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RESUMEN
ABSTRACT
By taking into account the fact of the food habit’s social production and reproduction,
the author studies sociologically some outcomes of present-day socio-economic
globalization on the said production and reproduction. Particularly, the article
focuses on both the impact of globalization on the so-called “losing of food
sovereignty” and the deterritorialization of food consumption and production, as
well as in its effects on feeding, which is understood as a factor of identity and social
differentiation.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 27-38/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Globalización, identidad social y hábitos alimentarios 29
los alimentos (o sea, a la tecnología y los pro- y alimentaria sin dumping frente a países terce-
cedimientos que usamos para ello) o “a qué ros”. El concepto de soberanía alimentaria, que
cosas decidimos considerar como alimentos y a fue desarrollado por Vía Campesina y situado
cuáles otras como no comestibles”. En suma, se en el debate público con ocasión de la Cumbre
trata de todas esas prácticas y actitudes sociales Mundial de la Alimentación celebrada en 1996,
que nos llevan a decidir qué es el “buen comer” trata de ofrecer una alternativa a las políticas
o el “mal comer”, las cuales, de esta forma, neoliberales de globalización. La esencia de la
legitiman nuestras preferencias y aversiones soberanía alimentaria, según Vía Campesina,
alimentarias. Preferencias y aversiones que no sería priorizar la producción autóctona y la
se fundamentan sólo en las cualidades nutri- protección de los productores locales frente
cionales de los alimentos, sino también, en muy a las políticas de exportación y de apertura
gran medida, en las significaciones culturales comercial características del neoliberalismo
atribuidas a ellos y/o a su consumo por los (Vía Campesina, 2003).
grupos sociales de pertenencia o referencia que En razón de esto, se considera aquí que
han conformado y conforman el proceso de existe soberanía alimentaria cuando la determi-
socialización alimentaria de los sujetos. nación y el abastecimiento de las demandas de
alimentos de la población tienen lugar a partir
de la producción específica de un determinado
2. GLOBALIZACIÓN Y PÉRDIDA DE LA ámbito nacional, regional o local, respetando
SOBERANÍA ALIMENTARIA la biodiversidad productiva y cultural. Para
garantizar su soberanía alimentaria, es preciso
Hace ya tiempo que, debido al crecien- que dicho ámbito controle autónomamente la
te desarrollo de los intercambios comerciales producción y la comercialización de los alimen-
transnacionales, el consumo aliment ario ha tos, a la vez que se requiere de la promoción de
dejado de estar mayoritariamente limitado a los prácticas y tecnologías agrarias que aseguren la
cultivos propios de cada país o territorio local. preservación de la biodiversidad y la protección
La globalización socioeconómica ha conllevado de las producciones locales, regionales o nacio-
una paulatina deslocalización y desestaciona- nales. Asimismo, es fundamental establecer
lización de las dietas, y a la vez a la extensión políticas agrarias capaces de crear unas condi-
de hábitos de consumo cada vez más parecidos ciones socioeconómicas y normativas adecua-
a escala planetaria. Esto ocasiona dos efec- das para un acceso justo y equitativo al agua,
tos contradictorios en la alimentación: de una la tierra, los recursos energéticos y los mer-
parte, la creciente homogeneización mundial de cados. La inexistencia de estas condiciones en
las dietas y de las actitudes socioculturales ante Latinoamérica, junto con los procesos de globa-
ellas (Díaz-Méndez y Gómez-Benito: 2001), y, de lización neoliberal implementados en ella desde
otra, una búsqueda de la diversidad, que tiende las dos últimas décadas del siglo XX, han contri-
a intensificarse precisamente como reacción buido sobremanera a que varios países de este
frente a dicha homogeneización. En cualquier continente estén desarrollando una agricultura
caso, las consecuencias homogeneizadoras de sobre todo para la exportación, mientras que
la globalización sobre la alimentación son pre- tienen que importar para su consumo conside-
ponderantes en un grado tal que acaban, con rables cantidades de alimentos básicos para su
frecuencia, por mermar seriamente el grado de dieta cotidiana (como por ejemplo, en México,
soberanía alimentaria de los actores sociales de el frijol o el maíz) en cuya producción tradi-
los contextos locales. cionalmente han sido autosuficientes. Como
La soberanía alimentaria es entendida consecuencia, esos países sufren una progresiva
aquí en el mismo sentido en que lo hace la reducción de su soberanía alimentaria, ya que
organización “Vía Campesina”, que la define el abastecimiento alimentario de sus poblacio-
como “el derecho de los pueblos, de sus países o nes está cada vez más en manos de una serie de
uniones de estados, a definir su política agraria empresas transnacionales fuera de su control.
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sectores sociales medios, con niveles socioeco- Cada sector social tiene una concepción
nómicos, culturales y adquisitivos más eleva- de qué cuerpo es el ideal y, en razón de ello y
dos, se observan tendencias hacia una gradual de sus posibilidades socioeconómicas, no come
preocupación por la calidad por parte de la cualquier cosa, sino los alimentos que consi-
generalidad de tales sectores. De esta forma, en dera le ayudan a acercarse a ese ideal, el cual
contextos en los que la mayoría de la población es muy diferente para cada grupo de ingresos
hace ya tiempo que ha satisfecho sus necesida (Shilling: 1993). En este sentido, las clases
des biológicas nutricionales básicas, se afian- alta y media no anhelan un cuerpo robusto y
zan cada vez más las actitudes ante el consumo más o menos voluptuoso, sino sano, al cual
propias de los que viven en una relativa abun- equiparan con un cuerpo delgado. Así, como
dancia y, por lo tanto, participan de un hedo- subraya Patricia Aguirre (1997, 2000, 2001,
nismo materialista que choca de lleno con los 2003), los estratos sociales altos y medios han
valores de laboriosidad y ahorro que, de acuer- dado en conformar una sociedad “lipófoba”
do con Weber (1984), caracterizaban al espíritu que huye de las grasas. Les preocupa su nivel
del primer capitalismo. Una consecuencia de de colesterol como forma de evitar el infarto
ello es una desmovilización importante de los o el accidente cerebro-vascular. Para ellos, la
asalariados que disfrutan de estas condicio- delgadez es asociada a la búsqueda de la salud,
nes, como resultado de una transformación entendida de forma meritoria: al cuerpo sano
de sus expectativas y aspiraciones (Boltanski se llega mediante un continuo esfuerzo perso-
y Chiapello: 2002, 38). Tales expectativas y nal. No se trata de realizar dietas transitorias,
aspiraciones ya no se fundamentarían, para sino de llevar todo un régimen de vida para
muchos de los actuales consumidores, tanto en salvaguardar la salud. En suma, cada grupo
la opción por unos determinados valores repre- de ingresos desarrolla sus particulares ideas
sentativos de una ideología sobre el mundo y acerca de lo que son sus necesidades básicas
la sociedad, como en los dilemas y los goces de consumo, en función de su visión del propio
que se derivarían de las mayores posibilidades hecho de alimentarse, de su concepción de la
de elección de bienes que les ofrecen las glo- salud y, especialmente, de la imagen de belleza
balizadas sociedades actuales. Sociedades, en corporal con la que se identifica y que preten-
las que se observa una creciente propensión a de constituya su fachada o presentación social
manifestar, a través de los hábitos que determi- en la vida cotidiana (Goffman: 1987).
nan la adquisición y el consumo de alimentos, En lo relativo a las ideas de salud y belle-
una cada vez mayor interioriz ación colectiva za corporal, como señala Aguirre con referencia
de valores y actitudes de índole posmaterialista al caso de Argentina, el ideal de belleza feme-
(Inglehart: 1991). nina “en los sectores de ingresos bajos es una
Sobre todo, estos valores y actitudes ante mujer de caderas redondeadas, que ‘está fuerte’.
el consumo alimentario se afianzan entre los Son las chicas que (...) no son esmirriadas pero
sectores sociales medios y altos. En ellos, la tampoco gordas: tienen tetas, culo, tienen ‘de
gente disfruta de unas condiciones socioeconó- qué agarrarse’” (citada por Flichtentrei: 2006).
micas y culturales que le lleva a ser consciente Y este ideal, según Aguirre, se basa en las pro-
de que puede elegir y de que el gusto es algo pias exigencias del mercado laboral: “¿Cómo no
propio de su posición social. Pero, incluso aque- van a querer un cuerpo fuerte los pobres si los
llos que tienen niveles bajos de ingresos, cuyo trabajos que pueden tener son de mano de obra
margen de elección es mucho más limitado, intensiva? Un estibador, un albañil, no pueden
suelen también pensar que su sentido del gusto ser flaquitos, enclenques. Porque el empleador
proviene de sus opciones y preferencias indivi- elegirá al de cuerpo ‘fuerte’. Y la mujer de este
duales. El resultado es que, en realidad, cada sector social trabajará como personal domés-
sector de ingresos tiende a considerar que sus tico, donde la empleadora no elegirá a una
distintivas formas de alimentación, expectativas chica esmirriada sino a una mujer con fuerza,
y actitudes ante ella son las correctas. resistente”. De acuerdo con esta consideración
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sobre lo que debe ser su cuerpo y las necesida- situación específica, lleva a cabo una dieta per-
des funcionales que ha de cumplir, considera sonalizada (Golay: 2000).
Aguirre, que “no es que los pobres ‘coman mal’: La referida tendencia hacia la individua-
comen según estrategias que desarrollaron para lización de la comida rompe con lo que ha sido
sobrevivir en la pobreza y que efectivamente nuestra ancestral tradición como especie. Al fin
los mantienen vivos, saciados y, aunque con y al cabo, nos hicimos humanos compartiendo
deficiencias, nutridos. Y ellos no perciben esa la comida, de tal forma que hace 2,5 millones
‘gordura’ como disfuncional ¿Cómo le vas a de años el omnivorismo obligó a nuestros ante-
decir a esa mujer de caderas generosas que ella pasados a conseguir la comida en grupo, ya que,
está desnutrida? Desde el punto de vista de su al carecer de las garras o caninos de los leones
entorno, es el cuerpo que hay que tener” (citado o de la rapidez de los monos, la manera de
por Flichtentrei: 2006). obtener proteínas se basó en la cooperación del
Por otra parte, con referencia a la visión grupo, en la suma de esfuerzos individuales.
del hecho de alimentarse, se manifiestan tam- En un mundo, en el que cada vez más la
bién actitudes distintas entre los diferentes comida es un hecho individual y el comensal
sectores sociales. Esto lo pone de manifiesto un solitario, no conviene perder de vista que, en
Aguirre al contarnos como, cuando va a las tanto que humanos, el hecho de comer no sólo
casas a hacer entrevistas y llega la hora de la tiene como función primordial proporcionarnos
comida del mediodía, en los sectores de ingre- la nutrición necesaria, sino que también es un
sos bajos la suelen invitar a comer. En cambio, acto dotado de un sentido cultural, a la vez que
en los sectores medios y altos, a las 12 o las productor y/o fortalecedor de los vínculos de
12:30 aparece cierta inquietud y apuro, pero sociabilidad. Por ello, la anomia del, a menu-
ni por asomo se les ocurre invitarla a comer. do solitario, comensal del globalizado mundo
Como la propia Aguirre sugiere, los sectores moderno constituye un síntoma característico
con ingresos bajos suelen pensar que todo el de nuestro tiempo, una de las causas del males-
que está en su casa a la hora de comer puede tar psicosocial actual. De este modo, a la crisis
compartir su comida. Y así resulta muy fun- de equidad en la distribución de los alimentos
cional la comida del pobre, “porque se estira: que existe a escala planetaria y que propicia
a la olla siempre se le puede agregar un poco que una gran parte de la humanidad sufra el
de agua, un poco de fideos”. Por el contrario, hambre y la desnutrición, hay que añadir esa
para las clases medias, el hecho de comer es un otra crisis humana de anomia que deriva de la
evento familiar al que sólo se puede acceder con pérdida de la sociabilidad del hecho de comer a
una invitación previa. raíz de su progresiva individualización.
Por último, en las clases altas, también
de acuerdo con Aguirre, la comida suele ser
un hecho individual, en el que la preocupación 4. CONSIDERACIONES FINALES
por la salud desempeña una función primor-
dial. Un hecho, en el que ya se ha perdido la En el mundo crecientemente interco-
idea de la necesidad de compartir la mesa con nectado que propicia la globalización, en el
todos los presentes. La individualidad de este que se generalizan y afianzan cada vez más las
hecho puede llegar al grado de que haya una preocupaciones por la salud y por lo ecológico,
mesa familiar con cuatro comidas distintas: al mismo tiempo que la publicidad y los medios
la del padre, que es una dieta para evitar el de comunicación de masas suelen difundir pla-
exceso de colesterol; la de la madre, que come netariamente imágenes muy similares acerca
ensalada verde para estar delgada y bella; la de del cuerpo ideal y del estilo de vida anhelable,
la hija, que es macrobiótica y come arroz inte- los efectos de la globalización alimentaria y/o
gral; la del hijo, que practica deporte de alta las reacciones ante ella no se manifiestan, sin
competición (citado por Flichtentrei: 2006). En embargo, de manera homogénea, sino que lo
suma, cada uno, de acuerdo con su trabajo o hacen de modo distinto según cada clase social
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o grupo de ingresos, cada uno de los cuales la seguridad, los empleos o el medio ambiente
desarrolla unos diferenciados hábitos de ali- (Barber: 2001, 112).
mentación y considera como deseables unas En cualquier caso, hoy por hoy, dichas
imágenes específicas del cuerpo, en consonan- preocupaciones cívicas no dejan de ser actitu-
cia con su particular forma y expectativas de des minoritarias de ciertos grupos “concien-
vida (Bourdieu: 1971). ciados” y, por lo tanto, opciones más o menos
La observación de las antedichas diferen- testimoniales. Conseguir que el consumo de
cias en los hábitos alimentarios de los distintos bienes alimentarios sea un ejercicio cívico, aun-
sectores sociales manifiesta cómo esos hábitos que sólo fuera para la generalidad de esa parte
se erigen en factores de construcción de la de la población mundial que está en condicio-
identidad individual o colectiva y de distin- nes de determinar soberanamente sus hábitos
ción social. Durante milenios, en las sociedades alimentarios, requeriría una transformación de
insertas en economías de auto-subsist encia, las estructuras socioeconómicas que permitiera
dicha construcción y distinción se solían mos- el afianzamiento de una concepción del merca-
trar a través de la mayor o menor disponibili- do alimentario, no sólo como un simple lugar
dad de alimentos. Sin embargo, para un gran de intercambio de mercancías, sino también
número de personas, esto no es ya así en el como parte de interacciones socioculturales
presente contexto de abundancia, en el que, a más complejas. Interacciones, a partir de las
pesar de que todavía una gran parte de la pobla- que se hiciera posible que el consumo alimen-
ción mundial sufre la desnutrición, el hambre tario fuera visto, además de como un hecho
y la inanición más extremas, otra importan- individual o grupal (motivado por las necesi-
dades biológicas y producto/productor de sig-
te proporción de esa población tiene acceso a
nificación sociocultural), como una estrategia
muchos más alimentos de los que necesita para
tendente a intentar la reconquista imaginativa
subsistir. Para esta parte más afortunada de la
de los espacios colectivos y el interés por lo
humanidad, son las características de sus pro-
público. Así, ese consumo se mostraría como
pios hábitos de alimentación las que manifies-
un hecho útil para pensar y actuar significativa
tan las diferencias entre los distintos sectores
y renovadoramente en la vida social (García
de ingreso. Como consecuencia, la construc-
Canclini: 1995).
ción de la identidad y la distinción social, así
Lejos de eso, particularmente entre
como el habitus o las actitudes inherentes a muchos de los pertenecientes a los sectores
las diferenc ias de clase o status (Bourd ieu: sociales con niveles de ingresos medios y altos,
1988), que todo ello conlleva en lo que a la sucede a menudo, como hemos visto antes, que
alimentación se refiere, no se simbolizan ya, el hecho de adquirir y consumir alimentos es,
para muchos, tanto por la posibilidad de no sobre todo, una expresión de su estilo de vida,
“pasar hambre”, como por la circunstancia de una manera de conseguir el cuerpo y el ideal
gozar de una situación socioeconómica que les de salud anhelados, a la vez que una ocasión
permite comer de manera sana y equilibrada e, de mostrar su interiorización del habitus del
incluso, entre una proporción de consumidores “buen gusto” y la “distinción” (Bourdieu: 1976).
con niveles socioculturales medios o altos, mos- “Habitus” y “distinción” cuyo logro implica, por
trar unas actitudes consumistas como sujetos lo tanto, la posesión de un nivel sociocultural
sociales activos (Callejo: 1995). Tales actitudes, que haga posible una considerable planifica-
en algunos casos, se traducen en el desarrollo ción y elección de las conductas y las actitudes
de preocupaciones cívicas y sociales que les vitales, en este caso las relativas a la propia
llevan, por ejemplo, a preferir la adquisición alimentación. Pero, esto no es incompatible
de productos y marcas en cuya elaboración no con el hecho de que los hábitos de consumo
se ha utilizado mano de obra infantil, ni han alimentario de tales sectores sociales se reali-
existido condiciones de contratación injustas o cen, frecuentemente, de acuerdo con esquemas
salarios indignos y tampoco se ha amenazado conductuales encuadrables dentro de lo que
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suficiente como para plantearse su adquisición. cada persona, sector o grupo social específi-
En concreto, en la Unión Europea los consumi- cos. Un hecho que, en el mundo cada vez más
dores exigen una disponibilidad cada vez mayor homogeneizado de la globalización, constituye
de alimentos exóticos a lo largo de todo el año una de las señales de distinción y / o identidad
(Chavarrías: 2006). social, así como del nivel socioeconómico, la
La creciente demanda de esos alimen- posición de clase, el status o el estilo de vida
tos está muy favorecida por la cada vez mayor de tal persona, sector o grupo.
preocupación, que se manifiesta en los hábitos
alimentarios de las clases medias y altas, por BIBLIOGRAFÍA
la búsqueda de la singularidad, la diversidad, la
salud y/o la calidad. Particularmente, el concep-
to de calidad es ambiguo e impreciso y suscita Aguirre, Patricia. “Papel de las estrategias
diversas interpretaciones. Por ejemplo, a veces, domésticas de consumo en el acceso a los
los productos a los que se les atribuye mayor alimentos”. Archivos Latinoamericanos
calidad son los de “agricultura ecológic a”, los de Nutrición 45. 1. 1995: 341-350.
que su consumo evoca sensaciones de “vuelta a
la naturaleza”; sensaciones cuyo fuerte arraigo .“Patrón alimentario, estrategias de
actual se explicaría por el hecho de que en los consumo e identidad en Argentina”.
ambientes urbanos (en los que preponderan- Boletín Informativo Techint 290. 1997:
temente habita hoy la población mundial) se 89-104.
vive más lejos de la naturaleza que nunca antes.
Otras veces, la circunstancia de ser consumidos
. “Aspectos antropológicos de la obesi-
en determinados restaurantes selectos es inter-
dad en la pobreza”. Peña, M. y Bacallao, J.
pretada como un signo de la calidad de ciertos
(Comps.) La obesidad en la pobreza: un
productos, la cual también es asociada, muy a
menudo, con el hecho de que algunos alimen- nuevo reto para la salud pública OPS-OMS
tos sean elaborados, cultivados o “diseñados” en 576. Publicación Científica, edición bilin-
régimen agro-industrial3. güe. Washington, EE.UU. 2000.
La búsqueda de la calidad, en cualquiera
de las formas mencionadas u otras, conlle- . “Los alimentos Rendidores y el
va además la búsqueda de la singular idad y Cuerpo de los pobres”. Antropología de
la distinción de aquellos que optan por una la alimentación. Arbitrario cultural y
determinada modalidad de consumo. Una bús- alimentación. Homenaje al Dr. Igor de
queda que se manifiesta también, por ejemplo, Garine. Amado A. Millán Fuertes (com-
mediante la referida demanda mundial cre- pilación), ICAF (Comisión Internacional
ciente de productos exóticos y ecológicos. Por para la Antropología y la Alimentación).
lo tanto, dadas las muy variadas maneras posi- Borja, España. 2001.
bles de entender la calidad, su búsqueda a tra-
vés de la opción por cualquiera de los diversos . “Gordos de Escasez, las consecuen-
modos de consumo alimentario, erige a éste cias de la cocina de la pobreza”. La cocina
en un hecho social diferenciador y único para
como patrimonio (in)tangible. Primeras
Jornadas de Patrimonio Gastronómico.
Secretaría de Cultura de la Ciudad de
Buenos Aires, 2003.
3 La búsqueda del diseño es observable, incluso,
en esas maneras de cultivar tendentes a que el Alonso, Luis Enrique. “¿Un nuevo consu-
producto adquiera una determinada forma. Por
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