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Hace más de 3000 años, entre 1200 y 400 a.C.

, en el área correspondiente
actualmente a gran parte de Veracruz y Tabasco, surgieron los Olmecas, la
primer gran civilización de Mesoamérica, llamada por algunos la cultura madre
mesoamericana.

Los olmecas, “los que habitan la tierra de hule”, fueron capaces de recoger y
sintetizar las pautas culturales que por siglos se habían desarrollado en el
área. Aun después de la caída de sus grandes centros, sus logros serían parte
importante de la cultura mesoamericana.

Area

Con todo y que la cultura olmeca tuvo una difusión que alcanzó la mayor parte
de Mesoamérica, una de las regiones donde se han encontrado las evidencias
más claras de la presencia de esta cultura es la parte sur de la Llanura Costera
del Golfo, comprendida entre los ríos Papaloapan y Grijalva, que corresponde a
la mitad norte del Istmo de Tehuantepec.

Actualmente, esta zona corresponde al sureste del estado de Veracruz y el


poniente de Tabasco. Se trata de una zona de un clima cálido y muy húmedo,
condiciones climatológicas que seguramente estaban también presentes en la
antigüedad precolombina.

El área nuclear olmeca es irrigada por caudalosos ríos que bajan de las
estribaciones de la Sierra Madre de Oaxaca y la Sierra Madre Oriental, como
Coatzacoalcos, San Juan y Tonalá.

Debido a la humedad de la zona y de las fuentes de estos ríos, en temporada


de lluvias los desbordamientos de las corrientes son una constante. Aunque en
la actualidad la vegetación de esta región de la República Mexicana ha sido
ampliamente modificada por la acción del hombre, antiguamente estuvo
recubierta por una espesa selva tropical, que era el hábitat de numerosas
especies que en la actualidad se encuentran a punto de desaparecer en el
territorio mexicano, entre ellas el jaguar, las aves de plumajes preciosos
como guacamayas y quetzales, reptiles de diversas especies, y mamíferos
como el jabalí y el tapir
La región posee suelos ricos en humus y de espesores considerables. El
petróleo crudo brota a flor de suelo entre la vegetación. Sin embargo, carece
de muchos de los materiales que son característicos de los objetos de estilo
olmeca encontrados en esta zona y en otras partes de Mesoamérica. Entre
ellos se incluye la obsidiana, el jade, la serpentina y el cinabrio.
Para obtener piedra sólida para sus materiales, los habitantes de esta región
recurrieron a las canteras de la Sierra de los Tuxtlas —conocida también como
sierra de Santa Martha o de San Andrés—, que les proveyeron de basalto y
otras rocas volcánicas que emplearon en la construcción y en la escultura. Sin
embargo, estas fuentes de materiales pétreos se encuentran a más de cien
kilómetros de distancia respecto a sitios como San Lorenzo y La Venta, lo que
puede dar una idea del nivel de organización que se requirió para trasladar —
sin animales de carga y sobre un suelo cenagoso— esos monolitos que se
pesan en decenas de toneladas, hasta los centros políticos de la cultura
olmeca.

La palabra "olmeca" significa "habitantes de la región del hule" y fue utilizada


por los mexicas para nombrar a varios pueblos, étnica y lingüísticamente
diversos, que ocuparon la región de Veracruz y Tabasco a través de los siglos.
El nombre que se daban a sí mismos a quienes llamamos olmecas se
desconoce. Esta cultura duró siete siglos y medio y pertenece al horizonte
preclásico (2 500 a. de N.E. a 200 d. de N.E.) del pasado mesoamericano.

Bajo el término "olmeca" han sido agrupadas dos realidades: un pueblo de la


región del Golfo y un estilo artístico. El estilo olmeca puede verse plasmado en
peñas, cuevas, esculturas grandes y chicas y objetos de barro que se
encuentran diseminados por todo Mesoamérica. De Jalisco a Costa Rica,
pasando por Guerrero, Chiapas, Oaxaca, el Altiplano Central y la costa del
Golfo, se han encontrado imágenes de niños-jaguares y otros rasgos propios
del arte olmeca.

Se cree que la dispersión de este estilo artístico se debe a que los pueblos del
Golfo crearon una amplia red de intercambios con otras poblaciones lejanas.
De este modo, los símbolos y formas olmecas se integraron a las expresiones
artísticas de otras zonas mesoamericanas.
Asimismo, se le llama olmeca a la "cultura madre" de Mesoamérica porque en
estas primeras sociedades se dio inicio a algunas prácticas culturales que se
integraron plenamente a la cultura mesoamericana, como el uso de un patrón
urbano de asentamiento, el establecimiento de una sociedad teocrática, entre
otras.

Historia

Se estima que los indicios más antiguos de la cultura Olmeca son de alrededor
de 1200 a. C., y los más recientes son aproximadamente del año 500 a. C. La
civilización Olmeca se constituyó principalmente alrededor de 3 centros
ceremoniales: San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, además de manifestarse
en otros sitios como Laguna de los Cerros.

San Lorenzo
El centro olmeca más antiguo registrado es el de San Lorenzo
(1150 a. C. aprox.), situado en la cuenca del río Coatzacoalcos, en el estado
de Veracruz. El inicio del florecimiento de la cultura olmeca en este sitio
comenzó alrededor del año 1150 a. C., época de la que datan la mayor parte
de las esculturas y elementos arquitectónicos que caracterizan a la cultura
olmeca, muchos de los cuales se conservan en el sitio. San Lorenzo fue
saqueado en el año 900 a. C., y las esculturas monumentales sufrieron un
intento de destrucción; algunas se enterraron, y otras fueron trasladadas al
centro ceremonial La Venta.

La Venta
La Venta es el centro ceremonial más grande y más importante de la cultura
olmeca, localizado en el actual municipio de Huimanguillo, en el extremo
noroeste del de Tabasco, a unos escasos quince kilómetros de la costa
del golfo de México.
Se levanta sobre una isla en medio de la región pantanosa que forma el río
Tonalá, que forma la frontera entre Tabasco y Veracruz. La superficie de la isla
es de apenas unos 5,2 km イ y se localiza en un pantano costero que pasaba
por el alto del entonces activo río Palma,
La ciudad de la Venta controló posiblemente una región entre los ríos
Coatzacoalcos y Mexcalapa. En el centro de la isla, los edificios forman una
plaza en forma de rectángulo irregular, con una pirámide principal localizada
en el centro, y montículos y monumentos en el norte y en el sur.
La estructura más importante de La Venta es una pirámide construida con
barro acumulado. Su planta es irregularmente circular, tiene un diámetro
medio de 128 m y una altura de 31.4m. La cantidad de barro que se empleó
en su construcción es calculada en 100 mil m ウ . La superficie exterior tiene
diez entrantes y diez salientes, y le dan a la estructura la forma de un molde
de gelatina.
Al sur del patio ceremonial
fueron construidas una pequeña
plataforma rodeada de columnas
de basalto y un muro de ladrillos
rojos y amarillos unidos con barro
rojo, que delimitaba el patio. Las
excavaciones demuestran que por
lo menos el edificio conocido
como Pirámide A1 era
escalonada, lo que prefigura la
futura forma tradicional de las
estructuras que soportaban los
templos en todas las grandes
ciudades de Mesoamérica.
Semejante a las últimas ciudades construidas por los mayas o aztecas, existe
en la región poca piedra abundante y por lo tanto todas las construcciones
fueron construidas con tierra o arcilla. Las piedras grandes de basalto fueron
traídas de las montañas de Tuxtla, pero fueron utilizadas exclusivamente por
los monumentos incluyendo las cabezas colosales, los "altares" y varias
estelas.
En La Venta se han encontrado un gran número de tumbas con ajuares muy
ricos, con cerámica y figurillas de piedra. También se han encontrado cabezas
colosales y tronos. Se cree que pudo llegar a albergar hasta a 18.000
habitantes. Sufrió una gran decadencia y fue abandonado y destruido, aunque
se desconocen los motivos.

Tres Zapotes
El centro ceremonial de Tres Zapotes fue el último en desarrollarse. Es el más
conocido porque fue el que sobrevivió hasta una época más cercana, pero la
civilización olmeca que se desarrolló aquí fue una cultura ya en decadencia, no
el esplendor que vivió en los centros ceremoniales anteriores.
Estos centros ceremoniales tenían función de ciudades, y en ellos se
construyeron edificaciones de tierra y adobe, por lo cual han perdurado pocos
restos. Se construyeron montículos con templos en la parte superior, lo que se
podía considerar como un precursor de las pirámides mesoamericanas.
También construyeron edificaciones en torno a patios centrales, característicos
de las civilizaciones posteriores en la zona. Desde el 900 a. C. existen pruebas
de bruscos cambios políticos; como muestra, el intento de destrucción de
algunas de las cabezas olmecas.

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