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ISEGORÍA.

Revista de Filosofía Moral y Política


N.º 40, enero-junio, 2009, 221-233
ISSN: 1130-2097

Michel Foucault y la relación pastor-rebaño


en las culturas griega y latina
Michel Foucault and the relation shepherd-flock in Greek
and Latin cultures
MIGUEL OMAR MASCI
Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina

RESUMEN. Antes del siglo XVI, la palabra «go- ABSTRACT. Before the sixteenth century, the
bernar», afirma Foucault, nunca aludió al go- term «to govern», says Foucault, never has
bierno de un Estado, de un territorio o una es- refered to goverment of a State, a territory,
tructura política. La palabra «gobernar» or a political structure. The term «to govern»
siempre estuvo referida al gobierno de la gen- always has been refered to goverment of
te, de los individuos, de las colectividades. La people, persons or collectivities. The rela-
relación que entablaba el rey o Dios o jefe tion that God, king or leader founded with
con su pueblo era del mismo tipo que la enta- his people was in the same way as shepherd
blada por el pastor con su rebaño. De acuerdo founded with his flock. In keeping with
con Foucault, ni en la cultura griega ni en la Foucault, neither in Greek culture nor in
romana podemos encontrar este tipo de rela- Latin culture we can find this relation. It
ción, dado que ésta sería propia del oriente would be proper of pre-Christian and Chris-
precristiano y cristiano. Sin embargo, en este tian Orient. Howsoever, in this paper we
trabajo intentaremos mostrar que es posible show that is possible to trace this relation in
rastrear dicha relación tanto en Homero como Homer, Plato and Vergil.
en Platón y en Virgilio.
Palabras clave: Ilíada, Agamenón, Eneida, Key words: Iliad, Agamemnon, Aeneid,
Eneas, Platón, el tejedor. Aeneas, Plato, weaver.

I. Introducción provocando el desarrollo de una serie de


aparatos específicos de gobierno y una
El término «gubernamentalidad» es una serie de saberes; c) el proceso mediante
compleja noción que para Foucault en- el cual el estado de justicia de la Edad
cierra tres cuestiones: a) el conjunto de Media, convertido en Estado administra-
instituciones, procedimientos, análisis, tivo durante los siglos XV y XVI, poco a
reflexiones, cálculos y tácticas, que per- poco se «gubernamentalizó» 1.
miten ejercer un tipo de poder bien espe- Una de las cuestiones a tratar en el
cífico sobre la población; b) una tenden- curso que el filósofo francés brindó du-
cia fuertemente marcada en Occidente, rante el primer semestre de 1978 fue la de
que introdujo un tipo de poder que está mostrar que la noción de gubernamenta-
por sobre la soberanía y la disciplina, lidad tuvo su origen, primero, en el mo-

[Recibido: Ene. 09 / Aceptado: Mar. 09] 221


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delo arcaico de la pastoral cristiana; se- que podamos encontrar en la cultura


gundo, sobre la base de una técnica diplo- griega ni en la romana.
mático-militar; y por último en la policía. La primera obra clásica a la que Fou-
Dentro de esta ambiciosa empresa, nues- cault hace referencia es Edipo rey, de Só-
tro objetivo, en cambio, será preciso y focles. En ésta, Foucault encuentra la me-
modesto. Antes de abordar el análisis de táfora del rey que tiene a la ciudad a su
la pastoral cristiana, Foucault realiza un cargo, del mismo modo en que el piloto
rastreo histórico de la nación del político tiene a su cargo la nave, a la que debe sal-
como pastor de rebaños en las culturas var de los escollos y llevar a buen puerto.
griega y romana. En las páginas que si- Todas las metáforas que asimilan al rey
guen, intentaremos mostrar que su tesis con el buen piloto y a la ciudad con la
de que la idea del político como pastor de nave, pondrían de manifiesto, de acuerdo
rebaños no se encuentra en las menciona- a Foucault, que lo que se gobierna es la
das culturas es, al menos, difícil de soste- ciudad. Los hombres se gobiernan pero
ner. Para ello, nuestro trabajo comenzará de manera indirecta: en cuanto ellos tam-
con la exposición de los argumentos de bién están embarcados en la nave 3. La
Foucault en favor de la tesis mencionada. idea de un gobierno de los hombres debe-
Más tarde, realizaremos breves recorri- mos rastrearla, sostiene Foucault, prime-
dos por unos pocos pasajes de la Ilíada y ro en el Oriente precristiano y luego en el
la Eneida, para culminar en Platón y la Oriente cristiano. En estos sitios la idea
mitología presente en Critias, Leyes y se revela de dos formas: como organiza-
Político, así como también las diferen- ción de un poder de tipo pastoral y como
cias entre el pastor y el tejedor presentes dirección de las conciencias, de las al-
en este último diálogo. mas 4. Por nuestra parte, acompañaremos
a Foucault en la descripción y análisis de
II. El poder pastoral la primera de las formas en que la idea
del gobierno de los hombres se manifies-
Antes de adoptar su significado político, ta: el poder de tipo pastoral; pues intentar
a partir del siglo XVI, la palabra «gober- realizar lo propio con la segunda de las
nar» nunca aludió, refiere Foucault, al formas mencionadas en que tal idea se
gobierno de un Estado, de un territorio o manifiesta excedería los límites de este
de una estructura política. La palabra trabajo.
«gobernar» siempre estuvo referida al La concepción del rey o dios o jefe
gobierno de la gente, de los individuos, como pastor del rebaño de los hombres es
de las colectividades. Específicamente, una idea que, según Foucault, frecuente-
la palabra abarcaba un campo semántico mente podemos hallar en el Oriente me-
amplio: subsistencia material, alimenta- diterráneo: Egipto, Asiria y Mesopota-
ción, desplazamiento en el espacio, sal- mia, y sobremanera en los hebreos. En
vación de los individuos, prescripción, todos los casos, la premisa de la cual se
como también dominio sobre sí mismo y parte, como ya aseveramos, es la de Dios
los otros, sobre el cuerpo y también so- como pastor de los hombres:
bre el alma; por último, también ha abar-
cado los procesos de comercio, como la «si dios es el pastor de los hombres y el rey
también lo es, este último es de alguna manera
circulación y el intercambio de un indi- el pastor subalterno a quien aquél ha confiado
viduo y otro 2. A partir de ello, Foucault el rebaño de los hombres y debe, al término de
realizará un análisis tendiente a demos- la jornada y en el anochecer de su reino, de-
trar que la idea de que a los que se go- volver a Dios el rebaño que se le ha entregado.
bierna son los hombres no es una idea El pastorado es un tipo de relación fundamen-

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tal entre Dios y los hombres, y el rey participa está al servicio del rebaño, lo que implica
en cierto modo de esa estructura pastoral de la que el poder pastoral en sí mismo es
relación» 5. siempre un bien. Por último, Foucault
destaca que el poder pastoral es un poder
El tema del pastorado, desarrollado e individualizador, y lo es en el siguiente
intensificado por los hebreos, tiene la sentido. El pastor dirige a todo el rebaño,
particularidad, advierte Foucault, de que pero lo hace bien sólo cuando ninguna de
la relación pastor-rebaño es fundamental- las ovejas se le escapa. El pastor hace
mente religiosa. Antes de presentar los todo por el conjunto del rebaño, pero
rasgos fundamentales del pastorado, Fou- también lo hace por cada una de sus ove-
cault se encarga de remarcar que la idea jas: omnes et singulatim.
de un dios o varios dioses conduciendo a Resumiendo, el poder pastoral es un
los hombres, como un pastor o un mayo- poder ejercido sobre una multiplicidad y
ral harían con su rebaño, no es algo que no sobre un territorio; es un poder que
se encuentre entre los griegos. Éstos po- guía hacia una meta, sirviendo de inter-
dían atribuir una cierta intimidad de los mediario en el camino hacia ella; es un
dioses con la ciudad, pero de ninguna poder, en definitiva, finalista, y un poder
manera con las características formula- que se refiere a todos y a cada uno a la
das. El dios griego fundaba la ciudad, in- vez y no a la unidad superior formada por
dicaba su emplazamiento, construía las el todo 7.
murallas, garantizando su solidez, daba
un nombre al poblado y trasmitía sus III. Platón, la gran excepción
consejos mediante el oráculo, pero no
conducía a los hombres de la ciudad Foucault se ve obligado a alterar la rutina
como un pastor a sus corderos. de su clase del 15 de febrero de 1978 para
Pues bien, examinemos las caracte- responder a ciertas objeciones que ha re-
rísticas que a juicio de Foucault presenta cibido en relación a sus dichos acerca de
el pastorado. En primer lugar, el poder la ausencia, tanto en la cultura griega
del pastor no es un poder que se ejerza como en la romana, de una relación del
sobre un territorio, sino sobre su rebaño, tipo pastor-rebaño.
específicamente sobre un rebaño en mo- El comienzo de su respuesta sorpren-
vimiento. En otras palabras, el poder del de un tanto, pues señala su reconocimien-
pastor se ejerce sobre una multitud en to de que la idea de la relación pastor-re-
movimiento: «El Dios griego se presenta, baño para dar cuenta de la relación sobe-
antes bien, sobre las murallas para defen- rano o dirigente político con sus súbditos
der la ciudad. El Dios hebreo aparece efectivamente está presente en los grie-
precisamente cuando se abandona la ciu- gos. Sin embargo, Foucault va a dividir
dad, a la salida de las murallas, y se co- su respuesta en tres grupos de fuentes
mienza a seguir el camino a través de las principales, que en realidad se encarga-
praderas» 6. En segundo lugar, el poder rán de cuestionar dicha tesis. El primer
pastoral es un poder benévolo. Su fun- grupo de ellas hace referencia al vocabu-
ción es hacer el bien; y hacer el bien sig- lario homérico. De acuerdo a Foucault, la
nifica obtener la salvación de su rebaño. Ilíada y la Odisea presentan una serie de
El poder pastoral es fundamentalmente referencias donde se designan al rey
un poder de «cuidados»: cuida el rebaño, como pastor de los pueblos, el poimen
cuida los individuos, vela porque las ove- laôn, una suerte de apelativo ritual con el
jas no sufran, va a buscar a las extravia- que se solía denominar, por ejemplo, a
das, cura a las heridas. En suma, el pastor Agamenón. Pero lo cierto es que este

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apelativo sería en efecto sólo de carácter quien sostiene que el tema del pastor era
ritual. La literatura indoeuropea, en espe- casi un lugar común entre los griegos, en
cial la literatura asiria, dan prueba de absoluto patrimonio exclusivo de los pi-
ello, sostiene Foucault 8. tagóricos. Lamentablemente, según Fou-
El segundo grupo de textos hace re- cault, Delatte no respalda esta tesis con
ferencia explícita a la tradición pitagóri- ninguna referencia específica 11. Por
ca. En el seudo Arquitas se encuentran ejemplo, el Index isokrateon, consultado
alusiones al pastor en determinados te- por Foucault, arroja como resultado la no
mas. Por ejemplo, la etimología tradicio- existencia de referencia alguna a las pala-
nalmente admitida por los pitagóricos re- bras poimen y nomeus. Si bien en el Ae-
fiere nomos, la ley, de nomeus, el pastor. ropagitico Isócrates describe los deberes
Así encontramos, afirma Foucault, que el del magistrado de manera muy similar a
pastor es quien hace la ley, dado que se la metáfora del pastor, ésta no aparece.
encarga de distribuir el alimento, dirigir Otro tanto sucedería con Demóstenes 12.
el rebaño, indicar la buena dirección; es Ahora bien, la gran excepción a esa
el que también decide la manera en que aparente ausencia es, ni más ni menos,
las ovejas deben acoplarse a fin de obte- Platón. Éste presenta en una serie de tex-
ner una buena progenie, etc. De allí surgi- tos al buen magistrado, al magistrado
ría el apelativo de Zeus como Nomios, ideal, como un pastor. Básicamente tales
debido a que se trata de un dios pastor, un referencias se encuentran en Critias, Re-
dios que otorga a sus ovejas el alimento pública, Leyes y en especial en Político.
que éstas necesitan 9. Por otro lado, y Foucault va a bordar en primer lugar los
siempre dentro de la literatura pitagórica, tres primeros textos mencionados, dejan-
se encuentra la idea de que el elemento do Político para un análisis exhaustivo
principal del magistrado no es tanto su ulterior.
poder, su fuerza, su capacidad de deci- En primer lugar, Foucault sostiene
sión, sino más bien su capacidad para que la metáfora del pastor presente en los
amar a sus administrados, a los hombres textos platónicos alude al poder pleno
sometidos a él, y a no ser egoísta. El ma- y bienaventurado de los dioses sobre la
gistrado entendido como un philanthro- humanidad en los primeros días de su
pos, aquél que hace la ley no para él sino existencia y antes de que la desdicha mo-
para sus administrados. Ahora bien, Fou- dificara esa condición. Por aquellos tiem-
cault sostiene que esta tradición del ma- pos, los dioses eran los mayorales de la
gistrado entendido como un pastor, si humanidad: alimentaban, guiaban, sumi-
bien se ha conservado durante la Anti- nistraban principios generales de conducta
güedad, al ser de carácter pitagórico la y velaban por la felicidad y bienestar de
convierte en poco menos que una tradi- los hombres. En segundo lugar, los textos
ción marginal 10. Para sostener esto, Fou- platónicos también hacen referencia al
cault recurre a una tercera serie de textos magistrado como pastor, pero esta vez en
en la que se destaca el alemán Gruppe, los tiempos duros, los tiempos actuales, es
quien en su edición de los fragmentos de decir, cuando la humanidad deja de estar
Arquitas afirma que la metáfora del pas- presidida por los dioses. Sin embargo, ad-
tor no se halla en los griegos, salvo por vierte Foucault, ese magistrado nunca es
influencia oriental, y más precisamente el fundador de la ciudad ni quien le ha
hebrea, y cuyos elementos fueron refleja- dado sus leyes fundamentales. Tan sólo se
dos por los pitagóricos. En contrapartida, trata de un magistrado subordinado, cum-
Foucault presenta la tesis de Delatte, pliendo una función adyuvante, como ve-

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mos en Político 281d-e. Por último, Fou- bres? Evidentemente es ser un pastor, Por
cault se aboca al libro I de la República. tanto, en primera instancia, el político es
Allí encontramos que si bien Trasímaco el pastor de los hombres, el pastor de ese
da por sentado que el buen magistrado es tropel de seres vivos que constituyen la
el verdadero pastor, pone en duda que éste población de una ciudad 14.
tenga en vista esencial y exclusivamente Ahora bien, de inmediato surge una
el bien de su rebaño. Para Trasímaco, el objeción en relación al método utilizado:
pastor se esfuerza sólo en la medida en ¿qué significa oponer de ese modo todos
que puede beneficiarse de su propio reba- los animales, cualquiera sean, a los hom-
ño, ya sea en el momento del sacrificio o bres? No es posible poner a todos los ani-
en el de la venta. La respuesta que recibe males de un lado y a los hombres del otro.
es que ése no es el buen pastor ni el verda- Es menester realizar divisiones exhausti-
dero pastor: es sólo su caricatura. Sea vas de una y otra parte. Pero esas divisio-
como fuere, Foucault sostiene que el pasa- nes se pierden en subdivisiones, y éstas
je comentado hace referencia, si no a un en otras, y no se llega a nada:
lugar común entre los griegos (como que-
rría Delatte), sí al menos a un tema muy «cuando, en esta afirmación, se toma como
familiar para Sócrates, Platón y el círculo invariante “magistrado=pastor” —sostiene
Foucault— y se varía el objeto al cual se refie-
platónico, que es el tema pitagórico. En re la relación, se pueden hacer todas las clasi-
efecto, según Foucault, en el libro I de la ficaciones que uno quiera de los animales po-
República aflora el tema pitagórico del sibles: acuáticos, no acuáticos, pedestres, no
magistrado pastor, de la política como pedestres, con patas hendidas, sin patas hendi-
pastorado 13. Y es justamente en Político das, etc., hacer una tipología de los animales
donde Foucault va a encontrar los argu- y, pese a ello, no dar un paso adelante en la
mentos que a su juicio rebatirían cualquier cuestión fundamental, a saber: ¿qué es el arte
intento por demostrar que Platón defiende de prescribir?» 15
la idea del político como pastor de un re- En consecuencia, Platón considera
baño. conveniente plantearse en qué consiste
A grandes rasgos, el desarrollo que ser pastor. Ser pastor quiere decir, en pri-
hace Foucault de Político es el siguiente. mer lugar, ser el único encargado del re-
La obra comienza con la pregunta qué es baño. El pastor debe realizar una gran
un hombre político. El arte que caracteri- cantidad de cosas: asegurar la alimenta-
za al político es el arte de prescribir, el ción del rebaño, atender a las ovejas más
arte de mandar; quién manda: el rey. Hay jóvenes, curar a las que están enfermas o
dos formas de prescribir: se pueden pres- lastimadas, etc. En este punto de la discu-
cribir las órdenes que uno da y se pueden sión, surgen determinados rivales del
prescribir las impartidas por otro. Evi- rey-pastor. El agricultor que alimenta a
dentemente, el primer caso es el que co- los hombre y el panadero que hace el pan,
rresponde al político. Las órdenes pueden por ejemplo, también son pastores del la
prescribirse sobre cosas inanimadas o so- humanidad; del mismo modo en que los
bre seres vivos. El político prescribe ór- son un médico que atiende a los enfer-
denes a seres vivos. A su vez, puede pres- mos, o el maestro de gimnasia o el peda-
cribir a individuos singulares o bien a gogo, etc. Para recuperar, entonces, la
animales que viven en grupo. El político esencia del pastor —continúa Fou-
prescribe para seres vivos que viven en cault—, Platón recurre a un mito. En él,
grupo. Luego, ¿qué es dar órdenes a un se cuenta que el mundo gira sobre sí mis-
grupo de seres vivos, animales u hom- mo. En un primer momento, en el sentido

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que es adecuado, el natural, el sentido de trama— los buenos elementos formados


la felicidad; cuando éste llega a su fin, por la educación, los diferentes tipos de
viene el movimiento en sentido inverso, virtudes opuestas entre sí, como ocurre
el movimiento de los tiempos difíciles. con los hombres fogosos y los modera-
En el primero de los tiempos, la era de dos, en la gran lanzadera de la opinión
Cronos, la humanidad vive en la felici- común que los hombres comparten 17.
dad. Cada especie de los animales se pre-
«Creo —concluye Foucault— que con
senta como un rebaño, a la cabeza del este texto tenemos la sensación en debida for-
cual está el pastor. Y a la cabeza del reba- ma del tema del pastorado. Para Platón, la
ño humano está la divinidad. Platón se cuestión no pasa en absoluto por decir que ese
encarga de aclarar en Político 271c-d, y tema debe ser eliminado o abolido por com-
Foucault lo subraya, que este período no pleto. Se trata en cambio de mostrar justamen-
corresponde a la constitución actual del te que, si hay pastorado, éste sólo puede darse,
mundo. En este período, la divinidad pre- a su juicio, en actividades menores, sin duda
side al rebaño humano bienaventurado, necesarias para la ciudad, pero subordinadas
abundante en alimentos y perpetuamente al orden del político; dichas actividades son,
por ejemplo, la del médico, el agricultor, el
renaciente, libre de amenazas y dificulta- gimnasta, el pedagogo. Todos ellos pueden,
des; lo que le permite vivir sin constitu- en efecto, compararse con un buen pastor,
ción política, precisamente porque la di- pero el político con sus tareas particulares y
vinidad preside al rebaño. En cambio, la específicas no es un pastor» 18.
política y los políticos serán necesarios
una vez que el mundo comience a girar Foucault concluye que la verdadera
en el otro sentido; una vez que los dioses historia del pastorado comienza con el
se hayan retirado, dejando a los hombres cristianismo. El pastor se presenta con el
librados a dirigirse unos a otros: cristianismo como un núcleo de un tipo
específico de poder sobre los hombres,
«pero —aclara Foucault—, y aquí el texto de como una matriz de procedimientos de
Platón es muy claro, esos hombres que ahora gobierno de los hombres 19. Sin embargo,
tienen a su cargo a otros hombres no están por el pastorado cristiano, el que se desarrolla
encima del rebaño, así como los dioses podían a partir del s. III, en modo alguno, advierte
estar por encima de la humanidad. Ellos mis-
mos son hombres y, por tanto, no se los puede Foucault, es el pastorado hebreo u oriental
considerar como pastores» 16. que hasta aquí hemos caracterizado 20. La
clase del 22 de febrero de 1978 está desti-
En reemplazo del modelo del pastor, nada a mostrar esta diferencia. Por nuestra
Platón va a proponer el modelo del teje- parte, nos limitaremos tan sólo a lo hecho
dor. El arte de la política, así como el arte hasta ahora, pues nuestra intención, como
del tejedor, no se ocupa de todo en gene- hemos dicho, no es profundizar sobre el
ral, al modo en que lo hace el pastor con pastorado cristiano, sino indagar en la
su rebaño. La política, al igual que el arte cuestión de si efectivamente la idea del
del tejedor, necesita para desarrollarse gobierno como pastor no ha estado pre-
una serie de acciones adyuvantes o pre- sente, tal como Foucault afirma, en las
paratorias. Así como para que el tejedor culturas griega y romana.
pueda trabajar es preciso tundir la lana y
trenzar el hilo, una serie artes auxiliares IV. Agamenón y Eneas, pastores
(el arte de la guerra, de la retórica, etc.) subalternos
debe ayudar al político. La verdadera ac-
tividad política consistirá entonces en No en vano Foucault debió destinar unos
unir —como el tejedor une la cadena y la minutos de su clase del 15 de febrero de

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Michel Foucault y la relación pastor-rebaño en las culturas griega y latina

1978 para responder a ciertas objeciones a ros». Los dioses griegos efectivamente
la idea de que una relación del tipo pas- fundan una ciudad, indican su emplaza-
tor-rebaño no está presente ni en los grie- miento, construyen la muralla, transmi-
gos ni en los romanos. Lamentablemente, ten sus consejos mediante los oráculos,
las objeciones no nos han llegado; pero las pero también acompañan y guían al reba-
ño fuera de la ciudad, hacia una meta de-
respuestas, o los minutos destinados a res-
terminada. La sensación que nos queda
ponder, nos permitirán ensayar algunas. de la caracterización de Foucault sobre
Para comenzar, me gustaría abordar los dioses griegos es la de unos dioses
la Ilíada a fin de realizar algunas breves «regionales»; dioses encerrados en la ciu-
comparaciones con los dichos de Fou- dad que fundan y en la que son venera-
cault. Dijimos que para él unas de las ca- dos. Volviendo a la Ilíada, tal vez el caso
racterísticas del poder del pastor era que más claro contra aquello sea el de la diosa
no se ejercía sobre un territorio sino más Atenea. Si bien los aqueos creían que una
bien sobre un «rebaño en movimiento»; estatua de la diosa en poder de los troya-
paralelamente, que se trataba también de nos era lo que hacia a éstos inexpugna-
un poder finalista, un poder que guía ha- bles —y de hecho, según parece, así su-
cia una meta y que sirve de intermediario cedía—, Apolodoro nos cuenta que fue la
hacia ésta. Pues bien, considero que la misma Atenea la que inspiró a Prilis, hijo
Ilíada presenta una serie de pasajes don- de Hermes, la sugestión de que se podía
de esto último sucede. Tomemos, por entrar a Troya por medio de un caballo de
ejemplo, los momentos previos a la parti- madera 23. Estratagema que además con-
da del ejército griego. En la primera reu- taría con la falsa historia que Sinón les
nión en Áulide, Agamenón se apresta a contaría a los troyanos, a fin de inducir a
realizar sacrificios a Zeus y a Apolo; una éstos a que ingresaran finalmente el caba-
vez finalizados, se produce un portento llo en la ciudad. Y Virgilio, confirmando
que es analizado por Calcante como una el favor de Atenea sobre los griegos,
señal de Zeus de que Troya iba a ser to- pone en boca de Sinón:
mada, aunque antes debían pasar nueve
años. El portento se refuerza con un re- «La esperanza de Grecia para el triun-
lámpago lanzado por Zeus a manera de fo/estribó siempre en el favor de Palas/Pero
aliento para las tropas aqueas 21. Lo que dos criminales, el Tridida/y Ulises, concerta-
me interesa subrayar de este pasaje es el dos para el robo/del sacro Paladion, matan al
hecho de que un Dios, Zeus en este caso, guardia/del alcázar, y, dueños de la efi-
gie/osan tocar las virginales ínfulas/con san-
claramente hace las veces de «pastor» guinarias manos. Desde entonces, /perdiéndo-
que guía a una «rebaño en movimiento», se como agua de menguante/la esperanza y
en esta ocasión, hacia Troya. Agamenón los bríos de los Griegos:/la diosa estaba aira-
hará las veces de pastor subalterno del re- da» 24.
baño, por quien se verá obligado a sacri-
ficar a su propia hija, Ifigenia 22. El adje- Y la diosa «estaba airada» porque
tivo poimen laôn podrá ser un apelativo una de las cualidades de los dioses grie-
ritual, como Foucault asevera, pero la gos era su carácter pasional. Lo que quie-
función del jefe de los aqueos y del dios ro decir con ello es que justamente es ese
del Olimpo me parece que trazan líneas carácter pasional el que Foucault parece
muy similares a las que encontramos al pasar por alto en su caracterización de los
caracterizar el poder pastoral. Por otra dioses griegos. Es el carácter pasional el
parte, se pone en cuestión la idea de que que nos hace descreer de un dios «intra-
los dioses griegos sean dioses «intramu- muros», de unos dioses no-finalistas en

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sus acciones, de unos dioses que no guían dencia de su empresa y le garantizan que lle-
a sus rebaños en movimiento, llevados gará a buen puerto [...] la llegada de Eneas a
justamente por ese carácter pasional que Italia significa el cumplimiento de la voluntad
los hace inestables en cuanto a los desti- del Hado y forma parte del plan divino traza-
do para Roma y su historia» 27.
natarios de sus favoritismos, como vimos
en el ejemplo de Atenea. Tal vez la carac- Me parece que las consideraciones
terización que Foucault realiza de aque- de Carlos Fernández Corte ayudan a tra-
llos dioses griegos se ajuste más bien a lo zar un paralelo cuya primera parte ya he-
que antes dijimos: divinidades menores mos visto: Zeus, Agamenón y los aqueos,
que sólo era reconocidas en ciertas regio- por un lado, y ahora Júpiter-Apolo, Eneas
nes, como Pan en Arcadia, y no sin cierta y su pueblo, por el otro. El dios (Zeus/Jú-
resistencia, en este caso, por cierto 25; di- piter-Apolo) es el pastor, el rey (Agame-
vinidades que tenían un radio de influen- nón/Eneas) el pastor subalterno y el pue-
cia menor; divinidades, en definitiva, blo (los aqueos/los troyanos) el rebaño.
«regionales»; muy dispar, en efecto, a la Asimismo, vemos nuevamente que va-
suerte de los principales dioses del Olim- rios dioses, Júpiter y Apolo principal-
po. mente, acompañan a su «rebaño en movi-
En lo que respecta al mundo romano, miento», al tiempo que ejercen un poder
me gustaría examinar otra vez un texto finalista: velan por la llegada y conquista
que Foucault no menciona: la Eneida. de Roma por parte de los troyanos venci-
Escrita en el s. I a.C., la obra representa el dos por los griegos
monumental intento de Virgilio por darle
«... “Reacios Dardanios, la región prime-
a Roma un origen heroico y mitológico, ra/que vuestra raza vio brotar aguarda, /ubé-
mediante la combinación de mitología e rrima y feliz, vuestro retorno:/id a buscar a
historia. Inevitables han resultado siem- vuestra antigua madre. /Allí dilatará el solar
pre las comparaciones de los eruditos con de Eneas/su señorío por el orbe entero/él y en
la Ilíada y la Odisea. Particularmente, me pos de él, los hijos de sus hijos/y cuantos naz-
interesa mencionar algunas consideracio- can de su noble alcurnia»/Así habla Febo, y
nes que Carlos Fernández Corte realiza bulliciosa estalla/la alegría común. Inquieren
de Eneas en comparación con Ulises. Del todos/cuál será la ciudad que el dios anuncia/y
primero, sostiene: a que manda volver al pueblo errante...”» 28.

«Deja atrás todo su mundo destruido y V. La edad de Cronos y la edad


debe buscar una nueva patria para su hijo, sus de Zeus
compañeros y sus dioses. Mientras Ulises es
un individualista, al que le basta con regresar
solo, Eneas es un héroe social. Su meta no tie-
El tema del mito en los textos platónicos
ne sentido si no la alcanza, al mismo tiempo, se torna fundamental a la hora de abordar
con los restos de su pueblo [...] Esta entrega la cuestión de definir al político-pastor.
en manos del destino, la sumisión a su misión Como vimos, Foucault hace especial hin-
y a la persecución de un ideal hacia el que capié en la idea de que el político, enten-
guía a todo un pueblo facilitaron muy pronto dido como pastor del rebaño, pertenece a
la cristianización de Eneas, que fue visto una época del mundo que no es la actual;
como un nuevo Abraham» 26. una época en la que los dioses goberna-
ban directamente a los hombres. Antes de
En cuanto a la relación de Eneas con
entrar de lleno en análisis de Político, me
los dioses, agrega:
gustaría dar algunas precisiones acerca
«Nunca le faltan al viaje de Eneas signos del tema en Critias, Leyes y también en
del favor divino que le encarecen la trascen- Político.

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Michel Foucault y la relación pastor-rebaño en las culturas griega y latina

Foucault está en lo cierto cuando Lisi concluye su análisis afirmando


asevera que el tema del pastor hace refe- que la filosofía de la historia platónica re-
rencia a una época del mundo que los mi- conoce dos ciclos bien diferenciados. En
tos platónicos declaran que no es la ac- uno de ellos, no hay historia en sentido
tual. Sin embargo, esto es así en Leyes y estricto, ya que bajo la dirección directa
en Político. El diálogo Critias, en cam- del demiurgo el cosmos y el hombre no
bio, presenta una variante no menor que conocen el devenir desordenado. En tan-
me gustaría compartir. Como bien obser- to, en el otro, se instaura el discurrir his-
va Francisco Lisi, si bien la historia de la tórico que presupone una decadencia y
Atenas originaria esbozada en Critias si- una disgregación paulatina del cosmos y
gue los principios filosóficos-históricos del orden político y humano. Ello se pon-
presentados en el mito de Político (269c- dría de manifiesto por los cataclismos
274e), el período en el que se enmarcan parciales, que indicarían el progresivo
dichos relatos mitológicos no es el mis- alejamiento del mundo del orden ideal.
mo. En este último, al igual que en Leyes La historia de la Atlántida y la Atenas
IV 713e, el relato se sitúa en la época de primitiva, narrada en Critias, pertenece-
Cronos, pero Critias lo sitúa en la época ría al comienzo de dicho período 32.
de Zeus (Critias 121b) 29. La consecuen- Por otra parte, la descripción de la or-
cia inmediata más importante, como se- ganización política del Imperio de la
ñala Lisi, es que el gobierno de la Atenas Atlántida nos muestra que la región esta-
originaria no estaba dada por los dioses ba dividida en diez partes, cuyos gobier-
de forma directa sobre los hombres, sino nos estaban a cargo de sus diez reyes res-
que el gobierno estaba a cargo de los filó- pectivos:
sofos: «Hefesto y Atenea [...] recibieron
«El gobierno y la comunidad de los reyes
ambos esta región como única parcela, se regían por las disposiciones de Poseidón tal
apropiada y útil a la virtud y a la inteli- como se las transmitían la constitución y las
gencia por naturaleza, implantaron hom- leyes escritas por los primeros reyes en una
bres buenos, aborígenes, e introdujeron columna de oricalco que se encontraba en el
el orden constitucional en su racioci- centro de la isla en el templo de Poseidón,
nio» 30.Asimismo, de acuerdo con Lisi, donde se reunían bien cada lustro, bien, de
existe otro elemento importante que esta- manera alternativa, cada seis años, para hon-
rar igualmente lo par y lo impar» 33.
blece la diferencia histórica antes marca-
da entre los relatos de Político y Leyes, Si bien el emplazamiento de la
por un lado, y Critias, por el otro: Atlántida no ha podido establecerse de
«el cataclismo que provoca la desaparición de manera cierta, algunos han querido ver
la Atlántida y la Atenas originaria [relatado en una intención política en Platón proyec-
Critias] no es universal, como lo muestra la tando los rasgos esenciales de la constitu-
continuidad histórica de Egipto (Timeo ción ateniense del pasado en el relato de
22c-e), en tanto que el descrito en el Político la Atenas originaria, y por el otro los ras-
abarca todo el universo y modifica la natura- gos de las constituciones lacedemonias o
leza del cosmos (269e-271c). Es esta diversi- incluso las de Persia contemporánea 34.
dad de períodos lo que hace necesaria una téc- Sea como fuere, lo que me interesa desta-
nica política —arte no existente bajo el domi-
nio de los dioses— con la consiguiente car es que la descripción política hallada
aparición de la organización estatal y el aban- en Critias claramente se encuentra más
dono del comunismo absoluto predicado cercana, temporalmente hablando, a Pla-
como la mejor forma de relación social en las tón de lo que naturalmente se encuentran
Leyes V 739 a-e» 31. los mitos relatados en Leyes y Político.

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Miguel Omar Masci

Ya no nos encontraríamos en las lejanas no del mencionado pasaje platónico


épocas de Cronos sino en las de Zeus, las como «causa»; reservando el de «concau-
actuales: sa» para dar cuenta de sunaítios, presente
también en el mismo pasaje antes refe-
«Esta vida, Sócrates, de la que te estoy
hablando, era, por cierto, la vida de los hom-
renciado 37. En consecuencia, Político
bres de la época de Cronos. En cuanto a aque- nos dice que las diferentes actividades
lla que según la tradición corresponde a la que en la primera parte competían con el
época de Zeus, la actual, la conoces por pro- pastor, como el agricultor, el panadero, el
pia experiencia, ya que vives en ella» 35. médico, etc., son sunaítios, es decir,
«concausas» en la organización de un
Con ello lo que intento es, si no reba- Estado; mientras que el político, entendi-
tir, al menos poner en duda ciertas ideas do como tejedor, sería la aitía, la «causa»
de Foucault respecto de una ausencia de principal. Me interesa detenerme en este
la noción de político como pastor en los punto para analizar brevemente qué en-
griegos, o bien considerarla una idea tiende Platón por «causa» y «concausa»,
marginal. Por lo pronto, Critias, más allá dado que el tema tiene relevantes conse-
de lo que Foucault sostenga, nos presenta cuencias en la esfera política. Platón trata
los hechos de una manera muy diferente el tema principalmente en tres diálogos:
a la que el filósofo francés esgrime. Fedón, Timeo y Filebo. En el primero de
ellos, Sócrates examina de buen grado a
VI. Platón: el pastor y el tejedor Anaxágoras en relación a su idea de que
la mente ordena y causa todo. Sin embar-
El mito en Político divide al texto en dos go, la decepción de Sócrates es grande al
partes bien diferenciadas. En la primera encontrar que Anaxágoras en realidad no
de ellas, Platón identifica al político recurre a la inteligencia para explicar la
como pastor de rebaño. Sin embargo, causalidad de las cosas 38:
como hemos visto desde la óptica de
Foucault, la definición a la que llega no «Me pareció que había sucedido algo
es satisfactoria. La segunda de las partes, muy parecido a como si uno afirmara que Só-
crates hace todo lo que hace con inteligencia,
por tanto, va a analizar la idea desde otro y, luego, al intentar exponer las causas de lo
punto de vista, que a la postre será la defi- que hago dijera que ahora estoy aquí sentado
nitiva: el político como tejedor. Particu- por esto, porque mi cuerpo está formado por
larmente, me interesa abordar el texto huesos y tendones, y que mis huesos son sóli-
comparando los resultados de la segunda dos y tienen articulaciones que los separan
parte —esto es, el político como teje- unos de otros [...] Así que al balancearse sus
dor— con los de la primera —es decir, el huesos en sus propias coyunturas, los nervios
político como pastor de rebaño. al relajarse y tensarse a su modo hacen que yo
sea ahora capaz de flexionar mis piernas, y
Como bien afirma Foucault, la fun- ésa es la razón por la que estoy aquí sentado
ción del pastor, encarnada en las tareas con las piernas dobladas» 39.
propias del agricultor, el médico, el peda-
gogo, etc.; cumplirán una función coad- Así, pues, Sócrates concluye:
yuvante en el Estado, reservando la prin-
cipal para el magistrado entendido como «si uno dijera que sin tener cosas semejantes,
es decir, tendones y huesos y todo lo demás
tejedor 36. La traducción del texto de que tengo, no sería capaz de hacer lo que deci-
Foucault que estamos viendo utiliza la do, diría cosas ciertas. Sin embargo, decir que
palabra «adyuvante» para traducir el tér- hago lo que hago a causa de ellas, y eso al ac-
mino aitía, que aparece en Político 281d. tuar con inteligencia, y no por elección de lo
Santa Cruz, por su parte, traduce el térmi- mejor, sería un enorme y excesivo abuso de

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Michel Foucault y la relación pastor-rebaño en las culturas griega y latina

expresión. Pues eso es no ser capaz de distin- ca es la que dirige. En otras palabras, el
guir que una cosa es lo que es la causa de las Estado o la cuidad se organizan en reba-
cosas y otra aquello sin lo cual la causa no ños, pero se los dirige a la manera de un
podría nunca ser causa» 40.
tejedor, es decir, una función que, como
Tanto en Timeo 46c-d, como en File- el mismo Platón afirma, es más general,
bo 27a, la idea es similar: la «concausa» más abarcadora que la del pastor. Recor-
es algo diferente de la «causa», sin lo demos que Platón reconoce que la prime-
cual ésta no puede actuar. Cuando Platón ra caracterización del político como pas-
traslada estas nociones al ámbito político, tor del rebaño humano, a la que le asigna
lo hace del siguiente modo. Así como el la función de «crianza», es algo que les
arte de tejer tiene artes auxiliares —como compete a los otros pastores: agricultor,
por ejemplo, la que produce lanzaderas, o panadero, médico, etc. La segunda defi-
bien el cardador—, en el ámbito político nición, en tanto, intenta darle al político
sucede otro tanto. Las artes que en la pri- una idea más general de «crianza»: la de
mera parte competían con el pastor por la «cuidado» 43.
primacía en al ámbito político, ofician A todo esto, me interesó destacar el
ahora como ciencias auxiliares, como punto anterior en virtud de que se en-
«concausas» o, como Foucault sostiene,
cuentran grandes semejanzas entre la de-
funciones adyuvantes: «a todas aquellas
finición de tejedor y la de pastor que aho-
artes que fabrican algún instrumento, pe-
queño o grande, referido a la ciudad, se ra quisiera examinar. En pocas palabras,
las tendrá por concausas: sin ellas jamás Platón sostiene que sensatez y valentía
podrá existir ni ciudad ni política; sin son partes de la virtud 44. De allí que la
embargo, a ninguna de ellas las conside- tarea del político consistirá en tejer, com-
ramos jamás función del arte real» 41. Me binando trama y urdimbre, los caracteres
interesa subrayar este punto: si bien Fou- sensatos con los valientes 45. Para llevar
cault está en lo cierto al relegar la función adelante tal empresa, el político deberá
del pastor a una tarea coadyuvante o con- valerse del juego, la educación, la con-
causa, vemos que sin embargo la tarea certación de matrimonios; y en ciertos
real del político no podría llevarse a cabo casos deberá apelar a castigos o al mismo
sin ella. Platón parece ir aún más lejos: exilio, cuando no a la muerte, para con
aquellos de mala naturaleza 46. Ahora
«Quien haya considerado el conjunto de bien, comparemos esta tarea del político
las ciencias de las que hablamos debe reco- con la definición que da Platón del pastor
nocer que ninguna de ellas se ha revelado al comienzo del diálogo:
como política. Porque la ciencia que es ver-
daderamente real no debe actuar por sí mis- «él [el pastor] es criador de su rebaño, él quien
ma, sino gobernar a las que tienen la capaci- apacienta los bueyes, él su médico; él es, por
dad de actuar, ya que ella, en lo que toca a la así decirlo, quien concierta los matrimonios,
oportunidad o inoportunidad, conoce el pun- y para el nacimiento de las crías y el parto de
to de partida y la puesta en marcha de los más sus madres, es el único entendido en el arte
del alumbramiento. Además, sin duda alguna,
importantes asuntos de la ciudad, mientras en lo tocante a los juegos y la música —en la
que las demás deben hacer los que les ha sido medida en que las crías tienen por su natura-
impuesto» 42. leza parte en ellos—, no hay mejor que él
para confrontarlas y amansarlas con ensal-
Esto es, las ciencias auxiliares, las mos, ejecutando con instrumentos o sólo con
concausas, las funciones coadyuvantes, su boca, la mejor música que conviene a su
son las que actúan, en tanto que la políti- rebaño» 47.

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Miguel Omar Masci

Francamente, me resulta difícil, des- de Foucault en cuanto a la caracteriza-


pués de leer este pasaje y confrontarlo ción de los dioses griegos en relación a la
con la noción de político, no coincidir religión hebrea. Y allí encontramos simi-
con Delatte: el tema del pastor, tanto aquí litudes significativas, como la de un dios
como en los diferentes recorridos que he- o varios dioses que acompañan al rebaño
mos hecho en este trabajo, parece ser un en movimiento; cuestión esta última que
tema tan común que la propia definición Foucault atribuye casi con exclusividad a
del político como tejedor no puede dejar- los hebreos. Más tarde, llegó el turno de
lo de lado; tan común que el pastor es analizar a Platón. En primera instancia, la
«concausa» del tejedor. Si me tomo de la gran excepción a la tesis de Foucault. Sin
idea de que entre la administración del embargo, rápidamente vimos que ésta no
Estado y la de una casa no hay diferencia era tal. Podríamos resumir la defensa de
esencial, sino sólo cuantitativa 48 —idea Foucault diciendo que éste atribuye toda
que Aristóteles critica en Política I, 1, referencia al político como pastor o bien
1252a— me animaría a afirmar que la di- a la tradición pitagórica, que a su juicio
ferencia entre el pastor y el tejedor es una era de carácter marginal entre los griegos,
diferencia tan sólo cuantitativa: pone de o bien a una época que los mitos platóni-
manifiesto la distancia que se observa en- cos no situarían en los tiempos actuales.
tre la administración del Estado y la ad- Foucault se vale de la trilogía Leyes, Po-
ministración de los diferentes grupos es- lítico y Critias para defender esto último.
pecíficos que componen una ciudad; en-
No obstante, vimos que Critias en reali-
tre la administración del conjunto de los
dad lo desmiente, proporcionando ele-
distintos rebaños que conforman una po-
blación y la administración de un rebaño mentos que nos permiten dudar de que
en particular; en definitiva, entre el polí- efectivamente la noción del político
tico y el agricultor, el panadero, el médi- como pastor de rebaños perteneció a una
co, el pedagogo, etc. época anterior a la actual, lejana al mo-
mento en que Platón escribe.
VII. Conclusión Por último, llegamos a Político, obra
a la que Foucault le dedicó la mayor parte
Desde un primer momento, nuestro obje- de sus análisis. Y aquí volvimos a encon-
tivo ha sido concreto: analizar la aparente trar ciertas dificultades en su tesis. Platón
ausencia que Foucault declara de la idea no relega la idea del pastor en favor de la
del político como pastor de rebaño tanto del tejedor; antes bien, la idea del pastor
en la cultura griega como en la romana. está tan presente que simboliza las dife-
Para ello, comenzamos analizando los rentes actividades que llevan a cabo el
preparativos, toma y caída de Troya, así agricultor, el médico, el pedagogo, etc.;
como el comienzo de la Eneida. En am- actividades todas ellas que son «concau-
bos casos, encontramos que la idea del sas» de la política. Si ellas no existiesen,
dios como pastor, del rey como pastor el político-tejedor no podría elaborar el
subalterno y del pueblo como rebaño entramado social. Las distintas revisiones
quedaba representada, en un caso, en las que realizamos de las definiciones del
figuras de Zeus, Agamenón y los aqueos; pastor y el tejedor nos llevaron a pensar
en el otro caso, Júpiter-Apolo, Eneas y que en realidad los términos simbolizan
los troyanos vencidos. Al mismo tiempo, más bien una diferencia cuantitativa que
quisimos poner en cuestión ciertas ideas una diferencia esencial.

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Michel Foucault y la relación pastor-rebaño en las culturas griega y latina

NOTAS

1 Foucault, M., Seguridad, territorio, población. 25 Cfr. Graves, R., op. cit., I, pp. 122-5.
Curso en el Collège de France (1977-1978), trad. de 26 Cfr. Fernández Corte, C. (editor), Eneida de
Horacio Pons, México, FCE, 2006, p. 136. Virgilio, Barcelona, Altaza, 1994. Introducción, p. 54.
2 Foucault, op. cit., pp. 148-149. 27 Cfr. Fernández Corte, C. (editor), op. cit., p. 77.
3 Foucault, op. cit., p. 150. 28 Cfr. Eneida, III, 94-101.
4 Foucault, op. cit., p. 151.
29 Cfr. Lisi, F. (traductor), Critias de Platón. En
5 Foucault, op. cit., p. 152.
6 Foucault, op. cit., p. 154.
Diálogos VI, Madrid, Gredos, 2000, Introducción
7 Foucault, op. cit., p. 158.
pp. 262-264.
30 Critias 109c-d. La bastardilla es nuestra.
8 Foucault, op. cit., p. 162.
31 Cfr. Lisi, F., op. cit., p. 263.
9 Foucault, op. cit., p. 163.
32 Cfr. Lisi, F., op. cit., pp. 263-264.
10 Foucault, op. cit., p. 164.
11 Foucault, op. cit., pp. 164-5. 33 Cfr. Critias, 119c-d.

12 Foucault, op. cit., pp. 165-6. 34 Cfr. Lisi, F., op. cit., p. 259.
13 Foucault, op. cit., pp. 166-8. 35 Político 272b. La bastardilla es nuestra (sigo la
14 Foucault, op. cit., pp. 168-170. traducción de Santa Cruz. M. I., Madrid, Gredos,
15 Foucault, op. cit., pp. 170-1. 2000).
16 Foucault, op. cit., p. 173. 36 Foucault, op. cit., p. 167.
17 Foucault, op. cit., p. 174. 37 Santa Cruz, M. I. (traductora), Político de Pla-
18 Foucault, op. cit., p. 175.
tón, en Diálogos V, Madrid, Gredos, 2000.
19 Foucault, op. cit., p. 176. 38 Cfr. Hemos resumido y comentado Fedón,
20 Foucault, op. cit., p. 192.
97d-98c.
21 Ilíada, II, 303-53 (sigo la traducción de Crespo
39 Cfr. Fedón, 98c-d (sigo la traducción de García
Güemes, E., Madrid, Planeta, 2000). Gual, C., Madrid, Gredos, 1992).
22 Cfr. Eurípides, Ifigenia en Áulide.
40 Cfr. Fedón, 99a-b. La bastardilla es nuestra.
23 Cfr. Apolodoro, Epítome v. 14, en Graves, R.,
41 Cfr. Político 287c-d. La bastardilla es nuestra.
Los mitos griegos II, Buenos Aires, Alianza, 1993, 42 Cfr. Político 305c-d. La bastardilla es nuestra.
pp. 413-427.
43 Cfr. Político 276c-e.
24 Eneida, II, vv. 162-170, la bastardilla es nuestra.
44 Cfr. Político 306b.
La traducción que cito corresponde a la que Aurelio
45 Cfr. Político 311b-c.
Espinosa Pólit (Eneida. Edición de Fernández Corte,
C., Barcelona, Altaya, 1993) vertió en endecasílabos. 46 Cfr. Político 308e-311c

Sin embargo, la numeración de los versos que refiero 47 Cfr. Político 268a-b. La bastadilla es nuestra.

corresponde a los hexámetros latinos del original. 48 Cfr. Político 259b.

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