Tengo el poder del Espíritu Santo. La muerte ha sido sepultada. Me he parado mas allá del límite. La decisión ha sido tomada. No miraré atras, no me rendiré no disminuiré mi velocidad ni me quedaré quieto. Mi pasado ha sido redimido, mi presente tiene sentido y mi futuro está seguro.
No quiero saber nada con la vida por debajo de mi potencial,
nada de rodillas flojas , de sueños descoloridos de palabras sin sentido, de ofrendas baratas o metas mediocres.
Mis ojos estan definidos, mi pulso es rápido,
mi meta es el cielo, mi camino es angosto, mis compañeros pocos y mi misión clara.
No puedo ser comprado, comprometido,
descarriado o retrasado. No voy a pestañar ante el sacrificio, ni temer ante el enemigo ni deambular en los campos del conformismo.
No me rendiré ni callaré hasta que avance y conquiste por la cusa de Cristo.