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Todo aquel trabajador que tenga las características requeridas por la legislación, que se encuentra
protegido por alguno de los tipos de inamovilidad laboral, no podrá ser: (i) despedido sin justa
causa debidamente calificada por el Inspector del Trabajo competente, (ii) desmejorado o (iii)
trasladado de su centro de trabajo.
Los diversos tipos de inamovilidad laboral que existen se encuentran dispersos en diferentes
textos legales, y son en resumen los siguientes:
1. Inamovilidad Maternal
Trabajadores con menos de 3 meses al servicio del patrono. Si se acordó por escrito con el
trabajador que la contratación estaría sometida a un período de prueba de 3 meses
(Artículo 25 RLOT), durante ese período, no le aplica inamovilidad por salario.
Trabajadores con cargos de confianza: (Artículo 45 LOT) trabajadores cuya labor implica el
conocimiento personal de secretos industriales o comerciales del patrono, o su
participación en la administración del negocio o la supervisión de otros trabajadores.
II.- EFECTO INMEDIATO DE LA INAMOVILIDAD
Cualquiera de los tipos de inamovilidad antes señaladas, trae como consecuencia inmediata que el
patrono, aún con causa justificada para despedir a un trabajador, se encuentra limitado de hacerlo,
hasta que obtenga la autorización que otorgue un Inspector del Trabajo por medio del
procedimiento de calificación de faltas previsto en la LOT. Es esa la única manera que, dentro de la
legalidad, un patrono puede despedir a un trabajador con inamovilidad (Debe existir una causa que
justifique el despido y eso sólo lo determina el ente administrativo).
Ahora bien, de acuerdo a las normas que rigen el procedimiento y los lapsos fijados para cada
etapa procesal, ese procedimiento no debería tardar más de mes y medio. En la práctica, rara vez
prosperan; pues los mismos son admitidos, a veces notificados y casi nunca decididos por las
Inspectorías del Trabajo.
Ante esa situación, los recursos legales pierden eficacia y sólo queda para el patrono hacer un
buen uso de la persuasión y las tácticas de negociación; siendo las acciones legales una estrategia
más para que el tiempo y las tácticas de negociación surtan el efecto requerido: obtener la renuncia
del trabajador al menor costo posible.
Con relación al campo jurídico laboral venezolano, la inamovilidad en nuestro medio posee
rango constitucional ya que el Artículo 95 de la Constitución contempla que los
trabajadores y las trabajadoras, sin distinción alguna y sin necesidad de autorización previa,
tienen derecho a constituir libremente las organizaciones sindicales que estimen
convenientes para la mejor defensa de sus derechos e intereses, así como el de afiliarse o no
a ellas, de conformidad con la ley.
DECRETO DE INAMOVILIDAD LABORAL: El propósito teórico de una medida que acaba de ser
prorrogada por decimo séptima vez en la era Chávez se entiende: dar sostenimiento a la plantilla
laboral. Pero lo que no encaja es su inflexibilidad. "La inamovilidad hace rígido el mercado y,
aunque tiene una gran motivación de orden social, no ha sido producto de un proceso de diálogo
que es necesario establecer entre los actores sociales", opina el especialista.
El considerando del decreto se repite año tras año. Reza que "el Gobierno nacional ha impulsado
un sostenido proceso de diálogo social, destinado a consolidad el aparato productivo". En palabras
de Morales, no es cierto. "No se ha concretado y ha evitado que se escuchen planteamientos del
sector patronal organizado".
El especialista y profesor en Derecho Laboral considera que los sectores patronales, laborales y de
Gobierno deberían discutir en la misma mesa las características del sostenimiento de una medida
que se ha mantenido invariable durante tantos años y que entre otras cosas prestigia al trabajador
incompetente.
Se define el fuero sindical como la garantía que la ley otorga a los trabajadores que
promueven la legalización de un sindicato y a los miembros de las juntas directivas
sindicales, de no ser despedidos, trasladados o desmejorados en sus condiciones de trabajo
sin justa causa; calificada previamente por el inspector del trabajo de las jurisdicción.
Fuero sindical vendría a ser la protección, la garantía, que se otorga al investido; en tanto
que la inamovilidad viene a ser la consecuencia de ese fuero sindical. Es decir, el estado
otorga una protección, una garantía y la manera de hacerlas valer es mediante el
reconocimiento de la inamovilidad; esto es, que no se pueda despedir, trasladar o
desmejorar sin que previamente exista una justa causa debidamente calificada, en este caso
por el inspector del trabajo.
Art. 449 LOT.- "La inamovilidad consagrada en virtud del fuero sindical se otorga para
garantizar la defensa del interés colectivo y la autonomía en el ejercicio de las funciones
sindicales".
Lo que el estado busca garantizar con la institución del fuero sindical, es el interés colectivo
implícito en una organización sindical; el interés de los trabajadores que agrupados en ese
sindicato buscan que sus derechos, conquistas y aspiraciones puedan tener unos
instrumentos y una dirigencia que los haga respetar, canalizar y cumplir.
Beneficiarios
¿Acaso al sindicato?
al trabajador dirigente?
Art. 95 CRBV.- "Los promotores, promotoras (…) de las organizaciones sindicales gozarán
de inamovilidad laboral durante el tiempo y en las condiciones que se requieran para el
ejercicio de sus funciones…"
Con respecto a la duración y prorroga, el art. 450 LOT, consagra esta inamovilidad,
definiendo su alcance al señalar que desde la notificación formal que se haga de la
disposición de constituir un sindicato, desde esa misma fecha, corre la inamovilidad a favor
de aquellos trabajadores, firmantes de dicha notificación; inamovilidad que se mantiene
hasta la inscripción que se haga del sindicato en el registro correspondiente y por diez (10)
días después de este acto (inscripción o negativa a inscribir) quedando establecido que este
lapso no podrá ser mayor de tres (3) meses.