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BREVE

DESCRIPCIÓN

DE LAS

CUEVAS
DE
HIGARES

Jaime Rubio Hervás


2002

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BREVE DESCRIPCIÓN
DE LAS CUEVAS DE HIGARES

A la arqueología toledana,
porque se merece
que sea explorada debidamente,
y se dé a conocer,
JAIME RUBIO HERVÁS

Toledo,
27 - VI - 2002

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BREVE DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS DE HIGARES 1

ÍNDICE

PRÓLOGO.....................................................................................................................................................2

OLIHUELAS:
I........................................................................................................................................................3
II.......................................................................................................................................................4
III.....................................................................................................................................................5

DOCUMENTOS EN LOS QUE SE MENCIONAN LAS CUEVAS DE HIGARES:


1.......................................................................................................................................................6
2.......................................................................................................................................................6
3.......................................................................................................................................................6
4.......................................................................................................................................................7
EXTRACTO DE LEYENDASDETOLEDO.COM Y TEXTO PUBLICADO EN EL
LIBRO “GUÍA SECRETA DE TOLEDO” DE CARLOS PASCUAL........................................................8

LAS CUEVAS DE HIGARES SEGÚN F. RUIZ DE LA PUERTA:


La entrada............................................................................................................11
El interior.............................................................................................................11
Detalles................................................................................................................11
Otros.....................................................................................................................11
Coincidencias con la Leyenda.............................................................................12
CUEVAS DE HÉRCULES: DE LOS REYES NUEVOS DE TOLEDO...................................................13

RESUMEN: CARTA ARQUEOLÓGICA


I. Clave de identificación......................................................................................19
II. Clasificación cultural.......................................................................................20
III. Tipología del yacimiento................................................................................20
IV. Descripción del yacimiento............................................................................20
V. Situación legal.................................................................................................21
VI. Materiales.......................................................................................................21
VII. Bibliografía...................................................................................................21
VIII. Redacción de la ficha...................................................................................21
LÁMINAS...................................................................................................................................................22

BIBLIOGRAFÍA.........................................................................................................................................35

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JAIME RUBIO HERVÁS 2

PRÓLOGO

La visión de las cuevas de Higares que se ofrece en el trabajo constituye, a


veces, una narración hiperbólica y antitética, pero que si se lee detenidamente es fácil
relacionar unas ideas con otras, sabiendo qué hay de verdadero y qué de subjetivo o
procedente de leyendas y tradiciones.
La dificultad, en esta ocasión, ha sido el no poder visitarlas por motivos
aconsejados en la obra, dejando amplias lagunas en temas tan importantes como su
localización. Pero por otra parte, esta dificultad, hace que el trabajo permanezca
abierto a cualquier tipo de información por dudosa que ésta parezca.
De forma general, estos subterráneos forman en mi opinión, una sola cueva
pero con diversas entradas formadas por hundimientos. Todas las hipótesis remontan
la fecha de su fundación a la Edad Antigua (ya sean a época romana o a otras
anteriores). Pudieron servir de refugio a cristianos en tiempos de persecuciones o a
otras razas en periodos más tardíos. Su interior se apoya en anchas columnas, con
acumulaciones de cerámica en algunos rincones, con hornacinas y otros elementos
ocultados tras los derrumbes. Sea cual sea su origen, fueron olvidados en épocas bajo-
medievales y modernas, para volver a ser descubiertas a mediados del siglo XIX.
Lo más alarmante es su rápida desaparición si no se toman medidas a corto
plazo. A finales del siglo XIX de tres conjuntos conocidos sólo dos eran explorables, y
en la actualidad, sólo queda uno cada vez en peor estado de conservación.
Las siguientes páginas forman una recopilación de diversas fuentes
documentales que pretenden remontar al lector a la memoria de tan nobles pasadizos y
a su entorno, expuestas en el mismo orden en que las fui recopilando.

Jaime Rubio
Junio del 2002

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BREVE DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS DE HIGARES 3

OLIHUELAS (despoblado entre Olías y Mocejón)


1893
Archivo de la Secretaría de la Real Academia de la Historia. Legajo Comisiones
Provinciales. Toledo. Sin sig. “Informe del Sr. Vizconde Palazuelos a cerca de la
naturaleza e importancia de la cueva de “Olihuelas”. 30 de septiembre de 1892 (Al
margen: Academia 22 de Diciembre 93, al Boletín) (1).

I.: “Un artículo publicado por mi amigo D. Venancio Prada (2) en la Correspondencia
de España el presente mes, y cuyo epígrafe es una ciudad subterránea, en que se habla
de visita hecha a unas cuevas próximas a la ciudad de Toledo, ha ejercitado mi
curiosidad y determinado a reconocer el interior de semejantes antros, peligroso y
medorso por su estado y carácter.
Lógico es que algunas centurias hayan sido ignoradas estas mansiones, por estar
emplazadas en cerros ásperos, colinas de escasa vegetación, y por los que sólo se ven
caminos, o mejor dicho, sendas impresas por labradores; pues si bien tienen al N.O. el
camino o carretera de Madrid, y al S.E. el vecinal que conduce a Mocejón y otros
pueblos, ambos están a alguna distancia, y no escrita en ellos nada la curiosidad para
poder haber determinado al transeúnte a inspeccionarlos de cerca.
Tal vez el transcurso de los siglos hayan pasado ignoradas hasta que desprendimientos
de piedras nos han presentado bocas por donde puede llegar a visitarlas en nuestros dias,
como aconteció en el siglo XVIII con las catacumbas de la ciudad Eterna, y con las
Necrópolis faraónicas de Tebas en las márgenes del Nilo no ha muchos años.
El vulgo de la comarca ha confundido y confunde estas cuevas con unas canteras
próximas, y este hecho ha desorientado a cuantos amantes de la arqueología hubieran
podido aproximarse, persuadiéndonos falsamente de que de ellas se extrajo piedra para
construir la metrópoli toledana.
De expresadas canteras, contiguas como he dicho a las cuevas, es de donde se extrajo
material para la basílica primada, más para la Plaza de Toros por los años 1865 y 66.
La piedra de los subterráneos objeto de mi sucinta descripción, es caliza oscura, poco
aceptable y de relativa consistencia para seculares construcciones; por lo que creo
relativa la suposición de que aquellos fueran labrados pacientemente al extraer la piedra.
Los nombres con que se conocen por las cercanías estas cuevas, son, CUEVAS DE
OLIHUELAS y CUEVAS DE HIGARES.
En número son tres, y en particular se las denomina LA CARRERA DE CABALLO, LA
COCINILLA y LA CANTERA VIEJA. Esta última se halla obstruida al presente.
Están comprendidas en la posesión del Exm. Sr. Duque de Veragua, cuyo nombre es
HIGARES, sita en la margen derecha del Tajo, al N.E. de la Ciudad Imperial, y a
distancia de ella de seis kilómetros próximamente; distancia que se recorrerá en breve
tiempo una vez terminada la carretera de segundo orden de Cuesta de la Reina a Toledo.
El camino que conduce a precitados subterráneos, es indicada carretera hasta llegar a la
casa de labor de la Dehesa intitulada MAZARRAZIN, y en esta misma casa aparta un

(1) Publicada por el Conde de Palazuelos B.R.A.H., tm. XIV. 1924.


(2) PRADA, Venancio: Comisario de Guerra en Toledo y correspondiente de la
Real Academia de esta ciudad, manda una memoria a la Real Academia de la

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Historia acerca de los subterráneos de Toledo o cuevas de Olihuelas descubiertas
por él en Azucaica hacia 1886.
JAIME RUBIO HERVÁS 4

camino sencillo, pero seguro, que termina cerca de uno de los cerros minados por las
hoquedades de que me ocupo y describiré después.
La orientación es en dos de ellos de N.O. a S.E. y de S.E. a N.O. en la restante, aunque
no en absoluto.

II. Apuntando cuanto precede, añadiré que mencionadas cuevas presumo si serían las
catacumbas de Toledo.
La posición estratégica, el lugar apartado de la capital carpetana y su intrínseca
construcción y detalles indican tal conjetura.
Difícilmente se comprende después de visitarlas que construyeran aquellas para servir
de morada a los celtíberos ni pueblos invasores del norte y mucho menos a los hijos del
África, aun cuando los labriegos del país dicen a un gran hueco provisto de escalera de
la altura de una mesa de altar del templo católico, El altar de Mahoma, con la célebre
Gruta de los Letreros no tienen semejanza.
Las construcciones primitivas y características de los muros, y las de los otros, alejan
semejante deducción, así como su extensión y formas, minadas a su perfección, niegan
rotundamente que se labraron para destinarlas a bodegas o trojes. Los subterráneos de
Olihuelas constituyen, a mi juicio, una URBS romana, bien defendida, destinada por sus
artífices a depósito sagrado y punto de reunión para los afiliados a la bandera de Cristo.
Inducen a pensarlo así, las razones indicadas y que por separado expongo a
continuación:
La posición de los subterráneo es muy estudiada; por que la vista más perspicaz no
teniendo noticia previa jamás presume jamás presume que allí bajo un pelado cerro
exista guarida humana cuyas entradas naturales y casuales protegen y ocultan
montículos formados con los detritos extraídos de las minas, como antes dije. Ello
explicaría que la tolerancia dispensada por los hijos de Roma a los naturales de Toledo
y su comarca convertidos a la fe no les era a estos suficiente garantía para efectuar sus
sacrificios y oraciones en la ciudad –único urbe próxima- apartándose en gran número
en estos lugares con el fin de realizarlo.
Otro tanto puede aducirse del lugar apartado, pues si bien lo oculto del sitio tiene
importante trascendencia por eludir con relativa facilidad la vigilancia de los idólatras, y
huir si es preciso era de sus asedios, la distancia entre el núcleo urbano entonces
considerable, y los subterráneos, les facilitaba la ocasión de simular a las veces el
encaminarse a faenas agrícolas en la Vega de Oriente y sus cercanías.
Parece que en precitados detalles limitan a las catacumbas de la ciudad del Tiber,
construidas algunas de ellas en las afueras de la misma. La perfección, formas y
distribución de los subterráneos que me ocupan, son datos que con elocuencia parecen
demostrar su origen y destino.
Las innumerables series de galerías paralelas, a veces, abiertas a un mismo nivel,
seccionadas por otras en ángulo recto, y todas con las paredes y techumbres planos
como el suelo; la singular colocación radiada de algunas de estas galerías,
desembocando por cada uno de sus extremos en anchuroso espacio que parece templo,
bien circular perfecto, bien algo elíptico, de techo abovedado siempre –en lo estudiado-;
los dos altares existentes aún en uno de estos, construidos de piedras que afectan forma
rectangular, sobre las que subsisten otras en formas de cubos; las estancias o cubículos
en donde es de presumir esperarían los fieles para asistir en los cultos; las hornacinas de

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dimensiones varias, entre ellas una de forma triangular; los huecos de colosales
dimensiones al parecer escalonadas para un solo enterramiento –arco solium-; las
BREVE DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS DE HIGARES 5

boveditas en donde colocaran portapaces; los robustos pilares que sostienen la cubierta,
escavados algunos en su base como medio metro, y en otros más marcado un hueco que
puede ser nicho; la diferencia de altura alguna galería, quizá para huir de horadar el
cerro en su vertiente; todos estos detalles allí observados, en coexistencia con el
sepulcral silencio de las mansiones, la carencia de luz natural, la majestuosidad del
conjunto, revelan la vara que pudo abrir y morar mencionados cerros y el destino
asignado a su obra.
Cierto que por estar muchas de las galerías y plazoletas cegadas por hundimientos me
ha sido imposible reconocer si quedan en ellas lápidas, sarcófagos, cruces, monogramas,
ni otros objetos, además de las momias, que por si solos bastarán a denunciar que fueran
estos subterráneos; más téngase en cuenta que con antecedentes consignados basta para
presumir, ante el conocimiento de los destrozos llevados a cabo por la raza islamita
durante su dominación en nuestra comarca, y particularmente en Toledo, máxime
cuando a ello se debe la fundación de la pequeña población cercana a aquellas, cuyo
nombre es Azucaica.

III. Vivamente impresionado por lo que las cuevas de Olihuelas he visto, si otra
descripción se me exigiera, englobando cuanto queda consignado, diría, por lo que
aquellos se parecen, lo que de las catacumbas de Roma apunta D. Ramón Vinader en su
Arqueología Cristiana Española, y que transcribo como final de mis apuntes:
“Tres partes constituyen las catacumbas: los pasadizos o calles, los aposentos (cubicula)
especie de plazoleta, y las Iglesias. Los pasadizos son unas galerías largas y angostas,
escavadas bastante regularidad, de modo que las paredes forman ángulo recto con el
techo y el suelo. Tan estrechas son, que a veces no podrían pasar de lado dos personas.
Se encuentran, ya solas, ya paralelas con otras, pero siempre cruzadas por galerías, que
son intersectas a su vez por otras distintas que los ponen en comunicación por varios
lugares, formando así un extenso y peligroso laberinto...
Algunos pilares sostienen a veces el techo, ya a plomo, ya almenado (naves de las
Iglesias) y sirven para la separación del presbiterio o lugar de los presbíteros, el lugar de
los cantores, y separación para hombres y mujeres...”
Comprendiendo cuan fácilmente se me puede objetar que los subterráneos de Olihuelas
no fueron catacumbas en atención a carecer de condiciones, o mejor, particularidades
que poseen otras existentes en Nápoles y Roma, recordaré que aún entre unas y otras de
estas existen diferencias notables; pues siendo unas anchas, altas y rectas de varios
pisos, otras son estrechas, bajas y tortuosas y de un solo cuerpo, como lo confirman las
que con alguna frecuencia se descubren en la ciudad de los Césares y los Papas...”.
Toledo 29 de septiembre de 1892”.
Ilustración: Detalle de la Cueva mejor conservada (hechos sin reproducir el número
exacto de pilares) (3).

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(3) No se adjunta en este trabajo.
JAIME RUBIO HERVÁS 6

DOCUMENTOS EN LOS QUE SE MENCIONAN LAS CUEVAS (1)

1. Tomado de “La magia de los laberintos” por Isabella Herranz:

Los laberintos de la Antigüedad clásica:


“Un ejemplo cercano a nosotros se encuentra en las Cuevas de Higares (Toledo),
enorme laberinto subterráneo de corredores y columnas de base cuadrada que debió de
ser un santuario para la celebración de antiguos rituales y que pudieron también servir
de "soporte" a la acción de influencias telúricas.”

2. Tomado de “Ruta 29: Pueblos y caminos del Lazarillo”

“En una finca particular que pasamos al venir hasta aquí se encuentran los restos del
Castillo de Higares, que jugó en la Edad Media un importante papel en los momentos de
la Reconquista. Adosada a la torre se encuentra la casa de la finca. Al otro lado de la
carretera, unas impresionantes cuevas que algunos relacionan con las de Hércules de
Toledo.”

3. Tomado de “Fuentes documentales para el estudio


de la arqueología en la provincia de Toledo: Olías del Rey”

1782
R.L. pág, 229 “Otra/ hermita/ extramuros del pueblo, al sudest strocco (sic) y distancia
de un quinto de legua, dedicada a su patrón San Gregorio Nacianzeno, en cuio sitio se
sabe por tradiciones antiguas estaba allí este pueblo con el nombre del Lugar de
Olihuelas... Fue fundado este pueblo por Tubal...”

1844
Archivo Museo de Santa Cruz. Interrogatorio de Monumentos. Romanos.
Hay en el territorio de ese pueblo algunos fragmentos de arquitectura, que por el
nombre con que sean designados, o por su construcción demuestren pertenecer a la
época de los romanos?: “Sólo hay unos subterráneos sostenidos sus techos por
columnas hechas a pico de la misma tierra. La longitud y dirección de dhos.
Subterráneos se ignora.”
A qué parte del territorio se encuentran? Están inmediatos al pueblo? Es su posición de
oriente á poniente?: “Al medio dia, están ¾ de legua del Pueblo. Su posición es de
medio dia al Norte.”
Qué nombre se les dá en el país?: “Se denominan canteras.”
Qué tradiciones conservan?: “Que llegan a la Catedral de Toledo y Servian en lo
antiguo pa. comunicarse los cristianos perseguidos.”

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(1) Todos los lugares de donde se toman los datos expuestos pueden verse en la
bibliografía de este mismo trabajo.
BREVE DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS DE HIGARES 7

4. Tomado de “Fuentes documentales para el estudio de la arqueología


en la provincia de Toledo: Toledo: La Vinagra”

1909, 10 de julio.
Archivo de la Secretaría de la Real Academia de la Historia. Antigüedades. Toledo.
“Poblado romano próximo a Toledo”/ La Vinagra/.
“El número, la variedad; la importancia y extensión que ocupaban todos estos objetos,
me induce a pensar, puesto que el colono afirma que ha encontrado en distintos sitios de
la heredad y fueron de ella, frogones, pozos empedrados, etc. Si tenia esta finca y sus
alrededores la Olihuelas la Menor que en su obra –Apuntes sobre las escrituras
mozárabes Toledanas que se conservan en el Archivo Histórico Nacional-, menciona el
Sr. Pons y Boigues.
Recuérdese que he anotado que las Cuevas de Olihuelas a mi juicio, Hipogéo Pagano
digno de estudio detenido, se hallan cerca de la tierra en que se han verificado los
predichos hallazgos...”(2).

(2) Los hallazgos a los que se refiere el texto son de época romana, consistente en
cerámicas, broches, monedas, etc. Como se apunta en el ya nombrado texto, la cercanía

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de estos materiales con las Cuevas, pueden indicar el origen romano de los
subterráneos.
JAIME RUBIO HERVÁS 8

EXTRACTO DE LEYENDASDETOLEDO.COM Y TEXTO PUBLICADO EN EL


LIBRO “GUÍA SECRETA DE TOLEDO” DE CARLOS PASCUAL

El laberinto (nombre que da a las llamadas Cuevas de Higares en el trabajo):


La fantasía popular dice que los subterráneos fabulosos de Toledo se comunican entre sí
y van a dar, unos al río, y otros, mucho más lejos, a otras cuevas o subterráneos a varios
kilómetros de la ciudad. Una de esas cuevas, por lo menos, es real y auténtica. Está en
una finca llamada Higares (cerca de Mocejón), a unos 11 kilómetros de Toledo saliendo
por la carretera hacia Aranjuez (tomar el camino de la izquierda).
Como es una finca particular, es muy difícil visitar estas cuevas, que además cada día se
ven más cegadas por derrumbes. El aspecto laberíntico de este recinto hace dudar sobre
su empleo. ¿Se trata de un enterramiento prehistórico, como el de la cueva de la Menga?
¿Se trata de un verdadero laberinto de tradición mediterránea? Y la pregunta capital:
¿cómo es que un monumento de este calibre permanece a merced del dueño de la finca,
expuesto a que éste para evitar curiosos, ciegue las entradas y se olvide del asunto? ¿Por
qué no se declara monumento nacional y se explora debidamente?
La entrada ha quedado reducida a unos agujeros por los derrumbamientos-, por allí se
entra a una enorme sala con gran número de columnas o pilares, de tipo ciclópeo. Los
pilares tienen aproximadamente dos metros de lado. Hay numerosos derrumbes en el
interior, pero se puede calcular el largo de la galería en unos 100 metros. En la parte
izquierda existe un pequeño orificio que da acceso a una galería de unos 10 metros de
longitud, que desemboca en una pequeña sala. Esta conduce a su vez a una sala mayor,
en cuyo centro se encuentra una curiosa piedra cúbica, de color negro. Esta sala, circular
y con un radio de unos cinco metros, comunica de nuevo con otra gran sala de aspecto
laberíntico llena de pilastras. De allí parten galerías en varias direcciones, obstruidas por
derrumbes. Por una de ellas se puede seguir unos metros más, aunque enseguida
impiden el paso los derrumbes. La dirección de esta galería se dirige hacia Toledo...

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BREVE DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS DE HIGARES 9

LAS CUEVAS DE HIGARES SEGÚN FERNANDO RUIZ DE LA PUERTA

Entre los aspectos que aún nos quedan por estudiar, está la versión de la leyenda, según
la cual las llamadas Cuevas de Higares que se encuentran en la carretera de Toledo a
Mocejón (a 3 km. de la carretera), serían la continuación de las Cuevas de Hércules.
Esto por sí solo puede ser fantástico si tenemos en cuenta que la distancia de la ciudad a
la gruta estaría comprendida entre los 12 a 15 km. Primero haremos una descripción de
lo que es la Cueva de Higares.
La entrada: No se conoce, ya que la boca que facilita el acceso a la gruta es el
resultado del hundimiento de una bóveda, por efecto de la acción geológica del agua y
quizá la naturaleza del terreno. Véase foto número 2. Esto se puede apreciar observando
el corte vertical que termina en el techo de la bóveda. Esta entrada está situada en el
punto 1 de la figura 1. Existen junto a esta boca otras dos, que tienen el mismo origen, y
forman una pequeña alineación, dibujada en el plano entre los puntos 1 y 2. En el límite
de la boca de la gruta los sedimentos han formado una pequeña rampa deslizante que
deposita al visitante directamente en el suelo de la cueva.
El interior: Una vez dentro (figura 4) el visitante se encuentra en una sala de tipo
laberíntico, con enormes pilares o columnas de base cuadrada y dimensiones iguales a
3x3 metros. Una de las primeras cosas que salta a la vista es su origen artificial y lo
extraño de su construcción, que recuerda en muchos momentos a las catacumbas
romanas. El suelo se encuentra por diferentes sitios sembrado de cascotes procedentes
del techo, por lo que las visitas se hacen cada día más peligrosas, sobre todo si algún
visitante tiene la funesta idea de alterar la topografía. Continuando la exploración a la
altura del punto 3 del plano, existe una galería, que atravesándola a gatas, desemboca en
dos pequeñas salas de apariencia circular; seguidamente se entra en una zona similar a
la de la entrada, formada por un extraño laberinto hecho a base de columnas y
corredores (figuras 5, 7, 9, 10, 13); por la derecha se llega a una sala circular, con una
piedra negra paralelepipédica, que da la impresión de haber efectuado las veces de ara o
mesa; pero si se observa bien se descubrirá que el color negro es consecuencia del
excremento de los murciélagos, y su procedencia es un hueco del techo. Como
prolongación de esta sala aparece un corredor en forma semicircular con dos extraños
huecos en el fondo de 1 m. de altura (figuras 12 y 24). Existen corredores similares, que
dibujados en el plano dieron la forma que se señala con el nº 4.
Las líneas sinuosas nos indican continuación de la cueva, pero obstruidas por
derrumbamientos (figura 11, 12, 14). La zona 5 es zona inexplorada por este motivo.
Detalle: La longitud de la cueva en la parte explorada del plano es de unos 180 m. En lo
más profundo, algunas columnas presentan capiteles (figuras 15, 17) a diferencia de las
otras más normales (figuras 16, 18). Algunas columnas tienen hornacinas (figuras 19 y
20), o alguna cara tallada en forma de escalera tumbada (figura 21), o como si
estuvieran cortadas (figuras 22 y 23).
Otros: El origen y uso de esta cueva lo desconozco. Lo que será claro para el que la
visite, es que no es cantera, ni mina. La presencia de restos de cerámica en algunos
rincones apunta la posibilidad de haber estado destinada a algún uso. La entrada, que no
ha sido descubierta todavía, puede estar cercana, camuflada por los matorrales, o
posiblemente esté más alejada. La dilatada longitud hacia Toledo, es cosa que sólo se
puede probar recorriéndola; ante la imposibilidad física de esto, sólo puedo añadir que
encontrar en el camino algunas aberturas producidas por hundimiento; una de ellas, a

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JAIME RUBIO HERVÁS 10

unos 300 metros de distancia, desemboca en una pequeña galería con columnas, donde
una vez más los cascotes impiden el acceso (fig. 3). Si trazáramos una línea en el mapa
catastral, que fuera de Toledo a la cueva según la dirección más corta que siguiera la
galería, ésta vendría a pasar por debajo de la cárcel; detalle curioso, pues parece ser que
se descubrieron unas galerías en el subsuelo de la prisión con motivo de unas obras de
reforma.
Coincidencias con la Leyenda: Se encuentra en las afueras de Toledo, a una distancia
aproximada de 12 a 15 km (casi 3 leguas), lo que nos recuerda los casos insólitos
estudiados en el cap. 3 (véase libro de F. Ruiz de la Puerta facilitado en la bibliografía
de este trabajo). Así mismo, esta cueva está en la dirección de Toledo a Añover del
Tajo, otro detalles que aparece en estos casos. Pisa y otros autores señalan que la
verdadera cueva en la que entró don Rodrigo está a una milla fuera de Toledo. En la
parte oriental (hacia la huerta del Rey), coincidiendo la dirección, pero no la distancia,
aunque quizá el autor se refiera a alguna otra boca de la misma galería. La descripción
que Cristóbal Lozano hace de la cueva de Hércules parece describir más el tramo de
Higares, u otros anteriores, que el sitio de san Ginés. El aspecto de esta cueva hace
pensar que bien podía haber servido para catacumba, pues según ya dije antes, presenta
un aspecto muy semejante a las de Roma; de poder probarse su longitud hubiera servido
de escape en los momentos de asedio, como citan algunos textos antiguos. Y por su
sequedad podría haber servido como vivienda. Existen otras coincidencias curiosas: el
aire en esta cueva es bastante irrespirable y cargado de un fuerte olor. Estas semejanzas,
la falta de entrada conocida a un lugar de tan grandes dimensiones, y las características
de belleza que harían que este lugar fuese muy visitado, bien merece un nuevo estudio,
y así de paso esclarecer de una vez por todas la “realidad física” de la cueva por san
Ginés y por Higares; porque el aspecto mítico seguirá viviendo mientras exista Toledo.

Léase la carta de Cristóbal Lozano sobre las Cuevas de Hércules para comprender mejor
estos últimos datos.

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BREVE DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS DE HIGARES 11

CUEVAS DE HÉRCULES:
DE LOS REYES NUEVOS DE TOLEDO

De la cueva memorable de Hércules, y el Palacio encantado de Toledo


“Tenga Lector paciencia, y si acaso se cansare de saber, y vèr algunas antiguedades
notables, y prodigiosas, que tiene en sí esta Ciudad, con ojear, y passar unas pocas
hojas, redimirà su cansancio, y à mi me dexarà sin la obligacion que pudieran cargarme
los que no han leído, no visto tanto como otros; demàs, que como mi principal asunto es
tratar de una obra sumptuoso, de una Memoria ilustre, de un Panteon magnifico, con
que tres Cristianos Reyes, cada qual honra de España, todos gloria de Castilla,
engrandecieron, è ilustraron los trofeos de esta Ciudad Imperial, Santuarios, y Capillas
de su Santa Iglesia, es forzoso, me parece, porque cayga bien la obra, tratar, y describir
primero con ceñida pluma las demás cosas memorables que han engrandecido, ilustran,
y engrandecen los timbres, los blasones, y los triunfos de esta Ciudad, é Iglesia
magnifica à todas luces, y à todos sentido grande. Siempre fuè curiosidad de la industria
para engastar la piedra, bruñir primero el oro; y para que brille el esmalte, labrar la joya
primero. Para quien no esta tanto en las materias, es bien hacerlo primero noticioso de
algunas curiosidades, excelencias, y grandezas del sitio en que se ha de labrar un
Palacio de la Reyna mas Divina, y erigir un Mauseolo en que descansen las cenizas de
seis altas Majestades. Sepa, digo, el que no està versado en las Historias, lo que es
Toledo, y su Iglesia, porque no estrañe, y admire, si le coge de repente, lo que es la Real
Capilla de sus Reyes Nuevos, su lustre, su autoridad, su grandeza. Esto supuesto,
empecemos por una de las cosas más notables de esta Ciudad, que es la muy nombrada
Cueva de Hercules.
Yace esta Cueva, y principio de ella en la Iglesia Parroquial de San Ginés, casi en lo
mas alto de la Ciudad. Tiene la puerta por de dentro de la misma Iglesia, la qual hoy
permanece cerrada, por haverse assi dispuesto por muchas, y justas causas. Vá la Cueva
por debaxo de tierra, tan dilatada, y larga, que no solo coge el espacio que hay hasta el
cabo de la Ciudad, sino que sale de ella por termino de tres leguas. Su fabrica es
magnifica, notable, y primorosa, compuesta de muchos arcos, pilares, y columnas, y
adornada toda de labradas, y menudas piedras. Otras cosas de grandeza, y de primor
(segun lo que vieron ciertos especuladores) se dexan al discurso, y al sentir de cada uno.
Que las hay grandes, y aun quizà tesoros, no lo dudo, pues en partes menos guardadas, y
secretas, donde vivieron los Moros, sabemos y lo vemos cada dia, que se han hallado, y
descubierto joyas, y riquezas de sumo valor. Luego teniendo Los Barbaros un
receptaculo como este, y con candados, como suelen de sus hechicerias, quièn duda que
al ganarles la Ciudad, y al expelerlos de ella, quando dandolos por cristianos solo en el
nombre, y hechos solos de su ley, los arrojaron de España? ¿Quièn duda, digo, que
encerrarian en lo mas profundo de esta Cueva la mayor parte de sus tesoros? Quizás que
por esto mas, que por curiosidad, se movió el buen Arzobispo à lo que diremos luego.
Sobre quién labro esta Cueva hay varios pareceres, casi al tenor mismo de lo que
dexamos mencionado sobre la fundación de Toledo; mas con toda brevedad sentaremos
por fixo, que Tubal la dió principio, y Hercules el famoso la reedificó, y amplió,
sirviendose de ella como de Real Palacio, y leyendo alli la Arte Magica. Después
venidos á España los Romanos, como tan artificiosos, y curiosos, la engrandecieron en

(a) El Conde de Mora en su Historia, I. part. lib. 2. cap. 16.

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JAIME RUBIO HERVÁS 12

la forma que hoy està; que mi sentir, y en el de Autores perítos, (a) sería para valerse, y
servirse de ella; yà para poder en unos, y otros lances para socorrerse, y mantenerse con
recato en ocasiones de sitios; yà para en mayores apreturas poder salvarse, y huirse sin
estorvos; de suerte, que segun la longitud en que la pusieran los Romanos, y hoy la
vemos, no hay duda, sino que sirvió de mina à sus designios. A Hercules, de quien tomó
el nombre, le sirvió como de aula, ò general, en que enseñaba su ciencia. Algunos dicen,
que fuè esta Cueva, y sirvió de templo dedicado al mismo Hercules, porque la ciega
Gentilidad le rindió adoracion, como à uno de sus Dioses; y al modo que otras muchas
cuevas se las consagraron por templos, (b) como la que está en la Ciudad de Tanger, y
lo del cabo de Africa, llamado Ampelusia, y la que hay en Gibraltar, à este mismo modo
sería la de Toledo. Otros dicen, que sirvió esta Cueva en tiempo de las persecuciones de
la Iglesia, de Oratorio, y Cementerio, donde los Cristianos, por miedo de la crueldad, se
acogian à oír Missas, y Sermones, y donde enterraban sus difuntos, al modo de aquellas
soterrañas, y grutas que havia en Roma (que eran sepulcros de los Sacros Martyres,
donde entraban à orar, y à rezar los Fieles) tan obsuras, y profundas, que al baxar, y
entrar en ellas, encarece San Geronymo (c) era como baxar à un infierno, segun lo del
Profeta: Desciendan al infierno vivos (d). Recogiendo todo, se puede verificar, como
diximos, que ha servido de tal Cueva de muchos usos, segun la diversidad de los
tiempos, de Gymnasio de la Nigromancia, de templo de los Gentiles, de Oratorio de los
Cristianos, de mina para librarse.
A una manga, ò cabo de esta cueva, si bien los Autores varian el sitio, como tan grande
Magico, hizo labrar Hercules un Palacio encantado, (e) en que puso ciertos lienzos, y
figuras con algunos caracteres, alcanzando por su ciencia, que havia de verse España
destruida por aquella gente barbara, y estraña. El qual Palacio mandò que se cerresse, y
que ninguno lo abriesse, si no queria vèr aquella calamidad, y lastima en sus dias.
Entendidos, pues, de este pronostico, era tradicion dimanada de padres á hijos, aunque
por tan largos años, que cada Rey que sucedía en la Corona, especialmente los Godos,
añadian al tal Palacio nuevas cerraduras. Que aunque el credito de estos vaticinios, y
supersticiones es rechazado de los entendidos; con todo, en hombres prudentes suele
hacerse caso de una antiguedad, acreditada de una noticia, que causò temor à otros. Y
quando la experiencia nos enseña lo mucho, que con arte del demonio alcanzan los
Nigromanticos, y los encantamentos raro, que se han visto, discrecieron, y cordura era
en los tales Reyes, no meterse á escudriñar echicerìas, ni apurar sus fines. Llegó, pues, à
reynar el infeliz Rodrigo, y yà fuesse tentado de la codicia, yà de la necesidad por
hallarse muy gastado de superfluidades, y derramas, que havia hecho, ò yà por todo,
quiso romper por el miedo, que aterraba á los demàs, y vèr si era algun tesoro lo que la
cueva ocultaba. Claro esta que tendria votos, y pareceres de su parte, que le animarian

(b) Pompenio Mela, lib. I. Cap. 5. y lib. 2. cap. 16.


(c) San Geronym, tom. 4. in Ezech. Fol. 1012.
(d) Psalm. 54.
(e) De este Palacio, o Torre encantada de la cueva de Hércules de Toledo, tratan el
Padre Juan de Mariana, I. p. cap. 20. Julián del Castillo en sus Reyes Godos, lib. dife. II.
Alcocer en la Hist. De Toledo, lib. I. cap. 40. El Doct. Piss. Hist. de Toledo, lib. 2. cap.
31. Tariph. Haben en su Hist. de los Arabes, cuyo original està en la Libreria del
Escorial, y sus palabras à la letra, en este caso las refiere el Conde de Mora en su
Historia, 2. p. lib. 4. cap. 17.

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BREVE DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS DE HIGARES 13

sus deseos; aquellos que al lado de los Reyes son como polillas, que les rompen, y
destruyen sus patrimonios, y rentas. Codiciosos, pues, de mas le estarian dando cada dia
con embites de tesoro. Pareciales, que si era verdad, lograban para el Rey, y para ellos
un gran lance, y que si fuesse embeleco, no arriesgaban nada; y que la amenaza de
perderse el Reyno, sería hablilla. En fin lo que ha de suceder, de qualquier modo se
entabla. Resolviòse, pues, el Rey à abrir, y mirar la cueva. Fue, pues, un dia con la
gente, que para el caso escogió mas animosa: llegaron à la Torre, que aunque maltratada
con el tiempo, descubria en su fabrica algo de primor, y asseo, siendo como fachada de
la artificiosa gruta. Que debaxo de ella à quatro estados manifestaba su puerta cabada en
la peña viva, y cerrada con una tapa de hierro, llena de candados, y en lo alto un rotulo,
que en letras Griegas, y en cifra, decia: EL REY QUE ABRIERE ESTA CUEVA, Y PUDIERE
DESCUBRIR LAS MARAVILLAS QUE TIENE DENTRO, DESCUBRIRA BIENES, Y MALES. De
este titulo, y pronostico, yà les constaba à todos, por haverse examinado las letras por
hombres doctos, y sabios; pero como hablaban con algun equivoco de haver bienes, y
males, los Reyes passados no querian probar ventura, como deciamos, temiendo dàr en
algun mal, despues de hallado el bien. El Rey Rodrigo, teniendose por mas animoso, à
trueque de hallar el bien, que se le ofrecia, arrostró á passar los males. Mandó, pues,
quitar la tapa de hierro, descerrajando, y quitando los candados todos. Fueron luego
entrando los que mas braveaban de animosos, prevenidos, como se dexa entender, de
hachas, cuerdas, y linternas. Pero apenas huvieron andado un poco trecho, quando
bolvieron atrás mas que de passo, apagadas las luces, tropezando unos en otros,
escandalizados, asombrados, llenos de miedo, y perdidos. Y preguntada la causa,
dixeron los que pudieron hablar, (que otros aùn no estaban para ello) que havian topado,
y visto una espantable vision. Enojóse mucho el Rey; retólos de cobardes, y dispusose à
ir delante, y que le fuesen siguiendo. Notable valor sobre temerario! Hizo disponer
muchas hachas, con tal maña, y artificio, que el ayre que salia de la cueva, no las
pudiesse matar. Tomò la delantera con denodado brio, y alentados con esto dos demás,
comenzaron à seguirle. Llegaron à una quadra muy hermosa, labrada de primoroso
artificio, y en medio de ella estaba una estatua de bronce espantable, y formidable
estatura, puestos los pies sobre un pilar de hasta tres codos de alto, y con una maza de
armas, que tenia en las manos, estaba hiriendo en la tierra con fieros golpes, moviendo
con esto el ayre, y causando el espantoso ruido, que aturdiò, y amedrentò à los que
entraron primero, No menos temorosos se bolvian à hallar todos, aunque con el Rey
delante, el qual, animando à lo de Godo, devoto, y fervoroso à lo Christiano, comenzó à
conjurar esta espantosa vision, ofreciendo, y prometiendo, que èl se volveria á salir, sin
hacerle agravio alguno, salvo, que le dexasse saber, y mirar lo que alli havia. Cessó
entonces la estatua de dàr golpes, que fue como otorgar tacitamente lo que el Rey
demandaba. Quietaronse con esto el Rey, y los circunstantes, y fueron examinando, y
viendo todo lo que havia en la quadra. A un lado de la estatua havia un arca derrada,
segun dicen graves Autores, y aunque Tariph se lo dexó en el tintero, quiza lo hizo con
cuidado, por ser de su secta las figuras que dirèmos, y no querer le atribuyesen à lisonja,
ò à arrogancia la narracion de su cuento. Digo, pues, que toparon con un arca, que
encima de la tapa tenia un letrero, que decia: QUIEN ESTA ARCA ABRIERE, MARAVILLAS
HALLARA. Quien duda, que los que iban con la golosina del tesoro, al ver que la estatua
havia andado obediente, y al ver el arca, y letras, que anunciaban dicha; quien duda,
digo, que no estarian ya dandose parabienes de bien afortunados, y previniendo las
capas, y las faltriqueras para cargar doblas, y diamantes? El Rey con no menos
confianza mandò abrir el arca al punto, y en vez del oro, halló, podemos decir, solos

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JAIME RUBIO HERVÁS 14

carbones, pues no havia mas que un lienzo cogido, y arrollado: descogieronle, y


hallaron pintadas en èl tropas de Arabes, à pie unos, y otros à caballo, ceñidas de
turbantes las cabezas, y abroquelados con sus adragas, y lanzas, y unas letras, que
decían: QUIEN AQUI LLEGARE, Y ESTA ARCA ABRIERE, PERDERA A ESPAÑA, Y SERA
VENCIDO DE SEMEJANTES GENTES. Mando el Rey, que la bolviessen à cerrar, con el
dolor, y tristeza, que puede considerarse, bien, que encubriendolo à fuerza de
dissimulos. Cada qual de los presentes dissimulaba tambien lo que sentia, por no afligir
mas al Rey. Y quando andaban buscando, si entre tantos azares topaban con laguna cosa
de consuelo, alzando los ojos vieron, que en la pared a mano izquierda de la estatua
havia otro letrero, que decia: REY TRISTE, POR TU MAL HAS ENTRADO AQUI. Y á la
mano derecha decia otro, de esta forma: POR ESTRAÑAS NACIONES SERAS
DESPOSSEIDO, Y TUS GENTES MALAMENTE CASTIGADAS. A las espaldas de la estatua
leyeron otras letras, que decian: MI OFICIO HAGO.
Vaya atendiendo el curioso qual estaria el desdichado Rey, viendo, y leyendo tantos
pronosticos de su perdición, y su desgracia! Bien habria de menester todo el valor,
pundonor, y valentia de la Majestad; y aun no obstante, otro Rey fuera, que se cayera
muerto. Valdriase, como Catholico de la Divina clemencia, y de considerar, que
vaticinios de mas autoridad, suelen salir falsos, quanto, y mas cosas de supersticion, y
encantamiento. Bien havria menester estas consideraciones, y discursos para entretener
el animo, y no mostrar flaqueza. Rodeando, pues, la quadra, descubrieron á un lado una
boda redonda en forma de sima, por el qual se escuchaba un grande estruendo, al modo
que un recio golpe de agua. Notense algunas de estas circunstancias, para quando
llegemos a los especuladores modernos de esta cueva. Viendo, pues, el Rey, y los que
con èl estaban, bien hechos todos á la suspension, y al miedo, que no havia mas que vèr,
tomando, dicen, un traslado de los rotulos, y letras, (que aun quizá en mi sentir no
entendieron, ni supieron entonces lo que anunciaba, y decian; que a entenderlo,
diferente fuera el miedo) tomando, pues, copia de ellas, bolvieron a salirse por los
mismos passos que entraron, y juzgo, que algo mas apriessa, y con mayores temores,
porque apenas bolvieron las espaldas, quando bolvió la estatua á dar sus acostumbrados
golpes, con el mismo impetu, y violencia, que al principio. Quando ya estuvieron fuera,
en los rostros, se leìan los unos a los otros el miedo que havian passado. Encargòles el
Rey á todos el secreto, de que no hablasen palabra de quanto havian visto. Luego hizo
cegar la puerta de la cueva, arrimando cantidad de tierra, para que no viesse ningun otro
el portento, y las amenazas de que salia lleno, y apesadumbrado, ni quedasse memoria
de tan infeliz aguero. Luego alla à la media noche de aquel dia, dicen, que se oyeron
ázia aquella parte muchas voces, y alaridos en son de batalla, y que estremeciendose la
tierra, se hundiò con un bravo estruendo todo el edificio de la desmoronada, y vieja
torre, sin que quedasse vestigio, ni señal de su ruina.
Esta es la tradición, que hay de la Torre, y Palacio encantado de Toledo: cosa que se
puede tener por verdadera, no solo por las autoridades que la testifican, sino por la
prueba tan real, que hoy está patente, pues como dexo dicho, la cueva de Hercules, aula,
y general, donde leyó la Magia, se puede vér hoy dia, y es sin duda toda una, salvo
haver faltado aquella torre, y la boca de la gruta, que hizo cegar el Rey Rodrigo. Porque
si aquella, dicen, estaba una milla de la Ciudad, y los que han entrado por estotra, han
descubierto, casi á la misma distancio, los mismos vestigios, y señales, que encontraron
el Rey, y los suyos, indicio es claro, que es toda una cueva, ò manga, ó seno la una de la
otra. La prueba de haver visto, y topado estas señales, consta de la curiosidad, y
diligencia, que puso el Cardenal Don Juan Martinez Siliceo, aquel que por su virtud, y

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BREVE DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS DE HIGARES 15

letras, desde principios humildes, ascendió á la purpura, y Mitra Toledana. Con las
grandes noticias, que le daban de esta cueva, quiso examinar, y vér lo que en ella havia.
No seria, claro está, con el pretexto que la mandó abrir el Rey Rodrigo, para
desperdiciar, ó achocar, si havia algun tesoro; si bien, si para atesorarle como hacia los
suyos en los pechos de los pobres, aunque su principal intento sería para desengañar al
vulgo, y quitar con la verdad tantas hablillas, y cosas, como decian, y contaban de esta
cueva. Hizo, pues, limpiar la puerta, que como dexamos dicho, hoy esta calafeteada, y
cerrada en la Iglesia de San Ginès; y buscando, y previniendo los hombres de mas
animo, y los que braveaban de ossados, y valientes, mandó que les diesen zurrones de
comida, que llevasen linternas, hachas, cordeles, y otros instrumentos, para poder
encender, en caso que las luces les faltaran. Entraron, pues, estos bravos, y á cosa de
media legua (que yo digo sería milla, pues claro está, que el miedo hace las leguas mas
largas) toparon unas estatuas de bronce, puestas sobre una mesa como altar; y que
reparando en mirar una de ellas, que sobre su pedestal estaba sevèra, y grave, se cayó, è
hizo un notable ruido, causando à los exploradores grande miedo; quizá no havia mas de
esta, y el miedo se las hizo muchas, como acontece, y seria lo que topó el Rey Rodrigo
con la maza de armas. Aunque ya bien medrosos passaron adelante, hasta dàr con un
gran golpe de agua, que con el ruido que hacia su arrebatada corriente, los acabò de
llenar de miedo hasta los ojos. Reparese, si vienen bien las señas con la otra cueva
encantada, la distancia, la estatua, caerse, ó hacer ruido, y el brazal de agua. En fin, yà
turbados, y perdidos de temor los tales aventureros, se resolvieron en no dar mas passo
adelante, sino bolverse à salir. Salieron, pues, al tiempo de anocher tan atemorizados,
tan despavoridos, tan con caras de difuntos, que los que los aguardaban, y juzgaban
saldrian ricos, y medrados, participaron también de su espanto, y confusión. Salieron
demás del miedo tan traspasados de la frialdad, por ser tiempo de verano, que
enfermaron todos, y murieron muchos de ellos. Havra que sucedió esto ciento y veinte y
cinco años, pues fue el de mil quinientos y quarenta y seis (f). Quizá movido de esta
desgracia mandó el buen Arzobispo cerrar, y lodar la cueva.
Tambien se dice, (g) para comprabacion de lo espacioso, largo, y dilatado de esta cueva,
que yendo un zagalejo huyendo de su amo, que queria castigarle, temeroso del castigo,
que debia de ser fiero, se entró sin reparar en la obscuridad, ni frio por esta cueva
adentro, y anduvo tanto por ella, que vino à salir tres leguas de la Ciudad al camino de
Añover, y dixo, que topò en el camino otra boca de la cueva, por donde pudo salir.
Para la creencia que tenia el vulgo, comúnmente de haver en esta cueva gran tesoro, y
que para hallarle, se havia de passar por muchos senos, y grutas, y que un perro que
velaba de dia, y de noche tenia las llaves, y que à los que se llegaban, les mostraba los
dientes, y querrerlos tragar; y que assi ninguno se arriesgaba à romper, ni pelear con
este animal feroz; se cuenta, (h) que cierto Ciudadano, hallandose muy necesitado, y
pobre, por haver perdido, y malgastodo su hacienda, y no tener con què poder sustentar
á su muger, y sus hijos, se determinó à probar ventura, y buscar este tesoro, arriesgado à
romper con el mastin. Entrò, pues, en la cueva, y despues de haver andado por ella
muchas horas perdido, y llegando, a su parecer, cerca del tesoro, topó con muchos
huessos de muertos, y haciendo aprehesion de que aquellos havian sido despedazados

(f) Véase al Conde de Mora, I. P. lib. 2. cap. 14.


(g) Historia del Orbe I. P. lib. 4. cap. 13.
(h) El Conde de Mora sup.

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del mastin, por haver sido atrevidos, se cubriò de tal espanto, y temor, que perdidas las
fuerzas, y desgarretado el brio, bolvió las espaldas, y al salir vió fantasmas, y visiones,
fabricadas todas de su mucho miedo, con que llegó à su casa, y sin poder dàr la habla en
muchas horas, se murió el dia siguiente. Estas son las noticias que he podido hallar, y
descubrir de esta cueva memorable: crea de ello el curioso lo que le pareciere, que para
nuestro intento basta saber que la hay, y que se han hecho experiencias, y vistose
prodigios.”
CRISTÓBAL LOZANO (S. XVII)

Hasta aquí la tradición del vulgo, sin embargo, según excavaciones en las cuevas
existentes en San Ginés, buscando dichos tesoros, no pudo hallarse nada (i). Asimismo,
convive una gran confusión entre las Cuevas de Hércules y las de Higares, con
creencias como la del individuo que entra en San Ginés y sale a varios kilómetros de la
ciudad camino de Añover. Como se comenta en este libro también se hallaron unas
cuevas debajo de la cárcel ( ¿posible continuación? ), y diversas entradas en la parte
conservada en Higares, afirmándose a finales del S. XIX la existencia de tres
subterráneos en Olihuelas. Sin embargo para conocer la verdad sería necesario su total
excavación. Para saber más sobre las Cuevas de Hércules, véase la obra de Fernando
Ruiz de la Puerta en la Sala de Castilla-La Mancha en la Biblioteca existente en el
Alcázar de la ciudad de Toledo.

(i) Véase en la Cueva de Hércules y Palacio encantado, F. Ruiz de la Puerta, págs


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BREVE DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS DE HIGARES 17

RESUMEN:
CARTA ARQUEOLÓGICA

Constituye un resumen de todas las informaciones expuestas anteriormente.


El modelo de carta arqueológica seguido es el de la Comunidad de Madrid:

Fotografías: Véase al final del trabajo (26 láminas numeradas y explicadas).

I. Clave de identificación:
Municipio: Se sitúa en el despoblado comprendido entre los términos de
Mocejón, Olías del Rey y Toledo, pertenecientes a la provincia de Toledo. En fincas
como Higares, Olihuelas... Obsérvese el círculo. A continuación iría un mapa escaneado
pero por internet no se puede enviar.

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Número de yacimientos: Uno sólo pero de gran extensión con carácter


uniforme. Poseen varias entradas que pueden confundir su número (en la carta del Sr.
Vizconde Palazuelos habla de tres).

II. Clasificación cultural:


Es bastante confusa ya que no ha sido explorada debidamente y sólo se recoge la
tradición. Según unos fue fundada por Túbal y modificada por el griego Hércules
(basándose en relatos de las Cuevas de Hércules), para otros son catacumbas romanas
de Toledo (Informe del Sr. Vizconde Palazuelos a cerca de la naturaleza e importancia
de la Cueva de “Olihuelas”. 30 de septiembre de 1892) o de otra urbe cercana como
demuestran restos hallados en la finca conocida como la Vinagra próxima a las cuevas.

III. Tipología del yacimiento:


Subterráneos de diversos usos (¿catacumbas?, ¿templo?) con acumulaciones
cerámicas en ciertos rincones.

IV. Descripción del yacimiento:


1. Por su situación: Cueva en la ladera de cerros próximos al río Tajo.
2. Descripción del entorno:
Extensión: Ocupan varios kilómetros cuadrados aunque no se puede
precisar exactamente debido a los continuos derrumbes.
Vegetación (escasa): Se sitúa por debajo de cerros ásperos cubiertos de
pocos arbustos próximo al río Tajo.
Tipo de tierra: Limos formados por arenas y arcillas de sedimentos del
río en épocas anteriores. También se puede considerar caliza oscura como se
indica en el capítulo Olihuelas.
Utilización actual del suelo: Se destina a la caza como indican las
cartas de Juan Luis. Según se avanza hacia Toledo aparecen cultivos.
3. Estado de conservación:
Causas del deterioro: Desmontes interiores que en ocasiones dejan al
exterior entradas.
Extensión y profundidad del deterioro: Desconocido aunque aumenta
rápidamente con el tiempo, por lo que se convierte en un yacimiento de urgente
excavación. Sólo se conoce una parte pero habrá otras entradas escondidas
bajo tierra.
4. Descripción de los restos: No se han hallado aunque pueden haber sido
recuperados clandestinamente hace años. Sin embargo, hay fotos que
demuestran acumulación de cerámica en algunos rincones.
Puede estar relacionado con restos (monedas, cerámica, exvotos)
hallados en fincas cercanas pertenecientes a época romana.
5. Trabajos realizados: Visitas documentadas por diversos amantes de la
arqueología toledana (véase en las informaciones anteriores). Es
probable que haya habido visitas clandestinas.
6. Localización: Se sitúa en el límite municipal de Olías del Rey, Mocejón
y Toledo, como ya se apuntó anteriormente, en la hoja número 629 del
mapa topográfico nacional a escala 1:50000.
Información del capítulo titulado como Olihuelas: “Tienen al N.O. el
BREVE DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS DE HIGARES 19

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camino o carretera de Madrid, y al S.E. el vecinal que conduce a
Mocejón y otros pueblos, ambos están a alguna distancia.” “El vulgo de
la comarca ha confundido y confunde estas cuevas con unas canteras
próximas.” “Están comprendidas en la posesión del Exm. Sr. Duque de
Veragua, cuyo nombre es HIGARES, sita en la margen derecha del Tajo,
al N.E. de la Ciudad Imperial, y a distancia de ella de seis kilómetros
próximamente; distancia que se recorrerá en breve tiempo una vez
terminada la carretera de segundo orden de Cuesta de la Reina a Toledo.
El camino que conduce a precitados subterráneos, es indicada carretera
hasta llegar a la casa de labor de la Dehesa intitulada MAZARRAZIN, y en
esta misma casa aparta un camino sencillo, pero seguro, que termina
cerca de uno de los cerros minados por las oquedades de que me ocupo y
describiré después.”
Información del capítulo titulado Documentos en los que se mencionan
las cuevas: “Se encuentran al medio dia, están ¾ de legua del Olías del
Rey. Su posición es de medio dia al Norte.”
Tomado de Información proporcionada por Juan Luis: “Está en una
finca llamada Higares (cerca de Mocejón), a unos 11 kilómetros de
Toledo saliendo por la carretera hacia Aranjuez (tomar el camino de la
izquierda).”
Información del capítulo titulado Juan Luis: Visitante de las Cuevas de
Higares. Cartas: “Las cuevas de Higares pertenecen a la finca conocida
como "Higares", cerca de Mocejón, para ser más exactos en la carretera
que une Toledo con Mocejón, según se va hacia este pueblo a la
izquierda, yendo hacia Olías del Rey.”
Tomado de Las cuevas de Higares según Fernando Ruiz de la Puerta:
“Las llamadas Cuevas de Higares que se encuentran en la carretera de
Toledo a Mocejón (a 3 km. de la carretera).” A 12 ó 15 kms. de Toledo.

V. Situación legal:
Para documentarse sobre esto, consultar la Administración de la finca de
Higares.

VI. Materiales:
Sólo se sabe de existencia de cerámica aunque puede haber sido explotado
clandestinamente hace tiempo.

VII. Bibliografía:
Véase en la bibliografía del trabajo.

VIII. Redacción de la ficha:


1. Redactor: Jaime Rubio Hervás.
2. Fecha: 27 de junio del año 2002.

BREVE DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS DE HIGARES 20

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BIBILIOGRAFÍA

MAROTO GARRIDO, Mariano. “Fuentes documentales para el estudio de la arqueología


en la provincia de Toledo”. Excma. Diputación provincial de Toledo (Servicio de
arqueología). ISBN: 84-87100-18-X.

MICROSOFT INTERNET EXPLORER:


http://www.ayto-mocejon.com
http://www.citelan.es/quixote/5ruta29.html
http://www.geocities.com/urantia_grplaberinto/otrosdocs/lamagiadeloslaberintos.htm
http://www.leyendasdetoledo.com

PASCUAL, Carlos. “Guía secreta de Toledo”. 1976. Editorial Al-Borak.

RUIZ DE LA PUERTA, Fernando. “La cueva de Hércules y el palacio encantado de


Toledo/ [comentarios]”. Madrid: Editora Nacional; 232 págs., [9] hojas de láminas; 20
cm. D.L. M. 41825-1977. ISBN 84-276-0417-3.
Disponible en la Biblioteca de Castilla-La Mancha (Alcázar de Toledo):
La cueva de Hércules y el palacio encantado de Toledo / [comentarios],
Fernando Ruiz de la Puerta. Madrid : Editora Nacional, D.L. 1977; 232 p., [9] h.
de lám. ; 20 cm. (Biblioteca de visionarios, heterodoxos y marginados ; 21)
D.L. M. 41825-1977
ISBN 84-276-0417-3
398.2(460.285T.)

Código
Sucursal Localización Signatura
Barras
CASTILLA LA- CM 398 TO
TO-BCLM
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CASTILLA LA-
TO-BCLM CM 4154
1109367 MANCHA
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