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SALIDA DE LOS PAJAROS

Todos los pájaros, por el terror y el temor del camino, tuvieron sus plumas y sus alas llenas de sangre y
lanzaron gemidos.
Vieron una ruta sin fin; experimentaron el dolor del amor y no le vieron remedio. El viento del
desapego de las cosas
terrestres soplaba de tal forma en este lugar, que el cielo tenía la bóveda rota. En este desierto camino,
donde el pavo real del
firmamento no sirve de nada ¿cómo podría un pájaro (aparte de la abubilla) permanecer en él un solo
instante? Así estos
pájaros, con el terror que experimentaban ante la vista de este camino, rodearon, reunidos todos en un
mismo lugar, a la
abubilla y, fuera de sí, convertidos todos en sus discípulos para la vía espiritual, le dijeron: " ¡Oh, tú
que conoces el camino!
no ignoramos que sólo debe uno presentarse ante el rey de una forma muy respetuosa. Pero tú, que has
estado a menudo en
presencia de Salomón y que te has sentado en el tapiz real, conoces todas las costumbres de la etiqueta,
tú sabes donde hay
incertidumbre y donde hay seguridad. Has visto también las subidas y las bajadas de este camino y has
volado muchas veces
alrededor del mundo. Puesto que, por medio de nuestro dinero, hoy eres nuestro imán para unir y
desunir, querríamos verte
subir aquí a la cátedra. Instrúyenos, a nosotros que somos tu tropa, con respecto al camino que vamos a
emprender.
Explícanos también las costumbres y el ceremonial usados en la casa de los reyes; pues no queremos
conducirnos locamente
en este asunto. Todos encontramos dificultades en nuestro espíritu y para este camino es necesario un
espíritu libre de
preocupaciones.
"Interrogándote sobre las dificultades que se presentan a nuestros pensamientos, queremos borrar las
dudas de nuestros
ánimos. Desenreda, pues, desde el presente estas dificultades, para que podamos ponernos en camino
gustosamente, pues
sabemos bien que no podemos ver claro en este camino si nos faltan las informaciones necesarias.
Cuando nuestro espíritu
esté desembarazado de toda ansiedad, nuestro cuerpo se pondrá en camino e iremos a poner nuestra
cabeza después en el
quicio sagrado, sin espíritu ni cuerpo."
La abubilla se dispuso entonces a hablar a los pájaros. Para ello, se sentó en un trono antes de comenzar
su discurso
Cuando los pájaros le vieron en su trono con una corona, estuvieron encantados. Más de cien mil
individuos del ejército de los
pájaros formaron en filas ante ella. El ruiseñor y la tórtola vinieron juntos para dirigirse a ella. Como
vinieron para decir lo
mismo, eran como dos lectores de dulce voz Los dos hicieron entonces oír sus cantos hasta tal punto
que el mundo entero tuvo
conocimiento de ellos. Todos los quE oyeron perdieron el reposo, así como el sentimiento. Un esta do
extraordinario tuvo
lugar para cada uno de ellos; nadie se sentía ni bien ni mal. Después, la abubilla hizo su alocución
levantó así el velo de la
cara del misterio.

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