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La salinidad del fluido, la temperatura y las propiedades de los metales son los factores que
determinarán la velocidad con la cual un material metálico, a consecuencia de un ataque químico,
por su entorno, se deteriorará, produciendo una corrosión.
La corrosión que habitualmente afecta a tuberías y maquinarias es la corrosión húmeda, un
proceso electroquímico que necesita tres condiciones para desarrollarse espontáneamente: ánodo,
cátodo y electrolito (solución acuosa eléctricamente conductora). Si alguno falta, la corrosión se
detiene. Estos tres elementos constituyen lo que se conoce como pila galvánica o electroquímica.
La corrosión se desarrolla en las zonas anódicas, mientras que las catódicas permanecen
siempre inalteradas. La corrosión será tanto mayor cuanto mayor sea la conductividad del
electrolito. En un agua salina, que tiene una conductividad alta, cualquier proceso corrosivo se verá
incrementado en actividad y en velocidad. Un agua dulce será poco conductora, por lo que la
corrosión será más lenta y menos activa en relación al primer caso.
Causas habituales de la corrosión
Las superficies metálicas habitualmente forman zonas propensas a corroerse (zonas anódicas)
debido a variosfactores, entre ellos:
• Deformación del metal: cambios en la estructura cristalina del metal, causados por calor,
Causas de corrosión
Las condiciones bajo las que puede tener lugar la corrosión, son muy variadas, ya que
pueden contribuir a la corrosión agentes como el aire, el suelo, los ácidos, temperaturas
elevadas, compuestos orgánicos, compuestos de azufre o álcalis.
Corrosión general
La corrosión general es un fenómeno por el cual el espesor de material se va reduciendo
paulatinamente, ya sea porque el óxido es adherente, ya sea porque el medio disuelve ese
óxido.
El ión cloruro es capaz de efectuar una acción de este tipo en los aceros inoxidables
ordinarios, los cuales no son adecuados para aguas muy salinas.
Este tipo de corrosión puede aparecer en pozos cuando se emplea una rejilla diferente al
metal del tubo o tubos de diferentes calidades, cuando la bomba toca al tubo y son de
metales diferentes, en las juntas con brida en que los tornillos son de otro material (basta
con que sea de un acero diferente), en las soldaduras con metal de aporte e incluso sin él,
bastando por ejemplo, una descarburación local, etc. En aleaciones de dos o más
constituyentes, la corrosión bimetálica puede llegar a ser un fenómeno muy grave.
Corrosión alveolar o picado
Fenómeno muy local pero que puede tener consecuencias muy graves.
Sin embargo, los barnices de la acerería o la grasa pueden aminorar mucho estos efectos,
aunque es una protección fortuita que con frecuencia resulta insuficiente.
Corrosión por tensiones
En las porciones sometidas a tensiones, también se pueden crear pares locales, ya que los
esfuerzos mecánicos modifican ligeramente las propiedades físico-químicas de los
materiales. Así, defectos de fabricación que originen tensiones residuales o esfuerzos
localizados (tornillos muy apretados) pueden crear zonas de corrosión preferentes.
En cambio, en las partes relacionadas con la bomba, este tipo de corrosión si puede
adquirir cierta importancia, en especial si existen vibraciones. Pero no debe confundirse
este fenómeno con los meramente mecánicos producidos también por vibraciones de la
bomba.
La fatiga produce una corrosión que debilita al material, aumentando los esfuerzos de
fatiga y por tanto la corrosión, y así sucesivamente lo que conlleva a una destrucción
rápida del material.
Corrosión por corrientes vagabundas
Las corrientes vagabundas de los terrenos pueden ocasionar fenómenos de electrolisis,
que aceleran la corrosión del metal que actúa como ánodo. En general estas acciones no
muy pequeñas, salvo en las proximidades de conductores enterrados mal aislados o vías
férreas de corriente continua.
Como regla general, donde la corriente penetra en el metal no se produce corrosión, sino
por donde sale, donde se puede llegar a destruir 10 g de acero por amperio año.