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SOBRE LA RELACIÓN DE LA PEDAGOGÍA CON LA PSICOLOGÍA

Ricardo Nassif
EL PROBLEMA
Nadie puede ya negar la importancia de las ciencias psicológicas para las ciencias de la
educación y para la actividad especifica que estas últimas comprenden y regulan. En la compleja
trama de la actividad educativa los factores psicológicos tienen un lugar tan destacado, que hasta
resulta difícil escapar a la tentación de hacer de la educación un proceso puramente psíquico. Y
es justamente esa fuerte presencia de lo psíquico, incrementada por el gran desarrollo de su
ciencia, lo que obliga a educadores y a pedagogos a bucear más hondo en la cuestión desde el
ángulo del análisis epistemológico.
El objetivo de ese análisis no puede ser otro que el de determinar hasta que punto puede
exaltarse el valor de la psicología para la pedagogía y, sobre todo cual es la posición de aquella
frente a la pedagogía considerada como una esfera independiente de investigaciones. No
examinar el asunto seria como dejar librada a su propia suerte el destino de las ciencias
pedagógicas necesitadas cada vez más de una sólida fundamentación. Encarándolo con decisión
podrán derivarse criterios fundamentales para la aplicación correcta de los conocimientos
psicológicos a la teoría y la práctica educacionales, y lograr una conciencia del problema que no
siempre es clara, no solo en los psicólogos que aportan su bagaje científico a la educación, sino
también en los mismos pedagogos.
EL PUNTO DE VISTA Y LOS SUPUESTOS
Lo primero es adoptar un punto de vista general y exponer los supuestos que puedan apoyar
formas adecuadas de encuentro para ambas disciplinas.
En esta nota nos movemos con un criterio pedagógico estricto. No manejamos el criterio
psicológico, legitimo en su esfera, dada que lo que interesa establecer es el valor de las
investigaciones psicológicas para la educación, y la manera de que el pedagogo les de libre
acceso a su circulo sin perder su control. Si nuestro enfoque fuese psicológico bastaría con acatar
las leyes específicas de la psicología desprendidas de su real y efectiva relación con lo educativo.
El hecho de que el hombre como ser psíquico y espiritual; predominantemente como ser psíquico
y espiritual, sea el sujeto de la educación, reviste a los factores psicológicos de una importancia a
primera vista mayor que la que parecen tener otros factores, que, sin embargo están también
presentes en el proceso educacional. Esta circunstancia justifica el especial tratamiento de la
ubicación de la psicología frente a la pedagogía, y si bien lo que aquí se diga puede extenderse a
las restantes disciplinas auxiliares de la pedagógica (biología, sociología, etc.) ello es solo válido
en cuanto a la forma básica de unión y no con respecto a los contenidos propios de cada
disciplina. Aquí ya es necesario particularizar y lo que se afirme para la relación pedagogía-
psicología vale únicamente para esa relación.
Tal el punto de vista general. En cuanto a los supuestos —que, por razones de síntesis, no
podemos llevar aquí más allá de una simple forma axiomática— se nos ocurre que podrían ser los
siguientes
a) La pedagogía es una disciplina autónoma con campo y enfoque propios, que se ubica en el
sector de las ciencias llamadas "espirituales", "culturales" o, para usar una terminología menos
comprometida, de las "ciencias humanas" no naturales.
b) La psicología es también una disciplina autónoma con un visible mayor desarrollo que la
ciencia pedagógica, especialmente en el terreno metodológico. Aunque sus conexiones con el
mundo biológico son más claras que en el caso de la pedagogía, también la psicología es una
ciencia humana por excelencia.
c) Las ciencias humanas se caracterizan hoy por sus permanentes entrecruzamientos, por un
servicio mutuo ("interciencia", "enfoques interdisciplinarios") , que de ningún modo hace peligrar la
autonomía de cada una de ellas, siendo el "criterio de los intereses" o el de la dirección de la
investigación el más adecuado para circunscribir los propósitos y los dominios particulares.
Como puede observarse, estos supuestos, largamente trabajados por las ciencias humanas de
nuestro tiempo, no solo sirven 'para construir las bases de nuestro rápido esbozo, sino también
para la ya reclamada conciencia del problema que nos ocupa. Los aceptamos como supuestos,
precisamente porque no nos proponemos discutir la autonomía de las ciencias psicológicas ni la
de las ciencias pedagógicas. Lo que nos interesa es determinar la suerte de la pedagogía frente al
avance de la psicología, cuál es el puesto que a ésta le corresponde y cuáles los principios para
que el educador aplique los resultados de las investigaciones psicológicas.
LA RELACION PEDAGOGIA-PSICOLOGIA
Esquematizando, puede decirse que existen tres actitudes fundamentales ante el tema de las
relaciones de la pedagogía con la psicología.
La primera parte de la tesis errónea que convierte a la pedagogía en psicología, es la actitud del
psicologismo pedagógico y educacional. Como psicologismo "pedagógico" consiste en la cesión
de todos los derechos de la pedagogía en beneficio de la psicología, esto es, en la pérdida de la
independencia de la ciencia educativa. Como psicologismo "educacional" significa un enfoque
parcializado y unilateral de la educación que queda reducida a un exclusivo proceso de
aprendizaje, a un mero movimiento de lo
subjetivo-individual.
La tendencia al psicologismo pedagógico y educacional se alimentó del desarrollo de la
pedagogía experimental y, particularmente, de uno de sus sectores de marcada tonalidad
empirista (Ernst Neumann y Wilhelm A. Lay, entre otros). En este movimiento, como muy Bien ha
dicho Juan Roura-Parella, en Educación y ciencia, el psicólogo domina al pedagogo y lo somete a
su exclusivo interés.
El error básico del psicologismo, que en nuestros días adopta formas muy diversas, se produce en
la superposición de círculos que deben ser tangenciales o, si se quiere, hasta insertos el uno en el
otro, perdiendo de vista la totalidad del fenómeno educacional, y, por consiguiente, su simultánea
naturaleza de realidad social y proceso cultural supraindividual y objetivo. No obstante, el error
debidamente analizado permite sacar algunas conclusiones defendibles. Es así como la esfera
pedagógica se presenta como más amplia, al menos cuando se habla de la relación pedagogía-
psicología desde el punto de vista de la primera. Al penetrar en el mundo educacional, atraída y
requerida por éste, la esfera psicológica se convierte en parte de la ciencia educacional, pues es
el interés pedagógico quien determina el propósito y la necesidad de la investigación. Lo contrario
seria caer en el psicologismo, sin perjuicio por cierto de que el psicólogo pueda asimilar elementos
valiosos para su ciencia, o penetrar en el campo educativo con exclusivas intenciones
psicológicas.
Aquí se manifiesta claramente el tercero de los supuestos arriba enunciados, referido al mutuo
servicio de las ciencias. Con respecto a la de la educación, múltiples disciplinas vienen en su
ayuda para esclarecer su temática específica, pero es siempre la intención pedagógica la que da
sentido a los aportes llegados desde fuera. Hermann Nohl lo ha expresado en su Teoría de la
educación con un ejemplo muy convincente: "¿Qué es lo que no participa en la escuela activa o
del trabajo? Intereses sociales, económicos, éticos, psicológicos y cívicos; todos estos factores
particulares tienen que ser precisos, pero, en última instancia, la escuela activa es una idea
pedagógica y partiendo de la pedagogía tiene que justificarse la síntesis peculiar de todos los
factores de la escuela activa". Es decir que la inserción de otros campos o elementos científicos
en la compleja realidad educacional no puede hacerse con sacrificio de todos los que caben en
ella, y mucho menos de la idea central y del enfoque que ha de ser eminentemente pedagógico.
El breve tramo recorrido nos facilita el acceso a las otras dos soluciones anunciadas sobre la
relación de la pedagogía con la psicología. De éstas la primera fue sólidamente fundamentada ya
a principios del siglo XIX por Herbart que hizo de la psicología una ciencia auxiliar básica de la
pedagogía. La otra es atribuible al instrumentalismo científico y filosófico de John Dewey para el
cual la psicología es propiamente una fuente de la ciencia de la educación.
Herbart introdujo en el desarrollo histórico de la pedagogía la primera teoría coherente de las
ciencias auxiliares, reconociendo su incontrovertible necesidad, pero reclamando un prudente
"trato bienhechor", casi podría decirse de buen vecino y sin ningún propósito de avasalla miento.
La idea de Dewey sobre la psicología como fuente es similar, porque también se trata de una
ciencia auxiliar. Clara es que para el filósofo americano se trataría de una fuente de segundo
grado que junto a otras, coma la sociología, la biología y la misma filosofía, contribuyen al
tratamiento adecuado de las cuestiones que plantea la realidad educativa que es, en sentido
estricto, la única y verdadera fuente de la pedagogía. Concepciones similares, pero no idénticas,
pues en la herbartiana la psicología proporciona el conocimiento del individuo, conocimiento que
conserva muy acentuadas las huellas del interés psicológico puro. El educador que se apega a
Herbart puede tomar la investigación psicológica tal cual y aplicarla casi forzadamente a su
actividad, sin tener en cuenta su interés especifico. El punto de vista de Dewey, en cambio, nos
parece mas pedagógico, sin contar con que la expresión "fuente" es menos riesgosa para la
autonomía de las disciplinas pedagógicas.
LOS PRINCIPIOS
A esta altura es posible precisar algunos principios muy generales, capaces de regular la
aplicación de la psicología a la teoría y a la práctica de la educación. Podrían ser los
siguientes: a) La aplicación de la psicología a la pedagogía no puede hacerse en perjuicio de la
autonomía de esta última.
b) El criterio que debe regir esa aplicación ha de ser pedagógico, cuando del interés educacional
se trate (en la práctica este principio se traduce cuando el psicólogo asiste al maestro en la tarea
educadora, sin perjuicio de que el maestro pueda asistir al psicólogo cuando se trate de la
investigación psicológica pura)
c) El conocimiento psicológico se utilizará en educación como un elemento científico más para la
comprensión del complejo educacional.
d) Desde el punto de vista de una pedagogía autónoma, el campo pedagógico se presenta como
mucho más amplio que el psicológico, y necesita fundar su coherencia en la comprensión de la
totalidad de los factores de la educación, aparte de los meramente psicológicos.
DOS EJEMPLOS
Como los ejemplos son los únicos capaces de demostrar la verdad o la falsedad de los principios
generales, será bueno intentarlos. Y lo haremos refiriéndonos a dos cuestiones que parecen
participar tanto de 10 psicológico como de lo pedagógico: la orientación profesional y la
educabilidad.
Si la orientación profesional puede —coma se está hacienda actualmente— encararse con un
criterio que vaya mas allá de lo meramente psicológico, introduciéndola más en el campo
pedagógico, el resultado ha de ser seguramente positivo.
Tal como se presenta en la vida contemporánea, la profesión constituye una compleja estructura
que escapa a toda consideración unilateral. Es por ello que si bien la determinación de las
aptitudes individuales para una dirección precisa del quehacer cultural, es fundamental para el
consejo profesional, no ha de creerse que es su único aspecto. En la profesión intervienen otros
elementos objetivos y de formación, formación que es producto del encuentro de lo subjetivo-
individual con lo objetivo-supraindividual.
De ahí que la elección profesional sólo pueda resultar de un proceso formativo en el cual se
produzca el ensamblamiento de las dos fuerzas. Esto significa que no basta que el orientador sea
psicólogo, o, mejor dicho, que la orientación sea campo exclusiva de la psicología. Como lo ha
expresado Eduard, Spranger, "seria de lamentar que nuestros consejeros de la profesión a elegir
se considerasen como meras castas consultivas o puestos de información y no como pedagogos
en el más elevado de los sentidos". De la breve cita puede concluirse que la elección profesional
está en la cima de un proceso formativo, a través de la cual el hombre va comprendiendo, por el
cultivo cada vez más libre de sus capacidades y el ejercicio de sus disposiciones, donde esta el
punto de contacto de su "destino individual con la expansión universal".
Por otra parte, y entrando ya en un terreno diferente, la orientación profesional no sólo debe ser
obra de una labor formativa, sino que está seguida por la educación para la profesión y .ésta,
tanto como aquélla, es problema pedagógico. En este caso aparece clara la fuerza integradora de
lo pedagógico que es capaz de dar al tema de la orientación y la formación profesionales una
amplitud que no puede alcanzar a la luz de cualquiera de los enfoques parcializados o
unilaterales, por más legítimos que sean.
El segundo ejemplo prometido es el de la educabilidad. Desde Herbart, que "pedagogizó" el
concepto, la educabilidad ha sido definida como la plasticidad para recibir influencias y elaborar
sobre ellas nuevas formas personales. La educabilidad constituye el gran supuesto de la
educación y, por consiguiente, de la pedagogía.
Pues bien, este concepto pedagógico básico está en la zona limítrofe con la psicología y hasta de
la biología. Gráficamente puede ubicarse en el sector en que ambos círculos se interpenetran. Tal
vez por ello no es casual verlo expuesto como un concepto psicológico. Es indiscutible que tiene
raíces psicológicas, pero no puede atribuírsele dirección psicológica. Su intencionalidad procede
de las necesidades de la pedagogía y de la educación escapando de la pura ciencia de la vida
anímica. Además no depende de meras condiciones individuales, porque una educabilidad de
esta índole ha dejado de ser la única para la pedagogía. Junto a la educabilidad individual o
natural, se hace cada vez más evidente la denominada educabilidad histórica o epocal. En cada
momento de la vida de los pueblos, y de acuerdo a los valores y pautas predominantes, pareciera
que los hombres tuvieran una mayor disposición o plasticidad hacia esos valores y pautas, y no
para otros. Hay una cierta condicionalidad para recibir la influencia del "espíritu del tiempo" y
desde allí comprender la totalidad humana y construir la propia personalidad.
También con el de educabilidad, la pedagogía ha ganado para sí un concepto, una categoría
especifica, que los psicólogos y los biólogos suelen discutirle, y demostrado cómo ha sido capaz
de ampliarlo más allá de lo meramente individual.
Con el mismo tono sería posible tocar el problema de la evolución psicológica desde el punto de
vista de la pedagogía, o el concepto de estructura, pero el espacio es breve y no queremos
concluir sin rozar otro tema para cuyo examen son aprovechables los materiales acumulados
hasta aquí. Nos referimos al de la psicología pedagógica.
LA PSICOLOGIA PEDAGOGICA
El género de investigaciones y conocimientos que se reúnen bajo la común denominación de
"psicología pedagógica", "psicología educacional" o "psicopedagogía", ha merecido una gran
diversidad de definiciones y concepciones. Un escritor argentino, Aníbal Ponce (en Problemas de
psicología infantil) ha dicho de ella que es "una ciencia híbrida en la cual los pedagogos no saben
nada de, psicología y en la cual los psicólogos ignoran todo sobre educación". Mucha verdad
encierra la ironía si se piensa que la psicopedagogía no puede ubicarse definitivamente en un
campo, porque los dos bandos se la disputan como irreconciliables enemigos. No obstante el
dualismo puede superarse si se modifica el criterio pie apreciación.
Es indudable que la psicología pedagógica se apoya en el conocimiento psicológico y en su
metodología básica. Pero el interés o la dirección que determina su constitución no es psicológico,
sino pedagógico. De lo contrario sería psicología y nada más. En tanto la pedagogía asimile los
conocimientos- psicológicos con intención educativa, estos conocimientos pasan a ser ciudadanos
de su mundo.
Queremos concluir estas breves notas. Sólo en una pedagogía entendida como síntesis autónoma
con intereses y sentido específicos, está la barrera para evitar los errores del psicologismo y
también —para qué negarlo— del mismo pedagogismo. Nada más que en el equilibrio de las
ciencias humanas, un equilibrio que además sea estrecha cooperación entre sus cultivadores,
puede crecer una más perfecta comprensión del hombre que es su sujeto y su objeto.

LAS LEYES, LOS PRINCIPIOS Y LAS CATEGORÍAS DE LA PEDAGOGÍA.


Autores: M.Sc Alberto García Rodríguez.(1)
M.Sc Ismael Peñate Hernández.(2)
M.Sc Oscar Paz Gómez (3)
RESUMEN.
La complejidad de la educación se transfiere a la ciencia que se ocupa de estudiarlo: la
Pedagogía cuyo carácter científico ha sido durante años controvertido sobre todo porque se ha
puesto en dudas que posea su propio objeto de estudio, el cual puede, a simple vista, aparecer
repartido entre las llamadas ciencias de la educación y la Didáctica; pero si puede defenderse
la idea de que la Pedagogía se ocupa de los aspectos más generales relacionados con la
dirección del proceso de educación del ser humano y que en ella puede encontrarse explicación
sobre la legitimidad de la educación los principios que permiten dirigirla, las categorías que
nombran sus procesos fundamentales y la manera de estructurarla como sistema de acuerdo
con determinados componentes.
INTRODUCCIÓN
Puede calificarse de indiscutible que la educación es un fenómeno social. Sociedad y educación
existen de manera inseparable, de tal suerte que si bien la educación es marcada por el
desarrollo de la sociedad, por las generalidades y peculiaridades de la cultura , por los
intereses clasistas dominantes y por las tendencias de la política, todos estos factores,
también, en cierta medida, han sido siempre sus resultados directos o indirectos.
Hoy que cada vez más las necesidades de los hombres se satisfacen por los productos de su
inteligencia y su creatividad, hoy que se han creado condiciones, como nunca antes, para que
“los seres humanos por primera vez programen su propio destino”(Fidel Castro, 2004:4); pero
que, por otra parte, se han acumulado problemas globales que exigen de personas
integralmente mejores, la educación debe ser una prioridad de cada institución y de cada
hombre o mujer en cualquier parte del mundo.
Desafortunadamente, muchos hombres y mujeres no invierten suficiente energía en este
asunto y priorizan, por ejemplo, el consumo, algunos obligados por lo precario de la existencia,
otros por el interés en ostentar superioridad en la tenencia de vienes materiales, manera
fundamental que encuentran para sentirse realizados; entre estos se encuentran la mayor
parte de los defensores de volver a la educación espontánea, individual, pero con el apoyo de
las modernas tecnologías de la información y la comunicación, o lo que es lo mismo una
educación sin escuela; por su puesto que pensar así los libera de la necesidad de preocuparse
por
la pedagogía. Unido a lo anterior aparece la complejidad del fenómeno educacional,
complejidad que se transfiere a la teoría y provoca que los estudiosos del asunto encuentren
dificultad para hallar acuerdos sobre si es o no la pedagogía una ciencia y para establecer sus
relaciones y límites con ciencias afines sobre todo con la Didáctica.
Para los interesados más seriamente en la educación y en la escuela estas necesitan de un
sólido trasfondo teórico, para muchos entre ellos, la pedagogía es el sistema teórico-
investigativo que tiene como único objeto la educación. No obstante para todos
independientemente de la posición que asuman, pueden resultar preguntas difíciles o al menos
ininteresantes las siguientes: ¿cuáles son los contenidos que pueden encontrarse en un libro
de pedagogía que no sean contenidos de la Filosofía de la educación, de la Sociología de la
Educación o de la Didáctica? Si bien la educación es el objeto de estudio de la Pedagogía ¿cuál
es su campo de acción?
En el presente trabajo se abordan posibles respuestas a estas preguntas como resultado del
estudio y de la reflexión crítica y desprejuiciada de los autores a quienes no anima pretensión
alguna más allá del deseo de sumarse a la larga lista de maestros interesados en hacer más
eficiente la dirección del fenómeno educacional, para lo cual, además de perfeccionar la
práctica escolar se hace imprescindible depurar y consolidar la teoría pedagógica. Si se quiere
identificar cual es el problema que aquí se debate puede decirse que es el campo de acción y
los contenidos de la pedagogía como ciencia.
DESARROLLO.
Cumplir con el propósito que nos hemos impuesto requiere, en aras de la precisión, declarar
nuestras posiciones con relación al sistema de ciencias que giran alrededor de la educación.
Pensamos que las ciencias de la educación son aquellos campos dentro las ciencias que se
ocupan del hombre que se refieren a su educación, por ejemplo la Filosofía de la Educación, la
Sociología de la Educación, la Historia de la Educación y la
Psicología Educacional y que la Pedagogía es la ciencia que tiene como objeto de estudio el
proceso concreto de educación. Según nuestra representación la pedagogía se completa con
ciencias más particulares que son sus ramas, a saber, la Didáctica, la Pedagogía comparada, la
Pedagogías militar, deportiva, especial, de formación profesional.
Orientarse hacia el campo de acción y los contenidos de la Pedagogía no resulta una tarea
simple, sobre todo porque en la literatura, frecuentemente, no se deslindan sus límites con las
ciencias particulares que constituyen sus ramas y con las llamadas ciencias de la educación.
Por ejemplo muchos libros que se llaman”Pedagogía” aparecen divididos en dos partes 1)
Teoría de la enseñanza(Didáctica) y 2) Teoría de la educación y en esta segunda parte pueden
encontrarse ordenados de manera lógica contenidos que se refieren a la dirección de la
formación de cualidades y conductas en los alumnos junto a otros que, hoy descubrimos,
pertenecen a los campos de la Filosofía de la Educación y la Sociología de la Educación ¿cuáles
son entonces los verdaderos contenidos pedagógicos?.
Actualmente estos materiales, aunque conservan importancia, son criticados porque ofrecen
una concepción dicotomizada del proceso pedagógico, opinión con la cual coincidimos y
también con el argumento de que se ha avanzado ya hacia una didáctica que interviene en la
dirección de los aspectos formativos.
De todas maneras, a primera vista puede parecer que después que se establecen los campos
de acción de la Filosofía , la Sociología de la Educación y la Didáctica se priva a la Pedagogía
del suyo. Esta posibilidad, y con intención de dejar lo más clara posible nuestra posición, nos
obliga, aunque sea someramente, a declarar nuestras representaciones sobre cada una de
estas ciencias cercanas a la Pedagogía.
“Actualmente no existe un criterio definido acerca del concepto filosofía de la educación”
( Martha Martínez Llantada, 2003: 2) lo cual tiene mucho que ver con la gran variedad de
concepciones del mundo y teorías filosóficas que coexisten en el plano internacional. En Cuba
es mayor el consenso porque la mayor parte de los que estudian el tema coinciden en que esta
ciencia se ocupa de los aspectos teórico-educacionales más generales, aquellos de tipo lógico,
axiológico epistemológico y que interviene en las explicaciones sobre la educabilidad del
hombre en la sociedad, en el estudio de los fines que en tal sentido deben proponerse así
como en las condiciones generales en que la educación debe producirse.
“Del encuentro que se produce entre la Sociología y la Pedagogía al abordar un terreno común,
la educación, surge una nueva rama del conocimiento científico: la Sociología de la
Educación”(Antonio Blanco, 2001: 8), aunque esto es perfectamente comprensible, lo cierto es
que las definiciones sobre esta ciencia y las identificaciones de su objeto de estudio son tan o
más proliferas que con respecto a la Filosofía de la Educación. Para nosotros es una rama
especial de la Sociología que estudia la relación recíproca entre sociedad y educación y por esa
vía el proceso educativo como de socialización del individuo y las peculiaridades de las
interacción de la escuela con el resto de los contextos sociales en los que actúa el educando. “
Una definición contemporánea de la Didáctica deberá reconocer: su aporte a una teoría
científica del enseñar y el aprender, que se apoye en leyes y principios; la unidad entre la
instrucción y la educación;...”(Silvestre y Zilberstein, 2002: 2) este es de los criterios más
extendidos actualmente, según el cual la didáctica trasciende los límites de una normativa
técnico-artística para conducir el aprendizaje y se erige en verdadera ciencia de un proceso de
enseñanzaaprendizaje donde se enseña y se educa, se aprende y se alcanza desarrollo y
formación. No obstante, aun prestigiosos teóricos conceden a la Didáctica un campo más
limitado a la práctica del proceso pedagógico. Hechas estas precisiones debemos replantearnos
la cuestión de esta manera: si la Pedagogía no se ocupa de los aspectos teórico-educacionales
más generales, aquellos de tipo lógico, axiológico, epistemológico, ni de las explicaciones sobre
la educabilidad del hombre en la sociedad; no estudia la relación recíproca entre sociedad y
educación y por esa vía el proceso educativo como de socialización del individuo y las
peculiaridades de las interacción de la escuela con el resto de los contextos sociales en los que
actúa el educando ni tampoco se concreta solo al proceso de enseñar y aprender, aun
concebido de manera amplia ¿cuál es entonces el campo de acción de la pedagogía? ¿qué
contenidos aborda? “Por regla general en los tratados de Pedagogía y de Didáctica se
confunden esos límites y el lector no aprecia con claridad la diferencia entre un texto
pedagógico y otro didáctico. El sesgo pedagógico de un discurso educativo es más teórico
mientras el didáctico aborda la práctica más directamente. Es por eso que se reitera que si la
práctica y la teoría no pueden separarse, tampoco pueden distanciarse la Pedagogía y la
Didáctica” (J. Chávez, 2003:5). Si bien esta declaración puede pecar de demasiado radical al
enmarcar a la pedagogía en el tratamiento de lo teórico y a la Didáctica en lo práctico; desde
el punto de vista metodológico es muy útil, pues favorece la orientación de quienes intentan
encontrar los límites entre las ciencias en cuestión. pedagogía no es el proceso de enseñanza-
aprendizaje porque ese es el objeto de estudio de la Didáctica. El campo de la Pedagogía debe
buscarse en una dirección más generalizadora. El estudio en la literatura cubana y
latinoamericana más actualizada, junto con nuestras propias reflexiones, nos inclina a pensar
que el campo de acción de la pedagogía comprende los estudios teóricos generales de la
dirección del proceso de educación, lo cual se desglosa en los siguientes contenidos de
estudio: las leyes que rigen el proceso educacional, los principios para su dirección, el sistema
categorial mediante el cual se designan sus procesos fundamentales y los componentes que
permiten estudiarlo como sistema conscientemente dirigido. De esta manera se puede trazar el
cuadrilátero teórico básico de la pedagogía.

De esta manera se puede trazar el cuadrilátero teórico básico de la pedagogía.


Aquí están los contenidos básicos que estudia la pedagogía. Hecha esta precisión corresponde
que hagamos un análisis de la estructura interna de cada uno de ellos y de las relaciones que
guardan entre sí.
Toda ciencia necesita evidenciar un sistema legítimo como uno de los requisitos para ser
reconocida como tal. Las leyes no son un resultado exclusivo del discernimiento teórico, eso
sería especulación, ellas existen en la realidad objetiva como regularidades estables y
necesarias independientemente de la voluntad del que las estudie. El proceso se completa
cuando estas regularidades son descubiertas y formuladas teóricamente. Esa ha sido una
ardua tarea de la pedagogía.
El problema de las leyes se desenvuelve en una controversia:
• En cuanto a la determinación y formulación de las mismas.
• En cuanto a si existen o no como leyes.
Leyes de la pedagogía. Principios de la pedagogía.
Categorías de la pedagogía.
Componentes de la educación como sistema dirigido
Aquí están los contenidos básicos que estudia la pedagogía. Hecha esta precisión corresponde
que hagamos un análisis de la estructura interna de cada uno de ellos
y de las relaciones que guardan entre sí.
Toda ciencia necesita evidenciar un sistema legítimo como uno de los requisitos
para ser reconocida como tal. Las leyes no son un resultado exclusivo del
discernimiento teórico, eso sería especulación, ellas existen en la realidad objetiva
como regularidades estables y necesarias independientemente de la voluntad del
que las estudie. El proceso se completa cuando estas regularidades son
descubiertas y formuladas teóricamente. Esa ha sido una ardua tarea de la
pedagogía.
El problema de las leyes se desenvuelve en una controversia:
• En cuanto a la determinación y formulación de las mismas.
• En cuanto a si existen o no como leyes.

En cuanto a cuáles son y cuántas son.


Luego de un estudio detallado y minucioso asumimos las formuladas por Carlos
Álvarez de Zayas(1999), por ser las más orientadoras y las más sintetizadoras de la
realidad escolar.
1. Relación del proceso docente educativo con el contexto social. La
escuela en la vida.
2. Relación interna entre los componentes del proceso docente
educativo. La educación a través de la instrucción.
Los debates y todo el estudio reflexivo realizado, a partir de la literatura pedagógica
disponible, por los autores han conducido a precisar las funciones de las leyes de la
pedagogía, las cuales pueden expresarse de la siguiente forma:
• Establecer los nexos necesarios, estables entre los fenómenos y procesos
de la educación.
• Defender el carácter del proceso educacional como fenómeno con
personalidad propia.
• Permiten el estudio de la educación como proceso.
La ley por su carácter de formulación teórica muy general precisa de ser
auxiliada, para hacer acto de presencia en el proceso de educación, de
formulaciones más precisas que tienen carácter normativo e indicador y estos
son los principios del proceso pedagógico.
Los principios son imprescindibles para la dirección científica del proceso
pedagógico; a pesar de que esta afirmación no es puesta en dudas por la
comunidad científica “ se evidencia que no existe consenso ni en la forma de
nombrarlos ni en su explicación, existen diferencias de enfoque para ser
llevados a la práctica...” (F.Addine... [et al ] 2002: 81).
En la literatura, procedente del excampo socialista europeo que fue, durante
muchos años, nuestro principal paradigma como fuente pedagógica se tratan
de forma dicotomizada los procesos de enseñanza y educativo por lo que en
ella se abordan principios de la enseñanza y principios de la educación
comunista. Los esfuerzos de un grupo de profesores encabezado por la
doctora Fátima Addine dieron como resultado la formulación de un sistema de
principios del proceso pedagógico, los cuales asumimos por considerarlos
válidos para la pedagogía y porque de ninguna manera sustituyen a los
principios didácticos los cuales son tratados por la Didáctica.
1.- “...la unidad del carácter científico e ideológico del proceso pedagógico”.
2.- “...la vinculación de la educación con la vida, el medio social y el trabajo
en el proceso de educación de la personalidad”
3.- “... de la unidad de lo instructivo, lo educativo y lo desarrollador”
4.-“... la unidad de lo afectivo y lo cognitivo”
5.-“... del carácter colectivo e individual de la educación, y el respeto a la
personalidad del educando”
6.-”... la unidad entre la actividad, la comunicación y la personalidad” (Ob.
Cit, 2002: 81)
En el trabajo” Principios para la dirección del proceso pedagógico”, de
los autores que se han estado citando, pueden estudiarse, además, las
funciones que asignan a estos principios a saber lógica-gnoseológica,
metodológica y práctica.
El asunto de las categorías no ha sido menos cuestionado que los anteriores,
no obstante el estudio de este problema, en la bibliografía a nuestro alcance
aparejado a la reflexión sobre la realidad educacional, nos ha conducido a
defender como categorías básicas de la pedagogía las que aparecen el
esquema siguiente:
EDUCACIÓN
PROCESO PEDAGÓGICO
PROCESO DE
ENSEÑANZAAPRENDIZAJE
PROCESO
EXTRADOCENTE
INSTRUCCIÓN, DESARROLLO EN SENTIDO
ESTRECHO Y FORMACIÓN.
APRENDIZAJE
DESARROLLO EN SENTIDO
AMPLIO
ENSEÑANZA
Las categorías, son los conceptos básicos más generales sin los cuales carecerían
de valor las leyes y los principios, porque no estaría terminada de formar la teoría
pedagógica de la que ellos forman parte. En las categorías pueden identificarse un
sistema de funciones imprescindibles a la existencia de la ciencia, en este caso la
pedagógica, ellas son las siguientes:
• Función semántica e identificadora de los procesos y resultados.
• Función epistemológica.
• Función orientadora para la búsqueda de nuevo conocimiento.
• Función comunicativa.
• Función organizadora de la teoría.
• Función de apoyo a la dirección del proceso.
Las categorías nombran y permiten identificar a la educación y a sus subprocesos,
son imprescindibles para estudiar el origen y naturaleza del conocimiento sobre
educación; sin ellas sería imposible la comunicación de los conocimientos
pedagógicos y el proceso de búsqueda de los mismos así como la planificación y
control del fenómeno educacional.
Las categorías permiten que se operacionalicen las leyes y los principios,
contribuyen el colofón de la pedagogía como teoría científica. Dicho de otra
manera leyes, principios y categorías se ensamblan para constituir el núcleo teórico
básico de la pedagogía; pero esta al estudiar la dirección del proceso de educación
como sistema, señala, además, los componentes que permiten estructurarlo de
acuerdo con la segunda ley formulada por Carlos Álvarez, a la cual ya hemos hecho
referencia.
De acuerdo con la segunda ley formulada por Carlos Álvarez, el proceso de
educación debe ser dirigido a partir de la relación interna entre sus componentes.
Cuando para explicar esa relación nos referimos a objetivos de diversos niveles del
currículo, a contenidos curriculares, métodos, medios etc, estamos hablando de
didáctica; ahora bien estos componentes en términos pedagógicos pueden ser:
Objetivos: los más generales de la educación escolarizada. Objetivos formativos
del nivel y del grado.
Contenidos: los valores, las competencias del egresado, no solo en el caso del
proceso pedagógico de formación del profesional porque también deben formarse
competencias para la vida social en los egresados de los diferentes niveles de la
educación general.
Metodologías pedagógicas: por ejemplo indicaciones generalizadoras como las
siguientes, la dirección del proceso educacional requiere partir de los objetivos más
generales, realizar un diagnóstico que establezca el estado real del fenómeno a
transformar, determinar la estrategia educativa la cual contempla el desglose de los
objetivos a partir del pronóstico por etapas y las acciones para la transformación y
para la evaluación de los resultados.
Ya al final de estas opiniones, insistimos en que todos estos contenidos, tanto ayer
como hoy han sido y son objeto de profundos debates y que se está, aun, lejos de
alcanzarse consenso al respecto.
CONCLUSIONES
La existencia de una ciencia no depende exclusivamente de la voluntad de las
personas, es necesario para ello que determinado sistema teórico-investigativo
reúna un grupo de requisitos dentro de los cuales el primero es disponer de su
propio objeto de estudio. La pedagogía tiene el suyo: la educación; este fenómeno
es estudiado por otro ciencias desde distintas perspectivas.
El campo de acción de la pedagogía se refiere a los estudios teóricos generales de
la dirección del proceso de educación. Sus contenidos básicos son las leyes,
principios y categorías los cuales se complementan con los componentes sistémicos
que dan fundamento a la dirección de la educación.
No obstante estas precisiones consideramos que por la propia complejidad de
educación y de los estudios que sobre ella se realizan así como por la inmadurez de
otras disciplinas limítrofes, la Pedagogía es una ciencia en proceso de consolidación.

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