LEYENDA.

En realidad, existe otra versión sobre la historia de Cadmo y Europa:

Cadmo y Europa eran hermanos y reyes de la ciudad de Tiro.

Cuenta la leyenda que Europa caminaba un día por las costas del mar Mediterráneo que colindan con
la ciudad de Tiro.

Era una joven hermosa e inteligente. Era tal su belleza que Zeus, el máximo Dios de los griegos, se
enamoró de ella y se transformó en un toro blanco para raptarla. Ella se montó en él y se la llevó a la
isla de Creta. La encerró en la torre de un castillo al cual se llegaba pasando un laberinto y venciendo
a un enorme dragón de tres cabezas.

Al saberlo, Cadmo decidió ir a rescatarla.

Mientras tanto, en Grecia este rapto también trajo repercusiones, tanto en las diosas como en los
dioses del Olimpo.

Ellas protestaban porque decían que ya había suficientes mujeres en Grecia como para traer más,
también protestaron porque Zeus prefirió a una extranjera, y no solo eso: esta mujer era mortal y no
una diosa como ellas. Las diosas griegas estaban celosas de Europa.

Los dioses se quejaban de que Zeus no les tomaba en cuenta en sus aventuras, ni siquiera les dejaba
ver a esta hermosa, inteligente y atractiva mujer.

Decían que Zeus era sumamente egoísta por no compartir las cualidades de Europa.

Nadie estaba de acuerdo con la llegada de Europa.

Cadmo llegó a la isla de Creta, los dioses y las diosas interceptaron y lo amenazaron: las diosas
dijeron que si rescataba a Europa ellas la matarían, y los dioses le presionaron amenazándole de que
si no la rescataba, él mismo moriría. Finalmente, Cadmo decidió rescatar a su hermana.

Con sabiduría, estrategia y perseverancia venció al dragón de tres cabezas, sin embargo, tal como
habían amenazado, las diosas mataron a Europa.

Zeus se sintió tan dolido por su pérdida que en su honor decidió llamar así al continente. Las diosas
adoptaron la sabiduría y la forma como tenía Europa para arreglarse. Los dioses estaban también
complacidos.

Cadmo reflexionó, los dioses no debían seguir imponiendo su voluntad de esa manera con los
humanos. Se dio cuenta de que los dioses podían ser vencidos por los humanos siempre y cuando no
se enfrentaran a ellos directamente, sino contra sus monstruos y dragones. Y la manera fue la que él
usó: la inteligencia y el conocimiento.

Así Cadmo arrancó los colmillos del dragón, los sembró en la tierra por toda la costa y de cada uno
nació una escuela que enseñaba a los seres humanos a enfrentarse a las cosas negativas del mundo.

Por eso a Cadmo le llamaban el primer maestro.

Las palabras academia y académico derivan de su nombre.