Dibuja tu destino

No estás a merced de tus circunstancias,

tropiezos o errores. Tus decisiones te liberan.

Myles Munroe

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 ©2011 Editorial Peniel
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Publicado originalmente en inglés con el título:

Unleash Your Purpose
by Destiny Image, Shippensburg, PA, USA
and Diplomat Press, Nassau, Bahamas
Copyright © 1992 – Myles Munroe
All rights reserved.

Munroe, Myles
Dibuja tu destino. - 1a ed. - Buenos Aires : Peniel, 2011.
192 p. ; 21x14 cm.
Traducido por: Mónica Ruíz
ISBN 10: 987-557-288-8
ISBN 13: 978-987-557-288-1
1. Vida Cristiana. I. Ruíz, Mónica, trad. II. Título
CDD 248.5

Impreso en Colombia / Printed in Colombia

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 Co n te n i d o

Prólogo 11
Prefacio 13
Introducción 17

Capítulo 1
Comprende el propósito para tu vida 25

Capítulo 2
La naturaleza del propósito 35

Capítulo 3
Principios del propósito 53

Capítulo 4
La prioridad del propósito 69

Capítulo 5
El propósito y el tiempo 87

Capítulo 6
El propósito y la posición social 99

Capítulo 7
El propósito y la visión 113

Capítulo 8
Los beneficios del propósito 129

Capítulo 9
El origen del propósito 145

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 Capítulo 10
Los peligros del propósito 163

Capítulo 11
El propósito y el éxito 177

Capítulo 12
Mensaje para el tercer mundo 185
Acerca del autor 189

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 Pre f a ci o

La gran tragedia en la vida no es la muerte, sino la vida sin una ra-

zón. Es muy peligroso vivir sin conocer el motivo de tu existencia.
Una de las experiencias más frustrantes consiste en tener tiempo,
pero no saber en qué utilizarlo.
Desde los comienzos de la historia del ser humano, como lo
conocemos, la humanidad se formuló las más antiguas preguntas:
¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es la razón de mi existencia? ¿Cuál es
el significado de mi vida? ¿Existe una razón para el universo, para
la creación y para el ser humano?
Estas preguntas tienen carácter universal. Se encuentran pre-
sentes en las cámaras secretas del corazón de todo ser humano,
aquí en La Tierra, las cuales no distinguen raza, herencia étnica,
posición socioeconómica, ni nacionalidad. A través de los tiem-
pos, filósofos, tales como Platón, Aristóteles, Sócrates y otros, in-
tentaron explorar estas preguntas, en apariencia engañosas. Sin
embargo, para la mayoría de estas personas, sus esfuerzos dieron
como resultado más preguntas, en lugar de respuestas.
El anhelo más profundo del espíritu humano, radica en en-
contrar un sentido de significado y de trascendencia. Esta bús-
queda es el motivo principal de la exploración del hombre. Esta
pasión interior, sea admitida o no; sea conciente o no, es la que
motiva e impulsa a cada ser humano. Directa o indirectamente,
guía sus decisiones, controla su conducta; así como también, dicta
las respuestas hacia su entorno.
Este anhelo de trascendencia es la causa de grandes tragedias.
Gran cantidad de suicidios o intentos de suicidios se deben a la
manifestación de esta necesidad apremiante. Muchos genocidas
y asesinos seriales admiten la relación de sus comportamientos

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 Dibuja tu des t i n o

antisociales con su necesidad de sentirse importantes o con la ur-

gencia de experimentar un sentido más alto de la autoestima.
Esta vehemencia por lograr trascendencia y significación, hace
que una raza o un grupo étnico, deseen destacarse sobre otros gru-
pos. Además, propicia el nacimiento del prejuicio y es el origen
de la concepción de percepciones erróneas, que dan por resulta-
do grandes injusticias; asimismo, engendra deseos abominables
y toda clase de conducta inhumana. También, prepara el camino
para tiranos y dictadores, quienes sacrifican, fácilmente, la dig-
nidad y la sagrada vida humana, a fin de obtener un sentimiento
pasajero de trascendencia.
Este deseo irrefrenable de trascendencia y significación, con
respecto a la propia existencia, causa, además, el sacrificio del sen-
tido común, del buen criterio, de los parámetros morales y de los
valores básicos humanos. Una gran cantidad de individuos sacri-
ficaron sus excelentes reputaciones, así como años de construc-
ción de un estilo de vida adecuado, solo para lograr una posición
deseada o un lugar de fama y reconocimiento en su círculo social
o lugar de trabajo, motivados por la necesidad de sentirse impor-
tantes y dignos de consideración.
Esta pasión por obtener un sentido de trascendencia y de sig-
nificado en la vida, es además, el combustible para la mayoría de
las economías capitalistas y progresistas. Existen millones de indi-
viduos quienes sacrifican a sus familias, amigos y convicciones en
pos de obtener importancia y significación. Al acumular símbolos
de prestigio y posesiones materiales, buscan lograr de esta manera,
una posición de importancia y sentido.
Básicamente, este deseo profundo y este impulso irresistible
para lograr un sentido de importancia, significación y de trascen-
dencia, es causa y motivo de todo comportamiento y conflicto en
la humanidad. Este anhelo no conoce fronteras. Tanto los ricos
como los pobres son víctimas de su poder. El rey y el campesino

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 Prefac i o

sufren su tiranía. ¿Es esta pasión por encontrar una vida con pro-
pósito un anhelo perjudicial? ¡Por supuesto que no!
La aspiración por la trascendencia y por la significación, es
la prueba de un vacío interno en la naturaleza de la humanidad,
el cual necesita satisfacerse. Esta antigua pasión consiste en la
búsqueda de un propósito, pues busca una razón para explicar el
regalo de la vida.
Dibuja tu destino fue escrito como resultado de mi larga bús-
queda y del descubrimiento del propósito principal, que encontré
para mi vida. Llegué a comprender el carácter fundamental de
esta búsqueda para cada varón, mujer, joven, niño y por lo tanto,
establecí algunos principios, preceptos y conceptos esenciales, los
cuales debes entender a medida que emprendas o continúes con
tu viaje de descubrimiento del propósito para tu vida. Recuerda, el
propósito es el único recurso que te dará la posibilidad de lograr
la plenitud, tanto individual como corporativa. Únete a mí en una
travesía que estoy seguro de que disfrutarás.
Te motivará a que formules preguntas profundas y perspica-
ces; te desafiará a que las resuelvas y te estimulará como resultado
a que medites en tu concepción de la vida, del éxito y de la efica-
cia. Vamos, comencemos a desatar el propósito para tu vida.

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 Capítulo 1

Comprende el propósito
para tu vida

Hasta que no se descubre el propósito, la existencia no

tiene sentido, porque el propósito es el fundamento para
la realización personal.

Aquel era el momento que todos esperaban. El aplauso fragoroso

de la multitud emocionada llenó el aire, luego de que el alcalde
hiciera el anuncio: “Damas y caballeros, tengo el enorme placer
de entregar el premio al ciudadano destacado del año, al Dr. Clyde
Wilson Jr., por su gran servicio a la comunidad”.
Un hombre joven, fornido y de aspecto muy cuidado se levan-
tó y caminó seguro hacia el escenario. En su mesa se encontraban
su padre, Mr. Clyde Wilson y su madre, Emily. Este era el mo-
mento por el que esperaron toda su vida, pues deseaban ver a su
hijo convertido en todo lo que ellos imaginaron para él. El orgullo
llenaba sus corazones y sabían que nadie en aquella sala compren-
dería el sentido de logro, satisfacción y realización.
El Sr. Wilson siempre soñó en convertirse en médico. Mientras
que su hijo era muy joven, el padre le manifestó, una y otra vez,
que haría todo lo necesario para que el muchacho se convirtiera
en el médico que él nunca pudo ser. Los padres del muchacho,
trabajaron duramente muchos años de su vida, para que su hijo
pudiera asistir a la escuela de medicina y completar el período de
capacitación. Aquella noche significaba que todos los sacrificios

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 Dibuja tu des t i n o

realizados valieran la pena, pues el joven Clyde logro el honor y el

respeto para su familia.
Mientras que el Dr. Wilson estaba en el escenario, con la pla-
ca en su mano, todos los asistentes aplaudían de pie. Las cáma-
ras centelleaban y gritos de adulación llenaban el salón. Luego, a
medida que los aplausos disminuían, el silencio invadió la sala.
Todos esperaban la palabra del doctor. Durante un momento, se
mantuvo parado, listo para hablar. Luego, su serenidad dio paso a
un estado de agitación, y con lágrimas en los ojos, el joven médico
confesó a sus padres con una voz y una mirada que reflejaban gran
desesperación: “Madre, padre, por favor, perdónenme. Lo siento,
pero no puedo continuar”.
El presidente de aquella reunión, confundido y avergonzado
por aquel episodio, ayudó al médico a bajar del escenario. Los
asistentes estaban conmocionados. ¿Qué le robo a este individuo
exitoso, el gozo en aquel gran momento?
Mientras Clyde y sus padres conducían hacia su casa, Clyde
intentó explicarles la causa de su conducta incontrolable. A me-
dida que sus lágrimas se derramaban, una tras otra, intentó de
describir la frustración durante aquellos diez años. “Todo lo que
logre durante estos años fueron para complacerte, papá, y para
realizar los sueños de tu corazón. Me convertí en lo que tú desea-
bas, pero nunca logré ser quien deseé ser”, dijo el muchacho. “A
pesar de los automóviles, las casas y otros bienes materiales que
ahora poseo, mi vida está vacía. Nunca deseé ser médico como tú,
papá. En verdad, odio serlo. Siempre anhelé ser músico, pero tú y
mamá nunca permitirían que siguiera mi sueño.
“Por favor, entiéndanme. Te amo y te respeto profundamen-
te. Sé que te sacrificaste duramente para darme educación y lo
agradezco. Pero hoy me doy cuenta de que es imposible que con-
tinúe viviendo para satisfacer tus sueños y expectativas. Debo
comenzar a hacerlo con los míos. Cuando acepté ese premio,
me sentí un hipócrita. Alguien, a quien ni conozco, ganó ese

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 Com pre n d e el p ro p ó s i to p ara tu v i d a

reconocimiento porque no sé quién soy. Deseo vivir. Deseo volver

a la vida. Quiero convertirme en aquello para lo que nací. Por
favor, líbrame y déjame vivir”.
Existen millones de personas como Clyde Wilson. Tal vez, tú
seas una de ellas. Son personas con intensa actividad, comprome-
tidas, fieles y famosas, a quienes el resto las acepta, las respecta, las
honra y las admira. Sin embargo, en su fuero interno, se sienten
cansadas, frustradas, aburridas, desilusionadas, confundidas, va-
cías y oprimidas. Sus vidas no tienen rumbo. Día tras día, sonríen,
fingen y viven de acuerdo con una identidad y con una reputación
diferente de lo que genuinamente son. La mentira que viven y el
anhelo interno de liberación de la tiranía que las esclaviza son una
fuente constante de conflicto interior. Sea que tengas piel negra,
marrón, amarilla, roja o blanca, somos atraídos hacia una vida ple-
na y con sentido. Esta necesidad humana de sentido y satisfacción
personal es universal. Cada uno de nosotros debe descubrir este
propósito personal y aspirar a él sin cesar, porque de otro modo,
fracasaremos en vivir una vida rica, íntegra y llena de sentido.

Éxito sin realización personal

Los seres humanos, no importa quiénes sean o dónde vivan,
desean ser “exitosos”. Este éxito se define, generalmente, con res-
pecto a los reconocimientos superficiales sumamente exaltados
por los medios de comunicación, como la riqueza, el poder, la
fama, el lujo y el prestigio. Se nos inculca, desde una edad tem-
prana, la meta de lograr posesiones materiales. Los padres instan a
sus hijos a que se esfuercen duramente para llegar a ser “alguien”.
Las escuelas contribuyen a la presión existente, pues utili-
zan clasificaciones competitivas y brindan premios por los ren-
dimientos destacados. Las librerías están llenas de manuales que
instruyen al lector sobre cómo llegar a la cima de sus profesiones,
de modo que puedan acumular poder, riqueza e influencia. Y las

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 Dibuja tu des t i n o

revistas, llenas de fotos que hacen atractivo a todo lo rico y todo lo

famoso, prometen, audazmente, atajos para el éxito.
Esta búsqueda implacable del “éxito” produce algunos resul-
tados no tan atractivos. La tasa de divorcio y de suicidios continúa
en crecimiento. La violencia, la destrucción ambiental y los deli-
tos cometidos por funcionarios públicos u hombres de negocios
asedian a cada comunidad. La depresión emocional se multiplicó.
Es notable, la falta de puntos de referencia interna que denotan la
realización personal y corporativa; así como también se percibe,
en la mayoría de las personas, la carencia de un sentido positivo
de dirección que abarque la totalidad de la vida.
Esta falta de satisfacción y de existencia sin sentido no es una
cuestión menor. Una carrera profesional y una cuenta bancaria
holgada no pueden brindar estos ingredientes faltantes. Ningún
grado de realización puede reemplazar el poder y la motivación
de encontrar tu nicho especial y de luchar en pos de tus sueños.
El vacío interior es el destino para quienes carecen de claridad de
propósito o de aquellos que luchan para vivir de acuerdo con la
definición ajena de éxito, sea un padre, un cónyuge, un jefe o la
sociedad en su conjunto. Alcanzar la cima de la escalera profesio-
nal o social carece de todo sentido, si sacrifica la gratificación y el
bienestar personal.

Ningún grado de realización puede reemplazar

el poder y la motivación de encontrar tu nicho
especial y de luchar en pos de tus sueños.

Desde niños, aprendemos a considerar como buenos los lo-

gros académicos, profesionales, financieros y que los fracasos, de
cualquier clase, son malos en sí mismos. De este modo, los mo-
delos de logro que recibimos de las generaciones pasadas, fueron

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 Com pre n d e el p ro p ó s i to p ara tu v i d a

orientados desde el exterior. Se tomaron como regla, que el éxito

en los ojos de los otros, es sinónimo de realización personal y que
el elogio de los otros es el requisito convencional para recibir la
etiqueta de “éxito”.
En muchos casos, la alabanza de las personas y nuestra evalua-
ción personal no coinciden. Muy a menudo, la satisfacción perso-
nal se sacrifica para adecuarse a la norma social de adecuarse a la
coincidencia, de la imitación y de la urgencia económica, en lugar
de la habilidad, la pasión y el sentido de propósito individual, el
cual es el fundamento para la decisión de una carrera.
En este aspecto, nuestro mundo perdió los valores verdaderos.
El éxito en lo profesional, no produce automáticamente, el fin
esperado de la realización personal, el cual es la única medida real
de éxito. El desencanto y la desesperanza, caracterizan a muchas
personas que permitieron que los patrones de la sociedad, dicten
lo que deben hacer con sus vidas. Alcanzar el propósito debe ser la
meta principal para cada persona. Sin compromiso, no es posible
que exista un éxito duradero.

Alcanzar el propósito debe ser la meta

principal para cada persona.

¿En qué consiste el propósito?

En la vida, todo tiene un propósito. Todos los seres humanos
en este planeta nacieron con y por un propósito. Este propósito
es la única fuente de significado. Sin él, la vida es un experimento
o una travesía fortuita que da por resultado, solo frustración, desáni-
mo y fracaso. Sin propósito, la vida es subjetiva o solo consiste en un
juego de ensayo y error, gobernado por las influencias del entorno y de
las circunstancias del momento. Del mismo modo, en la ausencia de

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 Dibuja tu des t i n o

propósito, el tiempo también carece de sentido; la energía no tiene ra-

zón de existir y la vida no tiene precisión. Por consiguiente, es esencial
que entendamos y descubramos nuestro propósito en la vida, a fin
de que podamos experimentar una vida eficaz, plena y gratificante.

El propósito es el objetivo original y la causa de la creación o

existencia de cualquier entidad y el fin por el cual existe. Es el re-
sultado esperado que inicia la producción, la necesidad que hace
que el fabricante produzca un producto específico, el destino que
impulsa el viaje y la expectativa de la fuente, el objetivo de la ma-
teria, la aspiración de la inspiración y el objeto que uno anhela o
decide tener.

Por lo tanto, el propósito es el intento original en la mente del

creador, que lo motivó a crear un objeto en particular. Es el por-
qué, que explica la razón de la existencia. Cada producto es hijo
del propósito. Dicho de otro modo, antes de fabricar cualquier
objeto, existe un propósito establecido en la mente del fabricante
que da a luz a la idea, la cual se convierte en sustancia para el
diseño y producción del producto. De este modo, el propósito
antecede a la producción.
Cada producto es realizado debido a un propósito. Existe a
causa de su objetivo original y de esta manera, solo puede alcan-
zar la realización plena, cuando ejecuta el propósito para lo cual
fue creado. Por lo tanto, hasta el momento en que se descubre el
propósito, la vida carece de sentido.
Consideremos por ejemplo: el ventilador eléctrico. Si fuera
posible entrar a la mente de la persona que inventó este producto,
podríamos ver el deseo o el intento de hacer circular o mover el
aire, para producir de esta manera, un efecto refrescante. Este ob-
jetivo y finalidad serían establecidos como el resultado y propósito
predeterminado para el producto, el cual constituye la primera
fase de producción.

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Luego de determinar el propósito del producto, la segunda

etapa consiste en el desarrollo del diseño para producir la función
que cumplirá. El diseño impone los componentes y materiales ne-
cesarios para la producción, los cuales se incorporan, luego, en las
especificaciones del producto. Cuando se completan todos los di-
bujos, las especificaciones y los diseños; se proporcionan todos los
materiales necesarios, entonces la producción puede comenzar.
Debemos advertir que la producción del producto no comien-
za hasta que se determina el propósito del producto, y el éxito
del proyecto no se comprueba hasta que el producto no realiza
exactamente lo que su objetivo requiere. De este modo, todas las
cosas comienzan y finalizan con un propósito.

Todas las cosas comienzan y finalizan con un propósito.

Este principio se extiende por toda la creación. La naturaleza

abunda en ejemplos de esta ley eterna. El maestro, creador de
todas las cosas, diseñó a la creación en su conjunto, con un propó-
sito definido y estableció al propósito, como la definición suprema
de éxito. Somos resultado de su creación llena de sentido.

El propósito es una parte integral de tu vida

Del mismo modo que sucede con el fabricante, quien creó el
ventilador eléctrico con un propósito determinado, así también
Dios te creó con un propósito definido en su mente. Tu existencia
es la prueba de que esta generación necesita algo que tu vida ofre-
ce. Tú eres la creación que puede satisfacer el resultado esperado
por Dios.
El hecho de consumar este propósito, no sucede como con-
secuencia derivada de la vida. Eres responsable del cumplimiento

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 Dibuja tu des t i n o

intencional del propósito, a fin de que el mundo pueda benefi-

ciarse de tu contribución, de la misma manera que millones de
personas se benefician con el ventilador eléctrico.
Básicamente, naciste para y con un propósito. La realización
personal es posible solo cuando cumplas tu destino. El descu-
brimiento del propósito personal y su relación con el propósito
universal de Dios, deben ser el fundamento para tu vida. Debes
esforzarte para convertirte en aquello para lo cual naciste.

Tu existencia es la prueba de que esta generación

necesita algo que tu vida ofrece.

A medida que descubres quién eres, comprenderás que tu pro-

pósito, identidad, singularidad y tu potencial son interdependien-
tes. No puedes “conocerte a ti mismo”, como los filósofos griegos
exhortaban, hasta que no descubras el propósito para tu vida. Esta
es la causa por la cual el propósito revelado exhibe los componen-
tes particulares que Dios puso en ti, para ayudarte a lograr todo
aquello que Él preparó para tu vida.
Nada te pertenece realmente hasta que lo comprendas cabal-
mente, aun si, se trata de ti. Algunas personas nacen sabiendo lo
que desean hacer y hasta la manera en que lo van a llevar a cabo.
El resto de nosotros, dedicamos muchas horas para descubrir qué
hacer con nuestras vidas. Metas imprecisas como: “Deseo ser fe-
liz”; “Quiero hacer de este mundo un mundo mejor para vivir” o
también “Deseo ser rico” son, prácticamente, inútiles. Debemos
formularnos la pregunta principal: “¿Por qué estoy aquí?” y res-
pondernos con una respuesta sin límite alguno: “Para ser quien
puedo ser y para expresarme en plenitud.”
La preocupación por hacer lo correcto siempre debe guiarte,
en lugar del solo deseo de realizarlo, porque “lo correcto” es el

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 Com pre n d e el p ro p ó s i to p ara tu v i d a

propósito por el cual Dios te creo y te dio aliento de vida. Eres

especial y único. Dios te hizo con un molde original y luego lo
desechó cuando naciste.
Presta atención a tu singularidad y encuentra aquello que te
diferencia de los cientos de millones de personas que habitan el
planeta. Luego, busca el anhelo de tu corazón de forma delibera-
da y continua. Sé lo que debas ser. Benefíciate de tus talentos y
habilidades naturales y no los desaproveches. Cuando otros resten
importancia a tus talentos especiales e intenten hacer una réplica
de sus planes y sus propósitos, niégate a ceder a su influencia. No
permitas que persona alguna te impida convertirte y hacer todo
para lo cual fuiste creado. Recuerda, si no descubres la razón de
tu vida, otros te usarán rápidamente. Y por sobre todo, busca el
propósito para tu vida con pasión y experimenta la razón de tu
existencia.

Los pensamientos humanos son aguas profundas; el que es inteli-

gente los capta fácilmente.
—Proverbios 20:5

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 Principi os

1. La necesidad humana de encontrar significado y satisfacción

es universal.
2. La plenitud personal es la única medida real para el éxito.
3. El hecho de satisfacer por completo el propósito, debe ser
la meta principal para cada ser humano.
4. En la vida, todo tiene un propósito.
5. El propósito es el intento original en la mente del creador
que lo motivó a crear un objeto en particular.
6. El propósito siempre antecede a la producción.
7. Todas las cosas comienzan y finalizan con un propósito.
8. Dios te creó con un propósito definido en su mente.

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