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1.- Situación Industrial de la Venezuela democrática.

A partir de 1958, se intentó reorientar a la economía venezolana hacia un proceso de


industrialización sustitutiva de importaciones. De 1958 a 1973, el Producto territorial bruto (PTB)
creció en un promedio anual de 5,4%, consecuencia del relativo estancamiento de los ingresos por
exportaciones, los cuales se mantienen en unos US $ 2.550.000.000, en virtud de la debilidad del
mercado petrolero mundial. En éste período, la economía del país continuó descansando en la
explotación de sus recursos naturales (petróleo y hierro), que generaba, en 1973, un 23,2% del
PTB, un 70% de los ingresos ordinarios del Estado y un 93% de los ingresos por exportación.

El período considerado sentó las bases de una renovada modernización del país, reanudando el
sector público sus intentos de participación en la actividad productiva, principalmente a través de
SIDOR , de la Corporación Venezolana del Petróleo y de la industria petroquímica en sus plantas de
Morón y El Tablazo.

El llamado Boom petrolero

A fines de 1973, como consecuencia de la enorme influencia de la Organización de Países


Exportadores de Petróleo (OPEP), aumentaron sustancialmente los precios mundiales del
petróleo. En los años siguientes, hasta mediados de 1981, se efectuaron otros aumentos de
precios. El alza del petróleo dio lugar a una expansión considerable y sostenida del ingreso fiscal
en Venezuela y permitió la reducción de la producción de crudo en un 40%. La expansión fiscal,
entre 1973 y 1982, fue del orden de 600%. Parte de ese ingreso fue ahorrado a través del Fondo
de Inversiones de Venezuela pero la mayor parte fue gastada, ocasionándose así una expansión
acelerada de las magnitudes económicas, financieras y monetarias, y también el resurgimiento de
presiones inflacionarias.

2.- La Nacionalización del petróleo y el hierro:

Entre 1974 y 1975 (primer gobierno de Carlos Andrés Pérez), el Gobierno nacional decretó la
reserva al Estado de la industria petrolera y de la minería de hierro, hasta entonces explotadas por
capital extranjero. Como consecuencia de ese decreto, fueron expropiados los activos reales de las
compañías concesionarias en el país y revirtieron a la nación las concesiones vigentes para ese
momento. La explotación de hidrocarburos en todas sus fases -desde la exploración hasta la venta
de crudos y productos en los mercados interno e internacional- pasó a ser potestad exclusiva del
Estado, que la realiza a través de un conjunto de empresas operadoras con una casa matriz
denominada Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). Sin embargo, las ex concesionarias
mantuvieron, por algún tiempo, su vinculación con la actividad petrolera venezolana mediante
convenios de comercialización internacional y de suministros tecnológicos, los cuales se
modificaron paulatinamente para reducir la dependencia con respecto a aquéllas, y desarrollar
con autonomía las operaciones convencionales así como las de investigación tecnológica.

En el ámbito social, la nacionalización permitió que los empleados y obreros lograran obtener
reivindicaciones sociales (contrato colectivo, mejores sueldos y condiciones de trabajo).
Venezuela es un país que basa su economía en la explotación petrolera, industria nacionalizada el
1º de enero de 1976 y gestionada por la empresa Petróleos de Venezuela S.A. (P.d.V.S.A), quien se
encarga de todas las operaciones petroleras en el país. Esta empresa ha obtenido óptimos
resultados en la movilización de hidrocarburos del país, lo que le ha permitido abrir nuevos
caminos para lograr un oportuno desarrollo de los recursos. Después de algunos años comenzó la
llamada Apertura Petrolera.

3.- Otras industrias del Sector Publico

La producción siderúrgica en Venezuela:

En 1969 comienza la edificación e instalación de la planta de tubos centrifugados y un año después


se obtiene la primera producción. En 1974 entra en funcionamiento la planta de productos planos
encargada de la producción de láminas calientes, hojalata en frío, hoja cromada, bobinas en
caliente y en frío.

Ese mismo año el gobierno nacional da inicio al Programa de Ampliación 1974-79 (Plan IV) con la
finalidad de elevar la capacidad de la producción nacional de acero de 1.200.000 hasta los
4.800.000 toneladas métricas al año, incrementar la capacidad de los laminadores y una
modernización de las instalaciones en general.

En 1978 entra en funcionamiento la planta de pellas y los primeros hornos de las acerías eléctricas
del Plan IV y en 1982 se concluye la ampliación de la planta de productos planos iniciada un año
antes. Para 1983 la producción nacional de acero fue de 2.146.000 toneladas métricas y la
industria siderúrgica provee, en su totalidad, cerca de 30 mil puestos directos de trabajo.

La energía eléctrica

Actualmente, las empresas generadoras y proveedoras de energía eléctrica varían dependiendo de


la entidad federal en donde trabajen. La industria productora de energía eléctrica venezolana es,
en su mayor parte, ejercida por el sector público, el Estado, siendo el mayor productor y
proveedor de electricidad a nivel nacional. La demanda de energía eléctrica del territorio
venezolano es cubierta por los siguientes complejos hidroeléctricos: Plantas generadoras del
Caroní, Represa del Gurí y Represa Uribante-Caparo.

4.- La industria Privada

Desde comienzos de 1960, el gobierno de Venezuela ha dado más prioridad al desarrollo del
sector industrial de la economía. Fundado en 1961 en una área rica en recursos naturales, Ciudad
Guayana es ahora el mayor centro de desarrollo industrial. Los principales productos de Venezuela
incluyen petróleo refinado y sus productos derivados, acero, aluminio, fertilizante, cemento,
neumáticos, vehículos de motor, comida procesada, bebidas, vestuario y artículos de madera

El desenvolvimiento del desarrollo industrial se ha acelerado desde comienzos de la década en


1960, conformándose polígono s y barrios industriales con el establecimiento de usinas que
manufacturan acero, aluminio, derivados del petróleo, fertilizantes, cemento, neumáticos,
vehículos, alimentos, bebidas, textiles, ropa, calzado, productos químicos y plásticos. Actualmente
se registran 8.974 industrias que ocupan a 461.653 personas. Entre ellas dominan 868
establecimientos de la gran industria que ocupan a 286.379 personas. La mediana industria se
expresa en 2.263 fábricas que ocupan a 100.836 personas. La pequeña industria corresponde a
5.843 establecimientos que emplean a 74.436 personas.

La mayor relevancia de paisajes industriares se evidencia en el área metropolitana de Caracas y en


sus ciudades satélites, donde se reconocen 4.319 industrias de bienes de consumo con 163.612
trabajadores.

5.- Las inversiones Extranjeras

Una concesión es derecho que le otorga el Estado venezolano a una persona o institución para que
realice actividades que, de acuerdo con la ley, están reservadas para el Estado. El Estado es el
propietario de todas las riquezas que se encuentran en el suelo y subsuelo venezolano, para
realizar la exploración y la explotación de un recurso se tiene que solicitar un permiso. Una vez
que se da la autorización, el país entrega la concesión a la persona o institución que lo solicita. Al
obtener la concesión comienza el proceso de inversión, que no es otra cosa que la utilización del
capital con la finalidad de obtener un beneficio económico.

Son varios los gobiernos de países latinoamericanos que entendiendo que la inversión extranjera
ha sido durante los últimos años el motor del crecimiento económico mundial, han aplicado
consistentemente políticas dirigidas a la mejora del clima de inversiones, así como a la atracción
de inversiones foráneas, gracias a lo cual han alcanzado importantes mejoras en sus índices de
crecimiento económico.

En Venezuela, a decir de varios analistas y miembros de la comunidad de negocios establecida en


el país, pareciera que el proceso de mejora del clima y atracción de inversiones, no se ha
desarrollado de manera tan consistente como lo han hecho otros en la región. Aún así hay
indicadores que evidencian que el país ha logrado avances cuantitativos importantes en la
atracción de la inversión foránea.

Los crecimientos más importantes que ha tenido la inversión extranjera con relación al PIB de la
economía en Venezuela se dieron en la década de los 90. Entre 1990 y 1995, la inversión
extranjera acumulada en Venezuela creció 200%, al pasar de $2,2 mil millones en 1990 a $6,9 mil
millones en 1995. Luego en tan sólo 3 años, entre 1995 y 1998, la misma creció un 174% adicional,
para ubicarse en $19,1 mil millones a finales de 1998. Estas cifras superan el crecimiento de
inversión extranjera acumulada en América Latina y el Caribe que entre 1990 y 1995 creció 73%, y
entre 1995 y 1998 creció 97%. Las telecomunicaciones y el petróleo han sido los sectores más
beneficiados de este crecimiento en Venezuela.
En efecto, la privatización de la empresa telefónica estatal CANTV en 1991, y el proceso de
apertura petrolera que tuvo su más exitosa expresión en la 3ª Ronda de Apertura de Campos
Marginales de junio de 1997, son los procesos más relevantes, dentro del período de mayor
atracción de inversión foránea de Venezuela. El proceso de privatización de la CANTV significó una
inversión inicial de $1,8 mil millones, además de inversiones adicionales cercanas a los $5.000
millones por parte de la misma empresa en los años subsiguientes. Por su parte, la apertura
petrolera logró atraer en los últimos años inversiones por encima de los $7.000 millones. Ambos
sectores, intensos en capital y con un importante impacto en la mejora de la productividad y
modernización del país, son importantes contribuyentes fiscales de las finanzas del país.

6.- Situación de la Economía Agropecuaria en Venezuela; características y principales


rubros:

En la Venezuela petrolera, la actividad agrícola no ha podido representar un papel protagónico,


pese a los esfuerzos realizados por productores y por el propio Estado Venezolano para incentivar
y desarrollar la producción agrícola. Para el año 1998, por ejemplo, el sector primario en general
aportó sólo el 15% del Producto Interno Bruto venezolano, y de este exiguo porcentaje, menos de
la mitad provino de manera directa del sector agrícola. Balanza comercial del sector agrícola.

Por lo dicho anteriormente, la situación del agro en la Venezuela de hoy constituye una difícil
realidad, cuya consecuencia más evidente se relaciona con la grave baja en la producción de
muchos rubros, así como la elevación de los costos de producción; además de ello, en los últimos
años la incapacidad del agro venezolano para abastecer el mercado nacional, ha obligado al
gobierno nacional a autorizar la importación de enormes cantidades de productos agrícolas, hecho
éste que atenta de manera directa contra la seguridad alimentaria de los venezolanos, poniendo
por ello en peligro la soberanía nacional.

De manera general puede señalarse que en los últimos años la producción agrícola se ha
concentrado en aquellos rubros que poseen un valor agregado por servir de materia prima para el
sector industrial, en especial, para la industria agroalimentaria. En 1.999, de los 46.319 millones de
bolívares que produjo en total el sector agrícola, casi la mitad (22.649 millones) provinieron de las
actividades del sector “Animal”, mientras que el sector “Vegetal” generó 17.816 millones de
bolívares y el sector pesquero colaboró produciendo 2.995 millones de bolívares adicionales. En
cuanto a la producción agrícola por entidades federales, en el sector “vegetal" destacan hoy día:
Portuguesa, Zulia, Carabobo, Táchira, Yaracuy, Guárico y Cojedes. En el sector animal destacan los
siguientes Estados: Barinas, Zulia, Apure, Monagas. Por último, en el sector pesquero los Estados
líderes en Producción son: Sucre, Nueva Esparta, Falcón y Anzoátegui.

En el cuadro de la producción del sector agrícola se observa un resumen pormenorizado hacia


finales de 1.998 (de ese año en adelante las estadísticas ofrecidas son algo inciertas), incluyendo la
superficie cultivada por rubro, el volumen de la producción y el valor económico aportado por
cada rubro:
Principales rubros Agrícolas en Venezuela:

El café:

Es una planta oriunda del África; se da en buenas condiciones en las zonas tropicales, donde se
siembra entre los 600 y los 1.800 M.S.N.M.. Requiere condiciones de humedad precisas, así como
insolación moderada. En Venezuela el cultivo del café fue introducido por los españoles en el siglo
XVIII, llegando a ocupar un siglo más tarde y hasta los inicios del XX, el primer lugar como producto
nacional de exportación.

Geográficamente, las zonas productoras de Café más importantes del país se ubican en los estados
Táchira, Mérida, Monagas y Trujillo.

Aunque Venezuela no ocupa un puesto relevante entre los principales países exportadores de este
rubro agrícola, sin embargo el café venezolano es exportado en cantidades moderadas hacia los
EE.UU., Europa y últimamente hacia el Japón. Para 1.999 el valor de la producción nacional de café
estuvo por el orden de los 1.034 millones de bolívares, provenientes de una cosecha que fue de
62.533 toneladas métricas (TM.); en ese año se sembraron con café en el país 179.367 hectáreas.

El cacao:

El cacao es una planta de origen americano; se cree que fue traído de México a Venezuela por
religiosos españoles, aunque hay quienes sostienen que es autóctono del territorio venezolano.
Requiere para su desarrollo y maduración altas temperaturas, así como altos niveles de humedad
y de humus en el suelo donde es sembrado. El cacao no se da en altitudes que superen los 450
M.S.N.M. Históricamente, el cacao constituyó la base de la economía y de la sociedad venezolana
durante el período colonial; ya en ese entonces la calidad del cacao venezolano era admirada en el
ámbito internacional, sobre todo en Europa.

La producción cacaotera sufrió una considerable merma en el siglo XIX, siendo entonces superado
el cacao por el café como primer rubro para la exportación.

Geográficamente, las áreas de producción más destacadas se encuentran en los valles de Aragua,
en Yaracuy, en la zona de Barlovento y en sur del lago de Maracaibo. El cacao venezolano es
exportado en la actualidad a numerosos países, entre ellos: Suiza, Alemania, Italia, EE.UU.,
Dinamarca y Japón. En el año de 1.999, se destinó al cultivo del cacao una superficie de 62.085
hectáreas de las que se extrajeron 17.581 toneladas métricas del producto, con un valor
económico que alcanzó los 193 millones de bolívares.

El arroz:

Es un cereal originario del Asia septentrional, cuya siembra sólo es posible en tierras llanas
inundadles. Requiere abundante humedad, así como temperaturas cálidas, por lo que su cultivo es
característico de países con clima tropical. Durante todo el período colonial y hasta el propio siglo
XX, no tuvo el arroz gran importancia económica en Venezuela, pues su producción fue muy
escasa. Sin embargo esta situación comenzó a cambiar luego de la implementación del “Plan
arrocero nacional” del año 49, hasta tal punto que hoy, el arroz es un alimento infaltable en la
mesa de la mayoría de los venezolanos.

Geográficamente los estados con mayor producción arrocera en Venezuela son: Portuguesa,
Barinas y Guárico. En el año 1.999 la producción de arroz totalizó 692.451 toneldas métricas como
resultado de la siembra de 172.952 hectáreas lo que significó un monto cercano a los 1.322
millones de bolívares.

El maíz:

Es un producto típicamente americano, aunque no se ha podido determinar con exactitud su


región de origen. Esta planta posee la bondad de poder ser cultivada en casi todas las condiciones
climáticas sin importar a que altura se realice la siembra, pues posee una gran capacidad
adaptativa. El cultivo del maíz se ha extendido hoy a casi todo el mundo y es uno de los productos
alimenticios más consumidos a escala planetaria. Históricamente, la siembra del maíz fue el primer
cultivo desarrollado por los indígenas venezolanos, siendo copiado de éstos por los primeros
europeos en habitar el territorio venezolano.

La siembra de maíz representa hoy día la principal fuente de ingresos para la inmensa mayoría de
los habitantes del campo venezolano, donde es cultivado tradicionalmente en conucos. A nivel
nacional los estados líderes en el cultivo de éste importante rubro son los siguientes: Táchira,
Yaracuy, Portuguesa, Aragua, Carabobo y Guárico. Pese a ser uno de los alimentos más cultivados
en el país, la elevada demanda del mercado interno venezolano, ha llevado al gobierno nacional
en los últimos años a importar enormes cantidades del producto, especialmente de Brasil y los
EE.UU. Para 1.999 se cultivaron con maíz en Venezuela un total de 423.557 hectáreas, de las
cuales se extrajo una cosecha que alcanzó 1.008.378 toneladas métricas, produciendo en total una
cifra cercana a los 2.440 millones de bolívares.

El tabaco:

Originario del continente americano, el tabaco fue dado a conocer en todo el mundo por los
españoles a partir del siglo XVI; es un cultivo que necesita de gran atención, pues son múltiples y
complejos los factores que inciden en la calidad final de la hoja, que es utilizada como materia
prima en la elaboración de cigarrillos. En Venezuela las principales entidades productoras de
tabaco son las siguientes: Portuguesa, Cojedes, Carabobo y Barinas. Para el año de 1.999 se
produjeron en el país 13.196 tonelas métricas de hoja de tabaco siendo esta producción el
resultado de sembrar 8.580 hectáreas, las cuales produjeron beneficios económicos por el orden
de 337 millones de bolívares.

La caña de azúcar:

Este producto vegetal es originario de la India, desde donde fue llevado a Europa y de ahí traído a
Venezuela por los españoles en la época colonial; Es una planta cuya adaptación a las tierras
venezolanas se ha visto favorecida por el clima tropical. La caña puede sembrarse inclusive en
alturas cercanas a los 2.000 metros S.N.M. Hoy día la actividad cañicultora es comandada en
Venezuela por los siguientes estados: Yaracuy, Trujillo, Aragua, Zulia y Carabobo. En el ámbito
nacional la superficie cultivada con caña de Azúcar en 1.999 rondó las 105.000 hectáreas de las
cuales se extrajeron más de 7 millones de toneladas métricas generando ingresos para la Nación
que estuvieron por encima de los 1000 millones de bolívares.

Otros rubros agrícolas importantes:

Además de los productos agrícolas ya referido, existe en Venezuela una enorme variedad de
rubros cuya siembra es también importante. Entre estos tenemos: Ajonjolí, algodón, sorgo,
plátano, sisal, tomate, granos, papa, copra, entre otros. Se cultivan también en el país gran
cantidad de hortalizas y leguminosas además de una variada gama de frutas tanto autóctonas
como exóticas. A continuación se presenta una lista detallada de los principales rubros vegetales
cultivados en Venezuela; en esta lista se pueden observar los principales datos estadísticos de esa
producción para el año 1.998.

La producción animal en Venezuela:

Como ya se señaló anteriormente, la Ganadería como actividad económica fue introducida en


Venezuela por los conquistadores y misioneros españoles a partir del siglo XVI; desde ese
momento ha servido de apoyo e inclusive en algunos momentos de soporte a la Economía
venezolana. Durante las Guerras de Independencia, por ejemplo, la Ganadería sirvió para financiar
a la causa republicana. En los actuales momentos Venezuela cuenta con una elevada población de
ganado vacuno, que se concentra principalmente en los Llanos Occidentales y en el Estado Zulia.
Para 1.999, el sector animal y sus derivados produjeron recursos por el orden de los 22.000
millones de bolívares, lo que para ese momento represento más del 40% del total de los recursos
generados por el sector agrícola en su totalidad; si a la cifra referida se suman los recursos
producidos por el sector pesquero en ese año (2.995 millones de bolívares), se tiene entonces que
el sub-sector animal aportó más del 55% de los recursos generados por la actividad agrícola en
Venezuela para esa fecha. Estadísticas más relevantes del sub sector agrícola Animal en
Venezuela, para el año 1998.
La Cultura venezolana en la Actualidad

En este tema se realizará una revisión de la situación de la Cultura venezolana tras más de
cuarenta años de vida democrática. Para ello se estudiará la evolución de la Educación venezolana,
así como los principales avances en materia científica y artística que se han producido en el país en
las últimas décadas. Es importante tener siempre presente que el estudio de la cultura es uno de
los temas que mayor polémica despierta entre expertos en Antropología, Sociología, historiadores,
pues es extremadamente difícil abordar de manera científica, la compleja y cambiante realidad
cultural del ser humano.

Pese a esa dificultad, en la actualidad, La investigación sobre la cultura y la sociedad


venezolana se ha profundizado cada vez más, especialmente con el aporte y contribución de toda
la numerosa familia de expertos en las ciencias sociales. Hay un flujo constante y creciente de
datos, investigaciones, interrogantes, destinados todos a enriquecer la mejor comprensión de la
realidad cultural venezolana.

La Educación en la Venezuela Democrática

Al observar el proceso evolutivo del sistema educativo durante los últimos 40 años, se aprecia en
primer término que el mismo se ha desenvuelto sobre un escenario político homogéneo, el cual es
la plena vigencia del sistema democrático, y que si bien se han alternado en la dirección política
del Estado partidos políticos de distinto signo ideológico. La preocupación por la educación los ha
identificado y los esfuerzos en este sentido han sido crecientes. El principal logro de la democracia
venezolana en materia educativa sin duda ha sido la masificación de la educación en sus primeras
etapas, pues hoy día, todo el territorio nacional se encuentra plenamente incorporado al sistema
educativo.

Otro logro importante en materia educativa - profundamente vinculado con lo dicho antes- lo
constituye la disminución significativa del índice de analfabetismo en la población venezolana,
índice que se redujo de 50% en 1951 a menos del 5% en el año 2000.

A pesar de los éxitos mencionados, también es cierto que en los últimos 20 años ha disminuido
ostensiblemente la calidad de la educación impartida en los planteles públicos venezolanos. La
politización de los gremios, falta de presupuesto, reiterados paros, desactualización de los diversos
programas han sido factores que han incidido para que el constante aumento de la matrícula
escolar en Venezuela se haya visto frenado como consecuencia del crecimiento del índice de
deserción escolar.

Al revisar los principales cambios cuantitativos en materia educativa en Venezuela, se observan


profundos cambios en varios aspectos. El número de planteles de las tres primeras etapas del
sistema educativo ha crecido considerablemente, pasando de menos de 2000 en 1958 a 15.950
planteles para el año escolar 1982-1983, situándose ese número en la actualidad por encima de
los 17.000 planteles existentes. En cuanto a la matrícula (número de alumnos inscritos) ésta se
situaba en el año 1958 cerca de los 730.000 alumnos inscritos, alcanzando los 4.746.037 alumnos
en 1983, ubicándose en la actualidad la matrícula escolar en unos 8.175.115 estudiantes,
repartidos entre la Educación Preescolar, la Básica y el Ciclo Diversificado.

En materia presupuestaria el sector educativo ha sido beneficiado por un notable incremento de


los recursos que a él se han destinado, pues hoy día el presupuesto del Ministerio de Educación,
Cultura y Deportes, alcanza una cifra cercana al 7% del producto Interno Bruto.

El esfuerzo cuantitativo indicado ha sido acompañado de importantes reformas cualitativas que se


han referido a todos los aspectos del sistema educativo, pero con limitado rendimiento. Una
nueva Ley Orgánica de Educación, promulgada en julio de 1980 por el Presidente Luis Herrera
Campins, señaló las directrices ordenadoras del sistema. Una comisión de alto nivel encargada de
evaluar el sistema educativo venezolano en su totalidad y de proponer las reformas necesarias
para mejorarlo fue designada durante la gestión del Presidente Jaime Lusinchi (1984 -1989). Como
resultado del trabajo de esa comisión se implantó en Venezuela el programa de Educación Básica
vigente hoy, el cual abarca desde el 1º al 9º grado, haciendo énfasis en la ecuación para el trabajo.
La aprobación de una nueva Constitución en 1999 (Hipertexto 1) ha significado una nueva
reorientación de las políticas del Estado venezolano en materia educativa.

Hoy día el sistema educativo venezolano se encuentre en plena transformación como


consecuencia de la aplicación de una reforma curricular estructural que intenta adaptar la
educación nacional a los nuevos paradigmas educacionales surgidos en la escena internacional en
los últimos tiempos. Las Escuelas Bolivarianas (llamadas antes de 1999 Integrales) pretenden
hacerse eco de esas nuevas tendencias, pues han sido concebidas bajo la óptica de brindar una
atención integral al estudiante, además de abordar la enseñanza desde una perspectiva
interdisciplinaria.

La evolución de la Universidad venezolana

A partir de 1936, Venezuela sufre una serie de cambios notables en los más diversos órdenes de su
sociedad. A la par con este proceso, en la educación superior y, en especial, las universidades
nacionales, se observará un desarrollo cuantitativo y cualitativo acelerado que comienza
tímidamente durante el período del Presidente Eleazar López Contreras y que, paulatinamente, va
desarrollando un importante impulso que cambia significativamente las tendencias observadas en
períodos anteriores. El efecto de la transformación de la estructura económica venezolana, la
dinámica poblacional que paulatinamente se irá invirtiendo hacia la urbanización del país, y el
auge político que se experimenta en la era postgomecista, serán elementos importantes para
entender el desarrollo de las universidades nacionales. A partir de 1958 se encauzará nuevamente
el crecimiento sostenido y acelerado de las universidades hasta los actuales momentos.
Un hecho fundamental al estudiar la dinámica universitaria venezolana lo constituye el constante
aumento de la demanda para ingresar a estas instituciones. Hoy día, según cifras del Gobierno
Nacional, existe un déficit de cupos en instituciones de educación superior que supera los 200.000
cupos. De hecho, este problema se ha venido presentando en los últimos años y se ha intentado
solucionar tomando medidas para centralizar y regular el ingreso hacia las universidades,
estableciendo con carácter de obligatoriedad la �prueba de aptitud académica� (1985), cuyo
resultado unido al promedio de bachillerato constituye el índice académico para poder cursar
estudios a nivel de educación superior, y por otro lado, se incrementó la creación de universidades
e instituciones públicas y privadas.

Además existen varios proyectos para la creación de nuevas instituciones que sólo están en espera
de su aprobación. Cabe destacar que se observa en la actualidad un marcado crecimiento de las
universidades e instituciones privadas unidos al goce de un sobresaliente prestigio a nivel nacional.
Muchas universidades privadas han avanzado en el área de la investigación y en los estudios de
postgrado y doctorados. También en el ámbito público diversas instituciones que venían
funcionando en la formación de docentes e ingenieros fueron agrupadas en universidades
experimentales, como el caso del Instituto Universitario Politécnico Luis Caballero Mejías de
Caracas, Barquisimeto y Guayana, que fue elevado a la categoría de Universidad Experimental
Politécnica Antonio José de Sucre y el Instituto Universitario Pedagógico con sede en Caracas,
Barquisimeto, Maracay y Maturín, que se convirtió en Universidad Pedagógica Experimental
Libertador.

En la década de 1990 tuvo lugar un debate sobre el destino de las universidades, de hecho,
diversos sectores de la vida pública y privada, inclusive personalidades gubernamentales, abogan
por una reforma del modelo académico-administrativo universitario, cuestionando el explosivo
crecimiento de la matrícula y señalando la necesidad de aplicar políticas de autofinanciamiento
para solventar las deficiencias presupuestarias, de adaptar los programas académicos a las
necesidades del mercado, del aparato productivo y del nuevo patrón tecnológico. Se ha
cuestionado también la autonomía universitaria y el bajo rendimiento estudiantil.

A la par de estas expresiones externas, en el propio interior de las universidades, en sus


autoridades, gremios y comunidad en general, se están generando respuestas a todas estas
interrogantes y actualmente se encuentra en marcha un proceso evaluativo y de cambio de estas
instituciones. Hay una preocupación por buscar la excelencia académica, mejorar el rendimiento
de la planta profesional y estudiantil, intensificar la actividad de investigación y extensión,
valorizar el papel de sus egresados y poner en práctica sus capacidades para adaptarse a las
necesidades del país.
Petróleo, Modernización e Identidad Nacional

En la Venezuela democrática se propone como horizonte programático común de las diversas


fuerzas sociales la realización de la modernización . El liberalismo y el positivismo del siglo XIX y
comienzos del siglo XX habían preparado el terreno al proponerse la superación de la barbarie por
la civilización y el progreso. La consolidación de la explotación petrolera significa un salto
cualitativo en las posibilidades reales de llevar adelante un proceso modernizador. Un examen
detenido de los programas políticos de las principales fuerzas y organizaciones sociales y políticas
manifiesta claramente la convergencia alrededor del proyecto modernizador para Venezuela.

La palanca fundamental para la realización de la modernización es el uso adecuado de la renta


petrolera por parte del Estado para superar la situación de estancamiento económico, incentivar
las inversiones en el comercio y la industria que arranquen el proceso de industrialización de la
economía y se estimula la aparición de las clases sociales y relaciones de producción propias de
una sociedad moderna. La frase �sembrar el petróleo�, representa desde 1936 ese acuerdo
básico de afincarse en la renta petrolera para el despegue del desarrollo moderno de la nación
venezolana.

La primera urgencia en la que también se coincide es en la necesidad de la transformación del


medio físico; se estimula así un acelerado proceso de urbanización del país que lleva a la
concentración de la población en las ciudades y al ingente esfuerzo de construir la compleja
infraestructura física necesaria para hacer realidad los planes de industrialización.

Junto a la realización de la modernización, la búsqueda de la identidad ha sido un afán continuo de


los países hispanoamericanos después de la independencia y Venezuela, no escapa a esa
búsqueda. Esa indagación tiene mucho que ver con la incertidumbre creada por la separación de
España. Algunas veces se ha concentrado en uno solo de los períodos históricos o en una sola de
las razas que componen el mestizaje. Eso suele hacer olvidar que el hombre venezolano es el
producto de una totalidad de influencias culturales y de tiempos históricos que no se excluyen sino
que se suman y se integran. La identidad es resultado del conjunto.

Dentro de esas consideraciones es importante interrogarse sobre la continuidad del proceso


histórico venezolano. La ruptura y la continuidad son 2 hechos esenciales en la historia y en la
interpretación de la cultura y la sociedad venezolana. Entre las líneas de continuidad y de ruptura
se encuentran diversas características del pueblo venezolano, algunas de las cuales son
ancestrales y vienen del fondo de la historia y otras se han incorporado a la sensibilidad colectiva
como consecuencia de diversos acontecimientos. Es importante además recordar que no se puede
intentar una definición de la identidad nacional sin una mirada integradora sobre la totalidad de
los componentes que la conforman. No debe olvidarse, tampoco, el proceso de unificación e
integración del país, proceso este que ha transcurrido a lo largo de más de tres siglos, sin alcanzar
todavía hoy, su plena realización.

En el siglo XX el más sobresaliente de todos los acontecimientos que han moldeado la identidad
nacional ha sido el petróleo. La transculturación producida en algo más de medio siglo, por el
desarrollo de la industria de hidrocarburos, nos despojó de algunas señales de identidad,
tradicionales, bastante relativas por lo demás: la casona colonial, la hacienda de gran patio para
secar el café o el cacao, la leyenda del llano con sus centauros, el campesino de blusa y alpargatas,
el jefe civil de franela y con ancho cinturón de cuero, el sombrero de cogollo, el joropo bajo las
palmeras, los tambores en los cacaotales, el villancico navideño y el minucioso pesebre.

Todas estas señales de identidad, asociadas a la tradicional Venezuela agrícola y rural, han sido
paulatinamente sustituidas por otras provenientes del acelerado proceso de modernización
iniciado en Venezuela como consecuencia de la irrupción del petróleo en la vida nacional.

Principales Avances de la Ciencia y la tecnología en la Venezuela Democrática

A partir de 1958, el impulso de desarrollo de la ciencia venezolana se acrecienta ampliamente. En


la Universidad Central de Venezuela se crea ese año la Facultad de Ciencias, que reúne las
actividades que se encontraban dispersas hasta entonces en diferentes facultades. Por su lado, en
el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas se realiza una investigación de alto nivel, en
particular en el aspecto biomedicina. Se desarrollan además nuevas áreas de la ciencia en el país,
en especial la física, la química y las matemáticas.

Mientras, en 1950 el número de científicos activos que trabajaban un tiempo significativo en


investigación estaba reducido a tal vez una docena, en la actualidad existen en Venezuela más de
5.000 científicos reconocidos. Además se ha creado recientemente el Ministerio para la Ciencia y
la Tecnología (1999). A pesar de este incremento en la actividad científica venezolana, sí se
compara dicha actividad con los gastos y los recursos humanos de otros países más desarrollados,
el aporte de Venezuela es todavía modesto, aunque bastante significativo, pues la ciencia ha
llegado a ser tomada en cuenta por los organismos gubernamentales como una herramienta
indispensable para el desarrollo.

Es imposible en corto espacio destacar todas las investigaciones venezolanas que han llegado a un
nivel internacional de calidad o que han tenido un impacto sobre aspectos socioeconómicos del
país. Sin embargo, pueden destacarse las siguientes:

En el Campo de la Medicina:

• los estudios, tanto básicos como aplicados, de la enfermedad de Chagas que, indirectamente,
han conllevado un gran descenso en la incidencia de la enfermedad en los grupos jóvenes del área
rural.

• Las investigaciones sobre anemias rurales nutricionales, que han dado base para el
enriquecimiento preventivo de alimentos seleccionados.

• Los aportes para la elaboración, a nivel mundial, de una vacuna contra la lepra.

• El conocimiento de la leshmaniasis y la inmunología a diversos parásitos, en particular el


Schistosoma.
• La descripción de variantes de hemoglobina y enzimas de glóbulos rojos.

• La fisiopatología del bocio endémico, en particular estudiada con isótopos radioactivos.

En la química:

Investigaciones en petroquímica, en particular de catálisis heterogénea, relacionada esta última


con la industria petrolera y estudios de las cinéticas de las reacciones de eliminación de haluros de
alquilo en fase gaseosa.

Especial importancia tiene el desarrollo de la Orimulsión, nueva fuente de energía basada en


una mezcla de crudos pesados y agua, cuyo desarrollo se debe por completo al trabajo de
científicos venezolanos.

En el Campo de la veterinaria y la Agronomía :

• El desarrollo de varias vacunas, entre ellas contra la fiebre aftosa, a virus vivo modificado, que
logró el control de la enfermedad a partir de 1962, contra la estomatitis vesicular, aplicable a
cerdos y bovinos (1969)

• y la obtención de una cepa de virus especial que sirvió para la creación de una vacuna contra la
enfermedad de Newcastle que afecta a los pollos, lográndose una inmunidad en el 90% de los
animales vacunados y un enorme aumento en la productividad de las aves, para consumo
humano.

En agronomía destacan, entre muchas y valiosas investigaciones, las que se efectuaron sobre las
oleaginosas, que permitieron un aumento de la producción de ajonjolí; así como la obtención de
nuevas variedades de maíz opaco, la elaboración de un mapa de grandes grupos de suelos del
país, así como la introducción de más de 1.000 especies, variedades e híbridos forrajeros.

Como el país todo, la ciencia en Venezuela está en el inicio de una crisis presupuestaria cuyo fin no
puede ser previsto. No todo en esa crisis es negativo y es indudable que, al menos, ésta llevará a
un examen más cuidadoso de las prioridades y una elección más selectiva de las líneas de trabajo
por efectuarse. Una tendencia general, que ha comenzado ya desde hace algunos años, y que
probablemente se ha de acentuar de ahora en adelante, es la de favorecer las investigaciones de
orden práctico y de efectuarlas en ambientes no universitarios. Tal tendencia ha llevado a la
creación de institutos como INTEVEP, para los estudios del petróleo, CICASI, para la investigación
del carbón y sus derivados, CIEPE, para la investigación de alimentos agroindustriales, y la
Fundación del Instituto de Ingeniería. Pero no se debe olvidar que tales instituciones han nacido al
calor de la ciencia básica de la mejor calidad y que la salud del sector ciencia aplicada depende del
mantenimiento de una ciencia básica que conserve calidad y rigor. La importancia de esto último
se ha venido comprendiendo cada vez más por parte de muchos sectores de la vida venezolana.

Algunas manifestaciones artísticas de importancia


Venezuela ha tenido después de 1958, una vida artística muy activa, que se manifiesta en el
surgimiento de múltiples agrupaciones, museos y un gran número de artistas reconocidos en los
más diversos géneros artísticos. En este tema se hará referencia solamente de algunos de dichos
géneros: La arquitectura, la Pintura, La Escultura y el teatro; otros géneros de importancia
artística, como la literatura, han sido ya tratados en temas anteriores:

La Arquitectura de Venezuela en el siglo XX:

Como en todos los campos de la vida nacional, la arquitectura venezolana estuvo tremendamente
influenciada por el desarrollo de la actividad petrolera, pues esta actividad permitió el flujo de
cuantiosos recursos económicos que se destinaron a la construcción de importantes obras
arquitectónicas.

Al estudiar la evolución de la arquitectura moderna en Venezuela, el año 1927 constituye un hito


fundacional, pues en ese año llega a Caracas un joven arquitecto catalán, Manuel Mújica , quien
iniciará la moda del estilo neocolonial, en sus numerosas quintas diseñadas para las primeras
urbanizaciones residenciales de Caracas y que tendrá la más triunfal expresión en la nueva forma
que recibirá el Panteón Nacional (1929). Mújica cambia luego al bastante depurado cubismo, es
decir, al repertorio ya moderno, con algunos excelentes resultados junto con otros arquitectos de
Caracas, como Carlos Guinand, Rafael Seijas Cook, Willy Ossott y Carlos Raúl Villanueva.
Curiosamente Mújica no abandonará las formas neobarrocas realizando en los últimos años de su
vida un conjunto de obras en Mérida: la modificada Catedral (1958), la Universidad (1953-1955), el
Palacio de Gobierno (1958), entre otros.

En 1941 Villanueva diseña el conjunto residencial de El Silencio, marcando nueva época en la


arquitectura venezolana, cuando determina las características de la vivienda colectiva en sus
bloques habitacionales. Cede en su parte frontal a la tentación de aplicar formas neocoloniales,
pero retoma el riguroso diseño moderno en las fachadas vueltas hacia el cerro de El Calvario,
como también en la distribución de los cómodos apartamentos, dentro de edificios de modesta
altura, dispuestos alrededor de los jardines interiores. De aquí en adelante, las experiencias del
Banco Obrero (establecido en 1928), siempre más numerosas, van a adoptar la tipología del
edificio de 4 o más pisos, formando grandes conjuntos de los cuales también Villanueva será el
principal proyectista. De su oficina, donde trabaja un grupo de jóvenes arquitectos que formarán
la próxima generación profesional, salen proyectos importantísimos, como el imponente conjunto
del 23 de Enero con bloques laminares de 15 a 20 pisos, construido en 1955.

En 1944 se inicia el proyecto de la Ciudad Universitaria de Caracas, en el que se alcanzan las más
elevadas expresiones de la arquitectura venezolana en su Aula Magna y el conjunto central,
enriquecida con las obras de arte de colaboradores venezolanos y extranjeros. De las experiencias
de Mújica surge paralelamente la corriente «populista», intentando valorizar los elementos
presentes en la arquitectura popular venezolana, tales como techos cubiertos con tejas,
estructuras de madera o paredes caladas, cuyos principales protagonistas son Tomás José
Sanabria y Fruto Vivas.

Entre 1952 y 1954 se construye el Centro Simón Bolívar que marca una nueva escala urbana con
sus torres de más de 30 pisos y con un estilo influenciado por el arquitecto francés Le Corbusier.
Su ubicación modifica todo el ordenamiento del centro de la capital, en el cual se impone como el
eje principal la avenida Bolívar.

Una de las obras más notables, concluida en 1983, es el teatro Teresa Carreño. Se difunde el uso
de nuevos materiales: plástico, aluminio, vidrios opacos o reflejantes en paredes tipo cortina y en
unión con concreto a la vista, como un lenguaje común de la arquitectura actual, en las obras que
son fruto de la bonanza petrolera, como la Torre Europa de Carlos Gómez de Llarena, la Torre
Británica de Bernardo Borges y Francisco Pimentel, el Cubo Negro de Carlos Eduardo Gómez, la
Torre de David de Carlos Fuentes, entre otros. El gigantesco conjunto del Parque Central, de
Enrique Siso y Daniel Fernández Shaw, es la expresión de la misma tendencia, con sus vidriadas
torres de 50 pisos, que junto con la tardía aplicación de los alveares residenciales, influencia de Le
Corbusier, crea un fuerte impacto visual en la Caracas actual.

En éste, como en otros casos, la calidad de la arquitectura se ve disminuida por insuficiencia de la


planificación urbana y por las notorias deficiencias en la manutención de los edificios y de su
entorno.

La Pintura Contemporánea venezolana:

Hacia la década de 1960 se dio a conocer en Venezuela el arte cinético, cuyas raíces se
remontaban bastante atrás en el tiempo, en un desarrollo ordenado de investigaciones plásticas
sobre el movimiento, el espacio y la luz, las cuales, a partir de 1955, aproximadamente, se fueron
presentando en 9 exposiciones realizadas en Europa. Jesús Rafael Soto se encontraba entre estos
investigadores y es por su personal actividad artística que podemos insertar el cinetismo dentro de
la evolución de las artes plásticas en Venezuela; pues con la excepción de Soto y de la obra de
Carlos Cruz Diez (aunque se trate de planteamientos diferentes) no se puede hablar de una
corriente cinética en nuestro país.

La obra de Soto surge de prolongados estudios y experimentaciones en la búsqueda de la


sintetización de la forma, de la ambigüedad del espacio, de las relaciones en el espacio y en el
tiempo. El arte cinético, en el caso de Carlos Cruz Diez se manifiesta a través del estudio del color y
sus posibilidades, en permanente transformación, en obras que piden la participación del público,
que debe desplazarse frente o alrededor de las piezas, bajo determinadas condiciones de
iluminación. Surgen así las obras denominadas Fisicromías y Color aditivo, en las cuales el color
está en actividad constante. Al igual que la obra de Soto, el trabajo de Cruz Diez está basado en el
estudio de distintas disciplinas como la historia del arte, la filosofía, investigaciones científicas
sobre los fenómenos ópticos y lumínicos y se integra a los avances tecnológicos.
El propio artista ha expresado que mantiene una actitud de revisión constante frente a su obra y
alerta frente a la relación que se establece entre el público y su trabajo. Ha realizado obras que se
integran a proyectos arquitectónicos o a la ciudad propiamente dicha, tanto en Francia como en
Venezuela. Coincide también en esto Jesús Soto, al realizar proyectos de grandes dimensiones
para edificios, fábricas o para integrarse a una determinada construcción.

En el transcurso de la década del 60, a la vez que el cinetismo va conquistando un lugar en el arte
internacional, se revitaliza la corriente social del arte mediante fórmulas más modernas, alejadas
del realismo del anterior Taller de Arte Realista. Será la llamada �nueva figuración�,
movimiento en el que destacan artistas como Jacobo Borges, Manuel Espinoza, José Antonio
Dávila , Régulo Pérez, Alirio Palacios y Alirio Rodríguez.

La tendencia predominante en las artes plásticas de Venezuela a partir de 1970, ha sido la


figurativa y esto se evidencia aún más en el trabajo de las generaciones más jóvenes de artistas. Se
ha llamado �nuevo dibujo� al producto de los artistas más recientes, se trata en general de una
obra que se muestra desligada de compromisos políticos, a diferencia de los figurativos surgidos
del Taller Libre de Arte o del Techo de la Ballena, grupos éstos en que se unieron intelectuales y
artistas hacia 1960 y años siguientes en el caso del Techo o del Círculo del Pez Dorado. Este trabajo
reciente se orienta hacia un replanteamiento del paisaje y la naturaleza, de la vida urbana y no se
limita a la pintura, hay un notable interés en el dibujo, en el grabado en sus distintas técnicas y por
las posibilidades de experimentar combinando técnicas diversas y realizar trabajos de equipo.

Es también en los últimos años cuando se ha conocido el trabajo de varios artistas radicados en
Maracaibo, descentralizándose al menos un poco el quehacer plástico, habitualmente limitado a la
capital; así como también se han realizado confrontaciones, algunas privadas y otras oficiales, que
han hecho posible dar una visión amplia de la actividad artística actual en Venezuela.

La Escultura y el teatro contemporáneos en Venezuela:

En la historia del quehacer artístico venezolano, por sus trayectorias, el teatro y la escultura nacen
y marchan al mismo ritmo, aunque con posteriores diferencias, muy particulares en lo que a la
escultura se refiere, y que en este caso se materializan en la época presente con la casi definitiva
fusión en un solo esfuerzo creador de la escultura y la pintura. Este hecho, ocurre en el cientismo,
con Jesús Soto como su mejor exponente, pues su obra, en la que escultura y pintura se hayan en
vibrante simbiosis, no ha podido ser igualada en ninguna latitud.

Partiendo del mismo criterio, aunque con proyección distinta al rumbo trazado por Soto, se deben
mencionar a Alejandro Otero. El conjunto de obras metálicas creadas por Otero para el
espectáculo Imagen de Caracas, en particular su Integral vibrante, anunciaban un futuro aporte a
la escultura nacional de quien, sumergido hoy en un universo de perfiles, rolineras y acero
laminado, nunca olvida su pasión por el color.

En cuanto al teatro, la popularidad de este género artístico creció notablemente a lo largo del siglo
XX, como lo demuestra el que en 1959 se lleve a cabo el I Festival Nacional de Teatro Venezolano,
auspiciado por Pro-Venezuela y el Ateneo de Caracas; el II Festival tiene lugar en 1961, auspiciado
por el pueblo, con lo que queda demostrada la aceptación con que contaba esta actividad. El III
Festival se realiza en 1966-1967, en el marco de las celebraciones del Cuatricentenario de Caracas
y auspiciado por la Comisión creada para dichas celebraciones.

La década de 1960 es propicia para el surgimiento de nuevos grupos dedicados a las tablas, entre
ellos el Teatro de Bolsillo; el Centro de Investigación y Desarrollo del Teatro de la Universidad
Central de Venezuela, que tiene además una serie de publicaciones exclusivamente dedicadas a
esta actividad; el Teatro Universitario, antiguo Teatro de la Universidad; el Teatro Experimental de
Arquitectura y el grupo del Ateneo de Caracas. El 15 de septiembre de 1967 nace El Nuevo Grupo,
y ese mismo año se inicia Rajatabla.

Obras de teatro de numerosos dramaturgos venezolanos se producen por estos años, destacan las
obras de Román Chalbaud, José Ignacio Cabrujas, Isaac Chocrón y Alberto Rodríguez Barrera.

Entre estos dramaturgos puede verse el germen de un teatro que apunta hacia lo trascendental,
cuyos más depurados exponentes serán Román Chalbaud, Isaac Chocrón y José Ignacio Cabrujas.
La inauguración en 1983 del teatro Teresa Carreño en Caracas (aunque no dedicado
exclusivamente, ni siquiera primordialmente, a las representaciones dramáticas en su sentido
estricto) constituye un importante paso adelante. En la actualidad, existen numerosas salas de
teatro en muchas poblaciones venezolanas, y el teatro tiene ya su público formado, gracias en
buena parte a la labor de los críticos especializados que se agrupan en el Círculo de Críticos de
Teatro de Venezuela (CRITVEN), fundado por iniciativa de Eduardo Robles Piquer, Helena Sassone
y otros.

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