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LA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN FÍSICA: una propuesta práctica"

 
 
 
Tema relacionado: Pae (Programa Andrea de Evaluación).
 
1.- Justificación.
 
La evaluación constituye uno de los actos docentes que más repercusiones tiene en el
alumnado. Las decisiones del profesor/a, referidas a la superación de las áreas del currículo por parte
de los alumnos/as, a la promoción de curso o nivel, a la constatación de los objetivos previstos... son
consideradas, a menudo, un difícil problema.
 
En el área de Educación Física la situación es más comprometida, quizá debido a las
dificultades que encierra el comprobar y registrar los progresos y/o fracasos del alumnado, y al
desconocimiento de instrumentos de evaluación que puedan ofrecer una información precisa al
docente.
 
Por otra parte, también debemos reconocer que desde hace algunos años el área de
Educación Física está avanzando a grandes pasos, innovando, ampliando y diversificando las
propuestas, renovándose generacionalmente, modificando el tratamiento de los contenidos, en
definitiva, adaptándose a los retos que la sociedad va generando.
 
Sin embargo, la aplicación de la Reforma planteó numerosos cambios y dudas, no sólo por lo
que respecta al sistema educativo en general, sino también a nivel curricular, las nuevas
concepciones de los objetivos generales, de los contenidos, de la metodología  y sobre todo, de la
evaluación.
 
Una breve reseña de las propuestas que nos hace la Reforma sobre la evaluación, nos servirá
para entender mejor los cambios que se nos proponían:
 
“La evaluación es una valoración que se emite sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje,
una vez recogidos una serie de datos, en relación con los objetivos e intenciones educativas que se
pretenden alcanzar. La evaluación implica al propio proceso y no se trata de un juicio terminal del
proceso, sino que las actividades de evaluación están incluidas dentro de las propias actividades de
enseñanza y aprendizaje” (DCB del MEC, 1989)".
 
“Evaluar implica reflexionar y valorar un proyecto educativo de acuerdo con una planificación
previa que nunca es neutral; subyace en último término el modelo de personas y de sociedad que
deseamos. La evaluación se entiende como un proceso de reflexión interna que debe considerar
todas las condiciones y el contexto en que se produce el aprendizaje” (DCB de la Consejería de
Educación de la Generalitat Valenciana, 1990)".
 
De todo lo anterior, y siguiendo a Sales Blasco, podemos deducir lo siguiente:
 
En primer lugar, cuando se nos dice que, para emitir una valoración sobre el proceso de
enseñanza-aprendizaje hay que recoger una serie de datos, se nos indica que, debemos planificar y
sistematizar los momentos de observación y registro y que éstos sean numerosos y variados.
 
La planificación, en el ámbito docente, la constituyen las programaciones y éstas tienen como
referente temporal habitual el trimestre. Por lo tanto, planificar la evaluación, consistirá en establecer
un plan trimestral de sesiones de evaluación.
 
Para sistematizar los momentos de observación y registro, deberemos concretar los aspectos
de cada criterio de evaluación, ordenarlos en el tiempo, estructurar sus correspondientes criterios por
unidades, diseñar actividades modelo y los soportes donde registrar las observaciones (hojas de
observación).
 
En segundo lugar, cuando se nos dice que, la evaluación debe considerar todas las condiciones
y el contexto en que se produce el proceso de enseñanza-aprendizaje, se nos indica que debemos
plantearnos:
- Una evaluación de la enseñanza; es decir, una evaluación del maestro/a, de cómo
enseñanza, de cómo es su actuación docente...
- Una evaluación del aprendizaje; es decir, una evaluación del alumnado, de cómo aprende, de
cómo trabaja, si tiene interés, si participa...
- Una evaluación de las condiciones y del contexto en que se produce ese proceso de
enseñanza-aprendizaje; es decir, una evaluación del proyecto curricular de Centro, de las
programaciones, de las unidades didácticas, de las instalaciones y del material con el que se
cuenta...
Este marco de actuación queda perfectamente definido en las diferentes disposiciones oficiales que
han abordado la evaluación y que sin ánimo de ser exhaustivo paso a describir:
 
Así, la Ley Orgánica 1/90, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema
Educativo establece en su artículo 15 que la evaluación de los procesos de aprendizaje de los
alumnos/as será continua y global.
 
Del mismo modo, el Real Decreto 1006/91, de 14 de junio, por el que se establecen las
enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Primaria, dispone en su artículo 13 que el MEC
determinará los elementos básicos de los informes, así como los requisitos formales derivados del
proceso de evaluación y como aspecto muy relevante, establece por primera vez, unos referentes
generales de evaluación, los criterios de evaluación, que suponen la concreción del tipo y grado de
aprendizaje, respecto de los objetivos y contenidos de cada área que, al acabar la etapa, se espera
hayan sido alcanzados por el alumnado como resultado de todo el proceso de enseñanza-
aprendizaje.
 
Por otra parte, el Real Decreto 1344/91, de 6 de septiembre, por el que se establece el
currículo de la Educación Primaria, precisa en sus artículos 10 y 11 el carácter de la evaluación y su
ámbito, que se extenderá a los aprendizajes de los alumnos/as, a los procesos de enseñanza y al
propio Proyecto Curricular y regula el sistema de promoción de los alumnos/as al ciclo siguiente.
 
En consonancia con las disposiciones citadas, la Orden Ministerial de 12 de noviembre de
1992 sobre evaluación en Educación Primaria, se refiere a ésta como un instrumento al servicio del
proceso de enseñanza y aprendizaje y afirma que debe integrarse en el quehacer diario del aula y del
Centro Educativo. Se convierte así en punto de referencia  para la adopción de medidas de refuerzo
educativo o de adaptación curricular, para el aprendizaje de los alumnos/as y para la corrección y
mejora del proceso educativo.
 
2.- Evaluar en Educación Física.
 
Llegados a este punto, debemos asumir que la evaluación forma parte del proceso de
enseñanza-aprendizaje, debiendo estar integrada en el mismo y no siendo considera como algo
externo que afecta puntualmente. Constituye un proceso continuo y, como tal, es un instrumento
que va comprobando dicho proceso, detectando aciertos y éxitos, así como deficiencias y dificultades
que van apareciendo; en el primer caso, con el fin de reforzarlos y, en el segundo, para buscar las
formas de adaptación o rectificación más adecuadas, precisas y ajustadas a cada situación o
alumno/a, y así, tomar decisiones y reconducir el proceso de aprendizaje. La evaluación pretende ir
adecuando el proceso de enseñanza al de aprendizaje de todos/as y cada uno de los alumnos/as.
Por tanto, no se debe reducir a momentos aislados, tanto en el proceso como al final del mismo,
cuando ya no se puede intervenir ni corregir, ni mucho menos se puede confundir con los
rendimientos finales, expresados en forma de calificaciones.
 
La evaluación debe afectar a todos los elementos del proceso de enseñanza-aprendizaje
susceptibles de ser evaluados. Es decir, los objetivos, los contenidos, las propuestas de intervención
didáctica, los materiales y recursos didácticos, los propios sistemas de evaluación o el funcionamiento
del proceso abordado como globalidad; lo que se traduce en una evaluación del aprendizaje en torno
al alumno/a, una evaluación de la enseñanza en torno al profesor/a y una evaluación de los propios
proyectos curriculares de etapa.
 
Partiendo de la premisa que el Currículo nos fija el referente a partir del cual el maestro/a
tiene que desarrollar su enseñanza, el primer paso supone adaptar dichas propuestas al marco de
actuación propio de cada docente.
 
Una vez superado tal escollo, nuestra atención se debe concentrar en concretar los medios
para recoger el máximo de información objetiva y subjetiva, a ser posible contrastada, sobre el
proceso de enseñanza y aprendizaje. Dicha información será aprovechada tanto por el profesor/a
como por los alumnos/as para reconducir dicho proceso.
 
Aquí nos encontraremos con el dilema de qué técnica de evaluación utilizar, si la cuantitativa o
la cualitativa y ello, en función de cuál de las dos es la más coherente con los planteamientos de la
Reforma. Si de las propuestas curriculares de la Reforma deducimos que, como educadores/as,
debemos propiciar un enfoque globalizador del área de Educación Física de Primaria, ello implica que
no debemos cuantificar a la hora de evaluar, sino que debemos utilizar técnicas de evaluación
cualitativa; es decir, que las actividades que diseñemos para la evaluación deben ser similares o
iguales a las habituales y utilizaremos la observación y el registro como instrumentos
fundamentales de esa evaluación.
 
En mi propuesta me he decantado por un modelo mixto, donde intento conjugar ambos tipos
de técnicas, predominando la opción cualitativa como principal recurso. Sin embargo, es necesario
que este tipo de trabajo no sea llevado a cabo de forma aislada y poco profesional. Todo lo
contrario, conviene que el profesor/a observe y evalúe sistemáticamente las diversas actividades de
enseñanza-aprendizaje y anote en una hoja diseñada con este fin, la evolución, tanto individual como
colectiva, de los alumnos/as. Esta observación permitirá detectar las dificultades cuando surjan y
posibilitará al profesor/a tomar las medidas requeridas en el momento oportuno.
 
En este sentido, las “listas de control” suponen la explicitación de los aspectos que se van a
observar a modo de afirmaciones y el registro de su cumplimiento, o no, por el alumno/a. Suelen
dejar un grado de apertura mínimo, orientado hacia la duda o alguna otra observación que pudiera
realizar el maestro/a. Este método puede ser aplicado desde las habilidades básicas hasta las
actitudes, donde la construcción de listas de control nos permitirá una valoración lo más objetiva
posible de estos tipos de contenidos.
 
En el caso de los contenidos conceptuales, como dije anteriormente diseñaremos pruebas
objetivas para el análisis de la asimilación de conceptos básicos, pero también podemos utilizar
actividades de puesta en común, donde los alumnos/as reflexionen y hablen sobre la vivencia de la
propia actividad motriz, relacionándola con conceptos que den significado a dicha actividad motriz,
así como verbalizando la intención motriz antes de la ejecución.
 
En este arduo camino no podemos olvidarnos que la evaluación debe considerar todas las
condiciones y el contexto en que se produce el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que supone
una evaluación de la enseñanza en torno al maestro/a, una evaluación del aprendizaje en torno al
alumno/a y una evaluación del propio proceso de enseñanza-aprendizaje. No debemos valorar
nuestra actuación a la vista de los resultados de la evaluación del alumnado. Tampoco debemos
confiar a la memoria tal o cual suceso que hayamos protagonizado. Debemos planificar y sistematizar
una serie de momentos en los que valoremos nuestra propia actuación docente: debemos diseñar un
registro de indicadores de nuestra intervención educativa. Asimismo, debemos plantearnos unos
recursos capaces de constatar tales indicadores: la autoobservación y las opiniones del alumnado.
 
3.- Propuesta práctica.
 
Mi propuesta trata de desarrollar lo explicado con anterioridad y continúa en constante
evolución, como reflejo del carácter cambiante y no inamovible de los planteamientos en Educación
(y los míos propios).
Parto de base de localizar tres grandes ámbitos de evaluación: el alumno/a, la práctica y el
profesor/a, situando el problema principal en encontrar unos indicadores válidos para cada uno de
ellos,  con unos instrumentos acertados y capaces de constatar los progresos y dificultades.
 
 
 
● APARTADO DEL ALUMNO/A: actualmente me inclino por tres aspectos: capacidades,
actitudes y condición física.
 
- CAPACIDADES: Supone el principal aporte. Hablando de porcentaje en el 1 er y 2º ciclo de
EP supone el 60%, mientras que el 3er ciclo alcanza el 45% de la valoración final del alumno/a. Para
desarrollar este apartado trabajo con 9 unidades didácticas las cuales se evalúan a través de las
hojas de observación de seguimiento diario, las listas de control por unidad, diferentes pruebas
escritas, trabajos prácticos y a través del seguimiento del trabajo del alumno/a en su “Cuaderno de
Trabajo de EF”.
 
- ACTITUDES Y COMPORTAMIENTO: Constituye otro de los baluartes de mi planteamiento
como docente. Entiendo que las actitudes deben centralizar cualquier acción educativa y desde la
Educación Física debemos aprovechar el fuerte tirón que tiene entre nuestros alumnos/as. Potencio
el trabajo sobre los valores y por tanto lo tengo en cuenta a la hora de la valoración de los
alumnos/as. En porcentaje, en el 1er y 2º ciclo de EP supone el 40%, mientras que en el 3er ciclo
alcanza el 35% de la valoración final del alumno/a. Los instrumentos utilizados son la observación
diaria, las listas de control por trimestres, el “Registro de Conductas en EF” y los cuestionarios
de autoevaluación y evaluación.
 
En coherencia con lo anterior y considerado como otro “paquete” importante sitúo el 
Registro de Conductas en EF. Consiste en un seguimiento diario del comportamiento del
alumno/a en las clases de EF. Para ello utilizamos un código de colores (verde, azul y rojo) con el
que trato de resumir la actitud demostrada en clase. Como resultado de su “buen o mal”
comportamiento existen unas consecuencias “buenas o malas”. Pero este control no es llevado a
cabo solo con los alumnos/as sino que es también el profesor el que resulta evaluado diariamente en
su labor. Los indicadores que utilizo en este apartado son:
 
. ¿Has aprendido algo?
. ¿Te has divertido?
. ¿Has trabajado bastante?
. ¿Te ha ayudado el profesor?
. ¿Has usado los materiales?
 
El registro se hace a lo largo de todo el curso dividiéndolo por trimestres. El propio alumno/a
lleva su control en el Cuaderno de Trabajo.
 
Los cuestionarios de autoevaluación y evaluación son otro de los instrumentos utilizados y se
encuentran recogidos en el Cuaderno de Trabajo del alumno/a. Son unas pequeñas pruebas, con
preguntas abiertas y cerradas, con las trato de recabar más información sobre el desarrollo de todo
el proceso, desde la propia autoevaluación del alumno/a, el Cuaderno de Trabajo o la propia labor
del profesor.
 
- CONDICIÓN FÍSICA: La valoración que hago de este apartado se hace en base al grado de
esfuerzo y de superación que cada alumno/a realiza a lo largo del curso escolar, a nivel individual, y
rehuyendo cualquier rivalidad grupal. La única rivalidad que pretendo resaltar es la de cada
alumno/a  consigo mismo y por eso se plantea como un reto personal (EL GRAN RETO) que
cuantificamos. Por otra parte, también debemos tener presente la estrecha relación existente entre la
motricidad y el desarrollo evolutivo lo que lógicamente desvirtúa los éxitos o fracasos conseguidos
por los profesores/as como fruto de las actividades realizadas en Educación Física. Asimismo,
también es conveniente tener presente, que en este ciclo debemos desarrollar las capacidades físicas
de manera global e inmersas en situaciones de juego, lo que tampoco permite un desarrollo
sistemático de tales capacidades. Sin embargo, también es patente el "despertar" físico que tanto
chicos como chicas tienen en esta etapa y que hay que encauzar. Estas ideas hacen que la valoración
solamente se haga en el 3er ciclo de EP y que solamente suponga un 20% del total. El seguimiento
de este apartado se barema según una serie de registros tomados a lo largo de los años y que los
propios alumnos/as controlan en su “Cuaderno de Trabajo”.
 
 
 
● APARTADO DE LA PRÁCTICA Y DEL PROFESOR/A: para completar el esquema general
ha sido fundamental conocer el trabajo de Emilio J. Martínez López cuya referencia bibliográfica
aparece al final del texto. En él, plantea una aplicación informática, “Delfín”, que ha resultado de
gran importancia a la hora de concretar mi trabajo y a cuyo autor, desde aquí, le expreso mi más
sincero agradecimiento por un doble motivo: en primer lugar, por ayudarme a avanzar en esta ardua
tarea y en segundo lugar, por renovar mi ánimo y permitirme continuar en el proceso en el que me
encuentro actualmente.
Con todo lo anterior he podido delimitar algunos indicadores a través de los cuales intentar
evaluar el proceso educativo. Estos son:
 
  Sobre el Profesor Sobre el Programa
Criterios . Conoce y domina la materia. . Objetivos (qué vamos a trabajar).
  . Sabe despertar el interés. . Explicaciones y cuaderno.
  . Sabe explicar. . Actividades en la pista.
  . Se expresa correctamente. . Cómo enseña.
  . Sabe enseñar. . Criterios de evaluación (qué evaluar).
  . Sabe guiar el proceso de ens.-aprend. . Opinión general de la asignatura.
  . Es justo al calificar y evaluar.  
  . Calidad de intereses y cultura.  
  . Tareas para casa.  
  . Atiende a problemas individuales.  
  . Reconoce sus limitaciones.  
  . Informa de objetivos, contenidos, etc.  
  . Controla la clase y su organización.  
  . Opinión general  acerca del profesor.  
 
Toda la propuesta descrita se gestiona a través de una aplicación informática denominada
PROGRAMA ANDREA DE EVALUACIÓN (PAE) la cual viene desarrollándose desde 1995. Hasta la
fecha son varias las versiones confeccionadas y aún hoy continúa en proceso de elaboración,
adaptándose a los cambios y completándose con nuevos documentos de apoyo. Podéis consultar
más información en el apartado “Propuestas prácticas”.
 
4.- Conclusiones.
 
Considero muy necesario reflexionar sobre el proceso evaluador desarrollado por cada
docente. Diría más, sería necesario abordar un estudio detenido de los mecanismos que cada Centro
pone en juego a la hora de evaluar y tratar de unificar criterios y modos de actuar entre los distintos
profesionales y áreas de conocimiento.
 
No podemos despreciar o rehuir esta faceta del proceso de enseñanza-aprendizaje relegándola
a un papel secundario. Por el contrario, bajo la denominación de evaluación subyacen numerosas
decisiones que no pueden tener lugar de forma irreflexiva o improvisada, alejadas de cualquier
intento de planificación o sistematización. Nuestro papel en la sociedad como educadores dependerá
de nuestra implicación en el desempeño de nuestras funciones, por lo que es una obligación
examinar el modo en el que actuamos.
 
5.- Anexos.
 
Son varios los documentos generados como consecuencia del planteamiento descrito. Podéis
encontrar la mayoría en el apartado de “Documentos”.
- Hojas de Observación.
- Planilla de evaluación de las diferentes unidades didácticas.
- Registro de Conductas en EF.
- Cuestionario de Evaluación: Cuaderno de Trabajo.
- Cuestionario de Evaluación: Profesor.
- Cuestionario de Evaluación: Alumno/a.
 
6.- Bibliografía.
 
* Blázquez Sánchez, D.; “Evaluar en Educación Física”. INDE. Barcelona. 1992.
* González Halcones, M. A.; “Manual para la evaluación en Educación Física”. Editorial
Escuela Española. Madrid. 1995.
* Martínez López, E. J.; “La Evaluación Informatizada en la Educación Física de la
E.S.O.” Editorial Paidotribo. Barcelona. 2001.
* MEC; Ley Orgánica 1/90, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema
Educativo.
* MEC; Materiales para la Reforma (Cajas Rojas). 1992.
* MEC; Real Decreto 1006/91, de 14 de junio, por el que se establecen las
enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Primaria.
* MEC; Real Decreto 1344/91, de 6 de septiembre, por el que se establece el
currículo en la Educación Primaria en todas aquellas Comunidades Autónomas sin
competencias en materia de educación.
* MEC; Orden Ministerial de 12 de Noviembre de 1992 sobre evaluación en
Educación Primaria.
* Sales Blasco, J.; “La evaluación de la Educación Física en Primaria. Una propuesta
práctica para evaluar al alumnado”. INDE. Barcelona. 1997.
* Varios autores; “La Evaluación en Educación Infantil y en Educación Primaria”.
Temas Educativos nº 3. Dirección Provincial del MEC en Cáceres. 1999.
* Varios autores; “Educación Física, Evaluación y Reforma”. Librería Diagonal. Segovia.
1999.

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