HERNANDEZ SALMERON JORGE
EDEMS
CARACTERÍSTICAS DEL PENSAMIENTO COMÚN Y DEL PENSAMIENTO REFLEXIVO EN EL ANÁLISIS Y REFLEXIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE
¿QUE ES PENSAR?
Dewey, John. Cómo pensamos. Nueva exposición de la relación
entre pensamiento reflexivo y proceso educativo
Pensamiento reflexivo: pensamiento que consiste en darles
vueltas a un tema en la cabeza y tomárselo en serio con todas
sus características.
Se asemeja a ese fortuito tránsito de cosas por la mente en el
sentido de que consiste en una sucesión de cosas acerca de las
cuales se piensa, no basta la mera ocurrencia casual.
La corriente de la conciencia: cuando estamos dormidos nos
vienen en a la mente lo sueños. Pero también experimentamos
corrientes mentales vanas y caóticas. A estas corrientes de ideas
se les da el nombre de pensamientos.
La reflexión no implica no implica tan solo una secuencias de
ideas, sino una con-secuencia, esto es, una ordenación
consecuencial en la que cada una de ellas determina la siguiente
como resultado, a su vez, apunta y remite a las que le
precedieron.
Los fragmentos de un pensamiento reflexivo surgen unos de
otros y se apoyan mutuamente.
Cada fase, es un término del pensamiento. Cada término deja un
residuo que es utilizado en el término siguiente.
El segundo significado de “pensar” limita a las cosas que no se
perciben directamente a través de los sentidos, que no se ven, ni
se oyen, etc. Encontramos aquí una nota de invención, algo
distinto del registro fiel de la observación.
Las narraciones imaginativas guardan conexión interna, tienen la
apariencia del pensamiento reflexivo; en realidad, tienen lugar en
mentes de capacidad lógica. Estas imaginaciones, suelen
preceder al pensamiento homogéneo. Un pensamiento o idea es
una imagen mental de algo que está presente en la realidad, y el
hecho de pensar es la sucesión de tales imágenes.
El pensamiento reflexivo tiene un propósito; ha de tener una
conclusión.
Pero una conclusión reflexiva, debe tener una justificación ajena
a la cadena de ideas si ha de ser una conclusión válida o sólida.
Hay una meta que se debe conseguir, y esta meta impone una
tarea que controle la secuencia de ideas.
Un tercer significado lo considera casi como un sinónimo de
creencia.
Una creencia se refiere a algo que la trasciende y que al mismo
“ANALISIS DEL PENSAMIENTO REFLEXIVO”
En el momento en que empieza a reflexionar, empieza
necesariamente a observar, a fin de tomar notas de las
condiciones.
Estas observaciones se realizan mediante el uso directo de los
sentidos; otras, a través del recuerdo de observaciones previas,
propias o ajenas.
De esta manera obtiene el reconocimiento más claro con lo que
tiene que enfrentarse. Algunas condiciones son obstáculos, otras
son recursos. Ya sea que las condiciones le lleguen por
percepción directa, ya sea a través de la memoria, todas
conforman los “hechos del caso”.
Junto con el conocimiento de las condiciones que constituyen los
hechos con los que hay que enfrentarse, surgen las sugerencias
de posibles modos de acción. Estas sugerencias alternativas
compiten entre sí. Por comparación decide cual es la mejor, cuál
tiene mayores probabilidades de procurar una solución
satisfactoria. La comparación se produce indirectamente.
Esta interacción entre los hechos desvelados por la observación
y, las propuestas de solución y los métodos de tratamiento de las
condiciones sugeridos, continúa hasta que una solución sugerida
satisface todas las condiciones de caso y no entra ya en conflicto
con ningún aspecto del mismo aún por descubrir.
Los hechos observados son los datos.
Los datos constituyen el material que hay que interpretar y Dos conclusiones para la educación:
explicar, para lo que hay que hacer o de cómo hacerlo.
Las soluciones sugeridas para las dificultades que la observación
ha descubierto constituyen las ideas.
Datos (hechos) e ideas (sugerencias, soluciones) constituyen los
dos factores y correlativos de toda actividad reflexiva. Estos son
producidos, por la observación y la interferencia.
Lo inferido exige una doble comprobación: en primer lugar, se
comprueba el proceso de formación de la idea o de la solución
supuesta mediante la constante interreferencia a las condiciones
observadas en el presente.
En segundo lugar, la idea es comprobada mediante su puesta en
práctica, real si es posible, imaginaria sino lo es. Las
consecuencias de esta acción confirman, modifican o refutan la
idea.
Fases del pensamiento reflexivo:
1.- Sugerencias
En la tendencia a actuar adopta una idea o sugerencia.
“EXPERIENCIA Y PENSAMIENTO”
Marco Aurelio Galmarini (trad.), Barcelona, Paidós, pp. 21-31 y
99-108.
---”Experiencia y pensamiento”. 3ª ed. Morata, pp. 124-133.
La experiencia incluye un elemento activo y otro pasivo. Por el
lado activo, la experiencia es ensayar un sentido que se
manifiesta en el termino conexo “experimento”. En lado pasivo es
sufrir o padecer las consecuencias.
La conexión de estas dos fases de la experiencia mide la
fecundidad o valor de ella.
La experiencia supone cambio, pero el cambio es una transición
sin sentido a menos que esté conscientemente conexionada con
la ola de retorno de las consecuencias que fluyen de ella.
Cuando una actividad se continúa en el sufrir las consecuencias,
cuando el cambio introducido por la acción se refleja en el
cambio producido por nosotros, entonces, aprendemos algo.
No ocurren cosas en el sentido de placer y el dolor que no
conectamos con ninguna actividad anterior nuestra.
“Aprendemos por la experiencia” es establecer una conexión
hacia atrás y hacia adelante entre lo que nosotros hacemos a las
cosas y lo que gozamos o sufrimos de las cosas, como
consecuencia.
El hacer se convierte en un ensayar, un experimento con el
mundo para averiguar cómo es; y el sufrir se convierte en
instrucción, en el descubrimiento de la conexión de las cosas.
1) La experiencia es primeramente un asunto activo
pasivo; no primariamente cognoscitiva.
2) Pero la medida del valor de una experiencia se halla en
la percepción de las relaciones o continuidades a que
conduce. Comprende conocimiento en el grado en el
que se acumula o se suma a algo o tiene sentido.
En la escuela se rompe la unión intima entre la actividad y el
sufrir las consecuencias, que lleva al reconocimiento del sentido;
en su lugar tenemos dos fragmentos: la mera acción corporal, de
un lado y el sentido directamente captado por la actividad
“espiritual”, del otro.
Los malos resultados que han surgido de este dualismo de
espíritu y cuerpo, pueden enumerarse.
a) La actividad corporal llega a ser una intrusa.
b) Las lecciones que han de aprenderse por la aplicación
del “espíritu” tiene que usarse algunas actividades
corporales. Se considera entonces a los sentidos por el
tiempo certifica su valor; la creencia realiza una afirmación
acerca de una cuestión de hecho, de un principio o ley.
No hay nada en el pensamiento que pueda revelar si la creencia
está bien fundad o no. Se trata de una idea que ha heredado de
otros y que acepta porque es una idea común.
Tales pensamientos se dan de manera inconsciente, se
convierten en parte de nuestra estructura mental. De ellos son
responsables la tradición, la instrucción, dependen de la
autoridad. Esos pensamientos son prejuicios, ideas
preconcebidas, no conclusiones a las que haya llegado como
resultado de la actividad mental personal.
Las creencias, han de superarse y exigir nuestra investigación.
La creencia posterior se apoya en el estudio cuidadoso y amplio,
en la voluntaria ampliación del área de observación, en el
razonamiento sobre las conclusiones a partir de concepciones
alternativas con el fin de averiguar qué sucedería en caso de
adoptar una u otra creencia.
Lo que constituye el pensamiento reflexivo es el examen
activo, persistente y cuidadoso de toda creencia o supuesta
forma de conocimiento a la luz de los fundamentos que la
sostienen y a las conclusiones a las que tienden.
La reflexión implica que se cree en algo, no por ese algo en sí
mismo, sino a través de otra cosa que sirve de testigo, evidencia,
de fundamento de la creencia.
El pensamiento reflexivo implica:
1) Un estado de duda, de vacilación, de perplejidad, de
dificultad mental, en la que se origina el pensamiento.
2) Un acto de busca, de caza, de investigación para
encontrar algún material que esclarezca la duda, que
disipe la perplejidad.
El pensamiento tiene su arranque en una situación que podría
denominarse bifurcación de caminos, en una situación ambigua,
que presenta un dilema, que propone alternativas.
La dificultad que conduce que conduce a una creencia nos
impone una pausa, nos permite una visión más amplia de la
situación, y decidir cómo se relacionan los hechos unos con
otros.
La idea de qué hacer cuando nos encontramos en un aprieto es
un sustituto de la acción directa.
De presentarse solo una sugerencia, la adoptaríamos de
inmediato. Pero cuando hay dos o más provocan una nueva
investigación.
Una cierta inhibición de la acción directa es necesaria para la
actitud de vacilación y postergación, esencial para el
pensamiento.
2.- Intelectualización
Siempre que se produzca actividad reflexiva hay un proceso de
intelectualización de lo que en un comienzo no es más que una
cualidad emocional de la situación completa.
3.- La idea conductora, hipótesis.
Tiene lugar espontáneamente. No hay nada intelectual en esta
ocurrencia. El elemento intelectual consiste en que hacemos con
ella, como la utilizamos después de haberse presentado
súbitamente como idea. Los hechos o datos plantean el
problema ante nosotros, y la comprensión del problema corrige,
modifica, expande la sugerencia original. De esta manera, la
sugerencia se convierte en una suposición definida, o, en una
hipótesis.
4.- Razonamiento.
Las ideas, tienen lugar, en nuestra cabeza, en nuestra mente. En
una mente experimentada y bien informada, ésta es capaz de
elaborarla hasta desembocar en una idea muy diferente de
aquella con la que se habrá comenzado.
Hay largas cadenas de razonamientos en las que una idea lleva
a otra con la que, mediante verificación previa, se sabe que tiene
relación. La cantidad de eslabones que el razonamiento a sacado
a la luz depende, del arsenal de conocimientos de que la mente
dispone ya.
No solo depende de la experiencia y de la educación del sujeto;
sino también del estado cultural y científico de la época.
Razonar ayuda ampliar el conocimiento, mientras que al mismo
tiempo depende de lo ya conocido y de las facilidades existentes
para comunicar conocimiento y convertirlo en recurso público y
abierto.
5.- Comprobación de hipótesis por la acción.
cual se dirige la información del mundo exterior al
espíritu. Los músculos son adiestrados para actuar
como canales que devuelvan el conocimiento desde el
espíritu a la acción exterior. Pues al usar los músculos
repetidamente del mismo modo se fija en ellos una
tendencia automática a la repetición. Los sentidos y los
músculos se usan no como partícipes orgánicos para
tener una experiencia instructiva, sino como entradas y
salidas exteriores del espíritu. Sus sentidos son
avenidas del conocimiento, no porque se “transporten”
de algún modo los hechos externos al cerebro, sino
porque se usan para hacer algo con un propósito. Las
cualidades de las cosas vistas y tocadas tienen un
efecto sobre lo que se hace y son atentamente
percibidas, tienen un sentido. Cuando se espera
que los alumnos empleen sus ojos para notar la forma
de las palabras, independiente de los sentidos, el
adiestramiento resultante de los órganos sensoriales y
musculares son aislados. Tal aislamiento respecto del
propósito es lo que le hace mecánico. Si aprendieron
la técnica sensoriomotriz de la lectura, por métodos
que no dirigen la atención hacia los sentidos, se
hace un hábito mecánico que hace difícil leer
después con inteligencia. Es mecánico todo modo
que limita la actividad corporal de suerte que se
establezca una separación del cuerpo y el espíritu, esto
es el reconociendo del sentido.

La exigencia de la solución de un estado de perplejidad es el
factor orientador y estabilizador de todo el proceso de reflexión.
La naturaleza del problema determina finalidad del pensamiento,
y la finalidad controla el proceso de pensar.
El origen del pensamiento se encuentra en una perplejidad, una
duda.
Dada una dificultad, el paso siguiente es la sugerencia de algún
camino, la elaboración de algún plan provisional o proyecto, la
adopción de alguna teoría que explique las peculiaridades en
cuestión, la consideración de alguna solución al problema. Los
datos disponibles no pueden proporcionar la solución; solo
pueden sugerirla. ¿Cuáles son las fuentes de la sugerencia? La
experiencia anterior y un fondo de conocimiento adecuado.
El razonamiento muestra que si la idea se adopta, de ello se
desprenden ciertas consecuencias. La conclusión es hipotética o
condicional. Si cuando miramos encontramos presentes todas las
condiciones que la teoría exige y ausentes los rasgos
característicos que las alternativas rivales reclaman, es
prácticamente irresistible la tendencia a creer, a aceptar. La
observación directa proporciona la corroboración. En otros casos,
hace falta el experimento, que las condiciones se disponen
deliberadamente de acuerdo con las exigencias de una idea o
hipótesis para averiguar si tienen lugar realmente los resultados
que la idea indica teóricamente.
A veces, las consecuencias no corroboran, sino que niegan. La
actividad reflexiva está en que ese fracaso no es un mero
fracaso. Es instructivo. La persona que realmente piensa,

Puede existir experiencia anterior del cual emanen sugerencias,
sin que por ello el pensamiento tenga que ser reflexivo, pues la
persona puede no ser lo suficientemente crítica acerca de las
ideas que se le ocurren.
Solo se puede pensar reflexivamente cuando se está dispuesto a
soportar el suspense y proseguir con la fastidiosa búsqueda.
aprende casi tanto de los fracasos como de los éxitos. El fracaso
le sugiere que modificaciones debiera introducir en la hipótesis
con la que ha operado. El fracaso saca a la luz un nuevo
problema o ayuda a definir con claridad el problema a propósito
del cual se ha producido.

Para ser auténticos seres pensantes, debemos estar

dispuestos a mantener y prolongar ese estado de duda que
constituye el estimulo de la investigación rigurosa, así como
a no aceptar ninguna idea ni realizar ninguna afirmación
positiva de una creencia hasta que no se haya encontrado
razones que la justifiquen.