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TECNICAS PARA HACER UN CUENTO EXITOSO

Todo trabajo necesita una revisión, es el vistazo (O la sucesión de ellos...) que


hace que tus palabras canten. Antes de empezar el proceso intenta disponer de
unos minutos para revisar los puntos que te comento más abajo. Te ayudarán a
flexibilizar tus músculos editores.

Dio la victoria a su equipo en el último segundo; y así surgió su fama.

1. La revisión comienza siempre con una


re-visión, un volver atrás para determinar si lo
que has escrito es lo que te prometías al
Escribir es, en realidad, corregir. principio. Casi siempre habrá algo que necesites
o desees cambiar. Da las gracias por tener la
oportunidad de corregir y mejorar.

2. Ningún trabajo es perfecto y el tuyo tampoco debe serlo. La corrección te


permite limar tus habilidades y mejorar la calidad de tu trabajo. Si te tomas en serio la
escritura, esta es una oportunidad increíble. Escribir es, en realidad, corregir.

3. No te quedes parado, haz algo. Cambia una frase, reordena un capítulo... Una vez
empiezas, el ímpetu se construye a si mismo. Y con ese primer ímpetu llegan la confianza
y la eficacia.

4. Olvídate de la perfección. Nada de lo que escribas llegará a ese estado. Esto


ocurre porque tu cambias con el tiempo, y contigo cambia tu perspectiva. Volver a un
fragmento ad infinitum no te ayudará ni a ti ni a tu obra. No te detengas a buscarle
pequeños defectos y continúa hacia adelante.

5. No hagas el camino solo si te sientes bloqueado o perdido. Procúrate algunos


críticos en los que confíes. Personas que a su vez escriban y conozcan el proceso. Paga a
un corrector profesional incluso, si te lo puedes permitir. Pero no les pidas que te digan si
les gusta o no tu trabajo. Eso es demasiado general. Mejor coméntales los asuntos o
conceptos estilísticos que te preocupan. Cuando sepan qué buscar, serán capaces de
ofrecer soluciones constructivas. Por eso es bueno tomar notas o llevar un diario de lo que
se escribe.

6. Tómate un respiro. La revisión, como la escritura, no es algo que puedas forzar. Así
que respira. Sal a pasear, queda en una cita con un amigo, o trasplanta una flor si eres de
los que le gustan las plantas. Gana perspectiva. Los ojos frescos llevan a una escritura
fresca que es el objetivo de toda revisión.

CÓMO GANAR CONCURSOS LITERARIOS


Imagínate en un escenario. Sonríes y saludas al público. Los aplausos no son
para el actor después de una obra de teatro, ni para el cantante de rock después
de un concierto; son para ti, el escritor que acaba de ganar un concurso literario.

Escribir para ganar concursos literarios es una maravillosa manera de ver tu nombre en
letras de imprenta. También es una manera de ver como cientos -si no miles- de
potenciales lectores compran tu libro sólo porque en la portada reza “Ganador del Premio
X”. Incluso puede implicar una gran diferencia a la hora de conseguir un trabajo como
redactor el hecho de tener un “gancho” semejante (ganador del concurso X en el
currículo). Puede que necesites el dinero que ese concurso ofrece. O puede que te
interese demostrarte a ti mismo que sí, que tu puedes lograrlo.

1
Esta técnica funciona muy bien en concursos temáticos. Intenta encontrar un ángulo
original o darle una vuelta al argumento y escribe tu relato desde allí. Nunca te dejes
guiar por tu primer instinto. Las posibilidades de ganar un concurso no son muy grandes,
pero hay una serie de pasos a seguir para aumentarlas y volcarlas a tu favor:

Gratuitos

Hay algunos concursos en los que te cobran por leer el material que envías. Siempre
que puedas, intenta evitarlos. Si no hay más remedio, al menos ten en cuenta la diferencia
entre lo que pagas y lo que puedes ganar. Si la diferencia estriba en unos pocos euros,
déjalo correr. Si la cantidad es importante, ¡adelante! Acepta el riesgo. Ten siempre en
mente que es lo que quieres conseguir con ese concurso en concreto. ¿Dinero? (¿Vale la
pena la diferencia entre la tasa de lectura y el premio final?), ¿Credibilidad? (¿Te da
credibilidad un premio por el que has pagado para optar?) ¿Currículo?

Fiables

Comprueba la fiabilidad de la empresa organizadora, investiga anteriores entregas de


premios, lee periódicos atrasados donde hablen de esa entidad. Ten en cuenta que hay
empresas que organizan premios con fines lucrativos. Cobran una tasa por leer el material
y luego declaran el premio desierto. Es la entidad la que sale ganando, no los autores.

Bases

Lee las bases del concurso al que quieras presentarte y vuelve a leerlas. Obsérvalas
hasta en el más mínimo detalle. Hay que tener en cuenta el número máximo y mínimo de
palabras permitidas, el género y el tema. Si se especifica un tema, no incluyas sólo una
frase sobre ese tema, para entrar en el concurso. Escribe algo específico para el concurso
que has escogido. Ten mucho cuidado con las políticas de admisión de los organizadores.
En algunos casos, es posible que no puedas enviar tu trabajo a otros sitios hasta que no se
hayan anunciado los ganadores. Pon atención a las reglas, o puede que tu trabajo sea
descalificado.

Aprende de los ganadores

No leas sólo el trabajo de los anteriores ganadores, analiza sus historias en profundidad.
No sólo las historias ganadoras, sino también las finalistas y las menciones honoríficas. Si
les dedicas una atenta lectura, deberías ser capaz de notar similitudes en estilo y
temática. ¿El jurado se inclina más hacia escenas de acción, hacia una prosa romántica, o
hacia ideas originales y experimentales? ¿Prefiere mucho diálogo o más narración? Las
historias ganadoras deberían decirte mucho acerca de las preferencias de ese jurado y, a
la vez, enseñarte mucho sobre tu estilo narrativo.

Ángulo

Esta técnica funciona muy bien en concursos temáticos. Intenta encontrar un ángulo
original o darle una vuelta al argumento y escribe tu relato desde allí. Nunca te dejes guiar
por tu primer instinto. Es muy fácil que cientos de otras personas hayan pensado la idea
más obvia también, acerca de ese tema. Si tu historia destaca como original en medio de
cientos de otros clones, el jurado te tendrá en cuenta.

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Evita el rechazo editorial
Muchas veces, mientras leemos los originales que nos llegan, tanto para su posible
publicación o su valoración en un informe, pienso que los autores, los escritores, tendrían que
trabajar como editores por un tiempo. Mientras que los editores aprendemos mucho sobre qué
es lo que funciona en la escritura, los escritores desafortunadamente sólo consiguen crípticas
notas de rechazo con un “Lo siento”, “Inténtalo más adelante”, o “Casi llegas”.

¿Te diriges a los sentidos del lector? El mundo que nos rodea, se nos hace “real”
debido a nuestros sentidos: tacto, olor, gusto, vista y oído. ¡¡Trabaja los sentidos!!

El elevado número de envíos de originales hace imposible para la mayoría de los


editores, y me cuento entre ellos, explicar a los escritores qué revisiones deben realizar
para que su novela sea comercialmente “legible”. Esta es quizá una de las tareas más
frustrantes de la edición, porque siempre pienso que con un cambio aquí o allí la historia
podría mejorar mucho. Así que aquí tienes 21 pequeños cambios para reavivar una
historia rechazada. Puedes usar tantos como quieras. Quizá con uno mejores tanto tu
historia que no necesitarás nada más. Pruébalos.

1. ¿Puedes usar un nuevo principio? Empieza con una escena que tenga fuerza, un
diálogo impactante o una descripción maravillosa que tengas enterrada en alguna parte de
la historia. Recuerda esas primeras frases geniales: “Anoche soñé que volvía a Manderley”
de Rebecca, por Daphne du Maurier. O esa otra: “Muchos años después, frente al
pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía recordó el día que su padre lo llevó a
conocer el hielo” de Cien años de soledad, por G.G. Marquez. O quizá puedes quitar el
primer párrafo, después el segundo etc., hasta que llegues a algo que incluya más acción,
interés o contraste que tu principio original. Puede que te des cuenta de que lo anterior
era más bien un intento de aclararte la voz antes de empezar, que el inicio real de la
historia es el actual. Como dice el editor Mario Muchnik, hay cantidad de escritores que
no empiezan REALMENTE la novela hasta la página 12.

2. El final, ¿alude a una historia más profunda? Los mejores finales resuenan en nuestro
recuerdo porque hacen eco en una palabra, frase o imagen que han aparecido antes en la
historia. El lector se ve guiado de nuevo a pensar hacia atrás, y a especular en un
significado más profundo. Esto hace que la historia se recuerde y no se guarde sin más en
un estante de la biblioteca. ¡Hace que se hable de ella!

3. ¿Hay una imagen visual dominante? Por ejemplo, cuando en Pulp Fiction clavan la
inyección en el corazón de la mujer con una sobredosis. Las imágenes centrales con fuerza
como ésta anclan la historia en nuestras memorias. Como ves es importante que se te
recuerde.

4. ¿Está contando la historia la persona adecuada? Siempre recuerdo una historia de


Kurt Vonnegut sobre una relación de pareja rota, contada, no por
sus protagonistas, sino por el fontanero que está debajo del
fregadero y que la pareja parece haber olvidado. La especulación
por parte del narrador a veces es más interesante que la propia
exposición de los hechos.

5. ¿Has incluido suficiente monólogo interior?, ¿o hay demasiado?


Es sorprendente la cantidad de escritores que cuentan la historia
desde un punto de vista determinado pero que no pasan mucho
tiempo en la mente de ese personaje. Sin pensamientos internos,
que funcionen como contra argumento a la acción física, una

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historia será menos compleja. Pero escoge tus momentos con cuidado. Los personajes
deben pensar cuando hay una pausa en la acción, no durante las escenas de acción.

6. ¿Hay demasiados personajes?, o ¿demasiado pocos? No hay unas reglas fijas, pero
los relatos no pueden tener muchos personajes (o mejor nombres propios). Si un
personaje no es absolutamente necesario, quítalo, o al menos, no le des un nombre.
Descríbelos por su trabajo, función o manera de vestir. Por ejemplo: “el tendero”, “la chica
que continuaba mirándole” o “el hombre del traje azul”.

7. ¿Has creado una frecuencia e intensidad apropiadas para las escenas? Cada escena
debería revelar algo del personaje, avanzar el argumento de manera significativa, dar una
visión interna del tema o, mejor aún, hacer todo esto en una sola escena, el gran secreto
de los superventas. Ten en cuenta que pocas escenas hacen que la historia parezca un
sketch. Demasiadas escenas pueden diluir la historia, las escenas principales pueden
perder su fuerza y dramatizar los momentos equivocados, es como subrayar los párrafos
equivocados de una novela para que el próximo lector los encuentre.

8. ¿Por qué me cuentas esto? ¿Nunca te has encontrado en una fiesta preguntándote
por qué la persona que tienes al lado te está contando una historia? En la película “Stand
by me” basada en uno de los mejores relatos y menos conocidos de Stephen King se
cuenta la historia de unos niños que van a buscar a otro chico fallecido; enmarcada por
una escena en la que un escritor ya maduro contempla el titular sobre el asesinato de un
abogado local y un final donde vemos a ese mismo escritor que encuentra inspiración en
su hijo y en su amigo al final de la historia. El marco no da un contexto inmediato y
anticipa la respuesta a la pregunta ¿Por qué? Por cierto: A pesar de alguna fama que le
achacan, Stephen King es un buen escritor del que se puede aprender mucho.

9. ¿Te diriges a los sentidos del lector? El mundo que nos rodea, se nos hace “real”
debido a nuestros sentidos: tacto, olor, gusto, vista y oído. A las historias que no tienen
un sentido convincente de la realidad, muchas veces les falta imaginería que se dirija a los
sentidos del lector. Trabaja los sentidos.

10. ¿Tu historia tiene sabor? Muchos relatos se sustentan en el vacío, el diálogo
transcurre sin ninguna descripción ni interior ni exterior. Es como si fueras al teatro y
apagaran las luces, o como si los actores se sentaran en el escenario y dijeran sus frases
sin ninguna acción para acompañarlas. Hace falta "salsa".

11. ¿Tus personajes están motivados? ¿Qué les mueve a hacer lo que están haciendo?
¿Sabemos qué quieren? Esto los hará verosímiles. (Ver artículos sobre "Hacer verosímil lo
imaginado"). Leer es un acuerdo tácito entre el lector y el escritor. El lector piensa: "Bien,
te concederé unas horas, pero házmelas creíbles".

12. ¿Tu marco temporal es interesante? Muchas historias se resuelven en un incidente


que sucede entre una y tres horas. ¿Tu relato puede ser una escena dentro de una historia
más larga? ¿Qué pasaría si alargaras la historia, distorsionándola y haciéndola más
interesante? No tengas miedo a realizar cambios, siempre sobre una copia del original.
Luego siempre puedes hacer sustituciones.

13. ¿Puedes añadir textura a tu historia, con ecos, alusiones, símbolos, mitos y
metáforas? La literatura que estudiamos en clase, la Literatura con L mayúscula, tiene
gran riqueza figurativa y ecos en su lenguaje. Esto incluye metáforas, comparaciones,
símbolos y alusiones. Los ecos funcionan repitiendo frases clave o palabras dentro de la
historia para que tengan un efecto acumulativo en el lector. En el último libro de Enrique
Vila-Matas: "París no se acaba nunca", el escritor repite constantemente esta frase del
título en diferentes contextos, matizándola cada vez. Siempre recomiendo a Enrique como
escritor que domina la técnica a la perfección e incluso desvela a veces sus propios trucos.
(Ver entrevista a Enrique Vila-Matas)

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14. ¿Has considerado usar un narrador en el que no se pueda confiar? ¿Le daría más
interés a tu historia si los lectores creyéramos que el narrador no está diciendo la verdad
absoluta, o si nuestras percepciones fueran un tanto diferentes de las del narrador? Quizá
te pueda parecer complicado. Pero recuerda, tu eres Dios. Eres el creador. Y tu escoges
desde el narrador hasta la última palabra del texto.

15. ¿La información trivial está equiparada a los “pensamientos profundos”? Si tu


personaje es un albañil, tus lectores querrán saber más sobre su mundo: los aspectos
técnicos del trabajo, así como la mentalidad de su gremio. Y tendrías que hacerlos
interesantes. ¿Recuerdas la frase de Forrest Gump: "La vida es como una caja de
bombones"? ¿Qué diría un bombero depresivo? Te daré un ejemplo: La vida es un incendio
pequeño que se extingue con un soplido. ¿Ves la idea?

16. ¿Puedes añadirle interés a la historia mediante letras de canciones, cartas o listas?
Estos detalles son buenos recursos para el argumento. Piensa por ejemplo en la letra de la
canción “Sheik of Arabia” en El Gran Gatsby de F.Scott Fitzgerald o la lista de los
miembros de la sociedad que frecuentan las fiestas de Gatsby.

17. ¿Y coincidencia e ironía? Estas convenciones literarias añaden un considerable


interés. Filosófico a veces.

18. ¿Has creado En nuestra revista literaria "ALEDAÑOS DE LA


suficiente contraste? LITERATURA" seleccionamos los mejores relatos
Demasiadas historias que nos llegan para realizar un libro con ellos.
están llenas de Suscríbete.
personajes que se
parecen, hablan igual y
actúan de la misma
manera. Lo he visto en
muchos originales de escritores noveles. Si tus personajes son similares, intenta introducir
cambios en sus intereses, maneras de expresarse, expresiones, rasgos físicos o respuestas
emocionales para diferenciarlos unos de otros. Cuando caminas por la calle, qué es lo que
observas en la marea de gente que viene hacia ti: dos hombres de la misma raza y altura
o miembros del sexo opuesto que se visten radicalmente o son muy distintos en su altura?

19. ¿Tu diálogo tiene fuerza y gancho? Algunos amigos de Tenessee Williams (Ver
artículo sobre cómo escribía Tenesee Williams) contaban que cuando iban a su casa
pensaban que la tenía llena de gente porque se oían voces muy distintas salir de ella. Pero
la realidad es que Williams actuaba en voz alta mientras escribía para conseguir que
cada personaje sonara realmente bien. ¿Recuerdas lo que te dije en un artículo sobre leer
en voz alta? Puedes probarlo, pero si tu diálogo aún no te suena bien, quizá tienes que
mirar qué es lo que están diciendo tus personajes en vez de mirar cómo lo dicen. ¿Qué es
más interesante? ¿Una conversación al principio o al final de una cita, fiesta o encuentro
de amigos... o las conversaciones en el medio?

20. ¿Puedes mantener la historia? La fórmula de ficción más simple es la situación


seguida de la complicación y la (i) resolución. A veces leemos historias donde la
complicación es parte de un problema al que debe enfrentarse el protagonista más que un
factor adicional para llegar a la resolución. Otras veces la complicación no es
suficientemente complicada. Intenta complicar más la trama existente o añadir alguna otra
dificultad. Hablamos mucho de esto en la revista de Escritores Club.

21. Cuando todo lo demás falla, ¿por qué no probar la aproximación "sidecar"? Muchas
historias parecen trazados de una atracción de feria donde el carro sigue una ruta
predecible y nunca se pierde. Un niño rompe el jarrón de su madre y la historia sigue, por
un lado, la acción externa de sus intentos de arreglarlo y por el otro, la interna de como el
niño decide contarle a su madre el accidente. Pero qué ocurriría si el niño estuviera ya en
el instituto y se hubiera envuelto en su primera relación amorosa. La historia se centraría
en la relación y el jarrón sería una sub-trama que añadiría carne al asador. Puede que la
novia piense que debe hacer algo diferente a la acción que toma el protagonista. Mayor
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complejidad, significa más interés por parte de los lectores. Bien, hasta aquí este artículo
que espero te haga ver con nuevos ojos esos manuscritos que te rechazaron en su día y
puedas así enriquecerlos.

Los 7 errores del escritor novel


En mi trabajo como corrector y como editor, a menudo veo personas que no
tienen la más remota idea de cómo corregir sus textos. Incluso rehuyen ese tema
arguyendo la espontaneidad y la frescura de sus escritos, o -si se lo pueden
permitir- recurren a contratar a un profesional. Muchas de esas personas SABEN
que algo falla en sus textos o en un texto concreto, pero no saben exactamente
qué. Y no me refiero a la ortografía.

Quizá te parezcan cosas de lógico sentido común lo que voy a explicarte. Pero sucede
que, a veces, las cosas del lógico sentido común no las tenemos presentes.

Aprende a escuchar mientras lees porque eso te enseñará a escuchar tu propia


escritura, ayudándote a encontrar las palabras más adecuadas para describir sonidos,
olores y sabores.

El ejemplo más reciente es un escritor joven y con una primera obra en la calle (un
poemario ganador de un concurso) que recurrió a nosotros -cuando aun teníamos el
servicio de Obra en curso, de ayuda al escritor en todo el proceso-, porque SABÍA que
su primera novela fallaba en los personajes. Pero no sabía en qué o porqué fallaban. Le
pregunté si había leído mucho y me dijo que antes de escribir sí, pero que en este
momento leía mucho menos, apenas un libro cada dos meses. Le pregunté su edad y me
respondió que tenía... ¡25 años! Después de varias encuestas y de atentas lecturas de la
obra vimos que dos de sus personajes, uno de ellos el principal, no habían vivido mucho,
apenas tenían una experiencia creíble sobre la vida. Y se notaba. A nuestro joven autor le
faltaban lecturas y vivir más las escenas que ponía en sus personajes. Y es que quizá lo
has oído millones de veces: si quieres escribir debes leer, leer y leer. Leer los clásicos,
leer bestsellers actuales, leer periódicos, leer sobre el tipo de material que quieres escribir,
leer sobre cómo escribir, leer buena escritura que puedas imitar hasta adquirir tu propia
voz, e incluso leer basura para saber cómo no debes escribir. Siempre: LEER. Pero
muchas veces nos olvidamos de una pequeña parte no por ello menos importante. Cómo
leer es tan importante como qué leer. En este artículo voy a revelarte cuales son los
*errores* más graves que puedes cometer en tus lecturas como escritor. Y todos ellos son
relativamente fáciles de evitar. Si los evitas, corregirás mejor tus textos.

NUMERO 1.- No tener calma.

Estamos acostumbrados a leer para buscar información, pasando por alto la escritura en
ocasiones y yendo directamente a lo que nos importa. Pero los escritores podemos
aprender mucho leyendo lo que otros ya han escrito. Si lees demasiado rápido te perderás
muchas cosas. Debes tomarte tu tiempo para escuchar las palabras y su ritmo, sentir los
detalles, vivir la historia que te están contando. Piensa en un relato o artículo que
disfrutases la semana anterior. ¿Puedes recordar el argumento? ¿Los personajes? ¿La tesis
del autor? Si tu respuesta es no... lo leíste demasiado de prisa. Lee lentamente y
totalmente concentrado para percibir un giro inesperado en el argumento, una frase
maravillosa o un pequeño detalle. Tómate tu tiempo y piensa por qué funciona esa manera
de escribir del autor, por qué ha funcionado contigo. Éste es la clave de cómo mejorar tu
escritura leyendo.

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NUMERO 2.- No discriminar nunca.

Y me refiero a leer hasta los prospectos de los medicamentos. El trabajo, los niños, la
familia, el ocio, tu propia obra... Todo ello nos resta horas dedicadas a la lectura, sobre
todo en la vida de un escritor. Si además lees despacio, leerás mucho menos. Quizá
parezca una contradicción con el punto anterior. Pero verás... batallar con un libro
aburrido y mal escrito es perder el tiempo. Si no te llama la atención una novela al final
del capítulo tercero o un relato al finalizar la primera página, olvídalos. Dedícate a leer
algo que valga tu valioso tiempo. El tiempo es crucial como verás en el artículo
"Cómo escribir cuando no se tiene tiempo para escribir". Tú eres el mejor juez sobre lo que te
inspira y motiva, estúdialo, absórbelo. Úsalo para mejorar tu propia escritura.

NUMERO 3.- No leerlo todo.


¿Otra contradicción? Quizá lo parezca. Pero no leer todo lo de un libro que te ha
gustado, es también un error. Un libro es un producto, lo quieras así o no. Destinado a
generar un beneficio al autor, al editor que arriesga su dinero y al librero que lo pone en
tus manos. Lee los libros desde la cubierta hasta la contraportada, incluyendo créditos y
dedicatorias. Las biografías de los autores harán que te des cuenta que son personas
normales y corrientes como tú y como yo, con horarios para escribir tan apretados como
los nuestros. Algunos incluso tienen animales de compañía. Las dedicatorias pueden
ayudarte a vender tu libro el día de mañana. Puedes ser de los escritores que lo ven como
halagos baratos e hipocresía... o quizá seas de los escritores que lo contemplan como un
agradecimiento sincero. Tú eliges. Si buscas un agente para tu libro, léete las dedicatorias
de materiales similares.

NUMERO 4.- No escuchar.


Al leer con calma podrás saborear el ritmo de la escritura. Lo dije antes. Se hace
escuchando. Intenta percibir cuando una frase capta tu atención. Léela en voz alta e
intenta pensar porqué te interesó. En vez de leer las palabras, aprende a escucharlas en tu
interior. Toma notas de personajes que hablen en voz alta y chillona o baja y suave.
Intenta imaginarte el sonido. Deja que el silbido del tren o el sonido de los frenos tomen
vida en tu mente e intenta descubrir si el autor usó ese sonido en sus frases. Averigua
porqué. Busca las aliteraciones. Cortazar usaba el sonido en sus cuentos, y las cadencias
del jazz. Y Burroughs: "Hermosa la ira de un gato ardiendo con puro fuego felino" y
Nabokov: "Lolita, light of my life, fire of my loins. My sin, my soul. Lo-lee-ta: the tip of
my tongue taking a trip of three steps down the palate to tap, at three, on the teeth. Lo.
Lee. Ta." Aprende a escuchar mientras lees porque eso te enseñará a escuchar tu propia
escritura, ayudándote a encontrar las palabras más adecuadas para describir sonidos,
olores y sabores. También te ayudará a terminar con éxito un párrafo y a equilibrar los
siguientes párrafos entre sí. Afina tu oído a la cadencia musical de las palabras pero no
caigas en los ripios. Toma nota de cómo los clichés y las frases hechas y manidas pueden
reciclarse en material fresco y nuevo.

NUMERO 5.- No tomar nunca notas.


Mientras lees, ten a mano un cuaderno de notas. Mantente alerta para captar una buena
estructura gramatical, una metáfora nueva, conjugaciones interesantes... Escribe las
frases que te hagan pensar. El acto de escribir puede ayudarte a integrar ese ritmo
particular en tu cerebro. Asegúrate de poner el nombre de la publicación y su autor para
volver a él otro día. Pon notas para recordarte porqué te llamó la atención esa frase.
Cuando encuentres un personaje interesante escribe algo sobre él. Recuerda a Tom Ripley,
de Patricia Highsmith. Al Padre Brown de Chesterton. Cualquier otro. ¿Qué le hacía tan
atractivo o tan verosímil? ¿Había rasgos de personalidad únicos que hicieran destacar al

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personaje? Estas notas pueden ser muy útiles más adelante al desarrollar tus propios
personajes. También encontrarás personajes aburridos y sin vida, escritura que hará que
te rechinen los dientes. Guarda una sección de tus notas para las frases que te ponen los
pelos de punta. Busca las que retardan el curso de la lectura (Las que abundan en los
adverbios acabados en mente, por ejemplo, a la manera de Lovecraft) y mantén un
apartado para ellas. Te ayudará a encontrar las tuyas.
NUMERO 6.- No descansar.
¿Alguna vez has oído hablar de DEJAR DORMIR LA PROPIA OBRA? Una vez terminada y
corregida, arroparla y meterla en un cajón, olvidarte de ella, hacer otra cosa que nada
tenga que ver con la obra que duerme. Aunque sea un sólo relato de 3 páginas. Cualquier
producto de tu creatividad: DÉJALO DORMIR. Descansa. Procura que salga de tu mente
completamente (Excepto el lugar donde lo guardaste :-) y no tengas prisa para retomarlo
hasta que esto ocurra. ¿Porqué? Porque al igual que en la vida, que vemos mejor las
claves de un problema después del descanso, nuestros ojos serán nuevos cuando
releamos ese trabajo. Veremos cosas que antes no vimos y sabremos corregirlas y dar
solución a los fallos así detectados. Escribir es reescribir.

NUMERO 7.- No saber cuando parar.


Cuando haya vida a tu alrededor, deja el libro y observa. En el aeropuerto nadie
comienza una conversación con alguien con la nariz enterrada en un libro. Como escritor
es normal que quizá pases demasiado tiempo solo. Cuando estés con gente alrededor
aprovéchalo y observa la vida que fluye. Sé cálido y abierto con los extraños. ¿Qué mejor
manera de aprender de la naturaleza humana que coleccionar rasgos de personalidad
interesantes, trozos de diálogo e incluso ideas para historias? Raymond Chandler decía
que los escritores eran todos unos proxenetas. Prostituyen lo que ven y a la gente que
conocen y le dan una vida nueva en un libro, negro sobre blanco. Tu propia escritura será
un compuesto de cada autor que hayas leído y admirado, Tus temas habrán salido de cada
situación o persona que hayas conocido. En resumen, lee los libros de manera lenta y
calmada. Estudia qué es lo que hace que su escritura funcione. Escucha tu oído interior y
toma notas detalladas. Observa el mundo a tu alrededor.

LOS ELEMENTOS CRUCIALES PARA CUALQUIER HISTORIA


Así que quieres escribir ficción.

Bien, es un buen principio. Para empezar, tenemos algunos elementos


comunes a cualquier género de ficción que debes tener en cuenta a la hora de
plantear tu historia. Entre ellos están: un protagonista agradable, un antagonista
que no sea totalmente detestable, un escenario, un conflicto y su posterior
resolución.

Un protagonista agradable

Éste es nuestro héroe. Puede ser hombre, mujer, perro, gato, robot o lo que se te
ocurra, pero tu protagonista debe ser alguien (o algo) con quien el lector se identifique y
no sólo eso, si no que desee que la misión tenga éxito. La mejor manera de conocer a tu
protagonista antes de plantarlo en medio de la historia, es escribir la historia de su vida.
Empieza por el tipo de infancia que tuvo: ¿Cómo eran sus padres? ¿Dónde creció? ¿Cómo
era su colegio? ¿Y sus amigos? Si el protagonista es un robot o algo inanimado ¿Quién lo
construyó y por qué motivo? ¿Qué reglas gobiernan sus acciones?. Véase el artículo "Las
100 preguntas para un personaje"

¿Por qué es tal cómo es tu protagonista en el momento en que ocurre la historia?


CuantoTiene
más que haberauna
conozcas solución para
tu personaje, cada
mejor conflicto
parado de de
saldrá la la
historia. Puedes
historia. usarununa
Otórgale serie
vicio
de para
o dos pequeños
que elconflictos para llegarplenamente
lector se identifique al principalcon
pero
él.cada
No loconflicto necesitaQuizás
hagas perfecto. su solución
tu
individual se
protagonista al final de laelhistoria.
retuerce cabello cuando está nerviosa o hace dibujos sin sentido en el
papel mientras se supone que toma notas. Esto acercará el personaje a la experiencia vital
de tus lectores y resonará en su interior como alguien vivo.

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Un antagonista que no sea totalmente detestable

Nadie es absolutamente malvado. Tu antagonista necesita un motivo para enfrentarse a


tu protagonista. Considera dos candidatos para el mismo puesto de trabajo. Cada uno
tiene buenas y malas cualidades. Tu antagonista debe tener buenas cualidades que
compensen las malas. Quizás se dedique a alimentar a los gatos del barrio. O tenga un
canario al que adore con dudoso gusto. Pero la idea es que tu antagonista debe competir
con tu protagonista sobre algo que importe a ambos. Para hacer al antagonista realmente
creíble, debe ser humano (o humanizado) con sus vicios y virtudes más o menos
compensados.

Un escenario

Tu historia puede tener lugar en el pasado, el presente o el futuro. Pero debes hacer
que el lector crea en la existencia de ese escenario, al menos mientras dure la historia.
Deberás ofrecer detalles al lector pero no debes ofrecerlos a la vez. Deja que sean los
personajes quienes se muevan por el escenario y admiren alguna de sus partes o se
preocupen por algo relacionado por el espacio que habitan. Déjalos que recojan partes del
decorado o se sienten en sillas de diferentes tipos varias veces. Un detalle aquí y allá y las
respuestas que den tus personajes a su entorno darán una idea aproximada al lector de
dónde se encuentran tus personajes.

Conflicto

En cada historia hay algún tipo de conflicto. Puede ser una situación verdaderamente
competitiva o bien que los protagonistas masculino y femenino no saben como tratarse y
sus equívocos dan lugar al conflicto. Los personajes deben encontrarse obstáculos a
superar gracias a su agudeza o inteligencia, a la suerte o a un cúmulo de casualidades. Es
importante evitar las soluciones “convenientes” (en las que no cuentas la existencia del
amigo de infancia que tiene la solución al problema que atenaza al protagonista hasta la
última página por ejemplo) a no ser que las sitúes al principio de la historia. Por ejemplo,
si tu protagonista necesita usar algún tipo de arma, debería aparecer en la descripción
anterior del escenario. Quizás las espadas de su padre están colgadas encima de la
chimenea. Quizás ha estado cortando verduras en la cocina. Encuentres la solución que
encuentres a tu conflicto, las herramientas deben aparecer antes de que sean necesarias
al protagonista. Incluso las habilidades que tu protagonista usará en la resolución del
conflicto deben contarse antes de que el tenga que desentrañarlo. ¿Le gusta resolver los
crucigramas del periódico cada noche antes de acostarse? ¿Usa los puzzles como método
de relajación? ¿Le gusta escalar? ¿Realizó un curso de seguridad vial? Todo lo que ayudará
al protagonista a resolver el conflicto debe tratarse con anterioridad o el lector se sentirá
engañado. No puedes incluir nada que haga la resolución más fácil al protagonista si antes
no se lo has presentado al lector.

Una resolución

Tiene que haber una solución para cada conflicto de la historia. Puedes usar una serie
de pequeños conflictos para llegar al principal pero cada conflicto necesita su solución
individual al final de la historia. Quizás tu protagonista quiere comprar el negocio de
alguien para incrementar sus beneficios. El conflicto principal puede ser que el dueño del
negocio no quiera vender, o no quiera vendérselo a esa persona en concreto. Esto crea un
conflicto. ¿Cómo lo resuelves? La negociación puede ser una solución. El asesinato otra.
Una "opa" hostil y bursátil la tercera. En algún momento de la historia tu protagonista y tu
antagonista tendrán una confrontación y deberán encontrar una solución. Aunque uno de
ellos termine muerto.
En nuestra revista literaria "ALEDAÑOS DE LA LITERATURA"
seleccionamos los mejores relatos que nos llegan para
Otro punto a tener realizar un libro con ellos. Suscríbete.
en cuenta en tu
historia. Tus personajes

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deben hablar naturalmente. Lo que es natural para uno puede no ser la manera de hablar
de otro. Si uno de tus personajes es extranjero por ejemplo, hablará diferente de alguien
que sea nativo de la persona que cuenta la historia. Recuerda, por ejemplo, "Sin noticias
de Gurb" de Eduardo Mendoza. Por el mismo motivo, nadie usa los nombres todo el rato
cuando habla con otra persona. Así que no llenes tu historia con cosas como ésta:

- Eh Juan, veo que te has comprado un coche nuevo.


- Sí Miguel, lo compré justo ayer. Es bastante caro, por cierto.
- Me encanta su color, Juan.

Puedes usar algunos términos de lenguaje coloquial, propio del estrato social de tus
personajes, en el diálogo; pero cuidado con el mercado internacional que puede no
entenderlo. Usa los juramentos de manera espaciada. Si eres creativo tienes que ser capaz
de transmitir la idea sin la necesidad de usar siempre el mismo tipo de lenguaje. Crea tus
propios juramentos que usarás al largo de la historia sólo si son absolutamente necesarios.
Así que aquí tienes la base para crear una historia: la gente que vive la historia, el
conflicto y su resolución. Todos ellos constituyen el argumento. Son básicos para cualquier
género o tipo de historia. Lo que hagas con ellos es lo que determinará el género de tu
historia (romance, contemporánea, misterio, ciencia ficción, fantasía...). Cada historia
necesita de estos elementos básicos para ser historia.

CÓMO ELEGIR EDITORIAL PARA NUESTRA OBRA

El Proceso de escribir y culminar una obra literaria nos puede parecer arduo y a veces
penoso, y sin embargo no es nada comparado al proceso de recorrer editoriales con la obra en la
que volcamos nuestras noches sin sueño y nuestras esperanzas. En cierta ocasión, una buena
amiga, Agente Literaria de profesión, me dijo algo muy importante: “Juan Manuel, si de verdad
deseas publicar, vigila a la competencia.”

La llamada telefónica es un punto importante en este aspecto, pero siempre después


de haber observado los títulos de la colección editorial que nos llama la atención.

El escritor novel o profesional se mueve en un mercado en el que rigen las mismas leyes
que en cualquier otro ámbito comercial. Buscamos que nuestro producto, nuestro libro,
llegue a los canales de distribución y sea leído por nuestro público objetivo. Para conseguir
esto, lo primero es elaborar el producto, escribirlo. Conseguir en él la mejor calidad
(Literaria) posible. Por ello partiremos de la base de que hemos escrito una buena obra
literaria irreprochable en estilo y forma y con un fondo atractivo y actual, o al menos, al
gusto que la actualidad demanda. Umberto Eco dijo: “Hay libros que son para el público,
y libros que hacen su propio público.” No está de más que adscribamos nuestra obra a uno
u otro lado de la frase. Nos ayudará a ubicarnos. Tenemos el producto, y sabemos de su
público. Ahora debemos buscar la figura del editor. El editor mimará nuestra obra,
corregirá algunas cosas, nos aconsejará sobre otras, la producirá en papel y valorará una
tirada previa de X número de ejemplares sobre ese público objetivo del que ya hemos
hablado. La pondrá en el canal de distribución. Pero antes ha de creer en ella.

El editor es el primer destinatario de nuestra obra y como tal debe ser elegido
cuidadosamente. Si escribimos la Obra pensando ocasionalmente en un lector objetivo (O
en todos los lectores potenciales), la elección de editorial debe hacerse como si fuera
nuestro primer mercado. Lo primero de todo es encuadrar nuestra obra entre lo que se
está editando en el país. Las editoriales tienden a la especialización y salvo los grandes
emporios de la edición, cada editorial tiene una o varias colecciones dedicada a la
narrativa. Estas colecciones son dirigidas bien por un director editorial, bien por el propio
editor, que impone unas líneas de actuación y aceptación de obras que deberíamos
conocer para no perder el tiempo y coleccionar las famosas cartas de rechazo. La llamada
telefónica es un punto importante en este aspecto, pero siempre después de haber
observado los títulos de la colección editorial que nos llama la atención. Si vemos, por

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ejemplo, que no tienen autores nuevos o apenas conocidos y que la mayor parte del fondo
editorial son autores extranjeros, lo mejor será buscar otra editorial. Funciona muy bien,
con las editoriales que arriesgan en noveles, el haber publicado previamente en editoriales
locales o provinciales. El mejor currículo para un autor novel siempre es un libro
publicado. La llamada telefónica – para grandes editoriales -, se realiza para interesarnos
si admiten originales no solicitados. Deberá pasar el filtro de la secretaria o la
recepcionista, aunque no necesariamente: hay secretarias y recepcionistas conscientes de
que un autor novel que llama podría muy bien ser un nuevo hallazgo editorial.
Formularemos nuestras preguntas muy amablemente, sin mendigar en absoluto ni solicitar
nada, siendo precisos en los aspectos de presentación del original y, sobre todo...
averiguando a la atención de qué persona hay que enviarlo. Aquí, si tenemos la suerte de
tener contactos, podemos preguntar directamente por la persona en cuestión y hablarle a
ella sin trabas de nuestra Obra.

Atención:
No tenemos que vender nuestra Obra. Tenemos que vender la lectura de la
misma.

A mano, junto al teléfono, debemos tener una carta ya escrita, de formato y contenido
atractivo, que luego dirigiremos a las editoriales y que incluirá información relevante
acerca de tu novela:

• Argumento
• Caracterización de los personajes
• Rol que estos personajes llevan a cabo en la historia
• Trama y conflictos
• Escenarios principales donde transcurre la acción
• Tipos de temas que se dramatizan
• Punto de vista sobre el mundo que quieras expresar
• Aspectos del narrador y del lenguaje, etc

Se trata de estar preparados ante cualquier pregunta sobre la Forma y el Fondo de


nuestra obra y también de tenerlo ya escrito para enviarlo a las personas adecuadas. Pero
sin escribir una novela de la novela.Un resumen o esquema de la novela también ayuda
mucho. No dejes de tenerlo en cuenta. Lo mismo que un informe editorial de rechazo de
otra empresa, cuando lo tengas, y se discutan en él aspectos de tu Obra.

Si dispones de un Informe editorial con comentarios positivos acerca de tu Obra,


enhorabuena. Muchas editoriales prefieren leer previamente los informes de otras empresas
sobre esa Obra. Nosotros los efectuamos para las obras que no vamos a publicar, pero
cobramos por ello. Nos ayuda a autofinanciarnos. Puedes verlo aquí.

A veces el rechazo no se produce porque la Obra es mala si no porque

– Y esto no es ironía -, no se ajusta verdaderamente a las líneas editoriales. He visto


como escritores de relatos cortos enviaban sus obras a editoriales que no publican
narrativa breve. O novelistas con un pie en la Tierra Media enviando su Obra a editoriales
que apuestan por la novela histórica. Si dispones de un Informe editorial con
comentarios positivos acerca de tu Obra, enhorabuena. Muchas editoriales prefieren
leer previamente los informes de otras empresas sobre esa Obra. Pero si dispones de un
Informe editorial con comentarios negativos acerca de tu Obra, también enhorabuena.
Podrás corregirla y volverla a enviar a esa u otras editoriales con una carta adjunta que
diga que, efectivamente, corregiste tu Obra después de aquel rechazo y deseas someterla
a nueva valoración. Merece especial atención también, el aspecto del Prólogo. Podemos
buscar escritores ya publicados que nos sean accesibles de un modo u otro y solicitarles
un Prólogo a nuestra Obra. Claro está que debe gustarles previamente. El proceso de caza
del prólogo es difícil en España -los escritores hispanos son menos generosos que los
anglosajones- pero ayuda enormemente a la publicación. No olvidemos nunca registrar
previamente nuestra obra en el Registro de la Propiedad Intelectual.
11
Por último, la disponibilidad.

Promete que estarás disponible para cualquier cosa que la editorial desee de ti. Hay
muchos escritores que remolonean ante una charla sobre su obra, ante una presentación o
entrevista, e incluso ante una firma de libros. Remueve cielo y tierra para estar cuando se
te solicite y nunca olvides añadir en tu carta e incluso en el propio original las diferentes
formas en que puedan contactar contigo: Teléfonos, e-mail, direcciones postales, etc. El
que algo quiere algo le cuesta, y publicar una obra no estriba exclusivamente en el hecho
de escribirla y escribirla bien. Hay que "mojarse", venderla en una sociedad donde todo se
compra y se vende. Y el buen paño en el arca NO se vende. Hay que mostrarlo. Con
inteligencia.

12 TRUCOS PARA ENFOCAR TU MENTE HACIA LA ESCRITURA E


INCENTIVAR TU PRODUCCIÓN

Estás sentado frente a una pantalla o una hoja de papel en blanco pretendiendo escribir con
todas tus fuerzas. Pero hay momentos en que parece que los demás aspectos de tu vida te
llaman con fuerza. Para acceder a tu creatividad y conseguir fluidez en tus palabras, deberás
aprender a concentrarte profundamente. Si te sorprendes a ti mismo observando con atención
los libros de la estantería encima de tu escritorio, pensando planes para un futuro no
inmediato o bien saltando para coger el teléfono con la idea de que es un respiro, es muy
posible que sufras falta de atención. Los expertos consideran que las personas normales sólo
pueden prestar atención a una cosa cada vez, por lo tanto si lo aplicamos a los escritores,
deberemos aprender a concentrarnos en lo que realmente nos importa en ese momento. Sea o
no un acto natural en nosotros, se trata sobretodo de decidir prestar atención. O al menos
decidir cambiar algunos elementos de tu entorno (emocional y físico) para concentrarte mejor.

La atención es como un músculo. Puedes fortalecer tu capacidad de atención usándola, no


cediendo al impulso de hacer algo más. No es fácil. Cada escritor, con el tiempo, llega a
adoptar algunas medidas para fortalecer su músculo de la atención. He aquí un listado de doce
trucos que pueden ayudarte:

4. Escucha con atención 5. Habla con tus personajes. 6.


Encuentra tu equilibrio.
7. Disfruta con tu ritual. Leer más.

1. Combate el aburrimiento. Si elevas el nivel de novedad de lo que estás escribiendo,


encontrarás que es más fácil mantenerte ocupado. Si tu novela ha llegado a un punto que te
resulta pesada, pasar un tiempo con tu diario o un ensayo puede aportarte nuevas ideas. Probar
cosas nuevas para ver si eres capaz y proponerte nuevos retos es un buen método para fomentar
tu entusiasmo.

Ejercicio: Intenta escribir algo que sea completamente nuevo para tí, como por ejemplo, un
flashback dentro de un flashback o una escena en la que hablan más de una persona a la vez. Si
te dedicas a la no ficción, escribe sobre un tema que nunca antes hayas tratado.

2. Monta una estructura y síguela. Tomemos como ejemplo la escritora Sue Grafton que
trabaja con una estructura muy marcada con sus misterios alfabéticos que la ayudan a
concentrar su creatividad. La habilidad consiste en tomar las reglas y estirarlas al máximo.

Ejercicio: Planea una serie de historias o artículos que tengan que ver con un tema, como por
ejemplo “Vida y milagros de una profesora sustituta” o “varios días en la vida de un abogado
de oficio”. O crea la estructura escribiendo una obra que se basa en números.
12
PARA CONTINUAR SIENDO ESCRITORES
El gran secreto del oficio de escritor no es convertirse en escritor. Es continuar
siendo escritor.

Mantener la moral alta en el transcurso de un proyecto o una carrera es una tarea harto
desalentadora. Muchos escritores no pueden aguantarlo y caen antes de conseguirlo. Algo
que distingue a los escritores de los descorazonados es que los primeros se mantienen en su
escritorio. Los que persisten no lo hacen a ciegas. Desarrollan estrategias para mantener
viva la esperanza. Algunas son sorprendentes. Aquí tenemos ocho de ellas:

1. Crea un archivo de consuelo. Durante siete años de rechazos repetidos en los inicios de
su carrera, Frederick Busch mantenía a mano una lista de todas las editoriales que habían
rechazado “Bajo el Volcán” de Malcolm Lowry. Mientras la lista de editores que rechazaba su
trabajo aumentaba, Busch buscó consuelo revisando la de Malcolm Lowry. Esta lista (la que el
agente literario de Lowry le mandó concluyendo que su novela era impublicable) incluía:
Farrar & Rinehart, Harcourt Brace, Alfred Knopff, Houghton Mifflin, J.B. Lippincott, Little
Brown, Random House, Scribner’s, Simon & Schuster, Duell, Sloan & Pearce, Dial Press y
Story Press. Leer más.

2. Estudia las dedicatorias en los libros. La mayoría de los lectores se salta la página de las
dedicatorias. Los escritores las devoran. Las dedicatorias pueden ser un preciado cofre de
información útil y tranquilizadora. Es donde és más fácil que un autor admita que ha sufrido
ansiedad, frustración y desespero. E incluso que cuente cómo lo ha superado. Leer más.

3. Relaciónate. Flaubert se entusiasmaba hablando de la integridad del artista. También se


conoce que reprendió a un amigo por no hacer amistad con todos los hombres de la Comedie
Françoise (donde quería escribir) y acostarse con todas las mujeres. Leer más.

4. Sé profesional. Los agentes y los editores reciben miles de solicitudes de representación o


publicación de diletantes. Esto es una buena noticia para los que se aproximan a ellos de
manera profesional. Cuanto más profesional seas a la hora de contactar una agencia o una
editorial, más en serio te tomarán. Leer más. Puedes decir que la venta puerta a puerta no cae
bajo tu responsabilidad sino que es trabajo de tu editor. Y tendrías razón. También serías un
autor en el camino del olvido. Tu libro es tu criatura. Un padre (o una madre) haría cualquier
cosa por su hijo. También debería hacerlo cualquier autor. Eres la única persona en el mundo
100% comprometida con tu libro. Ponte en marcha. Llega a tus lectores.

ESCENIFICANDO LAS SECUENCIAS DE ACCIÓN


¿Qué convierte a un libro en un algo tan atrayente que no somos capaces de
dejar de leer? ¿Cómo conseguir un libro que los lectores lean incluso cuando
caminen por la calle y no sean capaces de dejarlo? Un truco para escribir una
novela que atrape es llevar tu libro a la vida, escenificando las secuencias de
acción. Mejor aún, tortura a tu familia y amigos, si es preciso, para que actúen
mientras los observas.

Personalmente, si yo oyera el silbido de las balas a mi alrededor, giraría sobre mi


cuerpo y me arrastraría por el suelo hasta parapetarme tras el mueble más sólido que
tuviera cerca.

Cuando contemples la secuencia escenificada, busca lo siguiente:

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1- ¿Hay demasiado pensamiento interno? Se mantiene estático el héroe mientras
las balas vuelan a su alrededor? Quizá está pensando en cuando hizo tantas faltas en el
colegio. O admira las flores del salón.

Escenificar las escenas es una magnífica manera de captar el flujo narrativo, de saber
cuando se detiene la acción y conocer el momento en el que el lector deja de leer,
aburrido.

2- ¿Tus personajes suenan estúpidos? Escuchando las palabras de la boca de tus


personajes, en voz alta, podrás identificar si algo no tiene sentido o simplemente suena
tonto.

Poniendo un ejemplo extremo: si colocamos al héroe en la escena de las balas y le


hacemos decir “En fin, tengo hambre”. No es algo que diga alguien cuya vida está en
peligro, pero es un error que incluso escritores experimentados cometen.

3- Son tus personajes de cartón? Al escenificar las escenas verás si les has dado
suficiente movimiento. Volviendo a nuestro héroe... si las balas silban a su alrededor y él
permanece inmóvil es que no estás describiendo a un personaje demasiado listo o
admirable.

Personalmente, si yo escuchase el silbido de las balas a mi alrededor, giraría sobre mi


cuerpo y me arrastraría por el suelo hasta parapetarme tras el mueble más sólido que
tuviera cerca. :-)

Descubrirás más áreas como el ritmo o la longitud, que mejorar mientras escenificas tus
secuencias o, siempre preferiblemente, amenazas a tu familia y amigos para que actúen
ante ti, pero estos son los puntos principales. Espero haberte convencido de la importancia
de poner en real las secuencias llenas de acción.

CREANDO PERSONAJES MEMORABLES


Antes de empezar una nueva historia, tómate un tiempo para crear personajes
frescos que sean propiamente tuyos. Las fórmulas de otros no tienen porqué
funcionar en tu caso Piensa en ti mismo como el director de una organización:
Ésta es tu história y sólo tus personajes encajarán en ella. Caracterízalos para
encajar perfectamente en tu mundo.

1. Empieza por darle nombre a tu personaje principal. Un nombre con el que estés
contento y confortable a la hora de trabajar. Recuerda que será tu personaje al menos por
un tiempo, escoge un nombre que al menos te agrade.

Cuando estés creando la descripción de la personalidad de tu personaje, decide también


cuales son sus puntos fuertes. Dale rasgos fuertes y añade alguna flaqueza. Tiene que ser
un personaje atrayente pero la flaqueza debe subrayar la tensión que conlleva su
comportamiento.

El nombre no sólo debe caracterizar al personaje, si no que también debe ser fácil para
los lectores. Si decides que sólo Ytzgmlfsy es un nombre adecuado para tu personaje, ten
en cuenta que el lector se verá obligado a parar para leer el nombre y puede que ya no se
interese por tu historia. El ritmo es siempre muy importante, como sabes.

2. Crea una pequeña biografía para tu nuevo personaje. Deberás decidir que
aspectos físicos son más importantes para él (peso, altura, color de pelo y ojos, edad...).
Pero no sólo esto es importante. Considera también la idea de crear un esquema de su
personalidad que incluya:

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. carácter
· creencias religiosas o morales
· creencias políticas
· hobbys y aficiones
· hábitos
· rasgos de salud
· manías o excentricidades
· gustos y disgustos
· miedos o fobias
· objetivos a corto y largo plazo
· sueños y esperanzas

3. A veces ayuda buscar en los periódicos, revistas o Internet una foto de alguien que
se adapte a tu personaje. Si cuelgas una foto de tu personaje con una pequeña biografía y
listado de características, tendrás una imagen visual perfecta para crear la historia que mejor le
vaya. Así, ahora ya deberías tener un personaje sobre el que trabajar, pero esta información no
es suficiente para traerlo a la vida... Usando el principio de que todas las buenas historias
necesitan personajes únicos y complejos, necesitas esbozar algunos puntos más. Cuando estés
creando la descripción de la personalidad de tu personaje, decide también cuales son sus puntos
fuertes. Dale rasgos con esa fuerza y añade también alguna flaqueza. Tiene que ser un personaje
atrayente pero la flaqueza debe subrayar la tensión que conlleva su comportamiento.

Ahora crea un problema que realce esa flaqueza de tu personaje. Debe ser una dificultad o un
problema temible que tu personaje deba superar. Así la historia contará la batalla para convertir
su flaqueza en una victoria final. Por encima de todo, nunca dejes que tu protagonista sepa que
va a ganar... si gana.

4. Apégate al punto de vista de tu personaje tanto como puedas. Si tu personaje no se ve


o se oye a si mismo, el lector tampoco podrá hacerlo. Esto construye una empatía del lector hacia
tu historia y conlleva una de las variables del proceso de identificación del lector con la obra y
uno o algunos de sus personajes. Recuerda utilizar todos los sentidos, los cinco, con los que se
encuentra tu personaje. Contándole a tu lector sólo lo que ve y oye, no es tan evocativo como
compartir lo que prueba, toca y huele.

5. Tu protagonista ha tener un conjunto de problemas complejos. El objetivo principal


debe estar a la vista, pero otorgarle algunos obstáculos a tu personaje subrayará los rasgos que
has escogido para ayudarle o entorpecerle en el camino. Los personajes secundarios solo deben
tener un problema principal para resolver. No deben estar tratados con tanta profundidad como
los del protagonista, si no la novela parecerá sobrecargada. Los personajes menores no deben
tener ningún problema. Piensa en ellos como extras de un escenario que dicen las frases
adecuadas pero cuya historia no es relevante.

6. Escoge el punto de crisis. Dale a tu protagonista la oportunidad de tomar una decisión


totalmente trascendente. Si debe hacer una elección moralmente equivocada para tener éxito y
sobrevivir, tu protagonista ganará todo lo que quería, pero el precio debe ser alto.

Ejemplo:
En el reciente libro de Paul Auster, “El libro de las Ilusiones”, el escritor-narrador de la historia
pierde a toda su familia en un accidente aéreo en las primeras líneas de la obra.

Sugerencia:
Tu personaje puede perder su alma, la conciencia, su libertad, el amor... etc. Pero debe resultar
claro que, escoger el camino moralmente correcto, solo resultaría en su derrota. Hacer que el
coste moral sea alto, lo hace más interesante. Si acaba en el lado del bien sobre el mal,
asegúrate de que pierde todo lo que él quiere en el camino. Sobrevive intacto a la batalla pero
debe pagar un precio elevado para hacer la elección correcta. Aunque supere el obstáculo del
principio, debe perder todo lo que quiere o en lo que cree.

Al final de tu historia, el protagonista debe haber sobrevivido a una batalla enorme, o a un


dilema moral, o debe llegar al final después de un cambio fundamental. Puede haber perdido sus
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creencias, su consciencia. Puede haber superado la debilidad que le asignaste al principio cuando
lo creaste. Cualquiera que sea el cambio, debe ser evidente. Cuando sitúes todas estas piezas en
su lugar, tendrás un personaje complejo y empático que tus lectores recordarán. Volverán al libro
a buscar más cosas sobre él.

LA LECCIÓN DEL MAESTRO (01)


El adjetivo y sus arrugas
Los adjetivos son las arrugas del estilo. Cuando se inscriben en la poesía, en la prosa,
de modo natural, sin acudir al llamado de una costumbre, regresan a su universal
depósito sin haber dejado mayores huellas en una página.

Así, los adjetivos se transforman, al cabo de muy poco tiempo, en el academismo de


una tendencia literaria, de una generación. Tras de los inventores reales de una expresión,
aparecen los que sólo captaron de ella las técnicas de matizar, colorear y sugerir: la
tintorería del oficio.

Pero cuando se les hace volver a menudo, cuando se les confiere una importancia particular,
cuando se les otorga dignidades y categorías, se hacen arrugas, arrugas que se ahondan cada
vez más, hasta hacerse surcos anunciadores de decrepitud, para el estilo que los carga. Porque
las ideas nunca envejecen, cuando son ideas verdaderas. Tampoco los sustantivos. Cuando el
Dios del Génesis luego de poner luminarias en la haz del abismo, procede a la división de las
aguas, este acto de dividir las aguas se hace imagen grandiosa mediante palabras concretas, que
conservan todo su potencial poético desde que fueran pronunciadas por vez primera. Cuando
Jeremías dice que ni puede el etíope mudar de piel, ni perder sus manchas el leopardo, acuña
una de esas expresiones poético-proverbiales destinadas a viajar a través del tiempo,
conservando la elocuencia de una idea concreta, servida por palabras concretas.

Así el refrán, frase que expone una esencia de sabiduría popular de experiencia colectiva,
elimina casi siempre el adjetivo de sus cláusulas: "Dime con quién andas...", " Tanto va el
cántaro a la fuente...", " El muerto al hoyo...", etc. Y es que, por instinto, quienes elaboran una
materia verbal destinada a perdurar, desconfían del adjetivo, porque cada época tiene sus
adjetivos perecederos, como tiene sus modas, sus faldas largas o cortas, sus chistes o leontinas.

El romanticismo, cuyos poetas amaban la desesperación -sincera o fingida- tuvo un riquísimo


arsenal de adjetivos sugerentes, de cuanto fuera lúgubre, melancólico, sollozante,
tormentoso, ululante, desolado, sombrío, medieval, crepuscular y funerario. Los
simbolistas reunieron adjetivos evanescentes, grisáceos, aneblados, difusos, remotos,
opalescentes, en tanto que los modernistas latinoamericanos los tuvieron helénicos,
marmóreos, versallescos, ebúrneos, panidas, faunescos, samaritanos, pausados en sus
giros, sollozantes en sus violonchelos, áureos en sus albas: de color absintio cuando de
nepentes se trataba, mientras leve y aleve se mostraba el ala del leve abanico.

Al principio de este siglo, cuando el ocultismo se puso de moda en París, Sar Paladán llenaba
sus novelas de adjetivos que sugirieran lo mágico, lo caldeo, lo estelar y astral. Anatole France,
en sus vidas de santos, usaba muy hábilmente la adjetivación de Jacobo de la Vorágine para
darse "un tono de época". Los surrealistas fueron geniales en hallar y remozar cuanto adjetivo
pudiera prestarse a especulaciones poéticas sobre lo fantasmal, alucinante, misterioso, delirante,
fortuito, convulsivo y onírico. En cuanto a los existencialistas de segunda mano, prefieren los
purulentos e irritantes.

Así, los adjetivos se transforman, al cabo de muy poco tiempo, en el academismo de una
tendencia literaria, de una generación. Tras de los inventores reales de una expresión, aparecen
los que sólo captaron de ella las técnicas de matizar, colorear y sugerir: la tintorería del oficio. Y
cuando hoy decimos que el estilo de tal autor de ayer nos resulta insoportable, no nos referimos
al fondo, sino a los oropeles, lutos, amaneramientos y orfebrerías, de la adjetivación.

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Y la verdad es que todos los grandes estilos se caracterizan por una suma parquedad en el uso
del adjetivo. Y cuando se valen de él, usan los adjetivos más concretos, simples, directos,
definidores de calidad, consistencia, estado, materia y ánimo, tan preferidos por quienes
redactaron la Biblia, como por quien escribió el Quijote.

COMO SER UN NEGRO


Los escritores "fantasmas"
Denostados y siempre en la sombra, muchos escritores escriben sin firma para otros,
y viven de ello. Este artículo habla de ello, de sus ventajas, incovenientes y de los
pasos que hay que llevar a cabo para convertirse en un escritor profesional, pero
invisible.

Escribir como negro, como todo el mercado de escritura profesional, tiene tres facetas:
talento, destreza y negocio. Las personas que recurren a los negros normalmente lo hacen
porque les falta una o más facetas de las mencionadas.

Una de las razones principales por las que decidí ser una “negra” en vez de una escritora
freelance con firma tiene que ver con la estadística, nos dice Claudia Suzanne. Los conocedores
del mercado publicitario saben que más del 50% de los libros publicados en papel actualmente
están escritos o revisados por un “negro” o un revisor. En el mundo de los autoeditados, el
porcentaje seguramente es aún más elevado. Todas las indicaciones pues, llevan a una favorable
situación para los “negros”.

Los escritores freelance lanzan ideas a las publicaciones. Como sólo hay un limitado número de
publicaciones que acepten colaboraciones freelance y un número cada vez mayor de escritores
que quieren vivir de publicar sus artículos se convierte en difícil incluso hacerse notar en los
mercados que pagan al escritor. Hay tanta competencia que son los editores quienes deciden
cuanto pagan y cada vez bajan más los precios. Otros escritores freelance se dedican a escribir
para compañías: grandes corporaciones, o pequeñas y medianas empresas. El mayor
inconveniente, tal y como observamos, es que trabajas siempre para un colectivo, no para un
individuo. Las tarifas son menos negociables y tienen que aprobarse en comité, lo que puede
acabar con una nota un tanto impersonal comentando que han encontrado a alguien con tarifas
más bajas o que tiene contactos en el comité de empresa.

Los “negros”, en cambio, trabajan directamente con un individuo que está concienciado de que
nos necesita. Escribir como “negro” es tan tremendamente personal como escribir para uno
mismo.

AUTORES, ESCRITORES Y EDITORES

Vamos a verlo desde el principio: Cuando Lee lacccoca escribió la historia de su vida, el
“negro”, William Novak, no la salpimentó con escenas de su propia vida pero sí recibió crédito por
su trabajo publicando su nombre en la portada. Cuando un psiquiatra que pasa 20 años de su
vida formulando una teoría sobre la doble personalidad escribe un libro sobre esa teoría, el
“negro” no se dedica a comprobar su teoría o a extenderla o expandirla por su cuenta.

Cuando alguien se ha pasado años con una historia en su cabeza hasta que finalmente la
presenta en forma de novela no espera que el editor le cambie los personajes, retuerza el
argumento, o desarrolle un nuevo final sorpresa. En otras palabras, el autor de un libro es el que
tiene la idea, el plan, la teoría, la historia... etc. La persona que ayuda al autor a ponerlo negro
sobre blanco de manera que el resultado sea vendible es el escritor. La persona que se asegura

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de que el manuscrito se adecúa a los estándares comerciales es el editor. Los que proporcionan
material, documentación o ideas para la historia son los coautores o colaboradores.

¿Es más difícil escribir un libro que recopilar todo el material para hacerlo? Definitivamente sí,
si no eres un escritor profesional. Esta es la razón por la cual los autores contratan a
profesionales: ayudarles a empezar, trabajar con ellos colocando el material allí dónde va,
arreglando su manuscrito bien intencionado pero nada claro. A ti no te supone ningún problema
sentarte frente al ordenador en blanco y encontrar una primera frase. Si no eres un escritor
profesional, esta tarea teóricamente sencilla puede ser tan desbordante como darle un bisturí a
un escritor y decirle “de acuerdo, haz tu primer corte”.

Seamos honestos. Un hombre de negocios puede desarrollar un sistema suficientemente


importante como para compartirlo con el mundo después de múltiples tratos, reuniones, triunfos
y fracasos. A un escritor sólo le llevará unos meses poner toda esa experiencia en un formato
legible. No hay discusión posible. El libro pertenece a su autor. Ciertamente tu contribución es
importante, muy importante y laboriosa. Lleva su tiempo. Pero cientos de miles de escritores
podrían hacer el trabajo (aunque solo unos pocos miles querrán hacerlo) y sólo un autor es quién
puede tener la idea para ese libro concreto. No importa quién le ayude a escribirlo, él es el autor
del libro.

TRES FACETAS

Escribir como negro, como todo el mercado de escritura profesional, tiene tres facetas: talento,
destreza y negocio. Las personas que recurren a los negros normalmente lo hacen porque les
falta una o más facetas de las mencionadas. De hecho, la mayoría están faltos de las tres. No
conocen el negocio; no saben como plasmar completamente sus ideas en el papel (arte); no
conocen las destrezas para comunicarse con alguien que no tiene porqué estar de acuerdo con
ellos de antemano. Es trabajo del negro Leer más (Donde se desvela la verdadera labor del
escritor "negro" y cómo realizarla.)

¿COMO VENDER TUS SERVICIOS DE ESCRITOR Y NEGRO?

Leer más (Segunda mitad del artículo donde se ofrecen las claves para promocionarse como
escritor freelance o negro.)

Haciendo lectores adictos (1)


Como escritor o escritora, aunque creas que trabajas para un editor, un agente o para
ti, realmente estás trabajando para tus lectores que son los que buscan en tus libros
algo que les ayude.Los agentes y los editores merecen tu respeto y tu cortesía tanto
como cualquier otro ser humano. Pero ellos (como todos los que trabajan en el mundo
editorial) no tienen un lugar privilegiado en el pedestal de la edición. El único pedestal
que deberías reconocer en este negocio es el del lector

Sé honesto con tus lectores. No retuerzas o moldees los hechos para encajar en la
historia. Las pequeñas mentiras que uses para retorcer la historia se acumularan en una
falta de credibilidad atroz y merecida que luego pasará factura.

Los lectores son los únicos que realmente merecen un trato muy especial. Debes respetarlos
anteponiendo su necesidad de información y entretenimiento a tus malabarismos literarios. En
otras palabras, aunque creas estar trabajando para un editor o un agente, a quien realmente te
debes es a esas personas que leen tu historia buscando algo. En el fondo, es la escritura la
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que cuenta. Sé fiel a la escritura y a la gente que la lee. Ésta es la finalidad de la cortesía
profesional. En este artículo de una serie dedicada a hacer lectores fieles, 13
recomendaciones para hacer de tus lectores unos adictos a tu firma de escritor o
escritora.

1.- Escribe para compartir, no para sermonear. Apunta lo que es interesante y útil y
reprime lo que no lo es. No incluyas nada que refleje sólo la minuciosidad de tu búsqueda. No
uses tus libros simplemente para jactarte de todo lo que sabes. Una vez más, uno de los
eslóganes de Premura: QUITA LO QUE SABES QUE SOBRA.

2.- Sé un contador de historias. Aunque escribas no ficción, tus lectores esperaran que tejas
una historia para presentar la información de la manera más convincente posible. Sé lo
suficientemente considerado como para cumplir sus expectativas.

Leer más. (El resto del artículo, vía e.mail, con los 11 secretos restantes para hacer lectores
fieles.)

Si lo haces, los lectores como los buenos amigos volveran a ti una vez y otra y otra.

LA LECCIÓN DEL MAESTRO (02)


Asombro por Juan Rulfo. Gabriel García Márquez
El descubrimiento de Juan Rulfo -como el de Franz Kafka- será sin duda un capítulo
esencial de mis memorias. Yo había llegado a México el mismo día en que Ernest
Hemingway se dio el tiro de la muerte, el 2 de julio de 1961, y no sólo no había leído
los libros de Juan Rulfo, sino que ni siquiera había oído hablar de él.

Juan Rulfo ha dicho, o se lo han hecho decir, que compone los nombres de sus
personajes leyendo lápidas de tumbas en los cementerios de Jalisco; lo único que se
puede decir a ciencia cierta es que no hay nombres propios más propios que los de la
gente de sus libros, aún me parecía imposible y me sigue pareciendo, encontrar jamás un
actor que se identificara sin ninguna duda con el nombre de su personaje.

Yo vivía en un apartamento sin ascensor de la calle Renán, en la colonia Anzures. Teníamos un


colchón doble en el suelo del dormitorio grande, una cuna en el otro cuarto y una mesa de comer
y escribir en el salón, con dos sillas únicas que servían para todo.

Habíamos decidido quedarnos en esta ciudad que todavía conservaba un tamaño humano, con
un aire diáfano y flores de colores delirantes en las avenidas, pero las autoridades de inmigración
no parecían compartir nuestra dicha. La mitad de la vida se nos iba haciendo colas inmóviles, a
veces bajo la lluvia, en los patios de penitencia de la Secretaría de Gobernación.

Tenía 32 años, había hecho en Colombia una carrera periodística efímera; acababa de pasar tres
años muy útiles y duros en París y ocho meses en Nueva York, y quería hacer guiones de cine en
México. El mundo de los escritores mexicanos de aquella época era similar al de Colombia y me
encontraba muy bien entre ellos. Seis años antes había publicado mi primera novela, La
Hojarasca, y tenía tres libros inéditos: El coronel no tiene quien le escriba, que apareció por esa
época en Colombia; La mala hora, que fue publicada por la editorial Era, poco tiempo después a
instancias de Vicente Rojo, y la colección de cuentos de Los funerales de la mamá grande. De
modo que era yo un escritor con cinco libros clandestinos, pero mi problema no era ése, pues ni
entonces ni nunca había escrito para ser famoso, sino para que mis amigos me quisieran más y
eso creía haberlo conseguido.

Mi problema grande de novelista era que después de aquellos libros me sentía metido en un
19
callejón sin salida y estaba buscando por todos lados una brecha para escapar. Conocí bien a los
autores buenos y malos que hubieran podido enseñarme el camino y, sin embargo, me sentía
girando en círculos concéntricos, no me consideraba agotado; al contrario, sentía que aún me
quedaban muchos libros pendientes pero no concebía un modo convincente y poético de
escribirlos. En ésas estaba, cuando Alvaro Mutis subió a grandes zancadas los siete pisos de mi
casa con un paquete de libros, separó del montón el más pequeño y corto, y me dijo muerto de
risa: ''Lea esa vaina, carajo, para que aprenda''; era Pedro Páramo.

Aquella noche no pude dormir mientras no terminé la segunda lectura; nunca, desde la noche
tremenda en que leí La metamorfosis de Kafka, en una lúgubre pensión de estudiantes de
Bogotá, casi 10 años atrás, había sufrido una conmoción semejante. Al día siguiente leí El Llano
en llamas y el asombro permaneció intacto; mucho después, en la antesala de un consultorio,
encontré una revista médica con otra obra maestra desbalagada: La herencia de Matilde
Arcángel; el resto de aquel año no pude leer a ningún otro autor, porque todos me parecían
menores.

No había acabado de escapar al deslumbramiento, cuando alguien le dijo a Carlos Velo que yo
era capaz de recitar de memoria párrafos completos de Pedro Páramo. La verdad iba más lejos,
podía recitar el libro completo al derecho y al revés sin una falla apreciable, y podía decir en qué
página de mi edición se encontraba cada episodio, y no había un solo rasgo del carácter de un
personaje que no conociera a fondo.

Más tarde, Carlos Velo y Carlos Fuentes me invitaron a hacer con ellos una revisión crítica
de la primera adaptación del Pedro Páramo para el cine. Había dos problemas esenciales: el
primero, era el de los nombres. Por subjetivo que se crea, todo un nombre se parece en algún
modo a quien lo lleva y eso es mucho más notable en la ficción que en la vida real. Juan Rulfo ha
dicho, o se lo han hecho decir, que compone los nombres de sus personajes leyendo lápidas de
tumbas en los cementerios de Jalisco; lo único que se puede decir a ciencia cierta es que no hay
nombres propios más propios que los de la gente de sus libros, aún me parecía imposible y me
sigue pareciendo, encontrar jamás un actor que se identificara sin ninguna duda con el nombre
de su personaje.

Lo malo de esos preciosos escrutinios, es que las cerrazones de la poesía no son siempre las
mismas de la razón. Los meses en que ocurren ciertos hechos son esenciales para el análisis de la
obra de Juan Rulfo, y yo dudo de que él fuera consciente de eso. En el trabajo poético y Pedro
Páramo lo es, en su más alto grado, los autores suelen invocar los meses por compromisos
distintos del rigor cronológico, más aún, en muchos casos se cambia el nombre del mes, del día y
hasta del año, sólo por eludir una rima incómoda, oír una cacofonía, sin pensar que esos cambios
pueden inducir a un crítico a una confusión terminante. Esto ocurre, no sólo con los días y los
meses, sino también con las flores; hay escritores que no se sirven de ellas por el prestigio puro
de sus nombres, sin fijarse muy bien si se corresponden al lugar o a la estación, de modo que no
es raro encontrar buenos libros donde florecen geranios en las playas y tulipanes en la nieve, el
Pedro Páramo donde es imposible establecer de un modo definitivo dónde está la línea de
demarcación entre los muertos y los vivos, las precisiones son todavía más quiméricas, nadie
puede saber en realidad cuánto duran los años de la muerte.

He querido decir todo esto para terminar diciendo que el escrutinio a fondo de la obra de Juan
Rulfo me dio por fin el camino que buscaba para continuar mis libros, y que por eso me era
imposible escribir sobre él, sin que todo esto pareciera sobre mí mismo; ahora quiero decir,
también, que he vuelto a releerlo completo para escribir estas breves nostalgias y que he vuelto a
ser la víctima inocente del mismo asombro de la primera vez; no son más de 300 páginas, pero
son casi tantas y creo que tan imperdurables como las que conocemos de Sófocles.

FUENTE: Texto leído por el premio Nobel colombiano el jueves 18 de septiembre, 2002, fecha en
que se cumplió el cincuentenario de la primera edición de El Llano en llamas, en el programa
radiofónico De 1 a 3, que conduce el periodista Jacobo Zabludowsky

ESCRIBIENDO UN GRAN RELATO


20
Los relatos pueden ser una excelente manera de irrumpir en el mercado competitivo
de la edición de ficción. Los editores de novelas estarán encantados de mirar el trabajo
de un autor que ya ha publicado.

Las revistas y periódicos anglosajones adoran el relato, así que vender el trabajo
puede ser más fácil que publicar una novela. Los lectores suelen estar más preparados
para pagar por el trabajo de un autor que ya conocen. Y lo que es más importante, los
relatos te ofrecen un manantial de nuevas ideas de donde beber.

La dificultad estriba en dominar el reto de esta forma de escritura.

Corrige tu borrador cuidadosamente y quita cualquier palabra o frase obsoleta. QUITA TODO
LO QUE SOBRA. Intenta encontrar maneras más compactas de mostrar lo que quieres decir.

Algunos relatos consiguen dejar una impresión persistente en los lectores mucho después de
haber cerrado el libro. Otros dejan a los lectores con la sensación de que se han perdido algo.
Pero ¿como conseguir el equilibrio entre escribir un relato efectivo y memorable y crear una prosa
sin motivos? Para que tus relatos sean más efectivos, intenta mantener esto en mente:

Tema

Establece un tema claro antes de escribir. ¿De qué trata la historia? Esto no es la línea
argumental, la secuencia de acontecimientos ni las acciones de los personajes, si no el mensaje
subyacente que quieres dejar claro más allá de las palabras. Ten muy claro el tema, y la historia
tendrá más resonancia en las mentes de tus lectores. Instantánea. Un relato efectivo cubre una
historia en muy poco tiempo. Piensa en él como una instantánea de un momento particular en la
vida de la historia. Claro que el personaje tiene su propia historia y posiblemente tendrá
consecuencias a la hora de afrontar el desenlace. Pero para este relato sólo importa la explicación
del acontecimiento. Y esta explicación debería ser la ilustración del tema subyacente en tu
historia.

¡Bang!

Empieza tu historia con un conflicto. Lanza a tu héroe al meollo. Empieza con acción. Atrapa al
lector en la historia comenzando en mitad de algo importante. Olvídate del escenario, o del malo
que puso a tu héroe en el conflicto, o la razón por la que tu protagonista tiene los pies colgando
por encima del acantilado. Habrá tiempo para comentar estos detalles durante la historia. Pero
concéntrate en forzar a tus lectores a preguntarse cómo ha llegado a esta situación. Un lector
que se pregunta, es un lector que continuará leyendo hasta llegar al final.

Personajes

No cargues tu relato con demasiados personajes. Cada nuevo personaje que introduzcas traerá
una nueva dimensión a la historia pero también puede añadir una longitud innecesaria.
Demasiadas dimensiones (o direcciones) diluirán el tema. Usa sólo los personajes suficientes para
ilustrar el tema.

Descripción

El espacio suele estar muy limitado en los relatos. Cada palabra es importante. Corrige tu
borrador cuidadosamente y quita cualquier palabra o frase obsoleta. QUITA TODO LO QUE
SOBRA. Intenta encontrar maneras más compactas de mostrar lo que quieres decir. Bucea en el
diccionario para encontrar las palabras que transmiten lo que realmente quieres decir. Encontrar
un simple nombre fuerte puede ser mucho más efectivo que un párrafo entero. ç

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Foco

Las mejores historias son las que se enfocan hacia un tema concreto. La historia, los detalles
externos, los entornos, los otros personajes, todos ellos detalles ajenos deben caer en el olvido
mientras te centras en el tema principal de la historia. La digresión puede ser tentadora pero
cuanto más concentres tu foco de la historia, más se lanzará el lector hacia el acontecimiento que
has creado.

Tergiversa

Sorprende a tus lectores. Añade una pequeña vuelta al final de tu historia que les deje
preguntándose sobre el protagonista una vez la historia acabe. Evita los finales predecibles y haz
que los editores recuerden tu estilo.

Desenlace

No dejes a tus lectores en la oscuridad al final de la historia. Asegúrate de que la conclusión es


satisfactoria pero no demasiado predecible. Los lectores necesitan finalizar la lectura con un
sentimiento de resonancia, de que saben lo que le sucederá al personaje una vez escribas tu
última palabra.

Si puedes incorporar estas técnicas en una historia compacta y centrada, puede que hayas
creado un relato memorable que persista en la mente de tu editor y tus lectores mucho después
de haber acabado la lectura.

Paso a paso

1. Elige un tema.

Elige un tema y capta una escena concreta. Un relato debe ser corto por lo que no debes
contar cada detalle del argumento. Céntrate en la escena y trabaja sobre ella. Para que
quede en la mente del lector, un relato debe cubrir una historia en poco tiempo.

2. Narrador.

Es importante que el tipo de narrador que escojas (omnisciente, tercera persona) sea
único. No cambies de registro o despistarás a tus lectores y la lectura no tendrá sentido. El
cambio de narrador es más propio de las novelas pero, en un relato, el narrador debe ser
siempre el mismo.

3. Personajes.

Elije tu personaje o personajes y no tardes en presentarlos. No cargues el relato de


personajes, tres como mucho. Y, sobre todo, no escondas detalles sobre su personalidad,
edad o nombre, el lector de un relato debe saber desde el principio quien interviene en la
escena.

4. El cambio .

Todo relato tiene una introducción, desarrollo y un cambio final. Sin cambio, no hay relato.
Algo en la escena del relato debe cambiar y, para ello, debe pasar algo. No hace falta que
mates a nadie, el cambio puede ser de cualquier índole, pero perceptible para el lector. Es
lo que va a sorprender y a hacer el relato efectivo.

22
5. Indicios.

Para provocar el cambio en el relato, no puedes hacerlo sin previo aviso. Los personajes,
la escena misma o el narrador debe dar algún indicio de lo que va a pasar. Eso sí, debes
ser sutil, para que no se desvele la historia.

6. Técnicas de desbloqueo.

El escritor siempre se enfrenta a momentos como el temido horror a la página en blanco.


Si te pasa, tómalo como algo natural. Para salir de esta situación existen técnicas de
desbloqueo muy útiles. La más sencilla y efectiva es la técnica del ‘Me acuerdo’.
Rememora una historia de tu infancia, cualquiera, y escríbela comenzando por esa frase,
“Me acuerdo…”. Verás como, a partir de esa historia, descubrirás miles de posibilidades.
Hay grandes relatos de célebres escritores que empiezan así.

7. Corrector.

Por último, y para que nada estropee tu relato, pásalo por un corrector de ortografía para
evitar faltas e incoherencias. Cuida las puntuaciones, las tildes y otras reglas de
composición fundamentales para que tu relato sea un éxito.

Lo que debes de saber sobre como escribir novelas y relatos

Éstas secciones las estaré colgando en el blog para ayudarles a aquellos que buscan adentrarse
en el mundo de la escritura y no saben como iniciar. La información fue tomada de una web
hermana de LST. El artículo que a continuación les presento me pareció excelente para poder
resumir el trabajo que se tiene que llevara a cabo para realizar una novela digna de ser leída,
lleva tiempo y esfuerzo, pero siempre o la mayoría de las veces, el resultado es favorable.

Artículo tomado de:

http://www.revistaperito.com/ramonfernandez/comoescribirnovelas.htm

¿CÓMO COCINAR UNA NOVELAS CON TRAMA?


1.- Nadie sabe cómo se escribe una novela. Existen múltiples definiciones que, sin duda alguna,
no nos van a aclarar nada que nos sirva como mulo de carga, lo que sí puedo decir es que se
trata de la composición literaria más compleja que el ser humano haya podido inventar, realizar y
exponer a los demás. Porque además, la novela, como obra de arte que es, está sumida a su vez
en un constante proceso de evolución y creación, capaz de sumir al lector en una especie de
letargo y adicción permanente.
La novela tiene épocas de éxitos y periodos de estancamiento, se dice que la novela ha muerto,
no es cierto, puesto que cada vez se leen más novelas que cualquier otra creación literaria.
Novelas de todo tipo, comerciales, bet-seller, buenas y malas. Aquí vamos a estudiar la novela
buena con trama, no la narrativa que es otra forma de narrar una novelación donde se pueden
contar sucesos inconexos y barrocos al libre albedrío del autor sin argumentos ni tramas. Para
demostrar que la novela no ha muerto tenemos un ejemplo reciente como es el Código da Vinci,
o las novelas de éxito de cartagenero Arturo Pérez Reverte o las barrocas del ubetense Antonio
Muñoz Molina.

2.-Los apartados que presento a continuación sólo son un intento de acercamiento a los
ingredientes esenciales que deben contener o debieran contener una novela tipo, ya que si tocara
todos los géneros sería alejarme de la idea principal: la creación. Sólo quiero mostrar cómo se
cocina una novela con trama, empezando por la compra de las materias primas en el mercado de
la experiencia hasta su presentación a la mesa de una editorial.

3.- Es imprescindible, para completar los esquemas que presento, tener a mano dos libros: El
arte de la ficción, de David Lodge, Península. Y Manuel para Cuentistas, de Teresa Imícoz,
Península. Otros libros de consulta no sobrarán, pero sin estos dos libros que acabo de reseñar es
difícil empezar a escribir una novela medianamente buena.

23
II

FUNDAMENTOS:

1.- TIPOS DE NOVELA con trama, el thriller consiste en despertar la emoción, la tensión y el
suspense, a partir de la narración de algún hecho criminal o judicial o misterioso, también puede
referirse a las películas cuyo fin es un tanto abierto, inconcluso y que se prestan a distintas
interpretaciones:
Novela negra o de crímenes o policíaca.
Novela de suspense e intriga.
Novela psicológica.
Novela histórica.
Novela arqueológica (se investiga un crimen ocurrido en la antigüedad)
Novela de enigma o ingeniosos pasatiempos.
Novela de espionaje.
Novela deductiva.
Novela-río (el detective está implicado en el suceso)
Novela de ficción.
2.- Primero hay que preguntarse para qué quiero yo escribir una novela. Sincérate a solas contigo
mismo. ¿Soy yo un artista de la escritura, tengo olfato de escritor, y quiero porque me da la
gana? Si al contestar estas preguntas las respuestas nos llenan de plena satisfacción y deseas
escribir una, o empezar, la labor es dura, y podemos seguir preguntándonos: ¿Qué público quiero
que me lea? ¿Quiero escribir con seriedad o algo folletinesco para distraerme ante mi ordenador
como un pasatiempo? ¿Quiero escribir para que me quiera mi familia y sorprender a los amigos y
vecinos o porque quiero escribir de verdad sin importarme los fracasos? ¿Qué temas prefiero:
policiaco (thriller, negra), histórica, erótica, bélica, amores, psicológica, fantástica, etc. Acertar
con el tema acorde con los gustos del momento supone el éxito de ventas de la novela, sobre
todo para la primera novela u "ópera prima". Ten en cuenta que tu propia experiencia de la vida
te dará el tema de la novela, y no te salga de ahí, no te metas en el nido de la tórtola, la tórtola
conoce su simple nido mejor que nadie. Posteriormente dependerá de la firma del autor, de la
capacidad publicitaria de la editorial y otros procedimientos extra literarias.

Para empezar, diré que sin ordenador no se puede escribir una novela, además, si se contrata
una editorial te pedirá el CD de la obra. Nos servirá además para ir haciendo copias en papel que
hay que dar a corregir, estudiar, rehacer.

3.- Antes de proseguir no quiero olvidarme de algo muy importante. La literatura artística no es
nada serio, es un juego con reglas no escritas, pero un juego donde sólo ganas los mejor
preparados es este arte. Otro estilo literario, muy distinto, puede ser una carta, un informe, un
acta notarial, jurisprudencia, un libro de texto o un tratado de historia. Algunos escritores
experimentados dicen que novelar es como cocinar: un poco de aquí, otro de allí y mucho amor.
No exactamente es así, pero vale para cocinar también hay que tener intuición, orden y reglas, si
no que se lo pregunten al mediático y simpático cocinero Arguiñano.

Muy importante es tener algo que decir, ganas de decir y talento para decirlo. Quien empieza con
tenacidad y sin desaliento acabará siendo un escritor de novelas, puede, el trabajo no lo asegura,
no lo sabemos, el éxito nunca es anónimo. Siempre se ha dicho que la práctica hace maestros,
para aprender a escribir solo existe una regla: escribir y escribir. A pintar se aprende pintando.
Leer es importante, pero si lees demasiado no tienes tiempo de escribir. Tiene que llegar un
momento en que digas basta de lecturas. Cuando te pones a escribir el periodo de lecturas ya
pasó, ahora tienes que escribir con tenacidad y mucha soledad. Mi consejo sería que si puedes te
dediques a otra cosa, te dará más satisfacciones.

4.- Es de mucho mérito empezar y acabar un relato o una novela, pero no está al alcance de
todos, cuando una novela se guarda en el cajón por años debería estar concluida, unos repasos
no les viene nunca mal. Porque seguir con la trama de algo que se ha dejado años en el cajón es
complicado retomarla, porque se olvidan muchos detalles y nombres de personajes. Si se
guardan en el cajón sin concluir acabarán oxidadas. Lo que sí es aconsejable, es que una vez se
ha dado como finalizada y editada no volver a releer jamás, porque esto provocará
insatisfacciones, siempre se pudo escribir mejor.

24
5.- Para mí una novela es una historia principal más la suma de otras pequeñas historias o
relatos anexos o interrelacionados o serie de anécdotas que le suceden a los distintos personajes.
Lo ideal es ir escribiendo relatos cortos, aunque no tengan relación entre ellos, luego tan sólo
tenemos que enlazarlos, unirnos en el mejor momento que, es tarea y capacidad del artista
entrenado, porque no nos equivoquemos, un escritor siempre está escribiendo la misma novela,
lo que sucede es que cambia el tema y las tramas. También estás la historia cruzadas. Historia A
e historia B, de la que sale la historia C, tras la inflexión o unión de las dos historias paralelas.
Uno de loa mejores ejemplos en seguir el ritmo de las películas. El cine es el gran beneficiado de
una buena novela, donde el le lector se convierte en espectador, que parece igual pero no es lo
mismo.

6.- Hay que elegir un estilo propio de escribir, este es el marchamo que tiene la pluma del
escritor, su propio estilo, y por ello hay que luchar y mantenerlo, lo que dije del olor de tu sudor,
diferente a los demás. El estilo es el hombre. El ejemplo más cercano y visual lo hallamos en los
pintores, ellos, muchas veces, renuncian a pintar como otros pintores famosos, y no se pueden
permitir el copiar, han de investigar en su campo para crear algo nuevo. Se puede plagiar pero
aplicándolo o amoldándolo al propio estilo. Plagiar no copiar, que son cuestiones distintas. El
estilo es la persona, y en ello nos va el sello de ser diferentes. Un lector debe decir: voy a leer a
este u otro autor porque su estilo me gusta y me satisface. Cuando Gabriel García Márquez
publicó Cien años de soledad, los lectores querían más realismo mágico, en cambio, su segunda
novela fue un fracaso de ventas porque escribió una totalmente diferente: El otoño del patriarca.

7.- Hay que estar al día de las actividades culturales, sobre todo de la Semana Negra de Gijón,
que es la feria mundial de la novela negra y de ficción, y otras novedades literarias, es muy
participativa, y necesaria para quien se precie de estar al día en este género.

8.- Los temas de los "best-seller" se sitúan siempre en lugares emblemáticos y conocidos, son
temas de controversia religiosa, las catedrales, el Vaticanos, el santo grial, el misterio de los
libros raros, Satanás, los temas más recurrentes y que interesan, sobre todo buscando la
originalidad y la controversia como el Código da Vinci. Consiste en buscar algo, en al aventura y
el viaje, los contratiempos, muchos contratiempos. Hoy día se lleva la novela negra de
investigación científica para logar descubrir al asesino por el laboratorio como las películas de
Expediente X, para ello hay que saber de Crimonología y Detectives Privados.

III

LOS PRINCIPIOS
8.- JUEGO LIMPIO: No hay novela sin conflicto. El lector debe participar en la investigación de
la novela junto al narrador y los personajes, por ello, el autor le debe dar al narrador y al lector la
misma armas de información o indicios que al detective para que los dos puedan llegar a las
misma conclusiones. No se puede sacar el narrador un indicio de la manga que hemos ocultado al
lector. El lector es el verdadero rival del narrador y del autor. El lector debe seguir paso a paso
los descubrimientos. Ha de ser entendido por el lector como un reto. A quien no le gustan los
retos no es lector de novela negra, es lector de otro estilo literario que no le complique la vida. Es
el estilo de Agatha Christie o Charles Holmes, nada ocurre porque sí. En la novela de suspense
tipo James Bond hay que tener muy en cuenta lo que decía su autor Ian Fleming en 1962:
"escribo sobre lo que me es placentero y me estimula", que era como decir lo que me excita, y
seguía aconsejando "mis tramas, aunque fantásticas, están basadas regularmente en hechos
reales, pero dentro de lo posible".

Por la regla de semejanzas, de que lo que a mí me estimula y escrita y me es placentero o


terrible también lo es para los demás mortales, radica una de la claves para escribir con
aceptación, y sin dejar la lector decepcionado. Maliciosamente podemos dejar cabos sueltos,
soltar bulos o indicios sin deducir o sin razonar, para que el lector los haga propios, y se diga:
“este es el camino y el autor no se han dado cuenta de este detalle, yo soy más listo que el autor
y el protagonista”. Esto me pasó leyendo El alquimista de Lorenzo Silva. La novela interactiva o
que el lector entre en el juego. De esta forma será una novela amena y participativa.

25
9.- EL TÍTULO: El título, es un asunto que no podemos tomar a la ligera. El título que se elija al
principio, no tiene el porqué ser el definitivo, sino que tomaremos uno como matriz para
orientarnos en nuestro trabajo de creación, también lo hemos de hacer con los capítulos:
numerarlos y titularlos, aunque luego se quiten, sin revelar demasiado. Si no podemos
memorizar un título a la primera, este título no nos vale.

Pero lo que sí debemos tener en cuenta es que el título sea demasiado largo. En pocas palabras,
tenemos que aliñarla con llamativas palabras, asomarnos al contenido general, decir sin decir
para atrapar la vista con unas pocas palabras claves y secretas. Hay que pensar en la sinopsis del
libro para los editores, así como el texto de las solapas. La biografía del autor es muy importante,
ya que la firma vende.

Lo que sirve para la novela sirve para el relato. A continuación vamos a dar unas claves
imprescindibles:

10.- LOS CAPÍTULOS: Los capítulos deben ser cortos y encabalgados, es decir, que al final del
capítulo quede algo por resolver, misterioso, inacabado, para que el lector se vea en la curiosidad
de seguir leyendo para ver qué pasará. La cuestión es enredar y enredar hasta el final. Lo que se
conoce como las peripecias del personaje. Se numera el capítulo con número romano o árabe,
pero no se escribe título de contenido. Otros autores prefieren no numerarlos.

11.- PUNTUACIÓN DEL TEXTO. Hay que tener en cuenta que la lectura es una carrera de
vallas y que cada punto y aparte es una valla que hay que saltar, un esfuerzo, aquí el lector se
nos puede quedar sin aliento, sin ganas de seguir saltando, abandonar la lectura para otro día. Y
los puntos y aparte más peligrosos son al final de páginas, aquí sí puede ser que le cueste darle
la vuelta a la página.

12.- ¿QUIÉN CUENTA LA HISTORIA?:

Hemos de buscar la voz narrativa: El autor, el narrador, un personaje.


A quién se lo vamos a contar.
Testigos presénciales.
El narrador está fuera o dentro de la historia.
Narrador omnisciente.

13.- FINAL. Si el principio es difícil, el final ha de ser una obra de arte. Donde todo ha de
encajar como en un puzzle o rompecabezas, toda ha de ser lógico, sin engaños. Si este final
convence, es posible que tengas a un lector a tus servicios. No puedes sacarte un final de debajo
de la manga. Esos finales abierto, son siempre la demostración de una incapacidad. Debe
sorprender, aquí radica la genialidad creadora del autor, saber o no saber crear algo original, que
deje buen sabor de boca.
IV

ELEMENTOS ESENCIALES DE LA NOVELA:


12. 1.- La voz narrativa:
Narradores en primera, segunda o tercera persona. Hoy día en primera persona adquieren mayor
credibilidad, la verosimilitud es un lago que hay que cuidar con esmero, el lector se lo tiene que
creer. En primera persona parece una historia real, que ha ocurrido realmente en vez de una
historia de ficción. No es necesario que sea verdad sino que lo parezca. Por ello hay que cuidar
los detalles hasta el más mínimo.
La voz en tercera omnipotente o que lo sabe todo ya no se lleva, pasó a desuso. Aleja al narrador
del lector, pone una cortina entre los dos, y el narrador, hoy en día ha de coger al lector de la
mano.

12. 2.- La acción:


¿Qué hacen, a qué se enfrentan, se persiguen, se odian, viajan? Siempre pasa algo que se tiene
que resolver. O simplemente se hace una exposición de un momento muy determinado de la vida
y se abandona, para retomarlo después. La frecuencia de repetir una palabra, un hecho, un
nombre es importante, para que el lector no olvide lo principal de la narración que queremos
darle a ver. Poque lo importante de las novelas como las películas con los conflictos.
26
12. 3.- El personajes:
Los personajes único, los mitos, son muy difíciles de crear, porque son los que verdaderamente
calan en el lector, por ejemplo un don Quijote, un Hamlet, o un Florindo Acuña, o la de un
asesino. Una orientación es darlos a conocer con un nombre no muy común (Aquitanio Gil por
ejemplo), vestimenta, peinado (como si fuera cine), forma de pensar, su acciones y reacciones,
sus gestos, sus evocaciones, sus vicios, sus defectos, sus iras y vicios, cómo habla y qué dice,
sus familia, sus amigos. Profundizar lo máximo en el personaje hasta hacerlo único, original, de
aquí suelen salir los mitos. En la novela podemos encontrarnos con:

a) El protagonista.
b) El antagonista.
c) El ayudante.
d) El destinador o mediador.
e) El destinatario (el que se beneficia de la acción)
f) El objeto deseado perseguido.
g) Expertos y profesionales (Lo que asesoran legalmente)

Cada personaje debe tener su retrato singular, no general, lo vemos en El Quijote, o como en
Anton Chigurh, el psicópata primitivo, impávido interpretado por Javier Bardem con el que le
dieron un Oscar. Son dos personajes comunes pero únicos. Los detalles generales no definen a
nadie. Un loco es un loco original que muere cuerdo. Le queremos porque recibe humillaciones y
todas las piedras de los fariseos. Sancho es un personaje del pueblo, irrepetible, más por la forma
de hablar que por cómo es su retrato. Un cojo no nos dice nada, pero si ese cojo además tiene
una prótesis que chirría o echa unas gotas de líquido sinovial, ya no es lo normal. Lo más eficaz
es tomar el retrato de una persona real y dale el nombre del personaje, hacerle una ficha con su
pasado, su debilidades y sus virtudes, hacerle preguntas, hacerle vivir, hacerle peculiar, distinto a
los demás, encariñarnos con él.

Hay momentos de la narrativa que los buenos deben parecer malos, y los malos muy malos. Los
personajes son personas y funciona como tales, algo de sexo, sentimientos humanos, crítica
social, confesiones vergonzantes nunca viene mal.

12.4.- El diálogo.- En la novela moderna los diálogos son cortos, los diálogos son acción. Más
diálogo que descripción. Las descripciones largas aburren y despistas al lector, más atento a la
acción que recrearse en los lugares y los paisajes. El thriller pasa como un tren arrollándolo todo.

12. 4.- ¿Qué mueve a los personajes?:

El temor.
El amor platónico.
La piedad o lástima.
Los cambios de fortuna.
La deuda.
La perturbación o el remordimiento.
La meta.
La fantasía, el sueño, la aventura.
La solidaridad de salvar el mundo de un desastre.
El deseo de gloria y fama o reconocimiento.

12. 5.- El argumento es el apoyo de una conclusión, para dar credibilidad a un relato todo es
válido desde la refutación, argumentos de autoridad o mentiras, palabras que solo sugieren y no
dicen nada en concreto, con la sugerencia de algo que va a pasar, ya el lector empieza
funcionarle la maquinara de su fantasía.

27
12 .6.- Leyes de la narración:

La unidad de relato.
El movimiento de situaciones.
El conflicto de los personajes.
Resolución y vuelta al conflicto.

12. 7.- La intriga o tensión, el interés por la lectura. Potencial la curiosidad que tiene el hombre
por lo que le preocupa, le asombra, o le rodea. La intriga es lo desconocido. Resolver la intriga, el
caso, con genialidad es el don del escritor con talento. La intriga se consigue dando al lector unas
expectativas de que algo raro está pasando, sin desvelar mucho, se continua dando pistas, hasta
que se llega al final imprevisible dándole al lector su premio por haber llega hasta allí. Es decir,
no defraudar espectativas.
Leyes del interés:
Arrancar bien. (por ejemplo: Me tragué un anzuelo...
No explicar demasiado.
Racionar la información.
Terminar sin darlo todo por concluido.
El interés humano:
Curiosidad.
1.- Atención o tensión, peligros próximos (el conflicto).
2.- Ser sincero y original.
3.- Hacer real el objeto relatado.
4.- Lo extraño o raro.
5. ¿Qué hay detrás del biombo, en la caja, en la habitación cerrada?.

12. 8.- La verosimilitud o credibilidad. No se debe escribir sobre lo que no se conoce bien, el
experto te caza rápidamente. Si no se conoce bien el ambiente no podremos recrearnos en los
detalles. Si el lector no se cree lo que se le cuenta, no se le puede ganar a nuestros intereses. Ya
he dicho y repito que no importa que el relato o la novela sea verdad sino que lo parezca y sea
posible. Para ello las reglas más simples son la de no generalizar, sino particularizar,

12. 9.- Un recurso muy curioso del cine y del teatro, es aquel en la que se da una información al
espectador que el protagonista de la película o algún personaje desconoce, con ello se consigue
que le espectador sea cómplice. Veracidad, ambientación, profundidad psicológica de los
personajes.

12. 10.- El estilo:


Insisto: el estilo es la persona, con un estilo personal podemos hacer de un relato corriente una
obra maestra, porque en definitiva lo importante no es la historia que se cuenta, sino cómo se
cuenta, el lector quiere detalles, siente curiosidad por saber, leer cosas nuevas, que le apasionen,
o le asombren, o le provoquen sentimientos o risas, penas o glorias. Todas las personas de una
misma cultura tenemos los mismos sentimientos. Hemos de tener en cuenta que en estos
tiempos de la televisión y el cine es muy difícil asombrar al espectador/lector, sobrecogerle, el
hombre se ha hecho cada vez más insensible a los acontecimientos, para eso está el escritor para
vapulearle. Todo ello se compensa con hacer lo mimos pero mejor, con más color, con más
música, con más de lo mismo pero desde diferente perspectiva.
Cada autor debe hacer uso de su personalísimo estilo: originalidad en las comparaciones, en la
metáforas, rigor en el argumento, facilidad sintáctica y dócil lectura.

LAS REGLAS FUNDAMENTALES:

1.-FICHAS:
Hay que abrir una fichero manuel para cada novela. Abre fichas de cada personaje con su retrato,
filiación, dónde parece, cuando sale, anotar las frases que suele repetir los quid dialécticos y las
palabras que suele repetir. Cada personaje ha de ser único e irrepetible. Ficha de metáforas
nuevas, salir de las frases tópicas, manidas y sabidas. Gráfica de emociones: narración, conflicto,
intriga, resolver el conflicto. Plantear algo que le inquiete al lector en la primera página, donde
28
debe existir algo extraño, anormal, curioso, que intrigue, o una frase que llame la atención, son
nuestros jazmines venenosos, hay que coger al lector desde el principio poniéndole un buen cebo
en la boca o una alfombra para que entre en nuestra trampa, si consiguiéramos interesarle y que
pase de la primera página, ya es nuestro. Dar información cuando nos conviene, generalmente
poco a poco.

2.- Documentarse:
Toda novela requiere un trabajo previo de documentación. Lo primero para escribir sobre un
tema es documentarse sobre el mismo, es decir, entrar en el tiempo histórico de la novela, qué
época, es el andamiaje invisible de la novela, el ambiente, la situación humana, las costumbres el
perfil de las ciudades. Lo cómodo es situarse en el barrio donde vives, que también puede tener
sus méritos o en un río como en la novela social "El Jarama".

El trabajo de documentación es quizás lo más aburrido, pero el más satisfactorio, porque te


entretienes en la investigación, sin una documentación adecuada, la novela carecerá de
credibilidad y esto un ¡puffff...! y sobre todo si es histórica, religiosa o biografiada… Supone
visitar bibliotecas, consultar libros, buscar en Internet, libros on-line, base de datos del ISBN,
hemerotecas, archivos. Y si es posible trasladarse al lugar donde ocurrieron los hechos.
Una vez realizada este trabajo que puede durar años, estamos en condiciones de indagar sobre lo
específico y genuino de nuestra historia, el lenguaje. Un ejemplo es El maestro de esgrima de
Arturo Pérez Reverte, nos habla de esgrima con una precisión que nos introduce en un mundo y
en una realidad, aprendemos qué es el golpe de glisada, la estocada de los 10O escudos. En mi
novela histórica El rey de los moriscos me costó dos años documentarme de la rebelión de los
moriscos, de la historia, de las costumbres y del lenguaje de la época.

3.- Empezar a escribir (el bloc de anillas).


Es muy difícil empezar y terminar una noveal de un tirón, en bloque, salvo que seas un genio. Lo
lógico es empezar con un relato, subidividirlo en capítulos y luego trabajar en cada capítulo, y al
final unirlos. Debemos dedicar un bloc con anillas para el trabajo de campo, a mano, para poder
intercambiar hojas.. Donde se dividirá por capítulos, trazar mapas, índice de capítulos,
vocabulario, listas de personales, escenarios, paisajes... Esto es el principio, luego todo este
material hay que pasarlo al ordenador, hoy en día no se concibe una novela en la Olivetti, porque
si consigues publicarla, ¡coño! esto no lo había pensado, te pedirán el CD.
Imprimir borradores, hay que tener una visión global, leerlo en papel y corregir, ordenar los
capítulos por separado, y trabajar luego en cada capítulo, sin perder la visión global. Volve al
texto en word y repasar.

4.-Primera frase:
Aquí radica el éxito de ventas de las novelas. La primera frase ha de ser muy meditada, y ha de
ser corta y dura. Es el anzuelo para pescar a un lector, para que te siga o no te siga leyendo, de
que la compre o no la compre, o la deje en el estante de la librería. Lo que no se puede hacer es
empezar con una frase blanda, larga que te cuesta cinco minutos descifrarla. Empezar con una
larga descripción siempre es aburrida, o empezar con un diálogos largos, tampoco no se puede
empezar a escribir una frase para rellenar, hay que tener en cuenta que escribir es rehusar,
eliminar párrafos en las correcciones posteriores, por eso es aconsejable escribir primero todo lo
que se nos ocurra para después, en el escombreo (separar lo bueno de lo débil), ir entresacando
lo que no se sostiene, o es aburrido o aleja al lector del núcleo del relato novelesco.
Los mejores relatos o novelas, dependiendo del gusto del lector, son aquellas que se leen sin
dificultades, con escasos puntos y aparte, huir de los guiones de diálogo, éstos y los puntos y
aparte son pequeños obstáculos o dificultades para que el lector vuelva a empezar otra
enumeración o enunciado, la mayoría de los lectores abandonan las páginas al finar de un punto
y parte. O bien anticipar, como empieza Antonio Muñoz Molina en la novela Beltenebros: "Vine a
Madrid para matar a un hombre..."

5.- Algunas recomendaciones finales:


Una vez escrita recomiendo dar la novela a corregir a un corrector de estilo antes de enviarla a
una editorial. Si tiene dos faltas de ortografía te la van a rechazar inmediatamente. Hay quien se
dedica a estos menesteres correctores, son personas atentas al descuido, tienen cualidades y
profesionalidad ortográficas, pero nos son muy útiles para que el texto quede decentemente
ortográfico. Por lo general los creadores son descuidados.

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Hay que hacer una copia en papel a doble espacio, y trabajar sobre ella, tachar, hacer notas
marginales, corregir, encauzar, reescribir, por eso los editores piden copias a doble espacio,
porque hay mucho por corregir y preguntar. Presentarla en el Registro de la Propiedad Intelectual
antes de enviarla a editores o premios. Algunos editores son verdadera pirañas.

VI
¿CÓMO ESCRIBIR RELATOS?
1.- ¿Qué es un relato?:
Un relato no es un cuento, ni una novela corta, aclarado este punto podemos definirlo, a riesgo
de equivocarnos o de ser ampliado, como una breve narración en el que se trata de un único
tema, bien de ficción, futuristas, raros o sugerentes, extraños, insólitos, normalmente no tienen
límites, se acercan más a lo sobrenatural que a lo real, aunque también pueden tratar un tema de
la realidad increíble, difieren ligeramente del cuento porque estos tratan de contar una historia
sin dejar cabos sueltos o finales abiertos, tratan de ser moralizantes, ejemplarificadores, o
fábulas. El relato deja espacio para el asombro pero no para la meditación, y por lo general deja
el final abierto. El armazón, la carpintería del relato no se debe de ver, es como un plato sin
huesos, un anzuelo que se lo ha de tragar entero el lector sin que se dé cuenta de su dolor. El
relato debe dejar al lector destroncado en su sillón, es decir, pensando, por qué no he escrito
esto yo antes, por qué no se me ocurrió a mí.

2.- Contar relatos viene de una íntima necesidad del subconsciente, se disfruta mientas se
escriben más que cuando se leen, cuando empezamos no sabemos cómo acabarán ni debe
preocuparnos, y, estoy seguro, de que se parecerá muy poco a como lo empezamos. Pero en el
texto hay que poner estilo personal, originalidad, dominar al lector con toda alevosía, torearle,
que no vea nuestras mañas, que todo sea una balsa de aceite. La primera persona es lo más
convincente. Ver un ejemplo en el relato corto: “Aniluka naiti» del que soy autor. No importa que
sea verdad, sino que lo parezca.

3.- Un relato no se comienza dando detalles ni descripciones lentas, sino en el ajo de la cuestión,
en un punto interesante, álgido, con una anticipación, los buenos relatos atrapan al lector desde
la primera frase (una frase corta) y no le sueltan hasta el final, y luego le dejan heridas. Yo
siempre tengo como modelo “Los Pájaros” de Hitchcock, es un relato largo en el que al final no
podemos explicarnos el porqué los pájaros actuaron así. El relato es acción más acción. Otra
ejemplo de empezar es La Metamorfosis de Kafka, o El Aleph de Jorge Luis Borges, El bestiario de
Julio Cortázar. No cabe el relato corto dentro del relato en lo que se llama “relatos inscritos”, es
decir, un relato dentro de otro relato, para ello es la novela que es una suma de relatos inscritos
o enlazado entre sí, encabalgados. Lo importante de todo relato breve es el conflicto, que
generalmente son uno o dos, máximo.

4.- Empezar:

Es necesario crear expectativas en el lector, sin desvelar demasiado, el lector te debe seguir
como un corderito porque tú eres su pastor, se introducirán elementos extraños. Pero nunca
olvides que al final le debes de dar al lector su premio, un final que no espere y que diga "ha
merecido la pena perder diez minutos en leer esto". Ejemplo: El personaje cuenta que todos los
días limpia el agua de su comedor, siempre lo mismo, llega su novia y le ayuda, es lo mar
normal, hasta que al final descubren que por la noche los libros se bañaban en la bañera y al salir
para las estanterías dejaban sus huellas mojados.

¿Qué haces que ya no has empezado? Por dónde empezar el relato o la novela, este debe ser el
tema que más nos debe importar. Empezar por la acción más fuerte y violenta como en las
películas de espías. Un fallo al cuidar este importante principio y arruinamos la historia. Ya he
dicho que una anticipación de lo que va a pasar es una buena forma de empezar. Debe tener
coherencia con lo que se ha contado, pero también puede acabar sin dar soluciones, ni moralejas.
Lo normal es meter al lector en un conflicto, en un lugar inhóspito para él, extraño, curioso, tabú,
religioso, que se sienta incómodo, despistado, hacerle creer que lo está ocurriendo no puede
tener una solución lógica o coherente, aquí está nuestra gran baza, podemos acabarlo como nos
dé en gana. Una novela, en realidad, es una historia circular, una rueda, que puede empezar a
contarse por cualquier punto, lo intuitivo, esto es lo complejo, y lo que demuestra el talento del

30
autor, es elegir bien este punto, para que el lector desee seguir. Hay que tener cuidado con los
principios blandos, demasiado descriptivos, diálogos largo. En mi novela histórica El rey de los
moriscos empecé la historia del protagonista casi al final, en el momento que ha perdido la lucha
y es mandado a galeras y se dirigen a la batalla de Lepanto.

a) Estado latente del relato: Cuando se empieza un relato lo más aconsejable es dejarlo en la
memoria del disco duro uno o dos meses, para que madure, luego volvemos a retomarlo con
unas energía, porque nuestro subconsciente, sin darnos, cuenta ha trabajado para nuestro relato
latente.

5.- El final:

Hay que tener en cuenta que el lector no es tonto, y por lo general más listo que el autor. Si un
principio debe ser bueno, con acción e intriga, nada de aburrimiento, mejor aún debe ser cuidado
un final de relato o novela, pero sobre todo de relato, ha de dejar recuerdo, huella, mítico como
el tan referido El Aleph o Los inmortales de J.L.Borges. Ha de ser rompedor, imprevisto, recuerdo,
inquietud, debe sobre todo asombrarnos y sea casi mítico. jamás se podra escribir un relato
bueno sin antes haber leído a Borges, Quiroga, Julio Cortázar, Casares... El lector debe exclamar:
¡joder cómo ha solucionado este tío el fina!, y si se quedo asombrado, recomendará la lectura del
relato a un amigo, que es la única fórmula fiel, real y verdadera para que sobreviva en el tiempo.

6.- Hay que sudar:

La creación es sudar, pensar es la verdadera máquina creadora, para ello tan sólo se ha de tener
actitudes, práctica y más que nada libertad de pensamientos y claridad de síntesis. Luego viene la
perfección y la literatura. El secreto de la creación consiste en pensar y profundizar, en cualquier
tema, más extensamente, y más profundamente que el común de los demás autores. Aportando
novedad al lenguaje, originalidad, verosimilitud, lo nuevo y extraño, el atreverse a caminar por
ciénagas, en el filo de lo posible e imposible, en la recreación.
Los temas no tienen el porqué ser trascendentales, la vida se compone de pequeños detalles, es
repetitiva, la cuestión es el tratamiento que se les dan, el punto de vista particular, esos rastros
de estilo que deja el autor sobre su parecer y paso por el mundo, en definitiva, lo que se llama
literatura al estilo de Proust, pero sin abusar, y que actualmente es rechazada por los editores
comerciales. Porque quieren recuperar la inversión realizada sobre la novela. Dar a leer para que
lo corrijan otras personas, antes de darlos a la publicación.

7.- El método de trabajo:

Atreverse es la regla general. Llevar una libreta de notas dispersas (el diario es otra cosa),
acumulación de materiales, trabajos de campo, y con el tiempo, en segundas o terceras lecturas
nos surgirán ideas nuevas que encajan a la perfección.

Cuando una idea nace se ha de anotar, hacer un pequeño esquema del relato en el que se
escribirán todas las ideas tal y como nacen en la escritura automática, más tarde perfeccionar.
Luego vienen las notas marginales, romper, borrar, encajar, rehacer, siempre rehacer, la poda es
constante y consiste en suprimir lo superfluo o poco interesante. Enfatizar en lo importante y
condensar en lo menos importante, para ello tenemos que hacer una separación en pequeños
capítulos o escenas donde trabajar cada día. La distribución del trabajo es parcial, no global.
Ampliaremos y disminuiremos la información de cada escena, acción, de cada capítulo.

Imprimir una copia en papel y trabajar sobre ella, es muy agradecido este sistema, hacer
anotaciones marginales, tener una visión global del relato, tachar, corregir, anotar, encajar. Este
trabajo primero en un bloc con anillas, y luego pasarlo al ordenador, no se puede rematar o dar
por acabada sin el ordenador.

31
8.- Clases de relatos:

Los maestros del relato corto han sido y son los hispanoamericanos, superando, incluso a los
autores en lengua inglesa, de quienes tomaron buenas notas. Crearon el boa del realismo
mágico. Los relatos que más juego dan son por este orden: los surrealistas, policíacos, los
enigmáticos, lo de suspense o miedo, los de horror, la ironía burlesca, fantásticos, amoroso,
eróticos u los de aventura, con sorpresas. En el relato policiaco el secreto está en ocultar datos al
lector, no le damos todo la información, se la escamoteamos, le damos lo imprescindible y
cuando a nosotros nos conviene. Hay que tener cuidado con el humor, las escenas de sexo deben
contarse al final de los capítulos.

9.- Perder el miedo a empezar a escribir:

Existe como una fobia al papel en blanco, a la pantalla en blanco del ordenar. ¿Cómo perder el
miedo a empezar?, simplemente empezando ya. Si te cuesta, lo mejor es elegir varias palabras al
azar de un diccionario, cuatro o cinco, y con lo que te sugieran empezar a componer un mini
relato de tres o cuatro líneas. Esta será la matriz, la base para seguir engordándolos. Si esto no
es suficiente dedícate a otra cosa, escribir no es lo tuyo. Escribir a ordenador es mucho más fácil,
pero menos gratificante. No olvidar que el conflicto mes lo importante de todo relato.

10.- Corregir.- Enviarlo a un corrector de estilo.

PRESENTACIÓN DE NUESTRO LIBRO DRAGONADAS

¡Qué gozada!

¡Por fin lo tenemos! El trabajo colectivo de los tres centros que constitiyen nuestro colegio,
en los que incluimos, al alumnado, al profesorado, y las familias, acaba teniendo frutos
palpables en forma de un libro. ¡Gracias a todas las personas que habéis participado!
En cada localidad se va a hacer el reparto de forma diferente, asegurando que estén
repartidos antes de acabar el curso. Se dará uno a cada familia de alumn@s del CRA y
pedimos dos euros para colaborar a los costes de la (leer más...)

Escribir cuentos y poesías


CUENTOS:

Los cuentos nos ayudan a sentir emociones y situaciones de forma virtual. Están construidos de
forma que se aproximan al mundo de la imagen. Los cuentos los escuchamos y leemos, pero, en
realidad, "los vemos" a través de los ojos de la imaginación. Como aprendemos de las
experiencias, los cuentos nos aportan experiencias de forma controlada y sin riesgo, por lo que
nos ayudan a crecer.

A la hora de escribir, conviene tener en cuenta qué experiencias queremos que vivan los lectores
a quienes va dirigido. Mi propuesta está en no incluir cuentos con drama, porque sitúa el
dramatismo como algo normal, cotidiano y aceptable en la vida. Entiendo que resulta más
positivo crear guiones de búsquedas, crecimiento y resolución de problemas por procedimientos
pacíficos.

32
Una fórmula que puede resultar:

Inicio distinto, rompedor, provocativo,... que enganche

¿Quién era?
¿Con quién estaba?
¿Dónde estaban?
¿Qué hacían?
¿Qué les pasaba? ¿Qué problema tenían? Proponer conflictos reales (aunque presentados de
forma simbólica) a los que se enfrenta el alumnado a nivel emocional, social, personal,...
¿Cómo lo resuelven? Sugerir propuestas cooperativas, pacíficas, creativas, amables, empáticas,...
Final inesperado, sorprendente, sugerente, humorístico...

También se puede presentar una situación excepcional ¿QUÉ PASARÍA SI...?

Podemos poner algunas dificultades que potencien la creatividad, al estilo de LA


CONSTRICCIÓN DEL PRISIONERO: ahorrar espacio utilizando sólo letras que ocupen poco sitio.
Podemos prohibir el uso de alguna vocal, vetar el uso de adjetivos, limitar el uso de
conjunciones,...

Cuentos cíclicos en los que el final enlaza con el principio.


Cuentos que empiezan por el final.
Adaptaciones de cuentos tradicionales.
Nuevos finales a cuentos conocidos.
Mezclar varios cuentos.
Humanizar cosas o seres vivos.
Cualquiera de las propuestas de la Gramática de la fantasía de Gianni Rodari.

Disfruta con tu alumnado, disfrutarán y el resultado nos hará disfrutar a todos.

Conviene limitar el espacio, no resultan demasiado atractivos los relatos interminables en los que
no paran de ocurrir cosas sin llegar a ningún final claro, o en los que se fuerza el final para
acabar. Puedes sugerir algunos cuentos cortos que animen a este tipo de textos. También puedes
consultar el artículo de nuestra web: http://albeos.org/?Para-escribir-cuentos.

POESÍAS

Nuestro acercamiento a la poesía no siempre ha resultado eficaz. Nos han llegado prejuicios hacia
ella que, en demasiadas ocasiones, nos la han hecho ver como cursi, almibarada o excesivamente
intelectual.

La poesía no se basa en la rima y la metáfora forzada. La poesía se inventó para cantar, recordar
y como excusa para expresar emociones, sentimientos y experiencias difícilmente abordables
desde la prosa.

Puedes consultar nuestra web sobre la poesía en E. Infantil, allí podrás disfrutar de las
definiciones de nuestras criaturas y ver algunas de sus creaciones que tú puedes adaptar como
propuestas para los tuyos: http://albeos.org/?Poesia-en-E-Infantil

Algunos trucos:

• Repetir un sonido, una palabra o un verso entero:

33
Vino un dragón Grrrrrrrrrrrrrrr
Me asustó
Grrrrrrrrrrrrrr
Era feo aquel dragón
Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr.
El cielo, la nube
y un dragón.
La nube, la lluvia
y un dragón.
La lluvia, el charco
y un dragón.
Vino un dragón,
su boca, su ojos,...
¡Tengo mucho miedo!
El cielo, la nube,
la lluvia, el charco,
¡Tengo mucho miedo!

Empezar todos los versos con la misma palabra: Mil dragones,

mil damas,
mil caballeros,
mil cuevas,
mil fuegos,
mil sueños,
y mis miedos.

Repetir la misma estructura en todos los versos:

Un dragón y su dama.
Un dragón y su caballero.
Un dragón y su cueva.
Un dragón y su fuego.
Un dragón y sus sueños. .
Sólo es un cuento.
Un dragón gordinflón.
Una dama blanca.
Un caballero viejo.
Una cueva oscura.
Un beso tierno
Un final de cuento.

El contraste, las definiciones, la metáfora sencilla:

La cama que sueña caminos. Los dragones son sueños gigantes.

El dragón que guarda cuentos. Las cuevas son bostezos de rocas.

Podemos fijarnos en poemas de autores consagrados y sustituir palabras, copiar estructuras,


quitar, añadir, estirar, mezclar poemas,...

Mamá,
quiero una pelota.
Hijo,
eres muy chico. .
Mamá,
no quiero sopa.
Hijo,
34
te quitará el frío.
A la una,
a las dos
y a las tres.
El dragón viajaba en tren
La dama
estaba asustada.
El caballero
perdió el sombrero.

Cómo escribir un cuento

Así seas un aspirante a escritor profesional o una amable ama de casa con algo que decir, el
cuento es el medio perfecto para ello. Mientras que el escribir una novela puede ser una tarea
titánica, casi cualquier puede embarcarse, y lo más importante, terminar un cuento. Esto no
significa que los cuentos sean fáciles de escribir y ciertamente que no son menos valiosas que
una novela. Con un poco de práctica, paciencia y pasión por la escritura, los cuentos pueden ser
letra a letra tan emocionantes como sus pares.

Pasos

Lee todos los cuentos que puedas. Nada puede "enseñar" a cómo escribir cuentos mejor que leer
cuentos. Escoge autores que te agraden así como también autores clásicos. Pon mucha atención
en la forma en la que los autores desarrollan los personajes. Escribe el diálogo y la estructura de
los argumentos.

Busca y reúne ideas para tu cuento. La inspiración puede llegar cualquier momento, así que carga
una libreta de notas o algo similar de modo que puedas escribir tus ideas a medida que
aparezcan. La mayor parte del tiempo solamente pensarás en pequeños pedazos de información
(un evento catastrófico puede servir de base para el argumento central, el nombre de un
personaje, etc.), pero algunas veces tendrás mucha suerte y la historia saldrá completa en un par
de minutos. Si tienes problemas encontrando inspiración o debes escribir esta historia como parte
de tu trabajo para la clase es bueno que hagas una tormenta de ideas.

Escoge una idea y desarrolla los detalles. En el mejor de los casos, una historia debe tener una
introducción (la parte de la historia que lleva al centro de la historia), el centro de la historia (un
momento decisivo dentro de la historia donde existe un conflicto entre varios personajes o uno
solo) y el desenlace (un final satisfactorio donde el conflicto de la parte central es resuelto)
Muévete de atrás hacia adelante desde tu idea principal (esta puede o no ser el principio de tu
historia) y pregunta: ¿Qué ocurre luego? o ¿Qué ha pasado antes de esto?

Conoce a tus personajes. Para que una historia sea creible, los personajes tienen que serlo y sus
acciones tiene que parecer inevitablemente guiados por su forma de ser. En otras palabras, debes
saber lo más que puedas acerca de tus personajes, de donde viene sus motivaciones, sus miedos,
sus gustos. No incluirás toda esta información en tu historia, pero mientras más sepas acerca de
ellos, tus personajes se volverán más y más reales, tanto para tí como para el lector.

Determina la extensión de tu historia. En una novela puede transcurrir millones de años, incluir
una multitud de subargumentos, tener una variedad de escenarios y una tropa de caracteres
secundarios. Los eventos principales en un cuento deben ocurrir en un período corto de
tiempo (días e incluso minutos) y típicamente no será posible desarrollar más de un argumento,
dos a tres caracteres principales y un escenario. Si tu historia tiene una extensión mayor, es
probable que necesite ser una novela corta o una novela con todas las letras.

Escoge quién contará la historia. Existe tres puntos principales de vista desde donde se puede
contar una historia: primera persona ("Yo"), segunda persona ("tú") y tercera persona ("el" o
"ella"). En una historia en primera persona, el personaje principal es el que cuenta la historia; en
una historia en segunda persona, el lector es convertido en parte de la historia; y en una historia
en tercera persona, es un narrador quién cuenta la historia. La narración en segunda persona es
raramente utilizada. Ten en cuenta que un narrador en primera persona solo puede decir lo que
sabe. Esto se limita a lo que ha visto en persona o lo que otras personas le han dicho. En cambio,
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en el narrador de un historia contada en tercera persona puede saber todo, explorar los
pensamientos de cada personaje o limitarse a lo que puede ser observado.
Empieza a escribir. Dependiendo cuan profundamente hayas dado detalles de tu argumento y de
tus personajes, el proceso de escribir el cuento será simplemente elegir las palabras adecuadas.
Generalmente, escribir es una ardua tarea. Es probable que descubras que no conoces bien a tus
personajes, pero no importa. El resumen o perfil no es la historia en sí y la única forma de
completar la historia es escribiéndola.

Impresiona al público. La primera página —alguna gente diría la primera oración— de cualquier
obra escrita debe atrapar al lector y dejarle con ganas de más. Un comienzo rápido es
especialmente importante cuando se escribe un cuento porque uno no tiene mucho espacio para
contar la historia. No te entretengas con largas introducciones para tus personajes o
descripciones innecesarias del escenario. Ve directo al centro de la historia y muestra detalles
acerca de los personajes como si estuvieras mostrando las piezas de un rompecabezas.

Sigue escribiendo. Es casi seguro que vas a encontrar baches en tu camino, también es cierto
que tiene que saber sobrellevarlos. Separa un poco de tiempo para escribir cada día y traza un
objetivo. Una página por día o dos puede ser un buen objetivo. Aun si botas a la basura lo que
escribiste es día, las cosas no están perdidas. Esto solo significa que has estado escribiendo y
pensando acerca de tu cuento lo cual te mantendrá en el camino.

Deja que el cuento siga su propio curso. A medida que escribes el cuento, es posible que sientas
la tentación de cambiar la dirección de tu argumento o tal vez cambiar y hasta eliminar un
personaje. Pon atención si es que tus personajes te dicen que hagas algo diferente y no te
preocupes si tienes que reordenar y cambiar todo si es que con este cambio el cuento se
convertirá en algo mejor.

Revisa y corrige. Una vez que hayas terminado la historia, vuelve a leerla, corrige los errores que
puedas encontrar y observa que no haya errores semánticos. Haz una revisión general, asegúrate
que la historia sea fluida, que los problemas de cada personaje sean resueltos de manera natural
y que cada personaje en sí tenga una introducción apropiada. Si tienes tiempo, deja la historia
por unos días o semanas antes de hacer la revisión. El que te distancies un poco del cuento te
ayudará a ver las cosas más claramente cuando decidas revisarlo.

Pide segundas opiniones. Envía tu cuento, previamente revisado y editado, a alguna persona de
tu confianza para que la revise, edite y te de alguna sugerencia. Explica a tu o tus revisores que
deseas una opinión sincera del texto. Provee la oportunidad para que lean el cuento y lo estudien,
provee también una copia para que ellos puedan escribir en él. Considera todo lo que tus
revisores te diga, aun las partes que no quieras escuchar. Da gracias a tu o tus revisores y no
discutas con ellos por alguna parte de la revisión.

Incorpora las ediciones, revisiones, sugerencias que pienses que son válidas. Tu cuento será
mucho mejor si consideras cuidadosamente las críticas, esto no significa que tengas que seguir
todos los consejos que te dan. Algunas de las sugerencias puede que no sean buenas. Al final, es
tu historia y eres tú quien hará los retoques finales.

Consejos

• Si no puedes encontrar algún amigo o familiar lo


suficientemente honesto para decir lo que realmente piensa de
la historia, considera ingresar a un grupo de escritores.
Allí podrás obtener algunos consejos, críticas y con un poco de
suerte, críticas de buena calidad. Si no encuentras un grupo
cerca de casa, Internet es siempre una opción.
• Es posible que no necesitas o no quieras pasar por el proceso
de tormenta de ideas y el trabajo previo antes de escribir (tormenta de ideas, perfil, etc.);
muchos escritores simplemente omiten estos pasos y es posible que encuentres este
proceso algo superflueo. Así mismo, todos deberían tratar de hacer el trabajo previo de
escritura al menos una vez.

36
• Desarrolla tu propio estilo. Esta forma particular que cada escritor tiene solo la podrás
adquirir con la práctica. Puedes empezar imitando otros escritores o tratar de sintonizarte
con la forma de escribir de un determinado género. Después de un tiempo y después de
escribir mucho verás como tu estilio se va definiendo.
• Asegúrate de no sobrecargar tu mente demasiado por mucho tiempo. Si tienes
problemas para generar ideas, simplemente dedícate a hacer otra cosa por un momento.
Vuelve a tus historia después de unas horas o de una noche de buen sueño. Después de
eso seguramente te sorprenderás de la cantidad de ideas que aparecieron mágicamente.
• Más de una vez querrás descartar una historia. Asegúrate de tener una buena
razón para ello,no una excusa. Si simplemente te atascaste, trata de sobreponerte
utilizando un poco de imaginación. Es posible que surja un idea muy buena y luego otra,
mejor que la anterior. Si esto ocurre frecuentemente puede convertirse en un problema.
Es posible que empieces muchas historias y no termines de concretar el cuento en sí.
• Piensa que si lees muchos libros, podrás adquirir el lenguaje, y también podrás
aprender sobre ortografía y gramática, porque te parecerá familiar y estarás propenso a
no cometer ciertos errores

Advertencias

• No te sientas demasiado orgulloso de tu cuento una vez que lo hayas terminado,


puede que te decepciones a largo plazo. Especialmente si envias tu cuento a alguna
editorial para su publicación. En vez de eso, profesionalmente despegate de él, como si
hubieses estado cuidando al perro de un amigo.
• No te desanimes. Si quieres que tu historia sea publicada, es muy probable que esta sea
rechazada. En la vida del escritor, el rechazo es algo que muchas veces está garantizado y
otras veces no. Siéntete orgullo por haber completado tu historia—esto no es sencillo en lo
absoluto— y mantén tus habilidades en práctica si es que disfrutaste escribir.
• ¡Cuida la gramática y la ortografía! Muestra a tus lectores que sabes lo que estás
haciendo al mostrar un cuento libre de errores.

Los cuentos son bastante difíciles de escribir. Tienes que describir personajes, crear conflictos,
resolverlos, todo en 20 a 30 páginas. Respetar el género puede no ser una tarea simple.

Tomado de: http://es.wikihow.com/escribir-un-cuento

El arte de escribir cuentos fantásticos – por H.P. Lovecraft – (3ºParte) Final

El primero de estos puntos es por lo general una meta idea mental una puesta en escena de
condiciones y acontecimientos que rondan en nuestra cabeza, jamás puestas sobre papel hasta
que preparo una detallado sinopsis de estos acontecimientos en orden a su narración. De forma
que a veces comienzo el bosquejo antes de saber cómo voy que más tarde será desarrollado.
Considero cuatro tipos diferentes de cuentos sobrenaturales: uno expresa una aptitud o
sentimiento, otro un concepto plástico, un tercer tipo comunica una situación general, condición,
leyendo o concepto intelectual, y un cuarto muestra una imagen definitiva, o una situación
específica de índole dramática. Por otra parte, las historias fantásticas pueden estar clasificadas
en dos amplias categorías: aquellas en las que lo maravilloso o terrible está relacionado con algún
tipo de condición o fenómeno, y aquéllas en las que esto concierne a la acción del personaje en
con un suceso o fenómeno grotesco, Cada relato fantástico -hablando en particular de los cuentos
de miedo- puede desarrollar cinco elementos críticos:

a) lo que sirve de núcleo a un horror o anormalidad (condición, entidad, etc,)


b) efectos o desarrollos típicos del horror
c) el modo de la manifestación de ese horror
d) la forma de reaccionar ante ese horror
e) los efectos específicos del horror en relación a lo condiciones dadas.

37
Al escribir un cuento sobrenatural, siempre pongo especial atención en la forma de crear una
atmósfera idónea, aplicando el énfasis necesario en el momento adecuado. Nadie puede, excepto
en las revistas populares, presentar un fenómeno imposible, improbable o inconcebible, como si
fuera una narración de actos objetivos. Los cuentos sobre eventos extraordinarios tienen ciertas
complejidades que deben ser superadas para lograr su credibilidad, y esto sólo puede conseguirse
tratando el tema con cuidadoso realismo, excepto a la hora de abordar el hecho sobrenatural.
Este elemento fantástico debe causar impresión y hay que poner gran cuidado en la construcción
emocional; su aparición apenas debe sentirse, pero tiene que notarse.

Si fuese la esencia primordial del cuento, eclipsaría todos los demás caracteres y
acontecimientos; los cuales deben ser consistentes y naturales, excepto cuando se refieren al
hecho extraordinario. Los acontecimientos espectrales deben ser narrados con la misma emoción
con la que se narraría un suceso extraño en la vida real. Nunca debe darse por supuesto este
suceso sobrenatural. Incluso cuando los personajes están acostumbrados a ello, hay que crear un
ambiente de terror y angustia que se corresponda con el estado de ánimo del lector. Un
descuidado estilo arruinaría cualquier intento de escribir fantasía seria.

La atmósfera y no la acción, es el gran desiderátum de la literatura fantástica. En realidad, todo


relato fantástico debe ser una nítida pincelada de un cierto tipo de comportamiento humano. Si le
damos cualquier otro tipo de prioridad, podría llegar a convertirse en una obra mediocre, pueril y
poco convincente. El énfasis debe comunicarse con sutileza; indicaciones, sugerencias vagas que
se asocien entre sí, creando una ilusión brumosa de la realidad de lo irreal. Hay que evitar
descripciones inútiles de sucesos increíbles que no sean significativos.

Estas han sido las reglas o moldes que he seguido -consciente o inconscientemente- ya que
siempre he considerado con bastante seriedad la creación fantástica. Que mis resultados puedan
llegar a tener éxito es algo bastante discutible; pero de lo que sí estoy seguro es que, si hubiese
ignorado las normas aquí arriba mencionadas, mis relatos habrían sido mucho peores de lo que
son ahora.

Mi actual proceso de composición es tan variable como la elección del tema o el desarrollo de la
historia; pero si la estructura de mis cuentos fuese analizada, es posible que pudiesen
descubrirse ciertas reglas que a continuación enumero:

1) Preparar una sinopsis o escenario de acontecimientos en orden a su aparición; no en el de la


narración. Describir con vigor los hechos como para hacer creíbles los incidentes que van a tener
lugar. Los detalles, comentarios y descripciones son de gran importancia en este boceto inicial.

2) Preparar una segunda sinopsis o escenario de acontecimientos; esta vez en orden a su


narración, con descripciones detalladas y amplias, y con anotaciones a un posible cambio de
perspectiva, o a un incremento del clímax. Cambiar la sinopsis inicial si fuera necesario, siempre
y cuando se logre un mayor interés dramático. Interpolar o suprimir incidentes donde se
requiera, sin ceñirse a la idea original aunque el resultado sea una historia completamente
diferente a la que se pensó en un principio. Permitir adiciones y alteraciones siempre y cuando
estén lo suficientemente relacionadas con la formulación de los acontecimientos.

3) Escribir la historia rápidamente y con fluidez, sin ser demasiado crítico, siguiendo el punto (2),
es decir, de acuerdo al orden narrativo en la sinopsis. Cambiar los incidentes o el argumento
siempre que el desarrollo de la historia tienda a tal cambio, sin dejarse influir por el boceto
previo. Si el desarrollo de la historia revela nuevos efectos dramáticos, añadir todo lo que pueda
ser positivo; repasando y reconciliando todas y cada una de las adiciones del nuevo plan. Insertar
o suprimir todo aquello que sea necesario o aconsejable; probar con diferentes comienzos y
diferentes finales, hasta encontrar el que más se adapte al argumento. Asegurarse de que
ensamblan todas las partes desde el comienzo al final del relato. Corregir toda posible
superficialidad palabras, párrafos, incluso episodios completos-, conservando el orden
preestablecido.

38
4) Revisar por completo el texto, poniendo especial atención en el vocabulario, sintaxis, ritmo de
la prosa, proporción de las partes, sutilezas del tono, gracia e interés de las composiciones (de
escena a escena de una acción lenta a otra rápida, de un acontecimiento que tenga que ver con
el tiempo, etc.), la efectividad del comienzo, del final, del clímax, el suspenso y el interés
dramático, la captación de la atmósfera y otros elementos diversos.

5) Preparar una copia esmerada a máquina; sin vacilar por ello en acometer una revisión final y
modificar donde sea necesario.

(continuará)

La razón por la cual escribo cuentos fantásticos es porque me producen una satisfacción personal
y me acercan a la vaga, escurridiza, fragmentaria sensación de lo maravilloso, de lo bello y de las
visiones que me llenan con ciertas perspectivas (escenas, arquitecturas, paisajes, atmósfera,
etc.), ideas, ocurrencias e imágenes. Mi predilección por los relatos sobrenaturales se debe a que
encajan perfectamente con mis inclinaciones personales; uno de mis anhelos más fuertes es el de
lograr la suspensión o violación momentánea de las irritantes limitaciones del tiempo, del espacio
y de las leyes naturales que nos rigen y frustran nuestros deseos de indagar en las infinitas
regiones del cosmos, que por ahora se hallan más allá de nuestro alcance, más allá de nuestro
punto de vista. Estos cuentos tratan de incrementar la sensación de miedo, ya que el miedo es
nuestra más fuerte y profunda emoción y una de las que mejor se presta a desafiar los cánones
de las leyes naturales. El terror y lo desconocido, están siempre relacionados, tan íntimamente
unidos que es difícil crear una imagen convincente de la destrucción de las leyes naturales, de la
alienación cósmica y de las presencias exteriores sin hacer énfasis en el sentimiento de miedo y
horror. La razón por la cual el factor tiempo juega un papel tan importante en muchos de mis
cuentos es debida a que es un elemento que vive en mi cerebro y al que considero como la cosa
más profunda, dramática y terrible del universo, El conflicto con el tiempo es el tema más
poderoso y prolífico de toda expresión humana.

Mi forma personal de escribir un cuento es evidentemente una manera particular de expresarme;


quizá un poco limitada, pero tan antigua y permanente como la literatura en sí misma. Siempre
existirá un número determinado de personas que tenga gran curiosidad por el desconocido
espacio exterior, y un deseo ardiente por escapar de la morada-prisión de lo conocido y lo real,
para deambular por las regiones encantadas llenas de aventuras y posibilidades infinitas a las que
sólo los sueños pueden acercarse: las profundidades de los bosques añosos, la maravilla de
fantásticas torres y las llameantes y asombrosas puestas de sol. Entre esta clase de personas
apasionadas por los cuentos fantásticos se encuentran los grandes maestros -Poe, Dunsany,
Arthur Machen, M. R. James, Algernon Blackwood, Walter de la Mare; verdaderos clásicos- e
insignificantes aficionados, como yo mismo.
Sólo hay una forma de escribir un relato tal y como yo lo hago. Cada uno de mis cuentos tiene
una trama diferente. Una o dos veces he escrito un sueño literalmente, pero por lo general me
inspiro en un paisaje, idea o imagen que deseo expresar, y busco en mi cerebro una vía adecuada
de crear una cadena de acontecimientos dramáticos capaces de ser expresados en términos
concretos. Intento crear una lista mental de las situaciones mejor adaptadas al paisaje, idea, o
imagen, y luego comienzo a conjeturar con las situaciones lógicas que pueden ser motivadas por
la forma, imagen o idea elegida.
(continúa)

Una historia, un personaje, un escenario y una acción en cien palabras. El desafío de


escribir un microrrelato te obliga a dar más por menos, más con menos. La Cadena SER y
Escuela de Escritores recompensan tu ingenio y tu creatividad con un premio a la altura del
reto: 6.000 euros para el mejor microcuento. ¿El concurso literario en lengua castellana
con mayor dotación... por palabra?

Instrucciones para participar


Bases del concurso
Formulario de envío
Ganadores y finalistas
Diez consejos para escribir microcuentos

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Cadena SER (en Internet)

Instrucciones para participar

Cada jueves, a las 10:30 en el programa Hoy por hoy de la Cadena SER, presentaremos los
tres mejores microcuentos recibidos durante la semana. Carles Francino, Javier Rioyo, Javier
Sagarna y los tres finalistas semanales votarán para elegir al ganador que se clasificará para
la final mensual. Los diez ganadores mensuales competirán al final de la temporada por el
premio al mejor microcuento de la tercera edición de Relatos en cadena.

La frase de inicio de los microcuentos siempre será la última frase del texto ganador de la
semana anterior y su extensión no podrá superar las cien palabras (sin incluir la frase de
inicio).

Puedes participar completando el formulario que encontrarás a continuación, que estará


activo solamente desde el jueves a las 12:00 horas, al domingo a las 12:00 horas.
Es decir, desde que termina el programa de radio cada jueves, a la finalización del plazo de
participación semanal. En esta misma página puedes acceder a las bases completas del
concurso.

Recuerda que el máximo son 100 palabras. Si eres menor de 18 años, antes
de enviar tu microcuento haz clic aquí.
Si deseas recibir más información sobre otras iniciativas de Escuela de

Escritores, marca esta casilla


Si quieres acceder a nuestro decálogo sobre como escribir microcuentos, haz
clic aquí.

Decálogo para escribir microcuentos

1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para
ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los
relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un
cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá


mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres


personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los
microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es


aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido
puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del


lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que
no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un

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microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte
de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener
un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un
significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y
nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con
palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con
ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada)
para contar lo que ya se ha dicho mil veces.
Breve historia del relato breve
Lubio Cardozo
El cuento corto, contemporáneo, en Venezuela nace en Mérida, y es en Mérida donde ha
alcanzado su más vital y acabada expresión narrativa. Hubo sí en Caracas, Maracaibo y Cumaná
algunos intentos anteriores a 1973 pero disolviéronse por sí solos en el olvido, carecían de fuerza
literaria. Hoy en día, fuera de Mérida, Britto García es un buen exponente solitario del género.

Ha soslayado, tal vez de manera inconsciente pero por la permanente alerta del estado creativo,
dos errores del relato breve en Mérida: el seguir una moda parroquiana de algún "gran" maestro
(es célebre la recomendación de Wagner a su disciplina, "no imitar a nadie, y menos a mí"), y el
del retoricismo, una pálida anecdota envuelta en un ropaje inútilmente obscuro.

Por el contrario: fuerza creativa, espontaneidad, vigor de lenguaje, vocación de sacerdocio


literario, dignificación lírica de la prosa, han sido los relieves de los escritores del cuento breve en
Mérida

Descubrió el talento de narrador de Ednodio Quintero quien esto escribe. En 1973, si no falla la
memoria, llegó al Centro de Investigaciones Literarias de la ULA un joven, magro de pelo indio y
faz manchega, con un legajo de cuartillas en la mano. Quería saber mi opinión sobre su libro de
poemas manuscritos. Su poesía me desplació, tanta espontaneidad no acepta la poesía lírica. Al
día siguiente regresó con otro manojo de papeles. ¡Allí sí había un escritor! Eran cuentos muy
breves, escritos con increíble robustez, cargados de un humor no exento de sarcasmo, y en grata
prosa joven. En el Centro de Investigaciones Literarias todos leímos sus breves cuentos y en
común criterio dímosle un positivo asentimiento crítico. Integraron la mayoría de esos cuentos el
primer libro de Ednodio Quintero, La muerte viaja a caballo.

En esas narraciones había algo nuevo desprovisto de todo retoricismo. Eran las vivencias de su
infancia y adolescencia, andina y campesina, en Trujillo, reflejadas con un lenguaje fresco,
acendrado, actualista. El mundo de Las Mesitas (Boconó) donde Ednodio Quintero había nacido en
1947, estaba allí plasmado.

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He aquí tres típicos relatos quinterianos:

LA VACA
Mi abuelo tenía una vaca que se alimentaba de morocotas. Un día la vaca amaneció muerta a la
orilla del río y los zamuros se la comieron. Mi abuelo agarró la escopeta y pasó el resto de su vida
cazando zamuros.

JINETE
En mi pueblo había un loco inofensivo que montaba un caballo de palo. Una noche pasó una bruja
montada en su escoba. El loco clavó las espuelas a su caballo. Nunca más supimos del jinete.

COLECCIONISTAS
Un hombre coleccionaba alacranes y un alacrán coleccionaba hombres. Una tarde los dos
coleccionistas se encontraron. Hablaron de sus respectivos pasatiempos. Comprendieron la
importancia de la nueva pieza a cobrar. Y se pusieron de acuerdo: cara o sello.

A Gabriel Jiménez Emán lo de escribir viénele de herencia. Hijo del fino poeta larense Elisio
Jiménez Sierra, es la Escuela de Letras de la ULA la plataforma de su despegue como escritor, allí
comienza a editar en forma, es decir, a dar ese juego estético para placer y conocimiento de
mundo que es la obra literaria. Hay menos espontaneidad en Gabriel Jiménez y más creación
intelectual, más erudición. La rebusca de lo absurdo, de lo irreal, para la defensa de la libertad de
fantasía forma en el entresijo de sus argumentos. Directa y diáfana prosa -en la cual se
ensamblan fino humor, ironía y sorpresa- la carne de sus cuentos breves recogidos en Los
dientes de Raquel:

CENA
La mesa estaba preparada. Dentro de unos instantes comenzaría la cena. Sólo debían sentarse
los invitados, que en cualquier momento llegarían. Efectivamente poco después llegaron los
invitados, y aquel par de enormes leones, agazapados debajo de la mesa, esperaron a que los
invitados se sentaran para comenzar la gran cena.

INDECISIÓN
Maragarita me decía que nunca iba a morir. Siempre, desde niña, me repetía lo mismo, y yo,
muy respetuosa de sus maravillosos caprichos, no me atrvía a copntrariarla. por eso cuando
murió no lo pude creer. Nunca se sabe en esos casos.
En 1948 nació en El Tigre Julio César Sánchez. Pero atracó la nave de su aventura en Mérida para
seguir estudios de Letras en la ULA. Acá se casó y acá levantó bajo el neblinoso azul de Los
Andes su tienda de profesor de Literatura y Escritor.

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La elegancia expresiva lograda mediante un evidente cuidado del cendal de la prosa, y una dosis
de humor negro, son el apoyo de las fábulas de sus narraciones. En libro aún no han sido
recogidos sus cuentos, si publicados parcialmente en las revistas Falso Cuaderno y Génesis:

LA MUERTE
Vestido de negro con sombrero de copa y bastón salgo a la calle donde todos se inclinan a mi
paso.
Nadie sabe que soy la muerte.
Enamoro a una mujer. La llevo a mi habitación y hacemos el amor. Al día siguiente me visita.
Coloca flores sobre mi tumba y llora laragamente.

LA PARTIDA
Un día de stos arrancaré de cuajo la cabeza de mi mujer. A golpe blanco de machete le volaré las
orejas, los brazos, los senos. Después comernzaré de abajo hacia arriba, uno a uno los dedos, las
piernas, la cintura, el cuerpo todo. Como aparece en la página roja de los diarios de mi país. Y
cuando la cabeza esté a ras del suelo le daré con los pies hasta el campo de foot-ball donde me
espera el equipo para iniciar la partida.

En el mundo de la narrativa de José Gregorio Lobo Albarrán se siente el aroma del profesor de
Literatura Norteamericana. Indio serrano, nacido en San rafel de Mucuchíes en 1945, baja de sus
páramos a Mérida a estudiar en la Escuela de Letras de la ULA. Luego viaja a E.U.A. a continuar
sus estudios en Literatura Inglesa y Norteamericana en la Universidad de Eastern, Michigan.
Actualmente es profesor en dichas asignaturas en la facultad de Humanidades y Educación.

La vida de los campesinos andinos de la sierra no está bien captada en los relatos de Lobo,
cuando él ha aboradado esa temática. Mas en sus cuentos señaladores de manera dramática -y a
linderos con la "ciencia ficción"- de la destrucción del paisaje, de la ecocrisis, manifiéstase
entonces la mano firme del buen narrador. No obstante, en estos últimos relatos percíbese una
lejana influencia de Bradbury.

DESDE Y HACIA MARTE


Hace varios millones de años la tierra no estaba habitada por seres inteligentes. Pero sí por
animales y plantas cuya tarea era la de mantener el equilibrio ecológico necesario para la vida
misma del planeta. Pra ese entonces, en aquel Paraíso Terrenal convivían: el león con el cordero,
el lobo con la oveja, el dinosaurio con la hormiga, el perro con el gato.
El agua de todos los ríos era potable, cristalina, incontaminada. Todos los bosques se
conservaban completos, sin talas ni quemas que los destruyeran.
Los animales se alimentaban con los frutos de la tierra y ésta, se nutría con la pureza de la lluvia
caída del cielo. La vida de aquel inmenso paraíso era de una fragancia envidiable y de un discurrir
pausado y armónuico. El azul del firmamento y el de los mares se confundían en la distancia. Esta
daba paso al verde de las selvas y de las llanuras interminables.

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El planeta Marte, a trescientos cuarenta millones de Kilómetros de distancia, sí estaba poblado
por seres inteligentes: los hombres. Estos, dueños de la más avanzada tecnología construyeron
canales de riego para la agricultura, los cuales se extendían por casi todo el suelo marciano.
Lamentablemente, también su gran progreso tecnológico les permitió minar el planeta con
bombas nucleares de todo tipo. Un día pues, sucedió lo inevitable: la guerra total. Esas armas
rugieron inclementes por todo el planeta y éste, sumido en la más absoluta inermidad, se quedó
solo y sin la presencia humana para siempre.
Sin embargo, no todo fue ofuscación en los últimos días. Los habitantes del hemisferio norte,
quienes siempre se distinguieron por ser precavidos en extremo, enviaron a la tierra una nave
espacial, la "Viking 0", provista de alimentos, mapas estelares, un grueso libro y una pareja de
enamorados, Adán y Eva.

Bibliografía consultada:
Ednodio Quintero, La muerte viaja a caballo. Mérida, La Draga y el Dragón, 1974. pp. 9, 10,
31.
Gabriel Jiménez Emán, Los dientes de Raquel. Mérida, La Draga y el Dragón, 1973. pp. 11, 51.
José Gregorio Lobo A., Una lágrima sobre la hierba. Mérida, Puertas Abiertas, 1977. pp. 15 y
16.
Julio César Sánchez. En: Falso Cuaderno, Nº 3, Caracas. Génesis, Nº 4, Mérida.

LA IDENTIDAD EN EL ENSAYO LATINOAMERICANO: PERSPECTIVA POETICA EXISTENCIAL

Por Manuel Pérez Ruiz,


Instituto Nacional de Chile.

1) Presentación

Esta ponencia representa una posibilidad indagatoria en torno del controvertido tema de la
identidad en América Latina, a través de una muestra representativa de su ensayo
contemporáneo. A este propósito, rescatamos un lineamiento estético y reflexivo que
nominamos como perspectiva poética existencial.

Desde ahora subrayamos la funcionalidad operativa del género ensayo que le permite:
explorar, cuestionar, pensar y reformular una materia - digamos objeto de estudio - ya
constituida; buscar el conocimiento del objeto sin la pretensión de agotarlo; formular una
escritura discontinua y fragmentaria; enmascarar cuestiones radicales bajo la apariencia de
digresiones ingenuas; representar una dialéctica integral, reflejada en el intercambio discursivo
de la tríada autor (ensayista), lector (recreador) y materia de estudio (cultura e historia).

El escritor colombiano Germán Arciniegas concebía nuestra América como un ensayo, basaba
su aserción en razones de tipo : cronológicas, tomando en cuenta que el género en el nuevo
continente existía ya en el siglo XVI, aún antes del natalicio del padre del ensayo moderno
(Montaigne); fundacionales, pues las circunstancias históricas del nacimiento de América -
proyección utópica del Renacimiento europeo- la representan como novedad y desafío, por lo
tanto, un ensayo; culturales, dado que la asimilación de dos mundos conformó un ensayo de
mestizaje ilustrado (condición emblemática del inca Garcilaso) e independentistas explicadas

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por la contradicción final de un ensayo armado, de comienzo intelectual.

2) Perspectiva Poética Existencial.-


Partiendo de la asimilación género ensayo e identidad continental, esta ponencia refiere una
doble perspectiva de desarrollo en el ensayo latinoamericano contemporáneo marcada de
pesimismo, relativismo y dispersión.

El primer enfoque enmarca una perspectiva existencial. En este plano se aborda la reflexión
ontológica del hombre, conectada a cierto determinismo histórico y telúrico que condiciona una
identidad desarraigada, entre el deseo de definir y la imposibilidad de encontrar tal identidad
continental. El traumático nacimiento de América Latina, metaforizado como su pecado original,
traduce la atmósfera de extrañamiento frente al mundo, moldeando caracteres desgarrados y
solitarios, sin raíces, pero intentando operar la transformación que toda cultura necesita para
supervivir.

Un segundo enfoque tiene como referencias las reflexiones acerca de la evolución de los cuatro
movimientos fundacionales del nuevo continente: el mito, la épica, el barroco y la utopía.
Ahora, la búsqueda antropológica privilegia respuestas poéticas al problema identitario, en
cuanto concreción de una simbología que intenta superar el trauma original del continente.
Aquí adquiere un rol fundamental el escritor, al configurar una realidad que busca reformular y
dar continuidad a la historia. Dentro de esta perspectiva también nos encontramos con una
variable del ensayo que conjuga un préstamo de otros géneros literarios, decantando la
consiguiente hibridez en los deslindes de las fronteras que enmarcan el género. Este recurso
formal se complementa con el rol protagónico del lenguaje como indagación poética de América
Latina. En este aspecto, el lenguaje se instituye como acontecimiento histórico o esencia
poética, según la propuesta estética existencial del filósofo germano Martin Heidegger.

2.1) Variables culturales de identidad.-


Referido el ensayo como correlato simbólico e histórico de América Latina, precisamos el tema
identitario en sus variables representativas, hereditarias y dialécticas.

La representación propone la definición de un modelo fenomenológico. Este último sostiene


que un análisis artístico no sólo debe considerar la materia particular sino, además, los actos y
contextos que la producen. Por lo tanto, una identidad brota de su historia y se proyecta en su
porvenir como registro de obras artísticas, costumbres, tradiciones, creencias y mitos, que
representan su patrimonio histórico y simbólico. Para el caso latinoamericano reflexionaremos
la estructura poética existencial que nos enseña su ensayística contemporánea. Esta estructura
patrimonial figurará un espacio mítico fundacional: integración mítica, épica, barroca y utópica;
un espacio ontológico existencial: bajo el concepto de un existencialismo poético y un espacio
estético puro: radicalización absoluta del verbo como una manera de representar una historia
poética.

La herencia cultural se nutre de la variable anterior, al hacer de su patrimonio ya


representado una estructura en la que convergen dinámicas participativas y pluralistas. Este
aspecto remarca la relación hermenéutica de los textos y sus contextos. Pero el proceso va
más allá de la autodefinición regional, al incorporar una dialéctica intercultural. La influencia
europea en el ensayo contemporáneo - llámese el Existencialismo como categoría de
pensamiento o el fragmentarismo como respuesta estética postmoderna - refleja cabalmente
este proceso cultural.

La dialéctica constituye una tercera variable identitaria que media los procesos de
convergencias (tradiciones) y de divergencias (rupturas que estructuran sus propias
tradiciones). Estos procesos no hacen otra cosa que afianzar la cultura en su continuidad. En
este aspecto el ensayo pareciera adoptar un modelo dialéctico de tipo hegeliano, con sus
respectivos procesos de oposiciones y de síntesis. Un ejemplo cabal lo representa el
tratamiento que Carlos Fuentes hace del mito a partir de la novela Pedro Páramo ,de su

45
compatriota Juan Rulfo. En efecto, la oposición y desposesión del lenguaje implica una
dialéctica literaria de integración: mítica primordial (lenguaje preexistente); tradicional
(encuentro de la novela campesina con la revolucionaria) y moderna ( incorporación de
estéticas de vanguardia narrativa anglosajona).

2.2) Corpus representativo.-


La simbiosis género literario e identidad continental involucra tantos problemas que aconseja
sugerir un corpus base a modo demarcatorio de nuestro objeto de estudio.

Dos obras elegimos en la ensayística de Gabriela Mistral: Grandeza de los oficios y Recados
para América. En el primer caso se destacan las proposiciones estéticas que enmarcan el oficio
del artista como creador de un lenguaje, a la vez, retórico y coloquial: símbolo y expresión del
compromiso artístico y social del escritor. De allí que la dimensión estética de este discurso
asuma modalidades formales de realización estructuradas en elogios, estampas, croquis,
recados, conversaciones y siluetas. A su vez, su dimensión lógica sistematiza un ideario
americano cuyo discurso es sostenido por las figuras emblemáticas: del maestro y su misión de
enseñar a conocer, divulgar y amar el continente; del periodista y su compromiso social de
revelar los intereses colonialistas que impiden la integración americana; del escritor y su
obligación de constituir una memoria cultural para América Latina. Deber, este último, que
implica el registro de categorías identitarias que, además, involucra al resto de ensayos de la
presente muestra representativa.

En el caso del argentino Ezequiel Martínez Estrada consignamos su clásico del ensayo
latinoamericano: Radiografía de la pampa. Expresión cabal de la figura existencial del
extranjero, inmigrante europeo en un suelo hostil, atormentado y solitario. La forma y fondo de
este ensayo corresponden a una típica estructura inductiva deductiva, vale decir, se parte de
una perspectiva particular - referencias autobiográficas - para, luego, universalizar reflexiones
ontológicas y sociales acordes a una nacionalidad desgarrada, marcadas por: las utopías
colonizadoras; el alejamiento y negación de Europa; la crisis provocada por la sucesión de
caudillismos; la vitalización de la metrópoli y ocaso del interior; los contrastes insalvables entre
la civilización y la barbarie. Más allá de su valor literario, este ensayo, es la representación casi
exacta de una radiografía continental y permite establecer la relación con la tradición (D. F.
Sarmiento), los discípulos (Eduardo Mallea) y los detractores de la generación parricida (Héctor
Murena).

El tercer autor sugerido es Octavio Paz con su ensayo El laberinto de la soledad. Fiel a su
estilo dialéctico, el autor mexicano confronta las particularidades del ser nacional combinando
estadios de soledad y orfandad (el pachuco y la malinche), con factores históricos y sociales
para desembocar en los mismos motivos, pero transportados al ámbito universal del hombre
contemporáneo. Este ensayo figura un entrecruzamiento entre la historia, la psicología social y
la literatura en metáforas corporales del tipo: "la madre chingada y sus descendientes". Desde
un aspecto sistémico, esta obra permite completar la secuencia existencial de Martínez Estrada,
dentro de la visión universal emblemática del hombre arrojado al mundo.

Inscrito en el comienzo de los años noventa - enmarcado por el quinto centenario de América -
el ensayo Valiente mundo nuevo, del también mexicano Carlos Fuentes, semeja una
verdadera crónica del continente. El mérito de este trabajo radica en su capacidad
condensadora, que le permite interrelacionar los movimientos fundacionales del continente:
mito, épica , utopía y barroco, con la tradición moderna -tradición de desencuentros y en la que
cada desencuentro es un comienzo-, a través de un tratamiento literario. En él, la literatura se
afianza como encuentro (lectura) y desencuentro (segunda lectura) de la historia. En este
último caso la imaginación verbal, por medio del acto particular de escribir, propone la
memoria y el proyecto de la sociedad, siguiendo patrones poéticos e históricos de Mijail Bajtin y
Giambattista Vico.
46
La denominación del ensayo como centauro de todos los géneros - acuñada por Alfonso Reyes -
alcanza exacta correspondencia en los trabajos de Julio Cortázar: Ultimo round y La vuelta al
día en ochenta mundos, más el de Octavio Paz: El mono gramático. El escritor argentino
cuestiona e ironiza el ensayo desde su propia interioridad, concretando un estilo coloquial, muy
distante del asertivo y solemne (propio, este último, de Martínez Estrada). Esta disposición
autorreflexiva del género cumple la función de insertar una metáfora humana y lúdica, tras la
búsqueda de profundizar y develar las dimensiones asombrosas de lo cotidiano. A su vez el
ensayo de Paz consuma la hibridez en su cercanía (o asimilación) a la poesía (prosa poética);
así el devenir histórico - ensayo- se transforma en un mundo de lenguaje reflejado por la
sentencia: "Escribir y hablar es trazar un camino", por lo tanto ensayar. Entonces, todo
principio identificatorio se poetiza en el intento experimental de integración y desintegración
del lenguaje.

El año 1957, el escritor cubano José Lezama Lima dictaba sus célebres cinco conferencias
que estructurarían su ensayo: La expresión americana. Básicamente este trabajo se integraba
a partir de tres constantes: la primera de ellas formulaba una visión de la historia como ficción
dirigida por un logos poético de clara influencia platónica, cuyo objetivo era el encuentro con
verdades al margen de la historia; la segunda, proponía un contrapunto antihistórico en función
de una temporalidad circular, que permitía interrelacionar los textos americanos con los de
otras culturas, mediatizados por un sujeto metafórico; la tercera, concebía el espacio telúrico
como un espacio gnóstico que propiciaba el surgimiento de la cultura latinoamericana y
generaba su continuidad, incorporado en la retórica de Lezama con el nombre de era "
imaginaria ". Todo el sincretismo aludido consagrará el barroco latinoamericano como una
instancia artística identificatoria del nuevo continente, también relacionado con la categoría de
lo real maravilloso de Alejo Carpentier y la última propuesta desintegradora, que involucra el
enrevesado y fragmentado discurso de Severo Sarduy.

3) Conclusiones.

El imaginario simbólico como registro de identidad literaria que se gesta en la perspectiva


poética existencial, del ensayo latinoamericano contemporáneo, se inscribe como identidad en
cada una de las variables culturales que hemos seleccionado, todas complementarias entre sí.
Asume una representación desde el momento que el conjunto de sus características constituye
un patrimonio histórico y simbólico como instancia de búsqueda. Búsqueda que alcanza estados
de realización cuando se estructura como herencia cultural que, a su vez, debe ser recreada.
Dentro de esta última variable la identidad de América Latina se autodefine por medio de un
movimiento centrípeto - en sus relaciones históricas con sus textos regionales; además se
autodefine - por medio de un movimiento centrífugo - a partir de sus relaciones contextuales
interculturales. Todos los procesos autodefinitorios y definitorios son operados por una variable
dialéctica que asume un rol mediador.

La sumatoria de lo precisado en esta ponencia sugiere la categoría poética existencial del


ensayo latinoamericano. Su dimensión existencial expresa estados de alienación muy propios
del absurdo, que tienen su raíz en la fundación de nuestro continente - léase pecado original -
más la influencia de paradigmas europeos, sucedáneos a la desestabilización de los grandes
relatos de la historia. Por otro lado, su dimensión poética, ligada a la anterior traduce una
simbología desmitificadora, contestataria y negadora de los mensajes tradicionales con la
finalidad de redimir el ser histórico y por-venir del hombre, mediante la regresión y
consiguiente reformulación de un verbo asumido como fe.

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Decálogo del imperfecto novelista
Pedro Rangel Mora

"Ninguna obra de arte nace sin la


colaboración del demonio"
André Gide

Ante la pregunta que me han hecho —y me hago—, sobre cuáles son las claves para escribir una
novela, decidí arriesgar una propuesta. Para poder reseñar éstas claves, fue necesario tomar prestado
dichos de otros autores, así como ideas que están en el "aire" y son de utilidad. Había además una
referencia obligada que consultar: el Decálogo del Perfecto Cuentista de Horacio Quiroga, quien en la
regla número VIII afirma: "Un Cuento es una novela depurada de ripios". En consecuencia, una Novela
es un cuento saturado de ripios. Siguiendo éste camino llegamos a la conclusión ineludible, como
Borges, de que por su extensión no es posible escribir una novela perfecta. Esta es la razón del título
Decálogo del Imperfecto Novelista, el cual, siguiendo la lógica de Los Tres Mosqueteros, que eran
cuatro, de dios, que es rubio y de ojos azules, está conformado por trece reglas principales, que
expondremos a continuación:

"La Literatura es una Aventura del Espíritu". No ates antes de nacer el destino de la novela y recorrerás
caminos inesperados, hallarás tesoros nunca imaginados.

II

Parte de una idea fija. Aliméntala, acaríciala, mírala crecer. Cuando esté madura y sientas que va a
estallar en tu pecho exhortada por la danza de tus demonios, libérala, comienza la novela.

III

No tengas temores, juega como un niño, experimenta, el placer de escribir será mayor. Después de todo
no corres ningún riesgo, siempre podrás usar el borrador.

IV

Toda novela está compuesta por muchos cuentos, anótalos junto a noticias, canciones, tornillos, sueños,
sensaciones, vericuetos, recetas de cocina, bicicletas rotas, vivencias, miradas, telegramas, expedientes,
dibujos, declaraciones de amor o de odio. Todo vale para saciar el hambre terrible de la novela. Pero
recuerda que el animal sólo come ciertos alimentos, los necesarios para subsistir.

Conoce la historia de cada uno de los personajes, sus miedos, obsesiones, habilidades, fantasías.
Conócelos tanto que cada vez que intervengan puedas(n) ver sus rostros, escuchar sus voces. De esta
manera, aunque te traicionen, serán coherentes consigo mismos y con el relato, serán seres "de carne y
hueso", inconfundibles para el lector.

VI

Aunque traces un camino a seguir, déjate "arrastrar por el río de la historia", después de todo la escritura
tiene sus riegos, como la vida. Descubrirás que los personajes tienen vida propia y viven en un mundo
con sus leyes, que a veces el autor desconoce. Pon los acentos donde deban ponerse, pero no
impongas tu voluntad contra esas leyes, o los personajes, la novela, la aventura, serán un ensayo fallido.

VII

Si sientes que te dictan el texto, toma nota, no te niegues a ser vocero de las musas, los dioses, la
literatura, o como quieras llamar a quién —o que— te susurra al oído.

VIII

Trata de escribir un texto perfecto, aunque pienses que es imposible. Ten ojo crítico, elimina todo lo que
esté de sobra, rescribe las veces que sea necesario. "Una frase al día, si es perfecta, es un gran logro".
La línea de la trama puede ser oblicua, en zigzag, elíptica, incluso puede no existir, pero sí tomaste
alguna decisión incorrecta sobre la ruta, regresa y modifica el texto, o mejor, vuelve a empezar, es una
de las ventajas que tenemos cuando somos dios.

IX
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Un texto terminado se puede llamar Novela cuando, conjugados las innumerables telas y tejidos que la
Escribir un buen relato.

Los relatos pueden ser una excelente manera de irrumpir en el mercado competitivo de la
edición de ficción. Los editores de novelas estarán encantados de mirar el trabajo de un autor
que ya ha publicado.

Las revistas y periódicos anglosajones adoran el relato, así que vender el trabajo puede ser más
fácil que publicar una novela. Los lectores suelen estar más preparados para pagar por el
trabajo de un autor que ya conocen. Y lo que es más importante, los relatos te ofrecen un
manantial de nuevas ideas de donde beber.

La dificultad estriba en dominar el reto de esta forma de escritura. Algunos


relatos consiguen dejar una impresión persistente en los lectores mucho después
de haber cerrado el libro. Otros dejan a los lectores con la sensación de que se
han perdido algo...

Pero ¿cómo conseguir el equilibrio entre escribir un relato efectivo y memorable y


crear una prosa sin motivos? Para que tus relatos sean más efectivos, intenta
mantener en mente LO SIGUIENTE:

Establece el Tema

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Establece un tema claro antes de escribir. ¿De qué trata la historia? No se trata
de la línea argumental, la secuencia de acontecimientos ni las acciones de los
personajes, sino del mensaje subyacente que quieres dejar claro más allá
de las palabras. Ten muy claro el tema, y la historia tendrá más resonancia en
las mentes de tus lectores.

Fotografía el momento

Un relato efectivo cubre una historia en muy poco tiempo. Piensa en él como una instantánea de un
momento particular en la vida de la historia.

Claro que el personaje tiene su propia historia y posiblemente tendrá consecuencias a la hora de afrontar el
desenlace... Pero para este relato sólo importa la explicación del acontecimiento. Y esta explicación debería
ser la ilustración del tema subyacente en tu historia.

¡Bang!

Empieza tu historia con un conflicto. Lanza a tu héroe al meollo. Empieza con acción. Atrapa al lector en la
historia comenzando en mitad de algo importante. Olvídate del escenario, o del villano que puso a tu héroe
en el conflicto, o la razón por la que tu protagonista tiene los pies colgando por encima del acantilado. Habrá
tiempo para comentar estos detalles durante la historia. Pero concéntrate en forzar a tus lectores a
preguntarse cómo ha llegado a esta situación. Un lector que se pregunta, es un lector que
continuará leyendo hasta llegar al final.

Cuida los Personajes

No cargues tu relato con demasiados personajes. Cada nuevo personaje que introduzcas traerá una nueva
dimensión a la historia pero también puede añadir una longitud innecesaria. Demasiada dimensión (o
demasiadas direcciones) diluirá el tema. Usa sólo los personajes suficientes para ilustrar el tema.

Descripción

El espacio suele estar muy limitado en los relatos. Cada palabra es importante. Corrige tu borrador
cuidadosamente y quita cualquier palabra o frase obsoleta. QUITA TODO LO QUE SOBRA. Quita todo lo
que no añada emociones, situaciones, o diálogos, que no tengan que ver con tu relato. Intenta encontrar
maneras más compactas de mostrar lo que quieres decir. Bucea en el diccionario para encontrar las palabras
que transmiten lo que realmente quieres decir. Encontrar una simple palabra fuerte puede ser mucho más
efectivo que un párrafo entero.

Foco

Las mejores historias son las que se enfocan hacia un tema concreto. La historia, los detalles externos, los
entornos, los otros personajes, todos ellos son detalles ajenos que deben caer en el olvido mientras te
centras en el tema principal de la historia. La digresión puede ser tentadora pero cuanto más concentres tu
foco de la historia, más se lanzará el lector hacia el acontecimiento que has creado.

RECUERDA: Todos los artículos, consejos y técnicas de nuestros dossiers y de esta sección
RECURSOS PARA ESCRITORES, proceden de nuestra revista para escritores, en ESCRITORES
CLUB. En ella hemos hablado mucho de promocionarse como escritor y de divulgar las obras.

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