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PRECEDENTES DE LA ESCRITURA

En la etapa del hombre primitivo la única forma de transmitir noticias y acontecimientos era la
narración oral. Sin embargo, este procedimiento es de una gran inexactitud por lo que pronto les
obligó a buscar un método mas seguro y duradero.

De esta forma aparecieron las pinturas en las cavernas, las pinturas rupestres en los abrigos de las
montañas,... que muestran el poder imaginativo de estos hombres. Estos dibujos reciben el nombre de
“petrogramas” si están dibujados o pintados en las paredes o rocas, o “petroglifos” si están tallados o
grabados. Normalmente representan hombres y animales en distintas posiciones.

En muchos casos es muy difícil averiguar la intención o el impulso que movió al hombre a dibujar o grabar
una imagen, dicho impulso podía haber sido mágico, religioso, estético, comunicativo,... etc. Además de
no conocer ciertamente el impulso que las promueve, tampoco se pueden constituir como escritura puesto
que no forman parte de un sistema convencional de signos.

Lo que sí podemos afirmar de la pintura es su importancia como precedente de la escritura, ya que la


escritura comenzó como imitación de los objetos o seres reales, es decir, la pintura se encuentra en la
raíz de toda escritura. Todas las escrituras primitivas modernas (el sumerio, el egipcio, el cretense, el
chino, el hitita,...) tuvieron un origen pictórico, ya que sus signos lineales y geométricos no son más que el
desarrollo esquemático de las pinturas propiamente dichas. Las imágenes primitivas, ya sean pintadas o
grabados, fueron evolucionando a estadios mas desarrollados:

El sistema representativo-descriptivo. Es también conocido por el equívoco nombre de “pictografía” o


“Ideografía”. Estas pinturas carecen de toda clase de adornos, efectos artísticos... y se caracterizan por
contar historias a través de dibujos que representan animales y seres vivos. Esta pintura cuenta al ojo lo
que ve el ojo. Donde se encuentra con mayor representación y florecimiento es entre los indios
americanos.

El sistema de identificación mnemónica o rememorativa. En este sistema aparecen las marcas de


propiedad, es decir, símbolos que representan el nombre de una persona determinada. En este sistema
los símbolos también son utilizados como recurso para recordar fechas, por lo que dichos signos son ya
más abstractos.

Las principales culturas de este estadio son los indios americanos y las tribus negras de África, aunque
aparecen grandes diferencias entre ellos. Los indios han llegado a alcanzar una sistematización y
normalización desconocidas para los africanos. Además, los signos indios son entendidos por la tribu de
la que los ha realizado, mientras los signos de las tribus africanas solo son comprensibles para quien los
ha trazado y, a lo sumo, por sus familiares y amigos más allegados.

Los sistemas limitados. Los principales sistemas de este estadio son los aztecas y las mayas. Lo único
comprensible con claridad de dichas inscripciones de América Central son, sobre todo, los sistemas de
anotación matemática y astronómica.

De los aztecas lo más importante es su calendario, y los signos fonéticos que se encuentran casi
exclusivamente en la grafía de los nombres propios.

El sistema maya está menos aclarado, solo se ha conseguido descifrar pequeños fragmentos

El método centroamericano de escribir números y cosas contadas es idéntico al proceso de las escrituras
orientales y totalmente diferente al de los indios del Norte. Esto indica que estos sistemas tienen una
“escritura” muy adelantada, aunque, a pesar de lo que se cree, todavía no sea escritura.

LAS ESCRITURAS PRIMITIVAS.

Los primeros sistemas completos de escritura aparecieron en Oriente. En esta amplia zona encontramos
siete sistemas de escritura:

 El sistema Sumerio en Mesopotamia hacia el 3100 a. c.

 El Proto-Elamita en Elam hacía el 3000-2000 a. c.


 El Proto-Índico en el valle de Indo hacía el 2200 a. c.

 El Chino en China hacía el 1300 a. c.

 El Egipcio en Egipto hacía el 3000 a. c.

 El Cretense en Creta hacía el 2000-1200 a. c.

 El Hitita en Anatolia y Siria hacía el 1500 a. c.

Sin embargo, como tres de los sistemas orientales están aún sin descifrar o parcialmente descifrados
(Proto-Elamita, Proto-Índico y Cretense), vamos a referirnos con más extensión en los cuatros sistemas
restantes.

Los comienzos de la escritura. Que la sociedad sea principalmente agrícola y ganadera explica que los
orígenes de la escritura estén referidos a las relaciones económicas establecidas entre los sacos de
granos y las cabezas de ganado, es decir, la escritura cuneiforme tiene su origen en las exigencias
económicas y administrativas del templo.

Gracias a las tabletas encontradas de los colegios sumerios instalados en los templos se han podido
trazar las distintas fases de la escritura cuneiforme, ya que llevan en un lado el modelo establecido por el
profesor y en el otro lado la copia realizada por el alumno. Esto mostró que cuanto más antiguas son las
tabletas encontrada sus signos más se asemejan a las pinturas, es decir, que son más pictográficas
(hecho ya manifestado en los precedentes de la escritura).

Las primeras tabletas encontradas son “las tabletas de Uruk”, las cuales contiene los signos agrícolas y
ganaderos ya mencionados (sacos de grano y cabezas de reses) de forma muy pictográfica puesto que
denotan un objeto o un ser determinado a través de la simplificación y esquematización lineal de los
dibujos “realistas” de dichos objetos a los que se refieren. Si la observamos es una especie de
contabilidad pública. Su material es la arcilla, el cual será a lo largo de la historia de la escritura
cuneiforme el más utilizado.

Pero antes de estas tabletas con un sistema casi pleno de escritura, se han encontrado unas formas más
sencillas de registros sumerios representados por etiquetas o cuartelas, las cuales iban atadas a un
objeto o un conjunto de objetos. Estas etiquetas, generalmente de arcilla o yeso, contenían la impresión
de un sello cilíndrico que marcaban o la propiedad del remitente de los objetos o el número de objetos
transportados. Este sistema tiene grandes limitaciones, las cuales obligaron a la ampliación del sistema
hasta llegar a las tabletas de Uruk.

La evolución: del pictograma al fonetismo. El pictograma de Uruk va a desarrollarse asombrosamente


hacía el 2900 a. c. por razones sumamente simples y materiales: la abundancia de arcilla y cañas. A partir
de estos momentos, los escribas realizarán sus inscripciones en tabletas de arcilla valiéndose de cálamos
y cañas afiladas y talladas a “bisel”. Esta es la razón de porque las nuevas marcas impresas tenían forma
de “cuña” y de líneas que constituían una especie de clavos que representaban los dibujos primitivos (de
ahí el nombre de escritura “cuneiforme” de cuneus, clavo en latín).

Estas nuevas marcas ya no solo representan el objeto que originariamente describen, sino también
palabras y objetos con los que puede estar asociado secundariamente. Un ejemplo es que el sol ya no
solo significa el propio sol, ahora también puede significar la luz, el día, el brillo, etc., según el contexto
donde se inserte dicho signo.

El gran inconveniente de esta escritura era su incapacidad de expresar muchas partes de la lengua y las
formas gramaticales como, por ejemplo, la escritura de los nombres propios.

Por ello se procuró que los signos reflejasen los sonidos de las palabras de la lengua hablada y se llegue
así al desarrollo del fonetismo o fonetización. La astucia admirable de los sumerios, al igual que los
egipcios, fue el empleo de un procedimiento tan simple como es el jeroglífico. Este método consiste en
utilizar pictogramas o conjuntos de pictogramas cuyo objeto designado, aunque no tuviera mucha relación
directa con el objeto que se desea expresar, tuviera una relación fonética con dicho objeto deseado. Para
entender esto que parece tan emborroso que mejor que un ejemplo: en nuestros jeroglíficos un pan y un
talón no tienen nada que ver ni con el alimento ni con la parte del cuerpo, pero sí con la prenda de vestir:
“pan - talón”.
Una vez introducido el principio de fonetización se extendió con gran rapidez, abriéndose nuevos
horizontes para la expresión escrita. El establecimiento de un sistema de escritura completamente
desarrollado exigió la convencionalización de las formas y principios:

-Se establecieron las correspondencias de los signos con las palabras y sentidos determinados.

-Se estableció una regulación de la orientación de los signos y de la dirección, forma y orden de las
líneas.

-Se formalizó el aprendizaje efectivo de las nuevas formas y principios.

Así, la escritura que nació de forma tan humilde llegó a ser para Mesopotamia una eficaz ayuda para la
memoria, luego una manera de conservar las huellas de la lengua hablada y principalmente para
comunicarse. Esto permitió la transcripción de himnos, leyes, literatura (La epopeya de Gilgames) etc.

El silabario mesopotámico. El silabario mesopotámico y los sistemas derivados de él se compone de


signos que generalmente representan monosílabos terminados en vocal o consonante. No contiene todas
las posibles sílabas de la lengua debido al principio de economía que deriva de ciertas medidas de
ahorro: la principal es que no se diferencia entre consonantes mudas, sonoras y enfáticas. De ahí deriva,
ante la inadecuada indicación de las consonantes, el empleo de dos métodos: indicar correctamente las
consonantes pero no las vocales.

Importancia de la escritura en la sociedad. Escribir y leer no era nada fácil para los antiguos
mesopotámicos. Esta es la razón de que los escribas formasen una casta aristocrática más poderosa, a
veces, que la corte de analfabetos incluso que el propio soberano. Saber leer y escribir era un poder y
una fuerza.

Evolución de la escritura cuneiforme. Esta escritura pudo adaptarse a lenguas distintas del acadio
como el Elamita. También fue adaptada asombrosamente por los hititas, civilización poderosa y rica que
hablaba una lengua indoeuropea. Pasó lo mismo con los antiguos persas, precursores del actual persa.

Jeroglíficos. La escritura era, sobre todo, un signo de poder, un arte mágico reservado a la aristocracia.
Realizar un jeroglífico, para un egipcio, significaba dar la vida a algo. Escribir el nombre de una cosa en
caracteres jeroglíficos en las paredes de una tumba, o bien escribir el nombre de un funcionario en una
estatua, significaba dar a aquella cosa o a aquella persona una especie de vida eterna.

Las funciones rituales, mágicas y administrativas de los símbolos escritos eran tan importantes que, a lo
largo del tiempo, los egipcios no desarrollaron uno, sino cuatro sistemas distintos de escritura que, en
algunos períodos históricos, se usaron al mismo tiempo si bien con técnicas y finalidades muy distintas.

«Escritura jeroglífica» significaba literalmente «escritura sacra incisa». El nombre que los griegos antiguos
dan a las escrituras egipcias depende del hecho de que, en origen, los símbolos se crearon para ser
incisos sobre un material rígido y duradero, como las etiquetas de marfil que, en las tumbas reales,
indicaban la propiedad de los bienes sepultados junto al difunto faraón, o bien para ser trazados sobre las
paredes de las tumbas y de las construcciones monumentales.

Las primeras inscripciones jeroglíficas conocidas se remontan a los siglos precedentes a la unificación del
país, en torno al 3150 a.C. En un principio, los símbolos incisos se usaban exclusivamente para identificar
y celebrar la figura del faraón, después también se incluyó al círculo de los funcionarios más importantes.
A partir de las Dinastías III y V empiezan a aparecer textos de una cierta extensión y complejidad.

En sus orígenes la escritura egipcia era un sistema pictográfico. Esto significa que las imágenes dibujadas
en principio indicaban exactamente el objeto representado: de esta manera el dibujo de una azada
significaba una azada. Sin embargo, en el sistema jeroglífico los símbolos más comunes eran
«fonogramas»: se identificaban no por lo que representaran sino por el sonido que tuviera la palabra en la
antigua lengua egipcia.

El sistema jeroglífico no indicaba las vocales, no separaba las palabras, no usaba signos de puntuación y
podía leerse de abajo hacia arriba, en sentido contrario y de izquierda a derecha de forma indistinta.

Con el transcurso del tiempo y con el progresivo afianzamiento del Estado egipcio, a los funcionarios de la
corte se les planteó el problema de utilizar la escritura para fines más prácticos y concretos; y fueron
estas necesidades las que condujeron a los antiguos egipcios a utilizar el papiro para la escritura, uno de
los más importantes descubrimientos en la historia de la Humanidad.

Los antiguos egipcios, por exigencias de la burocracia y de la religión, aprendieron a escribir sobre folios
obtenidos del tallo de la planta del papiro (Cypenus Papirus L.), especie muy extendida por las zonas
húmedas y pantanosas de las regiones templadas y subtropicales.

En Egipto el uso de la planta con esta finalidad se documenta desde el 3000 a.C. El documento escrito
más antiguo conocido hasta el momento data del año 2500 a.C. aproximadamente: se trata de un
resumen administrativo de la época del faraón Neferirkare, de la Dinastía V.

*El tallo era la parte más apreciada, éste se cortaba en láminas largas y estrechas. Estas láminas se
superponían cuidadosamente las unas a las otras hasta formar un todo continuo. Después, sobre este
estrato, se superponía otro, con las láminas dispuestas en sentido transversal a las primeras. El interior
del papiro contiene una especie de cola natural, por lo cual no había necesidad de otras colas. Los dos
estratos se prensaban, de manera que se adhirieran bien entre sí y finalmente se secaban. El «papel» se
podía blanquear con carbonato y sulfato de calcio. La aspereza de la superficie se eliminaba con un
martillo y también se podía limar con un diente de jabalí o con un instrumento de marfil. Para evitar que,
con el paso del tiempo, el folio del papiro se oscureciera o deteriorase, el «papel» se trataba con
sustancias especiales como resinas, aceites y colas. La parte del folio con las láminas dispuestas en
sentido horizontal era la cara principal.

Los antiguos egipcios escribían con una caña parecida a un pincel, con la punta suave y deshilachada.
Para adaptar su escritura a la nueva tecnología del papiro, los antiguos egipcios inventaron una nueva
escritura, que los griegos llamaron «hierática», es decir, «escritura sagrada». Se trata de una versión en
cursiva de la escritura jeroglífica. El hierático se utilizaba para todos los fines a los que estaba
normalmente destinado el papiro: decretos reales, textos literarios, profanos o religiosos, correspondencia
privada y cuentas de la administración.

A principios de la Dinastía XXVI (663-525ª.C) el faraón Psamético I introdujo una ruptura revolucionaria en
esta antiquísima y consolidada tradición. Promovió la creación y la difusión de una tercera escritura, que
los griegos llamaron «demóticas», es decir, «popular». Era una simplificación en cursiva del hierático pero
estaba tan plagado de nuevos signos que se necesitaba aprenderla. El demótico, introducido
gradualmente por los faraones, se convirtió en la escritura especializada para la administración, para
notarios y civiles que lo utilizaban para sus cartas, cuentas y recibos.

De forma gradual, estas escrituras también empezaron a ser olvidadas con la llegada de las nuevas
formas de escritura. La primera en ser abandonada fue la antiquísima escritura jeroglífica.

La cuarta escritura inventada y difundida en Egipto fue el alfabeto copto, desarrollado por las
comunidades cristianas del país desde el siglo II d.C. E s un sistema basado en las letras del alfabeto
griego, pero formado por siete signos especiales derivados del sistema demótico. El alfabeto copto, a
pesar de la conquista árabe y la islamización del país, aún está presente en la cultura del Egipto moderno.

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