Pascendi Dominici Gregis: Sobre las doctrinas de los Modernistas
By Papa Pio X
()
About this ebook
Esta encíclica aborda las doctrinas del modernismo, un movimiento intelectual que surgió a fines del siglo XIX y principios del XX. Los modernistas cuestionaban y reinterpretaban la doctrina tradicional de la Iglesia, buscando adaptarla a la evolución cultural y científica de la época. Pío X, preocupado por las potenciales consecuencias de estas interpretaciones, emitió Pascendi Dominici Gregis para condenar y refutar las ideas modernistas.
En su contenido, la encíclica analiza detalladamente las principales características y errores del modernismo. Condena la tendencia de los modernistas a reinterpretar la verdad religiosa en términos subjetivos y relativos, así como su inclinación hacia la adaptación constante a las corrientes filosóficas y científicas contemporáneas.
Pío X advierte sobre la peligrosidad de estas ideas para la fe católica, denunciando la falta de fidelidad a la doctrina tradicional y la tendencia hacia una interpretación laxa de las Escrituras y la teología. Además, insta a los obispos y sacerdotes a estar alerta y a tomar medidas para prevenir la propagación de estas ideas entre los fieles.
En resumen, Pascendi Dominici Gregis representa una respuesta enérgica y firme por parte de la Iglesia Católica ante las crecientes amenazas del modernismo, reafirmando su compromiso con la preservación de la verdad doctrinal y la autoridad magisterial.
Related to Pascendi Dominici Gregis
Related ebooks
Filosofía de la cruz Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsCartas a un escéptico en materia de religión: Premium Ebook Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl Teólogo Responde Volumen 3 Rating: 5 out of 5 stars5/5Catolicismo: Viaje al corazón de la fe Rating: 5 out of 5 stars5/5Reglas Monásticas Latinas de Occidente Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLuterándonos. Vida, obra y consecuencias de un fraile alemán: Que no te la cuenten Rating: 4 out of 5 stars4/5Hijos Stabat. Meditación Sobre Una Vocación Nueva. Providencialmente Muy Especial Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLaico, tú sabes que te Ama Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDios es más atrayente que el diablo Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsCelibato: ¿Sabiduría Divina o Locura Humana? Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl beato Juan Huguet y otros 4235 sacerdotes, mártires del siglo XX en España Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsBenedicto XVI: El papa de la modernidad Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsPedro Poveda: Mansedumbre y provocación Rating: 5 out of 5 stars5/5Diálogos sobre bioética Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsSan Ignacio de Loyola, S. J: Autobiografía Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa desacralización de la liturgia Rating: 5 out of 5 stars5/5Lo que el mundo necesita: Puntos firmes de Benedicto XVI Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsMemorias con esperanza Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa Trinidad y la vida interior Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsSacerdotes que dejaron huella en el siglo XX: Colección Santos, #5 Rating: 5 out of 5 stars5/5La libertad religiosa: Concilium 367 Rating: 0 out of 5 stars0 ratings33 claves del papa Francisco: Los años duros Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsHomosexualidad: Las razones de Dios Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl Invierno Eclesial Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsSobre la se[c]ta mahometana Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsPablo VI, España y el concilio Vaticano II Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa ensalada del coronel Cray Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsSíntesis de fe católica: La fe de la Iglesia en 36 lecciones Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsApuntes de Historia de la Iglesia 6: Edad Contemporánea - Siglo XX Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl santo que libertó una raza Rating: 0 out of 5 stars0 ratings
Christianity For You
Mentiras que creemos sobre Dios (Lies We Believe About God Spanish edition) Rating: 4 out of 5 stars4/5Demonología: Guía de Todo lo que Querías Saber Acerca de los Demonios y Entidades Malignas Rating: 4 out of 5 stars4/5El hombre espiritual Rating: 5 out of 5 stars5/5Las oraciones mas poderosas del mundo Rating: 4 out of 5 stars4/5Guía esencial de la Biblia: Caminando a través de los 66 libros de la biblia Rating: 4 out of 5 stars4/5Dios no tiene favoritos, tiene íntimos Rating: 5 out of 5 stars5/5Orando la Biblia Rating: 5 out of 5 stars5/5Lecturas matutinas: 365 lecturas diarias Rating: 5 out of 5 stars5/5Usos y costumbres de los Judíos en los tiempos de Cristo Rating: 4 out of 5 stars4/5La Filosofía del rey Salomón Rating: 4 out of 5 stars4/5La oración: Experimentando asombro e intimidad con Dios Rating: 4 out of 5 stars4/5Una mujer sabia: Principios para vivir como Dios lo diseñó Rating: 4 out of 5 stars4/5El secreto de Salomón / Solomon's Secret: Encuentre la sabiduría para manejar sus finanzas Rating: 5 out of 5 stars5/5Ocho decisiones sanadoras (Life's Healing Choices): Liberese de sus heridas, complejos, y habitos Rating: 4 out of 5 stars4/5Enciende tu cerebro: La clave para la felicidad, la manera de pensar y la salud Rating: 5 out of 5 stars5/5Limpia tu mente Rating: 5 out of 5 stars5/5Un año con Dios: 365 devocionales para inspirar tu vida Rating: 4 out of 5 stars4/5Textos fuera de contexto Rating: 4 out of 5 stars4/5Santa Biblia Reina Valera 1909 Rating: 4 out of 5 stars4/5Te costará todo: Lo que Jesús demanda de ti Rating: 4 out of 5 stars4/5Cartas del Diablo a Su Sobrino Rating: 4 out of 5 stars4/5La oración es la clave del éxito Rating: 5 out of 5 stars5/5Cómo leer tu Biblia: Guía de interpretación de literatura bíblica Rating: 5 out of 5 stars5/5Jesús de Nazaret: Desde la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección Rating: 4 out of 5 stars4/5No desperdicies tu vida Rating: 4 out of 5 stars4/5Un año en los Salmos: 365 devocionales para animar tu vida Rating: 5 out of 5 stars5/5Declaraciones Diarias Para la Guerra Espiritual: Principios bíblicos para derrotar al enemigo Rating: 4 out of 5 stars4/5¿Cómo ordeno mi vida? Rating: 4 out of 5 stars4/5
Reviews for Pascendi Dominici Gregis
0 ratings0 reviews
Book preview
Pascendi Dominici Gregis - Papa Pio X
INTRODUCCIÓN
Al oficio de apacentar la grey del Señor que nos ha sido confiada de lo alto, Jesucristo señaló como primer deber el de guardar con suma vigilancia el depósito tradicional de la santa fe, tanto frente a las novedades profanas del lenguaje como a las contradicciones de una falsa ciencia. No ha existido época alguna en la que no haya sido necesaria a la grey cristiana esa vigilancia de su Pastor supremo; porque jamás han faltado, suscitados por el enemigo del género humano, «hombres de lenguaje perverso»(1), «decidores de novedades y seductores»(2), «sujetos al error y que arrastran al error»(3).
Gravedad de los errores modernistas:
1. Pero es preciso reconocer que en estos últimos tiempos ha crecido, en modo extraño, el número de los enemigos de la cruz de Cristo, los cuales, con artes enteramente nuevas y llenas de perfidia, se esfuerzan por aniquilar las energías vitales de la Iglesia, y hasta por destruir totalmente, si les fuera posible, el reino de Jesucristo. Guardar silencio no es ya decoroso, si no queremos aparecer infieles al más sacrosanto de nuestros deberes, y si la bondad de que hasta aquí hemos hecho uso, con esperanza de enmienda, no ha de ser censurada ya como un olvido de nuestro ministerio. Lo que sobre todo exige de Nos que rompamos sin dilación el silencio es que hoy no es menester ya ir a buscar los fabricantes de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y ello es objeto de grandísimo dolor y angustia, en el seno y gremio mismo de la Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales cuanto lo son menos declarados.
Hablamos, venerables hermanos, de un gran número de católicos seglares y, lo que es aún más deplorable, hasta de sacerdotes, los cuales, so pretexto de amor a la Iglesia, faltos en absoluto de conocimientos serios en filosofía y teología, e impregnados, por lo contrario, hasta la médula de los huesos, con venenosos errores bebidos en los escritos de los adversarios del catolicismo, se presentan, con desprecio de toda modestia, como restauradores de la Iglesia, y en apretada falange asaltan con audacia todo cuanto hay de más sagrado en la obra de Jesucristo, sin respetar ni aun la propia persona del divino Redentor, que con sacrílega temeridad rebajan a la categoría de puro y simple hombre.
2. Tales hombres se extrañan de verse colocados por Nos entre los enemigos de la Iglesia. Pero no se extrañará de ello nadie que, prescindiendo de las intenciones, reservadas al juicio de Dios, conozca sus doctrinas y su manera de hablar y obrar. Son seguramente enemigos de la Iglesia, y no se apartará de lo verdadero quien dijere que ésta no los ha tenido peores. Porque, en efecto, como ya hemos dicho, ellos traman la ruina de la Iglesia, no desde fuera, sino desde dentro: en nuestros días, el peligro está casi en las entrañas mismas de la Iglesia y en sus mismas venas; y el daño producido por tales enemigos es tanto más inevitable cuanto más a fondo conocen a la Iglesia. Añádase que han aplicado la segur no a las ramas, ni tampoco a débiles renuevos, sino a la raíz misma; esto es, a la fe y a sus fibras más profundas. Mas una vez herida esa raíz de vida inmortal, se empeñan en que circule el virus por todo el árbol, y en tales proporciones que no hay parte alguna de la fe católica donde no pongan su mano, ninguna que no se esfuercen por corromper. Y mientras persiguen por mil caminos su nefasto designio, su táctica es la más insidiosa y pérfida. Amalgamando en sus personas al racionalista y al católico, lo hacen con habilidad tan refinada, que fácilmente sorprenden a los incautos. Por otra parte, por su gran temeridad, no hay linaje de consecuencias que les haga retroceder o, más bien, que no sostengan con obstinación y audacia. Juntan a esto, y es lo más a propósito para engañar, una vida llena de actividad, constancia y ardor singulares hacia todo género de estudios, aspirando a granjearse la estimación pública por sus costumbres, con frecuencia intachables. Por fin, y esto parece quitar toda esperanza de remedio, sus doctrinas les han pervertido el alma de tal suerte, que desprecian toda autoridad y no soportan corrección alguna; y atrincherándose en una conciencia mentirosa, nada omiten para que se atribuya a celo sincero de la verdad lo que sólo es obra de la tenacidad y del orgullo.
A la verdad, Nos habíamos esperado que algún día volverían sobre sí, y por esa razón habíamos empleado con ellos, primero, la dulzura como con hijos, después la severidad y, por último, aunque muy contra nuestra voluntad, las reprensiones públicas. Pero no ignoráis, venerables hermanos, la esterilidad de nuestros esfuerzos: inclinaron un momento la cabeza para erguirla en seguida con mayor orgullo. Ahora bien: si sólo se tratara de ellos, podríamos Nos tal vez disimular; pero se trata de la religión católica y de su seguridad. Basta, pues, de silencio; prolongarlo sería un crimen. Tiempo es de arrancar la máscara a esos hombres y de mostrarlos a la Iglesia entera tales cuales son en realidad.
3. Y como una táctica de los modernistas (así se les llama vulgarmente, y con mucha razón), táctica, a la verdad, la más insidiosa, consiste en no exponer jamás sus doctrinas de un modo metódico y en su conjunto, sino dándolas en cierto modo por fragmentos y esparcidas acá y allá, lo cual contribuye a que se les juzgue fluctuantes e indecisos en sus ideas, cuando en realidad éstas son perfectamente fijas y consistentes; ante todo, importa presentar en este lugar esas mismas doctrinas en un conjunto, y hacer ver el enlace lógico que las une entre sí, reservándonos indicar después las causas de los errores y prescribir los remedios más adecuados para cortar el mal.
I. EXPOSICIÓN DE LAS DOCTRINAS MODERNISTAS
Para mayor claridad en materia tan compleja, preciso es advertir ante todo que cada modernista presenta y reúne en sí mismo variedad de personajes, mezclando, por decirlo así, al filósofo, al creyente, al apologista, al reformador; personajes todos que conviene distinguir singularmente si se quiere conocer a fondo su sistema y penetrar en los principios y consecuencias de sus doctrinas.
4. Comencemos ya por el filósofo. Los modernistas establecen, como base de su filosofía religiosa, la doctrina comúnmente llamada