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CAPITULG OCTAVO Significads del comercio de sahumerios y per- fumes en la antigiiedad y Is Edad Media Para la fabricacién de esos perfumatorios trictamente tas conatelacianes de jos astrus a fin de prepararlos en el tiempo y fecha exac- Los. Basta con estudiar, de pasada, la liturgia de ta iglesiu catsHea-romana, para darnos unu idea del ugo del incienso en Ja santa miga. En muchos pueblog de ultramar sobre todo, los catdtieos llevan sus enfermos a misa para cu- rarlos, lavandales con agua bendita y vapores de incienso. Esa, entre sus antepasados, ser- via de sortilegio. No hay pucblo primitive ya sea en el Afri- ea, en las estepas argentinas, en laa islag del may del Sur o en el Norte de Siberia entra toa “A, Kram iFale que po se eneuentren hechiceros G mazes que transmiten, de padre a hijo, el seereis de la preparacion de esencias y sahume ¥ que ejercen su especial y lucrativa prafesién de curanderos. Los sacerdotea espaflules que otrara avan- zavon con les eonquistadores de México, des truycron muchos decumentes de civillzucién. Sin embarpo, la view literatura transmitida por Sabayun y utros, nos proporciona infor- Mes Fdedignos respecto a la preparacién de eseneias y sahumerios. Cuando la naturalezay es prédipa no hay yue ser avaro de sua dones ¥ por cierto que eso no acontecia, sobre toda en Ovtente, pues estd probado, Jeate te, que en el entierro de Herades, 5.000 esela- vox than adelante, Hernando el espuein de sa humerios, vapores » perfumes. Por el Nuevo Testamento sabemos quo la hella. pecadora Maria Magdalena lavé los pies del Sefier con bdlsama y que los seed con su cahbellera. Y en el Antiguo Testamento se en: enentra, en los Proverbios, que Judith friecio- nd el vostro con ungiientos aram&tices, Los fenicios, artistas en la preparacién de tales medios, se lo engefiaren a Ins priegos y hoy, al viajar por Jas montafias que e! sol de Romero iluming, vemes una flora natural es- tupenda, especial pava esos finer Las grie- gos, que siempre procuvaban importar de otros paises lo mejor, saearon mucho y apro- vecharon ese arte de los egipcios. En log can- tos de Homero, Hera es friccionada con dled aromatico, y basta vecordar las leyendas grie- pas de la ereacion de la diosu ulimpica Persé- fone, la historia de les viajes y andanzag de Herevles y Ulises, para ver edme en todo, aqui y alli, los griegos impregnaban de hierbas sromalicas no solo sus yestiduras sino hasta los musbles. Por la THada sabemos que Juno sea perfumaha con ssencias espectalisimas pa- tr atracr a dipiter, el gran dios. Hasta se conservan en log nombres de clertos perfumes Joa de productos helénicos. Puede decivse que en aquel ticmpo eada una de las islas aticas zo célebre por un olor especial de su fa- bricaeidn, lo que se fué transfiriendo, de tie- yra_en tierra, como instrumento de cambio, Uno de Jos mayores exportadores en lu es- peclalidad de esencias fue la Arabia. Su cielo siempre azul que durante ocho meses da en las montafias libre aecese al sol, y que marca a la sombra wna temperatura de 46", difunde durante toda la noche un extraordinario ro- cia que influencia especialmente en Jag flores un olor fuerte. Existen ahi florestus enteras de una especie determinada de enebro; ahi erecta el raro “Adenium obeaum’. Es imposi- dle fabricar en el resto del mundo incienso tan perfumudo como ef de esog prados tropicales. De eudn valicso era, por otro a3, 2} consume del producto arabe, coligese de infucmaciones interesantisimas de un escritor coetaneo, cl eual uvajuubs el gaste de ashumerios v defu- materios gue Neron habia gastado ea ef entie- rro de Popéa Sabina, su esposa, muerta el aflo 65 después de Cristo, en toda la prodnecién que Arabia podia yroporcionar en un afio en- tevo. Pensemos ahora en que Arabia mante- nia una gran flota, De Arabia ge llevaron des- pués lus moros norte-africanos las esencius & Espaiia, de cuyas bibliotecas podviamos co- piar innemerables recelas de eu vulmminoss literatura. De Exspatia, muchas de esas cosas pasaron a la América Latina levadas por lox misioneros, y juntindose alli con his reeebus de los ahorigenes Lenemes hoy, alin cuando al- go confusas, una valinga fuente de investiga- eién que nos ilustra sobre cl intercumbio en- tre Europa y América, en asunto tan especia~ lisimo. Es imposible poder fijar los limites en- tre la ieyenda y las primeras manife de Ja historia. Bn México, India, Grecia tigua Roma, encontramoa innumerables Je- yendas y cuentos en lgs que se reficren eura- ciones de enfermos por medio ¢ vapores y sahumerios y de ahi puede desprenderse que esa prictica no es de ahora sino de todos los tiempos. En todos leg paises citados, no sula- mente en los templos sino en las casas par- ticulures, se colocaban vasijas con plantas aro- maticas para procurar con ellas la curacion de Ios enfermos y alejar sus achaques, esto es, eslimular el interior del organismo para su propia curacién. Fl que no hayan perma- necido, ni se hayan desenvuello hasta hoy esas actividades se explica asi: los pueblos de esas épocas combatian en la arena religiosa por intereses econémicos: desterraron, més 0 menus, el empleo de los defumatovios, y asi obscurecieron en lo intime la comprensian de sus fuerzas curativus. Asi como Iss sacerdotes degeribieron sn Olimpo con todas las sabreexcelencias de sn propio gusto, asi tampoco se olvidd Mahoma de mencionar que Jog lindog euerpos de las hu- rics, de ojos negros, eran hechos del mas pure alraizele + por eso envolvian a Aldh en su pa: raiso. El sultdn Saladino ordené que lan pa- vedes de Jas mezquitas fuegen Javadas con agua de rosas ¥ esa onlen se coneerva atin hasta hoy dfa como un habito. Se protegian con toda esmero ciertas es- pecice de materiag fragantes y cierto perfu- mes: Plinia, et afio 65 antea de Cristo, habla de persecuciones por causa de falsifieaciones de ciertos productos. Mas tarde, vemos que los Mstarios mono- polizan el comercio de Jas esencias, vindiendo, en esa época, e! impuesto tanto como hoy el monopolio del tabaco y del alcohol, Asi como en la Edad Media Ios magos y asiréloges te- nian un lugar ofteial en Jas cortes, para indi- cat a los sefiores ron datos astroligicus, el posi ble porvenir, o actuary schre ol SHLWIS# les his desarmonias de la s+ dat, usi bién habia perfumistas que, llewada Ja ocasion, debian preparar Ia eseneia adeenada para lag recepeiunes. Mas no slempra estas ensas que deherian haber sido sagradas, se umpleahan con buen fin, Vemos asi que Catalina de Mé- ilicis, exposa de Enrique It de Franeia, se va- lié de esencias venenosus que ocultaba en su auante para tenerlas a mano y ahuyentar a un adversario o un adovadar aue no aceptaba, Tuis XV tenia un olfato tan especial que exi- gia que su cvarlo fuese perfumado todos Ins dias con una evencia distinta. No siempre un olor draésticamente dez- apradable es causa de dafios en la salud, per otra parte, puede, presentando sintomas que purdan relacionarse a él ser gran peligro pa- va la salud y an tales casos deben servir de alerta. ant La Se sake que los vellitos cervanus a los nu dos de lia cufin de la mayor parte de nuc# tres bambh on aplicadea par inuches salva jea con fines criminales. Se pican cutas (ve- Nites) com cuehillus bien afiludos durante hioras, seedindolos después sobre piedras ca ieutes por clo da dias enteras, Tuas fi- us, Lien pleadas al infimo tamatia, s¢ ellivan en gancho y en ese estado se mezclan, aon instinto asesino, a los alimentos de un enemigo odiado. Matus se onganchan 9 las pa- redes de los intestinua, los alfmentos siguien- tos Lis arrastran ¢ impelen; lus intesvinos san- eran y ya después de la primera deposicién de la comida fatal, aparece Ja sangre. Signe la supuraciin del canal digestive y del: i suministrada y del mimero de repeticiones, depende qué la viclima muera de ega deagra algunos dias, o basta tres afios dospuds. Cabe deeir que loa alimentos eon esa meacla tatal toman un clor especialmente desagrada- ble, que el que consce este procedimienta se da cuenta inmediatamente. En Colombia, en- tre Cali e [bague, existen bambusales para- disiacamente hermosos. En un viaje que hice por ese Indén, mi mujer me Ilamé Ja atenclén hacia Ja belleza de los bambds, le conté esa re- lacién y pronto tuvimos oportunidad de lidiar con tales enfermos; dengraciadamente, la ma- yor parte de ellos estaban irremediablemente perdidos, En ja América Latina, los hechiceros se valen de todas las substancias posibles como portadores de venencs: las m&s de las veces conizas, otras, sal y basta del jabén, La victi- ta recibe de regalo un jaboncito y poco des- pués se enferma ecn su uso. Antiguamente ya se conoefa el jabén de lavar, sin embargo, sdla después de 1712 se vieron en el comercio los primeros praductos olorosns que constituyen hoy una industria universal. Ya dtjimos que en el Tibet se colocan sobre el altar en lugur de Jas csencias prescri- tas para el culto sustitutes en forma de jabones porfumados, de fabrieacién inglesa! y asi en Jos GHimos tiempos, los americanas dicron con una idea completamente nueva. Esto lo encon- tramos en un recorte de una revista; se deg- cribe alli un nuevo truco comercial americe- ni: “Sell with Smell”, venta con perfume, y es natural que el olor ha de ser bien agra- dable, Después que las estadiaticas estable- cieron, segin observaciones hechas en todos Joa ramos importantes, que los clientes com- pran de preferencia las cosas de perfume agradable, fué de lo mis natural el aprove- char practicamente esta verifieacién. El per- fumista gané inmensamente en muchos ra- Del tncienso a la Osmoterapia - a mos. Tuvo que luchar urdientemente para conseguir dar a las mereaderias un perfume agradable, Articulas de caucho, de toda clase, que antes tenian un olor desagradable, traian de sabito olor a violetas y rosas. Los tejidos de olay azumayado a 2 quemado tomaban olor a perfume. Hasta los envoltorios en que las grandes empresas de viveres venden su géne- ros toman deliciosa olor. Con él se va el olor desagradable de la tinta de imprimir. Las medias de soda, ¢l cuero y cl papel para los mis importantes “magazines” deben tener ahora buen olor. Nadie sabe tudavia cuanto yaa perdurar esa moda. Para muchos pro- ductos trétase de una moda permanente, Sin enbarge, la mejor idea fué la de wma firms contra incendiog que esparcié réclames com eley a madera qnemada, Los fumadores saben que ¢l gusto del ta- baco mexicano es un tanto acre y el aroma, principalmente on ciertos tahacos habanescs, no prima sobretodo si se les compara con los ciparrillos manufacturados en el Estado de Veracruz, gCémo proceden en eso los in- dios? Preparada una especie de osencia de las wags finas hojas del mejor tabaco fa derraman en Un pafiuelita y lo depositan en una caja ie- na de variedades inferiores. Los cigarrillos asi tratados mejoran tante que bien pueden com- = — = A, Kramm-Heller 9 pararseles a Jos mas finos habanos. Ese pro- cego, entretanta, deberia ser recomendado al fumador mismo, ya que todo ge podria periu- mar al contacto con la eigarvera. Un corifeo de la clencie internacional, el zofor Profesor Ballaestera, de la Universida de Madrid, dié hace poco én Berlin ana inte resantisima conferencia. Habls aobre e} desu brimienta del Nuevo Mundo que salié de la peninsula Tbérica © jnvestigd las profundas cansas ecomdmieas latentes en la bisqueda de wn camino a las Indias, La India era el princi pal proveedar de toda clase de aromitas y es pesarias, El interés por esas cosas, entre las que se inciuyer naturalmente las materias pri- mas pura defumantes ¥ esencias, fué tan ex traordinario, que no podia ser satisfecho por jas vias normales de navegueidn ni por las ca- ravanas de eva época, Se yieron cbtigados a pusear nuevos caminos y tierras productoras para traer a Occidente eapesarias en mayor escala. Al principio no fué sélo la eaza del oro el estimulo para los grandes deseubrimientos. Se sahe que habia en ese tiempo grandes especie yos que reunian todos los medios para armar navies, enganehar 4 osados navegantes come comandantes ¥ tripulaciones, tapaces arrieagar sus Vidas por los planes fantasticos Bil Trckean 0 la Onmiteropia 8 de aqucila época. Se sabe también qne no hay qe dejar 2. 10 de las Ptimas causes inveca- dag para el descubrimiento de América elir a buseur una fuente de nuevas crenciaa y para ello, de Jaa rutas indispensables, Ex verdad que junto con las nuevas tlerras se halluron mu chas materias primas de cans especias; ¥ en trefanto, el ore y el ansia de abienerlo cada yez en muyor cantidad fue sofouanda en low immigraniés todos loa bucnes gérmenes, ani galls la scoulay cultura y pramovid hecatorm- bes de vidas humanaa, CAPITULO NOVENO Lon sistemas de cura conocidos y sua tondecuenciags Ya describimos guficientemente ¢] uso del incienso y asencias en la vida religiosa de los pueblos, pero aélo ligeramente dijimos que esos’ Miames products gon empleados cumo vemedio. Podriamos ahora, baje et aspecto de a historia de du eivilizactéx, alurgar la maleria ¥ agregar, aquf y alli, muchas cosas intere- santes y explicarlas, Sin embarge, la idea de este libro es establecer las posibilidades de va. lovizar ly utilizacion y veclizucidn de Joa oln- yes ¥ perfumes en la curnelin de le. hom- brea NOS Jkesenta, finsisihleme Pregtala: “on este aento, pvale Is wentar algo 7M THO $7, ede Bethe yt unit Pa phe oa de Cuando examinamos el laberinto de las medicinaa en el que anualmente we abren cua tro o cines brechas, medicinas awe Apurecen a veces como simple mada y que Inego deaa- parece la frecuencia de talea novedades, suseita naturalmente, dudas. Se dir: fa ean mos con clerta certeza esta otra, que alguien 42 propusiera curar a log hombres con perfumes y sahumerios, “Ya hemos tolerado resignados la cura de agua fria del Dr. Xneipp, al Dr. Wei- senberg con su queso blanco, Ja cura por me: dio del “torrente del vientre’ y otras: “pero ya es deinds el tener ahora una cura por as piraciones, defumaciones, perfumes evrativoa, ete., cosas que entran al terreno del lujo, de los muestrarice de los pelaqueras e institutos de helleza!” Nos permitimos rogar al lector que ten- ga paciencia con este libro y no oemita su jui- cio hasta el final, sebre todo si abandond un consultorio médico sin obtener la cura desea- da. La Oamoterapia vendré a ser algo éspe- cial, principalmente legitima, que ha Lenido por padrinos el entendimiento humano, la razon y la légiea, pues eg una herencia tradicional ‘qe estamos obligados a propagar hoy ch gran estnla a todo el mundo, A todo inomento se presentan personas que sienten y pevciher fuertemente, aun cuando no to7> fuerzas ¥ Del Inciensa @ ; Ia Osmeterapi eorrientes invisihles a nuestra curta vista. Gocthe, por ejemplo, trata en el “Fausto” de todas esap cosas y el tiempo ha de venir en que sé vuelva también a la comprensiim de su tearia de tos colores. Veun ef gran descubri- miento dei‘dia: “la radio", Cuando conversa- mos todas estas cosas con personas ligadas, tira ¥ sensibiemente ei la nate seun navegantes del mur, ue del aire, cermpren- Gemoy entonces la frase de Shakespeare, puos- ta en boea de gn Hamict:" Tay mas cosas en e] cielo y en la tierra que tu vaua Silosofia!” Pasma vir eémo debate la gente sobre cosay que alin son tan secretas. En les altimes aios hemos aprendido a ver muchas easas de los sal- yujes con olrus ojo ao rechazar lo no pro- hada, como supersticiones, sing proba, al cun- travian, investigar, eseudvifiar y aplicar los vie- Jo demas ¥ procesus ajustandglas 4 los ae- tuules. Luego al dejar, racientemente farmado, la Facultad ile Medicina, Di de lo que supur sel; pero luego despnés en Ja clinica, busqué econ mi ipnoraneia y ancontré otras macs ence log aborigenes de i. América Latina. Esos Indios co habtan perdido el contacto entye el cosmos, el toda + los hombres; aabfan, al centraria, que los planetas influyen an no- seiros, Te Krumm-Heller | La aatronomia, ciencia matematica, es absalutamente segura e incontrastable si la considergmos libre del angulo cientifico, ma terial y lmitado. No tiene nada que ver con Ja astrologia, Cada una, de por si, ex una cien cia especial. Precipitadamente suponemos que todo en ja astrologia es una suposictin. Hoy eso es sepuro y tenemos en ella una norma que puede sar de extraordinario valar, Comprobamos que en el ir y venir de una ¥ otra teoria, lo que antes fué rechazado, vuel ye hoy a diseutirse. Sobre todo, la antigua ciencia centenia una concepeidn del mundo que la ciencia moderna no acepta cn ahsoluto. La creencia que de ella queda, va dande todavia a millares de personas, materia de consuelo, siendo por lo tanto un valioso factor de cura, en sentido espiritual Naturalmente que rechazamos la horoseo- piu de feria y cl gobierno hace muy bien en prohibirla. Es de presumir, sin embargo, que no han de ser cercenados en sus esfuerzos los investipadores gerios que miran esos asuntos bajo el prisma de la cultura histérica Examinemoas més de cerca los de cura conocidos , Tenemos desde luego, la alopatia, medi- elna oficial clevada poy sus especialistas a un aliay de infabilidad =. Quién no ha viste,—-sin embargo, a la cabeeeru de un ger queride en forma todas las fallas de esa ciencia humana? Basta con wer la eritiea de un Bernard Shaw, tijera tue vecorta los tejidos de ta opinidn mé dicta ofiein. Alli ee ve cudn débil es todo wguelio y es- carnere en forma mis venenosa que Maliere. O dicn recordemos la desastroaa yvaecunacion de nifios en Lilbeek y nos korrarizaxemos de ese experimenta desgracialo. Es verdant que a veces nparecen en la medicina oficial inne vaciones come la pricoandlisis del Prof. Fraud de Viena, o Iss de su discipulo Adler, que mas tarde se deslig6 de las ideas de Freud ¥ Oty Nosotros mismos refutamos al prof € verdad “el mostré una rula, en ka que cons ar. va lo psiguice ¥ lo parapsiquies, Fuern de « toda se mueve en groscra bust material, t tan, mAs o menos, al organismo como maquina impelida por energias ¢ intentan aetvar siempre guimieamente, en el prosero cnerpo material . Fl triunfo en la medicina oficial es xene- ralnente todavia ef empirisma que dice: al re medio, si hizo hien a Juan, luege debe servir también a Pedro y Fetierico. Nadie piense que, muchas veces, lag naturalezas de Pedro v Federico aon fundamentalmente distintas de ia de Juan. Hipdéerates, padye de la medieina, prego- neha esta fdemula: “Natura sanat, miedicos eurat", Y asi ea, 1a naturaleza sana a los hom- ties de gua dolenciaa ¥ el médieo apenas cui- da eon sua medioa, de estimular ta naturale- za, 4 influir favorabieraente si quiere obte- ner salud. Por naturnl éndese, pues, elarta fuerza inherent yo qe no slo aciia vepelienda lag moleatias aino también curande, WAg tarde volverenios sobre asto. Al lado de Ja atopelia, tenemos entre toa siatemas curativos mia conocidos, la homeo- patla. Su descubyidor, Hahnemann tuvo la idea de que algo debia huber dentro de nca- tees, una naturaleza, una energia sanatlva, provocadera como reflejo, de aintomas mérbi- dow. Le vino después la idea genial de hacer actuar primero en un cuerpo sano los medica- mentus, extractoa vegetales o aubstanclas mi- nereles, tal como los emples la alopatia; des- pués, si provocan lox mismus sintamas de Ja enfermedad, loa incorpora a su tesoro tera- péutico. El loa describe como una eapecle de medios excitantes de la naturaleza fntima de las personas. Los homedpatas piensan que pa- va obtener tal exeltacién no hay necesidad de suministrar e] remedio en déala excealva, ma- Del Incienso a fa 0: ‘Oamotera Ter eiza, al contyaria, siende esa fuerga curativa suiilisima en los actuantes hacen mejor lay dinamizaciones decimales, centecimales y atin mas altas. Convengumos, pues, en que ambos proce: sos curativos tienen, de comin, el] empleo de extractes vegatalns y ambos desarrullan una focrzu medicinal interna. La diferencia con- siste, apenas, en la cantidad de droga sumi- nistrada. La homecopatia cs mis sutilizanle; ¥ aqui nos uselta una idea: “No seria posible sutilizar tal vez mAs esas cantidades hasta ja forma de un gas o emanacidén?” Eso, homeo piticamente, es conciuyente. Los médicog naturistas, por lo general de pocos conocimientos, toman en cuenta, ante toda, esa fuerza natural y dicen: “Si existe tal fuerza o agente fisico, es muy posible acti- varia a excitarla por medios fisieos también”. ¥ para ello se valieron del sol, de la iva, del aire, del agua fria o caliente, de la eleetrici- dad, de los masajes y de otros agentes, como factores medicinales. Serfa preciso un capitulo especial para Mostrar eudn criminal es ‘nfune ir cator al cuerpo por medio de chorros de agua fria Con masafes exagerados, quemaduras de la piel con Joa bafios de sol y nrocesos eléctricos 02 a Krumarttelier mal apleados, esa lerapéutica se ha tornado enn peligra veneral Lag sistemistas principales come Kneipp y otros, no menospreeian las plantas medici- nalra, al contrario vecomiendan uaa seiie de tées para ayudar a sus provedimien! os Tam: bién coneverdan con lag ideas de ellos ef em plea de las plantas y dentro de la naturaleza intima, ven las propias fuerzas inherentes al euverpa, ef principio capa de efertuar Ta cura. Los purgantes de Eneipp han producido, ae- diante log aloes, dolores de estdmago y tras: turns intestinalos. Par olru lado, se sabe que cl cineer se produce directamente por media de clertag irradiaciones. Los procesus nature- leg, communes, son por cl cuntrario inderones. Con Mesmer surgid una mueve idea. 251, cumo primer magnetizador, decia: “Si el hom: bee poser osa fuerza curativa interna, ella 36- lo puede ser de naturaleza espiritual, nagné lica y es evidentemente trasmisible de hom- bre a hombre. Conetbié & una especie de ra- yoa N, una especie de “od” a lo Reichenbach y pensé: “Si en un pacierte no es suficiente su fuerza, magnética interior cuvativa, para aal- varlo debe tumarla él prestada de otra que Ie trasmita algo de su fyerza medicinal”. Los mapneépatas creen poiler alegar que poseen fuerza como los acumuladores de la Deb fi nciensa a te ‘Osmoterapia que nos podemos proveer. Hay, hombres co- nocidos como “porta-bacilos”, ez decir, perso- nas que an si y para ai enteramente sanas, lle- van en Ja nariz, en Ja gargantu, o en otra par- te, baciloa peligrosos para tereeros con quienes ellas tienen contacto intimo, principalmente si éstas son maa sensibles que ellas. Se conocen casos de magnetizadores porta- bacilos que han sido causa a tremendas desgracias. ; Qulén nog asegura que no podamos caer on manos de tan nocivas erfaturas? También los tan peligrosns magnetizadu- res estin de acverde sobre esa fuerza curati- va o natural inherente al cuerpo. Algunos de ellos no se convencen de esa provisién y dicen que eda persona Jlev2 en si, por naturaleza, Ja fuerza curativa necesaria. Que esta debe ser drigida, o mejor dicho, comandada, va sea por el naciente, ya por otra persona. Por fin se ven los hipnotizadores y frente a ellos, loa partidarios de la autosugestién. Ambos tie- nen de comin el creer que tal fuerza curativa n@ halla en el subseonsciente. Sobre todo Coué que €8 en ese campo el precursor, aleanzd un éxito colosal. La paicoandlisis de Freud gira én ese mismo plana. Hasta fos “Geaundbeter”, como partidarios de la “Clencia Cristiana” no conocen otra cosa y Ilaman 8 esa fuerza nos. ft ct de suponer que con tantes sistemas y excuvlas rivales no habria de haber enlermas. Para simplifiear lus cosus bien podian acor- davvn cankyuler sistema ecléecticg, Nada de Aqui también parece imperar lao mz: “para qué simplificay una cosa, al aun cuanda. todavia conplivada, mercha a pesar de iodes' ? Recientemente se recomendaban toda els- a diy panaceas que haclan recordar a la “par nec iis” de los alquimistas, y cen ellay ae cemeten muchas importuras y testy Aeseo. Entretanto, no Lodo en ellas eg felzo Asieden, pnede derivss, ciortus vlotas do; de entve elles quiere menceionar dos. Une dr eling es Ta micl de abejas ¥ su principal ele- wal sztear. La mish esa vordar : ratte de Jos discs, puedo enYray clas, pues enclerra elementos valiostsimos 2 que las abejas saben extrac, de Ie ives de las flores, las infinitamente pequeiias ¥ su tili subslancias curativas y esenciales Nuturalmente, que el éxito maricinal de la roiel depende directamente de la regién de donde proviene el panal. Tevalmente de eso depende el color ¥ la calidad. Ta miel del va- lle del Luxemburgo difiere mucho en valer det de las grandes haciendag de Costa Rica. ; Hay muchas plantas venenosas en las cercanias de “ Det Fictense a Ta Osmoterapi: la ecimenu? Eso ha de influir desfuvoramen te in la mie]. También esto depende de la ela: se ide nbejas., Todos sabe lo sana ¥ riutritiva que as una buena miei de abejas, porque au pelncipal componente, el azticar, es un elements basico nviritive y curative. Si, es de los majoras re- nvdios y es lastima que muchas personas lo igenren. Con el aztear puédense abtener ma- ra: “Tosa cures de la vejiga y del rifién. Pa- ra tales molesliaa ya receté hasta una bra de ese ulimento con excelente resiitude iganlmente un remedia excepeional contra la febre. A estos enfermus no se les deheria prohibir jaméx jarahes o limonadas eon axtivar, mies el aziear es facilmante dipe- tikls, infiuye favorablemente en el cursn de [a temperatura y provee, ademas, da lag culorias necesarias. Atte iniis, cl azticar fortalece Ja res dul sistema nervioso y actaa calmandolo: hay inconveniente, por la tanto, pava gatisfa cer la constante sxigencia de tos nifos por ee dulce alimento. El azocar, sienda un remedio tan sencillo, es easi desconoeldo on au acvien contra jas picadas de inseetes, de las qua itn- pide la binchuzén y evitu la camezin. Aun en laa grandes heridas, taios en lag plernas, ete., hase much bien, actudndy con KeummeH eller més vapidez y casi siempre mejor que cual quier otra curative por mis cuidadoso que sea. ‘Tal aceién ge axplica si se sabe que toda herida sana por medio de una secreclén pro- pia ¥ que esa secrecién descompone e! aziear en aicohal y gag earbénice; y que los dos impi- den el desarrollo de /as bacterias. Ademéa, ha- ce que las ligaduras no sean renovadas muy seguide cosa que, ain cuando algo antihigie- nieo, favorece mds la cicatrizacidn, pues la he- yida no se ve privada frecuentemente de su humor curative, Dejando, el emplasto de azul ear durante una semana sobre Ja herida, es sewuvo obtener la curaciin. Probamos que los principales sistemis te- rapéutieos se valen de plantas medicinales y que tales: procezos tienen ia pretension de constituir la bistovia de la medicina. Tam- bién Ins pueblos primitives se sirvieron de ta- jes plantas. Hay, entretanto, un sintoma Hamado idio- sinerasia. Ea una hipersensibilidad del orgs- nismo ante clertas substancias. Varias perso- nas después de usar ciertas hierbas medicina- Jes, o bien fresaa, camarones y otras cosaa, 8 ven acometidas por la urticaria, que a veces las tienen bien a mal traer. Otros, en cambio, vermanacen indemnes a tales influencias. Eso quiere decir que lo que a unos hace mal, es Util Del fnciense ig Osnoterapic scolras. Por otro lade, subemos que hay grain cantidad de plantas venenogas que alia toma- das en pequenas porciones avarrean degaatros y a veces husta la muerte. Eso nos compele rechazar la alopatia y a colocarnos, de prefe- vencia, ai lado de la homeapatia que sole rece ta desis indcuas. be praguatay ahora si al eutrar los me- dicamentes al estdmnapo @ste no separa las shbstanclas quimicas, haciéndolas ineficaces is por eso que estamos ubligados a busear nue vos caminos que nos proporcionen substaneias mas sutiles todavia y posiblemente mas acti- vas. Eve nuevo métoda es in“Osmoterapin”, Ja cura por esencias odoviferas. Antes de que entremos nuevamente en la isturia directamente relacionada eon las per- furnaciones, quiero veeurdar el sistema eura- vo per medio de lag plantas tal cual lo pre- sentu Paracelso y yue tan_admirablemente nos traamitié el médieo Dr. Karl Zimpel, allé por el ao 1860 en su teranéutica espagirica. Ea el tiempa en que todavia estaban fun- didas la medicina y Ja religidn, se sabia que casi lodas las plantas san mds o menos vene- ogas ¥ que conticnen svhstancias vibulizantes. Esto es: que cada plania posce algo nocivo pero, al mismo tiempo, algo curative y bené- ALG, . La misién de nuestros quimieog seria en- tonces separar lo bueng de lo malo. Eso se lla ma “urs spagyrica” o de Paracelsa. Los sa- bios de ja antigiiedad no publicaban esos se gretos. No hubia entonces registro de paten- tes yuc los protegiese. Tampoco querian que un sistema elaborada con tanto cele y cuidado, fuese a perderse en el futuro. Por eso se lo trnsmitinn a ciertas sociedades secretas, que entoncesa, para Tas nuevas generaciones de médicos, representabau como una Universi- dad. Los Kesacruces merecen nucstra grati- ‘or haber canservade estos conocimientor etos alquimicos y esencias que, hasta yoo hoy dia, todavia no entran al ecomercio. La tradicién de esas ciencias se remonta a jos terios egipciog y pricgos y se completa con las investigaciones del autor de este Hbro en hito de los misterios toltecas, mayas ¢ CAPITULO DECIMO Areanos vegetales y ~us tradicinnes Yorrunos ahora a los a PS UrICOs, es daeir, ala divishin entre | staneins to sivar y mortales y log principigs vitalizantes y curatives. Tixiste una oxtensa literatura en latin, hasta hey dia conservada, de Ine pues Lros ahyuimishas medioes ules. En ese tiempo, el médico debia po tal cumo se ueaba en Ing gremioa d dores, algo que acreditara su compe mo por ejemipla, un especificu, que se eolv de su propiedad y al que aus principes o di rectores daban priviiegio de fabricac Mal ches de esos extraclos subsisten liasta nues tvos dias. Me recuerdo de lus famosas gotas de Hoffmann. Federiea Hoffmann, elinies en 1645, en el principade de Minden, nombrade mociticu de la corte, experimenté alli varias esaa recetas antiguas. Fe interesante Ja lee tuia tle sws obras, de las que toil nna edicién completa aecha por uno de aug su cusureg en é] castiiv de Bredow. Médicas Ge fa ialla do Hoffmann preseniaban, con pleno panceimenta, e608 reoledica, que sus creado res, Lies o ettatro siglos antes, hablan ya pre- parado. Sin embargo, ya en e tiempo, Hoff- mann observa que es una ldstima que tales preparados tengan que contentarse con asta laviones tan primitivas, cual los laboraterios de lus alyaimistas. ,Qué diria un Hoffinann at vulviende de esa época, pudiase ver un lar boraterio quimica trederno, en donde, con centivfaugas y aparatos eléctricos de toda cla- | puede ingvar In que enlonces apenas vi pensar? peogresua. A estos pertanccen las ciones du Mendel sobre variedudes. eb trdfien intenso de los vapores rdpidos y avio- s, nos faeilica hoy la importactin de pluitas 4 de tode e! munde 4 fin de somneter & un andlisis quimica cxacto, aqueilas plantas que lag reliviones antiguas consideraban sa- gradaz Have poco que, en un laboraterio suizo, se empezaron ciertas experienciag a fin de examinay ia savin de las plantas aprupades de acuerdo con au precipitacién, es decir, en Del Inctenso a la Osrra su forma crislulina. Se llegé a la conclusién definitiva de que, tal como Ju suponian les an- tiguos iniciadaos, existe relacién entve las plan- tas y los astrous. Tesde hace muchos afios, la cienvia deba te las conjetuvas de Swante Arrhentus, en su Manual de Fisiea Césmica, sobre st veiacia- nes de Jos planetas con nuestra flora son ab- sohitamente demostrables. Yo mismo, sipuien- do las indicaciones de Pfeifer v del Kolisku, hice anillos de alambre y experimentos duran- te Ins celipses de gol v de luna, con preparados metilicas y jugos vegetales. Tuve la prueba de que todo lo que los libradoves tienen por evidente y los sllvicuiteres por incontastade, es un hecho; y especialmente esto: en cada cambio de la faz lunar, la savia de las plantas sube y cae y se agrupa diferentemente, semir. ja constelacién. Los constructores de la Fdad Media, co- nocedores de este fendmeno, empleahan made- va de firtolos que habian sido derrihudos eon- forme a esa ley; esas maderas estén atin hev dia intactas, al paso que nuestras conatruceio- nes THodernas, apenas unas déeadas después, emplezan a carcomerse y a podrirse, para ir ala ruina. Cuando quemamos una planta y analiza MMOs sits tenizas, encontrames sales y elemen- fe - A Krummet feller tos metdlicns, que varian segiin la especie. El unalisis spectral prueba, yue tales substan- ¢las brolan como emanaciones de los cuerpos velestes. Y como los afines ge atraen, tene mos en ¢l espacio un encuentro de esas subs: tanqias quc por un lado emanan de laa plan- tas y por otro de log astras, lo que forma, en el io, las substancias coloidales estudia- das por los quimicas. Con la respiracién, esas substanelas pe- Neivun a niéstro cuerpo y sé combinan ahi cat elementos andlogos fabricadoy en nues- tras glindulas . La elaboraciéu fisiolégica quimica en el interior de nuestro misterioso organismo, tie- ne, en él miele de lag eélulas, elementos sutili- simox, tal como gases, que animan tody el pro- ceso. En lus plantas, atin cuundo en otras eon dittones, se reulizan los mismos fenémenas; ¥ sf uyudamos él ritmo de la clahoracién natural con Ja introduceién de elementos gaseiformes VY con esenelas, en este caso nada més gano, podemos animar el proecso intimo. Pers, estamos enviciados a tomar nues- tras remediuy por la baca y el estimago. Sélo en los tiltimog afius se ha preferido intrody- civ directumente al organismo los extractos veretales y produetos minerales, por medio de inyeeciones. Quieren vivificar, pera ge olvi- Det fuciensa g la Osmeterapia dan que ya en !a Biblia Diog infundié ai hom- bre el halito vital por la nariz. Solo on la naz tosis (clovofermizacién), hacen ellos la ins: pirucién det medicamento, pero sin pensar en ampliar esa experiencia. precisamente es en este estado paseiforme como podrdn influir en nuesiras glindulus. EI Médico Dr. Allendy, dice. com toda justicia, que Hahnemann, con sve adelantiudas sutilizaciones de substaneias medi¢inales, ue tivabu siempre mas el dinamismo y labria, ain duda, usado de diluciones tedavia maa per- fectas si hubiege dispuesgto entonces de la tée- fica de hoy. Por cierto que toda siencia es ki- ja de su epoca. No podemos negar que, con la tendencia surgida después de la gucvra de 1870-71 : vesamos und onda materiulista y ahora, en las proximidades de una era saturniana y degpruds de la aceién de un Rudolf Steiner, la medici- na practica vuelve a lo que debe ser, un trata: mienlo psiquico, en el que ef médico vuelve a encontrar ja comprensién de las substancins sutiles de la naturaleza. 3, CAPITULO UNDECIMO La seerecién interna ¥ te pereencién olfativa. Toda el mundo sabe hoy que ias glandu- las de secveciin interns influyen en el eveci- tmiento y desarrolis, en la forraacién y defor- macidn, en In salud y enfermedades de mucs tro cuerpo. Apenas se deseubrid ese mizterie de jas wlandulas euvanda va entrd la terapéuti- ea materialigta y se hicieron preparadus grue- sos de glindulas animales para recetar a loa pacientes. ¥, efectivamente, algunos tuvieron una maravilloss actuucion. Reeordemoas Ja “iyroidina”, producto de la glanduls Lirdide; Ta “adrenalina”, de Jaa cépsulas suprarrena- les; ta “pituitrina” de la elandula pineal. y ta “insulina”, tan empleada en le diabetes. Asi como ya lo manifesté, la quimiea mo- Gera extrajo esas substancies y al dixito fd atronante. Perdura ef eterno error de nues- tra creencia en la alta potencia de los prepa: radas muteriales, en ves de prepararlos y ad- ministrarlos en forma de gad. Tio interesante fué que se probé un abana de plantas con hormoides sexuales fernonings y con ellos se obtuvo un crecimiento estupen- do de jas plantas. Segiin ego, tedas las her- man xuales provienen de las plantas y los de los anunales poseen nn olor especial, Tam- bién se sahe hey que todu olor vegetal tiene elacién eon Ja sexunlidad {Quid no conece la influencia de la valeriana en loa gatos? Bsa alracchin sexnal con buse yoimica, se tla ma “quimetaxia”. Tas poveiaues queen la “quimotaxia™ ac Lian como cubetaneias imicaa som lncrei- blemente minimag. Bruno Wille dice, en un articnt: “Fisielogda vstimulante de Eros”, que no sulamente Jas atracctones gexuales sino lumbién Jag sectales, entre los individues de una especie que vive en sociedad, se roza lige- tamente con la “quimotaxia” y tiene asi raiz con el eretismo propio de cada caso. Wasmann recalca repetidas veces el impor tante papel que desempefia en las investiga- ciones subre las hormigas, él olor del nido Chormiguero}, tanto que, por ejemplo, ul tras: portar hormigas a sus huéspedes de una casa n otra, sc exige una cuarentena, por aleunca dias, de los insectos que se va a transportay, pues de otro modo, e] olor extraiie suscita un tratamiento hostil ul nuevo huésped, Ademis, Wassmann probé que ol apego de las hormi- gas a ciertus escarabajns proviene de la “qui- motoxia”; pues lis hormigus se deleitan igual- mente cou una esencia segrepada por aque- ilos coledpteros. TDe este modo, cualquivra puede presen- turse a un hormiguero y desvastarte, matan- da con un determinado olor, y por cl contra vio, con otro olor podria vitalizurlo. Hénticas propiedadee deben tener las mi- cro-urganismoa, los hacilos, por ejemplo; y as ta prohade que eiertos vapores Lienen accidn Imctericida - En Jag inhalaciones, usamos subataneias fragantes, sdiidas. Todes los médicos em- plean preparados para eve fin, y sin embargo, casi 10 se reconocia el valor rea! de ese stste- ma Los médicos ya han empleado alguna de las clases de vapores, Por ejemplo, al final de la monopausia cesacién de la menstruacifn en la edad critica, en que muchas mujeres su- fren de hemorragias y que cesa con vapores de manzanilla. Con extracto de apio.se acelera la mens- truacién tardiz. Existe una pran variedad de preparados de “apiol” que se reectan en ex- tractos y pildoras, Hntretanto, Ju expericoncia muestra que la aspiracién de esos preparadus acti, parliculurmente en las perturbacionas menstruales. £Cémo puede explicarse esa influencia? Con el descubrimicnta de la plasmogenia, se sabe yue el tejido celular tiene en cada orga- nisino una forma celular caructeristiea. Lak- hovaky, Investigador ftraneés, prueba en sus us udios que confurme zea la especie y forma de tis etlilas, emiten emanaciones ondwabo- nae, Seri pesible que toda la patologia pudie- ta obtener nuevas Inces con da leovin emana- La de Bakhoveky. Huce algunas décadas, el investigador ru- so Gurwitseh, descubrié los rayos Mamados moetagondticus o de crecimiento. Eos rayos pueden activar la division ee iular en los seres qua estan situados cerca. El médico Wassiljew y el Dr. Frank sacaron culdadosamente el nervio olfativo de un pez ¥ lo eolocaron eevea de un culliva de levadura, Deseubrieron entonces que hasta ese hervia, preparado, emitia rayos y en 20 minutos el alimero de las eélulas aleanzaba al doble. Las contrapruebas confirmaron que en lag proxi- midades no habia ningan otro éemisor, sina Unicamente ese nervio como fuente de tales ra- yes misteriosos. Posteriormente, bisquedaz Det Ineienso a ala ‘Osmoterapia _. _. 9 del mencionade sabio revelan definitivamente la existenciu de esos ruyos nerviosos y ademis, que ellos, con una pequefia excitacion, prova- can extraordinarios cambios en nuestra giste- ma nervioso fluido, es decir, ch nuestra: ghin- dulas internas. Y atin més, culande los nervios son excesi- vanniente sensibles, esa sensibilidad es muche mayor en las glindulus internas bastando une nequenisima porcidn eoloidal para oblener una aceiin estupenda Ne podemos dejar de meneionar, al ha- blar de ios perfumes y su aceién, una novién de los tiempos mas recientes referente a la tuestién de la varilia magica. La sensacidn de} stor no es otra cosa que la percepeién de ra- you y ondas por antenas existentes en cigrtu zonw de nuestra pituitaria, las que se afinan por una cumpletu “octave” de frecuencia on- dulatoria, conocida en radiologia. Una exne- riencia con rayog terrestres nos demuestra la consecuencia que se puede sacar de esto para una terapéutiea radivlégica. Por m4s discutido que pueda ser este ca- pituln y sobre todo la euestién del mas o me nos engafiose “aparata de desradiacién”, na- dic puede nepar que en clertas zonas, arriba o abajo de la tierrs, existen “fajas excitantes”, producloras de enfermedades o agravadoras A. Kromnet eller haa de sintomas. En tales radios nadie puede dor- mir ¥ en numerosisimus casos de insomio, la cara tiigica ha indicado que la cama del pa- cliente se hallaba dentro de un radio sxcitun , . La sensibilidad de mnehas personas en ialey zonas de rayos perjudiclales terreatres, llega al punto de acarrearles completa neu- rasienia que les ovasiona, a veces, la muerte, si nu at rétira a tempo el echo de la zona ox- ifante. No parece del toda comprobuda, pero sf prulalie, que existan “casas caneerantes”, ¢4 , hibilaciunes que, por virtud de fuertes gunus de rayos terrestres. predisponen al canc’o (canesr). Como ya ae ha dicho, esoa radios excitan- tes se revelan al ohservador por la reaceién de la vava magica. Méjese, por ejemplo, una toallu en cierta soluciin 4cida, cibrase con ella una parte de la zana excitunte y cesard al momento toda espevie de tope de Ja varilla yveso durard exactamente miontras se perci- ha el mas leve olor del deidn. Vemes aqui cémo un verdadero flagelo de iu humanidad que ha de irse conociendo pace @ poco, es combatibl: con éxito, par una simple uccién del olor. Fl autor esta pronto, en los casos de bien comprobada evistencia de A tules onas malhechoras que s¢ suponga Cau- aa de una enfermedad, a acudir con sus cun- sejos, siempre que le proporcionen un cuadro nosolépico integral, E! fisico Judt prueba que la finura de nuestros érganos tiene relacién con ¢l pro- blema de la raza, De su libro “Depuracién de la raza” extraigo lo siguiente: “Se sabe que Yos flamados pueblos primitives (;por qué “primitives”?), ea decir los tronces que que- dan de indios puros y negros estan dotados de Srganos sensitives agudisimos. Lopran ver, a simple vista, mas lejos y con mas precisi6n, que nosotros con anteojos; su oido ¥ olfato son, igualmente, muy desarroliados. Hace al- gunos afios que en paises Lropicales pude ha: cer, por lo demas ecasualmente, una observa cién del mas alto interés. Un sabio europeo residente en el Asia me mostyé orgulloso su Jahorator’o fisiea, especialmente sus instru mentos de procedencia alemana, haciendo elo- gios lisonjeros a 1a habilidad de mis patricios. Entre los instrumentos habia aparatos Zeiss, para anilisis esyectral; y para complacerme, nuestro profesor ma mostré el espectro solar nrovectado en un papel, protegido, con un di- buio blanco. Satisfaciendo un deseo eaponta- neamente surgide, pedi al sabio que me mar- ease a lApiz las zonas espectrales, Comprobé Pee A. Kruse! Teller the estaban eaactisiimas ius conus de fajus fale vidas vi ayudente de ui ane Tiriin, en , onroindi, a ina, dntervi uu ¥ dije diuabadas “Peco, sefiores, debe ha un error” y mares, a su vez, la zona ag: tral, muchs mas adentro que nuestvas mar- cay. Ese mestizo fino, de 60 por 50 (fifty to fifty), que yo podria vousiderar fina sangre, vid asi um espectro menor que eb que mi anfi- tity yo habvames visto. Para compleuir ese cnedro desconcertante mandé llamar a ua mu chacho, de purisima senpre, de la belia vaza riglaya, le puse un lapis en la msno y Io hier marear ia gona espectral que 6} viera. El ge- fils ume a eapcetral muchisima mayor qve: la que habiamos visto mi amige cnropeo ” Hasta agi Judt. Su librita, altamente in- teresante v digno de leerse, hace, Tuern de es ta. una serie de averiguaciones interesantes, relutivas a nuestra problema, Veriftea, entre otras, que un individuy de pura sangre, atin enando pertenezea a una raza inferlor, uye 8 ovbavan completas, del “sol? con doa Tineas {frecuencia 96.825) ul “sul? con 5 lineas (fra- eucueia 24, 787.209), an tanto que la media de tos eurepéos mestizos aleanza machfsime meé- nos de la rona auditiva grave y sobre todo de la alta que los pira-sangre. La vista del pura-sangre es mda aguda y extensa que la nuestra; au paladar, los pone en guardia més positiva y cautelasa contra jas suhstancias venenosas y evita, como algo insoportable, el mal olor de las exhalaciones de los fuertemente mestizos, exhaluciones que casi nada o bien peco nos ineomodan; en su- ma, los pura-sarngre, disponea de sentides mu- cho ms finog que los mestizos. Entretantu, nuestro olfato es tan sensi- ble que puede percibiy, por ejemplo, 0 gr. 0006005 de almizele artificial, Un millonési- ‘mo de gramo seria 0 gr., OUOUUI. La raiz del almizele proviene de una planta lamada “sambul”, oviginaria de la India Oriental. Se da también en Rusia y quizda si cultivandcla sevia posible traerla mids aed, . Un perfumista francés de nombre Presse, consiguid hacer un paralelo entre e} alfato y jos drganos del guste y audicién. En miisica, conocemos armonias y diso- nancias, kay fonas que a unos agradan y a otros né. Lo mismo sucede con los perfumes, que se pueden combinar segiin el sistema de Piesse. CAPITULO NUODECIMO Astro-patologia y Lerapéutica ¥a sabenws que también los planetas s¢ eormbinan con tones. Cudicamos que ciertas plantas pertenecen a ciertos planetas. Lo mis- mo sucede con los metales. El oro pertenece al sol; la plata a la luna; el fierro a Marte; el mereurio a Mercurio; ef estaiu a Jupiter: el cobre a Venus; el plomo a Saturno. , Por otro lado, la quimica coloidal prueba que esos metaies se encuentran en siecle plan- tas: Mercurio en los tilos; Venus, en el abe- dul; el Sol en Ja haya; Marte en el rable; Ji piter en el Alamo, Saturne en el ping silves- tre; Ia Luna en el cerezo. Scto en los ultime afins se ha venida a eonstalar que el abedul contiene una deter- minada cantidad de Acido silico. Los planetas, por su parte, corresponden a fas simbolos del zodizeo, de modo que en la primavera, Marte 2] planeta dominante del signo de Aries, in- “A. Krummelfeller fluye en todas las jaquecas, todas las enfer- imedades infecciosas, fiebre, roseola, y dulovea de muelas. ie estén subordinadas, plantas eo- nu la cebolia, el cdfiamo y el ajo. Viene en : pulda Venus, el 21 de abril con el sino de Tau- vo. Te estan sujetas las enfermedades del pes- cuezu, [urtneulos, catarros; vonqueras. Las plantas. correspunlentes son el canea, la mar- garita, el line ¥ el musgo. Viene después Mer eurio, con Géminis, el 21 de mayo. De él de- penden Jos puimones, los bronguios, las infla- macinnes de las cestillas falsas, las heridas de lon hombros y log brazos, Las plantas son la aquilea y el laurel. La Luna, que eomienza el 21 de junio, como planela dominunle de Can- eer, influye en las enfermedades del estéma- go, embarazos intestinales, la asimilacién y degssimilacion, en el cAnver, ele. Lus plantas aclli subordinadas son las acudticas y crucite- Le sigue el Sol, en Deo, desde el 22 de ju- lio v en 4! sentimos ta influencia de las enfer- medades cardiacag, de la circulacién de la san gre, dolores 2 las espaldas y ademas fiebres, ete. Del 23 de agosto hasty cl 22 de soptiem- bre, e] Sol pasa por Virgo y Mercurio es cl planeta dominante. La eonstelacién de Virgo tiene, bajo el aspecto ustroldgico, relacién con a] higado, los intestines, las asimilaciones y desasimilaciones, las flatulencias: también los ealambres estan baje ese siguo. Signe enton- ees Libra y con ea Venus como plancta do- minante, desde el 23 de septiembre. Enfernie- dades del bazo, higudo y¥ rifdn, estdn sujetos 2 Libra, Si en 4: signo anterior es al manza no el qm aetia ofienzmen'e, on el ae Leo el roble y el sauce, en el de Libra tenemos las roses, las violtaa y las freaas. F) signo que sigue es Escarpién, desde el 21 de octubre, con e] planeta Marte, y bajo él estén las enferme- dades genitales, cuyaa plantas son el aree y el toio. Sagitario, que 48 el que viene enseguida, desde el 21 de noviembre, tiene u Flipiter por planeta y si bajo el signo anterior se caiman os desarregioa intestinales y monstruales, ba- jo Sagitario anotamos Ja cidtica y enferme- dades de log miisculos, 1a gote y todas las per- turbaciones nerviosas. Nin Capricornio, desde el 21 de diciembre, reina Suturno y en éi se re- istran todas Jas paraliais, enfermedades de las rodillag y reumatiamoa. En cl sigmo ante rior teniamos la palmera y Ia begomiu y ahe- ra el pine y la yedra. La constelacién que ai- gees ia de Acuarig que ge aplica a Urano, ¥ también a Saturno y comienza al 19 de ene- ro, Los bronqules, culamires, dolencias de lax plernag, varices caen he jo Acuadyio. Para ter- minar 4! atio solar, falta Piseis, due entra en 6 Rrumaee teller 20 de febrero. dominado por Neptuno ¥ ter; Ladus os ebeosos, ealermedades de 4 los pigs: las planta: sen cf olmar 3 gre yd hiefeelius, Pare cada signy wus limitamos a citar «o- mo cjemplo, sokimente alg plantas. Sin embargu. bay todavie bajo cada signo un sin: adimero de otras Mantas, drbeles, hier’ flo- res, ete. Los autores no han dady todavia au opinian unifayme rexpecto a cada planta, es decir, sobre su dependencia a signos y plane- te sembarge, hay algunas para lag que no cube duda alguna. Ist leelor encontra rt al apéendice de este libra une relacidn mis am glia de la dicho. Supongamog shora que el astrdloge in- dan, con el pacienle cual es el signe del 2o- diaco o planeta que influye favorablemente en él; buscaremos Incgo Jus plantas y perfur ce te Tes 6 odan ¥ veremos si, com forme uw los sistemas de Piesse, existen acor- des avmdnieos; tendremos enlonces el perfur meremedio, Gon tul esencia empezaremas ch tratamiento de la enfermedad. Tenemos &si, en conjunto, una astro-putalogia y una astro- terapéiutica. St unifurmamos entonees en una sintesis, los perfumes de las plantas, solo mencionadas Det Incienso a la Osmolerapia 129 en parte naturalmente, con otras esencias, habremos logrado obtener un perfume que encierre un remedio maravilloso: CAPITULO DECIMO TERCERO Estados de suetio y ensyefio Volvamos, una ver mas, a la fuersa nutu- val o curativu inherente al everpo. Sabemou ae los complseulos blaneus de la sangre, los agocitos, marchan como un ejéreito pura aniquilar otre ejércite invasor. Son, por decir Jo asi, una policia o ejéxcite defensor del orpa- nisme. Hecho éste que ccurve sin nuestra ve hmtad ya que no podemns influir en él, a nues- tro antojo, sino al contrarin Si seguimos la marcha del pensumiento dcl médico Dy. Schwab, amiga mio, tendremos co- mo exponente de esa fuerza inherente en no- sotros el cerchra y el plexo nerviose, simpa- tice, Este Ultima es un sistema especial exten- dide gor tode el cuerpo, que desempe®a todas aguellas funciones que no son adictas 2 nnea tra voluntad, como son las de sonrojarnos, em palidecer, ewisparse el cubello y otras funcis- nes eoporales, quo se ejereen automaticamen- is ¥ que no podemus eambiar 4 vuluntad, co- mu el movimiento tardiace y los peristalticos, Liego intervie ese misma sistema en la ae- tividaud de las Mamaadas secreciones internas. De ciertus pléndulas, de la cabeza, cuelio, de jas entrafius, fluyeo sceraciones que regulan el crecimiento del cuerpo. Noa se puede dentira de los Uimiles de este file que se quiere mantener populaz, hablar eon rnayores poinenores del suhconsciente, Nos contentaremos cor algunas indicaciones. Cuando en una rewnién de varias personas, ve moa que alguien bosleza, no podemos repri- mir también un bosteza, nos contugiamus f4- vilmenle. Nudic nos dies: “Bosteza ti tam- bién’'> pero, involuniaviamenta, eal hostezo ajeno actia no en nuestro consciente atento, Siw en nuestro subconsciente. En ese subcona- cliente duermen encrgias insospechadas. Se cuenta Je sacerdotes tibetanos que sin comer ni Leber y manteniéndoge en una ciertu sub- eonsciencia, ellos pueden efectiiar marchas ex- traardinarias gin sentir la menor fatiga. Y atin cuando osas marchas sean de mas de & dias, no experimentan la menor baja de peao. Los tihetanos que conocen ese estado y saben que es una especie de sneno, uo despiertan jams « dichas personas, al contrario, las dejun se- ula Osmeterapia ; : guir tranquilamente. Apenas alguien les ha- blu, recuerdan y pierden esa capacidad. Oler- tas eastas de Ia Judia dlean que esos sondm- Dulos son susienidos por seres para nosotros invisibles. Les galvajes Gienen, ademas, la facultad de 1s elarovidenecia que nosolros vamos per diends con la taenificweién y la superciviliza- ciéu. En este velato debo hacer mencidn que en ciertas regiones de la Fuisia Oriental y de la Ditlimarschschloswig - holateiniana, de en- tre tres personas, una es “spokenkiekes”, ea decir, clarovidente, que tiene una segunda vi iA sabido que en esus regiones alema- nay, la poblacién es de pura raza en una prac poreién notable, En los paises ucevtuadamen- te wieslizadus, falta completamente el don de Ja clavevidencia. Clertas sustancias pueden in- fluir en ese estado. La gran deggraciu de los pueblos Tatino- americanos cs el aleoholismo y todos lus tné- dieas ticnen ocasién de ver diariamente cavos de delirium tremens. Es entonces cuando los alechélicog ven ratones imaginarios y quieren acemeterlas contra ellos. Bien pudiera ger otra. eon, gorriones, perros, ete, pero né, siempre han de ser ratones. Log indios dan la ex;ti- eacién siguiente; esos ratanes, invisibles a nuestros ojos fisicos, se ponen slempre cerce CA Kru Heller de los enfermos para alimentarse de sus ema- naciones, irradiaciones y olor. También nus di- cen que otrod ammaltes sun adictos a los moz- findmanos, a los coeainémanas, ete., y parece - que cada venenc embriagador tiene un corres- pondiente ser astral elemental, que excita al hombre a ese placer, a fin de poder aaciar su avidez en las emanaciones de el. Entretanto, los indios también dicen que en los altus planos no séla hay serea malos, sins también bueavs. Los malos enscian co- aus hajas, satanicas, ineuban emanactones fé- tidus; los sineriores, divinos, angélicos, quie- ren perfumes. Si hacemos nuestra ese modo de vey, comprendemos cudnto tenemus en nugs- Lras Manos para acerearnoa a genics divinos a diatnilieos, con darles simplemente, a wis ietros, au elemento vital, ya sea un olor agra: dale oun mal qlov. Pero. ha de emplearse vie ra cada cual adie el que ie es adecnade. Kin el interior del Beusil hay efertos he- chieeros aie, par media de una bebida secre- ia, pruduven una especie de suefio o somne- tercia, obligands a lus personas que cacn en esc estado a trabajar para e! hechicero, ex- plefundo esi n esas pobres gentes. Se conscen ins estuciog peleaanalitices del ya citado Prof. Frend, en lox que se prueha eudn eslupendas. energias se almacenan en él subeonsciente, Son Del fncienie a la. Oxmolerapia 135 tuerzaa que pueden despertarse para el pro- ceso curative. A los curanderos del golfo de Darien se les Rama “palioquina”, y ef folklorista Garay, en sus “Tradiclones y cantares de Panama”, describe como los chamanes, durante las apli- eaciones de esencias, entonan e4nticos man- trimicos mientras el paciente queda cnvnel- to en una nube de vapores. El médieo Rosacruz Dr. Maack, de Ham- burg, fallecide no ha mucha, nos describe en un interesante libro titulado “El segunds ce- rebro”, un segundo organismo complete den- tro de nuestro cuerpo fisieo y que consiste de una sutif materia oculta, Habla del pensamien- to como sustancia, de materia vital y espiri- tual, una especie de fuerzas creadoras activas que actian durante el suefio y que sumentan la energia que reside en nosotros. El relacio- na esas fuerzas con Is fuerza curativa y con nuestro subconseciente. Presintiendo lo que mds tarde diria Pa- racelso, — “Presta la mayor atencién a la pre- psracién, tiempo, hora, propiedad de todo enanto se relaclona con eso”, — los antiguor sacerdotes-méditos aztecas Mandaban a sus pacientes que ¢liesen determinadas plantas ¥ mediante e] “peyot!” conseguian cierta som- nolencia para curar a aus enfermos. Ademas, A "Krumm-Helle nara apurar la curacién les mantenian sobre tas aarices otraa flores odoviferas. De lus misterios egipcios y griegos cona- cemus el dei suetio en el templo, en el que el nedéfito quedaha sin canocimiento y sin daraa cuenta, en profundo sueno; salia de él itumi- nado y clarovidente, El mismo proceso encon- Lramos en Tha teltccas mexicans, A este respecto, recuerdo alge de cuunds vamos estudiantes. Si una tarea diayia eva tiuy diffell de aprenderla, ponfamoa durante la noche el fibro debajo de la ulmohada y, ca- so extratio, al dia siewiente contestabamos ad- niratlemente a todas las preguntas. Ciertamente puede haber en ello alga de supersticiin. Pero, en todo caso, ea un hecho a arante la noche y mientras darmimos, nuesiras almas siguen ocupindoge de lo mie noes preoeupdé durante el dia, Bea commprengidn nos fev, aning atvas, 4 lag exneriencias que ha- cemos hoy. Trataba de tender m puente en- tre la conciencia del dia y el subconsciente del sherio; y aste puente lo hallé en los perfumes ¥ egencias. De acuerdo con ef sistema de Coué hice que tois pacientes vepitieran durante el dia ciertas frases y mientras Jo hacian automa- tieninente, les hacia oler determinados perfu- mes, Durante la noche, penetraha a la sala el incienso a ta Osinolerupia del hospital y me aproximaba al enfermo dor- milo; si se trataba de una persona habituada a hablar durante el auefio, con sdlo pusarle un enzo perfumado por Jag navices, comen- zaba inmediatamente a decir: “Progresa mi curacién; estay mejorande dia a dia; voy a qucdar completamente sano”. ran las mis- mas frases que le habia hecho repetiv durante el dia sutes de oler el perfume. Al otro dia, la nevsona estaba realmente mejor: ef siate- ina curativo habia actuado durante al suefio. Sabeno ite el sue- fio la fuerz a . Pasta la mds le ve rAfaga, para imagiuarnox que estamos en el océano drticn, Tl menor golpe nos pareer .bn tire de cafidn. Tratase, en auma, de despertur ef deseo a aliciones del dia e incitaclos a ‘ali teflo mediante lo agspiracién de perfimes mulantes. Despraciadamente oo guardé Ia cranica de Tos muchos pacientes que traté de ere moro én el hospital Vicloris, en la capital dol esta- do de Taumalipas, del que entonces era direc tur. Pero fué alli donde puse la ptedra funda- mental de este bro. Siguiendo la costumbre médica podria pre- sentar aqui toda una serie de caaos elinieos, pero ello sélo vendria a aumentar el volumen de este Ifhro. 4 CAPITULO DECIMY CUARTO EI impulso dinamico En los comienzoz de este nuevu sistema, e] de curaciones por media de perfumes, na- die con m4 legitima pulernidad que ¢ prafe- sor Dr. Grustuvo Jaeger, conocidy desde hace medio siglo con el nombre de Woll-Jaeger, por sun camisas “Jaegerhemden”, y despuds por su libre “#1 descubrimiento del alma", reci- biendo él nombre de “Seelen-Jaeger” (cazador de alas). Sua teorias sobre los defumatorins y esencias son las mismas que EXPUNCINGS Equi, Jaeger y su célebre hermano, el “Turnjacger”, dienen mucho de comtin con Jos hermanos Ale- jandro y Guillermo von Humboldt, y come cllos, son verdaderos génios. Ei Prof. Jacger conocia, como poens, a los Rosaeruces y la li- teratura alquimista, de la que encontré el im- pulso parg aclarar sus propias tecrias. El arte de la quimiea, dice Crollins, con- siste en separar de la droga cl veneno y el bal- mere pa He _ Ae Krumm-Heller sumo curative pata que los medicamentos 34 yuelvan incfensives al cuerpo humano. Arnaldo de Vilanova encontrd cierta se mejanza entre el hombre y Ja planta y es¢ al- go la lamé “spiritus”, espirity. En el hombre, decia él, chra ere capiritu como un arqueo 6 fuerza vital; los Rosacruces la conciben como la quintaesencia, come algo inmaterial, dina- mico. Lo consideran como una especie de pro- to, meta, o hiper-elemento. El gran Rosaerut Figmel lo representaba simbdlicamente por un rosa de 5 pétalos, es deciv, en los cinco pétalos 6] hacia figurar junto a los cnatro ele- mentos principales, tierrs, eeua, tuero v aire, una materia radiante, tal eomo mé4s tarde la reconocemos en lq rnateria invadiante de Wi- lliam Crookes, Los hindtes Ja designan por “Akash”, Si con laa plantas tenemos de comin el impulso dindmice, clare es que nos basta con transferir al hombre el dinamismo vegetal. Eso no se podré hacer naturalmente con mez- elas groserag, sing con la mas sutil de todas, ¢] perfume. En el “Traité practique d'auseultation et de percution”, da Barth y Rover, se halla na notshle disertacién aobre Is dinamosronia des- enbierta e! efio 1856 por el Dr. Collognes, de Paris. Introduciendo e] dedo mefiique en el oido se siente un ruido extrafisimo, semejan- te al sonido de un caracol que sentimos mur- murar a] aplicarle a auestro oida. Lo notuble es que ese ruide sélo se pereiba introduciendo el deda en cl aido, y que av se consige nada si se introduce un pedaze de madeva o eualquier abjeto muerte, Lannee ya hablaba de ese ruido huce cien aiies y lo Namaba ruido de contraceién muscular. Puede suponerse que tal yumor provenga del oido, pero no ea asi; ex el cuerpo todo que se agita a través del deda. Collognes tame un diapasén y construyé un admirable aparaio de metal que ge introduce en el ido; el pa- ciente debia tocar con el dedo mejiique una pia- ea metilica unida al aparata y Juego comen- zaba el ruido, el que se apagaba apenas falla- ba Ja unién con el cuerpo. Ege aparato se Ma: ma dinamoscopic. Entonces, se midieron laa oscilaciones y se comprobs que son exactamente 72 para dar el sonido del “re™. sn noty og igual parn et lado devecho como para el izquierdo. Silo di- fiere para los paraliticos. Indagando més, se encontré que el sonido cesa y désaparece com- Pletamente cuando muere la persona. Asi, la altura, la amplitud, el timbre de ese sonido di- gital corresponds ai estada de salad o enfer- medad de la persona. Nozmalments, ose sonido aleanza siempre «a los nifios, jévenes y adultos dotados de bue td, #72 Vibvacisnes pos segundo. En los fernios o fatigadog vibrasiouns bajan a Sstudiands tits di: cerca ls causas, 03 posi- j tira iibbwelancs oa Miniitncopi a vibrato Jul canner eapecialmen- v de yy i iiva de tal én las nersonag onferm. s0nide ‘ng vibvacionas més leatas y sitter a y la curvaclin. Esa ob- © Prowu antamonte nucle ace ise instantaneamente por mediy de perfu- mes. Busta, mientras ce mantiene ef dedu an 4] ofdy, con conservar una esercia en la nariz; in- atumonte se percike el cambio te rui- de, Es de cbservar qie ese cambio sélu se pro- dive cuando se atercu ala persona el perfu- me que le corresponda, Tenomos asi im método que, aunque indi- reatc, permite determinar cual es, para cada persona, la eseneia que le conviene; osencia que esa persona dehe tener siempre a mano en caso de enfermedad. CAPITULO DECIMO QUINTO Personas que huclen bie o mal Hay un dicho antiguo que dice; “Al vi Ilano no se le puede sentir el olor’, Ese dicho encierra una profunda verdad. Huy personas cuyo oler ne podemos soportar, cuyo cocham- bre nes repugna, cuyo encuentro evitamos. En tretanto, csas personas tlenen relactones, ami- fog que las quieren, que se sienten atraidos por ellas. Se nos viene a la mente otro pro verbio: “Lo que para unos es un buho, para otras es un ruisefior”; y todavia un tercera: “euando dog hacen Jo mismo, eg que no es lo mismo". En el curse del edlebre profesor Encause, de Parts, al que asisti cn ol semestre de iuvier- no de 1906, se hizo la siguiente prueba: Fn_un banco se sentaron 10 peraonas, $e habian bafiado, cambiado ropa limpia, y a no- sotros, los estudiantes, se nos invitdé a oler esag personas, Debjamos anctar en una eédula las observaciones y resultados que nos merecie- Tah. Naturdimente que ya no recuerdo las pay- ticularidades del hecho, Pero ello pasé mag 0 menog asi; me ugradé el olor del numero 1, mientras ej N’ 2 me desagradé, Encontyé agra- dable el olor del N” 4, y que los Noa. 7 y 9 olian mal, a mi parecer. Se compararon después las cédulus y pudo verse que eb olor que ¥ anos vepugnaba, agradaba a los otros. FE) nimero 9 guc para nti era Insepertable, ctro le eneon- tré olor @ violetas. Se hicieron entonces horéseopos, se estu- diuron lag comparaciones y mds tarde prue- bas de sangre; con tales experiencias se deid establecida la posibilidad cientifica de indicar por el olor las simpatiaa o antipatias existen- tes entre las personas. Discipulos de Encause sentaran mas tarde que no debiamog entrar en negocios con personas que no huelen bien, pues de ahi provenian pérdidas. Tampoco, eo- mo es costumbre en sociedad, dar la mano a otros, sing como hacen los animales, es decir, al conocernos tomaynog el olor. ¥ aqui nos asaltz estu idea: 1 Y el beso? Hay personas a quienes no hesarfames por nada a causa de eu mal halite, mientras arderiamos en deseos por un dulce beso de otros, Dei Incienso a la Osmaterap’ Hst4 probado que en ese caso el papel prin: cipal no carresponde a Ja fina sensthilidad de Tos Jabios sino al olfute. Kn Ja Biblia hay ca- soz en que un hombre se echa a la eama junto a otro para curarlo por influjos magnéticos. Asi también, cudntas veces no secede que im beso materno, ardiente, de amor profundo, sal- va la vida del hijo! La quimica moderna debe encontrar todavia muchas esencias magnifi- eas. Para mi olfato nada hay maa delicioso ue los effuvios de ung eriaturita; hnelen 2 ¥i- la, a arrebato, a amor inocente. También las razas esiin separadas o liudas entre si por el bueno o mal olor. Con la fina indagacion racial de hey, el olor para nosotros extrafio de otras razas, constituye un importante mo- mento pelcolégico. Para nosotros, blancos, no hay nada mas horripilante que el olor de una negra, ¥ s6lo quien vive en el eur fe los Fsta- dos Unidos puedo comprender el justificado proceder norteamericano, cue reserva compar- timentos especiales pura los negros y otros separados para los blaneos.. En las cabafas de loa Indios incas, senti también un olor que se me quedé pegado por mucho tiempo. Es algo diferente al de los in- dios mexicanos, En ambos easos el olor que- da largo tiempo. adherido. “A. Krumm-ffeiler Rs cierto que podemoes apartaynos de una persona que huele mal. Pero existen casos en que dependemos de nuestros remejantes. Pa ra eso ext’ indieado el uso de un perfume es- pecial que convenga a nuestra persona como unu verdadera necesidad . : Quién esta on la vida debieru imponerse como necesidad indispensable el hacer prepa- rur cl nexfume proplo, individual, que le con- viene, asi como Jo hace para adquivir sus ves- tides a gus zapatos Para muchos seria cl ca- mino del éxito, el uccrcamiento a la meta que buscun . Los nifios, todavia nu alejades de la natu raleza ni embotados por el goce de la carne y de! ohal, como nosotros Jas adulics, invo- luntariamente contaminados, estiran sas bra cites hacia Jus personas que liuelen bien, mien- tras de lag olras apartan la eabexa + Neran, ta sabido ane lus personas que ocn au vila on trahatos espiritnalas o cerebraios ¥ ae en su_alimencacion prescinden de teda condimerto Enerte, no emiten ningin mal alor despuds de muertos. “ete heeha se la ve come en froenonte meacién qie se haee dei caso de jon santos que después de muertos cespedian + olor agradabte atin siglos después cuando sua teetos eran transportados a otras sepulhcras, CAPITULO NECIMU SEXTO Trigémine y métoda Asnero Nuesire grande sunque desrvacialamen: te poco apreviado sabio Dr. [ltesa, profesor de la Universidad de Berlin, fimdador de ia teoria de da pe dedticidad del proces) vila, fné feraeninos, did cl primer ind Pasunto de qne aqui trabumus. Vine des Bormies, en F ancia, die nos indies lac terapia y fué causa ile) extraordinaria ésitn oblenide mas tarde por el inidies eanaaal De, Aguero con sn. roflaje- terapia. , Qué cra co ‘dad? Be presenté wa dfa aq Aavere una enfernta de varices m ane. Ratria 4 19 vidw dc in natiz v se elén dein paling. AT ope ae A. KiumineFfeer el instramento al trigtmina, ne: "ig Spt novhin y admirado coupre i be ie las variees habian desu pareciely ‘de ta plerna. j“Hureka”!, se dijo, debe haber aqui elena relacion, ¥ “lesde entonees introduja ie ectilete cundente en la nariz de euda ender Thy. San Sebastian, cl puerto espanol donde Asuero tenia au cousultorio, so tumdé er poee tiempo en wna Maca de todes lus paraliLi earos yo suedes de Frecaiie, ye ac ? usverizados” por cl médica enya ciencia habia difundids ampliamenle. Me encentr dainda ana serie de ferei Aindriva tel Sur. cuando los diarios empezaren a la: ede dag curactone: muravillosus del Dr. te dlasiados por hi cterna supestion, to- dos lus médicus cumenzaren ad ensilyar ya ome pk elimstoda Aguero, Nu hubo paciente que ne fuera cecibides en Jas ambulancias par el madico esperwe en mano y con ja lampara tle aleahel lista para calentar el es KL Aictide Mayer de une eran ciudad SoaUinlay meheo lambica, me pidié que hisiese la pri- va tle tales operaciones en el heapilal de esa ad, Una ranjer paralitiea que padecia des- de hacia 10 ufies, fué la primera que recihie- ra de mila espdtula vandente dentro de la na- riz Yo no jodia nevarme a mi amigo y pro- Del Inciensa 2 ta Osmoterap 149 tector, sin embargo, me rebiré eseéplleo del hospital. A la mafiana siguiente tocan al te- léfone pidiéndame con urgencia que fuera al hospital. | Bonita cosal, pensé yo: anocte que- music la nariz 9 esa polre mujer ¥ ahora tie- nes que yer como aulir del embrollo. En espec- tativa de lo que iba a eneentrar arranqué eu mi auto. Apenas habia Negado a la puerta del hospital cuando ge me udelanta Ja pohin cx paralitica a agradecerme. Estaba radicalmen- te sana. Bee y otros prodigios iguales se registran por doquier. Signié nna verdadera asueroma- nia. Come cada cual queria ofrecer algo di- ferente se encontré la varlante mas inimagi nahle del sistema. En el interior de Bulivia encontré un curandero que no usaba la separ tula ardiendo sino que se servia de una expe- cie de palito; como substancia edustien em- pleaba ezencias olorosas. Con ol ticompo ol pa- lite quedaba inmundo; por broma le dije que era mas faicil mantener c} frasco bajo las ven- tanillas de la nariz del paciente. Y el resulta- do fré cl mismo. Me acordé entonees de log estudios de Bliess y comprebé que la naria no tiene rela- cidén solo con Jos érganos sexuales sino que es- ta relacionada con todo ef cuerpo. 50 ___A. Krunnv Heller Entusiasmado prosegut en el asunto; pre- paré yo mismo extractoa vegetales como antes: lo biciera tuntas veces. Tenfa un nuevo indi- elo de que la cosa era cierta y pude acumular experiencias admirablea, hoy de grun utilidad para mi. Sabemos lo impopular que ¢s hoy creer en radiaciones y mas tedavia ocuparse de ag- trologia aun como estudio histérico-cultural.. Esa oposicién sistemitica, sobre todo de ged- jogos y otros naturglistas, tiene excepeiones y quiero, para terminar, reproducir una infur- macién de Bruno Noah, en una revista de Berlin. Dice textualmente: “Su Execlencia eb Rector de la Universidad de Halle, el Sr. prof. Dr. Hahne, dice, en su discurso del 2-2-1934: “Tengo e] suficiente valor de declararme pt- blicamente partidario de ja astrologia y qne ya es tiempo de reconocer a la astrologia co- mo una ¢ciencia. Lamento no haberme preoen- pado antes de la astrologin”. Vernos asf que ceupandonos de tales eo- 338 nos encontramos en buena comparila. CAPITULO DECIMO SEPTIMG Sutilisima influencia de les olures en el wre aso. Hay un sinniimero de inhalaciones anes- tésicus ¥ entre cllas tenemos ealmantes, alu cinantes, emhviagadores y uuredticos. No se pueda avaluar cuanto ha progresado Li mise- ria de los aufrimientos humanas con ¢) uso Ge jas drogas hercicas. En Berlin, como en todos lag gvandes ciudades, existen sees criminales que venden @ les infelices enfermos aleantor, eoeaina y atras drogas para aspirar, con las que obtienen clerta embriaguez, Ultimamente ha habido hasta personas que aspiran vapores de bencina. Todo esto tiene cunsecuencias ne- fastas, miserables. Pero, en la naturaleza en: cuéntranse siempre los polos opueslos, expre- siones en eontrario, Hay también substancias que jamia crean habito, que no acarrean des- gracias gino que, por el contrario, bienesiar, y i 30n jog perfumes y las esencias. En vez alucinantes, embriagadores o hipndticoa son estimulantes, es decir, exciiantes en el me- Jor ile Jos sentidos. Nuestra nariz es tan sen- sible y tuu fina receptora nuestra masa cer bral, que Opr, 0005 de sal de “escapolamin’ yi ios exeltan. En ucesive cerebro tenemes fibraa finisi- mas (ie ng pueden tlesurroiiar su actividad porque, dados nuestras hadbites de vida se srean clurtas gorduras adicionales que se lo trpiden. propaue que tus perfumes ac- taun disolviende la materia grasa del corebro, come ly demostrd el Prof. Lewin, en sa obra voveladoern. Esos ostimulantes aperan en el cortical dof cevebry pero sin produeir, come log nared- dntomas de fatiga, activan la accién det cerebeo y dirigen las fuerzas internas para Ja cura. Fil estémayo es sin duda el caldero de nues- tra maquina. Esra séle puede estar apto pa- ra actuar cuando se vé fertuleeido por un olor ajutitoso. Nadie puede tomar con guslo su alimento si le encuentra mal olor. Toda ésen- cia ea remedio y ai la cleneia no os todavia capaz de oxplicar cémo y por qué sucede esta, ” _ 153 Del Ineiensa a la Osmoterapia aqui tienen » mano los hechos de la benéfiea influencia de lag substanciag perfumantes. El mundo, con todo cuunto en él vive y mueve, eg un pensamiento de Dios que eonti mia_slumpre, elernamenta; ese pensarmienta de Dios se refloja en nue a pensunientos, los enales gon consecuencias de lus sonsacio- nes. Ei mundo existe porque lo pereibimos y pensamos en él, Pensemos en que si los hour bres no viesen ni pensasen méa, el mondo ge acabaria para nosotros, La expresién del pen- aamiento es la pulubra, el Verbo, el Logos, que tado Jo erié, como dies el Evanpelin de San Juan. Ei pensamiento es el creador en el pran TODO. Si pudiésemos ver las irradineiones dal pensamiento, nos convencarfamos que Is be Jeza de lus flores, sus espléndidos enlores, gon resultado de nuestros buenos ‘@ mals renga- mientns; que lo amargo de las plantas, el ve- neno del escorpién o de lu eulebra sdlo existen porque diariamente con nuestros mualos pen- samientos los volremes a crear. Simbélicamente, nada feo ni nada vene- wuse habia an ef Paratea, parqua fas hanes todavia estaban impregnados del princinio bueno y divino. Vino entonces la serpiante y suscité el principio del mat. T.os malos Instin- tes y los hombres fueron expulsados del parat- A. KeuininH eller ib4 so; pero el bien no puede aniquilarse nunca alin cuando mantenga contra el mal perpetua lucha; aaf nacieron los buenos pensamientos y producen, aun hoy dia, el néctay de las plan- tas. El perfume de las flores es la traduccion de un pensamiento de amor. Es pues también tarea del médico procurar la cura del alma, ya que todas lag dolencias son consecuencia de nuestros malos pensamientos, resultados de nuestro miedo y nuestra duda. HE! mayor ene- migo de la humanidad es la duda y también el pesimigmo, que aumentan toda afliccién, vergiienza, enfermedad y miseria. Sdlo un op- timisma continuo puede salvarnos. Cuando estamos aniquilados bajo ls impre- sién de preocupaciones diarias, lo que nos cal- macs Iu visla de ima obra de arte o bien el es- cuchar una suave y alegre musica. Pero, en tales casos, nada actaia en nosotros on forma mas benéfica que el emplear a tiempo el per- fume adecuado. Fl mal olor nog pone recelosas y pesimis- tas. E! perfume, en cambio, nos infunde nue- yo coraje, influye en nosotros vitalizindonos, El Dr. Walter Kriach de Stralsund fundé uma nueva teoria sobre los éxganos de los sen- tidos, que abre nuevos horizontes a la moder- na figiglogia sensorial. Mucho ae habla ahora del sexto sentido y encuentran que se le ha de buscar en la cuarta dimensién. Entretunto vemos, segin Krisch,-un gran avance, pues éste ya llegé al dévimo quinto sentida. Sobre esto dice, textualmente, el informanie: “Has- tu uhura se crefa cn ciertas substanciaa gaseo- gas que junto con el aire penctrun a la nariz excitando nuestras eélulas olfatorias. Septin esa concepcion solo oleriamos una substancia cuando pran niimero de sus molévulus, on la llamada “‘Nube de perfumes", toca nuestra pl tuitaria”. Pero, Gitimamente, interesunles observa- ciones rebaten toda esa tearia. Es de obser- var, por ejemplo, dice cl Dr. W. Heinze que una mariposa, la geometrina de lu encina, per- sihe una substancia en esa dilucién que, en ver: dad, ninguna de sus moiléculas podria tocarle més el culexpo. Esa geometrina siente, pues, substancias que na pueden tener singin con tacto con sus érganos sensitivos. De esa y otras consideraciores, el Dr. Krisch concluyd que, el cifato como la vista, el oido y demaa sentidos, se efecttian por oseilaciones electra: nicas. Esa teorfa del Dr. Krisch apoya los prin cipios terapéulices pur nesutros formulados: pues pracisamente queremos activar la valio- sa fuerza curativa existente en nuestro ser fintimo, ~ A. KrumneHelter De muchas cartas de clientes apradesidos de Centro y Sud Améviea, que en vane tenta- ron otves sistemas pure restanvav au salud y recurricran a mi consejo méuivo, se destaeca tn caso que Indica claramente el mede de apli- ear ja Osteoterapia. Hace poco que wna madre allivida me eserihié respectu a una hijita de & afos de edad, eriutura de cuerpo bien for- mado pora que presentaba sintomag revelado- rea de una Leiste vida psiguien. Hacia mas de in que la chicu daha muestras de gran wecion; por la noche, su snefio cra avita- ! paseaha maneha por el cuarto, llegdn- pensar que pudiera trastarnarze, aun- que en el dia, no se acordase del desagosiera de la noehe. No podia estar JunAtica, pues los sintomes no tenian ninguna relacién con Jag dela luna. Min los ultimos tlempos se ma- on, ademas, sintomas de cleptomania. 3, la madre cchaba de menos dinero, cuyos restos encontraba después en poder de la chiquilla, y en olras, faltaba plata an el por- tamoncdas de la criada. La madre hallé en poder de su hija libros nuevos que ela no le habin comprady. A las reprensiones mda o Menos fuertes, slguieron lus confesiones, pe- ro no hubo ni mejoria ni arrepentimiento. No faultaron reineidencias. maa ia Osmoterapia Pel Incie Naturalmente gue esa evoluciom de tn eria- turn se desarvollé, también desfavorablemen- te, en fa exeucia. Los médieug brasilevow a quienes se consullé estuban frente aw cnig- ima; fampoco tuva mayor éxito un médica ale- mda aque fné consultade. En eae tranes, le des eapcrada madre recurrid ami direcclén on Alemania, la que le fué dada por en partida- rio de mi sistema. . Nos complace haber podido dav a la consolada madre la indicacién que la llevi a un éxito duradere y produjo la completa cu- raciéa, como lo atestigua muy agrudcsi wn carta. No quiero dejay de dar aqui, oi ¥ nucstra vreeeta en ese casu. La nifa de plar én un papel y en presencia de Ja raadrs to siguiente: ray Tas dinero, siempre joy consejos de “Yo no quiero “Quiero seguir mi madre. “Quiére dormir tranquilamente de noche. “Quiero agtar siempre atenta en le vs cuela” Mientras la chiea csertbfa esto, la madre fe pasaba por delante det rostro un pafiuelo embebido en un perfume preparado esprcial- [58 A, KrammHeller mente segan receta; de ese modo la nina iden- tificaba y mezclaba ,al mismo tiempo, sus de- claraciones con e) perfume especial. Esa mis- ma noche, cuando dormia, el pafiuele fué co- locado en una mesita bien cerca del roatro de la chiea. Dormida, recibia durante todu Ja no- che el perfume en su subconsciencis y ge acor- dabu, asi, a todo Momento, de lo que habia Prometido. La reecta debia repetirse por alzu- naa noches hasta que la nifia estuviera libre de tales vicios mérbidos. Exte ajemplo nos leva a aplicaciones prac- ticas. Luego que ge haya localizada une enfer- Medad, debemous aplicar, seetin el caso y el sis- tema indieado, varios perfumes. Podria Aocir- se que este solo efempla sienta In base de inda la Osmoterapia I's la indicacidn de su ampleo, Una prescripeién precisa para Ja euraciin ra- dical de males, desvios o molestias mentales. Deseo que el lector aprenda a ecomprender, precisamente en la historla de esta dolencia, ia “Osmoterapia” Me ofrezeo gustoso para indicar 4 loa enfermos la experiencia adquirida en Jargoa anos. Naturalmente que les recomendamos que aspiren de dia, ciertas esencias, an deter- minados perfodos. La influencia en el subcons- ciente durante el suefio, es wa factor egencial. CAPITULO DECIMOG OUTAVO Los médicos orientales curan con perfumes Estableci6sa ana vez en Méxieu un me- dico ching. Be contaban de él eosas maravi llosas y talvex debido a ta alraveidn de sn ra- Reza y oxolismo al hombre tents pone ria de clientes y, aleo increible, un Gxila médicy fabulosa. Desde hacia tlein:o que yo desenba ira ver al china, pero tituhenhas talves podtie jth midarze 4 con mi visita, dado mi cardaeter de méjico oficial y no abiendo pensady en man: daria Hammr caperd ta sportunidad faverable, Pueg bien, por wn pretexto cualyukers. tue vimes una noche un gran banquete eumo ze accelummbra on México. Huba profisiin de todo, se comié y behié en abundancia. Fl re- sidtado fué we a la mafiana simuience me xen- tf can un embaraso paatrico, o para ser fran ‘A, Kcumm- Heller ay co, me habia embrisgade. Mi ayudante, ce rindome un oj, me dijo: “Sr, Coronel, | por qué ne eonsulle al ching”? Thies Santo, pensé, jqué luminuzu idea! ¥ dichs y hecho. Me pose un _vostide viejo, un sombrero igual y me Jas eché doude ei curanders. Lue- go nolé gue el hombre co me ha'a reconuo: do ¥ me reefhis despresenpais . — Qué tiene ol Sr.7 Me pregunto < iuanh: inp palabras. Pues, s. lo supiuse, contests, ao hobria em consuitarla. Examiueime. Me acercd una sila junty ala mesa, ape- yienésta mi mano y ine tomd et pulsa, no en la forma que Ja hacemos nosotros, sino apli- wade el cily a mi mano. Me reig para mis adentres \ pensaba: asi via a tener mucho que Eneaay. Mantuvo él cata pusicidn por ie v < un cuurte do lara. Desprde se sents miy tauguile y eon gran asomhro mia, iti “No es nada. it sefior sélo tlene un embers wasivien p pra; eo se evra hasta mafian Ya mas contizda, Je entablé conversaci an Ei buen ehine eonceia bien rucstre medicina eccilental, pero creia mejores gus procedi- micntes y no vela motivos pars cambiar, Termiance ac diagnésticn, él ienia encen- dida una eypacie de lamparita de la que pron veri to eamenzaron a salir yapares perfamacos. Preguniéle qué era aguella, a lo que me res- pondis: “Es su iahalatatio, Aspire eso ¥ pron to quedara sano y ahorra la medicina’. “ dije, experimenturé tu Osmetlerapla” Contaba estar al dia siguiente mas a me- nos sano de mi embarazo gastrice; pero lo in- teresante cra que el chine erapleaba mi iste ma. ¥ por ¢su reflero equi el easa Fin Berlin también tuvimos ocasitn de co necer un médieo lama. Haee atios practic: aqui el lama Rintsehen, encaryado de vi y velar por loz mongoles domiciliados. J de Oriente su propia botiea y ve compré ja- mas un remedio alemiin. También @1 cruruba por los perfumes. Maas personas, no pengaron jamas ni avin adquirtenda ol saber de nnestros médicos. on adoptar nuestres sislemas, como dice el Dr W. Filchner en su muy eélebre obra sobre es tadios orientales: “Conneor no siempre signi- fiew reconocer*, Me complace el haber cono- cido més de cerva une ciarts parte de esa obra admirable de Filehney que fud para mi, en va- ries puntos, el complemento valioso det libre de Hithotter, “Contribuciones al conocimiento de la farmacologia chia asi como de la tihe- femongiliea”. Siempre recuerdo también las indicaciones de mi vecino, W. A. Wnkrig. a i, 162 . : - a. Kamat eller quien ugvadezes e] haber tratado tantos pro bletnas en cl campo del lamaismoy, publicads al- gunos textos referentes a ellos y traducida dei ruso y del chino, disertugiones sobre esa materia. Me comunied, personalmente, cono- cimientos para mi hasta entonces descannei- dus en cl terreno de tus veligionca ovientales, especialmente del Iamuismoa y asi pide pro- fimdizar y ampliar log conoc:mientos que ya me kabian proparcionade sus publieaciones. Fn todos esos Kbros hallé vatitieada el contenido de tai libro en espafiol; “Plantas Sa- gradas”, y a saber que todos exos pueblos pri- mitives concnerdan enc} tegoro botanice de Sua sistemas médicas y que, en todas partes, lea faltaba instalaciones técnieas para prepa- rar las esencias como uhora podemos hacerlo, segin procedimientos nuestros, para bien ¥ prosperidad de la humanidad doliente. CAPITULO DECIMO NONG Perspectivas para una Osmoterapis. Acabamos de ver la extraurdinazia inmpor- tanvia que adquieve el empler de los perfumes en mericina. Pera no dehemos acultar le es- (amos en los primerisimos athores de eu en: Faye y conocimiente, Perfume esx radincidn; cada variaciéa aromaticn vesulla, sin duda, de frecacueias radluutes, matemdlicamente de terminables; y uma alieracién de frecuene aearvearfa una cambiante de clar. Bs impor tunte ecneeer este porque de otros ramos de Ja radiotevapia sabemous que, en ana sala oc tava ie faja ondulatoria césmica (esta en la nomenclarura radictéenica quisre deciv ef al- cunec de una clerta frecuencia hasty su doble valor}, estiin contenidas todas las clases do influencias terapéuticas de nuestroa anos corporales, ttiles o nocivos, vitalizantes o de- primentes: fia ~ . KrunmaFfeller Por ejemplo: el espectro solar visible aburea una octava entera de frecuencia, de 387, 208, 384, 620 y 741 Herta {xona infra-ro- ja}, hasta 774, 696, 669, 241 y 488 Hertz (2a- na ultra,violeta}, bajo reserva naturalmente de que, la persona de raza que no es del todo pura, ve un espectro mas corto. El hacina- micnto de todas esas frecuencias produce, co- mo ya se dije, cl blanco de la luz solar, casi to- talmente vitalizante de cualquier fenémeno binlégico; mas, si determinada frecuencia de la conz verde del espectro solar es indescrip- tiblemente benélica en ciertas cefalalgias ner- viosas, ha de decirse lo contrario de su absolu- ta falta de resonaneia en la zona roja. Eso misine sucede con la accién de los per- fumes. Por ejemplo, la accién vivificante y re- freseante del perfume del agua de Colonia, se cambia completamente apenas se le agregue un grano de pachuli, y se puede afirmar que eso solo sneede cuando la frecuencia irradian- te de nuestra substuncia arnmatica, con la adi- cidn de otra substancia, se cambia en su des- armonia. Esto nos leva a] punto mas fundamental- mente importante de nuestra problema: la se- leceiin de cada perfume medicamentoso para cada clase especial de dolencia. Bajo eate as- peeto, todavia estamos hoy en el comienzo da

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