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PRINCIPALES COSMOVISIONES

Stephanie Alcantar

INTRODUCCIÓN

Cada persona tiene su propia cosmovisión, sus propias ideas respecto de las cosas, las

personas, los valores y el mundo en general. Con frecuencia estas ideas subyacen en forma

oscura, semiinconsciente, fragmentaria y en continua evolución. Normalmente la

cosmovisión de una persona evoluciona con la edad y los contactos culturales.

Se presentan a continuación algunas cosmovisiones que se han dado a lo largo de la historia

de la Filosofía occidental. A partir de la poderosa idea central, el filósofo construye todo un

edificio de conceptos que le sirven para explicar las cosas, la conducta de la gente, los

valores, los cambios y el sentido general del universo.

1.- LA COSMOVISIÓN IDEALISTA DE PLATÓN.


Un modelo de cosmovisión idealista es el de Platón. El idealismo de Platón está, en

cierto modo, conectado con la postura de la búsqueda de realización de ciertos valores de

orden superior, pues su tema central reside en las Idea, que constituyen un mundo aparte,

perfecto, inmutable, eterno, espiritual, y que sirve como modelo de las cosas de este mundo

material en que vivimos, que son materiales, sensibles, temporales, mutables e imperfectas.

Platón explica la relación de estos dos mundos con su famosa Alegoría de la Caverna:

Platón describió en su alegoría de la caverna un espacio cavernoso,

en el cual se encuentran un grupo de hombres, prisioneros desde su

nacimiento por cadenas que les sujetan el cuello y las piernas de forma que

únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna sin poder

nunca girar la cabeza. Justo detrás de ellos, se encuentra un muro con un

pasillo y, seguidamente y por orden de cercanía respecto de los hombres,

una hoguera y la entrada de la cueva que da al exterior. Por el pasillo del

muro circulan hombres portando todo tipo de objetos cuyas sombras, gracias

a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros

pueden ver.

Estos hombres encadenados consideran como verdad las sombras de los

objetos. Debido a las circunstancias de su prisión se hallan condenados a

tomar únicamente por ciertas todas y cada una de las sombras proyectadas

ya que no pueden conocer nada de lo que acontece a sus espaldas.

Continúa la narración contando lo que ocurriría si uno de estos hombres

fuese liberado y obligado a volverse hacia la luz de la hoguera,


contemplando, de este modo, una nueva realidad. Una realidad más

profunda y completa ya que ésta es causa y fundamento de la primera que

está compuesta sólo de apariencias sensibles. Una vez que ha asumido el

hombre esta nueva situación, es obligado nuevamente a encaminarse hacia

fuera de la caverna a través de una áspera y escarpada subida, apreciando

una nueva realidad exterior (hombres, árboles, lagos, astros, etc.

identificados con el mundo inteligible) fundamento de las anteriores

realidades, para que a continuación vuelva a ser obligado a ver directamente

"el Sol y lo que le es propio", metáfora que encarna la idea de Bien.

La alegoría acaba al hacer entrar, de nuevo, al prisionero al interior de la

caverna para "liberar" a sus antiguos compañeros de cadenas, lo que haría

que éstos se rieran de él. El motivo de la burla sería afirmar que sus ojos se

han estropeado al verse ahora cegado por el paso de la claridad del Sol a la

oscuridad de la cueva. Cuando este prisionero intenta desatar y hacer subir a

sus antiguos compañeros hacia la luz, Platón nos dice que éstos son capaces

de matarlo y que efectivamente lo harán cuando tengan la oportunidad, con

lo que se entrevé una alusión al esfuerzo de Sócrates por ayudar a los

hombres a llegar a la verdad y a su fracaso al ser condenado a muerte.

Así pues Platón concibe dos mundos muy diferentes. El primero es un mundo visible,

material, caduco e ilusorio. Es como una sombra del segundo, que es un mundo espiritual y

perfecto; allí residen las Ideas, entes espirituales y subsistentes, es decir, no dependen de la

mente humana para poder existir. Las Ideas son los modelos de las cosas terrenales,
constituyen los auténticos seres y valores, al grado de que estas cosas mundanas vienen a

ser como una sombra o pálido reflejo de la correspondiente Idea.

El valor de las cosas de este mundo reside en su grado de participación con respecto al

auténtico Ser, que está en las ideas.

En el hombre también existe ese dualismo, continúa Platón, su esencia reside en el alma,

que es espiritual e inmortal. Antes de nacer, cada individuo existía ya en el mundo de las

Ideas, como espíritu o alma absorta felizmente en el conocimiento de las Ideas. El cuerpo

en donde se encarna es como una cárcel para el alma, y por tanto, la tarea del individuo

consiste en purificarse o desprenderse de esa carga material. El cuerpo es culpable de que el

alma haya olvidado el conocimiento superior obtenido en el mundo de las Ideas antes de

haber nacido. Así pues, según Platón, las Ideas son innatas, las poseemos desde antes de

haber nacido, pero están oscurecidas en la mente del individuo por la acción nefasta del

cuerpo. Debido a esto no las recordamos con facilidad. Cuando percibimos las cosas de este

mundo, gracias a su parecido con las Ideas, volvemos a recordarlas. Ésta es la famosa teoría

platónica de la anamnesis, cuya principal tesis afirma que “aprender es recordar”. Platón

sostiene también la teoría de la metempsicosis, según la cual, el alma humana reencarna

varias veces mientras se purifica completamente de lo material. Cuando esto se logra cesa

la cadena de reencarnaciones y se instala permanentemente en el mundo de las Ideas.

La excelencia, superioridad y perfección de las ideas destaca de tal manera que se pierde el

valor de las cosas de este mundo. Podemos señalas algunas tesis positivas y algunos

conceptos exagerados o francamente negativos. La excelencia y superioridad del espíritu, la

vida del alma que rebasa las fronteras del cuerpo de valores independientes de la materia, la
posibilidad de una trascendencia con respecto a este mundo, son afirmaciones que han

proporcionado una cosmovisión llena de optimismo y de energía positiva para mucha

gente. Desgraciadamente, junto a esta tesis se han presentado otras con tinte negativo,

como el desprecio del cuerpo y de la materia en general, así como la creencia de que el

cuerpo es la cárcel del alma, y por tanto, constituye la raíz del pecado y de todo mal.

La crítica más severa contra Platón ha sido sustentada por Nietzsche en el siglo pasado.

Según el autor, la consecuencia fatal de las Ideas de Platón consiste en desviar la atención

hacia otro mundo que no existe, con lo cual se pierde el valor de este mundo, que es lo

único que tenemos.

2.- LA COSMOVISIÓN REALISTA DE ARISTÓTELES

(En filosofía, realismo equivale a sostener que los

objetos tienen una existencia independiente de la

percepción humana y de su creatividad). La idea de

Aristóteles fue la unificación de los dos mundos

asentados en la teoría platónica. Las Ideas para el autor,

no constituyen otro mundo sino que, forman parte


integrante de las cosas de este mundo en que vivimos. Cada cosa material cuenta con un

elemento estructurador y unificador llamado forma (equivalente a la idea platónica), que es

inmaterial, inteligible e inmutable. El hilemorfismo (teoría de la materia y la forma) es la

doctrina aristotélica, según la cual la esencia de cada objeto está constituida por dos

elementos: la materia y la forma. La materia es el contenido visible y la forma es la

estructura que le da unidad e inteligibilidad a la materia. La forma está inmersa en el mismo

objeto, no existe un mundo separado.

En el hombre la materia es su cuerpo y la forma es su alma. La esencia del hombre no es

sólo espiritual ni sólo material, sino una síntesis de materia con espíritu. El cuerpo no es

una cárcel, sin un constitutivo esencial, sin el cual el hombre no puede alcanzar su

felicidad. Pero el alma es el elemento superior en donde reside su espiritualidad, su

inteligencia y su inmortalidad.

El conocimiento tiene su origen en los sentidos. Primero captamos la imagen concreta,

sensible y material. Posteriormente, por medio de un proceso llamado abstracción, la

inteligencia capta la forma del objeto y con ella elabora su concepto universal. Según

Aristóteles, no hay ideas innatas.

La felicidad del hombre no consiste en purificarse con respecto al cuerpo, sino en realizar

las potencialidades propias de la naturaleza, compuesta de materia y forma. Las virtudes

son hábitos buenos, y se consiguen por medio de una conducta racional.

Aristóteles es el fundador de la Metafísica, que es la disciplina encargada de estudiar los

fundamentos de todo ente y en toda ciencia. Ese fundamento recibe el nombre de ser. El ser
es lo que le da inteligibilidad a todo ente, que es todo objeto o cosa que existe o puede

existir.

3.- LA COSMOVISIÓN TEOCÉNTRICA DE STO TOMÁS DE AQUINO

La idea central de Sto. Tomás de Aquino, de la

cual depende el resto de su Filosofía es la de Dios,

que es el Ser Infinito, creador de todo cuanto

existe. El hombre es una criatura de dios, está

hecho a imagen y semejanza de Él. El hombre

viene de Dios y va hacia Dios. A partir de aquí

surge toda una Filosofía orientadora de la conducta

humana. El amor es la virtud número uno dentro de esta cosmovisión.

Sto. Tomás absorbe casi todas las ideas de Aristóteles: esencia y existencia, materia y

forma, substancia y accidente, acto y potencia, les da su propia interpretación y las

incorpora a la cosmovisión del cristianismo. De aquí surge un sistema filosófico que

sobresale por su excelente estructura, precisión y sistematización de ideas. Sto. Tomás de

Aquino es el filósofo más autorizado dentro del cristianismo, de modo que la doctrina

cristiana actual es una conjunción de los evangelios con los conceptos de ese autor de la

Edad Media.
3.- LA COSMOVISIÓN PESIMISTA DE SHOPENHAUER.

El modelo de cosmovisión pesimista se refiere a que,

según el autor, el hombre no sólo de hecho es infeliz,

sino que, de acuerdo con su propia naturaleza, no

puede encontrar otra cosa que la infelicidad.

La esencia del hombre es voluntad y la esencia de la

voluntad es la tendencia a un objeto, es decir, el

deseo. Por tanto el hombre siempre está deseando

algo y nunca consigue una plena satisfacción. El ser humano vive condenado a una

perpetua infelicidad, es decir, al sufrimiento, y la frustración.

Schopenhauer propone 3 clases de actividad que puede aliviar, mas no suplir, el sufrimiento

humano: la contemplación de la belleza, la práctica de la misericordia y el ejercicio de la

ascética.

Con la belleza el hombre obtiene un cierta satisfacción y puede evadirse de los sufrimientos

de este mundo. Como la misericordia el hombre mitiga el dolor ajeno. Con la ascética el

hombre reprime y sofoca su propia voluntad y con esto logra también una cierta mitigación

de su dolor. Pero de cualquier forma, la esencia del hombre es voluntad y, por tanto, nunca

quedará satisfecho.
5.- LA COSMOVISIÓN DIONISÍACA DE NIETZSCHE.

Tiene como idea central el valor de la

vida, la voluntad y el poder. Se

opone radicalmente a toda Filosofía

que proponga un mundo trascendente

de valores. Su Filosofía se constituye

como un de las críticas más

radicales contra la Metafísica, la

Ética, la Ciencia y la Religión.

En el hombre hay que distinguir lo dionisíaco (energía, vitalidad, poder, voluntad) y lo

apolíneo (serenidad, racionalidad, luz). Para este autor, la mayor tragedia del hombre

consiste en la oposición que se ha levantado contra la expansión de esa energía y voluntad.

La Ética, dice Nietzsche, es sólo útil para los débiles, para los siervos. El origen de la Ética

está en el resentimiento de quienes han visto mermada su vitalidad. Pero los hombres con

espíritu fuerte, señorial, están por encima del bien y el mal, son autónomos y ellos mismo

se formulan sus propias normas, a ellos los llama la raza del Superhombre.

En contra de lo racional, lo ideal, lo conceptual, lo metafísico, lo que no existe, Nietzsche

propone lo concreto, lo sensible, lo actual, lo único que existe. Por esta razón ha
dictaminado que “Dios ha muerto”, es decir, que ya no debe considerarse la primacía de lo

infinito, lo metafísico, lo ideal.

6.- LA COSMOVISIÓN REVOLUCIONARIA DEL MARXISMO.

A pesar de las divergencias tan fuertes entre las

corrientes marxistas, existen algunas ideas en

común. Todo cuanto existe es puramente

material; Dios no ha creado al hombre, sino que

es el hombre el que ha creado la idea de Dios.

Por lo tanto, la religión que propone el

sometimiento de Dios en el fondo es una

alienización (mutilación, separación, despojo)

que merece todo rechazo.

La ciencia, el arte, la moral y la religión, llamadas superestructuras, dependen, en cada

época, de la estructura económica de la sociedad, es decir, de las condiciones materiales de

producción. Los capitalistas tienen sus propias ideas (ideología) con las cuales justifican su

modo de producción, que se resume como un explotación del proletariado.

Todo está en continua evolución, todo es relativo a la época y a la clase social en que se

vive. La clase burguesa debe desaparecer para dar lugar a la dictadura del proletariado. Es
bueno todo lo que favorezca estos ideales. Los proletariados deben unirse para derrocar al

capitalismo explotador. Como puntos centrales de esta cosmovisión surgen, pues las ideas

acerca de la primacía de lo material, el ateísmo y la crítica de toda alienación, el continuo

cambio (dialéctica) y la praxis (acción). La historia misma se ha encargado de detectar y

subrayar los aciertos y las exageraciones de esta cosmovisión.

7.- LA COSMOVISIÓN EXISTENCIALISTA DE SARTRE

Afirma que lo fundamental del hombre es su libertad y su autonomía. Con ella crea sus

valores y orienta su propia conducta. El hombre crea

sus propias leyes. No existe Dios, pues si existiera no se

podría entender la libertad humana. El hombre viene

de la nada y se dirige a la nada, por tanto, vive

condenado a la continua frustración de sus planes.

El hombre es una pasión inútil. Las relaciones

interpersonales son una continua lucha y conflicto

intenso de controlar al otro. No existe la buena fe; el

infierno son los otros, el amor cosiste en volverse fascinante para el otro y de esta manera

atrapar su libertad, por tanto, está condenado al fracaso.

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