía esa opinión porque tuve alguna
ocasión de comprobar cómo ayudaban, pero hoy ni ellos son agradables.

En el cine hay gente que parece que fuera allí a comer, se pasan el tiempo
tragando, tragando cosas con olores muy fuertes, envueltas en papeles que
hacen mucho ruido, y a veces haciendo también ruidos con la boca ¡qué
mal gusto! Y qué manera de impedir al vecino de asiento disfrutar de la
película.
No digamos nada de aquellos que deciden hacer de comentaristas y nos
castigan con sus opiniones en voz alta, o de aquellos que como ya antes han
visto la película la van anticipando.

En la biblioteca, que es el sitio por excelencia para guardar silencio,


también hay quien parece que fuera a charlar. Y qué decir sobre cómo
maltratan los libros que utilizan.

Ezequiela Albarrán García. 128


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ENVIUDAR
Conozco a algunas mujeres que podrían decir que enviudar es lo mejor que
les ha pasado en la vida, para ellas enviudar ha sido lo mismo que
empezar a vivir.
Claro, es normal, porque tenían “maridos de los de otra época”, hombres
que si algún día las quisieron nunca lo demostraron, hombres que las
esclavizaron desde todos los puntos de vista, hombres que nunca las
trataron como a personas.
Por eso, si tienen la suerte de quedarse viudas cuando aún no son muy
mayores y cuando la salud aún no les da problemas serios, como los hijos
ya estarán crecidos y hasta fuera de casa, es el momento de empezar a
vivir.

Pero también conozco personas, tanto hombres como mujeres, que al


enviudar se han quedado minusválidos, como si algo importante les
faltara, como que algo importante les falta.
Se trata de personas que han tenido la suerte de encontrar una buena
pareja, personas que tuvieron en su pareja a un verdadero amigo, personas
que supieron respetarse y hacer de la convivencia diaria un reto, personas
que jamás tomaban una decisión importante sin contar con el otro.
No quiere eso decir que no discutieran o no tuvieran problemas, porque la
convivencia es difícil y siempre surgen roces, pero cuando alguien se
empeña en hacer algo bien seguro que lo consigue.

Si cuando se quedan viudos aún son jóvenes y tienen hijos pequeños, es un


drama, el que queda vivo tiene la pena de la ausencia del otro y el
agravante de tener que sacar adelante a la familia solo, pero como el tiempo
todo lo cura, puede llegar a encontrar otra pareja.

Cuando quien enviuda es una persona de edad avanzada, es muy habitual


que no sobreviva por mucho tiempo, la tristeza que le invade hace que
pierda las ganas de vivir y en poco tiempo vaya a hacerle compañía.

Es de entender, porque resulta envidiable ver a las parejas mayores que se


llevan bien, que van juntos a todas partes, que aún van por la calle de la
mano, que se conocen tan bien que cada uno sabe cómo aguantar los
defectos del otro porque es consciente de que el otro debe aguantar los de
uno.

Puede ser tan enternecedora una pareja de ancianos como una


de adolescentes.

Ezequiela Albarrán García. 129


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

LA CLASE DE HISTORIA
Me encantan las clases de Historia, la verdad es que tiene razón la
profesora cuando dice que la Historia es como un cuento, sobre todo si te
lo cuentan con las ganas que ella le pone, puedes estar un buen rato con
la boca abierta.

Además tenemos la suerte de que haya una gran cantidad de películas


sobre temas históricos y por eso, podemos ir al cine a verlas o disfrutar de
ellas en la televisión cuando se trae un video a la clase.

Me gustan los debates que hacemos después de ver la película, poder


comparar y ver si se ha respetado lo que se cuenta en los libros de Historia
o si por el contrario, el director o el guionista le han dado un enfoque
distinto.
Comprobar si el vestuario se corresponde con el que había en la época, si
hablan de acuerdo al momento de la Historia que se cuenta, si las
costumbres de la época aparecen reflejadas, etc.

Me gusta también que nos vayamos de vez en cuando a la biblioteca a


buscar datos, para poder responder a preguntas que se nos plantean pero
que no tienen respuesta en los apuntes ni en lo que la profesora nos ha
contado en clase.

Por otro lado es verdad que “la Historia se repite” y puedes ver que
algunos errores que ahora cometemos también los cometieron hace años o
incluso siglos, y que cosas que ahora nos parecen muy modernas estaban ya
pensadas hace tiempo, sólo que no pudieron ponerse en práctica por falta
de dinero o de otros medios.

Me impresiona ver cómo a lo largo de la Historia ha habido siempre


personas egoístas y otras altruistas, soñadoras y tiranas, dictadoras y
demócratas, grandes hombres y grandes mujeres, viajeros incansables y
aventureros, comerciantes, etc.
Ver cómo siempre ha habido pueblos que se han creído superiores a otros,
cómo los conquistadores se pueden convertir en conquistados y al revés.
Cómo se crea o se destruye un gran imperio, las luchas por el poder entre
hermanos o padres e hijos.

Vaya, que ni los modernos culebrones de la tele ganan a la Historia de


verdad en cuanto a intriga, acción, fantasía, etc.

Ezequiela Albarrán García. 130


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

Me encantan también los cotilleos sobre las manías o virtudes de los


personajes famosos, las intrigas entre países que podían pasar de la noche a
la mañana de ser amigos a ser enemigos acérrimos, o al contrario.

Ver cómo se cambian las fronteras en función de haber ganado o perdido


una guerra, o cómo se podía solucionar un conflicto acordando el
matrimonio de Fulanita con Menganito.

De verdad que es apasionante la Historia.

Ezequiela Albarrán García. 131


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LA DEPRESIÓN POST-PARTO
Como su nombre indica es esa depresión que tienen, o pueden tener, las
mujeres después de un parto.
Pero este después no quiere decir que haya de ser inmediatamente después
del parto, qué va, puede ser unos días más tarde, o a los tres meses de nacer
el bebé.

Por ejemplo, puede ocurrir que de repente te sientas desbordada y cansada


de tanto cambiar pañales, lavarlos, tenderlos, recogerlos, plancharlos,
volver a usarlos, etc.
A la vez preocupada de que el bebé no huela a vómito, a leche cortada.

No digamos nada si por el camino ha tenido algún contratiempo, como


fiebre, diarrea, cólicos del bebé, etc.
En este caso no es que estés cansada, es que estás agotada, inservible,
porque lo más probable es que ni siquiera te deje dormir por las noches.

Y mientras tanto, todo el día con un pecho al aire para que el monstruito
tragón te devore.

Tienes la impresión de que tú no eres tú, tú eres una vaca lechera, una
sirvienta, una enfermera, una MADRE, es decir que sólo existes en función
de que el OTRO te necesita.
Ese OTRO a la vez es tan bonito, tan pequeño, tan débil, tan dependiente
de ti, y le quieres tanto que todos tus sentimientos parecen contradecirse, y
te sientes HARTA pero a la vez CULPABLE de sentirte harta y de pensar
en ti.

Visto todo esto, lo raro no es que tengamos depresión, sino que lo raro
es no tenerla.

Claro está que todo es distinto, o al menos más llevadero, si tienes cerca a
tu madre o a alguien de confianza, alguien que te entienda porque ha
pasado por lo mismo, alguien que te puede echar una mano, y no sólo en el
trabajo sino y sobre todo en lo “espiritual”.

Para estos casos no suele servir el marido o padre de la criatura, aunque sea
un compañero de los que ayudan, aunque intente ponerse en tu lugar,
aunque lo intente de cualquier modo jamás entenderá cómo te sientes, ni él
ni nadie que no haya pasado por lo mismo.

Ezequiela Albarrán García. 132


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

LA EMIGRACIÓN
Este es un tema que ahora, desgraciadamente, está muy de moda.
Y digo que desgraciadamente porque va unido a las noticias de muchas
muertes, naufragios y desgracias.
Cada cierto tiempo oímos hablar de pateras, de emigrantes ilegales, de los
sin papeles, del tráfico de personas, etc.

Pero si echamos la vista hacia atrás, sólo unos pocos años, o unos pocos
siglos, nos daremos cuenta de que en aquellos tiempos éramos nosotros los
emigrantes.

Después de que Colón descubriera América no hicimos otra cosa que


emigrar hacia allí, y fuimos de todas las zonas de la Península Ibérica.

Tras la Guerra Civil, de todas partes se fue la gente a Europa y a América.

Y más recientemente, en los años sesenta del pasado siglo, muchos


españoles se fueron a Alemania, Francia, Holanda, Suiza, etc.
Y los que no se fueron a Europa se fueron de su pueblo que estaba en
Andalucía, o en Extremadura, o en Castilla, a lugares tan distantes como
Cataluña, Madrid o el País Vasco.

Es cierto que en este caso la vida no estaba en peligro, es cierto que los
españoles que se fueron a Europa, todos o casi todos, iban con un contrato
de trabajo, es cierto que la historia no es la misma, pero no es menos cierto
que los que hemos salido de nuestro pueblo tenemos muchas cosas que
contar.

Por eso cuando oigo hablar a cierta gente con desprecio de los emigrantes,
yo no puedo entenderlo, porque este ha sido a lo largo de toda su historia
un país de emigrantes y deberíamos ser más solidarios.

Por otro lado, cuando paseando por la calle veo a extranjeros que se nota
que lo son por sus rasgos físicos, por su forma de vestir, o por cómo
hablan, y cuando salta a la vista que no se trata de extranjeros ricos que
están aquí de vacaciones, yo no puedo dejar de pensar “qué lejos están de
su casa, de su gente, de sus olores, de sus paisajes, de todo lo suyo, qué
pena que esto ocurra”

Ezequiela Albarrán García. 133


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LA MEMORIA
Yo tenía antes mucha memoria, es decir, que no olvidaba nada, ni lo
reciente ni lo que me había sucedido hacía mucho tiempo.
Solía decir que de lo único que podía presumir era de buena memoria, pero
ahora ya ni de eso puedo presumir.
Supongo que es la consecuencia lógica de la edad, que lo que me ocurre
tiene que ver con que ya estoy más cerca de los 50 años que de los 40.

Es curioso que no sea capaz de recordar lo que hice ayer y sin embargo sea
capaz de recordar lo que hice un día cuando tenía 14 años, esto me
preocupa porque he oído decir que este es un problema de la gente mayor,
pero yo pensaba que por gente mayor se entendía gente de bastante más
edad que yo.

Estoy también, con no poco susto, empezando a pensar si esto no tendrá


que ver con el principio de esa terrible enfermedad que se llama
Alzehimer, enfermedad que al parecer cada vez padece mayor número de
gente y que está en relación con la avanzada edad de la población mundial
actual.
Quizá debería ir al neurólogo, pero lo cierto es que me asusta un poco
porque no quiero oír lo que quizá tenga que decirme, ya veré más adelante.

Recuerdo con especial simpatía las discusiones que podía mantener con
cualquier miembro de mi familia, o con cualquier compañero, cuando se
trataba de recordar un dato, daba igual que se tratara de una fecha, de un
color o de un suceso.
Yo sólo discutía y apostaba cuando estaba segura, pero es que si yo estaba
segura era porque mi buena memoria me permitía semejante seguridad,
cosa que a los demás no les entraba en la cabeza y que les sorprendía
cuando llegaba el momento de la comprobación.

Recuerdo que a veces alguien me decía cosas como “no es posible que
recuerdes semejante detalle” o “ese tipo de cosas no las recuerda nadie”,
pero luego se alegraban o se enfadaban, según lo que les tocara, al
comprobar que yo sí podía recordar tales nimiedades.

Ahora empiezo a entender a la gente que se queja de no tener memoria y de


que eso le acarrea problemas.
Yo hasta ahora pensaba que se trataba de falta de interés o de falta de
atención, pero ahora empiezo a sentirme fastidiada por olvidar detalles o
por no ser capaz de recordar más que por encima una historia que me
acaban de contar o la película que vi hace unos días.

Ezequiela Albarrán García. 134


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

Si yo fuera una persona importante, en este momento debería empezar a


escribir mis memorias.
Ahora que (aunque mal) aún puedo recordar cosas, porque de lo contrario y
al paso que voy, sólo podría contar cosas de mi infancia.

Menos mal que soy una persona normal y corriente y no tengo ningún
secreto de estado, ni ninguna fórmula secreta de vital importancia para la
humanidad que deba ser transmitida.

Que todo el mundo se quede tranquilo....

¿O quizá lo haya olvidado?

Ezequiela Albarrán García. 135


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

LA MUERTE
¡Qué tema!
Hasta hace poco tiempo yo no podía hablar de este tema sin sentir algo
extraño, era como si hablar de ella me hiciera sentirla más cerca, pensaba
que era un tema que a los jóvenes entristecía y a los mayores asustaba.

Ahora puedo hablar de ella como de cualquier otra cosa, seguramente


también en esto se nota que una persona está evolucionando.

No tengo ganas de morirme ni ninguna prisa, quiero conocer a mis nietos


y disfrutar de ellos, quiero llegar a la edad de la jubilación y disfrutar de
ella, quiero vivir lo suficiente como para ver que algunos problemas que
hay en el mundo se solucionan, pero no le tengo miedo a la muerte,
ningún miedo.

A lo que sí le tengo miedo, mucho miedo, es a tener un accidente con el


coche y quedarme paralítica, o a que me dé una trombosis y me quede
muy mal pero viva, o a padecer una larga y dolorosa enfermedad, una de
esas en las que tú ves día a día cómo te vas deteriorando.

Tengo miedo a llegar a vivir tantos años que al final mi mente se deteriore
y lo que tenga en ese momento sea cualquier cosa menos vida, y me
convierta en un problema para quienes me rodean.

Es decir, que hay muchas cosas que me dan miedo pero entre ellas no
está la muerte.

No sé si habrá otra vida después de ésta o si por el contrario cuando ésta se


acabe todo se acabó, pero sea como sea, yo no le debo nada a nadie. No le
he hecho mal a nadie, por lo menos no a propósito, no creo tener nada que
temer.

Por otra parte, ahora empiezo a entender que la muerte es algo que puede
ocurrirle a cualquiera que esté vivo, que puede ocurrirle sin tener en cuenta
su edad y desde el mismo momento en que uno nace.

A pesar de ello me parece una crueldad que muera un niño, o un joven,


mientras hay tantos ancianos tan enfermos que desearían la muerte y no les
llega.

Me gustaría que entre nosotros fuera costumbre hablar de este tema


sin reparos, como se hace en otras culturas.

Ezequiela Albarrán García. 136


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

LAS MATEMÁTICAS
Todo en la vida es pura matemática.
Desde que te levantas hasta que te acuestas estás utilizando las
matemáticas.

Puedes levantarte apoyando un pie en el suelo o los dos.


El despertador suena a las siete o las ocho, o a la hora que tú le digas,
porque el día tiene 24 horas, y cada una de ellas se divide en 60 minutos
que a su vez se dividen en 60 segundos.
Pero aunque la semana tiene 7 días no todos los días suena el despertador, a
esos 7 tienes que restarle uno, o dos, que son los que no te toca madrugar
por descanso semanal.

Cada día trabajas 8 horas que multiplicadas por 5 días laborables da 40


horas de trabajo semanal, si el resultado lo multiplicas por las más de 50
semanas que tiene el año te saldrá un número muy alto, pero no es
correcto, porque te has olvidado de restar el mes de vacaciones y los días
festivos que no se corresponden con sábados o domingos.

Si lo que ganas al mes lo multiplicas por 12 meses que tiene el año, sabrás
más o menos lo que ganas al año, pero aún falta sumar las pagas extras, y
además habrá que sumar o restar, lo que Hacienda te devuelva o te cobre
al hacer la declaración.

Cuando llega el recibo de la luz, o el del teléfono, te asustas, pero si lo que


has pagado lo divides entre el número de días que has usado ese servicio
ves que tampoco es para tanto, que quizá gastes más cada día en pan, leche
o periódicos, pero como es un poco cada día no lo notas.
Lo mismo ocurrirá si lo comparas con el gasto semanal de autobús, o tren,
o lotería, verás que es mayor, o puede que menor.

Volvamos a cuando te levantas de la cama.


Vas a la cocina a desayunar y vuelves a utilizar las matemáticas porque
decides si tomas una magdalena o dos tostadas, si tomas un cuarto de
litro de leche o medio litro de café, si pones una cucharada de azúcar o
dos de cacao.

Ezequiela Albarrán García. 137


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

¿Y en qué se basan las recetas de cocina? Siempre en las matemáticas y


si no lo tienes en cuenta te puede salir todo mal, como que no es lo
mismo poner un kilo de patatas que medio, ni un litro de agua que dos,
ni 3/4 de aceite que 1/4

Y cuando vas a la compra sigues utilizando las matemáticas porque tienes


que pedir en la charcutería 100 ó 200 gramos de jamón, que no es lo mismo
que pedir los 1000 gramos que tiene un kilo.
Además decides de qué peso es la barra de pan que vas a comprar.
Decides si el agua mineral la llevas en botella de 2 litros o de litro y
medio.

Si el vino es caro vendrá en botella de 3/4 de litro y no en cartón de litro.

Las cervezas pueden ser de 1/3 de litro si vienen en lata o de un cuarto de


litro si son botellas pequeñas, también las hay de litro que son las llamadas
litronas.

Como los tomates no están muy buenos y encima están caros, no vas a
llevar más que un kilo, pero de naranjas llevarás dos kilos y la red de
patatas pesa 3 kilos.

Las magdalenas en cambio no las compras al peso sino por docenas, igual
que los huevos, bueno, estos a veces se pueden comprar por medias
docenas.

Vas a la carnicería y no pides un kilo de filetes sino que pides 5 filetes,


porque seréis 5 a comer ese día, da igual lo que pesen los 5 filetes.

Has terminado de hacer la compra y tienes que pagar, después de sumar el


precio de todo lo que llevas, en caja te informan del total y decides pagar
con tarjeta, así que debes marcar los números que forman tu clave secreta.
Pero resulta que la máquina no funciona bien y para no esperar decides
pagar con dinero, en efectivo, así que sacas billetes y monedas hasta
sumar algo aproximado a lo que debes y luego pones atención a las vueltas
para ver si, en caja, no se han equivocado al restar de lo que entregas lo
que debes.

De camino a casa te fijas en el escaparate de una tienda que tiene ofertas.

Ezequiela Albarrán García. 138


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

Ves que unos productos se venden al 50% de su valor, es decir que de 100
euros que valían han rebajado 50, o sea que sólo hay que pagar ahora la
mitad.
En otros artículos la oferta es menor, el 30%, tampoco está mal, porque
piensas, si a 100 le resto 30 me sale que debo pagar 70.
Como lo que me puede interesar valía 200 euros, multiplico 70 por 2 y veo
que pagaré 140, por tanto, 200 que valía menos 140 son 60 euros que me
ahorro, que no es poco.

Con estos cálculos se te pasa el tiempo sin darte cuenta y ya estás en casa,
hogar dulce hogar, sacas muchos papeles del buzón y al entrar en el
ascensor das a la tecla del 8º que es donde vives.

Al llegar a casa hay un mensaje en el contestador automático del teléfono,


es de tu hijo, para decirte que ha invitado a comer en casa a un amigo, así
que yo no seréis 5 sino 6, uno más, ¿qué hacer?
Tú sabrás, pero hagas lo que hagas seguro que tiene que ver con las
matemáticas.

Podríamos seguir citando ejemplos del quehacer de cada día que están
relacionados con las matemáticas, pero tampoco hay que aburrir al
personal.

¿Por qué algunas personas tienen miedo a las matemáticas?

No parece lógico porque ocurre que, esas mismas personas, pueden ser
capaces de cálculos mentales muy difíciles, tales como acertar con los
puntos que hay que echar para hacer un jersey, las vueltas que hay que
hacer, o cuándo y cuánto hay que mermar o aumentar.
Lo mismo en un trabajo de ganchillo y no digamos nada en los de bolillos.

No está justificado ese miedo a las matemáticas, sólo se me ocurre como


explicación, que en la escuela algo no se hace bien.

¡Atención maestros y profesores!

Ezequiela Albarrán García. 139


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

LAS OBRAS DEL VECINO


Si hacer obras en casa es un horror, que las haga algún vecino
ya es el colmo.

Resulta que no tienes la recompensa final de ver tu casa renovada y bonita,


pero a cambio sí que tienes que aguantar los golpes en suelos y paredes, el
polvo, los mil y un ruidos que hacen los obreros, el olor a pintura y
barniz, etc.

Pero naturalmente no puedes irte de casa cada vez que un vecino se pone a
hacer obras y ¡hay que ver con qué alegría se ponen algunos!

En mi portal, no sé por qué, los pisos cambian de dueño con mucha


frecuencia y claro, cada nuevo inquilino tiene que ponerlo todo a su gusto.
Se ha dado el caso de algún piso al que lo han cambiado absolutamente
todo en muy poco tiempo, o sea, que los que acaban de llegar han quitado
todo lo que había, pero es que los anteriores habían hecho lo mismo sólo un
par de años antes ¡no podía estar todo viejo y desechable en dos años!

Además de ser un derroche increíble y demostrar lo poco ecologistas que


podemos ser, además, hay que ver lo que nos toca aguantar a los que
llevamos un montón de años viviendo en el mismo sitio.

Dan ganas de salir corriendo cada vez que ves muebles en el portal.
¡Horror! Alguien que se va, por tanto alguien que viene, por tanto obras de
nuevo ¡qué pesadilla!

Y por otro lado, me pregunto yo si un edificio puede aguantar semejante


ritmo de reformas.
No tengo ni idea de arquitectura pero me parece que tanto golpe podría
afectar a la estructura, igual estoy diciendo una tontería, pero lo que sin
duda queda afectada es la paciencia de algunos, la capacidad de aguantar
tanto golpe cuando tú estás intentando hacer un trabajo que requiere
silencio y concentración, o pretendes dormir de día porque no has podido
hacerlo de noche, etc.

¿Quién inventaría las reformas?

Paciencia señor.

Ezequiela Albarrán García. 140


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

LAS PINZAS DE LA ROPA


¡Qué buen invento!
No sé quién ni cuándo lo inventó pero desde luego que se trata de un
estupendo invento, porque sin pinzas claro que podríamos tender la ropa,
pero por un lado ocuparía más sitio cada cosa y por otro lado, al menos
algunas prendas, estarían menos seguras, por ejemplo los calcetines y cosas
así de pequeñas, eso sin que haga viento, porque los días en que sopla el
susodicho habría que buscar la ropa en varios kilómetros a la redonda.

Y menos mal que se trata de algo barato porque ¡hay que ver la cantidad
de pinzas que se caen!
Yo vivo en un 7º piso y la ropa la tendemos en un patio cubierto, es decir
que las pinzas no caen a la calle, y si a todos los vecinos les ocurre lo que a
mí, a diario caerán varias pinzas, como supongo que no siempre se
romperán con la caída ¿qué ocurre con esas pinzas? ¡Misterio!
Y es que si lo que se te cae es un calcetín, o una camisa, o un mantel, antes
o después alguien lo recoge y lo deposita en una especie de mostrador que
hay en el portal, por lo tanto, antes o después terminarás recuperando esa
prenda.
Pero es un misterio lo que pueda ocurrir con las pinzas.
Claro que de aparecer sería difícil saber cuáles son mías y cuáles del
vecino, puesto que todas son iguales o parecidas.

A mí me encanta tener lleno el recipiente de las pinzas, me gusta que


sobren aunque haya tendido más de una colada, me gusta tenerlas de todos
los colores, de madera y de plástico, y últimamente también de distintos
tamaños.
Si alguna se rompe pero una de las partes queda entera no la tiro, y siempre
hay en casa alguien que con dos rotas hace una entera, igual de dos colores,
pues qué bien, qué bonito.

¡Hay que ver la cantidad de cosas que puedes hacer con las pinzas de la
ropa!
Puedes entretener a los niños haciendo con ellas trenes de colores, puedes
cerrar esa bolsa de patatas fritas o de magdalenas que no se ha terminado,
puedes sujetar esa pequeña cosa que acabas de pegar y aún no se ha
secado, puedes poner en una percha esa prenda tan especial que de otro
modo se arrugaría o no cabría en el armario por lo larga que es, y hasta
puedes coleccionarlas, sí, yo conozco a alguien que colecciona pinzas,
¿por qué no?
Ya hemos quedado en que es un buen invento.

Ezequiela Albarrán García. 141


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

LAS REBAJAS
Seguro que no conoces a mucha gente que pueda decir que jamás ha
comprado algo en rebajas.
Son una verdadera tentación, porque es difícil resistirse al atractivo que
tiene un artículo que hoy está a mitad de precio.

Por la misma razón da mucha rabia ver que ese abrigo que te costó tanto,
ahora vale mucho menos, parece que ahora ya no fuera ni tan bonito ni tan
bueno, parece que ahora hubiera perdido parte del encanto que tenía
cuando tú lo compraste, sólo unos meses antes.
Además no te consuela para nada el poder pensar que llevas unos meses
disfrutándolo, porque ¿a quién le importa si lo acabas de comprar o lo
tienes desde antes de las rebajas?

Pero las rebajas también son peligrosas porque la atracción que ejercen los
buenos precios hace que compremos cosas inútiles, o que no necesitamos,
pero ¡es tan barato!

Luego llegas a casa y te preguntas: ¿dónde pongo yo este jarrón?, o ¿para


qué quiero dos jerséis del mismo color pero de distinta talla?
Porque, claro, otro tema es el de las tallas, en rebajas hay lo que hay, lo que
ha quedado, y mientras que en otro momento sólo por error comprarás algo
de una talla inadecuada, en rebajas lo harás sabiendo que es mayor o menor
de lo que necesitas pero ¡como es tan barato seguro que le encuentras
alguna utilidad!

¿Y quién no ha comprado alguna vez algo que no le gusta pero que como
es tan barato ¡ya lo usaré para andar por casa!?

O puede que hayas comprado unos zapatos preciosos para el niño, en las
rebajas de invierno, son grandes pero se los guardarás para el próximo
invierno, y cuando llega el próximo invierno ocurre que al niño le han
crecido los pies, pero no un número como tú habías calculado sino dos, así
que ahí se quedan los preciosos zapatos pequeños y sin estrenar, quizá haya
suerte y tenga el niño hermanos, o primos, o vecinos menores que los
puedan aprovechar.

Ezequiela Albarrán García. 142


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

Por todo ello, cada vez que hay rebajas, las asociaciones de consumidores
suelen dar consejos, consejos encaminados a que no tiremos el dinero.
Por ejemplo nos aconsejan hacer una lista con las cosas que podemos
necesitar comprar, hacer también un presupuesto, es decir, “me puedo
gastar hasta…” y no pasar de ahí.

También nos informan de la diferencia que hay entre saldos, ofertas y


rebajas.
Los saldos pueden suponer que el producto que compras tiene algún
defecto y que por ello es tan barato.
Las ofertas son de productos “sanos” pero que interesa vender, se pueden
poner ofertas en cualquier momento del año, mientras que para las rebajas
existen unas fechas establecidas que hay que respetar.

Tanto en ofertas como en rebajas los productos deben tener las mismas
características que tenían antes, deben llevar en la etiqueta el precio actual
y el anterior y deben permitirte devolverlo si, al llegar a casa, descubres
que tiene algún defecto.

Bueno, pues ahora que sabemos todo esto ¡buenas rebajas y buenas
compras!

Ezequiela Albarrán García. 143


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

LOS PASEOS CON “MORROS”


Yo creo que no hay nada más cómico que ver a una pareja enfadada.
A veces ocurre que van por la calle dándose voces el uno a la otra o la otra
al uno.
En otras ocasiones no se dan gritos, ni siquiera se hablan, llevan los dos
cara de pocos amigos, cara de estar enfadados, los ves venir desde lejos y te
das cuenta de que no se dirigen la palabra, como si no se conocieran, van
uno junto a la otra pero parece como si cada uno fuera por su cuenta.

Lo más gracioso es cuando uno de ellos necesita parar porque se le ha


caído algo, o se le ha soltado un zapato, o quiere ver algo en un escaparate,
entonces como no se hablan no dice nada, y el otro puede no darse cuenta
de que ha perdido a su media naranja.

También resulta interesante ver cómo reaccionan cuando se encuentran con


un amigo o conocido.
Si es amigo o conocido de los dos, ambos tienen que disimular, pero si sólo
conoce a uno de los dos, el otro puede apartarse físicamente, no decir ni pío
y, sólo por educación, esperar a que su pareja acabe.

Esto que estoy contando me ha pasado a mí alguna vez y cuando eso


ocurre, estás deseando llegar a casa cuanto antes para poder meterte en un
habitación distinta de la que ocupa el otro, para perderle de vista por un
rato.

Pero he observado que no sólo les ocurre a las parejas de cierta edad, qué
va, si vamos por la calle con un poco de atención, veremos que les ocurre a
las parejas de cualquier edad, incluso a los muy jóvenes.

Hay quienes piensan que es bueno enfadarse de vez en cuando, porque así
luego viene lo bueno que es la reconciliación, pero yo no estoy de acuerdo
para nada.
Para mí, una bronca de pareja es lo suficientemente desagradable como
para que ninguna reconciliación compense el mal rato pasado.

Ezequiela Albarrán García. 144


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

MATRIMONIO

¿Qué es el matrimonio?

Pues yo creo que es un compromiso, un contrato que hacen dos personas,


casi siempre un hombre y una mujer, mediante el cual acepta cada uno las
condiciones del otro, condiciones que les permitirán a los dos convivir.

Así dicho parece muy poco romántico, pero es la verdad, es decir, que
aunque no se escriba se da por supuesto que se han de respetar el uno al
otro, que se han de ayudar desde cualquier punto de vista, que se han de
querer por encima de todo, etc.
Por eso, cuando el contrato no se puede cumplir, es cuando llega la
imposibilidad de vivir juntos.
Esto ocurre si uno de los dos faltando al respeto al otro lo engaña con una
tercera persona, si uno de los dos carga con todo el trabajo de la casa, o si
uno de los dos deja de querer al otro.

A mí me da mucha pena ver a esos matrimonios que no se soportan pero


que siguen juntos por vete a saber qué razones:
- A veces porque ella no tiene trabajo ni posibilidad de encontrarlo.
- A veces por el miedo “al qué dirán”.
- A veces porque uno de los dos hace chantaje emocional al otro.
- A veces sólo por no separar a los hijos del padre o de la madre y este es el
caso que a mí más pena me da, porque los hijos se convierten en excusa
para seguir juntos, pero a la vez son los que más sufren las desavenencias
de los padres.

Y menos mal que a pesar de todo, hoy existe la posibilidad legal de romper
o deshacer ese contrato que es el matrimonio.
Porque hasta hace unos años era imposible y si una pareja decidía vivir por
separado, todo eran problemas legales, ahora por lo menos pueden
divorciarse o separarse legalmente, y si lo intentan y tienen mucho dinero
hasta pueden conseguir la nulidad de su matrimonio.

Lo que parece muy claro es que “nadie escarmienta en cabeza ajena” y


todo el mundo quiere probar qué tal le va en el matrimonio, es decir, que la
gente sigue casándose, por la iglesia o por lo civil, qué más da ¡se casa!

Y es de suponer que todo el mundo lo hace con la idea de que el suyo es un


matrimonio para siempre, y lo hace con mucha ilusión y esperanza de que
salga bien, entonces ¿qué es lo que falla?

Ezequiela Albarrán García. 145


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

MENOPAUSIA
Se le da este nombre a ese momento en la vida de una mujer en el que deja
de tener menstruación, o regla, o periodo, o como cada una le llame, es
decir, cuando deja de sangrar una vez al mes.

Antes era un tema tabú, no se hablaba de ello más que entre mujeres y en
voz baja. Ahora afortunadamente se habla de la menopausia en cualquier
momento y lugar y hasta se bromea con el tema.
Sobre todo entre los jóvenes, es fácil oír a alguien diciendo que Fulanita
parece menopáusica, para decir que está rara, sensible, insoportable o
cualquier otra cosa de este tipo.

Hace unos años, por supuesto en el siglo pasado, y sobre todo en los
pueblos, al llegar a este momento la mujer se vestía de negro y no volvía
a quitarse este color, como para dar a entender que la vida se había acabado
para ella.
Si además le había tocado la mala suerte de tener que ponerse de luto por la
muerte de algún familiar unos años antes, pues podía pasarse los últimos 10
o 12 años de su vida vestida de negro.

Desde el punto de vista médico tampoco se sabía mucho de este periodo de


la vida de la mujer, no se habían hecho estudios suficientes, total para qué,
si la esperanza de vida entonces era mucho menor que ahora y tanto
hombres como mujeres se morían mucho más jóvenes que ahora, así que
llegada a la menopausia una mujer tampoco iba a vivir muchos años más.

¡Cómo ha cambiado todo!


Ahora, sobre todo para algunas mujeres, llegar a la menopausia significa
empezar a vivir, porque se liberan de la preocupación de un embarazo no
deseado, probablemente los hijos están ya fuera de casa, ella y su marido
están próximos a la jubilación y aún les quedan muchos años por delante
para disfrutar.

¿Que se producen cambios en el cuerpo?


Sí, claro, y qué, es cuestión de aceptarlos y acostumbrarse a ellos.
Además no hay que descuidarse, debemos acudir al médico cuando sea
necesario y llevar una vida lo más sana y despreocupada posible, no abusar
de nada pero no privarse de lo que no hace falta.

Los sofocos y otros síntomas propios de la menopausia, si no desaparecen


por completo sí que pueden aliviarse con tratamientos que los ginecólogos
aplican, así que hay que evitar sufrir sin necesidad.

Ezequiela Albarrán García. 146


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

¿Que es probable que aumentemos de peso?


Pues sí, aunque no siempre es así, puede ocurrir, ¿y qué?
¿Pasa algo porque cambiemos de talla?, así tenemos una excusa para
cambiar de vestuario.

Parece claro que “todo depende del color del cristal de las gafas con las que
se mira”, así que “valor y al toro”, o “al mal tiempo buena cara”

Miremos lo positivo de esta nueva etapa de la vida y olvidémonos de lo


negativo.

Ezequiela Albarrán García. 147


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

MUERTE DE UN HIJO
La muerte de un ser querido siempre resulta dolorosa, pero algunas son
insoportables.

Si el fallecido es el padre o la madre, incluso si se trata de personas


jóvenes y mueren de forma inesperada a causa de un accidente o algo
semejante, como parece lógico que los padres mueran antes que los hijos,
aunque doloroso puede resultar llevadero.
Si los padres son muy mayores o si llevan tiempo padeciendo una grave
enfermedad, entonces su fallecimiento aunque apene también alivia.

Algo parecido ocurre cuando quien fallece es el marido, o la mujer,


dejando a quien queda viudo, mal durante mucho tiempo.
Si se trata de una pareja bien avenida el tiempo que dura el duelo es
mayor, pero siempre se termina por superar, porque ya se sabe que el
tiempo todo lo cura, la vida sigue para el que no falleció y hay que seguir
viviendo.

Pero lo que no se puede expresar con palabras es lo que se siente ante


la muerte de un hijo.

Si el hijo muere tras una larga enfermedad, aunque lo esperabas no dejas


de preguntarte por qué, por qué a él y no a ti, por qué a él y no a otros de
su edad.
Te preguntas si acaso habrá algo que hiciste mal, o que no hiciste y
deberías haber hecho.

Si el hijo muere de forma repentina y violenta como consecuencia de un


accidente o de una catástrofe, no puedes dejar de verlo como una
injusticia, vas por la calle y te fijas en los ancianos, en la gente que tiene
algún tipo de problema, en la que necesita de alguien para salir de paseo
porque ya no se vale por sí misma, y entonces sientes que el mundo está
mal hecho, que Dios no existe y si existe no es justo, puesto que de lo
contrario no permitiría semejante tragedia.

Cuando muere un hijo el vacío que queda en la casa es enorme, no se


puede medir, no se puede llenar con nada, nunca.

Ezequiela Albarrán García. 148


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

Y si el hijo es un niño, además de todo lo anterior, piensas que quizá la


humanidad entera se ha quedado sin un posible premio Nóbel de medicina
que habría podido acabar con varias enfermedades, o tal vez se ha quedado
sin una persona capaz de acabar con la guerra y el hambre en el planeta
Tierra, o vete a saber qué, porque nadie sabe lo que puede dar de sí un niño.

Lo que sí sabe quien ha pasado por esta terrible experiencia, es que se trata
de algo que no se le desea ni al peor enemigo.

No hay tratamiento, ni terapia, ni psiquiatra, ni religión capaz de


curar este tipo de herida.

Ezequiela Albarrán García. 149


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

NO ES LO MISMO PREDICAR
No es lo mismo predicar que dar trigo, asegura un refrán y qué cierto es.

Seguro que todos podemos contar casos en los que se ve claro que es así,
yo voy a contar uno.
Se trata de un retazo de conversación que se produjo en mi presencia y sin
que yo pudiera hacer otra cosa que escuchar y sentir vergüenza.

Quienes hablaban eran conocidos míos, un hombre y una mujer, ambos aún
jóvenes y cuyos padres ni eran ni habían sido ricos, aunque eso sí, en casa
de ambos hubo siempre “servicio”, “chica”.

Ambos se quejaban de lo mal que estaba el servicio, de lo poco que les


duraban las chicas en casa y de lo poco dispuestas a trabajar que estaban.

Él decía cosas como: “ya le digo a mi mujer que no le dé conversación


porque se le va el tiempo hablando y luego lo que ella no hace le toca a mi
mujer”

Y ella decía cosas como: “y le dije: a mí me hablas de usted porque tú eres


la chica y yo la señora”, o: “se quejaba de que en esta casa hay muchas
cosas que lavar a mano”

Y ambos volvían a decir que en sus casas siempre había habido chicas y
nunca tuvieron problemas.
Supongo que sería porque sus padres nunca fueron tan imbéciles como
ellos.
Porque ambos presumen de modernos, de progres, de haber conseguido
cosas que sus padres ni soñaron, ambos, seguramente, serán defensores de
los derechos humanos, pero para ellos y no para sus empleadas.
Además ella le exige a la chica que la trate de usted pero la tutea.

Lo curioso es que no entendían por qué les duraban tan poco tiempo las
chicas, es decir, que además parecían ciegos y cortos de entendederas.

Cuando pretendieron que yo participara en la conversación, como no tenía


ganas de discutir, les dije que no podía opinar porque ni en casa de mis
padres ni en la mía había habido nunca chica y además tenía prisa y debía
irme.
Recogí a mi hija que jugaba con las suyas y me fui, dejando con
mucha pena, tan grata compañía.
¡No es lo mismo predicar que dar trigo!

Ezequiela Albarrán García. 150


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

PLANCHAR
De todas las tareas que hay que hacer en casa, para mí la más delicada y la
que más tiempo te ocupa es la de cuidar de la ropa.
Y como todos tenemos cada vez más ropa, cada vez hay más cosas que
lavar, tender, recoger, planchar, repasar botones u ojales, y por fin colocar,
etc.

Por ejemplo, mientras los niños llevan uniforme al colegio tienes que
cambiarles cada día de ropa interior y de camisa, pero falda, jersey y
pantalón que suelen ser de colores oscuros, pueden servir toda la semana y
sólo hay que lavarlos el fin de semana.

Cuando han crecido y ya no llevan uniforme, puede perfectamente ocurrir


que todo lo que se ponen hoy haya que lavarlo, sin que nada sirva para
mañana porque, además, no van a ir vestidos igual dos días, que para eso ya
tuvieron la época del uniforme.

Así que la ropa da mucho trabajo.


Pero lo que yo peor llevo es planchar.
La plancha me pone de mal humor, sobre todo si hace calor.
Además resulta muy fácil planchar sábanas, toallas o manteles, pero no
ocurre lo mismo con los pantalones, camisas o vestidos.

Especialmente engorroso es el hecho de que al pantalón haya que marcarle


la raya, como te descuides puede acabar con tantas rayas como veces lo
hayas planchado.

Y qué decir de esas telas que al pasarles la plancha cogen una especie de
brillo, o de aquellas en las que si pones un poco más alta la temperatura en
lugar de planchadas se quedan arrugadas.

Para colmo, si la prenda no ha quedado bien lavada pero apenas se notaba,


al pasar la plancha, la muy acusica lo saca todo a la luz.

Y por mucho que digan los anuncios de algunos suavizantes no hay nada
como la plancha, ni nada tan feo como algo sin planchar o mal planchado.

Ezequiela Albarrán García. 151


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

PRIMER AMOR
Primer amor, primer dolor.

Ella tenía diecinueve años cuando se conocieron, él sólo dos más.


Fue un amor a primera vista, por lo menos para ella y le duró el dolor
muchos años.
¡Claro que le habían gustado otros chicos antes!, con alguno intercambió
cartas, con alguno hasta besos, pero nada que ver con lo que sintió cuando
lo conoció a él.

¿Y qué tenía él de especial?


Pues la verdad es que esta misma pregunta se la hizo ella muchas veces y
jamás encontró la respuesta.
No era guapo, físicamente no valía nada porque era pequeño, poca cosa, es
decir que, ni era un buen mozo, ni tenía unos ojos maravillosos, ni una
sonrisa encantadora, ni nada por el estilo.
Los dos eran estudiantes y pobres, o sea que no fue su dinero lo que la
deslumbró.
No era una persona que hablara bien, por lo tanto no la conquistó con su
labia, con sus palabras bonitas.

Apenas si hablaron un par de ratitos después de que una conocida de ella


los presentara, se gastaron alguna broma y él dijo que hacía años que la
conocía, que hacía años que se había fijado en ella, aunque ella no supiera
de su existencia, y le dio detalles que así lo demostraban.
¿Esto pudo impresionarla?

Se acabaron las vacaciones y cada uno volvió a lo suyo, ni siquiera se


intercambiaron las direcciones para poder escribirse.
Pero en el momento en que se despedían ella se dio cuenta de que se había
enamorado, de que no quería que se fuese y todo terminase así, pero no se
atrevió a decir nada, en aquellos tiempos las chicas no tomaban la
iniciativa, ni siquiera las que se creían muy modernas.

No sabemos lo que pasaría por la mente de él durante los meses que


tardaron en volver a verse, es decir durante un año, pero por la de ella sólo
pasó él
Estuvo todo un año pensando en él, hablando de él, soñando con él,
imaginando lo que le diría cuando volvieran a verse, porque estaba segura
de que volverían a verse, estaba segura aunque no supiera nada de él en
todo un año, y parece que lo que se desea con fuerza acaba por ocurrir.
Y ocurrió.

Ezequiela Albarrán García. 152


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

Y cuando se reencontraron, como si él hubiera estado pensando lo mismo,


como si no hubiera pasado un año sino sólo un día desde que se dejaron de
ver, surgió la conversación, la simpatía, el deseo de estar juntos y sin que
hicieran falta formas oficiales se convirtieron en pareja.
Fueron unas vacaciones estupendas y cuando se acabaron, esta vez sí
quedaron en escribirse.

Fue él, como estaba mandado, quien escribió la primera carta y ella le
respondió de inmediato, a vuelta de correo, estaba loca, loca de alegría,
loca de amor, loca y ciega.

Se escribieron durante el tiempo que media entre Navidades y Semana


Santa, las cartas de ella eran más amplias, más sentimentales pero a la vez
más discretas en cuanto a expresar los sentimientos.
Las cartas de él eran breves, tajantes en todas las opiniones, parecía que le
pasaba algo.
Visto desde hoy podríamos decir que el muchacho atravesaba periodos
de depresión.
Ella a veces se asustaba, pero como el amor es ciego, y más a los veinte
años, intentaba no darse por enterada.

Quedaron para verse en las vacaciones de Semana Santa y lo hicieron, sí,


pero sólo un día y sólo durante un rato, él iba con la idea clara de romper y
rompieron, parece que sólo le duró el amor unos meses, parece que le
pesaba la presencia de ella, sus sentimientos le agobiaban, sentía que por su
culpa no podía estudiar, que su existencia le turbaba,…

Y a partir de ese momento empezó entre ellos una relación muy rara y que
duró varios años.
Durante este tiempo, aunque no se citaban, coincidían en las vacaciones y
siempre acababan juntos, luego se dejaban de ver y ella le escribía cartas a
las que él nunca respondía.

A medida que se fueron conociendo se fue dando cuenta de que mientras


ella era una romántica y soñadora, él era todo lo contrario, ella alegre y él
siempre serio, casi amargado.
Ella le hizo varios regalos y nunca recibió uno de él, ella le entregó sus
mejores sentimientos y él siempre se mantuvo en la retaguardia, ella
siempre le felicitaba por su cumpleaños con una carta o con un telegrama,
él jamás se acordó del de ella, o no lo dijo.

Ezequiela Albarrán García. 153


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

Ella terminó antes que él de estudiar porque su carrera era más corta.

Era joven, activa, trabajadora, alegre, no era fea, tenía trabajo y coche, era
un buen partido y tenía muchos pretendientes.
A algunos incluso les dio esperanzas de llegar a algo, con algunos llegó a
salir como pareja, pero no cuajaba ninguna relación, ella se dejaba querer
pero no los quería, no tenía pensamientos más que para aquel primer
amor.

Una y otra vez, incluso si tenía pareja, volvía a estar con él cuando
coincidían, estaba marcada por aquella relación.

Hubo un momento, al final de su historia en común, en el que pareció que


él había cambiado, que volvía a interesarse por ella como en los primeros
meses de su relación, le escribió unas cuantas cartas y ella siempre le
contestó, estuvo a punto de creerle de nuevo, estuvo a punto de volver a
ilusionarse, pero estaba ya muy dolida y ya no era fácil la ceguera, ya no
estaba dispuesta a seguir si él no se comprometía a darle algo más, y no se
comprometió, así que…

Cuando conoció al que con el tiempo sería su marido tuvo la impresión de


que algo podía cambiar con respecto a lo que había ocurrido con anteriores
parejas, y lo intentó, lo intentó con todas sus fuerzas pero no le resultó fácil
conseguirlo, durante años siguió pensando en él y con conocimiento de su
novio, le siguió felicitando en los cumpleaños, por supuesto sin recibir
nunca una respuesta.

Su marido tenía mucha paciencia, supo esperar, hacerse su sitio y


desbancar al otro que pasó a ser un recuerdo de juventud, un bonito y a la
vez doloroso recuerdo de juventud, sólo un recuerdo.

Primer amor, primer dolor.

Ezequiela Albarrán García. 154


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

PROSTITUTAS
Se dice de ellas que trabajan en el oficio más antiguo del mundo.

¡Hay que ver!


O sea, que antes de que alguien aprendiera a pescar, a cazar, a cultivar la
tierra, a cocinar, a construir casas, a lo que sea, antes, ya había aprendido la
mujer a prostituirse, ¡no puede ser!

Desde luego que no lo haría por dinero puesto que el dinero apareció
bastante después.

¡Ah, ya sé!
Sería a cambio de una piel de oso, o de un pescado, o de un trozo de carne,
o de algo parecido, pero no, no puede ser, no puede ser porque cuando la
sociedad era tan primitiva, cuando aún no tenían religión como las actuales
religiones, cuando no existía el pecado, cuando lo importante era
sobrevivir, llegar al día siguiente, entonces no creo que los hombres y
mujeres entendieran la prostitución como hoy.

No puede ser que se trate del oficio más antiguo, qué va, debe haber un
error.

Además, ¿desde el principio tuvo el hombre necesidades especiales de las


que no podía prescindir y por las que estaba dispuesto a pagar?, ¿desde el
principio hubo prostitutas y no prostitutos?
¡Bueno! ¡Anda allá!

Pero dejemos la antigüedad o no del oficio y hablemos de él en la


actualidad.

Está claro que se trata de un oficio durísimo, en el que no hay vacaciones,


ni Seguridad Social, ni seguro de desempleo, ni sindicato que te defienda,
ni derecho a la huelga, ni hay jubilación digna, ni na de na.

Para colmo es un oficio del que se habla con desprecio, pero que no
existiría si no hubiera clientes.

Ezequiela Albarrán García. 155


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

Es un oficio en el que la mayoría de las mujeres entra cuando no tiene otra


cosa en la que trabajar.
La mayoría lo hace por desesperación, por no encontrar un trabajo digno y
necesitar ganar dinero inmediatamente, o porque están ilegales en el país y
para cualquier otro trabajo les pedirán papeles, o por pura ignorancia, o
porque se ven obligadas a ello para saldar una deuda, pero la mayoría no lo
hace por gusto, o por vicio como dicen algunos.

Y digo la mayoría, porque al parecer, hay un tipo de prostituta que no


trabaja en ello por no tener otra posibilidad sino por otras razones.
Se trata de mujeres jóvenes, guapas, cultas, puede que estudiantes en la
Universidad, que son prostitutas de lujo, están muy bien pagadas y no lo
hacen por la necesidad de mantener a una familia o algo parecido, sino para
poder darse caprichos caros.
Ya se sabe que sarna con gusto no pica.

¿Y qué decir cuando la que se prostituye es una menor?


Este ya es tema para otro momento.

Ezequiela Albarrán García. 156


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

SAN SEBASTIÁN
El día 20 de Enero se celebra el día de San Sebastián.
Es día festivo en muchos pueblos de España, pueblos que tienen como
patrón a este santo, y como no podía ser menos, es festivo en la ciudad de
Donostia-San Sebastián.

Aquí la fiesta comienza la víspera por la noche, la gente suele salir de cena
y a las 12 acude a la plaza de la Constitución a ver la izada de la bandera
de la ciudad, se hace en los balcones de lo que fue en otro momento el
Ayuntamiento y que hoy es biblioteca municipal.

La bandera, blanca y azul, será arriada 24 horas más tarde, es decir a las
12 de la noche del día 20.

Entre la izada y la arriada se celebra la fiesta que tiene como característica


principal la famosa Tamborrada.
La ciudad se llena de grupos de tamborreros que no descansan ni un
momento, tocan el himno de San Sebastián y otras marchas típicas.

Cada vez hay más sociedades gastronómicas, asociaciones de vecinos o de


tipo cultural que tienen su propia tamborrada, y si antes era “cosa de
hombres” ya hay muchas tamborradas mixtas.

En cuanto a los niños cabe decir que también tienen su sitio, alrededor de
5000 niños participarán el día de San Sebastián, al mediodía, en la llamada
tamborrada infantil, todo un espectáculo de color y de ruido.

De color porque los niños pertenecen a la tamborrada del colegio en el que


estudian y por supuesto, cada colegio tiene su propio uniforme de
tamborrero, así que todos distintos.
Y es un espectáculo de ruido porque tanto niño junto, tocando el tambor o
el barril, al son de la música que sale de los altavoces colocados en las
calles del recorrido, es mucho ruido junto.

La tamborrada se relaciona con hechos ocurridos en la ciudad durante la


llamada Guerra de Independencia de España contra Francia, que tuvo
lugar entre los años 1808 y 1814.
Pero de ese tema habrá más ocasiones de hablar.

Ezequiela Albarrán García. 157


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

SER MADRE
Yo soy madre y creo que es lo mejor que me ha ocurrido en toda mi vida.

Hay quienes piensan que igual de importante es ser padre, pero yo creo que
no y ahora lo explicaré.

Una vez que el hijo ha nacido lo importante para él es que le cuiden y le


quieran, por tanto será más importante para él la persona que esté más
cerca, la que más le atienda, la que más le quiera.
Por eso, a partir del nacimiento el padre puede pasar a ser tan importante o
más que la madre, no lo discuto.

Pero antes de nacer, los nueve meses que pasa en la tripa de la madre son
muy importantes.
Hay estudios que han llegado a la conclusión de que el feto oye y llega a
conocer la voz de su madre, por eso es tan especial y tan intensa la relación
que la madre tiene con sus hijos.

Mi hija nació mediante cesárea y no la pude ver hasta 9 horas después.


A pesar de ello, la impresión que me produjo fue tan maravillosa, que casi
faltan palabras para poder contarlo.
Así que imagino que debe ser muy agradable poder ver al hijo en el mismo
momento de su nacimiento, justo cuando acabas de sacarlo de tu interior.

Recuerdo que sentí que aquella cosita era mía (mía y de su padre), pero
mía en el sentido de que se trataba de algo que nadie me había regalado y
que no podría comprar en ninguna parte, era mía y además era algo
exclusivo, algo especial, algo irrepetible.

Supongo que es lo mismo que cada madre siente por sus hijos, aunque
sean muchos.

Por todo ello yo creo que ninguna mujer debería pasar por el mundo sin el
placer de ser madre.

Aunque respeto la decisión de quienes optan por no serlo.

Además siento un gran respeto y admiración por los padres adoptivos.

Ezequiela Albarrán García. 158


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TABACO
¿Te molesta? Si tú no piensas en los demás, no esperes lo mismo.

Éste era el lema de una campaña publicitaria contra el tabaco.


Esta campaña fue difundida por la Asociación Española Contra el
Cáncer en el Día Mundial Sin Tabaco del año 2001.

En dicha campaña aparecía gente que se metía el dedo en la nariz, o se


cortaba las uñas en público, o hacía cualquier otra cosa de esas que pueden
considerarse de mal gusto, cosas que suelen molestar a los demás.
Pero a la vez, a su lado, o detrás, aparecía otra persona que estaba fumando
y le echaba al vecino el humo encima.

Seguramente lo primero que se pretendía era concienciar a la gente para


que deje de fumar, pero también que los fumadores se den cuenta de lo
mucho que pueden molestar a los demás.

Y es que en este tema, como en todos, hay quien fuma pero antes de
hacerlo en un lugar cerrado o ante desconocidos, tiene el detalle de
preguntar si puede, si no molesta.
Pero hay otras personas que, como son mal educadas, lo son también para
esto, y egoístamente fuman en cualquier lugar y en cualquier momento, sin
preocuparse de si molestan o no, se creen con derecho a ensuciar el aire que
respiran ellas y todos los presentes y encima, se molestan si alguien les dice
algo, si les llama la atención o incluso si educadamente les pide que
apaguen el cigarrillo.

Además hay momentos en los que resulta cruel que alguien fume.
Como por ejemplo cuando en una reunión familiar hay una persona con
problemas de asma, o cuando se usa un ascensor, o cuando está cerca un
bebé.
Parece mentira pero hay gente tan insensible que ni en estos momentos es
capaz de ver que molesta.

Ezequiela Albarrán García. 159


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

No sé si esta campaña sirvió para que alguien dejara de fumar, pero si


acaso sirvió para que alguien sintiera vergüenza al verse reflejado ya sirvió
de mucho.
Porque al menos sirvió para que, algunos que no fuman pero que sufren las
consecuencias del tabaquismo ajeno, puedan respirar desde entonces un
poco mejor.

Y es que al parecer, los llamados fumadores pasivos, es decir aquellos que


no fuman pero están mucho tiempo cerca de quienes fuman, pueden llegar
a padecer las mismas enfermedades que los que son fumadores
empedernidos, ¡pues maldita la gracia!

¡Ah! Hay que añadir que esta campaña recibió un premio en el mundo de la
publicidad.

Ezequiela Albarrán García. 160


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TENER UN NOMBRE RARO


Yo tengo un nombre raro, largo, feo, difícil, pero es mi nombre.
Podría habérmelo cambiado, hoy eso es fácil.

Pero es que todo lo que tiene de feo, lo tiene de original, especial e


inconfundible.

En mi casa, desde que nací, me llamaron con un diminutivo y yo me


enfadaba diciendo que a quien no me llamara por mi nombre no le
respondería.
Era una personita muy natural.

Pero cuando empecé en la escuela, con cuatro añitos, la maestra decidió


llamarme por el mismo diminutivo que usaban mis padres, y a ella le
concedí el honor de hacerlo, sin enfadarme, y es que ¡la maestra era la
maestra!

No me había preocupado mi nombre a pesar de saberlo tan especial hasta


los 12 años, cuando estudiaba 2º de Bachillerato en el instituto y un día nos
llamaron para vacunarnos contra la tuberculosis.
El instituto era mixto, cosa rara en la época, y éramos muchísimas las
personas a vacunar.
Nos pusieron en fila y mientras el médico pinchaba, la enfermera iba
tomando los datos de la siguiente víctima.
Cuando tuvo que escribir mi nombre empezó a dar gritos y en voz alta
decía que seguro que se trataba de una herencia familiar, que cómo se
podía poner un nombre así a una criatura, etc.
Así que no sé si me dolió más el pinchazo o el número que montó por mi
nombre.

Seguramente que todo ello unido a la adolescencia, hicieron que cuando


tenía 15 años sintiera un gran complejo, pero como en mi casa me
llamaban con un “diminutivo” se disimulaba bastante.

Cuando ya había cumplido más de veinte años empecé a pensar que no


tenía sentido acomplejarse por el nombre, empecé a pensar que tenía suerte
de llamarme así, porque pensé: “si en medio de la calle gritan un nombre
normal y corriente verás que se vuelven unas cuantas personas, pero si
gritan el mío no se volverá nadie más que yo”

Ezequiela Albarrán García. 161


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

Desde entonces siento orgullo de mi nombre, incluso en esas ocasiones en


las que parece que le tienes que pedir perdón a alguien por tener que
apuntarlo en una ficha, una lista o algo semejante.

A veces hasta me alegro, sobre todo cuando te preguntan el nombre en


sitios en los que no deberían hacerlo, por ejemplo en una casa de coches
cuando vas a pedir información, cuando aún no has comprado nada y por lo
tanto no necesitan ningún dato tuyo para nada.

O cuando vas por primera vez a una peluquería y tienen el morro de


tomarte todos los datos personales, se los das por educación pero te dan
ganas de mandarles a paseo, porque encima ves que los meten en el
ordenador para hacerse los interesantes, y más parece que te estuvieran
fichando como si tú fueras un delincuente y ellos la policía, y total lo único
que pretendes es cortarte el pelo, que te lo corten, pero que no te lo tomen.

Bueno, pues en estos casos me alegro de tener semejante nombre, porque lo


pasan mal para anotarlo pero no se atreven a hacer los comentarios de la
enfermera del instituto, ¡ni yo se lo permitiría hoy!

¡Me encanta mi nombre en estos momentos!

Además le daría un disgusto a mi madre si me cambiara el nombre.

Abilio Eleuterio Fortunato Eduvigis

Robustiana Segismundo Cirila Gaudencio

Honorato Primitiva Recesvinto Eutimio

Fulgencio Honorio Olegario Wenceslao Eufrasia

Generoso Timoteo Ezequiela Vitoriano Higinia

Tiburcio Fernanda Heliodoro Laureano

Belarmino Godofredo Régula Nicéforo

Ezequiela Albarrán García. 162


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REFRANES QUE APARECEN

Ezequiela Albarrán García. 163


Material de lecto-escritura para adultos. NIVEL 3 – Cosas de siempre

Refranes

A cada cerdo le llega su San Martín.


Cada hijo un diente.
Cada maestrillo tiene su librillo.
El hambre agudiza el ingenio.
El que espera desespera.
En la mesa y en el juego se conoce al caballero.
La primavera la sangre altera.
Mujer al volante peligro constante.
Nadie escarmienta en cabeza ajena.
No es lo mismo predicar que dar trigo.
Qué más quieres Baldomero, si eres joven, guapo y con dinero.
Sarna con gusto no pica.

Ezequiela Albarrán García. 164

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