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nutrientes en
aves
INTEGRANTES :
•Collahuazo Maria
•Espinoza Natalia
•Ruiz Erika
Aparato digestivo
El aparato digestivo de los animales está
formado por un canal interno denominado
tubo digestivo en el que se aprecian distintos
tramos y reservorios y una serie de glándulas
que segregan sustancias que intervienen en
la digestión de los alimentos ingeridos. En el
tubo digestivo de los monogástricos se
distinguen los siguientes órganos: boca,
faringe, esófago, estómago, intestino
delgado, intestino grueso y ano.
Las principales diferencias anatómicas que
presentan las aves en relación con otras
especies son la presencia del pico, buche y la
molleja.
El pico es el primer órgano que entra en
contacto con el alimento, sirviendo como
instrumento sólo para la prensión y la
deglución, puesto que no existe
insalivación ni masticación.
Una vez deglutid, el alimento se deposita
en el buche, órgano que constituye una
elongación del esófago. Aquí el alimento
es humedecido, macerado y almacenado
y tiene lugar la hidrolisis de una parte de
almidón, debido a que ocurre una
fermentación moderada de tipo
microbiano (principalmente por
lactobacilos).
El proventrículo es el equivalente al estómago
del cerdo. A pesar de la presencia de HCly de
pepsina, la proteólisis en este órgano es
modesta en las aves domésticas.
La molleja es el órgano donde se lleva a cabo la
digestión mecánica. Esta situada a
continuación del proventrículo y tiene como
función adicional la disolución de los
minerales contenidos en el alimento. Los
movimientos de la molleja varianen
intensidad de acuerdo a la naturaleza de la
dieta, habiéndose observado que los
alimentos duros y gruesos causan
contracciones en forma mas frecuente e
intensa, en comparación con los alimentos
suaves y molidos.
En el duodeno de las aves se encuentran
prácticamente las mismas enzimas que en el
cerdo, excepto la lactasa, ya que en condiciones
naturales las aves no incluyen leche en sus
dietas. La presencia de subproductos lácteos en
los alimentos para aves se traducirá en diarreas.
En los ciegos tienen lugar el desdoblamiento del
18% de la celulosa y la síntesis de algunas
vitaminas, fenómenos debidos a la acción
fermentativa de los microorganismos.
Los ácidos grasos volátiles producidos son entonces
absorbidos y sirven como fuente de energía a las
aves, en cantidades aun no conocidas. En el caso
de las vitaminas, estas solo son útiles para los
animales que tienen acceso a la ingestión de su
materia fecal.
Posiblemente las aves de corral sean las
especies pecuarias que controlan su
consumo voluntario con mayor precisión,
regulándolo con base en la energía
contenida en los alimentos. De esta
forma, su consumo de energía es
constante respecto al requerimiento. En
otras palabras, si el alimento contiene un
bajo porcentaje de energía, las aves
consumirán más del mismo, hasta cubrir
sus necesidades y viceversa. Es por esto
de suma importancia balancear los
requerimientos de nutrientes, de estas
especies en base al contenido de energía
ABSORCIÓN DE NUTRIENTES
Los nutrientes procedentes de la degradación
de los alimentos tras los procesos de
digestión son absorbidos en los tramos
posteriores del intestino delgado a través de
las microvellosidades intestinales y pasan al
torrente sanguíneo o al sistema linfático,
como sucede con los ácidos grasos. Esta
absorción se realiza de diferente forma según
el tipo de nutriente que se trate. Existen
mecanismos de absorción de nutrientes,
denominados activos, que requieren un gasto
de energía; en los pasivos, los nutrientes
atraviesan las membranas por simple difusión
y no se requiere gasto energético.
Los capilares sanguíneos ubicados en
las vellosidades y cargados de
nutrientes van desembocando en
vasos cada vez mayores hasta llegar a
la vena porta. Esta vena transporta
todos los nutrientes procedentes de la
absorción intestinal hasta el hígado
que realiza la función de centro
distribuidor y de reserva de dichos
nutrientes.
En el intestino grueso continúan los
procesos de digestión de las sustancias
que no se han absorbido y, además, se
dan procesos de degradación producidos
por la flora microbiana que existe en este
tramo, en particular en el ciego.
En los últimos tramos del mismo se
produce absorción de sales minerales y
de gran cantidad de agua, que hace que
las heces adquieran una consistencia
compacta.
Los monogástricos no digieren la
celulosa, que junto con otros
elementos no digestibles procedentes
del alimento, las descamaciones
internas del propio tubo digestivo,
pigmentos biliares, sales minerales,
etc., constituyen las heces que son
expulsadas al exterior a través del
esfínter final del aparato digestivo, el
ano.
Digestibilidad de los alimentos
La composición química de un alimento es
solamente indicativa del contenido de
nutrientes del mismo, pero no de su
disponibilidad para el animal, por lo que es
necesario contar además con datos de
digestibilidad. Esta se define como el
porcentaje de un nutriente dado, que
desaparece a su paso por el tracto
gastrointestinal.
La digestibilidad varía de acuerdo con factores
propios del alimento y por efecto de los
animales que lo consumen. En general, la
digestibilidad de los granos de cereales y
otras fuentes de azucares o almidones es
Las fuentes proteicas de origen vegetal y las
harinas de carne y pescado son también
altamente digestibles para todas las especies,
no así las harinas de sangre y de pluma.
Los alimentos que más varían en digestibilidad
son los forrajes, siendo el estado de madurez
el principal causante de dicha variabilidad. En
general a medida que aumenta la madurez de
la planta, disminuye su contenido de proteína
y de azucares solubles, y se eleva el
contenido de fibra, lo que causa una
disminución gradual en la digestibilidad.
La utilización de los alimentos puede ser
manipulada mediante procesos como
son el molido, el peletizado y el
hojuelado, que en general aumentan
la velocidad a la que pasa el alimento
por el tracto gastrointestinal y aunque
dicho efecto disminuye ligeramente la
digestibilidad, esto se compensa con
un mayor consumo de alimento que a
su vez se refleja en una mejor
respuesta animal.
La especie animal es el otro factor
importante que hace variar la
digestibilidad. En general, los cerdos y
las aves digieren más eficientemente
aquellos alimentos con elevado
contenido de proteína y almidón y con
baja cantidad de fibra, mientras que
los rumiantes tienen una gran
capacidad de aprovechamiento de los
alimentos fibrosos con bajo contenido
proteico.
LA NUTRICIÓN Y EL MEDIO AMBIENTE
El medio ambiente se ve afectado por la producción
aviar principalmente con la concentración de
nutrientes en las heces, especialmente fosforo y
nitrógeno. La excreción de nutrientes está
determinada por el alimento que consume el ave
y por la concentración de nutrientes en el mismo.
La mayor cantidad de nitrógeno excretado proviene
del material no digerido y de aquellos
aminoácidos que no están balanceados de
acuerdo a los requerimientos exigidos por la
síntesis de tejidos o de huevos. Por lo tanto la
excreción de nitrógeno puede reducirse
proporcionando una dieta que contenga un
balance de aminoácidos ajustado exactamente a
las necesidades del ave y suministrando
aminoácidos fácilmente digeribles.
La excreción de fosforo casi nunca obedece a
excesos en la formulación ya que se trata de
un nutriente costoso y sus niveles son
mantenidos en el mínimo posible. Grandes
cantidades de fosforo son excretadas por las
aves de engorde y ponedoras debido a la baja
disponibilidad del fosforo presente en los
vegetales.
El bajo contenido de energía metabolizablede
los desechos avícolas secos
independientemente de la calidad de la
proteína, hace que este material sea un
ingrediente no deseable y antieconómico de
usar en la mayoría de dietas para aves.
Las heces de las aves aportan una
cantidad considerable de material
orgánico al suelo, además de ser
fuente de los tres nutrientes más
importantes para las plantas.
En promedio, las aves producen una
cantidad de heces equivalente al peso
seco del alimento que consumen.
Requerimientos nutritivos
Para poder determinar que principios nutritivos
necesita el ave, debe analizarse su cuerpo
para investigar de que elementos se
compone.
En términos generales, el ave contiene entre un
50% y 65% de agua.
Es mayor la proporción en los animales gordos
y en los jóvenes que en los flacos y en los
viejos. Las sustancias proteicas se hallan en
una proporción alrededor del 20 o 21%. Las
grasas se encuentran en proporción del 9 al
17%, aproximadamente, y las sales minerales
entre 3 y 4%.
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El huevo contiene alrededor de 65% de agua, 12 a
13% de proteínas, 10% de grasas y 10 a 11% de
sales minerales, formadas estas últimas en su
mayor parte por sales de calcio. Una quinta parte
de los alimentos consumidos por las gallinas de
postura es el término medio destinado a la
formación del huevo.
Las proporciones indicadas varían ligeramente con
la edad del ave, su estado de gordura y su
producción, lo que indica que no se puede
Establecer una sola formula alimenticia, válida para
toda clase de aves, sino que debe variarse de
acuerdo con la edad de las mismas y el destino
que se les dé (postura, engorde, reproducción,
etc.)
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ALIMENTACIÓN