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Otro acontecimiento reciente fue la realización del I Congreso Internacional sobre la teoría
antropológica de lo didáctico: “Sociedad, Escuela y Matemática: las aportaciones de la
TAD”, realizado en octubre del 2005 en Baeza, España. El propósito de este congreso fue
reunir a los investigadores que trabajan actualmente en el campo de la TAD (Teoría
Antropológica de lo Didáctico) para hacer un balance tanto de los resultados y avance en
los últimos 25 años de la investigación fundamental, como del desarrollo del sistema de
enseñanza y la formación docente. El comité científico estuvo formado por Artaud, Bosch,
Chevallard, Godino, Espinoza, Estepa, Gascón, Orús, Ruiz Higueras y Contreras de la
Fuente.
Este conjunto de investigadores son los que contribuyen a una concepción llamada por sus
autores "fundamental" de la didáctica, que presenta caracteres diferenciales respecto de
otros enfoques: concepción global de la enseñanza, estrechamente ligada a la matemática
y a teorías específicas de aprendizaje, y búsqueda de paradigmas propios de investigación,
en una postura integradora entre los métodos cuantitativos y cualitativos.
Como característica de esta línea puede citarse el interés por establecer un marco teórico
original, desarrollando sus propios conceptos y métodos y considerando las situaciones de
enseñanza y aprendizaje globalmente. Los modelos desarrollados comprenden las
dimensiones epistemológicas, sociales y cognitivas y tratan de tener en cuenta la
complejidad de las interacciones entre el saber, los alumnos y el profesor, dentro del
contexto particular de la clase.
El primer concepto creado por G. Brousseau, que formó parte de los demás desarrollos,
es el de la Teoría de las Situaciones, formulada en su primera fase a principios de los
setenta, desarrollada en una segunda fase hasta la publicación de la tesis de Brousseau y
seguida por los aportes de Chevallard (1990) en términos de instituciones y de las
relaciones con el saber.
Brousseau establece que:
Los didactas que comparten esta concepción de la didáctica relacionan todos los aspectos
de su actividad con las matemáticas. Se argumenta, para basar ese enfoque, que el
estudio de las transformaciones de la matemática, bien sea desde el punto de vista de la
investigación o de la enseñanza, siempre ha formado parte de la actividad del
matemático, de igual modo que la búsqueda de problemas y situaciones que requieran
para su solución una noción matemática o un teorema.
Además está el mundo exterior a la escuela, en el que se hallan la sociedad en general, los
padres, los matemáticos, etc. Pero, entre los dos, debe considerarse una zona intermedia,
la NOOSFERA, que, integrada al anterior, constituye con él el sistema didáctico en sentido
amplio, y que es lugar, a la vez, de conflictos y transacciones por las que se realiza la
articulación entre el sistema y su entorno. La noosfera es por tanto "la capa exterior que
contiene todas las personas que en la sociedad piensan sobre los contenidos y métodos de
enseñanza".
El punto de vista didáctico imprime otro sentido al estudio de las relaciones entre los dos
subsistemas (alumno-saber). El problema principal de investigación es el estudio de las
condiciones en las cuales se constituye el saber, pero con el fin de su optimización, de su
control y de su reproducción en situaciones escolares. Esto obliga a conceder una
importancia particular al objeto de la interacción entre los dos subsistemas, que es
precisamente la situación-problema y la gestión por el profesor de esta interacción.
Una situación funciona de manera “adidáctica” cuando el alumno y el maestro logran que
el primero asuma el problema planteado como propio, y entre en un proceso de búsqueda
autónomo, sin ser guiado por lo que pudiera suponer que el maestro espera.
Por otro lado, debido a la peculiar característica del conocimiento matemático, que
incluye tanto conceptos como sistemas de representación simbólica y procedimientos de
desarrollo y validación de nuevas ideas matemáticas, es preciso contemplar varios tipos
de situaciones:
Tipos de obstáculos
Campos conceptuales
Tipos de obstáculos
Las ideas transitorias resisten y persisten. Estas rupturas pueden ser previstas por el
estudio directo de las situaciones y por el indirecto de los comportamientos de los
alumnos (Brousseau, 1983).
Un obstáculo es una concepción que ha sido en principio eficiente para resolver algún tipo
de problemas pero que falla cuando se aplica a otro. Debido a su éxito previo se resiste a
ser modificado o a ser rechazado: viene a ser una barrera para un aprendizaje posterior.
Se revela por medio de los errores específicos que son constantes y resistentes. Para
superar tales obstáculos se precisan situaciones didácticas diseñadas para hacer a los
alumnos conscientes de la necesidad de cambiar sus concepciones y para ayudarlos a
conseguirlo.
Evidenciado por medio de un análisis histórico, tal tipo de obstáculo debe ser considerado
como parte del significado del concepto. Por tanto, encontrarlo y superarlo parece ser una
condición necesaria para la construcción de una concepción relevante.
Observamos que, frente a la teoría psicológica que atribuye los errores de los alumnos a
causas de tipo cognitivo, se admite aquí la posibilidad de que tales errores puedan
deberse a causas epistemológicas y didácticas, por lo que la determinación de este tipo de
causas proporciona una primera vía de solución.
Contrato didáctico
Los estudios sobre el contrato didáctico y sus relaciones con los procesos de aprendizaje
son esenciales, ya que lo que está en juego es el significado real del conocimiento
construido por los alumnos.
“Recordemos que el contrato didáctico institucional (Chevallard 1992) está formado por
un conjunto de cláusulas que distribuyen las responsabilidades recíprocas en el juego que
se establece en cada institución docente entre los estudiantes, el conocimiento
matemático y el profesor, como director del proceso de estudio. Las cláusulas del contrato
tienen un carácter marcadamente implícito (el contrato siempre está presente, pero no se
puede explicitar) y no rigen todos los aspectos de la relación que se establece entre los
estudiantes y el profesor, sino únicamente los que hacen referencia al conocimiento
matemático a estudiar”.
¿Qué es la transposición de los saberes? O, mejor dicho: ¿por qué hay transposición de los
saberes? La respuesta es a priori muy simple y se puede explicitar en algunos puntos.
Primer punto: los saberes nacen y crecen en ciertos “lugares” determinados de la
sociedad. (La producción de los saberes es algo complejo, que supone una “ecología”
particular.) Segundo punto: las necesidades sociales hacen que los saberes producidos
deban vivir también en otros lugares de la sociedad. (La cosa es todavía más compleja y
oscura: así, casi cada objeto de uso cotidiano “contiene” hoy día, de manera invisible para
el usuario, matemáticas “cristalizadas”, y un montón de otros saberes más.) Tercer punto:
para poder vivir “lejos” de sus lugares de producción, los saberes sufren transformaciones
que los adaptan a las ecologías “locales” correspondientes. (De este modo, los objetos
matemáticos que manipulan ingenieros, economistas o geógrafos deben empezar a vivir
“en asociación” con otros objetos, que el matemático ignora y que, por lo menos
culturalmente, parecen propios de estos ámbitos específicos de la práctica social.)
El esquema anterior define de manera muy amplia los procesos sociales de transposición.
Hablaremos al respecto de transposición institucional de los saberes. Porque los “lugares”
mencionados más arriba son instituciones: tal saber, que vive en tal institución, se
transpone en otra institución. Cuando un saber se transpone en una institución para ser
estudiado, hablaremos de transposición didáctica. (El adjetivo didáctico corresponde aquí
al sustantivo estudio.) El ejemplo de la Escuela es, en este caso, fundamental, aunque no
sea único. Porque ni las matemáticas, ni la gramática por ejemplo, han sido “producidos”
para los niños y niñas. Sin embargo, estos saberes viven –más o menos, mejor o peor– en
la escuela de hoy día. Para estar presentes, para poder ser estudiados, se requiere una
transposición, que supone a su vez un inmenso trabajo transpositivo.
Campos conceptuales
A estas nociones habría que añadir otras como las del juego de cuadros y dialéctica útil
objeto (Douady1, 1986), ingeniería didáctica, reproductibilidad (Artigue, (1989).
La exposición sintética que hemos hecho de algunas de las nociones teóricas desarrollas
por los didactas franceses -que comprende un colectivo de una centena de
investigadores– puede ser un camino para que la Escuela Francesa de Didáctica de la
Matemática se constituya en un "núcleo firme" de conceptos teóricos en el sentido de
Lakatos, que sirva de soporte de un programa de investigación. Su capacidad de plantear
nuevos problemas de investigación, y de enfocar los problemas clásicos, está siendo
puesta de manifiesto a través de la producción científica de todo el colectivo de
investigadores.
Pierre Van Hiele (1957-1984) propuso cinco fases de enseñanza que pueden guiar al
maestro o profesor en el diseño y facilitación de experiencias de aprendizajes apropiadas
para que el estudiante progrese en matemática. Las fases son las siguientes: información
(el estudiante trabaja con el material que el maestro o el profesor le presenta para
familiarizarse con la estructura del material, guiado por preguntas que le proporciona el
maestro o el profesor), explicitación (el estudiante aprende a expresar lo que ha
aprendido sobre el material en un lenguaje correcto); orientación libre (el estudiante
aplica ahora su nuevo lenguaje en nuevas investigaciones sobre el material, esto se hace
posible realizando tareas que puede completar de diversas maneras), e integración (el
estudiante adquiere una visión general del material que ha aprendido).
La característica más obvia de la teoría es la distinción de cinco niveles de pensamiento
con respecto al desarrollo de la comprensión geométrica de los alumnos.
Nivel 1: Reconocimiento
Los alumnos reconocen figuras visualmente por su apariencia global. Reconocen
triángulos, cuadrados, paralelogramos, etc., por su forma, pero no identifican
explícitamente las propiedades de estas figuras.
Nivel 2: Análisis
Los alumnos comienzan a analizar las propiedades de las figuras y aprenden la
terminología técnica apropiada para describirlas, pero no relacionan las figuras o
las propiedades de las figuras.
Nivel 3: Ordenamiento
Los alumnos ordenan de manera lógica las propiedades de las figuras utilizando
cadenas cortas de deducción y comprenden las relaciones entre las figuras (por
ejemplo, inclusión de clases).
Nivel 4: Deducción
Los alumnos comienzan a desarrollar secuencias más largas de proposiciones y
comienzan a comprender el significado de la deducción, el rol de los axiomas, los
teoremas y las demostraciones.
De acuerdo con la teoría de los Van Hiele, un aprendiz no puede llegar a cierto
nivel de pensamiento sin haber antes pasado por los niveles anteriores.
Este modelo comienza trabajando una teoría del significado de los objetos matemáticos
descrita por Godino y Batanero (1994), y que reconoce un papel fundamental a las
situaciones-problema y a las acciones de las personas e instituciones en la construcción
del conocimiento matemático. En dicha teorización se propone una reconceptualización
de algunos constructos básicos como la noción de objeto matemático, significado y
comprensión, así como el estudio de sus relaciones mutuas. Asimismo, se distinguen para
dichos constructos dos dimensiones interdependientes, personales e institucionales.
Ampliándose actualmente al conjunto de nociones teóricas que configuran “un enfoque
ontosemiótico de la cognición e instrucción matemática, por el papel central que asignan
al lenguaje, a los procesos de comunicación e interpretación y a la variedad de objetos
intervinientes" (Godino, Font, Contreras, Wilhelmi, 2005).
Hemos tratado de hacer una reseña con algunos de los desarrollos teóricos de la didáctica
de la matemática, particularmente de las grandes corrientes o líneas de investigación
actuales; este desarrollo es muy rico dado el carácter relativamente reciente de esta área
de conocimiento. El mismo puede definirse como el de un campo de investigación
emergente en el que se identifican un cúmulo de teorías. Autores como Ernest 1 (1994),
Sierpinska y Lerman (1996); Gascón (1998) y Font (2002) realizaron trabajos con
propuestas de organización de las producciones de los distintos programas de
investigación en didáctica de la matemática, y en ellos podemos conocer el número y
calidad creciente de las investigaciones en el área, lo que nos permitiría decir que la
didáctica de la matemática se está consolidando como disciplina y como campo autónomo
de conocimiento.