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Fénix

El ave Fénix o Phoenix, como lo conocían los griegos, es un ave mitológica


del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo
incandescente, de fuerte pico y garras. Se trataba de un ave fabulosa que
se consumía por acción del fuego cada 500 años, para luego resurgir de sus
cenizas. Según algunos mitos, vivía en una región que comprendía la zona
del Oriente Medio y la India, llegando hasta Egipto, en el norte de África.
Muy presente en la poesía árabe (En árabe: ‫ الَعْنَقاء‬Al- Anka).

Mitología

El mito del ave Fénix, alimentó varias doctrinas y concepciones religiosas de


supervivencia en el Más Allá, pues el Fénix muere para renacer con toda su gloria. Fue
citado por los sacerdotes egipcios de Heliópolis, el griego Heródoto, los escritores
latinos Plinio el Viejo, Luciano, Ovidio, Séneca y Claudio Claudiano, o los cristianos
Pablo de Tarso, el Papa Clemente de Roma, Epifanio o San Ambrosio. En el Antiguo
Egipto se le denominaba Bennu y fue asociado a las crecidas del Nilo, a la resurrección,
y al Sol. El Fénix ha sido un símbolo del renacimiento físico y espiritual, del poder del
fuego, de la purificación, y la inmortalidad. Según el mito, poseía varios dones, como la
virtud de que sus lágrimas fueran curativas.

Para Heródoto, Plinio el Viejo y Epifanio de Salamina, esta sagrada ave viajaba a
Egipto cada quinientos años, y aparecía en la ciudad de Heliópolis, llevando sobre sus
hombros el cadáver de su padre, a donde este iba a morir, para depositarlo en la puerta
del templo del Sol.

Miniatura del ave Fénix, en el Bestiario de Aberdeen.

Heródoto (siglo V a. C.), el historiador griego, escribió:

Otra ave sagrada hay allí que sólo he visto en pintura, cuyo nombre es el de
fénix. Raras son, en efecto, las veces que se deja ver, y tan de tarde en
tarde, que según los de Heliópolis sólo viene al Egipto cada quinientos años
a saber cuándo fallece su padre. Si en su tamaño y conformación es tal
como la describen, su mote y figura son muy parecidas a las del águila, y
sus plumas en parte doradas, en parte de color de carmesí. Tales son los
prodigios que de ella nos cuentan, que aunque para mi poco dignos de fe,
no omitiré el referirlos.
Para trasladar el cadáver de su padre desde la Arabia al templo del Sol, se
vale de la siguiente maniobra: forma ante todo un huevo sólido de mirra,
tan grande cuanto sus fuerzas alcancen para llevarlo, probando su peso
después de formado para experimentar si es con ellas compatible; va
después vaciándolo hasta abrir un hueco donde pueda encerrar el cadáver
de su padre; el cual ajusta con otra porción de mirra y atesta de ella la
concavidad, hasta que el peso del huevo preñado con el cadáver iguale al
que cuando sólido tenía; cierra después la abertura, carga con su huevo, y
lo lleva al templo del Sol en Egipto. He aquí, sea lo que fuere, lo que de
aquel pájaro refieren.

Heródoto.[1]

Según la leyenda cristianizada, el ave Fénix vivía en el Jardín del Paraíso, y anidaba en
un rosal. Cuando Adán y Eva fueron expulsados, de la espada del ángel que los desterró
surgió una chispa que prendió el nido del Fénix, haciendo que ardieran éste y su
inquilino. Por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le
concedieron varios dones, siendo el más destacado la inmortalidad a través de la
capacidad de renacer de sus cenizas.

Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas,


ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El Fénix se
quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave Fénix,
siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años.

El ave Fénix en Las Crónicas de Nuremberg.


Hay un ave, llamada fénix. Esta es la única de su especie, vive quinientos
años; y cuando ha alcanzado la hora de su disolución y ha de morir, se hace
un ataúd de incienso y mirra y otras especias, en el cual entra en la plenitud
de su tiempo, y muere. Pero cuando la carne se descompone, es
engendrada cierta larva, que se nutre de la humedad de la criatura muerta
y le salen alas. Entonces, cuando ha crecido bastante, esta larva toma
consigo el ataúd en que se hallan los huesos de su progenitor, y los lleva
desde el país de Arabia al de Egipto, a un lugar llamado la Ciudad del Sol; y
en pleno día, y a la vista de todos, volando hasta el altar del Sol, los
deposita allí; y una vez hecho esto, emprende el regreso. Entonces los
sacerdotes examinan los registros de los tiempos, y encuentran que ha
venido cuando se han cumplido los quinientos años.

Clemente de Roma. Epístola a los Corintios (XXV).[2]

Para San Ambrosio, el ave Fénix muere consumida por el Sol, convertida en cenizas de
las que renace, después de arder su cuerpo, como un pequeño animal sin miembros, un
gusano muy blanco que crece y se aloja dentro de un huevo redondo, como si fuera una
oruga que se vuelve mariposa, hasta que dejando de ser implume se transforma en un
águila celeste que surca el firmamento estrellado.

Durante el reinado del emperador Claudio, un supuesto Fénix fue capturado en Egipto y
trasladado a Roma, donde éste mandó exponerlo. Nadie se lo tomó en serio.[3]

Claudio Claudiano (siglo IV), el último de los grandes poetas romanos, comentaba:

El Fénix es un ave igual a los dioses celestes, que compite con las estrellas
en su forma de vida y en la duración de su existencia, y vence el curso del
tiempo con el renacer de sus miembros. No sacia su hambre comiendo ni
apaga su sed con fuente alguna.

Claudio Claudiano

En la mitología china, el Fenghuang, aunque no tiene similitudes con el Fénix, ha sido


denominado el «Fénix chino» por algunos occidentales, siendo una criatura con cuello
de serpiente, el cuerpo de un pez y la parte trasera de tortuga. Simboliza la unión del yin
y el yang.

AVE FENIX EL QUE RESURGE DE LAS


CENIZAS
Es un ave mitológica fabulosa que vivía en los desiertos de Arabia, su aspecto
era parecido al de una garza, del tamaño de un águila, y tenía 2 largas plumas
a modo de cresta. Para los egipcios era como el símbolo de la inmortalidad y
dios protector de los muertos, debido a que tenia una estrecha relación con el
renacimiento, decían que tenia un color rojo y plumas de oro, y en su honor le
dedicaron un templo en Heliópolis que fue la ciudad sagrada del Fénix, donde
volvía cada 500 años para morir y renacer ya que este es su principal papel,
renacer y crearse a si mismo.

En el reino medio se decía que era el guía del sol, y se le asocio con el planeta
Venus, se representaba como una garza, que a veces lleva la corona blanca y
dos plumas o la corona Atef o el disco solar. Los cristianos lo adaptaron como
símbolo de resurrección.

Según Heródoto un historiador griego, cada 500 años el ave creaba una
hoguera de incienso en la que ardía y de la que surgía un gusano que con el
calor se transformaba en un nuevo Fénix.

EL FENIX, AVE DE LUZ

Solo hay un ave Fénix, gentil, bella y


amable y todas las aves la adoran.
Son tantas las aves en el mundo, que si levantaran el vuelo a un mismo tiempo,
el cielo se oscurecería.

Pero existe solamente un ave Fénix. De ella se afirma que es como el sol por
vivir en el cielo llena de esplendor. También se dice que nace del fuego y
muere en el fuego, como el sol que aparece con el brillo dorado de la aurora y
muere en el horno rojo atardecer.

Pensemos en el ave Fénix, del tamaño de un aguila, con su plumaje de púrpura


y oro, de rojo y naranja, de verde, escarlata y rosa, más brillante que el arcoiris,
a quien las aves, sus congéneres, "llaman el dador de vida".

Se cree que el ave Fénix vive mil años, que renace cuando muere y que su
juventud es perenne.

Cuando al ave Fénix le llega la hora de su fin, construye un nido de sándalo y


otras maderas y hierbas resinosas y perfumadas, en lo alto de una montaña de
la lejana Arabia, donde vive.

Echado sobre él abriendo las esplendorosas alas, la luz del sol consume ave y
nido, mientras el Fánix canta su mas bella canción y todo queda convertido en
perfumadas cenizas.

Pero entre los restos del incendio aparece un huevo, que el calor del sol se
encarga en empollar; y aquí que nuevamente nace le ave Fénix, brillante como
la luz del sol y aliemntedo por ella. Cuando a crecido suficiente, el jóven pájaro
recoje las cenizas maternales volando hacia ejipto las esparce en el tmplo de
Osiris, el dios-sol.
Entonces durante mil misteriosos años, el nuevo Fénix cuida el mundo y a sus
criaturas, hasta que le llega la hora de morir.

"¡Que admirable es!, cantan los pájaros al amnecer y se elevan hacia el Fénix
para embriagarse de su luz".

"Pero ¡cuan triste debe estar!, suspira una paloma, al sentirse tan solo en este
mundo"

(Blythe, Bestias Fabulosas)


¿Cual es la historia del Ave Fénix?
La leyenda del Ave Fenix relata la historia de un ave capaz de renacer de
sus propias cenizas. Es un símbolo universal de la muerte generada por el
fuego, la resurrección, la inmortalidad y el sol. También representa la de
delicadeza ya que vive solo del rocío sin lastimar a ninguna criatura
viviente.

El Ave Fénix es un enorme pájaro envuelto en llamas y de plumaje rojo


anaranjado, como el fuego. Se trata de un ser mágico y fabuloso que ha
sido retratado en las diversas mitologías.
Se cree que fue el único animal del Edén que resistió la tentación, lo que le
convirtió en un ser eterno. Este animal simboliza para las distintas culturas
prácticamente la misma cosa; la inmortalidad y la resurrección.
En Egipto simbolizaba al astro Sol, que muere por la noche y renace por la
mañana. El fénix fue considerado por griegos y egipcios como un semidiós,
y según la leyenda, este ser se consume por sus propias llamas cada 500
años, para más tarde renacer de sus propias cenizas como un fénix joven y
nuevo.

Ave fabulosa que renacía de sus cenizas. Era un símbolo solar.


Ave legendaria que vivía en Arabia. Según la tradición, se consumía por
acción del fuego cada 500 años, y una nueva y joven surgía de sus cenizas.
En la mitología egipcia, el ave fénix representaba el Sol, que muere por la
noche y renace por la mañana.

La tradición cristiana primitiva adoptaba al ave fénix como símbolo a la vez


de la inmortalidad y de la resurrección. Se le ha visto una relación con el
pájaro de fuego de la mitología aborigen americana.

Una tradición judía afirma que el chol fue el único animal del Edén que
resistió la tentación y conservo la vida eterna. Los egipcios la modificaron
un poco y dieron a este ave el nombre de fénix, vocablo que se refiere a su
color rojo, considerándolo un animal fabuloso, una especie de semidiós
según la tradición, el ave fénix se consumía por acción de su propio fuego
cada 500 años, y un ave fénix nueva y joven surgía de sus cenizas. Este
mito se extendió ampliamente entre los griegos, que le dieron el nombre de
Phoenicoperus, que significa alas rojas, apelativo que se extendió por toda
la Europa romana. Durante la dominación romana, los primeros cristianos,
influidos por los cultos helénicos, hicieron de esta singular criatura un
símbolo viviente de la inmortalidad y de la resurrección. En la mitología del
antiguo Egipto, el ave fénix representaba el Sol, que muere por la noche y
renace por la mañana. Otro simbolismo que se le da al ave fénix es de la
esperanza, ya que representa la esperanza que nunca debe morir en el
hombre.
Polimorfo: que existe o se presenta en varias formas. En particular
leucocito polimorfonuclear (*)
Polimorfocelular: que tiene células de muchas formas ...

Polimorfo:

Que puede tener varias formas. (polimorfo)

Tokio (東京都 Tōkyō-to?, literalmente ‘capital del este’; pronunciación japonesa: [ ˈtoːkjoː
] (?·i)) es la capital de facto[2] de Japón, localizada en el centro-este de la isla de Honshu,
específicamente en la región de Kanto. En conjunto forma una de las 47 prefecturas de
Japón, aunque su denominación oficial es metrópolis o capital (都 -to). La ciudad es el
centro de la política, economía, educación, comunicación y cultura popular del país.
Posee también la mayor concentración de sedes corporativas, instituciones financieras,
universidades y colegios, museos, teatros, y establecimientos comerciales y de
entretenimiento de todo Japón.

Se subdivide en 23 barrios (区 -ku); 26 ciudades (市 -shi); un distrito (郡 -gun)


subdividido en tres pueblos (町 -chō o -machi) y una villa (村 -son o -mura); y cuatro
subprefecturas (支庁 -shichō) subdivididas en dos pueblos y siete villas, que
representan a varias pequeñas islas al sur de Honshu que se extienden más allá de 1.800
km de Shinjuku, capital de la metrópoli y sede de la gobernación. El centro de Tokio,
con sus 23 barrios, ocupa un tercio de la metrópoli, con una población cercana a los
8.340.000 habitantes; esta área es lo que se conoce internacionalmente como la ciudad
de Tokio. Su área metropolitana posee 34,5 millones de habitantes (2007)
convirtiéndose así en la mayor aglomeración urbana del mundo.

A pesar de que Tokyo es la romanización más común del nombre en japonés, el nombre
de la ciudad es Tokio en español y otros idiomas —entre ellos el alemán y el neerlandés
—. En inglés y otros idiomas se escribe Tokyo, aunque antiguamente también se
escribía Tokio. En el pasado, la ciudad se denominaba como Tokei, Edo o Yedo. El
gentilicio de Tokio es tokiota.

Historia
Artículo principal: Historia de Tokio
A pesar de que desde tiempos antiguos existían pequeñas poblaciones y templos en las
colinas cercanas a la bahía de Tokio, se considera que la fundación formal de Tokio fue
en 1457, cuando un vasallo del clan Uesugi, Ōta Dōkan construyó el Castillo Edo (江戸
城 Edo-jō); así el área que rodeaba el castillo se comenzó a llamar Edo (江戸,
literalmente "estuario"). El shogunato Tokugawa, que había tomado el castillo en 1590
y que tenía el control casi absoluto del Japón, estableció su gobierno en Edo en 1603,
hecho que dio inicio al Período Edo en la historia japonesa. La nobleza, junto con el
Emperador del Japón, permanecieron en Kioto, que siguió siendo la capital oficial,
aunque sólo de manera protocolar.

Edo sufrió innumerables desastres, entre los que se encuentran centenares de incendios,
destacándose el Gran Incendio de Edo (Edo Taika) de 1657, donde murieron alrededor
de cien mil personas. La razón de los constantes incendios era que todas las viviendas
de Edo eran machiya o viviendas urbanas de madera. Otros desastres que sufrió Edo
fueron la erupción del monte Fuji en 1707, el Terremoto del Gran Edo en 1855 y otros
terremotos menores en 1703, 1782 y 1812.

Muralla defensiva en el Castillo Edo.

A fines de 1868, con el ocaso del shogunato en todo el Japón y el inicio de la


Restauración Meiji, el Emperador se mudó al Castillo Edo, convirtiéndolo en el gran
Palacio Imperial de Japón y estableció allí mismo el cambio de nombre de Edo a Tokio,
“la capital del este”. Sin embargo, el Emperador no dejó sentado de manera legal que
Tokio era la nueva capital de Japón, por lo que se cree popularmente que Kioto sea aún
la capital oficial o co-capital del país. En 1871 se abolieron los han o feudos, y
formalmente se crearon las prefecturas, entre ellas la prefectura de Tokio; y al año
siguiente la prefectura se expandió al área ocupada por los 23 Barrios Especiales que
actualmente posee.

A partir de 1872, comenzó a construirse la primera línea de ferrocarril y entre 1885 y


1925 se construyó la Línea Yamanote, línea de ferrocarril urbano que es la más
importante de Tokio en la actualidad. En 1889 se estableció la Ciudad de Tokio (東京市
Tōkyō-shi) con 15 barrios, luego en 1893 los distritos de Tama se unieron a la
prefectura. En 1914 se inauguró la Estación de Tokio y en 1927 se inauguró el primer
metro subterráneo en la Línea Ginza.

El Gran terremoto de Kantō golpeó Tokio en 1923, con un saldo de aproximadamente


143.000 personas. Tras la tragedia se inició un plan de reconstrucción que no pudo ser
completado debido a su alto costo. A pesar de esto, la ciudad continuó su desarrollo
hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. En 1936 se inauguró el edificio de la
Kokkai (Dieta de Japón); también en ese mismo año ocurrió el Incidente del 26 de
febrero, en el que 1.500 oficiales del ejército japonés ocuparon el edificio de la Kokkai,
el Kantei (Residencia del Primer Ministro) y otros lugares de Tokio en un intento de
golpe de Estado, que fue sofocado tres días después.

En 1943 la prefectura y la ciudad de Tokio se unieron para formar la Metrópolis de


Tokio (Tōkyō-to), también conocida simplemente como Tokio, que en ese momento
consistía en 35 barrios. A partir de esta fecha no existe ciudad en Japón que se llame
Tokio.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Tokio fue intensamente bombardeada a partir de


1942 hasta 1945. A causa de esto, en 1945 la población de Tokio era la mitad que en
1940. Al terminar la guerra, en septiembre de 1945, Tokio fue ocupada militarmente y
pasó a ser gobernada por las Fuerzas Aliadas. El general Douglas MacArthur estableció
los cuarteles de la ocupación en lo que ahora es el edificio DN Tower 21 (anteriormente
conocido como Dai-Ichi Seimei), frente al Palacio Imperial. En la segunda mitad del
siglo XX, Estados Unidos aprovechó a Tokio como un centro importante de logística
durante las guerras de Corea y Vietnam. En la actualidad, aún permanecen bajo control
estadounidense la Base Aérea de Yokota y algunas pocas instalaciones militares
menores.

Torre de Tokio.

Tokio experimentó el llamado "milagro económico" durante las décadas de 1950 y


1960. En 1947 Tokio fue reestructurado con la reducción de 35 a 23 barrios. En 1954 se
creó la segunda línea de metro con la Línea Marunouchi y en 1961 con la Línea Hibiya.
En 1958 se construyó la Torre de Tokio y en 1964 se inauguró la primera línea de
Shinkansen (Tōkaidō Shinkansen), coincidiendo con la celebración de los Juegos
Olímpicos de Tokio 1964. Esta prosperidad transformó a un país devastado por la
guerra en la segunda economía del mundo en menos de 20 años. Durante este período,
el gobierno japonés dio prioridad a la infraestructura e industrias de manufactura. Como
resultado, Japón dominó un amplio rango de industrias como la del acero, la automotriz,
de semiconductores y electrodomésticos.

En los años siguientes Tokio creció en extensión; fueron devueltas a Japón las islas
Ogasawara en 1968 y la Base Aérea de Tachikawa en 1977. Durante la década de 1970
hubo una migración masiva hacia las ciudades, y hacia Tokio en especial. En 1978 se
inauguró el Aeropuerto Internacional de Narita, que prestó apoyo para el Aeropuerto
Internacional de Tokio, el cual serviría principalmente a vuelos nacionales. La gran
población en Tokio (que se convirtió en la ciudad más poblada del mundo en 1965)
derivó en una burbuja económica que se inició en 1986 y explotó en 1990, causando
una recesión durante toda esa década, llamada también la década perdida (失われた 10
年 ushinawareta jūnen).

El 20 de marzo de 1995 la ciudad concentró la atención de los medios internacionales


tras el atentado terrorista del culto Aum Shinrikyo en el sistema de trenes subterráneos
de Tokio. En él murieron doce personas y miles resultaron afectadas por el gas nervioso
Sarín.

A pesar de eso, Tokio continuó creciendo; en 1991 se construyó el Tōchō o Edificio de


la Gobernación Metropolitana de Tokio y en 1993 se inauguró el Rainbow Bridge sobre
la bahía de Tokio. Esto condujo a que Tokio sea una de las ciudades más dinámicas del
planeta con una amplia gama de actividades sociales y económicas, en conjunto con el
boom de inversiones a finales del siglo XX, probablemente el mayor que se haya
conocido en la historia. Como resultado, la ciudad cuenta con una mayor cantidad de
edificios modernos que Londres o Nueva York. También en Tokio se han ejecutado
proyectos para ganar tierras al mar. Aunque esta práctica se realiza desde hace varios
siglos, en la actualidad se ejecuta a gran escala; entre estas áreas sobresale Odaiba.
Otros proyectos urbanos recientes incluyen el Jardín de Ebisu, la isla Tennozu, el
Shiodome, Roppongi Hills y Shinagawa.

Alemania
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Bundesrepublik Deutschland
República Federal de Alemania

Bandera Escudo
Lema: Einigkeit und Recht und Freiheit ("Unidad y
justicia y libertad")

Himno nacional: tercera estrofa del verso Das Lied


der Deutschen (también llamado "Einigkeit und
Recht und Freiheit")

Capital Berlín

52°31′ N 13°24′ E

Ciudad más poblada Berlín


Idiomas oficiales Alemán [1]
Forma de gobierno República federal
parlamentaria
Presidente Christian Wulff
Canciller federal Angela Merkel
Vicecanciller Guido Westerwelle
Fundación
-Unificación 18 de enero de 1871
-República Federal 23 de mayo de 1949
-Reunificación 3 de octubre de 1990
Superficie Puesto 62º
• Total 357.104,07[1] km²
• % agua 2,416%
Fronteras 3.621 km
Población total Puesto 14º
• Total 82.604.000 [2]
• Densidad 230 hab/km²
PIB (nominal) Puesto 3º
• Total (2007) US$ 3.673.105 millones
• PIB per cápita US$ 40.415 (2007)
PIB (PPA) Puesto 5º
• Total (2007) US$ 2.809.693 millones
• PIB per cápita 34.181 (2007)[3]
IDH (2010) 0,885[2] (10º) – Muy Alto[3]
Moneda Euro [4] (€, EUR)

Gentilicio Alemán, alemana


Huso horario CET (UTC+1)
• en verano CEST (UTC+2)
Dominio Internet .de

Prefijo telefónico +49

Prefijo radiofónico DAA-DRZ, Y2A-Y9Z

Código ISO 276 / DEU / DE


Miembro de: Unión Europea, ONU, OTAN,
CBSS, OSCE, OCDE, G-8, COE
1. ↑ También están oficialmente reconocidos y
protegidos como lenguajes minoritarios el
danés, el bajo alemán, el sórabo, el romaní y
el frisón.
2. ↑ Según estimaciones de DESTATIS
3. ↑ Puesto 24º

4. ↑ Antes de 1999: marco.

Alemania (en alemán Deutschland), oficialmente República Federal de Alemania


(pronunciación ▶?/i, /ˈbʊndəsrepubliːk ˈdɔʏʧlant/), es un país de Europa central que
forma parte de la Unión Europea (UE). Limita al norte con el mar del Norte, Dinamarca
y el mar Báltico; al este con Polonia y la República Checa; al sur con Austria y Suiza, y
al oeste con Francia, Luxemburgo, Bélgica y los Países Bajos. El territorio de Alemania
abarca 357.021 km ² y posee un clima templado. Con más de 82 millones de habitantes,
representa la mayor población entre los estados miembros de la Unión Europea y es el
hogar del tercer mayor grupo de emigrantes internacionales.

Las palabras alemán y Alemania provienen del latín y eran utilizadas en la antigüedad
por los romanos para denominar a los alamanes —no es lo mismo que alemanes—, el
pueblo germánico más cercano al territorio del Imperio romano. De ahí fue usada para
nombrar al país entero.[4] Además de alemán, está también extendido el uso del
gentilicio germano, derivado del nombre con que los romanos se referían a las tribus no
romanas de la zona central de Europa, cuyo territorio llamaban Germania.[4] Desde el
siglo X, los territorios alemanes formaron una parte central del Sacro Imperio Romano
Germánico que duró hasta 1806. Durante el siglo XVI, las regiones del norte del país se
convirtieron en el centro de la Reforma Protestante. Como un moderno estado-nación,
el país fue unificado en medio de la Guerra franco-prusiana en 1871. Tras la Segunda
Guerra Mundial, fue dividida en dos estados separados a lo largo de las líneas de
ocupación aliadas en 1949 pero los dos estados se reunificaron de nuevo en 1990. Fue
miembro fundador de la Comunidad Europea (1957), que se convirtió en la Unión
Europea en 1993. Es parte de la zona Schengen y adoptó la moneda común europea, el
euro, en 1999.

Es una república parlamentaria federal de dieciséis estados (Bundesländer). La capital y


ciudad más grande es Berlín. Es un miembro de la Organización de las Naciones
Unidas, la OTAN, el G8, las naciones G4, y firmó el Protocolo de Kioto. Es la tercera
mayor economía mundial en cuanto al PIB nominal, la primera de Europa, y el mayor
exportador de mercancías del mundo en 2007. En términos absolutos, asigna el segundo
mayor presupuesto anual de la ayuda al desarrollo en el mundo,[5] mientras que sus
gastos militares ocuparon el sexto lugar.[6] El país ha desarrollado un alto nivel de vida y
establecido un sistema completo de seguridad social. Tiene una posición clave en los
asuntos europeos y mantiene una estrecha relación con varias asociaciones a nivel
mundial.[7] Es reconocida como líder en los sectores científico y tecnológico.[8

Hombre lobo
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Para otros usos de este término, véase Hombre lobo (desambiguación).

Representación alemana de un Hombre lobo.

El hombre lobo, también conocido como licántropo, es una criatura legendaria


presente en muchas culturas independientes a lo largo del mundo. Se ha dicho que este
es el más universal de todos los mitos (probablemente junto con el del vampiro), y aún
hoy, mucha gente cree en la existencia de los hombres lobo o de otras clases de
«hombres bestia». Realmente no hay que confundir los términos: licántropo es aquel
hombre que, debido a algún trastorno psicológico, cree haber asumido el aspecto, voz y
comportamiento de un lobo, a pesar de que realmente no haya sufrido ninguna
transformación física; lo cual lo lleva a actuar de acuerdo a ello, entiéndase matando y
cometiendo actos de canibalismo. Por su parte, el hombre lobo es tradicionalmente un
hombre que, por efectos de magia o por propensión natural, posee la habilidad de
transformar su aspecto en el de un lobo. Todas las características típicas de aquel animal
- como son la ferocidad, la fuerza, la astucia y la rapidez- son en ellos claramente
manifiestas, para desgracia de todos aquellos que se cruzan en su camino. Puede
permanecer con su aspecto animal únicamente por espacio de unas cuantas horas, o bien
permanentemente.[cita requerida]

En el folclore y la mitología, un hombre lobo es una persona que se transforma en lobo,


ya sea a propósito o involuntariamente, a causa de una maldición o de otro agente
exterior. El cronista medieval Gervase de Tilbury asoció la transformación con la
aparición de la luna llena, pero este concepto fue raramente asociado con el hombre
lobo hasta que la idea fue tomada por los escritores de ficción moderna. La mayoría de
las referencias modernas están de acuerdo en que un hombre lobo puede ser asesinado si
se le dispara una bala de plata, aunque esto es producto de la narrativa moderna y no
aparece en las leyendas tradicionales. Como dato adicional, en versiones modernas, se
agregó la idea que ha existido una fuerte rivalidad entre vampiros y hombres lobo,
debido a que pertenecen a una misma raza de criaturas. [cita requerida] Los licántropos, al
haber renunciado a los poderes vampíricos para obtener una forma física superior, se
ganaron el rencor de sus parientes. [cita requerida]

Nadie sabe con exactitud cuándo se originaron las leyendas sobre hombres lobo. Puede
que se trate de una superstición tan antigua como la humanidad misma, originada como
explicación de diversas patologías. Así parecen indicarlo algunos casos datados, como,
en España, el de Manuel Blanco Romasanta, en cuya vida se basan las películas El
bosque del lobo, y Romasanta. La caza de la bestia (2004).

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