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“Buenas noches a todos, queridos todos. Quiero empezar por hacer un par de
aclaraciones. Algún diario publicó y algunas radios reprodujeron la noticia de
que esta noche yo iba a encabezar una marcha contra el gobierno. Bueno, ni
encabezo ninguna marcha –porque yo no encabezo nada, no nací para
encabezar– ni esta concentración es una concentración contra el gobierno. Yo
diría que al revés, esta concentración está alimentada por una esperanza
colectiva, una esperanza que compartimos todos de que el gobierno escuche
otras voces y no sólo las voces que lo urgen a tomar decisiones apuradas en
relación con temas fundamentales que son importantes para el país. Porque hay
decisiones que toman 15 minutos o veinte pero después tienen consecuencias
durante siglos.
¿O acaso hemos vuelto a los tiempos de la Santa Inquisición y ahora nos van a
quemar con leña verde, por creer que alguna de las medidas que el gobierno
está tomando son equivocadas o apresuradas?
¿Por qué?
Porque este gobierno no nació de la oreja de una cabra y no fue votado por un
señor que se llama mercado, que parece que es el que nos está tomando los
deberes.
Porque ahora se dice: No, lo que pasa (me lo dicen amigos, gente querida,
compañeros que quiero), me dicen: Eduardo, vos no entendés que el mercado
está satisfecho. Les digo: ¿El mercado? Me dicen: esto no, porque el mercado
no quiere.
El Frente Amplio no tiene que rendir cuentas al Sr. Mercado pero si está
obligado a rendir cuentas al pueblo que lo votó.
En estos días, en estos tiempos, estamos viviendo –yo creo que no sólo el
Frente, el gobierno, sino el país todo– tiempos muy difíciles. Sin duda que el
gobierno ha heredado un país hipotecado, endeudado hasta la manija, cuyos
márgenes de soberanía se han estrechado, se han hecho cada vez más
angostitos. Y entonces se vive un clima en el cual es muy difícil decir algunas
cosas, y yo lo comprendo.
Comprendo que pueda haber sectores de la población, como ahora ocurre con
algunos sectores en Fray Bentos, que estén contentos con la idea de que van a
trabajar. Porque este es un país desmantelado, donde el trabajo se ha convertido
lamentablemente en un privilegio de pocos. Entonces la defensa ecologista del
medio, de la tierra, del agua y también de la salud humana parece una cosa de
marcianos. Porque se vive un clima semejante al de aquella película
(probablemente algunos de los que están acá la vieron) “Bienvenido Mr
Marshall”, en la que había un pueblo español enloquecido porque venía Mr.
Marshall que iba a traer la plata, o sea, las inversiones, que es otra cosa de la
que hablan ahora los expertos todo el tiempo, día y noche.
Gracias”.