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DISCRUSO DE EGRESADOS DEL 2009

Como es sabido para estas ocasiones es donde aparecen expresiones que tienen su verdad pero carecen ya de
fuerza.
Expresiones como: “Egresados, cumplieron su objetivo pero lo que es un punto de llegada es también un
punto de partida”.
O bien, “Hoy se recogen los frutos del esfuerzo realizado por tres o cuatro años de estudio”, también se
escucha lo siguiente “Nos enorgullece saber que lograron con tanto esfuerzo el fin de una carrera, con
sacrificio y dedicación, y son por eso modelos para los que vienen detrás de Ustedes”.
Pues bien, con mucha facilidad podríamos multiplicar estos tipos de expresiones y hoy reproducirlas.
Pero de lo que se trata, es poner fuerza y verdad a las expresiones que hoy les quiero compartir.

Partiré de una manera insólita.


Partiré de una hipótesis. Vamos a hacer una suposición. Nos vamos a colocar en una situación “como sí…”
“Como si tal cosa fuere verdad…” Repito, es una hipótesis. Y es la siguiente: supongamos que se nos diese
la oportunidad de volver empezar todo de nuevo. Supongamos que comenzásemos a vivir de nuevo, volver a
ser gestado, volver a ser niño, volver a ser adolescente. Es decir, nos imaginemos que nos encontramos en la
existencia nuevamente. Ahora bien, ¿Volveríamos a elegir como profesión la docencia?...
Esta pregunta si bien esta dirigida a los homenajeados, tiene un valor universal en la estructura y cabe a
todos los que ahora están presentes. Es decir: ¿Volverían a tomar aquella decisión que hoy en cierta media
es un resultado, nuevamente? Concretamente: ¿Volvería a comprometerse con esa persona con la que hoy
están viviendo? ¿Volverían a elegir ese trabajo que ahora están realizando? ¿Volverían ha residir
nuevamente en el lugar que hoy viven?

Pero regresemos a nuestros egresados: ¿Volverían a elegir la docencia?


Esta pregunta si es que la escuchamos tiene algo que decirnos:

 Las cosas que amamos, las personas que amamos, las actividades que amamos las queremos para
siempre. No es cierto lo que dice la canción “que nada es para siempre”. El amor si es tal, es para
siempre, la verdad si lo es, es para siempre, la rectitud como valor e ideal, lo será siempre, Dios es
siempre y cada hombre una vez creado lo será siempre, pues Dios una vez que dona la existencia no
la anulará posteriormente.

Por lo dicho se comprende que hoy celebramos no solo el resultado de una opción sino su ratificación o
rectificación. Por cierto, nos es bastante conocido aquella opinión que dice.” Dedicarse a una sola cosa para
toda la vida es torturarse”. Y por lo mismo, volver a dedicarse, en el supuesto de un volver a vivir, a lo
mismo es un desperdiciar oportunidades. Lo cierto es que si las personas se diversifican multiplicando
actividades dispares corren el peligro de dividirse interiormente. Es cierto que nuestra búsqueda de plenitud
nos hace temer y considerar como imposible que una sola actividad nos llene. Ahora bien, la plenitud esta
en la unificación de la persona. El hombre cabal, la persona de una sola pieza, una personalidad integra e
integrada es el objetivo final. La armonía y la coherencia entre el pensar, el hacer y el poder. La armonía del
estado de vida con sus convicciones. La coherencia de sus creencias y sus acciones. Y no ser esto para luego
ser lo otro, y hacer por un tiempo tal cosa para luego dejar y realizar otras cosas distintas. Lo que pertenece
a lo fundamental debe quedar como algo permanente, las otras cosas pueden variar.

Una expresión ya gastada nos habla de la Vocación docente.


Hoy yo les digo: una decisión que quiere ser para toda la vida reportando el fruto de la unificación de la
persona es absolutamente equivalente al llamado que Dios nos hace a ser felices realizando un servicio a los
otros.
Para aquellos que hubiesen respondido “la docencia es algo provisorio hasta…” no se ven exentos de buscar
aquella opción permanente, es más, por la edad y circunstancia se les torna urgente. Para los otros que la
respondieron positivamente les cabe perseverar.
Quiero evocar la proyección de una película llamada “Carroza de fuego” que es una buena ilustración de lo
que venimos diciendo.
Basada en la historia real de dos atletas británicos que se preparan para competir en los Juegos Olímpicos de
París 1924, Harold Abrahams y Eric Liddell se entrenan con un mismo objetivo: competir en los Juegos
Olímpicos . Erik es un cristiano evangélico de la iglesia reformada de Escocia y sus padres son misioneros
en China. Eric ha nacido en China pero ha vuelto a Escocia para estudiar, y ha llegado a ser un famoso
jugador de Rugby. Estos dos atletas velocistas tienen el mismo objetivo, ganar pero tienen motivaciones
distintas. Para Eric Liddel, su motivación es alabar a Dios por un don que él le dio. Para Harold Abrahams
su motivación es la gloria de una medalla olímpica. Lo permanente para estos atletas es la motivación. A la
hipótesis nuestra de si ¿volverían a elegir la gloria o a Dios en una vida nueva? Seguramente que su
respuesta sería afirmativa, pero distintas.
Para finalizar quiero evocar una anécdota en una clase de Teología III del primer cuatrimestre donde el tema
de estudio era la persona de Jesús, también llamada Cristología.
Pues bien, en una clase donde profundizamos quién es Jesús y qué es lo que como discípulos El espera de
nosotros y nos ayuda en tal cometido, surgieron las siguientes opiniones:

 NOSOTROS NO ESTAMOS LLAMADOS A SER NI MONJAS NI SACERDOTES.


 RECIEN AHORA, CON LA EDAD QUE TENEMOS JESUS NOS PIDE QUE RENUNCIEMOS A
TODO Y LO AMEMOS COMO JAMAS AMARÍAMOS A ALGUIEN
 NOS DA MIEDO TENER QUE DEJAR MUCHAS COSAS QUE NOS GUSTAN PARA SEGUIR
A JESUS.

PUES BIEN, AQUELLO FUNDAMENTAL QUE TIENE QUE SER EN NUESTRAS VIDAS LO
PERMANENTE AQUÍ TIENE EL ROSTRO DE UNA PERSONA QUE NOS AMA Y ENTREGO SU
VIDA POR CADA UNO DE NOSOTROS. Y SI LA DOCENCIA ES ELEGIDA COMO LO
PERMANENTE TIENE QUE SER UNA ENTREGA DE VIDA POR LOS OTROS.

NADA MÁS

MUCHAS GRACIAS.

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