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ARTE v BIBLIA
Cubierta: «Grupo de 3 hombresJI, escultura de bronce de
Alberto Giacometti. Cortesía del Instituto de Arte
de Chicago.
LITERATURA EVANGELlCA
Otros títulos del Dr. Francis A. Schacfft!r en castellano
HUYENDO DE LA RAZON
MUERTE EN LA CIUDAD
En preparación:
1
EL ARTE EN LA BIBLIA
PÓRTI CO • • • • • • • • • • • • • • • • 9
1. El Señorío de Cr isto • • • • • • • • 11
•
Il. No te harás lmagen • • • • • • • •
• 17
III. El Templo • • • • • • • • • • 25
IV. Arte con fines seculares . • • • • • • 33
•
V. El uso que Jesús hiza del arte • • • • 35
•
VI. La poeS1,a • • • • • • • • • • • 39
• •
VII. La mUSlca • •• • • • • • • • • • 47
VIII. El drama y la danza • • • • • • • • 51
IX. El arte y el cielo. • • • • • • • • 55
2
ALGUNAS PERSPECTIVAS SOBRE ARTE
PÓRTICO. . • . . . . . . . . . . . . . 61
1. La obra de arte como obra de arte. . . 63
11. Las formas artísticas dan relieve a la
cosmovisión del artista . . . . . . . 71
IIl. Lo artístico y lo sagrado. . . . . . 75
IV. Las modernas formas del arte y el men·
saje cristiano. . . . . . . . . . . 89
1
EL ARTE EN LA BIBLIA
•
PORTICO
16 FRANCIS A. SCHAEFFER
) Z '"'",
11
•
No te harás Imagen
El arte en el Tabernáculo
Uno de los más importantes principios en la inter~
pretación de la Biblia es el reconocimiento de que
la Escritura no se contradice. Por ello es tan peren-
torio observar que en el mismo Monte SinaÍ Dios en-
tregó simultáneamente los Diez Mandamientos y or-
denó a Moisés que diseñara un Tabernáculo de tal
manera que incluyera en él casi todas las formas
del arte representativo que los hombres conocen.
ExaminernQS esto con más detalle.
Mientras Moisés se encontraba en el Sinaí, Dios
le dio instrucciones concretas relativas a la manera
como debía ser construido el Tabernáculo. Mandó
a Moisés recoger oro y plata, telas costosas, lanas,
joyas, etc.:
ARtE Y BIBLIA 19
2) El candelero de oro.
Tenemos aquí un trabajo artístico que tiene que
•
ver con cosas terrenas:
•
111
El templo
.
v
El uso que Jesus hizo del arte
•
VI
,
La poesla
•
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-
ARTE Y BIBLIA 49
damiento de David, de Gad vidente del rey, y
del profeta Natán, porque aquel mandamiento
procedía de Jehová por medio de sus profetas.
y los levitas estaban con los instrumentos de
David y los sacerdotes con trompetas •.
El drama
•
En la Escritura se mencionan todavía dos formas
más de arte. La primera es el drama. En Ezequiel
leemos:
,
52 FRANCIS A. SCHAEFFER
La danza
Se la cita en el Salmo 149:3, en donde Israel es
convocado para alabar al Señor:
•
IX
El arte y el cielo
Elz .
2
ALGUNAS PERSPEC-
TIVAS SOBRE ARTE
•
.- .
PORTleo
•
I
La obra de arte como
obra de arte
•
La primera perspectiva que hemos de considerar
es la más importante:
1. Una obra de arte tiene valor en sí misma.
Para algunos, este principio puede parecer dema-
siado obvio para que sea mencionado, pero para
muchos cristianos es inimaginable. Y, con todo, si
no comprendemos este punto, habremos perdido toda
posibilidad de entender la misma esencia del arte.
El arte no es algo que meramente analizamos o va-
loramos por su contenido intelectual. Es algo para
ser disfrutado; para que se halle gozo en su reali-
zación o contemplación. La Biblia afirma que la obra
de arte llevada a cabo en el templo. y antes en el
Tabernáculo, fue realizada con el objeto de aportar
belleza.
¿ Cómo debería LID artista empezar su trabajo en
tanto que artista? Yo insistiría que comenzara su
trabajo como artista disponiéndose, ante todo, a rea-
lizar una obra de arte. Lo que esto significa es dis-
tinto en la escultura y en la poesía, por ejemplo;
se trata de artes diferentes. Pero en ambos casos el
64 FRANCIS A. SCHAEFFER
•
11
Las formas artísticas dan relieve
a la cosmovisión del artista
111
Lo artístico y lo sagrado
1) excelencia técnica;
2) validez;
3) contenido intelectual, la cosmovisión que
nos transmite, y
4) la integración del contenido con el vehícu-
lo, es decir: la armonía entre forma y
fondo.
Discutiré la excelencia técnica en relación con la
pintura, porque es fácil demostrar lo que quiero decir
tomando este medio artístico como ejemplo . Consi~
deremos ef empleo del color, la forma, el equilibrio,
la textura de la pintura, el trazado de las líneas, la
unidad de la tela, etc. En cada uno de estos detalles
puede darse una gran variedad de excelencia técnica
con grados distintos de realización. Al reconocer la
excelencia técnica como un aspecto de la obra de
ART.E y BIBLIA 77
arte, nos hallamos en condiciones de admitir que,
si bien no estamos de acuerdo con talo cual cosmo-
visión del artista, sin embargo sabemos ver en su
obra logros técnicos evidentes. A pesar de nuestro
desacuerdo sobre su concepto del mundo O del hom-
bre, admitimos que es un gran artista.
Pero no haremos justicia al artista como hombre
si desestimamos su labor artística solamente porque
no estamos de acuerdo con él en la filosofía de la
vida. Ciertos colegios cristianos, ciertos padres cre-
yentes y algunos pastores también han incurrido, al-
guna vez, en el error de desaconsejar la carrera
artística a algún cristiano porque han juzgado el arte
prevaleciente, no como obra de arte, sino solamente
por la cosmovisión del artista. Las escuelas cristia-
nas, los padres cristianos y los pastores cristianos
no acertaron a distinguir entre la excelencia técnica
y el contenido. Grandes obras de arte han sido re-
chazadas por los creyentes, haciendo de ellas objeto
de burla o escarnio. Si la técnica de un artista es de
calidad, debemos ijlabarle por ello, incluso si diferi-
mos en lo que concierne a nuestras respectivas cos-
movisiones. El hombre debe ser tratado siempre como
hombre, honestamente; y deben serie admitidos todos
sus logros. La excelencia, allí donde se encuentre,
tiene que ser reconocida. Es un criterio importante,
en el momento de enjuiciar una obra de arte.
La validez es el segundo criterio. Por validez en-
tiendo la actitud del artista que es honesto consigo
mismo y con su filosofía de la vida y sus tesis artís-
ticas, a diferencia del que hace arte sólo por dinero
o por buscar el aplauso. Si un artista hace obra de
arte únicamente para satisfacer a un patrón -tanto
si este patrón es el noble antiguo, o la moderna ga-
lería de arte a la que busca tener acceso, o el mundo
de los críticos del momento- ello restará validez
a su realización artística. Las modernas formas de
- "- !r'
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-
84 FRANCIS A. SCHAEFFER
•
IV
Las modernas formas del arte
y el mensaje cristiano
•
8. Cuando el artista cristiano trata'" de ser mo-
derno en las formas de sus expresiones, halla algu-
nas dificultades. En primer lugar, debemos distin·
•
guir cuidadosamente entre estilo y mensaje. Dejadme
decir firmemente que no hay tal cosa como un estilo
santo y un estilo impío. Cuanto más se empeña W10
en establecer dicha distinción más confuso se con-
vierte el planteamiento.
Recuerdo cierta ocasión en que me hallaba en
Cambridge en un encuentro de cristianos que esta-
ban estudiando la naturaleza del arte cristiano y de
las formas artísticas. Uno de los artistas cristia-
nos allí reunidos -un excelente organista- insistía
en que había un estilo cristiano de música. Discu-
timos este punto con cierta amplitud y le pedimos
que nos definiera el criterio para descubrir el «esti-
lo cristiano». Finalmente, contestó: «La música cris-
tiana es aquella que me impulsa a aplaudir.» Esta
respuesta, sin embargo, carece por completo de sen-
tido.
Sin embargo, aunque no existe un estilo específi-
camente santo y otro concretamente impío, no debe-
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