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Relaciones internacionales

Publicado el 03/Noviembre/2008 | 00:11

No pareciera que el
Gobierno de la revolución ciudadana tiene muy claro cuáles son los
intereses comerciales del Ecuador en el concierto mundial y de qué
modo se los puede integrar en la política de relaciones internacionales
del país. No hay una visión política que integre las dos dimensiones
dentro del objetivo principal que se ha propuesto el Gobierno: la
afirmación de la soberanía e intereses nacionales.Hasta ahora, la
defensa de esa soberanía tiene un sentido caótico: ha provocado la
ruptura de relaciones con Colombia, el distanciamiento con el Brasil y
muy probablemente también ahora con España, tras el anuncio del
presidente Correa de que la empresa Repsol-YPF (un consorcio
argentino-español) se tendrá que ir del país. En los tres casos, la
defensa de la soberanía nacional termina por afectar las relaciones
comerciales del Ecuador y nuestra posición diplomática en espacios
claves como son el regional y el europeo. Si bien Correa argumentará,
una vez más, que en el caso de Brasil, y ahora de España, el conflicto
es con empresas privadas y no con los Estados, no puede negarse que
las relaciones con los dos países se han visto afectadas por una razón
de la diplomacia contemporánea: los Estados son, al mismo tiempo,
defensores de los intereses en el exterior de las grandes corporaciones
de sus países.Mientras se afectan relaciones tan cercanas como las de
Colombia, Brasil y España, y se tiene estrategias poco claras hacia los
Estados Unidos -el gran socio comercial del Ecuador- el Gobierno del
presidente Correa muestra una especial simpatía y atracción por
Venezuela, desde hace algún tiempo por Irán -cuyo presidente ha
sostenido absurdos históricos y tesis antihumanitarias- y de modo
reciente por Rusia. Y ha puesto un especial énfasis con estos países sin
que los resultados de las relaciones sean evidentes pese a las enormes
promesas -como las de Venezuela dada la descomunal ineficiencia del
estado bolivariano- o simplemente porque no hay vínculos comerciales
fuertes (casos de Irán y Rusia).

También en el terreno de las relaciones internacionales, el Gobierno de


Correa define los intereses y las prioridades por razones puramente
ideológicas, sean estas la defensa de un nacionalismo
descontextualizado de los intereses comerciales, o simplemente por
afinidades personales y políticas (como ocurre con Venezuela e Irán).

Como en todos los demás campos, en este tampoco hay espacio para
discutir los alcances de la política, ni una ministra con capacidad para
establecer prioridades en la agenda y debatirlas públicamente. Reina
la confusión, la novelería o los simples caprichos ideológicos del
presidente de la República.

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