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HA: ácido
H+: protones
A-: Base conjugada
Esta reacción se produce en uno y otro sentido, es decir es una reacción reversible y en el
equilibrio reactivos y productos se relacionan a través de una constante, Ka, que se
calcula de la siguiente forma:
Cuanto mayor sea esta constante, mayor es la disociación del mismo, mayor la cantidad
de H+ y por lo tanto menor el pH (definido como –log [H+]) y la solución tiene mayor
carácter ácido.
Debido al rango de valores posibles para Ka se extiende por varios órdenes de magnitud,
más frecuentemente se utiliza una constante más manipulable, pKa, donde pKa = -log10 Ka.
Los ácidos más fuertes tienen pKa menor que los ácidos débiles
Los ácidos sulfúrico (H2SO4), clorhídrico (HCl) y nítrico (HNO3), se denominan ácidos
fuertes pues se ionizan completamente en soluciones acuosas diluidas
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Algunas propiedades del ácido metanoico son:
Propiedades físicas
Estado de Líquido
agregación
Olor Irritante
Apariencia Incoloro
Densidad 1218.3 kg/m3; 1,2183
g/cm3
Masa molar 46,03 g/mol
Punto de fusión 281,5 K (8,35 °C)
Punto de ebullición 373,8 K (100,65 °C)
Viscosidad 1,789 cP (20 °C)
Propiedades químicas
Acidez (pKa) 3,74*
Solubilidad en agua Soluble.
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conservantes se usan principalmente para producir alimentos más seguros para el
consumidor, previniendo la acción de agentes biológicos.
El ácido fórmico y sus derivados (Formiato de sodio, de calcio), se encuentran en
productos elaborados con pescado y en jugos industriales (cremogenados) que luego se
usan para preparar néctares y jugos; también se hallan en golosinas y encurtidos.
Su toxicidad no ha sido suficientemente estudiada por lo que en algunos países, como
España, Inglaterra ha sido prohibido su uso.
En la industria se le obtiene a partir del metanoato de sodio, el cual primero es sintetizado
al reaccionar monóxido de carbono con hidróxido de sodio acuoso.
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Urtica dioica L
Detalle de tricomas
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Imágenes de Moore, 1995 y Strasburger, 1994
En el reino animal, existen numerosos ejemplares que se caracterizan por utilizar el ácido
fórmico como herramienta de defensa.
Las hormigas rojas (Formica rufa) típicas de nuestro
entorno pertenecen al Orden de los
Himenópteros(como abejas y avispas) y a la Familia
de de los Formicidos.
Cuando se siente amenazada expulsa por su región
anal ácido fórmico, que actúa como veneno o lo
inocula en la piel del agresor, que desgarra con sus
poderosas mandíbulas. y que pueden causar una Formica rufa
reacción local mínima.
También utiliza esta estrategia para atacar a sus presas.
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En las especies picadoras, el riesgo de reacción anafiláctica es importante. En relación
al tratamiento, señalar que el lavado de la zona reduce la acción irritante del ácido
fórmico, que las lesiones locales precisan curas con desinfectantes tópicos y que el
empleo de antihistamínicos dependerá de las manifestaciones del paciente
Las medusas son en su mayoría organismos marinos, aunque hay algunas especies de
agua dulce. En determinados periodos del año, especialmente en primavera y verano, las
medusas son arrastradas hacia la costa.
Una de las principales características de las medusas es que poseen unas células
urticantes (con ácido fórmico) conocidas con el nombre de cnidocistos o nematocistos,
que miden de 2 a 50 μ de diámetro y que alcanzan su máxima concentración en los
tentáculos, donde puede haber de 105-106 células por cm2. Se disparan por simple
contacto o por cambios de presión o de temperatura (la temperatura corporal normal de
los humanos es suficiente para generar
un disparo). Los accidentes se producen
con mayor frecuencia al contactar
accidentalmente con ellas durante el
baño en el mar, a pesar de que el
contacto se suele producir con medusas
ya muertas o con restos de ellas.
Después de un temporal, pueden quedar
varadas sobre la playa producir
sintomatología al ser pisadas o tocadas
con las manos o pies.
El contacto con los tentáculos de las
medusas causa lesiones cutáneas y excepcionalmente, manifestaciones sistémicas. Las
reacciones locales pueden ser lineales, multilineales o serpiginosas, con erupciones
cutáneas persistentes (días o meses), con eritema, edema, petequias, reacciones
urticariformes, incluso urticaria
papular, vesículas y purito local con dolor intenso. La picada es muy similar al dolor
causado por la quemadura de un cigarrillo. En una segunda fase, las erupciones pueden
ser persistentes o recurrentes (semanas o incluso meses) y causar una sintomatología
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sistémica con calambres, náuseas o vómitos. La evolución normal y espontánea es hacia
la remisión de la afectación cutánea en pocos días, aunque en algunas personas el dolor
persiste durante semanas. Las primeras reacciones al veneno son más tóxicas que
alérgicas, ya que el dolor ocurre inmediatamente después de la incidencia. Cuanto más
rápido pasa el veneno a la sangre, más rápida es la aparición de los síntomas sistémicos.
Las reacciones tardías son de tipo inmunológico. También se conocen algunos casos de
reacciones anafilácticas que pueden generar síntomas graves que requieren
hospitalización.
La respuesta anafiláctica es más probable en caso de repetirse el accidente y es más
intensa cuanto más próxima ha sido la primera picada (en el mismo verano).
Una vez se ha producido la picadura, las medidas a tomar son, por este orden, las
siguientes:
• Procurar no rascarse ni frotar sobre la zona en la que se nota el resquemor o el
dolor intenso.
• No lavarse con agua dulce pero sí con agua salada, ya que el cambio osmótico
hace que
• se disparen más cnidocistos.
• Salir del agua y procurar apartar de la piel los restos de tentáculos si son visibles,
a ser posible con guantes o pinzas.
• No secarse la piel con toallas ni utilizar arena.
• Aplicar lo antes posible compresas frías de 5 a 15 minutos, preparándolas con una
bolsa de plástico llena de hielo. No aplicar la pieza de hielo directamente sobre la
piel, ya que haría el mismo efecto que el agua dulce. El frío favorece la
desnaturalización de la toxina y evita que pase a la sangre. Por la misma razón, no
se aplicarán nunca compresas calientes, ya que el calor favorece la absorción
sistémica del veneno.
Con las medidas comentadas y aplicadas con prontitud (dentro de la primera hora), se
pueden solucionar en la misma playa más del 90 % de los casos. Si las molestias
continúan y, especialmente, si se acompañan de temblores, náuseas, mareos o dolor
intenso, proseguir con antihistamínicos sistémicos, aconsejados también en las
erupciones cutáneas persistentes.
El dolor se controla con antiinflamatorios no esteroideos. Si lo que se aprecia es una
urticaria papular, es aconsejable aplicar corticosteroides sistémicos. El diazepam puede
ser útil como relajante y para reducir la ansiedad que con frecuencia acompaña a estas
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picaduras. Revisar la inmunidad antitetánica. Las heridas pueden sobreinfectarse y ser
tributarias de tratamiento antibiótico. La inmovilización de estos pacientes ayuda a
desacelerar la absorción del veneno hacia el sistema sanguíneo. Si los calambres y los
dolores persisten, se aconseja una valoración hospitalaria por un posible componente
neuropático.
Referencias bibliográficas
Parodi, Lorenzo R. (1972)- Enciclopedia argentina de agricultura y jardinería. Buenos
Aires : Editorial ACME
Nogué, Santiago; Martín, Mª Cristina; Gili, Josep Mª; Atienza, Dacha; Fuentes, Verónica
y Vernet, Diana. (2007). Urgencias por contacto, picadura o mordedura de animales
venenosos- Sección de Toxicología Clínica y Servicio de Urgencias. Hospital Clínic.
Barcelona